cartas de francisco acebal catalanismo y...

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NOTAS CARTAS DE FRANCISCO ACEBAL A JUAN MARAGALL (1902-1910) CATALANISMO Y MODERNISMO EN LA REVISTA LA LECTURA La colaboración de Maragall en la revista La Lectura es una muestra muy interesante de su empeño por establecer un diálogo con los inte- lectuales españoles de principios de siglo sobre cuestiones políticas principalmente, pero también estéticas. Para este empeño contó Maragall con la colaboración del director de La Lectura, Francisco Acebal 1 . Es por esto que nos ha parecido oportuna la publicación de la correspondencia de F. Acebal dirigida a Maragall, precedida de un breve estudio sobre algunas particularidades de esta colaboración 2 . Francisco Acebal (Gijón, 1866-Madrid, 1933) fue un autor prolí- fico: publicó novelas, cuentos y dramas. Probablemente, y dejando de lado su obra de ficción, su mayor aportación literaria fue la fun- dación y dirección de la revista La Lectura?, junto con Clemente de Velasco (su propietario). De La Lectura salió luego la famosa colec- ción "Clásicos Castellanos" que, tras la desaparición de la revista, ab- sorbió la editorial Espasa-Calpe. Acebal estuvo muy ligado a la Institución Libre de Enseñanza, y fue nombrado vicesecretario de la Junta para la Ampliación de Estu- dios e Investigaciones Científicas fundada en 1907 4 . De hecho, la vincu- 1 Acerca de Francisco López Acebal (su nombre original), véase JOSÉ M. ROCA FRANQUESA, "Francisco López Acebal. Notas para su estudio", BIEA, 60 (1967), 31-62, de donde tomo los datos biográficos, y, del mismo autor, "La obra novelística de Francisco López Acebal", BIEA, 84/85 (1975), 3-64. 2 Las cartas de F. Acebal a Maragall se pueden consultar en el Arxiu Maragall, al que agradezco su colaboración para publicar esta correspondencia. N o se han encontrado, hasta ahora, las cartas que Maragall envió a Acebal. 3 Los estudios sobre las revistas literarias madrileñas de principios de siglo son muy escasos. Puede consultarse MARÍA PILAR CELMA VALERO, Literatura y periodismo en las revistas del fin de siglo. Estudio e índices (1888-1907), Júcar, Madrid, 1991, pp. 67-70. Desgraciadamente, su índice termina en 1907. La Lectura salió por primera vez en enero de 1901 y se publicó hasta 1920, cuando figuraba ya como Redactor Jefe Do- mingo Barnés, probablemente por el avanzado estado de la enfermedad de Acebal. Para una descripción de los contenidos de la revista, véase Luis S. GRANJEL, "Biogra- fía de La Lectura , CuH, 1973, núm. 272, 306-314. 4 Probablemente, algunas de las narraciones de Acebal analizadas por J. M. NRFH, XLVII (1999), núm. 1, 121-135

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NOTAS

C A R T A S D E F R A N C I S C O A C E B A L A J U A N M A R A G A L L (1902-1910) CATALANISMO Y MODERNISMO

E N L A REVISTA LA LECTURA

L a co l aborac ión de Maragal l en la revista La Lectura es u n a muestra muy interesante de su e m p e ñ o por establecer u n d iá logo c o n los inte­lectuales e s p a ñ o l e s de pr incipios de siglo sobre cuestiones políticas pr inc ipa lmente , pero t ambién estéticas. Para este e m p e ñ o contó Maragal l c o n la co l aborac ión del director de La Lectura, Francisco A c e b a l 1 . Es p o r esto que nos ha parecido opor tuna la publ icac ión de la correspondencia de F. Aceba l d ir ig ida a Maragal l , precedida de u n breve estudio sobre algunas particularidades de esta c o l a b o r a c i ó n 2 .

Francisco A c e b a l (Gi jón, 1866-Madrid, 1933) fue u n autor prolí-fico: pub l i có novelas, cuentos y dramas. Probablemente , y dejando de lado su obra de ficción, su mayor a p o r t a c i ó n l i teraria fue la fun­dac ión y d i recc ión de la revista La Lectura?, j u n t o c o n Clemente de Velasco (su propietar io) . D e La Lectura salió luego la famosa colec­ción "Clás icos Castellanos" que, tras la de sapar i c ión de la revista, ab­sorbió la editor ia l Espasa-Calpe.

A c e b a l estuvo muy l igado a la Inst i tución L i b r e de Enseñanza , y fue n o m b r a d o vicesecretario de la Junta para la A m p l i a c i ó n de Estu­dios e Investigaciones Científicas fundada en 1907 4. De hecho, la vincu-

1 Acerca de Francisco López Acebal (su nombre original), véase JOSÉ M . ROCA FRANQUESA, "Francisco López Acebal. Notas para su estudio", BIEA, 60 (1967), 31-62, de donde tomo los datos biográficos, y, del mismo autor, "La obra novelística de Francisco López Acebal", BIEA, 84/85 (1975), 3-64.

2 Las cartas de F. Acebal a Maragall se pueden consultar en el Arx iu Maragall, al que agradezco su colaboración para publicar esta correspondencia. No se han encontrado, hasta ahora, las cartas que Maragall envió a Acebal.

3 Los estudios sobre las revistas literarias madrileñas de principios de siglo son muy escasos. Puede consultarse M A R Í A PILAR C E L M A V A L E R O , Literatura y periodismo en las revistas del fin de siglo. Estudio e índices (1888-1907), Júcar , Madrid , 1991, pp. 67-70. Desgraciadamente, su índice termina en 1907. La Lectura salió por primera vez en enero de 1901 y se publicó hasta 1920, cuando figuraba ya como Redactor Jefe Do­mingo Barnés, probablemente por el avanzado estado de la enfermedad de Acebal. Para una descripción de los contenidos de la revista, véase Luis S. GRANJEL, "Biogra­fía de La Lectura , CuH, 1973, núm. 272, 306-314.

