busqueda y promo del talento

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – Argentina Baloncesto Formativo en la Red. www.baloncestoformativo.com.ar Búsqueda y promoción del talento en el deporte No obstante que el tema de la búsqueda del talento y de su promoción se ha tratado ampliamente en el pasado, esto continúa siendo objeto de discusión, con mayor o menor controversia. Durante cerca de 20 años se han elaborado programas institucionales de búsqueda y promoción del talento, por lo que parece oportuno hacer un primer balance sobre los resultados conseguidos hasta ahora. En primer lugar, se ha tenido que enfrentar lo realizado por la práctica y por la ciencia aplicada al deporte, en la actividad de búsqueda y promoción del talento, que puede haber contribuido por la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos en este campo. Por esta razón, las conclusiones son estructuradas del siguiente modo: 1. Es necesario determinar qué problemática concreta en la práctica deportiva, que sobre la institucionalización de la búsqueda y de la promoción del talento, han producido cambios en forma súbita. 2. Es necesario reconstruir en qué medida tales problemáticas han sido tenidas en consideración y elaboración por parte de la ciencia aplicada al deporte. 3. A ese conocimiento del problema de cómo la ciencia aplicada al deporte había introducido sus propuestas de solución en la actividad práctica y de si ha obtenido éxito en esto. En el curso del programa institucional de búsqueda y promoción del talento se pueden individualizar, simplificando, tres fases distintas: h “Fase de la determinación del talento para seleccionar”. h “Fase de la promoción del talento a través de la optimización del entrenamiento”. h “Fase de la promoción del talento a través de la organización del currículum vitae del deportista”. Estas fases sugieren la existencia de una sucesión temporal, pero en realidad las fases singulares no son siempre distinguibles. Las simplificaciones son justificadas en la medida en que ellos contribuyen a subrayar las líneas evolutivas, hasta ahora seguidas como rutina en el ámbito científico. Obtendremos, de tal modo, un cuadro que permite evaluar de manera más precisa las posibilidades y los problemas de los desarrollos futuros. La fase de la determinación del talento para su selección 1

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2. Es necesario reconstruir en qué medida tales problemáticas han sido tenidas en consideración y elaboración por parte de la ciencia aplicada al deporte. 3. A ese conocimiento del problema de cómo la ciencia aplicada al deporte había introducido sus propuestas de solución en la actividad práctica y de si ha obtenido éxito en esto. h “Fase de la promoción del talento a través de la optimización del entrenamiento”. “Fase de la determinación del talento para seleccionar”. 1

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.ar

Búsqueda y promoción del talento en el deporte

No obstante que el tema de la búsqueda del talento y de su promoción se ha tratado ampliamente en el pasado, esto continúa siendo objeto de discusión, con mayor o menor controversia. Durante cerca de 20 años se han elaborado programas institucionales de búsqueda y promoción del talento, por lo que parece oportuno hacer un primer balance sobre los resultados conseguidos hasta ahora.

En primer lugar, se ha tenido que enfrentar lo realizado por la práctica y por la ciencia aplicada al deporte, en la actividad de búsqueda y promoción del talento, que puede haber contribuido por la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos en este campo. Por esta razón, las conclusiones son estructuradas del siguiente modo: 

1.       Es necesario determinar qué problemática concreta en la práctica deportiva, que sobre la institucionalización de la búsqueda y de la promoción del talento, han producido cambios en forma súbita.

2.       Es necesario reconstruir en qué medida tales problemáticas han sido tenidas en consideración y elaboración por parte de la ciencia aplicada al deporte.

3.       A ese conocimiento del problema de cómo la ciencia aplicada al deporte había introducido sus propuestas de solución en la actividad práctica y de si ha obtenido éxito en esto.

  En el curso del programa institucional de búsqueda y promoción del talento se pueden individualizar, simplificando, tres fases distintas: 

h      “Fase de la determinación del talento para seleccionar”.

h      “Fase de la promoción del talento a través de la optimización del entrenamiento”.

h      “Fase de la promoción del talento a través de la organización del currículum vitae del deportista”.

 

Estas fases sugieren la existencia de una sucesión temporal, pero en realidad las fases singulares no son siempre distinguibles. Las simplificaciones son justificadas en la medida en que ellos contribuyen a subrayar las líneas evolutivas, hasta ahora seguidas como rutina en el ámbito científico. Obtendremos, de tal modo, un cuadro que permite evaluar de manera más precisa las posibilidades y los problemas de los desarrollos futuros. 

 La fase de la determinación del talento para su selección

La institucionalización de la búsqueda y de la promoción del talento

Como se sabe, entre fines de los años ’60 e inicio de los ’70 comenzó a afirmarse la metodología del reclutamiento en el ámbito del deporte de alto nivel. Ya en ocasión de los J.O. de Roma se pudo observar la superioridad de los países del bloque del Este. En aquella época, la R.F. Alemana comenzaba a afrontar el problema del mejoramiento de la evolución de la

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.arprestación deportiva; el sector deportivo mostraba siempre más interés de un modo adecuado para individualizar y promover el talento. La separación del equipo alemán en los J.O. de México en 1968 y la elección de la ciudad de Mónaco como la sede de los J.O. de 1972 trajo un acrecentamiento de la concurrencia alemana, situación esta que introdujo otra forma de mirar el reclutamiento de los jóvenes en el deporte. 

Fue introducida una forma de atención sobre una búsqueda y promoción sistemática del talento en la programación de la polí5tica deportiva. Rápidamente, las nuevas líneas programáticas fueron acotadas y, posteriormente, elaboradas en los proyectos de promoción del deporte en varias regiones de Alemania. 

Las argumentaciones comunes a las decisiones y a los proyectos de la época pueden ser resumidas del siguiente modo: la necesidad social de prestaciones de alto nivel trae aparejada la necesidad de efectuar un reclutamiento y una promoción de los jóvenes talentos. Esto trae aparejado un compromiso no sólo de las federaciones deportivas, sino también de las escuelas y de la actividad deportiva en el ámbito escolar, como promotores de los jóvenes talentos. “La búsqueda del talento deportivo puede sólo tener éxito si empezó a tiempo y está sostenida por una amplia base social. Es propio de la escuela el constituirse en tal base”. (Grupo de trabajo por los problemas educativos en el seno del Consejo del Deporte Alemán, 1968). Sin embargo, también la sociedad y las federaciones deportivas deberán dirigir la propia atención, mayoritariamente, a los problemas legales de la búsqueda y la promoción del talento. 

Ya sea por la escuela o por las organizaciones deportivas, este aspecto significa afirmar la complementariedad de las necesidades sociales y de las funciones pedagógicas. Del momento en que todos los jóvenes tienen derecho a la promoción de las propias capacidades individuales, esto deberá valer, también, para los niños y los jóvenes que tienen particulares capacidades deportivas. No conseguimos que la búsqueda y la promoción del talento tengan un fundamento pedagógico. La escuela y las organizaciones deportivas deben asumir el empeño de afrontar este aspecto de un modo responsable, buscando formas de cooperación adecuadas. 

