berlin - qué es la libertad política

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5/27/2018 Berlin-Queslalibertadpoltica-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/berlin-que-es-la-libertad-politica 1/10 ¿Qué es la libertad política? Por Isaiah Berlin  Berlin, el pensador liberal más relevante del siglo xx, no rehúye, en este adelanto de libro póstumo que presentamos en exclusiva para los lectores de lengua castellana, el arte de las definiciones y explica cuál es su concepto de libertad política y cómo debe ser entendida a  partir de la ausencia de restricciones. Julio 2006 ¿Qué es la libertad política? Isaiah Berlin escribió el primer borrador del libro Political Ideas in the Romantic Age (Ideas políticas en la era romántica) a principios de los años cincuenta, para un curso de conferencias que pronunció en el Bryn Mawr College de Pensilvania, en 1952. Aunque después Berlin revisó el manuscrito a conciencia con miras a publicarlo, nunca terminó de hacerlo a su entera satisfacción. Ahora, en el 2006, por fin el texto se publica. El fragmento que presentamos aquí pertenece al inicio del capítulo tres del libro, titulado “Dos conceptos de libertad: el romántico y el liberal”, donde Berlin ofrece la que quizá puede considerarse su declaración más clara y completa sobre la postura liberal que avaló, esencialmente, en su famoso discurso “Two Concepts of Liberty” (“Dos conceptos de libertad”). Las nociones de libertad “positiva” y “negativa” de su discurso corresponden, respectivamente, a los conceptos de libertad “romántica” y “liberal” a los que alude en el capítulo inaugural del libro. Es ahí, en la concepción negativa y liberal de la libertad, donde radican las simpatías más fuertes de Berlin.   Al igual que la mayoría de las palabras que han desempeñado un papel importante en la historia de la humanidad, los términos “libertad humana” y “liberación” conllevan múltiples significados. Sin embargo, parece haber uno que es nuclear, central, mínimo, común a las diversas acepciones de la palabra, y que significa

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  • Qu es la libertad poltica?

    Por Isaiah Berlin

    Berlin, el pensador liberal ms relevante del siglo xx, no rehye, en

    este adelanto de libro pstumo que presentamos en exclusiva para

    los lectores de lengua castellana, el arte de las definiciones y explica

    cul es su concepto de libertad poltica y cmo debe ser entendida a

    partir de la ausencia de restricciones.

    Julio 2006

    Qu es la libertad poltica?

    Isaiah Berlin escribi el primer borrador del libro Political Ideas in

    the Romantic Age (Ideas polticas en la era romntica) a principios

    de los aos cincuenta, para un curso de conferencias que pronunci

    en el Bryn Mawr College de Pensilvania, en 1952. Aunque despus

    Berlin revis el manuscrito a conciencia con miras a publicarlo,

    nunca termin de hacerlo a su entera satisfaccin. Ahora, en el

    2006, por fin el texto se publica. El fragmento que presentamos aqu

    pertenece al inicio del captulo tres del libro, titulado Dos conceptos

    de libertad: el romntico y el liberal, donde Berlin ofrece la que

    quiz puede considerarse su declaracin ms clara y completa sobre

    la postura liberal que aval, esencialmente, en su famoso discurso

    Two Concepts of Liberty (Dos conceptos de libertad). Las

    nociones de libertad positiva y negativa de su discurso

    corresponden, respectivamente, a los conceptos de libertad

    romntica y liberal a los que alude en el captulo inaugural del

    libro. Es ah, en la concepcin negativa y liberal de la libertad, donde

    radican las simpatas ms fuertes de Berlin.

    Al igual que la mayora de las palabras que han desempeado un

    papel importante en la historia de la humanidad, los trminos

    libertad humana y liberacin conllevan mltiples significados.

