capitulo vi epilogo, conjeturas fracaso del... · vanagloria de que en este (imaginario) perimetro...

CAPITULO VI

EPILOGO,CONCLUSIONES Y

CONJETURAS

Epliogo

Concluyo esta historia en 1950 porque, en primer lugar, de noconcluirla alli seria inacabable, y porque, en segundo lugar, al interrumpirlaen el medio del regimen peronlsta se deja la sensación —que he queridotransmitir a lo largo de este trabajo— de Ia profunda continuidad que existe,en este piano, entre gobiernos y regimenes diferentes: eI cambio degobiemo (e Incluso de regimen) es menos importante de lo que se suele creercomo determinante de rupturas y continuidades, aun en eI caso de unregimen tan peculiar como el peronista.

Como se sabe, a partir de 1952 las relaciones de Perón con Ia IglesiaCatólica se agriaron, por motivos diversos en los que no entraremos aqui.Este progresivo distanciamiento culmin6 Con: 1) el decreto del 2 dedicieinbre de 1954, que eliminaba Ia Inspección General de EnseñanzaReligiosa y abotia La autoridad de La lglesia pam participar en Ia selección dedocentes, textos y programas para clases de religión y de moral; 2) el decretodel 8 de diciembre, que autorizaba el despido de maestros de enseñanzareligiosa en las escuelas 3) Ia derogacion del articulo 24 del Estatutodel Maestro de 1947, eliminando asI el apoyo financiero a los establecimien-tos católicos de enseñanza; 4) Ia resolución ministerial de abril de 1955,

CAPITULO VI

EPILOGO,CONCLUSIONES Y

CONJETURAS

Epílogo

Concluyo esta historia en 1950 porque, en primer lugar, de noconcluirla allí sería inacabable, y porque, en segundo lugar, al interrumpirlaen el medio del régimen peronista se deja la sensación -que he queridotransmitir a 10largo de este trabajo- de la profunda continuidad que existe,en este plano, entre gobiernos y regímenes diferentes: el cambio degobierno (e incluso de régimen) es menos importante de lo que se suele creercomo determinante de rupturas y continuidades, aún en el caso de unrégimen tan peculiar como el peronista.

Como se sabe, a partir de 1952 las relaciones de Perón con la IglesiaCatólica se agriaron, por motivos diversos en los que no entraremos aquí.Este progresivo distanciamiento culminó con: 1) el decreto del 2 dediciembre de 1954, que eliminaba la Inspección General de EnseñanzaReligiosa y abolía la autoridad de la Iglesia para participar en la selección dedocentes, textos y programas para clases de religión y de moral; 2) el decretodel 8 de diciembre, que autorizaba el despido de maestros de enseñanzareligiosa en las escuelas públicas; 3) la derogación del artículo 24 del Estatutodel Maestro de 1947, eliminando así el apoyo financiero a los establecimien-tos católicos de enseñanza; 4) la resolución ministerial de abril de 1955,

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transforniada en ley nacional en mayo, que eliminaba Las clases deenseñanza religiosa1.

Pocos meses después, en setiembre, Perón era derrocado, pero consu calda Ia enseñanza religiosa no fue restablecida, sino que se retomó a Iavieja Ley 1420. Y junto con Ia Ley de Educaciôn se regresóbasicamente a La "educacián patriótica". Nuestra historia ha terminado, yde manera alguna entraremos en el análisis de las orientaciones pedagogicasde este perIodo, pero para tener una percepción de Ia actitud oficial haciaIa difusión de Los mitos de Ia argentinidad vale Ia pena mirar brevemente unfolleto publicado en 1957 por la Secretaria de Prensa de Ia Presidencia deLa Nación, titulado Agenda Argentina. En Ia primera página dice:

"El triangulo territorial de Ia Argentina quizâs sea uno delos más fecundos de Ia tierra y su vastedad —que se extiende desde el paralelo

hasta el 552 en su porción americana y desde el at polo sur en IaAntartida— constituye, innegablemente, Ia mejor favorecida en Ia Americadel Sur, por su posición geográfica y en lo al clima, Ia orograf ía ehidrografia."

Luego describe a Ia Antártida como "una verdadera pampa dehielo", estipula que el territorio argentino es de 4.025.669 km2. y sevanagloria de que en este (imaginario) perimetro caben con holgura Polonia,Espana, Inglaterra, Irlanda, Holanda, Suiza, Italia y Bélgica. Uarna a BuenosAires "Ia segunda ciudad latina del mundo, despues de ParIs, y Ia primerade Sud America por su población y suntuosidad". En pleno regimen defacto, decia que Ia Argentina posela un regimen constitucional y quecumplia con su vida democrhtica. En un titulado "El progresoindustrial argentino", dice: "La Argentina no tiene ya una economia pastorilsino que su progreso industrial avanza vertiginosamente en los cuatropuntos cardinales, sin pausa". En €1 subtitulo "Canción patria", declama:"Desde un polo hasta el otro resuena el himno de un pueblo que siente elheroismo corno La vocación natural de su destino". Luego, en el acápite"Vidas argentinas", dice: "El genio militar del general San Martin no tieneparangón en America y muy pocos generales de Europa, de todos lostiempos, han podido igualar sus proezas". De Belgrano dice que fue "elprocer más completo de La historia argentina ". Sobre Moreno, dice que "suelocuencia ciceroniana y SUS arrebatos tan propios de Mirabeau hicieron de(eu La figura más grande de Ia libertad". Y respecto de Sarmiento, nosinforma asI: "Hijo de un humilde hogar de La provincia de San Juan, su

1. Var V.W. Leonard, Politidans, Pupils and PrIests (ArgentIne Educationsince 1943), Peter Lang, New York 1989.

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transformada en ley nacional en mayo, que eliminaba las clases deenseñanza religiosal.

Pocos meses después, en setiembre, Perón era derrocado, pero consucaídala enseñanza religiosano fuerestablecida,sino que se retornó a lavieja Ley 1420. Y junto con la Ley de Educación Común, se regresóbasicamente a la "educación patriótica". Nuestra historia ha terminado, yde manera alguna entraremos en el análisis de las orientaciones pedagógicasde este período, pero' para tener una percepción de la actitud oficial haciala difusión de los mitos de la argentinidad vale la pena mirar brevemente unfolleto publicado en 1957 por la Secretaría de Prensa de la Presidencia dela Nación, titulado Agenda Argentina. En la primera página dice:

"El triángulo territorial de la República Argentina quizás sea uno delos más fecundos de la tierra y su vastedad -que se extiende desde el paralelo22Q hasta el 55!! en su porción americana y desde el 60Q al polo sur en laAntartida- constituye, innegablemente, la mejor favorecida en la Américadel Sur, por su posición geográfica y en lo relativo al climá, la orografía ehidrografía. "

Luego describe a la Antártida como "una verdadera pampa dehielo", estipula que el territorio argentino es de 4.025.669 km2, y sevanagloria de que en este (imaginario) perímetro caben con holgura Polonia,España, Inglaterra, Irlanda, Holanda, Suiza, Italia y Bélgica. Uama a BuenosAires "la segunda ciudad latina del mundo, después de París, y la primerade Sud América por su población y suntuosidad". En pleno régimen defacto, decía que la Argentina poseía un régimen constitucional y quecumplía con su vida democrática. En un acápite titulado "El progresoindustrial argentino" , dice: "La Argentina no tiene ya una economía pastorilsino que su progreso industrial avanza vertiginosamente en los cuatropuntos cardinales, sin pausa", En el subtítulo "Canción patria", declama:"Desde un polo hasta el otro resuena el himno de un pueblo que siente elheroísmo como la vocación natural de su destino". Luego, en el acápite"Vidas argentinas", dice: "El genío militar del general San Martín no tieneparangón en América y muy pocos generales de Europa, de todos lostiempos, han podido igualar sus proezas", De Belgrano dice que fue "elprócer más completo de la historia argentina" , Sobre Moreno, dice que" suelocuenciaciceronianay susarrebatos tan propiosde Mirabeauhicieronde(él)la figura más grande de la libertad". Y respecto de Sarmiento, nosinforma así: "Hijo de un humilde hogar de la provinciade San Juan, su

1. Ver V.W. Leonard, Politiclans, Pupils and Priests (Argentine Educationslnee 1943), Peter Lang, NewYork 1989.



EL FRACASO DEL PROVECTO ARGENTINO 183

genio, que no admite ni siquiera igual en Ia Argentina,brilló desde las primeras horas de Ia juventud" (mi subrayado).

El subtituio delfolleto, "Buenos Aires 1957", vuelve a cantarlas loas de Ia ciudad: "consagración legendaria"; "le dice algo a cualquierhombre de cualquier raza o nacionalidad"; "más italianos que Roma, másespanoles que Madrid, más israelitas que Jerusalên"2. Este contenido, perotra parte, es consistente con los textos escolares del periodo: el espIritu deRamos Mejia estaba vivito y coleando.

Por otra parte, en el subtitulo sobre "Educación para La Democra-cia", el folleto decia que "el problema fundamental para una Repüblica queha abandonado Ia postración en que Ia sumió La dictadura es Ia educacióndemocrática de Ia colectividad, y complementariarnente, su reeducación".Obviamente, "reeducación" significaba tan solo desperonizar, es decir.niantener La gestalt cultural argentina, con sus mitos, autoenganos ydogmas, menos el culto peroniano y La "Doctrina Nacional Justicialista".El contenido de este folleto basta para demostrar que todo lo demás quedariaigual, como ocurrió. Se eliminó a Perón de La educación y se dejó, intacto,el contenido educativo que habia hecho posible a Perón . En lo fundamental,La cultura argentina no serla modificada por el aparato educativo del nuevoregimen. Habria lugar en ella para el regreso de Perón, para futuros peronesy para attn otras imprevisibks sorpresas politicas. Además, lentamente,disminuirlan las inversiones en educación, los maestros ganarian cada vezmenos hasta su completa proletarizacion; Ia clase politica perderia concien-cia de Ia importancia del proceso educativo, cosa que hasta ese entonceshabia existido, aunque perversamente. De esta manera, ningOn proyecto deingenierla cultural volverla a ser factible.

Conclusiones: algunas consecuencias delmodelo del homo patrioticus

En realidad, y volviendo atrás, el desenlace de nuestra historia, quees Ia educación peronista tal corno fue descripta en el capItulo anterior, nonos puede sorprender. No en cualquier pals puede surgir un PerOn. En LaArgentina su surgirniento era culturalmente posible porque el terreno sehabia abonado durante las décadas previas. En mi opiniOn, Perón no fuesolamente resultado de injusticias sociales que necesitaban correcciOn.Todos Los estudios de estructura y movilidad social demuestran que, antes

2. Secretarla de Prensa de Ia Presidencia de Ia Naciôn, Agenda Argentina, 1957.

EL FRACASO DEL PROYECTO ARGENTINO 183

genio, que no admite ni siquiera igual en la República Argentina,brilló desde las primeras horas de la juventud" (mi subrayado).

El último subtitulo del folleto, "Buenos Aires 1957", vuelve a cantar

las loas de la ciudad: "consagración legendaria"; "le dice algo a cualquierhombre de cualquier raza o nacionalidad"; "más italianos que Roma, másespañoles que Madrid, más israelitas que Jerusalén"2. Este contenido, porotra parte, es consistente con los textos escolares del periodo: el espíritu deRamos Mejía estaba vivito y coleando.

Por otra parte, en el subtítulo sobre "Educación para la Democra-cia", el folleto decía que "el problema fundamental para una República queha abandonado la postración en que la sumió la dictadura es la educacióndemocrática de la colectividad, y complementariamente, su reeducación".Obviamente, "reeducación" significaba tan sólo desperonizar, es decir,mantener la gestalt cultural argentina, con sus mitos, autoengaños ydogmas, menos el culto peroniano y la "Doctrina Nacional Justicialista".Elcontenido de este folleto basta para demostrar que todo lo demás quedaríaigual, como ocurrió. Se eliminó a Perón de la educación y se dejó, intacto,el contenido educativo que había hecho posible a Perón .Enlo fundamental,la cultura argentina no sería modificada por el aparato educativodelnuevorégimen.Habría lugaren ellapara el regresodePerón, para futurosperonesy para aún otras imprevisiblessorpresas políticas. Además, lentamente,disminuirían las inversiones en educación, los maestros ganarían cada vezmenos hasta su completa proletarización; la clase política perdería concien-cia de la importancia del proceso educativo, cosa que hasta ese entonceshabíaexistido,aunque perversamente.De estamanera, ningúnproyectodeingeniería cultural volvería a ser factible.

Conclusiones: algunas consecuencias delmodelo del horno patrioticus

Enrealidad,y volviendoatrás, el desenlace de nuestrahistoría, quees la educaciónperonista tal como fuedescripta en el capítulo anterior, nonos puede sorprender. No en cualquier país puede surgir un Perón. En laArgentina su surgimiento era culturalmente posible porque el terreno sehabía abonado durante las décadas previas. En mi opinión, Perón no fuesolamente resultado de injusticias sociales que necesitaban corrección.Todos los estudios de estructura y movilidad social demuestran que, antes

2. Secretaría de Prensa de la Presidenciade la Nación.Agenda Argentina, 1957.



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de PerOn, Ia Argentina tenla, en términos comparativos con los paises mMdesarrollados, una estructura social sorprendentemente "modema" y unalto grado de movilidad.3 Con ésto no quiero minimizar Ia multitud deinjusticias sociales existentes, sino tan solo senalar que PerOn pudo usar conprovecho La bandera de La justicia social en un pals en el que habia másjusticia social que en Ia mayor parte de Europa (para no hablar de Americalatina). Mi hipótesis al respecto, que desarrollaré escuetamente mM abajo,es que Ia gestalt cultural que se habia desarrollado en La Argentinaexigia mayor igualdad social que Ia que exigian las culturas queno estaban basadas en el modelo del homo patrioticus. Yjunto conel enaltecimiento de Ia justicia social como valor social fundamental, surgiOel mito de las injusticias sociales previas a Perón, que estaba basado enrealidades indiscutibles pero que, a Ia vez, en términos comparativos conotros paises era cosa muy relativa: como en todo orden social, habla multitudde injusticias, no obstante lo cual Ia Argentina anterior a Peron era una tierrade oportunidades (y node otra forma se explica el aluviOn inmigratorio). Escierto, Si, que las injusticias se concentraban sobre Ia clase baja criolla de Lasprovincias, y ésta fue una veta politica que PerOn supo explotar, perocuando se ponderan todos Los factores, yo tengo Ia sensaciOn de que PerOnfue mM un emergente de la cultura que de Ia injusticia, no porque Ia injusticiano existiese sino porque era Ia cultura Ia que activaba Ia reacciOn contra Lainjusticia.

Creo que muchas dimensiones de Ia cultura generada a lo largo demedio siglo por el sistema educativo conducian a PerOn: autoritarismo,dogmatismo, obsecuencia y, como acabo de insinuar, el mismo modelo delhomo patnoticus, que deslegitirnaba el lucro y conducia con naturalidada Ia p.isticia social como valor supremo (no por nada comenzaron a proliferarlas "conquistas sociales" durante el gobierno de Justo). Y el regimen quederrocO a Perón desperonizaria Ia educaciOn, pero no modificarla Ia culturaque habla posibilitado el surgimiento de Perón. Estas afirmaciones conjetu-rales se derivan del modelo del homo patrioticus.

Como recordaremos, desde los primeros años del sigb hemosidentificado una orientaciOn ideologica en Ia educaciOn argentina quehemos bautizado homo patrioticus, como contraposiciOn al homoeconomicus. Esta concepción, extraordinariamente vigorosa durante

3. Para datos sobre Ia estructura social argentina y su evoluclón, ver G. Germanl,Sodologia de Ia modernlzadón, PaIdos. Buenos Aires 1969. Para datos sobre Ia movilidadsocial en Ia Argentina, y comparaclones con otros palses, ver C. Germani, 'Apéndlce' a I.versian castellana de Lipsety Bendix, Movilidad Sodal en a Sodedad Industrial, E.udeba,Buenos AIres 1962.

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de Perón, la Argentina tenía, en términos comparativos con los países másdesarroDados, una estructura social sorprendentemente "moderna" y unalto grado de movilidad.3 Con ésto no quiero minimizar la multitud deinjusticias sociales existentes, sino tan sólo señalar que Perón pudo usar conprovecho la bandera de la justiciasocialen un país en el que había másjusticia social que en la mayor parte de Europa (para no hablar de Américalatina). Mihipótesis al respecto, que desarrollaré escuetamente más abajo,es que la gestalt cultural que se había desarrollado en la Argentinaexigía mayor igualdad social que la que exigían las culturas queno estaban basadas en el modelo del homo patrioticus. Y junto conel enaltecimiento de la justicia social como valor social fundamental, surgióel mito de las injusticias sociales previas a Perón, que estaba basado enrealidades indiscutibles pero que, a la vez, en términos comparativos conotros países era cosa muy relativa: como en todo orden social, había multitudde injusticias, no obstante lo cual la Argentina anterior a.Perón era una tierrade oportunidades (y no de otra forma se explica el aluvión inmigratorio). Escierto, sí, que las injusticias se concentraban sobre la clase baja crioDade lasprovincias, y ésta fue una veta politica que Perón supo explotar, perocuando se ponderan todos los factores, yo tengo la sensación de que Perónfue más un emergente de la cultura que de la injusticia, no porque la injusticiano existiese sino porque era la cultura la que activaba la reacción contra lainjusticia.

