Bol. San. Veg. Plagas, 31: 231-241, 2005

MALHERBOLOGIA

Biodiversidad de la flora arvense en cultivos de mandarino segúnel manejo del suelo en las interfilas

M.T. MAS, A.M.C. VERDÚ

En la zona citrícola circundante al delta del Ebro se inventarió, en la primavera del2002, la flora arvense presente en 62 parcelas de mandarinos en producción. Se trata deuna muestra suficientemente representativa de la superficie dedicada en esta zona a loscultivos de cítricos. En total se catalogaron 112 especies pertenecientes a 30 familiasbotánicas. Entre éstas, destacan las Gramíneas y las Compuestas que contribuyen, entrelas dos, con un 34 % al total de especies. En este trabajo se detallan la estructura florís-tica y funcional de las parcelas estudiadas. El número de especies presentes fue mayoren las parcelas cuyas calles o interfilas fueron segadas, respecto a las que sufrieron apli-caciones de herbicidas químicos. En cambio, el número de especies encontradas no fuesignificativamente distinto ni en función del marco de plantación, ni en función de laedad de los árboles, ni en función de la clase textural, ni tampoco fue distinto en las cua-tro zonas geográficas delimitadas en el área de estudio.

M.T. MAS, A.M.C. VERDÚ. Escola Universitaria d'Enginyeria Técnica Agrícola deBarcelona. DEAB-UPC. Av. Canal Olímpic s.n.(O886O Castelldefels, Barcelona).maite.mas@upc.edu, amc.verdu@upc.edu

Palabras clave: cítricos, malas hierbas, producción integrada, cubiertas herbáceas

INTRODUCCIÓN

La flora arvense de los cultivos de cítricosha recibido una cierta atención (BOIRA yCARRETERO, 1992; CARRETERO, 1994; Ríoset al., 1999) y su conocimiento es muyimportante por varias razones. Desde elpunto de vista productivo es absolutamenteconveniente restringir la abundancia de estasespecies para evitar en lo posible la apariciónde fenómenos indeseables de competencia.Por otra parte, es conocido que algunas espe-cies de malas hierbas pueden interaccionarcon organismos parásitos de los cítricos y, deesta manera, convertirse en focos potencialesde irradiación de plagas y enfermedades(LOPES et al., 2003). Aunque parezca para-dójico, las plantas arvenses pueden atraer ainsectos benéficos, por ejemplo porque pue-

den formar parte de flora apícola de unazona. Y, además, las malas hierbas se puedencontemplar, bajo determinados tipos demanejo, como especies interesantes si deseafavorecer el uso de cubiertas herbáceasespontáneas. Sin ánimos de ser exhaustivos,por lo dicho anteriormente las malas hierbasson objeto de una controversia inherente a lapráctica de la agricultura. Las malas hierbas,se quiera o no, son actrices en el escenario dela agricultura.

La necesidad de compaginar la explota-ción de los recursos agrarios con la protec-ción de los ecosistemas y la conservación delpotencial productivo de las tierras ha dadoorigen al concepto de "agricultura sosteni-ble" (LLANOS, 1999). La materialización deeste concepto en un conjunto de medidas ynormas de producción específicas conduce a

definir la producción integrada (PI), según laOrganización Internacional de Lucha Bioló-gica e Integrada (OILB), como un sistemaagrícola de producción de alimentos que uti-liza al máximo los recursos y los mecanismosde regulación naturales y asegura a largoplazo una agricultura viable (LLANOS, 1999;MIRET, 2000). En ella, los métodos biológi-cos, químicos y otras técnicas son cuidadosa-mente elegidos y equilibrados, teniendo encuenta la protección del medio ambiente, larentabilidad y las exigencias sociales.

En 1996 apareció una normativa sobre PIde Cítricos en Catalunya. Desde ese momen-to hasta la actualidad se ha pasado de 215 ha(1996/1997) a 302 ha (2000/2001) cultiva-das, todas ellas en la provincia de Tarragona;y la producción ha experimentado un incre-mento de 5500 t (1996/1997) a 8544 t(2000/2001) (D.A.R.P., 2003). En el 2001 sepublicó una norma técnica para la denomina-ción genérica PI de Cítricos (GENERALI-TAT DE CATALUNYA, 2001). La normativahace hincapié en que las calles de la explota-ción deben mantenerse obligatoriamente conuna cubierta vegetal, ya sea espontánea osembrada; tan sólo de forma excepcional sepermite realizar un laboreo superficial paraincorporar abono orgánico al final del perio-do invernal. Recientemente se ha publicadola Norma Técnica Específica de la Identifica-ción de Garantía Nacional de ProducciónIntegrada de cítricos (BOE 7 de junio de2004) que incide en los mismos aspectos.