    Sin embargo, parece haber uno que es nuclear, central, mnimo,

    comn a las diversas acepciones de la palabra, y que significa

  • ausencia de restricciones. Ms especficamente, ausencia de

    coaccin por parte de congneres especficos o sin especificar. Hay

    sentidos en los que la palabra libertad no se utiliza de esa forma,

    en los que resulta natural hablar del libre movimiento de las

    extremidades humanas, o del libre juego de la imaginacin, o de

    liberarse del dolor, o de liberarse de los obstculos de la vida

    terrenal. Pero cuando hablamos de libertad poltica esos sentidos

    parecen casi metafricos y, a menudo, el intento de hacerlos entrar

    en juego slo ensombrece el asunto.

    Las pugnas de individuos, grupos o comunidades por obtener

    libertad por lo general se conciben como intentos de individuos

    particulares por destruir o neutralizar el poder que, posedo o

    utilizado por algn otro individuo o grupo de personas, los limita

    para llevar a cabo sus propios deseos. Y el partido de la libertad, al

    contrario de quienes desean mantener algn tipo particular de

    autoridad la de un monarca, la Iglesia, la aristocracia hereditaria,

    una compaa comercial, una asamblea soberana, un dictador, a

    veces disfrazados de agencias impersonales (el Estado, la ley, la

    nacin), pero de hecho siempre conformadas por individuos, vivos

    o muertos est compuesto por personas que se oponen a una forma

    de restriccin existente o en ciernes. Ellos mismos pueden estar a

    favor de alguna otra forma especfica de autoridad digamos la de

    un cuerpo democrtico, o una federacin de unidades constituida de

    diversas formas, pero no se los describe como amigos de la libertad

    en virtud de su apoyo a la forma de autoridad que favorecen. Aunque

    se han atribuido muchos significados a las palabras libertad,

    libertario, liberal, siempre tendrn una mayor o menor

    connotacin de resistencia a lo que interfiere por parte de alguien

    una persona o personas, y no cosas o circunstancias en condiciones

    ms o menos especficas. ste parece ser el sentido bsico de la

    palabra libertad usada como trmino poltico, y el sentido en el

    que la esgrimen todos sus grandes paladines, en el pensamiento y en

    la accin, en nombre tanto de naciones como de individuos, desde

    Moiss y Lenidas hasta nuestros das.

    En pocas modernas, la frmula clsica del ideal de libertad es fruto

    del pensamiento del siglo XVIII, y culmina en las celebradas

    formulaciones que de ella se hacen en la Declaracin de

  • Independencia de Estados Unidos, y de los Derechos del Hombre y

    del Ciudadano de la Primera Repblica Francesa. Estos documentos

    hablan de derechos y, al hacerlo, se refieren a la invasin de ciertas

    reas de la existencia digamos aquellas que el hombre necesita a fin

    de asegurar la vida y oportunidades idneas de felicidad; o para ser

    capaz de poseer una propiedad, o para pensar y hablar como lo

    desee, o para obtener empleo, o para participar en la vida poltica y

    social de su comunidad y pretenden que la invasin de tales

    parcelas vitales se considere prohibida por la ley. En este sentido, la

    ley es un instrumento para prevenir usurpaciones especficas, o para

    castigarlas, si ocurren.

    Por tanto, la libertad poltica es un concepto negativo: exigirla es

    exigir que dentro de cierta esfera a un hombre no se le prohba hacer

    lo que desee, es decir, que no se le prohba hacerlo,

    independientemente de que sea capaz de llevarlo a cabo o no. A un

    lisiado no se le prohbe caminar erguido, aunque de hecho no pueda

    hacerlo. A un hombre sano tampoco se le prohbe volar a la luna

    aunque, de hecho, no est en posicin de hacerlo. Sin embargo, no

    decimos que un hombre no es libre de volar a la luna, ni decimos que

    un lisiado no es libre de caminar erguido. Se han hecho esfuerzos

    para hablar de esta manera: se ha igualado libertad con poder. Por

    ejemplo, el sentido en que se dice que la ciencia hace libres a los

    hombres es precisamente en el sentido de que incrementa sus

    capacidades tcnicas para sobreponerse a los obstculos que opone

    la naturaleza, y tambin, hasta cierto punto, para desarrollar su

    imaginacin hasta que conciba opciones que sean ms realizables

    que las de su ignorancia o incapacidad mental previas, o lo que su as

    llamado estrecho horizonte mental, le haban permitido practicar

    hasta entonces.