Creo que muchas dimensiones de la cultura generada a lo largo demedio siglo por el sistema educativo conducían a Perón: autoritarismo,dogmatismo, obsecuencia y, como acabo de insinuar, el mismo modelo delhomo patrioticus, que deslegitimaba el lucro y conducía con naturalidada la justicia social como valor supremo (no por nada comenzaron a proliferarlas "conquistas sociales" durante el gobierno de Justo). Y el régimen quederrocó a Perón desperonizaría la educación, pero no modificaría la culturaque había posibilitado el surgimiento de Perón. Estas afirmaciones conjetu-rales se derivan del modelo del homo patrioticus.

Como recordaremos, desde los primeros años del siglo hemosidentificado una orientación ideológica en la educación argentina quehemos bautizado homo patrioticus, como contraposición al homoeconomicus. Esta concepción, extraordinariamente vigorosa durante

3. Para datos sobre la estructura social argentlna y su e\IOluclón, ver G. Germanl.,SocIología de la modernización, Paid6s, Buenos Aires 1%9. Para datos sobre la movilidadsocial en la Argentina, y comparaciones con otros paises, ver G. Germanl. "Apéndice" a laversión castellana de Upset y Bendlx, Movilidad Sodal en la Sodedad Industrial, Eudeba,Buenos Aires 1962.



EL FRACASO DEL PRO VECTO ARGENTINO 185

todo el periodo relevado, partia de Ia base de que habia que formar hombresque trabajaran, no en pos del lucro, sino para el engrandecimiento de Iapatria. El interés personal se consideraba ilegitimo. Hasta el mismo jura-mento ("voto profesional") que instauró Angel Gallardo en 1920 haciaprometer a los maestros que prescindirian de "todo interés personal" enejerciclo de su profesión: éste es solo uno de innumerables ejemplos,muchos de los cuales, a lo largo de las décadas, fueron largamente citadosen este texto. El modelo del homo patrioticus era simultáneamente unmodelo normativo y un proyecto de modelo de conducta que pretendiareernplazar al "innioral" homo economicus (que es el modelo de conductaen el que se basa gran parte de Ia teoria económica, y que parte de Ia basede que los comportamientos económicos son predecibles precisamenteporque los seres humanos son sensibles al lucro y sus estimulos). La ideologlaque adquirió hegemonia en Ia Argentina negO Ia universalidad de esa pasiondel lucro y buscO plasmar hombres virtuosos, que trabajaran tanto como elegoista homo economicus pero con motivaciones más altruistas. En unapnmera etapa, estas motivaciones ideales eran básicamente patrióticas. Enuna segunda fase, a partir de Ia década de 1930, al modelo del homopatrioticus se le agregó una dimensiOn religiosa: el hombre debia esforzarsepara cumplir con Dios y con Ia patria.

En mi opiniOn, el modelo del homo patrioticus tal como Se dio enIa Argentina generó una gestalt cultural que incluia por to menos lasdimensiones hipotéticas que enurnero abajo. Cabe aclarar que algunasde ellas están claramente documentadas, mientras otras tienen un caráctermás conjetural. Se trata de:

a. Autoritaaismo y militarismo. Sobre esta dimension, ya muycomentada y claramente documentada, se puede agregar que implica ciertogrado (variable seg(in circunstancias) de violencia politica.Dadas ciertascondiciones, Ia sociedad civil no solo acepta sino que clama por solucionesautoritarias y militares. Además, a lo rnilitar se le confirlO mucho prestigio:era "honorable", "glorioso", "viril". Esto estaba en las bases de todo eladodrinamiento de más de medio siglo. Y Ia nación (3, el Estado) estaban(3, en gran medida aCm están) por encima del individuo, que teOricamentevive para servirlos: éste es un dogma incuestionable, aunque no se verifiqueen Ia conducta, que a veces está divorciada de Ia ideologia. A su vez, que elindividuo esté esencialmente encadenado a Ia naciOn y su Estado es un puntode partida filosOfico que estaba en contradicciOn con las institucionesargentinas, que eran de inspiraciOn liberal. Es asi como un aparatocentralizado y en expansiOn, dotado de abundantes recursos por un Estado


todo el período relevado, partía de la base de que había que formar hombresque trabajaran, no en pos del lucro, sino para el engrandecimiento de lapatria. El interés personal se consideraba ilegítimo. Hasta el mismo jura-mento ("voto profesional") que instauró Angel Gallardo en 1920 hacíaprometer a los maestros que prescindirían de "todo interés personal" en elejercicio de su profesión: éste es sólo uno de innumerables ejemplos,muchos de los cuales, a lo largo de las décadas, fueron largamente citadosen este texto. El modelo del horno patrloticus era simultáneamente unmodelo normativo y un proyecto de modelo de conducta que pretendíareemplazar al "inmoral" horno economicus (que es el modelo de conductaen el que se basa gran parte de la teoría económica, y que parte de la basede que los comportamientos económicos son predecibles precisamenteporque los seres humanos son sensibles al lucro y sus estímulos). La ideologíaque adquirió hegemonía en la Argentina negó la universalidad de esa pasióndel lucro y buscó plasmar hombres virtuosos, que trabajaran tanto como elegoísta horno economicus pero con motivaciones más altruistas. En unaprimera etapa, estas motivaciones ideales eran básicamente patrióticas. Enuna segunda fase, a partir de la década de 1930, al modelo del hornopatrloticus se le agregó una dimensión religiosa: el hombre debía esforzarsepara cumplir con Dios y con la patria.

En mi opinión, el modelo del horno patrloticus tal como se dio enla Argentina generó una gestalt cultural que incluía por lo menos lasdimensiones hipotéticas que enumero abajo. Cabe aclarar que algunasde ellas están claramente documentadas, mientras otras tienen un caráctermás conjetural. Se trata de:

a. Autorltadsmo y militarismo. Sobre esta dimensión, ya muycomentada y claramente documentada, se puede agregar que implica ciertogrado (variable según circunstancias) de violencia política. Dadas ciertascondiciones, la sociedad civil no sólo acepta sino que clama por solucionesautoritarias y militares. Además, a lo militar se le confirió mucho prestigio:era "honorable", "glorioso", "viril". Esto estaba en las bases de todo eladoctrinamiento de más de medio siglo. Y la nación (y el Estado) estaban(y en gran medida aún están) por encima del individuo, que teóricamentevive para servirlos: éste es un dogma incuestionable, aunque no se verifiqueen la conducta, que a veces está divorciada de la ideología. A su vez, que elindividuo esté esencialmente encadenado a la nación y su Estado es un puntode partida filosófico que estaba en contradicción con las institucionesargentinas, que eran de inspiración liberal. Esasí como un aparato educativocentralizado y en expansión, dotado de abundantes recursos por un Estado



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rico, coadyuvó a plasmar una cultura nacional que se contradecia con lasinstituciones. En este punto, mi hipótesis es que esta contradiccióngeneró una tendencia a Ia inestabilidad politica. Con ésto no quierocaer en el reduccionismo de atribuir La inestabilidad politica argentinaexclusiva o principalmente a este factor, sino señalar que es probable queesta contradicción entre cultura e instituciones haya contribuido a dichainestabilidad, 9ue es un fenómeno complejo y multicausal. Recuérdese lo

que ya he senalado anteriormente: noes de extrafiar que, más de veinte añosdespués de iristauradas Las reformas de Ia educación patriótica, el ejércitohaya usurpado impunernente el gobierno, par primera vez en La historia deIa Argentina organizada. Décadas de adoctrinamiento en el dogma de queLos militares son Los "heroes de La civi!ización" y que "nada hay mMrespetable que el ejército y Ia marina de un pueblo" no pasan en vano. Yrecuérdense, tambien, las crIticas contemporáneas a este (y otros) aspectosde La educaciôn argentina, de diversas décadas, que he citado en el texto.Mi propia critica a Ia educación pairiótica no es más fuerte, ni menoscomprensiva, que Las de un Enrique Banchs o un Enrique de GandIa, en Iaprimera y cuarta dCcada del siglo respectivamente.

b. Nacionalismo politico y econórnico en su variante másingenua y voluntarista.Creencia de que querer es poder; que lo másinportante para La consolidación del poder nacional es "templar espiritus";que se puede ser un pals poderoso vendiendo vacas y comprando barcos yaviones. Desconocimiento del papel de La ciencia en La gestacion del poderen el siglo XX, y del papel de La duda en el desarrollo de una cultura cientIfica.También esta dimension está abundantemente documentada, incluida unaincipiente tendencia hacia Ia popagaciOn de una ideologia econOmica desustitución de nacionalizaciOn e "independencia económica",eL de estos conceptos originándose en Picarel, durante Ia década de1930.

c. Una tendcncia a! dogmatismo y a Ia falta de senedad encuestiones intelectuales. Una parte importante de La enseñanza era yesuna sucesión de mitos, exageraciones y mentiras. Los estudiantes las recitancon aunque muchos sospechan que hay en todo ello mucha mentira.El dogma se voLviO rnucho mM importante que el pensamiento. El cues-tionamiento del dogma se tornO censurable y castigable. La palabra seconvirtio en ritc de apoyo al dogma ye! razonamiento libre perdiO prestigioy se volvio peligroso para quien lo ejerciera péblicamente. Debe recordarseque Los grandes mitos de La "argentinidad" fueron creados hace no más deun siglo: se cree en el mito (hay que creer) pero esta fe es frecuentemente

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rico, coadyuvó a plasmar una cultura nacional que se contradecía con lasinstituciones. En este punto, mi hipótesis es que esta contradiccióngeneró una tendencia a la inestabilidad política. Con ésto no quierocaer en el reduccionismo de atribuir la inestabilidad política argentinaexclusiva o principalmente a este factor, sino señalar que es probable. queesta contradicción entre cultura e instituciones haya contribuido a dicha

inestabilidad, ~u: es un fenómeno complejo y multicausal. Recuérdese loque ya he señalado anteriormente: no es de extrañar que, más de veinte añosdespués de instauradas las reformas de la educación patriótica, el ejércitohaya usurpado impunemente el gobierno, por primera vez en la historia dela Argentina organizada. Décadas de adoctrinamiento en el dogma de quelos militares son los "héroes de la civilización" y que "nada hay másrespetable que el ejército y la marina de un pueblo" no pasan en vano. Yrecuérdense, tambien, ¡as criticas contemporáneas a este (y otros) aspectosde la educación argentina, de diversas décadas, que he citado en el texto.Mi propia critica a la educación patriótica no es más fuerte, ni menoscomprensiva, que las de un Enrique Banchs o un Enrique de Gandía, en laprimera y cuarta década del siglorespectivamente. .

b. Nacionalismo político y económico en su variante másingenua y voluntarista.Creencia de que querer es poder; que lo másinportante para la consolidación del poder nacional es "templar espíritus";que se puede ser un país poderoso vendiendo vacas y comprando barcos yaviones. Desconocimiento del papel de la ciencia en la gestación del poderen el siglo XX, y del papel de la duda en el desarrollo de una cultura científica.También esta dimensión está abundantemente documentada, incluida unaincipiente tendencia hacia la propagación de una ideología económica desustitución de importaciones, nacionalización e "independencia económica" ,el último de estos conceptos originándose en Picarel, durante la década de1930.

c. Una tendencia al dogmatismo y a la falta de seriedad encuestiones intelectuales. Una parte importante de la enseñanza era yesuna sucesiónde mitos,exageracionesymentiras.Losestudianteslasrecitancon fervor, aunque muchos sospechan que hay en todo ello mucha mentira.El dogma se volvió mucho más importante que el pensamiento. Elcues-tionamiento del dogma se tornó censurable y castigable. La palabra seconvirtió en rito de apoyo al dogma y el razonamiento libre perdió prestigioy se volvió peligroso para quien 10ejerciera públicamente. Debe recordarseque los grandes mitos de la "argentinidad" fueron creados hace no más deun siglo: se cree en el mito (hay que creer) pero esta fe es frecuentemente



EL FRACASO DEL PROVECTO ARCENTINO 187

superficial y hay incluso quienes sospechan en el fondo que se puede seguirinventando, sin sufrir sanciones, mitos que sean funcionales y positivos pamel dogma establecido. Un caso claro de mito reciente es el de Ia AntártidaArgentina. Y aCm más reciente y caprichoso es Ia justificación del derechoargentino a Ia Antártida con el argumento de que ese continente fue espanolen el pasado. Eso dicen algunos textos recientes, y eso dice también el folletoAntártida Argentina editado en 1975 por Ia Dirección Nacional delAntârtico: éste es uno de muchos casos similares. El documento oficial dice:"(...)Ya Ia Espana del siglo XV consideraba a los territorios antárticos comopropios, basada en los conocidos térrninos de La Bula 'Inter Caetera' del año1493 y en los del posterior tratado de Tordesillas (...). Estas tierrasintegraron pot lo tanto el Virreinato del Rio de Ia Plata (•..)"4. Esta genialjustificación peca, entre otros muchos defectos, de pretender ignorar queEspana nunca reclamó como suyo a territorio antártico alguno (ni siquierasabia que existlan), y que el tratado de Tordesillas fue declarado "nub comoSi nunca se hubiera firmado" por el tratado de Madrid de 1750 y por el deSan Ildefonso de 1777. Sin embargo, en Ia Argentina el funcionario que Iaideó no es sancionado par hacer del pals un hazmerreir, sino que Cs alabadoporque es Ufl "patriota". La palabra se transforma en rito de apoyo aexpresiones de deseo, a La vez que el pensamiento pierde significacion y Iaverdad histórica se desvanece en humos mitológicos. El usa del pensamientopara desmitificar dogmas es traición. Se institucionaliza lo que, en Ia culturaoccidental, serla una aberrante falta de seriedad: Ia cultura se toma"exótica".

A su vez, el cerrado dogmatismo que penetro en Ia cultura a travésdel sistema educativo era Ia antltesis de Ia modemidad requerida paragenerar un desarrollo autosostenido. He aqul otra de las grandes paradojasdel sistema construido: los objetivos nacionalistas de Ia educación patrióticase verian frustrados (entre otros motivos) pot Ia contradicción entre unacultura chauvinista, dogrnática y mitómana, y las necesidades funcionalesdel desarrollo del poder en el 51gb XX, que exigen el fornento de Ia dudasistemática para Ia generación de un método de pensamiento cientifico.Otra vez, aclaro que no es mi intención aqui caer en el reduccionismo, sinotan solo señalar que entre las varias causas de La frustración de los objetivosnacionalistas, debe (paradójicamente) contabihzarse a Ia cultura engendradapot los nacionalistas, que erraron €1 camino.

4. Direcclon Nacional del AntSrtlco, Antàrt Ida Argentina. Buenos AIres 1975, pig.38.


superficial y hay incluso quienes sospechan en el fondo que se puede seguir-inventando, sin sufrir sanciones, mitos que sean funcionales y positivos para

el dogma establecido. Un caso claro de mito reciente es el de la AntártidaArgentina. Y aún más reciente y caprichoso es la justificación del derechoargentino a la Antártida con el argumento de que ese continente fue españolen el pasado. Eso dicen algunos textos recientes, yeso dice también el folletoAntártida Argentina editado en 1975 por la Dirección Nacional delAntártico: éste es uno de muchos casos similares. El documento oficial dice:

"(.. .)Ya la España del siglo XV consideraba a los territorios antárticos comopropios, basada en los conocidos términos de la Bula 'Inter Caetera' del año1493 y en los del posterior tratado de Tordesillas (...). Estas tierrasintegraron por lo tanto el Virreinato del Río de la Plata (...)"4. Esta genialjustificación peca, entre otros muchos defectos, de pretender ignorar queEspaña nunca reclamó como suyo a territorio antártico alguno (ni siquierasabía que existían), y que el tratado deTordesillasfue declarado "nulo comosi nunca se hubiera firmado" por el tratado de Madrid de 1750 y por el deSan lldefonso de 1777. Sin embargo, en la Argentina el funcionario que laideó no es sancionado por hacer del país un hazmerreír, sino que es alabadoporque es un "patriota". La palabra se transforma en rito de apoyo aexpresiones de deseo, a la vez que el pensamiento pierde significación y laverdad histórica se desvanece en humos mitológicos. Eluso del pensamientopara desmitificar dogmas es traición. Se institucionaliza lo que, en la culturaoccidental, seria una aberrante falta de seriedad: la culturase toma"exótica".

A su vez, el cerrado dogmatismo que penetró en la cultura a travésdel sistema educativo era la antítesis de la modernidad requerida paragenerar un desarrollo autosostenido. He aquí otra de las grandes paradojasdel sistema construido: los objetivos nacionalistas de la educación patrióticase verían frustrados (entre otros motivos) por la contradicción entre unaculturachauvinista,dogmática y mitómana, y las necesidades funcionalesdel desarrollo del poder en el siglo XX, que exigen el fomento de la dudasistemáticapara la generación de un método de pensamiento científico.Otra vez, aclaro que no es mi intención aquí caer en el reduccionismo, sinotan solo señalar que entre las varias causas de la frustración de los objetivosnacionalistas, debe (paradójicamente) contabilizarse a la cultura engendradapor los nacionalistas, que erraron el camino.

