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Guerra de Cuba

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  • Calixto Garca: Pensamiento y Accin Militares.

    Compilacin e introduccin de Jos Miguel Abreu Cardet y Elia Sintes Gmez

    Publicado por Editorial de Ciencias Sociales. Ciudad de La Habana, 1996.

  • Calixto Garca: el hombre, lugar y poca. Pensamiento y accin militares

    Algunas consideraciones sobre la regin

    En este breve ensayo sobre el mayor general del Ejrcito Libertador de Cuba Calixto Garca Iiguez, pretendemos mostrar uno de los aspectos ms relevantes: su pensamiento y accin militares durante treinta aos en la lucha contra el colonialismo espaol. Sealamos, en lneas generales, sus principales caractersticas como jefe militar, sin pretender agotar el tema ni entrar en detalles sobre las principales campaas y hechos significativos; y, mucho menos, esbozar una biografa. La existencia de valiosas obras sobre su vida posibilita obviar un estudio hecholgico de su accin militar. Este puede encontrarlo el lector interesado en la bibliografa existente.

    A diferencia de otros patriotas de la Guerra de los Diez Aos, cuyos principales hechos estuvieron vinculados a una jurisdiccin muy especfica -Julio Grave de Peralta e Ignacio Agramonte a Holgun y Camagey, respectivamente-, Calixto desarroll sus principales campaas durante la contienda de los Diez Aos en una amplia regin del centro y norte de Oriente, integrada por las jurisdicciones de Jiguan, Manzanillo, Bayamo, Holgun y parte de Tunas.

    Nacido en Holgun, el 4 de agosto de 1839, fue trasladado desde muy corta edad a Jiguan, donde transcurri su niez y juventud. Se inici en la conspiracin en Bayamo,1 y mantuvo estrechos vnculos con los conspiradores jiguaniceros y holguineros.

    Las jurisdicciones del Departamento Oriental tenan caractersticas muy peculiares en su desarrollo econmico, poltico y social; sin embargo, hay algunos aspectos comunes que debieron pesar en la formacin, el pensamiento y la accin de los patriotas que combatieron en ellas durante la Guerra de los Diez Aos. En 1862, de una poblacin total de 130 112 habitantes, 83 766 eran blancos; 36 660 negros y mestizos libres y 9 304 esclavos. La poblacin de origen espaol, la mayora, radicaba en los puertos comerciales de Gibara y Manzanillo; ascenda a 4 349. En las cuatro jurisdicciones haba 156 trapiches e ingenios, 9 239 sitios de labranza y vegas de tabaco y 993 potreros y haciendas de crianza.

  • La esclavitud tena muy poco peso en la economa. De esos 9 309 esclavos no todos estaban vinculados a actividades productivas; una parte eran nios, ancianos y domsticos. El trabajo determinante descansaba en los campesinos y los hacendados ganaderos para quienes la esclavitud no era un factor fundamental.

    Quin era Calixto Garca Iiguez el 13 de octubre de 1868, cuando se sublev contra Espaa?

    Los informes de las autoridades espaolas de Jiguan, durante el proceso que se efectu al negarle su padre permiso para que contrajera matrimonio con Isabel Vlez Cabrera, expresaban que era "natural de Holgun y de este vecindario, soltero, hacendado, y de veintids aos".3

    El 14 de febrero de ese ao Vicente Ginero y Aguilar haba informado al Teniente Gobernador de Jiguan que Garca posea: "un tejar sito en el partido de Sta. Rita con hornos, piras, casa de oficio y dems enseres correspondientes a un tejar con siete caballeras de tierras propias, con dos esclavos nombrados uno Olegario y el otro Serapio, con siete yuntas de Bueyes, dos carretas, tres caballos de sillas y tres de carga".4

    Las autoridades de la localidad tambin expresaban que ambos, Calixto e Isabel, pertenecan a "familias de las ms visibles aqu, aunque decadas en bienes de fortuna, y en particular la de ella por el fallecimiento de su padre".5 Independientemente de los quebrantos econmicos, Calixto procede de una familia de arraigo en la zona.

    El 10 de octubre de 1868, en su ingenio la Demajagua, Carlos Manuel de Cspedes daba inicio a la revolucin cubana al levantarse en armas contra el dominio colonialista. Desde el ao 1867, algunos patriotas bayameses, encabezados por Francisco Vicente Aguilera, haban comenzado la conspiracin que rpidamente se extendi por Holgun, Manzanillo, Bayamo, Jiguan, Camagey y otros lugares.

    En Jiguan, el jefe de la conspiracin era Donato Mrmol; entre sus combatientes ms destacados se encontraba Calixto Garca. Cuando Donato Mrmol conoci el alzamiento de Cspedes, lo secund de inmediato, y en pocas horas tom Santa Rita, Baire y Jiguan. Calixto haba sido designado gobernador de la jurisdiccin por el gobierno espaol, pero no lo acept y se uni a las fuerzas del Ejrcito Libertador.

  • Formacin militar

    En la formacin militar de Calixto Garca predominaron algunos jefes militares y las primeras campaas en las que particip. Result importante la relacin con el general Mximo Gmez, aunque influyeron tambin en l los generales Luis Marcano, Modesto Daz y Toms Jordn. Luis Marcano lvarez fue miembro del ejrcito dominicano y ms tarde del espaol. Incorporado a la Revolucin en octubre del 68, desempe un papel destacado en los primeros triunfos sobre las fuerzas colonialistas. En noviembre de 1868, fue ste quien lo ascendi a coronel.

    El doctor Flix Figueredo ha planteado que el ascenso de Calixto fue sugerido por l para ganarse a los jefes locales de ms relieve.6 Lo trascendente del hecho radica en que Calixto qued entre la alta oficialidad del Ejrcito Libertador y se convirti en uno de los ayudantes ms cercanos a Gmez.

    Bajo las rdenes de Luis Marcano7 tom parte en el frustrado ataque a El Cobre. All aprendi la importancia de tener una retaguardia protegida: fueron sorprendidos por una columna espaola de refuerzo y sufrieron una penosa derrota.

    A fines de noviembre de 1868 fue designado Marcano jefe de la divisin de Holgun y Calixto Garca pas a las rdenes del general Modesto Daz.8 Junto a ste particip en el ataque a Guisa y en el hostigamiento a una columna espaola en Loma de Piedra. Era muy probable que estos contactos se mantuvieron en otras ocasiones pues ambos operaron en zonas limtrofes.

    Sobre los vnculos de Calixto con el general Toms Jordn no existen pruebas documentales, aunque hay algunos indicios reveladores. En julio de 1869, Jordn llev a cabo una operacin contra los cafetales de Brazo Cauto en la que participaron las fuerzas de Mximo Gmez. En aquellos momentos, Calixto era el segundo del jefe dominicano y lo ms probable es que lo acompaara; y aunque quizs no comparti la jornada, por lo menos debi conocer los planes de Jordn, y sobre todo, sus medidas organizativas.

    Los vnculos del bisoo jefe mamb con tres experimentados jefes extranjeros, formados en escuelas militares diferentes, fue una valiosa enseanza, y ms, si se consideraba la variedad de las operaciones que comparti, desde ataques a poblados y fortificaciones, hasta hostigamientos guerrilleros contra una columna.

    Donato Mrmol fue el primero en facilitar la formacin militar de Calixto. A diferencia de la mayor parte de los jefes locales cubanos que se oponan a que los militares de carrera trataran de inculcar la disciplina y la organizacin militar en las filas

  • insurrectas, ste permiti a Gmez que impusiera una rgida disciplina entre sus tropas. Tambin traslad a sus oficiales estas concepciones. Calixto, quien hasta agosto del 69 perteneci a la divisin de Mrmol, y de nuevo ingres en ella en 1870, recibi esta favorable influencia. La figura de Donato Mrmol merece un estudio ms profundo, si tenemos en cuenta que dos de los grandes genios militares cubanos, Calixto y Maceo, se formaron en sus fuerzas.

    Mximo Gmez fue el principal maestro de Calixto. Los propios espaoles as lo reconocieron. En varias ocasiones ste dej constancia de la decisiva influencia del genial guerrillero dominicano. En carta a Gmez, de 26 de marzo de 1869, deca: "Traigo tambin 8 expedicionarios, entre ellos mi hijo mayor Carlos, el que deseo lo ensee Ud. a pelear como ense a su padre".9 El 21 de marzo de 1898, refirindose al general Mario Garca Menocal, expresaba: "yo he hecho con Menocal lo que en el 68 hizo Ud. conmigo, es decir, le he enseado hacer nuestra guerra...".

    Al conocer su fallecimiento, Mximo Gmez escribi en una proclama a sus tropas: "...mi primer ayudante del 68..." reconociendo con su habitual lenguaje lacnico los estrechos vnculos que los haban unido en la Guerra Grande.

    Al estudiar la influencia del Generalsimo en su formacin militar, no debemos limitarnos a las relaciones personales, sino analizarlos en el medio en que se desarrollaron, en las desesperadas condiciones de la sobrevivencia frente a la violenta ofensiva espaola de los primeros aos de la guerra.

    El perodo en que se form Calixto como militar, comprendi desde su incorporacin al Ejrcito Libertador hasta los primeros meses de 1870. En el mismo se desarrollaron dos campaas de decisiva importancia para l: la de Jiguan y la de Holgun.

    La campaa de Jiguan

    Esta campaa se inici en el mes de febrero de 1869, cuando Mximo Gmez se qued al frente de la brigada de Jiguan cumpliendo rdenes del general Donato Mrmol, quien haba tomado el mando de la Divisin de Santiago de Cuba. Calixto Garca qued como segundo jefe de la Brigada, con el grado de General de Brigada. En agosto de 1869 concluy la campaa. En esos momentos la ofensiva espaola

  • haba desalojado a los revolucionarios de las jurisdicciones de Bayamo, Manzanillo y parte de Holgun; y se aprestaban a invadir Jiguan.

    En julio, Gmez y sus hombres, bajo las rdenes del general Toms Jordn, incursionaron infructuosamente por los cafetales de Brazo Cauto. Ya en agosto, Gmez se encontraba de nuevo en Jiguan, y el da 6, atac Baire.

    Durante esta campaa, Calixto Garca aprendi la tctica del jefe dominicano para no sucumbir ante la ofensiva espaola. Esta consista en mantener las posiciones, realizando acciones defensivas y actuando contra centros urbanos con el objetivo de desorientar al enemigo. Fue entonces que efectu su primera accin militar solo. Mximo Gmez la resumi el 8 de febrero de 1869 en su Diario: "... pas a ocupar posiciones en la parte sur de la Jurisdiccin, en las Cabezas, all supe que el general Modesto Daz empeaba un ataque sobre Guisa, y mand el Brigadier Calixto Garca a reforzarle este Jefe march y se bati en la 'Loma de Piedra' con el refuerzo que vena a Bayamo, a los dos das me un yo con el resto de la gente".']

    No hay documentacin que acredite el resultado de la operacin de "Loma de Piedra", pero en su conjunto fue un xito, pues los espaoles abandonaron Guisa.

    El hecho de designarlo para esta accin era un claro ejemplo de la alta confianza que le tena Gmez. En cualquier ejrcito la misin de detener una columna de refuerzo en marcha y dirigida para el apoyo de una plaza sitiada, solamente se le confiere a los jefes ms capacitados, ya que el fracaso significa el fin del sitio.

