carranza maite - la guerra de las brujas 02 - el desierto de hielo

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EL DESIERTO DE HIELO(La Guerra de las Brujas, vol.2)Maite Carranza, 2006

PROFECA DE OM

Ver la luz en el infierno helado,donde los mares se confunde con el firmamento,y crecer en el espinazo de la tierra,donde las cumbres rozan los astros.

Se alimentar de la fuerza de la osa,crecer bajo el manto clido de la focaimpregnndose de la sabidura de la lobay al fin se deber a la astucia de la zorra.

La elegida, hija de la tierra, surgir de la tierraque la amar y acoger en su seno.Prisionera de su tibieza, permanecer ciega y sorda,acunada por las madres oscurasy arropada en sus dulces mentiras.

_____ 1 _____La noche de Imbolc

Anad dorma despreocupadamente con los brazos extendidos y el semblante plcido sin importarle la luz que se colaba por los postigos de su ventana.A su alrededor, en la habitacin de techos altsimos y paredes encaladas una y mil veces, se respiraba la atmsfera que precede a las migraciones estacionales. Ropa apilada, libros diseminados, zapatos en hilera, todo dispuesto para ser trasladado a la enorme maleta que, an vaca, aguardaba su turno a los pies de la cama.Selene, con el cabello revuelto y una taza de caf humeante en la mano, entr sigilosamente seguida de una figura abrigada con una pelliza de lana. Con ojos picaros se inclin sobre Anad soplndole levemente el odo.--Buenos das.Anad, en sueos, lanz un manotazo sobre su oreja y Selene sonri. Era su juego de siempre.Volvi a soplar con suavidad sobre el lbulo provocando que su hija, con un movimiento brusco, girase sobre s misma y se destapara. La contempl con una mezcla de melancola y orgullo. Su pequea haba crecido demasiado deprisa. As dormida, con la punta de los dedos rozando los labios entreabiertos, an conservaba el gesto de nia desvalida; pero esas largas piernas, inacabables, las caderas redondeadas, la curva del pecho que se mova al ritmo de su respiracin y esa piel tersa, elstica, acabada de estrenar, pertenecan al cuerpo de una joven.Selene susurr al odo de Anad:--Despierta, bella durmiente.--Djame -se oy por toda respuesta-. No estoy.Y para corroborarlo, se tap la cabeza con la funda nrdica.Pero su madre continu incordindola a su manera.--Ha venido tu prncipe a despertarte.--Vete a la porra.Entonces le hizo cosquillas sin piedad y con el dedo ndice indic a la silenciosa figura que se acercase.--Preprate -advirti Selene-. Vas a recibir un beso de amor.Y sobre su cara se posaron unos labios juguetones que fueron besuqueando su barbilla, su nariz, sus mejillas y, justo en el momento en que se acercaban a su boca, Anad abri los ojos y se incorpor de un salto con una expresin sincera de alegra.--Clodia!!!En efecto, la intrusa cariosa no era otra que la amiga siciliana de Anad. La simptica Clodia, ligona, enrollada y discotequera. Quince aos como ella. Una bruja Omar como ella. Una joven del clan del delfn que le deba la vida, y con la que comparti un gran peligro, all en Taormina, bajo la lava del Etna, cuando las dos quedaron prisioneras de la bruja Odish Salma.Selene se retir prudentemente y las dej solas, abrazndose y celebrando su reencuentro.Luego se ocuparan de la maleta.Anad todava digera la sorpresa.--Selene me dijo que no podas venir.--Y perderme tu primera fiesta de cumpleaos? Ni loca.--Me dijo que estabas liada con las clases -murmur mientras mostraba su ropa nueva a Clodia.Clodia estaba entusiasmada con las compras de Anad y se encaprich de una falda corta.--Ha sido una excusa muy buena. Me he saltado mi examen de Mates. Te quiero, Anad. Y esta falda me encanta, me la voy a probar.Y se quit los pantalones en un abrir y cerrar de ojos.--O sea, que has venido aqu para saltarte tu asqueroso examen y para gorronearme mi ropa.--Eso mismo... O te creas que vena a tu fiesta porque era tu amiga?--Y quin degollar al conejo para leer sus vsceras?--Yo, por supuesto. Pero eso ser despus.--Despus de qu?--De probarme todos tus modelitos super fashion y darte tu ltima clase de maquillaje. Cmo quieres ligar con esa cara?--Si es que me acabo de despertar...--Por eso. Si acabada de despertar tienes cara de sueo, qu cara vas a tener a las doce de la noche?--Eres imposible!--Ven aqu que te pinte la raya en su sitio.--Ven t primero y te ensear una cosa.Anad abri la ventana de par en par y el fro aire del Pirineo se col como un torbellino arrastrando consigo una finsima lluvia de hojarasca y polvillo que hizo estornudar a Clodia.--Esto es terrorismo! No puedes abrir la ventana de esta nevera montaesa a una siciliana de sangre mediterrnea.--Calla y mira.Y Anad, con su mano, le mostr la imponente cordillera pirenaica con las cimas pintadas de blanco. Las dos contemplaron el paisaje durante unos instantes en los que el nico sonido fue el crujir de las ramas movidas por el viento. Pero Clodia no poda estarse callada ms all de medio segundo.--Parece una postal. Una postal congelada.--Shhhhhiiii.--Eso blanco... no ser nieve?--Pues claro.--Qu horror! Tan cerca!--Es preciosa. Fjate en cmo resplandece.Clodia cerr la ventana tiritando y se encar con Anad.--Ahora entiendo por qu tu madre est tan bien conservada. A esta temperatura... cualquiera.Y las dos se lanzaron sobre la cama peleando por una camiseta azul.An desgreada y somnolienta, Selene regres a la hogarea cocina de su casa de Urt, puso una nueva cafetera en el fuego y sirvi un plato ms en la mesa cubierta de hule amarillo donde en esos momentos desayunaban Valeria, Karen y Elena.Acababan de presentarse las tres juntas, por sorpresa, y ese desayuno en cierta manera significaba un reencuentro y una despedida.Karen, que era mdico rural y conoca al dedillo las angostas carreteras pirenaicas, haba recogido en la estacin de Jaca a Valeria, biloga y matriarca del clan del delfn, y a su hija Clodia. Las dos brujas sicilianas se sumaban as a la fiesta de despedida que Anad y Selene celebraran esa noche antes de su partida.--Anda, prueba la coca de piones, est recin salida del horno -la tent la oronda Elena, la bibliotecaria, que con sus ocho hijos y sus muchos kilos de ms era la dienta favorita de la panadera del pueblo.Valeria, hambrienta tras el largo viaje, se chupaba con glotonera los dedos cubiertos de azcar.--Si me hubieras dicho que en tu tierra horneabais delicias como sta, Clodia y yo hubisemos venido ms a menudo.Selene le sonri, pellizc un pin con desgana, sorbi su caf, se estremeci y se sent junto a Karen, su mejor amiga, que tal vez por deformacin profesional de una rpida ojeada aventur su diagnstico.--Ests asustada.Selene asinti. Valeria, toda energa, oprimi su mano con fuerza.--Cuenta con nosotras.Selene suspir.--Nadie podr saber nuestro paradero. Ni siquiera vosotras.--Cundo os vais?--Maana por la maana.--Anad ya lo sabe?Selene chasque la lengua.--Evito que sepa demasiadas cosas. Todava es muy joven, puede creer que nuestra situacin no es desesperada, que se trata de una simple aventura y que puede explicrsela a las amigas. Eso sera fatal.Nadie puso en duda que la situacin de Selene fuese desesperada, pero Elena objet:--Anad es muy madura para su edad.--Su edad, t lo has dicho. En cualquier momento puede reaccionar como lo que es, una chica de quince aos -respondi Selene.--Quieres decir que an no est preparada para utilizar el cetro de poder?Selene se sorprendi ante la ingenuidad de Karen.--Claro que no. Fue iniciada hace tan slo varias semanas. Supo que era una bruja hace unos meses...Y era cierto. Haban sucedido demasiadas cosas en poco tiempo. La muerte de Demter, la gran matriarca y madre de Selene, haca un ao a manos de brujas Odish. La desaparicin de la pelirroja Selene unos meses despus. Su bsqueda, la transformacin de Anad en bruja, su iniciacin y luego la gran revelacin: Anad -y no su madre, Selene- era la elegida de la profeca, la del cabello de fuego y grandes poderes que las brujas Odish y Omar haban esperado durante milenios para que decantara la balanza de su lucha, definitivamente.Haca apenas unas semanas que se haba producido la gran conjuncin astral que anunciaba el inicio del reinado de la elegida. Y Anad, con su cetro de poder que surgi de las entraas de la tierra, deba huir, esconderse y fortalecerse hasta sentirse capacitada para empuarlo con criterio y luego emprender la difcil tarea que profetizaban los libros antiguos: restaurar la paz definitiva exterminando a las brujas Odish, inmortales, sanguinarias y enemigas ancestrales de las Omar, a las que desangraban de nias y jvenes para perpetuar su juventud y su belleza.Karen senta gran admiracin por Anad.--Pero Anad, en slo ese tiempo, ha conseguido aprender todo lo que una bruja aprende a lo largo de una vida. Cul de nosotras ha sido capaz de efectuar un conjuro de vuelo sin haberlo ensayado jams? Quin ha podido transformarse en delfn y surcar los mares, sumergirse en un lago helado bajo la apariencia de una carpa, sobrevolar los Apeninos y los Alpes con los brazos alados y las plumas de guila?Las tres mujeres, anonadadas, asintieron. Valeria aadi:--Y cabalg el sol, y regres del mundo opaco contigo tras derrotar a Salma. Anad es muy poderosa.Selene lo admiti.--Eso es cierto, sus poderes nos superan. Por algo es la elegida de la profeca.--Quizs est preparada -aventur Karen.Selene neg con conviccin.--No es suficiente.--Qu ms debe aprender?Selene chasque la lengua.--No se trata de aprender, no se trata de memorizar conocimientos o practicar tcnicas. Se trata de hallar un equilibrio entre su mente, su cuerpo y sus poderes. Anad an est creciendo, an se est conociendo a s misma y no se quiere lo suficiente.--Es preciosa.--Inteligente.--Y lista.Selene neg.--Ha crecido demasiado deprisa. La dej siendo un patito feo y ahora ya es un cisne y sabe volar, pero an no sabe orientarse en medio de una tormenta y... -suspir- no conoce el Camino de Om.La sola mencin de ese nombre provoc escalofros.--Y t, Selene? Lo conoces acaso? Lo has hecho? Has hecho t el Camino de Om? -la increp Karen-. Ninguna bruja Omar ha hecho jams el Camino de Om, que comunica con el mundo de los muertos. Todo son rumores y leyendas.Selene era muy hermosa, regalaba podero y respiraba el aire a borbotones, puras ansias de vivir. Sin embargo, cuando reviva su pasado, sus ojos verdes, aparentemente alocados y dispersos, se precipitaban como las aguas del lago y se tornaban viejos y sabios.--No es ninguna leyenda. Yo lo hice, y Anad deber hacerlo. sa es nuestra tarea ms difcil.Las tres mujeres callaron abrumadas por la revelacin de Selene.--Hice el Camino de Om hace muchos aos. Era casi tan joven como Anad y no tena a nadie que me guiara.A ninguna de ellas se le hubiera ocurrido que la loca pelirroja, de risa estentrea y actitudes provocativas, hubiese penetrado en el reinado de la muerte.En torno a Selene se haba tejido una leyenda negra sobre los aos en que desapareci del control de las Omar. En su juventud, Selene, rebelde y contestataria, desapareci por completo. Nadie, excepto ella y su difunta madre, Demter, saban qu haba sucedido durante ese tiempo. Los rumores eran muchos. Se hablaba de pactos con las Odish, de traiciones, de adquisicin de poderes ocultos, de ambiciones cumplidas. Selene acababa de desvelar uno de sus secretos. Su viaje por el Camino de Om, que conduce hasta la muerte.--Cmo pudiste hacer el Camino de Om y sobrevivir? -exclam Valeria exorcizando el mismo nombre que se haba pronunciado.--Entonces tena un motivo. Y quizs ocurri as para poder guiar a mi hija de nuevo, para que se cumpla la profeca y pueda asir el cetro con mano firme.--Y es necesario que recorra el Camino de Om?Selene parpade y dio una explicacin plausible. Haba hablado demasiado. Su don no era precisamente la discrecin.--Hasta ahora la muerte ha sido el territorio de las Odish. Las Omar lo hemos eludido, pero la elegida no podr vencer a las Odish si antes no ha realizado el Camino que hizo Om cuando desapareci en la cueva con su hija Orna para protegerla de Od. Y adems...--Adems qu?--Hay otro motivo de peso, pero no puedo decroslo.Se hizo un silencio leve que slo interrumpi el lento masticar de sus bocas.--Dolz y Glabutz han escrito mucho acerca del viaje -apostill Elena, una fuente de primera mano para conseguir informacin.--Lo s. Demter y yo estuvimos leyendo y preparando juntas este difcil momento. Aunque nunca se me ocurri que Demter no estara. Tendr que acompaarla sola.--Cundo?--Lo antes posible. El tiempo urge, nos estn acechando.Elena unt una nueva tostada con mantequilla y la decor con enormes cucharadas de mermelada.--Anad parece tranquila y confiada. Estuvo repartiendo las invitaciones de su fiesta por Urt. Ella misma ha alquilado la sala de baile, ha comprado las bebidas y, junto con Roc, han hecho acopio de msica para bailar un ao seguido. Me ha pedido que la ayude con los bocadillos.--A m tambin -aadi Selene-. Esta fiesta le hace mucha ilusin. Ante ella finjo seguridad, pero hemos atrasado demasiado nuestra marcha. Esta noche cumple quince aos. Tendramos que haber marchado antes.--Presientes algo?Selene afirm.--He formulado cada noche el conjuro de proteccin de Dido, el ms completo, y lo he reforzado con un pentculo de malaquita, y a pesar de ello siento una presencia hostil.Valeria extendi las manos con aprensin y cerr los ojos. Sus brazos nervudos se tensaron, tembl unos instantes y luego se relaj inmediatamente de su corto trance. Sin mediar palabra removi con la cucharilla su vaso de caf, lo bebi de un sorbo y luego contempl el poso del fondo.--Efectivamente, Selene tiene razn.No era un buen presagio que la orculo etrusca confirmara la interferencia de una posible Odish. Cre mal ambiente.Pero Elena, la buena de Elena, se zamp su ltima tostada con mantequilla y mermelada y palme.--Os habis propuesto fastidiarme el desayuno? Pues no lo conseguiris. Si no lo consiguen mis ocho hijos ni mi marido, no podr ni la mismsima condesa o la dama negra revivida, por mucha presencia hostil que tenga.Selene ri.--Y que la condesa te conserve el apetito por muchos aos. Ni en su presencia dejaras de comer.--Faltara ms... Si no, mi pobre Rosario qu leche mamara?El nombre de su nuevo beb las hizo partir de risa.--Eres consumadamente retorcida. Rosario es nombre de nia.Elena tena ocho chicos y ansiaba una nia.--Por eso se lo puse.--Prometiste que le llamaras Ros.--Pero Rosario es ms completo. Cuando sea mayor me lo agradecer.Y Elena consigui lo que se propona, restaurar el buen humor y el optimismo. Se limpi delicadamente los labios y las manos y anunci con picarda:--Tengo muy buenas noticias. He encontrado el conjuro del camalen, el que nos dijeron que se haba perdido definitivamente en la quema de la biblioteca de Alejandra.--De verdad?--He estado practicando y funciona de maravilla.Apart con cuidado su plato de tostadas y de su enorme maleta sac un grueso volumen, apolillado y amarillento, encuadernado en cuero. Con una agilidad sorprendente, sus dedos regordetes fueron pasando las pginas de papel de cebolla hasta dar con lo que buscaba. Con un gesto triunfal lo mostr al auditorio.--Se puede formular a distancia y no importa dnde est la bruja en peligro.Selene sonri adelantndose a su siguiente explicacin.--Quieres decir que me podris hacer desaparecer est donde est?Elena sonri.--Efectivamente. Tras una llamada tuya nuestra reaccin ser inmediata.Selene se lanz al cuello de Elena para besarla, pero tropez con su maleta. Del golpe verti la taza de caf, que se derram sobre la mesa. Al acto, Valeria, perteneciente a la tribu etrusca y con grandes poderes adivinatorios, oscureci su mirada y todas callaron. Al darse cuenta de la expectacin, intent quitar hierro al asunto.--No pasa nada. No tiene importancia.--S que la tiene -musit Selene con los ojos fijos en la mancha negruzca que se extenda informe sobre el mantel amarillo-. Dinos qu ves.--No puedo leerlo -insisti Valeria muy nerviosa.--Aviso a Clodia? -la amenaz Selene.Valeria neg y con un gesto rpido tom la bayeta y recogi el caf.--Slo era caf derramado. Nada ms.Todas saban que no era cierto.

