cambio climatico
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CAMBIO CLIMÁTICO
1 PREÁMBULO
1.1 Situación actual global
Cambios históricos
Hace alrededor de 65 millones de años un asteroide gigante entró en colisión con la
Tierra. Cataplum! Según las estimaciones científicas, el choque arrojó tanto polvo a la
atmósfera que dejó al mundo en tinieblas durante tres años. La luz solar se redujo en
gran medida, impidiendo el crecimiento de numerosas plantas, las temperaturas
descendieron, la cadena alimenticia se rompió y muchas especies desaparecieron,
incluida la mayor que existiera sobre la faz de la Tierra.
Tal es, cuando menos, una teoría dominante que explica la extinción de los dinosaurios.
Incluso aquellos que no fueron alcanzados directamente por el asteroide, sucumbieron a la
postre.
La catástrofe que dio cuenta de los dinosaurios es sólo una ilustración -si bien dramática-,
de cómo el cambio climático puede fomentar el desarrollo de una especie o liquidarla.
Según otra teoría, los seres humanos evolucionaron cuando las temperaturas mundiales
descendieron considerablemente y las precipitaciones disminuyeron hace unos seis
millones de años.
Variaciones del clima
Á partir de entonces, las variaciones climáticas han modelado el destino de la humanidad,
y el ser humano ha reaccionado en gran medida adaptándose, emigrando y
desarrollando su inteligencia. Durante las últimas glaciaciones, los niveles de los
océanos descendieron y los seres humanos se desplazaron a través de puentes
continentales desde el Asia hacia las Américas y las islas del Pacífico. Desde
entonces se han registrado numerosas migraciones, innovaciones y también catástrofes.
Algunas de estas han tenido su origen en pequeñas fluctuaciones climáticas, como
unos pocos decenios o siglos de temperaturas levemente superiores o inferiores a la
media, o sequías prolongadas.
El hombre ha soportado durante milenios los caprichos climáticos, recurriendo a su
ingenio para adaptarse, incapaz de influir en fenómenos de tal magnitud. Eso hasta
ahora. Paradójicamente, el éxito notable que hemos logrado como especie bien puede
habernos llevado a un callejón sin salida.
El crecimiento demográfico ha alcanzado un punto tal que haría muy difícil una migración
en gran escala en caso de que un cambio climático de grandes proporciones la hiciera
necesaria, y los productos de nuestra inteligencia (industrias, transportes, etc.) han
conducido a una situación desconocida en el pasado. Anteriormente el clima
mundial hacía cambiar a los seres humanos; ahora parece que estos últimos están
cambiando el clima. Los resultados todavía son inciertos, pero si las predicciones
actuales se confirman, el cambio climático que tendrá lugar en el próximo siglo será de
una amplitud sin precedentes desde los albores de la civilización humana
Actividades del hombre
El principal cambio que se ha registrado hasta la fecha ha sido en la atmósfera terrestre.
El asteroide gigante que terminó con los dinosaurios arrojó grandes nubes de polvo en el
aire, pero nosotros estamos causando fenómenos de dimensiones similares, aunque en
forma más sutil. Hemos provocado, y continuamos haciéndolo, un cambio en el equilibrio
de los gases que componen la atmós fera, y ello es particularmente cierto con relación a los
"gases de efecto invernadero" principales, como el dióxido de carbono (CO2 ), el
metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O). (A pesar de que el vapor de agua es el
gas termoactivo más importante, las acti vidades del hombre no lo afectan
directamente.) Estos gases, que se encuentran normalmente presentes en la
atmósfera, representan menos de una décima parte del 1 por ciento de la atmósfera
total, compuesta principalmente de oxígeno (21%) y nitrógeno (78% ), pero son vitales
porque actúan como una manta natural alrededor de la Tierra, sin la cual la superficie de
nuestro planeta sería cerca de 30° C más fría que en la actualidad.
El problema estriba en que la actividad del hombre está "espesando" la manta.
