capítulo 2 un tesoro

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Música: Nere Herriko Neskatxa Maite. Autor: Benito Lertxundi. http://www.rae.es/rae.html No acabaron ahí los acontecimientos. Una tarde que Ainhoa paseaba su perrita por los jardines del Lago, ésta depositó en el césped un montoncito verdoso y perfumado. Como no llevaba bolsa, miró alrededor y descubrió un par de papeles. Los cogió con disimulo y con uno de ellos limpió la ¡mierrrrda!, como buena ciudadana. El otro lo guardó en el bolsillo por si le volvía a hacer falta.

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Música: Nere Herriko Neskatxa Maite.Autor: Benito Lertxundi.

http://www.rae.es/rae.html

No acabaron ahí los acontecimientos.

Una tarde que Ainhoa paseaba su perrita por los jardines del Lago, ésta depositó en el césped un montoncito verdoso y perfumado. Como no llevaba bolsa, miró alrededor y descubrió un par de papeles. Los cogió con disimulo y con uno de ellos limpió la ¡mierrrrda!, como buena ciudadana. El otro lo guardó en el bolsillo por si le volvía a hacer falta.

Cuando al siguiente día se disponía a lavar la ropa de la familia, miró los bolsillos antes de echar el pantalón a la lavadora y descubrió el papel que había cogido la tarde anterior.

Como todas las tardes, pero más nerviosa, a las cinco y media se reunió con Leydy, Eneko y Nabintou, en la puerta del Corte Inglés. Ainhoa no había acabado de extender su papel cuando Eneko exclamó:

— ¡Ahí va, un plano!

— ¡Qué cotilla! —protestó Leydy cariñosamente.

Efectivamente, se trataba de un plano. Se distinguía claramente una señal al pie de un árbol de gigantescos frutos situado a la izquierda de la boca de una cueva bajo una roca redondeada.

—Tenemos que avisar a todos —afirmó contundente Leydy

— ¡Puestos a largarnos, pillamos el tesoro! —concluyó Nabintou.

Al día siguiente se reunieron todos en torno al ordenador de nueva generación que había tocado a Denis en la tómbola.

Carlos que había vuelto de sus prolongadas vacaciones en Salou, tras sus pesquisas en la Web, aseguraba que tenía que tratarse de un país tropical. Leire que acababan de llegar de dorar su ombligo en las playas de Almería aseguraba que se trataba de un país del lejano Oriente. A última hora de la tarde, concluían que el tipo de montaña rocosa que aparecía en el dibujo era similar al que podía contemplarse en imágenes de algunas islas de Oceanía.

Aquella misma noche lo decidieron. A partir de entonces contaban con un doble motivo para salir zumbando: la fuga del instituto y la búsqueda del tesoro. Darían con él, aunque para ello tuviesen que cruzar el mundo entero. Aprenderían mogollón, se harían ricos y, además, se librarían de Marisa, Manolo y Consuelo.

— ¿Qué más se puede pedir a la vida? —chillaba Eneko con voz grave arrancándose por bulerías.

— ¡Ez errez! —se adelantaba a contestar Ainhoa en euskera. Todos le coreaban— ¡Nada!

El 13 de septiembre trajo el inicio del curso. Tal como habían planeado, se comieron a besos a sus profesoras y aseguraron a éstas que

tenían inmensas ganas de empezar a trabajar. Consuelo, cuando oía semejantes afirmaciones, no se fiaba y observaba atentamente a Carlos, a Denis, a Nabintou. Éstos, como actores profesionales de teatro, lo aseguraban categóricamente.

Dejaron pasar unos días antes de proponer a Marisa hacer una salida a Bilbao. De esa manera, afirmaban, celebrarían la dicha de estar todos juntos este nuevo curso. Además, escucharían euskera, rezarían en Begoña,

reunirían recetas de marmitako, viajarían en metro, admirarían el Gugenhein y se postrarían, incluido Denis, en la catedral de Sanmamés.

Marisa, tierna, cayó en la trampa. Y no sólo cayó, sino que convenció a los otros terneros... ¡perdón!, tiernos, de Manolo y Consuelo.

Al siguiente viernes, diez culos se acomodaron en diez asientos de la Burundesa camino de Bilbao. Una vez allí, se dirigieron al Gughenhein. Consuelo, que seguía igual de pelma, les hizo una foto ante el perro floreado, antes de situarse en la cola, no del perro, sino de la taquilla.

Los tres profes contemplaban embobados la estructura de titanio. El estupor envolvió sus caretos cuando, al llegar a la ventanilla, descubrieron que sus alumnos, los siete, se habían esfumado como por encanto. También como por encanto y al mismo tiempo, había desaparecido una furgoneta roja del aparcamiento contiguo.

Consuelo paró toda la circulación. Manolo dio aviso a los cocineros del entorno y Marisa buceó por la ría. En un momento el museo estaba rodeado de televisiones, ambulancias y bomberos. Arzak, Subijana, Berasategi y Argiñano buscaron inútilmente a los futuros restauradores.

En la bodega de un ferrys que hacía sonar su sirena mientras abandonaba el superpuerto de Bilbao, Leire echaba el freno de una furgoneta roja y los siete ascendían a cubierta dispuestos a disfrutar de la puesta de sol y la travesía que los llevaría al Reino Unido.

Cuando llegó la hora de cenar, tras todo el día con un simple bocadillo, sintieron hambre. Leydy y Eneko pararon a un camarero que llevaba cuatro bandejas de marisco y le dieron la chapa sin piedad. En cuestión de minutos, el camarero, rendido, era depositado en un armario y ellos a zampar.

MAPAMUNDI.

Retratos:

Formas de vida:

Comida:

Receta

MARMITAKO DE BONITO.

Ingredientes para 6(personas).

1/2kilo de cebollas.

1,3kg. Patatas.

1 una cabeza de ajo.

3 pimientos verdes.

1/4 kg de tomate maduros.

2 hojas de laurel.

1`2 de bonito.

1`5 dl. De aceite de oliva.

Un poco de perejil.

EL PRECIO DE LA RECETA

NOMBRE DE LA RECETA: Marmitako de bonito Nº PERSONAS 6 Ingredientes

Cantidad

Precio Unidad

Precio Cantidad

Cebollas

½ Kg. 1Kg.

0,95Euros 0;47 Euros

Patatas

1,3 Kg. 2Kg

1,40Euros.

0,91Euros

Ajos

1 cabeza. 5 cabezas 250 G.

1,40Euros.

0,28Euros

Pimientos verdes

200 g 500g

0,95Euros.

0,38Euros

Bonito

1,2 Kg. 1Kg

14,95Euros 17,94Euros

Aceite

1,5 Dl. 5Litros.

16,75Euros Euros

Laurel

2 hojas

Perejil

TOTAL RECETA

20,18 Euros

TOTAL PERSONA 3,36Euros.