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213 Se ha escrito mucho sobre el tema del manejo de semillas, propagación y prácticas de viveros de árboles tropicales. Las contribuciones más significativas se incluyen en el Apéndice F y en la bibliografía. Estos procesos son dinámicos, y cambian con las nuevas especies, materiales e ideas. Las prácticas entre proyectos o viveros varían enormemente, debido a que los trabajadores de los viveros tienen distintos niveles de ingeniosidad, y más particularmente, debido a la falta de comunicación. Al principio, las plantaciones se establecían con plantones a raíz desnuda, pero la mortalidad excesiva en el campo hizo que se empezaran a usar envases para los eucaliptos y los pinos. Actualmente, debido al alto costo de los envases, se intenta volver al plantado a raíz desnuda, prestando más cuidado a la selección de las condiciones climáticas y a la técnica de plantado. La intención de este capítulo no es proporcionar una guía completa para la propagación de las especies madereras con potencial para los trópicos. Más bien, refiere al lector a las muchas y excelentes fuentes de información. Luego, bajo cada fase de la operación, se describen los comportamientos típicos o inusitados como indicio de lo que se puede esperar en las condiciones locales (Fig. 6-1). Planeamiento de una plantación La mayoría de los países de América tropical tienen interés en plantar bosques, el cual se manifiesta en sus leyes o en su política general. Este interés reconoce los Capítulo 6. Propagación y Plantación de Árboles beneficios que los bosques naturales y las plantaciones ofrecen: conservación del suelo, protección a las cuencas, preservación de la vida silvestre y producción de madera. El primer paso para la creación de estos bosques, la determinación del potencial de recursos, y la decisión de donde, cuando y cómo alcanzar esos potenciales, constituyen la función de la planificación de los recursos nacionales. El proceso de planificación de los recursos. La planificación depende mucho de los siguientes tipos de información sobre el ambiente físico de una región: 1. Mapas planimétricos del país entero, exactos y al día, a una escala suficientemente grande como para mostrar todas las características naturales con cierto detalle. 2. Mapas topográficos del país a una escala y con curvas de nivel a intervalos adecuados para localizar las cuencas y las clases de niveles que precisan los límites deseables de intensidad de uso de la tierra. 3. Mapas de suelos con detalles adecuados y descripciones para diferenciar, con base en la estabilidad, profundidad y potencial productivo del suelo, las regiones más apropiadas para el cultivo de alimentos, forraje, bosques productivos y bosques protectores del suelo, agua y biodiversidad. 4. Requerimientos futuros de agua, ubicación y extensión de los principales recursos de agua superfi- cial, subterránea y embalses. 5. Ubicación de zonas en riesgo actual y potencial de inundación; daño previsible a sistemas de irrigación, terrenos de cultivos principales, infraestructuras urbanas, comerciales e industriales. 6. Datos de precipitación, incluyendo registros a largo plazo e intensidad de las tormentas. 7. Fotografías aéreas recientes, con traslapo estereoscópico, adecuadas para trazar el mapa de cobertura forestal, y si es posible, de los tipos principales de bosques, tanto comerciales como no comerciales. 8. Tasas actuales y previsibles de extracción de madera a nivel nacional, deforestación y reforestación; Fig. 6–1. Reforestación a gran escala con plantaciones industriales; un objetivo a largo plazo en el sur de Brasil.

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Propagación y Plantación de Árboles

Se ha escrito mucho sobre el tema del manejo desemillas, propagación y prácticas de viveros de árbolestropicales. Las contribuciones más significativas seincluyen en el Apéndice F y en la bibliografía. Estosprocesos son dinámicos, y cambian con las nuevasespecies, materiales e ideas. Las prácticas entreproyectos o viveros varían enormemente, debido a quelos trabajadores de los viveros tienen distintos niveles deingeniosidad, y más particularmente, debido a la faltade comunicación. Al principio, las plantaciones seestablecían con plantones a raíz desnuda, pero lamortalidad excesiva en el campo hizo que seempezaran a usar envases para los eucaliptos y lospinos. Actualmente, debido al alto costo de los envases,se intenta volver al plantado a raíz desnuda, prestandomás cuidado a la selección de las condicionesclimáticas y a la técnica de plantado.

La intención de este capítulo no es proporcionar unaguía completa para la propagación de las especiesmadereras con potencial para los trópicos. Más bien,refiere al lector a las muchas y excelentes fuentes deinformación. Luego, bajo cada fase de la operación, sedescriben los comportamientos típicos o inusitadoscomo indicio de lo que se puede esperar en lascondiciones locales (Fig. 6-1).

Planeamiento de una plantaciónLa mayoría de los países de América tropical tieneninterés en plantar bosques, el cual se manifiesta en susleyes o en su política general. Este interés reconoce los

Capítulo 6.Propagación y Plantación de Árboles

beneficios que los bosques naturales y las plantacionesofrecen: conservación del suelo, protección a lascuencas, preservación de la vida silvestre y producciónde madera. El primer paso para la creación de estosbosques, la determinación del potencial de recursos, yla decisión de donde, cuando y cómo alcanzar esospotenciales, constituyen la función de la planificaciónde los recursos nacionales.

El proceso de planificación de los recursos. Laplanificación depende mucho de los siguientes tipos deinformación sobre el ambiente físico de una región:

1. Mapas planimétricos del país entero, exactos y al día,a una escala suficientemente grande como paramostrar todas las características naturales con ciertodetalle.

2. Mapas topográficos del país a una escala y concurvas de nivel a intervalos adecuados para localizarlas cuencas y las clases de niveles que precisan loslímites deseables de intensidad de uso de la tierra.

3. Mapas de suelos con detalles adecuados ydescripciones para diferenciar, con base en laestabilidad, profundidad y potencial productivo delsuelo, las regiones más apropiadas para el cultivo dealimentos, forraje, bosques productivos y bosquesprotectores del suelo, agua y biodiversidad.

4. Requerimientos futuros de agua, ubicación yextensión de los principales recursos de agua superfi-cial, subterránea y embalses.

5. Ubicación de zonas en riesgo actual y potencial deinundación; daño previsible a sistemas de irrigación,terrenos de cultivos principales, infraestructurasurbanas, comerciales e industriales.

6. Datos de precipitación, incluyendo registros a largoplazo e intensidad de las tormentas.

7. Fotografías aéreas recientes, con traslapoestereoscópico, adecuadas para trazar el mapa decobertura forestal, y si es posible, de los tiposprincipales de bosques, tanto comerciales como nocomerciales.

8. Tasas actuales y previsibles de extracción de maderaa nivel nacional, deforestación y reforestación;

Fig. 6–1. — Reforestación a gran escala conplantaciones industriales; un objetivo a largo plazo enel sur de Brasil.

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Capítulo 6

importaciones y exportaciones de productosforestales y las tendencias del consumo interno.

9. Productividad de las plantaciones forestalesexistentes con distintas especies de árboles, en unavariedad de sitios dentro del país, o bajo condicionessemejantes en otras partes.

En la mayor parte de la región existen suficientes datossobre estos recursos como para hacer que laplanificación pueda hacerse en forma confiable. Enalgunas zonas, los datos se almacenan en sistemasautomatizados de información geográfica (GeographicInformation Systems - GIS). Los siguientes pasosdeberían conducir a la selección de los terrenos quemás necesitan de plantaciones forestales:

• Para mostrar y sintetizar aspectos relevantes de laevaluación y selección del sitio se debe usar mapascon una misma escala.

• Las clases de nivel se deben identificar para delineartentativamente las zonas que: 1) son apropiadas parala agricultura mecanizada, 2) pueden ser cultivadasde manera continua o periódicamente, 3) requierenuna cobertura vegetativa permanente, 4) se puedendedicar al pastoreo continuo, 5) deben estarprotegidas por cobertura boscosa, 6) se puede extraerla madera y 7) no se deben modificar para proteger alsuelo, agua o recursos genéticos.

• Se pueden añadir datos más precisos sobre grupos otipos de suelos, a medida que aparecen nuevoscriterios para definir límites seguros de intensidad deuso de la tierra, según clases de nivel. Laproductividad posible de varias actividades agrícolasy forestales es particularmente importante.

• Las áreas que proporcionan un abastecimiento críticode agua, y sus cuencas tributarias, se puedenconsiderar una restricción complementaria para laintensidad de uso de la tierra.

• Estos datos se pueden sintetizar para generar unmapa provisional de suelos forestales de la nación,mostrando todas las zonas que deben ser forestadas,para garantizar los valores que la cobertura forestalayuda a mantener. Las prioridades del mantenimientode la cobertura forestal se deben regir por lapendiente, tipo de suelo, disponibilidad de agua oecosistemas poco usuales.

• Se deben calendarizar los requerimientos de maderapara uso nacional (y de ser posible, los deexportación), con suficiente antelación como parapermitir una meta de producción realista y unarotación arbórea basada en las tendencias actuales.

• La experiencia generada sobre productividad delbosque y de plantaciones se puede usar paraencontrar terrenos capaces de cumplir con las metasde producción.

• Se debe dar prioridad a las propuestas deplantaciones forestales basadas en el potencialproductivo y uso actual del terreno (disponibilidad,suficiencia de la cobertura vegetal, potencial deregeneración natural adecuada y facilidad deestablecimiento de la plantación).

Un análisis como este, por lo general identifica unamayor cantidad de terrenos deforestados manejables,que la necesaria para cumplir con las metas deproducción de madera. Los sitios más productivos sedeben seleccionar, con base en un manejo intensivo,tanto de los bosques naturales como de las plantacionesmadereras. Se puede permitir que el resto vuelva areforestarse naturalmente, a excepción de donde hayproblemas de cuencas o erosiones severas, que quizásrequieran el desarrollo rápido de una coberturaprotectora.

La producción maderera puede ser menos competitivaeconómicamente que la producción intermitente dealimentos y forraje, en parte debido al costo detransportar grandes volúmenes de material voluminoso,como la madera. Este problema, sin embargo, se puedemitigar si se concentra la producción de madera enzonas donde las facilidades de procesamiento existen, ose pueden establecer sin mucho problema. Estudiosefectuados en México llevaron a la conclusión queninguna plantación de madera comercial se deberíaubicar a más de 75 km de la planta de procesamiento(González y Navarro 1978a). Bajo estas circunstancias,es posible que una fuente continua de madera, añadidaal valor del tratamiento primario y secundario, excedael valor de los productos agrícolas, particularmente losque son de carácter marginal.

Los mejores sitios para la producción de madera puedenya estar cubiertos con bosques naturales. Si losinventarios demuestran que estos son adecuados paracosechas futuras, la plantación es innecesaria; de otro

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Propagación y Plantación de Árboles

Cuadro 6–1.—Capacidad de uso de la tierra en Brasil

Clase de uso apropiado*Uso sostenible I II III IV V VI VII VIII

Cultivo sin restricción XCultivo con prácticas de conservación

Simple X XComplejo X X X

Cultivo infrecuente X X X X

Forraje sin restricción X X X X XForraje con prácticas de conservación

Moderado X X X X X XComplejo X X X X X X X

Bosques productivos X X X X X X XVegetación natural, vida silvestre X X X X X X X X

Fuente: Lupatelli 1978.

Nota: Los números romanos corresponden a las clases de uso; si bien hay diferentes definiciones, el número l corresponde a laclase más versátil y el VIII a la menos.

modo, se podría plantar bajo dosel comenzando con losmejores sitios (sitios donde se encuentran los peoresrodales, suponiendo que mientras tanto, en los sitios conmejores condiciones la regeneración natural hará eltrabajo).

Un problema común es la falta de una distinción claraentre terrenos forestales buenos y terrenos marginalespara propósitos agrícolas, particularmente el pastoreo.Siempre que sea posible, se deben hacer distincionesmuy claras, y asignar al cultivo forestal los mejoresterrenos que claramente no son idóneos para laagricultura. En terrenos marginales, los cultivosforestales podrían, en un momento dado, ser destruidospor cultivos agrícolas, aún eventuales; por lo tanto, sucontribución a la demanda nacional de madera esdudosa. En tales zonas, una práctica mixta —producción de alimentos, forraje y cultivos de fibra encombinación armoniosa, simultáneos o sucesivos—quizás sea la más apropiada. La cantidad de maderaque estas prácticas puedan suministrar, más allá de lasnecesidades locales dependerá del número y calidad delos árboles en la mezcla. Con base en estos principiosgenerales, Lupatelli (1978) elaboró ocho clases decapacidad para los suelos de Brasil (Cuadro 6-1).

En el Brasil tropical (excluyendo Paraná, Río Grande doSul y Santa Catarina), los cultivos ocasionales

constituyen la intensidad de uso máxima aceptable en el65 % de los suelos (Cuadro 6-2). La producción deárboles es apropiada en el 98 % de los terrenos.

Si se combinan las clases V a VII, el resumen nodistingue entre terrenos para forraje y para producciónde fibra, lo que podría provocar un conflicto entre losdos usos. Sin embargo, no debe de ser serio porque losrequerimientos madereros actuales de Brasil,aparentemente pueden ser satisfechos con plantacionesbien manejadas en menos del 15% de los terrenos enestas tres clases. El hecho de que gran parte de Brasil,incluyendo gran parte de la Cuenca del Amazonas, seclasifica como terrenos apropiados para “el cultivoocasional”, indica la extensión futura de la agriculturamigratoria, o alguna forma de sistema agroforestal queproduce árboles en combinación con otros cultivos.

Este proceso de planificación puede parecer irrelevantea un forestal encargado de plantar árboles en laderasdeforestadas. Sin embargo, tal encargo a menudo noestá basado en una planificación sólida, y por lo tantopuede ser erróneo. Los sitios seleccionados pueden serdemasiado pobres como para producir madera útil, odemasiado inaccesibles para cosecharla; o de repente,después de un tiempo aceptable, el sitio se reforeste demanera natural. Puede también que las especiesseleccionadas no son aptas para el sitio, o inapropiadas

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Capítulo 6

Cuadro 6–2.—Extensión de terreno por tipo de uso en el trópico brasileño

Área de terrenoExtensión Proporción

Límite de uso sostenible Clase de capacidad de uso* (miles km2) (%)

Cultivos continuos I–III 640 8Cultivos ocasionales IV 4,500 57Producción de forraje o árboles VII 2,650 33Cobertura de vegetación nativa VIII 130 2

Fuente: Lupatelli 1978.

* Los números romanos corresponden a las clases de uso; si bien hay diferentes definiciones, el número l corresponde a laclase más versátil y el VIII a la menos.

para el mercado eventual. Aún una revisión superficialde los aspectos de la planificación sugiere que sepueden hacer mejoras importantes. La planificación esesencial para el éxito de la plantación.

Establecimiento de plantaciones forestales. Una vezque se ha seleccionado el lugar de plantación, se debedecidir la tasa de plantación. Si el propósito essolamente proteger los recursos del suelo y agua, cuantomás pronto se termine el proyecto tanto mejor. Pero si loque se busca es alcanzar un rendimiento sostenido demadera, o ensayar algunas técnicas, se puede comenzarplantando pequeños experimentos y gradualmentealcanzar una tasa de 1/n de la superficie por año (siendo‘n’ el número de años que necesitan los árboles paramadurar). El resultado debería ser una secuencia declases de edades que producirán una cosecha anualsostenible en una fecha posterior.

La superficie del proyecto se debe dividir encompartimentos de corta, generalmente no mayores quela tasa de 1/n del área total, o sea, lo plantado en unaño. Para facilitar su identificación, los compartimentosdeben tener límites de características estables, como porejemplo, arroyos, colinas, cambios identificables,caminos permanentes. Puesto que estos límites sonirregulares, los compartimentos tendrán distintas superfi-cies, pero este es un inconveniente menor, comparadocon la gran ventaja de poder identificar los límites sinnecesidad de construir monumentos o efectuar talas enhileras.

Se necesitará una red vial permanente que garantice elacceso a trabajadores y equipos a cada compartimento.Esta red sirve no sólo para el plantado, sino también

para las prácticas de manejo y aprovechamiento. Enpartes de México, estas redes de caminos son vitalespara el control de incendios (González y Navarro1978a). Quizás se necesite hasta 1 km de caminos porcada 20 ha de bosque (Mathus Morales 1978b). En laplanificación de los distintos compartimentos, laaccesibilidad puede ser tan significativa como la calidaddel sitio.

La capacitación formal de todo el personal involucradoen la plantación es de gran beneficio para lasoperaciones. Todos los trabajadores deben estar al tantode la importancia futura, tanto a nivel regional comonacional, de la plantación y sus productos; debencomprender que el éxito depende de su trabajo personaly deben saber las razones por las cuales se efectúa cadaoperación y la manera correcta e incorrecta deefectuarla. Se deben aceptar y usar medidas y equiposde seguridad. Los trabajadores a todos los niveles debenparticipar en la planificación y definición de las normasde trabajo y se les debe ofrecer incentivos por un buendesempeño, incluso en materia de seguridad. Estostemas preliminares no son superfluos y son tan críticospara los proyectos pequeños y remotos como paracualquier otro.

Los programas de plantación en los trópicoscomúnmente proceden sin haber conocido y analizadootras experiencias. Como resultado, las prácticas varíande lugar a otro, aún dentro de un mismo país, sin razónaparente, aparte de la falta de comunicación. Algunaflexibilidad y variación es indudablemente sana, perolas variaciones por lo general van en detrimento de losmenos informados.

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Propagación y Plantación de Árboles

Material de plantación

Material silvestre. El uso de material silvestre —plántulas presentes en los bosques— evita el costo decoseguir semillas y propagarlas en vivero, y permite unacoordinación precisa entre la obtención del material yla plantación del mismo. Sin embargo, no es unapráctica común pues en general no se encuentra unaregeneración abundante o accesible de la mayoría delas especies. A medida que la superficie dedicada aplantaciones tropicales se expande, estos problemaspodrían disminuir, pero el uso de material silvestrelimita las posibilidades de mejorar los árboles mediantela selección genética, de modo que su uso quizás seaadecuado en condiciones especiales solamente.

El uso de material silvestre para plantación ha sidocomprobado con muchas especies. En el este de Nige-ria, por ejemplo, las plántulas de Gmelina arborea seadaptaron bien tanto en vivero como en el campo; enconsecuencia, los viveros se cerraron y se ahorró unaimportante cantidad (Anón. 1958c). La regeneración deTabebuia heterophylla, una especie pionera agresiva, yde Swietenia macrophylla se han usado extensamenteen Puerto Rico. En las colinas de Malasia, laregeneración de dipterocarpáceas también se ha usadocon éxito para plantaciones de enriquecimiento en losbosques (Gill 1970, Tang y Wadley 1976a).

Terminalia myriocarpa se ha propagado con éxitosimplemente fomentando la regeneración natural (Das1937). Se obtuvo un buen cultivo de plántulas talando elbosque alrededor de árboles semilleros y haciendosurcos para recibir las semillas; cuando las plántulasalcanzaron un tamaño aceptable se trasplantaron aclaros del bosque. Esta práctica se consideró menoscara que la regeneración artificial convencional. Unaprofusa regeneración se produjo al aclarar el suelo bajoárboles remanentes de Cedrelinga catenaeformis enPerú (Anón. 1985h). El uso de plántulas de un mes deedad de Avicennia officinalis en sitios sujetos a mareasdel litoral de Paquistán puede ser exitoso si al sacar laplántula no se dañan las raíces (Howlander 1971).

Adquisición de semillas. Los problemas de adquisiciónde semillas en los trópicos son internacionales; Kamra(1973) hablaba de los problemas en Asia, los cualesparecen ser típicos de la América tropical también. Haynecesidad de grandes cantidades de semillas, de unsistema de información que canalice las solicitudes a lasmejores fuentes disponibles, y de prácticas de ensayo y

almacenaje confiables. También se necesitan serviciosde certificación de semillas y técnicos capacitados.

Desde hace tiempo se ha reconocido que existen “añossemilleros” para los árboles tropicales, pero en lamayoría de los casos este patrón no ha sido bienexplicado ni es previsible. Como ya se dijo, la floracióny fructificación de muchas especies no se correlacionanbien con el clima. Se ha supuesto que una fructificaciónpoco usual es una reacción a la depredación de lassemillas por los animales. El hecho es que para algunasespecies se deben acumular las semillas de más de unacosecha durante los años en que las semillas sonabundantes para producir un cultivo de plántulas.

La estación de fructificación es más regular que laocurrencia de años semilleros. La estación es críticapara la colección, porque pocos frutos o semillas sonfáciles de recoger o son viables por largo tiempo,después de haber caído. Las coníferas de Méxicoilustran este punto (Hinds y Larsen 1961); allí los pinosestán distribuidos a través de 12° de latitud, y sin em-bargo, la recolección de semillas se puede hacer du-rante dos meses aproximadamente.

El híbrido Mysore de Eucalyptus tereticornis de la Indiaflorece dos veces al año, de mayo a junio y de octubre anoviembre (Lohani 1978). E. grandis en Uganda(Kingston 1974) florece y fructifica más de una vez alaño. Algunos árboles florecían o fructificaban muchoantes que los demás.