Por ejemplo, cuando quemamos carbón, petróleo y gas natural, liberamos cuantiosos
volúmenes de dióxido de carbono en el aire, al igual que cuando destruimos los bosques,
dejamos escapar a la atmósfera el carbono almacenado en los árboles. Otras
actividades esenciales, como la cría de ganado y el cultivo de arroz, también emiten
metano, óxido nitroso y otros gases de efecto invernadero. Si las emanaciones continúan
aumentando al ritmo actual, es casi seguro que en el siglo XXI los niveles de dióxido de
carbon o en la atmósfera duplicarán los registros preindustriales, y si no se toman
medidas para frenar dichas emisiones, es muy probable que los índices se triplicarán para
el año 2100.
Pronósticos de cambio
De acuerdo con el consenso científico, el resultado más directo podría ser un "calentamiento
dé la atmósfera m undial" del orden de 1° C a 3,5° C durante los próximos
100 años. A esto se debe sumar un manifestó incremento de temperatura de un (0,5°
C) desde el período preindustrial anterior a 1850, parte del cual sería producto de emisiones
anteriores de gases de efecto invernadero.
Es difícil pronosticar en qué medida esta situación podría afectarnos, dado que el
clima mundial es un sistema sumamente complejo. Si se alterara un aspecto clave como la
temperatura media global, las ramificaciones tendrían un largo alcance. Los efectos
inciertos se adicionan: por ejemplo, podría cambiar el régimen de vientos y lluvias que ha
prevalecido durante cientos y miles de años, y del cual depende la vida de millones de
personas; podría subir el nivel de los mares y amenazar islas y zonas costeras bajas.
En un mundo cada vez más poblado y sometido a mayores tensiones, que ya tiene
suficientes problemas por resolver, esas presiones adicionales podrían conducir
directament e a nuevas hambrunas y otras catástrofes. Al tiempo que los científicos
se esfuerzan por comprender con mayor precisión los efectos de las emisiones de
gases termoactivos, la comunidad internacional se ha unido recientemente para hacer
frente a este problema. Si no se conocen con certeza las consecuencias de un problema,
¿se ignora el problema o se trata de encontrarle alguna solución? .
Amenaza para la humanidad
El cambio climático es una amenaza para la humanidad, pero nadie puede determinar
con seguridad sus futuros efectos o la magnitud de éstos. La reacción ante esa amenaza
seguramente será costosa, compleja y difícil. Hay incluso desacuerdo sobre si realmente
existe un problema: mientras numerosas personas temen la extrema gravedad de los
efectos, otras argumentan que los científicos no pueden dar pruebas irrefutables de que
sus previsiones se harán realidad. Además, no está claro quienes son los que sufrirán más
en las diversas regiones del mundo.
Consecuencias probables
Sin embargo, si la comunidad internacional espera a que aparezcan las consecuencias y las
primeras víctimas, probablemente será muy tarde para actuar.
¿Qué se debe hacer? La verdad es que en casi todos los círculos científicos la cuestión ya
no es si el cambio climático es un pro blema potencialmente grave, sino en qué
forma se manifestará, cuáles serán sus repercusiones, y cuál será la mejor forma de
detectarlas. Los modelos de computadora de algo tan complicado como el sistema climático
de nuestro planeta no son aún lo suficientemente avanzados para brindar respuestas claras
y concluyentes. No obstante, si bien el cuándo, dónde y cómo no está definido, el
panorama que se desprende de estos modelos climáticos nos lanza señales de alarma.
Se prevé que el ciclo de evapotranspiración se acelerará a nivel mundial, y ello implica que
lloverá más, pero que las lluvias también se evaporaran más rápidamente, volviendo los
suelos más secos durante los períodos críticos de la temporada de cultivo. Nuevas
sequías, o más intensas, en particular en los países más pobres, podrían disminuir el
abastecimiento de agua potable hasta el punto que ello podría convertirse en una amenaza
grave para la salud pública. Dado que los científicos todavía no tienen entera
confianza en los pronósticos regionales, no se aventuran a definir con precisión las zonas
del mundo expuestas a volverse más húmedas o más secas, pero, habida cuenta de que
los recursos hídricos mundiales ya se hallan bajo una gran presión en virtud del rápido
crecimiento demográfico y la expansión de las actividades económicas, el peligro de
que ello ocurra es bien real.