Anad estaba eufrica. Todos sus compaeros haban aceptado su invitacin. Haba conseguido el local de sus sueos. Tena megafona, luces, bebida a mogolln, y su madre y las amigas de su madre la ayudaban con los bocadillos.Aunque lo mejor de todo haba sido la sorpresa de la llegada de Clodia.Todo eso y la inminente marcha justificaban en parte su nerviosismo, sus ganas de gritar y de rer, su impaciencia para que llegase la noche de una vez y las luces intermitentes de la sala disimulasen su excitacin.No habra hora de cierre -se era el trato con Selene-, ni tampoco habra vigilantes molestos. Estaran solos y podran bailar, armar ruido y hacer el burro hasta la madrugada, hasta que saliese el sol si as lo queran. Anad estaba dispuesta a pasar la mejor noche de su vida. Clodia tambin lo tena clarsimo.--Y esta noche te ligas a Roc.Anad se sonroj.--Cmo? No s cmo se liga, no he ligado nunca.--Eres una bruja, no? Pues sigue tu instinto. Mi instinto me dice que Roc est loco por ti.--No seas pesada.--Pesada no, obsesiva. No me voy de aqu si no te dejo colocada y con novio.Roc era el hijo mayor de Elena. Moreno, socarrn, de ojos negros, piercing en la oreja, moto y vaqueros ajustados. De nios, l y Anad se haban baado juntos en la poza del ro. Luego Roc -durante el tiempo en que fue novio de la chica ms guapa de la clase, Marion- fingi no conocerla. Pero desde su regreso Anad haba crecido tanto que poda mirarlo casi cara a cara, y Roc redescubri a la amiga y compaera de la infancia. Pasaban ms tiempo juntos que separados y se llamaban constantemente. Primero Roc le pidi ayuda para presentarse a un examen de recuperacin. Anad era la mejor en Matemticas y, aunque era dos aos ms joven, no tuvo ningn problema en ensearle a resolver las ecuaciones y ayudarlo a preparar su examen. Se acostumbraron a pasar horas sentados el uno junto al otro. Anad no le dio importancia hasta que lo encontr con Marion una tarde en la ciudad saliendo del cine. Iban cogidos de la mano y Roc, al verla, la solt enseguida. Pero fue suficiente. Anad sinti una punzada que le atraves una parte de su anatoma que no conoca. El hgado? El bazo? Los pulmones? O tal vez el corazn? En cualquier caso su cuerpo confirm que la complicidad que senta junto a Roc iba ms all del afecto a un simple compaero de estudios. Y desde entonces lo pas fatal. Sobre todo la tarde siguiente en la que Roc qued con ella y le estuvo explicando que ya no sala con Marion pero que an eran buenos amigos. No supo qu hacer, ni dnde mirar. Se avergonzaba de su sentimiento. Por novedoso, por extrao, por aparatoso.Desde que fue consciente de que Roc le gustaba no pudo evitar enrojecer en su presencia. Y cualquier broma, un golpecito afectuoso, una llamada suya le provocaban un ardor en las mejillas que la delataba.Esos ltimos das su apuro era constante, puesto que se vean a todas horas ultimando los preparativos de la fiesta. Juntos limpiaron el local, colgaron cables, acarrearon bailes y trasladaron sillas y mesas hasta altas horas de la noche. Anad se estremeca cada vez que se rozaban sus manos o sus pies coincidan en el mismo lugar. Era un estremecimiento dulce, un cosquilleo, un calor sbito que le haca desear prolongar el contacto y que, a veces, le haca buscarlo fingiendo una casualidad.Pero no se haca ilusiones.Lo previsible era que Roc simplemente la considerase una buena amiga.Lo peor era que esa noche de la fiesta se presentase con Marion.Lo ms dramtico era que ni por un momento se le pasaba por la cabeza la posibilidad de gustarle a Roc.Lo ms triste era que tena que marcharse con su madre. Pronto. Muy pronto.Lo ms grave era que no poda utilizar ninguno de sus poderes para sus fines.Lo ms absurdo era que ella, esa chica tmida, era la que las profecas designaban como la elegida.Y Clodia an lo estaba digiriendo.--Cuando mi madre me dijo que eras la elegida me sent rarsima. Me dio por rebobinar todas las cosas que haba dicho en tu presencia, como si pudieras reprochrmelas. Ya sabes, seguro que hice el ridculo.--No llevaba la grabadora encima.Clodia insisti.--Es como si un buen da pones la tele y descubres que tu compaera de pupitre es una actriz famosa que sale en todas las pelis. Te sientes fatal.Anad la cogi de las manos.--Mrame bien, soy la misma que cuando me conociste. Pero ms asustada.--Asustada t?Anad nunca comprendera el buen concepto que Clodia tena de ella.--Me pesa un montn.--El cetro?--La responsabilidad, boba.--Dnde est el cetro de poder?--Escondido.--Me dejas verlo?Anad se qued dudosa.--Mierda. Ahora mismo no s si debo ensertelo o no. No s si mostrarte el cetro a ti compromete el futuro de las Omar. Estoy hecha un lo y no me siento para nada a la altura de todo lo que dicen las profecas.--A m me pasara lo mismo. Pero, peor, vaya, seguro que mucho peor.Sin embargo Anad se puso en pie. Abri su armario, sac una caja de zapatos y se la mostr a Clodia. Ah, disimulado entre papeles arrugados, resplandeca el mtico cetro de la elegida. Estaba labrado en oro y era hermoso, pero lo que ms impona era su leyenda. Segn la leyenda, la mismsima madre O lo empu y luego lo lanz a las profundidades de la tierra para evitar que su hija Od se apropiase de l. Clodia estaba francamente impresionada.--Y dices que cuando conjuraste el Etna para provocar la erupcin lo escupi la tierra?--Y Salma se apropi de l. Luego lo recuper mi madre. Ahora es mo.Clodia se acerc ensimismada con la mano extendida dispuesta a acariciarlo, pero Anad retir la caja con rapidez.--No, no lo toques.--Por qu?--Es muy poderoso y puede torcer la voluntad de quien lo posea.Clodia se lo qued mirando fijamente.--La profeca de Trbora.Anad recit:--Oro noble de sabias palabras labrado, destinado a las manos que an no han nacido, triste exiliado del mundo por la madre O.Clodia se sum a los versos:--Ella as lo quiso. Ella as lo decidi. Permanecers, pues, oculto en las profundidades de la tierra, hasta que los cielos refuljan y los astros inicien su camino celeste. Entonces, slo entonces, la tierra te escupir de sus entraas, acudirs obediente a su mano blanca y la ungirs de rojo.Anad finaliz:--Fuego y sangre, inseparables, en el cetro de poder de la madre O. Fuego y sangre para la elegida que poseer el cetro. Fuego y sangre para la elegida que ser poseda por el cetro.Anad no pudo evitar un escalofro. Clodia pronunci el ltimo verso:--El cetro de O gobernar a las descendientes de O.Y se ech a rer.--No te lo tomes muy en serio. Cuando te pones seria pareces mayor.Pero Anad estaba seria.--Se ha cumplido todo. En el momento en que se produjo la conjuncin tom el cetro y destru a Salma. Me ensuci las manos de sangre.Clodia la abraz.--Olvdalo y divirtete, esta noche divirtete mucho y olvida todo lo que has pasado.Anad se repuso. Guard la caja, cerr el armario con cuidado y se dio cuenta de que Clodia se haba dejado caer en la cama muerta de sueo.--Despirtame a las diez. No me quiero perder la fiesta -suspir antes de quedarse frita.Anad la cubri con la colcha y sali de puntillas hacia la sala.

