benjamin walter, infancia en berlin hacia 1900

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Benjamin en Alemania

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Page 1: Benjamin Walter, Infancia en Berlin Hacia 1900
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EnInfanciaenBerlínhacia1900,Benjaminseembarcaenunaseriede relatosbreves (nomásdecuatroocincopáginascadauno),caracterizadosporunagrandensidadpoética.Atravésdeestaspequeñaspiezaselautorcaracterizalaciudadqueen1892lovieranacer.Sibien no dejan de ser breves anécdotas sobre las plazas, el hogar, las calles, los libros, eltiovivo—episodios de la infancia que pueden parecer nimios en una primera lectura— laternura de estas páginas no oculta el rico pensamiento subyacente en el cual se podráreconoceralgranpensador.

Sibienlohacedesdelosojosdelniñoqueunavezfue,WalterBenjaminestáevocandounaciudaddecadenteenlaantevísperadelacatástrofe, laGranGuerra.Algunasdécadasmástarde, durante la Segunda Guerra, el propio Benjamin terminaría su vida en el exilio,suicidándosemientrasintentabahuirdelaGESTAPO.

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WalterBenjamin

InfanciaenBerlínhacia1900ePubr1.0

T it ivillus21.10.15

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Títulooriginal:BerlinerKindheitUmNeunzehnrundertWalterBenjamin,1950Traducción:KlausWagner

Editordigital:TitivillusePubbaser1.2

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AmiqueridoStefan.

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«Oh,ColumnaTriunfaltostadaconazúcardenieve

delosdíasdelainfancia».

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«Llegando tarde»,«Ladespensa»,«Escondrijos»,«El tiovivo»y«Armarios»sepublicaronporvezprimeraydeformadistintaenellibroCallededirecciónúnica(1928).

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Tiergarten

Importapoconosaberorientarseenunaciudad.Perderse,encambio,enunaciudadcomoquiensepierdeenelbosque,requiereaprendizaje.Losrótulosdelascallesdebenentonceshablaralquevaerrando como el crujir de las ramas secas, y las callejuelas de los barrios céntricos reflejarle lashoras del día tan claramente como las hondonadas del monte. Este arte lo aprendí tarde,cumpliéndoseasíelsueñodelqueloslaberintossobreelpapelsecantedemiscuadernosfueronlosprimeros rastros. No, no los primeros, pues antes hubo uno que ha perdurado. El camino a estelaberinto,quenocarecíade suAriadna, ibaporelPuentedeBendler, cuyosuavearcosignificabaparamílaprimeraladera.Asupie,nolejos,seencontrabalameta:FedericoGuillermoylareinaLuisa.Ensuspedestalesredondosseerguíansobrelasterrazas,comoencantadospormágicascurvasque una corriente de agua, delante de ellos, dibujara en la arena. Sin embargo, me gustaba másocuparmedelosbasamentosquenodelossoberanos,porqueloquesucedíaenellos,sibienconfusoenrelaciónconelconjunto,estabamáspróximoenelespacio.Elquehubieraalgoespecialenestelaberinto lo comprendí desde siempre por la ancha e insignificante explanada, que no revelaba ennada que aquí, a pocos pasos del corso de los coches de plaza y carrozas, duerme la parte másinsólitadelparque.Deellopercibíprontouna señal.Puesaquí,oapocadistancia,debíadehabertenidosulechoAriadna,encuyaproximidadcomprendíporvezprimera,paranoolvidarlojamás,loque sólomás tardeme fue dado como palabra: Amor. Sin embargo, en sumismo origen surgióaquellode«señorita»quelocubríacomounafríasombra.Yasí,esteparquequepareceabiertoalosniños comoningúnotro, paramí quedaba cerrado por algo difícil e imposible de realizar.Comosucederaravez,distinguía lospecesdelestanquede lasdoradillas. ¡CuántascosasprometíaporsunombrelaAvenidadelosMonterosdelReyycuánpococumplía!¡Cuántasvecesbuscabaenvanoelbosquecillo en el cual había un quiosco construido como con ladrillos de juguete, con torrecillasrojas,blancasyazules!¡ConcuánpocasesperanzasrenacíacadaprimaveramiafectoporelpríncipeLuisFernando,acuyospiesflorecíanlosprimeroscrocosynarcisos!Unacorrientedeaguaquemeseparabadeellosloshizotanintocablescomosihubiesenestadodebajodeunacampanadecristal.En esta frigidez debía de estribar la belleza de lo principesco, y comprendí por qué Luisa vonLandau,conlaquemereuníaenlatertuliahastaquemurió,habíatenidolanecesidaddevivirenelLützowufer, casi enfrente de la pequeñamaleza de cuyas flores cuidaban las aguas del canal.Mástarde descubrí nuevos rincones; sobre otros fui adquiriendo nuevos conocimientos. Pero ningunamuchacha,ningunaexperienciayningúnlibropudieroncontarmenadanuevosobreaquél.Poreso,cuando treinta añosmás tarde, un campesino de Berlín, conocedor de la tierra, cuidaba demí alvolvera laciudad, tras largaycomúnausencia,suspasoscruzabaneste jardínsembrandoenél lasemilladelsilencio.Élseadelantóporlossenderos,todoscuestaabajo.Bajaban,sinoalosorígenesdetodoser,síalosdeestejardín.Alpasarporencimadelasfaltosuspasosdespertaronuneco.Lashierbas que se dibujaban sobre el empedrado arrojaron una luz confusa sobre este suelo. Laspequeñas escalinatas, los pórticos, los frisos y los arquitrabes de las villas del Tiergarten—porprimeravezlosvimosclaramente—,sobretodolasescalerasque,consuscristales,seguíansiendolasmismas,aunqueenelinteriorhabitadohabíancambiadomuchascosas.Aúnrecuerdolosversosque,altérminodelasclases,llenabanlosintervalosdeloslatidosdemicorazón,cuandomedeteníaal subirpor las escaleras.En lapenumbra losvi sobreuncristal, donde salíade lahornacinaunamujer suspendidacomo laMadonnaSixtina,que sujetabaentre susmanosunacorona.Levantando

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ligeramente con los pulgares las correas de la mochila que llevaba sobre mis hombros leí: «Eltrabajoeslahonradelciudadano,/laprosperidadelpremiodelesfuerzo».Abajo,lapuertavolvióacerrarsecomoelgemirdeunfantasmaqueserecogeenlatumba.Puedequellovieraafuera.Unadelas ventanas con cristal de colores estaba abierta, y al compás de las gotas continué subiendo lasescaleras.Delascariátides,atlantes,angelotesypomonasquememiraronentonces,preferíaquellosdellinajedelosguardianesdelumbralcubiertosdepolvo,queprotegenelpasoalavidaoalhogar.Puesellosentendíanalgodelaespera.Ylesimportabapocoaguardaraunextraño,elretomodelosantiguosdiosesoalniñoquehacía treintaañospasabaahurtadillasconsumochiladelantedesuspies.Bajoestesigno,elantiguoOeste[1]sehizoelOccidentedelaantigüedad,dedondelesvienealos navegantes el céfiro que hace remontar lentamente por el Landwehrkanal su barca con lasmanzanasdelasHespérides,paratomarpuertoenlapasareladeHeracles.Yunavezmás,comoenmiinfancia,HidrayelleóndeLernatuvieronsulugarenlossolitariosalrededoresdelaglorietadelGrosserStern.

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Panoramaimperial

Debidoalgranatractivode lasestampasdeviajequeseencontrabanenelPanorama Imperial,poco importabaconcuáldeellassecomenzara lavisita.Comolapantallacon losasientosdelanteformabauncírculo,cadaunaibapasandoportodosloshuecos,desdeloscualesseveía,atravésdesendasventanillas,lalejaníadetenuecolorido.Siempreseencontrabasitio.Y,particularmente,haciaelfinaldemiinfancia,cuandolamodacomenzabaavolverlasespaldasalospanoramasimperiales,se acostumbraba uno a «viajar» con el recinto medio vacío. No había música en el PanoramaImperial,esamúsicaquehacíaquemástardeelviajarconlaspelículasfuesealgofatigoso,porquecorrompelaimagendelaquepodríaalimentarselafantasía.Sinembargo,meparecequeunpequeñoefecto, en el fondo discordante, supera todo el encanto engañoso que envuelve los oasis en unambientepastoralolasruinasenmarchasfúnebres.Cuálnoseríaaqueltintineoquesonabasegundosantes de desaparecer bruscamente la imagen para dejar paso, primero a un vacío, y luego a lasiguiente.Ycadavezquesonabaseembebíandeunambientedemelancólicadespedidalosmonteshastasuspies,lasciudadesconsusventanasrelucientes,losindígenaspintorescosdetierraslejanas,lasestacionesdeferrocarrilconsushumaredasamarillas,losviñedoshastaenlamáspequeñahojadesusvides.Meconvencíporsegundavez—pueslacontemplacióndelaprimeraimagensuscitabaregularmenteestasensación—dequeseríaimposibleapurartodaslasdeliciasdeunasolasesión.Ysurgió el propósito, jamás cumplido, de volver al día siguiente. Pero aún antes de decidirme porcompletoseestremecíatodalamáquina,delaqueestabaseparadotansóloporuntabiquedemadera;laimagenflaqueabaparadesvanecerseactoseguidohacialaizquierda.Lasartesqueaquíperdurabanaparecieronconelsiglodiecinueve.Nodemasiadotemprano,peroatiempoparadarlabienvenidaalromanticismoburgués.En1838,DaguerreinaugurósuPanoramaenParís.Apartirdeentonces,estascajasrelucientes,acuariosdelolejanoydelpasado,tienensulugarentodosloscorsosypaseosdemoda. Allí, como en los pasajes y quioscos ocuparon a snobs y artistas antes de convertirse encámaras,donde,enelinterior,losniñoshicieronamistadconelgloboterrestre,decuyosmeridianoselmás alegre, bello y variado cruzaba el Panorama Imperial. Cuando entré allí por vez primera,hacía tiempo que había pasado la época de las delicadas pinturas paisajísticas. Pero no se habíaperdidonadadelencantocuyoúltimopúblicofueronlosniños.Así,unatardequisopersuadirme,alavistadelaimagentransparentedelavilladeAix,dequeyohabíajugadoenlaluzolivaquefluyeatravésdelashojasdelosplátanossobreelanchoCoursMirabeau,enunaépocaquenadateníaquever conotros tiemposdemivida.Puesesto era loquehacía extrañoaquellos«viajes»: elque losmundos lejanos no siempre fueran desconocidos y que las añoranzas que despertaban en mí nofueransiempredelasquehacententadorlodesconocido,sinodelasotras,másdulces,porregresaralhogar.Puedequefueraobradelaluzdegasquecaíatansuavementesobretodo.Ycuandollovía,noteníaqueestardelantedeloscartelesdondefigurabanpuntualmente,adoscolumnas,lascincuentaimágenes.Entrabayentoncesencontrabaenlosfiordosyenlaspalmeraslamismaluzqueiluminabamipupitreporlasnoches,cuandohacíamisdeberes,anoserqueunfallodelalumbradoprodujerade repente aquella extraña penumbra en la que desaparecía el colorido del paisaje, que quedabaentonces oculto bajo un cielo color ceniza. Era como si hasta hubiera podido oír el viento y lascampanas,sihubieseestadomásatento.

