carrados, clark - desertores del futuro

Upload: gerardodoac

Post on 04-Mar-2016

31 views

Category:

Documents


6 download

DESCRIPTION

ciencia ficcion

TRANSCRIPT

  • ndice

    CAPTULO PRIMEROCAPTULO IICAPTULO IIICAPTULO IVCAPTULO VCAPTULO VICAPTULO VIICAPTULO VIIICAPTULO IXCAPTULO XCAPTULO XICAPTULO XIIF I N

  • DESERTORES DEL FUTURO

    1984, Carrados, Clark1984, Editorial Bruguera, S.A.Coleccin: La Conquista Del Espacio, 714ISBN: 9788402025258Generado con: QualityEPUB v0.32Generado por: Anset, 02/12/2011

  • CAPTULO PRIMERO

    La pareja se paseaba tranquilamente por el ameno parque cuando, de pronto, seencontraron con un conocido que les salud con gran efusin.

    Jan, querido Dina, ests ms hermosa que nunca Cunto me alegro de veros!Jan y Dina Fervoz correspondieron amablemente a los saludos de su amigo. Jan lo

    encontr excesivamente eufrico, aunque no comprenda los mot ivos.Parece que te sientes muy feliz, Lall dijo. Acaso te ha sucedido algo agradable?Lall Urghen, en efecto, tena buenas not icias que comunicar a sus amigos.He aceptado la modificacin dijo. No os parece magnifico?Los dos esposos cambiaron una mirada de inteligencia, en la que haba al mismo t iempo

    una buena dosis de compasin.T has hecho eso, Lall? pregunt Jan.En efecto. Es lo mejor. En lo sucesivo, no tendr que preocuparme de nada. Sygip lo

    har todo por m, como lo est haciendo por infinidad de personas que aceptaron lamodificacin.

    Una chispa de indignacin apareci en los ojos de Dina, pero su marido lo advirt i a t iempoy apret su mano, a fin de evitar que cometiera alguna imprudencia.

    Qu os pasa? pregunt Urghen. Por qu no me felicitis? Modificarse es lo mejorque puede hacer cualquier persona que viva en el siglo XXXI; vosotros, adems, por vuestraeducacin, deberais saberlo mejor que nadie

    Dispensa, Lall; la not icia nos ha pillado de sorpresa Por supuesto estamos de acuerdocont igo y te felicitamos muy sinceramente dijo Jan.

    Urghen sonri anchamente.Gracias, no esperaba menos de dos buenos amigos como vosotros. Dentro de un par de

    semanas, ir a veros y os contar qu tal se encuentra uno en su nuevo estado demodificacin

    Urghen se march. Jan y Dina quedaron nuevamente a solas.Est loco dijo ella, plida de indignacin.No es el nico contest Jan tristemente. Y lo malo es que muy pronto, lo que ahora

    es voluntario slo hasta cierto punto, pasar a ser absolutamente obligatorio.Y no podemos hacer nada por evitarlo, Jan.El hombre asi con su mano el brazo de su esposa.Ese imbcil nos ha estropeado el paseo dijo. Anda, ser mejor que volvamos a casa.Una vez en su apartamento y t ras asearse un poco, Dina se dispuso a preparar la comida.Cuando se haya modificado, Lall tendr una dispensadora automt ica de alimentos y

    todo grat is manifest.Jan haba encendido la televisin, pero no miraba a la pantalla.Y tambin tendr que ver obligatoriamente ciertos programas, en los que se dir que

    Sygip es el nico y el mejor jefe de Estado planetario que hemos tenido en mil aos y quecomo l no habr jams otro. Obedecerle ser amarle y cumplir el menor de sus deseos ser lamejor prueba que un ciudadano podr dar de su afecto hacia Sygip.

    Sygip Un nombre maldito dijo ella rabiosamente. Un da vendr una patrulla depolicas, ya modificados, y nos llevarn a nosotros a un centro de modificacin Jan, t ereshombre de recursos. No se te ocurre una idea para evitar algo que un da puede resultarnosinevitable?

    Fervoz permaneca pensat ivo, t irndose del labio inferior. De pronto, exclam:S, hay puede haber un medio, aunque quiz resulte arriesgadoNo me importara correr riesgos a tu lado. El riesgo de convert imos en una manada de

    borregos absolutamente obedientes a la voz de su pastor, es muchsimo mayor. Sygip not iene medida de la moderacin y su ambicin de poder crece de da en da. De qu vientrenaci ese monstruo? Seres como Sygip no deberan venir al mundo, Jan.

    Ah es donde yo quera ir a parar, Dina sonri Fervoz. Podemos evitar el nacimientode Sygip y la historia actual tendra otro desarrollo.

    Dina se qued sin aliento, porque haba comprendido las intenciones de su esposo.

  • Dina se qued sin aliento, porque haba comprendido las intenciones de su esposo.Jan, t crees?Te atreves a venir conmigo?No te dejara solo por nada del mundo respondi ella apasionadamente.Fervoz sonri, a la vez que atraa a su esposa hacia s .Muy pronto lo haremos. Tenemos que modificar la historia del siglo XXXI, para evitar que

    un monstruo como Sygip pueda llegar a gobernar nuestro planeta de un modo tan t irnico,como nadie ha conocido jams.

    * * *En el interior de la sala reson suavemente una campanilla. Tynner Hasso estaba en el

    bao, secndose en la pantalla de aire caliente y, desnudo como se hallaba, fue a la otraestancia y presion una tecla

    Una tarjeta surgi por una ranura. Hasso la cogi y ley el mensaje que le enviaban. Alterminar, se sint i estupefacto.

    Qu querr ese viejo buit re? mascull.El viejo buit re se llamaba Ard Barran y le recibi en su despacho una hora ms tarde.Tengo un trabajo para usted, Tynner dijo.Seor? contest Hasso disciplinadamente.Alguien, situado en un puesto muy alto, me pidi al mejor de mis agentes. He pensado

    en usted, eso es todo.Seor, hay otros en el DepartamentoLo s, pero, repito, pens en usted, porque no t iene prejuicios ni ideas preconcebidas al

    respecto en ningn caso. Nunca se forma opiniones previas al asunto en que debe interveniry ello le permite solucionarlos mucho mejor que otros agentes ms veteranos.

    Hasso carraspe.Son elogios inmerecidos, seorBah! Barran agit una mano. Usted sabe mejor que nadie que es cierto lo que he

    dicho. Pero no puedo exponerle el caso en que va a intervenir, porque la persona que me hallamado quiere decrselo l mismo.

    Barran apret una teclaCoronel, mi agente est dispuesto dijo por un interfono.Un hombre entr a poco. Era alto, fornido, de corta barba negra, terminada en punta,

    ataviado con el uniforme propio de la Guardia Presidencial.Coronel Duwin, le presento al agente Tynner Hasso dijo Barran.Duwin mir a Hasso casi desdeosamente. El agente apret los labios.Me mira como a un insecto. Claro, l est junto a Sygip y, pens.Encantado, coronel dijo con voz neutra.Tiene que acompaarme, agente manifest Duwin secamente.Adnde, seor? Puedo saber?En el momento apropiado.Hasso se volvi hacia su jefe. Barran esboz una sonrisa de circunstancias.Tynner, a part ir de ahora, est usted a las rdenes directas del coronel Duwin dijo.S, seor.Tengo mi aeromvil dispuesto en la terraza indic Duwin.Momentos despus, embarcaban en el aparato, Duwin lo hizo despegar y luego marc

    determinada ruta en la programadora de vuelos. Al concluir, se retrep en su asiento.Agente Hasso, va a tener usted el inmenso honor de ser recibido por Sygip, ms

    todava, la sat isfaccin de ejecutar la misin que l mismo le explicar manifest. Sygipest algo delicado y le recibir en una habitacin en penumbra y muy caldeada. Es slo unaleve indisposicin, aunque de tratamiento ms largo de lo ordinario y los mdicos, porsupuesto, aseguran que su vida no corre el menor peligro. Lo ha entendido?

    S, seor.Trtelo con el respeto debido y, aunque podr hacerle preguntas para aclarar algn

    punto que pueda parecerle oscuro, no formule objeciones.Comprendo, coronel.La misin que Sygip va a encomendarle es de enorme importancia. Yo no puedo decirle

    ms, aunque si le aseguro desde aqu que, de fracasar, la historia de la Tierra puede cambiar

  • de un modo radical dijo Duwin dramt icamente.Hasso se sint i terriblemente impresionado por las palabras del coronel. Qu clase de

    misin iba a encomendarle el hombre que era la mxima autoridad en el planeta?Decidi ser paciente y no devanarse los sesos con suposiciones que luego podan resultar

    incorrectas. Lo mejor era esperar, decidi finalmente.* * *

    El aeromvil aterriz al pie de una enorme montaa, cubierta de espesos bosques hastala mitad. Haba nieves perpetuas en la cima y Hasso se sint i lleno de admiracin alcontemplar el famoso Kilimanjaro, en el corazn de frica. Conque aqu es donde vive Sygip,se dijo.

    Una carret illa elctrica, conducida por un oficial de la guardia, les t ransport hasta laentrada de un tnel abierto casi en la base de la montaa. La presencia de Duwin al lado deHasso hizo innecesarios los numerosos controles que haba a t rechos, ante puertas metlicasde cierre automt ico, invulnerables a medios extraos de apertura. Slo el que conoca la clavepoda abrirlas y, al observarlo, Hasso se dijo que Sygip no deba de confiar mucho en la gente,cuando se haca guardar de aquella forma tan protectora.

    Cmo se protege el que dice protegernos a todos!, pens sarcst icamente.La carret illa se detuvo al fin en una enorme caverna, de suelo espejado y brillantemente

    iluminada. Haba varias puertas en la base de aquel recinto copular, cada una de ellasguardada por dos soldados fuertemente armados.

    Con paso firme. Duwin se encamin hacia una de las puertas. Un soldado la abri,mediante el mecanismo de control que llevaba pendiente del cuello. Los dos hombres pasarony se encontraron en una antecmara sobria pero elegantemente decorada, en la que, t ras unamesa, se hallaba un hombre de mediana edad.

    Estamos citados con Sygip declar Duwin.Tiene una visita. Deben esperar dijo el que pareca ser un secretario privado.Gracias.Transcurrieron algunos minutos. De pronto, una puerta que haba al fondo se abri y

    apareci una alta figura, envuelta en una capa negra de la cabeza a los pies. Era una mujer, sinduda, pero Hasso no pudo ver ni siquiera detalles de su rostro, porque llevaba la capucha muyechada hacia adelante y tena la cabeza inclinada sobre el pecho.

    El secretario se levant, entr en la otra cmara y volvi a salir a los pocos momentos.Hasso aspiraba el tenue perfume que la desconocida haba dejado como una estela al pasarpor su lado.

    Puede pasar, agente indic Duwin.Yo solo? titube Hasso.Sygip quiere verle a usted a solas.Hasso se llen los pulmones de aire y avanz resuelto haca la estancia en la que se

    hallaba el hombre que gobernaba el planeta Tierra en el siglo XXXI.

  • CAPTULO II

    La temperatura era sofocante, pero Hasso trat de hacer abstraccin del calor. Habamuy poca luz; una diminuta lmpara rojiza, situada en un rincn, sobre una repisa baja, era elnico foco de iluminacin de la estancia, que no se vea demasiado grande. La luz, sinembargo, pareca disminuida, debido a que se hallaba directamente situada tras el hombresentado en un gran butacn.

    A Hasso le pareci que Sygip tena muchos aos, pero no habra podido asegurarlo dadaslas deficientes condiciones de iluminacin. Cuando la puerta se hubo cerrado a sus espaldas,hizo una profunda reverencia.