En la sala, Anad cortaba panecillos barajando todas las posibilidades sobre lo que podra suceder durante la fiesta. Se pasara la noche sentada en una silla comindose las uas? Se pasara la noche sirviendo bebidas y bocatas y poniendo msica en plan Cenicienta sin importarle un pepino a nadie? Se pasara la noche charlando con Roc en plan amigos de la infancia sin rozarse ni un milmetro de la piel? Se pasara la noche muerta de celos, cotilleando con Clodia sobre los magreos de Roc y Marion? Se pasara la noche intentando bailar sin dar pena? Se pasara la noche suspirando por un beso de amor sin conseguirlo?Y tanto barajar situaciones estresantes acab por ponerse tan nerviosa que se cort un dedo. Selene acudi enseguida a su lado y la ayud a vendarse y a detener la hemorragia.--Dame el cuchillo. Ser mejor que t slo untes el tomate en el pan.Selene acarre el cesto con tomates y se coloc junto a Anad trabajando codo con codo como en una cadena de montaje. Selene cortaba el pan a rebanadas, Anad lo untaba de tomate y luego lo aliaba con aceite y sal, como le haba enseado su madre desde nia para hacer ms sabrosos los bocadillos. Por ltimo, lo colocaba sobre la bandeja.--Estoy guapa? -se atrevi a preguntar Anad de pronto.--Te veo diferente.--Me he pintado. Mejor dicho, me ha pintado Clodia, pero me siento rarsima con esta raya negra y los prpados brillantes.--Pues qutatelo.--No te gusta entonces?--A ti no te tiene que importar lo que me guste a m o no. Eres t quien tienes que gustarte a ti misma. Los dems descubrirn tu belleza aunque no vayas pintada.--No es fcil.--Ya lo s. Se trata de ir probando.Anad, siempre tan conformista, se sublev con la familiaridad con que su madre trataba su problema. Era algo as como subestimarlo.--Por favor, mam, t no tienes ni idea.--De qu?--De lo que siento, de mi nerviosismo.--Por el cetro?--Sss.--Ya lo s, la responsabilidad es muy grande, pero yo no te dejar sola.--Dnde iremos?--No te lo puedo decir. Emprenderemos un camino las dos y no s cunto tiempo nos llevar.--Pero yo querra quedarme aqu, con mis amigos. De verdad tenemos que irnos? No bastara con un conjuro de proteccin del valle?Selene call. La frase de Anad le reportaba un doloroso recuerdo.--Entiendo lo que te pasa. Entiendo que te cueste aceptar que a tu edad tienes que sacrificar tus intereses por el bien de la comunidad.Anad asinti. Lo haba resumido perfectamente.--Y no slo es eso. Esta noche es una noche muy importante y tengo miedo a hacer el ridculo.--Bah! -minimiz Selene-. Menuda tontera.--Tontera? -se ofendi Anad-. No sabes lo que es tener quince aos y debutar en la vida social.Selene se puso en jarras. Era esplndida y muy joven para ser madre de Anad.--Te crees que siempre he tenido treinta y tres aos?Y Anad cay en la cuenta de que estaba diciendo una sandez.--Perdona. Quera decir que yo he sido siempre una chica rara, diferente.--Yo tambin lo fui.Anad no daba crdito. Selene era atrevida, lanzada, seductora, segura de s misma. No poda meterse en su mismo saco.--T? Eso s que no.--Pues claro, todas las brujas Omar hemos tenido una infancia vigilada, una adolescencia traumtica y una juventud difcil. No hemos sido mortales libres.Anad quit mentalmente un puado de aos a su madre y, sin costarle excesivamente, la vio joven, inconsciente y atrevida.--Somos muy diferentes t y yo.--Puede, pero eso no quiere decir que yo no sepa lo que es enamorarse, odiar a una madre, sentir miedo por la responsabilidad, desear no ser una bruja o querer morir de pena. Siempre so con ser una mortal.Anad, de pronto, sinti una gran curiosidad por esa Selene que no conoci nunca, pero que poda intuir e imaginar.--Queras ser una mortal libre?--se fue mi drama... o mi suerte.--Mam, y cundo fue tu primera fiesta?Selene se mordi los labios.--Hace mucho tiempo, pero me acuerdo como si fuese ayer.--Fue importante para ti?Selene se restreg los ojos con la manga de la camisa, levemente. Haba sentido un escozor repentino.--Ah empez todo, con esa fiesta se decidieron muchas cosas importantes y trascendentes para mi vida.--Cuntos aos tenas?--Tena diecisiete aos y haba empezado a vivir sola en la ciudad y a estudiar Periodismo.--Jo! Hay muchas cosas que no s de ti.--Las sabrs todas, tengo intencin de explicrtelas.--Cundo?--Durante este viaje. Tendremos mucho tiempo para hablar.--Empieza ahora, por favor.--Ahora?--Por favor, tenemos tiempo, Clodia est durmiendo y Roc est ayudando a su padre.Selene dud unos instantes. Mir su reloj y accedi. Haba tiempo de sobras hasta la noche.--Por dnde quieres que empiece?--Por esa fiesta.Selene parpade levemente y se limpi las manos en el delantal.--Ests dispuesta realmente a escuchar nuestra historia? La tuya y la ma?--S. Estoy segursima.--A lo mejor hay muchas cosas que te sorprendern, otras que te dolern, otras que habras querido no llegar a saber nunca... Porque te lo advierto, no te ahorrar ningn detalle. O todo o nada. sa es mi propuesta.Anad no poda dar crdito a lo que oa.--En serio?--Estoy hablando completamente en serio -asever Selene.--No me ocultars nada? -insisti Anad.--Nada.--Me dirs quin es mi padre?Selene no dud ni un instante.--S.Anad se llev las manos al pecho. Nunca se haba atrevido a formular esa pregunta a su madre y ahora Selene estaba dispuesta a iluminar su origen, su pasado, su propia semilla.

* * *

TODO empez una tarde de febrero. Me acuerdo perfectamente porque haca mucho fro y no tenamos calefaccin. Viva en Barcelona en un piso pequeo con viejos balcones de postigos de madera, olor a sofritos y carcoma en las puertas. Ninguna maravilla, pero a los diecisiete aos me pareca un palacio.Comparta el piso con Carla, Meritxell y Lola.Carla, una estudiante de Bioqumica algo rellenita, marchosa y bastante mandona, era ms aficionada a preparar comida china y a bailar salsa cubana que a estudiar combinaciones de sodio. Meritxell, una andorrana frgil y hermosa, algo lnguida, de melena pajiza y ojos color de miel, estudiaba Bellas Artes y nos decoraba los techos con estrellas fugaces fosforescentes y las paredes con chorretones de lluvia. Lola, una bolita de algodn mimosa y ronroneante, viva a su aire en la habitacin de Meritxell, su ama, sin escaparse ni alejarse nunca ms all de un radio de diez metros de su acogedora jaula siempre con lechuga verde y fresca, siempre con serrn limpio. Lola era la hmster de Meritxell y todas la malcribamos y la consentamos como a una nia. Era nuestra mascota.Yo estudiaba Periodismo y contribua a las necesidades del piso encargndome de la ambientacin nocturna y de las bebidas. Tena fascinadas a mis compaeras con mis velas, mis tisanas, mis filtros y mi estilo excntrico. Entonces, lo reconozco, era bastante presumida y procuraba sacar partido a mis piernas largas, a mi melena rizada, jaspeada de irisaciones rojizas, y a mis ojos verdes. Me gustaba vestir con un estilo extravagante y descarado, con lo cual casi todos los chicos queran ligar conmigo, pero no se enamoraban de m, y las chicas, en general, me rehuan y evitaban ser mis amigas. Excepto Carla y Meritxell, dos mortales maravillosas.Por las maanas me pasaba por la facultad, pero me distraa hasta con el vuelo de una mosca y siempre tena una excusa para no asistir a clase. No era difcil hacer campana. Era mucho ms interesante el bar atestado de estudiantes que leamos la prensa con avidez, inventbamos reportajes imposibles y arreglbamos el mundo.Durante esos meses me entusiasm con tantos escndalos y conceb tantos reportajes que unos cuantos profesores, abrumados, me aseguraron con antelacin que estaba archiaprobada. A lo mejor fue una medida disuasoria para que dejara de marearlos. Los compadezco. Era pesadsima y no callaba. Mi especialidad era poner al mundo boca arriba, boca abajo y zarandearlo. Y luego, con la misma pasin, me dedicaba a preparar festejos.Fui yo, lo recuerdo muy bien, quien apunt a Carla y Meritxell a participar en el concurso de disfraces que organizbamos los estudiantes de Periodismo la noche de la fiesta de Carnaval. Al principio se negaron las dos en redondo por motivos diferentes. Carla deca que estaba tan gorda que hundira la pasarela y que no se le ocurra otro disfraz que el de queso de bola. Meritxell, en cambio, confes que se morira de vergenza desfilando ante miles de desconocidos, que la miraran y la haran sentir desnuda. Pero fui venciendo su resistencia, con tozudez, hasta que acabaron por ceder del todo y se animaron casi tanto como yo con la idea.Y esa tarde de invierno de un mes de febrero, Carla, Meritxell y yo, muertas de fro, nos decidimos por fin a coger aguja e hilo y a coser nuestros disfraces para tenerlos listos antes de la semana de exmenes. Estbamos inslitamente atareadas cosiendo botones y dobladillos e hilvanando cremalleras. No tenamos dinero -nos lo habamos gastado- y nos sobraba entusiasmo, pero se nos entumecan los dedos y cada vez que nos pinchbamos con la aguja, cosa que nos pasaba muy a menudo, aullbamos de dolor.Estbamos las tres rindonos por todo, con esa risa tonta que me daba a los diecisiete aos cuando cosa un buuelo y no saba cmo demonios deshacerlo, y entonces Carla deca una sandez del estilo parece una margarita frita y nos reamos tanto que se nos caan las lgrimas y nos daba el hipo.Hasta que repararon en mi disfraz.Por qu escog ese disfraz?An hoy no tengo una respuesta clara a mi pregunta. Slo s que ese disfraz polmico trajo consigo la desgracia.Su misma naturaleza intrig a mis amigas. Ninguna de las dos consegua adivinar de qu se trataba.--Una pista, danos una pista.No pensaba decrselo. Para m, cualquier nombre de la diosa era impronunciable. Mi madre, Demter, me lo haba prohibido porque era una forma de invocarla. Y tena muchos nombres con los que haba sido designada. Lo nico que quera disfrazndome de ella era demostrarme a m misma que no tena miedo a las supersticiones que el clan de la loba, mi clan, me haba impuesto desde nia. Pero me equivocaba. Me daban escalofros slo de pensar en su maldad.--Una mujer poderosa.--Cmo de poderosa?--Como el hierro.--Margaret Thatcher!Carla tena salidas de ese tipo. Cmo se le poda pasar por la cabeza que asistiese a una fiesta de Carnaval disfrazada de ex Primera Ministra inglesa? Vale que yo era excntrica, pero no tanto. Me estaba tomando el pelo? Tratndose de Carla, era lo ms probable.--Una dama sangrienta -aad.--Una carnicera! -grit Carla.--Una asesina! -se sum Meritxell.Y ninguna de las dos iba desencaminada. La diosa era eso y mucho ms. La diosa exiga sacrificios humanos y beba la sangre de sus vctimas. Pero no pronunciara su nombre. Me vest con la tnica bordada con una serpiente y el tocado de plumas y les dej acariciar el pual de doble filo -mi atame- que nunca debera haberles mostrado y que por pura rebelda haba incorporado a mi atuendo.--Soy una diosa.Carla y Meritxell estaban excitadas, eran curiosas y yo llevaba unos meses jugando con ellas, intrigndolas con mis adivinaciones nocturnas y mis filtros. No era una artista, como Meritxell, ni una graciosa, como Carla. Yo era misteriosa y alimentaba ese lado oscuro que la brujera potenciaba y que haca las delicias de mis compaeras. Pero queran ms. Y as empez todo, como un juego. Se arrodillaron a mis pies reverencindome.--Demustranos tu poder, gran diosa.--Oh, Selene!, te invocamos.--Estamos a tus pies y nos congelamos las rodillas. Concdenos el don de calentar nuestras manos.--Oh, s, gran Selene! Instlanos la calefaccin.--As sea.Fue un impulso tan repentino que no me dio tiempo a pensarlo. De un rpido movimiento de mi vara, surgi una chispa que prendi las paredes que Meritxell haba decorado con lluvia y las gotas de lluvia se transformaron en minsculos racimos de fuego. Fue un embrujo delicioso. La sala, que estaba como un tmpano, se encendi como una hoguera y comenz a calentarse, irradiando luz y bienestar desde todos y cada uno de sus rincones.Meritxell abri los ojos, fascinada, sin plantearse el fenmeno ms que desde la belleza, y comenz a bailar a la luz temblorosa de las gotas de fuego. Por el contrario, Carla se asust, quiz porque era bioqumica, quiz porque era cocinera, quiz porque era racional. Recuerdo que grit y, al gritar, me hizo darme cuenta de la barbaridad que acababa de cometer.Enseguida detuve el hechizo y pretend que nada haba sucedido, pero ya era demasiado tarde. La simpata de Carla se quebr. Desde entonces me mir con sospecha y nunca ms crey en mi palabra.--Ha sido una ilusin, un truco que aprend de nia -insist una y otra vez.Sin embargo Carla palp con desconfianza las pinceladas de lluvia, an calientes, y comprob con estupor que la temperatura de la sala haba subido hasta veinticinco grados. Maldito cientifismo.--No ha sido un truco, ha sido real. Has desatado una fuente de energa lumnica y calrica.Por suerte Meritxell estaba fascinada.--Ha sido precioso, tenemos que repetirlo. Cmo lo has hecho?Carla incorpor un retintn desconfiado a su tono de voz:--Eso, cmo lo has hecho?Fui incapaz de inventar una excusa convincente y farfull alguna incoherencia. Comenzaba a darme cuenta de que haba jugado con fuego. Nunca mejor dicho.