Se prevé que en las regiones de latitud medio el desplazamiento será de entre 200 y 300
km por cada grado Celsius de calentamiento. Veranos más secos disminuirían el
rendimiento de los cultivos en un 10 a 30 por ciento, y es posible que las principales
zonas cerealeras actuales (como las Grandes Llanuras de los Estados Unidos) expe
rimenten sequías y golpes de calor mas frecuentes. Los bordes septentrionales de las
zonas agrícolas de latitud media (el norte del Canadá, Escandinavia, Rusia y el Japón en el
hemisferio norte, y el sur de Chile y la Argentina en el hemisferio austral), se beneficiarían
de temperaturas más elevadas. Sin embargo, en algunas regiones el escabroso de los
terrenos y la pobreza de los suelos impedirían a esos países compensar la merma de
rendimiento de las zonas hoy más productivas.
El nivel medio global del mar ya ha subido cerca de 15cm en el último siglo y se
prevé que el calentamiento de la Tierra ocasionará un aumento adicional de alrededor de
18 cm para el año 2030. De mantenerse la actual tendencia de las emisiones de gases
termoactivos, ese aumento podría llegar a los 65cm por encima de los niveles actuales
antes del año 2100. Las tierras más vulnerables serían las regiones costeras
desprotegidas y densamente pobladas de algunos de los países más pobres del mundo.
Entre las víctimas probables se contaría Bangladesh, cuyas costas ya son propensas a
inundaciones devastadoras, al igual que muchos pequeños Estados insulares, como las
Maldivas.
Estas hipótesis son lo suficientemente alarmantes para causar preocupación, pero
demasiado inciertas para permitir a los gobiernos tomar medidas de acción concretas. El
panorama es confuso: es comprensible que algunos gobiernos, acosados por otros
problemas, responsabilidades y deudas que atender, se vean tentados de no hacer
absolutamente nada. Quizás el peligro se aleje, o algún otro se encargará de él; tal
vez otro asteroide gigante chocará con la Tierra, ¿quién puede saberlo?.
1.2 Situación actual en América Latina
Si un asteroide gigante entrara en colisión con la Tierra, no sería la culpa de nadie. No se
puede decir lo mismo con respecto al calentamiento de la atmósfera. Hay una injusticia
fundament al en el problema del cambio climático, que exacerba a las relaciones ya
problemáticas entre las naciones ricas y pobres. Los países con los niveles de vida más
altos han sido los más responsables (aunque inconscientemente) del aumento de los
gases de efec to invernadero: las primeras regiones industrializadas (Europa, América
del Norte, el Japón y otras) consolidaron su riqueza en parte dejando escapar a la
atmósfera grandes cantidades de gases de efecto invernadero, mucho antes de que se
conocieran sus consecuencias probables. Los países en desarrollo ahora temen que se les
diga que deben limitar sus actividades industriales en ciernes, puesto que la atmósfera
ha llegado a su límite de tolerancia.
Habida cuenta de que las
emanaciones derivadas de la
utilización de energía constituyen
la causa principal del cambio
climático, habrá una creciente
presión para que todos los
países reduzcan el consumo
de carbón y petróleo. También
habrá presiones (e incentivos) para
que se adopten tecnologías
avanzadas tendient es a limitar los
perjuicios en el futuro, pero el
costo de éstas puede ser
elevado.
Los países que se hallan en las
primeras etapas de
industrialización y que bregan
para ofrecer una mejor vida a sus
habitantes no quieren este tipo de
cargas adicionales: el desarrollo
económico ya es suficientemente
difícil. ¿Cómo podrían progresar si
aceptaran disminuir el uso de los
combustibles fósiles, que son los
más baratos, convenientes y
útiles para las industrias?
