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CAMINAR EN EL AMOR Dinamismo de la vida espiritual(Juan Esquerda Bifet) ndiceSociedad Educacin Atenas, Madrid, 2 Edicin 1999 INTRODUCCIN: Espiritualidad, camino comn de la familia humana ...9Siglas ms usadas 15i. espiritualidad: vivir en cristo, caminar en el espritu 191.Conceptos y realidades fundamentales de la vida espiritual ...192.Teologa de la vida espiritual 223.Actualidad y dimensiones de la espiritualidad 244.Hacia una teologa de la espiritualidad ms relacional y misionera 28Orientacin bibliogrfica . ...31II. Dios llama a un encuentro con l y a una misin de fraterNIDAD UNIVERSAL 371.Dios en el camino histrico del hombre 372.La Palabra de Dios como llamada a un encuentro de relacin,santidad y misin 393.Cristo camino hacia el Padre y consorte en el camino de laIglesia peregrina 444.El camino histrico de la Iglesia 485.Espiritualidad eclesial entre dos milenios: un Pueblo signo deCristo, comunin y misin 51Orientacin bibliogrfica 55III. Dinamismo de la perfeccin cristiana631.Santidad y perfeccin cristiana 632.Fidelidad al Espritu Santo 6673.Eucarista, centro de la vida de la Iglesia 754.Proceso y etapas de la vida espiritual 835.Gracia y naturaleza 88Orientacin bibliogrfica . .93IV. Dinamismo del dilogo con Dios 1011.Oracin cristiana: actitud filial y fraterna 1012.Contemplacin: el camino de la amistad y unin con Dios . . .1043.En la comunidad eclesial que ora 1124.Oracin, contemplacin y evangelizacin: experiencia de Dioshoy 116Orientacin bibliogrfica . . . . ... . .120V Dinamismo de la vocacin cristiana 1271.Vocacin cristiana: compartir la vida con Cristo 1272.Espiritualidad de la vocacin a la vida laical o seglar 1303.Espiritualidad de la vocacin a la vida consagrada y contemplativa 1354.Espiritualidad de la vocacin al sacerdocio ministerial 1395.Espiritualidad de la vocacin misionera 143Orientacin bibliogrfica ... . . . . ...148VI. Caminos de renovacin 1591.Vida litrgica 1592.Un tiempo de desierto, retiros y ejercicios espirituales 1633.Direccin espiritual 1694.Vida comunitaria y revisin de vida en grupo 1725.Vida ordinaria en el caminar de todos los das 178Orientacin bibliogrfica 181VIL Hacia una espiritualidad de Iglesia contemplativa y misionera 1911.Ser y sentirse Iglesia 1912.Iglesia contemplativa: peregrina en la esperanza 1943.Espiritualidad de Iglesia misionera 1994.Espiritualidad mariana de la Iglesia contemplativa y misionera 202 Orientacin bibliogrfica 206Conclusin general 209 Indice de materias 211 INTRODUCCINEspiritualidad, camino comn de la familia humanaha vida del hombre es una bsqueda de la verdad y del bien, ha vida se hace camino hacia el interior del mismo hombre, para encontrar su razn. Vero es, al mismo tiempo, camino hacia la realidad ms honda de las cosas y de la historia. El hombre se mueve por un ansia de descubrir un ms all: ms all de s mismo, de los seres y del tiempo...Este espritu o espiritualidad del corazn humano, a modo de aliento, luz y sed, se halla en todas las culturas, en todas las religiones, en todos los pueblos, en todo hombre. Ah se encuentra la unidad de la familia humana, con todas sus diferencias personales, raciales y sociales. Es un caminar de hermanos hacia el mismo Padre.Cuando el hombre vive ms en contacto con la naturaleza o (como se suele decir de modo inexacto) en una cultura o religin ms primitiva, all experimenta que ese ms all se identifica con Alguien hecho presente de mil maneras: la multipresencia del Creador, ha vida se hace camino de convivencia. Habr que luchar para alejar temores y complejos, y tambin para superar culpabilidad y defectos verdaderos. Pero el corazn siente siempre el deseo de encontrar amigablemente a ese Alguien, que hace de la brisa, de las plantas y del agua, un signo de su mltiple presencia y una llamada para un encuentro. Ser posible? cundo? dnde? cmo?...has culturas y religiones indoeuropeas y asiticas hacen de la vida un camino (yoga, zen, tao, mtodo...) hacia la unidad. A veces es el camino hacia lo ms hondo del propio ser, hasta experimentar una nada donde suena el Absoluto. Otras veces esun camino hacia la unidad del cosmos, donde todo ser y toda persona se descubre en sintona con uno mismo, con todos y con el Todo. Emprender este camino supone renuncia a deseos, purificacin, concentracin... llvame del no ser al ser, de la tiniebla a la luz, de la muerte a la inmortalidad (Upanishad). Cmo es ese camino? a dnde lleva? qu se puede hacer para experimentarlo? basta con esta experiencia?..."En torno al Mediterrneo, la cultura greco-romana, sin olvidar los intercambios culturales, haba trazado el camino {mtodo) del hombre hacia la verdad y el bien, teniendo en cuenta al primer motor o primera idea que dirige la historia y de quien deriva todo lo creado. El hombre, en cierto sentido, se redescubra como de la raza de Dios (Act 17,28, citando al poeta Arato de Cilicia). Cmo emprender esta camino o mtodo para liberarse del fatalismo de la historia y de la esclavitud de las cosas?...En algunos pueblos rabes, descendientes de Abraham por Ismael, Dios se ha mostrado como nico, todo poderoso y misericordioso, a travs de experiencias espirituales que siguen siendo pauta y estmulo para emprender un camino de escuchar a Dios, adorarle a l solo, purificar el corazn, vivir en sintona (limosna) con los hermanos, hacer de la vida una peregrinacin (cf Corn)... Hasta cundo va a durar este caminar hacia el mismo Dios de todos los hombres?...En toda cultura y en toda poca, el hombre tiende a espiritualizarse integralmente para encontrar su propia identidad: Vulvete a t mismo; en el hombre interior habita la verdad; y si encuentras que tu naturaleza es mudable, trascindete a t mismo (San Agustn, De Vera Religione 39,72). En el fondo del corazn humano y en el fondo de las cosas se descubre a Alguien: ms ntimamente presente que yo mismo (San Agustn, Confesiones 3,6,11). El por qu de esta bsqueda de un ms all, de trascendencia y de espiritualidad, se comienza a experimentar cuando la cultura llega a su punto esencial que es dato religioso: Nos has hecho, Seor, para t, y nuestro corazn est inquieto hasta encontrarte a t (ibidem, 10,27,30).En una poca de cambios y de tcnica, como la nuestra, donde el progreso deja entrever el misterio del hombre, con sus posibilidades y sus riesgos, se quiere constatar, experimentar, ver... El hombre siente miedo al vaco y al absurdo; quiere ser l mismo, con sus circunstancias y situaciones. Pero siente que la trascendencia se le escapa y no se deja aprisionar por la informtica y las elucubraciones.10 Ya no es el atesmo caduco de los siglos