A la fase programática le siguieron numerosos procedimientos prácticos; el las distintas regiones nacieron formas diversas de cooperación y acentuación de la actividad deportiva en la sociedad y en el ámbito escolar, como por ejemplo: la ampliación de la actividad deportiva escolar; la formación de equipos de competición y de grupos de promoción, la creación de un sistema de competencias intercolegiales y de una manifestación, a nivel nacional, llamada “Los jóvenes se entrenan para Olimpia”; la preparación de los “Torneos Deportivos”, la introducción de la materia base “Educación Física” en los institutos de instrucción primaria y del juego, en los institutos de educación secundaria y, al final, la creación de los primeros colegios deportivos. La idea de la creación de los liceos deportivos, no obstante la profundización sobre el tema, no ha tenido comparaciones objetivas. (Adolf 1979; Bette 1984; Bette/Neidhart 1985;Gabler 1976; Storf 1984; Wolf 1974).

Tabla 1: Problemática y programación de la búsqueda en los programas institucionales de “Búsqueda y promoción del talento”. 

Problema de la práctica deportiva Programas de búsqueda de la ciencia aplicada al deporte.

Primera Fase: Determinación del talento para una selección del mismo

Determinación del talento mediante la previsión de la prestación o del rendimiento.

Segunda Fase: Promoción del talento a través de la optimización del entrenamiento.

Entrenamiento conforme al desarrollo.

Tercera Fase: Promoción del talento a través de la coordinación de un currículum.

Carrera deportiva en marcha.

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.arPermanece, también, sin resolver, entre otros, el problema de la individualización de los niños y los jóvenes provistos de talento. 

Se propuso elaborar una “metodología de observación”, así como de los “tests generales y específicos” para la individualización de los jóvenes talentos como es el Plano general para la búsqueda y la promoción del talento” (de la Federación Alemana de Deportes, 1971). Al principio, estos métodos fueron apareciendo de manera casual.

Esto puede ser definido como la “Fase de la determinación del talento para su selección”.

Programa de búsqueda: “Determinación del talento por medio de la previsión de la prestación o del rendimiento”

El objeto de la determinación del talento ha estado confiado a las ciencias del deporte las cuales han, inicialmente, redefinido el problema del diagnóstico de la prestación transformándolo en un problema de previsión de la prestación. 

Al precisarse el concepto de talento ha acertado en encuadrar en encuadrar la problemática siguiendo una definición de Gabler/Ruoff (1979): “Un talento deportivo es aquel que, en un determinado estadio evolutivo, se caracteriza por determinadas condiciones y presupuestos físicos y psíquicos, los cuales, con mucha probabilidad, lo llevarán, en un momento sucesivo, a lograr prestaciones de alto nivel en un determinado tipo de deporte”. 

Para individualizar las particulares características físicas y psíquicas de los sujetos dotados son necesarias dos fases analíticas:

1.       En la primera fase se trata de identificar aquellas características de prestación, de las que debe estar dotado el atleta que intenta obtener prestaciones de alto nivel, en un determinado tipo de deporte. Se trata, por esta razón, de determinar los criterios de prestación, operación esta que trae consigo, el así llamado problema de los criterios.

2.       En un segundo momento, es necesario individualizar características que sean válidas a los fines de la previsión de la evolución del talento, dato que, en el ámbito de su determinación, las características vienen medidas en una edad donde estas no han alcanzado, todavía, el máximo del desarrollo. La idoneidad de las características a los fines de la previsión es dada en primer lugar por su presencia al momento de la determinación (características mensurables); secundariamente, estas deben estar presentes estables por un cierto período evolutivo (problema pre-visión) (Gabler/Ruoff 1979; Letzelter 1981; Regnier 1982; Singer 1981; Wendland 1986). 

Sólo en el momento en que tales características han sido individualizadas se podrá proceder a la búsqueda de las personas que, gracias a determinados desarrollos característicos, se distinguen de los otros sujetos. Es esta última fase la que representa en problema práctico de la selección del talento. 

Los trabajos e investigaciones realizadas sobre el tema se limitan a ilustrar, sobretodo, las dificultades inherentes a la búsqueda del talento, sin realizar propuestas concretas de solución. Las dificultades empiezan en el momento en que se pone el problema de los criterios: en la actualidad no sabemos con certeza cuáles son las características físicas y psíquicas más relevantes a los fines de alcanzar altas prestaciones en el ámbito de singulares disciplinas deportivas; no estamos en condición de evaluar cuáles son las combinaciones y los estados evolutivos más favorecidos (Gabler/Ruoff 1979; Singer 1981; Wendland 1986). 

En la mayor parte de los casos, las necesidades de evaluación se limitan a la esfera física y motora. Esto vale, también, para los diversos “modelos estructurales” los cuales explican el contexto estructural de los factores singulares de las prestaciones en un modo más o menos detallado, pero siempre hipotético. (Starischka, 1981). 

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.arEncontramos dificultades ulteriores cuando se trata de afrontar el problema de las previsiones:

1.       Está fuera de duda que las características antropométricas pueden representar, gracias a su relativa estabilidad evolutiva, elementos particularmente idóneos en la elaboración de las previsiones. Tales características juegan un rol significativo en muchas disciplinas deportivas. Se trata de presupuestos necesarios, pero no suficientes, para obtener prestaciones del máximo nivel, porque sólo una combinación entre las características antropométricas y otras características personales (motoras y psíquicas) podrán lograr “el efecto deseado”. Como es notorio, una de las características más predecibles es la altura, pues existe una estrecha correlación entre las dimensiones juveniles y las del adulto (no considerando la edad de la pubertad). Los coeficientes de correlación para el período que va de la edad preescolar al final de la edad juvenil están comprendidos entre r: 0,6 y r: 0,9, con tendencia en aumento al avanzar en la edad. (Gaisi 1977; 1980; 1981; Zaciorskij 1974).

Otras características físicas como las proporciones del cuerpo, la masa o la composición corpórea son, en cambio, más difíciles de predecir.

2.       No estamos en condiciones de referirnos a informes fiables sobre la estabilidad evolutiva de las características motoras y, por consiguiente, condicionales y coordinativas.

En una búsqueda longitudinal, realizadas a sujetos masculinos con una edad comprendida entre los 11 y los 18 años (N=51), Ulbrich (1974) ha podido relevar una elevada estabilidad evolutiva, en las distintas edades, para algunos indicadores cardiopulmonares (ca r: 0,6) relativos a la capacidad de resistencia (por ejemplo: frecuencia respiratoria, frecuencia de pulso, capacidad de absorción de oxígeno en relación con el peso corporal, pulso de oxígeno). Para nuestro conocimiento, no existen análisis generales inherentes a las características coordinativas.

En otros estudios, se viene tratando el problema de la individualización de los indicadores (independientes del entrenamiento) para determinar capacidades condicionales que demanden predisposiciones genéticas (el hecho de que determinados parámetros relativos a las capacidades condicionales no sean modificables por medio del entrenamiento, e incluso a través de las influencias ambientales, puede ser un indicio a sostener del hecho de que tales parámetros sean determinados por el código genético). Los datos nacidos de este trabajo son, todavía, poco homogéneos (Gaisi 1977, 1980, 1981; Gaisi/Buchberger 1982, 1986; Kramer 1977).

Los problemas metodológicos de la búsqueda sobre gemelos donde también se trata de evaluar las predisposiciones genéticas, están expuestos de varias formas. (Traitner 1978). Esto vale también para aquellos estudios sobre gemelos cuyo objetivo son las predisposiciones biogenéticas de las capacidades condicionales y coordinativas (Kovar 1981; y también la crítica de Wendnald 1984).

