bono, juan ramón gallego - la agricultura a tiempo parcial

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  • 1. INTRODUCCIN

    Durante mucho tiempo, el ajuste clsico del sector agrario median-te la salida de la agricultura de una parte de los propietarios (y elconsiguiente aumento del tamao medio de las explotaciones, a tra-vs de la compraventa o el arrendamiento de las mismas), ha sidointerpretado como la senda lgica, racional y eficiente de reestruc-turacin, racionalizacin y modernizacin del sector agrario. Altomar esta senda como ptima, se ha considerado a la agricultura oal agricultor a tiempo parcial no slo como una forma de ajusteestructural parcial (Barcel, 1991) o incompleto (Barcel, 1994),sino como una forma de organizacin transitoria y un subproducto(ineficiente) del modelo de ajuste clsico (Loyns y Kraut, 1992; Bes-sant, 2000) o incluso como un lastre para el cambio en las estructu-ras agrarias. Generalizando a partir de una pluralidad de definicio-nes (Hernndez, 1992; Bessant, 2000), podemos entender por agri-cultura a tiempo parcial (en adelante ATP) una forma de organiza-cin del trabajo en la explotacin agraria que supone la dedicacinde una parte importante (o mayoritaria) del tiempo de trabajo y/ola obtencin de una parte importante (o mayoritaria) de los ingresostotales del titular de la explotacin fuera de la misma, con respecto

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    (*) Este trabajo se inserta en una investigacin ms amplia financiada en parte por una beca de la FundacinBancaja. Agradezco las sugerencias de dos evaluadores annimos que me han permitido mejorar el artculo, as comolas observaciones realizadas por los participantes a la XIX Reunin Asepelt-Espaa con motivo de la presentacinde una versin anterior del trabajo. Por supuesto, yo soy el nico responsable del resultado final.

    (**) Departamento de Economa Aplicada. Universitat de Valncia.

    La agricultura a tiempo parcialy la externalizacin de servicios

    agrarios como vehculo del cambioestructural (*)

    JUAN RAMN GALLEGO BONO (**)

    - Revista Espaola de Estudios Agrosociales y Pesqueros, n. 225, 2010 (13-45).

  • al tiempo dedicado y/o a los ingresos obtenidos, respectivamente,dentro de esta explotacin.La persistencia de la ATP en muchos pases ha dado paso progresi-vamente a un planteamiento en el que la misma es considerada unaforma de relacin con la explotacin agraria no exenta de racionali-dad en determinados contextos. Adems, se ha destacado la hetero-geneidad de la ATP y el sistema que sta conforma con las relacionesde trabajo dentro y fuera de la explotacin de los miembros de launidad familiar (Carvalho et al 1991;Bessant, 2000), as como laimportancia del entramado territorial que definen las relacionesentre ATP y externalizacin de servicios agrarios (Arnalte, 1989 y2002; Arnalte y Herrera, 2006; Fanfani y Pecci, 1991; Langreo, 2002).En este ltimo caso, sobre todo en los pases del sur de Europa.Tratando de dar un paso ms en esta ltima direccin, el presenteartculo pretende mostrar la importante contribucin al proceso deinnovacin y de modernizacin de la agricultura, y a la propia mejo-ra de las estructuras agrarias, que puede jugar la ATP, tanto en smisma como en su interrelacin (territorial) con la externalizacinde servicios agrarios. Se adopta para ello una perspectiva microeco-nmica y territorial. En la primera parte del artculo se revisa crticamente la literatura yse aboga por complementar el enfoque de los costes de transaccincon el enfoque evolucionista. En la segunda, se confronta el marcoconceptual esbozado en la primera con la investigacin de la confi-guracin que presentan la ATP y la externalizacin de servicios, entanto procesos insertos en diferentes dinmicas de reorganizacin yde innovacin territoriales, en la citricultura valenciana y catalana. Elartculo se cierra con unas conclusiones e inferencias de polticaagraria.

    2. AGRICULTURA A TIEMPO PARCIAL Y EXTERNALIZACIN DE SERVICIOS.DE LA RACIONALIZACIN (DE LOS COSTES DE TRANSACCIN) A LACREATIVIDAD (EVOLUCIONISTA) DE LAS INSTITUCIONES

    2.1. El ajuste estructural clsico y su interpretacin neoclsica

    Arrow ha mostrado cmo el enfoque neoclsico se basa en dossupuestos bsicos, a saber, la racionalidad plena o comportamiento opti-mizador de los agentes, que les lleva a elegir siempre la mejor opcinde entre todas las posibles, y el principio de la coordinacin mercantilde sus relaciones, es decir, de coordinacin de sus decisiones indivi-duales exclusivamente a travs del mercado (Arrow, 1974, citado por

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  • Favereau, 1989). Desde esta perspectiva, el modelo de ajuste clsi-co podra ser representado como un mecanismo eficiente de coor-dinacin por la va de los precios (mercado) entre agentes raciona-les, en virtud del cual los individuos (agricultores) se intercambia-ran las explotaciones propiciando el aumento del tamao de las mis-mas y mejorando as la eficiencia del sector.Mientras la ATP fuese un proceso transitorio, lejos de desafiar alncleo terico (neoclsico) del ajuste estructural clsico lo reforza-ba, dado que constituira el preludio de la salida definitiva de laexplotacin (Pfeffer, 1989). Sin embargo, la consideracin por losagricultores del trabajo fuera y dentro de la explotacin como unacombinacin estable a largo plazo (Kimhi, 2000) supona la perma-nencia de decisiones y estructuras subptimas, cuestionando elsupuesto de racionalidad optimizadora, es decir, el ncleo del mode-lo neoclsico. En otros trminos, la ATP (y la externalizacin de ser-vicios a ella asociada) apareca como un entramado organizativo quesustitua al mercado (de compraventa y arrendamiento de la tierra)como mecanismo de coordinacin de los comportamientos indivi-duales.

    2.2. La agricultura a tiempo parcial y la externalizacin reinterpretada a la luz delenfoque de los costes de transaccin

    La reaccin de muchos economistas agrarios ha sido, en sintona conlo que aconteca en el pensamiento econmico en general, reafir-mar el supuesto de la racionalidad optimizadora, pero cuestionando laexistencia de una nica forma de ajuste y de coordinacin entreagentes. Se ha interpretado as la permanencia de la ATP como unaforma de comportamiento racional frente a restricciones y oportu-nidades asociadas a determinados contextos econmico-institucio-nales (Loyns y Kraut, 1992;Bessant, 2000).La externalizacin del trabajo por parte de empresarios agrariosdesactivados poda interpretarse como la opcin entre compraro hacer de la teora de los costes de transaccin (1) (Langreo,2002). No cabe duda de que la teora de los costes de transaccinproporciona una slida fundamentacin microeconmica (en lalnea reivindicada por Arnalte, 2002) a las distintas formas de orga-nizacin que se presentan en la agricultura (Mnard, 2000) y, enparticular, a los fenmenos de la ATP y la externalizacin del tra-

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    (1) Los costes de transaccin son los costes en que incurren los individuos para establecer los acuerdos o contra-tos en el mercado y para cumplirlos y hacerlos cumplir (North, 1993: 43).

  • bajo agrario (2). Ahora bien, este enfoque no nos sirve como guaexclusiva de comprensin de los procesos bajo revista porque sibien relaja el supuesto del mercado como mecanismo nico de coordi-nacin mantiene esencialmente intacto el supuesto neoclsico deracionalidad optimizadora y, por consiguiente, un concepto de incer-tidumbre prxima a la nocin de riesgo, muy lejana a la incertidum-bre radical de Knigh. Mientras el riesgo permite asignar probabili-dades a un conjunto de posibles eventos previamente delimitados,en un contexto de incertidumbre radical los eventos y los resulta-dos son desconocidos porque dependen de un mundo futuro nocreado todava (Slater y Spencer, 2000: 61). Y el mximo exponen-te de este enfoque optimizador de los costes de transaccin es elpropio Williamson (1989).Un ejemplo de utilizacin del planteamiento williamsoniano para expli-car un proceso de externalizacin de servicios agrarios es el estudio querealizan Vernimmen et al. (2000) para la agricultura belga. Estos autoresdefinen el grado de incertidumbre de una tarea o servicio agrario porla diferencia existente, en trminos de recompensa, entre la realizacinde la misma de forma optimizada (i.e. adecuadamente realizada porun especialista) y una forma no optimizada (como puede ser su realiza-cin por el mismo agricultor) (p. 333). Se trata, por tanto, de una incer-tidumbre perfectamente probabilizable: cuanto ms especfica es unatarea mayor es la incertidumbre que comporta su realizacin y, portanto, mayor la probabilidad de subcontratarla o externalizarla.

    2.3. El enfoque evolucionista: inercia y creatividad en el comportamiento social

    Frente a este planteamiento, el reconocimiento de la existencia deuna incertidumbre radical y de una racionalidad procedimental (3) o limi-tada confiere al aprendizaje un carcter colectivo y lo sita en el cen-tro del anlisis (Dosi y Winter, 2003). Desde esta perspectiva, la efi-ciencia relativa de los comportamientos no es la que gua (a priori)la eleccin (por ejemplo entre hacer o comprar), sino que es unresultado del propio proceso de aprendizaje que deriva de la elec-cin (Edouard, 1997).