    SeorEres Tynner Hasso dijo el enfermo.S, excelenciaLlmame Sygip a secas. Odio los t ratamientos.Gracias, seor SygipEres joven, audaz, emprendedor. Tengo de t i las mejores referencias.Es usted muy amable conmigo. Slo soy un agente como tantos otros, seor.Mejor que muchos dijo Sygip. Tynner, la historia actual corre grave peligro. T

    puedes hacer que todo siga como hasta ahora.No veo cmo Sygip. Desconozco la misin que me va a confiar.Tienes que trasladarte al siglo XXI. Dos miserables han desertado en un cronomvil y

    pretende, con la eliminacin fsica de un gran sabio que exist i en aquella poca, alterar laslneas actuales del t iempo, a fin de sat isfacer sus ambiciones personales. Hemos alcanzado unbienestar como jams se ha conocido en ninguna poca de la humanidad. Te gustaraencontrar de repente buscando races e insectos para alimentarte? Te gustara vivircubierto de pieles y rascndote las llagas y los parsitos que cubriran tu epidermis? Teagradara tener que luchar a muerte por un pedazo de carne podrida, arrancada de los flancosde un animal muerto por enfermedad? O tal vez sorber los sesos de un hombre de otra t ribu,muerto en un combate por un poco de territorio?

    Hasso se espant al or aquellas palabras.En absoluto, Sygip! contest vivamente.Entonces, ve al siglo XXI y captura a los desertores de su futuro, antes de que puedan

    llevar a cabo sus criminales propsitos.Pero, seor Tendr que usar un cronomvilEl coronel Duwin te proporcionar todos los medios necesarios para el cumplimiento de

    tu misin, pero antes tendrs que presenciar un programa de televisin que se emit irespecialmente para t i, en tu alojamiento. Cuando llegues a casa, marca la clave 01-AA-02-BB-03-CC. Recordars la clave?

    S, seor.Bien, entonces, recibirs un programa realizado para t i solo. Obsrvalo con gran

    atencin y reptelo cuantas veces quieras, pero no intentes grabarlo, porque est sujeto a unprocedimiento de borrado automt ico. Es decir, no podras llevarte el cartucho de cinta paraverlo en otra pantalla.

    Comprendo.Repite, insisto, el programa todas las veces que quieras; por otra parte, es muy corto y

    aprenders fcilmente su contenido. Al terminar, deja la palabra FIN durante t reinta segundosseguidos en la pantalla. Eso es todo.

    S, seor ExcelenciaQu te ocurre ahora, Tynner? pregunt Sygip.Parece ser que he de perseguir a unos desertores de nuestra poca, que han viajado al

    pasado. Pero nunca he manejado un cronomvil.Vuelve a casa y no te preocupes de ms. La mano del enfermo se movi dbilmente

    . Eso es todo, Tynner Hasso. Hazlo por toda la humanidad del siglo XXXI.S, seor. Perseguir y capturar a los fugit ivos de nuestra poca, pero, qu har

    despus con ellos?

  • despus con ellos?Trelos aqu. Otros se encargarn de juzgarlos y cast igar su abominable crimen. Buena

    suerte!Hasso entendi que se le despeda y, t ras una nueva reverencia, abandon la cmara.

    Duwin le dirigi una fra mirada.Estoy listo, coronel dijo el joven.Le llevar a su casa respondi Duwin.

    * * *Hasso lleg a su apartamento terriblemente excitado, por lo que, antes de encender el

    televisor, decidi darse una ducha que le relajase, cosa que hizo sin prdida de t iempo. Unavez seco y vest ido nuevamente, fue a la sala, se sent frente al televisor y, en voz alta, dijo:

    01-AA-02-BB-03-CC.El televisor se encendi inmediatamente. La figura de un hombre de unos sesenta aos

    de edad, vest ido con ropas muy ant icuadas, apareci de inmediato. Un locutor invisible dijo:Este es el profesor Horacio W. F. Hutton, inventor de la primera mquina del t iempo, hoy

    llamadas cronomviles, cuyas primeras pruebas con xito tuvieron lugar el mes de marzo dedos mil noventa y nueve. El da primero del mes siguiente, Hutton consider su mquinaperfectamente ut ilizable. Emplazamiento de las pruebas: Gran Bretaa, Londres, NuevoPaddington. Old Market Road, nmero seiscientos ochenta.

    Hasso se dio cuenta de que, pese a las seguridades dadas Sygip, no podra tal vezconservar en la memoria todos aquellos datos y se propuso copiarlos en un papel. Pero, a finde evitar problemas, decidi aguardar hasta el fin de la t ransmisin.

    Otra imagen apareci a cont inuacin de la anterior. Era la de una mujer de unos cuarentay cinco aos, de tez color canela clara y todava muy atract iva:

    Doctora Flavia Langham, autora de la tesis Sobre la contraccin y dilatacin de losvectores espaciotemporales en lugares sometidos a una gravedad normal. Fue publicada enel mes de octubre de dos mil setenta y ocho y fue una de las obras en las que, principalmentese bas el profesor Hutton para la construccin del primer cronomvil conocido. Residencia dela doctora en aquella poca: Nairobi, frica Oriental, Barkley Field, dos mil novecientos uno.

    Otra persona, ahora un hombre, apareci en la pantalla a cont inuacin.Profesor Werner Walter Schummening, autor de Teora sobre la utilizacin de energas

    ilimitadas, otra de las obras bsicas en las invest igaciones del profesor Hutton. Sin estas dosobras, Hutton no habra podido construir en modo alguno su mquina del t iempo. Residenciadel profesor Schummening: Munich. Baviera, Alemania, Europa, Bergstrasse, nmerodoscientos diez. Fecha de publicacin de su libro: agosto de dos mil sesenta y uno.

    Fin.Hasso se apresur a rebobinar la cinta, a fin de evitar que se borrase sin haber tenido

    t iempo de repet ir la emisin. Mientras, pens que los fugit ivos deban de conocer sin dudaaquellos datos y que buscaran a los t res cient ficos que haban hecho posible la construccinde los cronomviles.

    Por quin empezara Hutton, el primero que haba fabricado una mquina del t iempo?O se limitaran a evitar que los otros dos realizaran las invest igaciones que haban servidopara que Hutton convirt iera en algo prct ico lo que tantos otros haban deseado antes que l.

    Antes de repet ir la emisin, busc papel y lpiz y anot los datos ms importantes. Alterminar, cuando se sint i seguro de no haber olvidado nada, dej que transcurriesen treintasegundos una vez hubo aparecido la palabra FIN en la pantalla.

    Entonces aparecieron dos ojos en la pantalla.* * *

    Eran unos ojos enormes, de casi veinte centmetros cada uno, con pupilas que parecande fuego, pero cuyo resplandor oscilaba ligeramente, sin llegar a apagarse en ningn momento.Hasso se sint i extraamente atrado por la mirada de aquellos ojos que parecan flotar en unfondo gris azulado, sin que formasen parte de un rostro humano.

    Al cabo de unos segundos, los ojos perdieron su forma y se convirt ieron en sendoscrculos, del mismo dimetro, en cuyo interior giraba velozmente unas espirales de vivoscolores, que se alternaban con cierta regularidad. Hasso se relaj en su silln y, sin darsecuenta, se encontr dormido.

    Despert despus de un rato cuya duracin supo consultar su reloj.

  • Demonios! mascull. He dormido casi dos horasAh, se ha despertado ya! son una voz femenina.Hasso se incorpor, atnito, dndose cuenta de que no estaba solo. Ella le miraba, con

    una ligera sonrisa en unos labios que, sin colores art ificiales indicaban riqueza de vida.Era una mujer joven, que aparentaba unos veint icinco aos, de pelo intensamente negro,

    muy abundante y recogido en un gran moo, sujeto con una cinta que pareca de hilos deplata.

    Los ojos eran profundos, verdosos. Tena una figura excepcional, lo que se apreciabaperfectamente debido a su indumentaria: una especie de traje de una sola pieza, de colornegro, con zapatos de medio tacn. El escote, redondo, permit a ver el arranque de un pechode proporciones clsicas.

    Sin dejar de sonrer, la bella desconocida le entreg una taza humeante.Hoy, como en t iempos pasados, un poco de caf, siempre reconforta dijo.Gracias, seora pero si no recuerdo mal, estoy en mi casaMe llamo Irina Walgh se present ella, sentndose con cierta negligencia en el brazo

    de otro silln. Estoy en su casa, ocupando el puesto del coronel Duwin.Hasso la min con desconfianza.Seora, tengo instrucciones de tratar solamente con el coronelIrina no se inmut. De un bolsillo poco menos que invisible de sus pantalones, extrajo un

    documento que entreg al joven.Lea, por favor dijo.Hasso desdobl el papel. Los renglones escritos decan:

    Por orden ma y en nombre de Sygip, usted Tynner Hasso, actuar en un todo y en cualquiercircunstancia, con la capitana Irina Walgh, cuyas rdenes respecto a la misin que le ha sido

    confiada obedecer disciplinadamente. Ella recobr el papel.Fechado, firmado y sellado, como habr podido comprobar dijo. Sat isfecho?Nunca he visto la firma de Duwin ni el sello de su departamento respondi l. Pero,

    en fin, dar el documento por leg t imo. Qu pretende usted de m, seora?Irina guard de nuevo el papel.Lo dice el documento sonri. Est usted a mis rdenes para capturar a los

    desertores de nuestra poca.Sygip no me dijo nada acerca de una colaboracin con otras personas.Le dio determinadas instrucciones, pero tampoco le orden rechazase esa colaboracin.Bueno, la verdad es que hay cosas que no acabo de entender ni tampoco me importa

    demasiado. Voy a realizar esa misin, sin saber por qu me han elegido y crame, si no fueseporque no tengo ganas de vest irme de pieles ni me gustan las races ni las cucarachas o losgusanos, dejara que esos dos fugit ivos consiguieran sus propsitos.

    Dirase que est en contra del sistema actual de vida exclam Irina, extraada.El sistema de vida, no; el de gobierno, pero sa es otra cuest in que no vamos a t ratar

    ahora. Dgame, usted ha entrado en mi casa, cuando yo dormaHipnot izado sonri ella.Hasso record de repente los ojos gigantescos que haban aparecido en la pantalla.Hipnot izado, por qu?Hay cosas que ignoraba y que deba aprender. Por ejemplo, el manejo de un cronomvil

    y la reparacin de posibles averas. Ahora ya sabe casi tanto como el ms experto ingenierotemporal.

    El joven silb.De modo que he estado sometido a una sesin de hipnopediaEnseanza durante el sueo puntualiz Irina.Nunca me lo hubiera imaginado Bien, seora; cules son sus rdenes?Ah, est decidido a aceptar mi colaboracin ri la joven.Tengo otra alternat iva?Le dir una cosa, Tynner. Es usted el encargado de llevar a cabo la misin y yo

  • respetar sus iniciat ivas en todo momento, excepto cuando vea que puede suceder algo quecomprometa el xito de la misin, en cuyo caso usted obedecer mis rdenes. Est claro?

    S, seora.Ah, lo haba olvidado Durante su sueo, usted ha aprendido tambin a manejar el

    t ransportador individual instantneo que formar parte de su equipo de combate.Parece como si fusemos a la guerra rezong l.Algo muy parecido, aunque usted no lo crea, Tynner.Irina se puso en pie. Cerca de ella, en una silla, haba una gran capa negra, en la que

    envolvi su cuerpo. Al verla Hasso record a la desconocida que haba visto salir de la cmaradonde se cuidaba Sygip.

    Ella sonri.S, era yo confirm.Fue hacia la puerta, pero, antes de abrir, se volvi hacia el joven.Descanse toda la noche, Tynner. Est preparado para las ocho en punto de la maana,

    hora en que vendr a buscarle para ir a la Central de Viajes Temporales.En donde nos aguarda un cronomvil supuso l.Exactamente confirm Irina.

  • CAPTULO III

    Era un edificio de forma cbica, impresionante, con una gran cpula de un materialt ranslcido, color perla, en el que apenas se vean algunas ventanas en la planta baja. Unagran puerta de forma semicircular permit a el acceso al interior.

    Los vigilantes estaban dentro. Irina ense una tarjeta metlica y el paso quedfranqueado sin objeciones.