4. Dirección Nadonal del Antártico, Antártlda Argentina, Buenos Aires 1975, pág.38.



188 CARLOS ESCUDE

d. Alias expectativas sobre el futuro bienestar del individuoy de Ia socledad. Esta era una parte central del dogma que todos los ninosy adolescentes recibieron continuamente durante décadas. Bien lo decia elpostulado patriótico: "Se un convencido de Ia riqueza argentina". Estáclaramente documentada, no solo en el cuerpo de este trabajo, sino tamblénen mi anterior relevamiento del contenido nacionalista de los textos degeografIa entre 1879y 1986.

e. Un grado creciente de igualitarismo social (por lo menos enun nivel ideologico), consecuencia de Ia deslegitimacion del lucro propia delmodelo del homo patrioticus, en el contexto de una gestalt cultural que,retóricamente al menos, le da cierto lugar a Ia democracia, a Ia ya Ia soberania popular: si no es legItimo que el individuo salga a luchar porlo que quiere para SI (su interés egoista), entonces es logico esperar que elEstado satisfaga sus necesidades e incluso proporcione placeres razonables.De ahi que se regalaran vacaciones a miles de niños ya en el gobierno deJusto. V de ahi que Ia justicia social del peronismo fuera adoptada por elradicalismo como parte, también, de su ideologia: no es casualidad que elconcepto se haya tornado consensual y hegemónico; era compatible con Iacultura preexistente y casi una consecuencia de ella,

Algunas conjeturas (aCm) más amesgadas

Las de arriba son las conclusiones que están más documentadas ylas hipotesis que, en función de estos datos, están mejor fundamentadas. Sinembargo, no puedo resistir Ia tentaciOn de esbozar algunas hipótesis másarriesgadas sobre las consecuencias culturales del modelo del homopatrioticus, entre otras razones porque ellas abren camino a nuevasbüsquedas. Se trata de:

f. Una interacción cotidiana "civilizada", con poca violenciacallejera, consecuencia del homo patrioticus, que al deslegitimar el lucrocomo móvil de Ia conducta, torna más respetable, colectivamente, a Iapobreza "decente". Obsérvese que en Ia cultura argentina hay cabida parauna expresión como "pobre pero decente", cuya contrapartida en Ia culturanorteamericana es "the shabby genteel" ("los andrajosos gentiles"), quetiene connotaciones mucho mas peyorativas: es como si en esa cultura defrontera que, durante mucho tiempo, fueron los Estados Unidos, el serandrajoso justificase el resentimiento y Ia peligrosidad, y como si sOlo untonto (0 un ser ridiculo ypretencioso ) pudiese ser ala vez andrajoso y gentil.La conjetura de que Ia (relativa) falta de peligrosidad del pobre argentino

188 CARLOS EsCUDE

d. Altas expectativas sobre el futuro bienestar del individuoy de la sociedad. Esta era una parte central del dogma que todos los niñosy adolescentes recibieron continuamente durante décadas. Bien lo decía elpostulado patriótico: "Sé un convencido de la riqueza argentina". Estáclaramente documentada, no sólo en el cuerpo de este trabajo, sino tambiénen mi anterior relevamiento del contenido nacionalista de los textos degeografía entre 1879 y 1986.

e. Un grado creciente de igualitarismo social (por lo menos enun nivel ideológico), consecuencia de la deslegitimación del lucro propia delmodelo del horno patrioticus, en el contexto de una gestalt cultural que,retóricamente al menos, le da cierto lugar a la democracia, a la igualdasf ya la soberanía popular: si no .eSlegítimo que el individuo salga a luchar porlo que quiere para sí (su interés egoísta), entonces es lógico esperar que elEstado sati?faga sus necesidades e incluso proporcione placeres razonables.De ahí que se regalaran vacaciones a miles de niños ya en el gobierno deJusto. Y de ahí que la justicia social del peronismo fuera adoptada por elradicalismo como parte, también, de su ideología: no es casualidad que elconcepto se haya tomado consensual y hegemónico; era compatible con lacultura preexistente y casi una consecuencia de ella,

Algunas conjeturas (aún) más arriesgadas

Las de arriba son las conclusiones que están más documentadas ylas hipótesis que, en función de estos datos, están mejor fundamentadas. Sinembargo, no puedo resistir la tentación de esbozar algunas hipótesis másarriesgadas sobre las consecuencias culturales del modelo del hornopatrioticus, entre otras razones porque ellas abren camino a nuevasbúsquedas. Se trata de:

f. Una interacción cotidiana" civilizada" . con poca violenciacallejera, consecuencia del horno patrioticus, que al deslegitimar el lucrocomo móvil de la conducta, toma más respetable, colectivamente, a lapobreza "decente". Obsérvese que en la cultura argentina hay cabida parauna expresión como "pobre pero decente" , cuya contrapartida en la culturanorteamericana es "the shabby genteel" ("los andrajosos gentiles"), quetiene connotaciones mucho más peyorativas: es como si en esa cultura defrontera que, durante mucho tiempo, fueron los Estados Unidos, el serandrajoso justificase el resentimiento y la Peligrosidad, y como si sólo untonto (o un ser ridiculo y pretencioso) pudiese ser a la vez andrajoso y gentil.La conjetura de que la (relativa) falta de peligrosidad del pobre argentino



EL ERACASO DEL PROVECTO 189

frente a Ia (relativa) peligrosidad del pobre norteamericano, es una conse-cuencia del contraste entre los modelos del homo patrioticus y el delhomo economicus, no me parece descabellada. Aqul es importanterecalcar que una de las consecuencias de Ia deslegitimación del lucro en IaArgentina, a través del modelo del homo patrioticus, fue evitar Iaformaclón de una cultura de frontera, con su combinación de energia,violencia y "malos modales". En Ia Argentina surgló una cultura "blanda",con mucho peso de la vida familiar y las largas tertulias entre amigos encafés, que se constata en encuestas comparativas. A su Ia hipoteticatendencia a una menor violencia callejera Se contrapondria, paradojalmente,con Ia mayor violencia poiltica que emana del autoritarismo de Ia culturaargentina.

g. Reducción del dinamismo económico y de Ia creatividad,también como consecuencia del modelo del homo patrioticus, de Iadeslegitimacion del lucro y del aborto de una cultura de frontera a travésdeIa educación.

h. Corrupción. Cierta corrupción seria, hipotéticamente, unaconsecuencia paradójica del modelo del homo patrioticus, que pretendlaformar hombres virtuosos. Al deslegitimar al lucro como móvil de laactividad humana, se reducia Ia vitalidad económica de Ia sociedad, pero de

modo se consegula neutralizar significativamente esa fuerza pode-rosa, que seguiria operando sobre las conductas. Lo que se consegula eraborrar Ia diferencia psicologica y moral entre el lucro bien habido y el lucromal habido. Todo lucro era ilegItimo. Por ende, poco importaba ser honestoy cumplir con Ia ley en las actividades lucrativas, ya que Ia autoestima nopodia provenir de ellas (aunque si del dinero que produjeran). En Ia

Argentina, más gente ambiciosa se volveria corrupta que en aquellassociedades en las que la amblción no es, en si misma, una cosa mala, sinouna cosa buena. Habria mM corrupción, aunque por lo desarrollado en elpunto (I), esa corrupción tenderia a ser menos violenta que Ia de las maffiasnorteamericanas. El argentino serla un ladrón de guantes blancos.

i. Como consecuencia de Ia corrupciôn, el dogmatismo y Ia falta deseriedad intelectual, esta cultura tenderia a plasmar, en mayorproporclón que las culturas occidentales, dos tipos humanosopuestos entre if y complementarlos: ci fanático, que cree Inge-nuamente y con pasiôn en el contenido con que ha sido adoc.trinado, y ci hlpócrlta, que no cree pero dice que cree, se envueiveen La bandera, se persigna ante cada Igiesia y lucra cuanto puedecon su "patriotismo". En ocasiones como Ia guerra de Malvinas,

EL FRACASO DEL PROVECTO ARGEl\'TINO 189

frente a la (relativa) peligrosidad del pobre norteamericano, es una conse-cuencia del contraste entre los modelos del homo patrioticus y el delhomo economicus, no me parece descabellada. Aquí es importanterecalcar que una de las consecuencias de la deslegitimación del lucro en laArgentina, a través del modelo del homo patrioticus, fue evitar laformación de una cultura de frontera, con su combinación de energía,violencia y "malos modales". En la Argentina surgió una cultura "blanda",con mucho peso de la vida familiar y las largas tertulias entre amigos encafés, que se constata en encuestas comparativas. A su vez, la hipóteticatendencia a una menor violencia callejera se contrapondría, paradojalmente,con la mayor violencia politica que emana del autoritarismo de la culturaargentina.

g. Reducción del dinamismo económico y de la creatividad,también como consecuencia del modelo del homo patrioticus, de ladeslegitimación del lucro y del aborto de una cultura de frontera a través dela educación.

h. Corrupción. Cierta corrupción sería, hipotéticamente, unaconsecuencia paradójica del modelo del homo patrioticus, que pretendíaformar hombres virtuosos. Al deslegitimar al lucro como móvil de laactividad humana, se reducia la vitalidad económica de la sociedad, pero deningún modo se conseguía neutralizar significativamente esa fuerza pode-rosa, que seguiría operando sobre las conductas. 1..0que se conseguía eraborrar la diferencia psicológica y moral entre el lucro bien habido y el lucromal habido. Todo lucro era ilegítimo. Por ende, poco importaba ser honestoy cumplir con la ley en las actividades lucrativas, ya que la autoestima nopodia provenir de ellas (aunque sí del dinero que produjeran). En laArgentina, más gente ambiciosa se volvería corrupta que en aquellassociedades en las que la ambición no es, en sí misma, una cosa mala, sinouna cosa buena. Habría más corrupción, aunque por lo desarrollado en elpunto (f),esa corrupción tendería a ser menos violenta que la de las maffiasnorteamericanas. El argentino sería un ladrón de guantes blancos.

i. Como consecuencia de la corrupción, el dogmatismo y la falta deseriedad intelectual, esta cultura tendería a plasmar, en mayorproporción que las culturas occidentales, dos tipos humanosopuestos entre sí y complementarios: el fanático, que cree inge-nuamente y con pasión en el contenido con que ha sido adoc-trinado. y el hipócrita. que no cree pero dice que cree. se envuelveen la bandera. se persigna ante cada iglesia y lucra cuanto puedecon su "patriotismo". En ocasiones como la guerra de Malvinas,



190 CARLOS ESCUDE

fanáticos e hipocritas se convierten en aliados naturales, y su acciónconjunta contribuye a la irracionalidad colectiva.

Ta! Ia gestalt cultural que, hipotéticainente, habria surgido deladoctrinamiento que hernos estudiado en las orientaciones pedagogicas deIa escuela primaria entre 1900 y 1950, algunas de cuyas dimensiones(autoritarismo y militarismo, nacionalismo, dogmatismo y falta de seriedad)están documeritadas tanto aqui como en mi previo relevamiento de textosde geografia entre 1879 y 1986, citado en Ia "lntroducciôn". La tristeconclusion (hipotética) que emana de estos resultados, por otra parte, es queen el largo plazo ésta parece haber sido (y sigue siendo) unacombinación imposible y una bomba cle tiempo. La falta dedinamismo económico, combinada con el igualitarismo ideológicoy el relativo igualitarismo socio-económico (que estancarla aCmmás a Ia sociedad al conducirla a un consumismo creciente),sumadas a Ia corrupción y a las altas expectativas de mejoramaterial, conducirian a Ia frustraciOn, a Ia violencia y a unincremento del autoritarismo ya endémico del sistema, quetenderia (como que tiende) a la destrucción de Ia convivenciacotidiana "civilizada" y del mismo (relativo) igualitarismo socio-económico, que son los ünicos rasgos "positivos" generados enesta gestalt cultural. La incompatibilidad de estos elementos culturalesentre SI ya podia percibirse a med iados de Ia década de 1950. Perón terminócon Ia libertad en eI nombre de las mayorIas y Ia "RevoluciOn Libertadora"que lo derrocO acabO con Ia democracia, durante los dieciocho añossubsiguientes, en el nombre de La libertad y el desarrollo econOmico. De ahien más, los fracasos econOmicos se sucederIan, uno tras otro (por causas queobviamente distaban de ser Onicamente culturales). El producto politico deIa cultura que se habia engendrado conducia a Ia inestabilidad. Naturalmenteque, como afirmé enfáticamente en el "PrOlogo", ésto no significa pretenderque los males argentinos se deben exclusiva o principalmente a estesindrome cultural, sino simplemente haber identificado a esta variable comouno de los factores que concurrieron causalmente a Ia gestación de LafrustraciOn, el fracaso y el peligro de caos y desintegracion.

Nuestras hipótesis frente a las encuestas

En cierta medida, los rasgos culturales identificados en nuestroestudio sobre las orientaciones pedagOgicas coinciden con las medicionesde encuestas realizadas por el Instituto Gallup de Argentina en 1987, con

190 CARLOS EsCUDE

fanáticos e hipócritas se convierten en aliados naturales, y su acciónconjunta contribuye a la irracionalidad colectiva.

Tal la gestalt cultural que, hipotéticamente, habría surgido deladoctrinamiento que hemos estudiado en las orientaciones pedagógicas dela escuela primaria entre 1900 y 1950, algunas de cuyas dimensiones(autoritarismo y militarismo, nacionalismo, dogmatismo y falta de seriedad)están documentadas tanto aquí como en mi previo relevamiento de textosde geografía entre 1879 y 1986, citado en la "Introducción", La tristeconclusión (hipotética) que emana de estos resultados, por otra parte, es queen el largo plazo ésta parece haber sido (y sigue siendo) unacombinación imposible y una bomba de tiempo. La falta dedinamismo económico, combinada con el igualitarismo ideológicoy el relativo igualitarismo socio-económico (que estancaría aúnmás a la sociedad al conducirla a un consumismo creciente),sumadas a la corrupción y a las altas expectativas de mejoramaterial, conducirían a la frustración, a' la violencia y a unincremento del autoritarismo ya endémico del sistema, que

tenderia (como que tiende) a la destrucción de la convivenciacotidiana "civilizada" y del mismo (relativo) igualitarismo socio-económico, que son los únicos rasgos "positivos" generados enesta gestalt cultural. La incompatibilidad de estos elementos culturalesentre síya podía percibirse a mediados de la década de 1950. Perón terminócon la libertad en el nombre de las mayorías y la "Revolución Libertadora"que lo derrocó acabó con la democracia, durante los dieciocho añossubsiguientes, en el nombre de la libertad y el desarrollo económico. De ahíen más, los fracasos económicos se sucederían, uno tras otro (por causasqueobviamente distaban de ser únicamente culturales). El producto político dela cultura que se había engendrado conducía a la inestabilidad. Naturalmenteque, como afirmé enfáticamente en el "Prólogo" ,ésto no significa pretenderque los males argentinos se deben exclusiva o principalmente a estesíndrome cultural, sino simplemente haber identificado a esta variable comouno de los factores que concurrieron causalmente a la gestación de lafrustración, el fracaso y el peligro de caos y desintegración.

Nuestras hipótesis frente a las encuestas

En cierta medida, los rasgos culturales identificados en nuestroestudio sobre las orientaciones pedagógicas coinciden con las medicionesde encuestasrealizadaspor el Instituto Gallup de Argentina en 1987, con




un cuestionario que perrnite comparaciones internacionales. Para empezar,observemos que cuando se frata de elegir Las cinco pnncipates virtudes (deun total de dieciocho), mientras el 73% de Los europeos occidentales incluyea Ia "honradez", solo el 56% de los argentinos lo hace, a Ia vez que rnientrasel 51% de los europeos incluye a Ia "tolerancia y respeto a Los demas", sóIoel 44% de Los argentinos La incluye. En cambio, un 48% de los argentinosincluyen a los "buenos modales", contra solo un 40% de los europeos. Engeneral, se observa que los argentinos optan por virtudes más formales y loseuropeos por virtudes más sustantivas. Por ejemplo, Francia puede ser Iapatria de Los "buenos modales", pero puestos a elegir entre virtudes, solo el21% de los franceses los ubican entre las primeras cinco virtudes. Encambio, el 51% de los franceses incluye a La "cortesla, educaciOn", que esalgo más sustantivo que los "buenos modales" (en tanto afecta al otro demanera directa), mientras apenas el 18% de Los argentinos Ia ubican en sulista.5

lguaLrnente revelador y en consonancia con los contenidos educati-vos (en tanto surge del dogma de La riqueza argentina) es eL hecho de queun 50% de los argentinos espera una mejora en su ingreso dentro del año,mientras que solo un 26% de los europeos tienen similares expectativas.'Por otra parte, es de enorme interés comparar los indices de "permisividad"construidos en funciOn de los juicios sobre veintidOs comportarnientosdiscutibles (cuanto mayor es eL coeficiente, mayor es Ia permisividad que LapoblaciOn manifiesta). Pero La permisividad que se manifiesta verbalmenteno es necesariamente un Indice del comportamiento real. Por ejemplo, loseuropeos occidentales manifiestan mayor permisividad que Los argentinos(264 vs. 224) frente al engafio en.eI pago de impuestos, mientras en LaArgentina hay mucha más evasiOn fiscal que en Europa occidental: estabrecha entre valores manifiestos y conducta real es, por cierto, unainteresante muestra de La hipocresla, La ambigQedad y cierta actitudesquizoide entre los argentinos. En materia tanto de vioLencia (311 vs. 265)como de honestidad personal (239 vs. 218), en cambio, los argentinos semuestran más permisivos que Los europeos, b que también coincide connuestros hallazgos sobre los contenidos educativos y sus consecuenciasLogicas en términos de corrupciOn y autoritarismo. Particularmente curiosoes el caso de Ia vioLencia, ya que los argentinos se muestran más permisivostanto respecto de amenazas a trabajadores para adherir a una huelga (203

5. M. Carbafto de Cilley, LQuê pensamos los argentinos? Editorial CronistaComercial, Buenos Aires 1987, 165. Los paises europeos induldos Is comparaciónAlemania Federal, Belgica, Dinamarca, EspaAa, Francis, Gran Bretaña, Holanda, Irlanda Italla.

