breve iii

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Platón C.F.A Universidad Nacional de Colombia Juan José Limas Becerra 23 de febrero del 2016 ¿Como vincula Sócrates la virtud y el conocimiento? En primer lugar, resulta significativo, para responder a la pregunta, el que Sócrates le dé prioridad, en el tratamiento de la dolencia de Cármides, a la bienestar del alma (156d3-157c2). En efecto, dicha preocupación se corresponde con la de la virtud 1 . Sócrates hace explícito cómo este miramiento se lleva a cabo por medio de “ensalmos”, buenos discursos, y, más adelante (172a), da pistas acerca de lo que quiere decir con “discurso”: parece referirse a arrojar un conjunto de proposiciones acerca de un determinado asunto para posteriormente revisar su consistencia lógica. Visto así el epíteto de “bueno” haría referencia a la solidez argumentativa del discurso. De lo anterior puede entreverse una suerte de teoría de la verdad en tanto que aproximación continua a un discurso absolutamente infalible. De manera que la continua búsqueda de la verdad parece ser el modo de hacer mejor el alma. Sin embargo, parece que definirlo así es demasiado vago, en tanto que admite discursos de cualquier índole que no necesariamente involucren el mejoramiento del alma. No obstante, lo anteriormente dicho implica que el conocimiento alcanzado no puede ser de tipo técnico, no se trata allí de una habilidad, puesto que exige justificación. Allí mismo, Sócrates permite delimitar el tipo de discursos que anda buscando: se trata de aquel que se ocupa del trato con los demás y, si se observa la Apología, del saber práctico en general 2 . Lo anterior no implica necesariamente que se excluya todo otro conocimiento sino, más bien, que su principal utilidad es esa. En el mismo párrafo, Sócrates da pistas de la relación entre “bien” y “verdad”, en tanto que esta implica aquel. Ciertamente, saber cual es la acción correcta en una determinada situación esta intrínsecamente relacionado con poseer un conocimiento veraz, por lo menos, del saber de los demás, de lo que parece seguirse que no es posible actuar en contra de lo que se sabe, de lo que se tiene por verdadero. De manera que el cuidado del alma, parte fundamental de la virtud si se tiene en cuenta lo dicho en la Apología, parece corresponderse con un “cuidado” de las opiniones y creencias, de su análisis lógico. Es ademas importante hacer hincapié en el hecho de que la discusión se torna en una cuyo objeto es el saber, en razón de haber establecido la sensatez como un tipo de conocimiento, definición que no solo está de acuerdo con lo dicho más arriba sino que plantea una suerte de identificación entre virtud y conocimiento. En efecto, al principiar el diálogo, Sócrates advierte cómo el buen discurso, esto es, la construcción de una argumentación sólida que soporte la definición de un concepto, es el modo de tratar el alma, de hacer lo mejor posible. Así, dado que el fin de la argumentación es una proposición o un conjunto de ellas que no pueda recibir contra-ejemplos (si se tiene en cuenta el modo de argumentación socrático), que es lo mismo que un conocimiento verdadero y justificado y que, por otro lado, la virtud, entendida como el mejor estado posible del alma, implica haber alcanzado los mejores discursos posibles, virtud y conocimiento deben corresponder. En conclusión, los vínculos que se establecen entre virtud y conocimiento son de tres tipos, en primer lugar, hay una relación de implicación en tanto que el conocimiento aparece como condición necesaria para el ser virtuoso; en segundo, hay una relación de identidad en el método de “consecución” de ambas cosas y, finalmente, una relación de identidad entre ambas cosas, aunque probablemente no sea total. 1 Véase, Apología de Sócrates 29d5-30c1. 2 Véase Ídem. 21e3-22e3.

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Page 1: Breve III

Platón C.F.A Universidad Nacional de ColombiaJuan José Limas Becerra 23 de febrero del 2016

• ¿Como vincula Sócrates la virtud y el conocimiento?

En primer lugar, resulta significativo, para responder a la pregunta, el que Sócrates le dé prioridad, enel tratamiento de la dolencia de Cármides, a la bienestar del alma (156d3-157c2). En efecto, dichapreocupación se corresponde con la de la virtud1. Sócrates hace explícito cómo este miramiento se llevaa cabo por medio de “ensalmos”, buenos discursos, y, más adelante (172a), da pistas acerca de lo quequiere decir con “discurso”: parece referirse a arrojar un conjunto de proposiciones acerca de undeterminado asunto para posteriormente revisar su consistencia lógica. Visto así el epíteto de “bueno”haría referencia a la solidez argumentativa del discurso. De lo anterior puede entreverse una suerte deteoría de la verdad en tanto que aproximación continua a un discurso absolutamente infalible. Demanera que la continua búsqueda de la verdad parece ser el modo de hacer mejor el alma. Sin embargo,parece que definirlo así es demasiado vago, en tanto que admite discursos de cualquier índole que nonecesariamente involucren el mejoramiento del alma. No obstante, lo anteriormente dicho implica queel conocimiento alcanzado no puede ser de tipo técnico, no se trata allí de una habilidad, puesto queexige justificación. Allí mismo, Sócrates permite delimitar el tipo de discursos que anda buscando: setrata de aquel que se ocupa del trato con los demás y, si se observa la Apología, del saber práctico engeneral2. Lo anterior no implica necesariamente que se excluya todo otro conocimiento sino, más bien,que su principal utilidad es esa.

En el mismo párrafo, Sócrates da pistas de la relación entre “bien” y “verdad”, en tanto que estaimplica aquel. Ciertamente, saber cual es la acción correcta en una determinada situación estaintrínsecamente relacionado con poseer un conocimiento veraz, por lo menos, del saber de los demás,de lo que parece seguirse que no es posible actuar en contra de lo que se sabe, de lo que se tiene porverdadero. De manera que el cuidado del alma, parte fundamental de la virtud si se tiene en cuenta lodicho en la Apología, parece corresponderse con un “cuidado” de las opiniones y creencias, de suanálisis lógico.

Es ademas importante hacer hincapié en el hecho de que la discusión se torna en una cuyo objeto es elsaber, en razón de haber establecido la sensatez como un tipo de conocimiento, definición que no soloestá de acuerdo con lo dicho más arriba sino que plantea una suerte de identificación entre virtud yconocimiento. En efecto, al principiar el diálogo, Sócrates advierte cómo el buen discurso, esto es, laconstrucción de una argumentación sólida que soporte la definición de un concepto, es el modo detratar el alma, de hacer lo mejor posible. Así, dado que el fin de la argumentación es una proposición oun conjunto de ellas que no pueda recibir contra-ejemplos (si se tiene en cuenta el modo deargumentación socrático), que es lo mismo que un conocimiento verdadero y justificado y que, por otrolado, la virtud, entendida como el mejor estado posible del alma, implica haber alcanzado los mejoresdiscursos posibles, virtud y conocimiento deben corresponder.

En conclusión, los vínculos que se establecen entre virtud y conocimiento son de tres tipos, en primerlugar, hay una relación de implicación en tanto que el conocimiento aparece como condición necesariapara el ser virtuoso; en segundo, hay una relación de identidad en el método de “consecución” deambas cosas y, finalmente, una relación de identidad entre ambas cosas, aunque probablemente no seatotal.

1 Véase, Apología de Sócrates 29d5-30c1.2 Véase Ídem. 21e3-22e3.

Page 2: Breve III

Bibliografía

• Platón (2011). Diálogos, Vol. I, Apología de Sócrates. Madrid, Ed: Gredos.• ––––– (2011). Diálogos, Vol. I, Cármides. Madrid, Ed: Gredos.