 

3.       Muy poco sabemos de la idoneidad de las características psíquicas a los fines de la previsión. En una búsqueda longitudinal efectuada sobre atletas de alto nivel en edad juvenil y al inicio de la edad adulta, Gabler (1981) ha podido demostrar que los atletas que han practicado el deporte con el mayor suceso en el tiempo, están animados de una mayor motivación (TAT de Heckhausen), con un nivel medio de capacidad necesario a un elevado sentido de la responsabilidad. Esto es referido a que las prestaciones obtenidas por los atletas son atribuidas a factores internos.

En un estudio de Sack/Jahn (1981) vemos que la variable motivación para la prestación (en el Kenyon - Test) opera una discriminación insuficiente aquellos jóvenes mediofondistas y fondistas, los cuales, en un período de cuatro años han registrado un mejoramiento/empeoramiento de las prestaciones en competencia o han abandonado la carrera deportiva (Sack 1980).

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Por cuanto reguarda las otras características psíquicas examinadas, ninguno de los dos trabajos ha registrado diferencias particulares entre los distintos grupos de atletas. Sack/Jahn (1981) han llegado a la conclusión de que: La tasa de variabilidad, sobre 39 características de personalidad referidas al deporte en general, no han dado alguna contribución a la previsión del desarrollo de la carrera en el curso de cuatro años que siguen el pasaje de la edad juvenil a la edad adulta (primeros años seniors).

4.       También las características de tipo complejo resultan no poco adaptadas a la elaboración de las previsiones. A propósito de esto, se ha procedido a confrontar, en retrospectiva, entre la prestación en competencia de atletas adultos de alto nivel, en varias disciplinas del atletismo y de la natación, y la respectiva prestación obtenida en edades juveniles (H. Letzelter 1982; M. Letzelter 1981; Letzelter/Freitag 1984). Ni las prestaciones obtenidas en edades juveniles, ni el mejoramiento obtenido en aquella edad (el pasaje de la categoría juvenil B a la categoría A, esto es, el pasaje de la categoría A a la categoría Juniors) pueden ser considerados idóneos a los fines de la previsión de un desarrollo de la prestación y alto nivel en la edad adulta.

 

Fig. 1: Los problemas de la selección del talento a causa de posibles errores en su diagnóstico. (Junger Baur, 1988).

BR: Tasa base de los talentos potenciales en el total de la población; SR: tasa de selección hipotética de los potenciales talentos que vienen insertos en un programa de promoción del talento. El “óvalo”, representa el diagrama de dispersión por la correlación existente entre los valores previstos surgidos de los tests y de los criterios de idoneidad.

En los casos en los cuales el coeficiente de idoneidad es r= 1,0 (caso ideal) todos los resultados previstos se encontrarán en una línea recta que pasa, también, a través de los campos C y A, mientras que los campos D y B quedan libres. Las posibilidades de errores varían según el criterio de base, de los criterios de selección y, de la validación predictiva. El campo D representa los “falsos negativos” (es decir, los talentos que no son tales); el campo B representa las fases positivas (es decir, los sujetos no dotados de talento); los campos A y C representan los talentos y los sujetos no dotados, correctamente pronosticados.

Los campos de previsiones pueden ser manipulados modificando el criterio de selección: cuanto más riguroso es el criterio de selección (es decir, menor es el número de personas que serán admitidos en un programa de selección de talentos); aumentando las dimensiones del

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.arcampo D, es cuando aumenta el número de sujetos retenidos no dotados de talento, los cuales pueden ser excluidos de la promoción. Al contrario, cuando más elevado es el criterio de selección más aumenta el riesgo de incluir individuos no dotados, retenidos entre los talentos, en la actividad de promoción (aumentando las dimensiones del campo B). Pero si se trata de promover el mayor número posible de talentos potenciales (campos D y A), resulta más oportuno adoptar una tasa de selección suficientemente alta (movimiento de la recta SR a la izquierda). Es obvio que con esto aumentamos la probabilidad de incluir sujetos no dotados en los grupos de promoción (aumento de las dimensiones del campo B).

Conclusión:

Esta fuera de duda que la ciencia aplicada al deporte ha tenido éxito definiendo mejor la problemática del talento, pero todavía no esta en grado de dar una contribución decisiva a la solución de los problemas de su individualización.

Al final de los años ’70 la mayor parte de los estudios sobre el tema se orientaban, aunque en un modo más crítico, al programa de búsqueda titulado “Individualización del talento como previsión de las prestaciones”. Sólo luego el error del programa resulto evidente; para explicarlo se recurre a tres razones:

Un talento deportivo es un individuo dotado de particulares características de personalidad orientadas al deporte.

 

Tal concepto de talento centrado sobre la persona, considerado como punto de partida de cualquier búsqueda, se ha revelado como insuficiente. El concepto debe extenderse a la relación persona - ambiente. Un talento se desarrolla al interior de un proceso en el cual es estimulado bajo ciertas condiciones ambientales, posiblemente óptimas, con el fin de perfeccionar sus potencialidades características de personalidad. Las previsiones relativas a las prestaciones deben, por lo tanto, tener en cuenta también las características ambientales. (Carl 1987; Gabler/Ruoff 1979; Haase 1979; Ruoff 1980; Singer 1981; Wendland 1986). 

Es notorio que el proceso de desarrollo del talento, que trata de alcanzar prestaciones de altísimo nivel, dura muchos años. Entonces es oportuno proceder a una detección precoz de la prestación, a los fines de individualizar el talento. De tal

forma viene asegurada la posibilidad de “construir” el talento por un período de tiempo suficientemente largo.

Las previsiones de las prestaciones a largo término tienen el inconveniente de ser particularmente expuestas a influencias que perjudican la fiabilidad. Tales factores de influencia son difícilmente evaluables al momento de la previsión, muy a menudo a causa de la gran variabilidad (Wendland 1986).

También en el caso en que se tengan en consideración características de tipo ambientales, los problemas no cambian. La cuota de error debida a factores de influencia puede ser sólo reducida. Los factores imponderables que se pueden presentar en el curso de una larga carrera deportiva, al logro de prestaciones deportivas de altísimo nivel son, prácticamente, incalculables. 

La limitada fiabilidad de las previsiones a largo tiempo (este es el argumento central) implica riesgos de errores de dos tipos: a) Sujetos no dotados pueden ser cambiados por talentos (el llamado “falso positivo”); b) Los talentos pueden ser

cambiados por individuos no dotados (el llamado “falso negativo”).

 

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.arAmbos tipos de errores son relevantes al final de la selección. En el primer caso el sujeto no dotado, retenido erróneamente como un talento, tiene una incidencia sobre los costos, al incluirlo en el grupo de atletas a promover. El segundo tipo de error tiene consecuencias más graves en cuanto al talento, reteniendo un sujeto no dotado, que viene excluido de la promoción. 

Así como se parte del presupuesto de que la cuota de sujetos particularmente dotados es muy baja, no consigue que, de la cantidad ya baja de los potenciales talentos, se excluyan una parte de los errores. Este riesgo se corre cuando se intenta seleccionar un número restringido de sujetos. (Wendland 1984). 

“Es un poco inoportuno efectuar una selección precoz de los talentos con criterios selectivos particularmente estrecho, con el riesgo muy elevado de excluir una parte (si no todos) los talentos de la promoción. Una propuesta válida puede ser aquella de adoptar criterios de selección muy amplios evitando, sin embargo, que los sujetos inadecuados sean incluidos en los grupos de promoción”. (Wendland 1986). 