Los procedimientos de no cultivo son ide-ales desde el punto de vista de conservacióndel suelo, y especialmente bajo "cubiertavegetal" es donde los suelos se encuentranen los niveles de productividad más eleva-dos. Estas cubiertas vegetales reciclan ele-mentos nutritivos, impiden la erosión delsuelo y le dan estabilidad estructural, aumen-tan la actividad microbiológica en el suelo yayudan a mantener el contenido en materiaorgánica del suelo. Lo verdaderamente difí-cil es manejar de forma adecuada y econó-mica la vegetación para compartir las necesi-dades de los agrios y de la cubierta (PUCHA-

DES, 2001).

La utilización de cubiertas vegetales encondiciones climáticas mediterráneas es unapráctica que persigue la finalidad de unmanejo del suelo sostenible. Para llegar con-seguirlas es necesario conocer la flora arven-se que albergan los distintos cultivos, porejemplo almendros, avellanos u olivar (SANSy MASALLES 1995; MONTARD et al., 1999;ALCÁNTARA et al., 2003). Se trata, segúnINGELMO (1998) de economizar los recursosno renovables o lentamente renovables, deno introducir elementos contaminantes en elagroecosistema, y de gestionar adecuada-mente los factores más dinámicos del medio(fertilidad física y fertilidad biológica delsuelo). Este autor ha realizado selección decubiertas vegetales sembradas (leguminosasy gramíneas, fundamentalmente) y las haprobado con la finalidad de estudiar lasrepercusiones sobre la fertilidad física de lossuelos y sobre la presencia de malas hierbas.

En este trabajo se presentan algunosresultados de un análisis preliminar de laflora arvense presente en la zona citrícola deldelta del Ebro realizado en la primavera de2002. Corresponde a la fase inicial de unestudio que persigue como finalidad laexploración del uso de especies arvenses enlas cubiertas vegetales de las calles de loscultivos, y pretende explorar la posible rela-ción de distintos aspectos del manejo de lasplantaciones con la flora arvense presente.

MATERIAL Y MÉTODOS

Entre el 8 de abril y el 12 de junio de 2002se inventarió la flora arvense de 62 parcelasde mandarinos situadas en 20 municipios delSur de Tarragona y Norte de Castellón (figu-ra 1). La elección de las parcelas estudiadaspretendía recoger la diversidad existente enla zona de estudio. En todas ellas los árbolesse fertirrigaban por goteo, y el manejo de lasmalas hierbas en las filas de árboles se reali-zaba mediante aplicaciones periódicas delherbicida glifosato. Desde el punto de vistadel manejo de las malas hierbas, lo que sepa-raba una fila de árboles de las calles situadasa su derecha y a su izquierda eran las man-

Figura 1. Localización de las 62 parcelas de mandarinos de la zona citrícola del delta del Ebro donde se inventarió laflora arvense presente en la primavera de 2002. Se subdividieron en 4 zonas: (1 I), pertenecientes a municipios al

Norte de Tortosa; (2 • ) , situadas a lo largo del margen izquierdo del Ebro, entre Tortosa y Amposta; (3 • ) , situadas ala largo del margen derecho del Ebro, también entre Tortosa y Amposta; y (4 • cercanas a Alcanar y Ulldecona.

Figura 2A. Parcelas de mandarinos de Ia zona citrícola dei Delta dei Ebro (primavera 2002):Presencia de cubierta herbácea espontánea en las interfilas.

güeras del riego por goteo situadas a amboslados de la hilera de árboles (ver figura 2A).

Entre las variedades presentes en las par-celas destacaron 'Nules\ 'Clemenules1,'Marisol' y 'Fernandina' (89%), aunque conmenor representación también se observaron

'Arrufatina', 'EsbaT, 'Orogrande1 y 'Oronu-les'. Los patrones eran citrange 'Carrizo' y'Troyer*. Según MERLE et al. (2004) algunosautores incluyen todas las variedades de man-darino en una sola especie, Citrus reticulataBlanco, mientras otros distinguen entre al

Figura 2B, Parcelas de mandarinos de la zona citrícola del Delta del Ebro (primavera 2002):Con las interfilas desprovistas de una cubierta herbácea homogénea.