6. Ibid., pág 198.


un cuestionario que permite comparaciones internacionales. Para empezar,observemos que cuando se trata de elegir las cinco principales virtudes (deun total de dieciocho), mientras el7 3% de los europeos occidentales incluyea la "honradez" , sólo el 56% de los argentinos lo hace, a la vez que mientrasel 51% delos europeosincluye a la "toleranciayrespeto a los demás", sóloel 44% de los argentinos la incluye. En cambio, un 48% de los argentinosincluyen a los "buenos modales", contra sólo un 40% de los europeos. Engeneral, se observa que los argentinos optan por virtudes más formales y loseuropeos por virtudes más sustantivas. Por ejemplo, Francia puede ser lapatria de los "buenos modales", pero puestos a elegir entre virtudes, sólo el21 % de los franceses los ubican entre las primeras cinco virt~des. Encambio, el 51 % de los franceses incluye a la "cortesía, educación", que esalgo más sustantivo que los "buenos modales" (en tanto afecta al otro demanera directa), mientras apenas el 18% de los argentinos la ubican en su~~ . .

Igualmente revelador y en consonancia con los contenidos educati-vos (en tanto surge del dogma de la riqueza argentina) es el hecho de queun 50% de los argentinos espera una mejora en su ingreso dentro del año,mientras que sólo un 26% de los europeos tienen similares expectativas.6Por otra parte, es de enorme interés comparar los índices de "permisividad"construidos en función de los juicios sobre veintidós comportamientosdiscutibles (cuanto mayor es el coeficiente, mayor es la permisividad que lapoblación manifiesta). Pero la permisividad que se manifiesta verbalmenteno es necesariamente un índice del comportamiento real. Por ejemplo, loseuropeos occidentales manifiestan mayor permisividad que los argentinos(264 vs. 224) frente al engaño en. el pago de impuestos, mientras en laArgentina hay mucha más evasión .fiscal que en Europa occidental: estabrecha entre valores manifiestos y conducta real es, por cierto, unainteresante muestra de la hipocresía, la ambigüedad y cierta actitudesquizoide entre los argentinos. En materia tanto de violencia (311 vs. 265)como de honestidad personal (239 vs. 218), en cambio, los argentinos semuestran más permisivos que los europeos, lo que también coincide connuestros hallazgos sobre los contenidos educativos y sus consecuenciaslógicas en términos de corrupción y autoritarismo. Particularmente curiosoes el caso de la violencia, ya que los argentinos se muestran más permisivostanto respecto de amenazas a trabajadores para adherir a una huelga (203

5. M. CarbaDode ClUey, ¿Qué pensamos los argentinos? Editorial CronistaComercial, Buenos AIres 1987, pág. 165. Los países europeos incluidos en la comparación son:Alemania Federal, Bélgica, Dinamarca, España, Franela, Gran Bretaña, Holanda, Irlanda e Italia.

6. Ibid., pág 198.



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vs. 170), claro sintoma de autoritarismo, como respecto de Ia rebelióncontra Ia policia (336 vs. 203), un rasgo ariarquista que es Ia antitesisdialéctica de ese autoritarismo. Finalmente, los europeos son más per-misivos en todo lo relacionado con Ia familia, Ia sexualidad y el uso de drogas(307 vs. 253). La antitesis dialéctica de estos valores manifiestos, en IaArgentina, puede muy bien estar en Ia extraordinaria proliferacion dehoteles por hora en Buenos Aires, quizás Ia mayor del mundo.7 En talcontexto de contradicción entre ideologia y conducta, no sorprende Ianotable inclinación de los argentinos por el psicoanalisis.

Por tiltimo, y perfectamente esperable en consideración del adoctri-namiento patriotero, los argentinos manifiestan mayor orgullo de Ia nacio-nalidad que los europeos (46 vs. 38% que dicen estar umuy orgullosos") a

pesar de las frustraciones del (iltimo medio Estos resultados concuer-dan con las encuestas de IPSA (Proyecto Risc) de los años 1981, 1982 y1984, que muestran que un 60% de los argentinos cree que Ia Argentinano tiene nada que aprender de los paises de America del Norte y Europaoccidental, a Ia vez que un 50% de los argentinos cree que estos palses tienenmucho que aprender de Ia Argentina. También, de aqul surge que un 62%cree que los técnlcos, profesionales y cientificos argentinos son los mejoresdel mundo, un 80% cree que Ia Argentina es el pals más importante deAmerica latina y un 80% cree que Ia Argentina merece un lugar importanteen el mundo.9 Por otra parte, como puede verse en ml relevamiento sabrelos textos de geografia entre 1879 y 1986, estas percepciones surgendirectamente del contenido de los mismos textos, y este contenido escompletamente consonante con el contenido de las orientaciones pedagô-gicas que hemos estudiado. Obviamente, tanto el contenido de las orienta-clones pedagogicas iy los textos) como el de las encuestas es, a su wz, con-sonante con actitudes y medidas autodestructivas, megalomanas y carentesde realismo de Ia politica exterior argentina, tales como Ia neutralidad du-rante Ia Segunda Guerra Mundial y Ia guerra de MaMnas.

Por otra parte, en Ia evaluaciôn de los resultados de las encuestas nodebe dejarse de lado lo expresado en Ia dimension hipotetica (i) de estagestalt cultural, es decir, lo referente a Ia proliferaciOn de dos tiposhumanos opuestos y complementarios, los fanáticos y los hipOciitas. Elhecho de que mucha gente diga estar muy orgullosa de su pals (en algunosproductos del fanatismo y en otros de Ia hipocresla, y en ambos casos, el

7. Ibid., p5g. 176-177.8. Ibid., p5g. 77.9. Encuestas de IPSA, muestras probabllistkas, CapItal Federal, partidos del Gran

Buenos AIres y cuatro cludades dcl Interior.

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vs. 170), claro síntoma de autoritarismo, como respecto de la rebelióncontra Ié\policía (336 vs. 203), un rasgo anarquista que es la antítesisdialéctica de ese autoritarismo. Finalmente, los europeos son más per-misivos en todo lo relacionado con la familia, la sexualidad y el uso de drogas(307 vs. 253). La antítesis dialéctica de estos valores manifiestos, en laArgentina, puede muy bien estar en la extraordinaria proliferación dehoteles por hora en Buenos Aires, quizás la mayor del mundo? En talcontexto de contradiccíc'5h entre ideologia y conducta, no sorprende lanotable inclinación de los argentinos por el psicoanálisis.

Por último, y perfectamente esperable en consideración del adoctri-namiento patriotero, los argentinos manifiestan mayor orgullo de la nacio-nalidad que los europeos (46 vs. 38% que dicen estar "muy orgullosos") apesar de las frustraciones del último medio siglo.8Estos resultados concuer-dan con las encuestas de IPSA (Proyecto Risc) de los años 1981, 1982 y1984, que muestran que un 60% de los argentinos cree que la Argentinano tiene nada que aprender de los países de América del Norte y Europaoccidental, a la vez que un 50% de los argentinos cree que estos países tienenmucho que aprender de la Argentina. También, de aqui surge que un 62%cree que los técnicos, profesionales y científicos argentinos son los mejoresdel mundo, un 80% cree que la Argentina es el país más importante deAmérica latina y un 80% cree que la Argentina merece un lugar importanteen el mundo.9 Por otra parte, como puede verse en mi relevamiento sobrelos textos de geografía entre 1879 y 1986, estas percepciones surgendirectamente del contenido de los mismos textos, y este contenído escompletamente consonante con el contenido de las orientaciones pedagó-gicas que hemos estudiado. Obviamente, tanto el contenido de las orienta-ciones pedagógicas (y los textos) como el de las encuestas es, a su vez, con-sonante con actitudes y medidas autodestructivas, megalómanas y carentesde realismo de la política exterior argentina, tales como la neutralidad du-rante la Segunda Guerra Mundial y la guerra de Malvinas.

Por otra parte, en la evaluación de los resultados de las encuestas nodebe dejarse de lado lo expresado en la dimensión hipotética (i) de estagestalt cultural, es decir, lo referente a la proliferación de dos tiposhumanos opuestos y complementarios, los fanáticos y los hipócritas. Elhecho de que mucha gente diga estar muy orgullosa de su país (en algunosproductos del fanatismo y en otros de la hipocresía, y en ambos casos, el

7.lbld., pág. 176-177.8.lbld., pág. 77.9. Encuestas de IPSA, muestras probabdlstlcas, Capital Federal, partidos del Gran

Buenos AIres y cuatro ciudades del Interior.




resultado de una lección bien aprendida respecto de qué discurso essocialmente aceptable para un "buen argentino") seria asi perfectamentecompatible con una disposición a venderse a! mejor postor o a abandonarel pals con entusiasmo ante una buena oferta de trabajo en el exterior (einversamente, con una disposición, pot parte de otro segmento, a Iaadopcion de ideologias extremistas). Del mismo modo, un alto porcentajeque dice estar dispuesto a dat Ia vida por Ia patria seria igualmentecompatible con anormales muestras de cobardia en el transcurso de unaguerra (e inversamente, con una disposición a salir a matar "por Ia patria",como en el caso de Ia represión de 1976-81).

El triunfo de Ia "educación patriótica": elnacionalismo de las constitucionesprovinciales

La gestalt identificada en las orientaciones pedagagicas parecepues corresponderse con algunos elementos que pueden asirse, medirse ycompararse a través de encuestas. Pero no solamente podemos identificarlaen encuestas como las menciondas. El nacionalismo argentino ha ilegadoa ser una fuerza tan consensual y hegemonica que, desapercibidamente, casisin debates, se ha infiltrado en las constituciones provinciales. Con ex-cepclón de cuatro, todas las constituciones provinciales poseen una cláusulade educación yb cultura nacionalista. Ya hemos visto en el texto que EntreRios adoptó una clausulade educación "patriótica" en 1909, y Buenos Airesen 1934. Postenorrnente, fue una avalancha. Con excepción de Ia de SanJuan, todas las constituciones provinciales ref ormadas durante Ia gestión deAlfonsin poseen una cláusula de educaciôn yb cultura nacionalista: quizáséste sea el ünico rasgo verdaderamente autóctono, en sus orIgenes, delderecho constituciona! argentino. Naturalmente, esta cláusula es anti-liberal: implica Ia imposiciôn de una cultura. Pero en eso Ia Constitucionnacional ya acarreaba consigo el pecado original, estipulando que elpresidente debe ser católico y que los indios deben ser catequizados: éstotambién implica Ia imposiciôn de una cultura, lo cual refleja las muc hascontradicciones ideologicas vigentes en Ia Argentina, aun en 1853. Esemomento ideologlco no fue coherentemente liberal, y Martinez Zuvirla teniamucha razón al insinuar que Ia Lay 1420 era (marginalmente) anticonsti-tuclonal: para mis valores (al contrario de los de Martinez Zuviria) esa leyestaba mejor Inspirada que Ia Constituciôn, pero precisamente por elloera anticonstitucional.


resultado de una lección bien aprendida respecto de qué discurso essocialmente aceptable para un "buen argentino") seria así perfectamentecompatible con una disposición a venderse al mejor postor o a abandonarel país con entusiasmo ante una buena oferta de trabajo en el exterior (einversamente, con una disposición, por parte de otro segmento, a laadopción de ideologías extremistas). Del mismo modo, un alto porcentajeque dice estar dispuesto a dar la vida por la patria seria igualmentecompatible con anormales muestras de cobardía en el transcurso de unaguerra (e inversamente, con una disposíción a salir a matar "por la patria",como en el caso de la represión de 1976-81).

El triunfo de la "educación patriótica": elnacionalismo de las constitucionesprovinciales

La gestalt identificada en las orientaciones pedagógicas parecepues corresponderse con algunos elementos que pueden asirse, medirse ycompararse a través de encuestas. Pero no solamente podemos identificarlaen encuestas como las menciondas. El nacionalismo argentino ha llegadoa ser una fuerza tan consensual y hegemónica que, desapercibidamente. casisin debates, se ha infiltrado en las constituciones provinciales. Con ex-cepción de cuatro, todas las constituciones provinciales poseen una cláusulade educación y/o cultura nacionalista. Ya hemos visto en el texto que EntreRíos adoptó una cláusula de educación "patriótica" en 1909, YBuenos Airesen 1934. Posteriormente, fue una avalancha. Con excepción de la de SanJuan, todas las constituciones provinciales reformadas durante la gestión deAlfonsín poseen una cláusula de educación y/o cultura nacionalista: quizáséste sea el único rasgo verdaderamente autóctono, en sus orígenes, delderecho constitucional argentino. Naturalmente, esta cláusula es anti-liberal: implica la imposición de una cultura. Pero en eso la Constitución

~nacional ya acarreaba consigo el pecado original, estipulando que elpresidente debe ser católico y que los indios deben ser catequizados: éstotambién implica la imposición de una cultura, lo cual refleja las muchascontradicciones ideológicasvigentes en la Argentina, aún en 1853. Esemomento ideológico no fue coherentemente liberal, y Martínez Zuviría teníamucha razón al insinuar que la Ley 1420 era (marginalmente) anticonsti-tucional: para mis valoreS{ill contrario de los de Martínez Zuviría) esa leyestaba mejor inspirada que la Constitución, pero precisamente por elloera anticonstitucional.



194 CARLOS ESCUDE

El nacionatismo cultural argentino ha progresado, pues, desde lostiempos de Ramos Mejia,at pinto que solo cinco constituciones provincialesno poseen una cláusula de educación yb cuitura nacionalista. sonesas cinco? Tucumán, por el senciDo motivo que su ConstituciOn data de1884 (el año de Ia Ley l42O)y solo se reformó una vez, en 1907 (antes deRamos Mejia). Luego están La Pampa, Chaco y Formosa, ties provinciasno tradicionales, ex territorios nacionales, que no fueron sujetas al intensoadoctririamiento que se dirigio hacia Ia Patagonia en razón de Ia presenciagalesa y chilena. La Pampa fue un territorio sin fronteras externas y singrandes colonias extranjeras: por ello, recibió menos adoctrinamiento queChubut. Y Chaco y Formosa estuvieron entre las ultimas incorporacionesat territorio efectivamente dominado por el Estado argentino: Ia "Campanadel Chaco", posterior a La Conquista del Desierto, fue Ia 6ltima embestidacontra el indio, y esas provincias son las menos tradicionales. Además, susconstituciones no han sido reformadas recientemente. De serb, es probableque incluirian aiguna cláusula de educación o de cultura nacionalista: está enel aire. La excepciOn es San Juan, iinico caso en que ci nacionalismo culturalha dado un paso atrás

Las nuevas constituciones provinciates son todas interesantes por loque revelan de Ia cultura argentina. La de San Luis, por ejemplo, dice en suPreárnbulo: "Nos los representantes del pueblo de Ia Provincia de San Luis,con elfin de exaltar y garantizar Ia vida, Ia libertad, Ia justicia y los demásderechos humanos; ratificar los inalterables valores de Ia solidaridad,Ia paz y Ia cultura nacional (...)." Su articulo 65 dice: "El Estado procuraet desarrollo y afianzamiento de Ia conciencia y Ia identidad provincial ynacional en una perspectiva latinoamericana difundiendo a través de Iacultura los valores genuinos del pueblo, su experiencia histOrica y supatrimonlo cultural". Su articulo 66 dice: "La cultura es un derecho naturaly por ello, el Estado asegura a todos los habitantes el derecho de acceder aIa misma, y reconoce como sus principios fundamentaies ci enriquecimientoespiritual e intelectual de Ia persona humana, (...) la exaltación de Iaigualdad, (...) resguardando la identidad provincial y nadonal,eliminando toda forma de dlscriminación Ideológica en la creaclOncultural (...)". Y su articulo 67 vuelve a decir: "El Estado promueve lasmanlfestaciones culturales a colectivas que contribuyan a La consoiidaclOnde Ia conciencia nacional, inspiradas en las expresiones de Ia culturatradicional sanluisefia, argentina y latinoamericana y las expresiones unlver-

10. tema de las constituctones provtnctales Heguè gractas a Alejandro COrbaChO,autor de un estudlo sobre Ia Idea de representatMdad en las