    Ella haba cambiado ahora de indumentaria: blusa holgada, falda corta, que terminaba aunos diez centmetros de las rodillas y botas blandas de media caa. Un oficial les recibi ygui hasta una sala, en la que les entregaron unos cinturones, anchos de unos diezcentmetros y de uno de grosor, que se colocaron inmediatamente.

    Cinturones de traslacin instantnea explic ella. Ya sabes cmo se manejan.S, seora.Ahora vamos a nuestro cronomvil.El mismo oficial les gui hasta una segunda estancia, mucho ms amplia y situada bajo la

    cpula t ranslcida. En el centro estaba la mquina del t iempo.Era una burbuja t ransparente, situada sobre una especie de pedestal de seccin

    cuadrada, de unos dos metros de ancho por cuarenta centmetros de altura. En el interior delaparato haba dos cmodas butacas.

    Delante de los asientos haba una especie de consola de control. El oficial entreg a cadauno de ellos una especie de caja de unos veinte centmetros de largo, por diez de ancho y t resde grueso.

    Control remoto del aparato, para enviarlo a pocas anteriores o posteriores y hacerlodesaparecer de la vista de personas extraas explic.

    Los aparatos de control tenan correas que permit an colgarlos del hombro. El oficial abriuna escot illa.

    Pueden part ir cuando gusten dijo.Hasso se senta extraamente inquieto. Duwin no le resultaba especialmente simpt ico,

    pero, por qu no estaba all , aunque hubiese delegado sus funciones en Irina?Renuente, se sent en su butaca. La escot illa se cerr y la joven se volvi hacia l, con la

    sonrisa en los labios.Bien, comandante, t gobiernas la nave dijo.Las enseanzas recibidas durante su sueo hipnt ico surgieron de inmediato en la mente

    del Hasso. Fij la vista en el teclado y dijo:Supongo que los fugit ivos habrn ido primeramente en busca del profesor

    Schummening, no es as?Suposicin correcta apret ella.Agosto de dos mil sesenta y uno murmur Hasso.Movi una serie de ruedecillas, hasta que la fecha deseada apareci en una pequea

    pantalla. Una luz verde se encendi inmediatamente.Hasso presion la tecla sealada con la palabra ARRANQUE. Apenas cinco segundos

    ms tarde, todo cuanto les rodeaba desapareci de su vista.* * *

    El cronomvil estaba viajando a t ravs del t iempo, en retroceso.Todo era gris a su alrededor. El silencio, absoluto, resultaba abrumador.Haban part ido desde el ao tres mil cincuenta y siete. Iban a recorrer diez siglos en un

    viaje hacia atrs.Y despus?Irina pareci adivinar sus pensamientos.Tendremos que hallar nuestra situacin sobre el terreno y t rasladarnos a las

    inmediaciones de la residencia de Schummening dijo.Ya contest l, atento a las cifras que aparecan y desaparecan con enorme

    rapidez, sealando las fechas que el aparato retroceda en el t iempo.Casi de repente, la espectral luz griscea empez a aclararse. Instantes despus,

    sint ieron herida la vista por un gran resplandor.

  • sint ieron herida la vista por un gran resplandor.Fuera haba un sol muy brillante, en un cielo sin nubes. Irina dijo:Hemos llegado. Tynner.El joven mir asombrado a su alrededor.Esto es el ao dos mil sesenta y uno?Pues s. Mira la cifra de final de viajeHasso abri la escot illa y sali al exterior. Una bocanada de aire clido dio de lleno en su

    rostro. Olor a sal marina y a yodo penetr en sus pulmones.Estaban en una playa que pareca extenderse hasta el infinito, de arena casi blanca, y

    completamente lisa, sin el menor signo de vegetacin en las inmediaciones ni hacia t ierraadentro. Hasso se inclin y, en cuclillas, llen su mano de arena y luego la dej resbalar entrelos dedos.

    Irina se sint i extraada al observar la act itud del joven.Qu te ocurre, Tynner?No estoy seguro pero creo que no estamos precisamente en el ao dos mil sesenta y

    uno contest Hasso.Ella se ape de un salto.Qu ests diciendo? El cronomvil funciona perfectamente No hay mot ivos para

    suponer una averaHasso se incorpor, frotndose las manos en los costados.Mira a tu alrededor. El Centro de Viajes Temporales est en el lugar que ocupaba

    ant iguamente una pequea ciudad llamada Charlesfield. Est situada t ierra adentro y elcronomvil slo viaja adelante y atrs, pero no se desplaza en el espacio.

    A menos que lo muevas con el control remoto.Lo que no hemos hecho hasta ahora. Es como si hubiramos descendido vert icalmente

    mil aos. Al volver al punto de part ida, ascenderamos en el mismo sent ido. Charlesfieldestaba a unas doce millas del ocano. Ahora nos encontramos a la orilla. Y, hace cuarenta milaos, el mar cubra gran parte de la t ierra ahora en seco.

    Irina se puso las manos en la cara al comprender la veracidad del argumento expuesto porHasso.

    Cuarenta mil aos repit i.Todava no se pintaban bisontes en las cuevas de Altamira sonri l. Quieres

    hacer una comprobacin mejor, que elimine todas tus dudas?Por supuestoHe visto una muy bien provista cartera portamapas. Busca el correspondiente a Europa,

    marca las coordenadas de Munich y viaja con tu t ransportador individual. Yo te espero aqu.Irina dud un momento, pero, al fin acab por aceptar la proposicin del joven.De acuerdo dijo. Ir a MunichCuidado con los uros advirt i l.Uros?Toros salvajes. Se ext inguieron prct icamente en su totalidad, antes de concluir el siglo

    XX. Tambin encontrars mamuts, bisontes, osos de las cavernasNo eres muy proclive al opt imismo, eh? dijo Irina sarcst icamente.Me sent ira mucho mejor, viviendo en mi poca, pese a todo contest l. Y,

    mientras viajas a Munich, en donde no podrs pedir una buena jarra de cerveza y salchichas,tratar de encontrar la avera del cronomvil.

    Hubo un momento de silencio. Luego, Irina manipul en su cinturn de traslacininstantnea y, pocos segundos ms tarde, haba desaparecido de la vista del joven.

    Entonces, Hasso se acerc a la parte posterior del aparato, levant una tapa en elpedestal y contempl los mecanismos del interior, t ratando de preguntarse dnde demoniosestaba la avera que les haba hecho recorrer una distancia temporal cuarenta veces superiora la programada.

    * * *En el aeromvil haba una especie de equipo de acampada, con el cual hizo un sombrajo,

    sostenido por cuatro varillas hincadas en la arena. Con la espalda apoyada en la burbuja,dormitaba apaciblemente cuando, de pronto, oy ruido a sus espaldas.

    La voz de Irina son llena de aprensin:

  • No, no te vuelvas, Tynner!Hasso resping.Qu diablos ocurre ahora? pregunt.Estoy desnudaCmo? grit l. Es que quieres convert irte en una mujer de las cavernas?Irina estaba a punto de echarse a llorar.No s cmo se me ocurri la idea T tenas razn; Munich no existe todava Hay

    enormes bosques, abundancia de animales salvajes de todas clases, pero haca mucho calory era un lugar muy agradable Es algo que no haba hecho nunca y siempre dese Cuandovea imgenes de ros en el televisor, bordeados de rboles y con frescas orillas

    S, debe de ser algo muy agradable convino l. Bueno, y qu ms?Pues me quit todas las ropas y me met en el agua. Al poco rato, o ruidos

    extraos Y un enorme oso se me ech encima. Pude esquivarlo, sal corriendo y volvcont igo, pero no tuve t iempo de recoger mis ropas.

    Y el cinturn?Oh, lo haba dejado con las ropas, ya programado para el regreso, por si ocurra algo, de

    modo que, mientras escapaba del oso, agarr el cinturn al pasar y lo puse enfuncionamiento No tengo una sola prenda de ropa encima, Tynner dijo ella, muyavergonzada.

    No has trado equipo de repuesto?No.Hasso elev los ojos al cielo.Bueno, ahora desmontar este sombrajo y podrs envolverte en la tela. Pero vamos a

    volver a nuestra poca dijo.Por qu? se extra ella.Temo que la sesin de hipnopedia no fue todo lo completa que hubiera sido de desear.

    He podido reparar en parte la avera, pero no me atrevo a seguir adelante. En cambio, estoyseguro de volver a nuestra poca.

    Si no hay otro remedioAdems, nos equiparemos convenientemente. No se puede andar por el mundo, sin

    saber cundo regresaremos, y sin una sola muda de ropa encima. Y qu tenemos de comer?Has puesto siquiera una cant implora de agua en el cronomvil?

    Tynner, debo admit ir que he sido muy descuidadaHasso solt la tela y la t ir hacia atrs.Avisa cuando ests lista dijo malhumoradamente. Un viaje al siglo XXI, que acaba

    cuarenta mil aos antes sin un mal palillo de dientes en el equipajeIrina no dijo nada por el momento. Un poco despus, l oy su voz:Puedes volverte, Tynner.Hasso gir en redondo. Irina se haba envuelto en la tela, que le llegaba hasta cerca de los

    tobillos, ya que la haba doblado por la parte superior, a fin de no arrastrarla por el suelo.Me siento ridcula.No te preocupes ahora de tu aspecto dijo l. Anda, vamos. Hemos de regresar a

    nuestra poca, a fin de equiparnos convenientemente.S, es lo mejor convino la joven.Irina se acomod en su asiento. Hasso se situ en el suyo, con el ceo fruncido, cosa que

    not la joven y le hizo sent irse preocupada.Qu le sucede, Tynner?Estaba pensando No s por qu, pero me he acordado de repente de dos buenos

    amigos, que aceptaron la modificacin Qu opinas t sobre el part icular?Es muy conveniente respondi Irina.Pero t no te has modificado todava.No admit i la joven. Tena t rabajoY se necesitaba tu iniciat iva.Es verdad.Te modificars cuando haya concluido la misin?Irina vacil.

  • No sHasso ri sarcst icamente.No, no te modificaras asegur. Eso queda para la plebe, para el ciudadano de a pie,

    para las personas que son solamente un grupo de cifras y letras en el computador universal.Se necesitan hormigas que trabajen y que no piensen, aunque, eso s , dndoles bien de comery proporcionndoles casa, ropa y ciertas comodidades que les hagan ser felices, ignorando asque slo han pasado a la nfima categora de esclavos.

    No digas eso! protest Irina. Los modificados son gente como t y como yoPero que no t ienen posibilidad de elegir ni su t rabajo, ni su residencia ni Bueno, hacen

    lo que les ordenan, sin pararse a pensar si les conviene o no, o si les gusta, que es msimportante todava.

    La modificacin les asegura una vida mnima de doscientos aos, Tynner dijo Irinaacaloradamente.

    Una vida de borrego que bala a cada orden que recibe, sin pararse a meditar en si esbuena o no para su cuerpo o su espritu. A quin diablos se le ocurrira esa diablica idea?

    Bueno, el ordenador universal, hace t iempo ya, lleg a la conclusin de queMaldito ordenador universal! barbot Hasso. Si de m dependiera, lo volara con

    explosivosEsts blasfemando! se aterr la joven. Si te oyeran, podras pasarlo muy mal.

    Incluso podran modificarte en contra de tu voluntad, algo que por ahora no es obligatorio.Las presiones que se reciben constantemente en pro de la modificacin son muy

    intensas, pero, como has dicho, da llegar en que todo el mundo est modificado. Menos elque manda.

    Te refieres a Sygip?S, claro. Por cierto, es un nombre muy raro Aunque yo lo he odo nombrar siempre de

    esa manera, desde que nacEn realidad, Sygip no es un nombre, sino un conjunto de letras que definen su cargo:

    Supremo y Gran Primer Presidente.Hasso deletre las iniciales de las palabras y lleg a una rara conclusin.Hay un fallo. La I que hay al final de la palabra, antes de la PEs el nmero uno en caracteres romanos, hombre.Hasso emit i una sonrisa burlona.Entonces, Sygip ha olvidado hasta su nombre original Oye, yo ando ya por los t reinta

    y cinco aos y l era presidente desde que tengo uso de razn Debe de ser viejsimo, no teparece?