Casuarina equisetifolia de Orissa y Bombay, India,florece de febrero a abril y de setiembre a octubre; losfrutos maduran entre mayo y junio, y entre noviembre ydiciembre (Kesarcodi 1951g, Sharma 1951). En PuertoRico, esta especie fructifica de enero a abril y de julio anoviembre. La mejor cosecha de conos de Araucariahunsteinii en Papúa - Nueva Guinea ocurre entre finesde setiembre y principios de octubre (Havel 1965). EnYangambe, antiguo Zaire, algunas semillas de Musangasmithii, una especie muy parecida a Cecropia peltata,siempre están disponibles, pero la caída de semillasocurre principalmente de julio a setiembre (Kesler1950).

Estas son unas pocas ilustraciones de la variabilidad dela producción estacional de semillas de lugar en lugar ypor especie. Debido a que la variación también ocurrede año en año, los tiempos de cosecha de una región noson indicios confiables para otra. Por lo tanto, se deben

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Capítulo 6

compilar registros fenológicos para cada especie yregión.

La necesidad de seleccionar áreas apropiadas para larecolección de semillas se reconoció desde hace tiempo(Kesarcodi 1951b). Desde luego, un requisito previo eselegir una zona donde las semillas sean abundantes. Lassemillas de los pinos mexicanos, por ejemplo, son másabundantes en los bosques abiertos talados que en losbosques vírgenes (Hinds y Larsen 1961). Unaconsideración igualmente importante es la variación enla calidad del árbol de un lugar a otro; aún lasvariaciones que sólo reflejan los mejores sitios son deinterés porque implican potencialidades que nonecesariamente se dan en otras partes. Los buenos sitiosdeben estar casi libres de enfermedades. Además, si elsitio que va a ser plantado es especialmente adverso, lomejor será recoger semillas de sitios similares, porque esposible que la tolerancia a tales condiciones varíe conla especie.

La selección de árboles madres superiores (árbolessemilleros femeninos) se ha recomendado desde hacetiempo, debido a las numerosas característicasheredadas que afectan la calidad y rendimiento de laprogenie (Kesarcodi 1951b, Tang y Wadley 1976a). Porejemplo, las plántulas de S. macrophylla provenientesde semillas de árboles semilleros “plus” eran superioresa las plántulas provenientes de otros árboles, endiámetro, altura y peso seco a los diez 10 meses deedad (Zabala 1978).

En Papúa - Nueva Guinea se han seleccionado rodalesde árboles plus para recolectar semillas de teca (Tectonagrandis), por lo menos hasta que se cuente con huertossemilleros adecuados (White y Cameron 1965). Paraque un rodal de teca sea aceptable como plus, debetener al menos ocho años y un alto porcentaje deárboles vigorosos de buena forma, con un fustecomercial de al menos 12 m. Donde no hay rodales plusdisponibles, los rodales mejores que el promedio se hanraleado a 200 árboles por hectárea; o como últimamedida, se ralea un rodal promedio a 400 árboles porhectárea.

En Ghana, las semillas de algunos árboles de Cedrelaodorata germinaron mucho antes que los lotessemilleros en general (Jones, N., 1968). Porconsiguiente, la identificación y selección de tales

árboles madres podría permitir una germinación másrápida y un cultivo de plantones más uniforme.

La selección de árboles madres que producen una grancantidad de semillas ofrece ventajas múltiples. No soloconstituyen una buena fuente de semillas, pero siademás, estas son de buena calidad, su progenietambién podría ser de buena calidad y prolífica encuanto a producción de semillas.

El mejoramiento genético de árboles madres no debeiniciarse sino hasta que el árbol alcance la edad mínimaen que empieza a producir semillas fértiles. Con lasespecies de crecimiento rápido, este período es tancorto como 2 a 3 años para Anthocephalus chinensis,Leucaena leucocephala y E. deglupta; de 3 a 4 añospara Ochroma lagopus (Nair 1953); 5 años para E.tereticornis (Lohani 1978) y aún más para S.macrophylla.

La determinación del momento preciso de maduraciónde las semillas es crítico, tanto para los costos deplantación como para la calidad de la semilla. Cuantomás temprano se puedan recoger las semillas, tantomejor se capitaliza la recolección en masa directamentede los árboles, lo que permite establecer concertidumbre el parentesco y previniendo pérdidas pordepredación de la fauna herbívora.

El momento preciso para recoger las semillas dependede las características individuales de cada especie, y porlo tanto se deben determinar a nivel local. Con Cedrelaodorata en Ghana, las semillas recogidas hasta un mesantes de que se abrieran las cápsulas tenían la mejortasa de germinación, hasta 78% (Jones, N., 1968). Lassemillas de Cordia alliodora en Costa Rica demostraronuna buena germinación cuando se recogían tressemanas antes de la caída (Tschinkel 1967). En la India,las cápsulas de O. lagopus se han recogido apenasempiezan a abrirse (Nair 1953).

En las regiones tropicales, la práctica de recogersemillas de calidad es muy complicada, ya que requierede equipos especiales para subir a los árboles, laseparación de semillas por árbol madre, la observanciade medidas de seguridad y personal capacitado. Sedebe tener el cuidado de evitar daños al árbol semillero,o de sacar demasiadas ramitas, que podria afectar laproducción futura de semillas.

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Propagación y Plantación de Árboles

Tratamiento de las semillas. El proceso del limpiado delas semillas varía con la especie o grupos de especies. Elprimer paso generalmente es separar las semillas de losfrutos, seguido por el secado al aire. Con Cedrela, Pinusy Swietenia, el secado al aire de los conos o frutoslibera las semillas sin que se dañen, siempre que nohayan insectos y roedores. Con Casuarina equisetifolia,un problema grave es la pérdida de semillas por lashormigas.

Las semillas del bambú, debido al ataque inmediato delas aves, roedores, insectos u hongos en el suelo, sedeben sacudir sobre una sábana y tratarlas conpesticidas, antes de secarlas (Hadfield 1958).

La limpieza de semillas muy pequeñas presentaproblemas especiales. Las semillas de Eucalyptusgeneralmente se extraen de las cápsulas secas y dejancon fragmentos de las paredes interiores del carpelo.Pequeños lotes de las semillas sedosas de O. lagopus sepueden colocar en un tamiz grueso sobre el agua paraluego prenderles fuego y liberar las semillas (Holdridge1940b). Esta práctica podría, a la vez, aumentar lagerminación. Las semillas de Anthocephalus chinensis,17 000 por gramo (Pollard 1969), generalmente serecogen en Sabah a medida que caen los frutos, se lesdeja suavizar y luego se les macera. Para extraer lassemillas, los frutos macerados se frotan en un tamizgrueso y se muelen en un mortero, luego las semillas seseparan con un tamiz fino y se secan al aire.

La clasificación de semillas en el neotrópico está en suinfancia. Naturalmente, se necesitan estándares depureza y viabilidad; sin embargo, existen otrosimportantes criterios, como el tamaño. Aunque en laIndia (Venkataramany 1960a) algunos ensayos nomostraron superioridad para las semillas de las grandestecas, en México los ensayos con P. pseudostrobus var.oaxacana han demostrado que el tamaño de la semillaafecta la altura del plantón, el diámetro de loshipocotiledones y el largo de los cotiledones (CaballeroDeloya y Toral Chacón 1967). Estas diferenciasresultaron ser más pronunciadas después del segundomes.

La certificación de las semillas por una autoridadcalificada es esencial para efectuar plantacionesforestales responsables. Tales certificaciones debenespecificar lo siguiente: especie, variedad yprocedencia; normas de selección de los árboles; fechay región específica donde se colectó la semilla;

porcentaje de pureza, contenido de humedad, cantidadde semillas por unidad de peso y registro degerminación más reciente dando la fecha y la técnicausada. También se debe especificar que las semillasestán libres de enfermedades e insectos, indicando lafecha y tipo de fumigación aplicada.

Un procedimiento estándar para el ensayo de semillas,usado en Malasia para P. caribaea, es de utilidad gen-eral (Paul 1972). Se evalúan cinco atributos: 1)proporción de semillas aparentemente llenas (porcentajede pureza), 2) cantidad de semillas puras por kilogramo(peso de semillas), 3) proporción de semillas quecontienen núcleos (porcentaje de semillas llenas), 4)contenido de humedad de las semillas puras, 5)proporción de semillas que germinan. Los ensayos degerminación se pueden hacer sobre papel secante, ungénero absorbente, o un sustrato de arena de cuarzopura, con un pH de 6,0 a 7,0 (Paul 1972). El tamañocomún de una muestra es de 400 semillas, divididas en4 submuestras de 100 cada una.

Almacenaje de las semillas. Debido a la variabilidad eincertidumbre de la producción de semillas, se debemantener un inventario, siempre que sea posible, parael año siguiente; en consecuencia, la viabilidad de lassemillas se debe mantener al menos durante ese tiempo.¿Cómo se puede lograr eso? Los ensayos efectuados enlos trópicos confirman los descubrimientos de la zonatemplada, en cuanto a que el control de la temperaturay humedad son esenciales para prolongar la viabilidadde las semillas de la mayoría de las especies.

Las semillas de algunos árboles tropicales tienen unalarga vida bajo almacenaje. Existen registros de semillasde L. leucocephala que han germinado después de 99años, Albizia lebbek, después de 30 años, O. lagopus,después de 24 años (Dent 1942b). Sin embargo, lamayoría de las semillas (particularmente las de lostrópicos húmedos) pueden perder su energíagerminativa en unos meses.

Evans (1992) menciona dos aspectos en relación con lastemperaturas de almacenamiento de semillas: 1) lastemperaturas cercanas al punto de congelacióngeneralmente prolongan la viabilidad, 2) lasfluctuaciones de la temperatura son menos favorablesque las temperaturas constantes. Además, citando aTurnbull (1972b), afirma que las semillas que se secannaturalmente pueden aguantar temperaturas altasmucho mejor que las semillas con un alto contenido de

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Capítulo 6

humedad. Evans indicó que las semillas de ciertos pinosy eucaliptos, secadas hasta un contenido de humedaddel 4 al 8%, mantienen su viabilidad durante muchosaños, si se almacenan a temperaturas por debajo delpunto de congelación; no obstante, la mayoría de lassemillas se almacenan a 2-5°C.

Las semillas de Anthocephalus chinensis en Sabah,generalmente mostraron pobre germinación, a menosque se almacenen durante 6 meses (Pollard 1969). Lassemillas secas al aire, selladas y almacenadas a 5-10°C,mantuvieron su viabilidad durante dos años, pero no lasque no se sellaron.

Las semillas de Araucaria hunsteinii perecieron enmenos de un mes al aire libre y a la temperaturaambiente (Anón. 1958a, Havel 1965). Pero cuando lassemillas se secaron, sellaron y mantuvieron a 3°C, laviabilidad del 50% persistió hasta los 12 meses. Bajoestas mismas condiciones de almacenaje, y usandopapel secante para humidificarlas, se obtuvo unagerminación del 50%, después de 18 meses. Lassemillas de C. equisetifolia almacenadas en recipientesabiertos en la India mantuvieron su viabilidad por nomás de 12 meses (Sharma 1951).

En Mérida, Venezuela, semillas de Cedrela odorataalmacenadas a temperatura ambiente empezaron aperder viabilidad hacia el cuarto mes, y para el décimomes toda la viabilidad se había perdido (Lamprecht1956). Almacenadas en recipientes abiertos, pero a 5°C,la declinación no empezó hasta después de 12 meses;cuando se sellaron y se mantuvieron a temperaturaambiente, la declinación empezó entre cuatro y seismeses después, y sólo el 25% germinó después de 14meses. Las semillas selladas y a 5°C, mantuvieron la tasainicial de germinación hasta los 14 meses. El 50% de lassemillas de Cordia alliodora, selladas con un contenidode humedad del 12 al 18% y almacenadas a 5°Cpermanecieron viables después de un año (Tschinkel1967).

Las semillas de las dipterocarpáceas son relativamenteperecederas. Las semillas de dos especies de Shorea,que normalmente son viables durante sólo una semana,se almacenaron con éxito durante 3 o 4 semanas alreducir el contenido de humedad de 40% a 20 - 25%, yalmacenándolas luego a 16°C (Tang 1971).

En Nigeria, los ensayos demostraron que al reducir latemperatura hasta casi 0°C, la viabilidad de las semillas

de Khaya grandifolia y K. ivorensis se extiende de 6semanas a 3 años, Entandrophragma angolense de 6semanas a 6 años y Triplochiton schleroxylon de 4semanas a 2 años (Olatoye 1967).

Las semillas de Ochroma lagopus en la India, sealmacenaron con éxito hasta 18 meses en recipientessellados (Nair 1953). Las semillas de P. merkusii enFilipinas, se deterioraron 3 a 4 meses después atemperatura ambiente (Gordon et al. 1972), peroalmacenadas a 2°C y con un contenido de humedad del 6a 10% permanecieron viables hasta tres años. Laaplicación de calor seco durante cinco minutos a semillasfrescas de O. lagopus resultó en las siguientes tasas degerminación: con 30°C, 3%; 55°C, 19%; 76°C, 70%; 96°C,78%; 115°C, 42%; y 135°C, 1% (Vázquez-Yanes 1974). Alhervir las semillas de O. lagopus, no sólo aumentó lagerminación, sino que también se obtuvieron mejoresresultados después del almacenaje (Cuadro 6-3).

Las semillas de Swietenia macrophylla típicamentepermanecen viables casi tres meses al aire libre; pero a5°C, la viabilidad se mantiene por casi un año. Unensayo en Filipinas demostró los posibles beneficios delalmacenamiento sellado bajo tierra (López 1938). A los24 años, la tasa de germinación fue de 90%, comparadocon 86% para almacenaje abierto sobre tierra; perodespués de 132 días, la germinación fue de 72% paralas semillas almacenadas bajo tierra, en comparacióncon 4% para las almacenadas sobre tierra.

El uso de una solución del 0,1% de ácido hidroclóricohasta por 20 minutos para esterilizar las semillas de P.caribaea no las dañó (Hong y Ivory 1974). Elsumergimiento durante cinco minutos aumentó lagerminación seis meses después en un 20%.

Factores de germinación de semillas. La germinación delas semillas de la mayoría de especies de árbolestropicales no presenta problemas especiales. Lagerminación empieza unos pocos días después delsembrado y pronto se completa (Cuadro 6-4). Leucaenaleucocephala es una excepción, sin embargo, debido aque algunas semillas son muy duras, la germinaciónpuede tardar entre uno y cuatro años, según lo indicanexperiencias en Hawai (Akamine 1952). Las semillasfrescas de esta especie germinan a una razón de 44 a80% en cuatro meses y de 73 a 80% en ocho meses.

La mayoría de las semillas de Anthocephalus chinensisgerminan en cuatro a catorce días (Pollard 1969).

221

Propagación y Plantación de Árboles

Cuadro 6–3.—Efectos sobre la viabilidad de lainmersión de semillas de Ochroma lagopus en aguahirviendo

Inmersión Tiempo de almacenaje (% germinación)(segundos) 1 año 2 años 3 años

0 2 6 315 84 80 67

120 78 71 64240 60 64 56480 57 65 56960 25 44 38

1,920 5 6 2

Fuente: Vazquez-Yanes 1974.

Cuadro 6–4.—Tiempo de germinación de semillas deespecies arbóreas de Zambia

GerminaciónEspecies (dias después del sembrado)

Araucaria cunninghamii 7–19Callitris spp. 21–57Casuarina cunninghamiana 10–38Cryptomeria japonica 20–83Cunninghamia lanceolata 11–21Cupressus lusitanica 21–63Eucalyptus deglupta 19–117E. grandis 7–54Pinus elliottii 7–31P. kesiya 9–46P. patula 10–45P. taeda 10–90Tectona grandis 12–38

Fuente: Barrett 1973.Debido a su pequeño tamaño, deben ser comprimidasen el suelo húmedo, protegidas de la lluvia concoberturas de vidrio e irrigadas frecuentemente. Lassemillas de Swietenia macrophylla típicamentegerminan entre 13 y 27 días después de haber sidosembradas (Araujo 1970). La germinación de semillas debambú, generalmente lleva de 2 a 6 semanas (Hadfield1958).

El potencial de germinación de la mayoría de lasespecies forestales tropicales es alto, 85% o más (Araujo1970). Sin embargo, si las semillas se maltratan durantela recolección o fumigación, o se secan demasiadotarde, la germinación puede reducirse drásticamente.Para Pinus merkusii se registraron germinaciones típicasde sólo el 10% (Anón. 1971b), pero al mejorar lamanipulación la tasa aumentó a más del 90%.

La latencia de las semillas se debe entender bien, si nose quiere tener tropiezos con la germinación. Sereconocen tres tipos de latencia de las semillas(Chapman y Allan 1978).

• Latencia exógena, relacionada con propiedades de laenvoltura de las semillas (mecánica, física o química)

• Latencia endógena, regida por las propiedades delembrión o endospermo (morfológica o fisiológica)

• Latencia combinada, causada por una combinaciónde las dos anteriores.

Algunas especies presentan postmaduración de lassemillas (continúan madurando después que se separandel árbol). En lo que hoy es Sri Lanka, las semillas denueve meses de Tectona grandis germinaron mucho másrápido que las semillas frescas (Fernando 1965), y unalmacenaje de hasta 18 meses aumentó la germinaciónaún más (Wood 1968). En la India también se registrópostmaduración de semillas de teca (Gupta y Pattanath1975). Se descubrió que la dormancia de las semillasestaba influenciada por un inhibidor de la germinaciónen el mesocarpio, soluble en agua. La germinación desemillas de L. leucocephala, cuatro meses después delsembrado, fue del 80% con semillas de seis meses deedad, y del 50% con semillas frescas (Akamine 1952).Sin embargo, a los 12 meses, los dos grupos tuvieron lasmismas tasas de germinación. La mayoría de lassemillas, sin embargo, incluso las de Cecropia negra enVenezuela (Lamprecht 1955), se pueden sembrar deinmediato con resultados satisfactorios.

Algunas especies intolerantes no germinan en laoscuridad. Un ejemplo es Musanga smithii, unacontraparte africana de Cecropia, que alcanza hasta un90% a plena luz (Adkoesoema y Kiamil 1955). Otrasintolerantes, por el contrario, germinan bien en laoscuridad; tal es el caso de O. lagopus (Vázquez-Yanes1974), sin embargo, la temperatura del almacenaje escrítica para esta especie. Cuando las semillas se

222

Capítulo 6

someten a 24 horas a temperatura constante a 16, 26 y36°C, la germinación de O. lagopus no excedió el 4%,con o sin luz; pero con 20 horas a 25°C y 4 horas a45°C, la germinación aumentó a 63-65%, sin tomar encuenta la luz. En lo que hoy es Belice, los observadoresconcluyeron que, en la naturaleza, las semillas de O.lagopus germinan después de los incendios (Stevenson1940).

Las semillas de A. chinensis en Costa Rica germinaronmejor bajo un techo opaco de metal que bajo un techode plástico trasparente (González y Grijpma 1968). Sesupone que la luz, temperatura y humedad estabaninvolucradas, pero parece que la luz no es denaturaleza crítica para la germinación de esta especie.

El remojo previo de las semillas para estimular lagerminación es común en las zonas tropicales. El hechode remojar las semillas de P. caribaea bahamensis de 24a 60 horas supuestamente aumenta su energíagerminativa (Anón. 1972c). El remojo previo de lassemillas de teca durante 48 horas se ha practicado en laIndia durante un siglo o más (Laurie 1937). El remojo ysecado diario durante tres semanas o más resultó en unagerminación alta y puntual (Bannerjee 1942); otrapráctica común es remojar las semillas durante 72 horasantes de sembrarlas (Wood 1968).

El agua caliente estimula la germinación de algunassemillas. Prosopis juliflora y varias especies de Acacia,por ejemplo, aumentan sus tasas de germinación si secoloca las semillas en agua hirviendo y se las dejaenfriar a temperatura ambiente (Chapman y Allan 1978,Chaterji y Mohnot 1968); el remojo a 100°C por más deuna hora, en cambio, resultó fatal. El remojo de lassemillas de Paraserianthes falcataria en agua a 38°Cdurante diez minutos elevó el porcentaje degerminación de 36 a 72% (Valencia 1973). Las semillasde L. leucocephala en la India alcanzaron unagerminación del 85%, cuando se las hirvió brevementeen agua y luego se las dejó en remojo durante unperíodo de 24 a 48 horas (Chaturvedi 1981).

La escarificación mecánica (raspado o rayado de laenvoltura de las semillas) estimula la germinación dealgunas semillas. Las semillas de Prosopis juliflora —el40% de las cuales se clasifican como duras— sacudidasen una botella dos veces por segundo durante 15minutos, aumentaron su tasa de germinación del 60 al97% (Nambiar 1946). El sacudirlas durante cincominutos produjo una germinación del 93%.

Ensayos con T. grandis en Tailandia (Keiding et al. 1966)demostraron que si se quita el exocarpio de los frutos yse exponen a las hormigas durante 1 o 2 semanas seacelera la germinación. En un ensayo en la India, elendocarpio se removió cortándolo en cuatro con uncuchillo fino, y se aplicó luego un fungicida; elresultado fue una germinación rápida (Dabral 1976). Losensayos de nueve tratamientos mecánicos para semillasde teca, sin embargo, arrojaron resultados taninconsistentes que se recomendaron mayores estudios(Muttlah 1975).

Una especie tropical americana, Hernandia sonora,normalmente tiene una tasa de germinación de casi18% en cinco meses (Anón. 1952l), pero si se perforanlos endocarpios, la germinación puede sobrepasar el80% en dos meses.