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ColumnaTriunfal

Seencontrabaenmediodelaanchaplaza,comolafechaimpresaenrojosobreelcalendariodetaco.DeberíandehaberlaarrancadoelúltimoDíadeSedán.Sinembargo,cuandoyoerapequeño,noseconcebíaquehubieseunañosinelDíadeSedán.DespuésdeSedánnohubomásquedesfiles.Poresoestuveconmiinstitutrizentrelamultitud,cuandoenmilnovecientosdosOhmKrüger,despuésde laperdidaguerrade losbóers, recorrió laCalledeTauentzien.Pues resultaba inimaginablenoadmirar aun señorque, con su chistera, estaba recostado sobre el asiento acolchadoyque«habíahechounaguerra».Asídijeron.Amímepareciógrandiosoyalmismotiempopocoformal,comosiel hombre hubiese llevado consigo un rinoceronte o un dromedario, haciéndose famoso por ello.¿QuépudohaberdespuésdeSedán?Con laderrotade los franceses, laHistoriaUniversalparecíahaberbajadoasugloriososepulcro,sobreelcualestacolumnaseelevabacomoestelafunerariayenelquedesembocalaAvenidade laVictoria.Siendoalumnode tercercurso,subí lasanchasgradasqueconducíanalossoberanosdemármol,nosinpresentirdeunamaneraconfusaquemásdeunaentradaprivilegiadasemefranquearíamástarde,aligualqueestasescalinatas,yluegomedirigíalosdosvasallosque,aizquierdayderecha,coronabanlapartedeatrás,yaqueeranmásbajosquesus soberanos y se dejaban examinar conmás comodidad. Por otra parte, porqueme satisfacía lacerteza de saber a mis padres tan distantes de los poderosos del momento como lo fueron estosdignatariosde losgobernantesde suépoca.Entreellospreferí aaquelque salvabaa sumaneraelabismo entre alumno y hombre de Estado. Era un obispo que tenía en la mano la catedral de sujurisdicción y que aquí era tan pequeña que podría haberla construido con mis juegos deconstrucción. A partir de entonces no he dado con ninguna Santa Catalina sin que reparase en surueda, con ninguna Santa Bárbara sin percatarme de su torre. No olvidaron explicarme de dóndeprocedíaeladornodelaColumnaTriunfal.Peronocomprendíexactamentequéhabíadeparticularen los cañones que lo componían: si los franceses entraron en la guerra con cañones de oro o sinosotroslosfundimosconeloroqueleshabíamosquitado.Conellomepasabalomismoqueconunlibro espléndido de mi propiedad, laCrónica Ilustrada de esta guerra, que tanto pesó sobre mí,porquenuncaterminabadeleerlo.Meinteresabayeraunexpertoenlosplanesdelasbatallas,pero,noobstante,ladesganaquemecausabasucubiertaimpresaenoroibaenaumento.Menossoportableaúneraeldébilresplandordelorodelciclodelosfrescosdelarotondaquerevestíalaparteinferiorde laColumnaTriunfal.Nopisé jamáseste recinto iluminadoporuna luzamortiguaday reflejadapor lapareddel fondo; temíencontrarallí imágenesde laclasede losgrabadosdeDorésobreel«Infierno» de Dante, que jamás abrí sin pavor. Los héroes, cuyas hazañas dormitaban allí, en lagalería, me parecían paramis adentros tan depravados como lamultitud de aquellos que gemíanazotadosporhuracanes,empaladosentroncossangrantes,congeladosenbloquesdehielodeloscurocráter. De esta manera, la galería representaba el Infierno, justamente lo opuesto al círculo de laGracia que rodeaba, arriba, la figura esplendorosa de la Victoria. Había días que la gente seestacionabaenloalto.Delantedelcielo,suscontornosnegrossemejabanfigurinesdepegatinas.¿Notomaríaacasolastijerasyelcazodelacolapararepartir,unavezterminadoeltrabajo,lasfiguritasdelantedelosportales,detrásdelosarbustos,entrelascolumnasodondesemeantojara?Lasgentes,alláarriba,enlaluz,eranlascriaturasdetanalegrecapricho.Losenvolvíauneternodomingo.¿OacasoseríaunDíadeSedáneterno?

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Teléfono

Puedequeseaporculpadelaconstruccióndelosaparatosodelamemoria,lociertoesque,enelrecuerdo, lossonidosde lasprimerasconversacionespor teléfonomesuenanmuydistintosde losactuales. Eran sonidos nocturnos. Ningunamusa los anunciaba. La noche de la que venían era lamisma que precede a todo alumbramiento verdadero. Y la recién nacida fue la voz que estabadormitandoenlosaparatos.Elteléfonoeraparamícomounhermanogemelo.Yasítuvelasuertedevivircómosuperaba,ensubrillantecarrera,lashumillacionesdelosprimerostiempos.Puescuandoya habían desaparecido de las habitaciones exteriores las arañas, pantallas de estufa, palmeras,consolasybalaustradas,elaparato,cualmíticohéroequeestuvieraperdidoenunabismo,dejóatráselpasillooscuroparahacersuentradarealenlasestanciasmenoscargadasymásclaras,habitadasahora por una nueva generación. Para ella fue el consuelo de la soledad.A los desesperados quequeríandejarestemundomiserablelesenviabaeldestellodelaúltimaesperanza.Compartíaellechode losabandonados. Incluso llegabaaamortiguar lavozestridentequeconservasedesdesuexilio,convirtiéndolaenuncálidozumbido.Pues,¿quémáshabíamenesterenlugaresdondetodossoñabanconsu llamadao laesperaban temblandocomoelpecador?Nomuchosde losquehoy loutilizanrecuerdan aúnquédestrozos causaba en aquel entonces su aparición en el senode las familias.Elruidoconelqueatacabaentrelasdosylascuatro,cuandootrocompañerodecolegiodeseabahablarconmigo,eraunaseñaldealarmaquenosóloperturbabalasiestademispadres,sinolaépocadelaHistoria en medio de la cual se durmieron. Eran corrientes las discusiones con las oficinas, sinmencionar las amenazas e invectivas que mi padre profería contra los departamentos dereclamaciones.Sinembargo,suverdaderoplacerorgiásticoconsistíaenentregarseduranteminutos,y hasta olvidarse de sí mismo, a la manivela. Su mano era como el derviche que sucumbe a lavoluptuosidad de su éxtasis.Amíme palpitaba el corazón; estaba seguro que, en estos casos, erainminentequelafuncionariarecibieraunapalizaporcastigo.Enaquellostiempos,elteléfonoestabacolgado,despreciadoyproscrito,enunrincóndelfondodelcorredor,entrelacestadelaropasuciay el gasómetro, donde las llamadas no hacían sino aumentar los sobresaltos de las viviendasberlinesas.Cuandollegaba,despuésderecorreratientaseloscurotubo,apenasdueñodesímismo,paraacabarconelalboroto,yarrancandolosdosauricularesquepesabancomohalteras,encajandomi cabeza entre ellos, quedaba entregado a la merced de la voz que hablaba. No había nada quesuavizara la autoridad inquietantecon laquemeasaltaba. Impotente, sentía cómomearrebatabaelconocimientodeltiempo,deberypropósito,cómoaniquilabamispropiospensamientos,yaligualqueelmédiumobedecealavozqueseapoderadeéldesdeelmásallá,merendíaaloprimeroquesemeproponíaporteléfono.