    En este perodo, particip directamente, o estuvo a! tanto, de los planes para atacar centros urbanos enemigos: Jiguan, el 8 de febrero, Guisa, tambin en febrero, el cafetal "La Aurora", en julio, y el 6 de agosto, Baire.

    Por la documentacin existente, hemos podido confirmar que tom parte en la operacin contra Guisa, y es indudable que, si no particip directamente en las otras tres, comparti los trabajos preparatorios.

    La campaa de Holgun

    La direccin de la Revolucin decidi trasladar a Gmez y sus tropas a la jurisdiccin de Holgun. El 12 de agosto recibi la designacin de Jefe de la Divisin de Holgun; ya el 20, estaba al frente de esas fuerzas. Como segundo jefe, con el grado de general de brigada, lo acompaaban Calixto y 200 jiguaniceros fogueados en la guerra.

  • En el momento en que Gmez asumi la jefatura de la Divisin de Holgun, el lder natural de esa zona. Julio Grave de Peralta, haba sido destituido por sus contradicciones con el Jefe del Departamento Oriental Toms Jordn. Sometido a un proceso, fue absuelto y designado como segundo Jefe de la Divisin, cargo que comenz a desempear desde septiembre de 1869.

    Gmez aprob la medida tomada por Grave de Peralta, en marzo de 1869, de estructurar la Divisin en dos brigadas, la Occidental y la Oriental. En la Occidental, dej al General holguinero, quien quedaba bajo sus rdenes, y asumi l la Oriental.

    No haban transcurrido muchos das desde la llegada de Gmez a Holgun, cuando sobre la zona se recrudeci la ofensiva espaola conocida como Creciente de Valmaseda. Los colonialistas crearon una trocha que comenzaba en la ciudad de Gibara y conclua en las mrgenes del ro Cauto, aislando la brigada Oriental de la Occidental. Luego, los espaoles lanzaron contra la brigada Oriental gran cantidad de tropas procedentes de Santiago de Cuba y Holgun, con el objetivo de exterminar a los insurrectos y continuar hacia la zona Occidental.

    Mximo Gmez concentr en la zona Oriental a los doscientos jiguaniceros que lo acompaaban y las tropas que operaban all desde antes de su llegada. Design como segundo al mando de las fuerzas que combatan directamente bajo sus rdenes, a Calixto. Para evitar que los espaoles pudieran concentrar el grueso de sus soldados, form dos columnas; una, subordinada a l, operara entre Tacmara, Aguas Verdes, San Francisco, Santo Domingo y el Realengo. La otra, bajo las rdenes de su segundo al mando, lo hara en Cuatro Caminos, La Ensenada, Bijar y Tacaj12 El 21 de septiembre atac el poblado de Caadn en la capitana pednea de Sama,13 y el 23 de ese mes, derrot en Bijar a una poderosa columna espaola que asalt el campamento cubano. Era muy probable que Calixto tomara parte en esas acciones. Despus de estas dos victorias cubanas, los colonialistas intensificaron la ofensiva y concentraron contra la brigada Oriental el grueso de sus tropas.

    Los espaoles tenan a su favor varios factores; la escasez de parque de los cubanos (en ocasiones lleg prcticamente a agotarse), la utilizacin de buenos prcticos, integrados por antiguos insurrectos, y la urgencia de los cubanos en defender a cientos de familias que buscaban refugio en sus campamentos. En estas circunstancias, llegaron a aislar por completo las columnas de Gmez y Calixto. Este tuvo que actuar con absoluta independencia tctica de su jefe, combatiendo casi

  • diariamente. La iniciativa era de los espaoles, quienes lanzaban constantemente sobre los insurrectos, columnas y destacamentos contraguerrilleros que mantuvieron rodeada el rea donde operaban ambos. Frente a esto, recurrieron a la tctica de no empear un combate importante, sino enfrentar las incursiones enemigas con emboscadas y pequeos encuentros para desgastarlos. Esto oblig a los espaoles a concentrar el grueso de sus fuerzas en la Brigada Oriental, llegando en ocasiones, a suspender sus operaciones contra Julio Grave de Peralta en la zona Occidental.

    En febrero de 1870, Mximo Gmez recibi rdenes de la direccin de la Revolucin de trasladarse a Tunas, y dej el mando de la Divisin de Holgun a Julio Grave de Peralta.

    Era tal la incomunicacin existente entre las fuerzas de Gmez y Calixto que la retirada tuvieron que hacerla por separado, prcticamente sin parque, seguidos por cientos de familias, y burlando la estrecha vigilancia espaola.

    Esta campaa aumentaba su importancia en el contexto general de la guerra en el Departamento Oriental. La ofensiva que desaloj a los cubanos de las jurisdicciones de Bayamo, Jiguan, Manzanillo y que se haba intensificado en Santiago de Cuba, impidi que la guerra se extendiera a Guantnamo y Baracoa. El Conde de Valmaseda quera concluir su obra avanzando sobre Holgun y Tunas con el grueso de sus fuerzas. Sin embargo, las grandes prdidas sufridas en Holgun, le impidieron continuar sus planes. En los primeros meses de 1870 pensaba encontrarse en la jurisdiccin de Tunas, refugio del Gobierno Cubano y las diezmadas tropas bayamesas. Todava en febrero los espaoles estaban enfrascados en violentas acciones en Holgun. Al llegar a Tunas fueron constantemente hostigados por Vicente Garca y sus tropas.

    El Ejrcito Libertador decidi emprender la primera operacin ofensiva de envergadura despus que se desat la Creciente de Valmaseda. Desde Tunas deban de invadir las jurisdicciones de Bayamo y Jiguan, y operar luego en la retaguardia enemiga. Para esto contaban con las armas tradas en la expedicin del Anna\^ y los xitos alcanzados por Vicente Garca en Las Tunas.

    La campaa de Holgun no slo fue importante para Calixto por las acciones en que tom parte, sino porque por primera vez oper independientemente por largo tiempo, en condiciones muy difciles, sin comunicacin alguna con su jefe. Aqu alcanz la mayora de edad como jefe militar.

  • La segunda campaa de Jiguan

    Esta campaa se prolong desde finales de marzo de 1870 hasta febrero de 1872. En relacin con la participacin de Calixto Garca hay dos perodos. El primero, desde finales de marzo hasta julio de 1870, y el segundo, desde esta ltima fecha hasta febrero de 1872.

    En el primer perodo, el jefe de la Brigada de Jiguan era el general Gmez, y l su segundo jefe. Los cubanos dirigieron la guerra hacia las zonas de cultivo creadas por los espaoles. El 30 de marzo atacaron y tomaron el poblado de Santa Rita, luego, los partidos de Calabozo, las Cabezas y las Cajitas. Gmez estableci su campamento en Charco Redondo. Sobre estos primeros meses de la campaa escribi: "Puse el enemigo a raya en la poblacin y me hice dueo de toda la jurisdiccin con abundancia de recursos particularmente de ganado".15

    En junio de 1870, a consecuencia de una enfermedad, muri el general Donato Mrmol, jefe de la Divisin de Santiago de Cuba. El 7 de julio Mximo Gmez fue designado jefe de la misma. Comprenda las jurisdicciones de Baracoa, Guantnamo, Santiago de Cuba y Jiguan, aunque solamente en las dos ltimas se combata.

    Gmez dej al frente de Jiguan al general Calixto Garca. Sin embargo, no pudo hacerse cargo de inmediato del mando, por haber sido herido en una accin que Gmez describi brevemente en su Diario: "Una fuerza enemiga trat de recoger ganados en los alrededores de la poblacin mand al Brigadier Garca a impedirlo, hubo algn fuego y ste jefe sali herido en un brazo".16 Durante su convalescencia lo sustituy el teniente coronel Manuel Hernndez.

    En agosto de 1871, Gmez inici la invasin a la jurisdiccin de Guantnamo. Calixto, an sin reponerse, debi cumplir una importante misin encomendada por el general dominicano: intensificar las operaciones en Jiguan para desviar las fuerzas espaolas de Guantnamo. Para esto dispona de alrededor de 200 hombres. Contaba con una abundancia relativa de parque, trado en una expedicin que desembarc el 21 de junio de 1871 por la costa sur de Oriente.! Conoca, adems, que los espaoles concentraban rpidamente poderosas fuerzas hacia las zonas donde se producan ataques a poblados; por ello, decidi atacar algunos para distraer las fuerzas y facilitar el avance de Gmez. En junio de 1871 asalt Baire Arriba; en septiembre de ese ao, Jiguan; en noviembre, la Gira, y en enero de 1872, Guisa. El ataque a Jiguan fue el ms importante realizado a una poblacin enemiga en Oriente desde que se inici la ofensiva espaola. Esta, en septiembre de 1871, era una importante plaza militar situada en el camino de Santiago de Cuba y Bayamo;

  • serva de base de operaciones a las columnas espaolas y constitua una segura escala para los convoyes que se desplazaban por la zona para abastecer los poblados del interior. Carlos Manuel de Cspedes escribi: "Jiguan, que estaba desarrollando su comercio y hacindose el foco de una comarca productora; que sus vegas principiaban a desenvolver para el gobierno espaol un venero de produccin y que aspiraba a restablecer aquellas entradas y sus 300 quintales de tabaco".

    La plaza haba sido atacada anteriormente en dos ocasiones,19 pero en aquellos momentos no contaba con las defensas que tena en septiembre de 1871. Los espaoles haban construido un poderoso fuerte en la cima de una colina situada en las inmediaciones del poblado; en el permetro urbano se levantaron varios cuarteles y barricadas.

    Calixto recibi informacin por medio de los exploradores, y pudo conocer de la situacin de las fuerzas enemigas. Reuni sus tropas en El Bejuco y las dividi en seis columnas. De esta forma, en breve tiempo, pudo ocupar casi toda la poblacin. Evit la incorporacin de los voluntarios a sus cuarteles y desconcert al mando espaol que se vio atacado por varios lugares.

    La utilizacin de buenos prcticos permiti a los insurrectos llegar hasta la plaza, sortear los fuertes y caseros situados en la periferia de la poblacin y sorprender a la guarnicin. Carlos Manuel escribi sobre el ataque: "El brigadier Calixto Garca asalt a media (noche) al primer pueblo (Jiguan) y lo ocup completamente. Sus fuerzas en la plaza y en las calles se confundan con las del enemigo, al grado que se sufri una mortandad horrible, llegando a 300 ms los cadveres que dejaron (los espaoles) sin los heridos, refugindose en el fuerte de la loma el resto de las tropas espaolas y dejando a merced de nuestros soldados el pueblo que fue incendiado despus de apoderarse nuestra gente de un rico botn que recompensa en algo sus fatigas y privaciones..."

    La llegada el da anterior de un convoy, escoltado por una columna que pernoct en la plaza, la falta de artillera y las magnficas condiciones defensivas de ese lugar, impidieron que fuera tomado el fuerte de la loma.

