Semana por los Derechos de la Juventud | 28 al 31 de Octubre | Chapadmalal

SEGUNDA JORNADA PLENA DE PARTICIPACIÓN JUVENIL, DEBATES Y PROPUESTAS

El teatro, los pasillos, los descansos de las escaleras, el salón antecomedor, la hostería, todos los espacios del complejo de Chapadmalal, Mar del Plata, donde hasta el domingo se desarrollará la Semana por los Derechos de los Jóvenes, fueron una platea abierta para expresar ideas, reflexiones y propuestas. Los 800 jóvenes pertenecientes a 70 organizaciones de todo el país pusieron en juego las experiencias recogidas del trabajo militante de todo el año como primer paso para confluir en un documento común con propuestas para presentarles a funcionarios nacionales, provinciales y municipales para 2011.

Con un cielo tapado de nubes grises, el segundo día de actividades comenzó con una lluvia de nombres. Siempre en círculo, siempre compartiendo mediante el juego: con una pelota, gritando consignas en común, ordenándose según la fecha de nacimiento, todas las dinámicas sirvieron para conocerse antes de empezar a construir a partir de tres ejes: Comunicación, Participación Juvenil y Políticas Públicas. [+ info]

“LOS JOVENES NO SOMOS EL FUTURO, SOMOS EL PRESENTE”

Nahuel Gieco, de 28 años, es el joven presidente de la Asociación para la Promoción de los Derechos del Niño y del Adolescente (APDENA), de Gualeguaychú (Entre Ríos), donde los adultos dejaron su lugar para que el 90 por ciento de los responsables y voluntarios sean jóvenes. Durante la Semana por los Derechos de la Juventud, integrantes de esta organización usarán el arte de la murga como herramienta para trabajar con sus pares sobre el derecho a la educación. [+ info]

En el segundo día, las caras empiezan a ser conocidas y los jóvenes que militan a miles de kilómetros de distancia empiezan a llamarse por sus nombres. Después de la cena, se abrió la Feria de las Organizaciones en el teatro del complejo turístico de Chapadmalal. “Somos y luchamos por…” fue la consigna para que asociaciones, fundaciones, escuelas y centros culturales se presenten a través de puestos, videos o tomando el micrófono sobre el escenario.

“Para cambiar nuestra realidad tenemos que hacerlo nosotros desde el barrio, invitando a los chicos y chicas que todavía no son parte”, explicó Christian Acuña, adolescente y periodista de la revista Crónicas Barriales, que hace junto a una decena de pares de “La Escuelita”, en el barrio La Loma de Vicente López. También trajeron su publicación las integrantes del Centro de Mujeres Cloridenses, y estudiantes de la Escuela 4 del barrio porteño de Pompeya presentaron sus documentales sobre maltrato infantil y tráfico de personas. La extensa jornada cerró a puro baile.

SEGUNDA JORNADA PLENA DE PARTICIPACIÓN JUVENIL, DEBATES Y PROPUESTAS

Viernes 29 de octubre-. El teatro, los pasillos, los descansos de las escaleras, el salón antecomedor, la hostería, todos los espacios del complejo de Chapadmalal, Mar del Plata, donde hasta el domingo se desarrollará la Semana por los Derechos de los Jóvenes, fueron una platea abierta para expresar ideas, reflexiones y propuestas. Los 800 jóvenes pertenecientes a 70 organizaciones de todo el país pusieron en juego las experiencias recogidas del trabajo militante de todo el año como primer paso para confluir en un documento común con propuestas para presentarles a funcionarios nacionales, provinciales y municipales para 2011.

Con un cielo tapado de nubes grises, el segundo día de actividades comenzó con una lluvia de nombres. Siempre en círculo, siempre compartiendo mediante el juego: con una pelota, gritando consignas en común, ordenándose según la fecha de nacimiento, todas las dinámicas sirvieron para conocerse antes de empezar a construir a partir de tres ejes: Comunicación, Participación Juvenil y Políticas Públicas.

No, no eran truenos. Antes de que empiece a llover, los redoblantes y las cornetas de las murgas “Gurises Construyendo Sur” y de “Alegría Pachamamera” arrancaron con los talleres de instrumentos y baile. ¿Por amor al arte? No. Así, más de cien jóvenes artistas empezaron a dar los primeros pasos para encontrar la manera de representar, a través del baile popular, sus derechos: a estar unidos, a la igualdad, a ser escuchados.

