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 1  BINFORD, Lewis. 1980. Willow Smoke and Dog's Talls: hunter and gatherers settlement systems and archaeolog ical site formation. American Antiquity 45:4-20. Se preguntó a un anciano esquimal cómo resumiría su vida. Pensó un momento y contestó:"Como humo de sauces y colas de perros. Cuando acampamos, todo es humo de sauces; cuando nos desplazamos, todo lo que vemos es cola de perros moviéndo se delante nuestro. La vi da esquimal está formada por mitades por ambas cosas". Este hombre captó en pocas palabras una forma de vida que actualmente en gran medida ha desaparecido de la experiencia humana: el hombre móvil, que persigue comida, reparo y satisfacción en lugares diferentes de su ambiente. Este artículo analiza pautas que he identificado, tanto durante estudios de campo directos, como a través de investigaciones a largo plazo efectuadas en la literatura histórica y etnográfica referida a adaptaciones de cazadores y recolectores. Mi interés es determinar que es lo que traduce las diferencias en el pautamiento de la movilidad humana (si es que hay algo en ese sentido) y su turno en los "rastros" arqueológicos dejados por ese comportamiento (tanto "comprensibles" como "predictivos") que se presentan en forma de pautamientos espaciales en sitios arqueológicos. La postura adoptada acepta la responsabilidad de un enfoque sistémico. Esto es: presumimos que los sistemas humanos de adaptación constituyen ordenamiento s internamente diferenciados y organizados de elementos que son morfológicamente distintos. Esperamos que tal diferenciación interna caracterice a las acciones cumplidas y a las localizaciones de diferentes comportamientos. Esto significa que los sitios no son iguales, y que es posible esperar que varían según sean los roles organizativos que cumplen dentro de un sistema. ¿Qué clase de variabilidad podemos esperar que haya caracterizado a las adaptaciones cazadoras y recolectoras del pasado?. ¿Qué tipo de variabilidad organizativa podemos esperar que se manifiesten entre diferentes sitios arqueológicos?. ¿Existe algún tipo de variabilidad regular o determinada entre diferentes sitios arqueológicos que sea predecible?. En los restos arqueológicos dejados por gente cuya vida pueda ser caracterizada con "humo de sauce y colas de perros", ¿existe algún tipo de variabilidad regular o determinada que sea predecible?. En el mejor de los casos, el registro arqueológico es un pautamiento estático de asociaciones y co- variaciones entre cosas que están distribuidas en el espacio. Podremos asignar significado a ese pautamiento existente en nuestros días, si comprendemos los procesos que intervinieron para dar origen a tal pautamiento. Por lo tanto, para cumplir la tarea del arqueólogo debemos contar con refinados conocimientos y comprensión de la dinámica de las adaptaciones culturales, porque fue a partir de tal dinámica que nació el panorama estático que hoy observamos. No es fácil obtener tal conocimiento y tal comprensión a partir del estudio de los restos arqueológicos en sí mismos (…). El registro arqueológico es un producto o derivación tal de un sistema cultural, que resulta sintomáticamente respecto del pasado. No podemos esperar que a través de un estudio morfológico comparativo de los restos en sí comprendamos las causas de esos restos. Debemos buscar una comprensión más profunda. Debemos tratar de comprender qué relaciones existen entre la dinámica de un sistema vigente en el pasado y los subproductos materiales que contribuyen a formar el registro arqueológico conservado hasta la actualidad. En formas aún más importantes, como primer paso hacia la explicación significativa de los pautamientos, que el registro arqueológico puede conservar es que los sistemas culturales difieren y qué es lo que condicionó tales diferencias. (…) cuando en el mundo arqueológico comprendamos algo sobre la relación existente entre el carácter de sus subproductos, podremos codificar esas derivaciones para permitir que a partir de los rastros arqueológicos logremos un diagnóstico seguro en cuanto a la clase de sistema cultural erigido en el pasado tras ellos. No son tareas fáciles de cumplir.

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BINFORD, Lewis. 1980. Willow Smoke and Dog's Talls: hunter and gatherers settlement systems andarchaeological site formation. American Antiquity 45:4-20.

Se preguntó a un anciano esquimal cómo resumiría su vida. Pensó un momentoy contestó:"Como humo de sauces y colas de perros. Cuando acampamos, todoes humo de sauces; cuando nos desplazamos, todo lo que vemos es cola deperros moviéndose delante nuestro. La vida esquimal está formada por mitades

por ambas cosas".

Este hombre captó en pocas palabras una forma de vida que actualmente en gran medida hadesaparecido de la experiencia humana: el hombre móvil, que persigue comida, reparo y satisfacción enlugares diferentes de su ambiente. Este artículo analiza pautas que he identificado, tanto duranteestudios de campo directos, como a través de investigaciones a largo plazo efectuadas en la literaturahistórica y etnográfica referida a adaptaciones de cazadores y recolectores. Mi interés es determinarque es lo que traduce las diferencias en el pautamiento de la movilidad humana (si es que hay algo enese sentido) y su turno en los "rastros" arqueológicos dejados por ese comportamiento (tanto"comprensibles" como "predictivos") que se presentan en forma de pautamientos espaciales en sitiosarqueológicos.

La postura adoptada acepta la responsabilidad de un enfoque sistémico. Esto es: presumimos que lossistemas humanos de adaptación constituyen ordenamientos internamente diferenciados y organizadosde elementos que son morfológicamente distintos. Esperamos que tal diferenciación interna caractericea las acciones cumplidas y a las localizaciones de diferentes comportamientos. Esto significa que lossitios no son iguales, y que es posible esperar que varían según sean los roles organizativos quecumplen dentro de un sistema.

¿Qué clase de variabilidad podemos esperar que haya caracterizado a las adaptaciones cazadoras yrecolectoras del pasado?. ¿Qué tipo de variabilidad organizativa podemos esperar que se manifiestenentre diferentes sitios arqueológicos?. ¿Existe algún tipo de variabilidad regular o determinada entrediferentes sitios arqueológicos que sea predecible?. En los restos arqueológicos dejados por gente cuya

vida pueda ser caracterizada con "humo de sauce y colas de perros", ¿existe algún tipo de variabilidadregular o determinada que sea predecible?.

En el mejor de los casos, el registro arqueológico es un pautamiento estático de asociaciones y co-variaciones entre cosas que están distribuidas en el espacio. Podremos asignar significado a esepautamiento existente en nuestros días, si comprendemos los procesos que intervinieron para darorigen a tal pautamiento. Por lo tanto, para cumplir la tarea del arqueólogo debemos contar conrefinados conocimientos y comprensión de la dinámica de las adaptaciones culturales, porque fue apartir de tal dinámica que nació el panorama estático que hoy observamos.

No es fácil obtener tal conocimiento y tal comprensión a partir del estudio de los restos arqueológicos ensí mismos (…). El registro arqueológico es un producto o derivación tal de un sistema cultural, que

resulta sintomáticamente respecto del pasado.

No podemos esperar que a través de un estudio morfológico comparativo de los restos en sícomprendamos las causas de esos restos. Debemos buscar una comprensión más profunda. Debemostratar de comprender qué relaciones existen entre la dinámica de un sistema vigente en el pasado y lossubproductos materiales que contribuyen a formar el registro arqueológico conservado hasta laactualidad. En formas aún más importantes, como primer paso hacia la explicación significativa de lospautamientos, que el registro arqueológico puede conservar es que los sistemas culturales difieren yqué es lo que condicionó tales diferencias.

(…) cuando en el mundo arqueológico comprendamos algo sobre la relación existente entre el carácterde sus subproductos, podremos codificar esas derivaciones para permitir que a partir de los rastros

arqueológicos logremos un diagnóstico seguro en cuanto a la clase de sistema cultural erigido en elpasado tras ellos. No son tareas fáciles de cumplir.

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Ha sido mi convicción que sólo mediante exposición directa de la dinámica (estudios etnoarqueológicosde sistemas vivientes) los arqueólogos lograrán las mejores posibilidades de obtener suficientecomprensión como para dar comienzo a la tarea de otorgar significados al registro arqueológico (ensíntesis: para desarrollar recursos o métodos que están destinados al diagnóstico seguro de lavariabilidad pautada).

Mi principal experiencia con sistemas vivientes tuvo lugar entre los esquimales Nunamiut (Tanit) de

 Alaska norte-central. Por este motivo, fundar‚ mi tratamiento de un "enfoque diagnóstico" delpautamiento de asentamientos sobre algunas de mis experiencias con los esquimales. Comparé talcomprensión con cierto número de diferentes sistemas de asentamiento que otros han documentadoetnográficamente. Luego analizaré‚ como pueden variar los sistemas de asentamiento de cazadores yrecolectores que viven en ambientes diferentes. Durante ese tratamiento, tendré en cuenta los tipos desitios arqueológicos generados en diferentes ambientes, y también algunos de los probablesordenamientos espaciales en tales sitios.

Un buen diagnóstico depende de la teoría. Por consiguiente, me preocuparé por los factores quecondicionan o "causan" diferentes pautamientos de variabilidad inter-sitios en el registro arqueológico.

RECOLECTORES Y FORRAJEADORES

En varios análisis anteriores describí a los Nunamiut como "organizados logísticamente". Confrecuencia he contrastado un sistema de asentamiento-subsistencia con el de los pueblos San o"bosquimanos", a los cuales califiqué como "forrajeadores".

Forrajeadores

La Figura 1 ilustra algunas características de un sistema de forrajeamiento (esa ilustración se fundaprincipalmente sobre los informes acerca de los Gwi San que fueron proporcionados por Silberlaner

1972).

Debemos efectuar aquí varias acotaciones respecto de las características de los forrajeadores. Elsistema-modelo que presento en la Figura 1 ilustra desplazamientos estacionales de la residencia entreuna serie de "manchones" de recursos. Ese ejemplo incluye "calderos" o fuentes de agua permanentes,matorrales de melones, etc. Las estrategias forrajeadoras también pueden ser aplicadas a áreasprimordialmente indiferenciadas, tal como es frecuentemente el caso de selvas tropicales lluviosas o enotros asentamientos ecuatoriales.

Una característica distintiva de las estrategias forrajeadoras es que resulta típico que los forrajeadoresno almacenen alimentos, sino que los recojan diariamente. Recorren el campo recolectando comidadonde la encuentran, y todos los atardeceres retornan a sus bases residenciales. En la Figura 1, las

bases residenciales están representadas por puntos negros llenos ubicados a lo largo de los senderosubicados por líneas dobles. Los círculos que rodean a cada base diferencial indican el radio deforrajeamiento, o sea la distancia hasta la cual las partidas de procuramiento de alimentos normalmenteviajan a través de los matorrales antes de dar la vuelta y comenzar su viaje de regreso.

Otra característica distintiva es que entre los forrajeadores puede existir considerable variabilidad tantoen lo que hace al tamaño del grupo móvil como también en cuanto a la cantidad que se dispersen sobreun área grande, explotando cada una de ellas un radio de forrajeamiento más extendido. Esta situaciónestá indicada por las múltiples bases residenciales en el lado izquierdo inferior del "circuito estacional"ilustrado en la Figura 1. Puedo señalar que cuando los grupos forrajeadores mínimos (esto es: 5 a 10personas) se dispersan, con frecuencia se produce un colapso de la división del trabajo. Las partidasforrajeadoras pueden estar compuestas tanto por varones como por mujeres, dedicados todos a

procurarse recursos primordialmente idénticos.

Quizás el uso que hacen los San del desierto sea algo equívoco como modelo de estrategiasforrajeadoras, pues los forrajeadores más excluyentes son más conocidos en las selvas ecuatoriales. El

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Cuadro 1 resume algo de la información obtenida en grupos ecuatoriales en cuanto a cantidad dedesplazamientos residenciales, distancias promedio entre las detenciones y distancias totales cubiertasdurante un ciclo anual. En ese cuadro podemos ver que entre los forrajeadores existe considerablevariabilidad en cuanto a la duración de la permanencia de diferentes sitios. En tal caso de algunosforrajeadores extremadamente móviles, como por ejemplo los Penam (descriptos por Harrison 1949),los sitios residenciales pueden ser extremadamente efímeros: podemos esperar en ellos pocaacumulación de desperdicios y muy poca "visibilidad" arqueológica.

Hay otra característica que puede variar entre los forrajeadores para condicionar más la "visibilidad" delregistro arqueológico: es la recurrencia relativa en el uso de la tierra año tras año. De descripciones degrupos tales como los Penam (Harrison 1949), Guayakí (Clastres 1972) y otros forrajeadores muymóviles, surge la impresión de que los campamentos no son emplazados teniendo en cuentalocalizaciones anteriormente usadas. Los recursos explotados tienen distribución dispersa pero ubicua,y no están agrupados ni específicamente localizados como en el caso de los desiertos. En estosúltimos, los pozos de agua son limitados en número y están separados entre sí: condiciones en las quepodemos esperar mayor recurrencia año tras año en cuanto a la ocupación de lugares particulares.

Ejemplos extremos de localizaciones limitadas en relación con recursos críticos puede provocar lo queTaylor (1984) llama "nomadismo atado". Este término sugiere extremada reiteración en la reutilizaciónde los mismos lugares (fuentes de agua) durante largos períodos de tiempo. Tal separación espacialtiende a "atar" el sistema de asentamiento a áreas geográficas específicas, en tanto otras áreas -debidoa su distancia desde esos recursos limitados y cruciales- serán poco ocupadas y raramente usadas. Esposible imaginar una pauta forrajeadora típica de utilización de la tierra como algo semejante a unamargarita: el centro es la base residencial, y las partidas forrajeadoras se desplazan recorriendocircuitos de búsqueda parecidos a los pétalos de la margarita. La Figura 2 ilustra esa pauta tal comoquedó concretamente registrada por John Yellen (1972) en relación con un grupo móvil de Dobe Kung!.

En el ángulo inferior derecho de la Figura 1 he indicado una pauta diferente. Con ello reconozco queexiste una estrategia alternativa, que ocasionalmente puede ser llevada a la práctica por gentes quesean básicamente forrajeadoras. Podemos imaginarla como un viaje de cacería, durante el cual varios

varones abandonan una base residencial // y establecen campamentos nocturnos desde los cuales semueven en búsqueda de caza. De esa manera hacen frecuente uso de los que he denominado (Binford1978b) un "encuentro (encauter ) de estrategias". Si tienen éxito en sus intentos de caza, y si el tamañocorporal del animal es grande o si la distancia al campamento es grande, si hace calor, pueden decidirsecar la carne en medio del campo para transportarla hasta el campamento ya procesada. Estaposibilidad está indicada por el pequeño caballete dibujado en el ángulo inferior izquierdo. Luegopueden decidir regresar al campamento base por el camino usado para ir, o bien -si se necesita máscarne- más probablemente volver por algún otro camino donde puedan lograr nuevos éxitos de cacería.

Estos pequeños viajes de cacería y sitios residenciales puedan representan un tipo diferente deestrategia. Se trata de sus partidas de trabajo especializado, compuesta en este caso por varones, quepara su propio mantenimiento establecen campamentos lejos de la base residencial // en que viven.

Pueden llevar a cabo actividades especiales que sólo muy rara vez sean cumplidas en el campamentobase residencial. Este tipo de estrategia puede dejar una clase muy diferente de registro arqueológico,al que deberemos explicar con mayor grado de detalle en el siguiente modelo.

Sin embargo, antes de hacerlo puede resultar de utilidad resumir algunas de nuestras expectativas encuanto a los restos arqueológicos que son dejados por estrategias forrajeadoras. El primer punto aseñalar es que, para el descarte o abandono de restos artefactuales por parte de estrategiasforrajeadoras puede haber dos tipos básicos de contexto espacial. Uno es la base residencial, que -como hemos visto- es el centro de las actividades de subsistencia, la localización desde la cual sedesprenden las partidas de forrajeamiento y donde tienen lugar la mayoría de las actividades deprocesamiento, manufactura y mantenimiento. He señalado que, entre los forrajeadores, la movilidadresidencial puede variar considerablemente, tanto en duración -como en distanciamiento entre los sitios-

y el tamaño del grupo. Estos factores condicionarían las características del registro arqueológicogenerado por una ocupación única.

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He sugerido también que podemos encontrar forrajeadores en asentamientos ambientales que tenganmuy diferentes incidencias y distribuciones de recursos críticos. En asentamientos con pocaslocalizaciones en las que haya disponibilidad de recursos críticos, las pautas de movilidad residencialpueden quedar "atadas" en torno a muy pocas localizaciones (por ejemplo: pozos de agua); estoaumenta la recurrencia año tras año en la utilización de ciertas localizaciones particulares comocampamentos residenciales. Cuanto mayor sea la recurrencia, mayor será la potencial acumulación derestos arqueológicos, y por lo tanto mayor ser la visibilidad arqueológica.

Hasta el momento, básicamente no he hecho sino reiterar algunas de las generalizaciones formuladaspor Yellen (1977, págs.36-136) a partir de sus experiencias con los bosquimanos del Kalahari, ytambién algunas de las deducciones por mí extraídas a partir de observaciones sobre los campamentosresidenciales de los esquimales Nunamiut (Binford, 1978b, págs.451-497).

Otras características de las bases residenciales surgirán por contraste con el otro tipo de fenómenoarqueológico que los forrajeadores pueden producir: la localización. La localización es un lugar dondese llevan a cabo exclusivamente tareas extractivas. Dado que por lo general los forrajeadores noacumulan alimentos ni otras materias primas, habitualmente tales localizaciones son sitios deprocuramiento de "poco bulto". Es decir: durante cada episodio sólo se obtienen allí pequeñascantidades, y por lo tanto el sitio es ocupado sólo por muy cortos períodos. Además, dado que elprocesamiento de bulto es escaso, la utilización, el agotamiento y el abandono de utensilios tienen lugara ritmo muy lento. En realidad, es posible esperar que en tales sitios queden pocos o ningún utensilio.

Un buen ejemplo de localización generada por forrajeadores -un sitio de obtención de madera- esdescripto por Hayden: "Como norma, están separados espacialmente de los campamentos-base y sonocupados por períodos cortos (habitualmente no más de pocas horas) por grupos de trabajoespecíficos; (...) los utensilios líticos empleados son generalmente muy característicos, y los conjuntosmuy diferenciados en función de frecuencia proporcionales si se los compara con los provenientes decampamentos-bases. (...) A menudo, los utensilios empleados son obtenidos localmente, cerca del sitiode procuramiento, y por lo general quedan en el sitio luego de que la actividad ha quedado cumplida.(...) Si se camina extensamente entre los bosquecillos de mulga, se pueden ver ocasionalmente

implementos cortantes por golpe (habitualmente al pié de algún tronco de mulga en descomposición).Rara vez había más de dos implementos cortantes por golpe, y la densidad general debe haber sido dealrededor de un implemento cortante por golpe cada 2500 m o más" (Hayden 1978, págs.190-191).

En condiciones de existencia extra de considerables acumulaciones en forma de palimpsestos. Estasacumulaciones pueden "parecer" sitios, por cuanto son agregados de artefactos, pero por lo comúncarecen de estructura interna y podrían quedar caracterizados mediante historias de constituciónacrecional. Muy importante investigación en este tipo de distribución arqueológica es la iniciada porThomas (1975); otras e interesantes investigaciones de la llamada "arqueología externa a sitios" estásiendo llevada a cabo actualmente por Robert Foley, de la Universidad de Darham, en el área de Amboseli en Kenya (comunicación personal).

Podemos resumir que habitualmente los forrajeadores tienen gran movilidad residencial, inversiones depoco bulto y estrategias de procuramiento cotidiano regular del alimento. El resultado es que lavariabilidad en los contenidos de sitios residenciales, en caso de reflejar algo, generalmente reflejar losdiferentes catálogos estacionales de actividades y la diferente duración de las ocupaciones. Los sitiosllamados "funcionalmente específicos" serán relativamente pocos: como las inversiones son de pocobulto, y los procesamientos de materias primas efectuados en medio del campo son cortos o limitados,tales localizaciones tendrán poca visibilidad. Sin embargo, en caso de afectar períodos largos de usodel terreno, pueden producir considerable cantidad de restos arqueológicos "externos al sitio". Este tipode sistema es el que ha recibido el mayor volumen de atención etnoarqueológica (por ejemplo:bosquimanos y aborígenes del Desierto Central australiano).

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Recolectores

En marcado contraste con la estrategia forrajeadora (en la que un grupo "recorre" los recursos mediantedesplazamientos residenciales y ajustes en su tamaño), los recolectores logísticamente organizados seabastecen de recursos específicos mediante grupos de trabajo especialmente organizados.

La Figura 3 ilustra algunas características distintivas de una estrategia recolectora. El modelo constituye

una generalización a partir de mis experiencias con los esquimales Nunamiut. En contraste con losforrajeadores, los recolectores se caracterizan por:

1) el almacenamiento de comida durante -al menos- parte del año; y

2) partidas de procuramiento de alimentos que están logísticamente organizadas.

Esta última situación tiene directas implicancias "de sitio", pues los grupos especiales de trabajo puedenabandonar una localización residencial y establecer campamentos o estaciones desde donde estén encondiciones de planificar y ejecutar actividades de procuramiento de alimentos. Si tales actividades deprocuramiento son exitosas, el alimento obtenido podrá ser procesado en el lugar -con el fin de facilitarsu transporte- y luego llevado hacia los consumidores del campamento residencial.

Las estrategias logísticas son acomodamientos de trabajo a distribuciones incoherentes de recursoscríticos a condiciones que de otra manera restringen la movilidad. Dicho de otra manera: sonacomodamientos a situaciones en las que los consumidores están próximos a un recurso crítico, perolejano de otro recurso igualmente crítico. Por consiguiente, la localización residencial es abandonadapor unidades de trabajar especialmente constituidas -grupos de trabajos- que generalmente sedesplazan a cierta distancia hasta localizaciones específicamente elegidas por ser consideradas comomuy probablemente productivas en recursos determinados.

Por lo general, los grupos de trabajo logísticamente organizados son pequeños y están compuestos porindividuos experimentados y conocedores. No son grupos que vayan a "buscar" cualquier recurso que

encuentren, sino grupos de trabajo que tratan de obtener recursos específicos en contextos específicos.Por lo tanto, para la mayoría de los grupos logísticamente organizados podemos identificar metasespecíficas de procesamiento: van a cazar ovejas a orilla del lago, o a perseguir caribúes machos a lolargo de las márgenes de los glaciares de las tierras altas durante el mes de julio. Si es que van depesca, van a buscar específicamente tímalos o white fish. No buscan comida sobre la base de lo quesimplemente encuentran.

Esta especialidad y "especialización" en las estrategias de procuramiento conduce a dos tipos deespecificidad funcional para los sitios que se formaron bajo la acción de estrategias de procuramientologísticamente organizadas, los sitios se forman en relación a propiedades de la organización logísticaen sí misma, pero también en relación con tipos específicos de recursos buscados.

Para los forrajeadores he aceptado dos tipos de sitios: las bases residenciales y las localizaciones. Envirtud del carácter logístico de sus estrategias de procuramiento, los recolectores producen cuantomenos otros tres tipos de sitios: los que he denominado campamento operativo, estación y escondrijo.Un campamento operativo es un centro operativo temporario de un grupo de trabajo, en el que el grupoduerme, come y de otras maneras se mantiene a sí mismo mientras permanece fuera de la baseresidencial. Podemos esperar que los campamentos operativos de cacería de ovejas, campamentosoperativos de cacería de caribúes, campamentos operativos de pesca, etc.

 Al igual que los forrajeadores, de hecho los recolectores procuran o procesan materias primas en laslocalizaciones. Ahora bien: como por lo general las partidas productoras logísticamente organizadasbuscan productos para grupos sociales de tamaño mucho mayor que el de ellas, los residuosacumulados en las diferentes localizaciones pueden variar frecuentemente de manera considerable,

como en el caso de las matanzas grupales de bisontes en las llanuras (ver Frison 1970 o Wheat 1967) oen las localizaciones de cacería y trozamiento primaverales de caribúes de los Nunamiut tales como lossitios Anavik (Binford 1978b, págs.171-178). Sitios de pesca con grandes represas o camas de lameseta de Columbia pueden constituir ejemplos de localizaciones con visibilidad arqueológica; en ese

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sentido se oponen a las localizaciones de poca visibilidad que por lo común son producidas por losforrajeadores. Esos sitios grandes y muy visibles son también el resultado de grupos logísticamenteorganizados, que con frecuencia buscan bienes en muy grandes cantidades para que sirvan al consumodurante períodos considerables./

/Rara vez las estaciones y los escondrijos son obra de forrajeadores. Las estaciones son sitios dondegrupos de trabajo con propósitos especiales se asientan mientras están recolectando información: por

ejemplo, cuando están observando los movimientos de las manadas (ver Binford 1978b) o de otrosseres humanos. Las estaciones pueden ser localizaciones de acecho o lugares de detención decacerías en los que se pueda planificar -pero no necesariamente ejecutar- la estrategia de caza. Lasestaciones son particularmente características de sistemas organizados logísticamente, pues losobjetivos específicos están generalmente identificados y porque para cada objetivo existe una estrategiaespecífica que, por lo habitual, antes de ser ejecutada debe recibir "información" en cuanto alcomportamiento de los animales.

Los escondrijos son ingredientes comunes de estrategias logísticas en la que el procuramiento exitosode recursos por parte de grupos relativamente pequeños y con destino a grupos relativamente grandesse traduce por lo general en grandes masas de materiales. Esto debe ser transportado hacia dondeestán los consumidores, pero en ocasiones pueden servir como estímulo para que estos últimos sereubiquen. En uno u otro caso, por lo habitual existe una fase de almacenamiento temporario. Talalmacenamiento "de campo" es frecuentemente efectuado con medios regulares, pero en funciónespecífica de bulto obtenido puede ocurrir que se construyan medios especiales (ver Binford 1978a,págs.223-235).

Desde la perspectiva del registro arqueológico, podemos suponer que las bases residenciales, laslocalizaciones, los campamentos operativos, las estaciones y los escondrijos sean los tipos probablesde sitios producto de sistemas logísticamente organizados. Dentro de cada clase podemos esperarvariabilidad adicional, relacionada con las estaciones del año y, con el carácter de los recursosbuscados por los grupos de trabajo logísticamente organizados.

Existe otra fuente más de variabilidad, pues no necesariamente todas las funciones logísticas debenestar localizadas independientemente. Es posible que en algunos casos un campamento operativo seautilizado también como punto de observación, y que en otro puede igualmente servir como posición decaza. A veces es posible efectuar matanzas (localizaciones) directamente desde una posición de caza,y la carne podría ser procesada temporariamente ocultada allí. Muchas otras combinaciones pueden serimaginadas. El problema es sencillo: cuanto mayor sea la cantidad de tipos genéricos de función a losque un sitio pueda servir, mayor será el orden de variabilidad intre-sitio que podemos esperar.

Quizás sea instructivo rastrear contra este telón de fondo algunas de las condiciones modeladas en laFigura 3. Si comenzamos con la aldea invernal (sitio) de la porción central inferior del mapa, variascondiciones están indicadas. La aldea invernal es un agrupamiento de viviendas relativamente grandes,localizada en un macizo de sauces (combustible de invierno). Una serie de expediciones están indicada

a la izquierda de la aldea, llevadas a cabo por partidas especiales de tramperos con el fin fe obtenerpieles para la vestimenta invernal. A la derecha de la aldea hay una serie de tipos de sitio: uncampamento operativo en el que una partida de caza se sustenta a sí misma mientras permanece fueradel campamento residencial, una estación o sitio de observación (que es ocupada y usadafundamentalmente para recoger información sobre presencia o movimientos de la caza) y variaslocalizaciones, sitios de matanza y sitios de escondrijos que también pueden representar acumulacionesarqueológicas.

También está representado un desplazamiento residencial a comienzos del verano (hacia el sitio B).Ese desplazamiento produce un cambio en el albergue y una mayor dependencia de la carne seca (enlugar de la congelada, como era el caso de la aldea invernal). Desde tal sitio, partidas logísticamenteorganizadas pueden cubrir distancias considerables con el fin fe cazar animales tales como caribúes o

carneros monteses. Pueden aparecer así campamentos operativos y estaciones, al igual que puntos deobservación y diversidad de localizaciones de matanza. La combinación diferencial entre funciones enlas distintas localizaciones constituye motivo para más complejidades: por ejemplo, en el extremo

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derecho del mapa se da una combinación entre campamento operativo y punto de observación (enotras situaciones, esas funciones podrían estar espacialmente separadas).

En la porción superior del mapa se sugiere otro desplazamiento residencial. Ese desplazamiento estáacompañado por una reducción en el tamaño del grupo, pues el grupo local se escinde en unidadesfamiliares; cada una de ellas establece campamentos residenciales independientes, con pautamientoslogísticos poco diferentes.

Debe quedar claro desde ya que no estamos hablando de dos tipos polares de sistemas deasentamiento y subsistencia. Por el contrario, estamos tratando una serie graduada que va desde losimple hacia lo complejo. Los sistemas logísticamente organizados poseen todas las propiedades de unsistema de forrajeamiento más algunas otras. Al ser un sistema, cuando se añaden nuevas propiedadesorganizativas se efectúan ajustes en los ingredientes ya presentes, de modo que la movilidadresidencial ya no desempeña el mismo papel que tenía cuando el sistema no incluía ingredienteslogísticos (aunque importantes desplazamientos residenciales pueden tener lugar todavía). Haybásicamente dos estrategias: "de reconocimiento", "mapping on" y "logística"; los sistemas que empleanuna sola, y consecuentemente tienen mayores repercusiones sobre la variabilidad existente en elregistro arqueológico. Debe quedar en claro que, a igualdad de otras cosas, podemos esperar un ordenmayor de variabilidad inter-sitios en función de aumentos en los componentes logísticos del sistema deasentamiento y subsistencia./

/ DISCUSION

Hasta ahora hemos estado hablando del pautamiento que he percibido en la forma en que loscazadores y recolectores se organizan con finalidades de subsistencia. He ofrecido algunas sugerenciasanalíticas y descriptivas en cuanto a las cosas que es necesario observar para caracterizaradaptaciones de cazadores-recolectores, y sugerí que existirían algunas pautas empíricas interesantesque serían puestas de manifiesto por los cazadores-recolectores cuando son observados según lasperspectivas defendidas.

¿Podemos ahora comenzar la importante tarea de construir una explicación para la variabilidadpresentada?. ¿Podemos comenzar a comprender las particulares condiciones adaptativas que losgrupos humanos enfrentan diferencialmente en virtud de encarar ambientes distintos?. ¿Podemoscomprender qué condiciones favorecían a la estrategia "de reconocimiento" o la "logísticamenteorganizada"?. ¿Existen claves para los factores que favorecen o seleccionan en favor de una estrategiaforrajeadora o de una estrategia logística?.

Si presumimos que las condiciones tecnológicas y sociales contribuyen a configurar los medios y laorganización de la producción, deseamos saber si no habría algunos "determinantes" básicos quecondicionen la distribución de diferentes "modos de producción" (o sea las características mezclas detecnología y organización social organizadas para fines de subsistencia). Dicho de otra manera: dado

que los sistemas de adaptación social son sistemas que capturan energía, las estrategias que ellosemplean deben mostrar alguna relación con la energía (o, más importante, con la estructura antrópicade los ambientes en los que buscan energía). Podemos esperar que, como consecuencia de la"selección natural", se produzca cierta recurrencia en la tecnología o en los medios, como también en laorganización de la producción (producción del trabajo). Esto es, un movimiento histórico hacia un"optimun" para el asentamiento. Dicho de otra manera: la tecnología -tanto en sentido de "utensilios"como en su sentido de "trabajo"- es inventada y reorganizada por los seres humanos para resolverciertos problemas presentados por la estructura energía-entropía del ambiente en el que procuran ganarsu subsistencia.

 Aceptando este punto de vista, podemos esperar que un modo de producción forrajeadora sirva bien alos seres humanos en ciertas condiciones ambientales, pero no necesariamente en todas. ¿Cuáles

pueden ser algunas de esas condiciones?. ¿Existen algunos asentamientos ambientales en los quepodemos esperar que las estrategias forrajeadoras ofrezcan "optima" seguridad para los grupos decazadores-recolectores?. Creo que es correcto sugerir que, si bien la mayoría de la gente considera lamovilidad de las localizaciones residenciales como una respuesta a diferencias en la abundancia de

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alimentos, pocos son quienes toman en consideración las condiciones ambientales que estructuran laabundancia de alimentos desde la perspectiva del consumidor humano. Quizás Hollywood deba sercensurada por la amplia difusión de la idea que las "junglas" serían ricas en alimento, en tanto losasentamientos desérticos y árticos serían pobres. A su turno, la mayoría de los legos y de losestudiantes principiantes de Ecología suponen que en asentamientos árticos y desérticos ocurriría unamayor movilidad residencial, y que entre los no productores de alimentos que viven en asentamientosecuatoriales se daría el mayor grado de "sedentarismo".

Como base para un mayor análisis he adoptado -simplemente como medio ilustrativo de demostración-los datos que trae Murdock (1967) sobre pautas de asentamiento. Murdock clasifica 168 casos decazadores y recolectores en cuanto a su grado de movilidad residencial; cada grupo es evaluado de 1 a4 según la forma siguiente:

1) bandas plenamente migratorias o nómades,

2) comunidades seminómades cuyos integrantes deambulan en bandas durante -por lo menos- la mitaddel año, pero que en una o más estaciones ocupan un asentamiento fijo,

3) comunidades semisedentarias cuyos integrantes pasan de uno a otro asentamiento fijo en diferentesestaciones del año, o que ocupan un único asentamiento en forma m s o menos permanente y quedesde allí parten estacionalmente proporciones importantes de la población para ocupar campamentositinerantes, y

4) asentamientos compactos y relativamente permanentes (Murdock 1967, pág.159).

Esos 168 casos están resumidos en el Cuadro 2, que tabula contrapuestamente las estimacionesefectuadas por Murdock -en cuanto a la movilidad residencial- con la medida de variedad ambientalcreada por Bailey (1980) y denominada "temperatura efectiva" (ET). Esta medida describesimultáneamente la cantidad total y la distribución anual de la radiación solar que son características deun lugar dado. Dicho de otra manera: la temperatura efectiva mide tanto la longitud de la estación de

crecimiento como la intensidad de la energía solar disponible durante esa estación. Como la producciónbiótica es primordialmente resultado de la unión entre radiación solar y agua suficiente para sustentar lafotosíntesis, podemos esperar que exista una relación genérica entre el valor de la temperatura efectivay las pautas globales de actividad biótica (y, por lo tanto, la producción). A igualdad de otros factores,cuanto mayor sea el valor de la temperatura efectiva, mayor será la producción de células nuevasdentro del vegetal o ingrediente productivo // del hábitat. Esto significa que, en sentido muy simplista,donde la temperatura efectiva sea alta podemos esperar ambientes "ricos en alimento", y donde latemperatura efectiva sea baja podemos esperar ambientes "pobres en comida".

El Cuadro 2 ilustra algunos hechos interesantes. Notamos que las estrategias "plenamente nómades"caracterizan al 75% de los casos de cazadores-recolectores ubicados en ambiente plenamenteecuatorial (ET 25 a 21), y que también aparece alta movilidad en un 64,2% de los casos

correspondientes a ambientes subtropicales. En ambientes templados cálidos observamos una drásticareducción en el número de cazadores-recolectores "plenamente nómades" (sólo un 9,3%); enambientes templados frescos, el número se reduce aún más (7,5%). Luego, cuando pasamos a losambientes boreales, la cantidad de grupos plenamente nómades aumente algo (11%) y en ambientesplenamente árticos aumenta drásticamente (alcanzando el 41,6%). Por consiguiente, vemos que lamovilidad -al ser medida según las categorías de Murdock- es mayor en los ambientes ecuatoriales(donde tenemos la más alta productividad del mundo) y árticos (donde encontramos la productividadmás constantemente baja).

 Al resumir de otra manera los datos del Cuadro 2, observamos que la mayor concentración decazadores y recolectores sedentarios y semisedentarios se da en las zonas ambientales templada yboreal, que la menor concentración se produce en los ambientes ecuatoriales y semiecuatoriales. Este

pautamiento empírico demuestra que la movilidad entre los cazadores-recolectores responde acondiciones que no son la simple pauta de "abundancia de alimentos". Esto está indicado por ladesproporcionada aparición de movilidad reducida en los ambientes más frescos y menos productivos.

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Sugiero que, como la movilidad es una estrategia "de posición", bien puede constituir una respuesta apropiedades estructurales del ambiente, o sea que las particularidades de la distribución de alimento noestarían directamente correlacionadas con las más intuitivamente apreciadas condiciones deabundancia alimenticia./

/Quizás podemos encontrar la clave para los tipos de problemas resueltos por las diferentes estrategiasen los contrastes entre las dos estrategias básicas propiamente dichas. Los forrajeadores trasladan a

los consumidores hacia los bienes mediante desplazamientos residenciales frecuentes en tanto losrecolectores transportan los bienes hacia los consumidores mediante cantidad generalmente menor dedesplazamientos residenciales. La primera estrategia, la del "reconocimiento", se aplicaría únicamentesi todos los recursos críticos se encontraran dentro del alcance de forrajes practicable desde una baseresidencial. Las estrategias logísticas a cargo de recolectores resuelven el problema de la distribucióndiscontinua de los recursos críticos (por ejemplo): la falta de aprovisionamiento confiable de algúnrecurso crítico dentro del radio de forrajeo que rodea a un campamento base residencial,presumiblemente localizado con atención a algún otro recurso igualmente crítico. En condiciones dediscontinuidad espacial, un desplazamiento residencial no resuelve el problema: pasar a otralocalización disminuiría la facilidad de acceso a la primera. Es en esas condiciones que las estrategiaslogísticas se ven favorecidas: los cazadores-recolectores se trasladan hacia las proximidades de unrecurso (por lo general, del que presenta los mayores requerimientos de volumen) y se procuran el otrorecurso (o los otros recursos) mediante grupos especiales de trabajo que lo transporta (o lostransportan) hasta donde están instalados los consumidores.

En los casos de discontinuidad temporal, el modo más probable de resolver el problema está constituidopor la estrategia de almacenamiento. Se trata de extender la utilidad temporal de algún recurso másallá de su período de disponibilidad en el hábitat. Por lo general, esto se logra mediante desecamientoo mediante congelamiento. El almacenamiento reduce la discontinuidad temporal de los recursos, peropuede aumentar el problema de la discontinuidad espacial. La discontinuidad espacial puede verseexacerbada si el almacenamiento acumula masas considerables de recursos en un lugar: esto aumentael costo de transporte vinculado a desplazamientos residenciales en dirección de otros recursos quepuedan estar "llegando" o que estén localizados a cierta distancia. Con el aumento de dependencia

respecto del almacenamiento, se producirán un esperable incremento en el ingrediente logístico de unsistema de asentamiento.

Por último, si pensamos que la discontinuidad temporal o espacial entre recursos críticos constituye unacondición favorable a las estrategias logísticas y para una reducción y transformación en el papelcumplido por la movilidad residencial, debemos también observar que cualquier condición que aumentelas cantidades de recursos críticos y/o la variación climática a lo largo de un ciclo anual tambiénaumentar la probabilidad de mayores discontinuidades en la dispersión de los recursos.

Consideremos dos expectativas lógicas que surgen de ese postulado. La ley de variedad de requisitosafirma que, para lograr la máxima estabilidad, la variedad de respuestas homeostáticas requeridas porcualquier sistema es igual a la variedad de desafíos ambientales que enfrenta. Por consiguiente,

podemos esperar que, cuanto más inestable sea el ambiente térmico, mayor sea la cantidad demecanismos homeostáticos operativos, y por lo tanto -a igualdad de factores- mayor sea la cantidad derecursos críticos. A medida que el número de recursos críticos aumenta, se produce un correlacionadoaumento en la probabilidad de que se produzca una falta de coherencia entre sus dispersionesrespectivas. Por consiguiente, cuanto mayor sea la variabilidad estacional en temperatura, mayor ser elpapel que expectablemente cumpla la movilidad logística en el asentamiento o estrategia"posicionante".

Dado un ambiente ecuatorial -en el que las especies pueden exhibir pautas de producción diferencial alo largo del ciclo anual, pero la interdigitación entre diferentes programaciones de las distintas especiesasegura que habrá alimentos continuamente disponibles- la estrategia forrajeadora produce muybuenos resultados. En asentamientos templados y más frescos, tal disponibilidad continúa de alimentos

disminuye en función del acortamiento de la estación productiva por consiguiente, los grupos humanosque intentan sobrevivir deben resolver el problema de "cómo pasar el invierno". Tres métodos básicosestán disponibles:

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1) explotar espacios que hayan resuelto por sí mismos el problema de pasar el invierno (esto es, cazarotros animales);

2) almacenar productos comestibles acumulados principalmente durante la estación productiva; o bien

3) almacenar recursos animales acumulados durante períodos de mucha densidad, y por lo tanto de altadisponibilidad.

Si bien debemos reconocer que el almacenamiento no siempre es factible, podemos esperar que elgrado en el que sea practicado variar cuando disminuya la longitud de la estación productiva. A suturno, el grado en el que se practique almacenamiento aumentar la probabilidad e incoherencias en ladistribución, y por consiguiente la condición aumenta más la posibilidad de sistemas de asentamientoorganizados (con las consiguientes reducciones -al menos, estacionales- en la movilidad residencial).

 Ambas condiciones están relacionadas con reducciones ambientales en la longitud de la estaciónproductiva y las implicancias que ello plantea para los seres humanos, tanto en términos de alimentoscomo de otros térmicamente regulados. Esto significa que se da una convergencia ambiental decondiciones que actúan simultáneamente para aumentar la cantidad de recursos críticos y paraincrementar las condiciones que favorecen el almacenamiento. Por consiguiente, a partir de losrazonamientos aquí presentados, debemos esperar que a medida que la longitud de la estaciónproductiva disminuya la movilidad residencial se reduzca y en cambio aumente la dependencia respectodel almacenamiento.

Debemos señalar que ambas expectativas tienen sustento empírico. Tal como ya lo indicamos en elCuadro 2 en los ambientes con ET menor de 16º C se da un marcado incremento de casos clasificadoscomo semisedentarios y seminómades. Dicho de otra manera: en esos ambientes observamosaumentos en el sedentarismo estacional, con el consiguiente incremento inferido en la obtenciónlogísticamente organizada de alimentos.

La Figura 4 ilustra la relación entre la ET y la dependencia respecto del almacenamiento, tal como ésta

fue estimada por Murdock y Morrow (1970) para una muestra de 31 grupos cazadores y recolectoresetnográficamente documentados. La dependencia respecto del almacenamiento está indicada por unaescala ordinal distribuida de 1 a 6 (6 indica la dependencia mayor). Lo que es interesante en estapequeña muestra es que se da una clara relación curvilínea entre el incremento de la dependenciarespecto del almacenamiento y el descenso de los valores de ET (que miden disminución el la longitudde la estación productiva). Es notable que el almacenamiento sea practicado únicamente entrecazadores y recolectores que ocupan ambientes cuyos valores ET son menores de 15 (o sea ambientescuyas estaciones productivas duran menos de 200 días).

Las excepciones a esa tendencia general son interesantes y quizás instructivas. En ambientes cálidossolamente encontramos dos excepciones: los Andamaneses y los Chenchu. Es mi impresión que los Andamaneses están mal clasificados. Los Chenchu, en cambio demostrablemente en proceso de

adoptar la agricultura. En cuanto a las excepciones de del extremo "frío" de la distribución son losYacagiros, Yámanas, Slave, Esquimales del cobre o Ingalik. Creo que los Yacagiros e Ingalik debenestar mal clasificados, en tanto los otros casos son probablemente excepciones reales: serían másmóviles y no acumularían reservas para el invierno en cantidades apreciables. Otros casos de gruposde clima frío que no almacenan de manera apreciable podrían ser los Micmac, Mistassigi, Cree, Ingluliky Esquimales polares, y algunos grupos de esquimales del cobre y Natsilikmilnt, en tanto en ambientestemplados podríamos recordar a los Tasmanios. Muchos de esos grupos pueden ser técnicamenteforrajeadores con movilidad residencial relativamente alta, pero son forrajeadores de tipo diferente quela mayoría de los forrajeadores ecuatoriales.

Como lo hemos señalado, los forrajeadores ecuatoriales desplazan sus residencias // con relación a loshábitats productores de alimentos considerados en términos espaciales. Los forrajeadores de ambiente

frío son lo que tiendo a pensar como "especialistas seriados": Cumplen movilidad residencial en relacióncon la posición del grupo frente a especies alimenticias particulares, cuya disponibilidad se presenta enforma secuencial a lo largo de un ciclo estacional. Si dejamos por el momento aparte este interesanteaspecto de la cuestión, debe quedar en claro que en la distribución de condiciones ambientales existen

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definidas pautas geográficas que plantean problemas particulares a los cazadores-recolectores. Algunos de esos problemas especificables pueden ser bien resueltos, o al menos enfrentados demanera efectiva a través de estrategias de producción logísticamente organizadas.

Estas estrategias resuelven el problema de la distribución discontinua de recursos críticos. Lasdistribuciones discontinuas pueden darse espacialmente, y pueden quedar exacerbadas por lasestrategias de almacenamiento. El almacenamiento siempre produce una gran acumulación en algún

lugar, el que por consiguiente alcanza alta probabilidad de quedar discontinuamente distribuido respectode otros recursos críticos (tales como combustible, agua, reparo, etc.). El almacenamiento de bultorequiere que se determine que costo relativo es mayor: transportar los consumidores y los bienesalmacenados hacia el lugar en que existen otros recursos críticos, o bien introducir esos otros recursosen la localización del almacenamiento mediante una fuerza de trabajo productivo que estálogísticamente organizada.

Debo señalar que, si hubiera otros factores que restringen la movilidad -tales como el aumento en lacantidad de unidades sociales en el área, la competencia entre múltiples unidades sociales por elacceso a recursos similares, etc.- entonces podríamos esperar un concomitante incremento en laproducción organizada logísticamente. Este no es el lugar para encarar aspectos tan importantes comolos orígenes de la agricultura y otros cambios dependientes de la densidad (tanto en la movilidad comoen la estrategia de producción), simplemente, deseo señalar que ante toda condición que restrinja lamovilidad residencial de forrajeadoras o de recolectores podemos esperar como respuesta (entre otrascosas) un aumento en el grado de producción organizada logísticamente.

CONCLUSIONES: SISTEMAS DE ASENTAMIENTO Y VARIABILIDAD INTER-CONJUNTOS

Es obvio que la anterior discusión tiene implicancias significativas en cuanto a nuestra compresión delos conjuntos arqueológicos, su variabilidad y pautamiento. He sostenido en otra ocasión que podemosimaginar un conjunto arqueológico como derivación de "una serie organizada de acontecimientoscaracterísticos de un sistema" (Binford 1978a, pág.483). Un conjunto que es el producto acumulado de

acontecimientos que cubren todo un año es bastante grande y puede ser calificado como "grosero", enla medida en que el grado de resolución posible entre restos arqueológicos y acontecimientosespecíficos es bajo. En cambio, un conjunto acumulado durante un período corto -por ejemplo, uncampamento de dos días- representa una resolución "fina" entre restos o subproductos yacontecimientos.

Luego de efectuar las precedentes distinciones, sostuve:

1) en la medida en que los acontecimientos se diferencien secuencialmente -y que la composición delos conjuntos responda a diferencias entre acontecimientos-, cuanto más fino sea el grado de resolucióndel conjunto mayor será la probable variabilidad de contenido entre los conjuntos;

2) el factor que regula el grado de finura de un conjunto es la movilidad alta conduce a conjuntos deresolución fina, en tanto la movilidad baja produce conjuntos de resolución grosera (para mayor análisis,ver Binford 1978b, págs. 483-495).

Con referencia a la condición inicial -"la medida en que los acontecimientos se diferenciassecuencialmente"- sostuve que desde la perspectiva dada por la subsistencia, el principal condicionantede la diferenciación de acontecimientos es la variabilidad estacional en las variables climáticas básicas(lluvia y radiación solar) (Binford 1978b, pág. 484).

Los primeros razonamientos se refieren primordialmente a la movilidad residencial. En este artículo heexplorado algo la interacción y los determinantes de grados diferenciales de movilidad residencial vslogística. He sugerido aquí que, al desarrollar sus estrategias de subsistencia, los cazadores y

recolectores emplean dos principios básicos de organización. Pueden "hacer reconocimiento",desplazando así los consumidores hacia los recursos, o bien pueden transportar "logísticamente" losrecursos hasta donde est‚n los consumidores. He sugerido que los roles relativos cumplidos por esosdos principios organizativos // en cualquier sistema de subsistencia condicionan también la índole y el

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carácter de la variabilidad arqueológica inter-sitios generada por el sistema. Los forrajeadores quepractican primordialmente una estrategia "de reconocimiento" generarán dos tipos básicos de sitios: labase residencial y la localización. La variabilidad entre sistemas de forrajeamiento derivaráprimordialmente de diferencias en la magnitud de la movilidad residencial y de diferencias ambientalesque condicionen distintas actividades de subsistencia a lo largo del ciclo anual de estaciones.

Podemos esperar que los recolectores -que tienden a apoyarse más sobre estrategias logísticas-

generen tipos adicionales de sitios arqueológicos. Esto es, podemos esperar (además de basesresidenciales y de localizaciones) campamentos operativos, estaciones y escondrijos. Sostuveasimismo que bien se puede esperar que el carácter de las bases residenciales y de las localizacionescambie según el grado relativo de actividad logísticamente organizada que caracterice a un sistema.

Luego pasé al interesante problema de qué es lo que condiciona los roles relativos de las estrategias"de reconocimiento" y "logística" en un sistema de asentamiento-subsistencia. Sostuve que lasestrategias logísticamente fundadas constituirían una respuesta directa al grado de discontinuidadlocacional entre recursos críticos. Sostuve también que el número de recursos críticos aumenta amedida que lo hace la severidad climática, y que la dependencia relativa respecto de alimentosalmacenados aumenta a medida que disminuye la longitud de la estación productiva. Señal‚ que esascaracterísticas estan ligadas, y que ambas tienden a variar de acuerdo con la variabilidad geográfica encuanto a la longitud de la estación productiva. Por consiguiente, a medida que la longitud de la estaciónproductiva disminuye, podemos esperar que -a igualdad de otros factores- aumente el papel cumplidopor las estrategias logísticas dentro de un sistema de asentamiento-subsistencia. También señal‚ quecualesquiera otras condiciones que restrinjan la movilidad residencial "normal" entre forrajeadores orecolectores tender n asimismo a favorecer incrementos en las estrategias de procuramientoorganizadas logísticamente. Por consiguiente, podemos esperar cierta tendencia hacia el aumentoasociado con cambios dirigidos hacia la producción agrícola.

Puedo ahora integrar mis anteriores argumentos -relativos a los factores que condicionan la variabilidadinter-conjuntos en las bases residenciales- con los razonamientos efectuados en este artículo respectode la variabilidad en el registro arqueológico que hace de diferencias organizativas entre estrategias

logísticas y de reconocimiento en cuanto a los roles durante del comportamiento de asentamiento-subsistencia de grupos que viven en ambientes diferentes. He sostenido anteriormente que, a medidaque aumenta la variabilidad estacional en la radiación solar o en las precipitaciones, se producir -debidoa la sensibilidad de los conjuntos ante diferentes acontecimientos- un aumento en la variabilidad inter-conjuntos residencial. Esto presume un grado de resolución en los conjuntos que sea aproximadamenteconstante.

En este artículo he sostenido que, bajo las mismas condiciones, se vería favorecido el aumento de ladependencia logística, con la consiguiente reducción en la movilidad residencial. Esta situación tendríael efecto de disminuir el grado de resolución de los conjuntos procedentes de tales ubicaciones. A suturno, esa disminución del grado de resolución debería producir una reducción de la variabilidad inter-conjuntos entre sitios residenciales de sistemas únicos o estrechamente relacionados, ocupados

durante estaciones comparables. Por supuesto, también tendría el efecto de aumentar la complejidad yla "escala" del contenido del conjunto, referible a toda ocupación ininterrumpida, premiando unasensibilidad del contenido del conjunto ante acontecimientos diferentes.

El efecto general de los que parecen ser consecuencias opuestas es normalmente alguna diferenciaciónestacional en los roles relativos de la movilidad residencial en el verano o durante la estaciónproductiva, y poca movilidad residencial durante el invierno, con los concomitantes incrementos en lamovilidad logística. Desde una perspectiva regional, el efecto general podría ser una extensavariabilidad inter-conjuntos derivada de ambas condiciones.

En los ejemplos anteriores, también podemos esperar diferencias cualitativas de menor importanciaentre los conjuntos pertenecientes a aldeas invernales. Es probable que éstas sean categóricamente

diferentes de las residencias veraniegas móviles (que podrían ser muy variables y constituir unacategoría "turbia"). Las comparaciones entre residencias invernales garantizan claramente unadistinción categorial frente a las residencias de verano, y podrían constituir una categoría más "clara" de

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la gran diversidad inter-conjuntos. Los sitios de verano serían más variables entre sí, pero tambiéninternamente menos complejos./

/El punto aquí importante es que la variabilidad logística y residencial no debe ser vista como principiosopuestos (aunque se puedan reconocer tendencias) sino como alternativas organizativas que en losdiferentes ambientes pueden ser empleadas en proporciones diversas. Esas combinacionesorganizativas proporcionan la base para una extensa variabilidad que puede producir un pautamiento

arqueológico muy confuso.

En los razonamientos presentados en este artículo, el paso siguiente trata de la formación de sitios conpropósitos especiales. He sugerido que con las estrategias logísticas podemos esperar nuevos tipos desitios: campamentos operativos, estaciones y escondrijos. Sostuve asimismo que, al aumentar el uso deestrategias logísticas, también cambian el carácter y la visibilidad de las localizaciones. Porconsiguiente, podemos afirmar que -a igualdad de otros factores- es posible predecir pautamientosregulares ambientalmente correlacionados de variabilidad inter-sitios: esos pautamientos derivarían deaumentos en la cantidad y el carácter funcional de los sitios con propósitos especiales a mediada quedisminuya la longitud de la estación productiva.

 A más de tales cambios cuantitativos, como cuando se aplican estrategias logísticas los recursos queson buscados como objetivo principal revisten carácter más especializado, es posible esperarincrementos en la recurrencia de localización geográfica de los sitios con propósito especial, así comomayor formación de residuos arqueológicos en sectores restringidos (un tratamiento m s extenso deeste punto puede ser encontrado en Binford 1978b, págs. 488-495).

Este último aspecto apunta hacia un tema que en este artículo no ha sido discutido en profundidad: lasestrategias a largo plazo en el uso de la tierra por parte de cazadores-recolectores en distintoscontextos ambientales. Este artículo trata primordialmente con diferencias estratégicas y organizativas acorto plazo, por "corto plazo" entiendo aquí esencialmente la dinámica de un ciclo anual. He sostenidoque existen factores ambientales que condicionan la variabilidad en la movilidad y las estrategias de usode la tierra a corto plazo por parte de los cazadores y recolectores.

No he tomado seriamente en cuenta la posibilidad de que, como consecuencia de una estrategiabuscadora de seguridad, los cazadores y recolectores puedan llegar a convertirse en sedentarios (amenos que se vean forzados a proceder de esa manera). Conozco la existencia de muchosrazonamientos que en lo esencial se remiten a lo que yo llamo el "principio del Huerto del Edén": enalgunos sectores del ambiente las cosas habrían sido tan "maravillosas" que no habrían existidonecesidad de moverse de ellos. Encuentro que esa es una opinión enteramente insostenible, y quepodría quedar fácilmente refutada por los estudiosos que entienden de relaciones ecológicas.

No obstante, esto implica que la comprensión de las estrategias a corto plazo, en la forma en que aquílas hemos analizado, resulta insuficiente para tratar el pautamiento derivado de la recurrencia devariables en la ubicación geográfica de los sistemas totales de subsistencia -asentamiento. Para poder

comenzar a desarrollar con realismo una teoría comprehensiva del comportamiento de subsistencia-asentamiento de los cazadores y recolectores, necesitamos considerar antes y de manera detallada losfactores que condicionan diferencialmente la ocupación o ubicación a largo plazo en términos macro-geográficos. Por supuesto, esto es necesario para comprender el pautamiento de los sitiosarqueológicos.