Esa misma noche se present Demter en casa.Mis amigas no conocan a Demter. se era el trato. Nos citbamos a solas y no interfera en mi vida siempre y cuando yo no pusiese en peligro a la comunidad. Ella respet su pacto hasta que yo lo romp.Carla y Meritxell no daban crdito. Si yo les haba resultado curiosa, Demter las dej sin aliento. Tendras que haber conocido a tu abuela entonces. Haba una sola palabra que la defina: imponente. Demter era alta, pero su altura era lo de menos. Imponan la fiereza de sus ojos grises, el peso de su cabello rubio ceniza que llevaba trenzado hasta la cintura, el movimiento envolvente de sus manos y el tono firme y autoritario de su voz. Aunque llegu a sobrepasarla unos centmetros en altura, siempre me sent pequea a su lado. Era un sentimiento de impotencia, de debilidad. Demter era muy fuerte.Se present en mi piso sin avisar y en cuanto la vi supe que llegaba dispuesta a llevarme con ella. No tena ni idea de cmo demonios se haba enterado de mi imprudencia, pero por algo era una bruja.Y supe tambin que, esa vez, no se saldra con la suya.Demter, mi madre, husme la habitacin como una verdadera loba. Buscaba la presencia, por remota que fuese, de alguna bruja Odish. Por fin se sent frente a m, cara a cara.--No haba ninguna necesidad, Selene.--Ya lo s, ya lo s. Me he equivocado, lo siento.--No es suficiente con decir lo siento. El mal ya est hecho.--No es posible que las Odish me localicen slo por provocar un poco de calor en una sala glida. Ta Criselda prepara los pasteles sin horno. Lo sabas?--Pero t no eres ta Criselda. Lo sabas?se era el problema. Yo era especial. Yo era una nia marcada, yo haba sido sealada por la pitonisa como alguien peligroso. Yo haba sido atacada por una Odish al cumplir siete aos y desde entonces haba vivido protegida, vigilada y prisionera de todas las Omar. Estaba harta de sentirme controlada. Ansiaba la libertad, el anonimato, considerarme una mortal y basta.--No lo har ms, te lo juro.--Ya no puede ser, Selene. Lo has estropeado.--Mam, por favor... -supliqu.Demter era inflexible. Le haba prometido no hacer ningn uso de la magia sin la supervisin de otra Omar. Viva voluntariamente desvinculada del clan de las hormigas, que se reunan en la ciudad. Rechac asistir a sus reuniones y convenc a Demter de la conveniencia de permanecer de incgnito. Quera ser una chica normal que estudiaba la carrera que quera y viva con otras chicas normales. Demter me haba apoyado con reparos. Y ahora, por una estupidez, se haba acabado todo. Mi libertad haba durado apenas unos meses. Demter daba marcha atrs y pretenda que volviese a ser una bruja vinculada a la comunidad, dedicada en cuerpo y alma al clan, pendiente de la tribu, de los sabaths y los esbaths, de las rencillas entre las matriarcas y de las persecuciones de las Odish.--Vendrs conmigo la noche de Imbolc. Nos reunimos en Cadaqus.Y sent que se me hunda el mundo bajo los pies. Demter me ordenaba que renunciase a lo nico que me ilusionaba en aquellos momentos.--No puedo, es la fiesta de Carnaval.--Ya es hora de que participes en un sabath de fraternidad.Conoca los relatos maravillosos del sabath de fraternidad de las lupercales que se celebraban en las escarpadas costas del cabo de Creus. Hasta all, en un promontorio barrido por el fro viento del Norte, la Tramontana, y batido por la espuma de las olas, volaban brujas del clan de la loba, la paloma, el guila, la hormiga, la salamandra y la carpa. Demter, que adems de mi madre era la gran matriarca de la Pennsula, estaba en pugna con la matriarca gala del clan del guila y quizs en ese sabath se dirimira el liderazgo de la tribu. No me importaba. Durante muchos aos haba soportado sus rencillas y sus peleas y estaba harta de sus historias. Me importaban un bledo.Me levant y la ret.--No ir. Ya he cosido mi disfraz.--Qu disfraz?--Mi disfraz...A lo mejor me tembl la voz; seguramente dije la palabra disfraz con miedo, porque inmediatamente record el sacrilegio que haba cometido disfrazndome de la diosa y se me ocurri que tal vez su influjo maligno haba levantado mi mano para que efectuase el embrujo. Esper en vano que Demter no se diese cuenta de mi apuro. Pero Demter era una bruja y no era cualquier bruja. Demter poda interpretar mis angustias y leer mi azoramiento.Enseguida lo supo. Busc el disfraz hasta dar con l y, sorprendentemente, al tomarlo en sus manos no se mostr airada ni irritada. La palabra que mejor poda definir el parpadeo de sus ojos, el rictus de su boca y ese leve temblor de sus manos era miedo. Demter estaba asustada?En ocasiones las hijas creemos que las madres son infalibles, que no se arredran por nada, que no sienten miedo ante nadie. Cuando vi que Demter tema a la diosa, me crec. Fueron unos instantes, pero fueron suficientes.--Cmo ha ocurrido, Selene?--El qu?--De dnde te ha surgido la idea de vestirte como Baalat?Y entonces descubr que no tema a la diosa, ya que se atreva a pronunciar su primer nombre; lo que tema era que yo hubiese cado bajo el influjo de su poder.--No creo en ella. Por eso lo he hecho.Demter se derrumb.--Sabes su historia. Sabes que Baalat, la gran Odish de Biblos, reinaba entre los antiguos fenicios y exiga sacrificios humanos.--Lo s.--Y que era en realidad la cara de Baal, el dios carnicero sin voluntad que ella suplant.--Lo s.--Y que fue conocida como la Gran Hechicera, puesto que su belleza era comparable a la de Venus y Afrodita.Lo saba, claro que lo saba, no haba odo otra cosa desde que era una nia.--Conozco su leyenda. S que enloqueca a los hombres y los alejaba de sus esposas. Que provocaba el hambre, marchitaba las plantas y traa consigo la muerte. Que invocaba a los muertos. Que fue el azote de las brujas Omar. La que ms doncellas Omar degoll antes que la Condesa Erzebeth. La que ms bebs Omar devor, la que destruy al clan de las ciervas, las jirafas y las escorpiones.--No es ninguna leyenda. Por qu la provocas convocndola?--Porque no me da miedo. No creo en Astart.Y entonces Demter perdi los estribos y me cruz la cara con un sonoro bofetn.--Cmo te atreves t a pronunciar uno de sus nombres?Se me encendi la mejilla, pero no llor. Notaba las lgrimas calientes que pugnaban por salir y hacan que me escocieran los ojos. Pero no llor. Yo era orgullosa y no quera que Demter me viese llorar. Al revs. Levant la cabeza con altanera y la ret por segunda vez:--No ir contigo a celebrar la noche de Imbolc.--Dame tu vara -me exigi mi madre por toda respuesta.Y al entregrsela, le entregu una parte de m. La que supuestamente yo rechazaba, la nica que haba conocido hasta aquel momento. Retirar la vara a una bruja significaba un gran castigo. Y un peligro. Tal vez no sepas que sin nuestra vara las brujas Omar quedamos desasistidas, a merced de cualquier ataque de una bruja Odish. Por eso Demter me desconcert. Si era mi madre, cmo poda abandonarme a mi suerte?--Quieres que las Odish acaben conmigo? Demter me dej fra con su respuesta.--Las Odish? Para ti no existen las Odish. La dama de Biblos no ha existido nunca.Era una prueba. Demter me estaba poniendo a prueba. As pues le segu la corriente y le entregu mi vara. Saba que ceira mi cinturn an con ms fuerza y que antes de marcharse formulara un conjuro de proteccin para m. Pero me equivoqu. Sent que el calor del escudo protector que oprima mi vientre, y al que estaba acostumbrada desde muy nia, se dilua hasta desaparecer.--Qu haces? -murmur asustada.--Te privo de tus cadenas. Eres libre.Sent pnico. La libertad puede producir autntico pnico si no ests acostumbrada.Agit su propia vara y musit unas palabras mortecinas, como su mirada. Not un enorme vaco que me produjo vrtigo. Demter haba hecho desaparecer la proteccin que siempre me haba envuelto.--Ahora eres libre. Libre de pronunciar el nombre de la diosa si quieres.Y se fue dejndome desnuda e indefensa.Quera darme una leccin. Estaba convencida de que yo me morira de miedo y de que acudira a ella inmediatamente, llorando, para rogarle que me protegiese y accediendo a todas sus condiciones. Y lo haca a sabiendas de que realmente me expona a un peligro real. Y lo haca consciente de que estaba retando al destino y a la pitonisa de mi profeca.Demter era dura como el pedernal. Lo malo es que me haba educado en la dureza y yo, le pesase o no, era su hija. A cual ms tozuda.Esa noche, nada ms salir mi madre por la puerta, penetr una corriente de aire glido en la casa y un sbito escalofro me recorri el espinazo. Al cruzar mi mirada con Carla, tuve que bajar los ojos. Me senta dbil. Me senta mal.As se sentan las mortales?Creo que en el momento en que invoqu el nombre de la diosa el hlito del mal se col en mi vida. Y ah comenz mi historia. Mejor dicho: nuestra historia.

