boletin africa tumaini marzo abril 2011

8
Recibimiento en el aero- puerto Vista de Bukavu, desde una colina con el lago al fondo había llegado. Nos tranquili- zaron diciendo que esta compañía aérea era bastante seria y que seguramente estaría en Kalemie y la trae- rían en el próximo viaje que no sería hasta el jueves (era sábado). Desgraciadamente, en esa maleta (mi maleta grande) llevábamos la mayor parte de las cosas que traía- mos para la casa de acogida, toda mi ropa, cargadores, etc. Me tuve que arreglar con 2 blusas y 2 prendas interiores que llevaba en una maleta pequeña y tuve que dormir con el pijama que me prestó Mari Cruz. Cuando ya me había acostumbrado a lavar por la noche la ropa para el día siguiente, mane- jándome mejor de lo que esperaba, al ver que, real- mente, muchas cosas que creemos que son necesarias, no lo son, y ya nos habíamos hecho a la idea de que pro- bablemente nunca recupera- ríamos la maleta, después de diversas visitas a la com- pañía aérea, la maleta llegó. Eso sí, sólo tres días antes de la vuelta. En el aeropuerto de Bukavu nos estaba esperando Dona- to y 3 de las niñas pequeñas más mayorcitas con un ramo de flores para darnos la bienvenida. Después de pa- sar el control de pasaporte (proceso que lleva bastante tiempo pues toman nota de los datos a mano y con tran- quilidad y poniendo alguna pega por si hay posibilidad de sacar algún dinero), nos reunimos con el resto de las chicas (unas 12) que habían venido a buscarnos tam- bién y que no habían entra- do pues pedían dinero por entrar al aeropuerto. Esta- ban todas preciosas y con- tentísimas de vernos y se pasaron todo el largo viaje hasta Bukavu, apiñadas en el todoterreno, cantando canciones de bienvenida en nuestro honor, que Donato nos traducía y que a mí casi me hicieron llorar. Armaban tal bulla, que al pasar por la carretera, la gente se volvía a mirarnos y nos decía adiós sonriendo. Desde allí, fuimos a la casa de acogida, y nos gustó mu- cho como estaba todo, ya que las fotos que habíamos recibido hasta entonces no le hacían justicia. No pudimos verla bien porque ya eran las 6 de la tarde y allí anochece muy temprano y aunque, supuestamente, tienen luz y pagan por ella, no hay elec- tricidad por problemas de línea. También tienen pro- blemas con el agua, pues no llega siempre y tienen que ir a veces a por ella. Allí nos encontramos al resto de chicas, a los niños y al equipo de Tumaini ni Uzima, que nos parecieron muy VIAJE A BUKAVU: OTRA REALIDAD Marzo-Abril 2011 BOLETIN Viaje a Bukavu: otra realidad 1-2 Hospital Panzi 3 Mujeres aban- donadas 3 Centro de disca- pacitados Heri Kwetu 4 Visita a Katana 4 Impresiones y celebración en la casa de aco- gida 5 Mujeres de Chai 6 Mejor con música 6 Collage de fotos 7 Aportación de Schneider 8 Contenido: El viaje ha sido muy instructivo y gratifi- cante y no se puede expresar con pala- bras lo que ha signi- ficado para nosotras dos, pero como una imagen vale más que mil palabras, en nuestro Facebook (al que podéis acce- der desde nuestra página Web) os de- jamos más fotos. El día 5 de febrero salimos para Bukavu, procedentes de Kinshasa (la capital de la R.D.Congo). Salimos a las cinco y media de la mañana y llegamos a las cinco de la tarde, porque, supuestamen- te íbamos en un vuelo direc- to, pero debía ser un vuelo directo "a la congoleña" por- que paramos en Mbuyi-Mayi, Lubumbashi y Kalemie, antes de llegar a Bukavu. El viaje lo comenzamos con problemas porque nadie nos había informado que había limitación de peso para el equipaje y mi compañera Mari Cruz y yo íbamos carga- das con dos maletas con el máximo permitido en un vuelo intercontinental (46 kg cada una). Sin embargo, para los vuelos internos el peso permitido es menor y en el caso de Bukavu todavía más, ya que en Lubumbashi te cambian de avión a un Fokker (avión de hélices) que es mucho más pequeño, por- que el aeropuerto de Bukavu en realidad es una pista sin asfaltar en medio de la nada. A la llegada al aeropuerto de Bukavu, nos llevamos la des- agradable sorpresa de que una de las maletas no

Upload: africa-tumaini

Post on 16-Mar-2016

219 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Boletin informativo sobre viaje a Bukavu (este de la RDC)

