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PARA UNA METAFISICA DEL SENTIMIENTO DOS MODOS DEL CONOCER Catedrático de Metafísica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona i,

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  • P A R A U N A M E T A F I S I C A D E L S E N T I M I E N T O

    D O S M O D O S D E L C O N O C E R

    Catedrtico de Metafsica de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Barcelona

    i,

  • El tema de una duplex cognitw. expuesto por Santo Toms en la Quaest. Disp. De Ventate, X, art. 8, entre otros pasajes, ha sugerido al autor si la auto- percepcin del alma por s mcisma en su acto existencia1 y en su subjetiva indi- vidualidad puede constituir el ncleo de una teora del sentimiento.

    Este intento debe situarse en un contexto ms amplio, a saber: el de una ontologa que Santo Toms profesa y que explicita principalmente en dos series de textos, tributarias respectivamente de dos obras de San Agustn: el opscuIo .De natura boni contra Manichaeos. y el .De Trinitate..

    La escasez de comentarios que pongan en su debido valor esta ontologa pro- fundsima, lo mismo en San Agustn que en Santo Toms, no deja d e causar sor- presa, y ha estimulado al autor, bajo la direccin de su Maestro P. Ramn Orlan- dis, S. J., a este estudio.

    El autor tiene especial inters en hacer constar su complacencia por la afini- dad descubierta con el estudio de Teodo~o Haecker =Metaphysik des Fuhlens..

    Le theme d'une uduplex cognitw~ expos par Saint Thomas en la Quaest. D i s p De Veritate, X, art. 8, entre autres passages, a suggr A l'auteur la questiom suivante: Si Iuto-perception de Ydme par elle-m&me dans son acte existentiel et dans son indiuidualit subiective peut constituer le noyau d'une thorie dw sentiment.

    Cet effort doit se situer dans un contexte plus large, savoir: celui d'une ontologie que Saint Thomas professe et qu'il explicite principalement dans deux sries d e textes, tributaires de deux oeuvres de Saint Augustin: l'opuscule .De natura boni contra Manichaeos~ et l'opuscule .De Trinitaten.

    Le manque de commentaires cpi situent cette ontologie dans sa xritable valeur aussi bien A propos de Saint Augustin que de Saint Thomas, ne laisse pas de surprendre et a stimul l'auteur, sous la direction de son Maitre P. Ramon Orlandis, S. J., pour cette tude.

    L'auteur porte un spcial intret A manifester sa sympathie pour l'tude d e Thodore Haecker aMtaphysique du sentiment~.

    11 tema d'una sduplex cognitio, esposto da San Tommaso nella Quaest. Dis. De Veritate, X, art. 8, tra altri passi, suggerisce all'autore se Pauto-percezione dellanima per sd stessa nel suo atto esistenziale e nellu sua soggettivitd individuale pud costituire il nocciolo dUna teoria del sentimento.

    Tale tentativo devei venir situato in un contesto pih ampio, cioe quello d'una ontologia che San Tommaso professa e che sviluppa in maniera particolare in due serie di testi, le quali rispondono rispettivamente a due opere di Sant'Agostino: l'opuscolo *De natura boni contra Manicheos~ e

  • 22 JAIME BOFILL BOFILL

    that the auto-pierception of the, soul by itself in its existenthl act and subiective individuality can constitute the nucleus of a theory of perception.

    This design must be placed in a wider context, namely that of an ontology that St. Thomas professes and explains chiefly in two series of texts, respectively derived from two of St. Augustine's works: the treatise =De natura contra Mani- chaeoss and the .De Trinitaten.

    The absence of commentaries this profund ontology giving its true worth, both in St. Augustine and St. Thomas, never ceases to cause surprise, and has stimulated the author, under the direction of his master, Fr. Ramn Orlandis, S . J., to t h i ~ study.

    The author has a special interest in expressing hi$ gratification at the a f h i t y he discovered with Theodore Haecker's study ~Metaphysics of Perception*.

    Das Thema einer eduplex cognitio., dargelegt durch Thomas von Aquin unter anderem in der Quaest. Disp. de Veritate, X, art. 8, hat dem Verfasser den Ge- danken nahegelegt, sich zu fragen, ob die Auto-Perzeption der Seele in ihrem existenzialen Akt und in ihrer subiektiven Individualitat den Kern einer Theom'e des Fiihlens darstellen konnte.

    Dieser Versuch muss in einen weiteren Z~sammenhang gebracht werden, namlich den einer Ontologie, die Thomas von Aquin vertritt und die er hauptsgch- licli in zwei Textreihen ausfhrt, die jeweils zwei Schriften St. Augustins verpflich- tet sind: *De natura boni contra Manichaeos~ und .De TrSnitate..

    Das Fehlen von Kommentaren, die diese sowohl bei Augustinus als auch bei Thomas von Aauin tiefgreifende Ontologic aiif den ihr gebhrenden Platz rckten, versetzt einen in ~rstaUnen und hat den Verfasser unier Leitung seines Lehrers P. Ramn Orlandis, S. J. zu diesem Studium veranlasst.

    Dem Vedasser liegt sehr daran, seine Freude ber die in den1 Werke von Theodor Haecker ~ M e t a p h ~ s i k des Fhlens. entdeckten gleichen Gesichtspunkte zum Ausdruck zu bringen.

    La presente nota propone una temtica introductoria a una serie de estudios en parte publicados sobre el tema general de una Meta- fisica del Sentimiento l . Va dirigida preferentemente al lector esco- lstico y se propone mostrar la raigambre tomista de nuestra teora. Agradeceremos hoy a los amigos que en otras ocasiones tuvieron con nosotros la amabilidad de discutirnos este punto, que quieran acom- paarnos en la lectura - sin duda excesivamente circunstanciada y lenta - de un clebre pasaje de Santo ToMKs: la Cuestin dispu- tada de mente ( X de Veritate), art. 8.O. Su notable comentador (en- tre otros), P. GARDEIL, la consideraba como "un estudio de los fun- damentos metafsicos de la conciencia psicolgica" 2, y bien podra considerarse, inversamente, como "un estudio de la conciencia psi-

    Vid. Actas de la 11 y 111 Semana espaola de Filosofa. Instituto Luis Vives de Filosofa. Madrid, 1955. Actas del XI Congreso Intemcional de Filosofia. Vol. VI1 (Psicologa filosfica). Bmxelles, 1953.

    A. GARDEIL, O. P. La structure de l'dme et l'exprience mystique. Pars, Gabalda, 1927. Vol. 11, pg. 97, nota.

  • PARA UN.4 METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 23

    colgica como punto de partida del conocimiento metafsico". En qu medida el texto comentado convalida, o al contrario, invalida las tesis de los neotomistas a quienes, en razn de la empresa carte- siana, les ha parecido necesario plantearse este problema, lo dilu- cidar el lector; por nuestra parte, nos limitamos a subrayar el per- manente inters del mismo.

    "Duplex cognitio". I En el seno de una Quaestio de indudable ascendiente agusti-

    niano est situado el artculo que fundamenta nuestro estudio de hoy, y en el que Santo TOMS se pregunta: "Num mens seipsam per essentiam cognoscat" 4.

    Siguiendo al San AGUSTN del Libro PX "De Trinitate", escribe Santo TOMS :

    "Ad hujus rei evidentiam, notandum est quod de anima duplex "cognitio haberi potest ab unoquoque:

    6' Una quidem, qua uniuscujusque anima se tantum cognoscit "quanturn ad id quod est sibi proprium.

    " Alia, qua cognoscitur anima quantum ad id quod omnibus ani- "mabus est commune.

  • 24 JAIME BOFILL BOFILL

    este aserto y, mostrando la heterogeneidad de una y otra "cognitio", establecer por el mismo hecho el carcter' bidimensional y sintti- co del conocimiento intelectual, que compete a la "mens".

    Un primer tipo de conocimiento que el alma puede tener de si misma es el conocimiento "a modo de objeto". Santo TOMS lo des- cribe en este mismo artculo por ciertas notas cuya asociacin es familiar, en la doctrina tomista del conocimiento intelectual:

    1. Es universal ("Cognitio ... quae communiter de omni anima habetur").

    2. Responde a la pregunta "quid sit" y "quae sunt per se acci- dentia ejus"; es decir, es un conocimiento "esencial" o "quiditativo".

