boletín dominical 17 de abril de 2016
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Boletín Dominical de la Diócesis de México de la Iglesia Ortodoxa en América, correspondiente al domingo 17 de abril de 2016.TRANSCRIPT
Enseñanzas los Santos Padres, sobre el verdadero arrepentimiento
Si las palabras de la oración no
penetran dentro del alma,
entonces tampoco las lágrimas
lavarán su superficie. (San Elías
Ekdikto el Presbítero)
La gente, que no está
predispuesta al arrepentimiento,
también peca más
frecuentemente, pero aquellos,
que pecaron contra su voluntad, se arrepienten más fácilmente. Por
otra parte, ellos también tienen menos necesidad en esto. (San Elías
Ekdikto el Presbítero)
Así como el que piensa elevadamente de sí mismo no nota sus
defectos, así el humildemente sabio, no nota sus buenas cualidades.
Al primero la ignorancia le oculta lo malo de los defectos y al
segundo; lo agradable a Dios. (San Elías Ekdikto el Presbítero)
Yo prefiero al hombre que peca y que se arrepiente, que al hombre
que no peca y que no se arrepiente. (Abad Pimen)
Preséntate pecador ante el buen médico, y sánate sin esfuerzo.
Quita de sobre ti el peso de los pecados, trae tu oración y
humedece con lágrimas tus úlceras supurantes. Porque este
celestial Medico con lágrimas y con suspiros cura las úlceras.
Preséntate entonces y trae lágrimas; esta es la mejor medicina.
Porque esto es lo agradable al celestial Medico, que cada uno con
sus propias lágrimas se medique y con esto se salve. (San Efrén el
Sirio)
He visto yo a personas débiles de alma y de cuerpo, las cuales por
causa de la gran cantidad de pecados cometidos se pusieron a hacer
esfuerzos que estaban por encima de sus fuerzas. Y yo les dije, que
Dios juzga el arrepentimiento no por la medida de los trabajos,
sino por la medida de la humildad, que se acompaña con el llanto,
quebrantamiento y aversión al pecado (San Juan Clímaco).
Diócesis de México Iglesia Ortodoxa en América
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Catedral Ortodoxa
—La Ascensión del Señor— Este Quinto Domingo de la Gran
Cuaresma, la Iglesia Ortodoxa
recuerda la memoria de Santa María
de Egipto, la mujer pecadora
arrepentida. Esta gran santa nos
recuerda, en primer lugar, que no hay
ningún pecado o maldad, no importa
lo grande que sea, que pueda separar a
una persona de Dios si en verdad se
arrepiente. Cristo vino
para “llamarnos a nosotros
pecadores al arrepentimiento” y a
salvarnos de nuestros pecados (Lucas
5,32). Además, la historia de Santa
María de Egipto nos dice que jamás es
demasiado tarde en la vida, ni
demasiado tarde en la Gran Cuaresma,
para arrepentirse. Cristo recibirá
gozosamente a todos los que se
acercan a Él, incluso en la undécima
hora de su vida. Sin embargo, este
acercamiento ha de ser en
arrepentimiento sincero y profundo.
Miremos atentamente, y veremos, que muchos de los violentos hacen vigilias
empeñosamente, ayunan, practican el silencio, y el enemigo no les pone
dificultades en esto. Porque él sabe esconder las raíces de esta pasión aun
bajo los actos de arrepentimiento y llanto (San Juan Clímaco).
Ningún otro pensamiento es tan difícil de confesar, que el pensamiento
blasfemo (por causa de la soberbia), y por ello algunas personas sufren de
los pensamientos blasfemos hasta su vejez. Debemos saber, que nada
colabora tanto para el éxito de los demonios, que el hecho de que no
confesamos nuestros malos pensamientos, sino que los guardamos en secreto
dentro de nosotros y con eso los fortalecemos (San Juan Clímaco).
Nada tan fuera de lugar para el que está arrepintiéndose, que la cólera
encendida, porque la conversión a Dios exige una gran humildad, y la
irritabilidad es síntoma de una elevada opinión sobre uno mismo (San Juan
Clímaco).
