breve historia económica del ecuador - alberto acosta

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"La economía como ciencia no puede entenderse despojada de su contenido histórico. Los acontecimientos presentes tampoco son legibles son comprender su pasado. Tanto es así que se podría afirmar que la historia en la economía cumple el papel del agua en la navegación, como solía decir el economista argentino Pedro Paz. Es, entonces, innecesario resaltar la significación de un acercamiento histórico para comprender la evolución económica de la República del Ecuador. No hay historia sin economía.Si se recuerda, además que la economía es una ciencia social y que la historia estudia la realidad social en el tiempo, una historia económica debe tener presente las exigencias sociales del presente. Eso es lo que se intenta con este texto, revisar la evolución de la sociedad ecuatoriana con énfasis en los aspectos económicos.En ese orden de reflexión, este libro presenta una breve visión interpretativa de las modalidades de acumulación y de las relaciones sociales dominantes en todo el periodo republicano, determinadas en última instancia por la dinámica del capitalismo metropolitano. Desde esta perspectiva se busca entender las tendencias básicas de un proceso social en permanente transformación y no un simple recuento de acontecimientos o una enumeración de personajes." - https://www.flacso.org.ec/biblio/shared/biblio_view.php?bibid=111157&tab=opac -

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  • Alberto Acosta

    BREVE HISTORIA ECONMICADEL ECUADOR

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    CORPORACiNEDITORA NACIONAL

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  • rCORPORAC~10N ,EDITORA NACIONAL;* 1 .,_, )1 \ ' .. . .Hernll Malo (ion'lale? (193 1-1!)83)

    PresidenTe Fundador

    fxnesto Alhn GnlczPreside!~te .

    Luis Mora OrH~ga (Directo~ Ejecuivo

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    (La LJ1BUOTCA GENERAL DE C(j1.rURAse publica bajo el'aus(jjci() de:

    II'~ FUNDACION HERNAN MALO

  • Primera edicin: 1995Segunda edicin; 2001Novena reimpresinISBN: 997884-289-6Derechos de autor: 008731 Depsito legal: 000688Impreso en el Ecuador, febrero 2006

    Corporacin Editora NacionalRoca E959 y Tarnayo, telfs.: (593-2) 255 435~. 255 4558fax: CXl. 12, e-mail: [email protected]~ Quito-Ecuador

    Impresin: Ediciones Fausto Reinoso, Av. Rumipamba E135Y10 de Agosto, of. 203. Quilo

    Supervisin editorial: Jorge Ortega Cubierta: Edwin Navarrete Armado: Taller de la Corporacin Editora Nacional

  • .CONTENIDO

    Introduccin ~ _......... 9Una reflexin inicial ~....................................................... 15

    l. LOS REZAGOSDE LA l\10'DALII)AI) COLONIJ\L

    La herencia ':'de la Coloniay de las guerras indcpendentistas.... 23La hacienda corno ul eje de fa acumulacin 30La lenta configuracin del modelo agroexportador.............. 37Consolidacin del Estado oligrquico terrateniente 41Las bases para el posterior auge cacaotero........................... 44Las primeras e intiles renegociacionesde la deuda extenla 50

    2. LA l\'fODALlnADPRIl\1,ARlO-EXPORTADORA

    Incorporacin definitiva del Ecuador al mercado mundial .. 58De crno con el sucre se aceler la l11odcnlizacin.............. 62Un corte a la "deuda gordiana" 67El ferrocarril, la gran obra del tornasiglo 69Algunos rasgos de la visin estratgica de Alfaro.j.............. 73Del fin de In bonanza cacuotera a la crisis prolongada ........ 80El fin de la dominacin plutocrticay la ~1sjn Kemrnerer 85El parntesis de la Segunda Guerra Mundial....................... 93La llegada (le las grandes compaas extranjeras 95

  • 6El banano impulsa e integra al pas 9880001 bananero y renegociaci6n de la deuda externa. 106El aparecimiento del FM I 108

    3. EL ~10DELO DE INDUSTRIALIZACINPOR SUST[l~UCIN DE 1I\1PORTACIONES

    Un pr.imer intento serio de industrializacin 111De pobretn bananero a nuevo rico petrolero... I 19Cundo el petrleo nos llev a las puertas del paraso...... 128gl Estado petrolero al servicio del sector privado................ ]3]El- fin de 1:1 euforia petrolera 137pe cmo se infl y explot la deuda externa 145

    4. HJ\CIA UNA l\10DALID/\DDE [~ErRrMARlzAClN i\'IODERNIZAOA

    Los alcances del \VC 157Los primeros pasos del ajuste neoliberal.............................. 161Rasgos sobresalientes del ajuste tortuoso 168La arremetida ncolibcral.. . 182Causas y caractersticas de la crisis del tornasiglo t95Principales resultados del ajuste estructural......................... 202

    5. ECUADOR. EN I..A TRAiVlPADE ~A DOLARIZACIN...

    Tribulaciones e intereses que provocaron la decisin 240Los riesgos propios de la dolarizacin 243A modo de prlogo para la historia que vendr... 253

    Glosario de trminos bsicos 267Cronologa , 3] 5Jefes de Estado del Ecuador 343Cuadros .._,.............................................................................. 35 JBibliografa ~ _, 385El autor.................................................................................. 403

  • A las profesorasy Los profesores del Ecuador

  • INTRODUCCIN

    "La historia es la enseanza del porvenirsignororlos tiempos pasados es no ser aptos p"ara los venideros",

    Juan Monta Ivo. US CATlUNARIAS ( I &80-8I )

    La economa como ciencia no puede entenderse despo-jada de su contenido histrico. Los acontecimientos presen-tes tampoco son legibles sin comprender su pasado. Tantoes as que se podra afirmar que la historia en la economacumple el papel del agua en la navegacin, C0l110 sola de-cir el economista argentino Pedro Paz. Es, entonces, inne-cesario resaltar la significacin de un acercamiento histri-co para comprender la evolucin econmica de la Repbli-ca del Ecuador, No hCJY historia sin economa.

    Si se recuerda, adems, que la economa es una cienciasocial y que la historia estudia la realidad social en el tiem-po, una historia econmica debe tener presente las exigen-cjas sociales del presente, Eso es lo que se intenta con estetexto, revisar la evolucin de la sociedad..~f=!!,;;l!.oriLJ.na connfasis en los aspectos econmicos.

    En ese orden de reflexin, este libro presenta una brevevisin interpretativa de. las modalidades de acumulacin yde las relaciones sociales dominan les en todo el perodo re-publicano, determinadas en ltima instancia por la dinmi-ca del capitalismo metropolitano. Desde esta perspectiva sebusca entender las tendencias bsicas de un proceso socialen permanente transformacin )' no un simple recuento deacontecimientos o una enumeracin de personajes.

    Por la propia complejidad de la sociedad, no se pueden

  • 10asumir sinbeneficio' de.i nventano las diversas leyes y mo-delos econmicos con los cuales se cree poder expresar lasregularidades del proceso. Siendo tiles para el anlisis, es-tos rnodelos y teoras tienen una relativa aplicabilidad en lacoyuntura y ms limitada an en el tiempo. Adems, no se

    .puede olvidar que las teoras entran y salen de moda segnsirven a los intereses ms poderosos en ese momento,

    As las cosas, escribir una historia de la economa repu-blicana es una tarea compleja. En primer lugar su periodi-zacin puede resultar arbitraria, pues es diffcil distinguircon....claridad [oseones en!re las diversas modalidades de

    ..acumulacin. Tambin la priorizacin del nexo externo mi-nimiza 'oLroLelem_~n_tos propios de la rica y a ratos contra-dictoria estr.uctura.. regional del pasrsin embargo. esta op-cin no es totalmente errada si se considera que los vaive-nes de la economa ecuatoriana coinciden en forma bastan-te..ntida con las diversas ondas cclicas del capitaiisrno

    -rnundial. Ms an, cuando el comercio exterior 'na -coristi-ruido una suerte de velas para el navo, que representa laeconoma nacional, tal como lo grafic Germnico Salga-do, uno de los economistas ms destacados de la segundamitad del siglo XX.

    Por todas estas razones, reforzando el carcter sociaJ.j~laeconoma, sta es una interpretacin comprometida de 'laevolucin econmica de la Rcpbl ica del Ecuador desde su

    . independencia hasta la claudicacin eje su poltica rnoncta-ria y cambiarla, con la dolarizacin oficial. En este texto,fuego de repasar en los tres primeros captulos la evolucinde la economa en el siglo XIX y en gran parte del sigloXX, se da paso a un cuarto captulo dedicado espccialmen-te a analizar la etapa del ajuste ncoliberal, por considerarque su influencia es decisiva para el futuro del pas.

    Esta es una historia con opinin y escrita con pasin,aquel "sustento del pensamiento y de la accin, sin el cualnada en la vida merece la pena ser emprendido", como re-

  • 1J

    cornendba el querido -amigo Alfredo Pareja Diezcanseco,cuya influencia es decisiva en mi preocupacin por la his-toria. Este es LID esfuerzo por interpretar la historia, no sim-plemente por contar la historia; es un ejercicio para ihternardescubrir la verdad, no para ocultarla.

    Es imposible aislarse de la angustia humana para de-mostrar objetividad, como sucede con frecuencia en estosdas. Menos an si en lodo el perodo analizado, en un pascorno el Ecuador, con una notable y variada dotacin de re-cursos naturales, la mayora de habitantes ha sido y siguesiendo pobre, mientras que .solo-la -rninoriaes.cada vez.mskric~

    Esto es lamentable si se considera que con una real re-distribucin de la riqueza de por medio y el establecirnien-ro de un proyecto nacional de largo aliento para participaractiva e inteligentemente en el mercado mundial, hubierasido viable la construccin democrtica de bases slidas pa-ra el desarrollo y para la adecuada satisfaccin de las nece-sidades bsicas de todos Jos ecuatorianos. En estas condi-cienes, el desafo no ha sido simplemente econmico, sinoque por el contrario ha sido siempre un reto poltico.

    Esta realidad requiere una explicacin histrica y nosimplemente una descripcin ms o menos cronolgica deacontecimientos, con la cual, en la prctica, se estara asu-rniendo una actitud c6mpl ice. Aqu no se resalta el accionarde personajes aislados COIllO que ellos solos son los que ha-cen y deshacen las polticas. Aqu se busca comprender elproceso social, destacando sus problemas y sus logros.

    Este cs. adems, un trabajo destinado a un pblico am-plio, sin que por esto se haya sacrificado la rigurosidad in-vestigativa. El-lenguaje claro y sencillo no es sntoma dedeficiencia, como pueden creer muchos expertos C0111pro-metidos con el sistema dominante. Por el contrario, sta esla forma adecuada para combatir el aburrimiento en el estu-dio de la economa y para superar los artificios y sofismas

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    que ocultan las explicaciones que impiden entender las de-sigualdades y las injusticias. Un lenguaje fcil, que.hace en-tendible lo complejo, es por as decirlo una ~ucrte de 1lavemaestra para abrir aquella "caja negra", a donde con rre-cuencia van a. parar los principales ternas econmicos y endonde, por ende; se ocultan innumerables atropellos y di-versas formas de corrupcin, as corno las complicidadesexistentes entre los dogmas vigentes y los ~te~~ses particu-lares--:- -----. - -- - --

    "En suma, sta es una breve historia para empezar a com-prender mejor el Ecuador. Es 'un Jibro dedicado-a profeso-ras y profesores del Ecuador, pero escrito para la juventud,propietaria del luturoy sujeto de:' cambio del presente. Ju-"cl@d que se.forma, cn gr~l! medida, con textos elaboradosen los pases "de.sarrollados"_y que tiendea considerar quel;-icora ec...onrnica inl-p~r.tada~ tiene un va)or-~~-i~;rsal.