An faltaba una semana para la fiesta y estbamos de exmenes. Una combinacin terrorfica. Fro, mal rollo, desconfianzas y aburridsimos apuntes cazados a ltima hora y fotocopiados de cualquier manera.Se haba abierto la primera fisura entre Demter y yo y no tena ninguna intencin de repararla, porque entonces no saba que las fisuras, si no se reparan a tiempo, se van resquebrajando hasta transformarse en grietas. Yo era muy joven y estaba dispuesta a llegar hasta el final. Aunque no supiera exactamente dnde estaba el final.Lo que s saba es que en aquellas circunstancias era incapaz de aprobar ni un examen. Me ocurra una cosa muy extraa. Me senta tan desnuda y desprotegida que temblaba como una hoja y apenas poda dar dos pasos seguidos por la calle sin detenerme y darme la vuelta angustiada por las miradas que senta a travs de mi ropa. Bajo ninguna circunstancia poda sentarme ofreciendo mi espalda a la mirada de otros. Los ojos ajenos no slo me incomodaban; me producan picor, araazos, hasta dolor. Algunas miradas eran fieras como flechas envenenadas. Siempre, durante toda mi vida, haba vivido protegida del mal de ojo y ahora mi madre me dejaba desvalida y expuesta a todos los peligros del mundo. No poda comprender cmo Carla o Meritxell andaban tan frescas a mi lado sin preocuparse de quin o quines caminaban tras ellas ni de quin o quines clavaban sus miradas en ellas. Llegu a parecer una loca, y el da que me obligaron a sentarme en primera fila en el aula donde se convocaba el examen de Historia Contempornea tuve que levantarme a los pocos minutos con la hoja en blanco, sin haber tenido tiempo de responder ni a una sola pregunta. Fue una lstima. Era un examen que haba estudiado y seguro, segursimo, un examen en el que podra haberme lucido y haber sacado una buena nota. Me saba todas las preguntas, as que sal hecha una furia. No hay nada que produzca ms rabia que no poder cumplir con tus expectativas cuando estn ah mismo.Se me ocurri que era una venganza de Demter por haberme negado a estudiar Medicina. Mi madre quera que siguiese la tradicin familiar y que me dedicase a la Obstetricia. Mejor que comadrona, mdico. El rbol genealgico de las Tsinoulis estaba atestado de comadronas y yo me haba pasado la vida rodeada de partos, parteras, llantos de bebs recin nacidos, toallas empapadas en sangre y placentas palpitantes. Estaba muy acostumbrada a todo eso y saba ayudar a controlar la respiracin de una contraccin, a cortar un cordn umbilical o a palpar la posicin de un beb encajado. Ya tena asumido que de mayor yo tambin traera nios al mundo y ayudara a parir a sus madres. Todas las brujas Omar lo crean: mi ta Criselda lo crea, mi prima Leto lo crea y mi madre Demter tambin lo crea.Hasta que ocurri la desgracia de Leto y yo la presenci.Todava hoy me siento incapaz de rememorarlo. Me cost mucho olvidar aquella escena tan terrible. Un da te lo explicar, ahora no puedo. Slo s que tras el parto de Leto me pas noches y noches llorando desconsoladamente. No poda asumir la angustia de convertirme en comadrona y traer al mundo criaturas monstruosas. No podra dedicarme a ese oficio imaginando, parto tras parto, que algn da asistira a una madre desconsolada, a un hijo deforme, a una muerte inevitable, a la impotencia de no poder ayudar a ninguno de los dos. Por eso, sin decrselo a nadie, decid que no sera comadrona ni mdico. Que no asistira a parteras y que me dedicara a viajar y a escribir. Por eso me matricul en la facultad de Periodismo y tuve mi primer enfrentamiento con Demter.De eso haca ya algunos meses y de nuestra primera discusin sal muy bien parada. Demter era innovadora y acept que durante mis estudios viviera sola en la ciudad, acompaada de muchachas mortales, sin involucrarme excesivamente en las tareas del clan y procurando pasar lo ms inadvertida posible.Los tiempos estaban revueltos. Nuestras astrnomas vaticinaban que la llegada de la elegida estaba prxima y las Odish, que haban permanecido ocultas e inmviles durante aos, comenzaban a dar signos de vida. Si era cierto, si la elegida llegaba, la guerra de las brujas se recrudecera. Y Demter tena demasiado trabajo dirigiendo la tribu como para adems tener que ocuparse de m.Me encerr en casa al salir del examen y me met en cama. Suerte tuve de contar con la dulce Meritxell. Enseguida se dio cuenta de mi angustia y me hizo compaa dibujando a mi lado, ofrecindome su lpiz para que me distrajese, ensendome a garabatear siluetas y ahuyentando mis miedos. Y lo consigui.Hasta ese momento pensaba que Meritxell era una buena compaera de piso que apareca los domingos por la noche trayendo bajo el brazo leche, mantequilla y tostadoras de oferta, y que nos llenaba las paredes de estrellas y lluvia. Pero esa semana descubr que adems era paciente, cariosa y que poda ser una buena amiga. No tena prisa y ah radicaba la magia de su compaa. De ese tiempo junto a Meritxell aprend que una verdadera amiga no debe tener nunca prisa. Con el primer rayo de sol, Meritxell se sentaba junto a mi cama, con sus carpetas de dibujo, y me traa leche con galletas. Se disculpaba por no saber cocinar, pero era un detallazo. Me consolaban ms su conversacin, su risa y sus dibujos que toda la comida del mundo.Meritxell estaba en un momento estupendo. Haba sacado muy buenas notas en sus exmenes y su padre le acababa de anunciar su regalo de fin de curso: un recio Nissan Patrol verdiazul, 120 caballos, cinco cilindros y ruedas de 250 mm. Un pequeo tanque para escalar cimas, cruzar ros y emprender aventuras de anuncio televisivo. No era un vehculo demasiado acorde con la dulzura de Meritxell, pero lo cierto es que ella se mostraba entusiasmada y llevaba la fotografa de su Nissan en la cartera y la mostraba a todo el mundo, como si fuera un sobrino o un perrito recin incorporados a la familia. Meritxell irradiaba felicidad, le brillaban los ojos, tena las mejillas encendidas y la sonrisa a flor de piel. Pronto me contagi sus ganas de vivir. Pero me confund. Su felicidad no provena de su todoterreno por estrenar. Una maana, medio avergonzada, me sac de mi error.--Tengo novio.Me qued patidifusa. Meritxell estaba enamorada. Era fantstico.--Anda, hblame de l.Se sonroj.--Es un secreto.--Por qu es un secreto?Y se sonri.--Siempre que he hablado de mi novio antes de tiempo ha salido mal, pero esta vez va en serio.Y an me dej ms pasmada. Yo no cazaba lo de ir en serio.--Te quieres casar con l? Meritxell se ri. --Ests chalada.--Entonces, cuando dices que va en serio..., a qu te refieres?Meritxell me gui un ojo con picarda.--Pues que..., ya sabes..., nos hemos acostado juntos.Me qued a cuadros. La lnguida Meritxell que volaba etrea como sus gotas de lluvia se acostaba con un chico sin que yo me enterase y se enamoraba perdidamente en pocos minutos. Y yo? Yo era exigente, tan exigente que todava no haba encontrado a ningn chico que me interesase ms all de los primeros diez segundos. Con mi mirada de bruja experta en adivinar los recovecos de sus miedos e inseguridades, detectaba sus problemas y sus infantilismos al primer vistazo. Y dejaban de interesarme. Me enamorara algn da? Encontrara a alguien como haba encontrado Meritxell? Meritxell malinterpret mi silencio.--Perdona, ya s que t no tienes secretos para m.Y entonces fui yo quien me avergonc. Si Meritxell hubiera sabido todos los secretos que yo guardaba, me hubiera obligado a devolverle las galletas de chocolate que me haba hecho comer. La despoj de su remordimiento sin fingir lo ms mnimo. No me cost, porque estaba realmente contenta por ella. Meritxell era encantadora y se mereca todo el amor del mundo.--Es fantstico. Me lo presentars?--En la fiesta de Carnaval.Supongo que hice un mohn de disgusto.--No s si podr ir a la fiesta.--Seguro que s, seguro que te habrs recuperado.No me senta con nimos para superar mi angustia de vivir en un mundo sin escudo, sin proteccin, sin vara. Y tampoco pensaba dar mi brazo a torcer ante Demter. Aguantara en cama lo que hiciese falta.--Es por tu madre?Me asust. Intua Meritxell algo anmalo?Ella misma me sac de dudas:--Os o discutir la noche que vino. S que te lo tomaste a mal y creo que ests enferma desde entonces. Por qu no te reconcilias con ella?Negu con la cabeza.--Mi madre es muy cabezota.--Seguro que te quiere un montn.--Y un cuerno.Ella no tena ni idea de lo que era convivir con Demter.Entonces Meritxell me hizo la segunda confesin de su vida.--Yo no tengo madre. No sabes la suerte que tienes de tener una madre.Slo pude cogerle las manos y apretrselas muy fuerte. Hay momentos en los que las palabras sobran.Supongo que fue por ese gesto, pero Meritxell hizo algo que nadie se haba atrevido a hacer antes por m. Espontneamente medi entre mi madre y yo.

Demter se present en casa preocupada. Meritxell la haba avisado de mi estado y sin decir palabra me oblig a desnudarme y me revis el cuerpo milmetro a milmetro. Se senta muy culpable por haberme dejado indefensa y a merced de cualquier Odish, slo por pura altanera.--Tienes dificultades al respirar?--No.--Sientes ahogos, pinchazos, dolores?--No.--Sueos recurrentes?--No.--Escalofros?--A veces.--Calores sbitos en tu espalda?--Eso s. Cada vez que me miraban. No pude soportarlo.Demter pas su mano por mi frente y me tom el pulso. Luego me abraz.--Pobrecilla.Me sent aliviada. Meritxell tena razn. Mi madre se preocupaba por m y yo era afortunada de tenerla. Sac mi vara del maletn y me la entreg.--Ahora ya sabes lo que es vivir fuera del clan. Las que as lo han querido han tenido que convivir por siempre con esa angustia.--Ha habido brujas Omar que se han alejado de la tribu?--Algunas.--Y sobrevivieron?--Algunas.Demter no era muy explcita. Tampoco quise interrogarla sobre los motivos que indujeron a esas mujeres a abjurar de su condicin de brujas ni sobre lo que les ocurri a las que no sobrevivieron...--Formas parte del clan, no lo olvides.Y me devolvi mi escudo protector, que ci mi vientre. Al segundo sent el bienestar de vivir de nuevo bajo el conjuro benefactor de su proteccin.Distribuy cinco velas aromticas en los rincones propicios de la habitacin que formaban un perfecto pentgono, las encendi, me prepar una reconfortante pocin y luego me entreg una piedra de malaquita. La apret fuerte, contra mi corazn, y not cmo mi respiracin se acompasaba y la sangre flua libremente por mis venas. Mis miedos se iban desvaneciendo y comenzaba a sentirme segura con mi escudo, con mi piedra, protegida por el pentgono de luz y la fuerza benefactora de mi madre.Demter crey que haba aprendido la leccin. Qu poco me conoca.--El viernes debes estar preparada. Pasar a buscarte para ir juntas a la fiesta de Imbolc.--No pienso ir.Era cierto, pero era ms cierto que me senta todava dbil y dependiente. Creo que en aquel momento Demter podra haberme convencido de regresar al rebao. Pero lo estrope tontamente.--Selene, es muy importante para m que vengas al sabath.--Ah, s? -me hice de rogar-. Por qu?Cre que me hablara del orgullo de presentarme en pblico, de la ilusin por compartir nuestros momentos... Sin embargo Demter no tuvo la sensibilidad para meterse en la piel de una chica de diecisiete aos.--Habr una votacin para elegir a la jefa de tribu. Tu voto suma, y Claudina y yo estamos casi empatadas.Fue peor que una bofetada. Para ella yo era eso, un voto ms, una ayuda para sus ambiciones personales.--No ir. No quiero participar en vuestras peleas estpidas.--No son estpidas, Selene. La poltica es fundamental.--No me gusta la poltica, me hace vomitar vuestra poltica.Intent razonar conmigo. Intil.--Si no te gusta nuestra poltica, tendrs que involucrarte para cambiarla.--Ni hablar.--Las leyes de las brujas Omar las dictamos nosotras, no son ninguna entelequia.--Yo no quiero ser una bruja Omar.--Qu ests diciendo? Lo eres y basta.--Me lo preguntaste cuando nac? Me dejaste escoger?Demter se sinti desconcertada.--Quin te ha dicho que sea posible elegir?Y la desconcert ms an cuando le devolv la vara.--Ten.--Ests loca?No estaba loca. Estaba probando hasta dnde poda llegar.--Si has venido a chantajearme, prefiero continuar en cama o arriesgarme a morir.Esta vez Demter no me abofete ni me priv de mi vara, pero la indignacin poda con ella.--Cuando tengas problemas, no me vengas pidiendo ayuda.--Ni t a m. No te pienso ayudar a conseguir el poder ni a pelear con esas brujas chillonas.Por toda respuesta Demter, de un golpe de vara efectivo, desintegr mi disfraz de Baalat.--Me da igual. Me har otro -grit enfadada.Demter abri la puerta y sali.La grieta haba estado a punto de cerrarse, pero yo me haba empeado en hurgar y hurgar en ella hasta ahondarla.Al cabo de unos minutos Meritxell entr de puntillas y me mir consternada.--Os habis vuelto a pelear?Le agradec su inters con un abrazo. Luego me levant de la cama y mir por la ventana. Los das fros y secos en los pases mediterrneos son luminosos. Cuando el viento barre las nubes, los cielos despejados resplandecen como si fuese verano. Engaan. Inducen a pensar que el sol es clido y la temperatura agradable, pero en realidad, bajo esa apariencia amable, el fro muerde la piel. Pensaba en Demter, en su aspecto maternal y protector. Su trenza suave, sus manos hbiles y envolventes. Pero era y sera siempre una bruja fra, una bruja que, antes que comprender a su hija, gobernara los destinos de otras mujeres. Mi madre haba elegido la poltica y en aquellos momentos yo senta un odio visceral hacia la tribu. Cog una toalla y me dirig hacia el bao.--Vas a salir? -me pregunt Meritxell.--Tengo muchas cosas que hacer antes de la fiesta -le respond.--Vendrs a la fiesta de Carnaval? -exclam palmeando.--S, pero tengo un problema.--Cul?Y en su pregunta estaba implcito el deseo de ayudarme.--No tengo disfraz. Mi madre se lo ha llevado.Meritxell respir aliviada.--No importa. Te ayudar a coserlo de nuevo. Me encant esa serpiente.La mir asombrada. La diosa de la sangre, la hechicera del amor haba seducido a la dulce Meritxell.Y ella, sin saberlo, decidi fatalmente su destino y el mo.