Figura 3. Número de especies de las familias botánicas catalogadas en una prospección de 62 parcelas de mandarinosen la zona citrícola del Delta del Ebro, realizada la primavera del 2002.

menos tres especies: Citrus unshiu Marc,Citrus tangerine Hort, ex Tan y Citrus cle-mentina Hort, ex Tan.

Se evaluaron las diferencias en la floraarvense presente en función de cinco facto-res relacionados con el manejo de las explo-taciones: (1) el año de plantación, que varia-ba entre 1976 y 1997 (edades entre 5 y 26años, en el momento del estudio); (2) elrango observado en los marcos de planta-ción, que fue desde 4,5 x 2 m a 6 x 5 ; (3) elcultivo precedente en aquellas parcelas enque se conocía; (4) en lo referente al manejode las calles, en 25 de las parcelas estudiadasse observó la presencia de una cubierta her-bácea espontánea homogénea en las mismas(figuras 2A y 2B), mientras que en el restono; (5) la textura de los suelos de las parce-las, que era variable (de arenoso-franco afranco limoso). También se compararon losinventarios en función de la zona geográficaa la que pertenecían las parcelas. Se conside-raron cuatro zonas geográficas distintas, quese relacionan con el cauce del rio Ebro dediferente forma (figura 1).

Los inventarios se llevaron a cabo median-te el muestreo de unos 300 m2 distribuidos endos calles (superficie entre filas de árboles) dela zona central de cada parcela. Cada inventa-rio consistió en un listado de las especies pre-sentes en cada parcela, determinadas segúnBOLOS et al, (1993). La estructura florística de

las parcelas se analizó en términos de compo-sición de especies (biodiversidad o riquezaespecífica). En función del tipo de manejo(siega química o mecánica) se agruparon lasparcelas y a partir de los inventarios se calcu-ló la proporción de parcelas en las que estabapresente una determinada especie (frecuenciarelativa, expresada en porcentaje).

Cada especie se clasificó considerando suforma vital (clasificación simplificada deRaunkjaer(MASALLES^í«/., 1988)), su ciclo(anual, bianual, perenne, etc), su morfotipo(monocotiledónea, dicotiledónea). Con esta

Figura 4. Distribución por morfotipos (dicot pordicotiledóneas, monocot por monocotiledóneas) de las

especies catalogadas en una prospección de 62parcelas de mandarinos en la zona citrícola del Delta

del Ebro, realizada la primavera del 2002.

Figura 5. Distribución por formas vitales de las especies catalogadas en una prospección de 62 parcelas de mandarinosen la zona citrícola del Delta del Ebro, realizada la primavera del 2002. Tipología de formas vitales según MASALLES

e/a/. (1988).

información se abordó el análisis de laestructura funcional de las parcelas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En dos de las 62 parcelas muestreadas nose observó la presencia de ninguna malahierba. En las otras 60, se observaron un

total de 112 especies pertenecientes a 30familias botánicas (figura 3). Destacan lasGramíneas (21 especies, 18,7 %) y las Com-puestas (17 especies, 15,2%). Por morfoti-pos (figura 4), la distribución del total deespecies resultó ser un 77,7 % de dicotiledó-neas y el restante 22,3 % correspondió amonocotiledóneas.

• error estándar

• n° especies

Figura 6. Riqueza específica (valores medios del número de especies) observada en las cuatro áreas geográficasdelimitadas para el estudio florístico (primavera 2002) de parcelas de mandarinos en la zona citrícola del Delta delEbro. Las áreas corresponderían a parcelas: (1), pertenecientes a municipios al Norte de Tortosa; (2), situadas a lolargo del margen izquierdo del Ebro, entre Tortosa y Amposta; (3), situadas a la largo del margen derecho del Ebro,

también entre Tortosa y Amposta; y (4), cercanas a Alcanar y Ulldecona.

Figura 7. Riqueza específica (valores medios del número de especies) observada en las parcelas de mandarinos condistinto manejo (se, sin cubierta herbácea; ce, con cubierta herbácea) en la primavera del 2002 en la zona citrícola del

Delta del Ebro.