anteriores, sino la bsqueda del por qu de la existencia humana, donde parece que Dios calla y est ausente. Si no existe el ms all, qu sentido tendra la vida presente?... El resultado de esta bsqueda puede ser mltiple: 1) no aceptar a Dios porque en las injusticias y en la muerte del inocente calla y se ausenta; 2) hacer de la religin un nuevo tranquilizante para acallar inquietudes propias o ajenas... Yero Dios sigue siendo l, ms all de todas esas exigencias. Y deja entender su presencia y su palabra en esas mismas inquietudes. Si Dios no existe, la vida no tiene sentido. Paradjicamente, el mundo, a pesar de los innumerables signos de rechazo de Dios, lo busca sin embargo por caminos insospechados y siente dolorosamente su necesidad (EN 76).Las religiones y las culturas se preguntan mutuamente sobre el camino (mtodo, yoga, zen, tao) del hombre hacia Dios. Se buscan intercambios sinceros y abiertos, desde dentro de cada religin y de cada experiencia de Dios, como intuyendo que cada una de ellas presenta una vida espiritual que puede ser vlida y enrique-cedora porque quiere abarcar el camino de todo hombre, de todas las realidades y de toda la familia humana.En esta bsqueda y camino espiritual, que el hombre ha emprendido desde los orgenes y desde el corazn de toda cultura y religin, hay una gran novedad, inesperada, que el hombre no sabe explicarse por s mismo. Ms all de todas las experiencias religiosas, desde los tiempos ms remotos de la historia humana, Dios se ha hecho encontradizo, dejando entrever una palabra y una presencia ms all de todo deseo y de toda bsqueda. Dios se ha revelado o ha comenzado a descorrer el velo de su misterio. Hay algo de esta cercana y palabra de Dios que ha pasado ya (desde los primeros hombres) a toda la humanidad, y que se encuentra como semilla del Verbo o preparacin evanglica en toda cultura y religin; quiz tambin en el corazn de todo hombre...Esta revelacin o manifestacin especial de Dios se encuentra de modo peculiar y nico en un pueblo, que Dios se escogi para preparar su propia venida como Emmanuel (Dios con nosotros). En los escritos sagrados del pueblo de Israel, desde Abraham y Moiss, encontramos un salto al infinito. Dios mismo se hace presente en la comunidad y en el corazn del hombre que busca y desea, ha sorpresa no est en descubrir a Dios (suma verdad, bien y belleza) presente en todas partes y especialmente en el corazn del hombre, sino en11el hecho de que el mismo Dios se haya manifestado como fiel al amor (Yave: Ex 3,14; Deut 4,31), que sostiene la existencia y la bsqueda del hombre porque ha establecido con l un pacto de amor (Alianza o Tes'tamento). El hombre se encuentra con un Dios sorprendente: esposo, consorte, enamorado, que tiene la iniciativa en la bsqueda, que se acerca para darse, hablar, comunicarse..., pero que todava llama a un ms all de ms amor: la venida de un Salvador, el Cristo o Mesas, ungido y enviado con la fuerza del Espritu Santo.La historia de este pueblo (como signo ante los dems pueblos, Is 11,12) se hace camino y bsqueda hacia el encuentro con los planes amorosos de Dios acerca del Salvador (Jess). El camino tiende a la unin o encuentro en ]erusaln, pero presupone el xodo y el desierto, donde Dios renueva su Alianza de amor (cf. libros del Pentateuco). Dios llama a su pueblo del destierro, como el esposo llama a su esposa para un encuentro esponsal en Jerusaln (Cantares y salmos, libros profticos). Dios pronuncia su palabra en el silencio de la adoracin, como dejando entrever su sabidura personal, por la que cre el mundo y dirige la historia en el amor de su Espritu (libros sapienciales). Y Dios prometi que l mismo sera Emmanuel, Dios con nosotros (Is 7,14). Pero como en toda cultura y religin, aqu tambin el creyente se sigue preguntando en su caminar hacia el encuentro: Dnde? cmo?... Y de este modo se siente unido a todos los hombres que buscan y caminan hacia el mismo Dios. Yo, Seor, buscar tu rostro; no me escondas tu rostro (Sal 26,8-9).Hace dos mil aos, junto al lago de Galilea y en Jerusaln, resonaron unas palabras que siguen hoy cuestionando a todos los buscadores de Dios: Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de los cielos (Le 6,20; oraris as: Padre nuestro... (Mt 6,9); venid a m todos los que estis fatigados y cargados, que yo os aliviar (Mt 11,28); yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por m... quien me ve a m ve al Padre (Jn 14,6-9); id, pues, ensead a todas las gentes... yo estar con vosotros siempre hasta la consumacin del mundo (Mt 28,19-20).Este mensaje es de jess, que pas haciendo el bien (Act 10,38) y se present como Hijo de Dios y Emmanuel: De tal manera am Dios al mundo, que le dio a su Hijo unignito (Jn 3,16). Jess ha cambiado el rumbo de la historia sin destruir la libertad e iniciativa humana en la bsqueda de Dios, porque no ha venido a destruir sino12 a completar (Mt 5, 17). Es hombre como nosotros, siendo, al mismo tiempo, Hijo de Dios: Cuando lleg la plenitud de los tiempos, Dios envi a su Hijo nacido de mujer (Gal 4,4); muchas veces y de muchas maneras habl Dios en otro tiempo a nuestros padres por medio de los profetas, ltimamente, en estos das, nos ha hablado por su Hijo (Heb 1,1-2).La espiritualidad cristiana se hace camino donde Cristo se identifica con nuestro caminar. Desde el da de su encarnacin, en el seno de Mara la Virgen, Cristo se hace protagonista de nuestra historia personal y comunitaria y, de este modo, manifiesta el hombre al mismo hombre y le descubre la sublimidad de su vocacin (GS 22).Quien ha encontrado a Cristo, en el fondo del corazn y en la propia circunstancia, se siente capacitado por l para amarle (tambin escondido en los hermanos) y para hacerle amar: 'El camino de la espiritualidad cristiana es sintona, relacin, imitacin, transformacin en Cristo: pensar, sentir, amar, obrar como l, con l y en l, que es el pan de vida... para la vida del mundo (Jn 6,48.51).Este camino cristiano de espiritualidad es, por su misma naturaleza, unin afectiva, dialogal y efectiva con todos los hermanos de la familia humana, sin distincin de cultura, religin y pueblo. Por el hecho de insertarse en Cristo (Roma 6,5), el cristiano comparte con l su amor por cada hombre en su propia realidad y circunstancia.El crecimiento espiritual cristiano es crecimiento en comunin con todos los hombres y con todo el universo. Esta comunin o sintona se basa en la encarnacin del Verbo, que nos ha descubierto el misterio de la unidad como reflejo de la Unidad de Dios Amor, Padre, Hijo y Espritu Santo. Jess y el cristiano, por vivir en l, asume todas las semillas de Verbo, toda