_____ 2 _____Odn, dios de los vikingos

Y volv a coser el disfraz de Baalat. Si la primera vez fue un acto de rebelda ingenua, esa vez lo hice aposta. Cosa y cosa deseando con todas mis fuerzas que Demter se enterara de mi sacrilegio y de que las Omar le echasen en cara mi provocacin.Provocar es eso: buscar el escndalo, la polmica y, sobre todo, convertirse en el centro de las miradas y los comentarios. Y lo consegu. Vaya si lo consegu!No soy discreta ahora y entonces, con diecisiete aos, lo era an menos. Me encantaba llamar la atencin. Llevaba el pelo largusimo y rizado, y ese invierno tan fro me aficion a las faldas cortas, las mallas, las botas altas y los escotes de vrtigo en suteres de cachemira de colores fros. En las rebajas me haba comprado una capa oscura con capucha que recordaba vagamente a una capa lfica, y poco antes de la fiesta me encerr en los lavabos de la facultad con Shahida, una amiga paquistan, y le ped por favor que me enseara a maquillarme los ojos como lo haca ella. Desde entonces uso surma negra.--Hello, Miss Cool -me salud Carla esa misma noche.Y me regal un tornillo oxidado que encontr por el suelo y un calcetn desparejado.--Seguro que les sacas partido.Y no s si para complacerla o para demostrar que no me arredraba, la sorprend a la hora de la cena con el tornillo colgando en la oreja como un pendiente y el calcetn agujereado en mi mano derecha a guisa de mitn.Pura apariencia.Pero estaba claro que prefera ser la protagonista en lugar de mirar la pelcula desde la sala de proyecciones.Y la noche de Carnaval fui de protagonista. Vaya si lo fui! Slo te dir que Carla -que iba de sandunguera, con un tocado que no pasaba por la puerta, y pintada de mulata- se neg a ir conmigo.--Es que no quiero ser transparente.--Con esos colores? Si pareces el arco iris.--Por eso. Los chicos primero me mirarn a m, rebotarn, se mearn de risa y se quedarn contigo.--Una carambola?--Yo ms bien lo llamo tongo. No se puede tener amigas que estn tan buenorras como t.Carla era graciosa y muy clara. Deca lo que pensaba y a m me reprochaba siempre que, al pasar por delante de cualquier obra, me llevase las miradas y los silbidos de los albailes. Tuviese razn o no, me dej plantada y no tuve ms remedio que ir sola a la fiesta.Sola es un decir. La sala de la facultad de ingenieros estaba llena a rebosar, de pelmazos incluidos, y enseguida me vi literalmente aplastada por todo tipo de especmenes disfrazados que me invitaban a copas y me pedan rollo. Lo intentaron un hobbit, un romano, un Spiderman y hasta un Dark Vader. Pero yo me escaqueaba bailando.Enseguida localic a mis amigos de la facultad y me qued con mi grupo armando bulla hasta la hora del desfile. Todos me animaron al subir por las escalerillas de madera, pero no haca falta; curiosamente estaba muy segura de m misma, de mi ropa, de mis movimientos, de mi aura; era como si una fuerza ajena me guiara. Y triunf. A cada paso que daba por la estrecha pasarela me meta al pblico en el bolsillo. Me aplaudan a rabiar, me silbaban, pateaban, y yo, consciente de ser el punto de mira de miles de ojos, en lugar de sentirme turbada o coaccionada, me senta crecida por el xito. Me di cuenta de que las multitudes emborrachan y de lo placentero que resulta proyectar la propia imagen y recibir aprobacin a cambio. Comprend la vanidad de actores y famosos.Hasta que empez el jaleo.Al bajar de la pasarela me asaltaron un montn de babosos, entre ellos uno particularmente insistente que no supe cmo quitarme de encima. Era un fantasma -literal, con sbana y todo- que se encaprich de m. Estaba bebido y se le meti en la cabeza que tenamos que ir a dar una vuelta en su coche. Le respond que no, pero se hizo el loco y me cogi de la mano a la fuerza. No le vea la cara porque iba cubierto por la sbana y arrastraba una pesada cadena. sas son las pegas y las gracias del Carnaval, nadie es lo que parece y todos se amparan en su disfraz y su apariencia. O tal vez sea al contrario: a lo mejor buscamos aquel disfraz que mejor nos define. El caso es que el fantasma me quera secuestrar y yo me defend como pude. Pele, forceje y hasta creo que le mord la mano, pero sin ningn resultado. El fantasma meda casi dos metros y pesaba casi cien kilos. A punto estuve de utilizar mi vara, pero antes de llegar al extremo de recurrir en pblico a la magia -algo absolutamente vetado a las Omar-, decid pedir ayuda y grit con desespero.Nadie respondi por m, aunque pronto se form un corro de mirones a nuestro alrededor. No poda creerlo: nadie me defenda, nadie se atreva a encararse con el fantasma, que me arrastraba literalmente hacia la salida.Nadie excepto el vikingo.--Djala, no quiere ir contigo.Me fascin. Tena el porte de un prncipe y la majestad de un dios. Alto, piel curtida, ojos acerados. Iba armado con su escudo y su espada, y sobre sus rubios cabellos se alzaban fieros los cuernos de su casco.De un gesto contundente apart al fantasma de mi lado y, al resistrsele, de un puetazo lo lanz fuera del crculo de curiosos. Luego me mir a los ojos y me ofreci una mano. Me temblaron las piernas. No me haba ocurrido nunca. El guerrero vikingo tena luz propia y me haba hipnotizado.Y en el preciso instante en que tend mi mano hacia la suya sent un dolor caliente y agudo en la sien. Como si me hubiese alcanzado un rayo. Entonces el tiempo se ralentiz, los movimientos se sincoparon, y me aturdieron las luces y la msica. Me sent flaquear y las piernas dejaron de sostenerme.Fue un momento doloroso y mgico, lo reconozco. Sonaban compases de msica celta y, arropada por violines y extraamente dbil, me sent aislada del bullicio, del resto de los rostros sudorosos que me rodeaban mientras la sala se iba difuminando y quedaba sumida en un sucio humo.Excepto el rostro del vikingo.Y de pronto flot en la nada y not sus manos sostenindome la cintura y levantndome en volandas.Ah estaba yo, en los brazos del guerrero vikingo y con un enorme chichn en la cabeza que me haba causado el ofendido fantasma, que me atac a traicin por la espalda. Pero yo no lo saba, yo slo tena ojos para el vikingo. Lo vi en su esbelta nave con un dragn como mascarn de proa. Lo vi remontando un ro amparado en el silencio de la noche. Lo vi asaltar una fortaleza inexpugnable lanzando antorchas de fuego desde las almenas de sus murallas.Lo cierto es que l me llevaba en sus brazos, huyendo a la carrera, corriendo bajo las luces titilantes y yo sonrea tontamente. Eran las estrellas? Era la noche? Me raptaba? El guerrero vikingo haba llegado amparado en las sombras para llevarme con l a su nave.Me pareci que me deca algo, que me preguntaba algo. Le oa murmurar. No lo comprenda porque su voz se confunda con los sonidos graves de la orquesta y las voces de las miles de personas que nos rodeaban. Entreabr los labios para decirle mi nombre y entonces, entonces creo que me bes. Pero en el momento en que sent el contacto clido de sus labios sobre los mos, el mundo se fundi como una bombilla.Me despert con la conviccin de haber sufrido una alucinacin. La alucinacin ms real que haba tenido en toda mi vida.Sin embargo al despertarme lo primero que vi fueron sus ojos azules, penetrantes, clavados en m.Cerr los ojos y los volv a abrir inmediatamente.No era ninguna alucinacin. Yo estaba en sus brazos y l me llevaba como si fuese una pluma, abrindose paso entre la multitud.Me haba desmayado como una idiota y mi vikingo estaba intentando sacarme de aquel infierno.Le sonre. Me sonri.--Cmo ests? -pronunci con claridad, voz grave y un leve acento extranjero.Lo entend. Poco a poco me iba retornando el sentido. Me estremec de placer. Notaba sus manos sujetndome la cintura, sostenindome las piernas. Seguramente podra haberme puesto en pie, pero prefer disfrutar unos segundos ms de esa maravillosa sensacin.--En la gloria.--La gloria para la diosa Isthar son mis brazos?Indescriptible mi sorpresa.--Me has reconocido?Nadie hasta el momento haba relacionado mi provocador disfraz con la deidad fenicia. Y eso a pesar de mis manos teidas de rojo, mi atame colgado a mi cintura y mi serpiente bordada en la tnica pnica.Mi vikingo me gui un ojo.--En cambio t a m no.Admito que me pic la curiosidad.--No eres un guerrero vikingo?--Un berseker? -neg con la cabeza.--Pues llevas armas, escudo, casco -insist yo.--Sabes cmo luchaban los bersekers?--Cmo?--Desnudos y en trance. Ingeran hongos alucingenos y se lanzaban a la batalla ofreciendo su pecho a la espada enemiga.--Entonces qu eres?--El dios de dioses. Odn para los vikingos, Wotan para los germanos, Woden para los ingleses. Su nombre en las tres lenguas significa Furia.--Un dios furioso.Me corrigi:--Arrebatado. Concedo la inspiracin a los skald, los poetas, el ingenio a los vitkis, los maestros de runas, y la fuerza a los bersekers, los guerreros.Seal su ojo tapado.--Un dios pirata, acaso?Mi vikingo se ech a rer mientras esquivaba a unos y otros.--Odn perdi un ojo en el manantial de Mimir a cambio de la sabidura. Pero sus cuervos, Hugin y Munin, le acompaaban siempre y vean todo aquello que los humanos escondan a la vista de su dios.Vinieron a mi memoria con nostalgia las maravillosas sagas que Demter me explicaba de nia y de pronto record:--Y tambin le acompaaban lobos.Me contempl con admiracin.--Efectivamente, sus fieles Geri y Freki, leales y valientes. Y su caballo Sleipnir, de ocho patas, sobre el que cabalgaba en sus largos viajes por los nueve mundos.Su voz era como una caricia. Quera orlo relatar las hazaas de Odn, quera que las historias de su dios me envolviesen como un arrullo. Me complaci sin necesidad de pedrselo.--Odn, a lomos de Sleipnir, encabezaba la cacera salvaje que se repeta ao tras ao durante la celebracin de Jolblot. La noche del solsticio de invierno -su voz se fue haciendo ronca como un murmullo- Odn diriga una horda de espritus humanos, perros y caballos que salan a la caza de las almas de los muertos. Pero ay! de los vivos que contemplasen ese espectculo.Me impresion.--Era peligroso?--Podan volverse locos o incluso morir.--Y para qu quera Odn las almas de los muertos?--Para renovar las fuerzas espirituales de la tierra, que de otro modo estaran negativamente afectadas por los espritus que vagaban sin rumbo.--Un ritual de fertilidad -apunt.Volvi a mirarme con admiracin. Ya habamos salido de la sala. Una brisa suave me refresc el rostro. Mi vikingo me deposit sobre el csped del campus, bajo las ramas de un castao. Me sostuvo la cabeza con suavidad y tante mi crneo, palpando con pericia el lugar del impacto y provocndome un grito involuntario.--Ay!--No hay fisura, pero te ha pegado un buen porrazo.Entonces me enter de lo que me haba sucedido.--Quin?--El fantasma. Te ha dado con la cadena... No te habas dado cuenta?Relacion el dolor sbito con la agresin y la debilidad, pero me pareci decepcionante. Era mucho ms romntico creer que me haba desvanecido de amor al verlo a l. Y as me lo explico a m misma alguna vez. Lo cierto es que me enamor desde el primer momento en que lo vi. Y eso no me haba ocurrido nunca.--Y ahora hblame de tu diosa fenicia.Me acobard. Cmo poda comparar su heroico Odn con la aborrecible dama de Biblos?--Los fenicios no pronunciaban su nombre. Teman invocarla.l mismo me sac del apuro.--Su belleza era tal que deslumbraba a cuantos la contemplaban.La identificaba con la diosa Tanit, una versin de Venus. Aprovech su error para no asustarlo.--Peligrosa para los hombres. Era mejor no contemplarla.--Y esas manos teidas de sangre?Me invent rpidamente una excusa. Me avergonzaba de la crueldad de la diosa.--La fatalidad.Mi vikingo me contempl largamente.--Ciertamente, la fatalidad siempre acompaa a la belleza. Lo debes de saber bien.Me estaba diciendo que era bella? No acab de asimilarlo. Su mirada me envolva como sus palabras. Volva a sentirme muy mareada.--Tu nombre? -le pregunt acercando mi cara a la suya.--Gunnar.--Qu significa?--Guerrero de la batalla.--De dnde vienes, Gunnar? De dnde has venido para raptarme en plena noche?--De muy lejos, de la tierra de los hielos, Iceland.Un islands. Gunnar, mi dios vikingo, era un hijo del hielo y la bruma. Me estremec. Viva una alucinacin.--Yo soy Selene -murmur-. Mi nombre en griego significa luna. Mi familia proviene del Peloponeso.Gunnar me acarici pausadamente con su mirada.--La luna, cambiante, antojadiza. Sales por las noches para embrujar a los dioses?Nos miramos con intensidad. Y le bes. Para m fue tan natural como si hubiese nacido en sus brazos. Creo que aquella noche, desde mi desmayo, volv a nacer y despert en sus brazos. Desde entonces nunca ms fui la misma.Nos besamos durante tanto rato que perd el aliento y la nocin del tiempo. Hasta que Gunnar me detuvo.--Es una locura.Evidentemente lo era. Nunca me haba sucedido nada igual. Era una locura tan deliciosa que no quera ni perder el tiempo pensando en ella. Era posible que si pensaba todo se desvaneciese. Y eso fue precisamente lo que pas.Gunnar se levant, me acarici el pelo, me mir a los ojos con ternura y me susurr unas palabras horribles:--Olvida esto, Selene. No puede ser.--Por qu?--No est bien.No estaba bien besarse? No estaba bien caer rendidamente enamorada? No estaba bien sentirme en la gloria? Qu era lo que no estaba bien?Enseguida lo supe.En cuanto entramos de nuevo en la sala, Meritxell, disfrazada de violeta silvestre, corri hacia nosotros agitando un frasquito en su mano.--Selene! Selene! Dnde estabas?Seal vagamente.--He salido fuera, para tomar el aire.Me ofreci el frasco.--Ten, huele esto!Me dej ayudar por mi amiga y acced a aspirar una y otra vez el aroma de colonia de lavanda que me ofreca con una sonrisa.Luego el mundo se hundi bajo mis pies. Meritxell tom a Gunnar de la mano y lo acerc a m.--Bueno, creo que ya os conocis. Ha sido providencial que Gunnar y yo llegsemos cuando ese tipo se te llevaba. Iba a presentrtelo.Gunnar se inclin sobre m y me bes en las mejillas, castamente, primero un beso, luego otro. Y yo me convert en piedra. Me qued insensible, helada e inmvil.Y muda.Gunnar tampoco dijo nada.Meritxell habl por los dos.--An no estabas recuperada del todo. Ha sido una imprudencia que vinieses esta noche. Ser mejor que vayas a descansar.Y mis piernas se movieron una tras otra sin que yo colaborase especialmente. No quera ir a ninguna parte, no quera despedirme de Gunnar, no quera que Meritxell existiese.Pero Meritxell exista y, adems de mi mejor amiga, era, por definicin, una buena amiga y como tal velaba por m y por mi felicidad, tena confianza en m. Meritxell me arrastr hasta el guardarropa, recuper mi abrigo y me ofreci un casco.--Gunnar te acompaar con la moto. Verdad, Gunnar?Sent su incomodidad tan notoria como la ma. Sent que a Gunnar le pasaba exactamente lo mismo que a m. Yo deseaba que aceptase y al mismo tiempo saba que, si aceptaba acompaarme, sucedera algo inevitable de lo que luego me arrepentira.Lo que son las cosas. Crea en la fatalidad, pero la deseaba.Y la dese tanto que la fatalidad entr en mi vida. --A lo mejor la moto no le va bien -se excus Gunnar-. Selene est mareada, verdad, Selene?Gunnar me dejaba y yo no me resign.--Me ir bien tomar el aire -murmur mirando fijamente a Gunnar-. Preferira que me acompaases.Estoy segura de que mov mi vara y de que mis labios pronunciaron un embrujo. Aunque, si lo hice, lo olvid, puesto que no debera haberlo hecho.Esa noche Gunnar y yo nos amamos a pesar de la amistad que me una con Meritxell y a pesar de la culpa que me embargaba.No pudimos luchar contra la atraccin que sentamos el uno por el otro. Y si l lo intent, yo no se lo permit. Le di a beber un filtro de amor que me ense a preparar de nias la prima Leto a escondidas de nuestras madres, como una travesura. Un filtro que acab de rendir su voluntad y dejar a un lado sus principios.Y fue una locura.Gunnar fue tierno, complaciente y apasionado, y a pesar de mi inexperiencia supo despertar mi sensualidad.Me enamor con locura porque no hay nada ms excitante que un amor prohibido.Demter estaba en lo cierto. La diosa me haba posedo.

