camino hacia dios -...

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Lo central para nuestra vida es el encuentro personal con el Señor Jesús 1 y cada persona experimenta este encuentro de manera particular, pues Él se dirige a cada uno según su propia identidad. En este Camino hacia Dios queremos reflexionar sobre nuestro encuentro personal con Jesús, iluminando nuestra reflexión desde los Evangelios. CAMINO HACIA DIOS 254 Mi encuentro con el Señor Jesús «Señor, ¿A quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna». Jn 6,68

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Page 1: CAMINO HACIA DIOS - mvcweb.orgmvcweb.org/wp-content/uploads/2018/02/CHD-254-Mi-encuentro-con-el... · Pero el acercarnos a su tiempo nos descubre que tampoco fue una época preservada

Lo central para nuestra vida es el encuentro personal con el Señor Jesús1 y cada persona experimenta este encuentro de manera particular, pues Él se dirige a cada uno según su propia identidad.

En este Camino hacia Dios queremos reflexionar sobre nuestro encuentro personal con Jesús, iluminando nuestra reflexión desde los Evangelios.

CAMINOHACIADIOS

254

Mi encuentro conel Señor Jesús

«Señor, ¿A quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna». Jn 6,68

Page 2: CAMINO HACIA DIOS - mvcweb.orgmvcweb.org/wp-content/uploads/2018/02/CHD-254-Mi-encuentro-con-el... · Pero el acercarnos a su tiempo nos descubre que tampoco fue una época preservada

1. La iniciativa del encuentro

con Jesús la tiene Él

1 «El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios nocesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar». Catecismode la Iglesia Católica 27.2 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2567.3 Entendemos aquí “corazón” en su concepto bíblico que expresa al hombre en su totalidad: su centro íntimo desde donde unose abre a Dios y a los demás; además la sede de los pensamientos, de la vida afectiva, de la conciencia y las decisiones; centrode la vida religiosa donde reside la reverencia, la fidelidad, la obediencia, el amor total a Dios, e incluso su misteriosa presencia.Ver Ermanno Ancilli, Diccionario de Espiritualidad, artículo sobre el “Corazón”.4 «Dios, Padre nuestro, que siempre nos sorprende: el Dios de las sorpresas». Ver Papa Francisco, Homilía en Santa Marta, 8/5/2017.

«Dios es quien primero llama al hombre. Olvide el hombre a su Creador o seesconda lejos de su faz, corra detrás de sus ídolos o acuse a la divinidad de

haberlo abandonado, el Dios vivo y verdadero llama incansablemente a cadapersona al encuentro misterioso de la oración. Esta iniciativa de amor del

Dios fiel es siempre lo primero en la oración, la actitud del hombre essiempre una respuesta»2.

CAMINO HACIA DIOSMi encuentro con el Señor Jesús

Dios es siempre quien sale a nuestro encuentro, Él es quien toma la iniciativa, aunque en ocasiones pensemos que fuimos nosotros quienes nos acercamos a Él, es Él quien se ha hecho el “encontradizo” con nosotros, propiciando este encuentro. Lo vemos en diversas ocasiones en los Evangelios: le pide a la Samaritana que le dé de beber (Jn 4,7), se sube a la barca de Pedro para predicar desde allí (Lc 5,3), se acerca al mostrador donde Leví cobraba impuestos (Mc 2,14), entra a enseñar en la sinagoga cuando estaba allí un hombre que tenía una mano atrofiada (Lc 6,7); en todo momento vemos a Jesús que sale día tras día por las calles de Palestina bus-cando encontrarse con la gente, dando ocasión para que todo el que quiera pueda acercarse a Él.

Jesús quiere encontrarse con cada uno y este encuentro que se da en el corazón3, es anterior a cualquier método o forma de oración. Él nos habla en un lenguaje en el que cada uno puede comprenderlo, sea con mociones, a través de su Pala-bra, en una meditación o contemplación, Él se hace presente y nos ilumina, sorprendiéndonos siempre cuando menos lo es-peramos4.

254

«Su mirada purifica el

cor�ón. La luz de la mirada

de Jesús ilumina l� oj� de nuestro

cor�ón; n� enseña a ver todo a la

luz de su verdad y de su compasión

por tod� l� hombres»

Catecismo de la Iglesia

Católica 2715

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5 José Luis Martín Descalzo, Vida y misterio de Jesús de Nazaret, Sígueme 2013, pp. 27-28.

El Señor Jesús desea el encuentro con cada persona, nadie le es indiferente,todo lo contrario. Él siempre busca acercarse, como con la samaritana, a

cada uno de nosotros. Estamos llamados a responderle con amor yabrir nuestros corazones a su luz y verdad.