    .Sin IJ.9g-Lla importancia de dichos textos y an.la-luci-~ -. . .. ---. --=----

    .. ~le~eJ~)s tratadistas ex~r:a~es, hay que reconocer que susaportes sencillamente no han sido de gran relevancia paraAmrica Latina en general y para el Ecuador en particular.Son textos ajustados a realidades ajenas a las que se vivenen estas latitudes. Son reflexiones sobre esquemas basadosen supuestos distantes al ecuatoriano y que no recogen ni lagravedad de las crisis que ha atravesado el pas, IJi propo-nen alternativas ajustadas a dicha realidad. An libros re-cientes, con aproximaciones sobre la situacin de Jos paseslatinoamericanos. han sido aportes de expertos forneos.Aportes que no contribuyen a la construccin de opcionesdiferentes, pues, en su mayora, salvo ciertas excepciones,'Se {imitan a presentar un solo en foque, con lo cual se con-solida el llamado "pensamiento nico", que tanto dao cau-saen la prctica a Jos pases subdesarrollados y qu 'ca~tra1'3 capacidad~ respuesta de sus sociedades.

    No se puede concluir esta introduccin sin antes insistiren.. la necesidad de profundizar el estudio de la historia eco-

  • 13nmica del Ecuador. Conocer la historia nacional, discutir-la y comp.~en~er1a, puede ser- iin pri rner pa_~o~~ra-U~rearHleorla propia. Si los nuevos economistas tienen que "apren-

    dcr"acrear teora econmica, tambin deben ser crticoscon los instrumentos y teoras "forneos", para desde all,en un proceso dialctico de debate y aprendizaje continuo,proponer soluciones. Yeso solo ser posible conociendo lahistoria econmica del Ecuador, de la regin y del Inundo.

    En este aporte, como se puntualiz inicialmente, se hapreferido el anlisis a partir del estudio de las diversas mo-dalidades de acumulacin existentes. Esta aproximacin,por cierto, no niega otras perspectivas y otros enfoques quepodran ser considerados: la discusin de las polticas eco-nmicas aplicadas en el pas enmarcada en las sucesivas es-cuelas de pensamiento dominante: la evolucin rnacroeco-nmica y el desenvolvimiento, muchas veces conflictivo,de las diversas regiones nacionales; la int1uencia del FMJen la economa y sociedad ecuatorianas, a partir de las con-diciones impuestas y que se han plasmado en varias Cartasde Intencin: un estudio comparativo de las diversas polti-cas monetarias aplicadas en las crisis experimentadas du-rante el siglo XX; una relectura de la economa republica-na a la luz de la sustentabilidad ecolgica; la vinculacincomercial y financiera del Ecuador con el mercado mun-dial, diferencindola entre las diversas regiones y continen-tes: la interrelacin entre formas capitalistas y comunitariasde produccin; entre otros muchos ternas.

    Finalmente, muchas personas merecen mi agradeci-miento, no necesariamente por su aporte directo en la pre-paracin de este trabajo, sino por su contribucin perma-nente en este camino nunca acabado de aprender y reapren-

    . dcr la realidad ecuatoriana.En esta ocasin agradezco por el aporte brindado para Jap(~Qaraci6n de la primera versin de este texto, concluidaen l'995, a Enrique Ayala Moca por sus valiosas sugeren-

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    clas, a Juan Falconf Morales por su invalorable apoyo en larevisin del glosario bsico, a Mara Dolores Grnez de laTorre por sus inteligentes consejos para mejorar' la presen-tacin didctica de este trabajo y a Mara Caridad Araujopor su entusiasta colaboracin para completar los cuadrosestadsticos y el glosario bsico, destinado a-facilitar la lec-tura de este libro.

    Para esta segunda edicin han sido valicsas las contri-buciones de Juan Paz y Mio, as C0l110 el aporte de DavidVillamar, quien revis y actual iz los cuadros estadsticos,e,1 glosario y la cronologa. Y, una vez, ms, destaco la in-fluencia permanente de Jrgen Schuldt, maestro, cornpae-ro y sobre todo amigo.

    Alberto AcostaSeptiembre del 2001

  • UNA R.EFLEXIN INICIAL

    El Ecuador ha transitado por diversas modalidades deacumulacin tal corno sucedi con los otros pases latinea..mericanos.

    Cada una de esas modalidades ha estado ntimamenterelacionada con diversas alianzas hegemnicas de Jos gru-pos dominantes, con una estructura peculiar de Estado ycon configuraciones especiales de polica econmica. Asmismo, estas modalidades han gestado diversas formas deinterrelacin de las distintas regiones del pas y, en particu...lar, han tenido formas propias de articulacin con el merca-do mundial.

    De esta manera, desde sus orgenes la economa de laRepblica del Ecuador ha atravesado por una serie de pe-rodos de auge y crisis, estrechamente vinculados a los ci-clos de las economas capitalistas centrales; vnculo que nose limita simplemente a las relaciones econmicas, sino quese completa con lodos los elementos -policos, sociales,culturales- que configuran el poder mundial. Este cornple-jo proceso cobr fuerza en Ja medida en que se consolidabay difunda el sistema capitalista y la economa ecuatorianase integraba al comercio mundial.

    Por eso resulta bastante acertada la afirmacin de AndrA. Hofrnan, quien seala que las fases del desarrol lo ecua-toriano "coinciden en forma muy ntida, por ser ste un pas

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    muy receptivo, con los yaivcfJe~ ..coyunturales......mundiales".En especial, las crisis del capitalismo ccarori~nose11nproducido ligadas a las crisis del' capitalismo norteamerica-no. Situacin que explica, en gran medida, las actuales li-mitaciones de este capitalismo, lo que, de ninguna manera,puede llevar a sobredirnensionar la influencia externa en laevolucin econmica nacToii-;.

    Adems, sin minimizar la consideracin anterior, estarelacin con el mercado internacional no tendr siempre lasmismas repercusiones en la economa ecuatoriana como lasque tuvo con los otros pases de la regin, debido a diver-sas caractersticas propias del pas.

    Por eso, para este breve enfoque de la historia econrni-ca de la Repblica se asumen cuatro perodos, cuyos lmi-tes no estn claramente delineados en el tiernpo y que, porel contrario, ofrecen ms de una sobreposicin o aun cier-tos saltos temporales.

    Recurdese que luego de superada una fase plagada porlos rezagos coloniales (1)~ el" pas entr con fuerza en unamodalidad primario-exportadora (2). 1V1s tarde que en losotros pases de Amrica Latina, el Ecuador intent avanzarcon una modalidad de industrializacin por la va de la sus-titucin de importaciones (3). Hasta llegar, al finalizar el si-glo XX, a lo que se definira como un proceso de transicinhacia una reprirnarizacin modernizada de su economa, elajuste neoliberal (4).

    Esta diferenciacin que recoge varios aspectos propios'" ." de la realidad ecuatoriana, se inspira en la propuesta reali-

    .-"'.. zada por Jrgen Schuldt para analizar las modalidadcs deacumulacin del capitalismo en los pases latinoamerica-nos. La principal diferencia con el esquema planteado porl radica en la incorporacin deun punto adicional: el reza-go del modelo colonial. debido a caractersticas propias quese explicitarn ms adelante.

    As las cosas, la transferencia de una modalidad.de acu-._--- ~""""--

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    rnulacin a otra, viene determinada por la dinmica socio-poltica interna, influida por las modificaciones del capita-lismo a nivel mundial.

    Siguiendo en la misma lnea de reflexin, cada estructu-ra econmica tiene su contrapartida en la estructura social,debindose identificar en cada caso las fracciones de la cla-se dominante, las capas en ascenso, los grupos subordina-dos y los estratos "marginados" del sistema econmico ypoltico. Esto tiene como objeto distinguir las contradiccio-nes socio-polticas inherentes a cada modalidad o rgimensocial de acumulacin, centrando el anlisis en la genera-cin propia de nuevos grupos sociales y configuracionessociopoJticas que cuestionan el modelo de acumulacin vi-gente.

    Entonces resulta muy importante entender adecuada-mente el proceso de transicin de una modalidad de acumu-lacin a otra -as como la dinmica sociopolftica inherentea cada una de ellas- lo-cual-implica considerar correcta-mente la compleja mediacin entre lo econmico, lo socialy lo poltico; es decir, la interaccin entre la estructura eco-onmica, las clases y el Estado.

  • 1LOS REZAGOS DE LAMODALIDAD COLONIAL

    Las dificultades registradas durante el siglo X\'III, pro-ducidas especialmente por la ruina de la economa obrajeray por la contraccin de la actividad minera que sostena laexportacin de metales preciosos, incidieron en la estructu-ra del poder colonial. A esto se sumaron las reformas bor-bnicas, que provocaron una serie de reacciones econrni-CJS y polticas, algunas de ellas violentas: el establecirnien-to de tributos, por ejemplo el estanco de aguardiente, oca-sion la "rebelin de los barrios en Quito, en 1765.

    Adicionalmente influyeron varios acontecimientos en elcontinente europeo que debilitaron la posicin de Espaa,sobre todo por la invasin napolenica a la Pennsula Ibri-ca que trascendi el campo netamente militar, lgualmemehay que tener-presente, para entender Jos cambios 'de esosaOS4 al ~~i~nt~__poderte comercial britnico, empeadoen disputar espcio a la corona espaola.

    En estas condiciones perdieron terreno los representan-tes directos-de I(J metrpoli en el manejo de la economa delas colonias americanas y se consolid el poder de los gru-pos propietarios criollos, especialmente a base del sistemahacendario que at, a travs del concertaje. la fuerza de tra-bajo indgena liberada de los obrajes.

    Hasta que lleg el momento en que Jos latifundistas lo-cales, alrededor de los cuales comenz a reestructurarse eJ .

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    poder econmico colonial, decidieron acceder al poder po-lico para ampliar sus horizontes comerciales y financie-ros. Por estas razones, el esfuerzo independentista encon-trara en estos grupos su fuerza inicial, a la cual se adhirie-ron posteriormente otros sectores medios urbanos, que po-co a poco fueron venciendo su reticencia a participar en lalucha.

    En este contexto, las masas indgenas, protagonistas dediversos alzamientos y protestas en varios episodios de lavida colonial, mantuvieron una posicin bastante pasiva,puesto que "haba la conciencia de quienes eran los benefi-ciarios de la autonoma, justamente los terratenientes quehaban contribuido a la sangrienta represin de esos alza-mientes" (Ayala 1993: 56).

    En estas condiciones) "la principal experiencia comnque empiezan a compartir los distintos grupos dominantes

    ...-r..egionales .que constituyen la Repblica del Ecuador enJ830 es la administracin de su Estado, en la cual incorpo-ran su experiencia anterior (en varios aspectos no se produ-ce una ruptura radical con el pasado colonial) y aprenden aenfrentar la nueva situacin poltica. En ese proceso, en esaexperiencia, se van a ir..homogeneizando como clase dorni-nante del conjunto de la formacin social ecuatoriana a laque expresa ese 'Estado, pero ello no va a ocurrir de un mo-mento a otro, sino con avances y retrocesos, con pugnas"(Vega 1991: 12-13).

