boletín dominical 12 de junio de 2016
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7° Domingo de Pascua Domingo de los Santos Padres del 1er. Concilio EcuménicoTRANSCRIPT
…porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío; y he
sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están
en el mundo; y yo voy a Ti. ¡Oh Padre Santo!, guarda en tu Nombre a
los que me has dado, para que sean uno, así como Nosotros. Cuando
estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu Nombre; a los que
me has dado, yo los guardaba, y ninguno de ellos se ha perdido, salvo el
hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. Pero ahora voy a
Ti, y digo esto en el mundo, para que tengan en sí mismos mi alegría en
su plenitud.
Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.
CONFESIÓN DE FE - Extracto del Synodikon, en el año 843.
“Como los Profetas lo han sostenido. Como los Apóstoles han enseñado. Como la
Iglesia lo ha recibido. Como los maestros han dogmatizado. Como el universo ha
acordado. Como la Gracia ha mostrado. Como la Verdad ha revelado. Como la
falsedad se ha disuelto. Como la Sabiduría ha presentado. Como Cristo ha
conferido. Así nosotros declaramos. Así nosotros afirmamos. Así nosotros
predicamos a Cristo nuestro Verdadero Dios, y honramos a sus Santos en las
palabras, en las Santas Escrituras, en los pensamientos, en los sacrificios, en la
Iglesia, en los Santos Iconos; por una parte adorado y reverenciando a Cristo como
Dios y Señor; y por otra parte honrando como los verdaderos siervos del mismo
Señor de todos y ofreciéndoles por lo tanto veneración”.
“ÉSTA ES LA FE DE LOS APÓSTOLES, ÉSTA ES LA FE DE LOS PADRES,
ÉSTA ES LA FE DE LOS CRISTIANOS ORTODOXOS, ÉSTA ES LA FE QUE
HA ESTABLECIDO EL UNIVERSO”.
Diócesis de México Iglesia Ortodoxa en América
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Catedral Ortodoxa La Ascensión del Señor
Domingo de los Santos Padres del Primer Concilio
Ecuménico
Este séptimo domingo después de Pascua se
conmemora a los Santos Padres que participaron
del Primer Concilio Ecuménico de la Iglesia
realizado en el año 325, convocado y organizado
por el Emperador Constantino el Grande y que
reunió a 318 obispos de Europa, África y Asia, las
que eran entonces parte del Imperio Bizantino.
Este concilio se organizó debido a las malas
doctrinas enseñadas por el presbítero libio Arrio,
que rechazaba la Divinidad de Cristo. En efecto,
contra la enseñanza de la Iglesia, Arrio sostenía su
propia opinión de que Cristo no es Dios diciendo
que “era una criatura, no siendo consubstancial al
Padre y que tampoco era eterno, que no tenía el
mismo grado divino y que sólo de un modo alegórico se le llamaba Hijo de
Dios”. Esta herejía produjo una división en el pueblo Cristiano, y el Emperador
conociendo esto, envió a Osio, Obispo de Córdoba (en la actual España), para
interiorizarse del asunto. Informado el Emperador por Osio, determinó convocar
a un Concilio en la plaza central del palacio Imperial de la ciudad de Nicea de
Bitinia. Se destaca la presencia en este concilio de un grupo numeroso de Padres
que, por su fe, dieron un ejemplo vivo de vida en Cristo, como san Nicolás de
Mira, san Espiridión de Trimitós, san Macario de Jerusalén, y san Atanasio
el Grande, el que en ese entonces, era sólo diácono.
En este Concilio se condenó la herejía de Arrio, y se establecieron los primeros
siete artículos del Credo. En el mismo están presentadas, con breves pero exactas
palabras, las verdades fundamentales de la fe ortodoxa. El Concilio se encargó
también de unificar la celebración de la Pascua Cristiana, tanto en cuanto a su
contenido central, cuanto en relación con la fecha de su celebración. Fue también
a partir de este Primer Concilio Ecuménico que se estableció la idea de que para
ser ortodoxo se debía conservar y defender la fe y la doctrina del Concilio
Ecuménico, al que se reservó definitivamente el llamado magisterio, la voz del
Espíritu Santo.
La fecha de la Pascua fue definida como el primer domingo después de la
primera luna llena de la primavera (en el hemisferio Norte). Esta fecha es muy cercana al décimo cuarto día del mes hebreo de Nisán. En caso que la fecha así
determinada coincida o se anticipe a la celebración de la pascua hebrea (14 de
Nisán), la Pascua Cristiana debe posponerse una semana para conservar la
analogía de la sucesión de los hechos históricos. Esta prescripción es seguida por
nuestra Iglesia hasta hoy.