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Cazademariposas

Salvoalgunosviajesdeverano,yantesdequeyofueraalcolegio,ocupábamostodoslosañosdiferentesresidenciasveraniegasenlosalrededores.Durantemuchotiempoaúnlaespaciosavitrinaque colgaba de la pared de mi cuarto las evocaba, con las primeras piezas de una colección demariposas, cuyos ejemplares más antiguos habían sido capturados en el jardín del Brauhausberg.Mariposas blancas con los extremos gastados, cleopatras con las alas demasiado deslucidas dabancuentadelasacaloradaspersecucionesquetantasvecesmehabíanapartadodeloscuidadoscaminosdel jardín, arrastrándome hacia las partes silvestres, donde me enfrentaba, impotente, a laconfabulacióndelvientoydelosperfumes,delashojasydelsol,queposiblementeregíanelvuelode lasmariposas. Revoloteaban hacia una flor y se quedaban por encima de ella.Alzando la red,esperabaqueelhechizoque laflorparecíaobrarenelpardealasconsumasesuefecto,cuandoeldelicadocuerposedeslizabaconsuavesmovimientosdelasalashaciaunladoparadar,igualmenteinmóvil,sombraaotrafloryabandonarladerepentesinhaberlatocado.Cuandounaortigueraounaesfinge del aligustre a las que hubiera podido alcanzar cómodamente, me burlaba, vacilando,titubeando y demorándose, me hubiera gustado convertirme en luz y aire para aproximarmeinadvertidoalapresayreducirla.Yhastatalpuntosehacíarealeldeseoquecadavezquelasalasquemeteníanprendadoseagitabanymecían,eraamíaquienrozabaelairehaciéndomeestremecer.Entoncesempezabaadominarnoslaantigualeydecazadores:Cuantomásmeasimilabaalanimalentodosuser,cuantomásmeconvertíainteriormenteenmariposa,tantomásadoptabaéstaentodasuconductalasfacetasdelaresoluciónhumana,yparecía,finalmente,quesucapturafueraelpremiocon el que únicamente podía recuperarmi existencia humana. Pero, aun cuando lo conseguía,mequedaba el fatigoso caminoparavolverdel lugardemi afortunada cacería al campamento, dondesaldríandelacajadeherboristaeléter,elalgodón,alfileresconcabezasdecoloresdiferentesylaspinzas. ¡En qué estado dejaba atrás el recinto! Las hierbas habían quedado tronchadas, las floresaplastadas,yaque,porañadidura,elcazadorhabíalanzadosucuerpodetrásdelared.Yporencimadetantadestrucción,rudezayviolencia,sesosteníaenunplieguedelared,temblandoperollenadegracia,laasustadamariposa.Porestecaminopenoso,elespíritudelacondenadaamuertepasabaaformar parte del cazador. Ahora comprendía algunas de las leyes del extraño lenguaje en el que,delantede susojos, sehabíancomunicado lamariposay las flores.Su instintodematarhabía idodisminuyendo, en tanto que se acrecentaba el optimismo. Sin embargo, el aire en el que semecíaentoncesaquellamariposa,continúaaúnhoypreñadodeunapalabraquedesdedeceniosnovolvíaoírnilapronunciaronmislabios.Haconservadoloinescrutabledeloquecontienenlaspalabrasdelainfanciaquelesalenalpasoaladulto.Elhaberlassilenciadodurantelargotiempolastransfiguró.Asívibra,enelaireperfumadodemariposas,lapalabraBrauhausberg.EnelBrauhausberg,cercadePotsdam, teníamosnuestra residencia veraniega.El nombrehaquedadovacíode todo significado,puesyanoposeenadadeunafábricadecerveza;entodocaso,esunmonteenvueltoenuncolorazul,quesurgíaenveranoparaalbergarmeamíyamispadres.Yporeso,elPotsdamdemiinfanciayaceenunaireazul,comosilosantíopesolasvanesasatalantas,lospavosrealesylasaurorasestuvierandistribuidossobreunodelosresplandecientesesmaltesdeLimoges,sobrecuyofondoazuloscurosedestacanlasalmenasymurallasdeJerusalén.

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Partidayregreso

¿Acasolafranjadeluzdebajodelapuertadeldormitorionoeralaprimeraseñaldeunpróximoviaje,enlavíspera,cuandolosdemástodavíaestabanlevantados?¿Nopenetrabaesamismafranjadeluzenlanochedelniñollenadeexpectación,como,mástarde,bajoeltelónenlanochedelpúblico?Creo que la nave fantástica de los sueños que nos recogía entonces llegaba bamboleándose bastanuestrascamas,porencimadelruidodelasconversacionesyeltintineodelosplatosenelfregadero,yporlasmañanastempranonosdevolvíaenfebrecidos,comosihubiésemosrealizadoyaelviajequeíbamosaemprender.EraunviajeenunruidosofiacrequerodabaalolargodelLanndwehrkanal;elcorazónsemeafligía,nociertamenteporloqueibaasucederoporladespedida.Eramásbienelaburrimientodeestar sentados juntos,quedurabayperduraba,nodesvaneciéndose siquieraporelsabordelapartida,comolohicieraunfantasmaanteelamanecer,yquehacíaquemeinvadieralatristeza. Pero no por mucho tiempo. Pues cuando el coche había dejado atrás la avenida, mispensamientosseadelantabandenuevoocupándosedenuestroviajeentren.Desdeentonces,paramí,las dunasdeKoserowodeWenningstedt lleganhasta la Invalidenstrasse, donde losdemásnovensinolamasadepiedradelaEstacióndeStettin.Noobstante,demadrugada,lametaeramáspróxima,lamayoríade lasveces.Se tratabade laEstacióndeAnhalt[2] que, como indica sunombre, era elparaderode todos los ferrocarriles,donde las locomotorasdebíande tener sucasay los trenes suparada.Nohabíalejaníamáslejanaqueelpuntodondeconvergíanlosraílesenlaniebla.Tambiénsealejaba lo próximo, lo que basta hacía unos instantes me había rodeado. La casa se presentabacambiadaenelrecuerdo.Consusalfombrasenrolladas,lasarañasenvueltasycosidasenarpillera,las butacas cubiertas; con lamedia luz que se filtraba por las persianas dio lugar—a la hora quepusimos el pie en el estribo del coche de nuestroExprés— a que esperásemos extrañas pisadas ysilenciosos pasos que, arrastrándose tal vez pronto sobre el suelo dibujarían los rastros de losladronesenelpolvoquedesdehacíaunahoraseestabainstalandopausadamente.Estohacíaquemesintiera como un apátrida cada vez que volvíamos de las vacaciones.Hasta lamás perdida de lascuevas de algún sótano donde ya ardía la lámpara —que no había que encender— me parecíaenvidiablecomparándolaconnuestracasaqueoscurecíaenelOeste.DeahíqueanuestroregresodeBansinodeHahnenklee,loscortijosmeofrecieranmuchoshumildesytristesasilos.Peroluegolaciudadlosabsorbíadenuevocomosisearrepintieradetantacomplacencia.Ysieltrensedemorabaalgunas veces, parándose delante de ellos, era porque una señal cerraba la vía poco antes de queefectuara su entrada. Cuanto más lentamente se movía, más rápido se desvanecía la esperanza deescapar,detrásdelosmurosdefuego,delacercanacasademispadres.Sinembargo, todavíahoytengounvivorecuerdodeesosminutosquerestan,antesdequetodoelmundoseapee.Másdeunamirada los habrá rozado tal vez de lamismamanera que a las ventanas de los patios empotradosentremurosdeteriorados,detrásdelascualesardíaalgunalámpara.

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Llegandotarde

Elrelojdelpatiodelcolegioparecíaestarheridopormiculpa.Dabalas«demasiadotarde».Yhastaelpasillollegabaelmurmullodedeliberacionessecretasprocedentesdelaspuertasdelasaulasquepasérozando.Detrásdeellasprofesoresyalumnoseranamigos.Obientodoestabaensilencio,comosiesperasenaalguien.Imperceptiblementetoquéelpicaporte.Elsolbañabaellugardondemeencontraba.Asíprofanéeljovendíayentré.Nadieparecíaconocerme.ComoeldiablosequedóconlasombradePeterSchlemihl[3],asíelprofesorsehabíaquedadoconminombrealcomienzodelaclase.Yanome tocabael turno.Colaborabaensilenciohastaquedieron lahora.Pero todofueenvano.

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Mañanadeinvierno

Cadacualposeeunhadaqueletienereservadoundeseoporcumplir.Sinembargo,sonpocoslosque recuerdan el deseo que expresaran algúndía, y sólo pocos reconocenmás tarde en la vida elcumplimientodelmismo.Conozcoelquesemecumplióynopuedodecirquefueramásinteligentequeeldelosniñosdelcuento.Tomabaformaenmimenteconlalinterna,cuandoéstaseacercabaamicamaalasseisymediadelastempranasmañanasdeinviernoarrojandolasombradelaniñerasobreeltecho.Seencendíaelfuegoenlaestufa.Pocodespuésveíalallamaqueparecíaencerradaenuncajóndemasiadopequeño,dondeapenaspodíamoversecontantocarbón.Sinembargo,eraalgoenormementepoderosoloqueempezabaainstalarseenlamáscercanaproximidad,máspequeñoqueyo,yhacialoquelacriadateníaqueagacharseaúnmásquehaciamímismo.Unavezatendido,ellametía una manzana en el horno para asarla. Pronto la rejilla de la chimenea se dibujaba con unllameanterojosobreelsuelo.Yamicansancioleparecíaqueconestaimagenteníabastanteparaeldía.Siempreeraasíaestahora;sólolavozdelaniñeraimpedíaquelamañanadeinviernoacabaradeacostumbrarmealascosasdemicuartocomosolía.Aúnnosehabíasubidolapersianacuandoyoapartaba,porprimeravez,elcierredelapuertecilladelaestufaparaolfatearlamanzanaenelhorno.Algunas veces su aroma apenas había cambiado aún.Y entonces esperabapacientemente hasta quecreíaolerelperfumeespumosoquesalíadeunrincónmásprofundoyrecónditodelamañanadelinviernoqueelaromamismodelÁrbol,eldíadeNavidad.Allíestabaeloscuroycalientefruto,lamanzana, que se me presentaba familiar y, no obstante, cambiado, como un buen conocido quehubierasalidodeviaje.Eraunviajeporeloscuropaísdelcalorde laestufa,porelquehabía idotomando los aromasde todas las cosasqueeldíame teníapreparado.Ypor esono teníanadadeextrañoquevacilaseenmorderla,cuandocalentabamismanosenella.Presentíaquelafugaznuevaquetransmitíaconsuaromapodíaescapársemefácilmenteporelcaminodela lengua.Eraaquellanuevalaque,enocasiones,meanimabadetalmaneraqueaúnmeconsolabaenelcaminohaciaelcolegio.Al llegar allí, todo el cansancio que parecía haberse disipado, volvía, incluso diez vecesmayor,cuandotocabaelbanco,yconél,eldeseodedormiramigusto.Talvezlotuvieramilesdeveces y, más tarde, se cumplió realmente. Pero tardé mucho, hasta que me di cuenta de que laesperanzadeconseguirunaposiciónytenerelpanaseguradosiemprehabíasidovana.