TRANSCRIPT

Recibimiento en el aero-puerto

Vista de Bukavu, desde una colina con el lago al fondo

había llegado. Nos tranquili-zaron diciendo que esta compañía aérea era bastante seria y que seguramente estaría en Kalemie y la trae-rían en el próximo viaje que no sería hasta el jueves (era sábado). Desgraciadamente, en esa maleta (mi maleta grande) llevábamos la mayor parte de las cosas que traía-mos para la casa de acogida, toda mi ropa, cargadores, etc. Me tuve que arreglar con 2 blusas y 2 prendas interiores que llevaba en una maleta pequeña y tuve que dormir con el pijama que me prestó Mari Cruz. Cuando ya me había acostumbrado a lavar por la noche la ropa para el día siguiente, mane-jándome mejor de lo que esperaba, al ver que, real-mente, muchas cosas que creemos que son necesarias, no lo son, y ya nos habíamos hecho a la idea de que pro-bablemente nunca recupera-ríamos la maleta, después de diversas visitas a la com-pañía aérea, la maleta llegó. Eso sí, sólo tres días antes de la vuelta. En el aeropuerto de Bukavu nos estaba esperando Dona-to y 3 de las niñas pequeñas más mayorcitas con un ramo de flores para darnos la bienvenida. Después de pa-sar el control de pasaporte (proceso que lleva bastante tiempo pues toman nota de los datos a mano y con tran-quilidad y poniendo alguna pega por si hay posibilidad de sacar algún dinero), nos reunimos con el resto de las chicas (unas 12) que habían venido a buscarnos tam-

bién y que no habían entra-do pues pedían dinero por entrar al aeropuerto. Esta-ban todas preciosas y con-tentísimas de vernos y se pasaron todo el largo viaje hasta Bukavu, apiñadas en el todoterreno, cantando canciones de bienvenida en nuestro honor, que Donato nos traducía y que a mí casi me hicieron llorar. Armaban tal bulla, que al pasar por la carretera, la gente se volvía a mirarnos y nos decía adiós sonriendo.

Desde allí, fuimos a la casa de acogida, y nos gustó mu-cho como estaba todo, ya que las fotos que habíamos recibido hasta entonces no le hacían justicia. No pudimos verla bien porque ya eran las 6 de la tarde y allí anochece muy temprano y aunque, supuestamente, tienen luz y pagan por ella, no hay elec-tricidad por problemas de línea. También tienen pro-blemas con el agua, pues no llega siempre y tienen que ir a veces a por ella.

Allí nos encontramos al resto de chicas, a los niños y al equipo de Tumaini ni Uzima, que nos parecieron muy

VIAJE A BUKAVU: OTRA REALIDAD

Marzo-Abril 2011

BOLETIN

Viaje a Bukavu: otra realidad

1-2

Hospital Panzi 3

Mujeres aban-donadas

3

Centro de disca-pacitados Heri Kwetu

4

Visita a Katana 4

Impresiones y celebración en la casa de aco-gida

5

Mujeres de Chai

6

Mejor con música

6

Collage de fotos

7

Aportación de Schneider

8

Contenido:

El viaje ha sido muy instructivo y gratifi-cante y no se puede expresar con pala-

bras lo que ha signi-ficado para nosotras dos, pero como una

imagen vale más que mil palabras, en

nuestro Facebook (al que podéis acce-der desde nuestra

página Web) os de-jamos más fotos.

El día 5 de febrero salimos para Bukavu, procedentes de Kinshasa (la capital de la R.D.Congo). Salimos a las cinco y media de la mañana y llegamos a las cinco de la tarde, porque, supuestamen-te íbamos en un vuelo direc-to, pero debía ser un vuelo directo "a la congoleña" por-que paramos en Mbuyi-Mayi, Lubumbashi y Kalemie, antes de llegar a Bukavu.

El viaje lo comenzamos con problemas porque nadie nos había informado que había limitación de peso para el equipaje y mi compañera Mari Cruz y yo íbamos carga-das con dos maletas con el máximo permitido en un vuelo intercontinental (46 kg cada una). Sin embargo, para los vuelos internos el peso permitido es menor y en el caso de Bukavu todavía más, ya que en Lubumbashi te cambian de avión a un Fokker (avión de hélices) que es mucho más pequeño, por-que el aeropuerto de Bukavu en realidad es una pista sin asfaltar en medio de la nada.