la sed y toda la bsqueda espiritual de la humanidad.Crecer en espiritualidad es, pues, vida en Cristo o vida en el Espritu, que se traduce en sintona comprometida con su misin universal de asumir como propia la historia de cada hombre. As el cristiano completa o prolonga a Cristo, como instrumento vivo y transparencia suya. El momento ms concreto de esta comunin con Cristo es el sufrimiento y el martirio: por vivir y sufrir (o morir) amando y perdonando, el cristiano (el profeta o confesor y el mrtir) asume consigo (y con Cristo) el sufrimiento, el trabajo y la muerte de tantas personas que sufren y mueren con el corazn abierto al amor, aunque tal vez sin conocer explcitamente a Cristo y a Dios13Amor. En cada etapa de la vida espiritual, el cristiano se hace hermano universal y partcipe de la misin universal de Cristo: completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, por su cuerpo que es la Iglesia (Col 1,24).La espiritualidad cristiana es un camino de antropologa y de progreso de la persona y de la comunidad humana por la entrega sincera de s mismo a los dems (GS 24). Este es el proceso de hacer de la vida un s a Dios y a los hermanos, como el s y el Magnficat de Mara que trasciende las fronteras del espacio y del tiempo: donacin total de s..., apertura total a la persona de Cristo, a toda su obra y misin (RM 39).El camino trazado y realizado por Jess es el camino hacia la realidad ms profunda del hombre, para recuperar su rostro primitivo, en el que Dios imprimi su imagen con el amor o beso de su Espritu (Gen 1,27;2,7), y tambin para recuperar la armona o unidad del corazn humano con todo el cosmos.La espiritualidad es, pues, el camino hacia la realidad integral, donde todo suena a fraternidad: el hermano por quien Cristo ha muerto (Rom 14,15), el hermano sol, la hermana luna, tierra, agua... Entonces el hombre se hace misionero de la unidad sin fronteras, en el corazn y en la convivencia, como hermano universal (San Francisco de Ass, Carlos de Foucauld, etc.).En este camino de la espiritualidad cristiana, la bsqueda es ya encuentro que suscita un ansia de encuentro total y definitivo: Y el Espritu y la esposa dicen... Ven, Seor Jess (Apoc 22.17.20). Entonces ser el encuentro de toda la humanidad con Dios, donde Cristo presentar la creacin al Padre, ya transformada en el amor de su Espritu Santo, para que sea Dios todo en todas las cosas (1 Cor 15,28). SIGLAS MAS USADASAA Decreto conciliar Apostolicam Acluositalem.AG . ...Decreto conciliar Ad Gentes.CD . . .Decreto conciliar Christus Dominus.APR ....Bula del Ao Santo de la redencin:Aperite Portas Redemptort (Juan Pablo II).DMEncclica Dives in Misericordia (Juan Pablo II).CT Exhortacin Apostlica Catechesi Tradendae (Juan Pablo II).DEVEncclica Domtnum et Vivificantem (Juan Pablo II).DVConstitucin conciliar Dei Verbum.ES Encclica Ecclesiam suam (Pablo VI).EN . . . .Exhortacin Apostlica Evangel Nuntiandi (Pablo VI).ET Exhortacin Apostlica Evanglica Testifica to (Pablo VI).FC . . . .Exhortacin Apostlica Familiaris consortw (Juan Pablo II).GS Constitucin conciliar Gaudium et Spes.LG . . .Constitucin conciliar Lumen Gentium.LE Encclica Laborem exercens (Juan Pablo II).MCExhortacin Apostlica Marialis Cultus (Pablo VI).OT Decreto conciliar Optatam Totius.PC Decreto conciliar Per/ectae Caritatis.PO Decreto conciliar Presbyterorum Ordinis.Puebla ....Documento de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano,CELAM, 1979.RDExhortacin Apostlica Redemptorts Donum (Juan Pablo II).RH Encclica Redemptor Homtnis (Juan Pablo II).RM Encclica Redemptons Mater (Juan Pablo II).RPExhortacin Apostlica Reconciliatio et Paenitentia (Juan Pablo II).SA ... .Encclica Slavorum Apostoli (Juan Pablo II).SCConstitucin conciliar Sacrosantum Concilium.SD ...Carta Apostlica Salvifici Dolons (Juan Pablo II).SRSEncclica Sollicitudo Re Socialis (Juan Pablo II).UR . ...Decreto conciliar Unitatis Redintegratio.VSInstruccin Venite seorsum (S. Congregacin de Religiosos).14 15I. ESPIRITUALIDAD: VIVIR EN CRISTO, CAMINAR EN EL ESPRITU1.Conceptos y realidades fundamentales de la vida espiritual2.Teologa de la vida espiritual3.Actualidad y dimensiones de la espiritualidad4.Hacia una teologa de la espiritualidad ms relacional y misionera1.ESPIRITUALIDAD: VIVIR EN CRISTO, CAMINAR EN ELESPRITU1. CONCEPTOS Y REALIDADES FUNDAMENTALES DE LA VIDA ESPIRITUALVida espiritual o espiritualidad significa una vida segn el Espritu, es decir, una vida en toda su realidad humana, honda y sencilla. El hombre busca vivir en profundidad el misterio de su propia existencia y de los dems hermanos, as como el realismo pleno de las cosas y de la historia, donde resuena un ms all y donde Dios deja sentir su presencia y su voz amorosa.Dios cre las cosas y el hombre con su palabra, pronunciada en el amor de su Espritu (Gen l,lss; Prov 8,22; Sal 32; In 1,3). La creacin y la historia caminan con el aliento del Espritu de Dios (Gen 1,2).El hombre ha sido moldeado por Dios a partir de la nada o del barro. De las manos y del corazn de Dios, que conduca toda la creacin hacia el hombre, sali el ser humano como imagen de Dios (Gen 1,27). El rostro o ser profundo del hombre refleja el beso de Dios. El Seor le infundi su Espritu para transformar su ser de barro en expresin o gloria del mismo Dios que es amor y donacin (Gen 2,7).Esta vida espiritual del hombre qued rota por el pecado original de los primeros padres. Desde entonces, es vida dura, de lucha o asctica, que intenta reordenar el ser del hombre y recuperar su rostro primitivo y su unin e intimidad (mstica) con Dios.Este caminar de recuperacin es ahora eleccin y vida en Cristo. Por haber sido elegidos en Cristo, redimidos por su sangre y sellados en el Espritu Santo, ya podemos nuevamente hacer de la vida una expresin o alabanza de la gloria de Dios (Ef 1,3-1914). Esta recuperacin, que es configuracin con Cristo, supera con creces la realidad del primer hombre (Rom 5,15) y es camino de vida nueva (Rom 6,4) o nueva creacin (2 Cor 5,17). La vida espiritual cristiana es, pues, vivir en Cristo (Col 3,3; Gal 2,20; Fil 1, 21; 2 Cor 15; Jn 6,57).Vida espiritual es caminar en el Espritu (Rom 8,4), vivir segn el Espritu (Rom 8,9),caminar en el amor (Ef 5,1), como Cristo nos am (Ef 5,2). El hombre, gracias al Espritu Santo comunicado por Dios, se transforma en Cristo, para ser, con l, expresin o esplendor del Padre.Esta vida plenamente humana enraiza en lo ms hondo del corazn, abarca la convivencia, el trabajo y la historia, para dar a todas las cosas una dinmica de autenticidad: en el Espritu, por Cristo, al Padre (Ef 2,18; cf LG 4).En Dios Amor, cada