En este punto es lícito interrogarse sobre la utilidad de los procedimientos de diagnóstico. O más bien, si fuera, quizás el caso de apuntar sobre una especie "selección natural” en que, quien comprende que no tiene posibilidad de éxito, en un tipo determinado de deporte, se retire para la iniciativa apropiada o proseguir su actividad deportiva a un nivel más bajo?. (Holz 1988 

    La fase de la promoción del talento a través de la optimización del entrenamiento

Revisión de la especialización precoz: 

Después de haber constatado que el problema de la determinación del talento era de difícil resolución y que, entonces no se había alcanzado la realización de una búsqueda que contemple el talento, se decide involucrar al mayor número posible de niños y jóvenes en la actividad de promoción deportiva. 

Por esta razón, en los años ´70, se decidió reforzar la oferta de la actividad deportiva tanto en la escuela como en las sociedades deportivas. Además, se permitieron esfuerzos particulares para arribar a una mejor armonización de la oferta; el objeto era crear presupuestos organizativos para la promoción más homogénea que sea posible. El argumento ha sido tratado con profundidad desde el punto de vista programático en la publicación “Modelo de cooperación por la promoción del deporte”, (DBS 1976) y el “Programa de la promoción por el deporte de alto nivel”, (DBS 1977). 

A continuación una serie de previsiones:

En el ámbito escolar se aumentó el número de equipos deportivos y de los grupos propuestos para la promoción y la competición. Segundo, un estudio de Adolph, la Nordreno-Westfalia contó, en 1973 con 600 grupos de competición regularmente funcionando (Adolph 1973); en 1984 el número de los grupos de promoción llegó a casi 1000 unidades y los equipos colectivos escolares arribaron a casi 3500 unidades. (Ministerio de Cultura del Nordreno-Westfalia 1985).

El sistema de competición en el ámbito escolar comprende una ampliación en varios niveles, con la introducción de nuevas disciplinas deportivas. (Carl 1987, Kurz 1987; Storf 1984). Fueron creados nuevos colegios deportivos a templo pleno y medio tiempo (Langem 1986).

La ampliación de la oferta deportiva de la sociedad y de las federaciones deportivas se ha evidenciado, sobretodo, en la incorporación de los niños a los equipos deportivos. La edad necesaria para el acceso a la actividad agonística viene disminuyendo. Muchas federaciones

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.ardecidieron formar nuevas categorías reservadas para los alumnos de las escuelas elementales y de las escuelas medias inferiores. 

La DFB (Federación Alemana de Fútbol), por ejemplo, decide extender el sistema de competencias bajando la edad límite, creando una nueva categoría juvenil (de C a F) y, de esta forma, anticipando la edad de acceso a las competiciones (a años en lugar de 12). 

“En el atletismo fueron creadas la categoría escolar (categorías C y D), en el tenis la categoría III y IV, en el baloncesto, el Minibasket. En lo que se refiere a la natación, se han llegado a organizar campeonatos con niños que no saben leer ni escribir”. (Bremer 1986). 

Esta dirección del deporte de los jóvenes estaba basado sobre la idea que el nivel general de prestación puede ser reforzada gracias a un inicio precoz del entrenamiento. 

El entrenamiento deberá adecuarse a las exigencias del sistema de competencias siguiendo estos principios: 

v     La ampliación de la oferta deportiva es correlativa con una expansión del entrenamiento y de la competición, que debe involucrar también, a los alumnos de las escuelas elementales (y en algunos casos, sujetos en edad preescolar).

v     El entrenamiento deberá ser precozmente armonizado con los presupuestos particulares de las distintas disciplinas deportivas; tal especialización precoz podrá aumentar la posibilidad de suceso.

v     La organización de la carrera reservada a los chicos provocará un refuerzo general de las aspiraciones de esta franja de edad; no se consigue que la calidad del deporte infantil sea evaluada sobre la base de los sucesos obtenidos en competencia. Esta orientación en la favorita, no sólo de los padres, sino también de la sociedad y de los entrenadores.

v     La orientación adoptada por la sociedad, viene limitada, a un período muy breve. En efecto, el sistema permite a la sociedad obtener buenos resultados a nivel regionales en la categoría menores. Seguidamente, los talentos quedan comprometidos por la sociedad deportiva al nivel del deporte de elite.

v     Este camino se ve favorecido por el hecho de que, en la mayor parte de los círculos deportivos, los preparadores deportivos y los entrenadores, van destinando clases a singulares grupos de edad. Después de un cierto período transcurrido en el grupo, los niños pasan al grupo sucesivo de una mayor instrucción competente para el nivel relativo. 

Más que promoverla, este sistema impide la construcción sistemática de la prestación, porque los que se ocupan de la preparación de los sujetos en edades infantiles no están suficientemente responsabilizados respecto al desarrollo de la prestación sino con el llamado “edad en que se alcanza la máxima prestación”. (Bremer 1986; Hahn 1982). 

Entre fines de los años ’70 y el inicio de los ’80 se ha producido una inversión del camino. La teoría de la especialización precoz traía consigo un creciente escepticismo. Muchas federaciones decidieron modificar los sistemas de competición eliminando los campeonatos nacionales y regionales de la programación prevista para las categorías infantiles, o organizando, donde es posible (por ejemplo, en el atletismo), múltiples competencias, en lugar de realizar competiciones regulares sobre disciplinas específicas. 

Con esto se intentaba impedir que el entrenamiento fuese orientado exclusivamente al máximo rendimiento y que la especialización fuera realizada en edades precoces. En la declaración de los principios de la DSB titulada “Niños en el deporte”, en 1983, esta “vuelta” viene documentada, también, desde un punto de vista programático. 

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.arLos temas centrales son tres:

1.      Se supone que el inicio precoz de un entrenamiento con orientación competitiva, aumenta el problema del drop-out (abandono). Atletas de 14-16 años que desarrollan la actividad deportiva en el ámbito de una sola disciplina deportiva durante 8-10 años, en la mayoría de los casos, no tienen una capacidad de “entrenar duro” tal de soportar cargas de entrenamiento siempre más elevadas; en estos casos, los atletas no tienen la constancia necesaria para esforzarse durante muchos años hasta llegar a la edad de la máxima prestación. Diversas publicaciones han tratado este problema poniendo el acento sobre la “pérdida de la motivación” y sobre el riesgo de “quemar” al atleta. (Kroger 1986). Todo esto es confirmado en algunas búsquedas empíricas, en las cuales resultan tasas de drop-out (abandono) más bien elevadas. Según el tipo de disciplina y de la clase de edad, la tasa de mortalidad en la práctica deportiva oscila del 30 al 90%, como se puede ver en una investigación de Kroger (1986) y en algunos trabajos sobre el mismo tema del autor antes mencionado. Los diversos resultados derivan, en primer lugar, de métodos de búsqueda diferentes y de las definiciones operacionales de la “suspensión de la carrera”. (Kroger 1986). La estrategia comúnmente seguida, que prevé la confrontación de las listas de los “mejores” en las respectivas clases de edad, es particularmente problemática.

Tal afirmación no tiene en cuanta a la cuota de personas que se pierden en el camino, dependiente del hecho que si se reduce la probabilidad estadística de encontrarse entre los mejores en la edad adulta. Resulta, en cambio, más funcional que el método que parte de la clasificación de los mejores adultos, el revelar cuántos de estos atletas adultos habían ya pertenecido al grupo de los mejores atletas en la clase de edad precedente. (H. Letzelter 1982).