Atendiendo a la forma vital (figura 5), un72,5% de las especies son terófitos. Deestas, no obstante, se reconocen algunasespecies que pueden comportarse tambiéncomo especies en que determinados indivi-duos llegan a superar en algunos casos laestación invernal (por ejemplo: Lamiumamplexicaule, Diplotaxis erucoides), o quepueden llegar a ser bianuales (por ejemplo:Papaver rhoeas, Geranium molle), o inclu-so perennes (por ejemplo: Poa annua, Son-chus tenerrimus). Un 3,7 % de las especiesson caméfitos, otro porcentaje igual geófi-tos, un 17,4% hemicriptófitos y un 2,8 %nanofaneró fitos.

La riqueza específica media (o biodiversi-dad media) de las 62 parcelas estudiadas fuede 13,7 especies (error estándar = 0,8). Losvalores extremos de biodiversidad fueron elmenor 0 especies (dos parcelas) y el mayor29 especies (1 parcela). Las especies presen-tes en un número mayor de parcelas fueron:Poa annua (en 44 parcelas), Convolvulusarvensis (en 32 parcelas), y Sonchus asper(en 27 parcelas). En la figura 6 se muestranlos valores medios del número de especiespresentes en las cuatro áreas geográficas quese delimitaron para programar la prospec-ción de las parcelas. La riqueza específica

media por zonas osciló entre 12,6 y 15 espe-cies, valores que.no difirieron significativa-mente desde el punto de vista estadístico.

En la figura 7 se muestran los resultados deriqueza específica media de las parcelas agru-padas según el manejo realizado en las calles.Las diferencias son estadísticamente signifi-cativas, de manera que las parcelas que nopresentan cubierta herbácea ostentan unnúmero menor de especies de malas hierbas.

En las figuras 8, 9 y 10 se representan losresultados obtenidos estratificando las parce-las obtenidas de acuerdo con el tipo de clasetextural del suelo, la edad de los árboles y elmarco de plantación empleado. Los valoresmedios registrados en las distintas parcelaspara estos factores no presentaron diferen-cias estadísticamente significativas. Aten-diendo a los resultados obtenidos no pareceque estos factores sean relevantes desde elpunto de vista de la biodiversidad de malashierbas en parcelas de mandarinos.

Los resultados indican que, desde elpunto de vista de la biodiversidad de malashierbas, el manejo de las calles es el factorque permite diferenciar (significación esta-dística) el elenco de parcelas estudiadas.Atendiendo a los táxones específicos, elestudio de los inventarios permitió detectar

Figura 8. Riqueza específica (valores medios del número de especies) observada en las parcelas de mandarinos condistinta clase textural del suelo (are: arcilloso, arefr: arenoso-franco; fr: franco; frarc: franco-arcilloso ,frarclim: fran-co-are illoso-limoso; frare: franco-arenoso; frl: franco-limoso) en la primavera del 2002 en la zona citrícola del Delta

del Ebro. De las clases texturales are, arefr y frarclim sólo se dispone de una observación.

un grupo de especies con elevada significa-ción a la hora de discriminar entre el trata-miento de las parcelas (ver cuadro 1). Estasespecies son las que superan una diferenciadel 10 %, en valor absoluto, entre las fre-cuencias observadas en cada tipo de trata-miento. El grupo formado por Anagallisarvensis, Bromus catharticus, Bromusrubens, Calendula arvensis, Chondrilla jun-cea, Conyza canadensis, Erodium malacoi-des, Galium aparine, Geranium rotundifo-lium, Hedypnois rhagadioloides, Hordeummurinum, Lamarckia aurea, Medicago litto-ralis, Poa annua, Setaria viridis, Sherardiaarvensis, Sisymbrium irio, Sonchus asper,Sonchus oleraceus y Torilis nodosa son lasque presentan una frecuencia relativa máselevada en las parcelas con cubierta herbá-cea. La situación inversa se observó enAllium roseum, Anthirrhinum orontium,Euphorbia prostrata, Lamium amplexicauley Portulaca oleracea.

Es interesante, desde el punto de vista de suuso potencial, la alta vinculación al grupo deparcelas en las que las calles se manejanmediante el uso de cubiertas autóctonas quepresentan H. murinum, B. rubens y S. irio. Setrata de especies con características sugerentesdado que pueden llegar, junto con individuosde otras especies, a constituir una cubierta bas-tante densa y homogénea. Las dos gramíneasque actuarían como dominantes son de creci-miento moderado en altura, característica inte-resante para el manejo del cultivo. La cubiertapodría permanecer casi todo el año, y eninviernos muy fríos y en veranos muy secoslas gramíneas asegurarían una cubierta rastro-jera. Para facilitar la entrada de nitrógeno porfijación sería muy indicado contar con la pre-sencia de una leguminosa (Medicago sp. oMelilotus sp.). Medicago facilitaría una mejorestructuración de la cubierta, ya que si fuera decrecimiento postrado contribuiría a la biestra-tificación de la misma.

