Los animales que tienen cuerdas vocales pueden emitir sonidos más o menos melódicos. Nosotros debido a la conformación y movilidad de la boca, podemos transformar los simples sonidos en

palabras y en canto articulado. La boca es primordial para la articulación de las palabras ya sea hablada o cantada, también los órganos

bucales (trasformadores del sonido), modifican el color y la sonoridad de la voz. La facilidad y libertad en la articulación dependen de la posición y soltura de los órganos de la boca. Estos órganos reciben el sonido a la salida de la laringe y haciendo un máximo esfuerzo lo dirigen a los

resonadores y lo apoyan con una buena articulación. La mandíbula inferior debe estar libre de contracción para descender o ascender con soltura y debe

adaptarse para estar a disposición de la voz para subidas, bajadas y articulación. La lengua puede ser la peor de las cosas para la voz y debe estar totalmente sometida. Blanda y pasiva en los sonidos mantenidos Firme y vivaz para la articulación Siempre debe volver a su lugar habitual, fondo de la mandíbula inferior con la punta apoyada en los incisivos

inferiores, Esto se hace automáticamente en el habla y sería más fácil cantar conociendo todo esto. La rigidez de la lengua es la que hace que las notas agudas sean difíciles para los cantantes. La punta de la lengua es delgado y libre, la parte trasera es gruesa, en cualquier momento de nuestro canto

podría interferir el ascenso del sonido y a impedir que el aire llegue a los resonadores. El paladar blando genera un sonido redondo, obturando las fosas nasales y dejando más espacio en la

garganta, el no tener buen uso del paladar blando genera voces chatas y aplastadas. Los labios deben tener soltura y firmeza para la pronunciación. La que matiza perfectamente la voz es la expresión natural de la cara, esto lo hace de acuerdo con el

sentimiento que se experimenta. La voz torna su timbre un color claro y alegre cuando se canta con ánimo y felicidad, con una expresión

sonriente. La voz adquiere el color de la tristeza cuando se adopta un sentimiento de tristeza, física y

sentimentalmente.