persona (Padre, Hijo y Espritu Santo) es una mirada amorosa, relacin perfecta, donacin total. El hombre comienza a realizar, ya en esta vida, en armona con toda la humanidad y con toda la creacin, la unidad en el amor, que es reflejo de la mxima unidad existente en Dios Amor uno y trino. La comunidad eclesial es comunidad de creyentes que se han comprometido a hacer realidad, en ellos mismos y en toda la familia humana, esta unidad querida por Dios (LG 1-4; AG 1-4). Esta unidad es el objetivo de la santidad y de la misin.La vida de Jess, participada por el creyente, es vida en el Espritu, vida espiritual. Engendrado en el seno de Mara la Virgen por obra del Espritu (Le 4,1.14.18). Esta es la vida espiritual que Jess ofrece a todo hombre que busca la verdad como Nicodemo; un nuevo nacimiento por el agua y el Espritu Santo (Jn 3,5). Es la oferta de agua viva que Jess hace a la samaritana (Jn 4,10) y a todos los hombres sin distincin (Jn 7,38-39).La nica condicin que Jess pone para recibir esta vida espiritual es la autenticidad, es decir, reconocer lo que uno es ante Dios (en espritu y en verdad: Jn 4,23) y la sed y bsqueda sincera de Dios desde la propia realidad pobre y contingente (Jn 7,37).La vida espiritual es, pues, camino de perfeccin o de santidad del hombre en toda su integridad. Se puede describir como: Vida nueva en el Espritu, que alienta en el corazn del hombre, haciendo que Dios Amor (Padre, Hijo y Espritu Santo) habite en l como en su propia casa solariega (Jn 14,17.23); que ilumina al hombre acerca del misterio de Cristo (Jn 16,13-15) y que le transforma en transparencia y en testigo de Cristo (Jn 15,26-27).Vida en Cristo (Jn 6,56-57; Gal 2,20), a partir de una llamadaque se hace encuentro (Jn 1,35-51), unin y relacin personal(Me 3,14), seguimiento comunitario, imitacin (Mt 11,29),configuracin (Jn 1,16; Rom 6,1-8).Vida en Dios (Rom 6,11), segn los planes salvfcos delPadre, cuya voluntad es hacer del hombre su imagen, suhijo en el Hijo, como participacin del ser de Cristo, Hijode Dios, y conseguir que toda la creacin y toda la humanidad sea restaurada en la armona y en el amor (Ef 1,314; Col 1,9-17).De este modo, la vida espiritual aparece en sus diferentes dimensiones: trinitaria, cristolgica, pneumatolgica. Se trata, en efecto, de vivir el misterio de Cristo, bajo la accin del Espritu Santo, caminando hacia el Padre. Pero hay que aadir otras dimensiones: eclesial, antropolgica, sociolgica, histrica, etc.Este camino de vida espiritual es camino de hermanos, que forman una sola familia como comunidad de caridad (ecclesia). Es camino de verdadera libertad (Gal 5,13; Jn 8, 32), camino haca el corazn del hombre, hacia la realidad concreta, hacia las situaciones humanas personales y comunitarias. Es, pues, camino de insercin en la vida (inmanencia) para llegar a la plenitud de los planes de Dios {trascendencia y esperanza). As, pues, la vida espiritual es:Vida de perfeccin o santidad del hombre en toda su integridad: para ordenar la vida segn el amor; hacer de lapropia vida una entrega de s mismo a los dems (GS24), como expresin de la vida divina que Cristo comunicaa sus creyentes.Vida de comunin eclesial, como misterio o sacramento(signo portador de Cristo), pueblo de Dios (cuerpo de Cristo, comunin de hermanos), esposa de Cristo, sacramentouniversal de salvacin (LG 48; AG 1), es decir, Iglesiamisterio, comunin y misin.Vida comprometida en construir la familia humana en elmundo segn los planes de Dios amor: hombres nuevos,creadores de una nueva humanidad (GS 30).20 212. TEOLOGA DE LA VIDA ESPIRITUALAl estudio de la vida espiritual se la han dado diversos nombres: Espiritualidad, asctica y mstica, teologa espiritual, teologa de la perfeccin, santidad cristiana, etc. Es siempre el estudio sobre la bsqueda de Dios, que aflora en todo corazn humano, y sobre el camino para llegar a l.La teologa es siempre un intento de penetrar respetuosamente los misterios de la fe, en los que se hace patente el misterio de Dios, del hombre y del mundo: teologa es una actitud de la fe que busca comprender dentro de lo posible en el caminar histrico del hombre.La fe es apertura del corazn humano ante el don: ante la autocomunicacin de Dios por el Espritu Santo (DEV 51). Cmo es esta apertura vivencial? qu parte tiene la reflexin teolgica?El estudio teolgico de un tema cristiano (el misterio de Cristo) y, concretamente, el estudio del camino de perfeccin, puede realizarse segn diversas perspectivas o dimensiones, que tambin podran llamarse funciones teolgicas:Dimensin o funcin cientfica: estudio de los datos bblicose histricos, anlisis y sntesis, claridad y precisin, definiciones, etc.Dimensin o funcin kerigmtica: en vistas a la predicacin,anuncio, llamada a la fe, etc.Dimensin o funcin litrgica: celebracin del misterio pascual de Cristo hecho presente en los signos salvficos.Dimensin o funcin pastoral: construir la comunidad enel amor segn las diversas vocaciones y ministerios.DIMENSIN O FUNCIN VIVENCIAL: convertir eldato cristiano en vida personal y comunitaria, como procesode vida en Cristo o vida segn el Espritu.La teologa de la vida espiritual presenta la funcin vivencial del misterio cristiano. En lneas generales cabe decir que cualquier tratado de teologa debe transformarse en vivencia cristiana, como debe ser tambin explicada y profundizada por las dems perspectivas o dimensiones (cientfica, kerigmtica, litrgica, pastoral). Pero se reservan para la teologa de la espiritualidad algunos puntos ms concretos y especficos de la vida cristiana: la naturaleza y el desarrollo de la perfeccin, el camino de la oracin, la vivencia de la propia vocacin, etc. Es, pues, la teologa de la bsqueda, del encuentro y de la experiencia de Dios: etapas, dificultades, medios...La teologa de la perfeccin cristiana puede considerarse como parte o, mejor, continuacin y culminacin de la teologa moral: Tngase especial cuidado en perfeccionar la teologa moral, cuya exposicin cientfica, nutrida con mayor intensidad por la doctrina de la Sagrada Escritura, deber mostrar la excelencia de la vocacin de los fieles en Cristo y su obligacin de producir frutos de caridad para la vida del mundo (OT 16).Ambas partes de la teologa (moral y espiritualidad) tienden a describir la perfeccin o santidad cristiana, pero la espiritualidd centra su atencin y su metodologa en la experiencia o vivencia, el desarrollo o dinamismo, etapas, etc. Sus fuentes inspiradoras son: la palabra de Dios (Escritura enseada y celebrada por la Iglesia) y la experiencia de los santos.As, pues, la teologa de la espiritualidad puede definirse como estudio de la perfeccin