A la llegada al aeropuerto de Bukavu, nos llevamos la des-agradable sorpresa de que una de las maletas no

Niños, camino de la escuela, con su uni-forme blanco y azul, vistos desde el todo-terreno, cuando nos dirigíamos a la casa de acogida por una típica calle de Bukavu

¡COLABORA CON NOSOTROS! Página 2

las unas a las otras, en sitios imposi-bles, como el barrio de Chai.

Yo me imaginaba que al ser una zona en la que hay tantas ONGs, la MONUS-CO, y donde se maneja dinero, pues está en una zona riquísima en minera-les, tendría un aspecto más europeo. Nada más lejos de la realidad, práctica-mente no hay ninguna calle asfaltada dentro de la ciudad. Cuando llueve (que cuando fuimos era normal que lloviese todos los días por la tarde), como no hay nada asfaltado, se forma un barro que se te pega a los zapatos y los des-troza. Por eso, se ve a mucha gente que se los quita y anda descalzo cuan-do llueve. Las calles están llenísimas de gente prácticamente a cualquier hora del día, sobre todo en torno a los mer-cados, pues como hay tanta necesidad, la mujer congoleña que es el verdadero soporte de la familia, pone su pequeño puesto (una pequeña mesita o una tela extendida en el suelo) donde coloca sus productos (varios trozos de jabón, al-gunas piezas de pescado seco, algunas mazorcas de maíz, etc.) y permanece ahí horas y horas, incluso cuando ya no hay luz. Algunas permanecen incluso por la noche, prácticamente a oscuras o aprovechando algún farol o vela de algún vendedor cercano más pudiente. No sé cómo definir qué se siente cuan-do ves que comienza a llover y por no abandonar el pequeño espacio que ocu-pan, que seguramente sería cogido por otra, las vendedoras se tapan como pueden con un plástico o con lo que pillan, aguantando a que pase el chapa-

rrón, y ves como el agua va chorreando por su plástico, como sale el agua por debajo de sus pies, de su mesa-puesto… pues Bukavu está construido en las laderas y cuando llueve, como las calles no están asfaltadas, el agua va penetrando y va formando reguero-nes que en muchos casos terminan en socavones que sólo se pueden atrave-sar con todoterrenos y un buen conduc-tor.

No hay transporte público ni privado (en Kinshasa, sí hay, aunque van siem-pre abarrotados) y utilizan motos, que son más fáciles de manejar en un sitio en el que el espacio está aprovechado al máximo. El motorista, generalmente chicos jóvenes, llevan un casco para el cliente, y da algo de miedo ver cómo se van metiendo entre la gente y las de-más motos y coches. También abundan los buenos coches y todoterrenos, pues hay gente que maneja dinero, dada la cercanía a zonas mineras.

La gente está muy decepcionada con el gobierno regional y con el gobierno nacional, pues en esta zona del país se votó mayoritariamente por el actual presidente, Kabila, que prometió la paz y la paz no ha llegado. Y con el gobier-no regional, que al no haber habido elecciones locales, son gente colocada a dedo por el gobierno y en muchos ca-sos, antiguos rebeldes transformados en políticos, y que no hacen nada por la ciudad. De hecho, Donato nos puso el ejemplo de un tramo de calle que está asfaltado parcialmente y el motivo es que al gobernador se le ocurrió levantar un lado de la calle porque la iba a hacer nueva, y al final, la ha dejado así, y hay un trozo bien y otro que está sin asfaltar, con lo que los coches que van por el "carril" sin asfaltar siempre van tratando de pasarse al carril asfaltado, aunque sea en sentido contrario, con el consiguiente riesgo de accidentes. Mila-grosamente, parece que no hay mu-chos.

Pero lo que más te llama la atención es que en un lugar con tantas dificultades y un ambiente tan hostil y con tan po-cas posibilidades de mejora (pues los congoleños llevan años y años sufrien-do esta situación de miseria y de nece-sidad en su país, inmensamente rico), la vida sigue, y la gente se esfuerza por sobrevivir y se moviliza.

Cándida Leal Pardo

VIAJE A BUKAVU: OTRA REALIDAD (cont.)

“No hay transporte público ni privado y se utilizan motos, que son más fáciles de manejar en un sitio en el que el espacio está aprovechado el máximo”.

animosos y encantados con nuestra lle-gada.

La casa no está terminada al 100 por 100, porque es bastante más grande de lo que pensábamos (se compró medio construida). La valla ya está terminada y aunque en la distancia a nosotros nos parecía que quizás no era necesario que se hiciese una valla tan bien hecha, la realidad es que hace falta, porque a pe-sar de la altura, la gente se asoma tran-quilamente y ya se han colado varias veces y han robado lo que han podido encontrar. Con lo que además de la va-lla, se ve la necesidad de poner una alambrada que, como pudimos ver, es algo muy típico por los asaltos y robos.

