bloque iii. el lenguaje inclusivo es clave para construir
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BLOQUE III. El lenguaje inclusivo es clave para construir una sociedad
igualitaria
LIBRO 1. ¿A QUE NOS REFERIMOS CUANDO HABLAMOS DE USO DEL LENGUAJE SEXISTA?
El lenguaje en sí mismo no es masculino ni femenino. El lenguaje, a priori, no es sexista ni
excluyente, pero sí, el uso que hacemos las personas del mismo. En él se proyectan
estereotipos aprendidos que responden a la construcción de modelos culturales
androcéntricos que sitúan la mirada masculina como universal y generalizable a toda la
humanidad.
El tipo de lenguaje que usamos no es inocente. Si usamos un lenguaje que toma como norma
y medida de la humanidad solo a una parte de ella (lo masculino), ayudamos a que persista en
el imaginario colectivo la percepción de que las mujeres son subsidiarias, secundarias y
prescindibles. A ese uso llamamos uso sexista del lenguaje.
¿Qu
é e
s el
len
guaj
e se
xist
a?
Es el uso discriminatorio del lenguaje en relacion al sexo
Se produce cuando al distinguir entre lo femenino y lo masculino se valora a una
de las partes sobre la otra.
En la cultura androcéntrica el género comúnmente discriminado es el
femenino.
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¿Cómo refleja el lenguaje una realidad androcéntrica?
Otorgando al masculino la cualidad de representar lo universal, convirtiendo lo
femenino en una aclaración, y/o excepción.
Promoviendo ambigüedad y que las mujeres ocupen un lugar provisional y subalterno
en la lengua.
Estableciendo marcos de referencia solamente masculinos.
Una manera de indicar la presencia de sexismo en el lenguaje es la aplicación de la “regla de
inversión”, que consiste en probar si el texto funciona al sustituir los términos femeninos por
los correspondientes masculinos y viceversa.
¿En qué se manifiesta un uso sexista o androncentrista de la lengua?
Según la Guía “Orientaciones sobre uso no sexista del lenguaje administrativo” (Instituto
Canario de la Mujer, 2007), estas son algunas situaciones en las que consciente o
inconscientemente, utilizamos un lenguaje sexista o androcéntrico:
Cuando nombramos y representamos a las mujeres a través de los hombres, por
medio de denominaciones masculinizadas.
Cuando seguimos llamando al hombre “el cabeza de familia”, vestigio de un sistema de
base económica y social patriarcal.
Cuando usamos el masculino genérico omnicomprensivo, tanto en singular como en
plural.
Cuando nombramos sistemáticamente en primer lugar a los hombres y en segundo
lugar a las mujeres.
Cuando atribuimos a las mujeres cualidades propias de animales o valores o
características humanas que hacen referencia al rol social estereotipado que las ha
mostrado como débiles, caprichosas, ignorantes, sumisas, manipuladoras, sometibles,
victimizables, alcahuetas, propiedad de.
Cuando vulgarizamos la cita de una mujer anteponiendo el artículo “la” a su apellido,
lo que no se hace con la cita de hombres.
Cuando no otorgamos a las mujeres, mediante la sanción académica del diccionario y
los documentos jurídicos, los títulos de ejerciente de profesiones o cargos públicos o
titulares de derechos y obligaciones que por derecho les corresponden.
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Cuando las palabras que hacen referencia al estatus de la mujer son significativas en
función de su relación con el hombre y no por sí mismas.
Cuando consolidamos la transmisión del apellido paterno al registrarlo
sistemáticamente en primer lugar en el nombre de la descendencia, mientras se
pierde el apellido materno y, con él, una parte importante de la memoria colectiva, de
la representación de las mujeres en la historia pública y privada.
Cuando confundimos en el discurso el “ámbito privado” con el “ámbito doméstico”,
que es el menos privado de los ámbitos para las mujeres, ya que es donde son, viven y
trabajan para el resto de la especie y no para sí mismas.
Cuando seguimos aceptando la asimetría de significados en masculino y en femenino,
uno noble y otro menos noble o, en ocasiones, depreciado, supeditado o
caricaturizado.