CAMINO HACIA DIOSMi encuentro con el Señor Jesús

254

Jesús es Dios y es hombre de verdad. ¡Cuántas veces nos olvidamos de esta reali-dad, en nuestra vida cotidiana y al relacionarnos con Él; y cuánto nos ayuda tener en nuestra conciencia que Aquel que nos llama para entrar en relación con noso-tros, conoce nuestra realidad humana plenamente no sólo porque es Dios, sino porque como hombre la conoce de cerca!

«Encarnándose en Palestina entra de lleno en la torpeza humana, se hace hombre sin remilgos, tan desamparado como cualquier otro miembro de nuestra raza. Palestina es, por ello, todo, menos una tierra “de lujo” [...] La frase de san Pablo: al llegar la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo (Gal 4,4), nos hace pensar que Cristo vino al mundo en una especie de “supertiempo”, en un maravilloso siglo de oro. Al venir él, los relojes se habrían detenido, los conflictos sociales enmudecido, un universal armisticio habría amordazado las guerras y contiendas. Cristo habría sido, así, no un hombre pleno y total, sino un huésped de lujo, que vive unos años de paso en un tiempo y una tierra de lujo. Pero el acercarnos a su tiempo nos descubre que tampoco fue una época preservada por mágicos privilegios. Fueron tiempos de muerte, de llanto y de injusticia, tiempos de amor y sangre como todos. Y el calendario no se quedó inmóvil mientras él moraba en esta tierra» 5.

2. Dios se hace cercano a mí

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Jesús se hace cercano a ti,

te habla en tu vida cotidiana,

especialmente en l� moment� en l�

que haces silencio para escucharlo

en tu cor�ón. Dedica un�

moment� cada día para

ese encuentro con Él.

«Lo que Cristo

da ante todo es su

Cor�ón, y es el cor�ón

de l� demás lo que

desea recibir»6

Jesús, vivió en un lugar y un tiempo determinado. Él fue un hombre que respondió a la realidad en la que vivió. Siendo Dios, asume nuestra naturaleza con una manera de ser propia. Y siendo como es, se hace cercano a cada persona, para com-prenderla y amarla. Se hizo cercano a un San Pablo como a una santa Teresita del Niño Jesús y de la misma manera quiere hacerse cercano a cada uno de nosotros.

«Todo el evangelio es un testimonio de ese corazón maternal con el que aparece retratado el Padre que espera al hijo pródigo o el buen pastor que busca a la

oveja perdida […] Así le encontraremos compadeciéndose del pueblo y de sus

Jesús nos trata con mucha reverencia al acercarse a cada uno de nosotros. Consideraquiénes somos, lo que hemos vivido en el pasado y lo que vivimos en este momento:

nuestras alegrías y sufrimientos, nuestras decepciones y nuestras anhelos; y deesta manera su amor toma una forma concreta que responde a nuestra realidad.

3. Encuentro con el corazónde Jesús

Podemos entender el encuentro con Jesús como el encuentro de nuestro corazón con su corazón. Es en este contacto cuando se da el encuentro de lo más íntimo mío y lo más íntimo Suyo, es la experiencia de encontrarnos con alguien, no con algo ni con algún concepto. En este encuentro uno queda rendido ante su presencia y amor. Encuentro de corazones que es transfor-mador; transformación que podemos ver en su encuentro con Zaqueo (Lc 19,1-10), con la pecadora arrepentida (Lc 7,36-50), con los discípulos de Emaús (Lc 24,13-35) y con tantos otros.

En el encuentro con el corazón de Jesús encontramos un corazón humano cerca-no a nosotros:

CAMINO HACIA DIOSMi encuentro con el Señor Jesús

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6 Jean Galot, S.J., El Corazón de Cristo, Desclée de Brouwer, Bilbao 1963, p. 127.

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7 José Luis Martín Descalzo, Vida y misterio de Jesús de Nazaret, Sígueme 2013, p. 197.

En los Evangelios podemos ver cómo Jesús busca a las personas para invitarlas a tener una relación personal y de amistad con ellas: elige a los doce apóstoles “para que estuviesen con él” (Mc 3,14); Juan y Andrés lo siguen y le preguntan ¿dónde vives? y Él los invita a su casa, “Venid y lo veréis” (Jn 1,39); Él se invita a la casa de Zaqueo al verlo subido en el sicómoro diciéndole que baje de prisa, pues, “… es nece-sario que hoy me quede en tu casa”(Lc 19,5).

En todos los casos, la llamada de Jesús es personal y para estar con Él. Es decir,para mantener una relación cercana y de amistad. Cada uno de nosotros vive

una situación personal distinta y es según esa situación particular que el Señor se pone delante nuestro y nos da la gracia para que lo reconozcamos y

acojamos en nuestro corazón.