La escarificación con ácido (generalmente ácidosulfúrico concentrado, H2SO4) acelera la germinaciónde las semillas duras. Ensayos con L. leucocephala en laIndia dieron buenos resultados después de 20 a 40minutos de remojo en ácido sulfúrico concentrado(Ramdeo 1971). Las semillas de Acrocarpus fraxinifoliusnormalmente tiene germinaciones muy bajas (0,3%)después de 18 horas de remojo en agua, pero despuésde un tratamiento de diez minutos en ácido sulfúricoconcentrado germinaron hasta 90% (Rai 1976).

Siembra directa. La siembra directa de semillas,dispersa o concentrada, puede costar de un tercio a lamitad de la producción en un vivero (Thomson 1968).Con algunas especies, incluso muchas de semillasgrandes, se prefiere esta técnica debido a la sensibilidaddel plantón al ser trasplantado a raíz desnuda; porejemplo, Calophyllum calaba, Hymenaea courbaril yManilkara bidentata. La supervivencia puede ser pobre,sin embargo. Donde las semillas son escasas o caras, elsembrado por dispersión de semillas no es práctico,porque tiende a producir densidades irregulares querequieren un raleo temprano de grupos densos.

La siembra directa es mucho menos común que laplantación en los trópicos. Esa técnica puede ser máscara debido a que requiere más cortas de malezas; sinembargo, bajo ciertas condiciones es práctico. Ensayoscon Eucalyptus saligna en Australia han demostrado quela siembra directa en terrenos quemados puede produciruna regeneración abundante (Elliott 1956). Sennasiamea en la India se establece de esta manera enbosques de leña y forraje, particularmente en la estación

223

Propagación y Plantación de Árboles

lluviosa (Guiscafre 1961, Prasad 1944b). Esta especietiene la reputación de crecer a través del pasto Imperataen Malasia y eliminarlo. Imperata también ha sidocontrolado en Filipinas con la siembra directa de L.leucocephala (Buenaventura 1958). Al comienzo de laestación de lluvias, el pasto se quema para reducir lapoblación de roedores que se comen las semillas delárbol. Luego, se dispersan las semillas a mano o desdeel aire, o se siembran en surcos aclarados o en sitiosmarcados. Cada 3 a 4 meses durante el primer año selimpia de malezas y luego dos veces al año. Losincendios se deben evitar durante dos años, después losárboles se vuelven resistentes al fuego (Pendleton 1934).En un ensayo de siembra aérea sobre un denso pastoImperata a fines de la estación, se encontraron 2,5 a 5plantones por metro cuadrado (San Buenaventura yAssidao 1957).

En las regiones áridas de la India, esta técnica ha sidode uso común. Prosopis juliflora se ha sembrado enzanjas para establecer plantaciones de leña y forraje(Singh 1951); también se la ha establecido con éxitodesde el aire en arenas inestables (Singh 1954). Otrasespecies con las cuales el sembrado directo ha tenidoéxito son: Acacia auriculiformis, A. catechu, Anacardiumoccidentale, Azadirachta indica, Bauhinia spp. y G.arborea (Goswami 12957). La siembra directa de 2 o 3semillas de G. arborea en 5200 montículos por hectáreamostró al año una supervivencia de 72%, a pesar deuna precipitación anual de sólo 140 cm (Sábado yAsunción 1970).

En Zambia, la siembra directa de E. citriodora y E.saligna ha sido exitosa sólo bajo ciertas condiciones(Endean 1966). El sembrado se debe efectuar muy aprincipios de la estación lluviosa, después de unaquema intensa. En África, Cedrela odorata muestra uncrecimiento en altura rápido y adecuado cuando se lasiembra directamente en hileras aclaradas (Lamb1969b).

En el hemisferio occidental, Calophyllum spp. y G.arborea se siembran de manera directa en Brasil, y O.lagopus en Ecuador. En el último caso, para controlar elcrecimiento de malezas, se protege el área alrededor dela semilla con plástico. La siembra directa de Cupressuslusitanica también ha tenido éxito en sitios bienaclarados y húmedos (Holdridge 1953). S. mahagonifracasó en bosques secos de Puerto Rico debido asequía extrema, que mató los plantones de hasta dosaños. La siembra directa de P. elliottii en el sur de

Estados Unidos requiere la quema de la vegetación o elarado por discos (Mann 1958). En Monte Dourado,Brasil, después de años de plantar G. arborea en viverosa gran escala, al aparecer una regeneración naturalabundante producida por semillas caídas bajo lasplantaciones, se comenzó a efectuar un sembradodirecto como práctica estándar en todos los sitios quehabían sufrido quemas (Woessner 1980a). En 1980, elsembrado directo de dos semillas por golpe había tenidoéxito en una zona de 1500 ha.

El largo período de limpieza de malas hierbas que lasiembra directa requiere limita su uso, aún con especiesque de otro modo serían muy aptas para esta técnica.Un ejemplo se ve en Colombia, donde la siembradirecta de C. lusitanica y P. patula tuvo buen resultado,pero el costo de las limpiezas hizo que la siembradirecta fuese más cara que el plantado (Gutiérrez yLadrach 1978).

El futuro de la siembra directa parece depender de uncontrol barato de la vegetación competidora y de lasplagas. A medida que se mejoran los repelentes, latécnica podrá ser más extensivamente usada en lostrópicos (Stuart Smith 1968).

Viveros forestales. Donde el uso de material silvestre ola siembra directa no son prácticos, se necesitanviveros. Estos pueden variar de unas pocas camassimples de uso provisional, a operaciones permanentes,muy organizadas y técnicamente avanzadas. Unaspocas consideraciones principales se detallan aquí.Liegel y Venator (1988) han publicado una guía técnicapara el manejo de viveros forestales.

El sitio ideal para un vivero debe: 1) estar cerca de lossitios de plantación, 2) estar bien ubicado en términosde transporte y acceso a la mano de obra, 3) tener unsuministro continuo de agua de buena calidad y 4) tenerun suelo bien drenado y trabajable, ya sea paraestablecimiento directo, o para llenar recipientes (Fig. 6-2). El sitio del vivero debe ser lo suficientemente grandecomo para acomodar la producción actual y anticipada.Debe haber un lugar seguro donde guardar las semillas,herramientas y equipos necesarios. Generalmente senecesita un lugar bajo sombra parcial, protegido de lalluvia para la germinación y desarrollo inicial de losplantones.

La elección del momento oportuno es esencial cuandose maneja un vivero tropical. Las operaciones del vivero

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Capítulo 6

Fig. 6–2.—Preparación de un pequeño vivero forestaltípico en el campo en Guatemala.

se deben planear para cumplir con las fechas en que sepropone efectuar el plantado. Si la época de plantar esde varios meses se necesitará un flujo continuo deexistencias que maduren durante el período, por lo quetodos los escalones previos se deben planear enconsonancia. Las consideraciones que rigen el momentooportuno de las operaciones del vivero forestal son lassiguientes:

• El largo máximo de la época de plantar cada especieforestal, planeando el plantado de acuerdo con lascondiciones favorables del sitio.

• El período de producción desde el sembrado hasta ellevantamiento, junto con las posibles variacionesmediante el uso de estimulantes, tales comotratamiento pregerminativo de las semillas, uso deplántulas como sustitutos de trasplantado, sembradodirecto en envases, enriquecimiento del suelo ytamaños de las existencias de mayor a menor.

• El almacenaje de las semillas desde la caída hasta elperíodo de siembra.

• La adquisición anticipada de las semillas, ya sea defuentes locales o lejanas.

Una vez que se han organizado estos pasos quedependen del tiempo, se pasa a las tareas estacionalesmenores, como preparación del suelo y adquisición demateriales y equipos, durante los períodos de menortrajín. El momento oportuno también puede estar

influenciado por la disponibilidad estacional detrabajadores agrícolas.

Propagación vegetativaEl uso del material vegetativo en vez de semillas para lapropagación de árboles es ventajosa bajo ciertascircunstancias. En Ghana, resultó ser la única manerade propagar a Triplochiton scleroxylon durante años deproducción irregular de semillas (Nkansah-Kyere 1970).El crecimiento en altura de esquejes arraigados conhormonas fue igual al crecimiento de rebrotes ybrinzales, durante al menos los primeros cuatro años.

La propagación vegetativa es más confiable paracontrolar las características genéticas de los propágulos.Debido a que la semejanza entre los rametos (ramets) yortetos (ortets) es probablemente mayor que lasemejanza entre la progenie y sus padres, lapropagación vegetativa aumenta el potencial para lamejora genética de los árboles (Squillace 1970).

Debido a su mayor semejanza a los padres, los árbolesproducidos por propagación vegetativa (asexual) no seasemejan a las plántulas. Por ejemplo, P. radiata a partirde esquejes en Australia creció más rápido en alturadurante ocho años que a partir de semillas (Fielding1970). Los esquejes también tenían una corteza másdelgada, menos declinación en la parte inferior deltronco, copas menos densas y raíces más gruesas ypesadas. Estas diferencias se atribuían al traspaso de laspropiedades asociadas a la edad del árbol padre o a laetapa de desarrollo del vástago. En EE.UU., árboles de12 años de P. elliottii producidos a partir de acodosaéreos no diferían significativamente de árbolescrecidos a partir de plantones, en términos decrecimiento de brotes y superficie abarcada por lasraíces, pero carecían de raíz primaria (Schultz 1972).

Muchas especies de árboles tropicales han sidoreproducidas vegetativamente, proporcionando grandesoportunidades para la mejora genética del árbol. Ya en1953, según los informes, 74 especies se estabanreproduciendo por esquejes en la India, 104 por rebrotede raíz, 11 por acodo aéreo (induciendo el desarrollo delas raíces en la parte aérea de la planta), y 9 porrebrotes y esquejes (Rao 1953).

Bajo condiciones favorables, la propagación vegetativapuede tener éxito en la producción en masa de Eucalyp-tus, Triplochiton y muchos otros géneros tropicales(Heybroek 1978). Todos los árboles parecen tener una

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Propagación y Plantación de Árboles

etapa juvenil, durante la cual les es más fácil arraigarseque en cualquier otra. Se han desarrollado clones concaracterísticas genéticas idénticas, como resultado de lapropagación vegetativa de eucalipto en gran escala.

Leakey (1978) temía que una técnica forestal a base declones resultaría en bosques grandes biológicamenteuniformes, sensibles al riesgo de plagas, enfermedades yotros peligros, y abogó por que se mantuviera ladiversidad genética, usando grandes cantidades declones para reducir los riesgos. Al seguir produciendonuevos genotipos continuamente, la diversidad puede,en efecto, ser mantenida más efectivamente que unbosque o vivero forestal a base de semillas. Leakeyprevió la selección de clones para un único producto apartir de especies agroforestales de uso múltiple.

Esquejes de tallo y raíz. Los primeros intentos depropagar árboles de modo vegetativo fueron medianteesquejes (secciones de ramas pequeñas) que seclavaban en el suelo y se mantenían bien irrigados.Ceiba pentandra arraigó bien mediante este método enFilipinas (Pacumbaba 1939-1940), y también Cedrelaodorata a partir de esquejes de 5 a 15 cm de diámetro(Castro 1951). Sin embargo, ensayos en Ghanademostraron que no se podía confiar en el arraigo deesquejes de árboles de nueve años de esta especie, aúncuando los esquejes fueron tratados con hormonas(Britwum 1970). Ensayos en Taiwán con C. sinensis, unaespecie similar, arrojaron luz sobre esta variabilidad(Huang 1967). Los esquejes cortados entre enero yfebrero produjeron un promedio de brotes de 94 a 96%;90% los cortados en marzo; 83% los de abril; 31% losde mayo y 22% los de junio. Se llegó a la conclusiónque los brotes eran más vigorosos antes de comenzar elcrecimiento terminal. La supervivencia también fueafectada de forma similar por la estación en que seclavaban los esquejes: 35% en enero, 55% en febrero,32% en marzo y abril, 20% en mayo y 14% en junio.Los primeros esquejes también resultaron superiores encuanto al crecimiento en altura y diámetro y desarrollode raíces. Los esquejes tomados de la base de losárboles alcanzaron una tasa de supervivencia del 83%,en tanto que los provenientes de las ramas alcanzaron65%. El uso de hormonas mejoró el promedio desupervivencia de 63 a 72%.

Casuarina junghuhniana, una especie de Java,extensamente usada en Tailandia e introducida en laIndia, es capaz de brotar a partir de los esquejes(Thirawat 1953).

Las coníferas son difíciles de reproducir medianteesquejes. Sin embargo, un ensayo con esquejes deramas de Araucaria cunninghamii en la India detectó laformación de raíces en el 50% de los esquejes y unatasa de supervivencia de 17% al año de iniciado elensayo (Dabral 1961).

El alto costo de limpiar las semillas de Prosopis juilifloraen la India hizo que se iniciaran ensayos con esquejesde plántulas silvestres de casi 1 m de altura y 2 cm dediámetro en el cuello de la raíz, los cuales brotaron ysobrevivieron en forma satisfactoria (Kaul 1956).

Esquejes de Eucalyptus deglupta se pueden arraigarfácilmente en agua, y se han registrado tasas de hasta90% (Davidson 1973c). Sin embargo, el éxito delarraigo depende muchísimo de la edad del orteto (ortet).Casi todos los esquejes tomados de las puntas de árbolesde hasta 12 meses de edad arraigaron, pero ninguno delos tomados de árboles de cinco años (Davidson 1974).Se ha descubierto que los esquejes de la mayoría de lasespecies de eucaliptos no producían raíces una vez quela planta había ya pasado la etapa juvenil (Pryor 1978).

Los esquejes de tallo de Eucalyptus se han usado a granescala en Aracruz, Brasil con E. grandis y E. urophylla(Ikemori 1975, 1976). Estos esquejes tienen dos pares dehojas.

Los esquejes de muchas especies echan raíces con lamisma rapidez, independientemente de si se irrigan sólocon agua, o se usan también hormonas. Las ramassuperiores de P. caribaea en Uganda mostraron uncomportamiento satisfactorio con agua (24 - 26%) y conhormonas (Tufuor 1973). La efectividad de lostratamientos de hormonas pueden variar con lasustancia química o la concentración. Los ensayosnormalmente comparan más de una concentración dehormonas; sin embargo, el ensayo de P. caribaeahondurensis en Brasil con los ácidos indolbutírico eindolpropriónico no mostró diferencias en la efectividadde los niveles prescritos (Brandi y de Barros 1971).

En Costa Rica, Acrocarpus fraxinifolius, Tabebuia roseay Toona ciliata australis arraigaron exitosamente confitorreguladores (Zanoni Mendiburu 1975). Los fracasosincluyeron a Cordia alliodora y Swietenia macrophylla(aunque arraigaron con éxito en otras partes), Cedrelaodorata y Simaruba amara.

226

Capítulo 6

Los esquejes de raíz quizás sean superiores a los detallo. La especie de la zona templada Albizia julibrissinno raicea a partir de esquejes de tallo, pero sí deesquejes de raíz de 2 cm de diámetro y 8 cm de largo(Fordham 1968); los brotes juveniles también fueronfáciles de arraigar. El uso de esquejes de raíz más largos(hasta 30 cm) produjeron una mayor cantidad de brotes.Los brotes de tocón también tuvieron mayor éxito enarraigar que los brotes de tallo, en el caso de Eucalyptus(Pryor 1978).

En Papúa - Nueva Guinea, una técnica para lareproducción de E. deglupta mediante esquejes tuvo unéxito del 90% (Davidson 1973c). Se espera que esta yotras prácticas usadas en Brasil se aplicarán másgeneralmente y aumentarán significativamente laproductividad de las plantaciones de estas especies.

Acodado aéreo. Donde la propagación por esquejes detallo o de raíz es difícil, el acodado aéreo puede teneréxito. Este consiste en cortar la corteza exterior del talloy cubrir el área con un material que guarde la humedadhasta que broten las raíces y se pueda efectuar laseparación. Los empeños iniciales de efectuar acodadosaéreos con 42 especies de árboles forestales tropicalesen la India tuvieron éxito (se obtuvieron raíces en el40% de los casos o más) con Casuarina equisetifolia, C.cunninghamiana, Chickrasia tabularis y T. ciliata; Arau-caria cunninghamii y Tectona grandis raicearon sóloentre 10 y 20% (Kadambi y Dabral 1954). Las ramasinferiores de Casuarina junghuhniana también seacodaron con éxito (Thirawat 1953).

La diferencia entre árboles jóvenes y viejos es la mismapara el acodado que para los esquejes, en el caso de P.elliottii (Hoekstra 1957). Esta diferencia fue pronunciadaentre árboles de 6 y 23 años de edad. Con P. roxburghiien la India, se determinó que el acodado aéreo se debíahacer en el crecimiento del año anterior, justo debajodel brote apical (Chaudhuri 1960); esta técnica fue másexitosa si se hacía cuando los brotes apicales apenas seestaban abriendo en enero. Las raíces empezaban abrotar alrededor de los tres meses y alcanzaban eltamaño adecuado a los seis meses. En otro ensayo en laIndia, se obtuvieron éxitos del 100% para P. roxburghiien abril y mayo y para P. caribaea en junio; sedetermino que las ramas de dos años eran superiores alas de un año (Kedharnath y Dhaundiyal 1963). Ensayosde acodados aéreo en Venezuela mostraron que nohabía problema en usar árboles de ocho años de P. ra-diata y de 3,5 años de P. oocarpa (Melchior 1963). El

uso de ácido indolbutírico aceleró la formación deraíces.

Injertos y producción de yemas. La dificultad depropagar muchas especies por esquejes ha conducido alensayo con injertos, insertando una yema o un talloterminal en el cambium de un tocón arraigado, como sehace comúnmente con árboles frutales u ornamentales.Esta técnica tuvo éxito con Ceiba pentandra en Filipinashace bastante tiempo (Pacumbaba 1939-40).

En Venezuela se injertó con facilidad P. radiata enpatrones de P. oocarpa de 8 y 3,5 años (Melchior 1963).Se desarrollaron injertos de P. caribaea en el campocubriendo con plástico el injerto insertado en el broteapical (Nikles 1965). Esta técnica mejoró el promediode éxito de los injertos del 66 al 91%. El uso de lacubierta de plástico permitió el uso de púas en estadode dormancia, que eran hasta 37% inferiores a las púasen crecimiento activo, y que el injerto se efectuara encualquier momento del año.

Este tipo de injerto tuvo éxito con Araucaria en el estedel África, un descubrimiento importante debido a lafalta de semillas en la región (Willan y Salimu 1966). Lapúa debe provenir de una rama apical para producir uncrecimiento vertical. Se encontró que la decapitaciónproducía múltiples brotes adecuados para injertos.También se desarrollaron injertos interespecíficos conCupressus (Dyson 1967).

Las experiencias en Australia con P. elliottii demostraronque los injertos eran muy satisfactorios en vista delfracaso de los esquejes (Slee 1967a). Bajo condicionesfavorables, los injertos en brote apical y en rama lateral(injerto insertado en el costado de una rama terminal)resultaron satisfactorios; los injertos de botella (injertolateral, pero la base de la púa se mantiene en un envasecon agua) tuvieron mejores resultados en condicionesdifíciles. La protección contra la desecación esimportante, por lo que no es conveniente hacer losinjertos durante los meses estivales. Los árboles jóvenesy viejos rindieron los mismos resultados, sin que el usode auxinas, lavado basal y sustancias inhibidoras de latranspiración produjera ninguna ventaja.

Se registraron injertos de brote apical para ochoespecies de Eucalyptus en Nueva Zelandia (Thulin yFaulds 1962), las cuales arraigaron entre 80 y 100%.Eucalyptus deglupta se injertó con éxito mediante latécnica de botella en Papúa - Nueva Guinea (Davidson

227

Propagación y Plantación de Árboles

1968). Con esta especie, los injertos de botella y debrote apical frecuentemente eran incompatibles, unproblema que fue eliminado mediante el uso de injertosen parches (Davidson 1973a). La incompatibilidadsiguió siendo un problema para muchas especiestropicales, sin embargo, lo que requirió el remplazo demuchos árboles en los huertos semilleros (Pryor 1978).

Se ensayaron injertos de S. macrophylla durante cuatroestaciones en Taiwán, que demostraron que el injerto essensible a la estación; la mejor época para los injertosfueron los primeros diez días de marzo (Liou 1969). Laspúas se remojaron en una de tres soluciones dehormonas (50 ppm de ácido indolbutírico, naftalina oácido indolacético) durante dos horas, los días 10 y 30de marzo. La supervivencia para todos los tratamientosfue del 80% o más.

La producción de yemas en teca de un año de edad envivero ya era promisoria desde 1960 (Keiding yBoonkind 1960). Las yemas de tocones de teca envivero, colocados bajo rocío, alcanzaron una tasa dearraigado de casi el 100% sin hormonas (Hussain et al.1976). Las yemas usadas tenían dos o tres pares de hojascuando se cortaron. Los injertos de teca en plantas denueve meses alcanzaron un éxito del 100% en Sri Lanka(Perera 1961).