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CalledeSteglitz,esquinaaGenthin

Enlasvivenciasdelosniñosdeaquellaépocaimperabantodavíalastíasquenosalíanyadesuscasas y que siempre que aparecíamos con nuestra madre a hacerles una visita nos habían estadoesperandoy,desdelaventanadelmiradordesiempre,sentadasenlamecedoradesiempre,nosdabanlabienvenida,vestidassiempreconlamismacofianegrayconelvestidodesedadesiempre.Comohadas que animan todo un valle sin bajar jamás a él, ellas regentaban calles enteras, sin aparecernunca por lasmismas.Uno de estos seres era la tía Lehmann. Su buen apellido alemán del nortegarantizabasuderechoaser,duranteunageneración,ladueñadelmiradorbajoelquedesembocalacalle de Steglitz en la de Genthin. Esta parte era de las que apenas sufrieron los cambios de losúltimostreintaaños.Únicamentesecayóenestetiempoelveloquemelaocultabasiendoniño.PuesnoeratodavíaparamíladeSteglitz.ElpájaroStieglitz,eljilguero,lediosunombre.¿Y,acaso,latíanovivíaenunapajareracomounpájaroquehabla?SiemprequeentrabaestaballenadelostrinosdeestepequeñopájaronegroquehabíasobrevoladotodoslosnidosycortijosdelaMarca,dondeensuorigen estuvo asentada la familia, y que conservaba en la memoria los nombres de pueblos yparientes,queamenudoeraniguales.Latíaconocíalosparentescos,domicilios,golpesdefortunaydesgraciadetodoslosSchoenflies,Rawitscher,Landsberg,LindenheimyStargard,queenelpasadovivieronenlaMarcadeBrandeburgoyMecklemburgocomotratantesdeganadoynegociantesdetrigo.Ahora,sushijos,ytalvezsusnietos,teníansuscasasenelantiguoOeste,encallesquellevabanlosnombresdegeneralesprusianoso,aveces,losdelospequeñospueblosdelosquesalieronparaestablecerse aquí. Años más tarde, cuando mi tren expreso pasaba como un rayo por aquellosapartados lugares, vi desde el terraplén chozas, cortijos, graneros y tejados a dos aguas y mepregunté si eran aquéllos cuyas sombras habían abandonado hace tiempo los padres de estasviejecitas que visitaba siendo niño. Una voz frágil y quebradizame daba los buenos días con untimbre cristalino. Sin embargo, en ninguna otra parte era tan exquisito y acorde con lo que meesperabacomoencasadelatíaLehmann.Apenashabíaentradocuandoellacuidabadequecolocarandelantedemíunacajagrandedecristalquealbergabatodaunaminaanimada,dondesemovíanalcompáspuntualdeunmecanismode relojeríapequeñosminerosycapatacesdeminasconcarros,martillosylinternas.Estejuguete—sisemepermitedecirlo—pertenecíaaunaépocaqueconcedíatambiénalniñodelaricaburguesíaecharunvistazoalmundodeltrabajoydelasmáquinas.Entretodossedistinguíadesdesiemprelamina,porquenosólomostrabalostesorosquesesacabanconundurotrabajo,enprovechodetodosloshombrescapacitados,sinotambiénlaplatadesusfilonesporlaqueseperdióelBiedermeier[4]conJeanPaul,Novalis,TieckyWerner.Elpisoconelmiradorestaba doblemente protegido, como corresponde a lugares que guardan esas cosas preciosas.Traspasando el portal se encontraba, a la izquierda del zaguán, la puerta del piso con el timbre.Después de franquearla había una escalera empinada y vertiginosa que conducía hacia arriba,parecidaalasquemástardeencontraríaúnicamenteenalgunascasasdecampo.Bajotristeluzdegasque fluía desde arriba estaba la vieja criada bajo cuya protección cruzaba en seguida el segundoumbralqueconducíaaesasombríavivienda.Contodo,nohubierapodidoimaginármelasinunadeesas viejas. Como compartían con su señora un tesoro, aunque éste no fuera sino de recuerdossilenciados, no sólo se entendían a la perfección con ella, sino que sabían representarla con tododecoroantecualquierextraño.Yantenadiemejorqueantemí,conquienseentendíancasimejorqueconsuseñora.Yo,acambio,teníaparaconellasmiradasderespetoyhastadeadmiración.Eran,por

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lo general,másmacizas e imponentes que sus señoras; no sólo en lo que respecta a su físico.Yocurría,aveces,queelsalónconeljuguetedelaminaoconelchocolate,nomesignificasentantocomo el vestíbulo donde la vieja amame quitaba, al llegar, el abrigo como si fuese una carga y,cuandomeiba,mecolocabaelgorrocomosiquisiesebendecirme.

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Ladespensa

Cualunamante,por lanoche,mimanopenetrabapor la rendijaapenasabiertade ladespensa.Unavezque se había orientado, palpaba el azúcar o las almendras, pasas o confituras.Y comoelamanteabrazaalaamadaantesdebesarla,elsentidodeltactosedabacitaconesascosas,antesdeque la boca probara su dulzor. ¡Cuán lisonjeros se entregaban la miel, los montones de pasas eincluso el arroz! ¡Cuánta pasión había en el encuentro, una vez que se escapaban de la cuchara!Agradecidaeimpetuosa,comolamuchachaalaqueseacabaderaptardelacasadesuspadres,lamermelada de fresa se dejaba probar sin panecillos, desnuda bajo los cielos deDios, e incluso lamantequilla respondía con cariño al atrevimiento del pretendiente que penetraba en su cuarto desoltera. La mano del joven don Juan pronto había entrado en todos los ángulos y rincones,derramando detrás de sí capas y montones chorreantes: la virginidad que se renueva sinlamentaciones.

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Despertardelsexo

Enunadeaquellascallesquemás tarde rondaríapor lasnochesenmis interminablesandadas,quenunca se acabaron,me sorprendió, cuandohubo llegadoelmomento, el despertar del instintosexual en las circunstancias más extrañas. Era el día del año nuevo judío, y mis padres habíandispuestollevarmealacelebracióndeunodeloscultos.Probablementesetratabadelacomunidadreformada,porlaquemimadre,debidoalatradiciónfamiliar,sentíaciertasimpatía,entantoquemipadreporsufamiliaestabaacostumbradoalritoortodoxo.Perohubodeceder.Mehabíanconfiadoeste día a un pariente lejano, al que debía recoger. Puede que olvidara la dirección o que nomeorientase en el barrio, el hecho es que se hacía más y más tarde e iba errando cada vez másdesesperado.Noeracuestióndesimeatreveríaaentraryosoloenlasinagoga,yaquelasentradaslasteníamiprotector.Laculpademimalasuertelateníaprincipalmentelaaversiónalapersonacasidesconocidadelaqueyodependía,yelrecelofrentealaceremoniareligiosaquenomeprometíasino desconcierto y apuro. En medio de mi confusión me invadió una sofocante ola de miedo—«demasiadotardeparallegaralasinagoga»—yaúnantesdequedecreciera,inclusoenelmismoinstante,unasegundadeabsolutafaltadeconciencia«seacomosea,amínomeconcierne».Yambasolas segolpearon incontenibles en laprimeragran sensacióndeplacer, en laque semezclaban laprofanacióndelafiestaconloquedealcahuetateníalacalle,quemehizopresumir,porvezprimera,losserviciosquedeberíaprestaralosinstintosqueacababandedespertarse.

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Noticiadeunfallecimiento

Sehadescritomuchasveceslo«déjàvu».Nosésieltérminoestábienescogido.¿Nohabríaquehablarmejordesucesosquenosafectancomoeleco,cuyaresonancia,queloprovoca,parecehabersurgido,enalgúnmomentodelasombradelavidapasada?Resulta,además,queelchoqueconelqueuninstanteentraennuestraconcienciacomoalgoyavivido,nosasaltaenformadesonido.Esunapalabra,unsusurro,unallamadaquetieneelpoderdeatraernosdesprevenidosalafríatumbadelpasado,cuyabóvedaparecedevolverelpresente tansólocomouneco.Escuriosoquenosehayatratadotodavíadedescubrir lacontrafiguradeestaabstracción,esdecirdelchoqueconelqueunapalabranosdejaconfusos,comounaprendaolvidadaennuestrahabitación.Delamismamaneraqueéstanosimpulsaasacarconclusionesrespectoaladesconocida,haypalabrasopausasquenoshacensacar conclusiones respecto a la persona invisible: me refiero al futuro que se dejó olvidado ennuestracasa.Puedequetuvieracincoaños,cuandounanoche,estandoyaacostado,entrómipadre,probablemente para darme las buenas noches. Pienso que fue casi contra su voluntad que mecomunicara lanoticiade lamuertedealgúnprimo.Eraunhombreyaentradoenañosquenomeinteresaba demasiado. No obstante, mi padre me dio la nueva con todo lujo de detalles. A mipregunta,describiócongranprolijidadloqueesunparocardíaco.Nofuemucholoquecomprendídesurelato.Sinembargo,aquellanochegrabéenlamemoriamihabitaciónymicama,comoquiensefijaenellugaralquesesuponehadevolveralgúndíaparabuscaralgoolvidado.Sólomuchosañosmástardemeenterédequésetrataba.Enestahabitaciónmipadremehabíaocultadopartedelanoticia,yesqueelprimohabíamuertodesífilis.