Al da siguiente cre haberlo soado.--Lo siento. Te he despertado?Apenas si era medioda, no haba dormido ms de cinco o seis horas y tena el cuerpo entumecido, la boca seca y la conciencia chamuscada. Meritxell se haba recostado a mi lado acurrucando su cabeza en el hueco de mi brazo. Buscando mi calor. Tena los ojos enrojecidos y su voz temblaba ligeramente.--Qu te ha parecido?Me asust. Meritxell me interrogaba y yo an no haba tenido tiempo de asimilar mi culpa, admitirla y digerirla.--El qu?Y lo dije asustada. No estaba segura de si todo lo que haba sucedido esa noche haba sido un sueo.--Gunnar, mi novio. Te gusta?Quise llorar. Si me gustaba? Cmo era posible que Meritxell no se diese cuenta de que me haba enamorado de l?--Es fantstico -respond sin mentir lo ms mnimo.Meritxell sonri con tristeza.--Entonces, a ti tambin te lo parece?Asent sin palabras. La ingenuidad de mi amiga me conmova y me afectaba.--Crea que me lo haba inventado -confes Meritxell.--A Gunnar?--Es tan maravilloso que no poda ser real. Por eso no os lo presentaba, por si acaso se desvaneca, como un sueo.Eso era exactamente lo mismo que me suceda a m. Meritxell continu con su soliloquio.--Y a lo mejor lo ha sido. Existe? T lo conociste. Dime: existe Gunnar?Estaba atnita ante las revelaciones de mi amiga. Estaba expresando en palabras todo lo que yo senta.Me disculp como pude, necesitaba aclararme.--No s, Meritxell, casi no lo conozco, fue un momento...Me interrumpi.--Gunnar es islands, de una familia muy rica, creo. Est doctorndose en Filologa y es un experto en sagas vikingas, por eso quiso sorprenderme con su disfraz de Odn. Sabes quin es Odn?--Un dios? -aventur vacilante.No saba cul era el juego de Meritxell y estaba a la defensiva.--Su nombre significa Odio.--Furia -la correg con rapidez.--Furia? -pregunt sorprendida-. Cmo lo sabes?En ese momento podra haber sido valiente y haber confesado a mi amiga que me lo haba explicado Gunnar, y que nos habamos besado, y que habamos hecho el amor, y que luego l desapareci y ahora no saba a ciencia cierta qu pasara. Pero no lo hice. Senta una secreta complacencia por saber que Gunnar me haba dado ms claves a m que a ella para comprender la metfora del poder de su Odn. Y decid mantener el secreto.--Por la traduccin. Es algo as como arrebato o inspiracin. Odn imprime luz y fuerza a los actos heroicos, como la poesa, la guerra y la sabidura.--Qu envidia me das.--Yo?--Me gustara haber ledo tanto como t.--Por qu?--Para poder explicarle historias a Gunnar.Meritxell me confiaba sus temores, sus inseguridades. Podra haberme negado a escucharlos, pero sus flaquezas eran mis privilegios. O eso pensaba yo en aquel momento. Me estaba comportando como una miserable araa atrayendo a mi red a la pobre mariposa para aprisionarla.--Le gustan las historias?--Se sabe muchas. A veces a su lado me siento un poco estpida. Yo slo s dibujar.Meritxell se arrebuj a mi lado como una nia pequea. La abrac.--Le quieres mucho?--Si Gunnar me dejara, me morira.Me asust su conviccin.--No seas trgica.Meritxell me mir con sus ojos moteados de amarillo, como una florecilla.--Me morira de pena.La imagin exnime, blanca como el papel, desangrndose de tristeza.--No digas tonteras.--No digo ninguna tontera. Cuando muri mi madre, comenc a adelgazar, a adelgazar hasta quedar convertida en un esqueleto. Estuve a punto de morir, me tuvieron que internar y alimentar por sonda. Continu viviendo por obligacin, hasta que conoc a Gunnar. Con l recuper las ganas de vivir.La imagen me golpe con ms fuerza que todas sus palabras anteriores y surgi de dentro de m esa absurda actitud proteccionista hacia los ms dbiles. En aquellos instantes me senta muy unida a la pena de Meritxell e inconmensurablemente ms fuerte que ella para enfrentarme a la adversidad. Yo, una bruja iniciada, era ms capaz que la tierna Meritxell de superar la ausencia de Gunnar. Yo haba sido educada para sobrevivir sin la compaa de un hombre, como mi madre, como mi ta, como tantas y tantas Omar. Yo no morira de pena. Yo sentira rabia y gritara, pero no me abandonara hasta morir.Y me compromet: --No te dejar. --Cmo lo sabes?--Yo no le permitir que te deje.Meritxell estaba admirada.--Eres muy capaz. Eres valiente y atrevida.Y no me di cuenta de que acababa de comprometer mi palabra con mi rival. Me tom de las manos.--Hablaras con l?Entonces comenc a comprender.--Quieres que hable con Gunnar?Meritxell asinti y me abraz.--Anoche regres muy tarde a la fiesta y estaba distante...Me qued helada. Intua algo Meritxell de lo que haba sucedido entre Gunnar y yo? Me estaba tendiendo una trampa? Me peda realmente que intercediese entre su amor y ella? A m, a la persona que se haba interpuesto?--Te dijo algo?Meritxell afirm.--Que haba estado dando un largo paseo, que haba pensado mucho y que quiz nos habamos precipitado.Me llev la mano al corazn. Palpitaba con tanta intensidad que a la fuerza Meritxell tena que orlo. Retumbaba. Golpeaba mis costillas, se me quera salir por la boca.Gunnar me prefera a m, y me quera.Pero... y yo? Qu hara yo sabiendo que estaba privando a mi amiga de lo nico que la haba hecho revivir tras la muerte de su madre?Me debata entre el deber y el deseo. Pero tambin me aliviaba pensar que el destino, a travs de Meritxell, me ofreca una segunda oportunidad para actuar como una Omar y restituir mi falta. No tendra que haber intervenido con mi vara torciendo la voluntad de Gunnar. No tendra que haberle ofrecido mi filtro. Jugu sucio y consegu su amor con malas artes. Y de pronto lo vi todo fcil, sencillo. Haba vivido una maravillosa noche de amor, pero haba sido una noche robada. Le perteneca a Meritxell. Se la devolvera y as yo recuperara la paz, y ella, la estabilidad.Con la connivencia de Meritxell, telefone a Gunnar y quedamos para vernos en un lugar tranquilo y charlar. Gunnar me invit a su casa.Sin embargo las cosas nunca son tan sencillas como las planeamos.Gunnar viva solo, en un loft clido con suelos de madera de abedul y paredes cubiertas de estanteras repletas de libros.Me abri vestido despreocupadamente con unos vaqueros, unas sandalias y una camisa de cuadros sin abotonar, con las mangas dobladas por encima del codo, los brazos robustos, cubiertos de un vello rubio. Me rode la cintura con su mano derecha y me atrajo hacia l con firmeza mientras con la izquierda cerraba la puerta tras de m. Me flaquearon las piernas y se me nubl la vista. Todos los propsitos que me haba hecho de devolverlo a los brazos de Meritxell se esfumaron. Sin mediar palabra nos besamos. Slo le o murmurar, mientras me coga en brazos, que era un hombre con hamindje por haberme conocido. Luego supe que quera decir suerte.Suerte?Gunnar se consideraba afortunado por haberse enamorado de m. Meritxell se crea afortunada por ser mi amiga. Y yo los quera a los dos y me negaba a renunciar al uno o al otro. Demter lo hubiera considerado codicia. Ta Criselda lo hubiera bautizado como gula. La prima Leto lo hubiera llamado capricho. Yo saba que era un dilema.Cuntas equivocaciones cometemos. A cuntos infelices arrollamos en nuestra loca carrera por sobrevivir.Me vea obligada a atropellar a uno o a otro. Y lo peor, lo ms complicado era que tena que resolverlo yo sola. No poda contar con Demter ni con el clan. Las haba traicionado. El uso indebido de la magia estaba duramente castigado.De momento decid parchear la situacin.Al salir de casa de Gunnar le rogu que no le dijese nada a Meritxell sobre lo nuestro, que lo mantuviramos en secreto hasta que Meritxell estuviese preparada para asimilarlo.Gunnar mordisque mi cuello. Me tom la cara con sus grandes manos y me oblig a mirarlo.--No me gusta mentir.Sus ojos azules centelleaban. Me hizo sentir mal.--No te pido que mientas, slo te pido que no le digas la verdad.Gunnar chasque la lengua.--La verdad es necesaria siempre. En mi tierra no se admite la traicin.Me sent peor que un gusano, pero mi miedo a enfrentarme con el dolor de Meritxell me oblig a insistir.--No te pido que seas traidor, te pido que no digas nada. Djame que hable con ella y...--Y prolongues su sufrimiento -sentenci Gunnar con acierto.Yo saba que no iba errado, pero tambin que a veces la verdad hiere como un cuchillo y en cambio el tiempo ayuda a diluir el dolor. Por eso insist.--Ahora Meritxell respira a travs de tu amor. Si se lo quitas de golpe quedar sin oxgeno. Se tiene que ir acostumbrando poco a poco a prescindir de ti.Gunnar era tozudo.--Duele menos una mano cortada que una espada bailando sobre tu mano eternamente.Sus metforas guerreras me asustaban. Mi vikingo era impetuoso y leal, pero si blanda la espada de la verdad con la furia de un berseker despedazara el corazn de la pobre Meritxell.--Por favor te lo pido, hazlo por m. Mantn en secreto mi nombre. Aljate lentamente de Meritxell.Y accedi.