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    (2) Mxime cuando este enfoque extiende la inicial dicotoma mercado/empresa (comprar o hacer) a otras for-mas hbridas, como las redes (Williamson, 1996), esenciales en el mbito de la agricultura (Mnard, 2003).

    (3) La racionalidad procedimental se caracteriza porque en ella, a diferencia de lo que ocurre con la racio-nalidad substancial o plena, es importante el entorno interno de los individuos. Este entorno interno puede serdefinido, siguiendo a Simon, como el conjunto de hiptesis relativas a las reglas de decisin, a las reglas de recogi-da de informacin, a los procedimientos de aprendizaje y a las teoras psicolgicas y psicosociales que afectan deforma esencial al proceso de toma de decisiones (Favereau, 1989: 279).

  • Los procesos de organizacin escapan a una simple lgica de elec-cin racional entre hacer, comprar o una forma hbrida entreambas, para inscribirse en un continuo colectivo, abierto y dinmicoque reposa en el territorio como espacio construido por los actoresa travs de su interaccin. Esta interaccin (cognitiva) confiere alterritorio una creatividad potencial (de nuevas formas de organiza-cin) que escapa al clculo racional a priori. De forma que, si bienla historia condiciona el futuro y tiende a generar diferentes trayec-torias territoriales (limitando las opciones posibles segn las decisio-nes pasadas), a lo largo de estas trayectorias se generan novedades(formas nuevas) de manera espontnea (Dosi y Winter, 2003; David,1994). Por tanto, por una parte, frente a las elecciones en un uni-verso de racionalidad plena, las limitaciones cognitivas de los indivi-duos les conducen a reducir las soluciones que buscan a aquellas quese sitan ms prximas (funcional y geogrficamente) de las rutinasexistentes (Maskell y Malmberg, 2007: 614). Pero, por otra parte, laevolucin es susceptible de estimular la creacin de una diversidadque puede permitir la liberacin progresiva de las interacciones yataduras de las viejas formas mediante la creacin de nuevas confi-guraciones. Desde esta perspectiva evolucionista, la ATP y la externalizacin deltrabajo agrario forman parte de y evolucionan en un entramadoorganizativo-institucional definido tanto por reglas formales como porvalores, costumbres y convenciones compartidas y definitorias delambiente, que escapan al clculo racional. La generacin de nove-dades proviene de la variedad en los comportamientos y la exposi-cin de este entramado organizativo-territorial a nuevas fuentes derenta, informacin y estmulo que puede suponer la ATP. Con esteenfoque, las relaciones intersectoriales dentro de la agricultura(entre diferentes cultivos y/o territorios) y entre la agricultura yotros sectores es esencial como mecanismo de generacin de estavariedad y de creatividad.A modo de sntesis de los planteamientos tericos esbozados se ela-bora el cuadro 1.De manera normalmente implcita, la literatura en economa agrariaha ido operando en gran medida esta reorientacin terica evolu-cionista, conforme ha tratado de dar cuenta de la complejidad querodea a la ATP. As, por ejemplo, se ha argumentado que el elemen-to clave en la decisin de permanencia en la explotacin era la dis-ponibilidad de capacidad de trabajo en la explotacin dentro de lafamilia y la expectativa de relevo generacional en la explotacin, y nola racionalidad y la necesidad econmica (Pfeffer, 1989). Tambin se

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  • ha defendido la irreversibilidad de la ATP (4) (Evans e Ilbery, 1993;Weiss, 1997) y la necesidad de reconocer la diversidad de la ATP enfuncion de los entramados de relaciones que sta define en interac-cin con el entorno y las relaciones econmicas y familiares (Bessant,2000: 260). Estos entramados conforman las trayectorias tecnolgicasy organizativas en la agricultura, y en ellos juegan un papel esenciallas posibilidades de externalizacin de tareas. De hecho, uno de losaspectos que caracteriza a la agricultura del sur de Europa (Espaa,Italia, Francia, etc.) es que la ATP se ha desarrollado en combinacincon un proceso de externalizacin de diversas tareas y el desarrollode empresas especializadas en la prestacin de estos servicios (Arnal-te, 1989 y 2002; Arnalte y Herrera, 2006; Fanfani y Pecci, 1991; Lan-greo, 2002; Picazo y Reig, 2006). La principal novedad del presenteartculo respecto de estos ltimos trabajos, que tambin considerancon frecuencia el sector citrcola valenciano o espaol, es el enfoqueevolucionista y el nfasis en la heterogeneidad territorial que definela organizacin citrcola.

    2.4. La agricultura a tiempo parcial y la externalizacin como alternativa al ajusteclsico

    En este sentido, adems de los estudios referidos, en el ltimo lustrose han desarrollado algunos trabajos que se inscriben en gran medi-

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    (4) Esta irreversibilidad se debe a las asimetras que presenta la modulacin del trabajo dentro y fuera de la explo-tacin. En efecto, la flexibilidad para aumentar el trabajo fuera de la explotacin ante eventuales aumentos de lossalarios en estas actividades, contrasta con la dificultad para intensificar el trabajo en la explotacin cuando sereducen los salarios de las actividades realizadas fuera de la explotacin (Weiss, 1997).

    Cuadro 1

    ENFOQUES MICROECONMICOS Y CONCEPTUALIZACIN DE LA AGRICULTURAA TIEMPO PARCIAL

    Supuestos bsicos Enfoques microeconmicosde comportamiento

    Neoclsico Costes Evolucionistaindividual de transaccin

    Coordinacin Mercantil No mercantil No mercantilRacionalidad Plena (optimizadora) Plena (optimizadora) Limitada (no optimizadora)Agricultura a tiempo Comportamiento Estructura Estructuraparcial y externalizac. desviado organizativa de organizativa no ptima.de tareas (subptimo) coordinacin ptima Inercias y aprendizaje

    Fuente: elaboracin propia a partir de Favereau (1989).

  • da en la perspectiva que aqu se defiende. Por eso, presentar algunosde sus resultados ayudar a encuadrar nuestra investigacin emprica.En primer lugar, y yendo al ncleo de la cuestin, los autores del cap-tulo de Estructuras Agrarias del Libro Blanco de la Agricultura y el Desa-rrollo Rural (MAPA, 2003) han considerado el proceso de externaliza-cin de trabajos agrcolas en la agricultura espaola y valencianacomo una va fundamental de cambio estructural alternativo al ajus-te clsico. Se destaca la pujanza y generalizacin del proceso deexternalizacin de tareas y el estmulo que este proceso supone alsurgimiento de empresas de servicios junto a las cooperativas y SAT(Sociedades Agrarias de Transformacin) y los propios agricultores.Se presenta la externalizacin como un freno al ajuste estructural(dado que hace posible la permanencia de explotaciones que de otromodo no seran rentables) al tiempo que como un estmulo al mismoporque equivale a una concentracin indirecta de explotaciones quepermite aprovechar las economas de escala, reducir costes de pro-duccin, aplicar innovaciones tecnolgicas y disponer de mano deobra cualificada (MAPA, 2003: 88). Las cooperativas, a travs de sussecciones de cultivo, constituyen uno de los actores a travs de los cua-les se puede hacer frente a las dificultades que existen para confor-mar explotaciones de cierto tamao en un contexto minifundistacomo el citrcola. Tras subrayar estas dificultades, Caballer et al.(2005) han estudiado las mejoras de eficiencia asociadas a diversosniveles de integracin asociativa de las explotaciones citrcolas orga-nizadas por los servicios de cultivo de las cooperativas de comerciali-zacin. Los autores concluyen que la puesta en marcha de la gestinen comn del cultivo implicar el fin de las decisiones directas delpropietario. Ello requiere un cambio psicolgico en el modo de per-cibir la tierra y todo lo que la rodea que seguramente requerir unasustitucin (de los actuales propietarios) por nuevas generacionesque tendrn una percepcin y puntos de vista diferentes (Caballer etal., 2005: 82-83). Lo que se tratar de evidenciar es que este cambiocultural ya se est produciendo entre algunos agricultores de la gene-racin actual como consecuencia de la propia profundizacin de lalgica de la ATP y de la externalizacin de tareas.Otros dos estudios que abordan el papel de las cooperativas en el pro-ceso de ajuste estructural en la citricultura valenciana a travs de larealizacin de tareas para los agricultores son Campos (2004) y Sabo-r (2006). El primero realiza un anlisis exhaustivo de las secciones decultivo de las cooperativas de la Comunidad Valenciana (en adelanteCV), mientras que el segundo est consagrado a la caracterizacin engeneral de las empresas de servicios de maquinaria agrcola en los