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ElmercadodelaPlazadeMagdeburgo

Antetodo,piénsesequenosedecíaMarkt-Halle.No,sepronunciaba«Mark-Thalle».Yal igualqueesasdospalabrassedesgastaronporelusodelhabla,demaneraqueningunadeellasconservabasu significado primitivo, así, por la costumbre de pasearme por ese mercado, se desgastaron lasimágenesquepresentaba,demodoqueningunaseprestabaalprimitivoconceptodelacompraydelaventa.Despuésdedejaratráselvestíbuloconsuspesadaspuertas,quegirabanenformadefuertesespirales, la vista se fijaba en las baldosas resbaladizas por las aguas sucias procedentes de losfregaderos o de los puestos de pescado, y en las cuales se podía resbalar fácilmente al pisarzanahoriasuhojasdelechuga.Detrásdeunasalambreras,cadaunaprovistadeunnúmero,ocupabansustronoslaspesadasmujeronas,sacerdotisasdelavenalCeres,vendedorasdetodaclasedefrutosdelcampo,aves,pescados,mamíferoscomestibles;medianeras,colosossagradosmetidosenpuntodelana,quesecomunicabandeunpuestoaotro,yafueramediantelosgrandesbotonesfulgurantes,ya fuera con unas palmadas en sus delantales, o con unos suspiros que hacían crecer sus senos.¿Acasonohabíaalgoquegorgoteaba,brotaba,crecíapordebajodeldobladillodesusfaldas?¿Noera aquello la tierra verdaderamente fértil? ¿No era, acaso, el dios mismo del mercado quienarrojaba lamercancía en su seno, bayas, crustáceos, setas, pedazos de carne y coles, y cohabitabainvisible con ellas, que se le entregaban, mientras que, apoyándose perezosas en toneles ososteniendolasbalanzas,conlascadenasaflojadasentrelasrodillas,examinabanlasfilasdeamasdecasaque,cargadasdebolsasymallas,tratabandesurcar,condificultades,enmediodelaturba,lascallesresbaladizasymalolientes?Luego,cuando,amedialuz,secansabauno,ibahundiéndosecadavezmás,comounnadadoragotado,yfinalmenteflotabaenlatibiacorrientedelosclientesmudosque,comopeces,mirabanfijamente losarrecifesespinosos,en losquenáyadesfofas llevabanunavidaregalada.

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Escondrijos

Yaconocíatodoslosescondrijosdelpisoyvolvíaaelloscomoquienregresaaunacasaestandoseguro de encontrarla como antes. Mi corazón palpitaba, contenía la respiración. Quedaba aquíencerrado en elmundomaterial, que seme hacíamanifiesto de unamanera fantástica, tocándomesilenciosamente.Sóloasídebedarsecuentaelquevanacolgardeloquesonlasogayelmadero.Elniño que está detrás de la antepuerta se convierte en algo que flota en el aire, en algo blanco, enfantasma.Alamesadelcomedor,debajodelaquesehaagachado, lahaceconvertirseenídolodemaderadeltemplo,cuyascolumnassonlascuatropatastorneadas.Ydetrásdeunapuertaélmismoserá la puerta, llevándola comomáscara pesada, y comomago embrujará a todos los que entrendesprevenidos.Aningúnpreciodebeserhallado.Seledice,cuandohacemuecas,quesóloesprecisoque el reloj dé la hora, y él se quedará así. Lo que hay de verdad en ello lo experimenté en losescondrijos.Quienmedescubríapodíahacerquemequedara inmóvilcomoun ídolodebajode lamesa,quemeentretejieraparasiemprecomofantasmaenlacortinaoquemeencerraraparatodalavidaenlapesadapuerta.Poresodejabaescaparconunalaridoaldemonioquedeestamanerametransformaba, cuandome agarraba quienme estaba buscando; incluso no esperaba elmomento ysalíahaciaélgritando,conlocualmeliberabaamímismo.Deahíquenomecansaradelaluchaconeldemonio.Lacasafueelarsenaldelasmáscaras.Sinembargo,unavezalañohabíaregalosenloslugares recónditos, en sus cuencas vacías, en sus bocas rígidas; la experiencia de la magia seconvertíaenciencia.Comosifueseelingeniero,desencantabalasombríacasaybuscabahuevosdePascua.

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ElseñorKnocheylaseñoritaPrudent

Entrelaspostalesdemicolecciónhabíaalgunasdelasquerecuerdomejorlapartedeltextoqueelladodelaimagen.Llevabalabellayclarafirma:ElenaPrudem.LaPconqueempezabaeralaPdepundonor,puntualidad,pelota;laDsignificabadócil,diligente,decoroso,yporloquerespectaalaM al final resultaba ser el signo demanso ymeritorio[5]. Si se hubiese compuesto únicamente deconsonantes, como las semíticas, esta firma no sólo hubiese sido la encarnación de la perfeccióncaligráfica,sinolafuentedetodaslasvirtudes.

Niños y niñas de las mejores familias del barrio burgués del Oeste estaban en la clase de laseñoritaPrudem.Noeranmuy rigurosos sobreelparticular,demodoque inclusounachicade lanobleza podía perderse en el grupo de los burgueses. Se llamaba Luisa von Landau y su nombreprontometuvofascinado.Sequedóaunquenoporesarazón.Fue,antesquenada,elprimeroentrelosdemimismaedadenelqueoícaerelacentodelamuerte.Sucediócuando,despuésdesalirdenuestrogrupo,eraalumnadelprimercursodelInstituto.YcuandopasabaporelLützowufersiemprebuscabaconlamiradasucasa.Sedabalacircunstanciadequeseencontrabaenfrentedeunpequeñojardínque,enlaotraorilla,bajabahastaelagua.Coneltiemposeuniótaníntimamenteconelamadonombre que, finalmente, llegué a convencerme de que el cuadro de flores que aparecía intocableenfrenteeraelcenotafiodelapequeñafallecida.

La señorita Prudem fue relevada por el señor Knoche. A partir de entonces fui realmente alcolegio.Loquesucedíaenelaulamerepugnaba,porlogeneral.Sinembargo,noesporunodesuscastigos por lo que el señorKnocheme viene a lamemoria, sino por su función de vidente queprediceelfuturo;ynolesentabamal.Eraenlaclasedecanto.SeensayabalacancióndelacaballeríadelWallenstein:

¡Arriba,compañeros,acaballo,acaballo!¡Corramosalcampo,enposdelalibertad!Enelcombate,elhombreaúnimportaytodavíasevaloraelcorazón.

El señor Knoche quería que la clase le dijera lo que debía significar el último verso.Naturalmente, nadie supo dar una respuesta. No obstante, al señor Knoche le parecía bien así ydeclaró:«Locomprenderéiscuandoseáismayores».

Enaquellaépocalaorilladelseradultomeparecíaseparadadelamíaporelcaucedemuchosaños,comoaquellaorilladelCanaldesdedondeseveíaelcuadrodefloresyquedurantelospaseos,llevadodelamanodelaniñera, jamássepisaba.Mástarde,cuandonadiemeimponíaelcaminoatomarycuandocomprendíainclusolacancióndelacaballería,pasabaavecescercadelcuadrodeflores en el Landwehrkanal. Pero entonces parecía florecer menos. Y del nombre que antañohabíamosconvenidotampocosabíamásqueloqueaquelversodelacancióndelacaballería,ahoraquelocomprendía,conteníadelsignificadoquenoshabíaprofetizadoelseñorKnocheenlaclasedecanto. La tumba vacía y el corazón dispuesto, dos enigmas, cuya explicación la vida seguirádebiéndome.

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Lanutria

ConlosanimalesdelZoológicomepasaba lomismoque lesucedeaunoconsuviviendayelbarriodondevive,yque leproporcionauna ideadesunaturalezaydesumododeser.Desde losavestrucesdelantedeunfondodeesfingesypirámideshastaelhipopótamoqueviveensupagodacualsacerdotehechiceroqueestáapuntodefundirseconelpropiodemonioalquesirve,nohabíaanimal cuyamoradano amaseo temiese.Losmás extraños entre ellos fueron los que tenían algoespecialpor la situaciónde suhogar,queeran, lamayoría,habitantesde laspartesperiféricasdelparque,esdecir,deaquellaspartesquelindanconlascafeteríasyelPalaciodeExposiciones.Elmásnotabledeloshabitantesdeesosparajeseralanutria.Delastresentradas,ladelaLichtensteinbrückeera lamáspróxima.Era, conmucho, lamenosusaday conducía a las regionesmás solitariasdelparque.Laavenidaqueallíesperabaalvisitanteseparecía,conlas tulipasblancasde lasfarolas,auno de los paseos abandonados de Eilsen o Bad Pyrmont, y mucho antes de que estos lugaresquedaran tan desiertos que resultan más antiguos que las Termas, este rincón del Zoológicoanunciaba lovenidero.Eraunrincónprofético.Pues,al igualquehayplantasde lascualessedicequeposeeneldondehacerverelfuturo,existentambiénlugaresquetienenlamismafacultad.Ensumayoríasonlugaresabandonados,comocopasdeárbolesqueestánjuntoalosmuros,callejonessinsalida, jardinesdelantede lascasasdonde jamáspersonaalgunasedetiene.Enesos lugaresparecehaberpasado todo loqueaúnnosespera.SucedíaenaquellapartedelZoológico, siemprequemeperdíaporahí,quetuvieraelplacerdemirarporelbrocaldelpozoqueestabaallí,unpococomolosqueseencuentranenelcentrodelosparquesdelosbalnearios.Eraelrecintodelanutria,queestabacercado,porcierto,yaquefuertesbarrotesformabanunenrejadoenelantepechodelapiscinaenlaqueseencontrabaelanimal.Unospequeños refugiosen formade rocasygrutasbordeaban,enelfondo, el óvalode lapiscina.Debíande ser lamoradadel animal; sin embargo, no lo encontrabajamásdentrodeellas.Asíquepermanecíaamenudoesperando incansablementedelantedeaquellaprofundidadoscuraeinescrutableconelfindedescubrirenalgunapartealanutria.Siloconseguíaporfin,sóloeraporunmomento,yaquealinstanteelmoradorresplandecientedelaalbercavolvíaadesaparecerenlasoscurasaguas.Porcierto,yadecirverdad,noeraenunaalbercadondeseteníaalanutria.Noobstante,mirandolasaguas,teníasiemprelasensacióndequelalluviadesaguabaportodoslossumiderosconelúnicofindedesembocarenestapiscinayalimentarelanimalqueenellavivía.Eraunanimaldelicadoelqueteníaaquísumorada,ylagrutavacíayhúmedaleservíamásdetemplo que de refugio. Era el animal sagrado de las aguas de la lluvia. Sin embargo, no hubierapodido decir si se había formado de las aguas, fueran las de la alcantarilla o no, o si sus ríos ycorrientesúnicamente lealimentaban.Siempreestabaocupadísimo,comosi fuera indispensableenlasprofundidades.Noobstante,hubierapodidoapretardurantedíasydíaslafrentecontralarejasincansarmedemirarlo.Tambiénenestosemanifestabasuíntimaafinidadconlalluvia.Puesnuncamegustabatantoeldía,porlargoquefuera,comocuandolalluvialepeinabalentamentedurantehorasyminutosconsusdientesfinosyrudos.Obedientecomounaniñapequeña,yoagachabalacabezaanteeste peine gris.Y entonces lo contemplaba insaciablemente.Esperaba; pero no que cesara, sino alcontrario,quecayeracadavezconmayor intensidad.Oíacómogolpeaba lasventanas,cómofluíaporloscanalonesydesaparecíacongargarismosporlostubosdeldesagüe.Enestalluviasaludablemesentíatotalmenteasalvo.Elfuturosemeaproximabaconunmurmullocomparablealananaquesecantajuntoalacuna.Comprendíperfectamentequesecreceenlalluvia.Entalesmomentos,trasla