    Pero aunque estos usos de la palabra libertad son razonablemente

    familiares y claros, parecen, y con razn, algo metafricos: el hecho

    de que yo no sea capaz de pensar en las distintas maneras de

    disfrutar que se le ocurren a una persona ms imaginativa que yo, no

    hace que yo no sea libre, en el sentido en que se dira de una persona

    que me encierra en una habitacin para evitar que yo obtenga una

    satisfaccin que anhelo. Si soy incapaz de deshacerme de algn

    encaprichamiento obstinado o de una ide fixe, que me hace olvidar

  • el mundo entero en la bsqueda frentica de un objetivo que me

    obsesiona, se me puede describir, sin duda, como esclavo de mis

    pasiones. Pero no soy un esclavo en el sentido literal de la palabra, y

    nadie me considerar un esclavo en el sentido en que el To Tom era

    esclavo de Simon Legree.

    Ciertamente ambos casos tienen algo en comn: hay algo que no

    estoy haciendo, y que podra hacer o haber hecho, pero el sentido

    bsico o literal de la palabra liberacin y de la palabra libertad

    parece asociarse a que la intervencin deliberada de un ser humano

    es el obstculo que me impide hacer esto o aquello, de perseguir mis

    deseos reales o potenciales.

    Existen todo tipo de factores naturales fsicos y psicolgicos que

    evitan que un hombre haga lo que desea hacer, o que desee como

    alguien ms desea o podra desear. Pero, por regla, no se considera

    que estos obstculos sean objeto directo de la accin poltica, ni

    asunto de principios polticos, pues la poltica tiene que ver con

    medidas intencionales llevadas a cabo por seres humanos

    conscientes, preocupados por el grado de interferencia que se les

    permite ejercer a los unos sobre la vida de otros. Y cuando se dice

    que surgen obstculos sociolgicos por ejemplo, la influencia de la

    educacin o del ambiente social sobre el desarrollo de un hombre,

    que se afirma que lo frustran o mutilan de alguna manera, no

    estamos del todo seguros si la frustracin resultante es o no una

    privacin de la libertad en el sentido que viene al caso.

    No tenemos la certeza porque no estamos tan convencidos de los

    hechos de causalidad sociolgica como lo estamos de los psicolgicos

    o fisiolgicos, por no mencionar la causalidad fsica. Y, por lo tanto,

    no sabemos bien a bien si considerar esa frustracin como debida a

    causas naturales no a actos humanos, sino lo que en la ley se llama

    fuerza mayor, por la que no puede culparse a nadie y, por lo

    tanto, no se trata en absoluto de un caso de esclavitud u opresin en

    el sentido poltico, o debido a un comportamiento de los seres

    humanos que se puede prever, y por lo tanto, un caso de clara

    privacin de la libertad por parte de alguien a manos de alguien ms,

    en el sentido en que se espera que sus defensores luchen por ella, y

    de vez en cuando la garanticen.

  • Casos semejantes como cuando dudamos en culpar a un individuo

    o a un grupo de personas por actuar de manera desptica, porque

    pudieron evitar comportarse as; o, por el contrario, no culparlos, ni

    calificar de dspota su comportamiento, porque estn socialmente

    condicionados y por lo tanto no pudieron evitarlo, nos hacen

    sentir una especie de cualidad limtrofe. Y esto en s mismo indica

    que la palabra libertad tiene un sentido distinto en ambos casos,

    de los cuales el caso limtrofe forma una instancia de puente: tiene

    algo en comn con ambos, y resulta desconcertante y problemtico

    porque no pertenece con suficiente claridad a ninguno de los dos.