Otras prácticas para la propagación de árboles. El usode cultivo de tejidos, crecimiento y multiplicación deparénquima en un medio artificial, parece ser muyprometedora para la propagación vegetativa. Se haensayado con varias especies arbóreas en Filipinas(Crizaldo 1980), y se han obtenido resultadosprometedores con Paraserianthes falcataria, G. arborea,P. caribaea y P. kesiya.

Skolmen (1985) indica que aunque el cultivo de tejidostiene el potencial de producir cantidades enormes deplantas muy rápida y efectivamente, hasta ahora ha sidoexitoso sólo con especies que se pueden propagarfácilmente mediante métodos convencionales. Por lotanto, no es un método para superar las dificultades dela propagación. Además, el proceso no es simple nisiempre exitoso. Sin embargo, Skolmen anticipa que enel futuro quizás sea posible que el cultivo de tejidosproduzca más que los métodos de propagaciónconvencionales, a un costo menor.

El bambú generalmente se propaga vegetativamente,debido a la infrecuente periodicidad de su

florecimiento. Las experiencias iniciales con Bambusaspinosa en Filipinas demostraron que los brotes del ma-terial vegetativo eran más vigorosos bajo la luz directadel sol (Mabbayag 1937). Además, se observó que losesquejes de tallo de la base de la cepa tienen uncrecimiento inicial más rápido que los esquejes de laparte media o superior.

Las experiencias con la propagación del bambú enPuerto Rico recomendaron que se usaran cepas de 2 a 3años de edad, que todas las ramas principales sepodaran y que los esquejes se enterraran en un surco de15 a 20 cm de profundidad (White 1948). Esquejes deBambusa vulgaris de 70 a 130 cm de largo a menudoechan raíces cuando se los clavan en el suelo. Paramejores resultados, se usaron los nudos alargados que sedan en la base de la cepa. Se han efectuadorecomendaciones similares para Dendrocalamuslatifolius en Taiwán (Lin 1962). Se usaron esquejes condos nudos, evitando la parte superior del caño; laespecie rebrotó bien en marzo, pero abril y mayo fueronlas mejores alternativas.

Las experiencias con B. vulgaris en Sudán indicaron quelos mejores esquejes son los que tienen tres nudos yprovienen del tercio medio del caño (Khan 1966b),seguidos por esquejes de dos nudos de la misma parte, yesquejes de tres nudos de otras partes del caño. El mejormes de rebrote fue julio. Los esquejes se colocaron en elsuelo en forma inclinada, con un nudo enterrado. Losbrotes aparecieron a los 20 días. La tasa desupervivencia a los dos años del mejor tipo de esquejesfue de casi 50%.

En Filipinas, las plántulas de bambú de tres años deedad se dividieron para separar los ocho a doce brotesque cada una tenía (Sunder 1970). Las plántulasaguantaron el trauma bastante bien, y luego produjeronmás brotes. La práctica en Bangladesh, con los bambúesde pared gruesa, es usar caños de cepa de 50 cm delargo, similares a los de acodos (Hasan et al. 1976); unavez arraigados, desarrollan en un buen material deplantado en 20 a 24 meses. Esta práctica es menosefectiva con bambúes de pared delgada.

El suelo de propagación. Las prácticas de vivero en todoel mundo no han dicho mucho en cuanto a los suelosusados para la propagación, sea mediante esquejes osemillas. El suelo debe ser lo suficientemente ligerocomo para permitir un drenaje libre y el levantamientodel material de plantación con facilidad para no dañar

228

Capítulo 6

las raíces. Sin embargo, debe ser lo suficientementepesado para retener el agua y los nutrimentos y tenerpropiedades adherentes cuando se lo usa en envases.Una vez que estas condiciones se cumplen, el controlde la calidad del medio es principalmente cuestión dequímica, incluso la regulación del pH, teniendo queasegurar que los nutrimentos existentes esténdisponibles y corrigiendo cualquier deficiencia de losque no existen.

Por ejemplo, la arena del río se ha usado como basepara producción en envases en Nigeria (Lowe 1967b).Para aumentar la retención de agua, se añadierondesechos de las vainas de cacao, afrecho de arroz, yaserrín. El agregado de una mayor cantidad de materiaorgánica redujo el crecimiento, debido a una razónadversa de carbono (C) a nitrógeno (N), o debido alaumento de la mortalidad al perturbarse el pH o elequilibrio de nutrimentos. El uso de fertilizantesrelativamente insolubles resultó ser lo indicado.

Los ensayos en Puerto Rico con P. caribaea mostraronque la sphagnum si se la fertilizaba apropiadamente, eramejor que la arena y el suelo como medio de envase;las plantas en sphagnum crecieron dos veces más rápidoque las plantadas en una mezcla de arena y tierra(Marrero 1961). Las raíces se desarrollaron mejor enenvases con una mezcla de sphagnum, vermiculita ylodo.

El estado de los nutrimentos en los viveros forestalestropicales se debe diagnosticar con frecuencia (Swan1969). Los análisis foliares regulares son útiles. Se debereconocer la necesidad de fósforo (P), potasio (K) y deotros elementos, y no prestar atención sólo al N, pues sepodría crear un desequilibrio con los demás elementos.

En algunas regiones, los filtros comprimidos de lasfábricas de azúcar constituyen un complementoorgánico fácilmente disponible para preparar el suelo delos viveros. En Australia, usados en camas de vivero arazón de 34 t/ha son beneficiosos, aunque a razón de112 t/ha produjo clorosis (Anón. 1965g). En Puerto Rico,este tratamiento resultó en un aumento del pH a 8 o 9por el calcio (Ca) en el material, que amenazaba conprovocar una clorosis del hierro.

Las prácticas en Sudáfrica reconocen la necesidad defertilizar las plantas en vivero, aunque los beneficiosquizás no continúen después del plantado (Donald1979). El uso de aditivos orgánicos para los suelos de los

viveros no es práctico en todas partes del trópico. Enpartes del Brasil, donde no hay disponibilidad desuplementos orgánicos, los fertilizantes inorgánicos sonnecesarios (Simoes et al. 1971). La aplicación de N a lossuelos de vivero tiende a culpar a otros factores por elbajo crecimiento. En Australia, ni el N ni el P por sísolos beneficiaron la propagación, pero estas dossustancias juntas pueden estimular el crecimiento enbuena medida (Simpson 1978). Análisis de lasexistencias en viveros de E. saligna en Papúa - NuevaGuinea mostraron plantones atrofiados, de color rojo avioleta, como resultado de una deficiencia de P(Reynolds y Lubres 1971). Con la aplicación de P secorrigió el problema, pero un fertilizante alto en Pprodujo una baja relación entre raíz y parte aérea, ydificultades con el trasplante.

Las semillas comúnmente se cubren con arena o tierratamizada, aunque también se usa material orgánico,como la turba musgosa (Thomson 1968).

Se ha comprobado que los hongos simbióticos, queforman micorrizas en las raíces de las plantas y facilitanla absorción de nutrimentos son imprescindibles para eléxito de la introducción de pinos en los trópicos. Loshongos generalmente se introducen mediante lainoculación en los suelos de vivero; una vezestablecidos, su supervivencia futura parece asegurada.Debido a que su simbiosis es específica con los pinos,no producen ningún otro efecto ambiental. El mayorpeligro lo constituye la introducción en el suelo dealgún organismo desconocido, junto con las micorrizas.

Los intentos iniciales por introducir P. merkusii fuera desu ámbito natural en Indonesia fracasaron (Alphen deVeer 1954), como también fracasó la introducción detierra inoculada. Luego se plantaron pequeños árbolesmadres a espaciamientos de 1 m x 1 m, bajo los cualesse trasplantaron plántulas de 6 a 8 semanas de edad.Después de dos años, el terreno estaba uniformementeinoculado y los árboles madres ya no eran necesarios.Esa misma técnica se usó para inocular el suelo en Ni-geria (Ekwebelam 1974), donde la adición de P parecióestimular las micorrizas.

En Puerto Rico durante muchos años se trató sin éxitode introducir especies coníferas antes de introducirmicorrizas (Briscoe 1959, Hacskaylo y Vozzo 1967,Vozzo y Hacskaylo 1971). La introducción de hongosen un principio también fracasó; sin embargo, se tomóparte del mantillo de un bosque de pinos y se regó en el

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Propagación y Plantación de Árboles

suelo alrededor de plántulas moribundas, lo queprovocó una respuesta espectacular. Luego se usó latierra inoculada en las plantaciones para inocular lasexistencias del vivero. Inoculaciones subsiguientes conhongos conocidos también tuvieron éxito. La prácticaen Sudáfrica es inocular los pinos con esporoforos oesporas en vez de suelo infectado (Donald 1979). Janos(1975) describe la amplia ocurrencia de micorrizas enlos bosques tropicales.

Prácticas generales de vivero

Espaciamiento. El espaciamiento de semillas, trasplanteso esquejes en los viveros está sujeto a pocas reglas deaplicación universal y generalmente debe serdeterminado para cada especie y cada situación. Unensayo de espaciamiento de G. arborea en la India,ilustra las variables principales que se deben considerar(Cuadro 6-5). La cantidad de plántulas quesobrevivieron y fueron utilizables aumentó con lacantidad de semillas sembradas. El espaciamiento másestrecho se considera el mejor si existen bastantessemillas y la superficie del vivero es limitada. Unespaciamiento más amplio es mejor donde las semillasson escasas o caras.

En África, el sembrado de pinos para ser trasplantados,generalmente se hace con una densidad de 2000 a 6000plantones por metro cuadrado (Allan y Endean 1966,Donald 1965). Para los Eucalyptus, es común unadensidad de 1500/m2.

El sembrado directo en envases tiene muchas ventajas,incluso un crecimiento más rápido y un riesgo menor decontraer la enfermedad del almácigo. Sin embargo,quizás se necesite una mayor cantidad de semillas,porque es necesario sembrar más de una semilla porenvase y luego ralear.

Trasplante. El trasplantado de plantones del vivero acamas preparadas o a envases permite eligir un cultivouniforme con los plantones más vigorosos y colocarlosen el espaciamiento final del vivero. Los pinos antes setrasplantaban varias semanas después de lagerminación, pero lo usual ahora es trasplantarlos con 2o 4 semanas (Griffith et al. 1962, Leuchars 1960). Conello se logra una mayor tasa de supervivencia y unadisminución del trauma post-trasplante. Eucalyptusgeneralmente se trasplanta cuando los plantones tienentres o cuatro hojas (Anón. 1963c). En Malasia, P.caribaea se trasplanta 4 a 6 días después de lagerminación (Paul 1972).

Sombra. En un principio se creía que los viveros deespecies forestales debían estar bajo sombra, debido aque en condiciones naturales la mayoría de las especiestoleran la sombra. Ahora, sin embargo, las plántulas sedejan a la sombra sólo cuando son muy sensibles a lasaltas temperaturas y a la desecación, como cuandoestán germinando, o cuando esquejes y trasplantes estánarraigando. Aún las especies tan tolerantes, como Arau-caria hunsteinii, han recibido sombra a medias durantesólo seis semanas, o sea casi el 10% del tiempo queestán en vivero (Havel 1965). Por otro lado,Anthocephalus chinensis, una especie muy intolerante,al principio recibe una sombra ligera, debido a que susplantones son extremadamente delicados, pero bienpronto se inclina hacia la luz que necesita (Pollard1969). E. tereticornis y la mayoría de las especies deEucalyptus sólo necesitan dos semanas de sombra(Lohani 1978). Los plantones bien establecidosgeneralmente crecen más rápidamente y se tornan másrobustos y leñosos bajo la luz plena del sol que bajo lasombra. La luz plena es deseable aún para existenciasque se deben plantar bajo sombra.

Poda de raíces. La corta de las raíces profundas delmaterial de vivero aumenta la densidad y consolidacióndel sistema radicular. Las raíces principales más cortas yuna mayor cantidad de raíces fibrosas reducen eltrauma del trasplantado y aumentan la supervivencia yel crecimiento inicial. Esta ha sido una práctica comúndesde hace tiempo. En los viveros pequeños de lostrópicos, esta poda se hace pasando un cable estiradopor debajo de las camas de vivero. La experiencia con

Cuadro 6–5.—Efectos del espaciamiento en lasupervivencia y rendimiento de Gmelina arborea enla India

Espaciamiento No. de No. deinicial No. de No. de pseudoestacas árboles(cm) semillasa sobre-vivientes utilizablesa perdidosa

5 by 5 400 160 56 3445 by 10 200 104 45 15510 by 10 100 62 22 7810 by 15 67 42 18 4915 by 15 44 31 14 30

Fuente: Rajkhowa 1965.aPor metro cuadrado.

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Capítulo 6

S. macrophylla en Filipinas recomendó el podado a los60 días (Asiddao y Jacalne 1958). En lo que hoy es Zim-babwe, esta práctica ha sido una ventaja significativapara los pinos y eucaliptos que se van a trasplantar enpastizales (Stubbings 1958).

Tipos de material para trasplanteA medida que la selección del material para eltrasplante avanza de especie a procedencia y luego aprogenie, se justifica la intensificación de las inversionespara garantizar la calidad del material. La producciónde plantones y otros tipos de material para trasplanteamerita mayores estudios, no sólo para reducir costos ymortalidad, sino también para aumentar la capacidad delos árboles plantados de ajustarse a las condiciones delsitio y a la competencia de las malezas.

Plantones a raíz desnuda. El material de trasplante araíz desnuda puede morir si las raíces se exponen, aúnbrevemente, al viento o al sol. Por ello, las raíces sedeben proteger con un empaque húmedo. Ladesecación también se puede reducir quitando algunaso todas las hojas en el momento de levantar el plantón.

En el sur del Brasil, P. elliottii y P. taeda se han plantadoa raíz desnuda sólo en sitios donde las lluvias están biendistribuidas a través del año (Simoes et al. 1976). EnPuerto Rico, esta práctica se descontinuó con P.caribaea, en parte porque no se podía confiar en laslluvias, pero también debido al largo período derecuperación por el trauma de plantación, lo queextendió el período de corta de malezas hasta por unaño.

El establecimiento a raíz desnuda se ha ensayado entodas partes donde la siembra directa —una alternativamás barata— no ha tenido éxito. Las plantaciones paracontrolar la erosión en suelos pobres de la India se hanefectuado a raíz desnuda con Albizia amara, A. lebbek,A. procera, Azadirachta indica, Dalbergia sissoo, Euca-lyptus spp., y G. arborea (Goswami 1957). En sitiossecos bajo irrigación, se plantó Casuarina equisetifolia araíz desnuda (Venkatesan 1973).

En los climas húmedos, esta técnica ha tenido éxito conmuchas especies. En Malasia, la abundancia de materialsilvestre hizo que la producción en envases fuerademasiado cara (Gill 1970). Cupressus lusitanica a raízdesnuda se estableció con éxito en Guatemala, teniendocuidado especial de proteger las raíces (Holdridge1953). Virola surinamensis, uno de los árboles de buen

potencial en los bosques húmedos del norte deSudamérica, generalmente se planta a raíz desnuda(Schulz y Rodríguez 1966).

Swietenia macrophylla se ha plantado con buenresultado en Filipinas (Santos y Rimando 1952). Unensayo de Terminalia ivorensis en Nigeria comparó laproducción de plantones en envases y a raiz desnuda, ydemostró que durante el período lluvioso de 3 a 5meses no era necesario usar envases (Lowe y Dobson1966). En Puerto Rico, es tradicional plantar Casuarinaequisetifolia, Cordia alliodora, Hibiscus elatus ySwietenia spp. a raíz desnuda. Tanto Eucalyptus spp.como P. caribaea se han plantado a raíz desnuda demanera experimental, con resultados positivos bajocondiciones favorables.

P. caribaea a raíz desnuda y en envases de polietilenomostró una tasa de supervivencia del 99% para ambosmétodos a los 30 días. Después de una sequía de sietesemanas, la supervivencia bajó al 88% para el materialen bolsas y al 45% para la raíz desnuda. Sin embargo, sise incluyen todos los costos, es más barato replantar queusar envases (Briscoe 1960).

Un ensayo en Florida, con plantones de Eucalyptuscrecidos en bolsas de plástico no mostró unadeclinación en la tasa de supervivencia cuando se lelavaba la tierra de las raíces antes del plantado(Meskimen 1973). El tratamiento retardó el crecimientodurante el primer mes, pero el transporte se simplificó yse pudo plantar con máquina. El experimento tambiénarrojó mejores resultados con existencias leñosas en vezde suculentas.

Tamaño del material de plantado. El tamaño del mate-rial de plantado se ha estandardizado de acuerdo conlas condiciones de los países tropicales. Esto ha llevadoal rechazo de árboles por debajo de la norma,generalmente sin que se entiendan bien los criteriossignificativos involucrados. El mejor tamaño de plantónpara Araucaria hunsteinii en Papúa - Nueva Guinearesultó ser no más de 18 cm (Havel 1965). En Filipinas,el criterio usado fue la edad de las existencias; así, losplantones de once meses de Pinus kesiya crecieron másrápido en altura después del plantado que los de seismeses (Zamora y Agpaoa 1976). Para el plantado depinos y eucaliptos en pastizales, en lo que hoy es Zim-babwe, se prefieren plantones grandes a raíz desnudade 40 a 50 cm de altura (Stubbings 1958).

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Propagación y Plantación de Árboles

Las diferencias en el tamaño del material de vivero soncomunes; sin embargo, no es seguro obtener gananciasgenéticas trasplantando al campo el material másgrande. Por ejemplo, en los bordes de camas los pinosen bolsas de polietileno generalmente son más bajos.Sin embargo, este efecto podría deberse a la inhibiciónde las micorrizas por la exposición lateral al sol, unfenómeno sin relación con el potencial genético de losárboles (Jackson 1974). Sweet y Wareing (1966)concluyeron que las variaciones en el tamaño de lasexistencias de vivero de menos de un año de edad sedeben casi enteramente a pequeñas diferencias de sitioen el momento de la germinación (o poco después) yque son independientes de las diferencias genéticas. Laselección de especies dominantes, por lo tanto, nogarantiza una superioridad genética.

Experimentos aislados parecen apoyar esta conclusión.En Brasil, entre las plantas de P. elliottii de mejorcrecimiento a los nueve meses, se eligió sólo una decada 3500 plantas (Shimizu et al. 1977). En el momentodel plantado, la altura de los árboles seleccionados fue34% mayor que los demás; después de un año, ladiferencia era del 46%. A fines del segundo año, sehabía rebajado al 31% y en el tercer año a 12%, lo quesignifica que el beneficio de esta selección había casidesaparecido. En otro caso, ensayos con P. taeda enEE.UU. revelaron variaciones genéticas en la capacidadde los árboles de soportar el trauma del trasplante(Beineke 1967): los árboles altos fueronconsistentemente los peores sobrevivientes. Estosejemplos no abogan necesariamente en contra de losestándares y de la selección en vivero, pero sí sugierenque el material de apariencia inferior, puede en realidadno serlo.

Sin embargo, esta no es una razón para rechazar laselección de plantones como un proceso lógicomediante el cual se puede reconocer el vigor fenotípico.Un estudio de pinos de 45 años en el sur de EE.UU.demostró que el desempeño de los árboles provenientesde plantones de primera calidad era significativamentemejor que los de plantones de tercera calidad (Wakeley1969). La selección inicial fue corroborada por eldesempeño subsiguiente.

Los trabajadores de los viveros comúnmente debendecidir si eliminar o mantener los excedentes, al final deuna estación de plantado. Tales existenciasnormalmente serían más grandes y costaría másplantarlas, y posiblemente serían menos capaces de

sobrevivir. Es probable que no todo el material sobrantedeba salvarse, pero los resultados en Puerto Ricoindicaron que la capacidad de los árboles de S.macrophylla de sobrevivir al plantado nonecesariamente declina en unos pocos meses (Marrero1942). Las existencias de 1 a 2 m de altura se puedencortar a 10 cm de altura y sobrevivir bien en el campo.Las plantas pequeñas de teca que quedan del año ante-rior no son necesariamente inferiores para establecerlasen el campo (Venkataramany 1960a).

Pseudoestacas y plantones deshojados. Comúnmente,los materiales más grandes se usan para repoblaciónbajo dosel, porque su mayor crecimiento podríasignificar una ventaja sobre sus competidores. Sin em-bargo, la poda como pseudoestaca de árboles de 1 a 2m de altura también es una práctica de uso común. Estapoda se aplica por lo general a la teca. La prácticasurgió porque las ramas terminales de muchos árbolesque no se recortaban se morían de todos modos despuésdel plantado y luego rebrotaban en sitios, que se creía,eran menos deseables que la base del tronco. Laspseudoestacas de teca se podan hasta 2 cm por encimadel cuello de la raíz, y generalmente tienen una raízprincipal de 15 cm, sin raíces laterales (Wood 1968). Enun ensayo efectuado en la India, la supervivencia ycrecimiento en altura de teca a los dos años aumentócon el tamaño de la pseudoestaca (Cuadro 6-6).

Las pseudoestacas pueden almacenarse bien. Un ensayoen lo que hoy es Myanmar (Anón. 1947a) demostró quelas pseudoestacas de Toona ciliata dejadas al aire librebajo techo tuvieron una tasa de supervivencia del 75%,después de cinco días de almacenaje, pero ningunasobrevivió después de diez días. Sin embargo, cuando

Cuadro 6–6.—Diámetro de pseudoestacas de teca(Tectona grandis) en comparación con lasupervivencia y el crecimiento inicial en altura en laIndia

Cuello de Supervivencia Altura a losla raíz (cm) al año (%) 2 años (m)

0.8–1.0 64 0.91.0–1.3 81 1.31.3–1.5 88 1.51.5–2.0 92 1.5

Fuente: Anón. 1944, 1947a.