Cuadro 1. Frecuencias relativas de las especies quesuperan una diferencia en valor absoluto del 10 %

entre los dos grupos establecidos (en gris se hanseñalado las que tienen una presencia mayor en

parcelas sin cubierta).

Especies FrecuenciarelativaParcelas

con cubierta

FrecuenciarelativaParcelas

sin cubierta

Allium roseumAnagallis arvensis

Antirrhinum orontium

Bromus eatharticus

Bromus rubens

Calendula arvensis

Chondrilla juncea

Conyza canadensis

Erodium malacoides

Euphorbia prostrata

Galium aparine

Geranium rotundifolium

Hedypnois rhagadioloides

Hordeum murinum

Lamarckia aurea

Lamium amplexicaule

Medicago littoralis

Poa annua

Portulaca oleracea

Setaria viridis

Sherardia arvensis

Sisymbrium irio

Sonchus asper

Sonchus oleraceus

Torilis nodosa

CONCLUSIONES

Una gestión correcta de la producciónagrícola implica el conocimiento de lasrelaciones dinámicas que tienen lugar en elsistema productivo. En zonas de climamediterráneo, el uso de cubiertas herbáce-as temporales (sembradas) puede ser útildurante un período inicial de tiempo en elque la explotación transite de un sistemaconvencional a un sistema de producción

Figura 9. Riqueza específica (valores medios del númerode especies) observada en las parcelas de mandarinos

según la clase de edad de los árboles, en la primavera del2002 en la zona citrícola del Delta del Ebro. Clases deedad(l: 6 a 9 años; 2: 10 a 19 años; 3: 20 a 26 años).

Figura 10. Riqueza específica (valores medios del núme-ro de especies) observada en las parcelas de mandarinos

según el tipo de marco de plantación empleado, en laprimavera del 2002 en la zona citrícola del Delta delEbro. Tipos (l:<12.5m2; 2:12.51-15 m-; 3:15.1-17.5

m2; 4: 17.51-20 m2; 5: 20.1-22.5 m2; 6:>22.5 m2).

integrada. Pero si se desea un sistema sos-tenible el productor deberá contemplar lanecesidad de manejar una cubierta vegetalespontánea, ya sea inicialmente o despuésde haber sembrado. Además, el manejo delas calles (con o sin cubierta herbácea)determina una estructura de la comunidadde malas hierbas distinta. La riqueza florís-tica de las parcelas varía según sea sumanejo. En aquellas donde se favorece lacubierta herbácea espontánea se detecta unamayor biodiversidad, y contienen en mayorproporción algunas especies discriminantesque las caracterizan. Aunque sería necesa-

rio profundizar en su estudio, hay una gra-dación entre inventarios que podrían asig-narse a comunidades ruderales en un extre-mo, a comunidades arvenses en el otro. Esposible que las parcelas segadas se asimilenmás al primer grupo mencionado, y las tra-tadas con herbicidas al segundo.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen al InstitutoNacional de Investigaciones Agrarias lafinanciación concedida a través del proyectoRTA-02-068.

ABSTRACT

MAS MX, A.M.C. VERDÚ. 2005. Weed flora biodiversity in mandarin citrus orchardsdepending on middles management programs. Bol. San. Veg. Plagas, 31: 231-241.

During the springtime of 2002, a survey was carried out in the region around the Deltaof Ebro River in order to evaluate the weed flora in 62 mandarin orange orchards in pro-duction. It was a sufficiently representative sample of the surface devoted in this zone tothese citrus crops. In total, 112 species belonging to 30 families of flowering plants werecatalogued. Amongst them, Poaceae and Asteraceae represented 34 % of the total speciesobserved. The floristic and functional structure of the orchards is analyzed. The numberof weed species was greater in plots mechanically mowed than in plots chemicallymowed. There were no significant differences in number of species depending on theplanting system, the tree age, the soil texture or the delimited geographical zone of thestudy.

Key words: citrus, weeds, integrated management, vegetated strips

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(Recepción: 10 junio 2004)(Aceptación: 12 enero 2005)