Cuando seguimos aceptando que los argumentos academicistas en contra de la
revisión crítica del lenguaje con perspectiva de género utilicen arbitraria e
inconsecuentemente razones como la pureza del idioma7 para no admitir
denominaciones gramaticales femeninas para actividades que las mujeres vienen
ejerciendo desde hace decenas de años, en tanto que masculinizan, sin ningún reparo,
términos gramaticalmente femeninos, cuando es un hombre quien es el sujeto de la
actividad.
Pero el lenguaje es más que palabras; el lenguaje es tono, timbre, frecuencia de ocupación del
tiempo, estilo discursivo, oportunidad de uso de espacios discursivos, públicos y privados,
imágenes, gestos, lenguaje denotativo y lenguaje connotativo, lenguaje simbólico.
Por este motivo, consciente o inconscientemente, utilizamos igualmente un lenguaje sexista:
Cuando el tono de voz masculino se acata y se asimila a firmeza, poder y autoridad, en
tanto que el femenino se menosprecia, peyora y ridiculiza como insignificante, carente
o débil.
Cuando interpretamos y acatamos la fuerza del discurso por cómo se dice y no por lo
que se dice.
Cuando los documentos administrativos que reconocen derechos o establecen
obligaciones se refieren al hombre como sujeto activo y a la mujer como sujeto pasivo.
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Cuando las hijas y los hijos, las personas dependientes, afectan sólo a las mujeres
cuando han de manifestar su estado civil o su situación familiar en un documento,
situación o relación social o laboral.
Cuando no valoramos el estilo dialéctico y discursivo femenino como un valor de
liderazgo, planificación, organización, capacidad de negociación y gestión, mientras
que acuñamos en cambio en positivo el estereotipo masculino de fuerza, dominación y
agresividad empresarial.
Cuando nos dirigimos sistemáticamente al hombre en una pareja, familia, escuela,
universidad, institución pública, empresa, sociedad de intereses, sea cual sea ésta, en
lugar de a la mujer o a ambos, para que respondan o participen.
Cuando no denunciamos la publicidad sexista que utiliza el cuerpo, la imagen y los
estereotipos femeninos para vendernos un producto.
Cuando seguimos utilizando refranes, dichos, coplas e imágenes que estereotipan a la
mujer con un perfil de personalidad que no se corresponde, ni con nuestra sociedad y
cultura actuales, ni con nuestro sistema jurídico democrático, y que atentan contra la
integridad, dignidad y libertad humanas, transmitiéndose así a las generaciones
futuras.
También usamos un lenguaje sexista o androncentrista por omisión o dejación ética:
Cuando no visibilizamos la actividad de las mujeres o sus obras en fuentes literarias,
históricas, en materiales didácticos, en citas, en estudios, en bibliografías.
Cuando se habla de las mujeres o en nombre de las mujeres, pero las mujeres no
hablan por sí mismas.
Cuando son los hombres quienes hablan en nombre de las mujeres, en su
representación (padre, marido, hermano, hijo, políticos, teóricos), o sobre las mujeres.
Cuando se les quita a las mujeres la voz, la palabra y el espacio para definirse y
representarse.
Por tanto, se entiende por lenguaje inclusivo entonces, o por lenguaje no sexista, aquel que
ni oculte, ni subordine, ni excluya a ninguno de los géneros y sea responsable al considerar,
respetar y hacer visible a todas las personas, reconociendo la diversidad sexual y de género.
El sexismo está presente en los usos que hacemos de la lengua y no en la lengua en sí
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misma. Cambiar el uso del lenguaje implica también un cambio cultural, y nos convoca a
construir otro sistema de valores, otra forma de entender, de pensar y de representar al
mundo.
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LIBRO 2. ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE EL USO DE UN LENGUAJE NO SEXISTA?
Como hemos visto, el lenguaje como conjunto de símbolos es una creación cultural construida
por la sociedad en base a su forma de ver y entender el mundo. Esto es, está formado a partir
de las vivencias, creencias, tradiciones, experiencias de una comunidad, de tal modo que se
configura como resultado de una construcción social, reproduciendo el contexto y la identidad
social y la cultura dominante en la historia (realidad social) y construyendo y determinando
nuestro propio pensamiento.
A estos efectos, el sexismo y androcentrismo como realidades sociales en nuestra cultura son
reflejadas y, a su vez, transmitidas por el lenguaje reproduciendo las desigualdades derivadas
de la situación de discriminación hacia las mujeres y contribuyendo a la construcción y
mantenimiento de relaciones de asimetría y jerarquía entre ambos sexos.