4 Probablemente, algunas de las narraciones de Acebal analizadas por J . M .

NRFH, XLVII (1999), núm. 1, 121-135

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l ac ión de la revista con la Inst i tución es muy fuerte; el nombre de la revista, La Lectura, sugiere u n a p e r c e p c i ó n personal del f e n ó m e n o l iterario y está en consonancia c o n las ideas pedagóg ica s de d o n Fran­cisco G iner . L a plant i l la de colaboradores cuenta t ambién c o n peda­gogos institucionistas (Luis de Zulueta , M a n u e l B. Cos s ío ) , a lumnos pensionados por la Junta de A m p l i a c i ó n de Estudios (Antonio M a ­chado) y, en general, críticos de talante regeneracionista (Altamira , U n a m u n o ) 5 . L a co lecc ión "Clás icos Castellanos" t ambién está muy l igada a la Institución: para sus fundadores, A m é r i c o Castro y T o m á s Navarro T o m á s , el proyecto "entroncaba directamente c o n la con­c e p c i ó n filológica desarrollada p o r d o n R a m ó n M e n é n d e z P ida l en e l Centro de Estudios His tór icos (1910), organismo institucionista dependiente de la Junta para la A m p l i a c i ó n de Estudios" 6 .

PRIMERAS COLABORACIONES EN " L A L E C T U R A "

L a iniciativa de publ icar en La Lectura1 surg ió , al parecer, de Mara-gal l . P o r la carta [ l ] 8 podemos deduc i r que Maragal l envió espontá­neamente, a finales de 1901, el p r imer artículo que el director incluyó en u n n ú m e r o m o n o g r á f i c o dedicado al catalanismo. Ese a ñ o , Mara­gall era u n publicista de prestigio, muy solicitado, y sin necesidades e c o n ó m i c a s de n i n g ú n t ipo; es de suponer, p o r tanto, que le intere­saba dar a conocer su mensaje a u n púb l i co diferente del medio don­de colaboraba desde 1893: e l Diario de Barcelona. Pero ¿por q u é La Lectura} Quizá fue sugerencia de algunos conocidos de Maraga l l y colaboradores de la revista (R. D . Peres, M a r q u i n a . . . ) Quizá fue el t ipo de publ icac ión que se estaba conf igurando, ya que durante su p r i m e r a ñ o (1901) h a b í a i n c l u i d o autores de la ca tegor ía de Valera , Pardo Bazán , Clarín o U n a m u n o , c o n quienes Maragal l estaba empe­zando a cartearse. Sea como fuere, A c e b a l se muestra encantado c o n el art ículo y se apresura a expl icar a su nuevo colaborador las l íneas generales de su revista, que llevaba ya u n a ñ o en la calle. A c e b a l tra-

Roca Franquesa en sus dos artículos se entenderían mejor a la luz de esta "militan-cia" de su autor, y se resolvería así el enigma que el crítico cree encontrar en " U n santo", cuento aparecido en De mi rincón (1902), que plantea temas muy discutidos entre los miembros de la Institución como la dualidad razón/fe, o la denuncia del fanatismo religioso, encarnado aquí por la madre del protagonista. Por otra parte, son evidentes los planteamientos característicos del fin de siglo en los comentarios sobre Castilla que aparecen en esta misma correspondencia.

5 Acebal compartió inquietudes renovadoras con estos y otros autores en una revista claramente regeneracionista como Alma Española (véanse ASUNCIÓN M O R A , "La revista Alma Española. Literatura y política en la Generación del 98", ALE, 1986-87, núm. 5, 295-329, y M . P. CELMA, op. cit.)

6 ANTONIO MARCO GARCÍA, "Propósitos filológicos de la colección Clásicos Caste­llanos de la editorial La Lectura (1910-1935)", CH(10), pp. 81-95.

NRFH, X L V I I CARTAS DE FRANCISCO ACEBAL A JUAN MARAGALL 123

ta con deferencia e l movimiento intelectual en Ca ta luña ("ese her­moso centro intelectual") , y veremos que eso n o es mero halago, cuando m á s tarde haga pro fe s ión de fe regionalista, aunque n o cata­lanista. La Lectura s iguió c o n interés las publicaciones en lengua ca­talana en su apartado "Notas bibl iográf icas" , que firmó, durante los seis primeros años , R a m ó n D . Peres, u n crítico cata lán fundamenta l para seguir la in t roducc ión de las corrientes literarias finiseculares extranjeras en la Península . A partir de 1907, los críticos fueron R a m ó n M . T e n r e i r o (novela) y E . Díez-Canedo ( p o e s í a ) , muy vincu­lados t ambién a la l i teratura catalana 9 . E n 1906 a p a r e c e r í a en La Lec­tura la firma de u n nuevo autor que contribuyó, m á s que n i n g ú n otro, a la re lac ión de Maraga l l c o n la Institución L i b r e e, indirectamente, c o n Aceba l . M e refiero a Josep P i j o a n 1 0 , qu ien h a b í a conoc ido a Maragal l probablemente en el verano de 1901, quizá p o r m e d i a c i ó n de M a r q u i n a . P i joan entró en contacto con G i n e r de los Ríos a fina­les de 1904, y en 1907 asistió a la Junta de Ampl iac ión de Estudios, de la que, ya hemos d icho , fue vicesecretario Aceba l .

E n su p r i m e r art ículo publ icado en La Lectura (enero de 1902), Maragal l def inió u n a de las l íneas prioritarias de su c o l a b o r a c i ó n en la revista: la d ivulgac ión y reivindicación del catalanismo. A m p l i ó es­te análisis en su c o l a b o r a c i ó n de abr i l de 1906. E n su segundo artícu­lo , en j u n i o de 1904, Maraga l l contr ibuyó c o n u n a especie de mani­fiesto, "Escritor" , que abr ió su segunda l ínea argumentativa en La Lectura: e l análisis de l f e n ó m e n o estético desde el punto de vista for­m a l y social; tras estas publ icaciones e sporád ica s (tres en c inco años ) e m p e z ó a publ icar regularmente en 1907.