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  • diferentes cultivos y regiones espaolas. El primer trabajo evidenciaclaramente la importante contribucin que realizan las secciones decultivo de la CV, dedicadas esencialmente a ctricos, a la generacinde un empleo estable y de calidad, a la formacin de una mano deobra cualificada y a la reduccin de los costes de las explotaciones.Todo ello, en contraste con el carcter sumergido que presentan aveces otras empresas de servicios que realizan trabajos para los agri-cultores. As se concluye que la agricultura valenciana ser gestiona-da por secciones de cultivo o no ser (Campos, 2004: 71). Auncompartiendo en gran medida este planteamiento, hay que subrayarque estas empresas de servicios distintas de las secciones de cultivo delas cooperativas no constitutuyen un grupo homogneo; adems, lascooperativas pueden establecer densas redes de relaciones con lasmismas. En este sentido, Sabor (2006) destaca la existencia de otrosactores que proporcionan servicios de maquinaria o de otro tipo a losagricultores, tales como empresas de servicios especializados, empre-sas de suministro de inputs que pasan a prestar servicios o agriculto-res con maquinaria que realizan trabajos para otros agricultores. Unacuestin clave es la preferencia de los agricultores por la contrata-cin de servicios o de maquinaria agraria con otro agricultor oempresa especializada sobre la contratacin de cooperativas o SAT(...) (Sabor, 2006: 32-33). Nuestra investigacin confirmar estoltimo pero apuntar hacia un cambio en este mbito en el contextode una tensin dinmica entre el recurso a especialistas y el recurso aorganizaciones empresariales, que refleja dos modelos de organiza-cin de la subcontratacin. Por ltimo, es muy interesante la impor-tancia que adquiere el proceso de mecanizacin como vector de laexternalizacin de muchas tareas, aunque se reconozca la importan-cia de otros argumentos, en especial en la citricultura valencianadonde tambin se externalizan tareas intensivas en mano de obra(Sabor, 2006).

    3. AGRICULTURA A TIEMPO PARCIAL, EXTERNALIZACIN DE SERVICIOSAGRARIOS Y MODERNIZACIN DE LA CITRICULTURA VALENCIANA YCATALANA

    3.1. Metodologa y fuentes de informacin

    En coherencia con la preocupacin cualitativa y dinmica del traba-jo, la informacin emprica utilizada no se limita a la informacinestadstica disponible, sino que proviene fundamentalmente de larealizacin por el autor de 156 entrevistas personales en profundidada tres colectivos bsicos: agricultores (123), distribuidores de inputs y

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  • empresas de servicios (17) y cooperativas de comercializacin (16). El62 por ciento de las entrevistas se ha realizado en la ComunidadValenciana y el 38 por ciento restante en Catalua. En la ComunidadValenciana las entrevistas se han realizado en las provincias de Caste-lln y Valencia, mientras que en Catalua fueron realizadas en lascomarcas del Montsi y el Baix Ebre, al sur de la provincia de Tarra-gona, que albergan la mayor parte de ctricos de Catalua. El cues-tionario, bsicamente cerrado, iba dirigido a esclarecer la evolucinde los siguientes aspectos en la citricultura valenciana y catalana: 1) elcontexto estructural e institucional de la toma de decisiones; 2) ladotacin de maquinaria y otros factores productivos, la organizacinde las tareas productivas y la problemtica del mercado de trabajo; 3)la organizacin y factores de competitividad de las diferentes empre-sas de servicios agrarios. El 55 por ciento de las entrevistas se realizen 2004 y el 45 por ciento restante en 2007-2008. Especialmenteimportante ha sido contar con sendas muestras de agricultores quepermitieran captar los efectos sobre la organizacin de la produccindel desplome de los precios percibidos por los agricultores que se haproducido desde el ao 2005. Por eso, inicialmente formada por 57agricultores entrevistados en 2004, la muestra se ampli con otros 66agricultores entrevistados en 2007-08. La muestra se ha confecciona-do para recoger la variedad de situaciones existentes en los diferentessubsectores y territorios. As, para seleccionar a las cooperativas se harecurrido a expertos, y para seleccionar a los agricultores-propietariosse ha apelado normalmente a responsables municipales de servicios ysindicatos agrarios y/o a buenos conocedores de las diferentes reasestudiadas. A los distribuidores y empresas de servicios hemos accedi-do a travs de los agricultores entrevistados, sus clientes.

    3.2. La agricultura a tiempo parcial: vehculo de entrada de variedad en la citricultura

    Un aspecto que ha recibido poca atencin en los estudios sobre laagricultura espaola ha sido la contribucin de la ATP, en tanto queva de introduccin de variedad en la agricultura y el mundo rural, ala adopcin y generacin de innovaciones. En la citricultura valencia-na se ha evidenciado la existencia de cuatro vectores bsicos de inno-vacin de la mano de la ATP. En primer lugar, y asumiendo un con-cepto amplio de ATP, sta ha sido un camino para la entrada de capi-tales provenientes de otros sectores econmicos, a travs de empresa-rios o profesionales liberales, que han contribuido progresivamente agenerar un segmento de explotaciones citrcolas de mayor tamao yuna nueva forma ms moderna de cultivo (Honrubia, 1986; Gallego,2000). Estos empresarios (de la industria o los servicios) y profesio-

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  • nales liberales definen una primera categora de agricultores-propie-tarios a tiempo parcial. En segundo lugar, y definiendo una segundacategora de agricultor a tiempo parcial, se encuentra un propietario-agricultor con dedicacin principal fuera de la explotacin y de lapropia agricultura y una explotacin de pequeo tamao. ste hacontado con una fuente de ingresos relativamente estable, lo que leha permitido acometer inversiones arriesgadas en la explotacin queeran vistas con mayores reservas por el agricultor a tiempo completoy por el agricultor a tiempo parcial dotado tambin de una pequeaexplotacin y con dedicacin principal dentro de la agricultura, en larecoleccin o como especialista (Gallego, 1996). Este ltimo colecti-vo, constituye un tercer tipo de agricultor a tiempo parcial. En tercerlugar, y todava ms importante, el desarrollo de esta actividad extra-agrcola ha sido una fuente de exposicin del agricultor a tiempo par-cial a nuevas ideas y concepciones que han entrado as en la agricul-tura de la mano de estos agricultores-propietarios. Especialmenteparadigmtico a este respecto ha sido la adopcin colectiva (en lasAgrupaciones de Regantes) del riego por goteo en la citriculturavalenciana impulsada por pequeos agricultores con dedicacin prin-cipal en el terciario (Gallego, 1996 y 2000). En cuarto lugar, y evi-denciando claramente la importancia de la mecanizacin en la exter-nalizacin, la ATP ha favorecido un proceso de externalizacin defunciones o servicios que ha estimulado la especializacin y la divisindel trabajo y, por tanto, la racionalizacin del proceso agrario (Arnal-te, 1989; Toms Carpi y Gallego, 1992).El punto esencial de nuestra argumentacin es que este proceso deexternalizacin de funciones y de especializacin que propiciaba laATP se est profundizando y reorganizando en los ltimos tiempossobre la base de nuevos actores y relaciones, dotando a la combina-cin ATP-externalizacin en la Comunidad Valenciana de un poten-cial transformador de carcter estructural indito hasta el presente.Si hasta ahora la especializacin asociada a la ATP haba favorecidola relativa compartimentacin o fragmentacin de las tareas (desdela perspectiva de los actores encargados de las mismas), la propiaprofundizacin de la ATP apunta hacia la integracin organizativade tareas estimulada por la tendencia hacia la subcontratacin detodas las tareas, incluida la propia gestin de la explotacin. Esto haconllevado la creciente organizacin empresarial de estas tareas sub-contratadas y la reorganizacin de los actores que las realizan (unproceso ya vislumbrado por Arnalte, 1991).Por otra parte, mientras que ninguna de las formas de ATP en laComunidad Valenciana ha favorecido el reforzamiento de la condi-

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  • cin de agricultores dedicados en exclusiva a la explotacin por lava del ajuste clsico, en Catalua se asiste a un proceso progresivode concentracin y aumento del tamao de las explotaciones ali-mentado fundamentalmente por la ATP que est favoreciendo el sur-gimiento de un propietario profesional de la explotacin.