7° DOMINGO DE PASCUA
TROPARIO DE LA RESURRECCIÓN – Tono 6°
Coro: Las potestades angelicales estaban ante Tu tumba, / y los que te vigilaban
cayeron como muertos, / y María entrando en Tu sepulcro, / buscaba Tu Purísimo
Cuerpo. / Te despojaste del infierno sin ser entrampado por el. / Descendiste al
encuentro de La Virgen dando vida, Oh Señor, / que de entre los muertos resucitaste, /
Gloria a Ti. //
TROPARIO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR – Tono 4º
Coro: Has subido en gloria, Cristo Dios nuestro, / después de alegrar a tus discípulos /
por el anuncio del Espíritu Santo; / fueron confirmados por tu bendición, / pues eres el
Hijo de Dios, / el Redentor de nuestras almas. //
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
TROPARIO DE LOS SANTOS PADRES DEL 1er. CONCILIO ECUMÉNICO – Tono 6°
Coro: ¡Glorificado eres Tú oh Cristo Dios nuestro, / que cimentaste a los Santos Padres
en la tierra como astros, / por los cuales nos dirigiste a la verdadera fe! / ¡Oh
Misericordioso, Gloria a Ti! //
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén
CONTAQUIO DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR - Tono 6°
Coro: Habiendo cumplido la dispensación divina para con nosotros / y habiendo
reunido a los habitantes de la tierra con los del cielo, / has subido al cielo en gloria,
Cristo Dios nuestro, / para no alejarte jamás de él, / sino para vivir allí eternamente; / y
dices a los que amas: / Estoy con vosotros y nadie prevalecerá contra vosotros. //
Diácono: Atendamos.
Sacerdote: Paz a todos.
Lector: Y a tu espíritu.
Diácono: Sabiduría.
Lector: PROQUIMENO en el Tono 6°
Lector: Oh Señor, salva a Tu pueblo, y bendice Tu heredad; Tu heredad.
Coro: Oh Señor, salva a Tu pueblo, / y bendice Tu heredad; / Tu heredad. //
Verso: A Ti clamaré, oh Señor mi fortaleza; no guardes silencio para mí.
Coro: Oh Señor, salva a Tu pueblo, / y bendice Tu heredad; / Tu heredad. //
Verso: Oh Señor, salva a Tu pueblo.
Coro: Y bendice Tu heredad; / Tu heredad. //
Diácono: Sabiduría.
ECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS
APÓSTOLES. (Hechos. 20: 16 – 18, 28 - 36)
Diácono: Atendamos.
Hermanos: En aquellos días, Pablo había resuelto pasar de largo por Éfeso,
para no perder tiempo en Asia. Se daba prisa, porque quería estar, si le era
posible, el día de Pentecostés en Jerusalén. Entonces desde Mileto envió a
llamar a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso. Cuando llegaron donde estaba él,
les dijo: Tengan cuidado de ustedes y de toda la grey, en medio de la cual los
ha puesto el Espíritu Santo, como vigilantes para pastorear la Iglesia de Dios,
que Él adquirió con su propia sangre. Yo sé que, después de mi partida, se
introducirán entre ustedes lobos crueles que no tendrán piedad del rebaño; y
también que de entre ustedes mismos se levantarán hombres que hablarán
cosas perversas, para arrastrar a los discípulos detrás de ellos. Por lo tanto,
vigilen y acuérdense que durante tres años no he cesado de amonestarlos día
y noche con lágrimas a cada uno de ustedes. Ahora, hermanos, los
encomiendo a Dios y a la Palabra de su Gracia, que tiene poder para
edificarlos y darles la herencia con todos los santificados. Yo de nadie
codicié plata, oro, ni vestido. Ustedes saben que estas manos proveyeron a
mis necesidades y a las de mis compañeros. En todo les he enseñado que es
así; trabajando, como se debe socorrer a los débiles, y que hay que tener
presentes las Palabras del Señor Jesús, que dijo: Mayor felicidad hay en dar
que en recibir. Dicho esto, se puso de rodillas y oró con todos ellos.
Sacerdote: Paz a ti.
Lector: Y a tu espíritu.
Diácono: Sabiduría.
Lector: ALELUYA, en el Tono 6°
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Lector: El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Verso: Diré yo al Señor, Esperanza mía y Castillo mío, mi Dios, en el confiaré.
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie, escuchemos el Santo Evangelio.
Sacerdote: Paz a todos.
Coro: Y a tu espíritu.
ECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN JUAN. (Juan. 17: 1 – 13)
Coro: GLORIA A TI, SEÑOR, GLORIA A TI.
Sacerdote: Atendamos.
En aquel tiempo: Jesús alzando los ojos al cielo dijo: ¡Padre!, ha
llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a Ti.
Y que según le has dado poder sobre toda carne, dé también vida
eterna a todos los que le diste. Ésta es la vida eterna: Que te conozcan
a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo
te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me
encomendaste. Ahora glorifícame, ¡oh Padre!, junto a Ti, con la gloria
que tenía a tu lado antes que fuese el mundo. He manifestado tu
Nombre a los hombres que del mundo me has dado. Tuyos eran, y me
los has dado, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo
lo que me has dado, viene de Ti, porque las palabras que me diste, se
las he dado; y ellos las han recibido y han conocido verdaderamente
que vengo de Ti, y han creído que Tú me enviaste. Yo ruego por ellos,
no ruego por el mundo, sino por los que me has dado…
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