Hay otras injusticias que van aparejadas al problema del cambio climático. Los países del
mundo en desarrollo serán probablemente los que más sufrirán si se confirman las
consecuencias previstas (desplazamiento de zonas agrícolas, aumento del nivel del mar, y
variaciones en el régimen de lluvias). Estos países simplemente carecen de los
recursos científicos y económicos o de los sistemas de seguridad social necesarios para
hacer frente a las repercusiones de la perturbación del clima.
Además, en gran número de esos países el rápido crecimiento demográfico ha obligado a
muchos millones de personas a asentarse en tierras marginales, y son precisamente éstas
las que pueden padecer los efectos más drásticos de las variaciones climáticas.
2 ¿QUE DEBEMOS SABER?
2.1 El clima y el cambio climático
En los textos ofi ciales, el cambio climático se refiere al cambio de clima que es
atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que modifica la composición de
la atmósfera global. El cambio climático se adiciona entonces a la variabilidad climática
natural obs ervada sobre períodos de tiempo comparables.
El clima de un lugar está caracterizado por el tiempo que generalmente hace en ese lugar.
Ese clima incluye variaciones del tiempo atmosférico en diferentes escalas de tiempo,
como son las diferencias de tempe ratura entre el día y la noche; diferencias de
precipitaciones, según las estaciones del año; diferencias de tiempo entre distintos años,
unos secos, otros muy húmedos, etc. Estos patrones de comportamiento con todas sus
variaciones representan lo que se llama el clima.
2.2 El efecto invernadero
A largo plazo la Tierra debe liberar al espacio la misma cantidad de energía que absorbe del
sol. La energía solar llega en forma de radiación de onda corta, parte de la cual es
reflejada por la superficie terrestre y la atmósfera. Sin embargo, la mayor parte pasa
directamente a través de la atmósfe ra para calentar la superficie de la Tierra. Esta se
desprende de dicha energía enviándola nuevamente al espacio en forma de radiación
infrarroja, de onda larga.
El vapor de agua, el dióxido de carbono y los otros "gases de efecto invernadero" que
existen en forma natural en la atmósfera, absorben gran parte de la radiación
infrarroja ascendente que emite la Tierra, impidiendo que la energía pase
directamente de la superficie terrestre al espacio. A su vez, procesos de acción
recíproca (como la radiación, las corrientes de aire, la evaporación, la formación de
nubes y las lluvias) transportan dicha energía a altas esferas de la atmósfera y de ahí
se libera al espacio. Afortunadamente existe este proceso más lento e indirecto, ya que si la
superficie de la Ti erra pudiera irradiar libremente la energía, nuestro planeta sería un
lugar frío y sin vida, tan desolado y estéril como Marte.
Al aumentar la capacidad de la atmósfera para absorber la radiación infrarroja,
nuestras emisiones de gases de efecto invernad ero alteran la forma en que el clima
mantiene el equilibrio entre la energía incidente y la irradiada. De no registrarse ningún otro
cambio adicional, la duplicación de la concentración de gases de efecto invernadero de
larga vida proyectada para comienzos del próximo siglo reduciría en alrededor del 2 por
ciento la proporción de energía que nuestro planeta emite al espacio.
2.3 Gases de efecto invernadero
Los Gases de Efecto Invernadero (GEI) controlan el balance de energía de la Tierra, al
absorber parte de la radiación infrarroja emitida por su superficie.
Estos gases son escasos, ya que representan menos del uno por ciento de la atmósfera. Sus
concentraciones atmosféricas resultan del balance entre sus fuentes (naturales y artificiales)
y sus sumideros (procesos responsables de la destrucción o secuestro de es tos gases.)