La interrupción de la carrera es más frecuente en las atletas juveniles que en los hombres. Además, hay que tener en cuanta, en el ámbito de la organización social del deporte para los niños y los jóvenes, de una fluctuación general que no se limita solo al ámbito del deporte.

A continuación transcribimos algunos de los resultados de una búsqueda (probablemente representativa para la República Federal de Alemania), efectuada por Sack (1980) entre jóvenes atletas de edad comprendida entre los 12 y los 18 años: el 26% deja los clubes en las edades infantiles o juveniles (la cantidad de mujeres es el doble que la de los varones); cerca del 40% decide cambiar de club; el 60% cambia de deporte. Las interrupciones son frecuentes no sólo en el ámbito del deporte de alto nivel, sino también en el deporte social. También en este tipo de análisis es necesario tener en cuenta el “drop-out”.

Entre las razones para la interrupción de la carrera deportiva se destacan la disminución de la motivación y la monotonía del entrenamiento. (Kroger 1986; Kreim/Mayer 1985; Sack 1980). Se trata, por esta razón, de motivos que confirman los presuntos “problemas motivacionales”. 

2.      En algunos trabajos se ha demostrado que los atletas que se han especializado más tarde, pueden alcanzar niveles de prestación más alto respecto de atletas que se han especializado en edades muy jóvenes o infantiles.

Comparaciones de este género han sido efectuadas por Feige (1978, 1981) sobre atletas dedicados a la especialidad del mediofondo, fondo y velocidad del atletismo. Los resultados pueden ser resumidos del siguiente modo: “Los efectos típicos de la especialización precoz son un fuerte incremento inicial de la prestación y el fin anticipado de la carrera deportiva”. (Feige 1977). “Los velocistas que se especializan en una edad muy corta alcanzan prestaciones claramente superiores al final del decimonoveno año de edad. Enseguida, se registra una rápida caída de la prestación y así debe ceder al paso de los atletas que han recibido una preparación conforme al desarrollo”; resultados análogos se han logrado con los mediofondistas (pero no con los fondistas). (Feige 1981; Feige 1978; Tschiene 1979).

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.ar3.      Contra este tipo de entrenamiento (especialización precoz) aparecen argumentos de

tipo pedagógico y metodológicos. Ellos involucran el entrenamiento “poco adaptado al niño”, el cual es considerado como “un entrenamiento para “adultos pequeños”. Se refieren también a la preparación limitada y monótona de las capacidades motoras, poco adaptadas a una formación a largo término, sino orientada exclusivamente a satisfacer la prestación buscada, en el ámbito de un determinado tipo de deporte.

  Programa de búsqueda: “El entrenamiento conforme al proceso evolutivo”

La intervención de la ciencia en el ámbito de la práctica deportiva a sido más consistente en la segunda fase. Con la aplicación del “programa de búsqueda de un entrenamiento conforme al proceso evolutivo”, la ciencia ha demostrado poseer una elevada eficacia, por cuanto involucra la aplicación de los principios a la práctica; basta pensar en los importantes impulsos que la actividad científica ha dado a la realización de los programas de especialización precoz y a las sucesivas rectificaciones. 

Los datos de la medicina aplicada al deporte y de la ciencia del entrenamiento tienen, inicialmente, como idea favorita que el entrenamiento sistemático debe iniciarse en edades infantiles, corrigiendo las suposiciones sobre el desarrollo de las capacidades condicionales y coordinativas y la “entrenabilidad” en edades infantiles y en la pubertad. Estos datos han sido discutidos en forma detallada muchas veces, pudiendo ser resumidos del modo siguiente:

-         Los niños, aunque sean muy jóvenes, no tienen problema alguno de soportar cargas de resistencia aeróbica. Es discutible, todavía, las ventajas de su entrenabilidad.

-         Actualmente se discute, incluso, la entrenabilidad de la capacidad de resistencia anaeróbica en edades infantiles.

-         El entrenamiento de cargas de fuerza, en edades pre - puberales, si se excluye el entrenamiento de la fuerza máxima, no constituye ningún problema, aunque los efectos del entrenamiento son bastante limitados.

-         Las capacidades de velocidad y de movilidad son más bien marcadas.

-         La presencia de un desarrollo más evidente de las capacidades coordinativas ya en la primera edad puberal, constituye un óptimo presupuesto para el aprendizaje de la habilidad deportiva - motora y, por esta razón, del entrenamiento de tipo técnico.

-         La edad puberal en sí no es considerada, en el ámbito del proceso del entrenamiento, como un “período de economía de la propia fuerza”; al contrario, con ella vienen acompañada una serie de transformaciones somáticas, que pueden traer también una mejor entrenabilidad de la capacidad aeróbica pero, sobretodo, de la cualidad de resistencia anaeróbica y de la fuerza. 

Resumiendo, podemos decir que, del punto de vista del desarrollo biológico, no hay elementos que disuadan la aplicación de un entrenamiento sistemático precoz, es más, la rutina del entrenamiento de los niños es legitimada por la misma medicina aplicada al deporte, así como también por la ciencia del entrenamiento.

 

Figura Nº 2: Representación esquemática de la sucesión de los objetivos del entrenamiento respecto a su inicio diferenciado (Martin 1982).

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.ar a)       Sucesión ideal de los objetivos del entrenamiento

EDAD 

6 - 1. Objetivo del entrenamiento.

7 - Desarrollo de las capacidades coordinativas.

8 - Primera formación de la técnica de base específica

para cada deporte.

9 - 2. Objetivo del entrenamiento.

10 - Perfeccionamiento

de la técnica.

11 - Segundo tipo de deporte/disciplina.

12 - Introducción en los ejercicios especiales.

13 - Inicio de las competiciones.

14-   3. Objetivo del entrenamiento.

15-   Desarrollo de las características motoras

fundamentales.

16-   Estabilización de la técnica

17-   Aumento de las cargas de entrenamiento.

18-   Competiciones regulares. 

19-   Logro de la edad de máxima prestación.

 

No obstante, está de más sobrellevar una objeción contra el entrenamiento orientada exclusivamente al desarrollo biológico. Tales críticas trajeron una revisión de las teorías de la especialización precoz. 

Dos de las principales argumentaciones adoptadas son:

-         Desde el punto de vista de la pedagogía del entrenamiento la idea de reducir al niño a un organismo más o menos “entrenable” es preocupante.

En cambio, del punto de vista pedagógico, no se puede no tener en cuenta la personalidad general del niño, de sus necesidades, de sus tendencias, de sus intereses y de sus competencias. Los niños exploran, juegan, prueban; esa experiencia motora es diferenciada y de adquiere varias formas de movimiento; tiene deseos de alternar sus actividades de juego y movimiento.

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El movimiento es una parte conjunta de otras múltiples actividades, a través de las cuales los niños exploran el ambiente físico y social.

En consideración de la personalidad del niño es que se transforma en discutible el entrenamiento programado “en sentido único”, que mira la mejora de la prestación en un determinado tipo de deporte. Se propone, en cambio, un entrenamiento “a la medida del niño” en el cual el acento está puesto sobre el respeto a la multilateralidad y a la variedad de intensidades como principios pedagógicos relevantes para el entrenamiento (Frey 1982; Hahn 1982; Kurz 1987; Martin 1981; 1982 b; 1982 c; 1987). 