    3.3. Organizacin microeconmica y territorial de la agricultura a tiempo parcial,externalizacin de servicios y trayectorias de ajuste. Comparacin ComunidadValenciana/Catalua

    3.3.1. La organizacin de la produccin en la Comunidad Valenciana

    En general, el contexto estructural e institucional de la citriculturavalenciana viene definido por seis rasgos bsicos interrelacionados(Barcel, 1991). El pequeo tamao de las explotaciones, unido a lasposibilidades para el empleo en sectores distintos de la agricultura aso-ciadas al desarrollo industrial-terciario, ha hecho que la agriculturaperdiera importancia en la estructura de la poblacin ocupada y quela ATP fuese un fenmeno cada vez ms extendido (cuadro 2). Si aestos tres elementos unimos la baja rentabilidad de muchas explota-ciones que deriva en parte de aquella problemtica, y que se refleja enla desigual evolucin de los precios percibidos (claramente estanca-dos) y los precios pagados (en continuo aumento) por los agricultores(Toms Carpi y Gallego, 1992; Mar y Meli, 2004), se entender elgrave problema de relevo generacional, dado el escaso atractivo de laagricultura para los jvenes, y el elevado envejecimiento de la pobla-cin agraria en general, y citrcola en particular (cuadro 2). Un sextoelemento es la relativamente baja dotacin de maquinaria de la mayo-ra de explotaciones citrcolas valencianas (cuadro 2). Todos estos fac-tores han intensificado el trabajo de los jvenes en otros sectores.Ya hemos apuntado ms arriba que este entramado est evolucio-nando hacia una intensificacin de la externalizacin de tareas y laorganizacin integral y empresarial de las mismas, lo que confiere ala combinacin ATP-externalizacin de tareas un importante poten-cial transformador. Ahora bien, ste no es un proceso uniforme enel territorio citrcola. En este sentido, a partir de la informacin esta-dstica disponible (cuadro 2) y de las entrevistas personales (vasecuadros 3, 4 y 5) podemos delimitar dos realidades distintas en lacitricultura valenciana (5).

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    (5) Existe una tercera rea, formada por las comarcas y reas intermedias (situadas entre la costa y el interior)de las provincias de Castelln y Valencia, que aqu no ser considerada por razones de espacio. Tampoco se conside-ra la provincia de Alicante, por quedar fuera de la muestra, aunque todo sugiere que se inscribira en lo que hemosllamado el modelo de las comarcas costeras.

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    Cuadro 2

    INDICADORES SOCIOECONMICOS: TERRITORIO, AGRICULTORES Y EXPLOTACIONES (*)Distribucin de la poblacin Distribucin de Distribucin de titulares

    ocupada por sectores las explotaciones Maquinaria propiedad Titulares de personas fsicas de (A: agricultura, I: industria; citrcolas por exclusiva de la 65 y ms explotaciones segn C: construccin y S: tamao en ha explotacinaos en % ocupacin principalmbito geogrfico servicios) 2001 (%) (en % sobre el total)

    sobre el

    >=0,1 >=1 Tractores/ Motocultores/ total Slo en Otra activid. Otra activid(A) (I) (C) (S)

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    Cuadro 2 (Continuacin)

    INDICADORES SOCIOECONMICOS: TERRITORIO, AGRICULTORES Y EXPLOTACIONES (*)Distribucin de la poblacin Distribucin de Distribucin de titulares

    ocupada por sectores las explotaciones Maquinaria propiedad Titulares de personas fsicas de (A: agricultura, I: industria; citrcolas por exclusiva de la 65 y ms explotaciones segn C: construccin y S: tamao en ha explotacinaos en % ocupacin principalmbito geogrfico servicios) 2001 (%) (en % sobre el total)

    sobre el

    >=0,1 >=1 Tractores/ Motocultores/ total Slo en Otra activid. Otra activid(A) (I) (C) (S)

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    . 225, 2010

    Cuadro 3

    ORGANIZACIN Y REALIZACIN DE LAS TAREAS POR LOS AGRICULTORES (1)Tareas que realiza personalmente Tareas que subcontrata Actor al que subcontrata las tareas (2)

    Muestra Comunidad Muestra

    Muestra ComunidadMuestra

    Muestra ComunidadMuestraValenciana

    CataluaValenciana

    CataluaValenciana

    CataluaTareas Zona Zona Com. Zona Zona Com. Zona Zona Com.costera central Valenc. costera central Valenc. costera central Valenc.VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%)50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA) 50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA) 50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA)

    0 0 0 12 100 100 100 46 (VA) 94 50(VA) 100 24(VA) 100 74(VA) 49 (VA) Co 14 Co 46 Co 24 Co 13

    Suministro de plantas V 30 V 46 V 35 V 94D 48 D 12 D 35 D 0SP 12 SP 0 SP 4 SP 0

    0 0 0 2 100 100 100 94 50(VA) 100 24(VA) 100 74(VA) 100 46 (VA) 100 Suministro de inputs (fitosanitario, abonos, etc.) D 62 D 79 D 66 D 74Co 24 Co 46 Co 31 Co 48

    SP 14 SP 0 SP 9 SP 018 29 22 22 4 17 8 0 2 (VA) 100 4(VA) 100 6(VA) 100 0(VA)

    Laboreo E 0 E 25 E 17 E 0SP 0 SP 75 SP 50 SP 0D 100 D 0 D 17 D 0

    60 100 73 94 36 4 26 8 18 (VA) 100 1(VA) 100 19(VA) 100 4(VA) 100Eliminacin malas hierbas E 33 E 100 E 37 E 100SP 50 SP 0 SP 47 SP 0

    D 17 D 0 D 16 D 036 67 46 94 62 33 53 10 21 (VA) 100 8(VA) 100 39(VA) 100 5(VA) 100

    E 43 E 50 E 33 E 100Tratamientos fitosanitarios SP 48 SP 12 SP 28 SP 0

    D 57 D 12 D 33 D 0Co 9 Co 25 Co 10 Co 0

  • La agricultura a tiempo parcial y la externalizacin de servicios agrarios como vehculo del cambio estructural

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    Cuadro 3 (Continuacin)

    ORGANIZACIN Y REALIZACIN DE LAS TAREAS POR LOS AGRICULTORES (1)Tareas que realiza personalmente Tareas que subcontrata Actor al que subcontrata las tareas (2)

    Muestra Comunidad Muestra

    Muestra ComunidadMuestra

    Muestra ComunidadMuestraValenciana

    CataluaValenciana

    CataluaValenciana

    CataluaTareas Zona Zona Com. Zona Zona Com. Zona Zona Com.costera central Valenc. costera central Valenc. costera central Valenc.VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%)50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA) 50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA) 50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA)

    Abonado 32 100 54 92 86 37 70 100 43(VA) 100 9(VA) 100 52(VA) 100 49(VA) 100TR 100 TR 100 TR 100 TR 10042 71 51 92 100 87 96 100 50(VA) 100 21(VA) 100 71(VA) 49 (VA) 100

    Riego RE 14 RE 86 RE 35 RE 0TR 86 TR 52 TR 76 TR 100

    52 58 54 20 36 25 32 2 18(VA) 100 6(VA) 100 24(VA) 100 1(VA) 100Quemar la lea E/P 61 E/P 83 E/P 67 E/P 100Cua 11 Cua 0 Cua 8 Cua 0

    SP 33 SP 67 SP 42 SP 06 33 15 67 40 33 39 14 20 (VA) 100 9(VA) 100 29(VA) 100 7(VA) 100

    Triturar la lea E 65 E 56 E 62 E 57SP 25 SP 56 SP 34 SP 14Co 10 Co 22 Co 14 Co 29

    36 58 43 63 60 50 57 61 30 (VA) 100 12(VA) 100 42 (VA) 100 30(VA) 100E 27 E 33 E 29 E 13

    Poda Cua 53 Cua 67 Cua 57 Cua 87SP 17 SP 0 SP 12 SP 0

    D 3 D 0 D 2 D 0Co 3 Co 0 Co 2 Co 0

    36 71 47 18 22 12 19 2 11 (VA) 100 3(VA) 100 14(VA) 100 1(VA) 100SP45 SP 0 SP 36 SP 100

    Poner caas o tratamiento sustitutivo P 27 P 67 P 36 P 100E 9 E 33 E 14 E 0

    D 27 D 0 D 21 D 0

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    Cuadro 3 (Continuacin)

    ORGANIZACIN Y REALIZACIN DE LAS TAREAS POR LOS AGRICULTORES (1)Tareas que realiza personalmente Tareas que subcontrata Actor al que subcontrata las tareas (2)

    Muestra Comunidad Muestra

    Muestra ComunidadMuestra

    Muestra ComunidadMuestraValenciana

    CataluaValenciana

    CataluaValenciana

    CataluaTareas Zona Zona Com. Zona Zona Com. Zona Zona Com.costera central Valenc. costera central Valenc. costera central Valenc.VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%) VA (%)50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA) 50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA) 50 (VA) 24 (VA) 74 (VA) 49 (VA)

    Recoleccin 2 17 7 41 100 87 96 67 50 (VA) 100 21(VA) 100 71(VA) 100 33(VA) 100C 100 C 100 C 100 C 1000 0 0 6 4 0 3 26 2 (VA) 100 0 (VA) 100 2(VA) 100 13(VA) 100

    Servicios avanzados I 0 I 0 I 0 I 61D 100 D 0 D 100 D 8Co 0 Co 0 Co 0 Co 8

    86 100 89 98 24 4 18 2 12 (VA) 100 1 (VA) 100 13 (VA) 100 1 (VA) 100Gestin de la finca SP 67 SP 100 SP 69 SP 0Co 17 Co 0 Co 15 Co 100

    D 17 D 0 D 15 D 098 100 96 100 4 0 3 0 2 (VA) 100 0 (VA) 100 2 (VA) 100 0 (VA) 100

    Venta del producto SP 50 SP 0 SP 50 SP 0Co 50 Co 0 Co 50 Co 100

    (1) Nota: Las respuestas a las preguntas estn expresadas en porcentajes sobre el total de agricultores que responden a la pregunta, figurando en valores absolutos (VA) el nme-ro de agricultores que contestan a cada cuestin. (2) Nota 2: Co: Cooperativa; V: Viveros; SP: empresa de servicios productivos; D: distribuidor de inputs; E:especialista; TR: Tcnico en control de riego por goteo; RE: Rega-dor tradicional; P: Pen E/P: Especialista/Pen; Cua: Cuadrilla (grupo organizado) de podadores; C: comercio privado y cooperativas ; I: Ingenieros.Fuente: elaboracin propia en base a entrevistas con agricultores-propietarios 2004 y 2007-2008.