    Lo es confirm Irina. Pero estamos discut iendo sobre un tema mucho menosimportante que el que nos interesa solucionar.

    S, estoy de acuerdo cont igo. Hasso emit i un largo suspiro y empez a manipular enlos controles. Bueno, vamos all, a nuestro siglo

    Al cabo de unos segundos, puls la tecla de arranque y todo cuanto les rodeabadesapareci de inmediato.

  • CAPTULO IV

    El regreso se hizo sin inconvenientes. Un atento oficial acudi a recibirles y Hasso le hizouna sucinta relacin de lo ocurrido, lo que no le impidi despotricar contra los que habanconstruido el cronomvil y los encargados de su revisin. Termin la violenta filpica,amenazando con despellejar vivos a los tcnicos si en su prximo viaje temporal volva a fallarel aparato y, t ras despedirse de Irina, regres a su apartamento.

    El viaje y los contrat iempos sufridos le haban puesto en un estado de nerviosismobastante desagradable. Era preciso que se calmase, pens. Tom una ducha, se vist i y luegoconcibi una idea.

    El televisor poda servir tambin como videfono, mediante un canal apropiado, yasimismo se podan enviar mensajes grficos, que eran recibidos personalmente o grabados siel dest inatario se hallaba ausente. En previsin de lo lt imo, Hasso decidi emplear el segundoprocedimiento y, t ras marcar las cifras del cdigo correspondiente, redact un mensaje:

    ESTOY SOLO.

    NECESITO COMPAIA.RESPUESTA RAPIDA, POR FAVOR.

    Esper unos momentos. Antes de treinta segundos, ley:

    TODAS MIS EMPLEADAS EN ACCION.PUEDO IR YO EN PERSONA?

    Hasso sonri y contest afirmat ivamente. Ella atenda por el nombre de Tarya Lohr y era

    muy hermosa.Tarya dijo que tardara una hora, pues tena unos asuntos que resolver, pero que a part ir

    de ese momento, estara a su lado veint icuatro horas, si le pareca bien. Hasso dio un par dezapatetas de alegra y se prepar para recibir a su amiga.

    Al cabo de unos minutos, estuvo todo listo. De pronto, se le ocurri una idea paraentretener la espera.

    El televisor tena un canal de informacin, que poda ser ut ilizado por cualquier ciudadano.Hasso se sent ante el aparato, seleccion el canal adecuado y luego redact un mensajegrfico:

    QU ES LA MODIFICACION?

    QUIN FUE SU AUTOR?QU LEYES APOYAN ESTE SISTEMA?

    CULES SON LAS VENTAJAS QUE REPORTA A LA COMUNIDAD? Tras formular las preguntas, aadi las cifras de su cdigo personal y dej pasar unos

    momentos. Al fin, la pantalla se ilumin:

    CONSULTA DENEGADA.EN SU CODIGO PERSONAL NO FIGURA LA INDICACION DE MODIFICADO.

    Hasso se qued boquiabierto.Nunca me hubiera figurado murmur.Pero no tard en deducir que era una respuesta lgica. Un modificado recibira los

    informes deseados, porque ya no estara en condiciones de protestar de una situacin que lest imaba injusta y vejatoria, adems de atentatoria contra la dignidad personal.

    A quin demonios se le ocurrira la idea de la modificacin? mascull.Pero Tarya iba a llegar muy pronto y pens que lo mejor era despreocuparse del asunto.Cuando ella hizo su aparicin, Hasso la contempl cr t icamente de los pies a la cabeza.

    Era una mujer alta, de formas majestuosas, largos cabellos rubios y sonrisa llena de promesas.

  • Era una mujer alta, de formas majestuosas, largos cabellos rubios y sonrisa llena de promesas.Bienvenida a mi casa dijo l, a la vez que tenda una mano hacia la recin llegada.

    * * *Pas mucho rato antes de que ninguno de los dos pronunciase una sola palabra. Tarya

    tena la cabeza apoyada en el pecho de Hasso y. de pronto, dijo:Te noto preocupado, Tynner. Qu te sucede?Ests modificada? pregunt l.Qu cosas t ienes! Ni se me ocurrira siquieraY tus empleadas?Dos de ellas se modificaron. El contrato se cancel automt icamente.Las dems no quieren, supongo.Se resisten, aunque saben Todos sabemos que un da u otro tendremos que

    modificarnos obligatoriamente. Pero, por qu preguntas algo que sabes tan bien como yo?No lo creas, Tarya respondi Hasso. En realidad, la modificacin no me ha

    preocupado hasta hace muy poco, cuando record a dos personas que huyeron al pasado.Por qu?Hay cosas que est iman sera mejor no hubieran sucedido jams, entre ellas, el actual

    sistema de gobierno.A m no me parece tan malo dijo ella. Si no te metes con otros, puedes vivir

    t ranquilamenteMs tranquilo se vive, creo, una vez se ha aceptado la modificacin.Hombre, t ienes todos tus problemas resueltosA cambio de perder la personalidad propia, Tarya.Ella se mordi los labios.Eso si es cierto concord.Tarya, de quin fue la idea de la modificacin?Por qu no preguntas a Informacin?Ya lo he hecho.Y?La respuesta ha sido denegada, basndose en que no estoy modificado.Es decir, el modificado s puede saber quin concibi la ideaPorque, sencillamente, ya no puede protestar.Entiendo murmur ella, muy preocupada. Oye, Tynner, esto que estamos

    comentando, no ser el principio de una especie de dominio universal de una sola personasobre el resto de la humanidad?

    Celebro que empieces a verlo dijo Hasso.Y esa persona es Sygip.Nuestro Supremo y Gran Primer Presidente, cuyo nombre ignora la gente.Oh, no, yo si s cmo se llama, Tynner.De veras?Sygip es Zreno Grinden, nacido hace Bueno, no s la edad exacta, aunque s puedo

    decirte que no es un adolescente. Sin embargo, hace mucho t iempo que no se le ve en pblicoy que sus ministros desarrollan las ideas de gobierno que l concibe como mejores paranuestro beneficio.

    Tarya, t ests muy enterada de muchas cosasElla solt una risita.Si yo te contaraS, me imagino. Conoces a gente muy importante: ministros, altos cargosNinguno de los cuales est modificado, por supuesto.Claro, ellos son la elite, los que t ienen que guiar a la manada de borregos. Sabes de

    alguno de ellos que haya conocido con cierta int imidad a Sygip?Tarya medit unos instantes. Luego respondi:Quiz Forkshil Marobbi. Una vez estuve con l y le o decir que se senta preocupado

    por la salud de Grinden, esto es, de Sygip. Marobbi t iene ya ciento cuarenta aos y, aunquealgunos cursos ms atrasados, fue condiscpulo de Sygip en la Universidad, rama de CienciasTemporales. Eran grandes amigos, fue ministro de Alimentacin durante unos aos y luego seret ir a la vida privada, es todo lo que puedo decirte.

  • Gracias, preciosa dijo l, inclinndose para darle un beso.Piensas ir a ver a Marobbi adivin Tarya.Ahora no. por supuesto.Hasso empez a mordisquear una oreja de su bella acompaante. Tarya le ech los

    brazos al cuello.Un buen rato despus, ella dijo:Tengo hambre!Hasso se ech a rer.Yo preparar la comidaDeja, lo har yo, no te preocupes. Al ponerse en pie, le mir. Si estuvieses

    modificado, tendras tu dispensadora de alimentos conectada al ordenador de SERVICIOSGRATUITOS aadi.

    Al diablo con la modificacin! Quiero conservarme como soy, libre de pensar lo que med la gana y aceptar o rechazar lo que no me guste, ent iendes?

    Tarya suspir.Lo malo es que, tarde o temprano, todos acabaremos modificados profet iz

    lgubremente.Deja este tema a un lado. Has dicho que tenas hambre Hasso le dio una palmada

    en el atract ivo final de la espalda. A preparar la cena!Ella se ech a rer y sali del dormitorio. Hasso se levant, vist indose solamente con

    unos pantalones cortos.Mientras Tarya se ocupaba de disponerlo todo, Hasso fue a la sala y, para entretenerse,

    conect el televisor. Emit an un programa de ciencias naturales, que le pareci horriblementepedante y espantosamente aburrido. Iba a apagar el televisor, cuando, de pronto, son la vozde Tarya:

    Voy con la cena, Tynner!En el mismo instante, una lmpara situada a un lado del televisor se encendi

    intermitentemente. Era la seal para cambiar al canal de recepcin de mensajes personales.Tarya llegaba en aquel momento con una bandeja en las manos y cruz por delante de la

    pantalla, justo cuando Hasso presionaba la tecla con la que indicaba se hallaba dispuesto arecibir el mensaje.

    Entonces, un deslumbrante rayo de luz blanqusima brot de la pantalla y alcanz elcuerpo de Tarya.

    Hasso estaba en una situacin ligeramente oblicua respecto del televisor y lo vio todo conojos llenos de horror. El rayo lleg al costado derecho de la mujer y sali por el opuesto, aunquehabiendo ya perdido buena parte de su intensidad luminosa.

    Tarya no dijo nada, ni siquiera grit. Solt la bandeja y cay al suelo fulminada, mientras desu cuerpo se elevaban dos columnitas de humo oscuro, que despedan un repugnante olor acarne quemada.

    Al mismo t iempo, la pantalla estallaba en mil pedazos con sonoro estrpito. Hasso sequed petrificado.

    Segundos ms tarde, cuando empezaba a reaccionar, adquiri la conviccin de que Taryaestaba muerta.

    * * *Abri la puerta y no manifest sorpresa al ver a Irina sentada, aguardndole en la sala. Ella

    le dirigi una fra mirada.Llevo aqu ms de dos horas esperando dijo.No he podido venir antes. Vuelvo del cementerio.Has ido al ent ierro de Tarya Lohr.Era una mujer de ideas ant icuadas. No le gustaba que su cuerpo de convirt iese en

    cincuenta gramos de cenizas. Prefera el sistema tradicional: una fosa y t ierra encima, con unalpida, indicando los aos de nacimiento y defuncin.

    Y t, claro, te has encargado de esos trmitesMe pareci que era lo mejor que poda hacer, teniendo en cuenta que haba muerto en

    esta casa. A dos pasos del lugar que ocupas.Irina se levant de un salto. Hasso ri amargamente.

  • No temas, no creo que intenten otra vez matarme por el mismo sistema aadi.Qu dices? Fue una avera del televisorTe lo han dicho as los expertos, verdad? Qu expertos? Con quin has hablado?Solicit informacin a la computadora. Dijo que haba sido una elevacin de tensin

    anormal, lo que ha provocado una descarga de electrones muy concentradaY un cuerno! Eso no pasa nunca, no puede pasar, a menos que se haga a propsito.

    Simplemente, fue un asesinato exclam l con gran vehemencia.Un asesinato! repit i Irina, estupefacta. Pero, por qu?No queran matar a Tarya. Queran matarme a m.Ella tena los ojos desmesuradamente abiertos.Matarte a t i No comprendoHasso, con aire fat igado, fue a la dispensadora de alimentos y se sirvi una taza caf.Sabes por qu estaba Tarya en mi casa? pregunt, al volver a la sala.Irina hizo un gesto de repugnancia.Tambin solicit informacin acerca de esa mujer manifest. Tena un negocio de

    contratacin de compaa para caballeros solos. Reciba llamadas, las atenda, concertabalas entrevistas Y, a veces, tambin aceptaba ella proposiciones para hacer compaa a loshombres. Como en tu caso.

    Es cierto. La llam para que me hiciera compaa, y no lo digo con otras palabras, parano herir tu ant icuada pudibundez. Pero tambin lo hice por otros mot ivos.

    Era unaEra un ser humano y muri en mi lugar, porque yo haba formulado a la computadora

    una serie de preguntas acerca de la modificacin. Quera obtener el mayor nmero posible deinformes, sabes?

