Crónica de una amistad.

Martina y yo.

Conozco a Martína desde que éramos chiquitas. Desde esa etapa en la que infancia, la adolescencia y la juventud son bisagras de una edad en la que la libertad se disfruta y se padece y los límites de todo no están claros. Hicimos la escuela secundaria compartiendo el espacio escolar pero no el curso, y una gran amistad que llegó a confundir-se viéndola ahora, a la distancia, con lo familiar. Mario, su hermano mayor, era mi compañero de estudio y Cecilia, mi hermana menor, su mejor amiga. En aque-llos años de vivir en la calle French, atrás de APAND e ir a comer a Los Galenos a la salida del Illia, el colegio de la Universidad al que fuimos tod@s, las horas pasaban mucho más lentas que ahora. Disfrutábamos juntas de ir a visitar a nuestras abuelas, de conocer las mañas más mínimas de nuestros perros, de preparar campamentos, de ir con zapatillas a los asaltos en el gimnasio del colegio. Siempre intermediadas por nuestros hermanos, que eran los que sostenían la relación entre todos.Martina era una chica que mezclaba lo responsable con lo delirante, con lo brillante. Un aura de comicidad siem-pre la acompañaba. Tenía muchos amigos y amigas y podría decir que era líder entre su círculo cercano. Andaba libre. Como volando. Era flaca y ostentaba un hermoso cabello lacio y rubio. Algunos la cargaban por su tranquili-dad para hacer las cosas, cosa que otras le envidiábamos.Nuestra secundaria coincidió con el menemismo. Y sobrevivimos. Luego del egreso ella empezó con mi hermana a estudiar Biología y tres años después viró hacia la medicina en La Plata. Diez años más tarde vivimos juntas en esa ciudad, en un departamento de calle 60 entre 8 y 9. Desde el primer día en que me mudé a su casa -yo venía de separarme y ella me alojó amorosamente ahí en uno de los peores días de mi vida- sentimos, las dos, un gran alivio. Fue como volver un poco a Mar del Plata y a nuestras infancias en esos años hostiles de estudio, de amores y trabajo en los que a veces extrañábamos a nuestra ciudad y también, bastante, a nuestras madres. Ella pasaba horas en una piecita de arriba del PH leyendo y repasando. Siempre se

acercaba el tener que rendir un parcial o un final. Y tengo la sensación de que siempre era verano. Enseñando y aprendiendo, reunida con otros o sola: Martina siempre estaba estudiando. Recuerdo el olor a pis de gato que había en esa pieza. Por un ventiluz que daba a los techos de chapa iban y venían todos los felinos del barrio. Ella los conocía, les ponía nombre. Ese olor penetrante no nos molestaba en lo más mínimo, en verdad formaba parte de la mística del lugar. Era su impronta de identidad, la que nos recibía los domingos de febrero cuando volvíamos de los lujos marplatenses a la hostilidad de vivir solas en otra ciudad.Compartimos esa casa con Malvina, otra gran amiga, también de la familia que elegimos en las diagonales. Malvi-na y yo ya nos habíamos recibido para esa época. Ella era música y psicóloga social y yo periodista. La Panchi seguía y seguía, y seguía. Siempre encontraba nuevas inquietudes en su carrera de futura médica. Esta-ba haciendo dos especialidades al mismo tiempo: Pediatría y Neonatología. Parecía que nunca en su vida termi-naría de graduarse. Siempre admiramos su capacidad de estudiar durante horas sin levantarse de la silla.Supimos hacer de ese departamento un verdadero hogar. Hasta distribuíamos tareas de limpieza, pago de cuentas, de cocina.En un momento, rondando la crisis de 2001, recibíamos a través del trabajo de Malvina, que era una asociación de ayuda mutua, una caja de alimentos para gente carenciada que no sé cómo venían a parar a nuestras manos (porque llevábamos una vida de estudiantes, pero no de carenciadas) Entre las cosas que traía la caja solía llegar un puré instantáneo directamente importado de Italia para los pobres sudamericanos: “el puré del poppolo italiano”. Comíamos ese puré -verdaderamente horrible- unas tres veces por semana. Nos salvaba la cena sin invertir un peso en un momento en el que los pesos no abundaban. Y cada vez que lo servíamos, a la hora de comer, nos reíamos a carcajadas mientras hablábamos todo el rato en un pseudo italiano argentinizado. En el PH de 60 nos cubrimos mil noches con nuestros novios prestándonos la piecita de arriba, conocimos mucha gente, organizamos varias fiestas de cumpleaños bastante multitudinarias en un espacio de tres por dos. Pero el patio...el patio.