    En su sentido poltico y no metafrico, libertad significa la ausencia

    de interferencia por parte de otros, y la libertad civil define el rea de

    la cual la interferencia de otros ha sido excluida por la ley o por un

    cdigo de comportamiento, ya sea natural o positivo,

    dependiendo de cmo se conciba la ley o el cdigo en cuestin. Esto

    puede ilustrarse de manera ms amplia tomando los usos de la

    palabra liberacin que se consideran correctos, pero un poco

    ambiguos en cuanto a su fuerza: por ejemplo, la celebrada frase

    libertad econmica. Lo que queran decir quienes la acuaron es

    que la concesin de libertades polticas o civiles es decir, el hecho

    de levantar todas las restricciones a cierto tipo de actividad en

    cuanto concierne a la interferencia legal serva de poco a quienes

    no contaban con los recursos econmicos suficientes para hacer uso

    de tal libertad. Quiz no exista ninguna prohibicin acerca de la

    cantidad de comida que puede comprar un hombre, pero si no tiene

    recursos materiales, esa liberacin le resulta intil, y decirle que es

    libre de comprar cuanta comida quiera es burlarse de su indigencia.

    A veces se dice que semejante libertad carece de sentido, si la

    persona a quien le pertenece es demasiado pobre o demasiado dbil

    para ejercerla. Y, sin embargo, quienes abogan por la libertad

    poltica sienten que existe cierto grado de injusticia en este

    argumento: el hecho de que la ley no prohba comprar una cantidad

    ilimitada de comida, por ejemplo, es, segn afirman algunos de ellos,

    una libertad genuina cuya suspensin constituira un serio revs

    para el progreso humano. El hecho de que los pobres no puedan

    beneficiarse de esta liberacin es anlogo al hecho de que un

    sordomudo no pueda sacar gran ventaja del derecho a la libertad de

  • expresin o del derecho a la libertad de reunin. Un derecho es un

    derecho, y la libertad es la libertad, independientemente de quienes

    puedan o no estar en la posicin de hacer uso de ambos. Y, sin

    embargo, se percibe que quienes hablan de libertad econmica

    sealan un defecto genuino en una organizacin social que hace que

    los bienes materiales estn disponibles, en teora, para aquellos que,

    en la prctica, no pueden adquirirlos. Sealan que esas personas son

    tan libres para beneficiarse de las libertades econmicas como el

    propio Tntalo quien, rodeado de un mar infinito, es libre de beber

    toda el agua salada que quiera, porque no existe ningn estatuto que

    se lo prohba.

    Pero quizs este dilema, como muchos otros argumentos donde

    ambos bandos sienten que dicen algo verdadero pero mutuamente

    incompatible, recibe su caracterstica de paradoja de la inevitable y

    no siempre deseable vaguedad y ambigedad de las palabras. La

    mera incapacidad de hacer uso de algo que los dems no evitan que

    uno use digamos un defecto biolgico o mental por parte del

    supuesto usuario, o la incapacidad de alcanzarlo debido a alguna

    razn fsica o geogrfica ciertamente no se considera, como tal y en

    s misma, una forma de falta de libertad o de esclavitud. Y si las

    reclamaciones sobre la ausencia de libertad econmica fueran

    simples lamentos, en el sentido de que algunas personas dentro de la

    sociedad son, de hecho, insuficientemente ricas para obtener todo lo

    que necesitan a pesar del hecho de que se puede obtener

    legalmente, eso no diferira, en principio, de las reclamaciones

    sobre otras incapacidades. Describirlo como ausencia de libertad

    sera tan absurdo como decir que tener slo dos ojos eo ipso

    constituye una ausencia de libertad para tener tres ojos o un milln

    de ojos, lo cual despus de todo la ley no lo prohbe.