    El historiador Heraclio Bonilla, en una ponencia sobre"La revuelta por la Independencia en Hispanoamrica",puntualiza con claridad el que sta no cambi las condicio-nes para los indgenas, pues "300 aos no pasaron en vano.(... ) el desmantelamiento del sistema poltico en modo al-guno signific la erradicacin compJeta de las bases econ-micas y sociales que garantizaron la perdurabilidad del sis-terna imperial, sobre todo en aquellos pases con una densapoblacin nativa y cuya central idad para Espaa haba de-

  • 21

    terminado que las instituciones se enraizaran mejor. (... )As corno Espaa supo aprovechar mecanismos e institu-ciones pro-hispnicas para asentar su gobierno, a partir dela Independencia, las oligarquas criollas supieron aprove-char mecanismos coloniales para garantizar y, sobre todo,sacralizar su dominio",

    En este punto hay que rescatar la vinculacin de lo queAnbal Quijano entiende como "la colonialidad del poder"y el desarrollo. Corno se vio, los herederos directos de loscolonizadores se hicieron del poder colonial al inicio de laRepblica, situacin que, ya sin injerencia alguna de la Co-rona, les facilit inclusive acentuar su poder.

    No simplemente se estructur un remozado dominio po-ltico y econmico sobre las bases coloniales (cuya signifi-cacin merece ser estudiada ms detenidamente ;11 igualquc los elementos constituyentes de las economas indge-nas, sobre todo sus rasgos comunitarios, 'que an estn pre-sentes al inicio del siglo XXI). El aspecto cultural (tnico-racial) de este complejo perodo de transicin, que se pro-yecta en el Ecuador de inicios del tercer milcnio, juega tarn-bin un papel bsico para entender la evolucin de las pri-meras horas poscoloniales y aun para comprender 01 desa-rraigo de sus entes, durante todos los aos de vida republi-cana. Recurdese que los protagonistas del proceso inde-pendentista en el Ecuador fueron poderosos latifundistas,que provocaron el derrocamiento de las autoridades colo-niales de la Real Audiencia de Quito, el 10.9~ Agosto de1809. Muchos lderes de la revuelta contra el poder colo-nial, conjuntamente con algunos intelectuales venidos delas clases medias, fueron masacrados por las trops realis-tas el 2 de Agosto de 1810 en Quito, cegando lo que pudohaber sido un ncleo dirigente ms homogneo.

    Todo lo cual, produjo un desencuentro entre "la origina-lidad y la especificidad de la experiencia histrica I~amadaAmrica Latina-y la.configuracin euroccntrista ~e la pers-

  • 22pectiva dominante", que es la que se impuso y la que, ana principios del siglo XXI, "sigue tratando de 'leer' esa rea-lidad (la realidad nacional, NdA) como-si-fuera-Europa" ocomo-si-fuera-Estados Unidos: la realidad modernizada delos sectores dominantes. Por otro lado, como elemento dela misma complejidad, hasta ahora se mantiene la "insana-ble lacra de la percepcin eurocentrista del dominante so-bre el dominado, que bloquea la admisin de la' dominadocomo otro sujeto" (Quijano 1994).

    Quizs una de las manifestaciones ms radicales de es-ta colonialidad es la dolarizaci6n, que implica la adopcinde una moneda extranjera, el dlar. y la renuncia de la mo-neda nacional, el sucre, con todas las secuelas que esto im-plica.

    De suerte que la colonialidad ha perdurado en estos pa-S(tS corno una base del poder y a la vez corno causa de de..bilidad estructural. Esto explica el por qu la suerte de losdominados preocupa realmente a los dominantes solo cuan-do sta puede afectar sus intereses. Lo cual "bloquea, todoel tiempo, la posibilidad real de modernidad estructural yglobal de esas sociedades" (Quijano 1994).

    Esto hace de estas sociedades espacios de confrontacinradicales y muy conflictivos, lo que refleja la inestabilidady fragilidad de los procesos econmicos. y esto aclara, tam-bin", la debilidad estructural de todas las elites, en particu-lar de las econmicas, concretamente de los empresarios,para -pensaren un proyecto nacional que beneficie a toda lapoblacin, aun con todas las diferencias y contradiccionesexistentes dentro del propio sistema capitalista.

  • ~L!-!. (~() - P:~!l~t~ca23

    LA HERENCIA DE LA COLONIAY DE LAS GLrERRAS JNDE'PENDENTlSTAS

    Tngase presente que en 1830 el Ecuador se constituycomo Repblica independiente, a partir de lo que haba.si ..do el antiguo Reino de Quito y luego la Real Audiencia deQuito, en plena crisis econmica del sistema capitalista enEuropa, heredando las pesadas cargas de la.Colonia y tam-bin de Jos largos aos de costosas guerras independentis-tas.

    En este punto vale la pena sealar que el parntesisgrancclombiano, aquel perodo de transicin de la coloniaa la Repblica ecuatoriana, estuvo signado por las guerrasde la Independencia y sobre todo por el enorme esfuerzoblico que realiz el Departamento del Sur o Departamen-to del Ecuador, transformado en un gran campamento pararecoger y preparar los recursos necesarios en la guerra con-tra los espaoles en el Per y Bolivia (T.....una Tobar 1986);

    En-la prctica fue limitada la influencia de la Gran Co-lornbia en,trminos de construccin de una identidad nacio-nal y de gefinicin de un espritu estatal realmente tiberta-no. g..Salvo quizs algunas regulaciones bolivarianas quemarearon tendencias bsicas, como fue, porejemnlo. el Re-glumentd sobre Minas, expedido por Simn.Bohvar en QUI-to, eJ 24" de octubre de 1829, en el cual se manifestaba que"las-minas de.cualquier clase corresponden a la Repblica".

    : En.la epoca bolivariana, el primer nexo con la economamundial fue creado ~.0.r: las necesidades blicas que obliga-ron a contratar crditos-en el exterior para la compra de ar-mamemos, La deuda externafue entonces uno de los maca-nisrnos primigenios que sirvi orgnicamente a los intere-ses del capital internacional, que comenzaba en esa poca afuncionar con una lgica ms totalizadora.

  • 24Paralelamente,el Ecuador. a base de sus exportaciones de

    productos primarios -su cacao ya era conocido en el comer-cio colonial- comenz a integrarse al mercado mundial, en elcual predominaba la influencia de la Gran Bretaa. Y bastan-te ms tarde recibi el flujo de algunos capitales de pocos in-versionistas britnicos, franceses y alemanes, a los cuales sesumarian despus los provenientes de los Estados Unidos.

    En este contexto, luego de la separacin de Espaa, laeconoma ecuatoriana, incorporada a la reproduccin inter-nacional del capital por la penetracin, la expansin y lacompetencia de los diversos intereses mercantiles y finan-cieros, determinados por las potencias capitalistas de prin-cipios del siglo pasado, experiment pocas variantes.

    La primera etapa de la Repblica -como anot el gene-ral liberal Emilio Mara Tern en J896- estuvo plagada delos vicios de la Colonia, de los desafueros de un "rnilitaris-mo prepotente" y de un "sacerdocio sacrlego"; cuya "rela-jacin" -segn el historiador conservador Luis RobalinoDvila- durara al menos los primeros treinta aos de la Re-pblica. Adems, no pueden pas~r desapercibidas todas lasdificultades sufridas en grandes extensiones del pas por lasguerras de la Independencia, que ya tenan estructuras eco-nmicas marcadas por la heterogeneidad y con fuerzas pro-ductivas estancadas.

    Entonces, con la independencia poltica del Ecuador,accedi al poder una alianza sociopoltica conformada porla oligarqua terrateniente e importadora, con el respaldo delos restos del militarismo grancolombiano y del clero, queinstrumentalizaron en su beneficio gran parte del aparatocolonial heredado. Esta alianza sera la que tratara de ins-trumentar "su propio proyecto nacional", o sea "el proyec-to estatal terrateniente". De esta manera, segn Silvia Vega,que difiere presentando interesantes argumentos de otrasinterpretaciones sobre los primeros aos de vida de la Re-pblica, a partir de 1835, habra existido "un intento lcido

  • 25

    y consciente de la clase terrateniente de cohesionar nacio-nalmcnte, desde el Estado central a toda la sociedad, subor-dinando y funcional izando a los poderes locales y al poderde ciertas corporaciones -como la Iglesia y el Ejrcito- ba-jo la direccin poltica estatal" (Vega 1991: 18).

    Este escenario estuvo plagado por una marcada debili-dad econmica, la anarqua y cl despotismo, que no rnodi-ficaron cl anterior sistema de dominacin y servidumbre.Sistema que se recre en instancias regionales con diversascaractersticas e intereses, pero que mantuvo inalterada lanegacin colonial de la calidad de sujetos a los indgenas.

    A esto se SUl11an "las repercusiones de la pertenencia ala Gran Colombia (que) se dejan sentir todava en el primerlustro 1830-1835, particularmente por la indefinicin terri-torial, por la expectativa de Confederacin con Nueva Gra-nada que subsiste hasta (832, Y porque las alianzas y con-frontaciones de poder en el norte se reflejan en acontec-mientes polticos en el Ecuador" (Vega 1991: 2 J).

    Esta configuracin de complejos y hasta contradictoriosintereses, consolidara paulatinamente, en el transcurso delas primeras dcadas de vida republ icaria. una dbi I basepara el establecimiento del Estado. Situacin que se conju-gana en una modalidad dependiente de acumulacin prima-rio-exportadora o de "crecimiento hacia afuera" sustentadaen la estructura colonial, que permiti a los sectores hcge-mnicos reforzar su dominio a escala nacional o regional.

    El trasvase regional de los problemas fue otro de 195mecanismos a travs de los cuales las dificultades econ6rni-cas de una regin se compensaban con el auge de otra, unfenmeno que se ha mantenido a lo largo de la Repblica.Igualmente fue importante la interrelacin de las diversasregiones del pas con zonas cercanas en Per o Colombia,con las cuales, en esos largos y complejos aos de transi-cin de la Colonia a la Repblica, se establecieron una se-rie de vnculos productivos y comerciales.

  • 26

    En este contexto, a pesar de la liberalidad formal del sis-terna econmico )' de la debilidad del Estado, es inoculta-ble la presencia de una estructura estatal al servicio' de Josintereses de la alianza oligrquica. Apareci un embrin delEstado oligrquico y patrimonial, cuyo papel result dcter-minante en este perodo inicial de consolidacin del pas,tanto en lo poltico corno en lo econmico, constituyndo-se como instrumento de cohesin de la formacin social.

    .Sin embargo, en estas condiciones no se gest un Estado-Nacin por la propia exclusin de las Jl13SaS y la ausenciade una historia comn entre Jos grupos indgenas y rnesti-zos con las nuevas elites ligadas al mecanismo de acumula-cin colonial,

    Por otro lado. la presencia del Estado se nutri)' debili-t en paralelo con las mltiples guerras internas a travs delas cuales se decant el poder dcmstico, aunque mejor ha-bra que decir los mltiples poderes regionales de un espa-cio territorial delimitado artificialmente y bautizado comoRepblica del Ecuador. En concreto, la constitucin de es-te naciente pas se dio en medio de un creciente conflictosociopolico entre los intereses de los sectores dominantesde la Sierra y de la Costa, en particular a partir de 1842 y1843, cuando termin un primer auge cacaotero y la epide-rnia de fiebre amarilla "caus la muerte de por lo 1l1enOS5.000 habitantes de la antigua provincia de Guayaquil y3.500 rnanabitas" (Chiriboga 1980: 21). Crisis que explotcon la "revolucin rnarcista" de 1845, cuando fuc derroca-do el gobierno floreano, y que limit la vigencia del proyec-to estatal encarnado por los dos primeros presidentes, JuanJos Flores y Vicente Rocafuerte, que de alguna manera dc-mostraron "11 na conscien le habi Iidad conci Iiadora de los in-:tereses dominantes" (Vega -1991: 11). ~.