    3. Procede por va de definicin ("Cum mens humana speciali aut generali cognitione definitur").

    4. Expresa la naturaleza del alma ("cognitio, qua natura ani- mae cognoscitur") (art. cit.).

    Mas al conocimiento "objetivo" concurren dos operaciones d e la mente, a saber: la aprehensin y el juicio: es, pues, preciso consi- derar esta "cognitio, qua natura animae cognoscitur", sucesivamen- te, 1 . O Quantum ad apprehensionem" y 2.O "Quantum ad judicium"

    a) Una funcin .representativa. o .enunciativa. - .entendimiento pensan- ton - que alcanza al censa como objeto, segn un contorno cualitativo unificado que denominaremos essentia D.

    b ) Una funcin de *conciencia. o ~perceptiva. - .entendimiento sentien- te* - en razn de la cual es alcanzado el ayo=, no como .objeto=, sino,, al con- trario, como

  • PARA UNA METAFISICA DEL SENTIMIENTO 25 C

    La aprehensin objetiva del alma por s misma es tratada en unas lneas pregnantes, pues se presuponen establecidas las grandes tesis de la psicologa. Dice Santo TOMS que, por ocupar la "mens" el ltimo lugar en el orden intelectual, de la misma manera que no posee "idea innata" alguna, no goza tampoco de la inmediata vi- sin objetiva de la propia esencia. La posesin connatural de inte- ligible~ y correlativaineiite la intuicin de la propia esencia son una perfeccin del conocer que est reservada a la mente anglica. El entendimiento humano, en cambio, carece, de s, de todo contenido inteligible; se encuentra, en consecuencia, en pura potencia con res- pecto a cualquier determinacin formal. Privado de toda "idea" connatural o innata, lo est asimismo de toda "actualidad" en este

    6' orden, pues el "acto" sigue a la forma" en el orden intencional como en el orden natural. Pero la "actualidad" es la condicin fun- damental de la inteligibilidad: la "mens" - pura potencia intelec- tual, "tab~ila rasa7' en la que nada hay escrito - tiene, originaria- mente, poder para entender; no, para ser entendida. Aqu se ins- cribe la necesaria dependencia de la mente humana para su propio conocimiento quiditativo con respecto a los datos sensibles provi- nentes del mundo exterior. Pues el conocimiento de una realidad exterior, por el que la mente queda determinada a un conocimiento "objetivo" dado y est, en consecuencia, en "acto" de entender, es requisito para que el intelecto humano se entienda a s mismo, apre- hendiendo su propia naturaleza.

    En el punto de partida de este conocimiento quiditativo del al- mapor s misma, est, pues, la "species" de la cosa exterior conoci- da, como determinacin especificativa del mbito objetivo - po- tencial, pero ilimitado - de la "mens". De aqu el clebre aforismo aristotlico: "Intellectus est intelligibilis sicut et alia".

    De esto se sigue que la "reflexin" (atributo caracterstico del espritu que no es otra cosa, en el espritu puro, que la inmediatez luminosa, por modo inteligible, de la forma a s misma, en virtud de la actualidad de su subsistencia inmaterial) es, en el caso de la "

    mens'' humana, un devenir premioso - "diligens et subtilis inqui- sitio" - que se inicia en lo exterior y progresa discursivamente

    Vid., vgr., l.', q, 14, art. 2, ad lm., comentando a PROCLO: .Redire ad essentiam suamp (.reflexin completa. del sujeto intelectivo) nihil xaliud est quzm rem subsistere in seipsa..

    I.', q. 87, art. 1, c. Debe releerse este artculo, en el que se replantea el tema que estudiamos. Tambin1 111 C. C., c. 46. Abundan, por otra parte, los tex- tos en que se resuelven, a partir de los mismos principios, cuestiones afines.

  • 26 JAIME BOFILL BOFILL

    por sucesivas etapas hasta formular una "definicin" del alma uni- versalmente considerada, suficiente para deducir alguna de sus pro- piedades ms importantes :

    "Mens nostra non potest seipsam intelligere ita quod seipsam "immediate apprehendat; sed ex hoc quod aprehendit alia, devenit " in suam cognitionem.. . Ex hoc enim quod anima humana univer- "

    sales naturas cognoscit, percipit quod species, qua intelligimus, est " immaterialis: alias esset individuata, et sic non duceret in cogni- 6' tionem universalis.

    "Ex hoc autem quod species intelligibilis est immaterialis, intel- ''lexerunt (antiqui Philosophi) quod intellectus est res quaedam non "dependens a materia; et ex hoc, ad alias proprietates intellectivae " potentiae cognoscendas processerunt."

    Subrayemos las etapas de este discurso: el alma entiende las co- sas en su naturaleza universal. De la universalidad objetiva de este conocimiento y en consecuencia del "verbum" que es su principio, se infiere la inmaterialidad szcbjetiva de la "species" por la que en- tiende: toda vez que si fuese material estara individuada, y no po- dra conducir a un conocimiento universal.

    De la inmaterialidad de la "species" inteligible se infiere, ulte- riormente, la inmaterialidad del intelecto en el que tal especie est recibida: toda vez que el "modus" (material o inmaterial) de una "forma" depende del "modus" del sujeto en que dicha forma se recibe f Pero 'rinmaterialidad" es, para Santo ToMs, sinnimo de "espiritualidad". En el trmino de su reflexin definidora, la mente se aprehende por fin a s misma como espiritual.

    As, pudo decir AVERROES comentando el De Anima aristotlico, que el intelecto humano se entiende a s mismo por la "intentio" qye hay en l, lo mismo que las dems cosas; pero esta "intentio" ( species intelligibilis") est en el intelecto como inteligible en ac- to, mientras que en la naturaleza material est tan slo como inte- ligible en potencia. En virtud de esta diferencia, no se requiere ya ninguna ulterior "abstraccin" para venir, a partir de esta "inten- tio'' 10 , en conocimiento del alma. Recordemos nuevamente que este

    "

    conocimiento lo procura la species" en tanto que ella retiene en sus notas subjetivas el "modus cognoscentis" del que han derivado

    O Vid. l.", q. 12, art. 11, c: Modus cognitionis sequitur m d u m naturae rei cognoscentis.

    -

    10 Con la locucin: .a partir de= traducimos la preposicin; latina 'ex,, cuyo uso es congruente con el carcter discursivo d e este conocimiento (~deductio,). Ms adelante, contrapondrems a este conocimiento el conocimiento sin*, pun- tualizando el modo de inmediatez que entraa. 3

  • PARA UNA SIETAFSICA DEL SENTIMIENTO 27

    los atributos formales de la representacin objetiva, sus caracteres "a priori". Representacin objetiva que es la primera meta alcanza- da en el proceso descrito de reflexin.

    '6 La sola "aprehensin" no basta para absolutizar" su propio contenido (en otras palabras, para ser soporte de la relacin de ver- dad). Para ello se requiere el juicio. Sin embargo, en este caso, el valor y "eficacia" del mismo no se limita a corroborar la exactitud de la aprehensin realizada de la naturaleza del alma ("sententia- mus ita esse animam, sicut deductione praedicta apprehendimus" 11) como una asercin de mero hecho; en el mismo, en efecto, va entra- ada una necesidad. El juicio de referencia es un juicio normativo que determina, no "cmo es" el alma de cada uno, sino "cmo debe ser", de acuerdo con las razones eternas.

    En efecto: la universalidad objetiva, bajo la cual una realidad concreta (en nuestro caso, el alma) es aprehendida, sita esta rea- lidad en un plano ms o menos noble dentro del orden absoluto del ser; o, lo que es lo mismo, le atribuye un modo ms o menos noble de participacin del Ser absoluto. Tal atribucin desbordara las posibilidades de un entendimiento finito, abandonado a su propia finitud. La doctrina - agustiniana - que concibe nuestro entender como una participacin de la "Veritas prima" o norma absoluta en la que estn precontenidas las "rationes omnium rerum", viene exi- gida rigurosamente por la antinomia anterior, fruto, por otra parte, de una profunda concepcin de lo que sea el entender:

    "Sic notitia animae habetur inquantum intuemur inviolabilem "veritatem ex qua perfecte, quantum possumus, definimus, non qua- "lis sit uniuscujusque hominis mens, sed qualis esse sempiternis ra- "tionibus debeat" 12.

    Estamos en un punto central del "agustinismo tomista": la fun- damentacin, en la "Veritas prima", de los principios metempricos de la inteleccin finita 13. Ntese, de paso, la mise au point de la tesis suscrita, que se depura de todo resabio "ontologista", La Ver-

    El esententiamus. que figura en la edicin Piana de 1570, se corrompe en ediciones posteriores (vgr., la edicin muy deficiente de Antonio de Siena, de 1619) en .sentiamus. y acaba, en la ediciirn popular de Marietti (1942) en *sentimuss. Se ha perdido toda la fuerza y el 'significado da la palabra.

    " I X De Trinitate, cap. VI, prrafo 9. MIGNE P. L., tomo 42 (B." de San AGUS~N) , columna 966. Citado por Santo TOMAS.

    '' A prop6sito del texto paralelo de las Confesiones: .Si ambo videmus verum esse quod dicis, et ambo videmus verum esse quod dico, ubi, quaeso, vi-

  • 28 JAIME BOFILL BOFILL

    dad inviolable, intuda, no en s misma, sino como trmino de rela-

  • PAKA UNA hlETAFfSICA DEL SENTIMIENTO 29

    jetivo", como unidad de "forma": la forma del "ens" conocido es idnticamente forma del sujeto cognoscente en cuanto tal.

    Aclaremos esta terminologa. La palabra "forma" tiene, clsicamente, un primer sentido exte-

    rior, significativo de la "figura" de las cosas, comprendiendo, si se quiere, en ella la diversidad toda de cualidades sensibles. En este primer sentido del trmino, tiene todava "forma" la estatua de bronce que sirve a menudo a ARIST~TELES de punto de referencia en su teora de la realidad fsica.