7 Las colaboraciones de Maragall en La Lectura fueron las siguientes: " E l Senti­miento catalanista" (enero de 1902); "Escritor" (junio de 1904); " E l ideal ibérico" (abril de 1906); "Comentario" (septiembre de 1907); " E l Greco de Cossío" (di­ciembre de 1907); "Confesión de poesía I" (enero de 1908); "Confesión de poesía II" (febrero de 1908); "Confesión de poesía III" (marzo de 1908); "La ciudad del ensueño" (abril de 1908); "Diálogo sobre el pueblo" (mayo de 1908); "Recuerdo de una tarde de verano" (julio de 1908); "La integridad de la patria" (septiembre de 1908; en las Obres completes, t. 2, p. 656, figura con la fecha incorrecta de 2 de ene­ro de 1909); " E l teatro" (octubre de 1908); " E l rey en Cataluña" (noviembre de 1908); "La gloría y la fama" (diciembre de 1908) y "Elogio del vivir" (enero de 1911). Todos estos artículos pueden consultarse en J O A N MARAGALL, Obres comple­tes, t. 2, Ed. Selecta, Barcelona, 1971.

8 Señalamos las cartas según la numeración que hemos propuesto, indicada entre corchetes.

9 Desgraciadamente, el índice de M . P. C E L M A no especifica los libros reseña­dos en las "Notas bibliográficas" que acompañaban regularmente cada número de la revista.

1 0 Para la relación entre Pijoan y Maragall, véase A N N A MARÍA BLASCO, Joan Mara­gall i Josep Pijoan. Edició i estudi de Vepistolari, Abadia de Montserrat, Barcelona, 1991. Para las relaciones entre Pijoan y Giner de los Ríos, véase VICENTE C A C H O V I U , "Josep Pijoan y la Institución Libre de Enseñanza", Ins, 344/345 (1975), pp. 11 y 21-22.

124 l l u í s q u i n t a n a t r i a s NRFH, X L V I I

Para entender los vaivenes de la c o l a b o r a c i ó n de Maragal l en La Lectura deben tenerse en cuenta otros, m á s agitados. M e refiero a la par t i c ipac ión de Maragal l en el Diario de Barcelona, que tuvo tres eta­pas : octubre d e 1890-abril d e 1903 ; j u l i o d e 1905-junio de 1906, y jun io-d ic iembre de 1911 1 1 . Las dos primeras etapas terminaron de manera algo abrupta, entre la expul s ión y la autoexc lus ión . Tanto las colaboraciones como los ^enfrentamientos, motivados por el antica­talanismo de la d i recc ión del Diario, o torgaron fama a Maragal l , m á s c o n o c i d o en su é p o c a como publicista que como poeta. E n 1907, pues, Aceba l , sabiendo l ibre de compromisos a Maragal l , tras su fra­casado regreso al per iód ico , le ofrec ió u n a co l aborac ión regular. Maraga l l a c e p t ó finalmente en 1908 publ icar u n art ículo "mensual" , como c o m u n i c a en u n a carta a Torras i Bages (22 de abri l de 1908) 1 2 . E n carta a Roura , su ínt imo amigo, Maraga l l n o se muestra muy satis­fecho de la difusión de estos art ículos : c o m e n t á n d o l e la p r e p a r a c i ó n de " L a integr idad de la patria", que salió en septiembre de 1908, dice que "faria tro sino fos qu ' en la Lec tura tot s 'hi apaga" (carta inédita , 27 de j u l i o de 1908). Esta regular idad (sólo rota en j u n i o y agosto) t e r m i n ó c o n el a ñ o , y Maragal l no volvió a La Lectura hasta 1911 1 3 .

L O S G R A N D E S T E M A S ' . E S T É T I C A Y P O L Í T I C A

P o r la correspondencia podemos advertir cierta disparidad entre lo que p e d í a Aceba l y lo que enviaba Maraga l l . Aqué l era admirador de l Maraga l l articulista. A partir de u n pretexto ( l ibro, suceso o cual­qu ier not ic ia) , Maragal l publ icaba cada jueves en el Diario de Barce­lona u n a evocac ión personal, estableciendo así u n g é n e r o actual­mente habitual pero muy novedoso en la é p o c a , pero escribía para La Lectura verdaderos ensayos centrados en dos temas fundamenta­les: la pol í t ica catalanista y la poé t i ca que se h a venido a l lamar "es-pontane í s t a " . E l l o p rovocó u n a velada queja de Aceba l , que en la carta [7] de l 27 de febrero de 1908 pide , tras la publ icac ión de la ú l t ima entrega de "Confes ión de p o e s í a " , prevista para el mes si­guiente, volver a "aquello que de V d . tanto deseo, sus bellos, sus que­ridos art ículos sobre las cosas de la v ida que va pasando; aquellos ar-

1 1 He detallado los pormenores de esta colaboración en "Joan Maragall i el Diari de Barcelona', L'Avenc, 1991, núm. 145, 8-13.

1 2 JOAN MARAGALL, Obres completes, t. 1, p. 1156. 1 3 Entre los papeles inéditos de Maragall hay una nota, fechada poco antes de

morir, el 13 de octubre de 1911, y que dice así: " E l Elogio de la muerte es que no hay tal muerte". Según GLORIA CASALS, puede ser el inicio de un posible "Elogio de la muerte", que nunca llegó a escribir (véase Eis labres depoesia de Joan Maragall. Edi-ció crítica, tesi doctoral, Universität de Barcelona, 1988, p. 31). Este nuevo "Elogio" podría estar destinado a continuar el "Elogio de vivir", su última colaboración.

NRFH, X L V I I CARTAS DE FRANCISCO ACEBAL A JUAN MARAGALL 125

t ículos que eran para m í espiritual regalo de cada semana"; es decir la cont inuac ión de los art ículos que ya no se p o d í a n publ icar en el Diario. Las tres entregas siguientes a esta carta (las de abr i l , mayo y j u l i o de 1908) t ienen, efectivamente, algo de l tono m á s personal , pero es verdad que Maraga l l p a r e c í a e m p e ñ a d o en usar la revista como plataforma para sus ensayos pol í t icos y estéticos, m á s que para sus divagaciones l í r i ca s 1 4 . De hecho , "Confes ión de p o e s í a " es el ger­m e n de uno de sus ensayos estéticos m á s importantes, Elogio de la poe­sía, publ icado, en catalán, en 1909 1 5 .