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    Cuadro 4

    LA TENSIN DINMICA REALIZACIN INTERNA/EXTERNALIZACIN DE TAREAS (1)Muestra Comunidad Valenciana Muestra Catalua

    Zona Costera Zona Central Com. Valenciana CataluaVA (%) VA (%) VA (%) VA (%)

    Cmo han evolucionado en los ltimos aos las tareas de la explotacinque encarga a terceros? 50(VA) 100 24(VA) 100 74(VA) 100 49(VA) 100Han aumentado mucho 18 17 18 4Han aumentado poco 18 4 13 12Han disminuido mucho 14 29 19 37Han disminuido poco 6 17 9 18Se han mantenido constantes 44 33 40 31A qu se debe este cambio? 28(VA) 100 16(VA) 100 44(VA) 100 29(VA) 100Cada vez realiza ms tareas por dedicarse ms a trabajar dentro de la explotacin 0 0 0 10Cada vez realiza menos tareas por envejecimiento del titular de la explotacin 39 12 43 0Problema de relevo generacional en los especialistas 25 0 16 0Cada vez las cooperativas, distribuidores u otros especialistas se encargan derealizar la mayor parte de tareas para los agricultores a tiempo parcial reduciendo 18 0 11 0as el nmero de actores a contratar Al antiguo especialista (poda, pulverizacin, laboreo, etc.) trabajar para la coope-rativa en lugar de por su cuenta le resulta ms cmodo y le da mayor seguridad 7 0 4 0

    Para reducir costes 36 50 41 55Porque se han mecanizado muchas tareas y resulta ms barato subcontratarlas 39 25 34 10A que las explotaciones disponen de una amplia dotacin de maquinaria que hayque amortizar 11 44 23 34

    A que ha aumentado el tamao de la explotacin citrcola por transformacin desecano en regado, permiendo rentabilizar la compra de maquinaria, incorporar 0 0 0 41a los hijos, etc.A quin encarga estas tareas? 50(VA) 100 24(VA) 100 74(VA) 100 49(VA) 100

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    . 225, 2010

    Cuadro 4 (Continuacin)

    LA TENSIN DINMICA REALIZACIN INTERNA/EXTERNALIZACIN DE TAREAS (1)Muestra Comunidad Valenciana Muestra Catalua

    Zona Costera Zona Central Valenciana CataluaVA (%) VA (%) VA (%) VA (%)

    Contrato directamente a especialistas (podadores, tratamientos, etc.) para cada tarea 54 79 62 92Contrato al distribuidor que tiene gente en plantilla para realizar las tareas 18 0 12 0Contrato con empresas de servicios productivos 20 8 16 0Contrato a la cooperativa que tiene gente en plantilla para realizar las tareas 4 0 3 0Contrato a personal asalariado relativamente estable 2 0 1 31Contrato a un encargado 12 0 0 0NS/NC 2 19 5 0

    (1) Las respuestas a las preguntas estn expresadas en porcentajes sobre el total de agricultores que responden a la pregunta, figurando en valores absolutos (VA) el nmero deagricultores que contestan a cada cuestin.

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    Cuadro 5

    ORGANIZACIN DE LAS TAREAS Y MERCADO DE TRABAJO AGRARIO (1)Muestra Comunidad Valenciana Muestra Catalua

    Zona Costera Zona Central Valenciana CataluaVA (%) VA (%) VA (%) VA (%)

    Tiene problemas para encontrar personal para realizar las tareas del campo? 50(VA) 100 24(VA) 100 74(VA) 100 49(VA) 100No. Por qu? 39(VA) 78 14(VA) 58 53(VA) 72 36(VA) 73Porque me lo lleva todo una empresa de servicios productivos, distribuidor y/ocooperativa 31 0 23 0

    Porque yo me lo hago todo 38 71 47 67Porque he trabajado en el sector y tengo relaciones con especialistas 44 21 38 11Porque hay jubilados ( trabajadores y/o encargados) que realizan tareas para m 26 0 19 0Porque todava hay una oferta suficiente de especialistas autnomos 23 36 26 25Porque adquiero los servicios de personas cuando no trabajan en la recoleccin oen la industria 15 8 15 0

    Porque la poblacin inmigrante suple en gran medida la falta de oferta local 10 57 23 25S. En qu mbitos y porqu? 12(VA) 24 12(VA) 50 24(VA) 32 17(VA) 35Si, en las labores ms cualificadas del cultivo (poda, etc,) 50 75 62 100Si, en todas las labores en general cada vez ms 25 17 21 12Si, en las labores que requieren de permisos especiales 25 0 12 0Porque est desapareciendo el tradicional sistema de formacin en el tajo con laayuda de un profesional 75 67 71 31

    Lo problemas se deben al escaso atractivo de la agricultura para los jvenes 67 83 75 37Porque las empresas de distribucin y servicios captan a los pocos especialistasque quedan 67 8 37 0

    Porque las cooperativas (seccin de cultivo) estn captando a los pocos especialistas que quedan 42 8 25 3

    (1) Las respuestas a las preguntas estn expresadas en porcentajes sobre el total de agricultores que responden a la pregunta, figurando en valores absolutos (VA) el nmerode agricultores que contestan a cada cuestin.Fuente: elaboracin propia en base a entrevistas con agricultores-propietarios 2004 y 2007-2008.

  • La zona central: la persistencia del modelo tradicional

    En las comarcas citrcolas centrales relativamente ms agrcolas (queabarcaran un amplio espacio de la Ribera, La Safor o incluso LHor-ta, en especial, LHorta Nord), existe todava un cierto contingentede poblacin relativamente joven que desarrolla buena parte de laslabores exigidas por su explotacin y que completa los ingresos de laexplotacin trabajando (como especialista) para otros agricultoresy/o dedicndose a la recoleccin (cuadro 2). Aunque a veces se apelaa especialistas para la realizacin de algunas tareas, el cultivo intensi-vo (densos marcos de plantacin) impide la mecanizacin de muchastareas y limita las necesidades (externas) de maquinaria, obligando abuscar la rentabilidad por la va de los ingresos y no de los costes, loque modera la externalizacin de tareas en general (cuadro 3). Enesta zona, y de foma sinttica, la gradacin de tareas subcontratadasva del recurso externo habitual para la realizacin de la recoleccin yla poda, al menos habitual recurso a la subcontratacin de la realiza-cin de los tratamientos fitosanitarios (dado que muchos propietariosdisponen de la maquinaria o incluso del carn oficial necesario paraencargarse ellos mismos de esta tarea) y al carcter excepcional de laexternalizacin de la gestin de la explotacin. Hay otras dos rutinasorganizativas, basadas en relaciones informales tradicionales, quetambin frenan la externalizacin de tareas y su organizacin sobreuna base empresarial profesional. Se trata de la figura del procura-dor (gestor) de fincas de terceros y de las relaciones de reciprocidadentre agricultores en la realizacin de tareas. Las entrevistas realizadas en el perodo 2007-2008 confirman la cons-tancia de estas tendencias con dos matices importantes: a) la crisis derentabilidad de las explotaciones conduce a los agricultores de estazona a tratar de ahorrar mano de obra, ya sea por la va de la inte-riorizacin de funciones intensivas en trabajo o mediante su exter-nalizacin para poder mecanizarlas (cuadro 4); b) la crisis de renta-bilidad, el envejecimiento de la poblacin agraria y los problemaspara encontrar mano de obra cualificada (cuadro 5) pueden estarprovocando tambin aqu cambios cualitativos de carcter organiza-tivo todava incipientes pero de gran alcance potencial. En efecto, sedetectan algunos casos de acumulacin de tierras a su cargo porprocuradores relativamente jvenes que estn reorientando suactividad a la gestin y organizacin del proceso de produccin deestas explotaciones subcontratando y mecanizando sistemticamentetodas las tareas. De otra parte, y reafirmando el papel de la mecani-zacin como vector de la externalizacin, dentro de una estrategiade reduccin de costes que supone ir rompiendo con ciertas iner-

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  • cias, algunos agricultores con una alta dedicacin a la explotacinestn sustituyendo tareas antes manuales e internalizadas (quema dela lea) por su mecanizacin (triturado) va externalizacin.