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Capítulo 6

se almacenaban en bolsas húmedas, la tasa desupervivencia fue del 90% después de 25 días y 28%después de 45 días. Las pseudoestacas demasiadograndes se pueden rajar a la mitad sin gran pérdida,pero si se rajan en cuatro, se reduce la supervivencia(Venkataramany 1960a).

Para grandes proyectos, esta técnica presenta tantasventajas que probablemente se usará con un mayornúmero de especies tropicales en el futuro. Se ha usadoextensamente con G. arborea y a gran escala en Brasil(Woessner 1980a). Las pseudoestacas de G. arboreausadas fueron de 4 a 6 meses de edad y de 2 cm dediámetro en el cuello de la raíz; la altura fue de 4 cmdel cuello de la raíz y con una raíz principal de casi 10cm de largo. En la India, las pseudoestacas se han usadobajo condiciones secas con Albizia lebbek, Bauhiniaspp., y D. sissoo (Singh 1951). Un estudio en Costa deMarfil sobre el sistema radicular de varias especiesindicó que el establecimiento por pseudoestaca puedeser exitoso con Tarrieta utilis, Terminalia ivorensis yEntandrophragma utile, esta última bajo condicionesfavorables (Bonnet-Masimbert 1972). Triplochitonscleroxylon resultó inadecuado debido a que necesita susistema entero de raíces frágiles para sobrevivir. No serecomiendan pseudoestacas para repoblación bajocubierta, debido a que en estas condiciones se necesitaun crecimiento en altura máximo y rápido (Lamb1969a).

En el otro extremo se ubican los plantones deshojados,material de vivero de 2 a 3 m de altura, al cual se leeliminan la mayoría o todas las hojas y el resto quedaintacto. Estos se usan en zonas donde el daño causadopor la fauna puede ser excesivo, donde hay riesgo deenfermedades del tallo, o en repoblaciones bajocubierta donde se quiere minimizar la corta de malezas(Parry 1956). Se han usado plantones deshojados deGmelina y de Meliaceae, principalmente en África, perotambién de Swietenia en Centroamérica. Su utilidaddepende casi enteramente de las condiciones locales.Los gastos extras de una estadía prolongada en el viveroy de plantado se pueden recuperar con el rápidoarranque de estos plantones.

Material en envases. El uso de envases para preparar elmaterial de plantación forestal han sido mucho máscomún en los trópicos que en la zona templada. Lasrazones principales son la ausencia de un período dedormancia durante el cual el trauma del trasplante seríamenor y el hecho que se debe promover la rápida

dominación de los árboles plantados sobre lavegetación competidora, particularmente en el caso dela repoblación bajo dosel (Lamb 1969a). Se ha echadola culpa de muchos de los fracasos de plantacionestropicales al daño sufrido por el material a raíz desnuda(Touzet 1972). Los envases ofrecen otros beneficios bajocircunstancias especiales, tales como la necesidad detener que mantener las existencias cerca del sitio deplantación final.

Experimentos en Puerto Rico compararon la produccióny desempeño de las existencias de P. caribaea en bolsasde polietileno, con pan de tierra y colocadas en bolsasel día antes del plantado, y a raíz desnuda (Briscoe1962). Los materiales embolsados requerían másespacio, más equipo y más mano de obra que lasexistencias a raíz desnuda, pero por otro lado,mostraron una alta tasa de supervivencia y uncrecimiento inicial más rápido.

El uso de envases implica mayores inversiones: el mediode enraizado se va junto con la planta, por lo que sedebe conseguir continuamente; su mayor peso y bultocomplican el transporte; los envases generalmente soncostosos y desechables, y por lo general se llenan amano; los hoyos para el plantado deben ser grandes ycomúnmente no se usan máquinas para plantarexistencias envasadas.

Se han empleado envases de bambú, latas usadas, papelalquitranado, tubos de papel usado, cajas de leche,cajas de papel encerado especialmente fabricadas,bolsas perforadas de polietileno y tubos plásticos rígidos(Fig. 6-3). El envase más usado en los trópicos es labolsa de polietileno de 6 cm de ancho por 12 cm dealto.

Para los arenales severamente arrasados por el viento enMadras, India, los plantones de Prosopis juliflora seprodujeron en envases de 7 cm de ancho y 15 cm dealto para evitar tener que irrigarlos después del plantado(Rao 1951). Casuarina equisetifolia también se haenvasado en Orissa, India, para sitios extremadamentesecos y arenosos, donde aún con existencias envasadasy una irrigación semanal durante dos años, lamortalidad puede ser hasta del 50% (Sharma 1951).

El crecimiento inicial rápido de G. arborea, envasada ensitios de baja precipitación de lo que hoy es Malawi,reemplazó el uso de pseudoestacas (McEwan 1961). Losensayos en Tanzania (Wood 1966) con P. caribaea

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Propagación y Plantación de Árboles

demostraron que las plantas envasadas tenían tasas desupervivencia significativamente más altas que lasexistencias a raíz desnuda. No hubo diferencia en lasupervivencia entre tubos de 10 y 15 cm, pero despuésde un año, los árboles en los tubos más grandes fueronsignificativamente más altos: 1,1 y 1,4 m,respectivamente. En Cuba, se obtuvieron los mismosresultados (Acosta et al. 1975). En un sitio, los árbolesde existencias envasadas a los 19,5 meses tuvieron unaaltura promedio de 88 cm, en comparación con 59 cma raíz desnuda. A pesar del mayor crecimiento en altura,sin embargo, no se determinó cuál de las prácticasrindió el mayor beneficio en términos de la inversiónefectuada. En Venezuela, algunas de las plantacionesextensas de pinos en la cuenca inferior del Orinoco sehabían establecido con cilindros abiertos de papelalquitranado de 6 cm de diámetro (Lama Gutiérrez1976).

La plantación de Eucalyptus en América tropicalgeneralmente se hace en envases. Ensayos de sieteespecies en Vicosa, Brasil, demostraron que la tasa desupervivencia de plantones a raíz desnuda nunca fuemayor del 29% (Brandi y de Barros 1970).

Las bolsas suaves de plástico son difíciles de llenarrápida y económicamente. Se han desarrolladodispositivos para llenarlas en Brasil, Venezuela y PuertoRico, entre otros. Los dispositivos más simples sonembudos de metal de las dimensiones apropiadas.Como se llenan a mano, este proceso toma muchotiempo, y donde la mano de obra es cara o escasa, elcosto puede ser prohibitivo. Un buen llenador de bolsasmecánico se ha usado en Australia (Evans y Duyker1965). El proceso requiere tierra completamentepulverizada y seca.

El sembrado directo de semillas en bolsas es muchomenos caro que el trasplantado. En Papúa - NuevaGuinea, el sembrado directo de P. caribaea redujo eltiempo de crecimiento en vivero en un 28% y el costode los plantones en un 93%, con una ventaja en laaltura promedio del 42% (Howcraft 1973). Una técnicade flotación en alcohol se usó para eliminar las semillasno viables; se sembraron dos semillas por bolsa.

Los problemas del llenado de bolsas, junto con el costode llevar grandes volúmenes de tierra al vivero y eltrasporte al campo, han hecho que se prefieran losenvases rígidos, desechables o reutilizables. Durantemucho tiempo en Argentina, Venezuela y otras partes se

han usado envases sin fondo de papel alquitranado quese pueden llenar con rapidez. Estos envases se paranderechos, se colocan uno al lado del otro entre lasparedes laterales de la cama de vivero y se llenancolectiva y rápidamente con una pala.

En Florida y Hawai se están usando tubos rígidos deplástico de no más de 3 cm de ancho y 15 cm de largo,con un fondo cónico perforado. Típicamente, se usa unproducto artificial para el relleno, como vermiculita operlita; así, no se tiene que trasportar toneladas de tierrade relleno todos los años. Los tubos se pueden colocaren marcos ligeros para ser trasportados con facilidad;pero como son reutilizables, se pueden sacar y guardaren el vivero, y transportar el material de plantaciónenvuelto en tela de yute, si el relleno está bienadherido.

Debido a que la desecación mata muchos plantonesrecién plantados, se han ensayado con sustanciasquímicas que evitan la traspiración. Sin embargo, enHawai, un ensayo de E. saligna que utilizó una soluciónde captan-malathion comparó la inmersión con elrociado y no mostró superioridad de ninguno, entérminos de supervivencia o tasa de crecimientodespués de un año en el campo (Walters 1971).

Insectos y enfermedadesLa recolección, almacenamiento y producción demateriales de propagación de árboles del bosque tropi-cal no están libres de problemas de insectos yenfermedades. Estos problemas, generalmente son lo-cales y sujetos a cambios rápidos. Algunos de losproblemas encontrados se describen aquí, pero no sehace una revisión exhaustiva de la conducta de lasplagas ni de las recomendaciones para su tratamiento.Se refiere al lector a los informes especializados sobreentomología y patología forestal para información máscompleta, algunos de los cuales se citan en labibliografía. No existen referencias completas sobre losinsectos del bosque tropical.

Una categoría importante de problemas de vivero sonlas llamadas “enfermedades de deficiencia”, donde lasexistencias tienen muy poco (o demasiado) de algúncomponente abiótico esencial para su ambiente, talcomo humedad o nutrimentos. En la actualidad seencuentra excelente información sobre estos problemasen relación con cultivos agrícolas, árboles frutales yornamentales. Esta información es útil para diagnosticary corregir problemas similares que afectan a los árboles

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Capítulo 6

Fig. 6–3.— En algunos viveros se ha comprobado lautilidad de los envases plásticos reciclables.

forestales y a las plántulas en vivero. También se debeconsultar a especialistas en entomología y patología delas plantas.

La mayoría de las plagas de insectos y hongos eligen asu hospedero. Los árboles que crecen fuera de su hábitatnatural podrían librarse de las plagas que atacan en suambiente nativo, pero se tornan susceptibles a nuevasplagas. Para reducir el peligro de ataques de plagas o decontagio se debe asegurar que los árboles jóvenesintroducidos permanezcan sanos (Chapman y Allan1978). El control puede ser silvícola, biológico,mecánico o químico.

Las medidas silvícolas incluyen el control mediante elespaciamiento de los árboles y el uso de plantacionesmixtas. El control biológico involucra una coacciónentre dos o más organismos que favorecen al cultivodeseado. El control mecánico generalmente requiereque se quite el material infestado, incluyendo a loshuéspedes alternativos. El control químico se basa eninsecticidas y fungicidas (Chapman y Allan 1978).

En los trópicos, la necesidad de reducir o eliminar a losorganismos indeseables de la tierra usada para lapropagación del árbol es casi universal. La producciónrepetida tiende a atraer estos problemas. Una prácticaintensiva en los viveros es exponer la tierra bien suelta abromuro de metilo, un gas muy tóxico (y peligroso). Estasustancia se ha utilizado durante décadas en lapropagación del Eucalyptus. Las propiedades excelentesdel bromuro de metilo como desinfectante incluye el

hecho de que no mata a todos los organismos del suelo,como se demostró en 1954 (Guimaraes et al. 1954). Estecompuesto se ha usado ampliamente en Brasil desdeentonces. Su uso se convirtió en la práctica estándarpara la producción de Eucalyptus en África del Sur(Knuffel 1967), donde aumentó la cantidad de plantasen un 50%.

Los problemas de insectos pueden también serreducidos significativamente si se trata con insecticidasla tierra del vivero. Esta es una práctica estándar con E.tereticornis en la India (Lohani 1978). Idealmente, eltratamiento se aplica en pequeña escala para minimizarsorpresas antes de emprender operaciones en granescala.

La ubicación aislada de muchos viveros en el trópicohace que los problemas comunes de insectos yenfermedades se deban manejar con sentido común. Unejemplo se produjo en un vivero de Cedrela odorata y S.macrophylla en Fidji (Anón. 1954d). Un escarabajoescolitido desconocido atacó a los plantones de ambasespecies barrenando el tallo cerca del cuello de la raíz ydepositando sus huevos. Los plantones infestados searrancaron rápidamente y se quemaron, con lo que elproblema se controló. Tales situaciones requierensoluciones similares debido a la falta de precedentes oacceso a especialistas. Las prácticas de sentido comúndeben continuar, pero debido a que generalmente no seidentifican las causas ni se aplica una solucióncientífica, los problemas más serios o frecuentes tarde otemprano han de requerir una investigación cuidadosa.Los controles biológicos en muchos casos constituyenobjetivos de investigación que todavía no se hanalcanzado.

Técnicas de plantaciónLas técnicas de plantación en los trópicos varían tantoque no hay una práctica de aplicación universal. Losmanuales sólo sirven como guías que deben sermodificadas para adaptarse a las necesidades de cadasituación. Se han publicado varios compendios deexperiencias de plantación en los trópicos que son útilespara la selección de prácticas. Un ejemplo excelente(Chapman y Allan 1978) trata en detalle la planificaciónde la plantación, preparación del sitio, siembra directa,plantado y prácticas de manejo, técnicas especialespara la conservación del suelo y agua, irrigación, dunas,sitios muy húmedos o anegados, sitios afectados por laminería y la protección de las plantaciones contra elclima, insectos, hongos e incendios.

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Propagación y Plantación de Árboles

La importancia de la preparación del sitio, cuando seplanta un árbol fuera de su ámbito natural, se muestracon las experiencias en Kenia (Schonau 1975). Allí, lastécnicas de establecimiento influyeron en la tasa decrecimiento inicial de E. grandis más que la calidad delsitio. Donde la precipitación es un factor limitante, esposible que se necesite una preparación completa delsitio, incluso arado, barbecho y rastrillado. Elcrecimiento superior en sitios preparados de ese modotambién fue aparente a los siete años. El uso defertilizantes, particularmente P, puede rendir unarentabilidad financiera de 25% anual. La necesidadprincipal es por P, pero la demanda por N aumenta si elsitio no ha sido bien preparado.

Época de plantado. Casi todos los sitios en el neotrópicoestán sujetos a variaciones estacionales de laprecipitación. La precipitación inmediatamente antes ydespués del plantado es crítica para la supervivencia dela mayoría de las especies arbóreas. El plantado debecomenzar al comienzo de la estación de lluvias, cuandose espera que la duración de la humedad adecuada enel suelo sea máxima. La teca plantada en la India ainicios de la estación de lluvias invariablemente tieneun mejor comportamiento que si se la planta más tarde(Laurie 1941g). La preparación del suelo y laexcavación de hoyos se puede hacer meses antes paraacortar el período de plantación (Lohani 1978). EnÁfrica occidental, los árboles se han plantadogeneralmente seis meses antes de la estación de sequía(Groulez 1961a). E. deglupta, una especie que necesitauna humedad casi constante, no debe plantarse a menosde un mes del inicio de una estación seca normal(Dalton y Davison 1974).

En Puerto Rico, el momento ideal para plantar son losmeses que tienen un promedio de al menos 15 cm deprecipitación, precedidos y seguidos por meses conpromedios de precipitación de al menos 10 cm (Marreroy Wadsworth 1958). En la India, en sitios donde laprecipitación es menos de 100 cm anualmente, elsembrado directo de A. lebbek, Azadirachta indica yCassia fistula se puede efectuar cada mes (Laurie1941b). Las semillas persisten en el suelo hasta queempiezan las lluvias imprevistas.

Preparación de sitio. La preparación del sitiogeneralmente es crítica para el éxito de la plantación. Sibien puede facilitar el trabajo de plantar, su propósitoprincipal es dar a los árboles plantados un impulso

inicial sobre la vegetación natural y de ese modominimizar la eliminación de malezas.

Las consideraciones generales sobre la preparación delsitio se han descrito muy bien en Chapman y Allan(1978). Donde la cobertura vegetativa puede prevenir elestablecimiento exitoso de una plantación se debendesarrollar métodos para eliminar o reducir lacompetencia. La preparación del sitio a menudo abarcauna buena proporción de los costos totales deestablecimiento; por consiguiente, se necesitan métodoseficientes y económicos que eviten los cambiosecológicos indeseables. Bajo circunstancias favorables,no se tendría que eliminar mucha vegetación y el suelopuede permanecer sin perturbar. En el otro extremo,están los bosques pluviales con una fuerte vegetaciónresidual y suelos frágiles.

Los costos de preparación del sitio son un obstáculoprincipal para plantar en zonas no forestadas. Aún enlas praderas de la cuenca inferior del Orinoco en Ven-ezuela, la preparación del sitio constituye más de uncuarto del costo de establecimiento de la plantación(Gutiérrez 1970).

La preparación del terreno es un proceso de dos etapas:la eliminación de la vegetación competidora y lapreparación del suelo. La agricultura migratoria hareducido la vegetación competidora en muchos sitios.Los árboles restantes se pueden talar, o si son grandes,anillar o envenenar. En zonas secas es esencial prevenirel consumo del agua escasa, por parte de la vegetacióncompetidora (Cooling 1960). En un ensayo en terrenosboscosos de miombo en Zambia, la eliminacióncompleta de malezas resultó en una tasa desupervivencia del 95% para una plantación de 14meses, en comparación con menos de 30% en lugaresdonde sólo se hicieron limpiezas parciales (Endean yJones 1972).

Gran parte de los terrenos que deben ser reforestados enlos trópicos no son aptos para la preparaciónmecanizada del sitio debido a que son empinados oirregulares. El costo de entrenar al personal, mantener elequipo e inventarios de repuestos y combustibles enlugares remotos puede exceder las expectativas. Aúndonde las técnicas mecanizadas son factibles o menoscostosas que los métodos manuales, el beneficio socialdel empleo que el método manual puede proporcionar,se debe considerar muy cuidadosamente antes depensar en la preparación mecanizada.

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Capítulo 6

La preparación del sitio puede ser innecesaria enladeras susceptibles a la erosión, dunas activas y cam-pos de cultivo recientemente abandonados. Cuantomenos se perturbe el suelo en tales zonas tanto mejor.La poca limpieza de malezas que pueda necesitarse, sepuede hacer fácilmente de forma manual.

En muchos sitios (como Trinidad) se han contratadocampesinos migratorios para preparar los sitios deplantaciones forestales y para compartir inicialmente elterreno con cultivos alimenticios, el sistema taungya(Lackhan 1976). Este sistema sigue siendo una manerapráctica de convertir a los bosques talados enplantaciones madereras, donde el control público deterrenos forestales es adecuado. En Monte Dourado,Brasil, donde los bosques habían sido talados yquemados recientemente, se empleó a campesinosmigratorios para producir cultivos alimenticios y, depaso, mantener libres de malezas a los árbolesplantados. La preparación del sitio mediante estemétodo a menudo deja grandes árboles remanentes enpie que luego deben ser talados con cierto daño a laplantación.

Donde el sistema taungya no es práctico, la eliminaciónde los matorrales, bosques secundarios bajos o bosquesrecientemente talados, generalmente se hace a mano,con machetes, hachas y sierras de cadena. La talamanual de bosques altos para establecer plantaciones espoco práctica. En Monte Dorado, Brasil, hasta un 80%del volumen de bosques altos talados se usa paramadera de aserrío y pulpa; el resto se usa como leña enel procesamiento de la pulpa y para generar electricidad(Woessner 1980a). En la preparación del sitio sólo setienen que quemar las ramas, lo cual es un materialadecuado para hacer una quema limpia y plantar sobrelas cenizas de inmediato.

El uso del fuego en la preparación final del sitio escomún en los trópicos. Donde hay grandes cantidadesde desechos que cubren el suelo y no es prácticoamontonarlos con implementos mecanizados, la quemaes la única manera de facilitar el acceso a losplantadores. Donde la quema no es necesaria se la debeevitar, particularmente en laderas, porque la quemalibera nutrimentos (Fig. 6-4). El N de la biomasa sepierde, y los nutrimentos que permanecen en lascenizas pueden perderse por erosión. Por otro lado, si sepermite que los desechos se desintegren en el sitio, losnutrimentos se liberan a una tasa aproximadamenteigual de rápida como la absorción por el nuevo cultivo.

Un método menos drástico de convertir a los bosquessecundarios en plantaciones en los trópicos es efectuaraclareos en franjas y repoblaciones bajo cubierta, unapráctica usada extensamente en África, pero todavíamuy raramente en América (Capítulo 5). Se supuso quesi las franjas eran tan anchas como los diámetros de lascopas de los árboles maduros, la tarea de preparacióndel sitio se reduciría; que las especies que requerían unasombra parcial inicial tendrían un ambiente similar alnatural; y que la mayor parte del bosque nativo no sedebía talar porque los árboles plantados pronto lodominarían. Si bien la técnica tuvo buenos resultados,no ha sido tan simple o efectiva como se esperaba. Lasombra que se dejó inicialmente fue demasiado densa;las especies plantadas presentaron tasas de crecimientode lentas a intermedias que han requerido muchos añosde prácticas de manejo, incluso cortas de liberación. Unenfoque posterior se centró en el uso de especiesintolerantes de crecimiento rápido que requerían laeliminación del estrato superior (Lamb 1960). Porconsiguiente, la preparación del sitio, aunque las franjasinicialmente eran de 1,8 m de ancho, fue sóloligeramente más barato que en plantacionesconvencionales.