A Meritxell le plante que Gunnar tena una crisis de nostalgia por su tierra y que dudaba entre echar races en el Mediterrneo o regresar a las brumas del Norte y al hielo de donde proceda; que quera tomar una decisin pronto y que no quera involucrar a nadie.Meritxell parpade asombrada.--Y por qu no me lo dijo?--Para no preocuparte.--Es absurdo.--Los hombres son bastante absurdos.Meritxell sonri.--Si quiere volver a Islandia, le acompaar.Me qued de una pieza.--Ests loca? Ese viento glido, el largo invierno, la noche eterna...--Y qu?--Te marchitaras como un lirio en la nevera. No puedes trasplantarte a otra latitud, a otro clima.--Te equivocas. Nac en los valles de Ordino, mi tierra es el Pirineo.Y aunque Meritxell pareca delicada como una flor de invernadero, era cierto. Haba crecido entre montaas, nieve y temperaturas extremas. Seguramente aprendi a esquiar sin apenas saber caminar y jug con el trineo en el patio de la escuela.--Y la lengua? Jams te acostumbraras a su lengua.--Es muy difcil?--Dificilsima: escandinava con influencias germanas y sajonas.Meritxell palideci. Haba encontrado su taln de Aquiles.--Soy negada para las lenguas.La vi dudar e insist en el punto que me pareca ms frgil.--Y la luz? Durante seis meses no veras la luz.Meritxell, pintora y amante de la luz, perdi pie.--Cunto tiempo?Fui yo quien no comprend la pregunta.--El qu?--Cunto tiempo necesita Gunnar para pensar?--Un mes -respond sin titubear.Meritxell asinti.--Est bien.Me asombr de mi capacidad de mentir, de mi aplomo para resolver un problema que haba creado yo misma.Tena un mes para decidir qu haca con mi amor y mi amiga. Y, estpida de m, cre que era la nica que tena la voluntad para decidir. No conceba que los dems tomasen decisiones por su cuenta.

* * *

Selene call y Anad se dio cuenta de que haba oscurecido y de que Clodia, con los brazos en jarras y un estilo muy siciliano, las haba interrumpido.--Mamma mia! An ests as?Selene mir su reloj y se qued atnita.--Es tardsimo.Anad se angusti. Faltaban unos minutos para la fiesta. Pronto comenzara a llegar la gente. Los bocadillos estaban acabados y el local a punto, pero ella no se haba cambiado.Y mientras corra de la mano de Clodia hacia su casa para embutirse a toda prisa un top y unos pantalones de licra, iba degustando lentamente la historia de amor imposible que le estaba explicando Selene.--Si t te enamorases de mi novio sin saberlo, qu haras? -le pregunt a Clodia a bocajarro.--Ya me ha pasado.Anad palideci.--Qu dices?Clodia le seal una figura que descenda de una moto y las saludaba con la mano.--Me acabo de colgar de ese chico. Est como un queso.Anad enrojeci como un tomate.--Me parece... que es Roc, no? -aadi Clodia guindole un ojo.Era Roc.--Y si no te lo ligas rpido, me lo quedo yo!

Pero Anad no era rpida ligando. Estaba tan nerviosa en su fiesta, en su primera fiesta, que se vea obligada a charlar todo el rato, a servir, a hacer de anfitriona, a moverse de aqu para all y a tener las manos ocupadas. Eluda las sombras y los silencios y apenas sala a la pista de baile.La fiesta era un xito. Haba marcha, buena msica, mogolln de bebidas y buen rollo. La gente beba, rea, bailaba y algunas parejas comenzaban a perderse por los rincones. Clodia fue a incordiarla.--sa de los pantalones piratas es Marion?--S.--Pues no le quita el ojo de encima a tu Roc.--Y a m, qu?Anad estaba arreglando una fuente de canaps y manoseaba compulsivamente los de foie-gras y queso.--Lo tuyo es patolgico -le susurr Clodia al odo-. Los has cambiado de orden cinco veces. Deja de marear los bocatas y vete con Roc.Anad lo mir a hurtadillas. Como siempre, estaba rodeado de chicas y de amigos. Explicaban algo divertido, rean.--Est ocupado, no lo ves?Clodia tom a Anad de la mano y la llev hasta el rincn donde estaba instalado el equipo de msica. All, entre los bailes, el sintonizador y centenares de discos, se parapetaba un pringado con tendencias autistas y aparato corrector en los dientes, que miraba la fiesta de lejos.--Cmo te llamas? -le entr Clodia.--Jonatan.--Es un nombre muy bblico, muy majo. Oye, Jonatan, me podras llenar un vaso con naranjada y una pizquita de vodka y esperarme ah, junto al foco?Jonatan, hipnotizado, fue incapaz de asentir. Simplemente sali volando a cumplir los deseos de Clodia.--Has ido a saco -se admir Anad.Pero entonces Clodia, de un manotazo, lanz todos los compact discs al suelo. Anad se enfad.--T ests tonta? Por qu los tiras?--Para que te entretengas con algo. Es tu castigo por no saber divertirte.Y desapareci rindose y dejando a Anad confusa y desconcertada. Se haba vuelto loca Clodia? Haba bebido alguna pocin extraa?Se agach con ganas de estrujar el cuello a su amiga y maldijo la hora en que la invit a su fiesta. Lo nico que haba podido comprobar es que Clodia continuaba tan simptica y sociable como cuando la conoci, mientras que ella an miraba la vida desde la barrera, sin atreverse a dar el salto. De dnde sac las fuerzas para enfrentarse a los peligros de las brujas Odish y liberar a su madre del mundo opaco si luego era incapaz de enfrentarse a ese pnico escnico que senta en presencia de un chico?Arrodillada, ofuscada y tanteando el suelo con las manos, buscaba intilmente el disco de Lorenna MacKennit que tocaba pinchar enseguida cuando el timbre grave de una voz conocida la paraliz.--Clodia me ha dicho que ests en apuros.Anad levant la cabeza lentamente y se le fundieron los plomos: a pocos centmetros de su cara, los ojos negros de Roc la inspeccionaban desde la oscuridad. Poda notar su aliento, oa su respiracin.--Qu ha pasado?Afortunadamente estaba muy oscuro y Roc no pudo darse cuenta de su apuro.Iba a inventarse alguna excusa convincente pero no hizo falta. Roc se agach a su lado y comenz a ayudarla.--Menudo folln.--Ha sido un accidente -murmur Anad avergonzndose de su poca imaginacin y de lo absurdo que era calificar de accidente la cada aparatosa de un centenar de compact disc perfectamente ordenados.--Un accidente afortunado -pronunci lentamente Roc.--Afortunado? -repiti tontamente Anad sintindose doblemente tonta por no entender la indirecta a la primera y por no sentirse lo suficientemente interesante como para ser considerada causa de esa fortuna.--Estaba intentando buscar una excusa para estar a solas contigo y... por casualidad... ya la tengo.Anad pens que Roc estaba hablando con otra persona. Era imposible que Roc hubiese estado urdiendo una estrategia para encontrarse a solas con ella. Por qu? Para qu?--Y por qu? -pregunt sin caer en la cuenta de que la pregunta en s entraaba una cierta dosis de ingenuidad perversa.Su desconcierto