    Las comarcas costeras del norte de la Comunidad Valenciana: la apa-ricin de un modelo integrado de organizacin empresarial de las tareas

    En contraste con el modelo anterior, en las comarcas costeras del nortede la Comunidad Valenciana (tales como el Camp de Morvedre, LaPlana Alta y Baixa o incluso el Baix Maestrat) la progresiva orienta-cin de la poblacin ms jven hacia la industria y los servicios, hahecho que la mayora de dicha poblacin no haya accedido a laexplotacin y gestin efectiva de la tierra, de tal modo que es lapoblacin jubilada la que sigue dirigiendo la explotacin (tabla 2).Naturalmente, este problema de relevo generacional no slo afecta alas explotaciones agrarias sino tambin a los especialistas (en poda,tratamientos, etc.) en las tareas agrarias. Esto comporta la posibili-dad de delimitar, con cierta claridad, en esta regin citrcola costerados colectivos que aparecen en la investigacin. Tenemos, en primerlugar, un propietario-agricultor de elevada edad que, o bien ha tra-bajado tradicionalmente en el sector, o que se ha volcado en suexplotacin a raz de su jubilacin. Estos agricultores definen unacuarta categora efectiva de agricultores a tiempo parcial, cuyosingresos principales proceden de la pensin de jubilacin. Estecolectivo mantiene un conocimiento tcnico y una trama de relacio-nes personales suficiente con los especialistas existentes en el sector.Estos propietarios consiguen as, con muy bajos costes de transaccin,organizar las tareas de la explotacin combinando el trabajo de dis-tintos especialistas, a menudo bajo su propio control, y manteniendosiempre la gestin de la explotacin. De este modo, pueden subcon-tratar tareas a un menor coste de produccin de lo que supondrarecurrir a los servicios de cooperativas o de distribuidores de inputsque realizan servicios, por las razones que despus explicaremos. Existe un segundo grupo de agricultores-propietarios con menor vin-culacin a la explotacin y a la agricultura en general, formado tantopor un colectivo de avanzada edad como por agricultores-propieta-rios ms jvenes que han ido abandonando progresivamente laexplotacin y/o que la han heredado sin quererse dedicar a lamisma. Se trata de la quinta y ltima categora efectiva de agricultora tiempo parcial en la citricultura valenciana, menos extendida en lazona central. Una novedad esencial de la ltima dcada ha sido elrpido avance de este colectivo como consecuencia de la concatena-cin entre el crecimiento de la ATP y la baja rentabilidad de las

    La agricultura a tiempo parcial y la externalizacin de servicios agrarios como vehculo del cambio estructural

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  • pequeas explotaciones agrarias. La menor dedicacin y conoci-mientos de este colectivo le lleva a subcontratar una mayor cantidadde tareas a terceros, respecto del anterior grupo (cuadro 3). Peroadems, sus escasas relaciones con el sector agrario hacen que loscostes por parte de transaccin ligados a la organizacin de la reali-zacin de las tareas de varios especialistas resulten prohibitivos,dadas las rutinas y la trayectoria evolutiva de estos agricultores-pro-pietarios y la distancia cognitiva (tcnica y cultural) con respecto a losespecialistas. Esto obliga a este colectivo a recurrir, ya sea a pequeaso medianas empresas de servicios generalistas con asalariados, a losdistribuidores de inputs que tambin prestan servicios o a la propiaseccin de cultivo de las cooperativas (vase cuadro 4). Estos tres lti-mos actores han crecido recientemente de manera significativa alcalor de las demandas del colectivo ms desactivado, y cada vezms amplio, de agricultores-propietarios. La doble caractersticaesencial que presentan aqu estos actores es que tienden a prestaruna cantidad de servicios cada vez ms amplia (hasta encargarse enmuchos casos de la propia gestin de las explotaciones de sus clien-tes), lo que les conduce a organizar la red de otros especialistas paradar un servicio integral a sus clientes, que as nicamente se relacio-nan con ellos (cuadros 3, 4 y 5). En esta zona, por tanto, la gradacinde tareas subcontratadas cambia con respecto a la zona central, por-que se intensifica el recurso a la externalizacin de la recoleccin yde la poda, deviene habitual la externalizacin de los tratamientosfitosanitarios y la subcontratacin de la gestin integral comienza aser frecuente (cuadro 3).En coherencia con estas exigencias de oferta y de demanda, en estazona de la Comunidad Valenciana las cooperativas de comercializacinsuelen contar con una seccin de cultivo que realiza cada vez un mayornmero de tareas o servicios para los socios o que incluso gestiona inte-gralmente sus explotaciones. Aunque la gran tradicin cooperativistade la zona central hace que en ella las secciones de crdito tambinestn implantadas (Campos, 2004), el porcentaje de socios de las mis-mas que hacen uso de los servicios de la seccin de cultivo es muy infe-rior. De igual modo, muchas empresas antes dedicadas en exclusiva a ladistribucin de inputs (agroqumicos, etc.), como delegaciones deempresas nacionales o multinacionales, comienzan a realizar las mis-mas (cuando no ms) actividades terciarias que las cooperativas, esto es,a) suministran inputs, b) realizan asesoramiento tcnico, c) desarrollantareas por cuenta de clientes y d) gestionan fincas integralmente (6).

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    (6) De hecho, estas empresas sealan que para ellas prestar estos servicios es un factor de competitividad esencial.

  • Nuestra investigacin evidencia una clara tendencia a la imposicindel segundo modelo. As lo sugiere tanto 1) el que la expectativa derelevo generacional en la explotacin del primer grupo de agricul-tores sea prcticamente nula e idntica a la del segundo grupo, como2) las dificultades crecientes del primer grupo para encontrar espe-cialistas (cuadro 5). Y es justamente la improbable supervivenciasimutnea de ambos modelos en esta zona lo que hace que ciertoscambios estructurales que se atisban con la segunda configuracinadquieran relevancia. Ahora ya estamos en condiciones de apreciar el potencial de cambioestructural asociado al tipo de combinacin ATP-externalizacin deservicios que se est produciendo en amplias reas de la CV. Mientrasque la especializacin y divisin del trabajo asociada a la ATP habafavorecido hasta el presente la relativa fragmentacin de las tareas, laprofundizacin de la ATP en un contexto de menor inters de losjvenes por la agricultura hace que se quiebre el antiguo modelo deespecialistas a favor de un modelo de organizacin en red (Langreo,2002) donde una empresa organiza (interna o externamente) todaslas tareas y la propia gestin de la finca de su cliente. De forma anal-tica, los dos caminos esenciales que se abren son los siguientes. En primer lugar, progresivamente un pequeo nmero de organiza-ciones van a gestionar la mayor parte de las pequeas explotacionescitrcolas valencianas. Esto comienza a ofrecer por primera vez la posi-bilidad de lograr en el cultivo economas de escala y no slo de espe-cializacin. Adems, dado que con el paso de la tierra a las nuevasgeneraciones se est perdiendo el vnculo sentimental a la misma afavor de su apreciacin como un activo, ello hace que la explotacinen comn y la concentracin de la propiedad promovida sistemtica-mente por sta u otras empresas de servicios (en general) sea una rea-lidad prxima. De hecho, ya se detectan en esta zona relativamentebastantes casos de gestin y explotacin de explotaciones por distri-buidores y empresas de servicios en rgimen de arrendamiento. En segundo lugar, este tipo de empresas pueden constituir un mbi-to adecuado para proporcionar un empleo asalariado agrario relati-vamente atractivo (con condiciones de trabajo ms parecidas a las delempleo asalariado en la industria y los servicios) y, por ende, tantopara mantener a una cierta mano de obra en la agricultura como parapoder definir un mbito de reproduccin de las cualificaciones a tra-vs de profesionales experimentados. Para captar adecuadamente elalcance de este proceso, conviene presentar de forma sinttica loscinco tipos de empresas o actores que realizan servicios para los agri-cultores, el tipo de participacin de los agricultores en las mismas, y

    La agricultura a tiempo parcial y la externalizacin de servicios agrarios como vehculo del cambio estructural

