catástrofe japón

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Catástrofe de Japón Yodo en el agua de Tokio El temor a una contaminación radiactiva se extendió hoy en Japón después de que las autoridades admitiesen un incremento del nivel de yodo en el agua de Tokio y recomendasen no comer verduras cultivadas cerca de la planta nuclear de Fukushima. El Gobierno japonés insistió en que no hay un riesgo inmediato para la salud pero al tiempo aconsejó dejar de consumir espinacas, col o brécol de la provincia de Fukushima, donde se encuentra la inestable central que, doce días después del devastador tsunami, sigue sin lograr refrigerar sus seis reactores. Más alarmante fue la admisión, por parte del gobierno metropolitano de Tokio, de que los niveles de yodo radiactivo en el agua de la capital japonesa habían superado los límites permitidos para niños menores de un año, por lo que recomendó a los padres que no la administren en biberones y otras fórmulas. Una vez más, las autoridades volvieron a pedir calma y aseguraron que el consumo de agua del grifo de la capital nipona no supone ningún riesgo inmediato para la salud, ni en el caso de los bebés, y que los adultos pueden beberla sin problemas. Tercera explosión nuclear en Fukushima La alarma aumenta en torno a la central nuclear de Fukushima, afectada en tres de sus reactores por el terremoto que devastó el país el viernes. Una explosión se ha producido en el reactor 2 en torno a las seis de la mañana locales y el Gobierno japonés admite que “puede haberse producido una fuga de material radiactivo”. Un portavoz del Gobierno ha reconocido por primera vez que la vasija de contención del reactor 2 puede haberse agrietado, pero asegura que el edificio de contención -el último muro ante una fuga, y de cuya resistencia depende que Fukushima no sea Chernóbil- no ha quedado dañado, descartando la posibilidad de una fuga de radiactividad de grandes dimensiones. No obstante, el aumento de la contaminación en la zona y el descenso de la presión dentro del reactor sí demuestran que se han llegado a liberar vapores y elementos radiactivos. La emisión no es de momento peligrosa, según los portavoces que se han ido sucediendo todo el día en la televisión japonesa.

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Descubren yodo en el agua; Explosión nuclear.

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Page 1: Catástrofe Japón

Catástrofe de Japón

Yodo en el agua de Tokio

El temor a una contaminación radiactiva se extendió hoy en Japón

después de que las autoridades admitiesen un incremento del nivel de yodo en el agua de

Tokio y recomendasen no comer verduras

cultivadas cerca de la planta nuclear de Fukushima.

El Gobierno japonés insistió en que no hay un riesgo inmediato para la salud pero al

tiempo aconsejó dejar de consumir espinacas, col o brécol de la provincia de

Fukushima, donde se encuentra la inestable central que, doce días después del devastador tsunami,

sigue sin lograr refrigerar sus seis

reactores.

Más alarmante fue la admisión, por parte del gobierno metropolitano de Tokio, de que los niveles de yodo radiactivo en el

agua de la capital japonesa habían superado los límites permitidos para niños menores de un año, por lo que recomendó

a los padres que no la administren en biberones y otras fórmulas.

Una vez más, las autoridades volvieron a pedir calma y aseguraron que el consumo de agua del grifo de la capital nipona no supone ningún riesgo inmediato para la salud, ni en el caso de los bebés, y que los adultos pueden beberla sin problemas.

Tercera explosión nuclear en Fukushima

La alarma aumenta en torno a la central nuclear de Fukushima, afectada en tres de sus reactores por el terremoto que

devastó el país el viernes. Una explosión se ha producido en el reactor 2 en torno a las seis de la mañana locales y el Gobierno japonés admite que

“puede haberse producido una fuga

de material radiactivo”.

Un portavoz del Gobierno ha reconocido por primera vez que la vasija de

contención del reactor 2 puede haberse agrietado, pero asegura que el edificio de contención -el último muro ante una fuga,

y de cuya resistencia depende que Fukushima no sea Chernóbil- no ha quedado dañado, descartando la

posibilidad de una fuga de radiactividad de grandes

dimensiones.

No obstante, el aumento de la contaminación en la zona y el

descenso de la presión dentro del reactor sí demuestran que se han llegado a liberar

vapores y elementos radiactivos. La emisión no es de momento peligrosa, según los portavoces que se han ido sucediendo

todo el día en la televisión japonesa.

Page 2: Catástrofe Japón