    Mas la "figura" de las cosas puede ser la expresin o indicio de una interna "configuracin" o "estructura". Si del primitivo ejem- plo de la estatua pasamos al del instrumento o, mejor, de la mqui- na, aparecer clara la diferencia: la "mquina" tiene una "estruc- tura" interior que condiciona su "figura" externa. Es el segundo sentido de la palabra "forma", a saber: la disposicin ordenada, armnica, de una diversidad de elementos constitutivos de un todo. Las piezas, miembros, r anos, etc., de que este todo se compone, dicen razn de "materia ; su propia ordenacin o "armona" dice razn de "forma".

    Ahora bien. La sola "materia", sustentculo de la forma, no bas- ta para dar razn de la misma: "multitudo non reddit rationem uni- tatis". Dondequiera que se d una "materia" estructurada, se re- quiere u n principio de estructuracin.

    La nocin de "forma" como "forma substancial" (tercer y ms profundo sentido del trmino) indica, justamente, este principio de estructuracin cuando es interno a la realidad considerada. Todo el

    4'

    mundo de los objetos naturales" tiene "forma" en este tercer sen- tido: la total "exterioridad" del ser (y su equivalente, el mecanicis- mo absoluto) es impensable.

    Ahora bien: el sentido gnoseolgico de la palabra "forma" ("for- ma", como "eidos" o "idea" 17), no es, de s, el primero ("figura" ex- terior) ni menos el tercero (principio interno de "configuracin", o '6 forma substancial"; ya que la forma, en este tercer sentido, no es inmediatamente y de por s dada al sujeto cognoscente, sino inferi- da en virtud de exigencias racionales), sino el segundo, a saber, la '6 forma" como "armona" o "estructura" lS. Cuando esta estructura

    " Idea, graece, latine foma dicitur.: I.", q. 15, art. 1, c. " La materia misma entra en e objeto del conocimiento intelecbual (a ttulo

    de elemento eenrico), en la medida en que entra en la constitucin del estmctu- ras, por su subordinacin a la .formas. En el caso en que la materia se resol- viese totalmente en estructura, sera entonces totalmente inteligible, en el sentido en que usamos el trmino, a saber: .a modo de objeto.. Mas, contra una filo-

  • 33 JAIME BOFILL BOFILL

    es correlativa al conocimiento intelectual, recibe el nombre de "es- sentia" lo.

    Limitaciones del conocimiento "formal" o "esencial". Ahora bien. Aun en la "hiptesis-lmite" de un ente totalmente

    estructurado o esencial, su captacin "objetiva", como "esencia", no lo hara pasar en si mismo bajo nuestra posesin: el "fieri unum" en que el conocimiento consiste, hace inmanente a la "mens", no el '6 ens", sino la "ratio entis", dejando inasimiladas, en primer lugar,

    la individualidad misma del "ens" y con ella -lo que es metafsi- camente ms grave -, el "Acto existencial".

    La "forma, como forma", en efecto, no nos da, por si sola, direc- ta ni indirectamente, el "Acto" existencial. La misma representacin conceptual del "Acto" (posible al entendimiento por su poder de sofa [racionalista*, que aceptara esta hiptesis por lo menos a ttulo de hiptesis- lmite, el tomismo sostiene la imposibilidad en s, y no solamente ~ q u o ad nos*, de realizar esta reduccin. De aqu proviene la .exterioridad. gnoseolgica de la .materias (no d e la sola sfinitud. del sujeto cognoscente); la cual es un argu- mento vlido (bien que tomado todava de un plano inferior del ser) contra el idealismo.

    10 En el mundo de lo material ('inteligible en potencias) toda eessentia- se actualiza como objeto en virtud de un acto abstractivol del entendimiento. Ahora bien: toda sessentia, de un ente material es una esencia .abierta., y de nin- guna manera und unidad absoluta de inteligibilidad, una .esencia en sin, si vale la expresin, una .idea*.

    El racionalismo hara tesis suya de esta *apertura, de la esencia, en virtud del 'principio de racionalidad o inteligibilidad total., en el sentido; l." De aper- tura a relaciones formales con otras esencias, para constituir el .objetos total del conocimiento humano ( a Mundo., coma ctotalitas rerums, coordinacin total de las esencias); 2." Si no es pantesta,, a una necesaria y constitutiva dependencia con respecto a Dios, Ser perfectsimo y Simplicsimo al que toda realidad imita como a su Modelo supremo, en la medida d e lo posible (Vid. este punto de vista en Santo TOMS, vgr., en 11 De Veritate, 2rt. 2, c.). Ahora bien: esta do;ble .aperturas afecta a la esencia.de todo ente finito como finito y no solamente como material. Pero, adems, la inclusin d e .materias en una esencia entraa todava:' 3." una *apertura. (.hahitudo*) necesaria a determinaciones accidentales, que en nin- guna hiptesis son ya reducibles a exigencias o necesidades racionales. Esta ne- cesaria dependencia de toda esencia material con respecto a determinaciones accidentales para su perfecta determinacin formal (es decir, para su 'individua- cin.: =Principia speciei secundum quod sunt determinata constituunt indivi- d i ium~, ut in VI1 Maaph. dicitur), hacen necesaria la ~conversion del entendi- miento humano a la sensibilidad, para el conocimiento completo y verdadero de su objeto (justamente esta eQuidditas sive essentia renimi materialium-).

    ~ C b m o un entendimiento superior, totalmente independiente de una sensibili- dad, conoce en su individualidad y actualidad el ente material, O en general 10 existente? Es el ~roblema de la .intuicin intelectuala (.ciencia de uisin.), sobre la cual slo diremos aqu que no puede definirse exclusivamente por condiciones formales (*ciencia de simple inteligencia.).

  • PARA UNA METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 31

    reflexin) es todava formal, como muy bien hace notar MARCHAL; las relaciones analticas (principio de contradiccin, como ley nor- mativa de1 pensar; e incluso principio de razn suficiente, en el sen- tido racionalista y wolfiano del trmino) son todava, rigurosamente hablando, representaciones formales 'O.

    cmo salvaguardar entonces la evidencia objetiva de lo real? NO es sta, tal vez, la dificultad especfica del kantismo?

  • 32 JAIME BOFILL BOFILL

    hemos denominado conocimiento "objetivo". Santo TOMS, en efec- to, se refiere a l diciendo:

    "Anima.. . se t a n t u m cognoscit.. ." y ese "tantum" parece connotar su carcter imperfecto. Y, en

    efecto: si se compara con el modo anterior, veremos que carece de sus notas ms destacadas; de aqullas, con frecuencia, que le sitan en un plano especficamente superior al conocimiento sensitivo. As,

    1. No disea un contenido cualitativo, una "essentia" universal. 2. No forma ninguna representacin intencional, ningn

    6' 6' enunciado" (conceptum, verbum interius").

    3. No constituye el estadio terminal del conocer, la "forma- cin" en acto de un inteligible 21, antes bien, representa, tan slo, SU fase germina1 22.

    4. Ni es, tampoco, un acto de "scientia" aplicado por reflexin a la actividad del propio sujeto (sentido tomista del trmino "con- ciencia") " para darnos a conocer su "naturaleza", con fines especu- lativos o ticos; sino, de nuevo, nicamente el principio virtual de esta ulterior reflexin.

    En resumen: el conocimiento que nos ocupa tiene el carcter prepa~.atorio - y, en consecuencia, incompleto - que compete en

    6' general al conocimiento an sit" con respecto al conocimiento "quid sit".

    1. COMPLEMENTABILIDAD DE ESTA "COGNITIO" CON LA ANTERIOWEN- TE DESCRITA. EL "ACTO" Y LA "FORMA"

    Sin embargo, de detenernos aqu, correramos el peligro de des- atender los aspectos ms importantes del problema. No parece, en efecto, justificado el empleo de la expresin "duplex cognitio" por Santo TOMS para distinguir, tan slo, una fase inicial y oscura del conocimiento de su fase clara terminal; como no parece suficiente considerar el conocimiento "an sit" como simplemente preliminar del conocimiento "quid sit" si efectivamente se trata de las dos grandes interrogaciones que polarizan, al decir de ARIST~TELES, la investigacin cientfica.

    " A saber: .iluminacin* de la representacin sensible; abstraccin de la aspecies. inteligible por la actuacin del ~intellectus agens.; informacin y actua- cin por esta 'species. del .intellectus possibilis~; posesin vivida (sin actu exer- cito.) de la relacin de verdad.

    m A saber: prelacin del ~verbum. por el entendimiento en acto; diseo d e un contenido objetivo en que la realidad considerada nos sea conocida.

    I.', q. 79, art. 13.

  • PARA UNA METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 33

    Ms bien hemos de ver entre uno y otro modo de conocimiento una complementariedad, que dejara a cada uno la prioridad en su orden.

    Para entender mejor la idea aqu expuesta, ntese que no se tra- ta sino de un caso particular de aplicacin de la tesis aristotlica de la correspondencia causal y de la prioridad relativa que cada gne- ro de causas puede tener sobre los otros: "Causae ad invicem sunt causae sed in diverso genere" 24. En la propia psicologa constituye un caso de aplicacin de esta ley general el problema de la prioridad respectiva entre las potencias del alma, que di lugar al clebre debate escolstico sobre la preeminencia entre entendimiento y voluntad.