2.4 Consecuencias del cambio climático
La vulnerabilidad define el grado con que el cambio del clima puede ser perjudicial o nocivo
para el sistema. No solo depende de la sensibilidad del sistema, sino también de su
capacidad para adaptarse a nuevas condiciones climáticas
socioeconómicos afectados ya por la contaminación, las crecientes demandas de
recursos, y las practicas de gestión no sustentable. La mayoría de los sistemas son
sensibles al cambio climático. Los sistemas ecológicos , los sistemas
socioeconómicos, y la sal ud humana son todos sensibles a la magnitud y a la
velocidad del cambio climático
Bosques
El incremento sostenido de un grado centígrado en la temperatura media global basta para
originar cambios en los climas regionales que afectan el crecimiento y la capacidad de de
regeneración de los bosques en muchas regiones. Se espera una disminución de la
diversidad florística, un aumento de los agentes pat ogénicos y del área infectada, y
una mayor frecuencia e intensidad de los incendios .
Desiertos y desertificación
Es más probable que la desertificación sea irreversible si el medio ambiente se toma más
seco y el suelo se degrada aún más a causa de la erosión y de la compactación.
Sistemas costeros
El cambio climático y la elevación del nivel del mar o los cambios en las tormentas o las
mareas de tempestad, erosionarán las costas y habitáis asociados, y provocara una
mayor salinidad de los estuarios y acuíferos de agua dulce. También provocará
alteración de los mares en ríos y bahías, v cambios en el transporte de sedimentos y
nutrientes entre otros.
Hidrológia y gestión de recursos hídricos
El cambio del clima supondrá una intensificación del ciclo hidrológica global y puede influir
notablemente en los recursos hídricos regionales. La precipitación y en su frec uencia e
intensidad, influirán en la m a g n i t u d y el momento de la escor rentía, así como en la
intensidad de crecidas y sequías, sobre todo en regiones áridas y semiáridas.
Agricultura
Se prevé que la productividad aumente en algunas zonas y disminuya en otras,
especialmente en las regiones tropicales y subtropicales. Los estudios muestran qu e en
general la producción agrícola global resultante tras la duplicación del C02 equivalente, no
cambiara sustancialmente pero los efectos regionales sí variarán mucho. Puede aumentar
el riesgo de hambre y de inanición, particularmente en la población que vive en
zonas subtropicales y tropicales.
Pesquería
Los efectos del cambio climático se dejarán sentir junto con los de la pesca excesiva
generalizada, la disminución de criaderos y la amplia contaminación interior y costera.
Los principales impactos se sentirán a nivel nacional y local en la medida en que se
mezclen especies y se desplacen los centros de producción.
Salud humana
El cambio climático probablemente tenga una gran variedad de efectos sobre la salud
humana, particularmente adversos, con import antes pérdidas de vida. Las previsiones
sobre los efectos directos comprenden aumentos en la mortalidad y en la incidencia de
enfermedades debido a mayores intensidades y duración de olas de calor. Los efectos
indirectos del cambio climático comprenden aum entos en la posible transmisión de
enfermedades infecciosas por vectores (por ejemplo paludismo, dengue, fiebre amarilla
y encefalitis viral), como resultado de la mayor extensión geográfica y estacional de estos
organismos vectores.
De todos los sectores anteriormente mencionados en el caso de México el más vulnerable
es probablemente la agricultura, por estar poco tecnificada y ser altamente dependiente
de
las condiciones climáticas. Además la adopción de nuevas tecnologías en este sector es
relativamente lenta.
Bajo estas condiciones, México y el resto de los países centroamericanos, deberán
tomar decisiones en el cort o plazo encaminadas a estudiar de una manera mas
precisa la vulnerabilidad de sus economías y recursos naturales ante el cambio climático,
para poder adoptar con antelación las decisiones mas pertinentes.
2.5 Cambios futuros
El cambio climático es una consecuencia de la acumulación de gases de efecto
invernadero (GEI) de origen humano en la atmósfera. Las emisiones de estos
gases se están produciendo más intensamente desde hace aproximadamente 150 años,
y en mayores cantidades cada año. Debido a los gases emitidos anteriormente, ya
podemos sentir los efectos del cambio climático actualmente. Sin embargo, a causa de
que las emisiones están aumentando, este cambio climático se intensificara en el futuro.