CONJUNTO DE SIGNOS LENGUAJE
CONSTRUCCIÓN SOCIAL
Determinante de
nuestro
pensamiento
Reproductor de la
realidad social
SEXISMO Y
ANDROCENTRISMO
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LIBRO 3. USO DEL LENGUAJE SEXISTA VS USO DEL LENGUAJE INCLUYENTE
En muchas ocasiones, propuestas de uso de lenguaje no sexista provocan rechazo o
resistencias. Estos son algunos argumentos en contra del uso del lenguaje incluyente:
Este cambio en el uso del leguaje resulta prescindible para
algunas personas que se postulan en contra en base al
argumento de que el uso tradicional del lenguaje responde a
una economía del lenguaje o economía lingüística, o bien
“Utilizar todas esas palabras hace que el discurso sea
muy largo”
•Existen alternativas para englobar en conceptos unicos a las difernetes realidades.
•Debemos introducir en el lenguaje todo lo que queramos nombrar.
1.“Estar continuamente nombrando a mujeres y a
hombres es un lio”
•Haciendo un buen uso de las recomendaciones, la comunicación será más clara y eficaz.
•Existen multiples alternativas para usar nombres genericos, o que agrupen a mujeres y hombres, de tal forma que no es necesario estar continuamente nombrando a mujeres y a hombres.
“Se duplica lo que se quiere decir, se entiende que
hombre hace referencia a mujer”.
•Nombrar a mujeres y a hombres no es hacer una copia, es nombrar realidades diferentes.
•Las mujeres son más del 50% de la sociedad. Por lo tanto, mostrar su presencia y reflehjar la realidad social es justicica social.
1.“Siempre se ha dicho así”
•El lenguaje es un hecho cultural en costante evolución, por lo tanto, se modifica, se reinventa y retoca a la voluntad de las personas.
•Modificar estos aspectos, permite romper estereotipos e injusticias del pasado.
1.“Es un jaleo tener que cambiar ahora todos los documentos que ya se
habían validado”
•El cambio será prograsivo, y este cambio garantiza ofrecer oportunidades a todas las personas por igual, independientemente de su sexo y favorecer la construccipn libre de la identidad de niñas y niños.
“Suena mal”
•Los cambios siempre pueden "sonar mal" en un principio. Hace años "enfermero" o "presidenta" sonaban mal.
•A medida que se vayan escuchando en el día a día no pensaremos que suene mal.
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defienden que suena mal y que es “normal” ya que exista una falta de costumbre genérica a
emplear términos femeninos.
Entre estas personas destacan personalidades de la Real Academia de la Lengua, quienes han
puesto de manifiesto algunas opiniones en contra del uso de dichas guías.
… ¿Pero ¿cuál es la presencia de mujeres en la RAE?
El lenguaje no es estático, evoluciona con el tiempo y con la cultura. Al ser aprendido, va
cambiando su uso respecto a la realidad social. Es por eso por lo que la Real Academia de la
Lengua Española se ha visto obligada a incorporar nuevos femeninos para hacer referencia,
por ejemplo, a algunas profesiones, como respuesta a la progresiva incorporación de las
mujeres al mundo laboral. Sin embargo, siguen percibiéndose en este recurso formas sexistas
en el lenguaje.
Por ello, expertas como Mercedes Bengoechea, Filóloga de la Facultad de Filosofía y Letras de
la Universidad de Alcalá de Henares de la que ha sido durante 8 años decana, cuestionan la
mirada retrógrada de la RAE.
La escritora y académica Soledad Puértolas ofrecen su punto de vista sobre las guías
de lenguaje no sexista
Mercedes Bengoechea, la RAE y el lenguaje no sexista
¿Sabías qué de las 45 personas
que componen la RAE, 37 son
hombres y sólo ocho son mujeres,
es decir, menos de un 18%?