cristiana en su aspecto vivencial:La vivencia de la perfeccin cristiana (naturaleza, objetivos...).El dinamismo o desarrollo de esta perfeccin (etapas, dificultades, medios).La oracin como relacin personal y comunitaria con Dios.La fisonoma de la vocacin cristiana, segn los estados devida, carismas, ministerios, etc. (espiritualidad laical, religiosa, sacerdotal...).Las lneas del estudio de la teologa espiritual debern conjugar armnicamente tanto el factor vivencia como el factor perfeccin cristiana. Se trata, en el fondo, de una antropologa cristiana, que presenta al ser humano en toda su integridad psicolgica y sociolgica, y en su apertura a la accin divina (naturaleza y gracia): vida en el Espritu, vida en Cristo, vida en Dios, vida de santidad, vida de comunin eclesial y vida comprometida en la historia y en la sociedad.El verdadero estudio del misterio de Cristo es, de hecho, una actitud vivencial. Este fue el inicio de la teologa cristiana en las escuelas patrsticas: Ninguno puede percibir el significado del evangelio (de Juan) si antes no ha posado la cabeza sobre el pecho de Jess y no ha recibido de Jess a Mara como Madre (Orgenes; cf RM 23, nota 47).22 23Esta actitud vivencial quiere abarcar el misterio de Cristo en toda su integridad y perspectiva. Por esto la teologa de la espiritualidad abre horizontes de infinito: la contemplacin como encuentro que quiere hacerse visin total; la misin que quiere hacerse compromiso en toda la familia humana y en todo el cosmos, hasta restaurar todas las cosas en Cristo (Ef 1, 10).3. ACTUALIDAD Y DIMENSIONES DE LA ESPIRITUALIDADLa insercin del misterio de Cristo y de la palabra de Dios en el corazn del hombre, en la cultura (inculturacin), en la historia y en las situaciones humanas, hace de la teologa espiritual (espiritualidad) un medio privilegiado para llegar a la realidad humana en toda su hondura. La teologa de la liberacin (EN 30-38; Puebla 470-506) y de los signos de los tiempos (GS 4,1 1,44) necesita una actitud vivencial de corazn contemplativo y de vida pobre, en vistas a:Analizar la realidad tal como es (ver, juzgar y actuar), sinesclavizar al hombre a ningn absolutismo: ideologas carentes de perspectiva trascendente, conceptos de historiaque presentan los acontecimientos como algo irreversibleo fatalista, subjetivismos, etc.Iluminar la realidad (acontecimientos, situaciones, etc.) desde la conciencia humana que es reflejo de Dios Amor, ydesde el evangelio y salvacin en Cristo, teniendo en cuentala realidad de pecado y de redencin.Asumir responsablemente la realidad (personal, comunitariay social), como compromiso de construirla para hacer delhombre una donacin a Dios y a los hermanos de toda lafamilia humana.Analgicamente, la insercin del misterio de Cristo en las culturas (inculturacin), que es parte integrante de la contemplacin y evangelizacin (EN 20; RH 12), necesita principalmente la actitud comprometida de dejarse inculturar por el contenido infinito de la palabra de Dios (actitud contemplativa), para insertarse adecuadamente en la vida y en la historia de las personas, de los pueblos y de las religiones. El proceso de inculluracin es, para el24 cristiano, un proceso continuo de conversin (cambio de mentalidad) para configurarse (bautizarse) con Cristo:Aceptacin respetuosa de la cultura como manifestacin delmisterio del hombre concreto en relacin a sus semejantes,a las cosas (ambiente), a la historia y a la trascendencia oms all (religin),Purificacin de datos que son fruto de error o de pecado yque no corresponden a la naturaleza humana vista a la luzdel mensaje evanglico (sin necesidad de imponer datos deotra cultura).Perfeccionamiento de la cultura hasta hacerla medio y expresin donde se manifieste el misterio de Cristo.La teologa espiritual tendr, pues, en cuenta estos datos fundamentales para armonizarlos, respetando la autonoma de cada uno de ellos (GS 36-39). De este modo descubrir la naturaleza yel dinamismo de la vida espiritual:A partir de Dios (gracia o vida divina, misterio de Cristo,palabra de Dios).A partir del hombre o naturaleza humana en su integridad(psicologa, cultura, situacin...).A partir del mundo (sociedad humana, creacin, historia).En todas las religiones, culturas y pocas se nota una doble tendencia, que se expresa por medio de una terminologa o problemtica diferente. El acento se pone o en el esfuerzo del hombre para llegar a Dios o en la accin de Dios (gracia) para salvar ai hombre. La espiritualidad cristiana busca siempre la armona que dimana del misterio de la encarnacin (el Verbo hecho hombre y protagonista del existir humano histrico).En el momento histrico actual entre dos milenios, se notan dos tendencias extremas. Por una parte, se tiende a hacer del hombre y de las realidades terrestres un valor absoluto (antropologa radical, desacralizacin: GS 7). Por otra parte, se acenta la experiencia espiritual en cuanto experiencia fenornenolgica (experiencias de interiorizacin y de fenmenos extraordinarios). En ambos casos, el hombre se constituye en dueo y seor, sea excluyendo a Dios, sea haciendo de Dios una cosa til... Entonces se pierde el sentido de don y de gratuidad, y se corre el riesgo de25perder tambin el misterio del hombre, el cual vale ms por lo que es que por lo que tiene (GS 35).Las tendencias ideolgicas y vivenciales actuales se convierten, a veces, en tensin entre diversos datos de la vida espiritual, todos ellos vlidos y que deben armonizarse:Servicio o consagracin?Inmanencia (encarnacin) o trascendencia (ascensin)?Accin o vida interior?Institucin o carisma?Hay que distinguir, no obstante, entre discusiones polmicas (siglos XVIII y XIX y primera parte del siglo XX) y bsqueda autntica del sentido de la existencia humana (segunda mitad del siglo XX). Muchas discusiones sobre el atesmo y sobre la accin humana como eficacia inmediata son ya caducas, por carecer de base cultural slida. El hombre de hoy se plantea los temas espirituales y religiosos con ms autenticidad. Sin el enfoque vivencial hacia Dios, la existencia del hombre no tendra sentido y se convertira en un absurdo. Paradjicamente, el mundo, que a pesar de los innumerables signos de rechazo de Dios, lo busca sin embargo por caminos insospechados y siente dolorosamente su necesidad, el mundo exige a los evangelizadores que le hablen de un Dios a quien ellos mismos conocen y tratan familiarmente, como si estuvieran viendo al Invisible... Sin esta marca de santidad, nuestra palabra difcilmente abrir brecha en el corazn de los hombres de este tiempo; corre el riesgo de hacerse vana e infecunda (EN 75).La armona entre las tensiones