    Aqu, se tratara nicamente de una correlacin entre dos fun- ciones intelectztales, dentro del acto total del entender. Una fase "

    vital" del conocimiento nos aparecera como "principio" de su fase "eidtica" terminal, no solamente en el sentido de "comienzo", es decir, como modo imperfecto de inteleccin, prximo todava al conocimiento sensitivo; sino tambin en el sentido de "origen", "base" o "raz" del conocimiento "claro y distinto"; por cuanto por virtud de esta fase vital primitiva el conocimiento esencial ulterior se encuentra justamente implantado en el ser.

    Por este segundo modo de "cognitio" que ahora consideramos, se introduce el "Acto" y no solamente la "Forma" en el seno de la relacin cognoscitiva. Se impone pues, en consecuencia, el examen de los caracteres positivos que a este modo de conocimiento con- vienen, como complemento necesario del conocimiento "objetivo" en orden a la plena captacin intelectual del ser.

    Ca~acteres de esta nueva "cognitio". La "reflexin" correctiva de las limitaciones del pensar esencial. Sin salir del texto comentado, encontramos que Santo TOMS

    atribuye a esta "cognitio" los siguientes caracteres: 1. Es un conocimiento intebctual, y, sin embargo: 2. - Es individual, no universal ("Cognitio de anima, secundum

    quod habet esse in tali individuo"). 3. En lo propio del alma, no en lo comn e impersonal

    (" ...q uantum ad id, quod est sibi proprium"). '' Santo TOMS, In V Metaph . c. 2, lect. 2. Ms en general: ~Nih i l prohibet

    quod aliquia duo ad invicem comparata sic se llabere quod atrumque sit et ut poten- tia et ut actus respectu alterius, secundum diversas (De Spiritzcalibus Creaturis, Art. 10, ad 4m.).

  • 34 JAIhIE BOFILL BOFILL

    4. Perceptivo, no discursivo ("cum aliquis percipit se animam habere").

    5. Presencial, no "abstractivo7' ("quantum ad id, quod est sibi pmesens").

    6. Exbtencial, no esencial o quiditativo ("Cognitio de anima, secundum quod habet esse") (loc. cit.).

    En resumen: es un conocimiento "actual", oponiendo ahora e1 trmino, no a conocimiento "potencial" o "habitual" (que encontra- remos despus), sino al anteriormente descrito bajo el nombre de conocimiento "objetivo", "nocional"; al "conocimiento objetivo en una representacin intencional", segn la expresin de Francisco CANALS 25.

    Santo TOMS caracteriza este conocimiento como "cierta refle- xin" ("quasi quaedam reflexio"), por la cual se superan las limita- ciones o imperfecciones que acompaan a la fase "abstractiva" del conocimiento intelectual humano. Esta correccin consistir en recuperar el contacto con el "ens" ("id. cujus actus est esse"), ~ i e t o de existencia; toda vez que no es la "ratio entis", sino e1 ens, sub ratione entis" (lo cual es muy distinto), aquello a lo que,

    en definitiva, el entendimiento est ordenado. 4Cmo entiende Santo TOMAS esta "reflexio"? 26. Dominando el ente a modo de "objeto" por la posesin "pro

    indiviso" con l de una misma "forma" o "estructura" ideal ("intel- lectus in actu est intellectum in actu"), nuestro entendimiento, si quiere conocer a su objeto "complete et vere", debe tener al mismo tiempo (y precisamente en funcin y bajo la actuacin de dicho "objeto7' 27) algn conocimiento:

    a) De la materia en que tal estructura objetiva se realiza como en su sujeto; y ello, segn su modo de ser individual (problema del concurso de la sensibilidad a la sntesis concretiva del juicio intelec- tual humano y de la "conversio ad phantasma". En otras palabras: de la subsuncin, bajo la unidad superior del entendimiento, de las determinaciones sensibles del objeto).

    " Francisco CANALS, El Zdgos, indigencia o plenitud? Estudio del verbo mental en la Ontologa del conocimiento, segn Santo TOMS. Tesis doctoral leda en Madrid en mayo de 1952 y galardonada con premio extraordinario.

    Vase en todo lo que sigue el opsculo De pdncipio idiuiduationis, que citaremos segn la edicin de J. PERRIER, O. P. Pars, Lethielleux, 1949. Sobre la autenticidad del mismo, vid. el estudio del citado editor.

    Recurdese la definicin d e *objeto proporcionado. de una facultad: =Pro- prium enim objectum est per cujus informutwnem potentia actum suum exercet#. (Op. cit. prrafo 2). Por otra parte, ~Quidditas re sensibilis est objectum intelleck tus proprium*. (Ibi,d.). En consecuencia, .Quocumque convertat se anima, hoc objectum es8 sibi ratio agendi*.

  • PARA UNA METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 35

    b) Del Acto existencia1 que corona, segn Santo TOMS, la es- tructura ontolgica de los seres (problema del carcter sinttico de la nocin tomista de "ens" ["ens participium"]).

    "Duplex reflexio". La funcin del "Cogito7'.

    Escribe Santo TOMAS, al respecto, en el opsculo De principio individuationis:

    ". . .Et isti simt duo modi reflexionis suae, quarum altera cognos- Y7 cit se et quae a parte sua sunt; altera ver0 ea quae sunt a parte ob-

    "jecti sui. In utroque ver0 modo, sua cognitio ad aliquid singulare "terminatur."

    1 . O La reflexin "ad originem objecti" significa la conserva- cin, por parte del entendimiento, de su continuidad, a la vez acti- va y objetiva, con el acto primitivo de la "percepcin" exterior, me- diante el concurso de las "facultades mediatrices" que los escols- ticos denominaron "sentidos internos, racionales por partici- pacin" 28.

    2.O La reflexin "ad originem potentiae" se desdobla a su vez. Es clsico, para los lectores de Santo TOMAS, el texto en que se des- cribe el proceso de reflexin por el cual el entendimiento eleva la certeza espontnea que acompaa a sus juicios (su "pretensin de verdad") a certeza filosfica, a posesin "consciente" de la ver- dad 29. Pero en este momento nos interesa ms otra vertiente de la

    Junto a la funcin de la *imaginacin. (retentiva de los caracteres de sin- gularidad del objeto) es precisa subrayar la importancia de la =cogitativa., que retiene su *supositalidad.. El olvido de esta facultad y de su funcin (tan enr- gicamente subrayada en el ~psculo citado) al establecer la doctrina de las 'fa- cultades mediatrices., viciar ulteriormente la concepcin de la categora de subs- tancia. residira aqu uno de los fallos de la Cdtica de la razn pura?

    Cfr. sobre este tema, en la cuestin disputada De Anima, art. 20, ~ a d l m ex altera parte objectionumi*, un resumen de la doctrina expuesta:

    .Anima conjuncta corpori per intellectum cognoscit singuhre, non quidem directe, sed per quandam reflexwnem; inquantum scilicet, ex hoo quod apprehen- dii suum intelligibile, revertitur ad considerandum suum actum, et speciem intelligibilem qiiae est principium suae operationis; et ejus speciei originem; et sic venit in considerationem phantasmatum, et singularium quorum sunt phantas- mata. Sed haec reflexio compleri non potest, nisi per adjunctionemi virtutis cogi- tativae et imaginativaes.

    Una advertencia: es preciso no olvidar nunca la unidad radtcal de la concien- cia y del sujeto humano, a pesar de la multiplicidad de sus funciones: *Non pro- pfie loquenda sensus aut intellectus (cognoscit, sed h o m per utrumque~. { I I Ve- ritate art. 6, ad 3m.).

    Recurdese el clebre pasaje: 1 de Veritate, art. 9, c.: .Ventas est in inte- llectu sicut consequens actum intellectus, et sicut cognita per intellecturn. Con-

  • YG JAIME BOFILL BOFIL8L

    reflexin intelectual "ad originem potentiae", a saber: la que atiende a la propia actividad del sujeto pensante, por lo cual el objeto es puesto en la existencia, a saber: al "cogito"; y junto con ello, al "

    sum" que acompaa en todo momento en la conciencia a aquella actividad.

    "~ogito,'sum,". Se ha acusado a DESCARTES de no haber sabido llevar su investigacin del "Cogito" hasta el puro sujeto trascen- dental, despojado de todo elemento ntico; en otras palabras, de detenerse todava en una "res cogitans". Pero se le puede hacer tambin otro cargo, en cierto modo opuesto al anterior. Es el de que su "racionalismo" (actitud filosfica que tiende a adecuar y a substituir el "ens" por la "ratio entis") hizo vacilar y en definitiva desviar su interpretacin de este hecho fundamental: la presencia, por la via de una "cognitio" no obietiva en el seno de la relacin intencional de inteleccin, de la actividad del sujeto pensante y al propio tiempo de la "existencia" individual y concreta de este su- jeto mismo, dada "en" aquella actividad.