    La admisibilidad real de la carga que el trmino libertad

    econmica debe conllevar se deriva del hecho de que implica sin

    afirmarlo siempre de manera explcita que la incapacidad

    econmica de los pobres no se debe meramente a factores naturales,

    ni a factores psicolgicos o sociales inevitables, sino a la actividad

    si no deliberada por lo menos evitable, una vez que se la atiende

    por parte de individuos, clases o instituciones especficas. El

    pensamiento que subyace en ello es que los ricos son dueos de una

  • porcin demasiado grande de las posesiones totales de la sociedad.

    sta es la razn de que los pobres tengan tan poco y, por lo tanto, de

    que no puedan hacer uso de leyes que de hecho benefician slo a los

    ricos.

    La implicacin es que los ricos pueden actuar de manera voluntaria,

    o pueden ser forzados a actuar, de modo tal que dejen de despojar a

    los pobres de los recursos que necesitan y que querran poseer si

    supieran que los necesitan, y que, segn los paladines de la libertad

    econmica, obtendran en una sociedad que fuera ms justa, es

    decir, en una sociedad administrada de manera distinta por quienes

    la organizan, aunque no en una sociedad que necesariamente fuera

    distinta fsica o psicolgicamente, o diferente en cualquier otro

    aspecto natural de la sociedad actual, que es menos justa. Lo que le

    da fuerza a la palabra libertad en la frase libertad econmica no

    es que establezca una exigencia para una capacidad faltante en

    materia de accin, sino que indica que alguien ha despojado a

    alguien ms de algo que le pertenece por derecho. Si se la interpreta

    de manera totalmente explcita, en este contexto la expresin le

    pertenece significa por lo menos que la persona o personas as

    despojadas pueden describirse como personas que han sufrido

    alguna interferencia, que han sido despojadas, se han visto

    menoscabadas, en el sentido en que un hombre fuerte interfiere con

    uno dbil, o en que un ladrn despoja a su vctima.

    De esta forma, libertad denota por lo general la ausencia de una

    coercin positiva, o la presencia de una restriccin negativa, por

    parte de un grupo de seres humanos hacia otro. Los alegatos o

    reclamaciones de libertad a menudo se refieren a la clase particular

    de coercin o de restriccin que, en las circunstancias especficas en

    cuestin, se dan para evitar que los hombres sean o acten u

    obtengan algo que en ese momento desean con fervor, y cuya

    carencia para bien o para mal atribuyen al comportamiento

    prevenible de otros.

    Ciertamente ste es el sentido clsico de palabras como libertad y

    liberacin, en las que se denotaron los principios o causas en

    cuyo nombre desde los albores de la civilizacin occidental, los

    Estados, las comunidades y las Iglesias han luchado por conservar

  • ciertas formas de organizacin contra la interferencia que proviene

    del exterior, no importa cunto hayan credo en interferir en las

    vidas de los individuos dentro de tales conjuntos organizados; y, a su

    vez, los individuos han luchado contra la interferencia por parte de

    otros individuos o cuerpos, dentro o fuera de su propia comunidad,

    en un intento por retener, volver a ganar o ampliar el rea en la que

    podan cumplir sus propios deseos, sin una oposicin efectiva por

    parte de otros individuos.

    La liberacin es, en primera instancia, libertad contra algo; la

    libertad es libertad de algo. Al analizarlo, resulta que la libertad para

    hacer esto o aquello significa libertad respecto de las restricciones,

    libertad contra individuos que buscan interferir el despejar un rea

    contra la presin exterior, implicando, pero no afirmando, el

    elemento positivo correspondiente: la existencia de deseos, ideales,

    polticas por parte de los seres humanos, todo lo cual no puede

    llevarse a cabo a menos que se cumplan las condiciones negativas

    necesarias para que se realicen, a menos que, de hecho, los seres

    humanos sean libres en su funcionamiento. []