El “ruido” de la murga era metáfora para los integrantes del taller de radio comunitaria de la organización Porhiajú, de Santa Fe, que abrían el debate sobre la pluralidad de voces que propone la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. “La radio comunitaria permite rescatar nuestras costumbres y construir nuestra identidad como jóvenes, que no es la que muestran los medios masivos”, propuso Analía Puricelli, coordinadora del taller, y cuestionó: “Por vestirnos de una manera, por llevar visera, la gente cree que le vamos a robar. Los medios lo imponen, pero no se meten en el barrio a preguntar por qué el pibe que roba lo hace”. ¿Cuál es la verdad? ¿Por qué los medios nos moldean “a su gusto”? ¿Hay un proyecto político detrás? Las preguntas quedaron planteadas y la radio “abierta”.

Otros tres micrófonos abiertos tenían los candidatos a “presidentes de Chapadamalal” por los partidos azul, rojo y amarillo. El ejercicio del debate fue extenso entre los integrantes del taller, Jóvenes Comprometidos y El presente tiene Futuro, de la organización Alternativa Popular (Santa Fe), y varios fueron los temas: pobreza, inseguridad, derechos humanos, salud sexual. “Es interesante encontrarnos con otros jóvenes, escuchar las distintas ideas, más allá de las posiciones políticas, porque estamos trabajando en el mismo camino”, explicó Leonardo Gaitán, de 20 años, militante universitario de Córdoba, después de presenciar el debate enmarcado en el eje de Participación Popular.

En el taller de Actoría Social Juvenil, de la Escuela Latinoamericana, un grupo nutrido de jóvenes de distintos países del continente también pusieron la participación en alto y repasaron siete puntos para lograr ser parte del rumbo político: “La incidencia en los procesos de cambio no la tiene un individuo sino los pueblos”, fue el primer punto de una propuesta a consolidar en los próximos días.

Para los jóvenes participantes de los talleres de Políticas Públicas no hubo distancia entre la palabra y la acción. En la mesa de la RedNac –Red Nacional de Adolescentes y Jóvenes por la Salud Sexual y Reproductiva-, esperaban a curiosos y curiosas para resolver sus dudas sobre sexualidad, mientras en el descanso de la escalera otro grupo de esta red también derribaba mitos sobre el uso de anticonceptivos.

“Nos sentimos interpelados”, fue el sentimiento de los integrantes del taller “Trabajar de lo que me gusta y no de lo que me piden”. Y cómo no sentirlo si muchos de ellos contaban que pisando o pasando los 20 años recién estaban teniendo la posibilidad de acceder a sus primeras entrevistas. “Cómo jóvenes nos enfrentamos al mundo laboral frente a la frustración de no poder cumplir con lo que nos exigen las empresas o la imagen que ellos quieren de nosotros”, contaba llena de incertidumbres Rocío Valenzuela, integrante del Programa Jóvenes del Ministerio de Trabajo, que le permitió comenzar a capacitarse.

La lista de talleres es larga, el murmullo del debate es constante y la sensación general de la segunda jornada, donde los y las jóvenes volcaron sus deseos e inquietudes, fue una: “al debatir, al escuchar nuestras opiniones, entendemos que tenemos derechos y debemos reclamarlos”. [volver]

“LOS JOVENES NO SOMOS EL FUTURO, SOMOS EL PRESENTE”

Nahuel Gieco, de 28 años, es el joven presidente de la Asociación para la Promoción de los Derechos del Niño y del Adolescente (APDENA), de Gualeguaychú (Entre Ríos), donde los adultos dejaron su lugar para que el 90 por ciento de los responsables y voluntarios sean jóvenes. Durante la Semana por los Derechos de la Juventud, integrantes de esta organización usarán el arte de la murga como herramienta para trabajar con sus pares sobre el derecho a la educación.

Cuando arrancó en la organización era el primer joven y se anotó como voluntario para realizar un relevamiento de organizaciones sociales en Gualeguaychú, Entre Ríos. Después, fue coordinador del Programa Nacional Posta Joven, impulsado por Fundación SES, en el que trabajó con otros 16 jóvenes para formarlos políticamente y, que por estos días ya ocupan roles de coordinación dentro de la organización. Además, el programa continuó en marcha y él asegura que “los integrantes de todos los centros de estudiantes secundarios, terciarios y universitarios de Gualeguaychú pasaron por el taller”. El último peldaño fue ser vicepresidente. Nahuel Gieco,

de 28 años, es en la actualidad el joven presidente de la Asociación para la Promoción de los Derechos del Niño y del Adolescente (APDENA), donde los adultos dejaron su lugar para que el 90 por ciento de los responsables y voluntarios sean jóvenes. “Cada espacio se gana con mucho compromiso, generando confianza, adquiriendo experiencia y liderazgo, y dando libertad al resto de los integrantes. No sirve tener un liderazgo autoritario”, explicó Nahuel. La organización trabaja con una diversidad de programas en los que atraviesa la política, la educación, la comunicación, el medio ambiente y el arte como herramienta de transformación social. Por eso, entre hoy (viernes) y el sábado, la juventud entrerriana ofrece en Chapadmalal un taller sobre el derecho a la educación desde el arte de la murga –con su ya conocida murga “Gurises Construyendo Sur”-.

-¿Cuál es el rol de la juventud en la actualidad? Nahuel Gieco:- Siempre se dice que los jóvenes somos el futuro, pero no dan cuenta de que, en realidad, somos el presente. Tenemos un potencial gigantesco por dar, pero en las sociedades conservadoras se ve al joven como una amenaza en el ámbito laboral o la arena política. La juventud tiene que formarse en el estudio, pero sin olvidar la práctica en el terreno: hay que salir a embarrarse. El rol de la juventud es hacer las cosas que el mundo adulto no se anima. Podemos equivocarnos pero hay tiempo para ir afinando la puntería. La juventud se tiene que animar a avanzar en la lucha por los derechos, formarse para detectar la falta de ellos e ir hacia adelante.

-¿Los medios de comunicación estigmatizan a la juventud? NG:- En los medios de comunicación la palabra ‘juventud´ aparece sólo en las noticias policiales. Somos los sospechosos, los drogadictos, los delincuentes, pero no los posibles estudiantes, militantes o futuros padres. Es nuestra tarea demostrar que los jóvenes somos capaces y que tenemos propuestas. Hay que presionar para que los medios de comunicación tomen esas propuestas y no las que quieran. En la Semana por los Derechos de la Juventud somos miles de pibes y pibas comprometidos y, posiblemente, no tengamos difusión.

-En Gualeguaychú pudieron participar de cerca en el proceso asambleario contra la pastera ex Botnia. ¿Qué apreciaciones pueden llevar a la Semana por los Derechos de la Juventud en el eje de medio ambiente? NG:- La lucha por el medio ambiente ya estaba presente, no es algo nuevo, pero a partir de la lucha de la asamblea de Gualeguaychú se logró instalar en la agenda pública. Creemos que el capitalismo es demasiado perverso. Estas empresas nos sacan los recursos, procesan el material, tiran la mugre, se llevan la pasta de celulosa y después producen el papel en su país de origen para que lo paguemos en euros. Además, las plantaciones de eucalipto consumen el agua de las napas que la gente del campo utiliza para producir y transforma los bosques nativos en ‘bosques muertos´. Pero tenemos muy claro que podemos estar en contra de las decisiones del Gobierno uruguayo, pero no de su pueblo. La xenofobia puede ser más letal que las pasteras. Las esperanzas y sueños de los pibes y pibas de Gualeguaychú son los mismos que los de otros jóvenes de Latinoamérica. ¿Por qué mirarnos el ombligo? Con el pueblo uruguayo compartimos historia y cultura. Por eso, dos compañeros de Fray Bentos participarán de la Semana con nosotros en el taller de Escuela Latinoamericana para la Actoría Social.

-La murga es una de las cosas que se comparten con Uruguay. ¿Cómo la aprovechan ustedes para trabajar desde el arte? NG:-El arte es una herramienta fantástica porque permite educar de una forma más agradable e incorporar los conocimientos con un ida y vuelta: aprender enseñando. El programa de murga cuenta con talleres de costura, corneta, coreografía, batucada y maquillaje. Y entre todos pensamos cómo representar la niñez excluida, la identidad. Los chicos piensan con qué colores, vestuario y baile representar sus derechos y lo aprenden para toda la vida. A través del arte se puede transmitir política, educación e ideología para poder hacer lo que queremos y no lo que nos impone el sistema. [volver]

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