    Porque, lejos de ser la funcin del "Sum" (dentro del conjunto complejo de elementos que concurren a nuestra aprehensin del ente) la de proporcionarnos el paradigma de toda "idea clara y dis- tinta" 30, es, en una lnea totalmente diversa, la de pro orcionar al sujeto cognoscente el fundamento de toda "certidum re existen- cial".

    g

    sequitur namque intellectus operationem secundum quod judicium intellectus est de re secundum quod est; cognoscitur autem per intellectum secundum quod in- tellectus reflectitur supra actum suum; non soluin secundum quod cognoscit actum suum, sed secundum quod cognoscit proportionem ejus ad rem; quae qui- dem cognosci non potest, nisi cognita natura ipsius actus; quae cognosci nor potest nisi cognoscatur nalurci pnncipii activi quo est ipse intellectus, in cuju natura est ut rebus conformetur. Unde, secundum hoc cognoscit veritatem inte llectus, quod supra seipsum reflectitur..

    'El 'Cogito, Sume es el tipo por excelencia de la idea intuitiva, clara : distinta, toda vez que se afirma en la hiptesis misma de la ilusin y de la duda. escribe J. MARCHAL, S. J. (Prck d'histoire de la philosophie, ya citado) a pro psito de DESCARTES.

    Ahora bien: ni el aSum= merece nunca el nombre de =idea. ms que al am paro de un equvoco inicial, ni el conocimiento del =sum. es un conocimientl aclaro y distinto,, sino - y en esto llevara d e antemano la razn SUREZ contr DESCARTES-un conocimiento *oscuro y confuso.. (Vid. la doctrina de SURE eri Do Anima, IV, c. 5, c., etc.).

    No podemos entrar aqu en el estudio del pensamiento de anibos autores en el punto que nos ocupa: notemos, sin embargo, que en uno y otro nos parece clarse la misma falla de una discriminacin incompleta de la aduplex cognitio, que Santo TOMS se esfuerza por distinguir.

  • PARA UNA METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 3 7

    2. DIVERSAS FASES O ESTRATOS EN EL CONOCIMIENTO PERCEPTIVO DEL ALMA POR S MISMA 31. CONOCIMIENTO HABITUAL^' Y "ACTUAL" En el conocimiento "perceptivo" del alma por s misma, distin-

    gue Santo TOMAS dos fases. Antes, al estudiar el conocimiento "obje- tivo", distingui la aprehensin y el juicio de la realidad aprehendi- da; ahora, la distincin es de otro orden: corresponde a las diversas fases que, en todo devenir activo, separan la situacin del sujeto constitudo en su naturaleza y dispuesto ms o menos prximamen- te para la accin, de la realizacin misma de la accin.

    La temtica tradicional de las "potencias", "species", "hbitos", etctera, que podran parecer a algunos como una innecesaria y tal vez absurda multiplicacin de entidades, representa, en realidad, la caracterizacin reflexiva de estos estratos psquicos que se esca- lonan desde lo puramente ntico y "subconsciente" a la formulacin expresa, por la mente, de sus contenidos objetivos.

    Pasando por alto el desarrollo de esta temtica 32, notemos ni- camente aqu una observacin que hace Santo TOMAS referente a la autopercepcin de la "mens": basta, segn l, la inmediatez n- tica del alma como raz de la potencia intelectiva, lo que l llama "

    conocimiento perceptivo hagitual del alma por s misma" para que se produzca la percepcin actual del alma por s misma, con el solo requisito de que prorrumpa en una operacin entitativamen- te homognea (o, si se quiere, perteneciente al mismo plano ps- quico) con esta "conciencia":

    Re.cordrnoslo de nuevo: se trata del conocimiento del alma como exis- tente y - toda vez que .existentis est agere. (I.", q. 77, art. 1, ad 3m) - como principio de actividad intencional.

    Vase el propio texto X De Veritate, art. 8." y el artculo siguiente (9."), donde Santo T o d s caracteriza el conocimiento .habitual. diciendo: ~ I l l u d enim facit

    t habitualiter cognosci aliquid ex quo aliquis efficitur potens progredi in actum cognitionis ejus rei quae habitualiter cognosci dicitur.. Esta situacin de dispo- nibilidad inmediata para la operacin, en la que el sujeto prorrumpe con slo querer, tiene lugar, en el conocimiento *objetivo* por la ~species.. En el cono- cimiento que ahora estudiamos, en cambio, ninguna aspecies. se requiere para ello: basta la presencia ntica del alma en la raz de la inteligencia: eQwlntum =ad habituabm cognitionem, sic dico quod anima per essentiam suam se videt, .id est: ex hoc ipso quod essentia sua est sibi praesens, est potens exire in actum ~cognitionis ipsius..

    En consecuencia, *A& hoc quod percipiafi anima se esse, et quid in seipsa agatur attendat, non

    ~requiritur aliquis habitus (adquirido); sed ad hoc sufficit sola essentia anime, Squae ment est praesens; ex ea enim actus progrediuntur, in quibus a c t d i t e r ~ i p s a percipitur B (loc. cit.).

    Puede verse en GARDELL (op. cit.: La structure de Z'dme ...) un estudio com- parativo muy circunstanciado y exacto de estas dos fases: .habitual. y .actual, del conocimiento aperceptivo* del alma por s misma.

  • 38 JAIME BOFILL BOFILL

    "Ex hoc ipso quod essentia sua (del alma) est sibi praesens, est LC potens exire in actum cognitionis ipsius" (conocimiento percepti- vo "habitual"). En consecuencia, "ad hoc quod percipiat anima se "

    esse, et quid in seipsa agatur attendat,. . . ad hoc sufficit sola essen- .L< tia animae, quae menti est praesens; ex ea enim actus progrediun- "tz~r, in quibus actualiter ipsa percipitur" (conocimiento perceptivo "actual") (loc. cit.).

    La mediacin necesaria de una operacin cualquiera para que el alma se perciba a s misma, se subraya:

    6' Quantum ad actualem cognitionem, qua aliquis considerat se

  • PARA UNA METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 39

    como contenido de la mente; o al acto correlativo; o a su radicacin en el sujeto, etc., Psicologa y Fenomenologa han acuado diversi- dad de expresiones que traducen este fraccionamiento atentivo en que la unidad subjetivo-objetiva del pensar se descompone.

    La mediacin de la operacin en la percepcin actual de la "mens". El conocimiento "in7'. Es preciso fijar la naturaleza del concurso de la operacin o ac-

    tividad requeridas para la percepcin actual del alma por s misma. Algunas expresiones usadas por Santo ToMs podran conducirnos a la idea inadecuada de que la mente va de sus operaciones a su propia existencia por un proceso discursivo, una inferencia; vgr., cuando escribe en el pasaje ya citado:

    " Quantum ad actualem cognitionem, qua aliquis considerat se

  • 40 JAIME BOFILL BOFILL

    cho, las relaciones representativas o de ejemplaridad abarcan todo el mbito del ser. Considerarlo preferente o exclusivamente bajo este ngulo, es la postura filosfica que suele denominarse "plato- nismo", la cual ve la originacin de las cosas ante todo como un proceso de ejemplificacin. Mas entre el ejemplar y la imagen con- siderada formalmente como tal, es decir, como reteniendo la "for- ma" del modelo y ordenada en consecuencia a conducir al conoci- miento de aqul, se realiza una unidad a consecuencia de la cual este "conducir al conocimiento de", no es una inferencia, sino una cuasi-intuicin: el ejemplar, en efecto, es conocido "en" la imagen. El "idem esse", con todo, que la representacin realiza, est, sin embargo, distendido dialcticamente por la relacin de originacin misma, en virtud de la cual surgi, cabalmente, aquel "idem". Pues la forma comn se desdobla, sin embargo, entre "original" y "origi- nada". La frmula, genial y pregnante, de CAYETANO para definir el conocimiento: "ut unum sit idem alteri, salvis rationibus eorum" 33, no slo es la ley bsica de la representacin intencional, sino de toda relacin de representacin en general, sea o no sea de cono- cimiento.

    Un pensamiento no "nominalista" (es decir, que vea en la uni- dad de forma ms que una simple semejanza de hecho, o que el resultado de una abstraccin universalizadora) apoyar vigorosa- mente sobre el "idem" realizado, o, lo que es lo mismo, sobre la "in- manencia" del original en lo originado; su peligro especfico, en cambio, es el de detenerse en la consideracin de esta inmanencia y encontrarse carente de elementos para hacer surgir de ella, como condicin suya que es, la alteridad de una "trascendencia". Slo doblando la relacin representativa con otras relaciones causales (de finalidad, por ejemplo, como hace Santo TOMAS al estudiar el

  • \- -..

    PARA UNA METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 4 1

    Santo TOMS contrapone este conocimiento a un conocimiento "per essentiam", que no conviene al alma. 2Qu excluye esta con- traposicin? 2Qu valor tiene el conocimiento "in" en este caso?

    No excluye, digmoslo desde el primer momento, la inmediatez establecida por Santo TOMS al tratar de la fase germina1 o vital de este percibirse el alma a s misma, que denomin antes "conoci- miento habitual7'. Lo adquirido en aquella primera fase (raz nti- ca del acto de percepcin actual, como mostr detenidamente GAR- DEIL) no se pierde ya en la fase actual ulterior: solamente se com- pleta y prolonga hasta producir el "acto" de percepcin de s al que aqulla estaba ordenada. En el conocimiento actual del alma por s misma, en esta lnea que consideramos ahora del conocimiento per- ceptivo, es decir: no del alma en su naturaleza, sino como "substan- cia primera", la necesaria "mediacin" de las operaciones no entra- a "mediatizacin".