actuales, as como la respuesta al deseo de autenticidad, debe buscarse a la luz de Cristo resucitado presente en la vida y en la historia humana (GS, 22,32,39,45). Cristo salva todos los valores autnticos y los armoniza en la unidad.La teologa de la vida espiritual debe enfocarse, pues, bajo diversos puntos de vista o dimensiones, todas ellas vlidas, actuales y complementarias entre s:Dimensin bblica e histrico-salvfica: la humanidad caminaen una historia de salvacin, donde Dios se hace presentecomo consorte, fiel al pacto o testamento de amor(Yave), manifestando sus planes de salvacin por mediode su palabra. El sentido de la historia se recupera en estamarcha de peregrinacin, para construir la humanidad con el modelo de una ciudad (la nueva Jerusaln) donde slo reine el amor (cf. cap. II).Dimensin trinitaria, cnstolgica y pneumatolgica: la espiritual es participacin de la vida divina, segn los planessalvficos del Padre, comunicada a los hombres por Cristo(vida en Cristo) y sellada con la fuerza del Espritu (vidasegn el Espritu) (cf. cap. I, 1).Dimensin edesial, escatolgica y misionera: la vida cristianase expresa y desarrolla bajo los signos de la presencia deCristo resucitado (Iglesia misterio o sacramento), a modo defamilia de hermanos (Iglesia comunin, cuerpo de Cristo,pueblo), que deben ser fieles a Cristo (Iglesia esposa) paracomunicar a todos los hombres el mensaje evanglico de lasbienaventuranzas, del Padre nuestro y del mandato delamor (Iglesia misin) hasta llegar a la restauracin final enCristo resucitado (Iglesia peregrina y escatolgica); la Iglesiase va haciendo cada vez ms, como Mara, la mujer vestidade sol, transformada en Jess (Apoc 12,1) (cf. cap. I, 4).Dimensin litrgica: la vida espiritual es participacin delmisterio pascual de Cristo, presente bajo signos sacramentales, donde se anuncia, celebra y comunica a toda la comunidad (ecclesia) que quiere vivir en comunin y caridad (koinona, agap), haciendo de la vida un caminode Pascua por medio de la eucarista, sacramentos, aolitrgico, etc.). La comunidad eclesial, con Mara la Madrede Jess (Act 1,14) figura de la Iglesia, escucha la palabra,ora, ama, se ofrece en donacin, vive en fraternidad, recibenuevas gracias del Espritu y evangeliza.Dimensin antropolgica: se busca la perfeccin integral delhombre en todos sus aspectos (en s mismo, en relacin alos dems y al cosmos), en todas las situaciones y circunstancias histricas y sociales, de suerte que el ser humanose pueda desarrollar como donacin o entrega de s mismoa los dems (GS 24; cf. DEV 59), especialmente en eltrabajo, la convivencia y la vida de familia.Estas dimensiones, realizadas armnicamente, hacen de la vida espiritual una vida plenamente humana, en la profundidad del propio ser, en la convivencia fraterna y en el compromiso del caminar humano histrico. La garanta de esta espiritualidad26 27aparece en la actitud de un corazn abierto a Dios Amor (contemplacin) y a sus planes de salvacin universal (misin). Es, pues, el camino hacia la realidad total: Dios, hombre, mundo e historia.4. HACIA UNA TEOLOGA DE LA ESPIRITUALIDAD MS RELACIONAL Y MISIONERAAcentuar excesivamente la tensin entre la vida interior y la accin externa o compromiso apostlico, es presentar un dilema mal planteado: o vida interior o accin. La espiritualidad no consiste propiamente ni en la interiorizacin ni en la accin, sino en la actitud relacional y vivencial para con Dios y para con los hermanos, fruto de una llamada que es don de Dios. La interiorizacin es un medio que ayuda a revisar y profundizar convicciones y decisiones; la accin externa es una consecuencia prctica de estas actitudes.Si no existiera la actitud relacional para con Dios, el proceso de interiorizacin no pasara de ser un ejercicio psicolgico, con cierto valor de sanacin y de equilibrio, y, al mismo tiempo, con cierto riesgo de subjetivismo y alienacin. Del mismo modo, una accin externa carecera de valor de donacin y de verdadero compromiso, si no tuviera la actitud relacional de respeto y aprecio de la persona del hermano. Entonces tanto las personas como las cosas se prestaran a la manipulacin egocentrista. Por esto se ha podido hablar de desvo (o hereja) de la accin y de la interiorizacin.La actitud relacional es consecuencia y fruto de un don de Dios, que llama a un encuentro para escuchar su palabra, para comunicar su propia vida divina y el encargo o misin de continuar su creacin, su historia de salvacin y su accin redentora: Hemos conocido el amor de Dios (ljn 3, 16); amemos a Dios, porque l nos ha amado primero (1 Jn 4,19).La vida espiritual es, pues, intercambio a partir de una iniciativa y don de Dios. La apertura relacional y vivencial hacia ese don que es gracia, se convierte en intercambio: Si alguno me ama..., yo le amar y me manifestar a l...; guardar mi palabra, mi Padre le amar, y vendremos a l y haremos en l nuestra morada (Jn 14,21-23). La espiritualidad se define, pues, por actitudes interiores (EN 74), como respuesta a un don de Dios que hace posible la actitud relacional en el hombre:Actitud de relacin familiar con Dios (Padre, Hijo y EsprituSanto), presente en el corazn humano que se abre al amor{inhabitacin de la Trinidad).Actitud filial de confianza y de unidad de voluntad y devida con Dios (Padre nuestro, oracin contemplativa).Actitud de reaccionar amando en las circunstancias de lavida, transformndolas en nuevas posibilidades de donacin(bienaventuranzas).Actitud de pensar, sentir y amar como Cristo, configurndose con l (fe, esperanza, caridad, bautismo).Actitud de amistad con Cristo que lleva a amar a los hermanos como l les ama (mandato del amor, presencia deCristo resucitado en el mundo y en su Iglesia).Actitud de fidelidad a la palabra y llamada de Dios para unencuentro con Cristo y una misin (vocacin).Conviccin de ser amado por Dios (fe, esperanza), decisinde amarle a l y a los hermanos con todo el corazn (caridad,misin).Relacin de armona con la creacin (hermano sol...).Relacin de compromiso histrico con el caminar de la humanidad hacia Dios (compromiso social).La dinmica o proceso de perfeccin cristiana (cap. III) no podra comprenderse sin estas actitudes relacinales. No se trata slo de cumplir unos preceptos o de practicar unas virtudes, sino principalmente de una respuesta a Dios, por Cristo y el Espritu, que se hace relacin de amistad, unin, seguimiento, imitacin, configuracin. La voluntad de Dios es expresin de su amor de hacer al hombre a su imagen y semejanza. Es un proceso de configurarse con Cristo como desarrollo de la gracia bautismal.El tema de la oracin (cap. IV) no puede basarse principalmente en