En definitiva los procesos responden a una sola dirección: la PRECARIZACIÓN de nuestro pregrado, el ninguneo a nues-tra formación y a la de los futuros estudiantes. Nuestra fa-

cultad hoy no existe. Lo que si hay es una gerencia de facul-tad, una suerte de tecnocracia que aplica mecánicamente las

directrices de rectoría, que son también las orientaciones de organismos internacionales que buscan la neoliberalización de

nuestras sociedades.

Ante un mismo enemigo hay que dar una misma lucha. Nuestras demandas en el fondo responden a lo mismo: sólo unidos y organizados somos fuerza. Fuerza hoy necesaria, construir un proyecto de facultad es su tarea y su producto más trascendente. Si queremos dar vuelta la tortilla de la mercantilización de nuestras disci-plinas, reinsertándonos en nuestra sociedad en respuesta a las necesidades del verdadero Chile; la acción resuelta y unificada es condición indispensable.

Pero tampoco hay que caer en una sobre agitación, los estudiantes por si mismos ya tene-mos la experiencia de darnos de cabeza contra una hasta ahora infranqueable muralla, los académicos en bloque puestos en nuestra contra, encabezados por sus autoridades. Ser par-te de una institución como esta implica hacerse cargo de su orientación. Si las autoridades no crean las condiciones para un debate biestamental, público y colectivo sobre qué facul-tad queremos, nosotros debemos presionar para que se haga, debemos atraer a académicos hacia nuestros planteamientos, la necesidad de transformar, de responder a las necesidades de las grandes mayorías del país. No pasa por cambiar los cuerpos directivos, las soluciones a nuestros problemas, es necesario construir en conjunto una nueva facultad.

!A avanzar todos juntos por una Nueva Facultad para el verdadero chile!

Te invitamos a visitar nuestro blog: plataforma-colectiva.blogspot.com

En la jornada del pasa-do día Jueves, los estudiantes fui-mos capaces de avanzar más

allá simples discusiones. Frente a nuestras mallas precarizadas o con una orientación que no queremos, fui- mos capaces de organizar-nos y escucharnos como facultad, entrando en una nueva etapa; Ahora debemos dar paso a la construcción de un movimiento estudiantil de facul- tad, que sea capaz de aglutinar las exigencias y de posicionarlas con fuerza ante las autoridades de la facultad. Debemos avanzar unidos en la construcción de un proyecto de facultad coherente y que responda a las verdaderas ne-cesidades nuestro país. No le demos la oportunidad a los directi-vos de diluir la fuerza de un movi-miento cohesionado, y seamos noso-tros quienes arrojemos la primera piedra demostrando la unión e in-tensidad de un movimiento de facultad generalizado.

PlataformaColectiva

Boletín 2// Junio 2010

Desde que somos mechones tenemos la pers-

pectiva de tener la mejor formación, de que los ramos sean buenos y las materias estimulan-tes. Pero la tan anunciada reforma del pre-grado y las discusiones del MECESUP nos ponen esto en entredicho. Pretenden acortar nuestras carreras, quitar contenidos y traspasarlos a los diplomados y post-grados. Psicología hoy está en paro porque una de sus demandas es que su carrera se acorto un año, traspasando estos contenidos a los diplomados y a los post-grados. Nuestras carreras se precarizan, pierden contenidos, y para optar a un mayor conoci-miento es necesario pagar aún más por ellos. Si esto pasó en psicología fácilmente pasará en todas las carreras, esa es la tendencia de la reforma del pre-grado.

¡Debemos estar atentos y luchar por el fortalecimiento de nuestra educación!

Pareciera lógico que cada carrera tenga una orientación clara, es decir que tengan algún

proyecto. Hasta ahora nuestras disciplinas tienen puras definiciones genéricas y cualquier acercamiento a alguna dirección es puro chamullo. Pero resulta que las nuevas reformas a las mallas, la llamada “Innovación curricular” y el eufemismo empresarial de las competen-cias sí pretenden darle una orientación: carreras unilateralmente orientadas al mercado.

¡Nuestras carreras deben responder a una orientación y a un proyecto claro!

Uno pensaría que la función principal de las ciencias sociales y la educación es un aporte

directo a la sociedad. Hoy estamos bastante lejos de esto. El autofinanciamiento, la mercan-tilización cada vez más profunda han reducido nuestras disciplinas a meros nichos para cre-ar profesionales sin ningún contenido más allá de la empleabilidad. Nuestra facultad dice que esta al servicio de Chile, pero de uno bastante distinto al real, porque las problemáti-cas reales, de esas que afectan a las mayorías, al pueblo y los trabajadores, casi no se to-can en nuestras salas. Somos una burbuja, una amalgama de líneas de investigación según criterios personales y rentables. Ante esto nos resurge constantemente la pregunta ¿Para que estudiamos una carrera de Ciencias Sociales o de Educación?

¡Por una facultad que responda a las necesidades de la mayoría del país; a las problemáticas del verdadero Chile!

Muchos se llenan la boca con la educación y tantas veces hemos escuchado esas típicas

discusiones intelectuales entre profesores, autoridades y más de algún estudiante opinando sobre lo mal que está. Pero pocos hacen algo por esto, incluso tienden a empeorarlo. En educación están en un proceso de movilización, se diagnóstica una “Crisis del departamento y de la carrera”, no hay profesores de planta, altos aranceles, pocas orientaciones; en fin… una carrera dejada de lado por decanato, la incompetencia y la pasividad de autoridades del departamento y la indiferencia de los otros directores.

Los poderosos les echan la culpa a los profesores de los malos resultados y nuestras auto-ridades se sumergen en la auto-complacencia, la pasividad y el elitismo.

Nosotros los estudiantes, de todas las carreras, debemos sacar la cara por una facultad de calidad para todos.