-         Esta consideración pedagógica coincide con la metodológica: el proceso de entrenamiento a largo término deberá comenzar con un entrenamiento de base, que debe privilegiar “el aprendizaje de una variedad de movimientos y el mejoramiento multilateral de las condiciones” (Frey 1982; Hahn 1982; Martin 1981; 1982 b; 1982 c; 1987), porque solo así se pueden crear los presupuestos condicionales y coordinativos que favorezcan la estructuración del movimiento. Tales presupuestos podrán constituir la base para una eficaz especialización. 

Se está elaborando una serie de modelos de entrenamiento de acuerdo al desarrollo (Frey 1982; Harre 1982; Martin 1987; Weineck 1987), el los cuales el proceso de entrenamiento es subdividido en partes interdependientes. 

El modelo elaborado por Martin (1981; 1982 b; 1982 c; 1987) ha sido el más difundido. Se basa en dos principios estructurales. Por una parte “una sucesión regular o funcional”, casi lógica, de los objetivos de entrenamiento, cuyas necesidades se deben tener en cuenta al momento de proceder a la estructuración a largo plazo del entrenamiento (Fig. Nº 2). 

Los objetivos pueden ser resumidos de la siguiente forma:

a)     “Formación psicomotora multilateral de base”.

b)     “Enseñanza de la especialización específica” y “Profundización del entrenamiento específico”.

Esta sucesión viene determinada sobre la base de las prestaciones solicitadas por las respectivas disciplinas deportivas y no dependen de la edad de los jóvenes atletas. La interpretación de los objetivos, en el ámbito de la metodología de la concreta organización del entrenamiento está, todavía, referida al estadio de desarrollo alcanzado a una determinada edad. 

El proceso de entrenamiento a largo plazo comienza, en todos los casos, con la formación psicomotora multilateral de base, independientemente de la edad a la cual el niño comienza los entrenamientos. Como la experiencia motora de un niño de seis años difiere de la de un niño que tiene diez, para ambos sujetos, la preparación de base será adecuada al estadio relativo a su desarrollo. 

En la organización concreta del entrenamiento se tienen en cuenta los siguientes principios estructurales:

-         La sucesión sistemática de los objetivos de entrenamiento y;

-         El nivel relativo de desarrollo motor referido a la edad (o sea, el proceso de desarrollo motor) será armonizado entre ellos.

  Conclusiones:

En el curso de los años ’70 el problema de la individualización del talento se transformaba siempre en un problema de organización del entrenamiento. Las reflexiones teóricas y las

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.araplicaciones prácticas se concentraban sobre la optimización del entrenamiento de los niños y los jóvenes. Pero fue, sobretodo, el perfeccionamiento del entrenamiento de los niños el que puso un nuevo interrogante. En consecuencia, parece apropiado definir esta segunda fase como la fase de la “promoción del talento a través de la optimización del entrenamiento”. 

Las problemáticas relacionadas con la optimización del entrenamiento, evidenciadas en la práctica deportiva, vienen junto a la ciencia, insertas en el programa búsqueda que contempla la realización de un “entrenamiento conforme al desarrollo”, sometido a ulteriores verificaciones. Además, fueron elaboradas propuestas para el mejoramiento de las prestaciones, siguiendo el proceso de desarrollo, en el cuadro de un proceso de entrenamiento a largo plazo. 

Los modelos, hasta ahora, representan todavía, sólo un cuadro general de procedimientos a tomar teniendo en cuenta la estructuración del entrenamiento adecuado. Encontramos, todavía, la falta de importantes diferenciaciones con relación a las exigencias específicas de las disciplinas particulares y a las diversas edades y la (falta) de “instrucciones para su uso” referidas al entrenamiento para la competición. (Martin 1981; 1987). 

Para la mayor parte de las disciplinas deportivas es necesario una concreta formulación metodológica del entrenamiento de los niños y de los jóvenes, por cuanto involucra, por ejemplo, el volumen y la intensidad de carga más apropiada, o la evaluación y la coordinación de los diversos contenidos del entrenamiento (Fiebrandt/Martin 1984; Hahn 1982; Ogiolda/Tschiene 1983; Tschiene 1983). 

Debemos constatar que los esfuerzos realizados para arribar a la institución de una pedagogía del entrenamiento de los niños y de los jóvenes no han dado los frutos esperados (en particular Kurz 1987). 

El programa de búsqueda para la realización de un “entrenamiento conforme al desarrollo” está lejos de estar concluido en la promoción del talento, a través de la optimización del entrenamiento, deberá ser desarrollado posteriormente; todo esto teniendo en cuenta, sobretodo, las diferenciaciones existentes entre las distintas disciplinas deportivas.

Etapa de la organización del curriculum vitae del deportista.

Problemas de coordinación entre las obligaciones del deporte de alto nivel y las otras ocupaciones cotidianas.

Resulta evidente que la optimización del entrenamiento no representa sólo un problema de metodología del entrenamiento, en sentido estricto. Posibilidades y límites del desempeño en el deporte bien, más bien, notablemente determinados por adaptaciones que dependen del contexto.

Esto significa que la exigencia del deporte competitivo debe ser conciliada con los otros momentos de la vida de los adolescentes. La promoción del talento, como es ahora más evidente, que sólo puede obtener resultados positivos cuando se logra un equilibrio satisfactorio entre las diversas exigencias.

La organización de la vida cotidiana en su complejo es, por esta razón, el verdadero problema. Este hecho, que ya viene delineándose desde largo tiempo, ha sido puesto en primer plano apenas en el inicio de los años ’80, y puede ser interpretado como el signo distintivo de una tercera fase en el desarrollo del programa institucional de búsqueda y promoción del talento.

Tales fases se pueden reducir en cuatro puntos:

1)     Sobre la estela de las tentativas de optimización del entrenamiento no solo se ha ampliado la extensión temporal de los entrenamientos mismos. Pero, ya examinando el

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período 1950 - 1970, Pfetsch y otros (1975) notaron que, para las diversas disciplinas del atletismo, también la duración de los entrenamientos era duplicada, si no triplicada. La tendencia a la dilatación de los tiempos de entrenamiento es continuada en los años y también involucrando otras especialidades deportivas. Si sumamos en los tiempos que demanda el deporte de competición, y ha esto le sumamos los entrenamientos, los cursos teóricos, las competiciones, etc., veremos que resultará una notable carga para los adolescentes. Del momento, sin embargo, que el tiempo no es multiplicable a propio gusto, es que se trata de un recurso limitado.

2)     Desde que el tiempo es limitado, se tiende primero de todo a ahorrar en aquellos ámbitos en los que no se puede disponer. Es el caso, sobretodo, del tiempo libre. La participación en el deporte competitivo deberá, en consecuencia, resultará una carga sobre otras actividades del tiempo libre de los niños y jóvenes.

3)     La obligación competitiva de los adolescentes, a través de la formación escolástica y profesional, prepara el terreno para la vida futura de los jóvenes. Las obligaciones debidas al deporte de nivel competitivo y las exigencias de las instrucciones escolásticas y profesionales no pueden ser conciliadas sin problemas.

Afrontar estas obligaciones estableciendo una prioridad o, como alternativas, uno respecto del otro no es admisible: no es posible, en efecto, anteponer el deporte competitivo a la instrucción escolástica y profesional, o sustituir el deporte a la instrucción. Esto es porque el deporte competitivo pretende mucho, pero ofrece, sólo raramente, una carrera que pueda asegurar el futuro del atleta, a largo plazo, carrera que, por otra parte, comporta un riesgo de falla extremadamente alto.