Preparación mecanizada del sitio. Se pueden usarmétodos manuales o mecánicos para la preparación delsitio. En los grandes proyectos de plantaciones en Brasil,la preparación del sitio ha sido generalmentemecanizada (Simoes et al. 1976). Cualquier proyecto de

Fig. 6–4.—Preparación del sitio mediante quemasextensas tres meses después de talar el bosque primario,una práctica antes usada en Jari, Brasil.

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Propagación y Plantación de Árboles

plantación a gran escala debe comparar las ventajasrelativas, sociales y económicas, de ambos métodosantes de decidirse por uno (Chapman y Allan 1978).

En terrenos llanos y laderas de hasta 30%, libres deirregularidades u obstrucciones (los mejores sitiosdisponibles), se pueden usar máquinas para derribarárboles, arrastrar desechos, arar y preparar el suelo paraplantar los árboles. Cuando la mano de obra es escasa ocuando la temporada de plantado es corta, el métodomecanizado puede ser la única alternativa práctica parala preparación del sitio. La mayor capacidad de lasoperaciones mecanizadas puede también proporcionaroportunidades de empleo no disponibles de otro modo.

Sin embargo, la eliminación mecanizada de lavegetación puede dañar el sitio. Un estudio en Surinamreveló que las máquinas tenían un serio impacto en laspropiedades físicas y químicas del suelo (van der Weert1974). El equipo pesado puede tener un efectoperjudicial sobre la estructura del suelo y remover lacapa superficial. La compactación es mayor cuando elsuelo está húmedo, por eso el aclarado debe hacersedurante la estación seca. Para minimizar el pasorepetido de la maquinaria sobre el terreno, las franjas dedesechos se deben espaciar a más o menos el doble dela distancia entre las hileras de plantación.

Las máquinas se usan comúnmente para la preparacióndel sitio en zonas relativamente llanas de los bosquescerrados en Brasil (Brandi et al. 1971). Los árbolespequeños se pueden desarraigar con cadenasarrastradas entre dos tractores. El suelo comúnmente seara y grada con un escarificador de discos, no sólo parael control de las malezas, sino también para conservarel agua del suelo para los árboles. El control de lashormigas defoliadoras con pesticidas forma parte inte-gral de la preparación del sitio en Brasil. El arado ydiscado en los altiplanos de Colombia produjo uncrecimiento más rápido de E. grandis, P. kesiya, P.oocarpa y P. patula, durante los primeros cinco años(Cannon 1980; Ladrach 1978a, 1978b).

En los trópicos, las operaciones para la preparación delsitio que usan equipos mecanizados, incluyen lassiguientes:

Tala — La tala generalmente se efectúa durante laestación lluviosa. En los bosques altos o secundarios, setala con sierras de cadena o con cuchillas montadas entractores oruga. Donde los árboles son pequeños se

extraen con cadenas entre dos tractores. Cuando se tratade matorrales ligeros, se pueden usar tractores orugaque arrastran cuchillas rotativas por detrás.

Franjas de desechos —Estas normalmente se hacenpoco después de terminada la estación lluviosa. Por logeneral, se usan tractores o explanadoras con rastrillofrontal. La remoción completa de los tocones esnecesaria si la plantación luego ha de necesitarprácticas de cultivo mecanizadas. Los grandes toconesque no se pueden desarraigar se rodean de desechos yse queman.

Quema — La quema se hace antes de finalizar laestación seca. Las fajas cortafuegos de la periferia selimpian con explanadoras; debe haber trabajadores quesupervisen la quema para consolidar todo material queno se quema completamente. Se deben tener equiposcapacitados y disponibles para controlar incendios.

Cultivo — Las plantas se deben sembrarinmediatamente después de la quema. El suelo se arasólo donde la cubierta vegetativa pesada o el clima secoimpiden el desarrollo exitoso de la plantación; para ellose usan tractores con arados pesados y escarificadoresde discos.

Uso de herbicidas. El uso de sustancias químicas involu-cra peligros, tanto para los que las aplican como para elambiente natural. Es necesario permanecer informadosde las evaluaciones rápidamente cambiantes sobrepesticidas específicos, para evitar el uso de algunoinnecesariamente dañino al ambiente. La seguridad delos trabajadores expuestos a estos agentes es de igualmagnitud. El uso de herbicidas requiere ciertasprecauciones importantes. Las instrucciones deseguridad del fabricante se deben seguir al pie de laletra. Muchos herbicidas son irritantes o tóxicos para losmamíferos y pueden ser absorbidos por los pasajes de lanariz o por la piel. Donde se usan rociados, se debenponer vestimentas de protección, incluso guantes ymáscaras faciales. Otros peligros surgen después de laaplicación de los herbicidas; los persistentes o que sedescomponen en otras sustancias químicas peligrosas opoco conocidas, deben mantenerse lejos de lascorrientes de agua. Esto requiere aplicaciones mínimas,inyectadas en los árboles y no aplicadas en la superficieterrestre; además, se debe evitar su uso en días de lluvia.

Las sustancias químicas que matan a las plantas sonútiles en la preparación del sitio para el plantado, bajo

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Capítulo 6

ciertas condiciones. Debido a que pueden eliminar sindesarraigo pastos, malezas y plantas leñosas, losherbicidas pueden ser superiores a los métodosmecánicos, cuando se requiere limpiar un terreno. Ensitios donde hay sólo pastos o malezas, el tratamientocon herbicidas es adecuado. Cuando quedan tocones,los herbicidas se pueden aplicar para impedir querebroten. Algunos herbicidas matan a la vegetaciónapenas se ponen en contacto con ella; otros debepenetrar antes de tornarse efectivos; otros matan lassemillas en el suelo. Los herbicidas son más efectivoscuando se usan con buen tiempo.

A continuación se mencionan algunos herbicidas deutilidad comprobada en la preparación del sitio. Ladenominación por marca registrada es para efectos declaridad y no significa que se apoya su uso más que elde cualquier otra sustancia equivalente.

1. Contra pastos:

a. Dalapon, herbicida que transmigra y que afectasólo a las monocotiledóneas. No se sabe si poneen peligro la vida acuática.

b. Paraquat, herbicida que transmigra y tiene unaacción extremadamente rápida contra los pastos ylas especies de raíces fibrosas o estoloníferas.Causa defoliación, pero raramente mata a lasespecies leñosas.

2. Contra malezas herbáceas de hoja ancha:

2,4-D (ácido diclorohenoxiacético), herbicida quetransmigra y se aplica como rocío foliar.

3. Contra especies leñosas:

a. Picloram, herbicida que transmigra,extremadamente efectivo contra plantas leñosas yparticularmente útil en prevenir el crecimiento delos retoños. La mayoría de los pastos lo toleran.

b. Sulfamato de amonio, una sustancia químicasoluble y cristalina que se aplica a los toconespara evitar que rebroten.

4. Contra las semillas en el suelo:

Atrazine, un esterilizador efectivo del suelo. Se lo puedeaplicar a la vegetación baja manualmente o medianterociadores o nebulizadores portátiles motorizados. Los

árboles se pueden tratar usando un rociado basal (unmero mojado de la corteza alrededor del tallo y deanillamientos); también se puede inyectar. Losinyectores, desafortunadamente, se deterioranrápidamente en climas muy húmedos y con el uso deherbicidas corrosivos.

Una combinación de métodos tradicionales para laeliminación de la vegetación y arboricidas químicos esefectiva donde se deben eliminar matorrales bajos,densos y leñosos. El control de un matorral introducido,leguminoso, llamado marabu (Dichrostachys glomerata)en Cuba no fue posible con métodos mecanizados, perosí con el rociado de herbicidas, al comienzo de laestación seca y otra vez durante la estación lluviosa(Kudela 1978).

Consideraciones especiales para la preparación delsitio. En suelos susceptibles a una seria erosión debido ala textura, pendiente o intensidad de la lluvia, lo másapropiado es una preparación menos completa del sitio.Es particularmente deseable mantener la cobertura veg-etal que protege esos sitios, hasta un punto compatiblecon el establecimiento de la plantación. Así, los pastosnaturales, la cubierta herbácea o los matorrales bajos yleñosos pueden mantenerse en hileras de contorno. Lossitios también se deben proteger contra el daño causadopor incendios, pastoreo y cultivos.

Extensas zonas en el neotrópico que no son apropiadaspara la agricultura, tienen pobre drenaje y una bajaproducción maderera también. Al menos algunas deestas zonas, y posiblemente todos los manglares, tienenvalores significativos para la conservación del agua ydel hábitat silvestre, lo que podría impedir su uso parala producción de madera.

En climas secos, el uso de estructuras en contorno paraatrapar el agua de lluvia es muy común en los trópicosorientales y amerita mayores ensayos en América.Zanjas con barreras cruzadas pueden ser efectivas entales climas; ya en México han sido ensayados. La tasade supervivencia de Chilopsis linearis se acrecentó enCoahuila del 20 al 100% mediante el uso de estaszanjas (Zapien Barrogán et al. 1978). Las salidas delagua se deben planear cuidadosamente, porque laconcentración del flujo en una sola abertura puedecausar daño a toda la ladera. Bajo condicionesextremas, se ponen tablillas anchas de 30 cm de largoen el suelo cerca la base de árboles recién plantados,

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Propagación y Plantación de Árboles

perpendicularmente a las lluvias prevalecientes, paradirigir una mayor cantidad de agua de lluvia hacia losárboles.

La fijación de dunas es un caso especial. Las partículasde arena inestables y finas pueden volar a grandesvelocidades sobre la superficie del terreno, presentandoun ambiente particularmente adverso para elestablecimiento de una cobertura vegetativa. Lanaturaleza del sustrato de estos sitios también esadversa, ya que la retención de humedad y los nivelesde nutrimentos son bajos. Cualquier vegetación naturalpresente es deseable y se debe dejar. Donde elmovimiento de la arena es mayor, se pueden usarbarreras de madera u otro material para contrarrestar elmovimiento y estabilizar el nivel de la superficie.Quizás sea necesario aumentar la altura de las barrerasgradualmente a medida que se cubren, seguido por elplantado de matorrales o árboles. En estos sitios seprefieren especies como Acacia y Pinus, que tienencopas densas muy cerca del suelo. Casuarina resultóexitosa cerca de Veracruz, México. Es esencial protegerpor completo las dunas expuestas contra el pastoreo y laquema.

En gran parte de América tropical, el tratamientoquímico contra las hormigas defoliadoras también esesencial para el éxito de una plantación. En lasplantaciones de Eucalyptus de Minas Gerais, Brasil, lashormigas pueden reducir las tasas de supervivenciahasta en un 15% (Simoes et al. 1976). El tratamiento sedebe extender a las colonias principales, a ciertadistancia del área plantada.

Una vez muerta, a menudo es necesario sacar lavegetación para preparar al sitio antes de plantar. Elmétodo más común ha sido la quema. Hace muchosaños en la India, se reconoció que las quemas ligeras nodestruyen necesariamente los componentes orgánicosdel suelo (Griffith 1946). La quema también reduce laacidez de la capa superficial del suelo y liberacantidades significativas de nitratos. De hecho, laquema sola aumentó significativamente el crecimientoinicial en altura de los árboles plantados, aún hasta elsegundo año de vida. La quema ha sido la prácticatradicional asociada con la preparación del sitio paraplantaciones de Eucalyptus en la India (Lohani 1978).

La quema general después de la cosecha de los terrenosboscosos de miombo en lo que hoy es Zambia favorecea los pastos agresivos (Cooling 1962a). Para la

preparación del sitio, se ha comprobado que es mejordesarraigar los grandes árboles con tractores, excavarlos pequeños y dejar que los carboneros limpien elresto. El terreno luego se ara y grada con escarificadoresde disco al final de la estación lluviosa, y se deja enbarbecho durante la estación de sequía, para evitar quela humedad del suelo desaparezca.

Un estudio sobre la quema como método depreparación del sitio ofrece información de interés(Anón. 1949a). La quema destruye los ácidos orgánicosy libera las bases, tendiendo a neutralizar los suelosácidos, lo que mejora las condiciones para elcrecimiento de las plantas. La quema se ha visto comouna práctica que favorece a las bacterias en vez de loshongos, cambiando el equilibrio de nutrimentosdisponibles para las plantas. La quema también aumentala cantidad de nutrimentos minerales solubles en elsuelo durante un largo período después de efectuada.Sin embargo, la quema puede destruir algunas materiasorgánicas de la capa superficial y puede destruir todaslas semillas de la superficie. Los nutrimentos liberadostienden a concentrarse en las cenizas, así que laregeneración quizás sea mejor donde se concentran lascenizas. Uno de los beneficios de la quema quizás seaque reemplaza el Ca de las cenizas.

Los efectos adversos de la quema pueden reflejarse enel comportamiento de los cultivos. En Papúa – NuevaGuinea, la quema de los bosques húmedos después dela extracción, deprimió el crecimiento inicial en alturade una plantación de E. deglupta (Lamb 1976). Losárboles plantados en zonas sin quemar tenían alturassuperiores en 2,6 m a los nueve meses y 2,9 m a los 15meses; las diferencias fueron significativas al nivel del5%. Las concentraciones de nutrimentos en las hojas,incluyendo manganeso (Mn) y boro (B) pero excluyendoP y K, fueron 24% superiores en la zona sin quemar; lasdiferencias fueron muy significativas. El fósforo y el Kfueron significativamente menores (a nivel del 5%). Elcrecimiento inferior en las zonas quemadas se atribuyóa la pérdida del N con la quema, mientras que larecuperación subsiguiente del N fue muy gradual.

Una vez tratada la vegetación, el suelo también sepuede preparar con el propósito de conservar lahumedad, eliminar los competidores y mejorar latextura, para que penetren las raíces. Para plantar enzonas de sabana en el norte de Nigeria en terrenosdevastados por las minas de estaño, se usaron aradosdel subsuelo para desmenuzar la tierra de la superficie,

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Capítulo 6

lo que fue importante para el éxito de E. camaldulensis(Wimbush 1963). El suelo se escarificó con discos paracontrolar las malezas. Los tractores y los arados delsubsuelo se usaron también para plantaciones de P.patula en las praderas montañosas de Madagascar(Vignal 1956). El discado de las plantaciones de P.elliottii en el sureste de EE.UU. duplicó la superficie delas raíces, alcanzando profundidades de 30 a 45 cm enel suelo durante un período de 4 a 6 meses, encomparación con sitios donde no se había discado(Schultz 1972).

El uso de maquinaria en la preparación del suelo esventajoso sólo si el terreno es bueno y la plantación esde gran extensión (Letourneux 1960). La tecnologíausada se debe justificar no sólo en términos financierossino también sociales, a la luz del equilibrio comercial ylas necesidades del empleo. También se debereconocer, sin embargo, que en muchos sitios eltratamiento del suelo intensivo puede aumentar laproductividad en buena medida. En el cerrado de Brasil,la tala del matorral con cuchilla rotativa pesada resultóen plantaciones de E. saligna que tuvieron uncrecimiento inicial en altura un 50% superior al de lossitios donde sólo se había arado y rastrillado (Mello yRodríguez 1966). Aún las repoblaciones bajo cubiertarespondieron significativamente a una buenapreparación del suelo (Danso 1966).

En zonas secas, la preparación del suelo se puede hacerprincipalmente para reducir la pérdida de agua porescurrimiento y evaporación. En regiones de la India,donde la precipitación anual es de menos de 100 cm,los suelos se pueden trabajar a una profundidad de 15cm a lo largo de las hileras del plantado y se puedenconstruir lomas o camellones de rocas para controlar laerosión (Laurie 1941a). Se excavaron fosos de 4 a 6 mde largo, 60 cm de ancho y 45 cm de profundidad ensuelos rojizos y la tierra se amontonó formandomontículos (Muthanna 1941). Las semillas luego sesembraban sobre ellos. En un ensayo de A. arabica, eluso de bancales alrededor del árbol casi duplicó elcrecimiento inicial en altura (Ahmad 1957). En otraspartes los fosos se rellenaban con tierra suelta donde sesembraba después (Singh 1951). En zonas estérilesdonde se plantó Anacardium occidentale, se excavaronhoyos de 50 cm x 50 cm, y se dejó el suelo expuestodurante un mes, luego se devolvió al hoyo y se plantó(Iyppu 1957). En la India, desde hace mucho tiempo, seefectúa la limpieza completa de los terrenos y un arado

profundo para evitar la pérdida de agua (Shetty 1973).En los cerrados del Brasil, por la misma razón, se haceuna preparación completa del suelo, incluyendo eldiscado (Ayling y Martins 1981, Simoes et al. 1976). Enla India, donde la precipitación anual es menos de 50cm, el cultivo tipo taungya puede comenzar hasta tresaños antes de plantar los árboles (Sweet 1946).

Bajo condiciones extremadamente secas se puedenexcavar hoyos bastante tiempo antes de plantar, paraaprovechar los períodos cortos de humedad. En la India,se han excavado zanjas de 30 a 40 cm de profundidadantes de la estación lluviosa, ya sea en contorno o a 3 mde separación entre una y otra (Sahai 1945). Luego sesembraron semillas de Acacia, Dalbergia o Prosopis, yse reemplazó con tierra suelta al comienzo de las lluvias(Krishnaswamy 1960).

Espaciamiento entre árboles plantados. Elespaciamiento de los árboles afecta los costos deplantado, la necesidad de tratamientos silvícolasposteriores y los rendimientos. Chapman y Allan (1978)enumeraron los factores que influyen en la elección delespaciamiento en plantaciones tropicales:

• Tasa de crecimiento (cuanto más cerrado elespaciamiento tanto más lenta la tasa decrecimiento).

• Forma del árbol, forma de la copa y grado de podanatural.

• Incidencia de malezas y necesidad de desmalezadomecanizado, sombra lateral por crecimiento natural ylimpieza en cultivos taungya.

• Profundidad posible de las raíces (un mayorespaciamiento se necesita cuando las raíces sonsuperficiales).

• Mercadeo de los raleos iniciales y dap final.

• Costos del manejo y de la inversión.

Evans (1992) enumeró algunos de los efectos (buenos ymalos) del espaciamiento amplio: preparación del suelomás barata, menos árboles que plantar, mayores tasas desupervivencia, mejores condiciones de plantación ymanejo mecanizado, manejo menos intensivo, mayorperíodo de exposición a incendios antes que se cierre el

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Propagación y Plantación de Árboles

dosel, ramas más gruesas y persistentes que podar,menor necesidad de raleos precomerciales, menorcantidad de árboles que cosechar por unidad devolumen.

Para el plantado en el campo, el espaciamiento máscomúnmente usado variaba de 1,8 m x 1,8 m a 2,5 m x2,5 m, pero había muchas excepciones. En una zona deMadras, India, se usaron espaciamientos de 1 m x 1 mpara la producción de leña de Casuarina; losrendimientos fueron de 200 a 250 t/ha de madera secadespués de cuatro años (Kaul y Gurumurti 1981).Espaciamientos más cerrados (0,9 m x 0,9 m) se hanusado con Sesbania grandiflora para rotaciones de leñade tres años. En sitios favorables, los árboles alcanzanuna altura de 8 m y un dap promedio de 10 cm conrendimientos de peso seco de 40 t/ha/año (Bhat et al.1971).

En el sur de Brasil, los espaciamientos de Eucalyptuspara celulosa comúnmente son de 2,5 m x 2,5 m, o 2 mx 3 m; y los de Pinus para pulpa son de 2 m x 2 m y 2,0m x 2,5 m para madera aserrada (Simoes et al. 1976).Para P. caribaea en Venezuela, un espaciamiento comúnha sido 2,5 m x 2,7 m (Lama Gutiérrez 1976). Lasplantaciones de Cupressus lusitanica en Costa Rica seespaciaron a 1,5 m x 1,5 m para fomentar la poda natu-ral (Holdridge 1953).

En Monte Dourado, Brasil, G. arborea se ha espaciado a3,5 m x 3,5 m y P. caribaea a 4,0 m x 2,5 m paragarantizar el acceso a los árboles (Woessner 1980a). Elespaciamiento para Anacardium occidentale en zonasestériles de la India puede ser tan amplio como 10 m x10 m (Iyppu 1957).

Los estudios con P. elliottii en el sur de Queensland,Australia, durante 20 años, demostraron el gran valordel espaciamiento amplio para rotaciones largas, apesar que el rendimiento es menor, lo que refleja laimportancia del diámetro del árbol (Cuadro 6-7). P.elliottii para madera de aserrío en el sur de Brasil,establecido a 2,8 m x 2,8 m, sólo produjo muy pocosárboles bien formados para la selección final (Fishwick1976). Además, la cantidad de árboles, cuyocrecimiento no presentó ningún defecto, aumentó conespaciamientos más cortos.

En lo que hoy es Sri Lanka, se efectuaron ensayos enplantaciones de O. lagopus, una especie que requiere

espaciamientos muy amplios, de hasta 3 m x 3 m y 4,6m x 4,6 m; estos últimos tuvieron los mejores resultados(Parsons 1943, 1944). En la India, los espaciamientospara árboles de balsa variaban de sitio en sitio, desde3,7 m x 3,7 m a 4,6 m x 4,6 m en sitios pobres, a 5,2 mx 5,2 m en sitios buenos (Nair 1953). En Papúa - NuevaGuinea, el espaciamiento inicial fue de 2,1 m x 2,1 m,pero el raleo al 1,5 años dejó un espaciamientopromedio de 3,9 m x 3,9 m (White y Cameron 1965).