Aunque este no es el lugar para analizar estos textos apuntamos que sus artículos polít icos de 1902 y 1906 p r o p o n e n u n a defensa de l cata­lanismo y de su intervención en la polí t ica e spañola ; en 1908, sugiere ampliar esta propuesta a la a sunc ión de una especie de federac ión ibé­rica. Los artículos estéticos presentan u n a poét ica con elementos cer­canos al s imbolismo ( a u t o n o m í a de l arte, p r imac ía de l r i tmo, impor­tancia de la pa labra-s ímbolo) , al lado de otros más peregrinos (defensa de la espontaneidad, rechazo de la técnica y de la ree l aborac ión) por las que fue finalmente conoc ido y que provocaron la repulsa de la ge­nerac ión postsimbolista.

LLUÍS QUINTANA TRIAS Universität Autónoma de Barcelona

M a d r i d , 3 de Enero de 1902 S e ñ o r D . J u a n Maraga l l

M u y estimado Sr. m í o :

e l art ículo de V . 1 7 sobre ser muy hermoso h a ca ído a q u í oportu­namente pues no sé si V d . sabe que el p r ó x i m o n ú m e r o está dedi-

1 4 E n una carta dirigida a Unamuno (25 de marzo de 1911), Maragall propone transformar La Lectura en una "Revista Ibérica". En carta anterior (5 de marzo de 1911) había definido así este proyecto: "Una Revista Ibérica, o Celtibérica, escrita indistintamente en nuestras lenguas, de modo que se acabase por leerlas y enten­derlas ya indistintamente" (Epistolario Unamuno y Maragall, Distribuciones Catalo-nia, Barcelona, 1976, pp. 112-114 y 105-106, respectivamente).

1 5 Una reedición de este artículo puede encontrarse en LLUÍS QUINTANA TRIAS, La veu misteriosa. La teoría literaria de Joan Maragall, Abadia de Montserrat, Barce­lona, 1996, pp. 499-513.

1 6 Esta carta, la única mecanografiada, es probablemente la primera que Ace­bal envió a Maragall, pues el tono es mucho más formal que en las siguientes. E l resto del epistolario que aquí transcribimos es manuscrito. Salvo la núm. 9, que se dirige desde "Madrid Lista 3", el resto tiene por encabezado "La Lectura/Cervantes 30". Para facilitar la lectura he modernizado la acentuación.

1 7 Se refiere a " E l sentimiento catalanista" que se publicó efectivamente en enero de 1902. (La revista salía el día 15 de cada mes.)

126 LLUÍS QUINTANA TRIAS NRFH, X L V I I

cado a estudiar el p rob lema catalanista y c o n t e n d r á estudios espe­ciales de Sivela, Robert , Azcárate , D o m e n e c h , Dato , Pe l la y Forgas, S á n c h e z Guerr[a] y el de V d . 1 8

Hacemos cuanto es posible por recoger serenamente, intelectual-mente19 los grandes problemas nacionales dando a nuestra Revista carácter neutral .

Creo que para el púb l i co grande h a de tener u t i l idad este estudio de l p r o b l e m a p o r m e d i o de los hombres que m á s h a n pensado en él de u n a y otra banda.

Este es al menos nuestro noble intento . B i e n que este es nuestro intento en todo: hacer obra progresiva, labor europea, civilizadora.

I d igo esto sin vanidad pero t a m b i é n sin falsa modestia, V d . Sr. Maraga l l me entiende.

Si l a dura labor que esta Revista me cuesta me lo permitiese iría en breve p o r ah í para hablar c o n todos Vds . y ponernos m á s en con­tacto y re lac ión c o n ese hermoso centro intelectual .

Espero de todos Vds . que sigan prestando calor a nuestra obra. I ahora pregunto y espero respuesta: ¿ h o n o r a r i o s de su trabajo? L e saluda su amigo y admirador :

Francisco A c e b a l

[2] M a d r i d , ll-Junio-1902

M i d is t inguido amigo:

hace m u c h o t iempo que nos tiene V d . completamente olvidados pero c o m o yo n o me conformo hoy tengo que ped i r a V d . el servicio siguiente: ¿Podr ía V d . hacer para e l nº de J u l i o u n art ículo sobre Verdaguer 2 0 ? Creo que a nadie mejor puedo d i r ig i rme para este asunto.

1 8 Estos autores, excepto Dato, publicaron efectivamente sus artículos en el nú­mero de enero de 1907 (F. Silvela, " E l catalanismo y sus alivios"; B. Roberto, " E l ca­talanismo en el concepto naturalista"; Gumersindo de Azcárate, " E l programa de Manresa"; Luis Doménech y Montaner, "La cuestión catalana"; J . Pella y Forgas, " E l problema del regionalismo"; J . Sánchez Guerra, " E l catalanismo"; Juan Maragall, " E l sentimiento catalanista"). Es interesante el juicio de Unamuno sobre estos ar­tículos, que consta en una carta dirigida a Maragall el 3 de septiembre de 1902 (cf. Epistolario Unamuno y Maragall, pp. 14-16).

1 9 Las cursivas destacan un término muy novedoso en la época, que define con claridad lo que pretende ser la revista.

2 0 Se refiere al poeta catalán Jacint Verdaguer (1845-1902) que había muerto el día anterior. A su reputación literaria, Verdaguer unió, en los últimos años de su vida, la causada por su grave conflicto con la jerarquía eclesiástica, lo cual forzosamente

NRFH, XLVII CARTAS DE FRANCISCO ACEBAL A JUAN MARAGALL 127

L e ruego que me conteste cuanto antes le sea posible. E l or ig ina l habr ía de estar a q u í el d í a 30 de J u n i o . E l art ículo h a

de ser como V d . guste que sea. E l espacio 6 pág inas p r ó x i m a m e n ­te 2 1 . D e b e r á i r a c o m p a ñ a d o de u n retrato de Verdaguer y ser ía bueno el de Casas 2 2 que es excelente (en m i modesta o p i n i ó n ) .