4)     El deporte competitivo requiere, por esta razón, de parte de los adolescentes un empeño notable, en concordancia con las demás obligaciones cotidianas de su edad. No resulta, desde un principio, una tendencia a la superposición de roles.

Para evitar que esto ocurra, es necesario realizar un difícil equilibrio entre las diferentes obligaciones cotidianas, cosa que por una parte no subsista el peligro de una preponderancia del deporte sobre las otras obligaciones, relevantes para el adolescente, no sólo desde el punto de vista subjetivo, pero también de los objetivos, porque también se puede producir el riesgo de agrandar el problema de un desempeño deportivo insuficiente, que puede significar la falta futura de resultados. (Bette/Nedhardt 1985).

Mientras que en los programas precedentes de incentivación del deporte, como por ejemplo en el “Plan de promoción de los deportistas de alto nivel” (DBS 1977), se hablaba vagamente de la necesidad de un sostén de carácter social para los atletas; en cambio, en las programaciones más recientes de la política deportiva, han sucedido problemas de organización del quehacer cotidiano que resultan claramente articulados. Ahora, en este momento, la exigencia pedagógica y aquella de características deportiva – competitivas van a coincidir.

Las exigencias pedagógicas prevalecen en el ejemplo de la declaración de principios de la DSB: “Los niños y el deporte de competición” (DBS 1983). En este documento se desarrolla la idea de que el deporte competitivo no debe perjudicar el "desarrollo multilateral" de los niños, no perjudicando la vida futura de los jóvenes y de los adultos; el entrenamiento y la competición deben tener una duración tal que permita tiempo para la escuela, para los contactos sociales en el interior de la familia y con sus grupos de amigos y “para cultivar ulteriores intereses en el tiempo libre de cada día”.

Las exigencias de carácter deportivo – competitivo vienen desarrolladas, en particular, en la “Guía para el deporte de alto nivel” (DBS 1985), donde se indica como prioritaria “una coherente planificación individual de la carrera deportiva” en acuerdo con la familia, la escuela, la formación y la actividad profesional. La programación de la DSB ha sido, en el tiempo, adoptada por diversas regiones. (En el “Programa regional de búsqueda y promoción del talento” de la región de Nordreno-Westfalia dice específicamente: “En el día

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de hoy las medidas a tomar sobre la promoción del deporte de competencia se concentran sobre todo sobre el desarrollo de las prestaciones de los atletas, sólo raramente se persigue el objetivo del desarrollo de la evolución personal y profesional del atleta. El aumento de las obligaciones en el deporte va a interferir en la mayor parte de las disciplinas deportivas, con las exigencias crecientes de la formación escolar y profesional, como así también sobre las siempre mayores expectativas de los jóvenes sobre otros aspectos de la vida, como la familia, los amigos y los intereses para el tiempo libre”. Ministerio de Cultura de la Región de Nordreno-Westfalia, 1985).

La puesta en práctica de esta programación de política deportiva, a través de procedimientos concretos, no se cumple sin una cierta dificultad; todavía existen nuevas iniciativas para reducir al mínimo los problemas de conciliación entre las exigencias del deporte y las de las otras obligaciones cotidianas son individualizables en varios niveles.

En la Región de Nordreno-Westfalia existe un proyecto de la Comisión Regional “Búsqueda y promoción del talento”, en el cual se propone una serie de medidas de sostén para la asistencia pedagógica de los atletas adolescentes: tales medidas van junto a medidas relacionadas al transporte de los atletas hasta su casa, escuela y lugar de entrenamiento así como también la asistencia para los compromisos de la casa.

Diversas tentativas de esta experiencia piloto, al menos en el estadio inicial, ya se están realizando (Ministerio de Cultura de Nordreno-Westfalia, 1985). Con la difusión de procedimientos e incentivos descentralizados, la falta de tiempo suplementario son causantes de impedimentos o interrupciones en la red de los informes sociales existentes, deberá ser contenido lo más posible. Aunque, sobre este punto de vista el sistema de la estructura de sostén es una fase de desarrollo ulterior.

Muchos entrenadores asumen, además de la organización del entrenamiento, otras tareas de sostén de carácter social, con el riesgo de una sobrecarga de roles. (Bette 1984; Bette/Neidhardt 1985; Gahai/Holz 1986; Kurz y otros 1987). La lista de las tareas de un entrenador es una cosa amplia que resulta difícil de satisfacer (Bette/Neidhardt 1985). Es por esta razón que se debe definir muy claramente en los centros de deporte de alto nivel, el rol del director del centro, transformándolo en “coordinador social”, o de institucionalizar el nuevo rol de “delegado social”. A diferencia de los entrenadores, el director del centro o el delegado social se ocupará preferentemente de las tareas de coordinación ambiental (en contacto con la familia, la escuela, y los institutos de formación profesional) y, a largo tiempo, de la consulta de la organización del currículo deportivo. De esta forma, se libera a los entrenadores de sobrellevar una serie de inconvenientes, de modo que puedan concentrase en su tarea específica (Bette/Neidhardt 1985).

Se propone, al fin, un control más meticuloso de los entrenamientos, con el fin de reducir posiblemente la duración por medio de “una programación económicamente concentrada” (Bette/Neidhardt).

 

    Programa de búsqueda: “La carrera deportiva en el curso de la vida cotidiana”.

 Naturalmente los problemas del equilibrio del esfuerzo en el deporte, en el contexto de otras importantes tareas cotidianas, se reflexionan, inicialmente, en la vida práctica de los interesados, adolescentes y sus padres, entrenadores y otros miembros de la sociedad.

No obstante, la ciencia del deporte tiene, todavía una contribución para formular de un modo más preciso y diferenciado estos problemas y, a partir de una reducción individualista, a hablarlos, en cuanto problemas estructurales del subsistema social “deporte al nivel agonístico”.

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.arElla, con su amplio programa de búsqueda “Carrera deportiva en el curso de la vida cotidiana”, ha desarrollado, en base a concepciones teóricas sobre la vida cotidiana, un cuadro idóneo de referencia en el cual pueden ser analizados los distintos problemas de organización (Fig. 3). Sobre este propósito valen la pena señalar seis puntos, al menos, de esta relación (Holz 1982; Kaminski 1984; Kroger 1986; Kurz 1987; Sack 1980; Stork 1981):

1)     De la familia, como se evidencia en la búsqueda, a menudo parten los primeros impulsos para entrar en la sociedad deportiva y, también, de tentar en la carrera del deporte de competición, pero no solo por esto. Gran parte de los atletas adolescentes provienen de ambientes familiares entre cuyos integrantes (la madre, el padre y, sobretodo, los hermanos) están interesados en el deporte y lo practican activamente.

En muchos casos, la carrera deportiva viene eficazmente apoyada por la familia. La mayor parte de los padres favorece la actividad deportivo agonística de sus hijos. Por lo tanto, el incentivo puede ser mucho más amplio: acompañando a los hijos a los entrenamientos y a las competencias; ayudándolos en las tareas de la casa; a menudo, la vida de la familia está subordinada a los horarios relativamente fijos del atleta adolescente; es común que los padres reduzcan su propia actividad de tiempo libre para favorecer el apoyo de sus hijos, llegando incluso a renunciar a sus vacaciones.