una obligacin (deber de orar), en una utilidad (necesidad de orar) o en una metodologa (medios y ayudas psicolgicas), sino en el trato filial y amistoso con Dios que tiende hacia la unin y el encuentro definitivo.El dinamismo de la vocacin (cap. V) no puede consistir slo en la adquisicin de unas cualidades (idoneidad), sino que, de28 29modo especial, se basa en una respuesta al don de Dios y en el seguimiento de Cristo que hace a la persona profundamente relacionada.La originalidad de la espiritualidad cristiana consiste precisamente en la sorpresa de encontrarse con un Dios Amor que llama a una relacin personal (pacto de amor, Alianza), que es sintona con su voluntad y planes salvficos de totalidad y de universalismo. La relacin con Dios es vida divina participada (caridad), por Cristo y en el Espritu. El cristiano toma conciencia de esta llamada y se decide a responder de modo permanente. Cristo resucitado presente, que comunica su Espritu, hace posible este caminar de relacin personal en los momentos de oracin (contemplacin) y en los momentos de servicio y donacin a Dios y a los hermanos (caridad, santidad, misin, compromiso).El camino de la vida espiritual es respuesta permanente a un Dios presente, que ama y habla (revelacin, Alianza o pacto de amor). La respuesta es relacin interpersonal de donacin, que se convierte en compromiso de toda la persona y para toda la vida.La relacin personal y comprometida con Dios se hace relacin comprometida con los hermanos y con la creacin entera. La Iglesia se redescubre entonces como un conjunto de signos de la presencia de Cristo resucitado, que vive en los hermanos (vocaciones, caris-mas) y que obra a travs de sus servicios (ministerios).Del encuentro vivencial y relacional con Cristo, se pasa espontneamente al deseo de encuentro, que tiende a ser definitivo (proceso de contemplacin), al deseo de entrega de totalidad (santidad) y al deseo de misin y compromiso sin fronteras (misin). Es la respuesta como receptividad y apertura total al don de Dios, que es l mismo, para acoger incondicionalmente su llamada a la santidad y a la evangelizacin.Enfocando la vida espiritual como actitud relacional (vivencial y comprometida), que tiene su iniciativa en el mismo Dios y en sus dones (su palabra, presencia, vida divina, etc.), se responde mejor a las situaciones humanas actuales:Tendencia a tomar conciencia, tener experiencia de la realidad integral del hombre y de las cosas.Sentido de historia, a partir de acontecimientos que invitanal hombre a un dinamismo de construccin de la humanidad en el amor o donacin. Sentido de comunin fraterna y de compromiso en la sociedad, para orientarla segn la verdad, el amor, la solidaridad, la libertad, la igualdad, la justicia y la paz.Esta teologa de la espiritualidad, ms relacional y comprometida, tiene como punto de partida la palabra de Dios, abarca todo el camino de la vida espiritual, tiene las caractersticas de comunin eclesial, desarrolla la personalidad humana en toda su integridad y se inserta en la realidad sociolgica e histrica. La espiritualidad se hace, pues, camino hacia la realidad completa: Dios, el hombre, el mundo.El proceso de espiritualidad se hace sencillo y profundo: se purifica el corazn a la luz de la palabra de Dios, para unirse a Cristo, el Verbo encarnado y, con l, hacer de la existencia y de la historia humana un reflejo de Dios Amor. La vida se va convirtiendo en slo donacin.ORIENTACIN BIBLIOGRFICAManualesALBINO DEL B. Gesu' (R. Moretti), Compendio di teologa spirituale. Marietti1966).J. AMANN. 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DIOS LLAMA A UN ENCUENTRO CON EL Y A UNA MISIN DE FRATERNIDAD UNIVERSAL1.Dios en el camino histrico del hombre.2.La Palabra de Dios como llamada a un encuentro de relacin,santidad y misin.3.Cristo camino hacia el Padre y consorte en el camino de laIglesia peregrina.4.El camino histrico de la Iglesia.5.Espiritualidad eclesial entre dos milenios: un Pueblo signode Cristo, comunin y misin.1.IIDIOS LLAMA A UN ENCUENTRO CON EL Y A UNA MISIN DE FRATERNIDAD UNIVERSAL1. DIOS EN EL CAMINO HISTRICO DEL HOMBREDesde el inicio de la creacin, Dios se ha mostrado al hombre como amigo que comparte su camino (Gen 1-3). En todos los pueblos, culturas y religiones hay huellas de esta cercana de Dios, a modo de semillas de su Palabra (San Justino).A pesar del pecado del primer hombre (Gen 3,1-24) y de los pecados de la comunidad humana (Gen 6-7), Dios'se mostr misericordioso y fiel a su amor (Gen 8-9). Por esto dej sentir su presencia y su palabra, de modo especial a Abraham y a Moiss, mostrndose como Yav: fiel a la vida que l mismo sostiene (Ex 3,14), fiel a su pacto de amor (Deut 4,31).El hilo conductor de las Sagradas Escrituras es este pacto o Alianza de amor: Vosotros seris mi pueblo, yo ser vuestro Dios (Lev 16,12; Jer 7,23). Dios espera una actitud de respuesta incondicional: Haremos lo que l nos diga (Ex 24,7). Es la actitud de la mujer, Mara, que personifica a toda la comunidad o pueblo de Dios: Hgase en m segn tu palabra (Le 1,38), haced lo que l os diga (Jn 2,6). El s ms trascendental ser el del mismo Jess en el seno de Mara el da de la encarnacin: Vengo para hacer tu voluntad (Heb 10,7; cf. Sal 40).En el corazn del hombre Dios ha sembrado el deseo de verle y encontrarle (Ex 33,18-20; Sal 26). El camino histrico del hombre se resume en una bsqueda que, aparentemente, termina en el silencio y ausencia de Dios. En todo el caminar humano, Dios enva mensajeros y profetas que sostienen la esperanza en nombre suyo: Con amor eterno te am (Jer 31,3), te llam por tu nombre... t me perteneces (Is 43,1). El mismo pecado del hombre se convierte en ocasin para que Dios manifieste nuevamente su misericordia y su amor inquebrantable: La atraer y la llevar al desierto y le hablar al corazn (Os 2,14). En su amor de padre (Deut 1,31; Os 11,4), madre (Is 49,15) y esposo (Ez 16,8; Sal 41 y 44). Dios, en el Antiguo Testamento, se muestra como:37Salvador- salva de la nada (por la creacin), de la oscuridad,de la ignorancia y del error (por la revelacin), del pecadoe injusticia (por el perdn, xodo), del fatalismo histrico(gua del pueblo en su caminar libre y consciente)...Revelador: por medio de su Palabra personal que iluminala creacin y la historia hacia la plenitud de los tiempos(Gal 4,4).Esposo; consorte en el caminar humano, hacindose presente bajo el signo de tienda de caminante (Ex 33 y 40;c. Jn i, 14), para renovar constantemente la Alianza o pactode amor (Lev 26,12; Jer 7,23).El caminar del hombre, en el Antiguo Testamento, est jalonado de fiestas que recuerdan la presencia y