N o me niegue V d . este servicio que para La Lecturale p ido . Su amigo q.l .e.l .m.

Francisco Aceba l

[3] M a d r i d , 2 7 - A b r i H 9 0 6 Sr. D . J u a n Maragal l

M i quer ido amigo: me dice el A d m i n i s t r a d o r de esta Revista que c u m p l i e n d o el deseo de V d . apl ica los honorar ios de su a r t [ í c u l o ] . El ideal ibérico23 a pago de suscr ipc ión. ¿Está V d . de acuerdo en esto? Si as í n o fuese le ruego me lo avise para hacer la remis ión corres­p o n d i e n t e 2 4 .

E l art. es bel l í s imo y me parece que valdría la pena insistir en el asunto. ¿ N o p o d r í a La Lectura tomarle c o m o pr imera palabra de u n a idea merecedora de ampl iac ión? ¿Qué hacer a este fin?

Estoy en espíritu tan l l eno de este pensamiento que no quisiera dejarlo aquí . ¿Habr í a ah í q u i e n lo recogiera y lo prosiguiera? Y V d . mi smo ¿no lo proseguir ía?

C o n f í o a V d . m i deseo o m i a sp i rac ión y V d . me dirá su o p i n i ó n que puede ser para m í u n b u e n camino .

Sigo c o n ínt imo deleite sus arts. de El Diario de Barcelona25. ¿ N o p o d r í a esta revista establecer cambio c o n este per iód ico? Su verdadero amigo: Francisco A c e b a l

había de interesar en La Lectura. Maragall no cumplió el encargo, aunque publicó "Jacinto Verdaguer" pocos días después (el 19 de junio) en el Diario de Barcelona.

2 1 Error por ¿"aproximadamente"? 2 2 E l pintor Ramón Casas (1866-1932) había ganado gran prestigio con sus re­

tratos al carbón de contemporáneos famosos. 2 3 " E l ideal ibérico" apareció en abril de 1906. 2 4 E n 1906, los precios de la revista eran los siguientes: 1 número, 2,25 pesetas;

4 meses, 8 pesetas; 8 meses, 16 pesetas; 1 año, 24 pesetas. Es de suponer que la sus­cripción era por un año, y que por lo tanto Maragall considerase que el precio de su artículo equivalía a 24 pesetas.

2 5 Maragall había vuelto a colaborar en el Diario de Barcelona en 1905.

128 LLUÍS QUINTANA TRIAS NRFH, X L V I I

[4] M a d r i d , 23-Abril-1907 Sr. D . J u a n Maraga l l

M i quer ido amigo: ¿ q u e voy a decirle? Solo esto: hablando para u n públ ico remoto, todavía dejo sin decir muchas cosas que d i r í a 2 6 . Y que iré d ic iendo .

Espero, espero el art ículo que me ofrece 2 7 . E l tema es admirable. ¿Qué le parece a V d . de hacer, u n mes sí y otro no , u n art. para

La Lectura, c o n cierto aire de serie? Para los otros 6 meses ped i r í a algo a n á l o g o a otro escritor muy contrastado con V d . A U n a m u n o por e j . 2 8 N o sé , V d . mi smo puede decirme algo de esto.

E l asunto, ya V d . comprende es lo que crea que deba ser. Y no otra cosa.

Quiero dar porte m á s l i terar io . . . no , m á s espiritual a esta revista que me parece marcha demasiado a ras de suelo.

D í g a m e V d . algo. Quisiera hacer m u c h o y mis fuerzas alcanzan a poco.

A D. F ranc i s co 2 9 le leí su carta, porque es para m í u n regalo de int imidad .

U n cordia l saludo de

Francisco A c e b a l

[5] M a d r i d , 23-Noviembre-1907 Sr. D . J u a n Maraga l l

M u y quer ido amigo:

ha l legado la h o r a de comenzar aquel nuestro amado proyecto de art ículo para La Lectura c o n el que V d . por m i suerte se mos t ró tan buenamente conforme.

2 6 Acebal acababa de publicar en El Diario de la Marina de La Habana, el 24 de marzo de 1907, un artículo, "Juan Maragall", en una colaboración que debía ser fija, pues figura bajo el encabezamiento "Cartas de Acebal". Maragall seguramente le había agradecido, en una carta anterior a ésta, los elogios que el articulista le había dedicado.

2 7 Quizá se refiere al artículo "Comentario" (publicado en septiembre de 1907), sobre el cap. 9 de la Segunda parte de El Quijote.

2 8 La colaboración de Unamuno en La Lectura se remonta a la fundación de la revista.

29 " r j o n Francisco" es Giner de los Ríos: Acebal le profesa la veneración carac­terística de la gente de la Institución Libre.

NRFIL X L V I I CARTAS DE FRANCISCO ACEBAL A JUAN MARAGALL 129

S ó l o hay u n a pequeña variante: que yo creo lo mejor que sea V d . qu ien lo haga todos los meses de l a ñ o . Cada mes algo h a de tener nuestra patria para b ien o para m a l de todos.

C a d a dos meses fuera m u c h a d i scont inuidad c o n el púb l i co . Y a V d . , que va a la in t imidad de sus buenos lectores, y a sus buenos lec­tores que van a la in t imidad de V d . h a de parecerles muy ancho el intervalo.

Quisiera que V d . aceptase esta nueva forma. Si esto es forma. Deseo comenzar esto con el p r i m e r n ú m e r o de l a ñ o . Y ahora,

como antes, le digo que m i deseo —nuestro deseo— es que V d . haga esto como mejor le plazca. L í b r e m e el cielo de ped i r la ram­p l o n e r í a de u n a crónica al uso. Aquel los breves art ículos de El Diario eran cosa de exquisitez magní f ica . Sea lo que V d . quiera . Y a nos en­tendemos 3 0 .