    35Revista Espaola de Estudios Agrosociales y Pesqueros, n. 225, 2010

  • las dificultades a las que se enfrentan. Podemos establecer una ciertagradacin por orden decreciente de calidad en las condiciones de tra-bajo y de respeto (cumplimiento formal) de las normas legales. El pri-mer puesto de la jerarqua lo ocupan las secciones de cultivo de lascooperativas, que contratan a agricultores como asalariados en gene-ral de forma estable (con predominio de asalariados fijos y fijos dis-continuos) durante todo el ao porque realizan una gran diversidadde tareas. Adems, muchos de sus trabajadores asalariados son con-tratados por cuenta ajena segn el Rgimen General de la SeguridadSocial (RG), lo que comporta mayores exigencias de cotizacin queel Rgimen Especial Agrario (REA). Adems, las cooperativas factu-ran el IVA en los servicios que prestan (Campos, 2004). Las empresasde distribucin de inputs se aproximan en buena medida a las condi-ciones de trabajo de las secciones de las cooperativas, aunque tienenuna menor proporcin de trabajadores fijos y de trabajadores porcuenta ajena, recurriendo en mayor medida a agricultores que coti-zan en el REA. Adems, se detecta el recurso de estas empresas de ser-vicios a las Empresas de Trabajo Temporal para la realizacin detareas. En tercer lugar, se encuentran las empresas de servicios gene-ralistas, que contratan a trabajadores asalariados normalmente delREA para la organizacin y control de la realizacin de tareas, mien-tras recurren a empresas especialistas, y a veces incluso a agricultores,para la realizacin de las tareas en las explotaciones de sus clientes.Con frecuencia, estas empresas o no emiten facturas por sus trabajosa los clientes o lo hacen sin incorporar el IVA correspondiente. Unacuarta categora son las empresas especializadas en la realizacin dealgunas tareas. De una parte, estn las empresas que realizan tareasmecanizadas, obligadas legalmente a cotizar y a contratar por cuentaajena segn el RG (Sabor, 2006), pero que en no pocas ocasionescontratan a (y pagan la cotizacin de) agricultores con el REA o con-tratan en virtud de un acuerdo informal sobre el importe a pagar porel trabajo. De otra parte, se encuentran los especialistas que realizantareas manuales, tales como la poda, en la forma de cuadrillas inte-gradas por trabajadores que cotizan al REA, y en ciertas ocasiones soncontratados de manera irregular por un jefe de cuadrilla. Con fre-cuencia, estos especialistas no emiten facturas con IVA por las tareasque realizan, especialmente cuando las prestan para los agricultoresdirectamente. Por ltimo, nos encontramos con agricultores que tam-bin realizan individualmente tareas de forma irregular para otrosagricultores. De todo lo anterior se deduce que los dos primeros tipos de empre-sas constituyen una forma de prestacin de servicios ms cara que el

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  • resto de categoras consideradas porque comportan unas relativa-mente mejores condiciones de trabajo en un amplio sentido y unmayor cumplimiento relativo de las normas laborales y fiscales. Estasempresas tienen que hacer as frente a la economa sumergida y a lacompetencia desleal que practican en gran medida las otras catego-ras, aunque las empresas de servicios generalistas se sitan a mediocamino entre unas y otras, salvo en el caso de empresas muy profe-sionalizadas de cierto tamao. Lo preocupante es que muchos agri-cultores-propietarios consideran que el trabajo de las empresas espe-cialistas y de otros agricultores es no slo ms barato, sino que ade-ms est mejor hecho (por personas ms cualificadas) que el reali-zado por las categoras de empresas ms profesionalizadas. Las entrevistas realizadas en esta zona en 2007-2008 permiten afir-mar que la crisis de rentabilidad de los agricultores ha comportadola intensificacin del proceso de abandono de las explotaciones.Puede distinguirse entre un abandono absoluto, cuando se dejan decultivar los campos, y un abandono relativo, cuando se produce unareduccin significativa de las labores y tratamientos que se venanrealizando en la explotacin. El efecto de ambos tipos de abandonoes una reduccin en la demanda de tareas dirigida a distribuidores,cooperativas y empresas de servicios en general, lo que est ralenti-zando el proceso descrito de profesionalizacin y de concentracinde las tareas. Por eso, muchas empresas de distribucin atraviesanpor dificultades y muchas cooperativas incluso estn cerrando sussecciones de cultivo.

    3.3.3. Catalua: la aparicin de un modelo profesional de explotacin

    En la campaa 2007-08, Catalua slo representaba el 2,3 por cientodel volumen total de la produccin espaola de ctricos frente al61,1 por ciento de la Comunidad Valenciana, aunque ambas regionesdestacan por su especializacin relativa en mandarinas, con un 6,2 porciento y un 78,4 por ciento, respectivamente, de la produccin espa-ola (Intercitrus, 2008). La fuerte concentracin territorial de la pro-duccin catalana de ctricos en las comarcas del sur de Tarragona, sulocalizacin geogrfica y la importancia de este sector en la base eco-nmica de dichas comarcas hacen atractiva esta regin citrcola parasu comparacin con la valenciana, pese a su escaso peso cuantitativo. El sistema organizativo-institucional de las comarcas citrcolas catala-nas del sur de Tarragona, esto es, las comarcas del Montsi y del BaixEbre, contrasta con el predominante en la citricultura valenciana. Deforma simtrica a los rasgos que presentaba el sistema valenciano, la

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  • citricultura catalana puede caracterizarse por los siguientes elemen-tos (vase cuadro 2): a) un mayor tamao relativo de las explotacio-nes; b) la base esencialmente agraria de muchos municipios (sobretodo en el Montsi) de esta zona, con las consiguientes reducidasoportunidades para el trabajo fuera de la agricultura; c) el pesoimportante de la ATP fuera de la explotacin pero limitado fuera dela agricultura; d) la relativa mayor juventud de los propietarios agr-colas pero combinado con un importante problema de relevo gene-racional y de escaso atractivo de la agricultura para la gente msjoven (especialmente en el Baix Ebre); e) un problema de relativa-mente baja rentabilidad de las explotaciones al que en este contextoorganizativo-institucional se hace frente privilegiando la internaliza-cin de tareas para contener los costes, gracias a f) la constitucin deun gran parque de maquinaria en las ltimas dcadas (para abarataral mximo el coste de las tareas), que permite (y empuja a) la referi-da internalizacin de tareas para amortizar la inversin e inclusofrena la salida de activos de la agricultura (vase cuadros 3 y 4). La mecanizacin tiene otros dos efectos en Catalua: presiona a losagricultores a ampliar el tamao de sus explotaciones y/o les lleva, encaso necesario, a realizar trabajos para otros agricultores con estamaquinaria. Este propietario de una explotacin de cierto tamaoque realiza tareas (normalmente mecanizadas) para otros agriculto-res, define en cierta medida un tipo de agricultor a tiempo parcialbastante especfico de Catalua. En trminos ms generales, y por loque respecta a la gradacin e intensidad relativa de las tareas subcon-tratadas, la nica constante en Catalua de la organizacin existenteen la Comunidad Valenciana es la subcontratacin de la poda, por-que en aquella regin existe un importante nmero de agricultoresque se encargan ellos mismos de organizar y realizar la recoleccin,aunque exista un porcentaje importante que la subcontrate. De igualmanera, el disponer de maquinaria hace que ellos mismos suelan rea-lizar los tratamientos y el triturado de la lea. La externalizacin dela gestin es todava ms excepcional que en la zona central.Por estos motivos, aunque muchas cooperativas comienzan a realizarservicios por cuenta de sus socios (tratamientos fitosanitarios, tritura-cin de la lea, etc.), son todava de escasa entidad, en coherencia conla escasa demanda de estos servicios. En idntico sentido, de las cuatrofunciones que comenzaban a realizar las empresas de distribucin enla Comunidad Valenciana, en Catalua slo se realizan el suministrode inputs y el asesoramiento tcnico, siendo muy escasas las empresasque realizan tareas por cuenta de terceros y excepcionales las que seencargan de la gestin integral (total) de fincas. A diferencia de lo que

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  • ocurra en la Comunidad Valenciana, slo la prestacin de asesora-miento tcnico aparece como un factor de competitividad importantepara estas empresas, mientras que el contar con una seccin de culti-vo (en el caso de las cooperativas) y la realizacin de servicios para ter-ceros en el caso de la distribucin no es valorado por casi ningunaempresa, como tampoco encargarse de la gestin de fincas, aunquealgunas empresas comiencen a entrar en esta lnea de actividad. Un tercer actor cataln que s est especializado en la realizacin detareas por cuenta de terceros son las empresas de servicios, que enesta zona se han desarrollado al calor de 1) las demandas de los rela-tivamente escasos agricultores desactivados y, sobre todo, 2) deldoble proceso de transformacin de secano en regado (que exigemaquinaria de cierta potencia para la realizacin de las transforma-ciones) y de mecanizacin y automatizacin del cultivo de ctricos.Ahora bien, existen dos diferencias esenciales en la operatoria deeste tipo de colectivo con respecto a su homnimo valenciano. Porun lado, en Catalua este tipo de empresas no administra o concibelas tareas por cuenta de sus clientes (7), sino que se limita a ejecu-tarlas bajo las instrucciones de los propietarios y el asesoramientotcnico (contratado directamente por el propietario), ya sea de losdistribuidores de inputs, de los tcnicos de las cooperativas o SAT ode tcnicos independientes. Adems, estas empresas de serviciostampoco se encargan de organizar y movilizar una red de especialis-tas para que trabajen para sus clientes, de modo que no se constitu-yen en el nico interlocutor del cliente (agricultor) como ocurre enla Comunidad Valenciana. En suma, en Catalua la profundizacinde la divisin del trabajo y la especializacin en la organizacin de laproduccin describe una trayectoria que intensifica la fragmenta-cin de las tareas. Dicha fragmentacin afecta tanto a la organiza-cin como a la realizacin de las tareas (vase cuadro 3).Otra diferencia esencial entre Catalua y la Comunidad Valencianareside en la mayor juventud y las mayores posibilidades de relevogeneracional de los jefes de explotacin catalanes. Esto est vincula-do, en parte, al tamao de las explotaciones, pero sta no una varia-ble esencial como lo evidencia el muy bajo nivel de relevo genera-cional esperado por los jefes de explotaciones medianas y grandesentrevistados de la Comunidad Valenciana. La variable esencial no esotra que el desigual inters (mayor en Catalua) que despierta lagestin de la explotacin entre la poblacin joven, lo que a su vez

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    (7) nicamente algunos ingenieros que gestionan fincas de empresarios y profesionales liberales organizan la redde especialistas para la realizacin de las tareas en estas explotaciones.