la palabra de Dios: Pascua (liberacin por medio de la sangre del Cordero pascual), Pentecosts (renovacin de la Alianza, en tiempo de la siega), Tabernculos (al agradecer las cosechas, se recuerda la presencia de Dios en la peregrinacin hacia la nueva Jerusaln), Dedicacin del templo (signo de la presencia permanente de Dios en medio del pueblo) (ef. Lev 23,5-44). El pueblo de Dios, a travs de estas etapas de purificacin y de renovacin se ir convirtiendo en un signo levantado en medio de las naciones (Is 11,12).Dios quiere hacer al hombre partcipe de su propia existencia trascendente (santidad). Por esto urgir la fidelidad a la ley, que describe la voluntad y los planes salvficos de Dios sobre el hombre. Este, apoyado en Dios, ya puede trascenderse a s mismo recuperando su rostro primigenio o su identidad original de imagen de Dios: Sed santos porque yo soy santo (Lev 11,44).Los salmos son un resumen de la espiritualidad del Antiguo Testamento. Estos himnos del texto sagrado resumen retazos de vida y de historia salvfica. El hombre asume los acontecimientos de su caminar personal y comunitario (alegra, dolor, triunfo, exilio, muerte...), a la luz de la historia de salvacin, para convertirlos en dilogo con Dios (culto, oracin) y en compromiso histrico. La dinmica de los salmos se mueve dentro de la esperanza mesinica, en el contexto de un Dios que ama al hombre y le salva del fatalismo histrico y de las fuerzas de la naturaleza. El hombre, al experimentar su propia contingencia, se encuentra con la sorpresa de un Dios trascendente que es fiel a la vida y al amor (Yav).En el libro de los Cantares, esta espiritualidad bblica aparece ms claramente en todo su significado esponsal. La imagen matri- monial sirve de base para comprender el amor de Dios a su pueblo (su esposa). La esposa es llamada al encuentro con Dios en la nueva Jerusaln. La llamada a las bodas es un tema frecuente en el Antiguo Testamento (Is 55,1-2; 65,13; 25,6; Sal 22,27; 23,5; 44,11). La esposa es invitada a despertarse para buscar al Amado. El dramatismo de los Cantares es un proceso de bsqueda hasta llegar a la unin definitiva. El objetivo final es el s matrimonial: Mi amado para m y yo para mi amado (Cant 2,16). As se cumplen los designios de Dios, como resumen de todo el Antiguo Testamento: Yo pondr mi ley en su interior y la escribir en su corazn, y yo ser su Dios y ellos sern mi pueblo (Jer 31,3).Los acontecimientos salvficos, cantados y vividos por medio de los salmos y los cantares, celebrados y conmemorados durante las fiestas, as como la voluntad de Dios manifestada en su ley y urgida por los profetas, sostenan las esperanzas mesimcas, hasta la llegada del Salvador (Jess), ungido y enviado (Mesas o Cristo), el esperado de todas las naciones (cf. Is 11,10; Rom 15,12; Mt 12,21).Los textos veterotestamentarios siguen siendo un buen pedagogo hacia el encuentro vivencial con Cristo, especialmente si se leen para descubrir en ellos la presencia y la palabra de Dios Amor: el Emmanuel (Dios con nosotros: Is 7,14) y el Verbo encarnado, la Palabra personal del Padre, pronunciada eternamente en el amor del Espritu Santo (cf. Sab 18,15).Jess asume y lleva a plenitud todas las realidades salvficas del Antiguo Testamento: Palabra, templo (presencia), sacrificio (Cordero pascual), ley, profetas, sacerdocio... El es el Cristo (ungido) por antonomasia: profeta, sacerdote y rey.A partir de Jess, el Verbo o Palabra personal de Dios Amor, se comienza a entrar en la plenitud del misterio que abarca a Dios, al hombre y al mundo: Dios presente en el caminar humano, se comunica al hombre para hacer de l su interlocutor, su consorte, su continuador libre y responsable en la obra creadora y salvfica. El encuentro con Dios se convierte, pues, en misin fraterna de construir la humanidad en el amor.2. LA PALABRA DE DIOS COMO LLAMADA A UN ENCUENTRO DE RELACIN, SANTIDAD Y MISINLa palabra de Dios, especialmente a la luz de Jess (el Verbo o Palabra personal de Dios), sigue siendo actual, divina, siempre joven y eficaz: llama a un encuentro que tiende a ser visin y38 39posesin definitiva; transforma a los que la escuchan vivencialmente en testigos para una misin fraterna universal y csmica.Cuando Dios habla en la creacin, en la historia, en el corazn del hombre y de modo especial por medio de la revelacin estrictamente dicha, presenta todo un programa de vida: Oye, Israel, Yav es nico; amars a Yav tu Dios con todo tu corazn... y llevars muy dentro del corazn todos estos mandamientos que yo te doy hoy (Deut 6,4-6); oye, hija, y mira, inclina tu odo (Sal 44,11); por toda la tierra se ha difundido tu voz (Sal 18,5).Desde el comienzo del mundo, Dios se ha relacionado con el hombre y le ha dejado huellas de su mensaje. De modo particular, Dios se comunic a algunos hombres escogidos por l (Abraham, Moiss, los profetas...), hablndoles como amigos (DV 2).La palabra divina (dabar) es palabra y accin, que dirige con amor la historia salvfica. La exposicin de este mensaje y programa culmina en el monte de las bienaventuranzas (nuevo Sina) y en el monte Tabor: Este es mi Hijo amado, escuchadle (Mt 17,5). Dios, que ha hablado muchas veces y de muchas maneras, finalmente nos ha hablado por su Hijo (Heb 1,2).Con su palabra, Dios nos ha descorrido el velo (revelacin) de su misterio y, al mismo tiempo, el misterio del hombre y del mundo. Dios, creando y conservando el universo con su palabra (Jn 1,3), ofrece a los hombres en la creacin un testimonio perenne de s mismo; queriendo adems abrir el camino de la revelacin sobrenatural, se revel desde el principio a nuestros primeros padres... fue preparando a travs de los siglos el camino del evangelio (DV 3). Dios quiso manifestarse a s mismo y sus planes de salvacin al hombre (DV 6).La actitud de escucha se hace camino hacia el monte, que representa el mensaje de Cristo (Heb 12,18-24), y hacia la nueva ciudad de Jerusaln (Apoc 21,2), cuando tendr lugar el encuentro definitivo de toda la humanidad con Dios. La respuesta (habla, Seor, que tu siervo escucha: 1 Sam 3,9) es tambin camino para penetrar en la nube luminosa (Mt 17,5), donde Dios se manifiesta y se comunica (Ex 24,28).La respuesta del hombre es posible gracias a la iniciativa de Dios: Todo cuanto dice Yahv lo cumpliremos y obedeceremos (Ex 24,7); hgase en m segn tu palabra (Le 1,38). Nuestra respuesta se apoya en el mismo don infinito de la palabra de Dios Amor, pronunciada eternamente en el amor del Espritu Santo y40 hecha donacin para el hombre especialmente desde el da de la encarnacin del Verbo. La palabra de Dios sella una Alianza o pacto y declaracin de amor (