6 Jean Galot, S.J., El Corazón de Cristo, Desclée de Brouwer, Bilbao 1963, p. 127.7 José Luis Martín Descalzo, Vida y misterio de Jesús de Nazaret, Tomo I: Los comienzos, Sígueme 1986, p.

4. Jesús nos busca paraestar con Él

CAMINO HACIA DIOSMi encuentro con el Señor Jesús

254

«La oración a mi parecer,

es tratar de amistad,

estando muchas vecestratando a solas con

quien sabem� n�ama»

Santa Teresa deJesús, Libro de

la vida, 8.

problemas (Mt 9,36); contemplando con cariño a un joven que parece interesa-do en seguirle (Mc 10,21); mirando con ira a los hipócritas, entristecido por la dureza de su corazón (Mc 3,5); estallando ante la incomprensión de sus após-toles (Mc 8,17); lleno de alegría cuando éstos regresan satisfechos de predicar(Lc 10,21); entusiasmado por la fe de un pagano (Lc 7,9); conmovido ante la

figura de una madre que llora a su hijo muerto (Lc 7,13); indignado por la falta de fe del pueblo (Mc 9,19); dolorido por la ingratitud de los nueve lepro-

sos curados (Lc 17,17); preocupado por las necesidades materiales de sus após-toles (Lc 22,35). Le veremos participar de los más comunes sentimientos hu-

manos: tener hambre (Mt 4,2); sed y cansancio (Jn 4,6s); frío y calor ante la inseguridad de la vida sin techo (Lc 9,58); llanto (Lc 19,41); tristeza (Mt 26,37);

tentaciones (Mt 4,1)»7.

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Piensa en la

historia de tu relación

con Jesús, y agradécele

al Señor por hacerse

presente en tu vida.

8 Consideremos que el quedarnos indiferentes es ya una respuesta: la de ignorarlo o no darle importancia.9 No olvidemos que ese esfuerzo es fruto del deseo de buscarlo puesto por Dios en nuestro corazón.

5. Nuestra respuesta

La llamada de Jesús invita a una respuesta de nuestra parte8. Podemos aprender mucho de quiénes han sabido responder: los doce apóstoles: “… vinieron a él”(Mc 3,13); Juan y Andrés “se quedaron con Él aquel día” (Jn 1,39); Zaqueo “descendió aprisa, y le recibió gozoso” (Lc 19,6) y el ciego fue a su presencia para pedirle lo que necesitaba, “Señor, que reciba la vista” (Lc 18,41). En todos los casos la respuesta fue inmediata, como quien reconoce en la invita-ción una esperanza a la búsqueda que tenían en sus corazo-nes y a las inquietudes que vivían.

Jesús nos invita a tener una relación de amistad con Él que dure para siempre. Y es así como toda nuestra vida será una perma-nente historia de nuestra relación de amor con Él, en la que podemos constatar que sin tener en cuenta nuestra fragilidad, Él va a seguir siempre buscándonos, pues aunque nosotros nos alejemos, Él permanece fiel.

Por eso se hace el “encontradizo” en muchas y diversas ocasiones, en las cuales nos da la oportunidad de encontrarnos o reencontrarnos con Él. Puede ser un encuen-tro inesperado como en el caso de Leví (Mc 2,14) o del Cireneo (Mt 27,32); puede ser propiciado por otros como en el caso de Pedro (Jn 1,41) o del paralítico (Mc 2,3-4); puede ser tras el mal cometido como en el caso de la mujer adúltera(Jn 8,3) o el buen ladrón (Lc 23,39ss); puede ocurrir en un momento de desesperanza como con los discípulos de Emaús (Lc 24,15); puede su-ceder fruto de nuestro esfuerzo9 como la hemorroísa (Mt 9,20) o Zaqueo (Lc 19,15); o puede que sea la Virgen quien lo traiga a nuestra presencia como lo hizo con su prima Santa Isabel (Lc 1,41).

En cada una de las ocasiones de encuentro que se nos presentan en nuestra vida el Señor anhela y nos da la oportunidad de una respuesta positiva a su gracia, a su misericordia, a su amor.

«La fe es la respuesta

del hombre a Di� que se revela

y se entrega a él, dando al mismo

tiempo una luz sobreabundante

al hombre que busca el sentido

último de su vida».

Catecismo de la Iglesia

Católica 26

CAMINO HACIA DIOSMi encuentro con el Señor Jesús

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«Él, que murió por los pecados de todos, desea entrar en comunión con cadauno de vosotros, llama a la puerta de vuestro corazón para daros su gracia.