    Esta autopercepcin del sujeto activo no puede llamarse "intuicin intelectual".

    1) Algunos autores han llamado "intuicin intelectual" a este , conocimiento perceptivo del alma activa, justamente en razn de esta inmediatez. Recordemos, por ejemplo, la posicin de FICHTE 34. Y notemos de paso la razn por la cual emplea FICHTE ese trmino (con lo cual quiere deshacer, nos dice, una mala inter retacin del pensamiento genuino de KANT): porque, en el seno de f conocimien- to completo, esta percepcin intelectual del "Acto" bajo la "forma" realiza una funcin similar a la de la intuicin emprica.

    Por nuestra parte, vamos a puntualizar que no bastan los ca- racteres de singularidad, presencialidad, inmediatez, etc., que en- contramos realizados en este tipo de conocimiento para denominar- lo, sin ms, "intuicin". Examinemos, brevemente, el problema.

    La,importancia central de la cuestin del conocimiento "intuiti- vo" surge con la Baja Escolstica. Entonces se entendi por "intui- cin" el conocimiento inmediato de una realidad entitativamente

    " presente: notitia intuitiva", en efecto, es la que versa "circa prae- sentialiter existentia"; es la "notitia terminans in objectum realiter praesens". La oponan a una "notitia abstractiva" caracterizada a menudo, por cierto, no por sus notas profundas, sino, tan slo, por la nota negativa de una no-inmediatez del objeto en su ser natural.

    M Vid. FICHTE, Introduccidn a la teorz de la ciencia. Trad. de J o g GAOS, Revista de Occidente, Madrid, 1934.

  • 1 41, JAIME BOFILL BOFILL

    Adoptando este sentido de la palabra, el nombre de "intuicin" puede a licarse (todava segn GREDT, por ejemplo) 35 a la opera- cin de f' os "sentidos externos" y del "sensus communis" o "sentido ntimo", cuyo objeto respectivo les es fsicamente presente; seran, en cambio, conocimientos "abstractivos" el de la imaginacin y el del entendimiento "objetivo", toda vez que su actividad cognosciti- va termina, no en la cosa misma conocida, sino en una "imagen" de ella o representacin intencional.

    "Cognitio intuitiva humana - escribe el citado autor - est cog- "nitio sensitiva sensuum externorum et sensus communis, quia hi "sensus versant~ir circa praesentialiter existentia."

    Notemos tan slo ahora que, desde este punto de vista, no se ve razn alguna para no aceptar la terminologa de FICHTE denomi- nando "intuicin" intelectual a la autopercepcin del alma activa, principio de toda operacin.

    2) Comparemos con el anterior el sentido kantiano del trmino. Diga lo que diga FICHTE, KANT rechaza, en realidad, la existencia en el hombre de una "intuicin intelectual". En cambio, todo el co- nocimiento sensible es de naturaleza intuitiva, y no solamente la sensacin exterior y el "sentido ntimo" o "innerer Sinn". Ello se realiza, sin embargo,'al amparo de una traslacin de sentido que ha sufrido la palabra: toda vez que el objeto de intuicin no viene de- finido ya por la "presencialidad" o por la "existencia", sino por algo distinto, bien que ntimamente ligado con ellas como condicin suya que es, a saber: la "singularidad". Esta traslacin aparecer

    i ustificada si se atiende a que, formalmente hablando, es la "singu- aridad", no la "existencia", lo que constituye la ltima determina- cin "objetiva" de la realidad conocida; presupuesta, pues, una ac- titud objetivista, el planteo de LNT est justificado. Sin embargo, por este camino la postura metafsica se empobrece de un modo

    ue ser fatal: la atencin se desva, en efecto, del Acto trascen- jental del "Esse" que toda "intuiciny7, de un modo u otro, tiene como misin fundamental aportar. El "esse" quedar degradado al orden fsico de la "ex-sistencia" en el sentido moderno y literal del trmino, a saber: al orden del devenir temporal y fenomnico.

    3) Ahora bien. Decamos antes que no basta el carcter de "presencialidad entitativa", ni menos el de "singularidad" que le acompaa y de alguna manera le precede, para denominar, sin ms, intuitivo un conocimiento; vgr., el conocimiento "presencial" del alma por s misma, que ahora nos ocupa.

    Vid. Jos GREDT, O. S. B. Elementa philosophiae a~istotelico-thomisticae, IX Ed. Herder, Barcelona, 1951.

  • PARA UNA METAFLSICA DEL SENTIMIENTO 43

    En efecto: si se quiere conservar el sentido a la vez primitivo y plenario del trmino, hemos de recordar que ste parte de una analoga con la "visin". Mas lo propio de la visin, aquello en ra- zn de lo cual se consideraba como el sentido superior en el orden cognoscitivo, no estriba en que nos asegure mejor que los dems la "presencia" del objeto en su ser natural (la superioridad, en esto, corresponde al tacto), sino en que denuncia en el objeto "ms dife- rencias", es decir, una ms rica diversidad cualitativa. Si queremos ser fieles, en consecuencia, a este sentido originario del tbrmino "in- tuicin", junto con la inmediatez entitativa es preciso que indique, tambin, la inmediatez de una forma o esencia; el aspecto que ha retenido, cabalmente, la "intuicin eidtica" cartesiana:

    "Per intuitum intelligo -escribe DESCARTES - non fluctuan- " tem sensuum fidem, vel male componentis imaginationis judicium "

    "falax; sed mentis purae et attentae non dubium conceptum, qui a sola rationis lumine nascitur" 36.

    4) Cada una de estas interpretaciones retiene un aspecto de la verdad; porque la nocin de intuicin indica la inmediatez o "

    unin7' a un sujeto de una realidad, considerada a la vez como "for- ma" y como "presencia" (caso del conocimiento sensible externo, nico conocimiento, en el hombre, que, a pesar de su imperfeccin, rene todos los caracteres de un conocimiento intuitivo). Tratndo- se, en cambio, de "intuicin intelectual" sta debera ser, en conse- cuencia, la inmanencia de u n ente a la "mens" a la vez por modo natural y por modo intencional u "objetivo" (Santo TOMS dira: : '6 secundum esse naturale et intellectuale sirnul": Cfr. I.", q. 56,

    art. 2, c), cuando esta doble inmanencia es inmediatamente cono- cida a la "mens" 37.

    En este sentido pleno del trmino, no se da en el hombre intui- cin intelectual: la naturaleza de su objeto lo impide.

    En efecto: ninguna realidad dependiente de la materia (ni que sea con esa dependencia por "relacin trascendental", que es propia

    DESCARTES. Regulae, 111. La vacilacin que puede observarse en la no- cin d e .intuicin* (vgr., cuando la caracteriza por l a sola =certeza. del conoci- miento, independientemente del carcter anocional. de su trmino) proviene de la vacilacin anterior sobre la nocin misma d e .idean clara y distinta. Esta, por sil parte, nos parece fundarse en el presupuesto inconsciente de que la inmanen- cia de un ente al entendimiento tiene siempre lugar 'objectiven.

    " Una traduccin en trminos de crtica, de la anterior definicin metafsica de Ia *intuicin nteIectual,, ~ o d r a ser, nos parece, la de MARCHAL (Vid. M b - Res Joseph Marchal. Tome 1: Oeuvres. L'dition Universelle, Bruxelles. Descle de Brouwer, Pars, 1950, pg. 127). = J'appellerai intuition intellectuelle une connais- sanee.... dansi laquelle la matihre, la forme et la ralit (soit actuelle, soit posible) de l'objet reprsent seraient galement donnes par l'h priori m6me de nbtre fa- cult intellective..

  • 44 JAIME BOFILL BOFILL

    de la "mens" humana) podr lograr la inmanencia o inmediatez gnoseolgica a la "mens" a la vez "secundum esse" y "secundum in- tentionem". Este tipo de inmediatez (iluminacin interior del sujeto pensante por el ente posedo en razn de su actualidad, en el or- den, no simplemente natural, sino inteligible) exigira, para ser po- sible, en el objeto los caracteres de un "noumenon", entendiendo la palabra en el sentido ms riguroso, a saber: no como un modo cualquiera de "ser en s", sino precisamente en el de un "inteligible en acto". Mas una realidad subsistente en la inteligibilidad actual segn su mismo ser natural no se encuentra mientras haya alguna dependencia con respecto a la materia; en realidad, para Santo To- MS, este modo de ser es propio del espiritu puro 38.

    Cuando Santo TOMAS escribe, en consecuencia: "Non ergo per essentiam, sed per actum suum se cognoscit in-

    "tellectus noster", no pretende negar, decamos, la inmediatez d e este conocimiento "in"; sino que este conocimiento tenga los ca- racteres Re una intuicin intelectual.

    La referencia a la tica al'istotdlica. El "sentimiento fundamental". Despus de rechazar la atribucin del nombre de "intuicin" a

    la percepcin del "yo" activo, queda por examinar si sera ms ilu- minador y al propio tiempo ms exacto designarla con el nombre de "sentimiento".