Encontramos también con que habían "enlosetado" el patio de la casa, que aunque es pequeño, resultó ser bastante grande y hay espacio suficiente para que los niños puedan jugar, las chicas reunir-se, lavar, etc. y sirvió incluso para cele-brar al aire libre la fiesta de bienvenida que nos ofrecieron al día siguiente.

Yo estuve en la R.D.Congo en el año 2006 como observadora de las primeras elecciones libres y democráticas que se celebraron y estuve en Kinshasa, a la que ahora se ve algo mejor con bastan-tes calles asfaltadas y nuevos edificios que están construyendo los chinos, gra-cias a un acuerdo con el gobierno congo-leño por el que reciben a cambio mate-rias primas. A pesar de que las condicio-nes del acuerdo no son demasiado ven-tajosas para los congoleños, la gente está contenta con los chinos porque está viendo que se van haciendo cosas. En Bukavu, era la primera vez que estaba, pero por las noticias que recibimos y por todo lo que se habla de ella, me sorpren-dió lo que encontré.

Es cierto que es una ciudad que está en un entorno muy bello, bordeando el gran lago Kivu. Es cierto también que prácti-camente cualquier ONG internacional que se precie está aquí. También es cierto que desde las elecciones han proliferado diferentes ONGs y asociaciones congole-ñas. Que está la MONUSCO (fuerza de paz de las Naciones Unidas). Pero tam-bién es cierto que es una ciudad que normalmente tenía unos 250.000 habi-tantes y ahora tiene un millón, por la gran cantidad de desplazados que llegan a la misma huyendo de los ataques de los diferentes grupos rebeldes que proli-feran en esta zona (una de las más ricas de la R.D.Congo). Todo esto hace que Bukavu sea una ciudad llena de contras-tes, donde hay multitud de casuchas apiñadas a lo largo de las colinas junto con casas grandes y “lujosas”, valladas, con portones estilo "Versalles" y con an-tenas para conexión/TV vía satélite.

Hay barrios en los que viven más de 100.000 personas, en casuchas pegadas

HOSPITAL PANZI

Estuvimos visitando el Hospital Panzi que ha recibido ayuda de distintos or-ganismos internacionales, gracias a la notoriedad que ha logrado su fundador el Dr. Mukwege, y está muy bien cuida-do. Hablamos con el responsable de estadística, quien nos informó de cómo funciona el hospital con respecto a las mujeres violadas y nos dio algunas cifras. Normalmente tratan a unas 300 muje-res al mes que llegan con importantes traumas psicológicos y que también necesitan cirugía especializada. Per-manecen generalmente 30 días y mien-tras están en ese período de recupera-ción, reciben formación (costura, punto y cosas similares). Quedan algunas que llevan 2-3 años porque han sido operadas de fístulas, pero su situación sigue siendo mala, y otras que son muy pequeñas y hay que esperar a que sean más mayores para poder operar-las. De las mujeres que tratan, aproxi-madamente el 80% son violadas y el resto han tenido problemas con el par-to. En 2009, trataron más de 3.000 mujeres y en 2010, han tratado un nú-mero similar, y esto pone de manifiesto que la inseguridad sigue y la situación de la mujer no ha mejorado. Nos contaron también como funciona La Cité de la Joie, que acababa de ser inaugurada prácticamente cuando no-sotras llegamos. Es un centro de acogi-da para las mujeres que salen de Pan-zi, pero sólo pueden permanecer 3 meses y es para 50 mujeres, nada

más, con lo que, en principio, nos pare-ció que la inversión tan costosa que se ha hecho y toda la propaganda que se le ha dado, no está a la altura de lo que realmente ofrece: una estancia limitada en el tiempo y sólo para unas pocas mujeres, a las que se las quiere convertir en líderes. También visitamos el Proyecto Ushindi, que está financiado por varias ONGs importantes internacionales, principal-mente USAID, y por la Fundación del Hospital Panzi, y que depende de este

hospital, teniendo como objetivo, entre otros, disminuir las horas de espera, destraumatizar a la mujer violada, acom-pañarlas jurídica y judicialmente y rein-sertarlas, utilizando micro-créditos. Es-tán trabajando en 3 zonas: Shabunda, Mwenga y Kitutu y comenzaron en no-viembre de 2010. Es un proyecto de 5 años que va dirigido a concienciar a los líderes de la comuni-dad relacionados con este tema: médi-