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El nacionalismo cultural argentino ha progresado, pues, desde lostiempos de Ramos Mejía, al punto que sólo cinco constituciones provincialesno poseen una cláusula de educación y/o cultura nacionalista. ¿Cuáles sonesas cinco? Tucumán, por el sencillo motivo que su CQOstitución data de1884 (el año de la Ley 1420) Y sólo se reformó Uné\vez, en 1907 (antes deRamos Mejía). Luego están La Pampa, Chaco y Formosa, tres provinciasno tradicionales, ex territorios nacionales, que no fueron sujetas al intensoadoctrinamiento que se dirigió hacia la Patagonia en razón de la presenciagalesa y chilena. La Pampa fue un territorio sin fronteras externas y singrandes colonias extranjeras: por ello, recibió menoS adoctrinamiento queChubut. y Chaco y Formosa estuvieron entre las últimas incorporacionesal territorio efectivamente dominado por el Estado arg~ntino: la "Campañadel Chaco", posterior a la Conquista del Desierto, fue la última embestida

contra el indio, y esas provincias son las menos tradicionales. Además, susconstituciones no han sido reformadas recienternente. De serIo, es probable

que incluirían alguna cláusula de educación o de clllh1ra nacionalista: está enelaire.Laexcepción es San Juan, único caso en que el nacionalismo culturalha dado un paso atrás.IO

Las nuevas constituciones provinciales son todas interesantes por lo

que revelan de la cultura argentina. La de San LlIis, por ejemplo, dice en suPreámbulo: "Nos los representantes del pueblo de la Provincia de San Luis,con el fin de exaltar y garantizar la vida, la libertad, la justicia y los demásderechos humanos; ratificar los inalterables valores de la solidaridad,

la paz y la cultura nacional (...)." Su artículo 65 dice: "El Estado procurael desarrollo y afianzamiento de la conciencia y la identidad provincial ynacional en una perspectiva latinoamericana difundiendo a través de la

cultura los valores genuinos del pueblo, su experiencia histórica y supatrimonio cultural". Su artículo 66 dice: "La cultura es un derecho naturaly por ello, el Estado asegura a todos los habitantes el derecho de acceder ala misma, y reconoce como sus principios fundamentales el enriquecimientoespiritual e intelectual de la persona humana, (...) la exaltación de laigualdad, (oo.) resguardando la identidad provincial y nacional,eliminando toda forma de discriminación ideológica en la creacióncultural (...)". Y su artículo 67 vuelve a decir: "El Estado promueve lasmanifestaciones culturales o colectivas que contribuyan a la consolidaciónde la conciencia nacional, inspiradas en las expresiones de la culturatradicional sanluiseña, argentina y latinoamericana y las expresíones univer-

10. Al tema de las constituciones provinciales Uegué gradas a Alejandro Corbacho,autor de un estudio sobre la Idea de representativldad en las mismas.



EL FRACASO DEL PROVECTO ARCENTINO 195

sales en cuanto coinciden con los principios de nuestra nacionalidad". Y unavez más el articulo 69 establece: "El Estado promueve y protege Lasmanifestaciones auténticas de nuestra cultura (...)". será el juez quedetermine qué es lo auténtico y qué no lo es? decidirá cuálesexpresiones de Ia cultura universal coinciden con los principios de Ianacionalidad argentina, y cuales no?

estudiante de grado de las grandes universidades del mundopodria escribir un texto tan incoherente y aprobar su materia. esposible "eliminar toda forma de discriminaciön ideologica en Ia creacióncultural", a Ia vez que "promover las expresiones universales en cuantocoinciden con los principios de nuestra nacionalidad"? Varias de estasnuevas constituciones caen en La misma contradicciôn: sientan un principioanti-discriminatorio y luego establecen Ia discriminación. Claramente, estoshombres y mujeres no solamente abandonaron todo liberalismo auténticoy optaron por el autoritarismo que está implicito en La pretension deimponer una cultura a través de Ia misma Constitución, sino que ademásparecen haber perdido parte de su capacidad para razonar, to que no essorprendente considerando el carácter virtual que adquirio el discurso en Iaeducación argentina. Hay una moda de La no discriniinación. que tiene suorigen en los problemas raciales norteamericanos, aunque los constituyen-tes no to sepan. La discriminación suena como cosa fea, y los constituyentessientan una cláusula contra todo tipo de discriminación. Pero también hayuna moda de Ia cultura nacional, cuyo ültimo origen es local. A losconstituyentes les "suena bien" condicionar su apoyo de lo universal a losprincipios de Ia nacionatidad, y sientan asi una base de discriminaciónideologica. Probablemente ni siquiera están conscientes de Ia contradicciónlogica. L.a coherencia viene por otro Lado: ambos principios les "suenanbien". Asi funcionan nuestras exóticas mentatidades.

Por otra parte, estas constituciones están plagadas de las másingenuas expresiones de deseo, en las que se operacionalizan derechos queson imposibtes de garantizar en un contexto de subdesarrollo. Por ejemplo,Ia misma de San Luis dice en su articulo 73 que "(el Estado) sostiene yasegura Ia igualdad de oportunidades para Ia educación (..j". 0, para elcaso, que (articulo 51): "El Estado asegura a los hombres de Ia tercera edaduna protección integral que revalorice su rol como protagonistas de estasociedad". V también (articujo 52): "Los poderes brindan a losdiscapacitados fisicos y sensoriales Ia asistencia apropiada, con especialénfasis en Ia terapia rehabilitadora y en Ia educación especializada". Losejemplos son interminables. Hay Incluso constituciones que aseguran el


sales en cuanto coinciden con los principios de nuestra nacionalidad". y unavez más el artículo 69 establece: "El Estado promueve y protege lasmanifestaciones auténticas de nuestra cultura (...)". ¿Quién será el juez quedetermine qué es lo auténtico y qué no lo es? ¿Quién decidirá cuálesexpresiones de la cultura universal coinciden con los principios de lanacionalidad argentina, y cuáles no?

Ningún estudiante de grado de las grandes universidades del mundopodría escribir un texto tan incoherente y aprobar su materia. ¿Cómo esposible" eliminar toda forma de discriminación ideológica en la creacióncultural", a la vez que "promover las expresiones universales en cuantocoinciden con los principios de nuestra nacionalidad"? Varias de estasnuevas constituciones caen en la misma contradicción: sientan un principioanti-discriminatorio y luegoestablecenla discriminación.Claramente,estoshombres y mujeres no solamente abandonaron todo liberalismo auténticoy optaron por el autoritarismo que está implícito en la pretensión deimponer una cultura a través de la misma Constitución, sino que ademásparecen haber perdido parte de su capacidad para razonar, lo que no essorprendente considerando el carácter virtual que adquirió el discurso en laeducación argentina. Hay una moda de la no discriminación, que tiene suorigen en los problemas raciales norteamericanos, aunque los constituyen-tes no lo sepan. La discriminación suena como cosa fea, y los constituyentessientan una cláusula contra todo tipo de discriminación. Pero también hayuna moda de la cultura nacional, cuyo último origen es local. A losconstituyentes les "suena bien" condicionar su apoyo de lo universal a losprincipios de la nacionalidad, y sientan así una base de discriminaciónideológica. Probablemente ni siquiera están conscientes de la contradicciónlógica. La coherencia viene por otro lado: ambos principios les "suenanbien". Así funcionan nuestras exóticas mentalidades.

Por otra parte, estas constituciones están plagadas de las másingenuas expresiones de deseo, en las que se operacionalizan derechos queson imposibles de garantizar en un contexto de subdesarrollo. Por ejemplo,la misma de San Luis dice en su artículo 73 que "(el Estado) sostiene yasegura la igualdad de oportunidades para la educación (...)". O, para elcaso, que (artículo 51): "El Estado asegura a los hombres de la tercera edaduna protección integral que revalorice su rol como protagonistas de estasociedad". Y también (artículo 52): "Los poderes públicos brindan a los

discapacitados físicos y sensoriales la asistencia apropiada, con especialénfasis en la terapia rehabilitadoray en la educación especializada".Losejemplos son interminables. Hay incluso constituciones que aseguran el



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derecho a una infancia feliz. Por supuesto que en todo esto slempre hay unmatiz autoritario, como en Ia Constitución de Catamarca, que promueveuna educaciOn (naclonalista) que incuique hábitos apropiados para Ia rectabüsqueda de La felicidad (articulo 263). define esa rectitud? Todoqueda en La ambiguedad, pero es más probable que los constituyentes seestuvieran refinendo, no tanto al cumplimiento de Ia ley, como al "no

Claramente, estas constituciones no son como las de antes. Las deantes tenian su dimensiOn doctrinaria, pero eran báslcamente instrumentosque sentaban las para el gobierno de Ia sociedad. Encambio, las de ahora incluyen junto con estas reglas-del-juego, largas listasde derechos no positivos, más 0 menos utOpicos. Esto no es una creaciónargentina: han surgido en este siglo numerosos antecedentes que avalaneste tipo de constituciOn. Peso una cosa es establecer el derecho a unavMenda digna y muy otra cosa es decir que el Estado asegura el acceso auna tal Ia operacionalización de este derecho, ya de por si utOpico,cae en Ia más Ingenua y mentirosa expresión de deseos. Asi son varias delas nuevas constituciones argentinas. qué significa ésto respecto de Iacuhura politica? Pues que, aCm en tiempos de normalkiad institucional, unaparte importante de Ia Constitución es letra muerta, por el cual

en lefra muerta también a Ia parte referida a las reglas-del-juegoes menos chocante ymás fácil. La violaciOn de las regias-del-juego en unaConsfituciOn que también proclama el derecho a una infancia feliz es menosescandalosa que Ia violaciOn de tales reglas en una constitución quesobriamente se Iimita a sentar esas reglas-del-juego. Una Constitución queasegura infancias felices, salarios dignos, un medio amblente sano y buenasakid en un pals subdesarrollado y empobrecido, es una mentira desde elprinciplo. Es como partir de Ia base de que ConstituciOn es tan solo un nto,como gran parte del discurso polItico. Este resultado no seráconsecuenclade Ia educaclOn pero es enteramente compatible con Ia misma,a Ia wz que sena incompatible con una educaciOn que ponga el acento enenseñar a pensar, fomentar Ia duda y desarrollar tm método de büsquedacientifica.

Tales constituclones no son Ia generosa ampliaclon de Ia democraciaque pretenden ser, sino que por el contrarlo facilitan el camino para IaeliminaciOn de Ia democracia, sin que ésta sea La intenciOn de los consti-tuyentes: éste es uno de los muchos efectos paradojicos e Indeseados quepueden encontrarse en el mundo de lo soclo-poiltico y cultural. Peso es unefecto que está en consonancia con el autoritansmo báslco de Ia cultura

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derecho a una infancia feliz. Por supuesto que en todo esto siempre hay unmatiz autoritario, como en la Constituci6n de Catamarca, que promueveuna educaci6n (nacionalista) que inculque hábitos apropiados para la rectabúsqueda de la felicidad (artículo 263). ¿Quién define esa rectitud? Todoqueda en la ambigOedad, pero es más probable que los constituyentes seestuvieran refiriendo, no tanto al cumplimiento de la ley, como al "nofornicarás 11.

Claramente, estas constituciones no son como las de antes. Las de

antes tenían su dimensi6n doctrinaria, pero eran básicamente instrumentosque sentaban las reglas-del-juego para el gobierno de la sociedad. Encambio, las de ahora incluyen junto con estas reglas-del-juego, largas listasde derechos no positivos, más o' menos ut6picos. Esto no es una creaci6nargentina: han surgido en este siglo numerosos antecedentes que avalaneste tipo de constituci6n. Pero una cosa es establecer el derecho a unavivienda digna y muy otra cosa es decir que el Estado asegura el acceso auna tal vivienda: la operacionalizaci6n de este derecho, ya de por sí ut6pico,cae en la más ingenua y mentirosa expresi6n de deseos. Así son varias delas nuevas constituciones argentinas. ¿Y qué significa ésto respecto de lacultura política? Pues que, aún en tiempos de normalidad institucional, unaparte importante de la Constituci6n es letra muerta, motivo por el cualconvertir en letra muerta también a la parte referida a las reglas-del-juegoes menos chocante y más fácil. La violaci6n de las reglas-del-juego en unaConstituci6n que también proclama el derecho a una infancia felizes menosescandalosa que la violaci6n de tales reglas en una constituci6n queSQbriamente se limita a sentar esas reglas-del-juego. Una Constituci6n queasegura infancias felices, salarios dignos, un medio ambiente sano y buenasalud en un país subdesarrollado y empobrecido, es una mentira desde elprincipio. Escomo partir de la base de que Constituci6n es tan sólo un rito,como gran parte del discurso político. Este resultado no será consecuenciade la educaci6n pá~i6tica, pero es enteramente compatible con la misma,a la vez que seria incompatible con una educaci6n que ponga el acento enenseñar a pensar, fomentar la duda Ydesarrollar un método de búsquedacientífica.

Tales constituciones no son la generosa ampliaci6n de la demgaacia

que pretenden ser, sino que por el contrario facili~miñó para laeliminaci6n de la democracia, sin que ésta ~a la-intención de los consti-tuyentes: éste es uno de los muchos efectos paracl6jicos e indeseados quepueden encontrarse en el mundo de lo sodo-político y cultural. Pero es unefecto que está-en consonancia con el autoritarismo básico de la cultura




argentina. Considérese lo slguiente: estas son constituciones queprohibenlos golpes de Estado, explicitamente, legisladas por constituyentes que,probablemente y en su gran mayorla, han apoyado golpe de Estadoalguna vez en su vida: en Ia Argentina es casi imposible encontrar individuosde dase media de más de 45 ai'ios que nunca hayan apoyado un golpe deEstado (pasa hasta con los mEts activos militantes de derechos humanos), yno hay partido politico importante que no haya, en alguna ocasión, apoyadoa un golpe o a algün gobiemo militar. El rechazo a los golpes, de parte deestos constituyentes, viene junto con Ia inclusion de cláusulas que jamasserán cumplidas, cuyo caracter utOpico y poco serb estos hombres ymujeres no pueden ignorar. tomar en seno, entonces, esaprohibiciOn del golpe de Estado, que claramente es superflua en tanto unaconstituciOn fija las reglas del juego polItico, a Ia vez que un golpe es IaaboliciOn de esas reglas por Ia violencia? En mi opiniOn, Ia wrdaderaconvicciOn de muchos de estos constituyentes no corre tanto por el lado deLa democracia y Ia libertad, como por aquello de Ia "recta" de Iafelicidad, yen su presunto aunque inconfeso derecho de Imponer un criteriode rectitud, una escala de valores, una cultura, etc. Creo que estosconstituyentes están mM cerca de este tipo de autoritarismo (con todas suscontradicciones) que de una auténtica fe en Ia democracia y Ia libertad, yenültima instancia, todos los autoritarismos se parecen yun autoritarismo ilevaal otro: La libertad y Ia democracia son los elementos prescindibles enmomentos percibidos como crIticos.

Por otra parte, estos constituyentes no parecen estar totalmenteconscientes de las incoherencias e Implicancias ültimas de sus consti-tuciones. Que los constituyentes de San Luls proclamen como principbo noala igualdad sino a su exaltación yque el Ministerbo de Relaciones Exterioresfundamente los derechos argentinos a Ia Antártida en el tratado deTordesillas, son hechos que apuntan ambos en una misma direcciOn, yamencionada: Ia clase politica argentina ha adquirido una cultura que (entérminos de un etnocentrismo occidental) es claramente "exOtica". Estaclase politica parece haber perdido parte de su facultad de raciocinlo (talcomo este concepto se entiende en Occidente), en parte porque susmiembros, para Ilegar a donde están, han debido susalbir con alegria yfervor a multitud de dogmas ingenuos y sin fundamento, plagados defalaclas, y debberon aprender, por sobre todo, a no cuestionar lo incuestion-able, que es b que pezversamente une a los argentlnos duda cabe deque para los constituyentes de San Luls, este trabajoes traiciOn ala patria?).Los miembros de Ia clase politica argentina, desde los- pnmeros grados de

El FRACASO DEL PROYECTO ARGENTINO 197

argentina. Considérese lo siguiente: estas son constituciones que prohibenlos golpes de Estado, explícitamente, legisladas por constituyentes que,probablemente y en su gran mayoria, han apoyado algún golpe de Estadoalguna vez en su vida: en la Argentina es casi imposible encontrar individuosde clase media de más de 45 años que nunca hayan apoyado un golpe deEstado (pasa hasta con los más activos miUtantes de derechos humanos), yno hay partido político importante que no haya, en alguna ocasión, apoyadoa un golpe o a algún gobierno militar. El rechazo a los golpes, de párte deestos constituyentes, viene junto con la inclusión de cláusulas que jamásserán cumplidas, cuyo carácter utópico y poco serio estos hombres ymujeres no pueden ignorar. ¿Cómo tomar en serio, entonces, esaprohibición del golpe de Estado, que claramente es superflua en tanto unaconstitución fija las reglas del juego político, a la vez que un golpe es laabolición de esas reglas por la violencia? En mi opinión, la verdaderaconvicción de muchos de estos constituyentes no corre tanto por el lado dela democracia y la libertad, como por aquello de la "recta" búqueda de lafelicidad, y en su presunto aunque inconfeso derecho de imponer un criteriode rectitud, una escala de valores, una cultura, etc. Creo que estosconstituyentes están más cerca de este tipo de autoritarismo (con todas suscontradicciones) que de una auténtica fe en la democracia y la libertad, yenúltima instancia, todos los autoritarismos se parecen y un autoritarismo llevaal otro: la libertad y la democracia son los elementos prescindibles enmomentos percibidos como críticos.