Guardo en mi memoria una imagen en la cocina: yo revolviendo en una olla riñones al vino tinto -un sábado de vi-sitas a la noche- y Martina explicándome, mientras miraba nuestro manjar, la Glomerulonefritis del riñón: el tema de la materia que estaba preparando. Ninguna de las dos se reía. Ella aprovechaba a repasar y yo me entretenía conociendo los pormenores de tan importante órgano del sistema urinario.Los años siguieron pasando. Hoy somos dos mujeres adultas y volvimos a Mar del Plata, finalmente. Instalada acá la Panchi dejó de estar todo el tiempo estudiando -ahora aplica lo que estudió curando de manera hermosa a nenes y nenas en una salita de salud de su barrio, y comenzó, o regresó, al arte. Primero la fotografía: ella es dueña de un ojo deslumbrante y consigue imágenes únicas, verdaderamente artísticas. Luego a la pintu-ra, explotando con el trazo un mundo de colores y formas poco claras, la expresión de la Panchi alegre, mística y voladora. Veo aparecer en sus telas a la estudiante de la secundaria, caótica y libre y otro poco a la Martina abne-gada, de horas preparando los detalles de un final. Hoy compartimos aún más cosas: la alegría del arte y la escritura, el disfrute de la buena música, las coinciden-cias políticas, los mismos amigos y amigas. Algún viaje a La Plata. La alegría de haber podido formar una nueva familia, la tercera de cada una. Nos une lo mejor: el amor mutuo por nuestros hij@s -aunque aún no haya nacido Fidel, que se mueve en su pan-za hasta dentro de unos días más, en este diciembre caluroso de 2014.

Lorena Ravalli.

El rollo de los elefantes

FragmentoTécnica: Pastel al óleo34x25Soporte/canson2012

Cuad

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FragmentoTécnica: Tinta china34x25Soporte/canson

FragmentoTécnica: Pastel al óleoy tinta china34x25Soporte/canson

FragmentoTécnica: Tinta china34x25Soporte/canson

FragmentoTécnica: Pastel al óleo34x25Soporte/canson

Más cuaderno

Técnica: Pastel al óleo30x21Soporte/Papel Obra

Técnica: Acrílico30x21Soporte/Papel Obra

Técnica: Acrílico30x21Soporte/Papel Obra

Técnica: Pastel al óleoSoporte/Papel Obra

[Fragmento]Obra completa60x42

LA DRAGONA ESTA DE LUTO PORQUE LA DRAGONA SOMOS TODAS

Amor y amistad, fuerza y valentía, defender la integridad del alma y el espíritu. ¿Qué es lo que tenemos para dar? ¿Qué es lo que hacen nuestras manos? ¿Cuándo hay comunidad ya no nos sentimos tan solos ni vulnerables?Mujeres que dicen que no, que hacen unión de solidaridad, que defienden la integridad del espíritu, que cuidan a otras mujeres y hacen lazos y redes de contención. Que van en contra de la maldad y el maltra-to. Que apuestan a la vida y vuelan como como miles de dragonas, que no permiten que se vendan almas por dinero o poder.Por esto la dragona somos todas y cada vez que está de luto aumenta sus convicciones de creer y trabajar y soñar por un mundo mejor!

Cuad

ros

Mural contra la trata de personas 2013

Qué está pasandoTécnica: Pasta,acrílico y óleo sobre50x602011

GranjaTécnica:Acrílico sobre tela80x802012

El dragónTécnica:Acrílico sobre tela80x802012

EntropíaTécnica: Acrílico sobre tela80x80“Mención Municipal de Arte” Mar del Plata”.2013

Agua,flores y piedrasTécnica:Acrílico sobre tela80x802013

La NocheTécnica:Acrílico sobre tela80x802013

El corazón en su lugar.Técnica:pasta, acrílico y crayones al óleo sobre tela105x85 /2013

ProcastinaciónTécnica:pastel al óleo sobre tela150 x 150 2013

Jacinta de verano en una tarde de inviernoTécnica:acrílico sobre tela70x80/2014

Bebe pezque creces bajo el aguaqué hay de tus percepciones, de la oscuridad nace el sonido del tacto,la vista, el ciclo luz nochevendrán despuésno es cierto que venimossolos al mundovenimos acompañados por el latido de nuestra madrebebe pezaqui la placentason tus branquiasy pasan millones de años en corto tiempoy cuando sales de tu vuevaaguadas ese gran paso hacia elairey cambias tu forma y vuelas de otra manera

Octubre 2014

Aca toyTécnica:acrílico sobre tela80x80

Mi nombre es Martina Cisneros, nací en Mar del Plata.Estudié medicina en La Plata y trabajo de pediatra y neonatóloga.He concurrido a talleres de fotografía, participando en numerosas muestras locales incluyendo el Teatro Auditó-rium, he participado en clínicas con el fotógrafo Nacho Lasparra y con una muestra permanente llamada RN en el HIEMI.He concurrido a talleres de pintura con Rosana Cassataro y clínicas con Eleonora Filippi, participando también en muestras de pintura.Obtuve una Mención en pintura en el Salón Municipal de Artes Plásticas 2013, Mar del Plata.Realizacé un mural en la feria del libro 2013 ¨Vacoldas y Pajarolos investigan autores emergentes de América La-tina¨ junto a Rosana Cassataro que se donó a la Biblioteca Municipal de Batan, participé ese mismo año en Jorna-das contra la trata con el mural “La dragona somos todas” que se expone en el Juzgado n° 2.El año 2014 participe en una muestra colectiva para la noche de las corbatas en el Colegio de abogados con la obra “Carajo dónde estas”.

AutorretratoTécnica:acrílico sobre tela150x802013

melanimonserrate@gmail.com