    Simultneamente al ataque a Jiguan, se produjo el ataque a Yara. Al analizar las consecuencias de estas acciones, Cspedes plante: "El comercio espaol que haba establecido con toda la influencia del capital y del crdito en ambas poblaciones, protegido por la bandera espaola y por la seguridad dada por el Capitn General de que estaba tranquilo el Departamento Oriental, ha sido un golpe terrible del que no se

  • repondra en mucho tiempo. El ataque a Jiguan y la completa destruccin de Yara han quitado a los propietarios y comerciantes espaoles un capital de ms de 600 000 reales y privado al gobierno de esa nacin de los grandes ingresos con que contaba para sostener su ejrcito. Si a estos perdidos reales se aaden los que resultan de la destruccin de los cafetales e ingenios de Guantnamo por la invasin de Gmez. Cmo abrir el enemigo la campaa de invierno?"21

    La segunda campaa de Jiguan concluy cuando en febrero de 1872, cumpliendo rdenes de Carlos Manuel de Cspedes, Calixto tom el mando de la Divisin de Holgun. El jefe de esa Divisin, el general mexicano Jos Incln Riasco, fue acusado por dos oficiales mambises de querer entregar a los espaoles las fuerzas que comandaba.

    La segunda campaa de Holgun

    En Holgun, por primera vez, Calixto se encontraba al frente de una de las ms importantes divisiones del Ejrcito Libertador, fortalecida, adems, con tropas que trajo de Santiago de Cuba y Jiguan. Pero la situacin no era nada halagea para el nuevo jefe. Los espaoles, quizs aprovechando el desconcierto creado por la destitucin de Incln, incrementaron sus operaciones. Cspedes as lo dej reflejado: "Los espaoles estn operando fuertemente en Holgun con flojera en los otros Distritos". Situ su campamento en Alcal. En esta decisin, posiblemente influy el conocimiento que tena de la regin; su ubicacin, le permiti actuar tanto sobre la zona Oriental como la Occidental. Desde estos momentos, puso en prctica un mtodo que utilizara durante toda su vida como jefe militar: hacer que las fuerzas a su mando actuaran simultneamente en todo el territorio. Uno de los oficiales atac el campamento espaol del Vedado en el extremo Occidental de la jurisdiccin, mientras otro atacaba el poblado de Sao Arriba situado en las inmediaciones de la ciudad de Holgun.

    El 5 de abril se enfrent a una poderosa columna espaola en Alcal. Cspedes escribi que se bati "contra una fuerte columna espaola provista de artillera la que tuvo numerosas bajas; los cubanos, tres heridos leves, el enemigo se retir perseguido...".23 Los insurrectos tambin sostuvieron importantes combates en Palmarito y Tacaj. Por su intensa actividad en Holgun, fue compensado con el ascenso a Mayor General el 1 de mayo de 1872. Sobr e este hecho anotaba Cspedes: "El brigadier Garca Iiguez que con este grado sirve hace mucho tiempo

  • y que tambin ha sido herido en accin de guerra ha reorganizado ltimamente el Distrito militar de Holgun y demostrando su pericia en los ataques de Jiguan, Guisa y en Alcal y otros..."24

    El 6 de mayo, en Los Berros, derrot una columna enemiga,25 y el 23 de ese mes, en un lugar conocido por Sabana de Punta Gorda, venci a otra columna, causndole 37 muertos y apoderndose de parque y armas.26

    En junio de 1872 Mximo Gmez fue destituido por Carlos Manuel de Cspedes del mando de las fuerzas de la Divisin de Santiago de Cuba, y en su lugar se le design.

    Mayor General

    En este perodo, entre junio de 1872 y octubre de 1873, se encontraban bajo su mando las tropas de Guantnamo, Santiago de Cuba, Jiguan y Holgun. Tambin, en ocasiones, se le subordinaron tropas de Bayamo y Manzanillo. Las principales acciones las desarroll en el territorio de la jurisdiccin de Holgun y el extremo occidental de Las Tunas. Sin embargo, no hemos credo conveniente considerarla como una tercera campaa de Holgun. Aunque combati con tropas de las mencionadas divisiones su objetivo iba ms all de una campaa limitada a una regin: adquira un relieve de operaciones a nivel de departamento, siendo utilizadas poderosas concentraciones de soldados de casi todo Oriente.

    En junio de 1872, el mando de la Revolucin decidi emprender una importante operacin en la jurisdiccin de Holgun; Carlos Manuel de Cspedes orden realizar una concentracin en Bguanos, zona oriental de dicha jurisdiccin. All se encontraron tropas de Holgun, Bayamo y Santiago de Cuba, bajo las rdenes de los generales Modesto Daz, Manuel Calvar, Jess Prez y el coronel Antonio Maceo. Al frente de las fuerzas Cspedes lo situ a l. El objetivo de esta operacin no se haba podido determinar todava, debido a la discrecin mantenida por el mando revolucionario, pero lo ms probable era que estuviera dirigida a atacar la ciudad de Holgun.

    La ausencia del general Jess Prez, quien deba traer el parque, hizo que la operacin se pospusiera por varios das, mantenindose las tropas en la zona. Calixto, ante la posibilidad de ser atacado por el enemigo, distribuy sus fuerzas por

  • el territorio. Las tropas bayamesas ocuparon un punto conocido por Doa Juana; las de Calvar, la loma de Rejondn de Bguanos, y las de Maceo, Bguanos. La orden impartida, era, por si el enemigo descubra alguno de los grupos, atraerlo al centro de la concentracin y liquidarlo. pero si eran fuerzas superiores en nmero, no aceptar combate.

    Una columna espaola, que regresaba de escoltar un convoy de Barajagua a Holgun, descubri y atac a las tropas de Calvar, en momentos en que gran parte de estas fuerzas se encontraban forrajeando. Calvar defendi durante algn tiempo una colina para luego retroceder en escalones, atrayendo a las fuerzas enemigas, mientras esperaban la llegada de los refuerzos. Los espaoles se vieron obligados a iniciar la retirada, perseguidos por las fuerzas que acudieron al combate. El enemigo tuvo 129 muertos; se capturaron armas, parque y tomaron varios prisioneros.

    Esta victoria cambi por completo la situacin de los insurrectos; haban sido descubiertos y esperaban que el mando espaol en Holgun no tardara en lanzar contra ellos poderosas fuerzas. Calixto, adaptndose a las nuevas circunstancias, decidi realizar una labor de diversin. Con parte de las fuerzas atac el poblado de Caadn, en la capitana pednea de Sama. Apenas se enter de esta accin, el gobernador militar de Holgun, coronel Huerta, se traslad a Sama, al frente de una poderosa columna. Este jefe espaol se caracterizaba por su crueldad, agresividad y valor en los combates. En Veguita de Baes, el 7 de julio, se encontraron los espaoles con los mambises. Despus de un sangriento combate en el que pereci Huerta, fueron derrotados los primeros.

    Ante la tarda llegada de las tropas de Jess Prez, y con el enemigo alerta, suspendi la operacin. Por primera vez, se puso en evidencia su capacidad para dirigir grandes masas de hombres y su respuesta rpida ante circunstancias imprevistas.

    No fue hasta diciembre de 1872, cuando Calixto Garca logr atacar la ciudad de Holgun (formaba parte de la estructura poltico-militar creada por el ejrcito espaol para mantener el control sobre una amplia franja de la costa norte y el centro del Departamento Oriental), donde radicaba el mando poltico militar de la jurisdiccin. Desde all, operaban columnas cuyo radio de accin se extenda hasta los territorios de las jurisdicciones de Tunas y Bayamo. Aunque el centro econmico de la jurisdiccin se haba desplazado hacia Gibara, en Holgun quedaban importantes almacenes y comercios encargados de abastecer tanto a las tropas que tenan sus bases all, como a las poblaciones y fuertes construidos en aquella, e incluso, en oca-

  • siones, a otras ciudades como Tunas. Los espaoles teman un ataque de los cubanos y por ello rodearon la poblacin con 11 fuertes de mampostera unidos por empalizadas. Tres importantes instalaciones militares formaban parte tambin en este sistema defensivo exterior: el cuartel de ingenieros y el de la guardia civil, situados al inicio del camino que conduca a Gibara, y el hospital militar, un magnfico edificio capaz de soportar un prolongado sitio como se demostr durante el ataque cubano de 1868.27

    En el interior de la poblacin se encontraban varios cuarteles y otras edificaciones acondicionadas especialmente para su defensa; sobresala entre ellas, La Periquera.

    Mximo Gmez planific un ataque a Holgun que no pudo efectuar debido a su destitucin. Calixto Garca continu adelante con este plan para lo cual solicit el apoyo de su antiguo jefe. ste, con su proverbial modestia, accedi y particip como una especie de asesor de su aventajado alumno, quien orden una concentracin de fuerzas. El da 10 de diciembre de 1872, la columna cubana acamp en Meja. Desde all, se envi al teniente coronel Jos Mara Pea a atacar Mayar en una operacin de diversin. De esa forma, los insurrectos se libraron de una columna que comenz a seguirlos por el rastro y que, al enterarse del ataque a Mayar, abandon la persecucin, y seguramente, se dirigi hacia esta zona. El 15, despus del exitoso ataque a Mayar, se incorpor Pea a la columna.28

    El 18, a la una de la tarde, los cubanos emprendieron la marcha. El 19, acamparon en el Mijial.29 A las 10 de la noche, continuaron hacia Holgun. Al llegar a las inmediaciones de la ciudad, Calixto organiz, en las mrgenes del Rio Maran, un hospital de sangre; design a Limbano Snchez para que con sus fuerzas ocupara un extremo de la calle Rosario, por donde lograron penetrar los insurrectos. La sorpresa fue completa; el grueso de las fuerzas cubanas lleg hasta la Plaza de Armas; varios jefes y oficiales, entre los que se encontraba el sanguinario Valeriano Weyler, rehuyeron el combate. En una actividad valerosa, otros oficiales, soldados y voluntarios se repusieron de la sorpresa y evitaron que los insurrectos ocuparan La Periquera. Mximo Gmez escribi en su Diario:"... camos a las 12 de la noche y por sorpresa sobre la poblacin de Holgun que se ocup por espacio de dos horas en sus principales calles y plazas, el enemigo estaba muy dbil, se concentr en los cuarteles y fortines, y nuestras tropas tuvieron libertad de apoderarse de un riqusimo botn de los establecimientos de comercio, de espaoles y de cubanos espaolizados".30

  • Carlos Manuel de Cspedes leg una interesante descripcin de los principales sucesos del asalto "Como episodio del ataque de Holgun, se refiere que nos carg una seccin de caballera a quien varias veces se puso en fuga: que se apag completamente el fuego de los espaoles: que un asistente de Gmez le perdi una bandera y todos sus papeles: que algunas mujeres preguntaban si ya bamos por ellas: que Limbano Snchez plant su bandera en la Plaza y la sac abaleada: que Pea al recibir la herida mortal; exclam: no es nada! Atended solamente a vencer al enemigo, que mi asistente Juan Jaque mat con su machete a un lancero que lo haba agarrado por el brazo: que arrastraron por las calles los tiles de la imprenta del Periquero".31

    Los cubanos tuvieron ocho muertos y veintisiete heridos; entre los primeros, el valiente teniente coronel Jos Mara Pea.32 Los espaoles sufrieron cuantiosas prdidas materiales, adems de los numerosos muertos y heridos.