    Qu te respondi la mquina, Tynner?Respuesta denegada, porque no estoy modificado.Ella entorn los ojos.Comprendo. T esperabas recibir informes de Tarya Conseguiste algo posit ivo?Hasso hizo un gesto afirmat ivo.Ella saba muchsimas cosas, de gente importante, claro. Me dio un nombre.Pero, por qu te preocupas por un asunto que no te incumbe en absoluto? Es que ya

    no recuerdas que t ienes una misin que cumplir?Lo s perfectamente, Irina.Bien, entonces, es mi obligacin informarte que ya tenemos un cronomvil

    completamente nuevo y con todos sus mecanismos comprobados de forma exhaust iva, lo cualexcluye el riesgo de un error, como el que padecimos. Adems, he preparado un equipo quenos permita actuar sin problemas y

    Hasso hizo un gesto con la mano.Es int il. Digas lo que digas cort, no pienso ir al siglo XXI sin antes haber visitado a

    cierta persona.Irina pareci resignarse.Puedo saber, al menos, el nombre de esa persona? rog.Claro, no hay inconveniente. Se llama Forkshil Marobbi y fue condiscpulo de Zreno

    Grinden.Quin es Grinden? pregunt ella, muy intrigada.Hasso sonri burlonamente.Parece ment ira que, a estas alturas, desconozcas el autnt ico nombre de Sygip

    contest.

  • CAPTULO V

    Irina se emparej con el joven cuando ste se dispona a salir de la casa.Adnde vas? pregunt l.Cont igo respondi Irina firmemente.Cre que regresabas a tu casaYo tambin tengo inters en hablar con Marobbi. Bueno en or sus respuestas dijo la

    joven.Muy bien, como gustes.En la azotea, subieron al aeromvil de Hasso, quien program inmediatamente la ruta.

    Hasso se reclin en su asiento cuando el aparato levant el vuelo y cruz los brazos sobre elpecho.

    Irina observ su preocupacin.Qu vas a preguntarle a Marobbi cuando lo veas? quiso saber.Estoy empezando a pensar que quiz toda la culpa no sea de Sygip respondi l.No ent iendoIrina, sospecho que el ordenador universal se ha desarrollado de tal manera, que ya

    toma decisiones por s mismo, sin necesidad de atender a los programas dispuestos porpersonas.

    Un ser mecnico inteligente!Autointeligente! puntualiz l.Eso es imposibleIrina, conozco algo sobre computadoras. Las que hay en el siglo XXXI son

    absolutamente diferentes de las que exist an hace mil aos. Mejor dicho, slo hay unacomputadora. La Universal.

    Una mquina que ha englobado a todas las demsIncluyendo a los programadores primarios de nuestras viviendas, como son los del

    televisor, que sirve para todo, los de temperatura, comida, contabilidad de gastos Todos losordenadores son uno ahora, como las hojas y las ramas de un rbol son el rbol mismo. Loent iendes?

    Pero eso es monstruoso! exclam Irina.Ahora te das cuenta? dijo l, sonriendo amargamente.Irina agit las manos.Un momento, un momento! Tenemos un presidente mundial, Sygip, que es quien nos

    gobierna, con la colaboracin de sus ministrosHas visto a Sygip?S, claro, el da en que te llam a t i.Hablaste con l.En efecto.Qu conclusiones sacaste de la conversacin?Fue muy breve. Slo me hizo algunas recomendaciones acerca de la misin que

    debamos llevar a cabo. No hablamos de otra cosa, excepto de t i. Dijo que tena los mejoresinformes tuyos y que eras el hombre ideal para evitar la alteracin de la historia que puedenprovocar los Fervoz.

    Entiendo. Debo estar muy agradecido a quienes facilitaron esos informes a SygipEntonces, dale las gracias a la mquina.Fue ella, eh? rezong Hasso.Quin, si no?El joven se ech a rer.Has dicho quin y eso slo se puede aplicar a las personas, no a las mquinas

    corrigi.Tynner, esa mquina puede que no tenga figura humana, pero es un ser viviente dijo

    Irina dramt icamente.Hasso se qued muy pensat ivo al or aquellas palabras. Al cabo de unos momentos, dijo:Si es as , tendramos que estudiar la forma de

  • Si es as , tendramos que estudiar la forma deDe qu? pregunt ella, dndose cuenta de la interrupcin de Hasso.Tendramos que estudiar la forma de destruir esa maldita mquina, para poder

    considerarnos algn da verdaderamente libres.Eso es imposible! No lo conseguirs y, adems, provocaras una catstrofe

    inimaginable.Hermosa, sobre ese asunto, tengo mis propias ideas, pero, por otra parte, es posible que

    no necesite hacer nada al respecto. Tal vez se encarguen de ello los Fervoz.Alterando las lneas del t iempo, verdad?Justamente.Pero nosotros tenemos el deber de impedirlo.Y lo intentaremos. Pero no es seguro que lo consigamos.Te sientes pesimista, veo dijo ella, irritada.Hasso se inclin un poco hacia adelante.Estamos llegando contest, lacnico.Desde el aire, podan divisar la residencia de Marobbi, situada en un agradable paraje, con

    un extenso jardn a su alrededor. Hasso pens que Marobbi haba recibido una buenarecompensa al ret irarse de su cargo de ministro.

    Y sin necesidad de someterse a la modificacin, pens.De pronto, se dio cuenta de que haba algunas personas en el jardn, movindose de una

    forma extraa.Irina tambin lo vio y lanz una exclamacin de sorpresa:Tynner, qu pasa ah?Pronto lo sabremos contest l, mientras tomaba nuevamente los mandos del

    aparato.Al aterrizar, un hombre uniformado se acerc a ellos y les pregunt qu deseaban.Venimos a visitar al ex ministro Marobbi dijo el joven.Lo siento. Marobbi ha muerto.Muerto! repit i Hasso, abrumado.Qu ha pasado? pregunt Irina, ms prct ica.El oficial se sint i receloso.Quines son ustedes? pregunt.Ella sac una tarjeta de su bolso. Al verla, el polica salud respetuosamente.Estoy a sus rdenes, seora dijo.Gracias, oficial contest la joven. Ahora, por favor, informe de la muerte de

    MarobbiMuri asesinado. Entraron unos ladrones en su casa, intent resist irse y lo mataron de

    un golpe con una estatua de metal.* * *

    Hasso lanz sbitamente una fuerte risotada. Estaban ya en el aeromvil, de regreso, y lajoven se volvi para mirarle, sorprendida e indignada a un t iempo.

    Tynner, la cosa no es para echarse a rer dijo reprobadoramente.Puede que tengas razn, puede que lo que ocurre sea para echarse a llorar. Pero la risa

    tambin puede ser una defensa contra el llanto contest l.No te comprendo. Vas a decirme ahora que t ienes ganas de llorar? exclam Irina,

    desconcertada.Han intentado asesinarme a m y, en mi lugar, muri una buena amiga. Vamos ahora a

    ver a un ex ministro, gran amigo de Sygip y nos lo encontramos muerto, asesinado al parecerpor unos ladrones que haban entrado en su residencia a robar. Hermosa, cundo has odot alguna vez que haya ladrones en esta poca y menos que maten para conseguir un botn?

    Irina se sint i perpleja.Es cierto. Puede decirse que, prct icamente, todos los delitos estn abolidosRect ifica: los delitos han estado abolidos siempre. Pero ahora no se cometen, lo cual es

    muy dist into.Conforme. Entonces, t crees que no fueron tales ladrones.NoEn qu te basas para afirmar una cosa semejante?

  • Muy sencillo: no podan emplear el mismo procedimiento, porque se habran delatado as mismos. En consecuencia recurrieron a otro mtodo, mucho mejor que el anterior.

    Por qu es mejor que el anterior? pregunt la joven.Puesto que no se cometen delitos, no existe apenas polica. No hay ficheros ni

    antecedentes de criminales y, entonces, cmo van a perseguir a los asesinos de Marobbi?Irina se qued muy pensat iva al escuchar aquellas palabras.Al cabo de unos momentos, dijo:Me pregunto quin habr ideado un plan tan siniestro y por qu, Tynner.Eso mismo pienso yo.Ha podido ser el ordenador universal.Por qu?Si le preguntsemos, respondera?Yo no pienso intentarla te lo aseguro dijo Hasso firmemente.TemesNo tengo ganas de que me disparen otra descarga de electrones. Hombre

    prevenido, t ya me comprendes, verdad?Irina suspir, a la vez que se reclinaba en el asiento.Crees que debemos cont inuar con la misin asignada? inquiri.Podemos hacer otra cosa?Evidentemente, no. Aunque parece como si alguien quisiera impedir que lo hicieras t.

    Pero si t ienes xito en la misin, nuestra poca no sufrir alteraciones.Eso es lo que ms me cuesta de comprender. Me asignan una misin y luego tratan de

    impedirlo, buscando mi muerte. A qu se debe semejante incongruencia? No lo ent iendo,francamente.

    Quiz lo supiramos si la mquina contestara a algunas preguntas muy cr t icas dijoIrina. Pero temo que no nos permit iran formularlas.

    Cmo?Cuando cierto personaje de rango muy elevado, quiere acceso a informaciones de

    carcter reservado, va al lugar donde est la mquina y, t ras las autorizaciones pert inentes,ut iliza un canal estrictamente restringido. Es la clase de preguntas que un ciudadano corrientehace desde su casa y recibe en su pantalla la respuesta de SIN INFORMACION SOBRE ELTEMA. Lo ent iendes ahora?

    S contest Hasso. Pero eso viene a demostrar que algunos de los gobernantesactuales no son tan sinceros como proclaman cuando estn ante un pblico.

    Y ni a t i ni a m nos concederan la autorizacin para ut ilizar el canal restringido, as queno te hagas ilusiones. Algunas de las preguntas que te planteas a t i mismo y cuyas respuestaspodras conocer, quedarn para siempre en tu mente, sin ser atendidas jams.

    Hasso frunci el ceo.Eso que dices es muy fuerte manifest. Algn da Pero ahora tenemos algo ms

    importante que hacer, no es as?En efecto, Tynner.Dices que t ienes todo preparadoS corrobor Irina.Entonces, cundo vamos a ver al profesor Schummening?Te parece maana, a primera hora?De acuerdo, preciosa.Ella sonri.Tynner, me encuentras bonita?Hasso se volvi un instante y la mir penetrantemente.Eres la chica ms guapa que he visto en mi vida respondi.

  • CAPTULO VI

    El cronomvil se materializ en un ameno paraje, con abundancia de rboles y plantassilvestres y el suelo cubierto de fresca hierba. Hasso salt al suelo y se llen los pulmones deaire.

    Esta vez hemos acertado dijo.Seguro? No hay seales de vida humanaHasso seal unas colinas que se entrevean a t ravs de los rboles.He visto fotografas de este lugar, antes de que se fundara Charlesfield contest.

    Estuve hojeando unos libros de historia ant igua por medio de la pantalla, claro, y el paisaje esexactamente igual al de las ilustraciones de esos libros.

    En el viaje anterior, llegamos a la orilla del marHasso seal a sus espaldas.Est en aquella direccin. Hace cuarenta mil aos, las aguas cubran estos parajes. Se

    supone que un movimiento ssmico provoc el levantamiento del suelo hace unos veint icincomil aos. Lgicamente, las plantas empezaron a crecer despus y

    Est bien cort ella. Recuerda que no hemos venido precisamente en viaje deplacer. Estamos en el cont inente americano y hemos de trasladarnos a la vieja Europa.

    Habr que esconder el cronomvil, supongo.Lo enviar, por control remoto, a cinco minutos en el futuro de este t iempo y dejar el

    generador en cont inuo funcionamiento. De esta forma, todo el que venga por aqu, noencontrara jams el cronomvil, porque siempre estar cinco minutos ms adelantado que sut iempo.