5º domingo de la Gran Cuaresma – Tono 5°
TROPARIO DE LA RESURRECCIÓN - Tono 5°
Coro: Al Verbo Coeterno con el Padre y el Espíritu, / nacido por nuestra salvación de
una Virgen, / oh fieles, adoremos y alabemos, / porque él quiso ser levantado en La
Cruz en la carne, / y padecer la muerte, / y levantar a los muertos/ por su gloriosa
Resurrección.//
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
TROPARIO A SANTA MARÍA DE EGIPTO - Tono 5º
Coro: En ti fue preservada la Imagen de Dios con exactitud, / oh Madre María; /
porque llevando la Cruz, seguiste a Cristo, / obraste y enseñaste a pasar por alto el
cuerpo siendo perecedero, / y de cuidar de las cosas del alma por ser inmortal. / Por eso
se regocija tu espíritu eternamente, / ¡Oh Venerable Madre María de Egipto!, junto a
los Ángeles. //
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
CONTAQUIO A SANTA MARÍA DE EGIPTO - Tono 5º
Coro: Tú que antiguamente estabas manchada por toda impureza, / eres vista hoy como
la esposa de Cristo por tu arrepentimiento. / Deseando la vida de los Ángeles, / por el
arma de la Cruz aniquilaste a los demonios, / por esto ahora tú eres una esposa en el
Reino de los Cielos, / oh gloriosa Madre María de Egipto. //
Diácono: Atendamos.
Sacerdote: Paz a todos.
Lector: Y a tu espíritu.
Diácono: Sabiduría.
Lector: PROQUIMENO en el Tono 5°
Lector: Nos protegerás, oh Señor; nos conservarás desde esta generación, y por
siempre jamás.
Coro: Nos protegerás, oh Señor; / nos conservarás desde esta generación, / y
por siempre jamás. //
Verso: Sálvame, Señor, pues ya no hay más hombre justo.
Coro: Nos protegerás, oh Señor; / nos conservarás desde esta generación, / y
por siempre jamás. //
Verso: Nos protegerás, oh Señor.
Coro: Nos conservarás desde esta generación, / y por siempre jamás. //
Diácono: Sabiduría.
ECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A
LOS HEBREOS. (Hebreos 9: 11 – 14)
Diácono: Atendamos.
Hermanos: Pero Cristo, como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, y penetrando en
un tabernáculo mejor y más perfecto, no hecho por manos de hombres, es decir, no de
este mundo. Penetró en el santuario de una vez para siempre, no con sangre de machos
cabríos ni de becerros, sino con su propia sangre, realizando la redención eterna. Pues
si la sangre de machos cabríos y de los toros y la ceniza de la vaca santifica con su
aspersión a los inmundos, en orden a la purificación de la carne, ¡cuánto más la sangre
de Cristo, que por el Espíritu Eterno se ofreció a sí mismo inmaculado a Dios, limpiara
de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto al Dios vivo!
Sacerdote: Paz a ti.
Lector: Y a tu espíritu.
Diácono: Sabiduría.
Lector: ALELUYA, en el Tono 5°
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Lector: De tus misericordias, Señor, cantaré para siempre, de generación en
generación proclamaré tu verdad con mis labios.
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Verso: Porque tú has dicho, la misericordia se erigirá para siempre. Tu verdad se
establecerá en los cielos.
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie, escuchemos el Santo Evangelio.
Sacerdote: Paz a todos.
Coro: Y a tu espíritu.
ECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN
MARCOS. (Marcos 10: 32 – 45)
Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.
Sacerdote: Atendamos.
En aquel tiempo: Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús caminaba
delante de ellos; estaban sorprendidos ellos y los que le seguían tenían
miedo. Tomó otra vez a los doce y comenzó a decirles lo que le iba a
suceder: Miren que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado
a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas; lo condenarán a muerte y lo
entregarán a los gentiles, y se burlarán de Él, lo escupirán, lo azotarán y lo
matarán, y a los tres días resucitará. Se acercan a Él Santiago y Juan, los
hijos de Zebedeo, y le dicen: Maestro, queremos, nos concedas lo que te
vamos a pedir. Él, les preguntó: ¿Qué quieren que les conceda? Ellos le
respondieron: Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y
otro a tu izquierda. Jesús les dijo: No saben lo que piden. ¿Podrán beber la
copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a
ser bautizado? Ellos le dijeron: Sí, podemos. Jesús les dijo: La copa que yo
voy a beber, sí la beberán y también serán bautizados con el bautismo conque
yo voy a ser bautizado; pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es
cosa mía el concederlo, sino que es para aquellos para quienes está
preparado. Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago
y Juan. Jesús, llamándoles, les dice: Sepan que los que son tenidos como
jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las
oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre ustedes, sino que el que
quiera ser grande entre ustedes, será su servidor, y el que quiera ser el
primero entre ustedes, será siervo de todos, que tampoco el Hijo del hombre
ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos.
Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.
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