    Los insurrectos se retiraron con un voluminoso botn hasta la Aguada de Camazn, a cinco leguas de Holgun, donde acamparon para curar los heridos, descansar y festejar la victoria. Cspedes, impresionado por el recibimiento que le hicieron los mambises al llegar al campamento, relat: "Encontramos a todos muy animados y bien vestidos; el campamento tena aspecto de una exposicin, nos dieron muchos vivas y nos recibieron a los acordes de una orquesta, que sacaron de la ciudad. Nos invitaron a un magnfico almuerzo: hubo varios brindis y discursos muy elocuentes".33

    Una columna, enviada en persecucin de las victoriosas huestes, tuvo que batirse con guerrillas insurrectas, mientras el grueso de la fuerza se retiraba.

    El desconcierto, despus del ataque, rein en el mando espaol. Hasta entonces, los insurrectos no se haban atrevido a tanto. Holgun era, despus de Santiago de Cuba, una de las plazas ms importantes del Departamento Oriental. Tratando de evitar nuevos reveses, orden el abandono, poco despus, del ataque a Holgun, del campamento de Barajagua, dejando desguarnecida una extensa comarca entre Holgun y Santiago de Cuba.34

    Calixto aprovech la posibilidad de contar con una importante concentracin de tropas y efectu operaciones de envergadura como la incursin por la zona de cultivo entre Holgun y Gibara. En esta ocasin tom y destruy el poblado de Auras. Entre septiembre y octubre de 1873, efectu una operacin entre las jurisdicciones de Holgun y Tunas librando importantes combates y ocupando varios caseros. Las

  • acciones de gran envergadura, junto a pequeas escaramuzas y el asalto a poblados, caracterizaron su campaa entre junio de 1872 y octubre de 1873.

    Calixto Garca y la destitucin del presidente Carlos Manuel de Cspedes

    Es frecuente utilizar, para demostrar la contradiccin entre Calixto Garca y Carlos Manuel de Cspedes, la carta del ltimo donde critica duramente excesos cometidos en el ataque a un poblado, dirigido por un general subordinado a aqul. No creo que sta haya sido la causa fundamental que lo coloc del lado de los enemigos de Cspedes en la lucha por el poder que se desarroll en el seno de la revolucin en los aos que precedieron a Bijagual.

    El origen de estas contradicciones entre otros factores, habra que buscarlo en las relaciones del Presidente con los jefes militares, la estructura militar del Ejrcito Libertador, el pensamiento militar de Calixto Garca y el escalafn militar.

    En 1873, serios conflictos se suscitaron entre Cspedes y los principales jefes militares. Con el desarrollo de la guerra y las victorias obtenidas por Vicente Garca, Ignacio Agramonte, Mximo Gmez, Calixto Garca, Antonio Maceo y otros patriotas, el prestigio y la popularidad de stos iban en constante aumento entre los combatientes y el pueblo cubano. La situacin de Cspedes era distinta a la del inicio de la guerra. Las contradicciones con los miembros de la Cmara de Representantes y algunos revolucionarios, y el hecho de no haber dirigido personalmente acciones militares, fueron disminuyendo su prestigio como jefe militar. Sin embargo, en el Presidente recaa la organizacin general del Ejrcito Libertador y la designacin de sus jefes. Trataba de crearlo con un mando nico que no dependiera de los jefes regionales. A todos les exiga obediencia. Si bien no se inmiscua en la tctica, en los planes estratgicos y en la designacin de los jefes de departamento, su opinin era determinante. Obligaba a los generales a respetar su autoridad. Era sta la nica forma de mantener un mando centralizado. En todo momento, fue consecuente con estos principios. Destituy al ms brillante de sus generales, a Mximo Gmez, cuando consider que la actuacin de ste menoscababa el poder ejecutivo. En otra ocasin, orden detener y someter a un proceso al general Carlos Roloff cuando "... present un memorial en que se expresaba hacia el Presidente de un modo incorrecto y calumnioso".35

  • No queremos enjuiciar la razn o sin razn de estas determinaciones sino poner en evidencia que el Presidente exiga la subordinacin y no se dej manipular por ningn jefe militar.

    Al comprender lo difcil de su situacin (para continuar al frente de la Revolucin necesitaba crearse una slida base en el Ejrcito), recurri a su cuado Manuel de Quesada, nombrndolo Agente General en el exterior, para que organizara y trajera una expedicin: "Creo que a esta fecha ya estar nombrado el nuevo agente general y me lisonjea de que ser una persona que merezca la confianza de la mayora de los buenos cubanos. As ir ponindose remedio a todo, particularmente si consigo recursos con que fortalecer mi posicin; porque estando dbil, mal puedo tomar resoluciones enrgicas sin provocar conflictos que no tendr fuerza material ni moral con que dominarlas, yo necesito un ejrcito por m o por un jefe adicto a mi poltica, que no es otra que el triunfo de la revolucin, para imponer respeto a los enemigos exteriores e interiores".36

    Las otras expediciones, desembarcadas en las costas cubanas, no contribuyeron a fortalecer el mando nico pues haba una especie de "regionalismo expedicionario". Sobre esto escribi el Padre de la Patria: "Con la tendencia que hay a apoderarse cada una de las expediciones, como si fueran propias, muchas dificultades haba promovido ste al gobierno, no llegando dirigido a l, sino a particular a determinados jefes; pues stos se habran credo ms autorizados por eso a disponer de todo a su antojo".37

    El fracaso de Manuel de Quesada en la organizacin de la expedicin impidi que se cumplieran los planes de Cspedes.

    El segundo factor es la estructura del Ejrcito Libertador en Oriente. En los primeros aos de la guerra se cre un departamento que abarcaba todas las jurisdicciones sublevadas; luego se crearon dos departamentos: el provisional del Cauto que comprenda a Jiguan, Bayamo, Manzanillo y las Tunas, y el Departamento de Oriente con Guantnamo, Santiago de Cuba y Holgun.

    Se realizaron algunas modificaciones, pero en esencia, permanecieron los dos departamentos. Cspedes, aunque era partidario de un mando centralizado, mantuvo esta estructura durante su gobierno. Quizs consider que no era operativo volver a crear un solo departamento. Aunque, cuando fue necesario, fusion fuerzas de los dos departamentos bajo el mando de un solo jefe, como durante las operaciones realizadas por Calixto entre junio de 1872 y octubre de 1873. Aquella estructura chocaba con los planes y el pensamiento militar de Calixto. Desde 1873 comenz a

  • pensar en grandes concentraciones de tropas y llevar a cabo combates de envergadura. Ejemplo elocuente de esto fue la concentracin realizada en Bijagual (por la cual se depuso a Cspedes en octubre de ese mismo ao) cuyo objetivo militar fue el ataque a Santiago de Cuba.

    Hasta entonces. Cspedes haba mantenido buenas relaciones con Calixto y le haba concedido ascensos en la estructura militar, as como el mando de importantes operaciones. Sin embargo, l aspiraba a una estructura militar que le permitiera desarrollar sus planes, y la nica forma de lograrlos era con la formacin, bajo su mando, de slo un departamento en Oriente. Pero an en el caso de una decisin favorable del Presidente en este punto, quedaba otro factor que debi pesar en nuestro biografiado: el escalafn. En el Ejrcito Libertador de Oriente, haban dos jefes de mayor antigedad que l como mayores generales y de indiscutible prestigio ambos: Modesto Daz y Vicente Garca. El uno o el otro poda ser designado jefe del Departamento Oriental, con igual o quizs ms derecho y en especial el ltimo, por sus continuas victorias militares. Este fue el argumento utilizado por los enemigos del Ejecutivo para ganarse su apoyo. El 21 de octubre de 1873, en Bijagual, ejecut la decisin de la Cmara de destituir a Cspedes. El apoyo de algunos jefes militares y la actitud indiferente de otros, as como la magnnima posicin de Cspedes al aceptarla, impidieron, en aquellos momentos, un enfrentamiento o sedicin en el seno de la Revolucin. Sin embargo, fue un duro golpe a la unidad representada en la figura del Padre de la Patria; este hecho traera las ms catastrficas consecuencias para el curso de la Re-volucin cubana.

    Carlos Manuel de Cspedes pidi permiso para abandonar el pas y pasar a servir al extranjero. Era sta la posicin ms acertada, ya que no se le permita trabajar en Cuba para la Revolucin; pero el permiso le fue denegado, e incluso se le retir toda proteccin militar. El 27 de febrero de 1874 los espaoles atacaron la prefectura de San Lorenzo donde se haba establecido. Solo, rodeado por los enemigos. Cspedes combati hasta caer abatido.

    Sobre la Cmara de Representantes, el nuevo ejecutivo y Calixto Garca, quien fue designado de inmediato jefe del Departamento Oriental, cay la acusacin histrica de que no protegieron la vida del Padre de la Patria. Formalmente Calixto estaba plenamente justificado, pues Cspedes, al cesar en sus funciones, era un simple ciudadano de la Repblica y no tena derecho a un privilegio de este tipo. Adems, esa decisin corresponda al ejecutivo. Pero no podemos excluirlo de su

  • responsabilidad por el virtual abandono en que qued. El conoca la importancia del Presidente, sus mritos personales, as como el inters de los espaoles por apresarlo o eliminarlo. No cabe dudas que en la Cmara, el Ejecutivo y el Jefe del Departamento pesaron otras consideraciones; temieron a la creacin de un partido cespedista que los depusiera e instalara nuevamente al "presidente viejo", como le llamaban cariosamente los campesinos. El temor no era infundado (Calixto descubri una conspiracin que persegua ese objetivo); Cspedes tena enemigos, pero tambin feles adeptos, aunque las evidencias histricas muestran su oposicin a cualquier movimiento fraticida.

    La inmensa mayora de los patriotas que apoyaron directa e indirectamente la deposicin de Cspedes, y luego no le brindaron proteccin, se mantuvieron feles a la Revolucin hasta los ltimos momentos de su vida y no pocos cayeron heroicamente en la guerra. El ejemplo ms relevante fue Calixto Garca. Las causas de aquella desacertada actuacin no podemos hacerla recaer, de manera simplista, en una y otra figura, sino en las complejas circunstancias y en las condicionantes histricas del movimiento revolucionario cubano. Ms que convertimos en jueces o fiscales de aquellos momentos nos corresponde analizarlos objetivamente y sacar conclusiones que sirvan al actual proceso revolucionario. La enseanza ms valiosa fue la necesidad de la unidad revolucionaria. Quizs Calixto Garca recordaba aque-llos amargos desaciertos cuando el 29 de mayo de 1883 le escriba a Femando Figueredo Socarras, quien buscaba informacin para su libro La Revolucin de Yara: "No tema V. acusamos y pintamos como fuimos con nuestros grandes defectos y con nuestras pequeas virtudes. La posteridad dispensar los primeros y slo recordar los segundos teniendo en cuenta que hemos sufrido bastante para merecer el perdn".38

    Jefe del Departamento Oriental

    Despus de la destitucin de Cspedes se reestructur el Ejrcito Libertador y se crearon dos departamentos, el Occidental y el Oriental. Al frente del primero qued, como jefe, Mximo Gmez Bez, y, en el segundo, Calixto Garca.

    Este nuevo perodo en su vida se extendi desde octubre de 1873 hasta el 5 de septiembre de 1874. Bajo sus rdenes, formalmente, estaban las fuerzas de Guantnamo, Santiago de Cuba, Jiguan, Bayamo, Manzanillo, Holgun y Tunas. No solamente era importante el nmero sino la calidad de los hombres bajo su mando.