    Hasso la contempl con admiracin.Eres una chica lista elogi. Tienes t tulo?Doctora de Primer Grado en Ciencias Temporales respondi Irina. Anda, vamos a

    preparar las cosas. Tenemos que viajar a Munich y no son cuatro pasos.Bueno, disponemos de los cinturones de traslacin instantnea.S, pero es preciso que estudiemos bien el it inerario. Hemos de marcar las coordenadas

    con la mxima precisin, a fin de aparecer en el jardn de la casa el profesor, a orillas del Isar.Es el rio en que te baaste hace cuarenta mil aos sonri l.Irina pareci sent irse preocupada.No me dej ningn instrumento pero, qu pensara el cazador primit ivo que se

    encuentre mis ropas all?Ser un hombre de las cavernas, un neartandeliense, y tal vez crea que han sido

    dejadas por un dios desconocido. Se prosternar ante tus vest idos y les rogar le concedanuna buena caza, a fin de conseguir la ruda mano de una arisca doncella de su tribu.

    No es cosa de broma, Tynner dijo ella en tono de reproche. Bueno, empezamos?Minutos despus, estaban listos. Irina consult el mapa de que se haba provisto y luego

    indic unas cifras a su acompaante.Cul es el margen de error? pregunt l.De tres a cuatro metros respondi la joven.Dices que vamos a aparecer en el jardn de la casa del profesor. Qu sucedera si me

    materializase en el lugar ocupado por un grueso olmo por ejemplo?Nada dijo Irina. La materia del t ronco del rbol te rechazara, permit indote

    materializarte en un lugar no ocupado y, por tanto, libre. Llegars a unos centmetros del sueloy podrs poner los pies en la hierba sin problemas.

    Hasso baj la vista hacia su cinturn.Un invento maravilloso sonri. Encanto, estoy listo.Entonces, contar hasta t res, a fin de iniciar y terminar el viaje juntos. Conforme?Cuenta ya indic l.Al or la cifra t res. Hasso presion el botn de arranque y todo cuanto se hallaba a su

    alrededor desapareci de su vista.* * *

    Su cuerpo se descompuso en cuatrillones de fragmentos.

  • Su cuerpo se descompuso en cuatrillones de fragmentos.Fue una desintegracin sin el menor dolor.Desaparecieron todas las sensaciones: visuales, audit ivas, olfat ivas, tct ilesNo era nada y era todo. Era un ser humano que exist a y no exist a. Un torbellino de

    tomos que giraban vert iginosamente en un espacio, donde no haba nada ms que el vacoabsoluto.

    Era como si se hubiese dormido, pero pudiera ver lo que suceda a su alrededor,hallndose en la nada.

    Ni siquiera poda pensar, aunque saba que estaba plenamente consciente. Era slo unasensacin puramente inst int iva, porque le resultaba imposible coordinar la menor idea.

    Le pareci que era un embrin en el tero de su madre. Consciente de que algn datena que nacer, pero sabedor al mismo t iempo que no era sino un diminuto puado de clulasque acababan de acceder al principio de la vida.

    Y, de repente, la oscuridad se disip y volvieron todas las sensaciones.Regres la luz. Aspir nuevamente el aire. Vio plantas y rboles y flores y a Irina a su lado.

    Ella sonrea.No ha pasado nada. Estamos justamente en el lugar deseado dijo.Hasso inspir profundamente.Bueno, hemos llegado contest. Y ahora?Ella seal la casa que se vea a quince pasos de distancia, un edificio pequeo, de dos

    plantas y aspecto encantador.Fue construida a finales del siglo XIX y reconstruida por los antepasados del profesor,

    despus de la guerra mundial del 39-45 explic. Y ahora slo falta que veamos alprofesor

    La joven se interrumpi. Una mujer de edad madura y rostro todava agraciado, acababade entrar en el jardn, con un par de bolsas en las manos.

    La recin llegada les mir con cierta suspicacia.Quines son ustedes? pregunt.Hasso se dio cuenta de una cierta expresin de tristeza en las facciones de la mujer, cuya

    edad calcul en unos cincuenta aos.Disculpe, seora; queremos ver al profesor SchummeningLa mujer abri los ojos.Pero, es posible que no lo sepan todava? exclam.Qu hemos de saber, seora? pregunt Irina.Soy Inge Schummening se present la mujer. Viuda del profesor.Hasso sint i que se le caa la mandbula.Ha muertoIrina reaccion con presteza.Lo lamentamos infinito y le ofrecemos nuestras condolencias, seora Schummening

    dijo. Crame, ignorbamos la infausta not icia y nos sent imos abrumados por la desaparicinde un cient fico tan notable. Pero, si no le importa, nos gustara saber cundo ocurri ladefuncin.

    Inge suspir.Por qu no entran en casa? invit. Tomaremos una taza de t Presiento que

    ustedes son seguidores de sus teoras, no es as?En efecto, seora se apresur Hasso a responder. Permtame que le presente a la

    doctora Walgh. Yo soy Tynner Hasso, ingeniero.Celebro conocerles, muchachos. Entren, entren en casaLos dos jvenes siguieron a Inge. Hasso se apresur a llevarle las bolsas que, supuso,

    contenan provisiones. Inge les acomod en una agradable salita, desde la cual se divisaba elesplndido paisaje, a orillas del Isar, y luego se ret in a la cocina para calentar el agua del t.

    Aqu pasa algo raro cuchiche Irina al quedarse solos. Segn mis informes,Schummening tena que estar vivo todava en esta poca.

    Algo falla en tus informes, porque no creo que la seora Schummening, que no nosconoca, t rate de engaarnos.

    Habrn llegado ya los Fervoz?Por qu lo dices?

  • Schummening fue el primero; la doctora Langham le sigui y, al fin Hutton construy laprimera mquina del t iempo. Si Schummening muri antes de completar sus invest igaciones y,por tanto, sin publicar su Teora sobre la ut ilizacin de energas ilimitadas. Flavia Langhamno habra llevado a buen fin sus t rabajos y Hutton no habra podido construir siquiera unsencillo cascanueces.

    Hasso se acarici la mandbula pensat ivamente.Sabes en qu fecha fue publicado el libro de Schummening?Agosto de dos mil sesenta y uno. Estamos en julio de ese ao.Entonces, el libro no ha salido a la luz pblica.Puede estar en la imprenta.Tendremos que invest igar a fondo ese detalle.S, ser conveniente.Inge Schummening vino a poco con una bandeja. Sirvi el t y luego mir complacida a sus

    visitantes.Me gusta hablar con personas que comprenden las teoras de mi difunto esposo. Debo

    confesar que slo soy una sencilla ama de casa, que no ent iende nada de ciencia tancomplicada, pero eso no obsta para que piense que tuve un esposo maravilloso y un cient ficode primer orden, a pesar de los numerosos cr t icos que combatan sus hiptesis con unencarnizamiento que parece increble dijo.

    Nosotros admit imos plenamente sus teoras, seora se apresur a decir Irina. Pero,por favor, y rogndole me disculpe, si t raigo a su memoria malos recuerdos Qu le sucedi asu esposo?

    Inge emit i un profundo suspiro.Fue asesinado. En esta misma casa respondi.

    * * *Hasso e Irina se quedaron anonadados al or la respuesta de la seora Schummening.Los Fervoz haban llegado antes, dedujo Hasso de inmediato.Una pareja de desalmados, que no dudaban en llegar al asesinato, si con ello conseguan

    su propsito.Lo malo era que los Fervoz se desplazaran nuevamente en el t iempo y buscaran a la

    doctora Langham para darle muerte tambin. Finalmente, acabaran con la vida de Hutton y lahistoria del siglo XXXI resultara radicalmente modificada.

    Podran evitarlo?Despus de la respuesta de Inge, se haba producido un hondo silencio. Irina fue la primera

    en romperlo.Asesinato dijo, consternada.S, y por un colega suyo, lo que hace ms sorprendente, y tambin ms repugnante, un

    suceso que caus enorme sensacin hace poco ms de un ao contest la viuda delprofesor.

    Hasso dio un salto en su asiento.Dice que el profesor muri hace ms de un ao?En efecto.Y lo mat un colega.Mart in von Klauberg, profesor de Paleohistoria en la Universidad de Munich.No han sido los Fervoz, se dijo el joven.Von Klauberg fue condenado a una pena poco menos que simblica dijo Inge con

    amargura. El jurado consider que haba exist ido provocacin por parte de mi esposo y lapena que sentenci el juez fue mnima, concedindole, adems, el beneficio de la prisinatenuada. Es decir, est en la calle, t ras apenas unas semanas de crcel.

    Haba una gran amargura en la voz de Inge, not Hasso. Pobre mujer, compadecimentalmente.

    Me parece increble que dos cient ficos de prest igio discut ieran como, comocargadores de muelle coment Irina.

    Ver Es que mi marido encontr algo a orillas del Isar, que le hizo pensar Wernersostena la teora de que, hace muchos miles de aos, viajeros de otro t iempo, haban llegadoa esta regin. Von Klauberg le tach de loco y visionario, y entonces mi esposo quiso

  • demostrar sus teoras con pruebas fehacientes.Qu pruebas, seora? pregunt Hasso.Unos ropajes de un tejido especial, que no se fabrican en la actualidad: blusa, falda,

    botas, prendas nt imas Eran vest idos de mujer, desde luegoIrina se puso plida. Hasso contuvo un respingo.Seora, dnde encontr el profesor esos ropajes? pregunt el joven.Inge se puso en pie y, acercndose a una de las ventanas, tendi el brazo derecho:All , a menos de un kilmetro de esta casa. Fue un da en que, un poco cansado de sus

    trabajos, decidi salir a dar un paseo, para despejarse la mente. Haba una excavadorafuncionando y Werner vio que dejaba al descubierto unas prendas de ropa. Se las pidi aloperario, atrado por su forma y su tejido, las t rajo a casa, empez a estudiarlas y Bueno, alos pocos das, llam a Von Klauberg y le ense su descubrimiento.

    Qu pas despus?Discut ieron. Von Klauberg le tach de impostor. Mi marido se encoleriz y profiri unas

    frases muy fuertes. Pero, desde luego, no cogi la estatuilla de bronce para golpear a VonKlauberg, como ste afirm en el juicio, sino que sucedi exactamente todo lo contrario.

    Y as muri el profesor dijo Hasso pensat ivamente. Seora, sabe qu fue de esosropajes?

    Von Klauberg es un t ipo repulsivo, astuto y calculador. Consigui llevrselos a su casa.Ahora est preparando una tesis para anunciar precisamente lo que negaba a mi esposo.

    Hasso se puso en pie.Seora, no sabe cunto le agradecemos los informes que nos ha proporcionado dijo

    . Debe saber tambin que lamentamos profundamente la muerte de su esposo, a quienconsiderbamos como uno de los genios cient ficos de esta poca. Nunca le olvidaremos,crame; es ms, haremos todo lo posible para que se conozca la verdad de la historia y laestafa histrica que el profesor Von Klauberg quiere perpetrar no pueda llevarse a efecto. Loharemos as , no es cierto. Irina?

    S, lo haremos tal como mi colega ha dicho, seora Schummening confirm lamuchacha.

  • CAPTULO VII

    Hasso se detuvo de pronto en un lugar donde an se notaban los efectos de la accin dela excavadora.

    Fue aqu, no?Irina mir a su alrededor.Tuvo que ser. El rio y sus alrededores han cambiado en cuarenta mil aos contest.Olvidaste tus ropajes y alguien los encontr cuatrocientos siglos despus. Por culpa de

    tu vest ido, un hombre muri asesinado.Bueno, yo lo siento mucho, pero cuando vi aquel oso gigantesco que se abalanzaba

    sobre mLo s, lo s, y no te culpo en absoluto, porque todo proviene del error del cronomvil,

    causado por una intempest iva avera. Pero, qu sucedera si regresramos a aquella poca arecoger tus ropas?

    Irina parpade.S recobramos mis vest idos, Schummening no los encontrar dijo.Y, por tanto, seguir vivo todava en julio de dos mil sesenta y uno.Pero ya ha escrito su TeoraEn la fecha de edicin de ese libro t iene que haber a la fuerza un error dijo Hasso.Por qu? pregunt ella, extraada.Tiene que haber un error insist i l. Un error tal vez deliberado.Irina entorn los ojos.Quieres decir que alguien nos engaa?No estoy tan seguro de ello, aunque tampoco me extraara en absoluto respondi

    Hasso. De todos modos, por qu no hacemos la prueba y viajamos a la poca en queperdiste tus ropajes?