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ventanaempañada,mesentíacomoencasadelanutria,aunquenoreparéenellohastaquenoestuveotravezantesurecintocercado.Yunavezmástuvequeesperarlargotiempohastaquesurgióconímpetuelcuerpooscuroyrelucienteparavolverasumergirseactoseguidoenbuscadesusurgentesnegocios.

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Blumeshof12

Nohabíatimbrequesonaramásamable.Detrásdelumbraldeestepisoestabamásasalvoqueeneldemispropiospadres.Porcierto,nosedecíaBlumes-Hof,sinoBlumezoof,yeraunagigantescaflordefelpa,metidaenunenvoltoriorizado,quemedabaenlacara.Ensuinteriorestabasentadamiabuela,lamadredemimadre.Eraviuda.Sisevisitabaalaancianadamaensumiradorcubiertodealfombras y adornado con una pequeña balaustrada que daba al Blumeshof, difícilmente se podíacreer que hubiera realizado largos cruceros e incluso expediciones al desierto organizadas por«ViajesStangen»,alasqueseuníasiempredesdehacíaalgunosaños.LaMadonadiCampidoglioyBrindisi,WesterlandyAtenasydedondequiera quemandase tarjetas en sus viajes: en todas ellasexistíaelairedelBlumeshof.Ylaletradegrandesyagradablesrasgosqueenvolvíalaparteinferiordelasestampasoquecubríacualnubessucielo,lasmostrabatotalmenteanimadaspormiabuela,detalmanera que se convertían en colonias delBlumeshof.Cuando la patria la recibía de nuevo, yopisabalastablasdelentarimadodelsuelocontantorespetocomosihubiesenbailadojuntoasudueñasobre las olas del Bósforo o como si en las alfombras persas se ocultase todavía el polvo deSamarcanda.¿Conquépalabrassepodríadescribirlasensacióndesconocidadeseguridadburguesaqueemanabadeestavivienda?Losobjetosdesusmuchashabitacioneshoynoharíanhonoraningúnbaratillero.Pormuysólidosque fueran losproductosde losañossetenta,comoposteriormente loseríanlosdelArtNouveau,loinconfundibleenelloseraeldescuidoalqueseabandonabanlascosaseneltranscursodeltiempo,confiándose,enloquerespectaasuporvenir,alasolidezdelmaterial,yno enmodoalguno al cálculo racional.Para lamiseria nohabía sitio en estas estancias, dondenisiquieraloteníalamuerte.Enellasnohabíasitioparamorirse.Poresosusmoradoresmoríanenlossanatorios; los muebles, en cambio, pasaron en la primera transmisión hereditaria a manos deltrapero. Para ellos no estaba prevista la muerte. Por eso aquellas casas durante el día parecíanacogedorasydenocheseconvertíanenescenariodemalossueños.Laescaleraquesubíaresultabaser la sedede unapesadilla que, al principio, hacía quemismiembros se volvieranpesados y sinfuerzas, para encantarme finalmente, cuando sólo faltaban unos pocos pasos hasta el umbralanhelado. Tales sueños eran el precio con el que pagaba mi sosiego. Mi abuela no murió en elBlumeshof. Frente a ella vivió durante largo tiempo la madre de mi padre, que era ya mayor.También ellamurió en otra parte.Así, aquella calle llegó a ser paramí el Eliseo, el reino de lassombras demis abuelas inmortales, aunque desaparecidas.Ypuesto que a la fantasía, una vez queechaelvelosobreellugar,legustarizarsusbordesconunoscaprichosincomprensibles,convirtióunatiendadeultramarinos,queseencontrabacerca,enmonumentoamiabueloqueeracomerciante,porlaúnicarazóndequeelpropietariosellamabatambiénJorge.Elretratodemediocuerpodelquefallecieraantesdetiempo,detamañonaturalyhaciendojuegoconeldesumujer,estabacolgadoenelpasilloqueconducíaalaspartesmásapartadasdelacasa.Diferentescircunstanciaslasvolvíanalavida.Lavisitadeunahijacasadaabríaunahabitaciónquehace tiemponoseutilizaba,otrocuartointeriormerecogíaamícuandolosmayoresdormíanlasiesta,yhabíauntercerodelcualsalíaelruidodelamáquinadecoserlosdíasqueunacostureraveníaalacasa.Paramí,lamásimportantedeesasestanciaseralagalería,fueraporquelosmayoreslaapreciabanmenosporestaramuebladamásmodestamente,fueraporqueelruidodelacallesubíaamortiguado,fueraporquemefranqueabalavistasobrepatiosajenosconporteros,niñosyorganilleros.Porotraparte,elbarrioeradistinguidoylavidadesuspatiosnoestabanuncamuymovida;algodelsosiegodelosricos,paraloscualesse

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llevaban a cabo trabajos en ese lugar, se había comunicado a éstos, y todo parecía dispuesto aabandonarsederepenteaunaprofundapazdominical.Poresomismo,eldomingoeraeldíadelasgalerías.Eldomingo,alque lasotrashabitaciones,comosiestuvieranenmalestado,nopudieroncaptarnuncadeltodo,puessefiltrabaatravésdeellas.Únicamentelagalería,quedabaalpatioyalasotrasgalerías,consusbarrasparasacudiralfombras,locaptóyningunadelasvibracionesdelascampanadasconlasquelasiglesiasdelosDoceApóstolesydeSanMateolacolmaban,sedeslizaba,sinoquesequedabanamontonadasallíarriba.Lashabitacionesdelpisonosóloerannumerosas,sinoquealgunasdeellaseranmuyvastas.Paradarlelosbuenosdíasalaabuelaensumirador,dondealladodelcostureroencontrabafrutasochocolate,teníaqueatravesarelgigantescocomedorycruzarseguidamentelahabitacióndondeestabaaquelmirador.Sinembargo,sóloeldíadeNavidadponíademanifiestoparaquéservíanestashabitaciones.Elcomienzodelagranfiestacreabatodoslosañosunasextrañasdificultades.Setratabadelaslargasmesasqueestabanrepletas,enfuncióndelrepartodelosregalos,debidoalnúmerodelosagasajados.Seobsequiabanosóloalafamiliaentodassusramas,sinoquetambiénlaservidumbreteníasusitiodebajodelÁrboly,alladodelaactiva,tambiénlaantiguayajubilada.Pormuypróximosqueestuviesenporellolosasientos,jamássepodíaestarasegurodepérdidasinesperadasdeterreno,cuando,amediodía,alfinaldelgranbanquete,seservíatodavíaaalgúnantiguofactótumoaalgúnniñodelportero.Noobstante,ladificultadnoradicabaeneso,sinoenlapuertadedoshojasqueseabríaalcomienzo.EnelfondodelagransalabrillabaelÁrbol.En las largasmesasnohabía sitioqueno invitasealmenosconunplatodemazapánysusramasdeabeto,ademásdelosmuchosjuguetesylibros.Másvalíanocomprometersedemasiado.Mehubierapodidoestropeareldíaestandodeacuerdoprecipitadamenteconlosregalosqueluego,porderecho,pasaranaserpropiedaddeotros.Paraevitarlo,mequedabainmóvilenelumbral,conunasonrisaen los labios,de lacualnadiehubiesepodidodecirsieraprovocadaporel resplandordelÁrboloporlosregalosdestinadosparamí,alosquenomeatrevíaaacercarme,embargadoporlaemoción.Peroquizáshabíaotromotivoqueeramásprofundoquelasrazonesfingidaseinclusomásauténticoporserelmíopersonal.Puesallílosregalospertenecíantodavíaunpocomásalosqueloshacíanquenoamímismo.Eranfrágiles;grandeeraelmiedodetocarloscontorpezadelantedelosojosdetodoelmundo.Denuestrosnuevosbienessólopodíamosestartotalmentesegurosfuera,enelvestíbulo,dondelacriadalosenvolvíaenpapeldeembalarysuformadesaparecíaenpaquetesycajasparadejarnosensulugarlagarantíadesupeso.Estoocurríahorasmástarde.Luego,cuandosalimosalcrepúsculoconlascosasbienenvueltasyatadasbajoelbrazo,elcochedealquilerestabaesperando en la puerta, la nieve pura en las cornisas, sobre las vallas ymás deslustrada sobre eladoquinado,cuandosecomenzabaaoírdesdeelLützowufereltintineodelostrineosyseencendíanunotrasotrolosfarolesdegasmarcandoelrumbodelfarolero,quientuvoqueecharsealhombrosupértigainclusoenlatardedeestadulcefiesta,entonceslaciudadestabaabismadacomounsacoquesemehacíapesadoacausademifelicidad.