Para poder prever el clima futuro, se tiene que entender claramente como funciona
el sistema climático planetario y cómo los gases de efecto invernadero interfieren con éste.
Sobre la base de este conocimiento, científicos de todo el mundo y de muchas
disciplinas, unieron sus esfuerzos para realizar y mejorar continuamente modelos
informáticos que describan correctamente el sistema climático.
Para los años 2070 a 2100, se prevé: un aumento en la temperatura mundial de entre
1,5 y 3,5 centígrados, según los modelos y las emisiones de gases. La temperatura
aumentaría más en los países de latitudes altas (hacia los polos) que en los países
vecinos al Ecuador. Generalmente, este aumento de temperatura provoca una
evaporación del agu a mayor, y por consiguiente un ciclo hidrológico más intenso, con
mayor nubosidad y mayor cantidad de lluvias.
3 ¿QUE PODEMOS Y TENEMOS QUE HACER?
3.1 Disminuir la producción de gases a efecto invernadero
Sector energético
Se podrían realizar significativas reducciones de emisiones de GEI (gases de efecto
invernadero), si se ponen en práctica algunas de las siguientes opciones de mitigación en
el sector energético:
Reemplazo del equipo de generación existente por un equipo más eficiente.
Desarrollo de hidroenergía en grandes o pequeñas obras, de la generación geotérmica
y eólica.
Desarrollo de plantaciones para bioenergía. La biomasa puede hacer una importante
contribución en los mercados de la electricidad y de los combustibles; además ofrece
perspectivas para aumentar el empleo y los ingresos rurales.
Reemplazo de las lámparas incandescentes por lámparas fluorescentes más eficientes.
Sector transporte
Se puede implementar las medidas siguientes:
Fomento del uso del transporte público.
Inspecciones periódicas de los vehículos para reducir sus emisiones, uso de
catalizadores.
Reordenamiento urbano de la infraestructura vial (uso del suelo urbano, sistema
vial, señalización, semáforos, pasos de nivel, vías especiales para los autobuses).
Sector agrícola
Algunas opciones en el sec tor cambios en el uso del suelo y las actividades forestales
podrían ser:
El fomento de las plantaciones forestales y el mejor aprovechamiento de los productos de
la madera.
Manejo y protección más eficiente, y creación de nuevas
áreas protegidas.
Freno al avance de la frontera agrícola, mediante aumentos de productividad
agrícola, o pago por servicios de carbono en áreas de conservación.
Las políticas
Las políticas para reducir las emisiones netas de GEI podrán aplicarse más fácilmente, si
se conciben para abordar otros problemas que impiden el desarrollo sostenible (por
ejemplo, la contaminación del aire y la erosión del suelo).
3.2 Reforestar a gran escala
Los árboles y plant as, absorben el CO2 y producen oxígeno.
3.3 Como preparase frente al cambio climático
Existen diferentes estrategias de adaptación:
La primera consiste en la protección, es decir, en diseñar sistemas que permitan resistir
los cambios. Esta es una estrategia usualmente cara.
La segunda es la retirada, que consiste en dejar que el cambio se de y entonces mover las
actividades o las estructuras hacia los lugares que vuelven favorables. Esta estrategia,
cuya implementación puede ser relativamente barata, se ve obstaculizada en algunos
casos por motivos sociales, como son las dificultades de la gente para mudarse.
La tercera estrategia es el acomodamiento y consiste en modificar las actividades en la
medida en que van cambiando las condiciones. Esta estrategia también tiene
limitaciones ligadas a elementos sociales y de aprendizaje de nuevas actividades.
3.4 Prevenir los desastres naturales – a gricultura
Hay muchas acciones de protección de los recursos naturales que las familias campesinas y
las comunidades deben realizar para disminuir el impacto de un desastre natural
(inundación, huracán, tempestad, ciclón, etc.). Entre estas acciones están:
3.5 Prevenir los desastres – comunidades situadas en
laderas
Suelos altos y de laderas
El despale de las partes altas de cerros y bordos de montañas, está afectando los
suelos ubicados en sus laderas, sobre todo cuando son muy inclinados.