    Qu suceder entonces?No suceder. La excavadora trabajar, desde luego, pero Schummening no encontrar

    nada, no llamar a su colega, no discut irn, no habr asesinato y, por lo tanto, cont inuarviviendo muchos aos ms.

    PeroLa seora Schummening no recordar una visita que no se producir, porque ya no

    tendremos necesidad de ello.Irina medit unos momentos.Est bien, pero tendremos que regresar al cronomvilNo t iene mando de control remoto?S, desde luego.Entonces, t relo aqu y viajaremos desde este lugar a cuarenta mil aos en el pasado.Ahora no sera conveniente, Tynner objet ella.Por qu?Hombre, es de da Podran vemos.Hasso sonri.Tienes razn, y creo que hay una manera de entretener la espera hasta que se haga de

    noche dijo, a la vez que empezaba a desabrocharse la blusa.Eh, qu vas a hacer? exclam ella, alarmada.Voy a darme un bao en el ro contest Hasso tranquilamente. Por qu no me

    acompaas?Irina se mordi los labios.Sin ropaBah, en Alemania y menos en esta poca, eso no llama la atencin dijo l

    displicentemente.Bueno, pero no mires hasta que est dentro del agua.Como quieras, preciosa.Hasso se lanz al ro momentos despus. Irina le sigui a poco.Tynner, por qu no disfrutamos de estos pequeos placeres en el siglo XXXI?

  • Tynner, por qu no disfrutamos de estos pequeos placeres en el siglo XXXI? pregunt ella algunos minutos ms tarde.

    Vivimos en una poca demasiado reglamentada. A decir verdad, no s por qu diablosquieren modificarnos, si ya actuamos como hormigas

    Pero tambin con absoluta seguridad. En todo dijo ella, enft ica.No corremos riesgos. Estamos abocados a una decadencia total. Y puede que ello sea

    mejor, porque as se reavivar en el hombre el espritu de lucha que le es congnito y quenuestra civilizacin ha barrido totalmente.

    No me parece un panorama muy agradable. Volver a pocas en que la gente se peleabapor sobrevivir

    No, sino volver a pocas en que el ser humano tenga sus propias iniciat ivas, sinnecesidad de que una mquina le dicte lo que debe hacer o no debe hacer respondi Hassovivamente. Admito que, en determinados aspectos, el ordenador universal en necesario,pero no debemos permit ir que se desarrolle hasta el punto de controlar nuestras vidasabsolutamente y convert imos en sus servidores. Sabes lo que somos ahora?

    No, dmelo, por favor pidi Irina.En el siglo XXXI y pese a nuestra apariencia civilizada, no somos sino salvajes idlatras

    de un dios mecnico, al cual ofrecemos cont inuamente nuestros sacrificios. A diario, a todashoras.

    Qu sacrificios? pregunt ella, muy extraada.Nuestra libertad, nuestra independencia Hemos dejado de pensar, de crit icar A

    cambio de una seguridad casi o total, hemos ofrecido a ese dios mecnico lo mejor del serhumano: nuestras almas.

    Irina pareci sent irse muy impresionada por aquellas palabras.Tal vez tengas razn murmur.Creo que la tengo dijo l, a la vez que se acercaba a la orilla. El bao ha terminado

    aadi.La joven sali tambin. Hasso se volvi y la mir sonriendo.Ests sin ropa dijo.Irina se inclin a un lado para agarrar su mata de pelo con ambas manos, a fin de escurrirla.Sabes?, no me importa contest.Hasso pase la vista por los alrededores. Luego carraspe. Ella se irgui. Hasso le tendi

    una mano.Irina la acept. Haba unos arbustos y pasaron al otro lado. Luego se tendieron sobre la

    fresca hierba y se amaron con frent ico apasionamiento.* * *

    Tena que ocurrir esto? pregunt Irina mucho ms tarde, cuando ya anocheca, conla cabeza apoyada en el pecho del joven.

    Hubiera sucedido en nuestra poca?Lo dudo mucho. Tynner.En el siglo XXI gozamos de libertad de movimientos. Lo comprendes ahora, verdad?Pero no pertenecemos a esta poca aleg Irina.Hasso suspir.Desgraciadamente, es cierto convino. Encanto, es hora de empezar a vest irme

    aadi.S, ya es hora de volver a la realidad y de pensar en el viaje al ao Qu ao era,

    Tynner?Ms o menos, t reinta y siete mil antes de Cristo.Ayer, como quien dice ri la joven.Apenas se hizo de noche. Irina manej el mando de control remoto y el cronomvil se

    materializ a los pocos momentos.Vamos a viajar ahora? Llegaramos de noche.Marcar las cifras horarias con un retraso de doce horas dijo l.Doce horas de retraso? Para qu? se extra.As llegaremos de da, apenas dos horas despus de tu bao. No vamos a viajar a esa

    poca antes de que se te ocurra meterte en el rioEs verdad. Dispensa, no haba cado en la cuenta. Entonces?

  • Haz lo mismo que hiciste cuando vinimos a Munich, pero con nosotros dentro. A cincominutos de este futuro, nadie podr encontrarnos y descansaremos tranquilamente en esperadel nuevo da

    Es una idea estupenda aprob Irina.* * *

    El sol haba salido ya haca rato, cuando Hasso se dispuso a maniobrar en los controlesdel aparato, a fin de regresar al ao 37.000 A.C. Cuando ya estaba a punto de accionar elmando de arranque, se volvi haca la joven.

    Se me acaba de ocurrir algo No hay en el Centro Temporal un registro de viajes encronomviles?

    S, desde luego. Se anotan puntualmente las part idas y regresosY hay tambin una estacin de seguimiento.En efecto.Segn tengo entendido, todo viaje temporal deja un rastro, naturalmente impercept ible

    por los sent idos humanos, pero que puede ser seguido por el detector correspondiente de laestacin de seguimiento.

    Eso es admit i la joven.Muy bien. Cuando regresemos, iremos a esa estacin, para estudiar el rastro dejado por

    los esposos Fervoz. As sabremos con toda exact itud los desplazamientos que han realizadoy, lo que an es ms importante, el lugar y la fecha en que se hallan en el momento de laobservacin.

    Me gusta tu idea. Tynner. Y tambin te pregunto por qu no lo habremos hechoantes

    Hasso entorn los ojos.Hay demasiada precipitacin en nuestros viajes murmur.Qu quieres decir pregunt ella.Hablaremos de este asunto en otro momento eludi Hasso una respuesta ms

    amplia. Ahora tenemos algo ms importante que hacer.Presion la tecla y el paisaje desapareci de la vista de los dos viajeros del t iempo.El t rayecto, esta vez, le pareci a Hasso ms breve que en la ocasin anterior. Casi no

    crea haber arrancado, cuando ya estaban en la poca deseada.El cronomvil se pos en el suelo. En el mismo instante, notaron una fuerte sacudida.Qu ocurre? pregunt Irina, alarmada.La t ierra t repid. Hasso empez a sent irse preocupado.No lo ent iendo dijo.De pronto, ella lanz un grito:All , Tynner! Mira mis ropas!Hasso mir en la direccin sealada y, en efecto, a unos treinta metros del aparato, casi

    en la orilla del rio, estaban los vest idos de la joven.Bueno, puedes ir a recuperarlosIrina abri la portezuela de su lado y puso el pie en el suelo. Apenas lo haba hecho, se

    sint i violentamente lanzada a un lado.Entonces, Hasso vio que las colinas del horizonte, relat ivamente cercanas, se agitaban

    como sacudidas por una violentsima tempestad. Inmediatamente, comprendi lo que suceda.Irina, vuelve! Es un terremoto!Ella haca esfuerzos por levantarse. El suelo se mova con largas ondulaciones, que

    provocaban un terrible estruendo.Varios rboles cayeron tronchados por las espantosas sacudidas ssmicas, con fragor que

    daaba cruelmente los t mpanos. A gatas, llena de pnico, Irina regres al cronomvil.Cuando ya estaba a punto de entrar, el suelo se abri bajo sus pies.La joven chill, aterrada. Hasso se inclin y pudo agarrar su mano antes de que Irina

    desapareciera en aquella hendidura, de cuyo fondo brotaban siniestros vapores.Tenemos que marcharnos de aqu cuanto antes dijo l, cuando ya ella estaba a

    salvo.Los ropajes de Irina eran todava visibles. El cronomvil sufra fuertes sacudidas, pero

    aguantaba bien. Hasso decidi desplazarse unos das en el futuro.

  • Volveremos luego, cuando la t ierra haya recobrado su estabilidad.En el momento de arrancar, vio que un talud se derrumbaba justo sobre el lugar donde

    estaban los vest idos de la joven, provocando una enorme polvareda.No es mucha t ierra dijo. Podremos excavar luego con las manosLa visin del suelo torturado desapareci de sus ojos instantes ms tarde. Irina se relaj

    en su asiento.Cre que iba a morir dijo. Me has salvado la vida y no lo olvidar jams, Tynner.Hasso sonri.Me dan ganas de viajar a un ao en el futuro dijo.Por qu? se extra ella.Dentro de un ao, sabremos si lo que sucedi ayer ha tenido consecuencias contest

    l alegremente.Irina hizo un signo negat ivo.No habr consecuencias de natalidad asegur.Por qu? se extra l. Hemos actuado como un hombre y una mujer queLa mujer no es frt il.Hasso apret los labios.Quiere eso decir que no puedes tener hijos?Por ahora, no. Cuando hice el doctorado y luego se me concedi un empleo, la mquina

    sugiri se me esterilizara durante un t iempo. AceptEsa maldita mquina dijo l rabiosamente. Ha de meterse en todo No nos deja el

    menor resquicio para decidir por nosotros mismos.No te quejes, todava no ests modificado, Tynner.Ni lo estar jams! asegur Hasso con gran vehemencia.En cuanto a tus deseos, dudo mucho de que logres evitar la modificacin que, tarde o

    temprano, llegar para todos vat icin Irina.Hasso se volvi hacia la joven.Me estn dando ganas de permit ir que los Fervoz consigan lo que se propusieron al

    desertar de su poca exclam.No digas eso Tienes una misin que cumplirSer mejor que iniciemos el regreso dijo l ceudamente.Ya habr cesado el terremoto, en efecto. Las sacudidas ssmicas no son nunca de gran

    duracin.Hasso maniobr en sent ido contrario. Cuando volvieron al lugar donde haban estado

    momentos antes, vieron que, sobre las ropas de Irina, haba casi una montaa de t ierra.Pero an suceda algo peor.El horizonte estaba en llamas. Un fuerte viento empujaba el fuego precisamente en

    aquella direccin.La atmsfera estaba llena de pavesas incandescentes que descendan de las alturas,

    contribuyendo as a una rpida propagacin de las llamas. Al presenciar aquel fantst icoespectculo, Hasso se qued absorto.

    Un fuego en el bosque treinta y siete mil aos antes de CristoPor qu no? dijo Irina. El hombre conoci el fuego mucho antes. Una hoguera

    dispersada por el terremoto Incluso el rayo cado en una tempestad como las que, enocasiones suelen acompaar a los movimientos ssmicos No hace falta un fsforo paraincendiar un bosque, Tynner.

    El joven asint i.Tienes toda la razn convino. Pero, sabes lo que va pasar?No tengo la menor ideaTus ropas estn ah, debajo de esa pequea montaa de t ierra. Pasaran los siglos,

    cambiarn las estaciones, el t iempo Las lluvias arrastraran la t ierra, parte de la cual seapelmazar hasta casi convert irse en roca Y despus de treinta y ocho mil aos, unaexcavadora sacara tus vest idos a la luz y un tal Werner Schummening los encontrara. El restoya lo sabes. Irina.

    Ella movi la cabeza afirmat ivamente, porque comprenda los argumentos de Hasso.As suceder, en efecto dijo t ristemente.

  • Y como ya no podemos evitarlo, es hora de que emprendamos el regreso a nuestrapoca.