  • Entre ellos, se encontraban experimentados jefes, oficiales y soldados veteranos de casi siete aos de desigual contienda contra un enemigo tenaz e implacable. En este perodo realiz dos operaciones de importancia, los ataques a Manzanillo y a varios poblados de esa jurisdiccin, y la incursin por la capitana pednea de Fray Benito, donde atac tres poblados y derrot a una poderosa columna en Melones. Tambin efectu y orden ejecutar otras acciones menores.

    Despus de la destitucin de Cspedes, pens llevar a cabo, con el apoyo del movimiento clandestino, un ataque a Santiago de Cuba. Se encontraba enfrascado en los preparativos para esa accin cuando lleg a sus manos una propuesta de los laborantes manzanilleros de un ataque a su ciudad. Esta tena una gran importancia militar y econmica para los espaoles, pues de sus almacenes y comercios bien surtidos se abastecan las poblaciones que se levantaban en las jurisdicciones de Bayamo, Jiguan, y el propio Manzanillo. En la ciudad y en sus cercanos poblados, se haba creado una amplia red de colaboradores del Ejrcito Cubano. El jefe del movimiento clandestino en Manzanillo era Esteban de Varona Guerra. Tambin haban combatientes clandestinos en Calicito, La Caridad, Palmas Altas, El Cao, Blanquizal, Boquern, Ingenio San Luis, El Tercio y otros poblados de la zona.

    Los laborantes manzanilleros elaboraron un meticuloso plan para el ataque. Este deba producirse a las 12 de la noche del da 11 de noviembre, en los momentos en que las tropas regulares espaolas retiraban sus avanzadas hacia el interior de la plaza. Combatientes clandestinos deban servir a los insurrectos en su movimiento al interior de la plaza. Al mismo tiempo, en la ciudad se producira un verdadero levantamiento con la participacin de muchos cubanos que integraban los cuerpos auxiliares del ejrcito espaol y que formaban parte de la conspiracin.

    Sin embargo, este plan no pudo llegar a sus manos. En su lugar, el coronel Emilio Garca le propuso otro que, segn l tena la colaboracin del movimiento clandestino manzanillero. En realidad, las relaciones de este oficial mamb no eran con la direccin del movimiento clandestino manzanillero sino con combatientes de poca significacin.

    Para el ataque a la ciudad, dividi sus fuerzas, que sumaban 1 400 hombres, en seis columnas, cada una con una misin muy especfica: "... la primera columna atacara por la entrada de Bayamo y ocupara la calle del Comercio; la segunda ocupara las calles Real y del ngel y tratara de apoderarse del cuartel de infantera y del de bomberos; la tercera ocupara las calles de la Iglesia y Valcourt y atacara tambin el cuartel de infantera; la cuarta ocupara la calle de la Marina; la quinta se

  • apoderara de la Plaza del Mercado; y la sexta constituira la reserva con orden de situarse a un cuarto de legua de la ciudad ocupando el camino del Congo.

    El coronel Emilio Garca, quien haba marchado a comunicarse con los comprometidos de Manzanillo, a su regreso, perdi el contacto con las fuerzas cubanas, y el jefe mamb, con sus tropas organizadas, y en camino hacia Manzanillo, despus de una reunin con sus jefes y oficiales, a pesar de los obstculos de ltima hora, decidi continuar adelante con sus planes.

    A las once de la maana del 10 de noviembre, se inici la marcha de la columna mambisa. Alrededor de la una de la tarde en la sabana de Garata, la vanguardia dispers a una pequea guerrilla. Los sobrevivientes llegaron a Manzanillo y dieron aviso de la aproximacin de la columna cubana. A las 10 de la noche, como a un kilmetro de la ciudad, la columna cubana choc con un destacamento enemigo emboscado, el cual ante la superioridad de las fuerzas insurrectas retrocedi hacia el pueblo. El factor sorpresa, fundamental en el xito tie los ataques cubanos, se haba perdido.

    La defensa de Manzanillo estaba integrada en esa poca por: "... los castillos de Gerona y Zaragoza y por nueve torreones que guardaban sus entradas y el cuartel de infantera situado en la Plaza de Armas. Su guarnicin estaba compuesta de unos quinientos soldados de lnea, una compaa de bomberos y ms de ochocientos voluntarios de infantera y caballera, adems de los matriculados".

    El Gobernador de la plaza haba ideado un original mtodo para alumbrar la ciudad en caso de un asalto nocturno. Al disparar un caonazo el fuerte Gerona, todos los vecinos deban de poner un farol encendido en las puertas de sus casas. Al acercarse las columnas mambisas, encontraron la ciudad alumbrada, y las tropas en estado de alerta; a pesar del contra tiempo, el jefe cubano decidi atacar. Penetraron en la poblacin por cuatro lugares distintos, asaltando las posiciones enemigas. Calixto lo hizo por la zona del cementerio, junto con una de las columnas en que haba dividido las fuerzas, y situ su Estado Mayor en la Plaza del Mercado.

    Los espaoles se refugiaron en sus fortificaciones despus de combatir en las calles y en la plaza. El buque de guerra Conde de Venadito y las caoneras Erison y Ardid, anclados en la baha, abrieron fuego contra las zonas de la ciudad que suponan en poder de los mambises. stos, a las cuatro y media de la madrugada, iniciaron la retirada.

    Como resultado del ataque, ms de la mitad de la ciudad fue destruida por las llamas, se ocuparon 25 armas, 8 000 proyectiles y un rico botn en dinero,

  • comestibles, ropas, caballos y diversos objetos. Las prdidas causadas a los espaoles se calcularon en ms de un milln de pesos y ms de 200 muertos. Se capturaron cien prisioneros. Los cubanos tuvieron 21 muertos y 69 heridos.

    En los das siguientes, gracias a la colaboracin de los laborantes, Calixto orden atacar y tomar los poblados de Calicito, La Caridad, Blanquizal, Boquern, El Tercio y el ingenio "San Luis". En el anlisis del ataque a Manzanillo resaltaban dos factores negativos: 1 La falta de coordinacin con el fuerte movimient o clandestino, lo que impidi que

    este entrara en accin (segn el plan original el asalto se realizara el 11 de noviembre y no el 10).

    2 La prdida del factor sorpresa. En la mayora de los ataques a poblados realizados anteriormente, consider el factor sorpresa, sin embargo, en una operacin de esta envergadura, lo desech. No contamos con la documentacin suficiente para llegar a conclusiones definitivas sobre el porqu de su obstinacin en llevar a cabo el ataque; pero quizs pudo pesar el inters en obtener una victoria brillante que disminuyera el efecto negativo de su actuacin en la destitucin de Cspedes. La historiografa cubana ha analizado este ataque como un fracaso militar, siguiendo las versiones dadas por Fernando Figueredo Socarras en su libro La Revolucin de Yara.

    El historiador Juan Andrs Cu Bada, en un documentado artculo, publicado en Revista de Historia, del Partido Comunista de Cuba en Holgun, demostr lo contrario. Argument el recientemente fallecido historiador que, en otras ocasiones consideradas como victoriosas para el Ejrcito Libertador, el nmero de bajas fue similar e incluso mayor.

    Se apoya tambin en el dao infligido al enemigo, el rico botn capturado y el efecto poltico de la accin.41 Adems, consider que esta operacin no fue solamente contra la ciudad de Manzanillo sino tambin contra varios poblados de esa jurisdiccin que fueron tomados en los das siguientes.

    Su segunda operacin de importancia fue la incursin contra la capitana pednea de Fray Benito. Esta haba acogido a una gran' cantidad de espaoles y cubanos feles a la metrpoli que establecieron una zona de cultivo similar, aunque en menores proporciones, a la de Gibara, con la que era limtrofe. Entre finales de 1873 y los primeros das de enero de 1874, realiz una rpida incursin, destruyendo la zona de cultivo y atacando con xito tres poblados. La operacin concluy el 9 de

  • enero de 1874, cuando una poderosa columna enemiga, compuesta por ms de 600 hombres y dirigida por el jefe espaol Esponda, descubri y atac su campamento. Los espaoles combatieron con tenacidad, pero despus de varias horas, fueron derrotados.

    En este perodo llev a cabo otras acciones de menos importancia, como ataques a poblados y operaciones de hostigamiento contra columnas enemigas. El 5 de septiembre de 1874, cuando marchaba acompaado por una pequea escolta hacia la zona de Manzanillo, fue nuevamente sorprendido su campamento. Rodeado por el enemigo, se dispar un tiro debajo de la barbilla para no caer prisionero. El proyectil le sali por la frente sin causarle una herida mortal. Los espaoles le respetaron la vida, lo curaron y lo trasladaron a Veguitas; luego a Manzanillo, Santiago de Cuba y La Habana y de all lo enviaron a presidio en Espaa.

    Cabe preguntarse los motivos por los cuales el gobierno espaol no ejecut de inmediato al jefe del Departamento Oriental. La respuesta la ofrece una carta del capitn general Jos de la Concha de 15 de octubre de 1874 al ministro de Ultramar espaol: "Como he dicho a Ud., repetidas veces, esta guerra no ha de acabarse por el exterminio de los insurrectos: se les podr batir y reducirlos en nmero pero exterminarlos, es muy difcil, sino imposible. Es preciso pues batirlos, es preciso perseguirlos, activamente por todas partes y esto ser mi primera atencin tan pronto como reciba y organice los refuerzos con que he de emprender la campaa en el centro donde la insurreccin tiene alguna importancia militar. Pero para concluir con esta guerra se necesita que los insurrectos despus de eso, crean en la posibilidad de un perdn y de un olvido, y en la seguridad de sus personas: Esa confianza y esa seguridad contribuir mucho darla, el ver perdonada la vida de Calixto Garca, que por otra parte no se ha sealado por su inhumanidad con nuestros prisioneros..."42

    Al hacer una valoracin sobre la figura del General cubano debe resaltarse: su condicin de jefe militar fue indiscutible. Siempre que necesit realizar una concentracin de hombres, cont con la obediencia de los jefes locales, aunque no logr romper con la estrategia regional de hacer la guerra, tampoco creemos que lo intent. El propio Calixto fue un jefe regional, aunque con caractersticas muy propias. No podemos enmarcarlo en una jurisdiccin como a Julio y Belisario Grave de Peralta a Holgun, o Modesto Daz en Bayamo. Su regionalismo era oriental; su campo de operaciones se circunscribi a Oriente, y en especial, a la zona comprendida por las jurisdicciones de Jiguan, Manzanillo, Bayamo, Holgun y parte de Tunas. En esta

  • zona, como hemos explicado, naci y vivi antes de la conspiracin y all efectu sus principales acciones combativas y ms brillantes campaas, y rara vez, durante la guerra, abandon esos lugares.

    Algunas consideraciones sobre los combates de Calixto Garca en la Guerra del 68

    En general este tipo de acciones fueron escasas pues en las guerras de independencia de Cuba lo que prevaleci fue la escaramuza y el hostigamiento guerrillero. Aunque de todas formas Calixto dirigi algunos de gran trascendencia y que merecen un anlisis. No es tarea fcil hacer generalizaciones al estudiar los grandes combates dirigidos por Calixto Garca durante la Guerra del 68. Varios factores conspiran contra este propsito: la escasez de fuentes documentales, las peculiaridades de cada accin y la ausencia de un estudio sistemtico de nuestra historia militar que pudiera brindar los instrumentos idneos para una investigacin de este tipo. Sin embargo, creemos necesario, sin pretender llegar a conclusiones definitivas, pretender algunas.