  • est vinculado tanto a las menores posibilidades relativas de empleoen la industria y los servicios como, sobre todo, a la mayor valoraciny estatus social que la poblacin en general confiere en esta zona deCatalua al desempeo del oficio de agricultor.Vinculado a este ltimo elemento, en los municipios citrcolas cata-lanes ms agrcolas se observa la existencia de un nmero relativa-mente importante de jvenes que desarrollan la ATP para capitalizaren la explotacin los ingresos que obtienen del trabajo fuera de lamisma. Lo ms sobresaliente es que este colectivo persigue poderconstituir una explotacin de suficiente tamao para dedicarseexclusiva y profesionalmente a la misma, abandonando el oficio deagricultor cuando no lo logra. Este proceso se nutre tanto de laadquisicin de las tierras de agricultores desactivados como de laprogresiva transformacin de tierras de secano en regado. De estemodo, la prctica de la ATP constituye un instrumento para poderejercer plenamente el oficio de agricultor. La ATP contribuye as aun proceso de racionalizacin de la agricultura por la va (clsica)del aumento del tamao de las explotaciones.Las entrevistas realizadas a agricultores catalanes en 2008 permitenafirmar que la crisis de rentabilidad sufrida por este colectivo duran-te los ltimos aos ha supuesto un importante freno al proceso queacabamos de explicar.

    4. CONCLUSIONES E IMPLICACIONES DE POLTICA AGRARIA

    El presente artculo evidencia la pertinencia de un enfoque evolu-cionista para clarificar la complejidad y la creatividad asociadas a laATP y a la externalizacin de tareas. El enfoque de los costes de tran-saccin constituye un importante avance para comprender la evolu-cin de la externalizacin de tareas en un contexto de ATP, porqueofrece una explicacin racional a la misma. El enfoque evolucionistanos permite ver cmo esta racionalizacin no se crea ex-ante (apriori), sino que se construye sobre la marcha a travs de un proce-so de aprendizaje por prueba y error (Loasby, 2000). Dicho procesode aprendizaje contiene tanto una dimensin de inercia, asociada ala tendencia de los comportamientos a guiarse por rutinas, comouna dimensin de innovacin y creatividad en los comportamientos,porque la ATP constituye una puerta de entrada de informacin,conocimientos y actores nuevos, as como de rentas de otros sectores,susceptible de desarrollar soluciones creativas a los problemas plan-teados. Al propio tiempo, la profundizacin de las tendencias ante-riores (aumento de la externalizacin de tareas en un contexto de

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  • creciente descompromiso con la explotacin de los propietarios y desus herederos) estimula el desarrollo de nuevas formas de organiza-cin. En definitiva, los procesos sociales son procesos evolutivos dota-dos de una creatividad individual y colectiva susceptibles de confor-mar nuevas configuraciones territoriales. El estudio de la organizacin del proceso productivo citrcola ha per-mitido evidenciar que la concatenacin ATP-externalizacin detareas define un vector de cambio porque canaliza un proceso deaprendizaje que est conduciendo a forjar una nueva organizacinsectorial-territorial ms racional de la citricultura valenciana mini-fundista, mientras que en la citricultura catalana alimenta el creci-miento del tamao de las explotaciones y la dedicacin plena a lasmismas de una parte de sus titulares. Por tanto, la ATP favorece elajuste y racionalizacin de las explotaciones ya sea mediante la con-centracin de servicios (citricultura valenciana) o mediante la concen-tracin de las explotaciones (citricultura catalana). Desde la primeraperspectiva, las cooperativas y distribuidores valencianos de inputspueden administrar progresivamente, apoyados en empresas de ser-vicios, todo el proceso agrario integrando y/o organizando en red elconjunto de tareas antao fragmentadas y especializadas. Desde lasegunda, las potencialidades que ofrece la transformacin de secanoen regado han sido aprovechadas por un segmento dinmico de lapoblacin joven que anhela vivir de su propia explotacin. Estamosante trayectorias espontneas de innovacin y cambio estructuraldistintas al modelo de ajuste clsico pero que convergen en algunospuntos esenciales con el mismo. Ambas trayectorias proporcionan tambin nuevas formas de estabili-zacin, de reproduccin y de cambio de la poblacin y la mano deobra agraria. En la Comunidad Valenciana0, el reforzamiento orga-nizativo e infraestructural de empresas de servicios, distribuidores ycooperativas proporciona estabilidad en el empleo asalariado agrarioy posibilidades de desarrollo de nuevas vas de acceso a la cualifica-cin para reproducir un flujo de mano de obra en el sector citrcola.Adems, se abre paso una nueva relacin laboral menos precaria yposiblemente ms atractiva para las nuevas generaciones, lo quepuede sentar las bases para un cambio en el sector. En Catalua, porsu parte, la estabilizacin y el cambio provienen de la profesionaliza-cin del trabajo en la explotacin.El anlisis realizado tiene importantes implicaciones de polticaagraria. Primero ofrece pistas seguras (dado que estn enraizadas enlas propias tendencias observadas en el sector) para definir tantopolticas de mantenimiento y racionalizacin de la pequea explo-

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  • tacin agraria sobre una base cooperativa-colectiva como polticasde estmulo al aumento del tamao de las explotaciones. Desde estaperspectiva, y aun siendo coherente con ambas polticas, el PlanMillorar de la Generalitat Valenciana (dirigido a la racionalizacinde las estructuras productivas agrarias) debera conferir ms expl-citamente a las empresas (legales) de servicios y de distribucin lacategora de estructuras asociativas (susceptibles de recibir subven-ciones), lo que, adems de intensificar la concentracin de servicios,favorecera la concentracin de tierras dado que estimulara los proce-sos de arrendamiento de las mismas que se estn produciendo enlos ltimos aos bajo estas formas organizativas. Segundo, cuestionala idoneidad, como instrumento de poltica agraria, de la exigenciaen Catalua de perodos prolongados de dedicacin exclusiva a laexplotacin agraria para realizar la incorporacin como jvenesagricultores, porque no favorece la utilizacin de la ATP como vapara la acumulacin de rentas necesaria para formar la explotacinagraria.

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  • RESUMEN

    La agricultura a tiempo parcial y la externalizacin de servicios agrarioscomo vehculo del cambio estructural

    El ajuste clsico ha sido interpretado frecuentemente como la senda racional y ptima demodernizacin del sector agrario. Esto ha llevado a considerar a la agricultura a tiempo par-cial como un subproducto (ineficiente) del modelo clsico. Frente a este planteamiento, elartculo defiende la potencial contribucin de la agricultura a tiempo parcial (y la externa-lizacin de servicios asociada a la misma) al proceso de innovacin y de modernizacin delas estructuras agrarias. Se revisa crticamente la literatura adoptando una perspectivamicroeconmica y territorial y esbozando un marco analtico que combina los enfoques delos costes de transaccin y evolucionista. Utilizando informacin estadstica e informacincualitativa procedente de entrevistas en profundidad, se distinguen dos modelos de organi-zacin de la produccin dentro de la citricultura valenciana y se compara sta con la cata-lana. Se evidencia que la concatenacin agricultura a tiempo parcial-externalizacin detareas estimula el cambio estructural generando trayectorias territoriales que pueden even-tualmente converger con la trayectoria clsica. Del anlisis derivan implicaciones impor-tantes de poltica agraria.

    PALABRAS CLAVE: agricultura a tiempo parcial, externalizacin de servicios, enfoque evo-lucionista, costes de transaccin, aprendizaje.

    SUMMARY

    Part-time farming and the externalisation of agrarian services as vehicleof the structural change

    The classic adjustment has been interpreted frequently as the optimal path to moderni-zation of the agrarian sector. This has driven to consider part-time farming as a by-product(inefficient) of the classic model. Against this approach, the article defends the potentialcontribution of the part-time farming -and the externalisation of services associated to thesame- to the process of innovation and modernization of the agrarian structures. To showthat the literature is reviewed critically adopting a microeconomic and territorial perspecti-ve and outlining a transaction costs and evolutionary approach. Using statistical informa-tion and qualitative information coming from in-depth interviews, I compare the Valencianand Catalan citrus production organisation. As a result of the article, I obtain evidence ofwhich the concatenation part-time farming-externalisation of tasks stimulates the structuralchange generating territorial trajectories that can in certain cases converge towards theclassic trajectory. Finally, the article allows to extract some important inferences of agra-rian policy.

    KEYWORDS: Part-time farming, externalisation of services, evolutionary approach, tran-saction costs, learning.

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