También, existen en algunos casos un “exceso de incentivo”, que se puede ver cuando padres particularmente ambiciosos presionan a sus hijos con expectativas de grandes prestaciones deportivas, exigiéndoles permanentemente a rendir al máximo en los entrenamientos, interfiriendo en las prácticas, creando conflictos con los entrenadores.

2)     De las diferentes búsquedas efectuadas, atendiendo a la duración de las características del trabajo necesario para el deporte de competición, resulta el siguiente “cuadro medio”: “Los atletas adolescentes se entrenaban, alrededor de 1975, de cuatro a cinco veces por semana; cada sesión de entrenamiento requería de dos horas y media a tres, aproximadamente (comprendiendo los tiempos de preparación y de entrenamiento). A esto se agregaban, cada año, cerca de veinte días de teoría y veinte de competencias. Esto significa una carga de entrenamiento cercana a las veinte horas semanales, es decir, la mitad del tiempo requerido para una actividad laboral. (Kurz y otros 1987).

El tiempo necesario varía todavía considerablemente de deporte a deporte. Depende, por ejemplo, del número de sesiones de entrenamiento (de una a ocho por semana), de la duración de cada sesión (de una a dos horas) y, por esta razón, también del total del tiempo semanalmente dedicado a los entrenamientos; esto vale también para la frecuencia con la cual se tienen competencias. Mientras que en los deportes de equipo la duración de los entrenamientos es menor, en los deportes de resistencia, en el patinaje artístico, en la natación, en la gimnasia, el tenis o en la gimnasia rítmica es particularmente elevada.

3)     Los datos de la búsqueda confirman las opiniones comunes, según las cuales las relaciones sociales, en el interior de los grupos de entrenamiento, entre los atletas adolescentes y los entrenadores, juegan un rol importante para la prosecución de la carrera deportiva. Problemas con los entrenadores y dificultad con el grupo de entrenamiento, o con la sociedad deportiva, son citados a menudo, como causas de interrupción de la carrera deportiva.

4)     La falta de tiempo, resultante de la actividad agonística, trae, y está documentado en datos experimentales, la probable limitación en las otras actividades del tiempo libre. Tales limitaciones no son consideradas como muy graves por los adolescentes mismos, pero son percibidas como un daño. Se siente la ausencia, sobretodo, de la actividad de tiempo libre de reposo y ociosa y de los contactos sociales con sus pares.

5)     Problemas de equilibrio entre el deporte y la formación escolar o profesional se suscitan, al menos, para una parte de los adolescentes. Ya no sorprende, en la consideración de la disponibilidad del tiempo de los jóvenes atletas, que una parte de

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ellos se entrena cerca de veinte horas por semana (incluso en tiempo de vacaciones), a las cuales se agregan otras treinta horas de lecciones escolares y, aproximadamente, diez horas de tareas en la casa. Esto nos lleva a una media cercana a las sesenta horas semanales dedicadas a la escuela y al deporte de alto nivel agonístico. No obstante, el problema de la organización no trae aparejadas problemas graves como muchos piensan. La prestación escolar de los atletas adolescentes se encuentra en la media de sus compañeros de clase; la mayoría no tiene problemas o encuentra pocos para conciliar formación escolástica (o profesional) y la actividad agonística; en tanto que en otros, se ven perjudicados los resultados escolares a favor del desarrollo en el deporte.

Toda vez que los atletas adolescentes han faltado con frecuencia a las lecciones, tienen dificultad de reelaborar los contenidos de las lecciones mismas; teniendo en muchos casos, problemas por la promoción y la repetición de la clase. Tales dificultades resguardan, como es comprensible, que deba dedicar mayor cantidad del tiempo dedicado al deporte, a la actividad escolar. No se consigna que en muchos casos, la dificultad escolar viene citada, con relativa frecuencia, como un motivo de interrupción de la carrera deportiva.Si se tiene en cuenta el hecho de que una parte de los adolescentes deja el deporte a causa de los problemas escolares, resulta convincente la idea sobre la selección de Bette/Neidhardt (1985): “quien no está en grado de ofrecer una buena prestación escolar, además, en las condiciones de stress del deporte de alto nivel, obviamente, quien no tiene una inteligencia superior a la media, verá disminuir sus posibilidades de lograr un alto nivel en el deporte de alto rendimiento”; “Las condiciones de stress en el deporte de alto nivel provocan, actualmente, la tendencia a la discriminación de una parte de los talentos deportivos siguiendo el criterio (la prestación escolar), que nada tienen que ver con el deporte mismo”.

6)     Entre las distintas situaciones destinadas a la promoción, organizadas siguiendo criterios muy diferentes, como los colegios deportivos a tiempo pleno o tiempo parcial, o los centros para el alto rendimiento, en los cuales se necesita para actuar, sobretodo, de una oportuna coordinación de las exigencias deportivas y de las escolares (o de la instrucción profesional), surgiendo problemas particulares que necesitan de una solución.La separación de los atletas de la familia o la “tendencia a un cierto aislamiento” son ejemplos específicos de los colegios deportivos. Los centros para el alto rendimiento deben, en cambio, afrontar otros problemas de coordinación, por ejemplo entre el entrenamiento requerido por la sociedad y aquel practicado en el centro (Bette/Neidhardt, 1985).Conclusión: Los problemas de organización de la vida cotidiana de los atletas adolescentes, se encuentran en la consideración y el más detallado análisis en diversos proyectos de la ciencia del deporte.Por una parte, el problema del equilibrio, entre las diversas exigencias, se encuentran presentes en la atención de la opinión pública deportiva, gracias también a los datos relativos en esta búsqueda. Están todavía, en forma experimental, varios procedimientos concretos que buscan una reducción de los contrastes, de los impedimentos y de las sobrecargas encontradas.Por otra parte, sobre la base de aquella búsqueda, encontramos también los criterios pedagógicos, que pueden ser formulados con más precisión. (en particular, Grupe 1984; Kaminski 1982; Kurz 1982; Kurz y otros 1987), aunque la cuestión pedagógica (sobretodo en relación al deporte de alto rendimiento para los niños) tiene aún hoy controversias. La discusión, sobretodo sobre el deporte de los niños continúa y es extremadamente controversial. Las diferentes posiciones son contrapuestas, en una forma más o menos vinculante (Crum 1982; Dietrich 1985; Grupe 1984; Kurz 1982).Todavía, el mismo programa de búsqueda “Carrera deportiva en el curso de la vida cotidiana”, lleva una largo tiempo y no se encuentra ahora concluido. En el futuro, entre los distintos factores deberán ponerse mayor consideración sobre las diferentes situaciones de la vida de los adolescentes. La situación escolar y un alto respeto para los jóvenes en su formación profesional o de otros estudiantes, si solo se piensa los grados de disponibilidad en términos de tiempo.Los estudios de las variaciones de los problemas del equilibrio entre las diversas exigencias, en las fases de las edades infantiles y juveniles, deberá ser ahora profundizado. Por ejemplo, se deberá tener en cuenta el hecho de que la exigencia del estudio, en el curso de la vida escolar va en aumento, o que las relaciones sociales con los individuos del otro sexo son poco importantes para los niños pero son fundamentales para los adolescentes.

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Lic. Pablo Esper Di Cesare – ArgentinaBaloncesto Formativo en la Red.www.baloncestoformativo.com.arConcluyendo, no existen grandes diferencias intrínsecas entre los distintos deportes individuales, los problemas aparecerán seguramente de una manera totalmente diferente en el tenis con respecto al fútbol o al canotaje.

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