    Casi siempre sus combates se desarrollaron despus de atacar un poblado enemigo. El combate de Palmarito, efectuado despus del ataque a Jiguan, en septiembre de 1871; el de Veguitas de Baes, el de Caadn en julio de 1872, el de Camazn posterior al ataque a Holgun, en diciembre de 1872, el de la Cana, despus el asalto a Auras, en abril de 1873, el de Santa Mara de Ocujal, despus del ataque a Girabo, en septiembre de 1873, Melones despus de los ataques a Corralito, Yabazn y el Rabn en los primeros das de enero de 1874. Varios factores influyeron en las similares caractersticas de estos combates: 1 La rpida reaccin espaola. Despus del ataque a un poblado importante,

    enviaban de inmediato, en persecucin de los cubanos, una o varias columnas con el objetivo de disminuir el efecto poltico militar, as como arrebatarles el botn capturado.

    2 El desarrollo por los espaoles de un magnfico servicio de exploracin integrado por los llamados guerrilleros que les facilitaba localizar el rastro de las fuerzas cubanas.

    3 La agresividad y tenacidad de la mayora de los jefes de columnas espaolas. No cejaba en la persecucin hasta las ltimas consecuencias. De ella, cabe destacar a Huerta, Gmez Diguez y Esponda. 4 La gran imped imenta transportada

  • (alimentos, ropas, armas y diversos objetos), el botn obtenido en los ataques, disminua la movilidad de los mambises.

    5- Necesidad de establecerse rpidamente en un cam pamento despus del ataque a un poblado para el descanso de la tropa y la curacin de los heridos. No podemos olvidar que los insurrectos, para poder sorprender a los defensores de los poblados, realizaban agotadoras marchas nocturnas. En ocasiones, stas se prolongaban demasiado, tiempo. 6 La utilizacin de grandes concentraciones de hombres para atacar los poblados permiti a Calixto, en los casos que lo crey conveniente o las circunstancias lo obligaron a aceptar combate con la columna persecutora.

    Solamente hemos encontrado tres acciones importantes, dirigidas por l, en que no cumpli esta regla. Estas fueron, Alcal, Rejondn de Bguano y Chaparra.

    Cuando una columna espaola denotaba su superioridad, utilizaba parte de sus tropas para entretener al enemigo, mientras el grueso de ellas se retiraba. Por ejemplo, la accin desarrollada poco despus del ataque a Holgun. A los dos das de ste, el 21 de diciembre de 1872, una poderosa columna espaola atac el campamento cubano en Camazn. Debido a la carga del inmenso botn obtenido, y seguramente, al escaso parque, no quiso aceptar el combate. Design al batalln Cuba para enfrentarla. Ante la agresividad del enemigo, envi parte de las fuerzas de Holgun, las cuales lograron contener su avance, facilitando la retirada.43

    En los combates se reproducan tres momentos importantes: ataque espaol sobre las posiciones cubanas, contraataque cubano y persecucin de las fuerzas enemigas.

    Ataque espaol sobre las posiciones cubanas

    En la mayora de los combates dirigidos por Calixto Garca, dejaba a los espaoles la iniciativa de atacar las posiciones cubanas. Esto se deba a su ptimo aprovechamiento del terreno. Un ejemplo de esto se comprueba en el estudio del combate de Santa Mara de Ocujal donde "los insurrectos esperaban en posiciones ventajosas, al otro lado del ro Santa Mara que cortaba el camino".

    Los jefes de columnas espaolas, cuando vean la posibilidad de enfrentar a una fuerza cubana, raramente eludieron el enfrentamiento. Quizs para el jefe cubano, entablar un combate regular en una guerra donde el hostigamiento guerrillero era lo ms frecuente, constitua una buena oportunidad que crey necesaria aprovechar.

  • En esta primera etapa del combate, la infantera desempeaba un papel fundamental, pues deba diezmar a las huestes enemigas que avanzaban hacia las posiciones cubanas. Alcal es un buen ejemplo de estudio. Se inici con el ataque espaol apoyado por la artillera. Otro, el de Santa Mara de Ocujal, Carlos Manuel de Cspedes, lo describi: "La columna espaola de 600 hombres, que los persegua desde la toma de la trinchera de Guirabo, se present repentinamente el 26 de septiembre prximo pasado y atac al Batalln Presidente nmero 3, mandado por el teniente coronel Enrique Cspedes, que la carg hasta consumir su parque. El enemigo avanz hasta cerca de la escolta del general Cspedes; pero fue heroicamente rechazado por el batalln Bayamo nmero 4 al mando del teniente coronel Mariano Domnguez, el que fue reforzado por el batalln Mayan nmero 18, a las rdenes del teniente coronel ngel Guerra, extendindose un fuego terrible por toda la lnea que dur desde las 10 de la maana hasta ms de la 1 del da".

    En Rejondn de Bguano fueron tambin los espaoles los iniciadores del combate, al atacar las trincheras insurrectas situadas en lo alto de una loma.47 En el de Veguitas de Baes o Cupeyal, los espaoles se lanzaron contra los cubanos. En Melones tambin tomaron la iniciativa tal como lo revel el militar espaol Francisco de Camps y Feli:

    "Un rastro reciente les sealaba a los espaoles la direccin del enemigo y bien pronto desde un bosque de grande espesura, en el descenso pedregoso de una gran loma, fuerte avanzada nutrido fuego que fue contestado por los nuestros que avanzaban decididos por el centro y envolventes flanqueos hasta llegar a un ro. Este pudo vadearse, arrastrando inmenso peligro y despus de salvar la fuerza una laberntica vereda que divida espeso manigual desemboc en un potrero donde en su ltimo lmite, estaba el enemigo abroquelado tras un palmar, cuyos troncos favorecan la defensa.

    "Sin detenerse (el jefe espaol) mir la posicin del contrario, dio rdenes a los jefes de que atacasen por los flancos y l al frente de la fuerza, sable en mano, dirigase contra la posicin enemiga, atravesando unos quinientos metros de camino; paso penossimo por estar interceptado por ramas secas".48

    El objetivo de Calixto no era defender hasta las ltimas consecuencias una posicin determinada, sino ocasionar la mayor cantidad de bajas posibles al enemigo.

    El contraataque

  • Los cubanos, en esta fase del combate, aprovechaban las prdidas y el agotamiento producido por la carga espaola para realizar un enrgico contraataque en el que entraban en accin tanto las fuerzas de caballera como las de infantera. En Rejondn de Bguano, los insurrectos, tras tres horas de combate, abandonaron las trincheras y cedieron ante la presin de los espaoles, para luego, cuando stos se retiraban con gran cantidad de bajas, realizar un contraataque. En Melones, tambin se retiraron despus de defender el campamento. Los espaoles agotados se dedicaron a curar sus heridos y saquearlos. Calixto, aprovech el momento de desorganizacin en las filas enemigas y contraatac vencindolas en un sangriento enfrentamiento que se extendi por varios kilmetros.

    En Santa Mara de Ocujal, despus de diezmar a los espaoles con el fuego de la infantera, dirigi una carga al machete que prcticamente destruy la columna enemiga. Es en este momento del combate cuando se pona en evidencia su flexibilidad tctica, sobre todo al determinar cundo sostener la defensa y cundo iniciar el contraataque.

    La persecucin del enemigo

    La persecucin de las fuerzas enemigas, aun cuando stas fueran derrotadas, casi nunca tena como objetivo entablar un combate final de exterminio. Quizs haya que considerar dos excepciones en este tipo de tctica: Santa Mara de Ocujal, donde la columna espaola fue completamente diezmada, y Melones, donde los cubanos continuaron la persecucin tenaz al enemigo por varios kilmetros. sta, en muchos casos, se converta, ms bien, en un hostigamiento guerrillero con el objetivo de causarle el mayor nmero de bajas al enemigo, impedir su reorganizacin, capturar a los rezagados y apoderarse de las armas, el parque y los equipos abandonados.

    En relacin a la utilizacin de la caballera y de la infantera, no hemos arribado a conclusiones definitivas por la carencia de documentacin. Sin embargo, consideramos que, en el 68, durante los combates dirigidos por l, la infantera desempe un papel mucho ms importante que la caballera.

    Algunas referencias a los ataques a centros urbanos durante la Guerra del 68

  • Entre el 13 de octubre de 1868 y el 5 de septiembre de 1874, Calixto Garca atac ms de cuarenta poblados. Es pues necesario, para conocer su pensamiento militar, estudiar estas acciones.

    Para su mejor comprensin, hemos clasificado los ataques a los centros urbanos en: 1. Ataque a pequeas poblaciones. 2 Ataques a ciudades y poblaciones importantes. 3' Labores de avituallamiento en las zonas de cultivo de las poblaciones enemigas.

    Ataques a poblados

    En el estudio de los ataques a los pequeos poblados hay que partir de la importancia de stos para el Ejrcito espaol. En su mayor parte, se desarrollaron en el territorio de las jurisdicciones de Holgun, Jiguan, Bayamo y Manzanillo. En los primeros meses de 1869, al comenzar la ofensiva espaola, parte de la poblacin qued en las zonas ocupadas. Unos fueron capturados, o se presentaron, despus de pertenecer al Ejrcito Libertador; otros, los menos, se mantuvieron feles a Espaa. El Ejrcito espaol decidi aprovechar esta poblacin en sus intentos de exterminar la Revolucin. Nada ms elocuente que las palabras de Carlos Manuel de Cspedes sobre los planes espaoles: "El sistema que ha establecido el gobierno espaol en su reconstruccin y, como todo sistema absurdo, es un abuso poltico-econmico y antisocial; es el sistema feudal formar un fuerte, construir una poblacin y hacer cultivar un rea de tierra con gentes ya presentados o acogidas en los ranchos, trabajen en beneficio de la guarnicin y el Estado, dejndoles escasamente una parte muy corta para su manutencin y para las necesidades de su familia. Este sistema que por s solo bastara para destruir una sociedad es el que el enemigo ha planteado para sostener los gastos de la guerra de la independencia. A pesar de que el trabajador no estaba satisfecho soportaba con pena ese nuevo vasallaje del opresor de Cuba y cultivaba la tierra para sus seores".49

    Los habitantes de los poblados eran incorporados al cuerpo de voluntarios y deban compartir obligaciones militares, en caso de una ataque cubano. Adems, desde all, actuaban pequeas columnas "...integradas fundamentalmente por contraguerrilleros que se movan libremente en todo el territorio. De este modo se superaba el inconveniente de operar en grandes columnas...".

  • Muchos poblados eran protegidos por una empalizada, como el de Santa Rita, que estaba rodeado de "...una estacada de madera dura terminada en agudas puntas".