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Mummerehlen

Enunantiguocánticofigurala«MuhmeRehlen».Como«Muhme»nomedecíanada,esacriaturaseconvirtióparamíenunespectro, la«Mummerehlen».Lamalacomprensiónmetransformabaelmundo,aunquedebuenamanera,yaquemeseñalabaelcaminoqueconducíaasupropiaesenciaynaturaleza.Paraellocualquiermotivoeraválido.

Asídiolacasualidadqueenunaocasiónsehablasedegrabadosenmipresencia.Aldíasiguientesaqué lacabezadebajode lasilla,yesoparamísignificaba«grabado[6]».Aunquedesfiguraseconesto amímismo y a la palabra, no hacía sino lo que debía para arraigarme en la vida.A tiempoaprendíaenvolvermeenlaspalabras,quenoeranmásquenubes.Eldondedescubrirparecidosnoesmásqueundébil reflejode la sugestióndeasimilarseycomportarsedeunamaneraconforme.Influíasobremíatravésdepalabrasmanipuladas,peronoeranésaslasqueseasemejabanamodelosomoralidades,sinolasquecorrespondíanaviviendas,mueblesyvestimentas.

Pero jamás amipropia imagen.Por esono sabíaquéhacer cuando semepedía identificarmeconmigomismo. Como sucedía en el fotógrafo. Adonde quiera quemirase me veía cercado porpantallas,cojines,pedestalesquemecodiciabancomolassombrasdelHadescodicianlasangredelavíctima.Porúltimo,mesacrificabanaunavistadelosAlpestoscamentepintada,ymimanoderecha,que tenía que sujetar un sombrerito tirolés, proyectaba su sombra sobre las nubes y las cimascubiertasdenieveperpetuadelfondo.Sinembargo,lasonrisaafectadaqueseasomabaaloslabiosdelpequeñopastordelosAlpesnoresultabatantristecomolamiradadelrostroinfantilquesemegrababaalasombradelapalmera.Éstaformabapartedeunodeaquellosestudiosquetienenalgodesalónydecámaradetortura,consustaburetes,trípodes,tapicesycaballetes.Estoydepie,lacabezadescubierta, en la mano izquierda un enorme sombrero de ala ancha al que sujeto con estudiadagracia.Laderechaseocupadeunbastón,cuyaempuñadurainclinadapuedeverseenelprimerplano,entantoquelapuntaseescondeenunramilletedeplumasdeavestruzquedesciendedeunajardinera.Muyapartada,juntoalaantepuertaestabamimadre,inmóvil,conelvestidomuyentallado.Comounmaniquímiramitrajedeterciopelo,asuvezrecargadodepasamanerías,quepareceprocederdeunarevista demoda.Yo, en cambio, estoy desfiguradopor la uniformidad con todo lo queme rodea.Comounmoluscoviveen laconcha,vivoenelsigloXIXqueestádelantedemí,huecocomounaconchavacía.Lacolocoaloído.

¿Quéesloqueoigo?Noescuchoelruidodeloscañones,nilamúsicadeOffenbach,nitampocoelsilbidodelassirenasdelasfábricas,nilosgritosqueamediodíaresuenanporlaBolsa,nisiquierael ruido acompasado de los caballos en los adoquines, ni lamúsica de lasmarchasmilitares delcambiode la guardia.No, lo que escucho es el breve estruendode la antracita quede un cubodehojalatavacayendoenlaestufadehierro;eselchasquidosordoconquelallamadelamechadegasse enciende y el tintineo de los globos de la lámpara sobre las llantas de latón cuando pasa uncarruajeporlacalle.Habíatambiénotrosruidos,comoelchacoloteardelacestaconlasllaves,losdostimbres,eldelaescaleraprincipalyeldeservicio,y,porúltimo,habíatambiénelbreveversoquedecía:Tevoyacontaralgodela«Mummerehlen».

El pequeño verso está deformado; sin embargo, en él cabe todo el mundo desfigurado de lainfancia.La«MuhmeRehlen»,laqueencerrabaantañohabíaquedadoenelolvido,cuandoporvezprimerameloexplicaron.Másdifícilmenteaúnsepodíaseguirel rastrode la«Mummerehlen».A

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vecescreía reconocerlaenelmonoquenadabaenel fondodelplatodecaldo turbiode tapiocaocebada perlada. Me comía la sopa para esclarecer su imagen. Puede que morase en el lago deMummel[7]ysusaguasinerteslacubriesencomosifueranunapelerina.Loquemereferíandeellao,quizás,sóloqueríancontarme,nolosé.Eralomudo,lomovedizo, loborrosoquevanublandoelcentrodelascosasdentrodepequeñasbolasdecristal.Avecesyoflotabaenmedio.Ocurríacuandoestabadibujandocon tintachina.Loscoloresquemezclaba,me teñían.Aúnantesdeaplicarlosmeenvolvían. Cuando, húmedos, se confundían sobre la paleta, los recogía con el pincel con tantocuidadocomosifuesenunasnubesquesedesvanecen.

Detodoloquereproducía,preferílaporcelanachina.Unacapamulticolorcubríaesosfloreros,recipientes, platosy cajitasque ciertamenteno eran sinounamercancíabaratade exportación.Mefascinaban,noobstante,comosiyaentonceshubieseconocidolahistoriaquedespuésdetantosañosmellevóunavezmásalmundodela«Mummerehlen».ProcededelaChinaycuentadeunpintorquedejó ver a los amigos su cuadro más reciente. En el mismo estaba representado un parque, unaestrechasendacercadelaguaquecorríaa travésdeunamanchadeárbolesy terminabadelantedeunapequeñapuertaque,enelfondo,franqueabaunacasita.Cuandolosamigossevolvieronalpintor,ésteyanoestaba.Estabaenelcuadro,caminandoporlaestrechasendahacialapuerta;delantedeellase paró, se volvió, sonrió y desapareció por la puerta entreabierta. De la misma manera meencontrabayo,traspuestoderepenteenelcuadro,cuandomeocupabadebotesypinceles.Meparecíaalaporcelana,enlaquehacíamientradasobreunanubedecolores.

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Loscolores

En nuestro jardín había un pabellón abandonado amenazando ruina. Le tenía cariño por susventanasdecristalescoloreados.Sipasabalamanoensuinteriormeibatransformandodecristalacristal, tomando los colores del paisaje que se veía en las ventanas, ahora llameante, ahorapolvoriento, ya ardiente, ya exuberante.Lomismome sucedía cuando pintaba en colores y semeabrían las cosas en su seno, tan pronto que las llenaba con una nube húmeda.Con las pompas dejabón ocurría algo parecido. Viajaba con ellas por la habitación metiéndome en el juego de loscoloresdelosgloboshastaquereventaban.Meperdíaenloscoloresporloaltodelcielo,lomismoqueenunajoya,enunlibro;puesentodasparteslosniñossonsupresa.Enaquellaépocasepodíacomprarelchocolateenunospaquetitos,enlosquecadaunadelastabletas,dispuestasenformadecruz,estabaenvueltaenpapeldeestañodediferentescolores.Lapequeñaobradearte,sujetadaporunrudohilodeoro,resplandecíadeverdeyoro,azulynaranja,rojoyplata.Jamássetocabandospiezasdelmismoenvoltorio.Venciendoundía labarrera, loscoloresmeasaltaronyaúnsiento ladulzura con la que entonces se empaparon mis ojos. Fue lo dulce del chocolate con el que estadulzura ibaadeshacérsememásenel corazónqueen laboca.Puesantesdeque sucumbiera a lastentacionesdelagolosina,degolpeunsentidoelevadodentrodemídejóatrásaotromásbajoymequedéembelesado.