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El uso sexista de la Lengua no sólo se manifiesta en lo que se dice, sino en cómo se dice, en dónde se dice, en quién y para
quién lo dice, y en lo que no se dice. Y, en todo caso, siguiendo la opinión de prestigiosas lingüistas, hemos de tener claro que no son las reglas del idioma los obstáculos para la feminización o masculinización de conceptos sino el uso y el consenso de la
comunidad de hablantes, y que los obstáculos a la evolución del lenguaje para que represente la realidad permanentemente
cambiante no está en la estructura ni en las reglas de la Lengua sino en nuestros esquemas mentales.
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LIBRO 4. COMO CONTRIBUYE EL LENGUAJE A LA DESIGUALDAD ENTRE MUJERES Y HOMBRES
Hacer frente a un sistema de valores implica conocer e intervenir en todos los ámbitos en los
que el mismo se construye y proyecta. El lenguaje no es un espacio aséptico, ni su uso, sea cual
sea la forma que adopte, es inocuo. El lenguaje no es sólo un instrumento de expresión de
nuestro pensamiento, no se puede disociar lenguaje de pensamiento ni existe pensamiento
fuera del lenguaje:
“Un diccionario es el resultado de las condiciones en que se ha
elaborado y de la ideología y actitud de quienes han
participado en su redacción. Lleva consigo una
determinada visión del mundo y contribuye además a
forjar la visión del mundo de quienes lo leen”
Mercedes Mediavilla: “En femenino y en masculino”
La concepción androcéntrica de la realidad -o androcentrismo- condiciona nuestra estructura
simbólica del conocimiento y conduce a una construcción desigual de las identidades
masculina y femenina y a una discriminación real en la representación social femenina. El
lenguaje se construye en función de un sistema de valores y relaciones sociales de poder, y
acuña, proyecta y transmite este sistema y estas relaciones de manera estereotipada, incluso
mucho después de que desaparezcan o se transformen algunos fenómenos sociales o
culturales. Nombra quien tiene poder y espacio para nombrar, en nombre de otros y otras y
según su propia experiencia, su propio sistema de valores.
Utilizar un lenguaje no sexista permite reflejar una realidad compuesta por mujeres y
hombres, eliminando estereotipos y deconstruyendo la posición subordinada de la mujer.
Dado que el lenguaje no es un hecho biológico y natural sino una adquisición cultural y todo lo
que es cultura es añadido y, por tanto, modificable por la voluntad de las personas, podemos
alterarlo ya que al retocar la lengua se retoca la mentalidad y retocando la mentalidad se
retoca la conducta. (Meana, 2002)
Papel activo Cambio en el
uso de la lengua
Cambio en la concepción del mundo
Hacia una sociedad igualitaria
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De esta manera, el lenguaje es una de las herramientas claves para trabajar la igualdad
efectiva entre mujeres y hombres. Las palabras, la forma de expresarlas y la manera en que
construimos nuestros mensajes dicen mucho de nuestras construcciones mentales y de
nuestras predisposiciones y prejuicios. Porque cuando aprendemos una lengua, ésta no sólo
nos permite comunicarnos, sino que adquirimos un conjunto de conocimientos, valores,
prejuicios, estereotipos, actitudes e ideología. El lenguaje es el instrumento que nos permite
reflejar la realidad.
Cambiando el uso de la lengua, cambiará nuestra concepción de la realidad. Dependiendo
de cómo nombramos la realidad, le damos sentidos y significados diferentes.
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En este avance, las administraciones públicas tienen un papel fundamental ya que deben ser
ejemplarizantes para el resto de agentes de la sociedad. Por esta razón numerosas
administraciones, universidades, organismos públicos, a nivel nacional e internacional han
elaborado guías y herramientas para capacitar y sensibilizar al personal de las instituciones
dotándoles de directrices y recomendaciones para utilizar un lenguaje incluyente.
Como señala Bengoechea, este tipo de guías han sido necesarias porque se sabía que se carece
de instrumentos suficientes para detectar el sexismo y el androcentrismo en los textos
administrativos y en el discurso público, ya que se nos ha enseñado a leer con mirada
androcéntrica. Necesitamos unos “ojos “para desfamiliarizar ciertos recursos lingüísticos, que
afectan profundamente a la vida de mujeres y hombres y que se utilizan constantemente en el
discurso y en la redacción de documentos públicos.
Aunque todas estas guías y manuales ofrecen argumentaciones y alternativas para otorgar
representación simbólica igualitaria a las mujeres en forma de recomendaciones o propuestas,
ya existe todo un marco normativo tanto a nivel autonómico como nacional e internacional, al
que todo el personal de la administración pública debe acogerse.