    Desde los primeros momentos de su construccin, los mambises comenzaron a atacarlos por su gran importancia militar, poltica y econmica. En el aspecto militar, significaba liquidar las bases de operaciones de las columnas espaolas y eliminar sus zonas de cultivo, obligndolos a concentrar en ellas fuerzas regulares extradas de las tropas en operaciones. Sin embargo, hay otro elemento que explica la decisin de estos ataques: la necesidad de abastecerse. En las zonas donde oper Calixto Garca, la mayora de los insurrectos iban acompaados de sus familias. Tambin en ellas residan muchas personas que, aunque no pertenecan al Ejrcito Libertador, se mantenan en los campos de Cuba Libre realizando diversas labores auxiliares. Con ellos, casi siempre, estaban sus familias. Por ejemplo, cuando Carlos Manuel de Cspedes, en marzo de 1873 lleg al campamento de Calixto Garca, encontr en las cercanas a ms de 500 familias, y en la zona se hallaban prefecturas con alrededor de 700 personas.52

    No todos los elementos necesarios para la subsistencia de los mambises y sus familias se podan obtener en las prefecturas. Una gran parte se consegua con los asaltos a poblados: ropa, parque, armas y diversas vituallas, as como dinero y objetos de valor, que servan para adquirir de comerciantes espaoles, e incluso de las autoridades colonialistas, armas y parque.

    Carlos Manuel de Cspedes escribi al respecto: "Ha llegado el momento en que el pueblo de Cuba comprenda que tiene que guerrear, lo hace, pero quiere comer. Pide los asaltos para obtener dinero y ropa, comprando con lo que coje, lo que necesita".53

    Estas acciones contra los poblados incrementaron las filas de la Revolucin pues muchos aprovechaban los ataques para escapar con sus familias y unirse al Ejrcito Libertador. Tambin tenan una repercusin poltica; era una forma de demostrar la pujanza de la Revolucin pues era difcil ocultarla.

    Preparacin y desarrollo del ataque

    Calixto Garca, antes de atacar un poblado, trataba de obtener la mayor informacin posible sobre la defensa enemiga. Para ello, se vala de la informacin brindada por los laborantes nombre con el cual eran conocidos los combatientes clandestinos cubanos e incluso busc el apoyo de los voluntarios de origen cubano lo que no era siempre tarea difcil, pues como anot Cspedes: "Los voluntarios criollos, muy mal

  • habidos por los espaoles, se hallan disgustadsimos y casi en todas partes vuelven los ojos haca nosotros. Continuamente se nos pasan hombres armados y ...lo ha hecho hasta un campamento entero".54

    En ocasiones, fueron los propios laborantes, o los voluntarios, quienes propusieron el ataque al poblado, como sucedi en Manzanillo y Guisa.

    El general mamb acostumbraba realizar concentraciones de fuerzas, segn la importancia del poblado, de manera que la superioridad numrica fuera favorable a los cubanos. Por las descripciones de algunos de los asaltos estudiados, se poda inferir que divida a sus tropas en varias columnas y realizaba el ataque por diferentes puntos. De esta manera, desconcertaba al enemigo y lo ocupaba con rapidez, tratando de evitar que los voluntarios radicados en el, se pudieran incorporar a las fortificaciones. Ejemplo de esto fueron el ataque a Guisa, a principios de 1872 se realiz por 5 puntos, y a Baire, en el verano de ese mismo ao, por tres puntos.

    Los ataques se efectuaban fundamentalmente de noche, para aprovechar d factor sorpresa, y evitar que el enemigo pudiera organizar la defensa del poblado. Fue comn este hecho, por ello, Cspedes anot, como excepcional, una de las acciones desarrolladas por el General: "Hubo de particular que el enemigo no fue sorprendido..."5

    Por lo general, los espaoles lograban organizar la defensa de sus principales fuertes, sobre todo cuando en ellos residan tropas regulares. La defensa espaola se limitaba casi siempre a sostenerse en el fuerte o los fuertes principales, mientras dejaban que el poblado cayera en poder del Ejrcito Libertador. En ocasiones, cuando la guarnicin era numerosa, los espaoles contraatacaban; entonces se peleaba en las calles, pero esto no era lo comn.

    Ignacio Mora, quien durante cierto tiempo combati junto a Calixto Garca, escribi con bastante irona: "Nosotros asaltamos poblados, los quemamos, robamos a sus habitantes las ropas y dinero y las trincheras espaolas quedan intactas y los defensores inofensivos".56

    Los insurrectos llegaron a establecer reglamentos para el trato que se deba ofrecer a las familias que vivan en estos poblados: "En los asaltos de poblaciones, campamentos o caseros, no se quitar la vida a ningn cubano pacfico, y especialmente se respetarn los ancianos, invlidos, nios y mujeres, de cualquier nacionalidad, prestndoles toda la proteccin posible, sin compeler en ningn caso a las familias a venir con las fuerzas cubanas".57

  • Durante una de sus operaciones en las zonas de cultivo de Holgun y Gibara, para cuidar el prestigio de la tropa, Calixto fue drstico en sus rdenes "...quien en la marcha se desve del camino para entrar en ranchos y coger provisiones, quien estraiga mujeres de los lugares donde se va, ser fusilado".58

    Sin embargo, en ocasiones, en medio de la confusin del asalto, no siempre era fcil evitar algunos excesos, como los realizados en el ataque a Yara por el segundo Jefe de su tropa el general Manuel Calvar, quien fue duramente criticado por Cspedes en carta a Garca.

    Todo lo que pudiera ser til al enemigo era destruido: casas, almacenes, iglesias, productos que no se pudieran transportar, etctera. Las rdenes de Cspedes eran terminantes en este sentido. Refirindose al ataque a una plaza, escriba a uno de sus oficiales: "...hacerla desaparecer completamente, despus de aprovechar cuanto ella contenga, la cual debe ejecutarse con todos los que caigan en nuestro poder... Destruyase por el fuego y por el pico, no slo los pueblos sino las casas fuertes de los campos donde quiera el enemigo acampase...".59

    Al asaltar un poblado los mambises cargaban cuanto podan de los bien provistos almacenes y comercios. Esto disminua considerablemente la movilidad de las fuerzas cubanas, pues posean escasos medios de transporte.

    Al concentrar el grueso de sus fuerzas en la persecucin de la columna cubana asaltante, los espaoles tenan que debilitar la defensa de otras poblaciones y disminuir la extensin de sus operaciones. Esto fue aprovechado por Calixto Garca para realizar acciones de diversin. Ejemplos de estos fueron los ataques a Mayar, poco tiempo antes de los asaltos a Holgun y a Caadn en julio de 1872, ya explicados antes.

    Campaa contra poblados enemigos

    Aunque cada una de estas operaciones tiene sus peculiaridades propias, podemos sacar algunas conclusiones generales del estudio de las realizadas por Calixto Garca y clasificarlas como sigue: 1 Campaas en determinadas zonas simultneas a los ataques a varios poblados y

    columnas enemigas. 2 Ataques aislados a poblados. En el primer grupo hay cuatro operaciones desarrolladas por Calixto

    Garca. La operacin contra la zona de cultivo entre Holgun y Gibara, en abril de 1872, la

    de la brigada occidental de Holgun en septiembre y octubre de 1873, la de

  • Manzanillo y los poblados cercanos en noviembre de ese mismo ao, y la de los poblados de la capitana pednea de Fray Benito, entre finales de diciembre de 1873 y los primeros das de enero de 1874.

    Operacin contra la zona de cultivo de Gibara-Holgun, en abril de 1872

    Los habitantes y la riqueza de esta zona se incrementaron considerablemente desde los primeros aos de la contienda. All se haba refugiado gran parte de la poblacin fiel a Espaa procedente de la jurisdiccin de Holgun y otras cercanas, bajo la proteccin de las columnas espaolas que defendan las comunicaciones entre ambas ciudades. Esta integr el cuerpo de voluntarios y las contraguerrillas locales. En Auras, situada en el camino entre Holgun y Gibara se estableci una guarnicin de fuerzas regulares. En otros poblados cercanos, existan destacamentos de voluntarios. En Holgun y Gibara se concentraban poderosas guarniciones, prestas a acudir a enfrentarse a los insurrectos. Una incursin cubana a la zona pareca poco probable.

    Calixto Garca decidi sorprender a los espaoles y, al frente de una concentracin de fuerzas de la Divisin de Santiago de Cuba y Holgun, march hacia Auras. Esta operacin se desarroll entre los das 6 y 8 de abril de 1873.

    A las seis de la tarde del 9 de abril, la columna insurrecta inici su marcha para caer sorpresivamente sobre Auras a la una de la madrugada del da siguiente: "El enemigo no se sostuvo en sus posiciones, nos abandon el poblado; principi el saqueo, se ocuparon las principales casas que eran todas del comercio. Concluido el saqueo se incendiaron todos los establecimientos y la iglesia. La prdida ha sido inmensa para los contrarios, y aunque es cierto que en la orden del da se prohibi matar los indefensos no se pudo evitar que en la casa que habitaba Argudn, se quemase varias personas a pesar de que se les brind el perdn y se le propona no tocarles. Prefirieron morir quemados, hacindonos fuego rendirse".60

    Concluida la destruccin del poblado, el jefe mamb dividi sus tropas en dos columnas; una bajo las rdenes de Limbano Snchez, y la otra mandada directamente por l. Ambas realizaron un amplio recorrido por la zona destruyndolo todo a su paso, unindose, finalmente, en un lugar conocido como Casa Alta. Juntas se alejaron de la zona, y acamparon en la Vega de Mano. El 13 de abril en La Cuna, rechazaron el ataque de una poderosa columna espaola.

  • Operacin en el extremo de la Brigada Occidental de Holgun, en septiembre de 1873

    En septiembre de 1873, Calixto Garca atac y se apoder del casero enemigo de Girabo. El 26 de ese mismo mes, liquid una poderosa columna que operaba bajo las rdenes del jefe espaol Gmez Diguez, y, poco despus, en las cercanas del ro Chaparra, a otra, bajo las rdenes de Esponda. Luego, aprovechando las armas y el parque obtenido, atac ocho caseros de la zona occidental de Holgun.

    Operacin contra Manzanillo y los poblados de las inmediaciones

    En la noche del 10 al 11 de noviembre de 1873, al frente de una concentracin de tropas, Calixto Garca atac la ciudad de Manzanillo, tal como ha sido explicado en un epgrafe anterior. En la madrugada del 11, sus fuerzas se retiraron y acamparon en la Bermeja, donde dispuso atacar varios pequeos poblados de la jurisdiccin de Manzanillo, gracias al apoyo del movimiento clandestino entre cuyas figuras se destacaban Francisco Marrn, sargento de voluntarios de Calicito, Antonio Martnez y Manuel Lorente, vecinos de la Caridad, Manuel Marcelino Borrero, sargento de voluntarios, y un cabo de ese cuerpo de apellido Matos, Eulogio, Escalona y Antonio Mara Aguilera, del Cao; Esteban Tamayo Tamayo, Antonio Oro y Pedro Cspedes, de Blanquizal. Tambin haban combatientes clandestinos en Boquern, en los ingenios San Luis y El Tercio.

    En poder de los insurrectos cayeron, en esa oportunidad, los poblados de Calicito, La Caridad, Blanquizal, Boquern, El Tercio, El Ingenio San Luis y Palmas Altas.63

    Ataques contra los poblados de la periferia de la zona de cultivo de Fray Benito

    Entre finales de 1873 y los primeros das de enero de 1874 Calixto Garca, al frente de una concentracin de tropas orientales, atac tres poblados de la capitana pednea de Fray Benito, donde obtuvieron un rico botn.64 Descubierto por una columna espaola en su campamento de Melones, la logr derrotar el 9 de enero de 1874. Fue esta la ltima campaa de Calixto Garca contra los poblados enemigos en la Guerra del 68.