    Tngase presente, adems, que este conflicto regionalapareci muchas veces a la luz pblica exclusivamente co-mo un problema geogrfico, cuando "lo regional es un fe-

  • t;:l~ C~~ - pa"I;---t~r:'\27

    nrneno poltico y, corno tal, no puede ser reducido mec-nicarnenre a 'inters local' o 'inters econmico diferencia-do'" (Maiguashca 1992: 180-18]). Un fenmeno que, ade-ms, ha dado Jugar a diversas lecturas de la evolucin his-trica del pas, dependiendo de di lcrentcs posiciones e inte-reses regionales, como han sido las diferentes interpretacio-nes de la Revolucin Juliana de 1925, para citar un caso.

    No se olvide que los actores de las tres regiones histri-cas con que naci la Repblica -la de Quito, la de Guaya-quil y la de Cuenca- "tornaron conciencia de s mismos du-rante el proceso independentista, cuando surgi la posibili-dad de deshacerse del poder metropolitano y de obtenercontrol sobre su propio destino" (Maiguashca 1992: J 8 L).Situacin que se acentu con el Estado centralista graneo-lornbiano y que en forma recurrente ha determinado con-Ilictivarnente el convivir de lo nacional (lo central) y lo re-gional (lo perifrico). Conflicto que. segn Juan Maiguash-ca (1992: 182), '

  • 28sur, cuyo centro es Cuenca, present un predominio de lapequea propiedad agrcola y la artesana.

    Estas regiones, que todava podran subdividirse paracomprender mejor ciertas evoluciones histricas. por lo de-ms, no constituan un nlercado:nacion~J quelas articulara.En algunos '~asos, sus relaciones eran mucho ms estrechascon otras regiones fuera del pas: el sur.de Colombia parala Sierra Centro-Norte, el norte del Per y la costa 'pacficapara los costeos y tambin para los habitantes del Sur: Nose olvide q~e el viaje entre Guayaquil y Lima era ms fcily tornaba menos tiempo que entre Guayaquil y Quito, no sediga las 'relaciones entre otras ciudades. Las vinculacionescomerciales y productivas de la poca han sido estudiadaspor 'varios especialistas, entre los cuales se destaca el apor-te de la historiadora Christiana Borchart de Moreno, una delas personas q~e ms ha estudiado esta etapa previa a la Re-pblica;

    En est.e punt resulta interesante "destacar que ha des-pecho de cualquier apariencia dualista, en Ecuador se dauna sola estructura productiva que recoge y articula, deacuerdo con las necesidades de acumulacin del capital yde abastecimiento de mano de obra, a distintas formas nosolo productivas sino adems polticas e ideolgicas. Enese sentido deben interpretarse las relaciones que se esta-blecen entre Sierra y Costa. Ligadas funcionalmente por losrequerimientos del sistema, van a desempear papeles dife-rentes pero articulados por una similar lgica de acumuJa-cin, En las fases de crisis se acentuarn las fisuras, visua-,lizndose la imagen de dos mundos, que se oponen; sin em-bargo, en las pocas de. auge permitirn retornar, incluso anivel de apariencia, el carcter integrado estructural".

    En este esquema, la Sierra cumple su funcin a dos nive-les. Primero, en trminos de una divisin interna del trabajo,la encargada del abastecimiento de alimentos para el mercado

  • 29

    interno. Segundo. se constituy en el. reservorio de mano deobra atada a los latifundios a travs de formas feudales. De es-ta suerte se elimin fundamentalmente a travs de elementosideolgicos semifcudalcs, la posibilidad de expresin polticade esas masas: se mantuvo, por otra parte, vastos contingentesen espera de la coyuntura internacional que permitiesen la rno-netarizacin de la plusvala que se les podra extraer. y topoello en condiciones de produccin que aseguraban una totalrentabilidad a la clase terrateniente. (Velasco 1973).

    Si lo econmico es determinante, sobre todo por el pro-blerna de la asignacin de recursos a las diversas regiones,lo poltico tuvo una influencia fundamental por el lado delcontrol territorial y social, en eJ cual se sintetizaban los as-pectos ideolgicos del permanente conflicto entre domina-cin 01 igrquica y participacin ciudadana, as corno entrepoder central y poderes regionales. Adicionalmente hay queconsiderar aspectos culturales y religiosos, que han influi-do en la "cuestin regional" y tambin lo tnico, como otroelemento que complic esta cuestin.

    Parece significativo hacer hincapi en este aspecto decontrol de los indgenas y afroecuatorianos que sintetiza lacolonialidad del poder. Una posicin de "desprecio y humi-llacin, es decir los sentimientos que subliman y compen-san'un profundo miedo social hacia la poblacin sometida"(Boni Ila 1994: 282). Esa percepcin eurocentrista y prepo-tente del dominante sobre el dominado "separ al mundohispanizado blanco-mestizo del mundo indgena", comorescata en su anlisis Maiguashca. Quien descubri un pro-blema todava no resuelto: "Los indgenas podan pertene-cer al nuevo organismo social siempre y cuando cruzaranesta frontera hacia el Inundo hispanizado y se identificarancon l. De otro modo no solamente seran excluidos sinoque, por constituir el 'otro', es decir, lo que no poda ni de-ba ser asimilable, tenan que ser extinguidos" (Maiguash-

  • 30

    ca 1992: 187). Una percepcin que, de diversas formas, seproyecta a lo largo de la historia republicana.

    y si las clases propietarias buscaban el apoyo popularuno era en funcin de un proyecto solidario, sino C0010 t.namanipulacin, bajo una promesa paternal e incierta de unafelicidad futura". Siguiendo la reflexin de Bonilla para elcaso peruano, no haba en el Ecuador nada que pudiera li-gar a un comerciante guayaqui leo o a un terrateniente qui-teo con "un indio sumido en la miseria: ni su historia, nisus valores. ni sus ideales" (Bonilla 1994: 282-283).

    Estos diversos ejes de "la cuestin regional" explican engran rnedida el actual orden social fragmentado y polariza-do, carente de una verdadera identidad nacional, de un Es-tado vigoroso y de un proyecto que rescate y sume cons-tructivameute todas las diferencias regionales menciona-das, que, en suma, potencie al pas de su diversidad.

    LA HACJENDA COMO U-N EJEDE LA ACUMULACIN

    Otro elemento importante tiene que ver con la existen-cia paralela y hasta interrelacionada de diversas relacionesde produccin, que combinaba o al menos pcrmua la con-vivencia de las prcticas coloniales con las prcticas ind-genas. La mayona de la poblacin, sobre todo los indios ycampesinos, estaba atada a la hacienda por el concertaje: uncomplejo y perverso sistema de deudas eternas. Otros gru-pos dependan de la pequea propiedad agrcola y de diver-sas formas de relacin precapitalista conocidas corno preca-rias y que se proyectaron hasta la segunda mitad de] sigloXX: huasipungueros, yanaperos, arrendatarios, aparceros,partidarios, huasicamas. No faltaron ncleos de esclavos enla Costa y en algunas zonas de la Sierra; los cuales cense-

  • 31

    guiran su manumisin (liberacin a cambio dc indemnizara los dueos de los esclavos) recin en 1851, durante el go-bierno del general Jos Mara Urbina. y en las urbes se con-centraban artesanos y pequeos comerciantes, asf como lacpula de las clases propietarias: terratenientes, curas, mili-tares y burcratas.

    Como se manifest inicialmente, con la constitucin dela Repblica desaparecieron los restos de los obrajes y se ti-miraron todas las posibi lidades para consolidar los dbilesesfuerzos manufactureros y mineros existentes hasta eseentonces, con ro cual la agricultura se constituy en cl ejede la acumulacin. Pero cabe diferenciar la unidad agrcolaserrana de la costea.

    En la Sierra, los terratenientes desarrollaron un sistemade concertaje para retener la fuerza de trabajo, que tena susorgenes en una cdula rcal expedida en 1601! en la cual sepermita a los indios concertar "libremente" su trabajo porsemanas o por das. Con el tiempo, Jos indios sin tierras es-tablecieron relaciones prcticamente vitalicias y que termi-naron por envolver a toda su familia en faenas agrcolas oen servicios domsticos en casa de Jos terratenientes.

    Por el usufructo de un pedazo de tierra y "presos por lasdeudas", generadas por los llamados supl idos (anticipos)"con los que mantenan su precaria existencia, importantes.grupos indgenas de la Sierra se vieron atados al concertu-je, que en realidad se trat de una forma de esclavitud. Tan-to que en la Asamblea Constituyente de 1896, Eloy A Ifarohabl de esclavos disimulados al referirse a los indioscon-ciertos. Relacin de explotacin extrema que recin se su-prirni en 1918.

    Esta fu una situacin que-empobreci 3 los indios, pe-ro que no los proletariz. Por lo que esta masa de indiosempobrecidos y dcscnraizados terminaron conceruindoseen las haciendas de la Sierra o emigrando a la Costa, dedonde eran atrados por el auge de la produccin cacaotera,

  • 32

    As, en esos aos, comenz a aparecer la tensin por el con-trol de la ruano de obra, que sc rnarucndra a lo largode lavida republicana.

    En especial Jos grandes latifundios costeos e111 pezarona requerir una creciente inyeccin de mano de obra barata,que la conseguan aprovechando Jos niveles de precariedady de explotacin de tipo colonial que an se mantenan .enla Sierra. Esta tensin alcanzara mayor profundidad conlas disputas por el establccirniesuo de esquemas proteccio-nistas para la produccin textil serrana que chocaron fron-talmente con los intereses comerciales de Guayaquil, en es-pecial de las casas importadoras.

    Mientras la hacienda serrana se sustentaba en un siste-ma de explotacin de corte colonial, en la Costa se conso-lid la gran propiedad y la concentracin en pocas fanrihas-Aspiazu, Seminario, Puga, Burgos Cerro. Morla, Parodi,Madiny, Rosales- como base para una extraccin no capi-talista de la renta en manos de las clases propietarias coste-as ligadas a la actividad exportadora de cacao. "Al 1110no-polizar la tierra apta para la produccin cacaotera o de otrosrubros agropecuarios, el plantador, el hacendado 'moderno'oblig al mismo tiempo al campesinado desposedo, al mi-grante serr..~no o rnanabita, a vender su fuerza de trabajo".Esta gran propiedad y la gran concentracin en pocas fami-lias propietarias, "son el vehculo quc utiliz la acumula-cin originaria para expropiar al trabajador campesino, yfue adems la base espacial sobre la que se desarroll laproduccin cacaotera" (Chiriboga 1980: 176-178).

    Con este proceso de explotacin masiva de la mano deobra para sustenrar la produccin cacaotera, que no condu-jo a la formacin de un proletariado.rsecre "una matrizlo-cal de acumulacin capitalista sobredeterminada por la pro-duccin no capitalista de la renta, y de la divisin de traba-jo capitalistas mundiales, El desarrollo capitalista mundialdel siglo xrx impuso esa matriz neo-colonial que condujo

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    33a un desarrollo capital isla bloqueado, carente de autonomaen la formacin social". Es sta, corno afirma con sobradarazn Andrs Guerrero (1980: 93-94, ... "la raz profunda" delo que se ha definido como subdesarrollo.