    En otras circunstancias hemos optado ya or esta denominacin, que, desde el punto de vista general que con 1. iciona nuestro trabajo, no slo nos pareca ser apropiada, sino reunir las siguientes ventajas:

    " Recordemos al respecto: 'Formae in materia existentes non sunt intelligibiles a c t u ~ (I.", q. 59, art. 3, c.). ~Intelligibile in actu non est aliquid existens in Irexun1 natura, quantum ad naturam remm sensibilium,[ quae non subsistunt praeter mate- riam. (Ibid., ad 3m). Toda la doctrina tomista del sintellectus ageus, se apoya en esta tesis. Vid. en este mismo nmero de CONVIVIUM un estudio al respec- to, 'de Francisco CANALS. En cambio (VI11 De Veritate art. 7, c.), ~Quilibet angelus est substantia intelligibis actu, per hoc quod est a materia immunis*. Sin embargo, la composicia, en el ngel, de eecsentia. y *esse. (raiz de su finitud) es causa d e distincin, en )l, entre el orden entitativo v el orden inteligible; la presencia inten- cional no entraa, por lo mismo, la presencie ntica ms que en el caso del cono- cimiento de un ngel por s mismo (Vid., entre otros pasajes de Santo TOAS, l a Quaest VI11 De Veritate, arts. 6 y 7).

    Otra observacin. El modo intelectual .intuitivo* del conocimiento anglico (incluso en el caso del conocimiento de un ngel por s mismo) no excluye la posi- ci6n obietiva del contenido de esta intuicin en un everbum mentis* que lo refiera al orden absoluto del ser; es decir, que lo site en una relacin de analoga con res- pecto al aIpsun~t Esse subsistens.. Esta, en efecto, es la funcin especulatioa pri- n ~ o d i a l de la intelfgencia en cuanto tal; pues es la nica de la que no participa en modo alguno la sensibiiidad.

  • PARA UNA METAFLSICA DEL SENTIMIENTO 45

    a) Dar razn para el lector moderno de la sntesis que Santo TOMS realiza entre la concepcin "trinitaria" de la "mens" (posi: cin de San AGUSTN) con la teora "dual" de las relaciones inten- cionales y de los gneros de potencias del alma que profesa la tra- dicin aristotlica. Esto presupone, desde luego, unos fundamentos metafsicos comunes a ambas corrientes de pensamiento, y en es- pecial en ontologa; tambin en alguna de las ocasiones citadas he-

    "

    mos indicado algo de esta ontologa". b) Permitir la prolongacin y fundamentacin en la psicologa

    racional de la moderna clasificacin tripartita de los fenmenos ps- 6' quicos en fenmenos de "conocimiento", sentimiento" y "tenden-

    cia" (suponiendo establecida la anterior integracin de la psicologa aristotlica y de la agustiniana en la sntesis tomista).

    Mas en aquellas ocasiones nuestra tesis suscit extraeza; entre agustinismo y aristotelismo zno habra una irreductible dualidad doctrinal? La unidad sinttica del pensamiento de Santo TOMS quedara, segn esto, comprometida.

    Creemos, sinceramente, que esta objecin no es ms, en el fon- do, que un prejuicio de mtodo. Un estudio objetivo y simpatizante de la sntesis tomista, sin duda alguna la disipa: su unidad interna no deja lugar a dudas. Por ello, el recurso que hace Santo TOMS, en un pasaje de tan clara filiacin agustiniana como es la cuestin De Mente, a una de las obras ms representativas de ARIST~TELES, a saber: la tica a Nicmaco, nos parece especialmente significativo y puede servir, esperamos, con la eficacia de los ejemplos concretos, para mostrar la acomodabilidad, por lo menos radical, de ambas co- rrientes doctrinales. Al mismo tiempo, contribuir a enriquecer con elementos de gran valor nuestro estudio de esta "percepcin" del sujeto activo por s mismo, para la cual hemos propuesto el nombre de "sentimiento fundamental".

    Escribe Santo TOMS: " Quantum igitur ad actualem cognitionem qua aliquis conside-

    "rat se in actu animam habere, sic dico quod anima cognoscitur per "

    actus suos". In hoc enim aliquis percipit se animam habere, et vi- "

    vere, et esse, quod percipit se sentire, et intelligere, et alia hujus-

  • 48 JAIME BOFILL BOFILL

    Las dos ltimas lneas citadas nos recuerdan que el carcter in- tencional de los actos en que se apoya la percepcin de s por el sujeto activo, exige que se presuponga un trmino al que aquellos actos se refieran: hay una prioridad, en la conciencia, de lo noem- tic0 sobre lo notico, del contenido sobre el acto: pues el objeto es para el acto principio de determinacin. Esta prioridad, sin embar- go, no es de tiempo, sino de naturaleza: la percepcin de s, en efec- to, es siempre concomitante a la captacin de un contenido objetivo.

    Antes hicimos notar la existencia de un elemento selectivo de LL atencin" determinado, en este momento, no por condiciones ob-

    jetivas, sino vitales del conocer. La atencin al acto (en que se apo- ya la percepcin de s por el sujeto activo) lo alcanza, en efecto, como actividad vital. Y es tanto ms intensa cuanto ms enrgica- mente es puesto su trmino en la existencia o afirmado en aquella identidad consigo mismo por la cual es justamente constitudo en objeto.

    4Ser preciso justificar nuevamente nuestra terminologa? Ma- blamos de "intensidad" y no de "claridad" en la percepcin del acto, porque, en este momento, sigue no habiendo contenido eid- tico. No nos referimos, en efecto, a una "experiencia descriptiva", la cual no surge sino por reflexin objetivadora y cuya finalidad se- ra, "no la de reproducir el fenmeno en su estado primitivo, sino de observarlo y explicitar su contenido" 39; pues no se trata de "obser- var" nuestra corriente de conciencia, substituyendo nuestra activi- dad por el "fenmeno" de nuestra actividad; ni se trata tampoco de "re roducir'' un estado de conciencia en un segundo momento, en luc E a contra el tiempo; antes bien, de modo ms simple y primario, de apoyar "intensivamente" sobre el aspecto experiencia1 y activo del pensar, reforzando el hecho radical de su "pertenencia u1 yo", sin alterar su referencia intencional. Aqu, pues, en otras palabras,

    6' no se pretende conocer" ni "reflexionar" sobre los elementos y condiciones del conocer, sino "sentir conocimiento7', segn la vigo- rosa expresin tan frecuente, por ejemplo, en los Ejercicios espiri- tuabs de San IGNACIO DE LOYOLA.

    Ahora bien. Es justamente en la "energa" de esta actividad vi- tal en lo que el sujeto activo se percibe a s mismo, como el fondo estable, actual y actuante de aquella actividad: "percipit se animam habere". La "vivencia" (actividad vital ercibida) estriba y descan- sa, a la vez, en aquella segura posesin Be si, que, en su comentario al Anglico, Juan DE SANTO TOMS denomina, genialmente, "expe-

    Edmund HUSSERL, Mkditations cart6siennes. Trad. francesa de C. PEIFFER y F. LEVINAS. Pars, Vrin, 1047, pg. 29.

  • PARA UN.4 METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 47

    rientia animationis" 40. El "sentirse sentir, sentirse entender, o an- dar, o ejercer operaciones vitales parecidas" aristotlico, no es otra cosa, fundamentalmente, que sentirse a si mismo en la plenitud vital del propio ser.

  • I 48 JAIME BOFILL BOFILL mente en acto, es (seghn la expresin de ARLST~TELES) "determi- natum" 44.

    2) Referida, en cambio, a la operacin 45, la "vida" excluye la superficialidad y la inautenticidad en el obrar. La operacin, como acto vital, est enraizada en el ser del sujeto: es la manifestacin espontnea, "per modum natusae" de este ser. El sujeto est ntica- mente comprometido en sus relaciones intencionales cuando ellas proceden a modo de operacin "vital". La vida (espontaneidad, sin- ceridad, autenticidad en el obrar) excluye lo epifenomnico, la dis- persin en la accin, aquella agitacin por la agitacin que se ha dado en llamar, paradjicamente, "vitalidad": la vida es actividad por modo natural, y la naturaleza tiende siempre a lo uno. Mas lo que unifica a la actividad es el fin; de aqu que la nocin de vida sea susceptible de esta extraordinaria traslacin de sentido al "ob- jeto" o "fin" de la operacin, a saber: al "ideal" en que converge el interno diilamismo del sujeto y la actividad transitiva que even- tualmente lo prolonga.