Por otra parte, estos constituyentes no parecen estar totalmenteconscientes de las incoherencias e implicancias últimas de sus consti-

tuciones. Que los constituyentes de San Luis proclamen como principio noa la igualdad sino a su exaltación y que el Ministerio de Relaciones Exterioresfundamente los derechos argentinos a la Antártida en el tratado deT ordesiUas, son hechos que apuntan ambos en una misma dirección, yamencionada: la clase política argentina ha adquirido una cultura que (entérminos de un etnocentrismo occidental) es claramente" exótica". Estaclase política parece haber perdido parte de su facultad de raciocinio (talcomo este concepto se entiende en Occidente), en parte porqtre susmiembros, para llegar a donde están, han debido suscribir con alegría yfervor a multitud de dogmas ingenuos y sin fundamento, plagados defalacias, y debieron aprender, por sobre todo, a no cuestionar lo incuestion-able, que es lo que perversamente une a los argentinos (¿Qué duda cabe deque para los constituyentes de San Luis, este trabajo es traición a la patria?).Los miembros de la clase política argentina, desde Jos.-primeros grados de



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la enseñanza hasta Ia cuhmnación de sus can-eras, debieron abdicar a Lafacultad de Ia duda, que es Ia base misrna del pensamiento libre. En partecomo resultado de las caracteristicas, ya docurnentadas, de las orientacionespedagogicas, un segmento importante del pals ingreso a una modalidadinteractiva en La que el discurso, más que reflejo de un pensarnientosilogistico estructurado segUn las reglas de Ia logica formal, es un rito deapoyo a una expresión de deseos, en el que no importa cuál sea el nümerode las falacias y en-ores u omisiones informativas, sino Ia elegancia yconviccián con que se pronuncian las palabras o se redacta un texto deapoyo a los dogmas. Ser "patriota" o ser fiel reflejo de las ansias populareses más importante que ser inteligente. Además, en lo operativo, elempecinamiento (Ia "firmeza") en intentar conseguir lo imposible, aunqueinfructuoso, se valora más que el éxito en Ia obtención de lo posible (que,en tanto implica una solución de compromiso, se percibe como "claudica-ción"). Ser "patriota" o "teal a! pueblo" significa ser maximalista, notransigir, aunque eso ileve at fracaso.

En verdad, Ia adquisicion de un nivel de excelencia en este tipo dediscurso y dinámica politica requiere un aprendizaje, no menos arduo, delque conduce at dominio de Ia logica formal que ha caracterizado a Iacivilización occidental, at menos en su fase cientifico-tecnologica. Tambiénson otros los talentos requeridos para ilegar a Ia excelencia en estamodalidad discursiva, y para alcanzar Ia cumbre en este tipo de cultura: lasclaves del éxito personal en muchas esferas de La actividad (particularmentelas politicas) son diferentes de Las de Occidente. Pero el éxito individual y Iamovilidad social y económica tienen mucha vigencia, yen ésto, esta culturaexótica se diferencia mucho de las culturas tradicionales: precisamente, Lavigencia de un alto grado de movilidad social es uno de Los factores que llevana La confusion, ocultando el carácter exOtico de esta cuttura. Por otra parte,no puede decirse que Los dirigentes que salen exitosamente de este procesosean estupidos: son diferentes, incomparabLes a los europeos o a losnorteamericanos, a pesar de Ia (frecuente) identidad de razas y de Ia similitudde las formas externas. Son el producto de una cultura exOtica a! Occidentecontemporáneo, disfrazados detrás de Los "mejores" modales europeos, depieles (cast siempre) blancas, ojos (ocasionalmente) celestes y apeliidositalianos, espanoles, alemanes, polacos, irlandeses...

De Ia interacción (patologica) entre nuestracultura exótica y Ia cultura occidental

Quizas el particularismo de Ia cultura argentina no debiera sorpren-

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la enseñanza hasta la culminación de sus carreras, debieron abdicar a lafacultad de la duda, que es la base misma del pensamiento libre. En partecomo resultado de las características, ya documentadas, de las orientacionespedagógicas, un segmento importante del país ingresó a una modalidadínteractiva en la que el discurso, más que reflejo de un pensamientosilogístico estructurado según las reglas de la lógica formal, es un rito deapoyo a una expresión de deseos, en el que no importa cuál sea el númerode las falaeias y errores u omisiones informativas, sino la elegancia yconvicción con que se pronuncian las palabras o se redacta un texto deapoyo a los dogmas. Ser "patriota" o ser fiel reflejo de las ansias populareses más importante que ser inteligente. Además, en lo operativo, elempecinamiento (la ".firmeza") en intentar conseguir lo imposible, aunqueinfructuoso, se valora más que el éxito en la obtención de lo posible (que,en tanto implica una solución de compromiso, se percibe como "claudica-ción"). Ser "patriota" o "leal al pueblo" significa ser maximalista, notransigir, aunque eso lleve al fracaso.

En verdad, la adquisición de un nivel de excelencia en este tipo dediscurso y dinámica politica requiere un aprendizaje, no menos arduo, delque conduce al dominio de la lógica formal que ha caracterizado a lacivilización occidental, al menos en su fase científico-tecnológica. Tambiénson otros los talentos requeridos para llegar a la excelencia en estamodalidad discursiva, y para alcanzar la cumbre en este tipo de cultura: lasclaves del éxito personal en muchas esferas de la actividad (particularmentelas politicas) son diferentes de las de Occidente. Pero el éxito individual y lamovilidad social y económica tienen mucha vigencia, y en ésto, esta culturaexótica se diferencia mucho de las culturas tradicionales: precisamente, lavigencia de un alto grado de movilidad social es uno de los factores que llevana la confusión, ocultando ekarácter exótico de esta cultura. Por otra parte,no puede decirse que los dirigentes que salen exitoSamente de este procesosean estúpidos: son diferentes, incomparables a los europeos o a losnorteamericanos, a pesar de la (frecuente) identidad de razas y de la similitudde las formas externas. Son el producto de una cultura exótica al Occidentecontemporáneo, disfrazados detrás de los "mejores" modales europeos, depieles (casi siempre) blancas, ojos (ocasionalmente) celestes y apellidositalianos, españoles, alemanes, polacos, irlandeses...

De la interacción (patológica) entre nuestracultura exótica y la cultura occidental

Quizás el particularismo de la cultura argentina no debiera sorpren-



EL FRACASO DEL PROVECTO 199

demos. La hurnanidad tuvo, durante rnilenios, ricas civilizaciones construc-toras de pirámides y otras maravillas perdurables, que no estaban orientadasprimordialmente hacia Ia ciencia y La técnica, con culturas dogmáticas yeLaboradas mitologias. Quizás si el modelo deihomo patrioticus argentinose hubiera desarrollado en otro contexto histórico, en otro siglo o milenio,aqui hubiera surgido una civilización interesante, mezcLa de pastoril,autoritaria, igualitaria y guerrera. El problema surge cuando lasconsecuencias culturales del homo patrioticus se enfrentan conuna civilización (crecientemente) planetaria de gran dinamismoeconómico y tecnológico, con alta capacidad de penetración nosolo econOmtca, sino cultural y pohtica.Asi, las contradicciones seagudizan y Ia cultura se transforma en amorfa. Sin que medieninguna intención en este sentido, Ia cultura democrática de Occidente all-menta segmentos considerables del espectro polItico local que no hubieranprosperado en un contexto planetario con menor capacidad de penetraciôndel mundo extemo, a Ia vez que introduce ideas que son contradictorias conlas que surgen con naturalidad de Ia cultura local (y de ahi los constituyen-tes que simultánearnente se pronuncian contra Ia discriminación y discri-minan a favor de su cultura favorita). Algo parecido ocurre con el surgi-miento de apetencias consumistas respecto de productos que jamás huble-ran podido ser ideados por esta cultura Local. Hasta La misma investigacióncientifica se incorpora a La cultura local por el influjo de Ia cultura extema,yes transformada, por Ia cultura argentina, en tin ritual con poca sustancia,que engendra a Ia crotoxina y a las megalomanias nucleares de Perón (sabioRichter mediante):" asi es cómo, a principios de Ia década de 1950,multitudes enteras creyeron que La Argentina tenia La bomba A, Ia bombaH y dominaba Ia reacción termonuclear, a La vez que, durante Ia década del'80, otras multitudes creyeron que en Ia Argentina se habia inventado unamaravillosa panacea que curaba el cancer. Cuando Ia efectividad de Lacrotoxina (que asi se ilamaba la droga, hecha en base a veneno de cobra) sedesmintió, surgió el mito de que en realidad Los Laboratorios multinacionalesquerian evitar el desarrollo de esta maravilla en Ia Argentina. En parte, todoesto, que parece delirio onIrico, es consecuencia de las transformacionesque (naturalmente) sufre una idea que penetra desde el exterior (que en estecaso es Ia investigacion cientifica): sus reglas básicas no se entienden blen,

11. El Sablo Richter fue brtportado pot Perôn de Aiemanla despues de Ia SegundaGuerra Mundial. El Itasco tuvo repercustones tntemaclonales. La cuestlbn de Ia crotoxtnaampilsima diftaión en 1988. En ambos casos, estaban de poT rnedio los deInvestigacton del Estado argentino.


demos. La humanidadtuvo, durante milenios,ricascivilizacionesconstruc-toras de pirámides y otras maravillas perdurables, que no estaban orientadasprimordialmente hacia la ciencia y la técnica, con culturas dogmáticas yelaboradas mitologías. Quizás si el modelo del horno patrioticus argentinose hubiera desarrollado en otro contexto histórico, en otro siglo o milenio,aquí hubiera surgido una civilización interesante, mezcla de pastoril,autoritaria, igualitaria y guerrera. El problema surge cuando lasconsecuencias culturales del horno patrioticus se enfrentan conuna civilización (creciente mente) planetaria de gran dinamismoeconómico y tecnológico, con alta capacidad de penetración nosólo económica, sino cultural y política. Así, las contradicciones seagudizan y la cultura se transforma en amorfa. Sin que medieninguna intención en este sentido, la cultura democrática de Occidente ali-menta segmentos considerables del espectro político local que no hubieranprosperado en un contexto planetario con menor capacidad de penetracióndel mundo externo, a la vez que introduce ideas que son contradictorias conlas que surgen con naturalidad de la cultura local (y de ahí los constituyen-tes que simultáneamente se pronuncian contra la discriminación y discri-minan a favor de su cultura favorita). Algo parecido ocurre con el surgi-miento de apetencias consumistas respecto de productos que jamás hubie-ran podido ser ideados por esta cultura local. Hasta la misma investigacióncientífica se incorpora a la cultura local por el influjo de la cultura externa,y es transformada, por la cultura argentina, en un ritual con poca sustancia,que engendra a la crotoxina y a las megalomanías nucleares de Perón (sabioRichter mediante):ll así es cómo, a principios de la década de 1950,multitudes enteras creyeron que la Argentina tenía la bomba A, la bombaH y dominaba la reacción termonuclear, a la vez que, durante la década del'SO, otras multitudes creyeron que en la Argentina se había inventado unamaravillosa panacea que curaba el cáncer. Cuando la efectividad de lacrotoxina (que así se llamaba la droga, hecha en base a veneno de cobra) sedesmintió, surgió el mito de que en realidad los laboratorios multinacionalesquerían evitar el desarrollo de esta maravilla en la Argentina. En parte, todoesto, que parece delirio onírico, es consecuencia de las transformacionesque (naturalmente) sufre una idea que penetra desde el exterior (que en estecaso es la investigación científica): sus reglas básícas no se entienden bien,

11. El 'Sablo' Rlchter fue importado por PelÓn de Alemania despOOsde la SegundaGuerra Mundial. El fiasco tuvo repercusiones internacionales. la cuestión de la crotoxlna tuvoamplisima difusión pública en 1988. En ambos casos, estaban de por medio los recursos deinvestigación del Estado argentino.



200 CARLOS ESCUDE

pero Ia cultura local Ia transforma en nto, y hay varias constitucionesprovinciales nuevas que explicitamente afirman su apoyo a esa "investiga-don cientifica".

Todo se convierte en un ensalada infernal. El infiujo exterior agudizalas contradicciones argentinas. Después de muchas décadas de adoctrina-miento autoritario y militarista, es improbable que Ia cultura argentina, ensi misma, conduzca a Ia democracia, pero ésto es lo que Occidente esperacle Ia Argentina (particularmente porque está escrito en las leyes argentinas),y entonces el ir y venir entre Ia democracia y el autoritarismo es interminabley mucho más agudo de lo que seria silas contradicciones propias de La culturaargentina pudieran resolverse sin Ia (inevitable) ingerencia de Ia culturaexterna. No digo que Ia democracia sea una lmposiciOn del exterior, sinomás bien Ia adaptaclón coyuntural al mundo externo, de una culturacontradictoria pero básicamente autoritaria, en circunstancias de especialvelnerabilidad y crisis.

La educación patriótica como retorno al ethoscultural de la Argentina de Rosas

En definitiva, los mentores del proyecto positivista de ingenieriacultural tuvieron éxito en deseuropeizar a Ia Argentina. Para bien o para mat,Ia cultura argentina no es europea en su sustancia, sino tan sóloen sus formas externas. Este éxito, aunque considerable, no es de-masiado sorprendente. La clase dirigente criolla siempre tuvo unacritica cultural" necesana para imponer sus propias pautas a Ia inmigraciOna través de los mecanismos que controlaba. Aunque el elemento autOctonollegO a ser rninoria frente a los inmigrantes y sus descendientes, los criollosde clase alta poseIan el aparato del Estado, a Ia vez que los inmigrantes eranasimilados por camadas sucesivas, en nCimeros que resultaron manejables,a pesar de La desproporclon.

La masa critica cultural no es, claro está, tan sOlo una cuestiOn delde Integrantes de éste o aquél segmento de Ia poblaciOn: los

nümeros deben ponderarse por el poder relativo de los diversos segmentos.Comparese el caso argentino con el caso contrastante del elementoautOctono de Texas, los chicanos: después de Ia derrota mexicana, éstosperdieron su masa crltica, y los angloamericanos, que tuvieron el poderpolItico y eventualmente tamblén Ia mayoria, impusieron su cultura, demanera que en eldia de hoy ya hay abundantes chicanos que, culturalmente,han sido asimilados a las pautas y valores de los angloarnericanos. En La

200 CARLOS EsCUDE

pero la cultura local la transforma en rito, y hay varias constitucionesprovinciales nuevas que explícitamente afirman su apoyo a esa "investiga-ción científica".

Todo se convierte en un ensalada infernal. El influjoexterior agudizalas contradicciones argentinas. Después de muchas décadas de adoctrina-miento autoritario y militarista, es improbable que la cultura argentina, ensí misma, conduzca a la democracia, pero ésto es lo que Occidente esperade la Argentina'(particularmente porque está escrito en las leyes argentinas),y entonces el ir y venir entre la democracia y el autoritarismo es interminabley mucho más agudo de lo que seria si las contradicciones propias de la culturaargentina pudieran resolverse sin la (inevitable) ingerencia de la culturaexterna. No digo que la democracia sea una imposición del exterior, sinomás bien la adaptación coyuntural al mundo externo, de una culturacontradictoria pero básicamente autoritaria, en circunstancias de especialwlnerabilidad y crisis.

La educación patriótica como retorno al ethoscultural de la Argentina de Rosas

En definitiva, los mentores del proyecto positivista de ingenieriacultural tuvieron éxito en deseuropeizar a la Argentina. Para bien o para mal,la cultura argentina no es europea en su sustancia, sino tan sóloen sus formas externas. Este éxito, aunque considerable, no es de-masiado sorprendente. La clase dirigente criólla siempre tuvo una "masacrítica cultural" necesaria para imponer sus propias pautas a la inmigracióna través de los mecanismos que controlaba. Aunque el elemento autóctonollegó a ser minoría frente a los inmigrantes y sus descendientes, los criollosde clase alta poseían el aparato del Estado, a la vez que los inmigrantes eranasimilados por camadas sucesivas, en números que resultaron manejables,a pesar de la desproporción.