    Parece importante insistir en este fenmeno descrito porGuerrero, que permiti la existencia de ul.la forma de pro-duccin que no condujo a la formacin de proletarios, "si-no de una modalidad de campesinado ( ..i..) cuya reproduc-cin se inserta igualmente, en cierta medida-en las relacio-ncs de circulacin-distribucin capitalistas". Esta "repro-duccin ampliada del proceso de produccin de la hacien-da cacaotera" no exigi un proceso de acumulacin de ca-pital COlllO mecanismo de incorporacin del progreso end-geno. Se bas en la extensin de los cultivos de cacao, porun lado, y en la subordinacin de una cantidad mayor degrupos campesinos costeos o indios de la serrana a la granpropiedad cacaotera, por otro. Esto se percibe en la formade trabajo deJ sembrador -campesino encargado de plantarlos rboles de cacao y de cuidarlos hasta que pudieran s~rexplotados por el terrateniente- que constituy una rnodali-dad de inversin no capitalista. En algunos casos, estas ha-ciendas ampliaron su superficie, apropindose de las tierrasde campesinos que fueron dominados por los terratenientes.As, a la postre, lo que hubo fue una expropiacin y no unaprolctarizacin (Guerrero 1980: 44-48).

    "Esta situacin aparentemente paradjica se explicaporque la realizacin de la plusvala, C0l110 la captacin delos excedentes, son funciones que el capitalismo puede de-sempear independientemente de los 1110dos de produccincon los que se articule. Para ello solo son-suficientes la am-pliacin de la produccin mercanti I y una monetarizacinms amplia de la economa", tal como lo demostr HeraclioBonilla, para e: caso peruano. Aos ms tarde, debido a las"nuevas necesidades de acumulacin del capitalismo inter-nacional (se hizo) indispensable el establecimiento de rela-

  • 34

    cienes capitalistas y de produccin en las reas perifricas"(Boni Ila 1994: 280). No hubo, en suma, necesidad de alte-rar las estructuras coloniales para insertarse en el mercadomundial, mientras el capital internacional no emitiera sea-les en este sentido.

    De all tambin s~ explica "la naturaleza ambigua'(Guerrero 1980: 47) de los grupos dominantes que surgie-ron en la Costa ecuatoriana.jsi milar a la de otros pases deAmrica Latina. Naci una burguesa intermediaria en susrelaciones con el exterior, ya C0l110 exportadora o como im-portadora: productora de cacao para los mercados de lospases centrales y consumidora de los bienes provenientesde dichos pases. Una "clase rentista y parasitaria", que nopoda ser la base para una burguesa "nacional" que reivin-dicara econmica y polticanjme sus intereses en funcinde un capitalismo ms autnomo.

    Paralelamente, los hacendados y banqueros exportado-res de cacao, incluyendo tambin a los comerciantes, esta-blecieron una relacin orgnica que explicaba su existenciamutua. En este escenario emergi '10 que Guerrero definecomo una "oligarqua agro financiera y comercial (exporta-dora e importadora)", o sea "ese pequeo grupo de familias,conformado por la crema y nata de la clase terrateniente yla burguesa, cuyos apellidos se repiten en varias institucio-nes financieras, empresas, fbricas y tambin en las ms di-versas instituciones como la Cmara de Comercio, la Juntade Beneficencia. la Sociedad Filantrpica del Guayas o elAyuntamiento de Guayaquil" (Guerrero 1980: 82-83). Si-tuacin que se mantiene con caractersticas similares hastala actualidad.

    De este sistema de i 11 terescs agrcolas, comercia les ybancarios, consolidado por uniones personales y fami1iares,surgieron los poderosos grupos financieros que han deter-minado la vida econmica y aun sociopolica del Ecuadorrepubl icano,

  • 35Pero dgase con claridad, estos grupos financieros no

    pueden confundirse simplemente con un patrn de financia-miento o con el sistema financiero o bancario propiamentedicho: lo que interesa aqu es comprender la dinmica y lafortaleza de estos grupos (en trminos de lo que.entenda en1910 Rudolf Hilferding como capital financiero) que se ca-racterizan por el modo de control de arnpl jos y combinadossegmentos de la economa, o sea el mtodo para obtener fi-nanciamiento y naturalmente consolidar su poder monop-lico.

    Tampoco se debe perder de vista que estos grupos sehan construido y enriquecido sobre la base de las comple-jas relaciones comerciales con el mercado mundial y la pre-sencia del capital financiero internacional (inversiones pro-ductivas o crditos externos), por lo que su evolucin y suinfluencia no pueden ser asumidas en una forma mecnicao lineal. menos todava corno un problema exclusivamentelocal.

    Entonces, teniendo presente todas las condiciones mcn-clonadas, se comprende can mayor facilidad las dificulta-des inherentes a esta etapa de creacin de la Repblica, enun territorio fragmentado y desintegrado por los problemaseconmicos y por el propio esfuerzo independentista, aso-lado tambin por una serie de incursiones de piratas. Chris-Liana Borchart de Moreno seala, destacando la participa-cin de las' mujeres (cuyo aporte es tradicionalmente igno-rado), que "su gran capacidad de adaptacin le pcrrnitfa ha-cer frente a circunstancias adversas". Esta capacidad de res-puesta y de resistencia, desarrollada en.la sociedad colonial,posibilit cristalizar un proyecto casi inviable: la Repblicadel Ecuador.

    En definitiva, como se seal antes, la oligarqua con-solid y hasta ampli los privilegios del modelo colonial.En esaocasin ya sin ninguna injerencia de la corona espa-ola en lo que se refiere a "la proteccin de indios" y de los

  • 36otros grupos de dominados: negros y mestizos, en especial.No se olvide que la poblacin indgena, por lo dems, en ellargo perodo colonial demostr una extraordinaria capaci-dad "para interiorizar y hacer uso, en defensa de sus intere-ses, de la legislacin impuesta por el adversario:" conlO re-cuerda Hcraclio Bonilla, quien en la presentacin de un'Ii-bro sobre este,terna para el caso ecuatoriano resalta "la fle-xibilidad del sistema colonial para absorber sus tensiones yde esa manera prevenir rupturas abruptas. Una de esas ,1115-tituciones fue precisamente 'el protector de naturales',puesto inicialmente confiado a los frailes, bajo 'el espirituque consideraba a los indios menores de edad, y que porconsiguiente requeran de 'proteccin' ''. .'

    Esos grupos dominantes -corno muchas veces en la his-toria republicana- no lograron ni pretendieron articular unmodelo nacional que les permitiese, por ejemplo, impulsarconscientemente un modelo de insercin en el mercadomundial, aut~centrado'iniciallnenteen el mercado interno,por ejemplo. Adems, no haba unir total coincidencia de in-tereses por parte de la~ fuerzas terratenientes serranas, apo-yadas ideolgica, p.oltica y hasta econmicamente por laIglesia, y las clases propietarias costeas. Estas fuerzas, quesi bien estaban relacionadas por las necesidades de acumu-lucin del capital y de abastecimiento de ruano de obra, nolograron dirirnir su hegcmonfa en esa primera fase republi-cana, que era instrumentada por el militarismo floreano, he-redero de.las acciones blicas independentistas.

    As las cosas, "la naciente repblica naci sobre basesde explotacin econmica-social y tnica de los indgenas"(Ayala 1993: 70). El mantenimiento del tributo indgena re-present Ja continuidad de la dominacin colonial a travsde su estructura tributaria. Las invasiones abiertas de tierrascoloniales y los nuevos mecanismos para sujetar a los in-dios a las haciendas, por parte de los gamonales latifundis-tas de la Sierra, fueron mecanismos que facilitaron la acu-

  • "37

    mutacin originaria. Una situacin que profundiz [as difc-rcncias econmicas, sociales y hasta culturales .existcntesen los das coloniales, y que provoc varios levantamientosindgenas sangrientamente repri ruidos.

    LA LENTA CONFIGURACINDEL MODELO AGROEXPORTADOR

    En la naciente Repblica. la mayorfa de habitantes vi-van en la Sierra. Segn estimaciones disponibles para182'5, esto es 5 aos antes de la separacin de la Gran Co-lombia, en el Departamento del Sur o de QUilO habitabanunas 488 mil personas, de las cuales el 820/0 estaba en 1a se-rrana. En 1840, cuando la Repblica haba cumplido susprimeros diez aos de existencia, su poblacin era de unas617 rnil personas, de las cuales un 850/0 estaba en la Sierray en 1858, de las 747 mil personas que conformaban la pe-blacin nacional, todava un 820/0 se ubicaba en la mismaregin. Esta concentracin cambiara paulatinamente con lacreciente integracin de la economa nacional en el merca-do mundial, sustentada en plantaciones y actividades co-Inerciales y aun manufactureras que se iran ubicando en laCosta.

    )'41 en este primer perodo de la vida econmica republi-cana, se consolidaron las bases para la modalidad de acu-rnulacin primaria exportadora propia de los pases perif-ricos, caracterizada por una combinacin de exportacionesde recursos naturales y la importacin de insumes y algunamaquinaria para fomentarlas y, en aadidura, "bienes de lu-jo para los sectores de la alianza oligrquica.

    El Ecuador en las primeras dos dcadas de su existenciarepublicana sent las bases para convertirse en el p..incipalproveedor de cacao a nivel mundial, en especial para Gran

  • 38Bretaa. En esa potencia dominante, el crecimiento econ-mico mejor el ni vel de ingreso de sus habitantes y Iaci litla demanda de productos forneos como el cacao.

    En esos aos, ya sin el estorbo del imperio espaol, losingleses comenzaron a afianzar su presencia comercial ase-gurndese la libre navegacin martima y fluvial, para teneracceso a los diversos mercados y negociando la imposicinde la.clusula de nacin ms favorecida. para aprovcharsede todas las ventajas comerciales que permitieran la explo-tacin dejas riquezas de las nacientes repblicas latinoame-ricanas.

    Esta situacin, si bien an no defini la fragmentadaeconoma ecuatoriana, consolid las bases para su crecien-te insercin en la divisin internacional del trabajo comooferente de materias primas, en panicular de alimentos, quefueron po~ rnuchas dcadas el n10[Or de su crecmiento eco-nmico.

    Esta relacin ~e productor y exportador de bienes pri-Inarjo~ se reprodujo en todos los pases de Amrica Latinay en otras regiones del mundo dependiente. Relacin quefue la que permiti abaratar los cestos para la industrializa-cin de los pases centrales, va importaciones.a precios ba-jos de productos alimentarios para sus crecientes masas detrabajadores industriales y de insumos para sus fbricas.

    Debido a los reducidos efectos multiplicadores y los li-mitados eslabonamientos productivos hacia atrs y -adelan-te, esta modalidad de insercin en el mercado mundial lle-

    ;,

    v a configurar economas de "enclave' y produjo escasosvnculos entre las diversas regiones del pas. En este pero-do, el seo-ir precapitalista ofert algunos productos manu-facturados ba~aios -en especial textiles y alimentos- paralos trabajadores del sector primario-exportador, Sin embar-go, la forma pasiva de participacin en el mercado interna-cional condujo al desmantelamiento de varias acl ividadesmanufactureras y artesanales, que se haban desarrollado a

  • 39.

    la sombra del monoplico sistema de control dcl comercioexterior por parle del Imperio espaol.

    Fueron aos de una incipiente economa exportadora.con escasa vinculacin entre las distintas regiones naturalesy con una reducida presin fiscal.

    As-las cosas, el Estado poltico. ms que el econmico,fue el sostn para mantener la dbil relacin en una econo-ma frag,lneJ1tada y para permitir una relativa integracinentre las diversas formaciones sociales regionales. Adems,los escasos recursos que ingresaban a las arcas riscales pro-venientes sobre todo del tributo indgena, de los estancos,de los diezmos y del endeudamiento interno, as como delas aduanas, eran destinados a mantener una costosa fuerzamilitar y el clero. El aparato burocrtico, de todas manerasoneroso para la poca, era todava incipiente.