    Tomando por su cuenta la doctrina aristotlica de la tica, es- cribe al respecto Santo TOMS 46:

    "Vita uniuscujusque hominis videtur esse id in quo maxime de- " lectatur, et cui maxime intendit, et in quo praecipue vult convive-

  • PARA UNA METAFLSICA DEL SENTIMIENTO 49

    oere et esse"), por pertenecer al nmero de aquellas realidades que 4

    son bienes connaturalmente amados 47, incluye en s un "bien-estar"; y este "bien-estar" es doble: a la vez del "vivir" y del "sentirse vi- sir". As, segn ARIST~TELES:

    "Vivere autem est eorum quae secundum seipsum, bonorum et "delectabilium.. . videns autem, quia videt, sentit; et audiens, quo- "niam audit; et vadens, quoniam vadit; et in aliis similiter est ali- " quod sentiens quoniam operamur. Sentimus utique quoniam sen-

  • 50 JAIME BOFILL BOFILL

    Acabamos de recordar cmo nuestra actividad intencional, sea representativa o judicativa, sea tendencia1 o realizadora, se unifica en una vida, en razn del polo objetivo que es su "fin"; atendamos ahora al polo subjetivo que es su "principio". El "yo", principio subjetivamente unificante de la propia vida, se manifiesta, como tal,

    ' 6 al nivel de la "mens" (o, en general, de la "psique") como senti- miento": principio indiferenciado de conocimiento y de tendencia, pero al propio tiempo complemento necesario de ambos, como im- plantados que estn en un sujeto Este "sentirse a s mismo ser" en el propio acto y duracin - verdadera experiencia metafbica - supone, como hemos visto, el "YO" en acto, y, en consecuencia, acti- vo, y por lo mismo se da "en" la operacin. Un "yo" que fuese, por im osible, absolutamente pasivo (pura "subjetividad" al modo de P la 'materia prima", recubierta por una sucesin de fenmenos) no se sentira a s mismo. Es una de las conclusiones a que ha de llegar, nos parece, un fenomenismo puro, por otra parte insostenible.

    La "delectatio", primaria cualificacin afectiva del sentimiento.

    Este "sentimiento fundamental" tiene a la "delectatio" como cualificacin primera, buen punto el "ser" del sujeto se concibe como "situacin": entendiendo Dor tal, no un mero "estar" absolu- to, sino en alguna relacin de p'roximjdad, distancia, etc., con res- pecto al bien que es su fin. Sin embargo, por una confusionaria

    '6 equivalencia que a menudo se establece entre sentimiento" y "afectividad" ("passio", en el sentido tomista del trmino), se hace consistir el sentimiento en esta primera cualificacin afectiva suya

    " Quisiramos recordar aqu una tesis que nos parece fundamental en el crea- lisnao tomista,, a saber: que todo ente finito obtiene su perfeccin por su solida- ridad con los dems y en definitiv~ pof su unin con. Dbs, en la medida en que sus recursos naturales e individuales lo permiten. Al nivel del esprjtu,*esta unin es ~unOdn de Intimidad, (el trmino que algunos usan de ecomunion. nos parece un acierto) y tiene como medio y mbito a la vez el orden intencional.

    Si esto se admite, no cabe duda, en adelante, del necesario concurso del sen- timiento para asegurar el .realismo* tradicional. Porque el asentimiento* no vicia, de s, relativizndolas, las relaciones y juicios objetivos, antes bien su funcin es- pecfica es la de comprometer (engager) personalmente al sujeto en tales rela- ciones. Sin esto, ni por la vla de conocimientd ni por la va de Ea afectividad ha- bria unida real. La razn de ser de las relaciones intencionales, que es justamente la de asegurar esta unin, no queda cumplida por la sola adecuacin a su polo ob- jetivo respectivo; el *realismo. requiere, adems, que ellas sean, efectivamente, la =operacin* o =acto, en que se manifieste y por el que se entregue el sujeto mismo que conoce o ama. Mas, esta =pertenencia al sujeto* del conocimiento y del amor, y la correlativa entrega y personal compromiso del sujeto en y por ellos, y que C O ~ S - , tituye su #sinceridad. y .autenticidad., encuentra justamente en el -sentimiento* el modo de darse en la conciencia.

  • 1 PARA UNA METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 5 E, que es la "delectatio", ro ectndose indebidamente el sentimiento como tal (percepcin a % so l uta del propio ser y poder) en la lnea in- tencionali o relativa de la afectividad. Los autores que tal hacen, si sustentan por otra parte la originalidad del sentimiento como fen- meno psquico, no lograrn sustraerse, en realidad, a la crtica de BRENTANO 50.

    Realidad de un sentimiento espiritual.

    Otra confusin, ms grosera, es la que reduce el "sentimiento" a la esfera de la "sensibilidad", por no saber elevarse del sentido

    &S inicial del trmino ("id, a quo est nomen impositum") a su sentido esencial y puro.

    Mas si se entiende, como hacemos nosotros, por "sentimiento" la percepcin del sujeto activo por si mismo como principio de su actividad intencional, vemos que, no slo no repugna, sino que se requiere la existencia de un sentimiento espiritual. Ms todava: que es, ante todo, al nivel de la "mens", del espritu, donde el "sen- timiento" tienexsu sede.

    Esto nos da oportunidad para dedicar una palabra de homenaje y de agradecimiento a Teodoro HAECKER por SU humilde tenacidad en mostrar la realidad de un sentimiento espiritual 51. Llamarle "beatitudo" nos parece un acierto, tomando la palabra, como Santo TOMS hara, como plena perfeccin ontolgica de un sujeto psiqui- co, cuya perfeccin, por ser de tal sujeto, necesariamente entraar la conciencia de s y el descanso en s ("delectatio").

    Mas, como sea que esta plenitud no es posible, para la "mens", sino por su unin y abrazo con un Dios personal, el sentimient opuesto brotar, en definitiva, de una alma de la cual traduce su es- tado de alejamiento y reprobacin divinos: por esto nos parece ade- cuado tambin llamarle "derelictio".

    Gfr. Fr. BRENTANO, Psicologa. Trad. d e Jos &os, Revista d e Occidente. 11." edicin, Madrid, 1953. La proyeccin del sentimiento en la lnea d e la afec- tividad origina curiosos pseudo-problemas, cual el de la no-intencionalidad del sentimiento, despus que se ha definido justamente, por ella, el .fenmeno ps- quicos como tal.

    Sin embargo, pese a este planteo deficiente, hay un fundamento real en la prio- ridad concedida a la .delectatio. entre lm determinaciones afectivas. del sentir. Vase, al respecto, el texto d e la ticp, as como el tratado de las Passiones, en 1." Ikze, q. 21 y SS.; especialmente Quaest. 25.

    Por nuestra parte, indicamios algo sobre esta problemtica en nuestra comuni- cacin al XI Congreso internacional de Filosofa, de Bnixelles, ya citada.

    Th. HAECKER, Mtaphysique d~ sentz'ment. Texto francs de Annel GUIRNE, Descle d e Brouwer, Pars, 1953.

  • 52 JAIME BOFILL BOFILL

    Esta tesis de HAECKER de la realidad de un "sentimiento espiri- tual" se inserta en otra suya anterior, concorde con el "agustinismo tomista" que exponemos, a saber: la de una estructura trinitaria del espiritu:

    "El espritu (y no solamente el espritu humano) compone una "maravillosa unidad de estas tres realidades elementales: el pensa- "'miento, el sentimiento y la voluntad; unidad en la cual el senti- .'C miento ocupa el mismo rango que los otros dos elementos ..." 52

    Era urgente, en efecto, librar la nocin de "sentimiento" del en- cadenamiento etimolgico que hemos denunciado a la vida "sensi- tiva" y "sensorial"; de lo que se segua, en realidad, una concepcin "

    estoica" del espritu, de la vida espiritual, conducente, en defini- tiva, a

    "condenar todo sentimiento en un orgullo de la criatura que es "del diablo y no es cristiano" 53.

    Temas pendientes.

    Estas notas, en razn de su brevedad e incomplecin, exigen ul- teriores desarrollos, ue nos proponemos, Dios mediante, llevar al cabo poco a poco. In 1 iquemos ya desde ahora, sin embargo, la pro- blemtica cuya dilucidacin nos parece ms urgente:

    1 . O Problema de la unidad del sujeto "sentiente" humano. &mo el "sentimiento" se prolonga desde la "sensacin" exterior hasta este "YO" nuclear y activo que San AGUSTN y Santo TOMAS denominan "mens"? El examen de este problema debera compren- der, como tarea suya central, una revision de la doctrina de las "fa- cultades mediatrices"; de este ' 'p~ra@ " aristotlico que es el punto aentral de toda psicologa que pretenda escapar a la vez al empi- sismo y al ontologismo.

    2 . O Problema de la contribucin del "sentimiento" a la consti- tucin de una Metafsica. Esta contribucin arece ineludible si el iS sentimiento (vehculo, en la conciencia, de la ' subietividad no "ob- jetivada") es al propio tiempo la va por la cual la realidad nos es dada "auoad esse".

    3 . O ' ~ l problema anterior se prolonga, todava, en el siguiente: C l es el concurso de la "voluntad" (no tanto "efectiva" como

    'a:ctivaV) para q u e esta Metafsica sea, al propio tiempo, "Sa- pientia"?

    " Op. cit. pg. 20. 83 Op. cit. !pg. 59.

  • PARA UNA METAFfSICA DEL SENTIMIENTO 53

    4.O Problema de la fundamentacin ontolgica de la psicologa trinitaria agustiniana, defendida de hecho en nuestro tiempo por Teodoro HAECKER. iCmo debe concebirse el "ens" para dar una base ontolgica a la divisin de funciones mentales de conocimien- to, sentimiento y voluntad o afectividad?

    Confiamos en la ayuda y patrocinio de Santo TOMAS para en- frentarnos, en otras circunstancias, con estos temas.