MUJERES ABANDONADAS Fuimos también a visitar a unas muje-res abandonadas que viven en una casa semi-derruida (y gracias, porque el dueño les deja ese lugar para "vivir”). Nos dieron mucha pena, sobre todo una de las mujeres, que parecía bas-tante mayor, y que tenía una mirada tristísima. Buscan un medio de vida, porque ahora malviven. Quieren que sus hijos puedan ir a la escuela (ya sabéis que la enseñanza en el Congo se supone que es gratuita y que se hace cargo el Estado, pero es falso, ya que como el Estado no paga a los pro-fesores, éstos tienen que ser pagados

por los padres, y si es difícil sobrevivir, pagar también la escuela, es algo prác-ticamente imposible. Y en el caso de estas mujeres, aún más). Ahora traba-jan en las labores peor pagadas que son transportar bultos y lavar la ropa ajena. Algunas de ellas fueron tratadas en el hospital Panzi, que realiza cirugía reconstructiva a las mujeres violadas, y llevan más de 3 años en Bukavu, malvi-viendo porque no pueden volver a sus lugares de origen. El equipo de Tumaini está viendo si se les podría ayudar fi-nanciándoles un pequeño negocio de compra-venta de productos de primera necesidad.

Mari Cruz en el complejo Panzi

¡COLABORA CON NOSOTROS! Página 3

Pie de imagen o gráfico.

cos, asesores psicosociales, policía, juristas y enseñantes, para que en sus ámbitos respectivos se enfrenten a la lacra de la violación, y también va dirigi-do a los niños, para que aprendan a de-fenderse de la violencia que se pueda hacer contra ellos. Desde 1999 a junio de 2010, el Hospital Panzi trató a 25.441 mujeres y se lleva-ron a cabo 5.812 operaciones que inclu-yen 2.551 casos de reparación de fístu-las. Desgraciadamente, un estudio realizado por Oxfam y Harvard Humanitarian Initia-tive (HHI) en abril de 2010, basado en entrevistas a 4.311 mujeres supervivien-tes de violaciones tratadas en el Hospital Panzi, encontró un aumento en el núme-ro de violaciones civiles. En 2008, el porcentaje fue del 11%, pero en 2009 aumentó al 15% y desde julio de 2009 a junio de 2010, esta cifra aumentó a un 18%. Nos gustó ver que se están haciendo diferentes cosas a favor de la mujer vio-lada, sin embargo, seguimos viendo que nuestro proyecto es el único que trata de ofrecer a las chicas violadas una res-puesta integral: acogida en una casa segura para ellas y sus hijos, alimenta-ción de ambos, cuidados médicos y psi-cológicos y una formación, tanto perso-nal como profesional, para su reinser- ción futura en la sociedad.

Niños en la calle, curiosos y sonrientes ante nuestra llegada

Vendedoras de cebollas, camino de Katana.

Mercadillo al borde de la carretera

¡COLABORA CON NOSOTROS! Página 4

El lunes visitamos el centro de discapa-citados HERI KWETU, pues teníamos que entregar unas cosas a la hermana Maite, que lleva muchos años allí, más que el centro, que se fundó hace más de 30 años. Quizás sea por eso, pero la verdad es que el centro que es enorme funciona muy bien y está todo muy cuidado.

pacitados que tratan. Estuvimos viendo a los ciegos y a los sordomudos, gran-des y pequeños, y lo bien integrados que están en las clases.

Hay algunos alumnos que están inter-nos y estuvimos viendo donde duermen (una sala enorme con muchas cami-tas). Dan a los alumnos una sopa/papilla a media mañana. También visi-tamos el taller de ortopedia y un taller de costura donde hacen muñecas, manteles y cosas similares que luego venden y les sirve también para auto-financiarse. La gente que acude al cen-tro para recibir atención médica paga siempre una pequeña cantidad, porque si no se cobra nada, la experiencia les dice que no se valora. Al parecer, tie-nen muy buena fama y a veces les quieren traer hijos de personas con importantes medios económicos, pero no es posible, porque este centro está hecho para los más desfavorecidos.

CENTRO DE DISCAPACITADOS HERI KWETU

De ahí que ésta haya abandonado la casa del tío y está viviendo en casa de la colaboradora que además tiene 9 hijos. En otro caso, el padre se ha vuel-to a casar y la madrastra la trata muy mal y no la deja estudiar. Las dos últi-mas tenían 8 y 10 años.

