Biología II7 Curiosidades sobre el Sistema esquelético

#7 El esqueleto de un bebé

Como ya mencionamos, el esqueleto de una persona adulta está integrado por 206 huesos. Este número en el de los bebes es más numeroso. Así, un recién nacido posee alrededor de 300 piezas. En la medida que crece, muchas de estas se irán fundiendo hasta formar huesos más grandes.

#6 Las manos y los pies

Los huesos no se distribuyen de forma uniforme en todo el cuerpo. De hecho, hay zonas que los tienen en una mayor proporción. Este es el caso de las manos y los pies. Así, hay 27 huesos en cada mano, y 26 huesos en cada pie. Esto hace que hayan 106 piezas óseas en las dos manos y pies, es decir, más de la mitad de los huesos de todo el cuerpo.

#5 La primera prótesis

Una prótesis es un artefacto creado para suplir la carencia de una parte del cuerpo. La primero de ellas fue creada hace tres mil años por la civilización egipcia y era, nada más y nada menos, que un dedo gordo del pie. Este, según un estudio realizado en el 2011, facilitaba en gran medida el caminar de quienes había perdido este dedo.

#4 Una minoría

Al igual que el resto de los vertebrados, el esqueleto del ser humano se esconde bajo varias capas de piel y músculos. Ahora bien, los vertebrados representan tan solo el 2% de las especies animales del planeta. La gran mayoría –el 98%– es la de los invertebrados, entre los que se encuentran los insectos, los arácnidos y los moluscos.

#3 La verdadera fortaleza

Los huesos tienen una gran rigidez; incluso pueden llegar a superar la fuerza del acero. Pero, esto no los convierte en la sustancia más fuerte del organismo. Entonces, ¿cuál es esta? Pues, el esmalte dental.

#2 Fuera de control

Al mover una determinada parte de nuestro cuerpo, no son los huesos los que reciben la señal que determina el movimiento: son los músculos, que se encuentran adheridos al sistema óseo.

#1 Las fracturas

Las fracturas de huesos son tan antiguas como el hombre mismo. La necesidad, por tanto, de arreglarlas ha estado presente desde siempre. Así, por ejemplo, el método de los egipcios consistía en realinear los fragmentos rotos y envolverlos con un vendaje de lino. Los griegos llevaban a cabo el mismo procedimiento, solo que mojaban el lino en aceite de oliva y cera.