    Una mencin especial merece el problema de la deudainterna, producida por las penurias fiscales y que se consti-tuira en "una palanca para el enriquecimiento y aumentode poder de los comerciantes guayaquileos". Este meen-niSlTIO de financiamiento fiscal, no solo fue el carnina "msfcil de enriquecimiento para Jos comerciantes agiotistas",sino que conspir contra el fortalecimiento estatal, "pues sumayor endeudamiento estaba en relacin directa con el ma-yor enriquecimiento privado, y por ende con una mayor de-pendencia econmica del Estado, en tanto representante delos intereses generales respecto de los grupos particularesposeedores del dinero" (Vega, 1991: 32-33). As, este asun-to, que se constituy en un crculo vicioso, pes petrnancn-terncnte en la economa ecuatoriana, particularmente en lasfinanzas pblicas que, C0l110 analiza Silvia Vega, desde susorgenes dependieron de poderosos intereses particulares,inicialmente de comerciantes y luego de banqueros, quie-nes, directa o indirectamente, han influido en la vida polti-ca del pas. Una situacin que, paradjicamente, dernostra-

    ,..ra la existencia del "proyecto nacional" de los sectores do-

  • 40rninantes al inicio de la Repblica, al decir de Vega (1991 :66).

    Igualmente, ya en esa primera poca de vida del Ecua-dor, aparecieron contradicciones por las pretensiones pro-teccionistas de los terratenientes serranos, propietarios deindustria paera y licorera, que a la postre tambin benefi-ciaran indirectamente a los comerciantes guayaquilcos.Estas contradicciones, sin embargo, se iran soldando oacomodando a travs de mltiples interrelaciones y acuer-dos ms o menos formales: una muestra fehaciente de la ha-bilidad de las clases propietarias de la Sierra y de J Costapara conciliar sus intereses. La prohibicin al ingreso de al-gunos productos (paos, lienzos, Iicores, tabacos, por ejem-plo) en favor de las manufacturas serranas, no afectaba alingreso de dichos productos por el puerto de Guayaquil.Adems, a los comerciantes de esta urbe se les compenscon la supresin o disminucin de algunos tributos. Esta si-tuacin privilegiada del puerto principal, explica tambinlas razones por las cuales sus representantes se oponan a laapertura de otros puertos en la costa ecuatoriana (Vega199:1: 38).

    En todos estos aos, la errtica poltica econmica fuede corte preponderantemen Le 1iberal o Iibrecarnbista. Laapertura a las importaciones de las economas centrales, yasinel control colonial y sin haber diseado una. propuestanacional de desarrollo, fue en la prctica generalizada: el ti':po de cambio y las tasas de inters fluctuaron libremente, lapoltica monetaria respondi a las transacciones necesariasde la economa (con perodos de vigencia del patrn oro odel birnetlico; oro y plata), en concordancia con la teoracuantitativa-del dinero. Todos los dems precios. desde losdel crdito hasta los vigentes en los mercados de bienes yservicios, se rigieron por un esquema librecambista propiode una estructura oligrquica, o sea autoritaria y excluyen-te. El precio de la mano de obra dependa de las relaciones

  • 41

    de produccin capitalistas y ms an precapitalistas, a lasque estaba atada la mayora de la poblacin del pas.

    CONSOLIDACIN DEL ESTADOOLIGRQUICO "fERRATENIEI\JTE

    Esta escasa vinculacin nacional de los primeros aosrepublicanos, casi produce la ruptura del pas a fines de Josaos cincuenta. En 1859, la estructura estatal se fragmenten cuatro gobiernos: Quito (triunvirato liderado por GarcaMoreno), Guayaquil (general Guillermo Franco), Cuenca(Jernimo Carrin) y Loja (Manuel Carrin Pinzano, jefecivil y militar del Distrito Federal Lojano). El pas realmen-le estaba al borde del abismo, si a esta divisin interna sesuman las pretensiones territoriales de los pases vecinos.

    Esta situacin cambi cuando el Estado consolid supoder a nivel nacional. En este empeo fue importante lainfluencia de Gabriel Garca Moreno, de 1860a 1875. Estepersonaje, que inicialmente tuvo una oscura actuacin en lacrisis de 1859 al pactar con Ramn Castilla, presidente delPer, aglutin en trminos histricos a los principales inte-reses de las clases propietarias e impuls la unidad nacionalalrededor de la vinculacin definitiva de la economa con elmercado mundial.

    Sin embargo, esta vinculacin no acab con Jas contra-dicciones entre la 01 igarqua lat:fundista apoyada por lalglesia Catlica, que luchaba por conservar su poder, y lascrecientes pretensiones hegemnicas de los grandes expor-tadores. banqueros y comerciantes. Esto tampoco implicla desaparicin de las relaciones de produccin precapita-listas, con diferentes rasgos regionales.

    Fue una poca de modernizacin institucional del apa-rato financiero en la que se crearon bancos y cajas de aho-

  • 42

    rro. Destquese por su importancia la constitucin del Ban-co del Ecuador en J868. un ao antes de que se iniciara elendeudamiento del Estado con la banca privada; procesocada vez ms acelerado, que. marcara profundamente laeconoma nacional, por lo m~nos hasta 1925. En este rno-mento emerge el "capital financiero comercial" (GuerreroJ980: 62), que comprenda banqueros individuales y ban-queros exportadores. as como comerciantes importadores.

    Hay que recordar. para entender las complejas vincula-ciones del reducido grupo de dueos del pas, que los mis-mos socios y amigos del Banco del Ecuador establecieronen 1873 el Banco de Crdito Hipotecario y formaron laCornpafa Nacional de Vapores Guayas. Los mismos queya haban apoyado en 1859-1860 la conformacin de la Ca-sa Luzrraga. "La Casa", como se le conoca entonces, fuedirigida por Manuel Antonio de Luzrraga, quien por n1.u-cho tiempo fue el nico importador y exportador, ademsde comerciante, afinador y banquero. Sus finanzas alimen-taban la agricultura y aun la hacienda pblica. y esta enti-dad fue autorizada a emitir billetes (el peso "feble" de ochoreales, como unidad monetaria), que estaba respaldado pororo o plata. sistema bimeuilico. .

    Durante la poca garciana se establecieron .otras entida-des bancarias: en 1862 abri sus puertas el Banco Particu-lar de Descuento y Circulacin, En Cuenca se establecieronlas Cajas de Ahorro y Crdito y en Quito el Banco de Qui-to en t"868. A os ms tarde, en l885, abri sus puertas unsegundo banco emisor, el Banco Internacional, del cual sur-gira eJ tan influyente Banco Comercial y Agrcola en J 894;en las siguientes dos dcadas surgiran otros bancos de tra-dicin: el Banco del Pichincha (1906), la Caja de Prstamosy Depsitos ~ Filantrpica, creado en 1908 para promoverel ahorro y apoyar la formacin de talleres artesanales (cu-ya denominacin cambi en 1939 a La Filantrpica y en1976 a Filanbanco), y el Banco del Azuay (1913).

  • 43La primera ley dc bancos data de J871 ~ a la cual siguie-

    ron otras leyes en 1878 y1897. Recurdese lo compleja quedebi haber sido la situacin bancaria y monetaria, pueshasta antes de J884 no haba ua moneda nacional propia-mente dicha, no haba un instituto emisor en manos del Es-tado; la banca privada emita el dinero.

    El Banco del Ecuador, que llegara a ser el banco msimportante del siglo XIX, fue el eje del proceso dc moder-nizacin en el campo financiero y mercantil del garcianis-rno. Perodo de auge que posibilit el aumento de los ingre-sos del fisco, posible tambin por el mayor cobro dc im-puestos, debido a la introduccin de un nuevo sistema decontabilidad que mejor el conocimiento de cada una de lasrentas y tambin gracias ala lucha contra la evasin tribu-taria. As, en el segundo perodo presidencial de GarcaMoreno, el Estado logr duplicar los ingresos fiscales.

    En la poca garciana se empez la construccin de im-portantes obras pblicas y de vas de comunicacin que di ..namizaron cl comercio, la agricultura y la artesanfa, permi-tiendo tambin una mayor cohesin econmica y adminis-trativa del pas. El pas no solo que mejor en sus cornuni-caciones y su organizacin. sino que, adems, registr unaapreciable elevacin de los niveles de educacin; recurde-se, por ejemplo, la creacin de I~ Escuela Poi itcnica y lallegada de connotados profesores europeos, particularmen-te alemanes. Fueron aos de cambios profundos. cn mediode duras condiciones de represin, sostenida por una ideo-loga centralista y teocrtica con la que s-e disciplin a In so-ciedad.

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    LAS BASES PARA EL POSTERIORAUGE CACAOTERO

    El auge econmico de fines del siglo XIX no hubiera si-do viable sin las exportaciones de cacao. Estas comenzarona crecer significarivamcntc en los aos sesenta, perrniticn-do que su monto total -vase la evolucin de las exporta-ciones e importaciones totales desde 1852 en el cuadro 1, alfinal del libro- superara por primera vez la cifra de los cin-co millones dc dlares en 1866. La recuperacin ex peri-mentada desde entonces sufrira un severo retroceso en1873 por efecto de la crisis internacional. Adems, entre lasexportaciones asomaron otros productos primarios: tagua,caf, cueros y caucho.

    Corno se manifest antes, la demanda oc cacao y deotros 'productos tropicales en el mercado mundial, fue fac-tible por el incremento del ingreso de amplios sectores dela poblacin europea y luego norteamericana. Y esta mayordemanda pudo ser cubierta gracias a las condiciones natu-rales propicias para la produccin de estos frutos, as cornopor la disponibilidad de mano de obra barata, en particularprocedente de la Sierra. Igualrnente el suministro de ali-mentes tambin baratos desde la serrana a los lugares deproduccin cacaotera y las otras ciudades costeas, favore-ci ampliamente estas actividades, Esta coyuntura fue apro-vcchada por las clases propietarias de la Costa.

    No se puede pasar por alto el grado de vulnerabilidad dela economa, debido a esta fornla- de participacin en elmercado mundial. La produccin extensiva de cacao, apo-yada en la mano de obra barata y sin requerimientos impor-tantes dc capital) no representaba un esfuerzo mayor en tec-

    onologa y en productividad'. Por otro lado, la riqueza delsuelo y la calidad de! producto garantizaron al pas una po-

  • o45

    sicin preponderante a nivel internacional pero limitaron, asu vez, una interrelacin dinmica con el resto de la econo-ma.

    De todas maneras. esta realidad en la qL:~ convivanpeones asalariados y sembradores en condiciones precapi-talistas, facilit la generacin de una importante renta dife-rencial, que por su forma de generacin y distribucin -doselementos inseparables del proceso productivo- forz laconcentracin de la riqueza en pocas manos y por consi-guiente impidi su aprovechamiento en el marco de un pro-ceso de dinarnizacin y modernizacin de la economa.

    Muchas veces "se ha considerado una bendicin la po-sesin de recursos naturales abundantes y diversificados.Histricamente, sin embargo, en materia de comercio exte-rior, Jos pases ricos en recursos naturales (materias pri-mas), en comparacin con los que no los poseen en abun-dancia, generalmente sucumben (o son forzados) a una es-pecializacin productiva interna desigual, precisamente porlas grandes riquezas naturales de que estn dotados", re-cuerda Jrgcn Schuldt (1994b: 44). Este es el caso delEcuador.