T e n d r á esto para La Lectura e l b i en , sí, e l b i en de venir ello de San Gervasio, al lado de B a r c e l o n a 3 1 . Y esto lo dice qu ien n o es cata­lán. Pero sí profundamente regionalista. H a b l é sin querer de lo que hablar n o quer ía .

O t r o deseo tengo. E n este deseo p o n g o . . . ¿ q u é diré? Fervor. Es esto: V d . h a b r á visto el l ibro de nuestro quer ido Coss ío . Es, lo que todos e s p e r á b a m o s . Y no más , porque m á s n o se puede.

Quisiera yo que de este l ibro , n o se hablara en nuestra revista sólo c o n u n trabajo sabio, c o n de e rud ic ión mazorral , con l íneas frías. Quisiera t ambién , sí, también otra cosa sobre este l ibro , sin per­j u i c i o de l art ículo sabio. Y esa otra cosa es V d . y só lo V d . qu ien pue­de hacerla . N o es u n l ibro de crítica a palo seco, muy seco; no ; es u n l ibro de cord ia l idad castiza; es u n l ib ro creado p o r el espír i tu her­moso de Coss ío . Y habla de l Greco . Y habla de T o l e d o . Y habla de Fel ipe II. Y habla de tierras austeramente castellanas. Y habla . . . ha­bla al a lma nuestra; a a lma de los que sentimos u n a pureza de amor p o r D . Francisco. Y por su obra m á s grande: que es Coss ío .

¿Ve V d . lo que quiero , y por q u é lo quiero fervorosamente 3 2 ?

3 0 Después de varias peticiones, Acebal consiguió de Maragall una colabora­ción regular: véase supra, nota 7, la relación de artículos publicados durante el pri­mer semestre de 1908. Obsérvese que Acebal pide, implícitamente, una continua­ción de los artículos del Diario de Barcelona, que Maragall había abandonado en junio de 1906.

3 1 La casa de Maragall, donde se halla actualmente su archivo, se encuentra en el barrio de San Gervasio, que a principios de siglo era una zona residencial situada entre Barcelona y otros pueblos vecinos, como Sarria, agregados posteriormente al área urbana.

3 2 Narra que escribió la reseña de la monografía El Greco de Manuel Bartolomé Cossío (1858-1935), profesor de estética, pero más conocido como pedagogo l i ­gado a la Institución, para el número de diciembre de aquel año. E l entusiasmo que pone Acebal en exaltar la figura de Cossío lo caracteriza bien como hombre de la Institución, cuyos miembros eran a menudo retratados por sus enemigos como fa­náticos iluminados. Y ciertamente era necesario algo más que entusiasmo para lie-

130 LLUÍS QUINTANA TRIAS NRFH, XLVTI

Si esto puede ser h a b r í a m o s de publ icar lo en el p r ó x i m o nú­mero de Dic iembre .

Tengo motivos para creer que ser ía para nosotros la verdadera fiesta del libro.

Y en Enero comenzamos lo otro. Espero u n a buena acogida a todos mis deseos. E n 7 a ñ o s que

llevo ya mal encarr i lando, entre trancos y barrancos, este h u m i l d e cuadernito mensual , n o me vi en ocas ión de tan intenso e m p e ñ o como en esta de l libro de Cossío. A V d . se lo puedo decir porque com­prende toda la verdad de el lo .

L e saluda cordia lmente .

Francisco A c e b a l

[6] M a d r i d , 7-Diciembre-[190]7 Sr. D . J u a n Maragal l

M i quer ido amigo: acabo de recibir su a r t í c u l o 3 3 . Es muy bel lo ; y tal cual lo a p e t e c í a m o s .

M a ñ a n a mismo le enviaré las pruebas que le ruego me devuelva a vuelta de correo pues ya espero sólo por ellas para tirar el n ú m e r o .

M e alegro que acepte m i deseo de co laborac ión mensual . Puede V d . enviarme desde luego su trabajo Confesión de poesía. Comenzare­mos por ello. V d . ha de ser, y no yo, qu ien seña le pauta en esto.

Espero que el art. sobre El Greco ha de ser de gran a legr ía para Coss ío y para nuestro amoroso ViejecitcP4.

¿No ha colecc ionado V d . en l ibro los ú l t imos art ículos de El Dia­rio? Si así no se hub iera hecho ya ¿por q u é no se hace? ¡Nos p lacer ía tanto tenerlos en u n l ib ro recog idos ! 3 5

L e saluda cordia lmente

Francisco A c e b a l

var a cabo su trabajo. Ellos eran conscientes de su actitud y de las críticas que levan­taban, y por eso Acebal precisa luego a Maragall que sólo a él puede dirigirse con este apasionamiento "porque comprende".

3 3 Se refiere a " E l Greco de Cossío". 3 4 Francisco Giner de los Ríos. 3 5 Maragall había publicado, a instancias de Josep Carner, en 1904, un libro,

Artículos, que recogía algunas de sus colaboraciones en el Diario de Barcelona, desde su entrada hasta su partida-expulsión en 1903 (más "La montaña", publicado en Hispania, en 1901, y " E l sentimiento catalanista", publicado en La Lectura, en 1902). Acebal sugiere aquí una segunda recopilación, que nunca se llevó a cabo.

NRFH, X L V I I CARTAS DE FRANCISCO ACEBAL A JUAN MARAGALL 131

[7] M a d r i d , 27-Febrero-1908 Sr. D . Juan Maraga l l

M i quer ido amigo: es h o r a de hablar de cuartos. ¿ C ó m o hemos de retr ibuir su trabajo? Sabe V d . que hemos de pagar modesta, hu­mildemente , ya que nuestro dis tra ído púb l i co n o consiente otra cosa, pero pagar sí queremos y debemos. Espero su respuesta.