    La libertad es un ideal slo mientras est amenazado. Al igual que la

    guerra y la ciencia econmica, su propsito esencial debera ser

    abolir las condiciones que lo hacen necesario. En una sociedad ideal,

    sta no sera conciente de su necesidad de libertad. Porque la

    libertad es una mera garanta contra la interferencia, y la necesidad

    de tener garantas slo se siente donde existe la conciencia de esos

    peligros, para evitar aquello que los promueve. La lucha por la

    libertad es la lucha por crear una situacin en que su nombre mismo

    se olvide. Pero ste es un estado ideal de las cosas, y muy pocos de

    los pensadores cuerdos, empricos de los cuales descienden en gran

    medida los liberales que los sucedieron quisieron suponer que era

    algo que se pudiera obtener por completo en la prctica, en el

    sentido en el que los verdaderos anarquistas Godwin y Fourier;

    Stirner y Bakunin, y quiz, a veces, Condorcet lo consideraron una

    posibilidad completamente prctica, factible, que slo necesitaba

    ajustar algunos de los fundamentos sociales para llevarse a cabo. Por

    esa razn se los relega justamente a la categora de visionarios,

    maniticos y excntricos, a menudo talentosos y fascinantes, a veces

  • profundamente influyentes, pero siempre demostrablemente

    trastornados. []

    Ya sea que estn concebidos en los trminos casi mitolgicos de los

    autnticos creyentes en los derechos naturales como Paine y

    Condorcet, y algunos otros, en todo caso, que se encuentran entre los

    padres fundadores tanto de la Repblica Francesa como de la

    estadounidense, o en formas ms positivistas o empricas, como lo

    hicieron Hume o Bentham o Mill, o dentro de la curiosa zona

    intermedia entre ambos, en la que algunos de los abogados y

    escritores constitucionales de la democracia parecan haber

    pensado, para los liberales la nocin de libertad sigue siendo no

    una meta positiva, como lo son el placer o el conocimiento, o la

    beatitud que buscan los sabios de Oriente o los santos de Occidente.

    Tampoco es una meta positiva como los deberes de Kant o los

    estados aprobados de mente y cuerpo de Hume. Slo es el medio que

    debe emplearse para evitar que se frustren estas metas positivas: los

    hbitos polticos, con leyes para apuntalarlos contra fallas en casos

    individuales, que hacen posible el cumplimiento del propsito

    favorecido.

    Ser libre es no estar obstruido, es ser capaz de hacer lo que uno

    quiera hacer. Ser absolutamente libre es encontrarse en un estado

    donde nada puede oponerse a los deseos de uno: ser omnipotente.

    Ser absolutamente libre, en el sentido social normal, o en el sentido

    poltico de la palabra, tanto en la vida privada como en la pblica, es

    no estar obstruido en los propios deseos por otro ser humano. Ser

    relativamente libre, en el sentido en que lo afirma Mill, es no estar

    obstruido dentro de ciertos lmites precisamente establecidos, o ms

    o menos concebidos con vaguedad. La libertad no es una palabra que

    denote un fin humano, sino un trmino para designar la ausencia de

    obstculos en particular, obstculos que resultan de la accin

    humana para la realizacin de cualesquiera fines que los hombres

    puedan perseguir. Y la lucha por la libertad, al igual que la lucha

    por la justicia, es una pugna, no por un fin positivo, sino por

    condiciones en que puedan llevarse a cabo esos fines positivos: es

    despejar un espacio que, sin los fines que vale la pena perseguir en s

    mismos, permanecera vaco. ~

  • Extrado de Political Ideas in the Romantic Age: The Rise and

    Influence of Modern Thought, de Isaiah Berlin, editado por Henry

    Hardy, con una introduccin de Joshua L. Cherniss (Londres, 2006,

    Chatto and Windus, Princeton, Princeton University Press, 2006).

    The Isaiah Berlin Literary Trust 2006.

    Traduccin de Laura Emilia Pacheco

    En Letras Libres, N 91, julio 2006.

    Disponible en: http://www.letraslibres.com/revista/convivio/que-

    es-la-libertad-politica