    El peso abrumador que representa la renta diferencialgenera una serie de efectos perniciosos en las estructuraseconmicas y sociales, "configurando relaciones socialesverticales y una estructura de comunicacin poltica que-parad6jicamente- impiden que los conflictos sociales (ins-titucionalizados) conduzcan a un crecimiento econmicosostenida y a un progreso tcnico endgenamente impulsa-don (Schuldtjnl tiempo que se consolidan las heterogenei-dades sociales y econmicas.

    Esta realidad se refleja en un escaso inters por invertiren el mercado interno, lo cual redunda, adems, en una li-mirada integracin del sector exportador con la produccinnacional. No hay los incentivos que permitan el desarrolloy la diversificacin de la produccin interna, vinculndola

  • 46

    a los procesos exportadores, en los que debera darse latransformacin de los recursos naturales en bienes de ma-yor valor agregado.

    Esto explicarla, entonces, "la contradictoria tragedia"de los pases ricos en materias primas, en los cuales, en laprctica, la masa de la poblacin est empobrecida. Algoexplicable por lo relativamente fcil que resulta obtenerventaja de la generosa naturaleza y de una mano de obra ba-rala.

    A 10anterior se suma la masiva concentracin de dichasrentas en pocos grupos oligoplicos, que no encuentran ali-cientes para sus inversiones en la economa domstica yque, como sucedi especialmente en la poca del cacao, sa-caron sus ganancias por exportaciones fuera del pas y con-sumieron bienes importados. Estos ingresos no se ven com-pelidos a invcrtirse en las propias actividades exportadoras,pues la ventaja comparativa radica en la renta de la natura-leza antes que en el esfuerzo innovador del ser humano,pues el empleo de la mano de obra mal pagada resulta' muypoco intensivo. Su respuesta fue expandir la frontera agr-cola provocando una mayor concentracin de la tierra y delos ingresos. La expansin de las plantaciones de cacao sevio favorecida por la prdida de los controles ideolgicosde los hacendados serranos y por la abolicin del concerta-je en 1918, que provocaron un suministro cada vez ms n1a-sivo de mano de obra barata de la Sierra.

    Schuldt recuerda que "la miseria de grandes masas de Inpoblacin parecera ser, por tanto, consustancial a la pre-sencia de ingentes cantidades de recursos naturales (nueva-mente, con alta renta diferencial). Esta modalidad de acu-mulacin' no requiere del mercado interno, de hecho funcio-na con salarios decrecientes. No hay la presin social queobliga a reinvertir en mejoras a la productividad. El rcntis-010 determina la actividad productiva y por cieno el restode relaciones sociales".

  • 47

    Esta renta diferencial, que desincentiva los avances e in:novaciones tecnolgicas, explica, por otro lado, gran partede los auges econmicos, en funcin de su realizacin en elmercado mundial.

    "El valor de retomo generado por el cacao (por su ren-ta diferencial, NdA) para la economa ecuatoriana debi ha-ber sido considerable, habida cuenta de la insignificanciadel capital extranjero en la produccin y comercializacindel producto, aunque su distribucin era I11UY desigual porla alta concentracin de la propiedad y la comercializacin'(Bonilla 1994: 307). Sin embargo, "los enlaces establecidosa lo largo de la circulacin interna de la renta cacaotera"-punto bsico para Heraclio Bonillu-, contribuyeron a laconfiguracin de "sectores 111UY modernos de la economa,cuyo funcionamiento obedeci a claras reglas capitalistas, yque sin embargo estuvieron asentados en no menos clarasformas precapitalistas de produccin". "Modernismo y ar-casrno combinados con eficiencia", segn el mismo Boni-Ila, que de una manera perversa caracteriza no solo esosaos de la Repblica, sino tambin otros perodos dondesupuestamente aparecieron procesos de modernizacin ...

    Con este tipo de produccin, sin una propuesta que in-tegre estas actividades primario-ex portadoras al resto de laeconoma y de la sociedad, el aparato productivo qued su-jera a las vicisitudes del mercado mundial. En especial,qued vulnerable a la competencia de otros pases en simi-lares condiciones, rnuchos de los cuales eran colonias euro-peas que buscaban sostener sus ingresos sin preocuparsemayormente por un manejo ms adecuado de los precios; 10cual se manifestaba con un incremento de la produccin enJos momentos de crisis con los resultados esperados por lospases centrales: un mayor suministro de materias pn~as oalimentos a precios menores.

    En este escenario, el real control de las exportacionesnacionales estaba en manos de los pases centrales, aun

  • 48

    cuando no se registraron importantes inversiones cxtranje-ras tn las fincas cacaoteras. La lgica de su produccin,motivada por la demanda externa, incorpor al pas tarda: ypasivarncntc al mercado mundial y 10 at a los vaivenes delprecio del cacao en el mercado mundial: puntos fundamcn-tajes para entender e' carcter perifrico y dependiente de'capitalismo de pases como el Ecuador.

    En sntesis, los ingresos que se obtenan, lejos de propi-ciar. un proceso de acumulacin de capitales para el desa-rrollo de otras actividades productivas, fueron destinados aampliar la misma produccin rudimentaria de cacao , a fi-nanciar irnportacioncs suntuarias de las elites y a engrosarla fuga de capitales.

    Las ganancias provenientes del cacao, relativamente f-ciles de conseguir, generaron tal nivel de rentabilidad quedcsestirnularon la diversificacin de la estructura producti-va, que adems no encontraba alicientes en el dbil merca-do interno. No haba una real transferencia de los exporta-dores hacia los productores nacionales. En definitiva, no sedio encadenamiento o eslabonamiento alguno que pudierahaber potenciado la bonanza cacaotera, en trminos actua-les s

  • 49nos de las dos figuras principales del conservadurismo y delliberalismo perrnitc avizorar similitudes en el campo eco-nmico, 111s no as en el poltico. El modelo poltico deGarca Moreno difiere del de Eloy A Iraro, figuras represen-tativas del largo enfrentamiento ideolgico/religioso de lapoca.

    La base ideolgica del liberalismo contemplaba comosus puntos bsicos los llamados decretos de manos muertaspara expropiar a la Iglesia terrateniente, la supresin de al-gunos monasterios y conventos considerados C0l110 centrosdel poder ideolgico conservador-clerical, la introduccinde Ja enseanza laica y estatal obl igatoria, la liberacin delos indgenas y la abolicin del concertaje, la secularizacindel clero y la abolicin del Concordato con el Vaticano. Ensuma, cl programa ideolgico del liberalismo se podra sin-tetizar, en gran medida, en el anticlericalismo y cl laicismopara golpear el centro de la dominacin ideolgica terrate-niente, particularmente de la Sierra. que hasta 1895 mantu-vo una posicin de hegemona ideolgica aunque ya noeconmica (Moreano 1976: 143).

    Sin embargo, en sus polticas econmicas aperturistas,conservadores y liberales no tuvieron mayores diferencias.Es ms, el liberalismo plutocrtico reacomodara el "ruede-lo" econmico al inters oligrquico. Recin con la Revo-lucin Juliana, como afirma Juan paz y Mio, uno de losmayores conocedores de esta poca de la vida nacional, seiniciara un proceso de relativa afectacin del tradicionalpoder oligrquico, dando paso al intervencionismo estatal(que seguir en ciclos, desde la esfera de la "circulacin"hasta la esfera de la "produccin"), institucionalizando la"cuestin social" en el Estado.

    Con la consolidacin del Estado garciano -represivo enextremo- no solo que se impuso la ley y el orden, sino quese pudo "romper el fraccionamiento de fa economa y per-mitir un flujo ms libre de los factores de produccin, a fin

  • 50de facilitar ~. ~it'.rto crecimiento econmico y un mejoraprovechamiento de las oportunidades que la coyuntura "n-ternacional ofreca. lrnplicaba, finalmente, establecer me-canismos que asegurasen relaciones estables con los cen-tros europeos, polos dinmicos del nuevo orden internacio-naI que definitivamente se consolidaba" (Vclasco 1981:137).

    "El papel cumplido por Garca Moreno -segn Fernan-do Velasco, destacado intelectual prematuramente fallecidoen 1978- es absolutamente estratgico y fundamental, inde-pendientcrnente de cuales hayan sido sus intenciones perso-nales". El organiz al pas, "posibilitando la definitiva con- .sol idacin, pocos aos ms tarde, del modelo de desarrollohacia afuera" (Vclasco 1981: 142).

    Entonces, paulatinamente, Guayaquil se constituy enel eje agroexportador e importador, que fue subordinando ILteconoma nacional a los requerimientos del mercado mun-dial. Y se fortaleci la fraccin agroexportadora.

    LAS PRIMERAS E INTILESRENEGOCIACrON-ES

    DE LA DEUDA EXTERNA

    Para lograr la Independencia de Espaa, los pueblos la-tinoarnericanos tuvieron que comprar equipos blicos en elexterior con recursos contratados en Europa. Estos prsta-1110S provenan de pases corno Gran Bretaa, interesada endebilitar la presencia espaola en Amrica, habida cuentaque no se consigui el respaldo buscado en los EstadosUnidos que se haban independizado en 1776.

    Los Estados Unidos, segn James Monroe, "se encon-traban en paz con Espaa y no podan, con ocasin de la lu-cha que sta mantiene con sus diferentes posesiones, dar

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    ningn paso que comprometa su neutralidad ... " (Ver en Pi-vidal 1983: 55). Los Estados Unidos no solo negaron elapoyo a la emancipacin de las colonias del sur, sino queprocuraron retrasarla, comprometindose a entregar surni-nistros a los espaoles hasta cuando su podero pudieracompetir con el imperio britnico. Ya en 1781, Thomas Jef-ferson anticip esta estrategia norteamericana, cuando dijoque "es necesario posponerla (la emancipacin, NdA), has-la que los Estados Unidos puedan beneficiarse con ella y noInglaterra" (Rodrguez Acosta s.f.: 114). De esta manera, elpresidente Jefferson y luego el presidente James Madison,subordinaron su posicin frente a las colonias espaolas asus contradicciones con la Gran Bretaa, de cuyo dominiose haban liberado en 1776.

    Esta posicin explica claramente las razones que hicie-ron demorar, por casi doce aos, el reconocimiento oficiala los primeros representantes de la emancipacin hispanoa-mcricana. Tal reconocimiento no tuvo lugar sino en marzode 1822~ cuando la Junta Suprema de Caracas lo haba so-licitado en junio de 1810. Esta actitud se reflej tambin enuna posicin adversa a la figura de Simn Bol var, sobre lo-do cuando I:~ Gran Colombia ya haba alcanzado su inde-pendencia, pues su existencia representaba un escollo paralos sueos imperiales dcl vecino del norte (Sobre estascomplejas relaciones se puede consultar en "fras 1975 yMedina Castro 1980).

    As las cosas, la deuda contratada en esa poca, a travsde la cual la Gran Colombia se vincul a la economfa mun-dial. se transform en un proceso pernicioso de renegocia-ciones y moratorias que perdura al iniciar el siglo XXI CUnahistoria dc esta "deuda eterna" se puede consultar en Acos-ta 1994).

    Ya en 1826~ cuando an exista el Estado bolivariano, sedej de servir la deuda externa como resultado dc la quie-bra de la casa "B.A. Goldschrnidt y Ca:" en la cual se ha-

  • 52ban depositado valores destinados a pagar algunos de susdividendos.