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Veladas

Mimadreteníaunaalhajadeformaovalada.Eratangrandequenosepodíallevarenelpecho,yasí,aparecía,cadavezqueselaponía,colgadadelacintura.Lallevabasólocuandoibaaunafiesta;en casa únicamente cuando nosotros dábamos alguna. Su brillo consistía en una piedra grandefulgurante y amarilla que formaba el centro de la misma, y de una serie de otras, más o menosgrandes—verdes,azules,amarillas,rosas,púrpuras—quelaencerraban.Estaalhajameembelesabacadavezquelaveía.Pues,perceptibleparamí,habíaunamúsicadebailequeradicabaenlosmilesdepequeñosrayosqueirradiabandesdesusbordes.Elmomentomásimportante,cuandomimadrelasacabadelcofrecillodondesolíaestar,hacíaquesememanifestarasudobleascendiente:paramíerala sociedad cuyo centro, en realidad, era el cinturón de mi madre, pero también era para mí eltalismán que la protegía de todomal que podría amenazarla desde fuera. A su amparo yo estabaigualmente a salvo. Lo único que no podía impedir era que en esas veladas tuviera que irme a lacama, lo que me disgustaba doblemente si la fiesta se daba en nuestra casa. Ésta traspasaba, noobstante, elumbraldemicuartoyasí estabacontinuamente informado tanprontocomosonabaelprimer timbre.Duranteun rato lacampanillaacosabael corredor incesantementeydeunamaneraalarmante,porquerepicabamásbreveyconmásprecisiónqueotrosdías.Nomeengañabaquesemanifestaranensusonidounaspretensionesquefueranmásalládelasquedeordinariohacíavaler.Con talmotivo, lapuerta se abría almomentoy en silencio.Luego llegabaelmomento enque lareuniónparecíamorirapenashabíacomenzadoaformarse.Enrealidad,sólosehabíaretiradoalashabitacionesmás alejadas, para desaparecer allí, enmedio del bullicio y del poso de losmuchospasosyconversaciones, comounmonstruoquebusca refugioenel fangohúmedode la costa tanprontocomoeloleajeloarrojaalamisma.Yyaqueelabismoquehabíaarrojadoaesemonstruoera el de mi clase social, trabé conocimiento con ella por primera vez en estas veladas. Medesazonaba.Tuvelasensacióndequeaquelloqueentoncesllenabalashabitacioneserainaccesible,resbaladizoysiempredispuestoaestrangularalosquerodeaba;ciegoasutiempo,ciegoalbuscaralimento, ciego en la actuación. La brillante camisa de frac que llevabami padreme parecía esanochetodaunacoraza,ydescubríquesusmiradasquepasearonhacíaunahoraporlassillasvacíasestaban armadas. Entretanto un susurro se había infiltrado en mi cuarto. Lo invisible se habíarobustecido3ysedisponíaaconsultarseasímismoportodaspartes.Escuchabasupropiomurmullosordocomoquiencolocaaloídounaconcha.Eracomolashojasenelvientoquedeliberanentresí,crepitabacomountroncoenlachimeneayluegosedesmoronaba.Entoncesllegóelmomentoenquemearrepentíadehaberpreparadopocashorasanteselcaminoalaveleidad.Estohabíaocurridoconunamaniobrapormediodelacuallamesadelcomedorsedesplegóyuntablero,abiertomediantedosbisagras,cubríaelespacioentrelasdosmitades,demaneraquetreintapersonascupieranenella.Luegomedejaron ayudar a poner lamesa.Pormismanospasaronno sólo losutensilios quemehonraban, como las pinzas de bogavante y el abreostras, sino que también los de uso diario seexhibieron de una forma solemne.Así las copas de cristal verde para vinos delRin, las pequeñastalladasparaelOporto,lasdechampañacubiertasdefiligranas,lossalerosenformadetonelitosdeplata,lostaponesdelasbotellasenformadepesadosgnomosyanimalesdemetal.Y,finalmente,mepermitieroncolocarencimadeunadelasmuchascopasdecadacubiertounatarjetaqueindicabaalinvitadoellugarqueleesperaba.Conestatarjetasecoronabalaobra,ycuando,porúltimo,diconairedeadmiración,unavueltaalrededordelamesa,delantedelacualúnicamentefaltabantodavíalas

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sillas, sóloentoncesmepenetróprofundamenteelpequeñosímbolodepazquemesaludabadesdetodos los platos. Eran las centaureas azules cuyo menudo dibujo cubría el servido de impecableporcelana:unaseñaldepaz,cuyabondadsóloconcebía lamiradaqueestáacostumbradaaaquellaotra,guerrera,queteníadelantetodoslosdemásdías.Piensoeneldibujodecebollaazul.¡Cuántasveces le había suplicado auxilio en el transcursode los desafíos y en las batallas decisivas que sedesencadenabanenlamismamesaqueahoraestabadelantedemíentodosuesplendor!Infinidaddeveces había seguido las ramificaciones, hilos, flores y volutas, con mayor entrega que frente alcuadromásbonito.Jamássehatratadodegranjearsemássinceramenteunaamistadqueyolohacíaconestamuestradecebolladecolorazuloscuro.Mehubieragustadotenerlaporaliadaenlaluchadesigualquetantasvecesmeamargabaelalmuerzo.Perojamásloconseguí.Estamuestraeravenalcomo un general de la China, la cual, al fin y al cabo, la había visto nacer. Mis solicitudes sedesbarataronporloshonoresconlosquemimadrelacolmaba,porlosdesfilesalosqueconvocabaalatropa,porlaselegíasqueresonabandesdelacocinaporcadamiembrocaído.Pues,indiferenteyrastrera,lamuestradecebollaseresistióamismiradassinenviarlamáspequeñadesushojitasparacubrirme. El solemne espectáculo de esta mesa me liberaba del dibujo fatal, y sólo eso hubierabastadoparaentusiasmarme.Perocuantomásavanzaba lanoche,más secubríaconunveloaquelbrilloyencantoquemehabíaprometidoporlatarde.Y5simimadre,apesardehabersequedadoencasa,entrabaporunmomentoparadarmelasbuenasnoches,sentíadoblementecuáleraelregaloqueotrosdíasmedejabaaestahorasobreelcubrecamas:elconocimientodelashorasquelereservabaaúneldíayelqueyomellevabaparadormirme,comolamuñecaentiempospasados.Eranhorasquelecaíansilenciosamente,sinsaberlo,sobrelosplieguesdelcubrecamaquemearreglaba,eranesashorasquemeconsolaban inclusoen lasnochesen lasqueella sedisponíaasalir,cuandometocabandisfrazadasdelaspuntillasnegrasdesumantilla,queyasehabíacolocado.Meagradaba,yporesonomegustabadejarlamarcharse,ycadamomentoqueganabaalasombradelamantillaydelapiedraamarilla,mehacíamásfelizquelosbombonesfulminantesque,sinfalta, tendríasegurosporlamañana.Cuandomipadrelallamabadesdefuera,supartidamellenabadeorgullo,pordejarlair a la fiesta de una forma tan radiante. Y en la cama, poco antes de dormirme comprendía, sinconocerlo, la verdad del dicho que afirma: cuanto más avanzada la noche, más brillantes losinvitados.

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Juegodeletras

Jamás podremos rescatar del todo lo que olvidamos. Quizás esté bien así. El choque queproduciríarecuperarlosería tandestructorqueal instantedeberíamosdejardecomprendernuestranostalgia.Deotramaneralacomprendemos,ytantomejor,cuantomásprofundoyaceennosotrosloolvidado. Del mismo modo que la palabra perdida, que acaba de huir de nuestros labios, nosinfundiríalaelocuenciadeDemóstenes,asíloolvidadonosparecepesarportodalavidavividaquenospromete.Loquehacemolestoygrávidoloolvidadotalveznoseasinounrestodecostumbresperdidas que nos resultan difíciles de recuperar. Quizás sea la mezcla con el polvo de nuestrasmoradasderrumbadasloqueconstituyeelsecretoporelquepervive.Comoquieraquesea,paracadacualexistencosasqueformanenélcostumbres,unasmásduraderasqueotras.Pormediodeellassevandesarrollandofacultadesqueseráncondicionantesdesuexistencia.Paralamíapropialofueronleeryescribir,yporeso,nadadeloquemeocupabaenmisañosmozosevocamayornostalgiaqueel juego de letras. Contenía, en unas pequeñas tablillas, unos caracteres que eranmásmenudos ytambiénmásfemeninosque las impresas.Secolocaban,gráciles,sobreunpequeñoatril inclinado,cada uno perfecto, y fijado uno tras otro por las reglas de suOrden, cual es la palabra a la quepertenecíanporseréstasupatrón.Meadmirabacómopodíaexistirtantasencillezunidaatangrandemajestuosidad.Eraunestadodegracia.Ymimanoderechaque,obediente,lobuscabaconempeño,noloencontraba.Tuvoquequedarsefuera,comoelporteroquedebedejarpasaraloselegidos.Deesta manera su trato con las letras estaba lleno de resignación. La nostalgia que despierta en mídemuestra cuán estrechamente ligado estaba ami infancia.Loque busco realmente es ellamisma,toda la infancia, tal y como sabíamanejarla lamano que colocaba las letras en el atril, donde seenlazaban lasunascon lasotras.Lamanoaúnpuede soñarelmanejo,peronuncapodrádespertarpara realizarlo realmente.Así,más de uno soñará en cómo aprendió a andar. Pero no le sirve denada.Ahorasabeandar,peronuncajamásvolveráaaprenderlo.

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Eltiovivo

Latablaconlossolícitosanimalesgirapróximaalsuelo.Tienelaalturaenlaquemejorsesueñair volando.Lamúsica ataca, y con unas sacudidas, el niño gira apartándose de lamadre. Primerotienemiedodeabandonara lamadre.Pero luegosedacuentadequees lealconsigomismo.Estásentadoenuntrono,comolealsoberanosobreunmundoquelepertenece.Enlastangentes,árboleseindígenascubrenlacarrera.ReapareceenalgúnOrientelamadre.Luegosurgedelaselvaunacimatalcomoelniñolaviohaceyamilenios,ycomoacabadeverlaeneltiovivo.ComoAriónmudovaviajandosobresumudopez;unToro-ZeusdemaderaloraptacualEuropainmaculada.Hacetiempoqueeleternoretornodetodaslascosassehaconvertidoensabiduríainfantil,lomismoquelavidaenunaembriaguezancestraldelpoder,conlaorquestinaqueresuenaenelcentro.Sitocamáslento,el espacio empieza a balbucir y los árboles comienzan a vacilar. El tiovivo se hace inseguro. Yaparecelamadre,comoelpalotantasvecesabordado,haciaelqueelniñoque,arriba,echaelcabodesusmiradas.

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Lafiebre

Elprincipiodetodaslasenfermedadesdemostrabaunayotravez,conquédelicadezacertera,conquécuidadoyartesemepresentabalaadversidad.Nolegustaballamarlaatención.Empezabaconalgunas manchas en la piel o con náuseas. Y parecía que la enfermedad tenía la costumbre deaguardarhastaqueelmédicolepreparaselacama.Éstevenía,meexaminabaeinsistíaqueesperaselo demás en la cama. