bianchi, secreto y mentira en nnee, aih_08!1!025

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  • Secreto y mentira en las Novelas Ejemplares deCervantes

    El valor positivo que marca constantemente los eplogos de las Nove-las ejemplares de Cervantes es un dato textual tan evidente que, a menu-do, la crtica ha descifrado el mensaje de ejemplaridad de los doce cuen-tos a partir del perfil didctico-moral que las historias adquieren en susdesenlaces. Por otro lado, en cambio, otros lectores crticos, subrayandoa veces cierta inverosimilitud de las novelas pinsese, por ejemplo, enEl celoso extremeo y en su eplogo han puesto en tela de juicio la coin-cidencia de ejemplaridad y leccin moral, formulando hiptesis de lectu-ra ms problemticas. Rercordar tan slo la de la ejemplaridad estticade Unamuno1, la de la heroica hipocresa de Ortega2, y la de A. Castroquien, en el Cervantes autor de novelas ejemplares, reconoca al escritordeseoso de escribir en forma grata a la sociedad de mayor rango en tiem-pos de Felipe III, ya que, despus del xito del Quijote, de rebelde, sehace, en cierto modo, un mesurado conservador3.

    De hecho, en las novelas cervantinas encuentra el lector historias encuyo polo final o bien se descubre una realidad que anula y resuelve todoobstculo anteriormente interpuesto entre el sujeto y el objeto de la bs-queda, o bien, como obstculo definitivo e insuperable ya para el sujeto,surge el descubrimiento de una realidad que lo fuerza a renunciar a su pro-yecto inicial, pues el personaje protagonista constata el carcter errneode su propia actuacin y la naturaleza transgresiva del objeto equivoca-damente perseguido. Siete novelas se concluyen as con las bodas del h-roe y la herona (La gitanilla, El amante liberal, La espaola inglesa, Lafuerza de la sangre, La ilustre fregona, Las dos doncellas, La seora Cor-

    1 MIGUEL DE UNAMUNO, Tres novelas ejemplares y un prlogo, en Obras Completas (Barcelona, Ver-

    gara, 1958), IX, 413-15.2 JOS ORTEGA Y GASSET, Meditaciones del Quijote, en Obras completas (Madrid, Revista de Oc-

    cidente, 1963), I, 367.J AMRICO CASTRO, El pensamiento de Cervantes, RFE, Anejo VI (1925), 240-44, y Hacia Cer-

    vantes (Madrid, Tauros, 1967), pp. 451-74.

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    nelia); dos con la muerte del personaje protagonista (El licenciado Vidrie-ra, El celoso extremeo); y las restantes tres (Rinconete y Cortadillo, Elcasamiento engaoso y El coloquio de los perros) se cierran con la prome-sa del narrador omnisciente o personaje de llevar a conclusin el cuen-to narrando ms casos relacionados con lo ya narrado y que todava que-dan por narrar. En todo caso, cabe subrayar que en el polo final de lashistorias es el descubrimiento de verdades hasta ah ignoradas o encubier-tas lo que confiere al universo de la coleccin y a cada novela de pors un eplogo cuyo valor positivo radica, en cierta medida, en el respetode cnones conformes con los de una moralidad convencional. De ellobrota el xito o el fracaso del sujeto, segn categoras de una tipologade las novelas por lo comn aceptada por la crtica, y en la cual se funda,como se recordar, la tesis de Ruth El Saffar a propsito de una trayec-toria de la escritura cervantina del novel al romance, o si se prefiere, delrealismo al idealismo4.

    Ahondando ms en la totalidad textual de la coleccin como sistemao, mejor dicho, como macrotexto en el cual cada cuento es una microes-tructura que se articula dentro de una macroestructura5, se constata, enefecto, que las distintas soluciones temtico-formales presentes en los doceeplogos (las bodas, la narracin, la muerte) no son sino variantes en larealizacin de una lgica del cuento que es comn a todas las novelas, ycuyo eje central es el conocido procedimiento que la potica aristotlica(y neoanstotlica) defina reconocimiento o agnicin: la noticia sbita yrepentina de alguna cosa, por la cual venimos en grande amor o en gran-de odio de otro, por decirlo con palabras de A. Lpez Pinciano6, o se-gn otra mejor definicin, pasaje de ignorancia a conocimiento7, deerror a verdad.