Después de conocer las diferentes si-tuaciones, el equipo de Tumaini ni Uzi-ma se reúne y se toma una decisión conjunta que puede ser: hablar con la familia; acogerlas en la casa; ayudarlas a iniciar alguna actividad que les permi-ta ganarse la vida; y ayudarlas en los estudios (a pesar de la violación sufri-da, algunas con la consecuencia de un bebé, todas quieren y piden eso: poder seguir con sus estudios. Consideran que si no tienen una formación, no son nadie).

Uno de los días lo dedicamos a ir a Ka-tana, que es una ciudad que se encuen-tra a unos 30 kilómetros de Bukavu y donde el equipo de Tumaini ni Uzima quería que hablásemos con un grupo de chicas que habían sido violadas y que se habían puesto en contacto con nosotros.

Acompañados de Donato y Faida, que suele encargarse de estos contactos, nos dirigimos para allí y por el camino paramos un par de veces, ya que Do-nato es muy conocido y había que pa-rar a saludar y a disfrutar de la hospita-lidad africana, pues a menos que pue-das convencerles de que realmente no tienes tiempo, te invitan y agasajan dentro de sus posibilidades.

Seguimos viaje y nos reunimos con seis chicas y la mujer, matrona y colabora-dora de Tumaini, que las ayuda y acompaña dentro de sus posibilidades. Todos los casos que vimos te inducían a querer llevarte a la casa de acogida a todas las chicas, pero además de que eso no es posible, siempre se busca la posibilidad de que no tengan que abandonar su entorno y se mira la for-ma de poder ayudarles a que sigan con su vida, a veces, ayudándolas a crear algún pequeño negocio.

Las primeras con las que hablamos eran dos hermanas de 16 y 17 años, con dos bebés, como consecuencia de la violación que habían sufrido. Los bebés estaban prácticamente recién nacidos. No tienen madre y el padre no ayuda, al contrario. Tienen un campo y lo cultivan entre las dos, pero el padre

VISITA A KATANA

“A pesar de la violación sufrida y sus consecuencias visibles y no visibles (muchas acaban con un bebé) su deseo es poder seguir con sus estudios.”

La hermana Maite nos lo enseñó todo muy bien y resultó una visita muy inte-resante.

Tienen un colegio para unos 1.000 alum-nos e integran en el mismo a los disca-

vende las cosas por su cuenta y no les da nada. Otra de las chicas vivía con su her-mana y un tío, pero la hermana murió y según dice la gente envenenada por el tío que se llevaba mal con ella.

Mari Cruz, Faida y la colaboradora de Tumzi en Katana

Preparando la comida

Colegiales en clase de gimnasia

Jugando en el patio con los globos

Bailando

Disfrutando de la fiesta

Jugando con los niños

¡COLABORA CON NOSOTROS! Página 5

ruptura, la desesperación y muerte de la madre, el nuevo casamiento del padre y el abandono de las hijas hace que mu-chas veces, éstas terminen en la prosti-tución.

En la segunda, de una forma aparente-mente simple, nos representaron la vio-lación de una mujer por parte de milita-res, su propia experiencia, su indefen-sión, y la ausencia de reacción por parte de la sociedad. El grito, junto al canto de “¿Qué estais haciendo los grandes de nuestra tierra?, ¡las violaciones conti-núan!, ¿hasta donde has llegado, Con-go?, nos pusieron la piel de gallina. Y nos la sigue poniendo, cada vez que reproducimos el vídeo que grabamos. Pero la fiesta continuó. Tras la puesta en escena de la necesi-dad de dar respuesta a su problema, se celebró la comida. Ellas mismas nos habían preparado una cena típica congoleña. Sencilla, pero con lo mejor que tenían, y llena de agra-decimiento por su parte. Y después de la comida, la música. Todos juntos, cantando y bailando, pa-samos una de nuestras mejores vela-das. Era ya de noche, ya no se veía nada, y con las linternas, nos acercamos al co-che que nos llevaría a casa. Pero nues-tro corazón, ya se había quedado en TUMZI. Creo que todavía está allí. Es esa primera tarde con ellas, la que nos anima e impulsa a seguir trabajando. Mari Cruz Beraza, Logroño.

IMPRESIONES Y CELEBRACIÓN EN LA CASA DE ACOGIDA En Bukavu, al pié del avión, nos espera-ba Donato acompañado por tres niñas. Aquí comenzó nuestra verdadera aven-tura. En el coche, un viejo todoterreno del siglo XIX, como decía Donato, estaban otras seis chicas de TUMZI, quienes nos acompañaron hasta la casa, a unos 15 Km, y 1 hora de trayecto, cantando can-ciones de alegría y bienvenida. ¡Impresionante! No comprendíamos la letra, cantaban en Swahili, pero sí el espíritu de cariño con el que lo hacían. Y no dejaron de cantar ni cuando llegamos a la casa, pues allí se unieron al coro todas las demás.

Era el clima de amistad, acogida y de agradecimiento que nos iba a acompa-ñar durante toda nuestra estancia en la ciudad. Casi era de noche, pero, ilusio-nadas, nos enseñaron todas y cada una de las salas, habitaciones etc. con todo tipo de explicaciones. Nuestro alojamiento era la casa de Do-nato, así que pronto, ya cansadas, fui-mos hacia allí, cenamos y nos acosta-mos.

Ya teníamos una idea de cómo íbamos a estar! Rodeadas del cariño de la gen-te, y de tumbos por las calles, de tierra y llenas de baches, que nos dejaban la espalda hecha trizas. Pero el equipo, y las chicas, pensaron que aquellos cantos eran sólo el aperi-tivo de la Gran Fiesta de Acogida que nos dieron el domingo. Llegamos los tres: Donato, Candi y yo, con el coche cargado de bebidas, refrescantes por supuesto, y un reproductor de música que había que alimentar con un gene-rador. Ya habíamos comprobado que con la corriente eléctrica que llega a la casa, no tendríamos música. Y allí nos esperaban; el patio lleno ya de gente: equipo, chicas y sus hijos, antiguas residentes de la casa con las que no se ha perdido el contacto, ami-gos de la asociación... Todo preparado: butacas y mesas, sillas, carteles de acogida por las paredes... Y comenzó la fiesta. Alice nos leyó unas líneas de bienveni-da, entre las que pudimos escuchar “desde que estamos en esta casa, te-nemos una formación, nos sentimos respetadas por nosotras mismas y por la sociedad, tenemos esperanza en el porvenir, y creemos que el día de ma-ñana nos sentiremos integradas en la sociedad”. Palabras y sentimientos que comparti-mos. Nos mostraron su sufrimiento, su reali-dad, todo lo que había sido su vida, y su petición de ayuda. Y como buenas africanas, nos lo expresaron por medio del teatro. Nos representaron dos sket-ches inolvidables. El primero, una es-cena familiar en la que el comporta-miento del padre de familia lleva a la

¡COLABORA CON NOSOTROS! Página 6

Otro día nos levantamos muy prontito para ir a misa. Allí se comienza el día muy temprano y la misa se celebraba a las 6 de la mañana. Para nuestra sorpre-sa, la iglesia, muy grande, estaba llena hasta la bandera. Después de la misa, se reunieron las "Mujeres de Chai" y participamos en su encuentro, aunque desgraciadamente hablaban en Kiswahi-li, pero por su gestos y reacciones, parecía todo muy interesante y se las veía muy motivadas. Con un grupo de ellas, estuvimos hablando en francés. Se reúnen, comentan sus problemas y buscan soluciones conjuntamente. Ese día, una de las cosas que trataban era có-mo ayudar a una mujer del barrio que estaba hospitalizada y que no podía pagar el coste del tratamiento. Actualmente, en el barrio se vende una bebida alcohólica que cuesta muy poco y que compran los jóvenes. Como tienen hambre y no pueden comer en condicio-

nes, esto sí se lo pueden permitir porque cuesta muy barato, y esta bebida está cau-

sando muchos estragos entre la juventud. Las Mujeres de Chai se han movilizado también para impedir esto, hablan con los jóvenes para hacerles ver lo que les puede pasar, persiguen a los vendedores y los denuncian a la policía... Ese día lo dedicaron a hablar de las próxi-mas elecciones y de cómo deberían enfo-car el trabajo de sensibilización. Intervinieron un gran número de mujeres, planteando problemas, sugerencias y dan-do su opinión sobre todo lo tratado.

Un tema que les preocupaba mucho no es un tema exclusivo de su barrio, si no de todo Bukavu. Se trata del “acuartela-miento” de militares y sus familias. No existen realmente cuarteles como los en-tendemos aquí, nada más que en escasas ocasiones, con lo que los militares y sus familias se ven obligados a vivir acam-pando donde pueden. Como tampoco reciben un salario decente, se ven obliga-dos bien a robar o a pedir continuamente ayuda a las familias cercanas. Como mujeres solidarias que son, les dolía ver la situación en la que viven las mujeres e hijos de los militares que, mu-chas veces, es incluso peor que la de ellas y buscaban formas de ayudarles. Al conocer el motivo de nuestra visita a Bukavu (nuestro proyecto de casa de aco-gida) y saber de nuestra labor de sensibili-zación y denuncia en España, informando de la situación que padece el pueblo con-goleño, nos dieron las gracias por nuestros esfuerzos y por haber escogido compartir con ellos ese camino de denuncia y lucha por un mundo más justo. Es difícil expresar con palabras la alegría que mostraban sus rostros por nuestra presencia en su reunión y a pesar de la dificultad para entendernos en idiomas tan diferentes, los besos y abrazos que nos daban, dejaban claro su contento.

