¡Cambia tu mente, cambia tu vida!

Principio # 4: El trabajoGénesis 3:17-19Pasaje clave: Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás.Texto de apoyo: 1 Tesalonicenses 4:11-12

ESTE ES EL CONTEXTO DEL RELATO

Adán y Eva habían desobedecido el mandato de Dios: no comer del fruto del árbol que estaba en medio del jardín de Edén. Acto seguido, la constitución primera del universo cambió. La maldad entró al mundo y afectó todas las relaciones. Afectó la relación del hombre con Dios, consigo mismo, con su prójimo y �nalmente, con la tierra. Fue así como el trabajo dejó de ser una especie de deleite, para convertirse en una responsabilidad de gran envergadura capaz de generar a�icción y fatiga.

Algunos estudiosos de las Escrituras han asegurado que la maldad afectó de tal manera la tierra, que esta nunca más fue tan fructífera como lo era antes de la caída de Adán y Eva. Eso tiene sentido. De hecho, eso explicaría por qué al hombre le tocaría conseguir su propio pan a través del trabajo duro, y porque debería lidiar con los espinos y cardos que esta produciría. Es importante notar que antes de la caída de nuestros primeros padres, Dios ya le había dado la responsabilidad al hombre de labrar y cuidar el jardín de Edén (Génesis 2:15). Por tanto, el trabajo no fue una nueva noticia, lo nuevo fue esa dimensión de esfuerzo que la tierra exigiría para producir.

ASÍ SE RELACIONA EL RELATO CON NOSOTROSEl concepto que tengamos del trabajo, empleo o actividad económica que desempeñemos, ciertamente producirá en nosotros gozo o a�icción. Por eso se hace indispensable tener una visión correcta de lo que signi�ca trabajar. Entre los dichos populares de la gente, se conoce uno que reza: “el trabajo lo hizo Dios como castigo”. Parece un comentario inverosímil, pero a�rmaciones como estas producen en mucha gente un desinterés extravagante por su trabajo. En realidad, diezman la fuerza de muchos cuando se acerca el lunes.

Trabajar no es una opción. A lo largo y ancho de las Escrituras, se evidencia como el trabajo hizo parte de las ocupaciones de las civilizaciones más antiguas. Toda sociedad debidamente conformada demanda que quienes la componen (no incluye a los niños) trabajen. La Biblia claramente dice: “el que no quiere trabajar, que tampoco coma”. 2 Tesalonicenses 3:10. Entonces, el trabajo hace parte de la

1WWW.NAZARENO.NET CL. 13 NO. 75 - 109 - PBX: 485 2700 CALI - COLOMBIA

2

vida del cristiano. Quien trabaja para conseguir el sustento se adhiere a la idea divina de Dios. Sin embargo, el trabajo no lo es todo.

ESTE ES EL PUNTOHoy, posiblemente nos encontramos en uno de dos extremos. En un extremo se encuentran todas aquellas personas que quieren prosperar, crecer y ver la bendición de Dios en su economía pero no están dispuestas a hacer el más mínimo esfuerzo para que eso ocurra. Viven en un mundo idílico esperando que la “bendición esperada” llegue a ellas. En el otro extremo, se encuentran todas aquellas personas que pretenden ser quienes no han podido ser, a través del trabajo. Mezclan su identidad con el trabajo, abandonan su familia por el trabajo, rompen relaciones por el trabajo, dejan de ir a la iglesia por el trabajo, y sin darse cuenta, terminan idolatrando el trabajo. Te pregunto entonces: ¿En qué extremo te encuentras? El trabajo es una bendición de Dios, no es fruto del castigo. Eso sí, necesitamos tener un claro concepto bíblico de él para mantener el ánimo y no enfrentar frustraciones innecesarias. Estos son algunos consejos importantes para experimentar la bendición en nuestro trabajo: 1. Conserva la actitud correcta: el origen de muchas de las di�cultades que el ser humano puede enfrentar en el desempeño o desarrollo de su trabajo y que puede convertirse en un obstáculo para su crecimiento, se debe a una sola raíz: la actitud. No es que no cali�quen o que su o�cio no sea valorado, es mera y simple actitud. La actitud se de�ne como “la manera de estar alguien dispuesto a comportarse u obrar”. Debemos recordar que la actitud en nuestro trabajo la controlamos nosotros, pero de los resultados se encarga Dios.

Una correcta actitud para trabajar es semejante a una importante inversión que con el pasar del tiempo dejará muchas ganancias. A veces, una buena actitud logra más que un competitivo portafolio. Es cierto que con facilidad suelen encontrarse motivos para no trabajar con ganas, pero con la misma facilidad se pueden encontrar razones para mantener la actitud correcta. Una de ellas es la gratitud. La gratitud es una expresión de la fe genuina que nos acerca al valor que tiene cada una de las bendiciones que Dios nos da y el trabajo es una de ellas. 2. Busca la excelencia: por más sencilla que sea tu labor, incluso, si creyeras que tus responsabilidades son como la mal llamada “última rueda del coche”, debes saber entonces que el coche necesita aquella rueda para avanzar. Por eso, esforzarse por entregar lo mejor de ti siempre te llevará al éxito. La excelencia debe ser tu meta distintiva. En ocasiones, los resultados no serán coherentes con el esfuerzo invertido, pero confía, Dios mira al diligente para ponerlo en lugares de honra.

WWW.NAZARENO.NET CL. 13 NO. 75 - 109 - PBX: 485 2700 CALI - COLOMBIA

3

Dios no le confía los lugares de honra a los perezosos y mucho menos a los negligentes. El busca personas realmente comprometidas para concederles nuevas oportunidades. Cuando buscamos la excelencia en lo que hacemos, estamos abriendo nuevas puertas espirituales, las cuales terminarán abriéndose también en lo natural. La excelencia no debe confundirse con una actitud egoísta o egocéntrica, la excelencia busca el bien común y el cuidado de la reputación colectiva.

3. Mantente libre: si la Biblia no nos llama esclavos del trabajo, entonces ¿por qué a veces perseveramos en vivir así? La esclavitud no es de Dios. Él diseñó el trabajo como una parte importante de la vida, pero no le atribuyó a él, el sentido de la vida misma. Para mantener esa libertad, hay al menos dos cosas importantes que debemos hacer. La primera es poner límites, la segunda es diferenciar que nuestro trabajo no de�ne nuestra identidad.

Los límites son importantes debido a que con frecuencia invertimos más del tiempo debido al trabajo y descuidamos otras áreas de la vida. Cada trabajo exige un espacio o lugar apropiado para ser completado, en muchos casos, las labores que se deben desarrollar en la o�cina, taller o industria, terminan ocupando un lugar importante de la mesa en la que comemos con nuestra familia. Diferenciar entre lo que hacemos para ganar el sustento y quienes somos, también es crucial para la salud espiritual del cristiano, pues esto nos ayuda a recordar que no valemos por lo que hacemos, sino por lo que somos. Pensar de esta forma, nos ahorrará fatigas, malos momentos y frustraciones.

TU DESAFÍO R12.2

Conserva la actitud correcta en tu trabajo. Rechaza la amargura y muestra el gozo de Dios mientras trabajas. Trabaja con excelencia. A partir de hoy, exígete a ti mismo ser mejor en lo que haces. No te conformes con o�cios mediocres. Mantén tu libertad estableciendo límites que te ayuden a cuidar otros intereses como son tu familia, salud, ministerio, etc.

WWW.NAZARENO.NET CL. 13 NO. 75 - 109 - PBX: 485 2700 CALI - COLOMBIAEncuéntranos en las redes sociales como:nazareno cali, jni cali y nazareno band