Wardle (1967a) ha demostrado que en Inglaterra elespaciamiento de los árboles puede ser prescrito sobreuna base económica con bastante certeza y que lavariación de los espaciamientos de cerrados a ampliospuede afectar el volumen total de producción en menosde un 10%. Allí, los espaciamientos de 2,4 m producíanrendimientos de casi el 95% del máximo de ingresosnetos descontados. Los espaciamientos más cerradosaumentaron el volumen pero disminuyeronmarcadamente la rentabilidad monetaria. Wardle indicaque la producción física, en el sentido exacto de lapalabra, es generalmente sólo un objetivo en la decisiónsobre el espaciamiento; otros pueden ser el valor en elmomento de la cosecha, el valor neto descontado o elriesgo de pérdidas.

Comparaciones de cuatro especies de Eucalyptus cercade Sao Paulo, Brasil, revelaron que un espaciamiento de1,5 m x 3,0 m rendía una mayor cantidad de maderaapilada (y corteza), para tablas de partículas a los cincoaños, que un espaciamiento de 2 m x 3 m, pero que elpromedio del diámetro era mucho más pequeño(Simoes et al. 1976). Para la fabricación de papel, losespaciamientos más amplios rindieron un mayorvolumen de madera utilizable.

Cuadro 6–7.—Efectos del espaciamiento sobre Pinuselliottii en Queensland, Australia

Productividad Valor relativo (m3/ha/año) por añoa (%)

Espaciamiento (m)A 12 años A 20 años A 12 años A 20 años

2.1 x 2.1 13.7 19.5 41 923.0 x 3.0 11.1 16.3 39 100

Fuente: Anón. 1972b.aComo porcentaje del valor relativo del espaciamiento de3.0m x 3.0m a los 20 años.

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Capítulo 6

Cuadro 6–8.—Efectos del espaciamiento en losrendimientos de biomasa de Leucaena leucocephalaen plantaciones de cuatro años en Taiwán

Componente Biomasa de los árboles plantados (t/ha)arbóreo N = 2,500 N = 10,000 N = 40,000

Troncos 36 50 83Ramas 8 6 11Hojas 3 3 6Raíces 11 13 24

Total 58 72 124

Fuente: Wang et al. 1984.

Evans (1992) concluyó que para plantaciones decampo, tres tipos de espaciamientos son deseables: 1)para leña de rendimiento máximo anual y sin restricciónde tamaño pequeño, 1 m x 2 m; 2) para madera parapulpa con 10 a 40 cm de diámetro, 2 m x 3 m ; 3) paramadera de aserrío y contrachapados que requierenmaderos de 30 cm o más de diámetro, de árbolesseleccionados mediante raleos, de 2,5 cm a 4,5 cm.

Los efectos del espaciamiento demasiado cerrado de L.leucocephala son evidentes en un estudio efectuado enTaiwán (Wang et al. 1984). Se usó el “tipo salvadoreño”de L. leucocephala y una densidad de 2 500 a 40 000árboles por hectárea. El rendimiento a los cuatro años semuestra en el Cuadro 6-8. La alta producción debiomasa mostró que el espaciamiento de 40 000 porhectárea era engañoso. La mortalidad eliminó a 12 000árboles por hectárea, y el 74 % de los sobrevivientestenían un dap de menos de 4 cm, por lo que no sepodían usar para pulpa. El tamaño final de la plantaciónse redujo a 7000 árboles por hectárea.

Un experimento similar con S. sesban en la Indiademostró que el dap disminuyó con el espaciamientomás estrecho, pero que el rendimiento aumentó (Cuadro6-9). A pesar que la última columna del Cuadro 6-9exagera los resultados porque no incluye la mortalidad,sugiere una comparación inevitable entre los tamañosde árboles, significativa no sólo con respecto a lautilización sino también al costo del manejo.

En las plantaciones tipo taungya, donde los árboles seintercalan con cultivos alimenticios, el espaciamientode los árboles ha sido amplio para asegurar un períodode cosecha lo suficientemente largo como para

recompensar al productor por haber preparado el suelo.Así, en la India, las plantaciones taungya de Acaciaarabica y D. sissoo tienen espaciamientos de 3,7 m x4,6 m (Sahai 1945). En el antiguo Zaire, dondeTerminalia superba se había intercalado con cultivos debananos, el espaciamiento de los árboles variaba 3,7 a5,5 m (Baur 1964a). En Monte Dourado, Brasil, Eucalyp-tus, Gmelina y Pinus se han espaciado a 2,25 m x 4,00m, para prolongar la producción de forraje en sitiosdonde se planeaba permitir el pastoreo (Woessner1980a). Las taungyas de Pinus caribaea en Trinidad sehan plantado a 2,7 m x 2,7 m (Lackhan 1976).

En las repoblaciones bajo dosel el espaciamiento es aúnmás amplio. El hecho de que se necesitan pocos árbolespor unidad de área ha sido un argumento importantepara la práctica. Debido a que entre las hileras deplantación hay bosque natural, no es necesario usarespaciamientos estrechos para asegurar la buena formadel árbol. En la República del África Central, elespaciamiento de T. superba ha sido de 12 m x 12 m,comparado con el del África de habla francesa, dondela variación de los espaciamientos era de 5 a 20 m entrehileras y de 3 a 7 m entre árboles (Aubreville 1958; Baur1964a; Catinot 1965, 1969a).

En Malasia, se han efectuado repoblaciones bajo doselcon separaciones de 10 a 12 m entre hileras y 2 m entreárboles (Tang y Wadley 1976a, 1976b). En Fidji, lasrepoblaciones bajo dosel con Swietenia macrophylla sehan espaciado aproximadamente a 3 m x 12 m (Busby1967). En Papúa - Nueva Guinea, se usó Araucariahunsteinii con espaciamientos de 3 m x 7 m (Godlee yWhite 1976).

Cuadro 6–9.—Efectos del espaciamiento en el volumende Sesbania sesban a los 30 meses en la India

DapEspaciamiento medio Rendimiento No.(árboles/ha) (cm) (m3/ha/año) árboles/m3a

2,500 7.7 21 485,000 6.5 29 69

10,000 5.3 39 10320,000 4.0 41 19540,000 3.1 45 356

Fuente: Dutt y Pathania 1986.aNo se considera la mortalidad.

243

Propagación y Plantación de Árboles

El espaciamiento de las repoblaciones bajo dosel sepuede definir en función del diámetro de copa de losárboles maduros. En África se recomendó unespaciamiento entre hileras al menos igual al diámetrofinal de la copa o un poco mayor, para permitir lapersistencia de los árboles naturales (Dawkins, citadopor Lamb 1969a). Dentro de las hileras, los árboles seespaciaban hasta casi un quinto de la distancia entrehileras, proporcionando así una buena selección deárboles para la cosecha final.

Se ha medido el ancho final de la copa de árboles noapiñados. Como ejemplo, en los bosques dedipterocarpáceas de tierras bajas de Malasia, Dyeracostadata presentó una razón diámetro de copa/diámetro del tronco de casi 17, lo que se considerademasiado bajo para un árbol de crecimiento rápido(Wong 1966a). La distancia entre hileras de esta especiecon 60 cm dap y una vez alcanzada la madurez,usando un espaciamiento triangular, fue de 0,60 x 171/155 = 8,8 m. Otros árboles de Malasia tienen una razóndiámetro de copa/ dap que varía de 16,5 a 25 (10 a 15m para los árboles con 60 cm dap), y el espaciamientode las hileras frecuentemente se calcula como si fuera1,5 veces esta cifra, con un espaciamiento inicial dentrode las hileras de 1,8 m (Tang y Wadley 1976b).

Las plantaciones en grupos con espaciamiento ampliose han ensayado extensamente en los trópicos, y seasocian con el nombre de Anderson, quien describióeste tipo de plantaciones en Escocia y el norte deInglaterra (Anderson 1953). El concepto de Anderson esque un grupo de árboles, en vez de un sólo árbol, es launidad de plantación y que las unidades se debenespaciar lo suficiente como para que gran parte del áreaentre unidades permanezca libre hasta que los árbolesplantados maduren. Existen variaciones en cuanto a lacantidad de árboles iniciales por unidad, composiciónde la unidad, espaciamiento dentro de la unidad,espaciamiento entre unidades y mezcla de especies. Lacantidad de árboles por unidad varía de 3 a 25,espaciados a 1 m o menos de separación; los árbolesinferiores se ralean temprano para favorecer a losmejores. Las mezclas de especies se pueden alternardentro o entre grupos. El espaciamiento dentro de lasunidades varía de 30 a 150 cm y entre unidades de 2,8a 7,5 m. En Uganda, el método se ha usado con éxitocon espaciamientos de 5 m x 5 m, y una separacióninterna de 1 m entre árboles (Lawton 1976).

Las ventajas atribuidas al patrón de Anderson son:facilidad para el desmalezado, raleado y cosecha;árboles interiores relativamente libres de ramas yestabilidad contra el viento. Si bien se da una tendenciaa que los árboles de la periferia dominen, esto nonecesariamente es una desventaja significativa, porqueel raleo inicial puede favorecer a los mejores árboles. EnBrasil, el gusano barrenador de las Meliaceae rara vezse disemina en toda la unidad, lo que hace que algunosárboles de cada grupo se escapan del ataque.

Una adaptación del patrón de Anderson se ha ensayadoen Surinam con Cordia alliodora (Vega 1977). Seplantaron árboles en espaciamientos triangulares con 1m de separación en bosques secundarios, justo despuésde haber envenenado a los árboles del estrato superior.Las unidades se espaciaron a 5 m x 10 m; 200 árbolespor hectárea, con una cosecha esperada de 130 a 150árboles. Ensayos en Brasil usan espaciamientos máspequeños dentro de la unidad, pero las unidades estánseparadas por 20 m.

El espaciamiento involucra mucho más que la cantidadde árboles requerida y la facilidad de las prácticas demanejo inicial. De igual importancia son los efectossobre la rectitud del tronco, podado natural y artificial,forma del fuste, incremento diamétrico y tamaño de losárboles al primer raleo.

Estudios de estas relaciones se han efectuado bajocondiciones tropicales, o cuando las conclusiones dealgún estudio se pueden aplicar a los trópicos. Unexperimento para la producción de leña con E. salignaen Sao Paulo, Brasil, ilustra los resultados con distintosespaciamientos (Cuadro 6-10). La rentabilidad de lainversión probablemente favoreció el espaciamientomás amplio aún más de lo que se indica, debido a quese usó un valor constante por metro cúbico, sin tomaren consideración la probable reducción de costos almanejar menos piezas de mayor tamaño, que seobtuvieron con el mayor espaciamiento.

Un ensayo de espaciamientos en Kenia con maderasblandas exóticas comparó el crecimiento a los diez añosentre los siguientes espaciamientos: 1,8 m x 1,8 m; 2,1m x 2,1 m; 2,4 m x 2,4 m y 2,7 m x 2,7 m (Anón.1962a). El tamaño promedio de las ramas y la alturapromedio de todos los árboles se redujo por elespaciamiento, pero para los 250 árboles más grandes

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Capítulo 6

Cuadro 6–10.—Efectos del espaciamiento en la productividad de Eucalyptus saligna a los ocho años de edad enSao Paulo

Espaciamiento Árboles/ha Dap medio Rendimiento Rendimiento de la inversión(m) (miles) (cm) (m3/ha/año) (%)

1 X 1 10.2 7.2 33.4 −3.71 X 2 5.2 8.6 33.2 3.42 X 2 2.6 11.8 30.8 15.82 X 3 1.7 12.5 25.8 20.4

Fuente: Guimaraes 1957, Navarro de Andrade 1939.

Cuadro 6–11.—Efectos del espaciamiento y crecimiento de Eucalyptus saligna a los cinco años en Hawai

Incremento basimétricoDap medio (cm) comparativo 5–10/0–5 años a(%)

Espaciamiento Dominantes y Área basal Dominantes y(m) codominantes Todos los árboles (m2/ha) codominantes Todos los árboles

2.4 19.0 15.7 33.6 0.98 0.513.0 21.3 17.8 27.6 1.01 0.543.7 21.8 18.8 20.3 1.05 0.64

Fuente: Walters 1973, Walters y Schubert 1969.aIncremento del área basal entre el 5o. y 10o. año como porcentaje del crecimiento de los primeros cinco años.

por hectárea, la altura promedio fue levemente mayoren los espaciamientos menores que en los amplios. Eldiámetro de los 250 árboles más grandes por hectáreafue el mismo, independientemente del espaciamiento. Elespaciamiento más amplio produjo muchos árboles malformados, algunos de ellos grandes. Al ralear, se obtuvoun diámetro promedio más pequeño para el cultivorestante que el de los dos espaciamientos intermedios.

En un estudio con E. saligna en Hawai, la tasa decrecimiento diamétrico de árboles dominantes ycodominantes fue menos afectada por el espaciamientoque el rodal entero (Cuadro 6-11). El crecimiento de losárboles dominantes continuó siendo beneficiado hastael décimo año.

Otro estudio en Hawai con P. taeda (Whitesell 1974)determinó el cierre de copa a los cuatro años con elespaciamiento de 1,8 m x 1,8 m; al sétimo año con losespaciamientos de 2,4 m x 2,4 m y 3,0 m x 3,0 m, y alonceavo año para 3,7 m x 3,7 m (Cuadro 6-12). Losefectos progresivos de los espaciamientos fueron

aparentes aquí también. Los beneficios delespaciamiento sobre el incremento diamétricocontinúan aumentando con el tiempo. El incremento enárea basal aumenta con el espaciamiento en la mismamedida que disminuye con los menores espaciamientos.

Otro estudio con P. taeda en el sureste de EE.UU.muestra la influencia del espaciamiento sobre elvolumen cosechable (Balmer et al. 1978). La edad de laplantación (15 años) no es indicativa para los trópicos,pero las relaciones sí lo son (Cuadro 6-13). Unespaciamiento de 3,0 m x 3,0 m rindió más de tresveces el número de árboles con dap mayor de 20,3 cmque un espaciamiento de 1,8 m x 1,8 m.

El espaciamiento triangular tiene sus defensores,quienes lo ven como una manera de distribuir elespacio más uniformemente entre los árboles plantados.Cada árbol se coloca en el centro de un hexágonoformado por seis árboles y equidistante de todos susvecinos. El espaciamiento triangular permite un 15%más árboles por unidad de área que un espaciamiento

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Propagación y Plantación de Árboles

Cuadro 6–12.—Influencia del espaciamiento en elcrecimiento de Pinus taeda en Hawai

Desarrollo comparativo de la plantacióna (%)Área

Espaciamiento Diámetro del fuste basal/ha(m) 4 años 7 años 11 años 4 años 7 años 11 años

1.8 100 100 100 100 100 1002.4 107 117 119 62 72 793.0 107 128 136 43 59 673.7 117 143 153 35 51 60

Fuente: Whitesell 1974.aCon relación a 100 en el espaciamiento de 1.8 m.

cuadrangular, o una distancia mínima entre los árbolesdel 7,5% (Wakeley 1954). El espaciamiento triangular esde interés especial en los estudios experimentales deespaciamiento, pero requiere más cuidado en laalineación de lo que se puede justificar en plantacionesa gran escala.

Mirando hacia el futuro, Lewis (1968) concluyó que lasventajas de tener un núcleo pequeño de madera juvenily ramas pequeñas, que desde hace mucho tiempo sonlas razones por las cuales se usan espaciamientosestrechos, probablemente deberán ser sacrificadas en unmomento en que se privilegia la cantidad más que lacalidad.

Guía para el establecimiento de plantaciones. El diseñode una plantación requiere prudencia y planificación.Se debe tener acceso al área, y protección desde elprincipio contra incendios y daños de la fauna. Laalineación de los árboles es importante en todos los

terrenos, excepto en los más escabrosos. Las hilerasderechas facilitan el raleo (Brown 1965) y el uso deequipos mecánicos para el manejo y la cosecha;también promueven un espaciamiento uniforme, y porlo tanto, el uso más completo del sitio. Las plantacionescomúnmente se diseñan con dos largas cintas quemarcan la distancia de plantado. Las cintas se disponenen ángulo recto y se mueven gradualmente a través delterreno para poner una estaca en cada sitio donde seplantará un árbol. Esta tarea debe hacerse antes quellegue el tiempo de plantar. En un terreno escabroso deMéxico, se marcó el borde de la plantación, luego losplantadores usaron el espaciamiento de la primerahilera como guía para ubicar los árboles de cada hilerasubsiguiente (Martínez McNaught 1978). El uso de unasola cinta es adecuado cuando se planta con máquina.

La plantación en todos los sitios, excepto los másfavorables, se hace manualmente en los trópicos. Elgran proyecto de Monte Dourado, Brasil, al menos hasta1980, se plantó a mano (Woessner 1980a, 1980b). Lamayoría de los sitios tropicales apropiados paraplantaciones forestales no favorecen el uso demaquinaria, como tampoco lo favorecen los plantonesenvasados. Las plantas se trasportan a lo largo de lashileras de plantación en bandejas y en un mediohúmedo para proteger las raíces. Se abren hoyos en elsuelo del tamaño y forma para acomodar el sistema deraíces de los árboles en una posición natural. Cuando seplanta a raíz desnuda, el hoyo se puede hacer con unabarra provista de una cuchilla en forma de pala estrechao con una pala regular. El peligro es que con el afán deminimizar el trabajo, se abra un hoyo demasiadopequeño por lo que las raíces quedan apiñadas cuandose tapa el hoyo. Cualquiera que sea la herramientausada, el árbol debe quedar a la misma profundidad queestaba en el vivero (el cuello de la raíz debe estar a rasdel suelo).

La tierra se apisona firmemente con el zapato alrededorde los árboles plantados. No deben quedar bolsas deaire en el suelo cerca de las raíces. El suelo arcillosoduro y apisonado de la superficie se debe mezclar conhojarasca alrededor de los árboles para evitar altastemperaturas en la superficie y una evaporación rápida.

Excepto cuando las plántulas están en tubos pequeños yrígidos, los hoyos para plantar existencias envasadasdeben ser mayores que si se plantara a raíz desnuda.Estos hoyos comúnmente se hacen con un zapapico.Este proceso tiende a mezclar suelo superficial y

Cuadro 6–13.—Espaciamiento y rendimiento dePinus taeda a los 15 años en el sureste de los EE.UU

Espaciamiento Árboles por hectárea(m) Dap > 15.2 cm Dap > 20.3 cm

1.8 1,373 1112.4 1,388 4963.0 1,008 6523.7 699 642

Fuente: Balmer et al. 1978.

246

Capítulo 6

subsuelo y a exponer terrones duros. Cuando el envasese abre o se quita con cuidado, es mejor poner primerosuelo superficial en el hoyo, cerca de la masa de raícesy luego rellenar con subsuelo, despedazando losterrones. El apisonado se debe hacer con cuidado cercade la masa de raíces, pero repetidamente a medida queel hoyo se va llenando. En las zonas secas de lostrópicos, los hoyos a veces se abren a principios de laestación lluviosa para capturar el agua antes de plantar(Mathus Morales 1978b).

Una gran ventaja de los envases pequeños tubulares esque requieren hoyos pequeños y cilíndricos, que sepueden hacer con la punta de una barra de metal. Sedebe tener un cuidado especial para asegurar que laprofundidad sea correcta y que el apisonado elimine lasbolsas de aire.

Los árboles recién plantados deben poder identificarsecon facilidad para efectos del desmalezado. El uso deplantones de gran tamaño puede facilitar esta tarea,pero más vale poner una estaca cerca de los arbolitosmás pequeños. La posibilidad de ubicar los árbolesfácilmente es una razón para plantar en hilerasderechas.

El uso de máquinas para plantar ha acelerado mucho elproceso en sitios apropiados; pero este método se limitaa sitios extensos, relativamente llanos, ni pantanosos nirocosos, y situados en climas donde se espera quesobrevivan los plantones a raíz desnuda. Las máquinasusan una cuchilla vertical para cortar el suelo hasta laprofundidad deseada; luego, una cuchilla en forma decuña abre el corte lo suficiente como para permitir quelas raíces se coloquen a mano en la abertura. El corte secierra mediante la presión de dos ruedas de gomamontadas una al lado de la otra, en forma de “V”. Conun mismo tractor se pueden plantar dos hileras a la vez.Es posible plantar hasta 12 000 árboles por máquina pordía (Chapman y Allan 1978). Las máquinas se hanutilizado eficazmente en el este de Venezuela y sur deBrasil. El proyecto mecanizado más grande de la regiónpuede ser el de P. caribaea, plantado en sabanas en lacuenca inferior del Orinoco venezolano. Si bien hahabido pérdidas de existencias a raíz desnuda comoresultado del clima seco inesperado, el replantadotambién se ha hecho a máquina, debido a la gran escalade la operación.

En los manglares de Malasia, Rhizophora mucronata seplanta manualmente, empujando los hipocotilos recién

germinados profundamente en el barro blando (Walker1938).