notaba que les encantaba que hubiésemos ido a oírles. Cantan canciones de denuncia con estilo africano. Donato les grabó y tuvimos que salir fuera de la casa por falta de luz, pero empezó a llover y finalmente, a la carrera, tuvimos que refugiarnos en una especie de cercado semi-cubierto. Nos pidieron colaboración para poder editar un disco con las canciones protesta que han compuesto y orquestado porque

También acudimos a un encuentro con un grupo de jóvenes que se reúnen para can-tar y componer música “protesta”. Se reúnen en una zona de Bukavu muy alejada del resto, arriba, arriba de la coli-na. Tardamos bastante en llegar pero valió la pena, porque estuvo muy bien. Les encontramos cantando en una casa de barro y paja y nos recibieron con gran alegría y todo tipo de atenciones, pues se

quieren poder utilizarlas antes de las elec-ciones para concienciar al pueblo. Como pudimos ver, hay gente que no se queda quieta y eso nos anima mucho. Aunque con nuestro proyecto, ya tenemos trabajo y necesidades a las que hacer fren-te más que suficientes, nos gustó tanto su ánimo e ilusión que nos gustaría poder ayudarles. Hicimos una pequeña aportación, que nos agradecieron mucho.

¡MEJOR CON MÚSICA!

MUJERES DE CHAI

Podéis oír algunos pa-sajes de sus canciones

siguiendo los enlaces en

nuestra pági-na Web y en nuestro Fa-

cebook.

Donato, dirigiéndose a las mujeres

COLLAGE DE IMÁGENES

¡COLABORA CON NOSOTROS! Página 8

En nuestro viaje a Bukavu, nuestras maletas iban repletas de ilusiones y proyectos. Y también de regalos.

Uno de los más inesperados era una gran caja llena de material eléctrico destinado a la casa, para apoyar a su electrificación. Era un donativo de la empresa SCHNEIDER ELECTRIC, con sede en Puente la Reina (Navarra), y que nos había llegado por mediación de María Cestao.

¿Cómo fue que ese pequeño material eléctrico llegara a nuestra maleta? Fruto de la casualidad.

En uno de sus viajes por África, Ma-ría y sus amigas conocieron al P.

¡APORTACIÓN DE SCHNEIDER ELECTRIC!

C/ Melchor Fdez. Almagro, 19—10º B

28029 MADRID

Tfno.: 913143437—678580339

Web: http://www.africatumaini.org

E-mail: [email protected]

C/C Caja Madrid: 2038 1836 73 6000360124

Asociación sin ánimo de lucro para el res-cate de niñas violadas y víctimas de la

prostitución en el Congo

!NECESITAMOS TU AYUDA! ¡COLABORA CON NOSOTROS, CON TU TRA-

BAJO, TUS SUGERENCIAS, LA DIFUSIÓN DE NUESTRO PROYECTO...ESTÉS DONDE ES-

TÉS! Y SI NO TIENES TIEMPO, PERO SÍ MEDIOS,

ENVÍA UNA APORTACIÓN ECONÓMICA! ENTRE TODOS, UN MUNDO MEJOR ES PO-

SIBLE

pusieron contentísimos al “verla ya” preparada para recibir luz eléctrica.

Desde estas líneas queremos dar las gracias a Ana Urtasun, que en, nombre de SCHNEIDER ELECTRIC, nos hizo llegar este regalo, así como a María, por todas sus gestiones.

Esperamos contar con ellas en el futuro en este camino de soli-daridad con el pueblo africano y en concreto con las chicas de TUMZI, y que consigamos entre todos la reinserción de todas ellas en la sociedad.

Donato, en ese momento enfermo en el hospital, quien les llevó a visitar TUMZI.

Sensibilizadas por la situación de las jóvenes, y queriendo apoyar el proyecto en la medida que pudie-ran, María no dudó en solicitar a su empresa el material más ade-cuado para que lo pudiéramos llevar en nuestro viaje. Lo consi-guió.

Y allí nos fuimos, cargadas de enchufes, interruptores... Y tuvi-mos suerte, pues como habréis leído, al final recuperamos la ma-leta y todo su contenido. Todos los habitantes de la casa se