La masa crítica cultural no es, claro está, tan sólo una cuestión delnúmero de integrantes de éste o aquél segmento de la población: losnúmeros deben ponderarse por el poder relativo de los diversos segmentos.Compárese el caso argentino con el caso contrastante del elementoautóctono de Texas, los chicanos: después de la derrota mexicana, éstosperdieron su masa crítica, y los angloamerícanos, que tuvieron el poderpolítico y eventualmente también la mayoría, impusieron su cultura, demanera que en el día de hoy ya hay abundantes chicanos que, culturalmente,han sido asimilados a las pautas y valores de los angloamericanos. En la




Argentina ocurrió al revés, y los descendientes de alemanes e irlandeses,étnicamente idénticos a un gran nümero de los pobladores angloamericanosde Texas, se convirtieron, culturalmente, en criollos.

cuál era Ia cultura de Ia clase dirigente criolla que era duena deIa masa cntica cultural necesaria para imponer sus pautas y valores? Erandescendientes de espanoles (con algün indio entreverado) que sin embargodespreciaban a Espana, admiraban a Francia y respetaban a Inglaterra, peroque no obstante y a pesar de las apariencias, tenian más en comün con unPatiño boliviano que con un Rothschild o con el conde de ParIs. Eran criollosde clase alta que mantenian, desde hacia siglos, relaciones de amo a siervocon los criollos de clase baja, que eran mestizos, sobre quienes los primerosejercian una hegemonia completa, un dominio casi total, un control férreo.Los inmigrantes, que eran europeos de clase baja, Se interpusieron entreesas dos clases, convirtiéndose en una clase media natural y en el elementomodernizante y movilizador de una estructura social que, debido al vertigi-noso crecimiento económico de origen agro-exportador y a Ia escasez depoblación, creaba oportunidades para los reclén Ilegados. Estosfueron los beneficiarios de un ascenso casi colectivo, en parte por elparadojico racismo de Ia clase alta criolla, que discriminaba contra elmestizo, y en parte porque Ia clase baja criolla trala un bagaje histórico ycultural menos funcional para ese ascenso. De alli que entre 1880 y 1930surgiera una estructura social "modema", de un alto grado de movilidad,donde Ia ya masiva clase media era casi toda de ongen inmigrante. Pero Iaclase alta criolla posela una cultura condicionada por Ia estructura socialoriginaria, que era dual, de gran desigualdad económica, politica, soda! yéthica. Una anécdota ilustrativa de esta dualidad es el mensaje que apnncipios de siglo enviaba una dama saltena casada con un porteño, cuandose aprestaba a pasar unas vacaciones en su terruño: "preparen casa,castiguen china".'2 Ala "china" se Ia castigaba por teôricas faltas que no solono habian sido comprobadas, sino que ni siquiera habian sido Identificadas;faltas que se daba por sentado que habria cometido durante Ia larga ausenciade sus amos. Se Ia castigaba para que supiera que los amos regresaban yque,durante un par de meses, deberIa ajustarse a una dura disciplina. Esa genteno podia ser auténticamente liberal.

Por otra parte, a Ia vez que Ia clase alta criolla estaba condicionadapor aquella estructura social originaria, que modelO hábitos, actitudes y, porende, cultura, también lo estaba por Ia educación previa a 1852, que era,

12. AnEcdota Iamthar d. flmo

EL. FRACASO DEL PROYECTO ARGENTINO 201

Argentina ocurrió al revés, y los descendientes de alemanes e irlandeses,étnicamente idénticos a un gran número de los pobladores angloamericanosde Texas, se convirtieron, culturalmente, en criollos.

¿Y cuál era la cultura de la clase dirigente crioDa que era dueña dela masa critica cultural necesaria para imponer sus pautas y valores? Erandescendientes de españoles (con algún indio entreverado) que sin embargodespreciaban a España, admiraban a Francia y respetaban a Inglaterra, peroque no obstante y a pesar de las apariencias, tenían más en común con unPatiño boliviano que con un Rothschild o con el conde de París. Eran criollosde clase alta que mantenían, desde hacía siglos, relaciones de amo a siervocon los criollos de clase baja, que eran mestizos, sobre quienes los primerosejercían una hegemonía completa, un dominio casi total, un control férreo.los inmigrantes, que eran europeos de clase baja, se interpusieron entreesas dos clases, convirtiéndose en una clase media natural y en el elementomodernizante y movilizador de una estructura social que, debido al vertigi-noso crecimiento económico de origen agro-exportador y a la escasez depoblación, creaba oportunidades múltiples para los recién llegados. Estosfueron los beneficiarios de un ascenso casi colectivo, en parte por elparadójico raCismo de la clase alta criolla, que discriminaba contra elmestizo, y en parte porque la clase baja crioDa traía un bagaje histórico ycultural menos funcional para ese ascenso. De allí que entre 1880 y 1930surgiera una estructura social "moderna", de un alto grado de movilidad,donde la ya masiva clase media era casi toda de origen inmigrante. Pero laclase alta criolla poseía una cultura condicionada por la estructura socialoriginaria, que era dual, de gran desigualdad económica, política, social yétnica. Una anécdota ilustrativa de esta dualidad es el mensaje que aprincipios de siglo enviaba una dama salteña casada con un porteño, cuandose aprestaba a pasar unas vacaciones en su terruño: "preparen casa,castiguen china" .12A la "china" se la castigaba por teóricas faltas que no sólono habían sido comprobadas, sino que ni siquiera habían sido identificadas;faltas que se daba por sentado que habría cometido durante la larga ausenciade sus amos. Se la castigaba para que supiera que los amos regresaban y que,durante un par de meses, debería ajustarse a una dura disciplina. Esa genteno podía ser auténticamente liberal.

Por otra parte, a la vez que la clase alta críoDa estaba condicionadapor aquella estructura social originaria, que modeló hábi~os, actitudes y, porende, cultura, también lo estaba por la educación previa a 1852, que era,

12. Ankdota familiar de TImo Zorraquln.



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como to es siempre, a Ia vez generadora de cultura y producto de Ia misma.cuál era el contenido ideolOgico de Ia educación argentina durante el

regimen rosista? Los trabajos de Carlos Newland sobre Ia enseflanzapnmaria privada en esos tiempos parecen indicar que su orientaciOnnacionalista, autoritaria y dogmática era más aguda que los peores excesosque se vieron posteriormente, a Ia vez que sorprendentemente parecida, ensus esencias, a La educaciOn peronista previa ala ruptura con La Iglesia. Tantoen tiempos de Rosas como de PerOn, el principal valor era Ia lealtad a!caudillo. Y La inspiración ideolOgica queda abundamente clara en el siguientetexto del director del Colegio Republicano Federal, de 1845, extraido porNewland de uno de los programas impresos de ese establecimiento:

"Hemos entendido bien, que los patemales deseos de V.E. se dirijena formar una juventud sumisa a sus mayores, decidida por Ia sagrada causaNacional de Ia Federación, enemiga de Ia impiedad y de sus viles secuaces,los salvajes unitarios. Patriotismo Federal, Religion Catolica, ilustraciOnsOlida, han sido, y serán siempre, Ia base de educación de este establecimien-

to

Al leer textos como éste, uno tiene Ia sensaciOn de que el liberalismofue tan sOlo un capitulo circunstancial en Ia historia argentina, que nació conLa caida de Rosas, llego a su culminación en las decadas de 1870 y 1880,y a partir de alli retrocediO constantemente, como consecuencia de Iareacción xenofoba producida por el aluviOn inmigratorio. Naturalmente quese necesitan empiricos sobre ese proceso, para complementar elpresente trabajo y esctarecer esa Hipoteticamente, el retrocesohabria sido lento y trabajoso, en parte porque el aLuviOn inmigratorio trajoconsigo multitud de gérrnenes culturales contradictorios que eran, enprincipio, incompatibles con algunas de las caracteristicas propias delautoritarismo criollo anterior a! aluviOn (lo que no necesariamente quieredecir que fueran incompatibles con todo autoritarismo). Pero educaclónpatriótica mediante, lentamente, a to largo de décadas, Ia rnasa criticacultural de aquellos criollos consiguiO deseuropeizar a Ia masa de descendi-entes de inrnigrantes, y asI llegó Ia Argentina primero a Perón y, después,a su (de otra manera) incomprensible presente.

Creo que antes de La caida de Rosas, el pals y su cultura presentabanun tipico perf ii latinoamericano (con Las numerosas contradicciones que esemestizaje trajo consigo histOricamente) y que esa cultura previa ala caida delautOcrata tiene un asombroso parecido con Ia de La Argentina peronista.

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como lo es siempre, a la vez generadora de cultura y producto de la misma.¿y cuál era el contenido ideológico de la educación argentina durante elrégimen rosista? Los trabajos de Carlos Newland sobre la enseñanzaprimaria privada en esos tiempos parecen indicar que su orientaciónnacionalista, autoritaria y dogmática era más aguda que los peores excesosque se vieron posteriormente, a la vez que sorprendentemente parecida, ensusesencias, a la educación peronista previa a la ruptura con la Iglesia. Tantoen tiempos de"Bosas como de Perón, el principal valor era la lealtad alcaudillo. Y la inspiración ideológica queda abundamente clara en el siguientetexto del director del Colegio Republicano Federal, de 1845, extraído porNewland de uno de los programas impresos de ese establecimiento:

"Hemos entendido bíen, que los paternales deseos de V.E. se dirijen

a formar una juventud sumisa a sus mayores, decidida por la sagrada causaNacional de la Federación, enemiga de la impiedad y de sus viles secuaces,

los salvajes unitarios. Patriotismo Federal, Religión Católica, ilustraciónsólida, han sido, y serán siempre, la base de educación de este establecimien-to Argentino."

Al leer textos como éste, uno tiene la sensación de que el liberalismofue tan sólo un capítulo circunstancial en la historia argentina, que nació conla caída de Rosas, llegó a su culminación en las décadas de 1870 y 1880,y a partir de allí retrocedió constantemente, como consecuencia de lareacción xenófoba producida por el aluvión inmigratorio. Naturalmente quese necesitan estudios empíricos sobre ese proceso, para complementar elpresente trabajo y esclarecer esa evolución. Hipotéticamente, el retrocesohabría sido lento y trabajoso, en parte porque el aluvión inmigratorio trajoconsigo multitud de gérmenes culturales contradictorios que eran, enprincipio, incompatibles con algunas de las características propias delautoritarismo criollo anterior al aluvión (lo que no necesariamente quieredecir que fueran incompatibles con todo autoritarismo). Pero educaciónpatriótica mediante, lentamente, a lo largo de décadas, la masa críticacultural de aquellos criollos consiguió deseuropeizar a la masa de descendi-entes de inmigrante s, y así llegó la Argentina primero a Perón y, después,a su (de otra manera) incomprensible presente.

Creo que antes de la caída de Rosas, el país y su cultura presentabanun típico perfil latinoamericano (con las numerosas contradicciones que esemestizaje trajo consigo históricamente) y que esa cultura previa a la caída delautócrata tiene un asombroso parecido con la de la Argentina peronista.




Para ilustrar esto, basta otra cita exhumada por Carlos Newland, esta vezde Ia Gaceta Mercantil, de 1845:

"Acostumbrados nosotros at estravagente y molesto ropaje eu-ropeo, que ordiriariamente viste y disfraza, y Ia solapada cortesania, eldoblez y el egoismo, ciesdenamos tat vez Ia sencillez de los trages nacionales,pero facilmente les cobraremos afecto a! ver que ci chiripá y el ponchocubren pechos generosos, y que son un vestido, a Ia vez, cómodo ybello."3

Naturalmente que el texto de arriba es Ia expresión de una contradic-cion, y que, tal como to sefiala Newland, ésla era "una reacción at espiritucosmopolita que habia irnpregnado a! periodo unitario". Pareciera, pues,que el ciclo cultural argentino fue de acciones y reacciones: posteriormente,Ia educación patriótica seria Ia reacción a los inmigrantes, y liegados aPerón, nos encontrariamos con numerosas manifestaciones de un folklo-nsmo autóctono muy similares a Ia recién citada, cuya ü!tima expresión sonet poncho y las patillas de Menem.

Quienes vivieron condicionados por Ia educación rosista y por Iaestructura social originaria que he descripto más arriba no podian creerprofundamente en Ia democracia ni en Ia libertad. Entre dos, ci liberalismopodia ser, a to sumo, una moda intelectual que pasaria en cuanto suhegemonia se viera desafiada por ci aluvión inmigratorio que a todo tocambió, estructura social inclusive. A partir de ese momento, por ci prestigioque ci término "liberal" habia adquirido, muchos de los integrantes de esesector social siguieron llamándose tales, pero salvando excepciones, serianlobos con pie! de cordero, autoritarios hasta Ia médula de SUS huesos. Semontaron sobre ci sistema educativo y adoctrinaron a las masas a to largode décadas. No lograron conser.'ar su hegemonia, que perdieron hasta cipunto de —con ci tiempo— desaparecer corno clase social y verse relegadosa! rot de reiquias socia!es de una burguesia advenediza, pero consiguierondeseuropeizar a los descendientes de los inmigrantes y engendrar unacultura "exótica" que eventualmente fue capitalizada pore! archienemigo deaquella oligarquia, Juan Domingo Perón.

13. C. Newiand, educaciôn primaria privada bajo el goblerno de LaNadón, 4 y 11 de diclembre de 1988 (trabajo premiado en el concurso de ensayo hlstónco de

La Naclón). Los textos citados provienen de una publicaciOn del menclonado colegio tituladaExamc o General (Buenos Atres, 1845) y de (a Gaceta Mercantil 6665, dcl 24 de noviembrede 1845.

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Para ilustrar esto, basta otra cita exhumada por Carlos Newland, esta vezde la Gaceta Mercantil, de 1845:

"Acostumbrados nosotros al estravagente y molesto ropaje eu-ropeo, que ordinariamente viste y disfraza, y la solapada cortesanía, eldoblez y el egoísmo, desdeñamos tal vez la sencillez de los trages nacionales,pero facilmente les cobraremos afecto al ver que el chiripá y el ponchocubren pechos generosos, y que son un vestido, a la vez, cómodo y bello. "13

Naturalmente que el texto de arriba es la expresión de una contradic-ción, y que, tal como lo señala Newland, ésta era "una reacción al espíritucosmopolita que había impregnado al período unitario". Pareciera, pues,que el ciclo cultural argentino fue de acciones y reacciones: posteriormente,la educación patriótica sería la reacción a los inmigrantes, y llegados aPerón, nos encontraríamos con numerosas manifestaciones de un folklo-rismo autóctono muy similares a la recién citada, cuya última expresión sonel poncho y las patillas de Menem.

Quienes vivieron condicionados por la educación rosista y por laestructura social originaria que he descripto más arriba no podían creerprofundamente en la democracia ni en la libertad. Entre ellos, elliberalísmopodía ser, a lo sumo, una moda intelectual que pasaría en cuanto suhegemonía se viera desafiada por el aluvión inmigratorio que a todo locambió, estructura social inclusive. A partir de ese momento, por el prestígioque el término "liberal" había adquirido, muchos de los integrantes de esesector social siguieron llamándose tales, pero salvando excepciones, seríanlobos con piel de cordero, autoritarios hasta la médula de sus huesos. Semontaron sobre el sistema educativo y adoctrinaron a las masas a lo largode décadas. No lograron conservar su hegemonía, que perdieron hasta elpunto de --con el tiempo- desaparecer como clase social y verse relegadosal rol de reliquias sociales de una burguesía advenediza, pero consiguierondeseuropeizar a los descendientes de los inmigrante s y engendrar unacultura" exótica" que eventualmente fue capitalizada por el archienemigo deaquella oligarquía, juan Domingo Perón.

13. C. Newland, "La educoción primaria privada bajo el gobierno de Rosas., I..aNadón, 4 y 11 de diciembre de 1988 (trabajo premiado en el concurso de ensayo histórico deLa Nadón). Los textos citados provienen de una publicación del mencionado colegio tituladaExamen General (Buenos Aires, 1845) y de la Gaceta Mercantil 6665. del 24 de noviembrede 1845.



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Refle,dones finales

Ese fue el paradojico final de esta historia que he contado sobre Iaevoluclón de los contenidos ideologicos de la educaciOn primaria entre1900y 1950.

Su primer motor tue Ia paranoia cultural, Ia reacción frente a loextranjero, el ansia de hegemonia, Ia intolerancia y (más especificamente,a un nivel más puntual) el antisemitismo (recordemos que el concepto deeducaciOn patriótica nació en Entre RIos; en Entre Rios se promulgo, muytempranamente, Ia primera constituciOn con cláusula de educaciOn nacio-nalista; y Entre Rios era Ia sede, no casualmente, de las grandes coloniasjudias y hogar de los famosos gauchos judlos).

Pero más profundamente, y acentuada por Ia presión cultural delaluvión inmigratorlo, en el principio estaba la necesidad cle crear unanacionalidad artificial a partir de un Estado que era, bIsicamente,un accidente histórico-politico. La nacionalidad era artificial: ya hedesarrollado el tema de cOmo un porteño se parecia más a un uruguayo quea un mendocino, un correntino tenia más en con un paraguayo quecon un tucumano, un jujeno compartia más con un boliviano que con unporteño, y un mendocino tenia més en con un chileno que con unentrernano (lo cual en gran medida sigue siendo cierto en todos los casos).Habia que crear una naciOn desde el Estado. V éste tue un problema que,en mayor o menor medida, cornpartieron todos los estados latinoameri-canos. Estos eran estados-naciones, no naciones-estados. En la Argentina.el nacionalismo se veria acentuado por Ia paranoia cultural generada por Iainmigración y por Ia gran prosperidad agro-exportadora, que fundamentômegalomanlas durante varias decadas. Pero en cierta medida, el problemabésico no tue peculiar a la Argentina. De ahi que sea de interés emprenderestudios comparativos de esta problemática, es decir, de Ia creación de lanaclón desde el Estado, aparato educativo mediante. Y como subtema,surge nItidamente el de los mOltiples y crónicos litigios limitrofes que hanproliferado en Ia regiOn y han servido para:

a. Alimentar un adoctrinamiento nacionalista basado en Ia diferen-ciaciOn con vecinos frecuentemente muy similares cultural y étnicamente,y para

b. Justificar abultados presupuestos rrülitares, en el contexto de unaregion caracterizada por Ia hipertrofia de las fuerzas armadas de sus palsesy por un ahIsimo protagonismo politico de sus militares.