C o n esta tercera parte terminamos su Confesión de poesía, y ahora espero que cont inuemos c o n aquello que de V d . tanto deseo, sus be­llos, sus queridos art ículos sobre las cosas de la v ida que va pasando; aquellos art ículos que eran para m í espiritual regalo de cada se­m a n a 3 6 . P o r m u c h o que le diga n u n c a diré bastante c ó m o aquella labor era rec ib ida entre nosotros, los que de estas cosas tenemos el encanto de enamorarnos .

Hace unos días me faltó poco para hacer u n a escapada a ésa y pasar unos días c o n u n hermano m í o —fabricante— que vive en San Gervasio 3 7 . Buscaba para mí mismo e l arbitrario pretexto de hacer Ba-laguer, y compañía, u n a obreja m í a en Barcelona. U n a de las ilusio­nes que me i m p e l í a era ver la alegre nidada de mis sobrinos; otra re­crear los ojos en el azul de l Med i t e r ráneo ; otra pasar u n a h o r a de la tarde en la catedral m á s románt i ca de E s p a ñ a 3 8 , y otra h o r a en el d i­vino y solitario monasterio de Pedralbes; otra pasearme a la maña­nita entre jardines de flores; otra conversar c o n V d .

Y a iré . L e saluda c o n toda efusión.

Francisco A c e b a l

C u a n d o vea a los amigos Pi joan y Z u l u e t a 3 9 d íga les m i recuerdo.

3 6 Dije arriba que Acebal no parece muy convencido de "Confesión de poesía", cuya tercera parte apareció en marzo de aquel año.

3 7 La visita que Acebal anuncia no es la primera que hizo a Cataluña, o por lo menos esto se desprende de una nota que aparece en la revista Catalunya, del 30 de julio de 1903, titulada "Aquet Rusiñol.. . !" : "En S. Rusiñol, ha portat a Sitjes en B. P. Galdós y donya M . Guerrero, per veure si's trencavan el bras com 1'Acebal". No he podido averiguar si ocurrió este accidente, o si era una broma más de Carner (alma de la revista) y sus compañeros contra Rusiñol, con alguna aviesa intención.

3 8 Quizá una referencia al poema que había dedicado Unamuno a la catedral de Barcelona publicado en Poesías (1907).

3 9 Ya me referí a la colaboración de Pijoan en La Lectura. Lluís de Zulueta (1878-1964) fue un pedagogo ligado a la Institución, que publicó mensualmente en La Lectura, a partir de 1909, una "Crónica" con la que solía cubrir la actividad par­lamentaria y legislativa, sobre todo en lo que atañía a leyes sobre la cultura y los es­pectáculos. E n 1910 fue diputado en Cortes por la circunscripción de Barcelona, lo cual motivará el comentario de la carta 11.

132 LLUÍS QUINTANA TRIAS NRFH, X L V I I

[ 8 ] 4 0

M a d r i d , 30-Abril-[1908] Sr. D . J u a n Maragal l

M i quer ido amigo: pronto rec ibirá V d . las pruebas de su ú l t imo y m u y estimado or ig inal .

Tenemos pendiente el pago de ellos. Quisiera yo que V d . deci­diese, pero e n vista de su negativa y d e s p u é s de hablar con el A d m i ­nistrador me decido a p roponer a V d . cuarenta pesetas por trabajo, considerando cada trabajo lo publ icado en u n n ú m e r o 4 1 . Esto lo ofrezco como propos i c ión a la que V d . puede hacer las observacio­nes que le pareciere oportunas pues para m í este tema e c o n ó m i c o es s iempre enojoso.

N a d a m á s hoy. L e saludo c o n toda cord ia l idad

Francisco Aceba l

[9] Enero-31-1910 Sr. D . J u a n Maragal l

M u y quer ido amigo:

tengo que dar a V d . muy cumplidas gracias p o r el car iñoso inte­rés que h a quer ido poner en el asunto de l sello para nuestra colec­c ión de clásicos castellanos 4 2 . Y este reconoc imiento se extiende a su hi ja , la artista que ha puesto esfuerzo y talento p o r bondad hacia u n a obra intelectual .

P o r desgracia nos hemos equivocado, nosotros claro está, en el p roced imiento . C o m o V d . y su hi ja p u e d e n ver p o r la muestra ad-

4 0 Carta sin fechar; debe ser de 1908, pues sigue los comentarios de la anterior acerca del pago de los artículos.

4 1 Recordemos que en 1906, Acebal proponía 24 pesetas por " E l ideal ibérico". E n 1908, propone casi el doble, 40, por cada uno de los artículos publicados en los primeros meses de este año. E l artículo de 1906 es más largo que cualquiera de los de 1908, pero no sólo esto explica el aumento de la remuneración: Maragall se ha convertido en un autor cotizado y por eso sus artículos encabezan los números de la revista.

4 2 E n el número de diciembre de 1909 de La Lectura se anuncia la aparición, para el mes siguiente, de "«Clásicos Castellanos». Ediciones de La Lectura , con los tomos 1: Las Moradas de Santa Teresa (enero); 2: Teatro de Tirso de Molina (marzo); 3: El gran Tacaño de Quevedo (mayo); 4: Poesías de Garcilaso (septiembre), al precio de 3 pesetas cada uno. Finalmente, el número 4 fue El Quijote, y el 5 cambió el nom­bre El gran Tacaño por el más riguroso de El Buscón. Sobre los criterios filológicos de la colección, véase el artículo ya citado de Marco García. Helena Maragall, hija del poeta, había ideado un "sello" (hoy logotipo), para la nueva colección.

NRFH, XLVII CARTAS DE FRANCISCO ACEBAL A JUAN MARAGALL 133

j un ta , no es posible u n a buena impres ión con madera 4 3 . Es muy duro y á spero el paper y tenemos que recurr i r a p lancha metá l ica . Sentimos m u c h o , así Zulueta , como yo, como todos que n o sea ut i l i ­za ble inmediatamente para nuestro fin el boj bel lo y fino de la ama­ble artista.

Que ella reciba nuestro agradecimiento y todas nuestras sinceras excusas. T a n pronto como aparezca el p r imer vo lumen de Clásicos Castellanos tendremos el h o n o r de remit ir le u n ejemplar.