Id a su encuentro en la santa Eucaristía, id a adorarlo en las iglesias ypermaneced arrodillados ante el Sagrario: Jesús os colmará de su amor y

os manifestará los sentimientos de su Corazón».12

Todo encuentro con Jesús nos transforma. Él va transformando toda nuestra vida y nos lleva a comunicar aquel rostro con que nos hemos encontrado y que hace arder nuestros corazones de gozo y plenitud. El anuncio del Evangelio con nuestra vida y palabra es la consecuencia de nuestro encuentro con Jesús, encuentro que nos renueva y nos invita a una mayor conversión, a una conversión pastoral y misio-nera como bien nos recuerda el Papa Francisco10.

Esto ha sucedido a lo largo de la historia con personas de todos los tiempos y todas las latitudes: Andrés y Juan lo anuncian a Pedro (Jn 1,41), Felipe lo anuncia a Natanael (Jn 1,45), la samaritana lo anuncia en su pueblo (Jn 4,7), las mu-jeres anuncian a Cristo resucitado a los apóstoles (Lc 24,9), Zaqueo repara las injusticias que había cometido (Lc 19,8); el ciego de Jericó recobrada la vista lo empezó a seguir dándole gloria, moviendo al pueblo, con su testimonio a alabar a Dios (Lc 18,43). Los doce apóstoles sabemos que lo siguieron en la misión que les dio de predicar el Evangelio (Mc 3,14) hasta el fin de sus vidas, incluso con el martirio.

6. Conversión y anuncio

10 Evangelii Gaudium 25ss.11 Ver Catecismo de la Iglesia Católica 1380.12 Benedicto XVI, Mensaje a los jóvenes de Holanda con ocasión de la primera jornada nacional de los jóvenes católicos, 21/11/2005.

Estamos llamados al encuentro personal con Jesús, encuentro que se da en nues-tro interior y que colma y da significado a nuestra vida. Este encuentro que requie-re de nosotros una escucha a su llamado —para encontrar nuestra vocación per-sonal y, para anunciarlo a los demás— debemos buscarlo especialmente en el silencio de la oración personal y en los sacramentos, especialmente en la Eucaris-tía, donde Jesús nos espera11.

CONCLUSIÓN

CAMINO HACIA DIOSMi encuentro con el Señor Jesús

254

«Nada hay más herm�o que

haber sido alca�ad�,

sorprendid�, por el

Evangelio, por Cristo.

Nada más bello que

conocerle y comunicar a

l� otr� la amistad con él»

Benedicto XVI,

Homilía al inicio de su

pontificado, 24/04/2005.

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LOS ENCUENTROS EN LA INFANCIALc 1,39-45 Lc 2,1-20 Mt 2,1-11

LOS ENCUENTROS EN LA VIDA PÚBLICAMt 3,13-17 Lc 5,1-10 Jn 1,35-42 Jn 1,43-51 Lc 5,17-26 Mc 5,21-34Mc 5,35-43Lc 7,1-10 Lc 7,11-17 Lc 7,36-50Mt 15,21-28Mc 7,31-37Mc 10,17-20Jn 8,1-10Lc 10,38-42Lc 17,11-18Lc 18,15-17Lc 19,1-10Mc 12,41-44Mc 10,46-52Jn 11,17-43

LOS ENCUENTROS EN LA PASIÓNLc 23,26-32Lc 23,39-46

LOS ENCUENTROS EN LA RESURRECCIÓNJn 20,11-18Lc 24,13-35Jn 21,15-19Hch 9,1-9

Jesús y Juan Bautista se encuentran desde el vientre maternoEl Niño Jesús y María, José y los pastoresEl Niño Jesús y los doctores en el Templo

Jesús y Juan Bautista (el bautismo)Jesús y sus 4 primeros discípulosJesús y Andrés, Juan y PedroJesús y Felipe y NatanaelJesús y el paralíticoJesús y la hemorroísaJesús y Jairo (curación de su hija)Jesús y el centuriónJesús y la viuda de NainJesús y la pecadora perdonadaJesús y la cananeaJesús y el sordomudoJesús y el joven ricoJesús y la mujer adúlteraJesús y Marta y MaríaJesús y los diez leprososJesús y los niñosJesús y ZaqueoJesús observa la viuda pobreJesús y el ciego de JericóJesús y Marta, María y Lázaro (resurrección de Lázaro)

Jesús, Simón de Cirene y las santas mujeresJesús y el buen ladrón

Jesús Resucitado y María MagdalenaJesús Resucitado y los discípulos de EmaúsJesús Resucitado y PedroJesús se aparece a Saulo

CITAS BÍBLICAS

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