    Ya en la forma del logro consolador del objeto deseado, ya en la dela renuncia al proyecto inicial al descubrir su valor negativo, transgresivo

    4 RTH EL SAFFAR, Novel, to Romance: A Study of Cervantes' Novelas ejemplares, Londres-

    Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1974).5 MARA CRTI, Testi o macrotesto? I racconti di I. Calvino, SCr, 27 (1975), 182: La fun-

    zionalit e possibilit di nformazione di una raccolta come tale si ha quando si verifica almeno unadi queste condizioni: 1) se esiste una combinatoria di elementi tematici e/o formali che si attua nellaorganizzazione di tutti i testi e produce l'unit della raccolta; 2) se vi addirittura una progressionedi discorso per cui ogm testo non pu stare che al posto n cui si trova. V. tambin del mismo autorPrincipi della comunkazione letteraria (Miln, Bompiani, 1976) pp. 13-33.

    6 ALONSO LPEZ PINCIANO, Philosophia antigua potica (Madrid, C.S.I.C., Instituto Miguel

    de Cervantes, 1973), II, 25.7 Es ia definicin que se da en la Potica de Aristteles. II nconoscimento, come indica la pa-

    rola stessa, il passaggio (anche questo inatteso) dalla non conoscenza alia conoscenza, e quindi aliareciproca amicizia o inimicizia tra i personaggi dell'azione drammatica destinati alia buona o alia cat-tiva fortuna (Bar, Laterza, 1964), p. 103.

  • Secreto y mentira en las Novelas Ejemplares de Cervantes 237

    con respecto a cdigos morales o socio-ideolgicos), todas las Novelasejemplares se cierran en el polo de la verdad; al mismo tiempo, una lec-tura de la agnicin como constante nos lleva directamente del nivel for-mal o compositivo de los cuentos al nivel semntico de la coleccin-ma-crotexto. Por un lado nos permite destacar, en todas las novelas, una co-mn estructura bipolar, pues el cuento ejemplar cervantino se organiza,constantemente, segn un polo negativo o del error y un polo positivoo de la verdad; y, por otro lado, la ejemplaridad de las Novelas se des-cubre isotopa semntica del pasaje de error a verdad, o de ignorancia aconocimiento.

    Evidentemente, nos hallamos ante algo que es mucho ms complejoque una galera de personajes o de historias modelos; nos hallamos anteuna ejemplaridad que, transcendiendo xito y fracaso, de ninguna manerapodr reducirse a las moralejas finales que Cervantes va pegando a susnovelas pareciendo ser l el primero en rerse de ellas, y en rerse conellas, de lo feliz de sus propias invenciones. La agnicin funda, en estaobra cervantina, una ejemplaridad que apela a los ojos del entendimien-to del lector. Ocho aos despus de la Primera Parte del Quijote, el es-critor vuelve a proponer a su pblico el problema de la verdad del arte yde la literatura: entretenimiento y juego, pero fuente, de por s, de ina-gotables agniciones.

    Dejando para otra ocasin8 un anlisis detallado de las Novelas, qui-siera aislar, aunque sea rpidamente, un tratadillo del siglo XVI que quizpor su marginalidad, frente a otros de ms conocida importancia, nuncaha sido puesto en relacin, que yo sepa, con las novelas de Cervantes. Merefiero a la Lezione sopra il comporre delle novelle de Francesco Bonciani(1574)9, que representa una elaboracin terica esclarecedora para quie-nes quieran profundizar el conocimiento del horizonte de expectacinestablecido por la novella como gnero literario autnomo, y que cons-tituye una clave importante para comprender el papel que, en las novelasde Cervantes, juega la agnicin.

    s Esta ponencia propone a la discusin el enfoque general de un estudio de conjunto sobre las

    Novelas ejemplares de prxima publicacin.9 Vase en Trattati di potica e retorica del Cinquecento, ed. B. Weinberg (Bar, Laterza, 1972),

    III, 137-73. Bonciani redacta su tratadillo recogiendo ideas y reflejando un gusto o criterio de frui-cin de! gnero novella. vivo en aos que son los de la estancia de Cervantes en Italia.

    De origen aristocrtico, Bonciani naci en Florencia en 1552. Sus estudios fueron en letras, dere-cho y teologa. Fue miembro de la Academia de los Alterati (con el seudnimo de Aspro) y de laAcademia Florentina (con el seudnimo de Dubbioso), y en las dos tuvo cargos importantes comolos de consigliere y consolo. Representante diplomtico de Fernando I y de Cosimo II de'Me-dici, viaj a Espaa y a Francia. Arzobispo de Pisa en 1613, muri en 1620 dejando su rica bibliotecaa los dominicos de Santa Maria Novella en Florencia.

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    Ante el gnero nuevo, moderno, no tratado por Aristteles, Boncianiest interesado en formular una potica de la novella como favola cmi-ca. La define, as, imitazione d'una intera azione cattiva secondo'l ridi-colo, di ragionevol grandezza, in prosa, che per la narrazione genera le-tizia, parafraseando evidentemente la definicin aristotlica de la come-dia. Su objeto sern acciones que provoquen a risa, y tales son las que sederivan de la ignoranza de quien las cumple. Tres son las causas de laignoranza: il nostro cattivo discorso, che noi da per noi stessi ci in-ganniamo dandoci ad intendere una cosa per un'altra, il caso e la for-tuna che per sorte ci fanno cadere in tale ignoranza y, por ltimo, gl'uo-mini sagaci i quali con la loro astuzia ci prestio occasione d'ingannarci.Junto con la ignoranzia, otra causa de la risa es la maraviglia, la cualderiva de las cosas che dalla fortuna e dal caso procedono, e queste conpi forza cagionare cotale effetto quanto elle si scostano pi dal modo nelquale esse accadere sogliono. Esta la maraviglia es especialmenteimportante en la novella, pues, dice Bonciani, potranno le novelle con-tare fatti pi maravigliosi che le commedie non rappresenteranno, acae-cimientos que ms se alejan del modo en el cual suelen ocurrir en el mun-do. En cuanto a los objetos de la ignoranza, especifica Bonciani que elengao se da en torno a tres factores: i beni dell'animo, i beni del cor-po, i beni della fortuna.

    Postulada, pues, la centralidad de ignoranza y maraviglia comofuentes de la risa, y habiendo subrayado que la comicidad de la novellareside en la accin, no en las palabras (los be'motti), ya que lo imitadoes la accin de la persona engaada, le parece necesario volver a definir laperipecia. Peripecia en la novella que es favola cmica, dice Bonciani,sar quando alcuno, awisando con l'adoperare qualche cosa di conse-guir un fine propostosi, egli non solo non lo conseguir mediante quellecose, ma elle lo condurranno a un fine molto diverso. Es decir que rasgoesencial de la novella es la actuacin errnea, equivocada, del personajecon respecto al logro del objeto deseado: la peripecia, a nivel de la estruc-tura vnemential del cuento, traduce el papel que en l juegan ignoran-za y maraviglia para despertar la risa del lector. Especialmente, aadi-r, cuando como en las Novelas de Cervantes detrs del caso y de lafortuna, o detrs de la urdimbre de engaos que rodea a los personajes,se adivina la irona de un narrador omnisciente, que lo sabe todo de an-temano y que hbilmente proporciona indicios e informaciones tutelandosiempre la superioridad del lector frente al mundo representado, cons-ciente de que la risa requiere distancia, falta de complicidad emocional-a-fectiva entre lector y personajes.

    La peripecia, en suma, no hace sino marcar la condicin de error

  • Secreto y mentira en las Novelas Ejemplares de Cervantes 239

    como constante de la accin: hacia ella el narrador orienta el sistema y laatencin del lector. Se nos aclara mejor, entonces, la funcin diegtica quela agnin o anagnrisis absuelve en las Novelas ejemplares: este ingre-diente de la fbula compuesta resuelve positivamente, en cada cuento,lo que la peripecia fija en la polaridad negativa o del error.

    Ahora bien: si como nos explica Francesco Bonciani, la ignoranza,en el gnero novella, tiene funcin de comicidad alejando al sujeto del lo-gro del objeto deseado, pues le inspira una actuacin inadecuada a su pro-yecto, cabe preguntarnos cmo se estructura, en las novelas cervantinas,la situacin de error, indicando el trmino situacin la relacin entrelos personajes o mundos representados.

    A este propsito, el autor de la Lezione no nos dice mucho. Nos ha-bla de cattivo discorso, causa del autoengao, del caso y fortuna yde uomini sagaci que engaan con sus astucias. Pero stos son slo losposibles agentes que intervienen actuando en la situacin que nos interesa.

    Sin embargo, releyendo todas las novelas de la coleccin segn la pers-pectiva que hemos escogido, se podr observar que en el constante juegode ser y parecer, representado por Cervantes en sus doce cuentos, la si-tuacin de error o de ignorancia culminante primero en la peripe-cia y resuelta luego por la agnicin implica dos estructuras: la del se-creto y la de la mentira.

    Los hroes de las Novelas ejemplares se mueven todos en un mundoregido por lo que parece y no es la mentira y por lo que es y noparece el secreto, segn definiciones propuestas por Greimas10.

    Claro est, como anota el mismo Greimas, que estas dos estructurasconstituyen el fundamento de una gran cantidad de cuentos, y especial-mente de aquellos que se proponen como jeu de masques, ricos en af-frontements des hros caches, mconnus ou reconnus, et des tratres tra-vestis, dmasqus et punis; un jeu de masques que constituye un desaxes essentiels de l'immaginaire narratif. Pero al mismo tiempo, no cabeduda de que las Novelas cervantinas, en su conjunto, se proponen coneste perfil, el cual de ellas hace, como deca W. Pabst, fabulaciones y

    10 ALGIRDAS J. GREIMAS, Les actantes, les acteurs et les figures, Smiotique narrative et textuel-

    le (Pars, Larousse Universit, 1973) pp. 165-66. El autor propone la interpretacin semitica de lacategora vrai vs. faux segn la articulacin del curr:

    VERDADERO

    SECRETO $er{2x*}tcer MENTIRAno-ser no parecer

    FALSO

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    narraciones fantsticas.11 Entonces, la preocupacin del crtico tendrque ser, ms bien, la de describir la especificidad del jeu de masques ins-crito como carcter evidente en la coleccin cervantina, y que deriva noslo o no tanto de los materiales utilizados por el escritor, sino de la pro-pia estructura de los doce cuentos. Tarea que entraa un examen dete-nido de las variantes formales y de contenido, de todos los elementos quesitan histricamente el texto hacindolo reconocible en su individuali-dad. As, pues, sin perder de vista la lgica comn a las novelas y a la co-leccin como macrotexto, ser posible describir la varietas de las Novelasejemplares; un aspecto textual ste, ante el cual, muchas veces, el lectorcrtico se ha paralizado, ya escogiendo la metfora del texto-laberinto12,ya rebuscando en la disposicin de las novelas el dibujo de un organis-mo ordenado13 gracias a simetras de orden generalmente temtico, yarenunciando, como en las aportaciones ms recientes, al examen de la to-talidad textual14.

    Para concluir, dir que desde la primera novela de la coleccin (La gi-tanilla) hasta la ltima (El casamiento engaoso, marco de El Coloquio delos perros), visita el lector un mundo ficticio que ai mismo tiempo que la-berinto y quimera es orden y armona. El pasaje de error a ver-dad, que resuelve siempre las historias, y la maraa de secretos y men-tiras que as se descubre, segn la lgica de un juego novelstico de gustoexquisitamente mamerstico-barroco, permite a Cervantes sugerir a sulector que la mentira del arte con sus procedimientos cannicos es el ar-tfice de la armona y el orden y que, no obstante ello, el escenario en elcual acta el hombre empujado por sus deseos es el de una realidad labe-rntica y quimrica, regida por los engaos y por la confusin de ser yparecer. Todo, para la risa y el entretenimiento honesto de un lectoramantsimo que, por cierto, es el lector cuya actitud crtica frente a la

    '' WALTER PABST, La novela corta en la teora y en la creacin literaria. Notas para la historiade su antinomia en las literaturas romnicas (Madrid, Gredos, Biblioteca Romnica Hispnica, 1972),p. 226.

    12 Vase Mariano Baquero Goyanes en su Introduccin a la edicin de las Novelas ejemplares

    (Madrid, Ed. Nacional, 1976), 25-6, en donde habla de los doce cuentos. como de otras tantas es-tructuras narrativas presididas por un signo comn: el del laberinto. Aade tambin: Equivaldraa sacar las cosas de quicio ver a totalidad de los relatos en funcin de ese diseo... Lo nico quequisiera sugerir es que este dispositivo, al funcionar repetidamente, ayuda a entender el conjunto dellibro y, sobre todo, nos da bastante luz sobre algunas de las tcnicas y resortes manejados por Cer-vantes para conseguir su propsito de entretener, suspender y sorprender al lector. Como se recor-dar, Baquero Goyanes se apoya en la dcima de Fernando Bermdez Carvajal, que figura junto aotros elogios Al autor por varios ingenios, en los preliminares del libro cervantino.

    13 JOAQUN CASALDUERO, Sentido y forma de las Novelas ejemplares, RFE, Anejo (Buenos

    Aires, Facultad de Filosofa y Letras, 1943).14

    Han aparecido muchos estudios de novelas aisladas de la coleccin, pero faltan aportacionesque tomen a cargo individuar as estructuras constantes del texto.

  • Secreto y mentira en las Novelas Ejemplares de Cervantes 241

    literatura (y a la relacin literatura-vida) se ha formado leyendo la ver-dadera historia de don Quijote de la Mancha; un lector, capaz ya de dis-tinguir entre realidad y ficcin, vida y literatura, verdad del mundo y men-tira del arte.15 La visin serio-cmica del Cervantes de las Novelas ejem-plares, con la entonacin irnico-satrica de la coleccin en su totalidad,se nos manifiesta en su ambivalencia si reconocemos la risa cervantina jus-tamente en la meticulosa y repetitiva positividad de los desenlaces, ya quela ejempladad se descubre procedimiento. A partir del polo final y con-solador de las historias, el lector volver a parar mientes en todo lo queprecede, en el ncleo y en la peripecia, sustanciada, como nos dice Bon-ciani, en la eleccin de medios errneos. Y aqu descubrir una galera dehroes vctimas de los aspectos quimricos del mundo y del presente, rin-dose de ellos honestamente. Risa deslumbrante, ya que, paradjicamente,siendo secretos y mentiras la verdad del mundo representado, la verdadfinal que la agnicin permite lograr confiere sin ms al universo de las No-velas la marca de la ficcin, del artificio, del juego entretenido, inven-tado por el arte (y con el arte) para que el afligido espritu descanse.16

    Mesa de trucos, define Cervantes la coleccin en su prlogo; y deverdadera eutropelia nos habla fray Juan Bautista Capataz en su apro-bacin de 1612. Y, en efecto, en esta obra que Cervantes publica despusde ocho aos de largo silencio, cuando ya don Quijote, Sancho y Dulci-nea se han vuelto mscaras que animan las fiestas en las calles y en las pla-zas de Espaa, el relativismo neoplatnico del escritor nos ofrece una obramaestra en donde el juego troplico se revela esencia de una verdad po-tico-literaria, que brota del arte de hacer parecer una cosa por otra.17La ejempladad o lo ejemplar en s, producto del repetido y constante em-pleo de la agnicin, con ambivalencia digna de la mejor tradicin satricala de la menipea estudiada por Bakhtin se descubre triunfo de la tro-pela, realizacin retrico-potica, fruto del artificio. Manipulando con sa-bidura los cnones de otro gnero literario sumamente afortunado lanovella despus del Quijote y las caballeras, Cervantes sugiere al lec-tor amantsimo la duda de que la armona y el orden pertenezcan al arte

    15 La interpolacin de cuentos o novelas en la Primera Parte del Quijote ampla la problemati-

    zacin de este motivo. Vase LETIZIA BIANCHI, Verdadera historia e novelas nella Primera Parte delQuijote*, S (1980), pp. 121-68. Y especialmente MARIO SOCRATE, Prologhi al Don Chisotte (Ve-nezia-radova, Marsilio, 1V/4; pp. 11-6/.

    16 As se lee en el Prlogo a las Novelas ejemplares, el cual como se recordar se abre con una

    agnicin satrico-pardica y cuyo objeto es la figura del propio Cervantes.17

    Sobre la eutrapelia, v. BRUCE W. WARDROPPER, La eutrapelia en las Novelas ejemplares deCervantes, en Actas del Vil Congreso de la Asociacin Internacional de Hispanistas (Roma, Bulzoni,1982), 153-69.

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    y a la poesa, y el caos y la quimera a la vida. No olvidar esta fractura,problematizada y representada en el Quijote de 1605 y especialmenteen la Segunda Parte de la gran novela significa, creo, una premisa paradescifrar de manera sistemtica la visin serio-cmica de las Novelas queAvellaneda lector malvolo pero desde luego competente pudo defi-nir en 1614 comedias en prosa y ms satricas que ejemplares.18 Ypuede que signifique, tambin, lograr un enfoque nuevo para volver a dis-cutir el problema de la unidad y variedad de la coleccin, de su difcil es-tructura de conjunto.

    LETIZIA BIANCHIUniversidad de Roma

    18 ALONSO FERNNDEZ DE AVELLANEDA, Don Quijote de la Mancha (Madrid: Espasa-Calpe,

    1972), I, 7-14.

    InfoAIH: AIH. Actas VIII (1983). Secreto y mentira en las Novelas ejemplares de Cervantes. LETIZIA BIANCHI