A V d . le ruego, m i buen amigo, p e r d ó n . Y r u e g o también me remita u n a nota de todos, todos los gastos suplidos por V d . en este asunto.

E n cuanto a las molestias causadas, que sirva de pago nuestra cord ia l amistad, nuestra espiritual s impat ía

Francisco Aceba l

[10] M a d r i d , 19-Marzo-1910 Sr. D . Juan Maragal l

M i quer ido amigo:

muy agradecido estoy a las bondadosas frases que tiene V d . para nuestra nueva bibl ioteca de Clásicos Castellanos.

Y a comprende V d . todo el esfuerzo y toda la i lusión que pone­mos en esta inmensa labor.

A h o r a el púb l i co dirá . Gracias otra vez p o r su generosidad p o n i e n d o las puntadas. . . y

el h i l o . A q u í van unos prospectos. V e r á en ellos que en breve comenzaremos la pub l i cac ión de

todo Shakespeare traducido p o r Benavente el cual se h a puesto a la obra c o n m u c h o a m o r 4 4 .

Su siempre su fervoroso amigo:

A c e b a l

¿ C u á n d o me remite algo para La Lectura?45

4 3 E l sello de Helena Maragall era en boj, una técnica antigua de grabado sobre madera, que en la época se estaba recuperando, gracias a pioneros como ella (véase FRANCESC FONTBONA, La xilografía a Catalunya entre 1800 i 1923, Biblioteca de Cata­lunya, Barcelona, 1992, pp. 248-250).

4 4 La traducción de las obras completas de Shakespeare por Benavente no pasó de la primera, El rey Lear, en 1911.

4 5 Maragall no había publicado nada en La Lectura desde 1908.

134 LLUÍS QUINTANA TRIAS NRFH, X L V I I

[11] M a d r i d , 28-Octubre-1910 Sr. D . J u a n Maraga l l

M u y quer ido amigo:

recibo su carta que me l lena de algo espiritual que no me atrevo a l lamar a legr ía , porque no se confunda c o n la torpe vulgaridad en que suele tenerse lo alegre.

Y tampoco —para no ser r a m p l ó n — quiero darle gracias por todo lo que de tanta b o n d a d me dice. N i se las doy siquiera por lo que me envía. Só lo le digo que hoy mismo lo llevo a la i m p r e n t a 4 6 . V d . sabe c ó m o recibo todo cuanto guste enviarme.

Estoy de acuerdo c o n lo de T e n r e i r o 4 7 . Es unos de los m á s en­cendidos de idea l idad dentro de nuestro quer ido y apretado grupo. Tengo p o r él u n car iño fraternal. Hace dos días me escribió u n a carta, c o m o la de V d . , l l ena de u n a encantadora y efusiva cordial i­dad. Está en Gal ic ia . S in duda aquel país , dulce y ca lmo, cuadra b ien a su espír i tu r ico de suaves matices.

¡Las crónicas de Zulueta ! E l que aparezcan en nuestra revista no me privará de decir que no se ha hecho aqu í , en su g é n e r o , nada se­mejante. Algunas hay que son verdadera y solemne maravilla. Lás­t ima terrible que p o r su labor de pol í t ico par lamentar io no pudiera hacer u n a sobre lo de Portugal . M u c h o se lo r o g u é . Fue imposible . Y tal vez t emió u n p o c o 4 8 . Este hombre , cada día , cada d ía vale más . Y siempre parece que m á s no es posible.

4 6 Quizá presionado por Acebal, Maragall finalmente remitió un artículo para la revista: Elogio del vivir, que no apareció hasta enero de 1911, aunque su director asegure que "hoy mismo lo llevo a la imprenta".

4 7 Tenemos pocos datos sobre Ramón María Tenreiro (La Coruña, 1879-?). Fue diputado republicano, como Zulueta, y es probable que, como él, se exiliara. Fue crítico habitual de La Lectura, publicó algunas novelas y tradujo, entre otros, El santo de Fogazzaro (1905), una de las biblias del modernismo religioso, lo que le valió ser incluida en el índice. No sabemos de cuándo es esta traducción, pero po­demos aventurar que le acarreó problemas. ¿A eso se refieren Acebal y Maragall? Tenreiro y Zulueta contribuyeron grandemente a la difusión de la cultura catalana en Madrid.

4 8 "Lo de Portugal" se refiere a la proclamación de la República hacía pocos días. Como muestra de la sensación que causó en los medios conservadores de España este acontecimiento, vale la pena transcribir el comentario de el Diario de Barcelona: "La influencia masónica, o jud ía pura, y de cristianos avergonzados de serlo, o judai­zantes, el manicomio suelto de revolucionarios y de republicanos en delirio, y la impasibilidad egoísta y esencialmente antipatriótica de la clase media de Portugal nos explican en parte satisfactoriamente tales sucesos" (Almanaque de eElDiario de Bar­celona" para 1910, Diario de Barcelona, Barcelona, 1911, p. 35). Parece comprensi­ble, pues, que un político en activo como Zulueta no se atreviera a comentarlo. Finalmente, Mariano Marfil escribió el artículo "La revolución portuguesa", para el número de noviembre, en un tono más moderado, claro está, que el del Diario.

NRFH, X L V I I CARTAS DE FRANCISCO ACEBAL A JUAN MARAGALL 135

¿ D o n Francisco?. . . ¿Quién dice de él? Só lo u n a cosa: está m á s fuerte, m á s brioso que nunca .

¿ C u á n d o viene V d . por a q u í para ponerse u n poco en directo contacto con este grupo de pesimistas ilusionados?

Y o r o d é unos meses por tierras extrañas . ¡Cuántas y cuan des­concertadas impresiones! Y conforme fui entrando por Castilla c ó m o me punzaron el alma. ¡Que sé yo! Larga historia.

N o deje alguna vez de escribirme. Viv imos entre tanta vulgari­dad y p r o s a í s m o que es menester que nos conforten.

U n cordia l abrazo:

Francisco Aceba l