¿Cuál es el peligro que representar
Los suelos altos y en laderas, por estar inclinados en tiempos de muchas llu vias tienen el
riesgo de ser arrastrados por las corrientes y sufrir deslaves o deslizamientos. Estos
lugares en caso de temblores pueden derrumbarse.
¿Qué se puede hacer?
La protección natural de los suelos altos y en pendientes se la dan los árboles.
Las hojas de los árboles aminoran el golpe de las gotas de lluvia, las raíces permiten que
el suelo sea poroso y absorba gran parte del agua que corre por el suelo, otra
protección es que los árboles hacen de barrera para que el agua corra con menos
fuerza.
De esta manera los árboles protegen el suelo de ser arrastrado por el agua, o abrir
zanjones, permitiendo que el agua sea absorbida por la tierra donde se conserva o
alimenta las corrientes bajo tierra.
3.6 Prevenir los desastres – comunidades situadas al pie de cerros
Los cerros, una amenaza permanente Las comunidades que están asentadas al pie de los
cerros, sierras y volcanes, están amenazadas en tiempos de tormentas y lluvias, a sufrir un
deslizamiento o deslave, avalancha de agua y lodo.
En el caso de que el vecino sea un volcán, la amenaza aumenta en períodos de
erupciones por los temblores, la arena, las cenizas, o la lava.
En cualquier caso hay que estar alertas para abandonar el lugar a la menor señal de
peligro.
Las comunidades que están asentadas al pie cerros, sierras y volcanes, amenazadas en
tiempos de tormentas y lluvias, a sufrir un deslizamiento o deslave, avalancha de agua y
lodo.
¿Qué se puede hacer?
Lo primero es valorar la situación del lugar y conocer el riesgo que se corre por
vivir ahí. En la alcaldía del municipio se puede conseguir información y apoyo.
Es necesario la construcción de diques con malla ciclón, piedras y cemento, que
eviten que las corrientes de agua inunden los terrenos o las casas.
Limpiar de arena los cauces y zanjones.
Poner alcantarillas para que las corrientes no corten el camino.
En las áreas de cultivos hay que sembrar árboles sobre todo los que tienen varios
usos, como leña, madera, frutas, comida para el ganado o sombra.
Establecer cobertura vegetal y boscosa, para proteger tanto los suelos, el agua y
principalmente a la población en la comunidad que se encuentra en la parte baja de la
cuenca.
Algunas de estas obras sólo se pueden desarrollar con ayuda de las alcaldías o de
las instituciones que dan mantenimiento a las carreteras, como es el caso de retirar
la arena de los cauces, construcción de diques y poner alcantarillas.
3.7 Prevenir los desastres – comunidades situadas a las orillas de ríos
Las riberas, una zona de mucho riego
Las comunidades asentadas en las riberas de los ríos tienen distintos riesgos, según
donde se encuentren situadas: en la parte alta de la cuenca, en la parte media o baja de
la cuenca o en la desembocadura del río. También del tipo de desastre que se desate; no
es lo mismo una crecida rápida del río, que arrastra todo a su paso, que una crecida lenta
o llena como se les conoce en la zona de la Costa Atlántica, que se caracterizan por ser
una crecida que tarda varios días en bajar.
¿Qué se puede hacer?
Las comunidades asentadas en las riberas de los ríos tienen distintos riesgos, según
donde se encuentren ubicadas: en la part e alta de la cuenca, en la parte media o baja
de la cuenca.
Lo primero reforestar las riberas de los ríos como una forma de proteger los
suelos y la gente.
En las zonas altas de la cuenca, evitar la corta de árboles que destruyen la poca
cobertura del suelo y que es la que aminora la fuerza de las corrientes hacia los ríos.