Guía para el uso de un lenguaje no sexista e igualitario en la Honorable Cámara de
Diputados de la Nación
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Comunicación no sexista - Significados sexistas
Comunicación no sexista
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¿Sexismo en el lenguaje?
CEUMEDIA
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LENGUAJE INCLUSIVO
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Polémica en la RAE por el "lenguaje no sexista", ¡la calle opina!
Programa Vía V
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Género gramatical y sexismo lingüístico
gruposincom
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LIBRO 5. MARCO NORMATIVO SOBRE IGUALDAD ENTRE MUJERES Y HOMBRES EN LA
COMUNICACIÓN.
La necesidad de utilizar un lenguaje no sexista por parte de los poderes públicos y las distintas
administraciones ha sido acordada en instrumentos jurídicos tanto nacionales como
internacionales como autonómicos, con el objetivo de conseguir una representación adecuada
de mujeres y hombres.
De esta manera, usar un lenguaje discriminatorio, ya sea por hábito o por tradición, sería
contradecir aquellos derechos reconocidos por ley.
El uso de un lenguaje igualitario y no sexista tendría que tender a ser la norma, en lugar de ser
la excepción en todas las instituciones, y en todas sus comunicaciones internas,
reglamentaciones, proyectos legislativos, dictámenes, resoluciones, convenios, publicaciones,
etc. En todos los casos el lenguaje debería transmitir y expresar principios como la igualdad de
derechos, de oportunidades y de reconocimiento que la sociedad y la ley exigen.
a. A nivel internacional
Desde el ámbito internacional se han emitido distintos textos instando a los gobiernos a
adoptar estrategias para el uso de lenguaje incluyente y no discriminatorio, y que a su vez se
apoyaban en recomendaciones de otras instancias internacionales.
En el ámbito internacional destacan específicamente sobre un uso no sexista del lenguaje:
Naciones Unidas: Declaración de Beijing y Plataforma para la Acción. IV Conferencia
Mundial sobre las Mujeres, Beijing, septiembre, 1993
UNESCO
o Conferencia General, 24 Reunión, 1987. Resolución 14. 1, aptdo 1 parrafo 2.
o Conferencia General, 25 Reunión, 1989. Resolución 109, parte dispositiva,
párrafo 3.
Parlamento Europeo: Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Oportunidades,
28 de enero 2003.
Comisión de las Comunidades Europeas:
o Resolución de 3 de junio de 1985 de la Comisión de Igualdad de
Oportunidades entre chicas y chicos en la educación.
o Comunicación de la Comisión del Consejo (20 de diciembre, 1985)
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o Programas de acción Comunitaria para la Igualdad de Mujeres y Hombres
(1981-2009).
Consejo de Europa:
o Comité para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (CAHFM), 2ª reunión (7.-10
febrero, 1984).
o Comisión de Terminología en el CAHFM, 5ª reunión (Estrasburgo, 27-30 mayo,
1986).
o Recomendación R (90) 4, de 21 de febrero de 1990, del Comité de Ministros a
los Estados miembros sobre la eliminación del sexismo en el lenguaje,
adaptada en la 434 reunión de Delegados de Ministros (1991). Estrasburgo,
Consejo de Europa, Servicio de Edición y Documentación.
En esta recomendación se reconoce, en primer lugar, la existencia de obstáculos a la igualdad
real entre hombres y mujeres para, a continuación, enunciar que el lenguaje es un instrumento
esencial en la formación de la identidad social de los individuos. El Consejo de Europa
consciente de que el sexismo del lenguaje era un obstáculo para el desarrollo de la igualdad, al
ocultar y negar a la mitad de la humanidad, propone tres medidas básicas:
Que los estados miembros incorporen iniciativas para promover un lenguaje no
sexista, que tenga en cuenta la presencia y situación de las mujeres en la sociedad.
Promover, en textos jurídicos, educativos y de la administración pública, el uso de
terminología armónica con el principio de igualdad entre los sexos.