Algunos piensan que en condiciones de clima seco, losplantones se deben colocar a mayor profundidad que enel vivero, pero los ensayos en Sudán con Azidirachtaindica indican que en los sitios secos, los árboles sedeben plantar a la misma profundidad que en el vivero;esto es, con el cuello de la raíz a ras del suelo (Reynders1965). También, se ha puesto en duda si se debe sacarla bolsa plástica en tales condiciones; los resultados deensayos con E. microtheca en Sudán sugieren que dejarlas bolsas puestas retrasa seriamente el desarrollo de lasraíces y reduce la resistencia a la sequía y al viento(Wunder 1966). Por otro lado, en los bosques demiombo en lo que hoy es Zambia, Eucalyptus ha sidoestablecido con éxito, dejando los tubos de polietilenosin fondo, de casi 9 cm de ancho y 15 cm de largo(Cooling 1962a).

Los ensayos de siembra directa en Kenia con Cupressuslusitanica, P. patula y P. radiata comprobaron la eficaciade usar tablillas de bambú para dirigir la lluvia hacia elárbol (Howland y Hosegood 1965). Se colocarontablillas de 1 m de largo y 2,5 cm de ancho en el suelo,en forma perpendicular a la inclinación regular de lalluvia; cada árbol también estaba rodeado en su parteinferior por una manga de bambú cuyo propósito eraretener el agua de la superficie. Las tablillas y lasmangas fueron esenciales para la supervivencia de losárboles, ya que de ese modo recibían un 60% más deagua de lluvia.

El costo y calidad del trabajo de plantación dependende la pericia del trabajador. Para plantar a mano, serequiere un supervisor por 10 a 16 trabajadores. Eltiempo del trabajador se debe equilibrar juiciosamenteentre el transporte y el plantado. La marcación conestacas de los sitios donde los árboles se han de plantar–si se hace al mismo tiempo que el plantado- debeorganizarse como una operación independiente yhacerla justo antes que los plantadores comiencen sutrabajo. Las bandejas donde se guarda el material deplantación, protegido del sol y el viento, pueden sertransportadas por los plantadores mismos, y cada unohace el hoyo, planta el plantón y cubre las raíces. Enterrenos difíciles, un trabajador hace un hoyo y otroplanta. El supervisor verifica no sólo el apisonado delsuelo, sino también la profundidad del plantado y elacomodo del sistema radicular.

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Propagación y Plantación de Árboles

En el neotrópico, la mayoría de los árboles han sidoplantados por trabajadores rurales no capacitados, bajoel supuesto de que los que plantan otros cultivos sabenlo que hacen; una suposición suficientemente válidacomo para haber rendido muchas plantaciones exitosas.Un resultado de este supuesto, sin embargo, son laspérdidas inesperadas debido al cuidado inapropiado delplantado. La capacitación inicial debe incluir un curso,cuyo énfasis es el propósito e importancia del trabajo,una demostración cabal de cada práctica y unasupervisión estrecha del trabajo inicial efectuado.También es esencial instruir a los trabajadores sobrecómo prevenir accidentes y dar auxilio en caso deemergencia. El equipo de seguridad mínimo incluyezapatos especiales, espinilleras, guantes, cascos y cajade primeros auxilios.

La capacitación del equipo a cargo del plantadomecanizado debe ser más intensiva, e involucra losiguiente: uso, cuidado y mantenimiento del equipomecánico; riesgos inherentes y evitables; prevención deaccidentes y reacción en caso de accidentes. El accesoa los equipos de seguridad y a los materiales deprimeros auxilios también es particularmenteimportante.

Aditivos del suelo. Los árboles, como cualquier otrocultivo, requieren una absorción equilibrada de 13elementos esenciales para un crecimiento satisfactorio(Swan 1968). Estos incluyen los macronutrimentos (N, P,

K, Ca, Mg y S) y los micronutrimentos u oligoelementos(B, Cu, Fe, Zn, Mn, Mo y Cl) (Chapman y Allan 1978).Las deficiencias de nutrimentos son comunes en lossuelos marginales plantados con árboles. Los bosquestropicales comúnmente crecen en suelos deficientes ennutrimentos, arenas silíceas o arcillas muy lixiviadas.Después de la deforestación, estas deficiencias naturalesdel suelo se pueden mejorar sólo con fertilización.

El uso de fertilizantes en plantaciones forestales ha sidomenos generalizado en América que en cualquier otrositio de los trópicos, aunque los beneficios han sidoimpresionantes en algunas instancias. Se hacomprobado que los fertilizantes son capaces deaumentar la adaptación de distintas especies, además demejorar su resistencia contra plagas y enfermedades(Baule 1979). Un estudio efectuado por FAO examinó eluso de 13 000 fertilizantes y demostró un aumento en elpromedio de crecimiento del 73% con la aplicación defertilizantes, además de un aumento en la razón valor/costo (Phillips 1972).

El hecho de añadir nutrimentos al suelo puede acelerarel crecimiento de los árboles y de los rodales enbosques tropicales; esta reacción puede durarmuchísimos años (Swan 1968). Las posibles gananciascon la corrección de las deficiencias del suelo forestalen los trópicos son más inmediatas y grandes que lasproducidas por otras formas de silvicultura intensiva(Assman 1970). Para la mayoría de los usos finales, lamadera de árboles que reciben nutrimentoscomplementarios es muy poco inferior en calidad enrelación con la madera de árboles no fertilizados.

El proceso de preparar el suelo para establecerplantaciones forestales acentúa las posibilidades de quese encuentren deficiencias en nutrimentos. Laextracción de árboles enteros, la tala y la quema drenanlos nutrimentos del sitio y causan deficiencias justocuando los nuevos árboles más los necesitan (Waring1972). Los estudios en Kenia demostraron que elcrecimiento de las raíces de E. saligna hacia las capasinferiores húmedas del suelo empieza a las dos semanasde haber sido plantados (Griffith y Howland 1962). Lareacción de los árboles recién plantados a los aditivosdel suelo ha confirmado que necesitan nutrimentos enforma casi inmediata (Fig. 6-5).

El control de las malezas y el suministro de nutrimentosson esenciales para el crecimiento inicial de los árbolesen los trópicos. Las ganancias en productividad son

Fig. 6–5.—El crecimiento del primer año de Pinuscaribaea fue inducido colocando fertilizante en el fondodel hoyo en el momento mismo del plantado en un sitiopobre de Jamaica.

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Capítulo 6

permanentes y el potencial total de crecimiento de unsitio es aprovechado por el árbol desde el principio(Waring 1972). Un aumento en los niveles denutrimentos también puede aumentar la cantidad deespecies o procedencias que pueden crecer, además desu resistencia a plagas y enfermedades (Baule 1979). Eluso racional del fertilizante mineral, la selecciónapropiada de procedencias geográficas y la adquisiciónde semillas de buena calidad son los tres requisitossilvícolas más importantes en Brasil (Golfari 1977). Apesar de estos beneficios, sólo una parte insignificantede los terrenos plantados con árboles en los trópicos hasido fertilizada (Baule 1979).

El mejor momento para fertilizar es cuando se planta. Elfertilizante se debe colocar en el fondo del hoyo, fueradel alcance de las raíces de las malezas. Es deseablemezclar el fertilizante con una pequeña cantidad detierra para evitar que las raíces del árbol se “quemen”.La cantidad y mezcla de nutrimentos o fertilizantes nose debe dejar al azar. Una guía posible es la prácticaagrícola en la región. Otra fuente posible es el análisisdel suelo, o ensayar en zonas representativas, lasreacciones (en términos del crecimiento temprano delos árboles) a las distintas cantidades de cadanutrimento y combinación de los mismos, usandoárboles sin fertilizar como control.

Los fertilizantes químicos son sólo una fuente denutrimentos. Durante siglos los agricultores hanaplicado residuos orgánicos a sus cultivos. Los árbolesse benefician con cualquier residuo dejado por elbosque o cultivo anterior.

La atención a los nutrimentos del suelo comenzó hacetiempo en la India, donde las viñas leguminosas de Ip-omea se intercalaron con plantaciones de Casuarinaequisetifolia en playas arenosas para suministrar N(Sharma 1951). Luego se supo que esta práctica noproducía beneficios de importancia, evidentementeporque C. equisetifolia produce mucho de su propio N.

En el norte de Nigeria se trató de reforestar terrenosdevastados por las minas de estaño con E.camaldulensis en un subsuelo desnudo; se añadió acada árbol media pala de fertilizante orgánico refinadoy casi 90 gramos de sulfato de amonio (Wimbush 1963).Los árboles crecieron de 3 a 4 m en altura el primeraño. Sin la aplicación del fertilizante orgánico, elcrecimiento en altura fue de la mitad.

El uso de abono verde en las plantaciones tropicalescomenzó hace tiempo con la teca en Java (Alphen deVeer 1958b, Sieverts 1958). La teca crecía de modopoco satisfactorio en suelos pobres; casi un mes despuésde plantada, se intercalaron árboles de Leucaenaleucocephala, una especie que se considera produce N.Sin embargo, L. leucocephala tendió a competir con lateca, a expensas de esta última. Pero la poda severa deL. leucocephala tres veces al año y dejar las ramasalrededor de la teca fue un estímulo muy efectivo parala teca (Alphen de Veer 1958b).

El fertilizante inorgánico mixto en el fondo del hoyo enel momento del plantado, generalmente acelera elcrecimiento inicial en altura. Los Eucalyptus plantadosen tubos en sitios pobres de Hong Kong alcanzaron altastasas de supervivencia, pero el crecimiento inicial fuelento (Anón. 1954f). La adición de 15 a 30 g de sulfatode amonio por árbol en el momento del plantadoaumentó el crecimiento en altura en un metro o más enpocos meses.

En Colombia, se descubrió que el pobre crecimiento deCupressus lusitanica se debía a deficiencias en P y N(Tschinkel 1972g). La aplicación de P solamenteaumentó el crecimiento en volumen del rodal en un53%; al añadir N solamente, el aumento fue del 58%.Pero cuando se aplicaron las dos sustancias juntas, elvolumen del rodal aumentó un 230%. En Filipinas, laaplicación de fertilizantes 12-12-12 y 16-20-0 a E.deglupta aumentó la altura del árbol en 2 m en seismeses; no hubo una diferencia pronunciada entre lasreacciones a las dos mezclas de fertilizantes (Tagudar yGianan 1970). En Brasil, la aplicación de NPK aumentóenormemente el crecimiento en altura de Eucalyptus alaño. Una diferencia de tan sólo 1 m más de alturapermitió recuperar el gasto en fertilizante (Foot 1968a).

Un ensayo de tratamiento de E. saligna en las sabanasde Minas Gerais, Brasil, arrojó rendimientossignificativos con la aplicación de 60 g de N, 80 g de Py 20 g de K por árbol (Knudson et al. 1970). Los árbolestratados tuvieron un promedio de 7,2 m encomparación con 4,2 m para los árboles sin tratamiento,a los dos años. Al añadir pequeñas cantidades de B yZn, el promedio en altura de los árboles tratadosaumentó a 9,1 m. En otro experimento con E. saligna enSao Paulo, la aplicación inicial de un fertilizante 5-17-3rindió a los cinco años 266 m3 de madera apilada porhectárea en comparación con 150 m3 para los árboles

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Propagación y Plantación de Árboles

Cuadro 6–14.—Beneficios de la aplicación denitrógeno y desmalezado en la producción de forrajede Leucaena leucocephala en Papúa-Nueva Guinea(kg/ha)

Aplicación Peso verde de forraje a las 9 semanasde nitrógeno Sin desmalezado Con desmalezado

0 750 96034 830 1,65068 1,090 1,650

Fuente: Hill 1970.

de control sin tratamiento (Simoes et al. 1976). Lafertilización aumentó el rendimiento promedio deleucalipto en Brasil a 35 m3/ha/año (Golfari 1977).

La aceleración del crecimiento mediante fertilización aP. caribaea y P. patula en Uganda, se limitó a los árbolesplantados en suelos arenosos y rojos muy lixiviados(Karani 1976b). En términos de supervivencia ycrecimiento inicial, el fertilizante no sustituyó a lalimpieza de malezas. Los pinos, particularmente, hantenido reacciones imprevistas a los fertilizantes bajomuchas condiciones. En Uganda, P. caribaea y P. patulareaccionaron a varios fertilizantes sólo en los suelos máspobres arenosos y de arcillas lixiviadas (Karani 1976b).En un sitio, las reacciones más significativas delcrecimiento se atribuyeron a Mg y K.

Recientemente se ha ensayado con fertilizantes deliberación lenta, como método para prolongar elestímulo al crecimiento inicial. Al colocar ese tipo defertilizante a 8 cm de las raíces del árbol en el hoyo enel momento del plantado, se obtuvo una diferenciasignificativa en el crecimiento al final del primer añopara Toona ciliata en Hawai (Walters 1975). Este ensayose hizo en pastos pesados, que también crecieron mejordebido al tratamiento, pero los árboles crecieron másque el pasto.

El nitrógeno ha resultado ser el elemento clave en lamayoría de los ensayos de fertilizantes en los trópicos.El efecto principal del N es aumentar el área de lashojas (Helms 1976). En un ensayo con E. deglupta enPapúa - Nueva Guinea, el crecimiento en alturaaumentó con el N foliar (Lamb 1977), el cual dio cuentadel 72% de la variación en altura a los 15 meses.

El nitrógeno generalmente estimula el crecimiento másque cualquier otro mineral. El ancho de los anillos decrecimiento de los pinos en la zona templada aumentacon el contenido de N en las agujas (Assman 1970). Unensayo con E. camaldulensis en Filipinas, en el cual seusaron N, P, y K, mostró que la respuesta en crecimientoprovenía solo del N (Mencoza y Glori 1974).

Una aplicación ligera de N (43 kg/ha), en el momentode la siembra de L. leucocephala en Papúa - NuevaGuinea ayudó al crecimiento sin inhibir la formación denódulos (Cuadro 6-14). Las aplicaciones de N ayudarona L. leucocephala, aunque las parcelas se desmalezarano no; pero la cantidad de fertilizante no influyó en elcrecimiento en parcelas desmalezadas.

La escasez de N en la naturaleza puede limitar laocurrencia natural de ciertas especies arbóreas. En lastierras bajas del litoral de Queensland, Australia, Arau-caria cunninghamii no ocurre naturalmente (Richards1962). En los suelos lateríticos y podzólicos, lasplantaciones con esta especie fracasaron y fueronreemplazadas por P. taeda. Una vez que este seestableció, los árboles sobrevivientes de A.cunninghamii empezaron a mejorar; aparentemente,porque necesitaban el N que P. taeda de algún modo lessuministraba (Richards 1962). Esta teoría se apoya en elhecho de que las plantaciones puras de A. cunninghamiitienen un mejor desempeño con aplicaciones de 120kg/ha/año de fertilizante (Richards 1967). Sin embargo,todavía no se ha comprobado la capacidad fijadora denitrógeno de los pinos, aunque algunos lo afirman. El Nquizás proviene de otros organismos que los pinosfavorecen. Las leguminosas nativas no suministransuficiente N para A. cunninghamii. La hojarasca de lospinos no parece ser una fuente de N porque A.cunninghamii prospera en zonas donde los pinosescasean, en aperturas lejos de la hojarasca de los pinospero no de sus raíces. Se postuló que P. taeda quizásreprima algunos organismos que dañan a la araucaria(Richards 1962). La “preparación” del sitio por parte deP. taeda lleva de cinco a seis años. La repoblación conaraucaria bajo cubierta de P. taeda parece serprometedora.

Las aplicaciones solas de N parecen poco predicibles(Swan 1969). Muchos experimentos han demostradoresultados distintos para tales tratamientos, y laimportancia igual de P y K se ha demostradorepetidamente. Se necesitan mayores investigaciones alrespecto para poder distinguir claramente las causas delos problemas.

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Capítulo 6

El crecimiento en plantaciones de P. caribaea en laszonas arenosas del litoral de Tanzania disminuyó ensitios donde se aplicó un fertilizante a base de N, sin P(Dick 1969). La causa, según las conclusiones, fue unaseria deficiencia de fósforo. Una reacción semejante,que produjo crecimientos pobres, se registró en unexperimento controlado de P. caribaea en Queensland,Australia (Cameron et al. 1981). La aplicación de N y deoligo-elementos hizo que se redujera el peso secodespués de 238 días. Estos mismos aditivos estimularonel crecimiento con la presencia de fósforo.

Un estudio más elaborado con P. radiata en Australiailuminó la interacción entre el nitrógeno (N) y el fósforo(P) (Waring 1968). Se hicieron aplicaciones cinco vecesdurante los primeros cuatro años de la plantación.Nitrógeno, en forma de úrea, se aplicó a razón de 50 gpor árbol, o sea 600 kg/ha. El fósforo (fosfato de calcio)se aplicó a razón de 20 g por árbol, o sea 235 kg/ha. Elnitrógeno y el fósforo juntos produjeron casi tres vecesel crecimiento en altura y cinco veces el crecimiento enárea basal, en comparación con los árboles de control.El fósforo por sí solo casi duplicó la absorción del N delsuelo, en comparación con los árboles de control. Losárboles que recibían tanto N como P absorbieron másde seis veces N que los árboles de control, o casi el25% del N aplicado. Los árboles que recibían N y Pabsorbieron el 18% del P aplicado en comparación consólo el 3% de los árboles que recibían la mismacantidad de P sin N. El hecho de añadir P aumentó laabsorción de N en un 50%, aparentemente debido alaumento de la mineralización del N, o una mejorexplotación del suelo por el crecimiento estimulado delas raíces. La absorción de P con N añadido (pero sinañadir P) fue sólo el 60% de lo que era sin añadir N, loque indica un aumento de la deficiencia de P ante lapresencia de N.

Un ensayo de aplicación de N, P y K en el momento delplantado, efectuado en todo Australia, demostró que E.globulus, una de las especies más plantadas en el oestede América tropical, reaccionaba más al fertilizante quevarias otras especies de Eucalyptus (Cromer et al. 1981).La aplicación de N y P afectó la razón N/P en las hojas.Una razón de casi 15:1 parecía apropiada para E.globulus, porque por encima de ese nivel, la especiereaccionaba a la aplicación del P y por debajo, a laaplicación de N.

Aunque el análisis foliar ha sido útil para medir lasdeficiencias de nutrimentos en los trópicos, Evans(1992) cita datos de G. arborea que indican una grannecesidad de procedimientos estandardizados para larecolección de muestras de hojas para los análisiscomparativos (Cuadro 6-15).

Pinus caribaea bahamensis en un sitio cerrado consuelos pobres y ácidos en Sao Paulo, Brasil alcanzó uncrecimiento en altura al año de 1,3 m en comparacióncon 0,8 m para el control; aparentemente la diferenciase debía principalmente a que se había añadido P y Ca(Simoes et al. 1976). La experiencia en Colombia parececonfirmar la importancia de estos dos nutrimentos(Ladrach 1974). Cupressus también fue estimulado porCa en la misma forma. Ensayos con E. grandis handemostrado la necesidad de boro (B) (Chapman y Allan1978); sin él, no se lograron rendimientos de maderapara la venta, pero con él, los rendimientos alcanzaronun promedio de crecimiento anual de 25 m3/ha.Estudios en Colombia también demostraron que laaplicación de B era beneficiosa para E. grandis (Cannon1981).

En Australia, donde la productividad de cultivossucesivos de P. radiata ha estado bajo estudio intensivo,el uso de fertilizantes se ha convertido en unanecesidad. Se ha llegado a la conclusión que cualquierdisminución en la fertilidad del suelo se puedecontrarrestar con un buen uso de leguminosas yfertilizantes a base de N (Waring 1968).

Cuadro 6–15.—Variación de nutrimentos en las hojasde un árbol de Gmelina arborea

Ubicación Nutrimento (% de peso seco al horno)de las hojas N P K Ca

Copa superiorExtremo superior 2.10 0.11 1.5 1.0Exterior 1.86 .11 1.6 1.0Interior 1.69 .10 1.1 1.8

Copa inferiorExterior 1.79 .11 1.5 1.5Interior 1.39 .08 1.6 1.7

Fuente: Evans 1992.Nota: N = Nitrógeno K = Potasio

P = Fósforo Ca = Calcio

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Propagación y Plantación de Árboles

La irrigación en plantaciones para leña es frecuente enlas zonas secas de los trópicos. En Changa Manga,Paquistán, las plantaciones de D. sissoo han recibidocasi cuatro veces la cantidad de agua usada localmentepara la agricultura (Tahir y Ali 1974). Después de unsiglo produciendo leña, la superficie del suelo teníacuatro veces más cantidad de materia orgánica que elsuelo virgen y cinco veces más N; el contenido de P yK, sin embargo, era menor.

Este capítulo ha presentado una variedad deexperiencias en cuanto a los requerimientos denutrimentos de los árboles plantados, algunos con

resultados que aparentemente parecen estar enconflicto. Lo que se ha ilustrado es que las condicionesvarían enormemente y que los requerimientos tambiénreflejan esa variación. Normalmente, la aplicación defertilizantes inorgánicos se debe considerar sólo paracomplementar el nivel natural de nutrimentos; pero enla medida en que se desconoce cuál es ese nivel, laaplicación de fertilizantes puede producir resultadosinesperados, ya sean positivos o negativos. En el pasado,el tanteo a escala experimental ha sido la base demuchos de los descubrimientos. En el futuro, lasaplicaciones de fertilizantes se deben basar más enanálisis previos de los nutrimentos del suelo.