    La utilizacin de las grandes concentraciones de fuerzas del Ejrcito Libertador para atacar poblados y ciudades, era un claro ejemplo de la importancia que tena en el pensamiento militar de Calixto Garca este tipo de accin. Hasta ahora, por la informacin que poseemos, no es arriesgado considerar que, prcticamente, todas

  • las concentraciones de fuerzas importantes realizadas por este General tenan como objetivo atacar una o varias poblaciones enemigas.

    Calixto Garca tambin dirigi personalmente, o les orden ataques aislados a poblados. Algunos de ellos tuvieron una gran repercusin poltica como el de Sao Arriba, por estar situado a escasos kilmetros de la ciudad de Holgun.

    Consecuencias de los ataques a pequeos poblados

    Al valorar los asaltos a poblados realizados por Calixto Garca, partimos de los objetivos de estas acciones a los que ya nos hemos referido al inicio del epgrafe. Este general, si no poda tomar las fortificaciones por sorpresa, raramente insista en conquistarlas cuando la guarnicin enemiga estaba en disposicin combativa, debido a la carencia de artillera. Ello significaba un elevado precio en hombres y parque y los resultados eran difciles de predecir. En estas circunstancias, concentraba su esfuerzo en evitar que el enemigo pudiera salir de sus fortines a combatir, y trataba de apoderarse de la mayor cantidad de vituallas. Mediante estos ataques se oblig a los espaoles a la retirada de algunas zonas importantes por su posicin, como Baraja-gua.65 Un oficial espaol lleg incluso a proponer el abandono de las poblaciones del interior del departamento oriental.

    Los ataques a poblados mejoraron considerablemente la situacin material del Ejrcito Libertador: "...los continuos ataques a los poblados enemigos trajeron la abundancia de ropas y efectos tiles; las grandes rancheras formadas facilitaban vveres y viandas en gran cantidad; la vida se hizo fcil y cmoda donde antes era spera y dura..."66

    El botn obtenido en estos asaltos fue tan abundante que se cre un intenso comercio en las zonas controladas por el Ejrcito Libertador en el Departamento Oriental. Al respecto escribi Cspedes a un cubano emigrado: "Como los acontecimientos han contribuido a variar cada da la situacin reitero otra vez el pedido que hice a usted de veinticinco mil pesos. Es indispensable que ese dinero venga; pues las cosas han llegado al extremo que es necesario comprarlo todo; sobre todo desde los asaltos dados a los campamentos enemigos; en que el comercio se ha desarrollado de una manera increble".67

    Al analizar el resultado de esta tctica no podemos limitamos al hecho de si fue o no tomada la guarnicin enemiga, sino el efecto que tuvo para el avituallamiento insurrecto, el desarrollo de las operaciones militares en general, y sus repercusiones

  • polticas. En este sentido, los ataques resultaron un rotundo xito del Ejrcito Libertador.

    Avituallamientos en las zonas de cultivo enemigo

    Una de las operaciones que revisti mayor importancia para la subsistencia del Ejrcito Libertador fue las labores de avituallamiento en las zonas de cultivo. Los mambises tenan prefecturas donde cultivaban, pero la eficacia alcanzada por el Ejrcito espaol en sus operaciones hizo vulnerable estos sembrados. En muchos casos, lograron vencer las ingeniosas medidas de proteccin del Ejrcito Libertador. Llegaban hasta las prefecturas; capturaban familias; destruan talleres y cultivos, provocando la crisis en el abastecimiento. Se convirtieron en una verdadera pesadilla. El ataque a los poblados, explicado anteriormente, fue la respuesta de los jefes insurrectos, aunque tambin tuvo un objetivo militar, pues se liquidaba la fuente de abastecimiento del enemigo. Prcticamente, no existe documentacin de Calixto sobre estos hechos. Para su anlisis utilizamos las fuentes espaolas y los escritos de otros jefes y oficiales que lo acompaaron durante la Guerra Grande.

    Femando Figueredo Socarras escribi al respecto: "Esta operacin, que no dejaba de ser peligrosa y delicada, se llevaba a cabo de da o de noche, segn el nmero de hombres que en ella haban de tomar parte, y consista en marchar a un puesto enemigo y a su vista proveerse de viandas, reses, aves, etc. Los espaoles por regla se contentaban con hacerles algunos disparos a los intrusos como para llenar el expediente: algunas veces cuando tenan la seguridad de que el nmero de hombres era reducido se aventuraban a salir de sus trincheras y apoyados en ellas libraban una pequea escaramuza. Por lo regular, no se impeda nunca a los cubanos que se proveyeran de lo que necesitaban".68

    El periodista James 0'Kelly dej una interesante descripcin de una de estas operaciones: "Como el campamento de Agua no poda suministrar recursos suficientes para la guarnicin se organizaron expediciones contra los poblados espaoles, a fin de conseguir alimentos... Los voluntarios cubanos, que son los que, por lo regular, ocupan dichos poblados, se encuentran saqueados a veces tanto por los mambises como por los espaoles. Cada vez que los cubanos verifican una de estas correras, las guarniciones de esos poblados se ven obligadas por lo insuficiente de su nmero que no les permite hacer frente a sus contrarios en campo

  • abierto, a retirarse a las fortificaciones, abandonando, por consiguiente, las cosechas que en su impotencia no pueden defender".69

    Un momento difcil de su trayectoria militar se produjo en mayo de 1874. En la zona de cultivo de Santa Rita, el jefe cubano que design para dirigir la operacin, descuid las medidas de seguridad y fue sorprendido por los espaoles en los momentos en que se retiraba; sufri un gran revs por la prdida de numerosos combatientes.70

    El avituallamiento en las zonas de cultivo tuvo otros efectos importantes. En primer lugar, el dao causado al enemigo: "De esta manera se haca sentir el hambre en esos pueblos y las familias cubanas se vean obligadas, a salir de ellos, buscando refugio en los montes conocidos por sus mismos hombres, para evitar morirse de hambre entre sus opresores". Obligaba a los colonialistas a disminuir sus zonas de cultivo, hasta donde pudieran mantener una rigurosa proteccin. stos, como comentaba Cspedes, "cultivaban las fincas sino alrededor de las trincheras".72 Adems, permiti realizar grandes concentraciones durante varios das las cuales no se habran podido abastecer solamente con la produccin de las prefecturas.

    Ataques a poblaciones importantes

    Durante la Guerra de los Diez Aos, Calixto Garca atac tres poblaciones importantes: Jiguan, Holgun y Manzanillo. En esencia, la tctica utilizada fue similar a la de los ataques a pequeos poblados, explicada en un epgrafe anterior, pero siempre se adapt a las peculiaridades de las defensas de esas poblaciones.

    Para la proteccin de las poblaciones importantes, por lo menos en la zona de sus operaciones, los espaoles crearon tres lneas de defensa que hemos denominado. 1 Lnea defensiva perifrica. 2 Lnea defensiva e xterior. 3 Lnea defensiva fundamental.

    El sistema defensivo perifrico estaba formado por los pequeos poblados y fuertes construidos en los alrededores de las ciudades, de cierta importancia para proteger las zonas de cultivo y crianzas que generalmente se encontraban en esos terrenos. Por ejemplo, en Holgun, existan guarniciones en Sao Arriba, La Cuaba, La Loma de la Cruz. En los alrededores de Manzanillo se levantaban pequeos poblados fortificados. Jiguan tena guarniciones en algunos potreros y caseros cercanos.

    Si bien estas guarniciones, generalmente reducidas y formadas por voluntarios, no podan rechazar un ataque de fuerzas superiores, servan para informar sobre los movimientos de las tropas cubanas y alertar a las guarniciones urbanas. Parece que,

  • este sistema perifrico, no fue hecho con el objetivo de cubrir todas las vas de acceso a la ciudad, sino que surgi junto con las zonas de cultivo, por lo que existan grandes distancias entre los caseros fortificados y a veces, podan ser burlados por guas expertos. En Manzanillo, los cubanos chocaron con una pequea guarnicin que protega una tenera a un kilmetro aproximadamente del permetro urbano.

    El sistema defensivo exterior lo formaban fortines unidos por empalizadas o alambradas situados en las principales vas de acceso al pueblo. Se encontraban ocupados generalmente por pequeas guarniciones, cuyo objetivo esencial era tratar de detener las avanzadas cubanas y sobre todo alertar al resto de las guarniciones si sufran un ataque.

    El sistema defensivo fundamental estuvo formado por cuarteles, fuertes y otros edificios que por sus obras defensivas, situacin o nmero de soldados que los protegan eran decisivos en el combate. Generalmente, se encontraban en el interior de la poblacin, como La Periquera en Holgun, pero tambin podan estar en el sistema defensivo exterior o incluso en las afueras del permetro urbano; como el fuerte de la loma de Jiguan. Por ello, no hemos utilizado en su definicin el trmino sistema defensivo interior, aunque en algunas plazas, por su situacin, le es aplicable.

    Estos ataques se caracterizaron por la gran concentracin de fuerzas del Ejrcito Libertador, procedentes de diferentes divisiones, por la nocturnidad y la incorporacin de magnficos prcticos, capaces de burlar, el sistema defensivo perifrico y penetrar en la poblacin. Tuvieron una mayor trascendencia nacional, e internacional que muchos otros combates victoriosos en los campos y bosques, pues era prcticamente imposible disminuir su efecto desmoralizador en las filas enemigas. El botn obtenido era mucho mayor, al igual que los daos causados a los comerciantes espaoles, los ms firmes baluartes del colonialismo en Cuba.

    Por el nmero de fuerzas y las complejidades tcticas, estos ataques fueron ejemplo elocuente del alto grado de desarrollo militar alcanzado por el jefe militar.

    La Guerra del 95

    En 1878, Calixto, gracias al convenio del Zanjn, fue liberado; se traslad a Estados Unidos donde los emigrados lo nombraron presidente del Comit Revolucionario Cubano de Nueva York. Este comit se encarg de organizar la conspiracin que dio

  • inicio a la Guerra Chiquita. La contienda estall el 24 de agosto de 1879 en Holgun y se extendi por Oriente y Las Villas.

    En medio de grandes penurias econmicas, logr organizar una expedicin. El 7 de mayo, desembarc por el Aserradero, cerca de Santiago de Cuba, al frente de 19 patriotas. En aquellos momentos, de hecho, la guerra estaba fracasada y la mayora de los insurrectos se haban rendido. El 3 de agosto se present a los espaoles en Mabay. Solamente lo acompaaban cinco revolucionarios desnudos y descalzos.

    Durante su odisea por los campos cubanos no pudo comunicarse con ningn jefe mamb. Fue trasladado a Espaa, donde permaneci como desterrado poltico por 15 aos. En este periodo estudi historia y teora militar, lo que le permiti completar su formacin. Al estallar la contienda del 95 se fug de Espaa y se traslad a Estados Unidos. Despus de dos fracasos, un naufragio, y la detencin del buque expedicionario por las autoridades yanquis, sali hacia Cuba en el barco Bermudas.

    El 24 de marzo de 1896, desembarc al frente de la expedicin del Bermudas por la baha de Marab, en Baracoa. Poco despus, fue nombrado jefe del Departamento Oriental por el Gobierno, pendiente de la aproba