Fomentar la utilización de un lenguaje libre de sexismo en los medios de
comunicación.
b. A nivel nacional
El marco normativo nacional del que hablábamos se configura en relación con la consecución
de los objetivos de igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito de las Tecnologías de la
Información y Comunicación (TIC). Y así lo recogen estas tres leyes:
Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres
(LOIEMH)
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Regula la incorporación del principio de igualdad entre mujeres y hombres., entre otros, en los
ámbitos de la Sociedad de la Información, en la actividad de las Administraciones Públicas, y
muy especialmente, en el ámbito de los medios de comunicación: Ya en su art.14.11 se
establece, como uno de los criterios generales de actuación de los Poderes Públicos, la
implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo, y su fomento en la
totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas.
Asimismo, en el art. 28 de la citada Ley, se fomenta la plena incorporación de las mujeres a la
Sociedad de la Información, mediante la adopción de programas específicos en materia de
acceso y formación en tecnologías de la información y de las comunicaciones. Del mismo
modo, se prevé que el Gobierno promueva los contenidos de la Sociedad de la Información
desarrollados por mujeres, así como se garantiza que todos los proyectos sufragados total o
parcialmente – como puede ocurrir con aquéllos cofinanciados con Fondos europeos - con
fondos públicos, tendrán un lenguaje y contenidos no sexistas. Al margen de los artículos ya
citados, la LOIEMH dedica su título III a la igualdad y los medios de comunicación. En este título
se establece la obligación de que los medios de comunicación social de titularidad pública
velen por la transmisión de una imagen igualitaria y no estereotipada de mujeres y hombres, y
promuevan el conocimiento y la difusión del principio de igualdad del principio de igualdad.
Esta ley en su artículo 3 (apartado 3) establece entre los requisitos de las campañas
institucionales de publicidad y de comunicación, el fomento de la igualdad entre hombres y
mujeres. El artículo 4 dedicado a prohibiciones, indica que no se podrán promover o contratar
campañas institucionales de publicidad y de comunicación “que incluyan mensajes
discriminatorios, sexistas o contrarios a los principios, valores y derechos constitucionales”
(apartado 1.c).
Ésta dedica el Capítulo II al ámbito de la publicidad y los medios de comunicación. Establece en
el artículo 13 que “las Administraciones Públicas prestarán especial atención a la erradicación
de conductas favorecedoras de situaciones de desigualdad de las mujeres en todos los medios
La Ley 29/2005, de 29 de diciembre, de Publicidad y Comunicación Institucional
Ley Orgánica 1/2004 de 28 de diciembre de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género
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de comunicación social, de acuerdo con la legislación vigente”. También considera la
publicidad sexista como una de las causas que motivan la violencia y modifica la Ley General
de Publicidad, estableciendo como publicidad ilícita aquella que atente contra la dignidad de la
persona o vulnere los valores y derechos recogidos en la Constitución.
En definitiva, la actuación de los Poderes Públicos en materia de comunicación con perspectiva
de género está perfectamente delimitada por esta normativa, que viene a reforzar, con
carácter interno, las disposiciones efectivas en el ámbito europeo, ya articuladas por la
reglamentación comunitaria, que a continuación se contemplan.
c. A nivel autonómico
La Ley 12/2010, de 18 de noviembre, de Igualdad entre Mujeres y Hombres de Castilla-La
Mancha
Es taxativa en este sentido, en base al art. 10. 1 dispone que “El lenguaje utilizado por la
Administración será inclusivo de hombres y mujeres, haciendo uso del femenino y masculino,
o en su caso neutro, eliminado cualquier sesgo sexista, incluso los indirectos”.
Desde el II Plan Estratégico para la Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres de
Castilla-la Mancha 2019-2024, en el Eje 1. Gestión pública con perspectiva de género, se
recogen las áreas de actuación y las medidas encaminadas a consolidar y reforzar el trabajo
iniciado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para la incorporación de la
transversalidad de género en la Administración regional. En este eje se aborda la intervención
en materia de comunicación institucional, medios de comunicación y publicidad, como
instrumentos fundamentales para el cambio de mentalidades y la transmisión de valores
igualitarios, recogiendo específicamente en su área 5 una medida referida al lenguaje inclusivo
y difusión de una imagen igualitaria, plural y no estereotipada de mujeres y hombres en la
documentación, herramientas de comunicación y campañas institucionales de las consejerías y
organismos autónomos, incluidos los entornos virtuales.