    Aos despus, en octubre de J834, a poco de que elEcuador se haba separado de la Gran Colombia, el gobier-no floreano no envi su representante a la reunin que se ce-lebr en Bogot para discutir los trminos del reparto de di-cha deuda. El general Juan Jos Flores se hallaba complica-do con Jos efectos de la represin y asesinato de los redac-lores de "El Quiteo Libre" y haciendo frente a la rebelinde los "chihuahuas". As, sin intervencin alguna de delega-dos ecuatorianos, de la deuda que ascenda a 6'625.950 delibras esterlinas, al pas le toc asumir el 21,5% de la deudarotal, o sea la suma de l ' 424.579 de libras esterlinas y 5chelines. La negociacin fue ratificada en 1837 por el Con-greso Nacional y el gobierno de Vicente Rocafucrte.

    Desde entonces, los continuos arreglos y renegociacio-nes y las mltiples suspensiones de pago, dada la perma-nente carencia de recursos financieros que provocaba elmismo servicio de la deuda y las condiciones que se impo-nan, hicieron de la deuda externa un escollo casi perrna-nente en la vida econmica y poltica del pas. Y desdeaquellos lejanos aos, los renegociadorcs de la deuda-siernpre tratada en forma misteriosa y muchas veces almargen de la opinin pblica- fueron, salvo en pocas opor-tunidades, insensibles a buscar soluciones que antepusieranel inters nacional a las pretensiones de los acreedores o alas suyas propias, poniendo en riesgo no soja el crecimien-to econmico del pas, sino su existencia misma,

    A pesar de que el origen de la deuda inglesa tiene uncompromiso de honor, no se puede desconocer sus defi-ciencias en cuanto al destino final de los recursos contrata-dos, los trminos usurarios en que fueron negociados di-chos emprstitos, los exagerados precios pagados por losequipos blicos y la propia distribucin de la deuda graneo-lornbiana.

  • 53En vista de las necesidades financieras del pas y de las

    presiones de los acreedores, en 1843, la Convencin orde-n que el pago de la deuda se hiciera con los valores recau-dados por la venta o el arriendo de las tierras baldas. El ge-neral Flores, que haba sido elegido presidente por terceraocasin, propuso un arreglo que estableca eJ pago de unatasa de inters adicional por un nmero determinado de co-lonos europeos que viniera a poblar los territorios que sequera -entregar a los acreedores.

    Los tenedores de bonos no aceptaron estas propuestas einsistieron en tasas de inters ms altas y en la emisin debonos para cubrir los intereses capitalizados, con lo cual seentorpecieron las negociaciones. En estas circunstancias,los tenedores de bonos enviaron un negociador tras otrobuscando lograr un arreglo: emisarios que, salvando las dis-tancias en el tiempo, recuerdan a las misiones del FM r y delBanco Mundial a partir de la segunda mitad del siglo XX.Este afn de los tenedores de bonos encontr campo propi-cio en los gobernantes, en sus representantes en las nego-ciaciones y hasta en sus familiares dispuestos al peculado yal trfico de influencias.

    En ]848, bajo la Presidencia de Vicente Ramn Roca, elgobierno, en la QlaS absoluta reserva, llev a cabo negocia-ciones con Pedro Conroy, representante de los acreedores,para que las amortizaciones se hicieran con la octava partede los derechos de las aduanas. Se intent sorprender alCongreso, cuya intervencin se trat de obviar. Sin ernbar-go, no se logr ese objeti vo.

    En 1852 lleg al pas un nuevo representante de losacreedores, Elas Mocarra, quien lograra, luego de ms deveinte aos de moratoria, un primer arreglo basado en la en-trega de terrenos baldos. Adicionalmente, se otorg la par-te de los ingresos que correspondan al Estado en los ingre-sos por concesiones mineras y tasas de peaje. El Congreso,poco despus, atrapado por la inteligencia yel verbo dcl ge-

  • 54

    neral Jos Mara Urbina y COlllO si no hubiese habido ante-cedentes, aprob el convenio Espinel-Mocatta, en noviem-bre de 1854.

    La cesi6n para la colonizacin y explotacin de un mi-U6n de cuadras a orillas del ro Zamora y de otro milln enlas riberas del Bombona, en la regin de Canelos, motiv laprotesta del Per, que reclamaba como suyas enormes ex-tensiones en la Amazona. El vecino e1el sur sustent su re-clamo en la cdula real del 15 de julio de 1802. Y ante elconflicto limtrofe surgido, los tenedores suspendieron elacuerdo.

    Las fuerzas conservadoras se aprovecharon de la situa-cin de desconcierto existente y desataron una lucha ferozcontra el presidente Francisco Robles. Garca Moreno, co-mo ya se dijo, se ali al mandatario peruano, mariscal Ra-1l1n Casti lla, con quien regres al pas. La armada peruanabloque el Golfo de Guayaquil, hecho que precipit las ac-ciones bficas. Meses despus, cuando se dio cuenta de lamaniobra peruana y aprovechndose del caos reinante, Gar-ca Moreno lleg al poder. Su accin, corno se vio, fue in-dispensable para consolidar la unidad del pas; aunque to-dava en medio de la crisis y luego de superada sta, en dosoportunidades, l trat de conseguir que el Ecuador se con-viniera en un protectorado francs.

    Con Garca Moreno las cond iciones bsicas de Jos con-venios firmados se mantuvieron. Sin embargo, a pesar detodos los esfuerzos que se hicieron para cumplir con loscsnfusos compromisos adquiridos, su gobierno tuvo quesuspender temporalmente el pago de los dividendos en mar-

    ~ de 1862.El negociador de entonces, Antonio Flores Jijn, quien

    llegara nl~ tarde a la Presidencia de la Repblica, a prin-cipios de 1865 present el proyecto para la enajenacin delas islas Galpagos en beneficio de los tenedores de bonos,como pago de la deuda consolidada. Hasta que, en mayo de

  • 551869i el mismo rgimen garciano se vio obligado a entraren una nueva moratoria, con el respaldo de la Legislatura.

    COIl la moratorin no se superaron las dificultades, perose suspendi un costoso pago~ exeIusivamente de intereses,y a pesar de las limitaciones financieras existentes y de ladificultad para 'conseguir nuevos crditos externos, debidoespecial mente a la moratoria vigente) el pafs cerr la dca-da con una notoria recuperacin econmica, Ms Larde selleg incluso a considerar que haba sido "el periodo msbrillante de la eCon01TIl3 nacional" (Banco del Ecuador"1977: 50). ESlO fue quizs posible por efectos de la mismamoratoria, que cort una costosa sangra de recursos.

    Luego de la muerte de Garca Moreno se inaugur unalarga etapa de crisis poltica y hasta moral con el gobiernodel general Ignacio de Vcintcrnilla, quien derroc al primerpresidente de la era posgarciana: Antonio Barrero. La tareamodernizadora de Garca Moreno qued trunca. No huboobra pblica, se redujeron las inversiones en educacin ysalud, se desperdiciaron los fondos pblicos, se incrementirresponsablemente el gasto militar y la corrupcin se ex-tendi por el pas.

    A modo de' comparacin para entender la compleja 16~gica del capital financiero internacional durante ese siglo:rnicntras e[ Ecuador no avanzaba mayermen te en las rene-gociaciones de su deuda externu, su vecjno deI sur, el Per,consigui una decena de importantes crditos internaciona-les grac ias a la existenc ia del guano, producto Inuy cotiza-do en el mercado mundial.

    Si bien el cacao es comparable con el guano para el Pe-r? en Ecuador las posibi1idades de acceder a crdtos exter-nos fueron menores en tanto la produccin y comercializa-cin de 1n fruta estuvieron en !11a nos nacionales y no de in-versionistas extranjeros como en el Per, lo cual) sin ern-bargo, contribuy a generar eslabonamientos mucho mssignificati vos y profundos, que los producidos por e, guano

  • 56(Boni lla 19()4: 324). M icntras tanto en el Per, las rentasdel guano, controladas cn gran medida por inversionistasforneos en alianza con grupos hegemnicos locales, finan-ciaban el aparato estatal y, al mismo tiempo, garantizabanla contratacin de emprstitos en el exterior; tal corno suce-dera mucho despus en el Ecuador petrolero.

  • 2,LA, MODALIDAD

    P'RIMARIO-EX,PORTADOR,A

    A fines del siglo X:IX', el mundo se vio enfrentado a unaserie de procesos y cambios cada vez ms vertiginosos y:profundos. La presencia de los Estados imperial istas co-rnenz a verse matizada y cornplcmentada POtO la i_I1JQrven -_cin de grandes empresas -las t:ransnacionalcs- que, reba-sando sus mrgenes nacionales, se proyectaban internacio-nalmcnte en busca de materias primas baratas o no disponi-bles en sus pases de origen, mano de obra abundaate y concostos muy reducidos, asf corno de potenciales mercadospara los productos de sus industrias.

    Estos cambios facilitaron la expansin de las teoras li-brecambistas; ratificando aquello de que las teoras econ-micas entran y salen de moda segn s.r;vcn a los interesesde acumulacin del capital ms poderoso en ese momento.A su vez! los avances tecnolgicos) especialmente el trans-porte interocenico .cn vapores y la comn icacin a tra~ -sdel telgrafo) acortaron las distancias y perrniLi eron-unamayor interrelacin comercial.

    En esas condiciones, el capital isrno de libre competen-~ ia se troc en imperialisrno capitalista al i1egar a un grado .ms alto en su desarrollo. Algunas de sus propiedades fun-da"ieta:les-comenzaron"a"Gonver1,lrse en su anttesis: la sus-ti lucin de la 1bre competencia por los monopohas, porejemplo. Mientras que por su inestabilidad y vitalidad se

  • 58

    expresa en un proceso cclco de recuperacin] auge, rece-sin y depresin, cuyas ondas largas se periodizan en elcuadro 29. Este sisterua, en concJllS in, ahonda las diferen-cias ex istentes e incuba otras: tendenciapor to dems pro-pa del capitalismo, "un sistema de valores, un modelo deexistencia, una civilizacin: la civil izacin de la desigual-dad", en palabras del cconornista austrf'leo Joseph Sehum-pcter, Sistema a.l que, por lo dems, corresponden diversasformas de organizacin social y ele control poltico.

    lNCORPOR,ACIN DEFINITIVA DEL"ECUADOR A"L M:ERCADO MUN"DIAL

    6J notable auge cacaotero que se inici al finalizar el si-glo XIX, fue el paso definitivo para la insercin del pas en1a divisin internacional del traba]o. En l888 las exporta-eones superaron por primera vez la marca de Jos nueve m i-llenes de dlares, manteniendo un nivel superior a los sietemillones hasta poco antes de la Revolucin Liberal. Supe-rados los principales problemas propios. de la transforma-cin nlfarista, las exportaciones volvieron a subir, tal cornose aprecia en el cuadro 1.

    De esta manera, el cacao que estaba asociado a la histo-ria econmica y social de la Costa desde la Colonia,...f_~elmotor de la recuperacin econmica y de una integracin111s profunda en el mercado mundial. Enestas condicionesse transformaron Jos procesos de produccin-circulacin, laestructura de-las clases sociales, las formas de articulaciiestatal, regional y nacional, as corno las relaciones interre-gionales,

    El incrernento de l a demanda externa en los pases i11-dustrial izados, que haban alcanzado un consi derabl e nivelocdesarrollo, impuls an ms el auge cacaotero en el

  • 59Ecuador! que dispona de condiciones fuvorables....para..Inproduccin de "la pepa de oro ~.

    La serrana en ese entonces-atravesaba por-una.dcpre-sin que favoreca la emigracin de la mano de obra haciala Costa. Adems jug un papel i rnportante aquella estruc-tura represiva del dominio seorial serrano que rc~.~:)ndacon violencia a Jos sucesivos