Por otra parte, vale Ia pena destacar el contraste entre Ia necesidad

204 CARLOS EscUDE

Reflexiones finales

Ese fue el paradójico final de esta historia que he contado sobre laevolución de los contenidos ideológicos de la educación primaria entre1900 y 1950.

Su primer motor fue la paranoia cultural, la reacción frente a loextranjero, el ansia de hegemonia, la intolerancia y (más específicamente,a un nivel más puntual) el antisemitismo (recordemos que el concepto deeducación patriótica nació en Entre Ríos; en Entre Ríos se promulgó, muytempranamente, la primera constitución con cláusula de educación nacio-nalista; y Entre Ríos era la sede, no casualmente, de las grandes coloniasjudías y hogar de los famosos gauchos judíos).

Pero más profundamente, y acentuada por la presíón cultural delaluvión inmigratorio, en el principio estaba la necesidad de crear unanacionalidad artificial a partir de un Estado que era, básicamente,un accidente histórico-político. La nacionalidad era artificial: ya hedesarrollado el tema de cómo un porteño se parecía más a un uruguayo quea un mendocino, un correntino tenía más en común con un paraguayo quecon un tucumano, un jujeño compartía más con un boliviano que con unporteño, y un mendocino tenía más en común con un chileno que con unentrerriano (lo cual en gran medida sigue siendo cierto en todos los casos).Había que crear una nación desde el Estado. Y éste fue un problema que,en mayor o menor medida, compartieron todos los estados latinoameri-canos. Estos eran estados-naciones, no naciones-estados. En la Argentina,el nacionalismo se vería acentuado por la paranoia cultural generada por lainmigración y por la gran prosperidad agro-exportadora, que fundamentómegalomanías durante varias décadas. Pero en cierta medida, el problemabásico no fue peculiar a la Argentina. De ahí que sea de interés emprenderestudios comparativos de esta problemática, es decir, de la creación de lanación desde el Estado, aparato educativo mediante. Y como subtema,surge nítidamente el de los múltiples y crónicos litigios limítrofes que hanproliferado en la región y han servido para:

a. Alimentar un adoctrinamiento nacionalista basado en la diferen-

ciación con vecinos frecuentemente muy similares cultural y étnicamente,y para

b. Justificar abultados presupuestos militares, en el contexto de unaregión caracterizada por la hipertrofia de las fuerzas armadas de sus paísesy por un altísimo protagonismo político de sus militares.

Por otra parte, vale la pena destacar el contraste entre la necesídad




que enfrentaron los estados tatinoamericanos, de crear naciones artificiales,y Ia necesidad que enfrentO Aiernania en el siglo XIX, de crear un Estado apartir de un nación preexistente, con una vigorosa y rica cultura. EnAlemania tambien se adoctrinO intensamente en pos de Ia unidad, como legustaba recordar at inspector Andrés Ferreira. También aHi se engendroautoritarismo, militarismo e intolerancia. Sin embargo, Ia creatividad de Lacultura y el dinarnismo econOmico no fueron abortados, quizas porque nohubo necesidad de inventar una cultura nadonal (que es algo que no sepuede improvisar sin anestesiar), sino que ésta ya estaba alli, muy sOlida, ricay antigua, relativamente diferenciada cle las culturas no alemanas que Iacircundaban: solo se precisaba enfatizar y alimentar esa cultura paraapuntalar Ia unidad politica.

De cualquier modo, cualquiera sea Ia validez de esta conjetura, locierto es que en Alemania se generó autoritarismo (y en ésto el caso separece al argentino) sin castrar a La cultura de su creatividad y dinamismoeconómico (yen ésto el caso coritrasta nitidamente con el argentino). Desdeel punto de vista de Ia seguridad intemacional, ésto es tanto peor, tanto máspeligroso que el caso argentino, y ambas guerras mundiales son testigo deello.

Por otra parte, después de haber pasado revista a medio siglo degestaciOn cultural en Ia Argentina, sabemos que estos fenOmenos culturalesponen en movimiento fuerzas poderosas, a menudo incontrolables y encierta medida misteriosas y autoperpetuantes. Es posible que La culturagenerada por las fuerzas de ocupación en Alemania Occidental hayaproducido una democratizaciOn auténtica, pero en definitiva nose sabe. Laque si se sabe es que más de cuatro décadas de ocupación y divisiOn deAlemania en dos estados separados con regImenes y culturas politicasopuestas no bastaron para neutralizar el impulso cultural hacia Ia reunifica-don.

Y también se sabe que, a pesar de los presuntos sentimientos deculpa por los masivos crimenes de guerra, en Ia democrática AlemaniaOccidental La ocupaciOn de mâs de cuatro décadas no ha alcanzado paraneutralizar el irredentismo frente a los territorios perdidos durante Ia guerradel lado oriental: también en su irredentisrno territorial el caso alemán seasemeja a! argentino. Las publicaciones distribuidas gratuitamente por elgobiemo de Ia Repáblica Federal enfatizan Ia injusticia de La pérdida dePrusia Oriental, Silesia y partes de Pomerania y Brandenburgo. Y aunqueel gobierno de La Democrática firmó con Polonia el tratado deGorlitz, reconociendo como definitiva a Ia linea Oder-Nelsse, en julio de

EL. FRACASO DEL PROYECTO ARGENTINO 205

que enfrentaron los estados latinoamericanos, de crear naciones artificiales,y la necesidad que enfrentó Alemania en el siglo XIX, de crear un Estado apartir de un nación preexistente, con una vigorosa y rica cultura. EnAlemania también se adoctrinó intensamente en pos de la unidad, como legustaba recordar al inspector Andrés Ferreira. También allí se engendróautoritarismo, militarismo e intolerancia. Sin embargo, la creatividad de lacultura y el dinamismo económico no fueron abortados, quizás porque nohubo necesidad de inventar una cultura nacional (que es algo que no sepuede improvisar sin anestesiar), sino que ésta ya estaba allí, muy sólida, ricay antigua, relativamente diferenciada de las culturas no alemanas que lacircundaban: sólo se precisaba enfatizar y alimentar esa cultura paraapuntalar la unidad política.

De cualquier modo, cualquiera sea la validez de esta conjetura, locierto es que en Alemania se generó autoritarismo (y en ésto el caso separece al argentino) sin castrar a la cultura de su creatividad y dinamismoeconómico (y en ésto el caso contrasta nítidamente con el argentino). Desdeel punto de vista de la seguridad internacional, ésto es tanto peor, tanto máspeligroso que el caso argentino, y ambas guerras mundiales son testigo deello.

Por otra parte, despuésde haber pasado revista a medio siglo degestacióncultural en laArgentina, sabemosqueestosfenómenosculturalesponen en movimiento fuerzaspoderosas,a menudoincontrolablesy encierta medida misteriosasy autoperpetuantes. Es posible que la culturagenerada por las fuerzas de ocupación en Alemania Occidental hayaproducido una democratización auténtica, pero en definitiva no se sabe. Loque sí se sabe es que más de cuatro décadas de ocupación y divisióndeAlemania en dos estados separados con regímenes y culturas políticasopuestas no bastaron para neutralizar el impulso cultural hacia la reunifica-ción.

y también se sabe que, a pesar de los presuntos sentimientos deculpa por los masivos crímenes de guerra, en la democrática AlemaniaOccidental la ocupación de más de cuatro décadas no ha alcanzado paraneutralizar el irredentismo frente a los territorios perdidos durante la guerradel lado oriental: también en su irredentismo territorial el caso alemán se

asemeja al argentino. Las publicaciones distribuidas gratuitamente por el

gobierno de la República Federal enfatizan la injusticia de la pérdida dePrusia Oriental, Silesia y partes de Pomerania y Brandenburgo. Y aunqueel gobierno de la República Democrática firmó con Polonia el tratado deGorlitz, reconociendo como definitivaa la línea Oder-Neisse, en julio de



206 CARLOS ESCUDE

1950, y a pesar de que el gobierno de la RepOblica Federal ratificó estafrontera en diciembre de 1970, a! firmar con Polonia el tratado de Varsovia,el mismo gobierno de Ia RepOblica Federal ha señalado que solo actüa ennombre de Ia Repthlica Federal y que, por lo tanto, este tratado no puedeobligar a una Alemania reunificada.'4 Se sientan asi las bases parareivindicaciones y violencias futuras, pero en el contexto no ya de unarepubliqueta sino de una gran potencia. es el contenido irreden-tista de Ia educación alemana? Esta es una pregunta que urgeresponder, y que debe tenerse en cuenta en las decisiones que, enel futuro próximo, se tomen en Washington, Moscá, Londres yParis respecto de Ia posible reunificación alemana. La SegundaGuerra Mundial debe ser un recordatono, obvio, de lo que es capazAlemania. A su vez, Ia guerra de las Malvinas debe ser un recorda-torio, menos obvio, del potencial de irracionalidad y locurapresenteen una cultura patológica e irredentista. Y estudios cornoel presente deben servir para volver al estudio de Ia cultura, unay otra vez, no sOlo con el objeto de comprender procesos socio-económicos y politicos, sino también para Ia toma de dedsionesde enorme significación histórica desde los grandes centros depoder.

Las ideas son una fuerza poderosa, pero sOlo cuando se constituyenen parte de La cultura, y ésto se puede conseguir artificialmente mediante elaparato educativo y, contemporáneamente, mediante Los medios de comu-nicación masiva. Desde este punto de vista, y como observara ya en el"PrOlogo", Ia fuerza poderosa no está necesariamente en las ideas de losgrandes pensadores, sino en las ideas que se difunden por estos medios, quesuelen ser ideas pequenas, las ideas de un Picarel ode un Perón. Al estudiode estas ideas debiera dirigirse prioritariamente La historia de las ideas, paracontribuir a Ia cornprensión de Ia irracionalidad corno elemento inteM-niente en Ia gestación de algunos procesos politicos de enorme importanciapara el futuro de la humanidad.

El estudio del caso argentino asusta. En verdad, cuando uno seenfrenta con la paranoia cultural de las clases dirigentes argentinas deprincipios de siglo, cornienza atribuyéndoles responsabilidad en Ia gestaciônde Ia cultura exOtica que castro al pais. Pero a medida que uno secompenetra del detalle de estos procesos, yve cómo surgen, como hongos,

14. Ver por ejemplo La Realidad Alemana Verlagsgruppe Bertetsmann GmbH,1984, psg. 66-69.

206 CARLOS EsCUDE

1950, Ya pesar de que el gobierno de la República Federal ratificó estafrontera en diciembre de 197 O,al firmar con Polonia el tratado de Varsovia,el mismo gobierno de la República Federal ha señalado que sólo actúa ennombre de la República Federal y que, por lo tanto, este tratado no puedeobligar a una Alemania reunificada.14 Se sientan así las bases parareivindicaciones y violencias futuras, pero en el contexto no ya de unarepubliqueta sino de una gran potencia. ¿Cuál es el contenido irreden-tista de la educación alemana? Esta es una pregunta que urgeresponder, y que debe tenerse en cuenta en las decisiones que, enel futuro próximo, se tomen en Washington, Moscú, Londres yParís respecto de la posible reunificación alemana. La SegundaGuerra Mundial debe ser un recordatorio, obvio, de lo que es capazAlemania. A su vez, la guerra de las Malvinas debe ser un recorda-torio, menos obvio, del potencial de irracionalidad y locurapresente en una cultura patológica e irredentista. Y estudios comoel presente deben servir para volver al estudio de la cultura, unay otra vez, no sólo con el objeto de comprender procesos s,ocio-económicos y políticos, sino también para la toma de decisionesde enorme significación histórica desde los grandes centros depoder.

Las ideas son una fuerza poderosa, pero sólo cuando se constituyenen parte de la cultura, y ésto se puede conseguir artificialmente mediante elaparato educativo y, contemporáneamente, mediante los medios de comu-nicación masiva. Desde este punto de vista, y como observara ya en el"Prólogo", la fuerza poderosa no está necesariamente en las ideas de losgrandes pensadores, sino en las ideas que se difunden por estos medios, quesuelen ser ideas pequeñas, las ideas de un Picarel o de un Perón. Al estudiode estas ideas debiera dirigirse prioritaria mente la historia de las ideas, paracontribuir a la comprensión de la irracionalidad como elemento intervi-niente en la gestación de algunos procesos políticos de enorme importanciapara el futuro de la humanidad.

El estudio del caso argentino asusta. En verdad, cuando uno seenfrenta con la paranoia cultural de las clases dirigentes argentinas deprincipios de siglo, comienza atribuyéndoles responsabilidad en la gestaciónde la cultura exótica que castró al país. Pero a medida que uno secompenetra del detalle de estos procesos, y ve cómo surgen, como hongos,

14. Ver por ejemplo La Realidad Alemana, Verlagsgruppe Bertelsmann GmbH,1984, pág. 66-69.




pioneros del nacionalismo en las localidades más remotas, que reaccionanfrente a Ia presencia del inmigrante invasor, uno se pregunta qué vieneprimero, el huevo o Ia gallina. esta cultura exótica el producto delproyecto positivista de ingenieria cultural, que racionalmente engendroirracionalidad, o es ese proyecto el producto de algo que ya estaba all, quesurgia "desde las entrañas mismas de Ia tierra", y que reaccionaba frente aIa cultura extranjera? Dilema imposible de resolver, Ia respuesta es quizásuna combinación de ambas cosas, "masa critica" mediante. Los r.acionalis-tas, en su exotismo, usan frecuentemerite conceptos antropomorficos ymetafisicos para referirse a Ia "Nación" y al "Ser Nacional", los cuales ensu ideologia serlan una gestalt superior a La suma de sus partes (y de ahi Iaconsecuencia autoritaria de que cI individuo está moral, juridica y esen-cialmente subordinado a esos entes). Es como si creyeran que una naciónposee el equivaIente del sisterna nervioso de un individuo, que es un enteorgânico superior a Ia surna de sus células y órganos: el "Ser Nacional" setorna antropomórfico, y su sistema nervioso es una fantasia (o una hipotesis)metafisica. No obstante, cuando el más liberal de los hornbres penetra enlas entrañas de estas cuestiones. aiin mofândose de estos nacionalistas,siente a su pesar una duda inquietarite. ci 5cr Nacional? La preguntano tiene respuesta: es corno preguntar si Dios o el alma humana existen.Pero una cosa está para ml clara, y ésto es que, si ci Ser existe, ciargentino es muy pero muy feo. La Argentina posee un sustrato culturalperfectamente compatible con el autoritarismo y también con algónfundamentalismo sui En circunstancias de crisis y desesperanza,La opción por un regimen tal puede venir incluso por Ia via democrática.


pioneros del nacionalismo en las localidades más remotas, que reaccionanfrente a la presencia del inmigrante invasor, uno se pregunta qué vieneprimero, el huevo o la gallina. ¿Es esta cultura exótica el producto delproyecto positivista de ingenieria cultural, que racionalmente engendróirracionalidad, o es ese proyecto el producto de algo que ya estaba allí, quesurgía "desde las entrañas mismas de la tierra", y que reaccionaba frente ala cultura extranjera? Dilema imposible de resolver, la respuesta es quizásuna combinación de ambas cosas, "masa crítica" mediante. Los nacionalis-tas, en su exotismo, usan frecuentemente conceptos antropomórficos ymetafísicos para referirse a la "Nación" yal "Ser Nacional", los cuales ensu ideología serían una gestalt superior a la suma de sus partes (y de ahí laconsecuencia autoritaria de que el individuo está moral, juridica y esen-cialmente subordinado a esos entes). Es como si creyeran que una naciónposee el equivalente del sistema nervioso de un individuo, que es un enteorgánico superior a la suma de sus células y órganos: el "Ser Nacional" setorna antropomórfico, y su sístema nervioso es una fantasía (o una hipótesis)metafísica. No obstante, cuando el más liberal de los hombres penetra enlas entrañas de estas cuestiones, aún mofándose de estos nacionalistas,siente a su pesar una duda inquietante. ¿Existe el Ser Nacional? La preguntano tiene respuesta: es como preguntar si Dios o el alma humana existen.Pero una cosa está para mí clara, y ésto es que, si el Ser Nacional existe, elargentino es muy pero muy feo. La Argentina posee un sustrato culturalperfectamente compatible con el autoritarismo y también con algúnfundamentalismo sui géneris. En circunstancias de crisisy desesperanza,la opción por un régimen tal puede venir incluso por la vía democrática.



Estc libro Sc tcrrninO de imprimiren los Tallcrcs Grauficos LLTODAR,

Viol 1444, Capital Federalen ci mes do scticmbre do 1990

Este libro se terminó de imprimiren los Talleres Gráficos LITODAR,

Vie11444, Capital Federal. en el mes de seliembrc de 1990



capitulo vi epilogo, conjeturas fracaso del... · vanagloria de que en este (imaginario) perimetro...

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