    Irina se sorprendi.Cre que iramos a visitar a la doctora Langham manifest.No contradijo l firmemente. Es un viaje int il, porque esta misin, como dije antes,

    se ha realizado con demasiada precipitacin, sin documentarnos apropiadamente acerca delos personajes a quienes debamos encontrar, y de las acciones que era preciso realizar, paraobtener un xito completo.

    Crees que lo conseguirs cuando ests bien preparado, Tynner? pregunt la joven.S repuso Hasso, seguro de lo que deca.

  • CAPTULO VIII

    Antes de dar un nuevo paso, Hasso decidi tomarse veint icuatro horas de reposocompleto en su casa. Cuando se sint i mejor, encendi el televisor y formul una pet icin:

    DESEO HABLAR CON EL CORONEL DUWIN.

    La respuesta lleg a los pocos segundos.

    EXPONGA MOTIVOS PETICION. Hasso, procurando dominar la irritacin que senta, escribi:

    LOS EXPONDRE A EL PERSONALMENTE.

    DUWIN NO PUEDE ACCEDER A SU PETICION. La indignacin del joven alcanz lmites indescript ibles. Olvidando todos los reglamentos,

    tecle:

    MALDITO ORDENADOR UNIVERSAL!ERES UNA MAQUINA SOLAMENTE.

    OBEDECEME! Prudente, el joven se apart a un lado, temiendo recibir una nueva descarga de

    electrones, a t ravs de una pantalla que haba sido repuesta rpidamente. Pero, con gransorpresa suya, ley la respuesta del ordenador.

    TRANSMITO SU MENSAJE AL CORONEL DUWIN.

    PERMANEZCA A LA ESPERA. Hasso silb.A veces, hay que est imular un poco a los criados dijo sarcst icamente.Transcurrieron cinco minutos. De pronto, el rostro de Duwin se hizo visible en la pantalla.Puedo preguntarle por qu me ha arrancado a mis abrumadoras tareas, cot idianas?

    dijo con acento nada amistoso.Lo va a saber en seguida, coronel. Negcieme una entrevista con Sygip. Deseo ver al

    presidente cuanto antes.Imposible!CoronelYo no soy una mquina; soy un ser humano y le digo que su pet icin queda rechazada,

    seor Hasso.Duwin desapareci de la vista del joven. Hasso, menos enojado de lo que hubiera credo,

    se pellizc la mandbula pensat ivamente.Hay algo que debera hacerLa luz de llamada del televisor se encendi en aquel instante. Segundos ms tarde, Hasso

    contemplaba el bello rostro de Irina.Ests ms guapa que nunca sonri, En qu puedo servirte, encanto?Tengo que decirte algo muy extrao, Tynner manifest la joven. He estado en la

    estacin de seguimiento de viajes temporales.Ah, s , casi lo haba olvidado Qu has conseguido, Irina?Una informacin sorprendente: los Fervoz siguen todava en esta poca.Cmo? se asombr l. Pero, no se haban desplazado al siglo XXI, para empezar

    primero con el profesor Schummening?Hicieron el viaje, en efecto, pero regresaron secretamente y han desaparecido. Se

  • Hicieron el viaje, en efecto, pero regresaron secretamente y han desaparecido. Sesupone que se han escondido en alguna parte, pero no se t iene la menor idea del lugar endonde puedan hallarse en estos momentos.

    Es verdaderamente sorprendente coment Hasso. Tendramos que hablar conellos, pero si no sabemos dnde estn Aunque hay un detalle que me extraa.

    Si, Tynner?El viaje temporal de los Fervoz tuvo que ser registradoNo, porque fue un viaje clandest ino contradijo Irina.Bien, pero tenemos el sistema de deteccin, que ha permit ido saber que hicieron ese

    viaje y que regresaron a nuestra poca. A m me encomendaron la misin de capturarlos, bajotus rdenes, precisamente porque viajaban al siglo XXI.

    Adnde quieres ir a parar, Tynner?Pudieron robar un cronomvil. Pero ya se saba que haban desertado de nuestra

    poca. Por tanto, alguien deba de estar advert ido para el momento de su regreso.Si no se saba que iban a volver, por qu haba que esperarlos? arguy la joven.Es que se puede ir y venir al pasado tan tranquilamente, como si no exist iera un centro

    de control de esos viajes?T tambin podras hacerlo, Tynner dijo ella.A ver, explcate.Regresaras a un t iempo adelantado cinco minutos al actual y nadie te vera. Luego

    devolveras el cronomvil por control remotoPero ellos quedaran entonces a cinco minutos de de esta hora, por ejemplo.Es que no necesitaron volver al centro de control. Pudieron regresar a un lugar desierto

    con cinco minutos de adelanto, por precaucin, habiendo desplazado previamente el aparato,cosa que se puede hacer, como sabes. Una vez en seguridad, pudieron retrasarse de nuevoesos cinco minutos, devolviendo el aparato a cont inuacin y quedndose en un lugar que nopodemos siquiera imaginarnos.

    Si es como dices, por qu han actuado de semejante manera? No te parece unaconducta llena de incoherencias?

    No puedo juzgar, hasta que hayamos hablado con ellos respondi Irina.Est bien, ahora yo te dir una cosa. Ped primero una entrevista con el coronel Duwin y

    se me neg. Al fin, pude conseguirlo.Qu tenas que pedirle, Tynner? se extra ella.Quiero hablar con Sygip. Me lo ha negado.Tynner, deberas imaginarte que Sygip no recibe a cualquiera que se lo pide y en

    cualquier momento.Yo soy un caso dist into, y perdona la vanidad. O no me encarg personalmente la

    captura de los Fervoz?S, pero quiz en estos momentos le resulte imposible Adems, para qu queras

    verle?Soy un poco ingenuo confes Hasso. Quena pedir a Sygip que me contara algo de

    su vidaNo te ent iendo en absoluto, Tynner. Qu te propones?Me gustara seguir hablando cont igo, pero ya lo haremos en otro momento y

    personalmente. Tienes que darme las coordenadas de tu apartamento, para usar el aparatode traslacin instantnea.

    Muy bien Irina comprendi que el joven no quera ser ms explcito hablando a t ravsdel televisor y cit una serie de letras y cifras, que Hasso anot cuidadosamente. Vencuando quieras, cario se despidi.

    Al quedarse solo Hasso marc las cifras del cdigo de informacin y luego tecle unapet icin:

    DESEO LEER UNA SUCINTA BIOGRAFIA DE ZRENO GRINDEN, ACTUAL SUPREMO Y GRAN

    PRIMER PRESIDENTE DEL PLANETA. La respuesta lleg a los pocos segundos:

  • PETICION DENEGADA.FALTA SU CIFRA DE MODIFICADO.

    Hasso apret las mandbulas.Me lo imaginaba dijo entre dientes.Pero, de pronto, record que todava tena otro recurso y volvi a formular una nueva

    pet icin: DESEO INFORMACION SOBRE LUGAR OCUPADO EN BIBLIOTECA MUNDIAL POR

    ENCICLOPEDIA GENERAL UNIVERSAL, ULTIMA EDICION.

    INFORMACION SOLICITADA NO CONCEDIDA. FALTA CIFRA MODIFICADO. Hasso ley aquella respuesta y, sin poder contenerse, prorrumpi en una serie de

    interjecciones de tal riqueza y variedad, que lleg a sorprenderse a s mismo. El torrente deimprecaciones slo ces cuando se qued sin aliento.

    Pero no tard en concebir una idea que, supuso, le dara la solucin para los problemasque alguien quera no fuesen resueltos.

    * * *Acababa de ponerse el camisn, cuando, de pronto, oy un ligero chasquido en la sala.

    Antes de que pudiera averiguar lo ocurrido, Hasso apareci en el umbral del dormitorio.Preciosa dijo el joven, con una sonrisa de oreja a oreja.El camisn era muy transparente y apenas ocultaba nada. Irina se sonroj, aunque no

    intent cubrirse.Podas haber avisadoLas sorpresas, a veces proporcionan otras sorpresas. Y me alegra que, pese a todo,

    sigas siendo una mujer de cualquier poca.Aficionada a los t rapos y prendas nt imas muy atract ivas, verdad?En efecto. Pero no temas, no he venido aqu para lo que quiz supones, aunque

    tampoco sera de desdear en otro momento.Ella entorn los ojos.Explcate, quieres?Sera mejor que te vistas. Voy a salir y quiero que me acompaes.Adnde, Tynner?A la Biblioteca Mundial. Quiero consultar la lt ima edicin de la Enciclopedia General

    Universal.Tynner, eso est prohibido! exclam Irina sin poder contenerse.Me he enterado esta tarde. Si estuvisemos modificados, podramos hacerlo, pero

    parece que este pequeo detalle nos impide enterarnos de cosas que alguien consideranocivas para personas que todava conservan su libertad de cr t ica y su independenciapsquica. As que, puesto que me han prohibido esa informacin, voy a obtenerla por micuenta.

    Y quieres que vaya cont igo.No te obligo. Si no quieres, ir solo respondi l con firme acento.Irina se sac el camisn por encima de la cabeza.Iremos juntos decidi.No vuelvas a hacer eso delante de m ri l.Irina le dirigi una sonrisa maliciosa.Tienes mucha prisa?Cario, no me siento en estos momentos capaz de de reaccionar adecuadamente.

    Anda, termina de vest irteEn todo caso, empezar a vest irme corrigi ella fest ivamente.Cuando ya terminaba, formul una pregunta.La Biblioteca estar cerrada. Piensas forzar alguna de las puertas?En absoluto. Para qu queremos los cinturones de traslacin instantnea?Habr vigilantes

  • Vigilantes? repit i Hasso desdeosamente. No se necesitan, si saben que nadieva a cometer el horrible delito de consultar un libro sin permiso del omnipotente ordenadoruniversal.

    Ella hizo un apesadumbrado gesto de aquiescencia.S, creo que t ienes razn, Tynner concord.Minutos despus y, con la ayuda de los cinturones de traslacin instantnea, se hallaban

    en el interior de la Biblioteca Mundial.

  • CAPTULO IX

    El lugar se hallaba absolutamente desierto y en silencio. Algunas luces haban quedadoencendidas, lo que disipaba la oscuridad, concediendo al ambiente una penumbra un tantolgubre. Pero no se vea el menor rastro de vigilantes que pudieran impedir la estancia depersonas no autorizadas en el lugar.

    Lo primero que hizo Hasso fue consultar a una de las mquinas de informacin. Prontosupo el punto exacto donde se hallaba situada la Enciclopedia.

    Vamos all dijo.Podas haber ledo el dato deseado en una mquina lectora.Tal vez est conectada con el ordenador universal.S, es cierto. Se te habra negado el permiso.Y, por tanto, leeremos directamente en el tomo correspondiente.La Biblioteca Mundial era un gigantesco edificio de ms de cuarenta plantas, que ocupaba

    una superficie de casi cinco kilmetros cuadrados. Por fortuna, slo tuvieron que llegar a lasegunda planta, aunque despus necesitaron recorrer casi mil metros antes de llegar al lugardeseado.

    Los libros estaban perfectamente clasificados, Hasso no tard mucho en encontrar eltomo decimocuarto de la letra G.

    Aqu dijo, buscando el nombre que tanto le intrigaba.Coloc el libro sobre una mesa. Irina se inclin a su lado.Grinden, Zreno, actual Supremo y Gran Primer Presidente de la Tierra ley l.

    Nacido el cinco de abril de dos mil ochocientos veint icuatroTiene ms de dos siglos de edad! exclam ella, aterrada.Exactamente, doscientos t reinta y t res aos puntualiz Hasso. F jate en este otro

    dato: Nombrado Sygip el veint ids de sept iembre de dos mil novecientos cincuenta y t res.Qu te parece?

    Lleva ciento cuatro aos de presidente dijo ella, espantada.Y nadie lo saba, verdad?Irina se mordi los labios.Por qu ignorbamos ese dato, Tynner?Cario, sospecho que, en cierto modo, de alguna maner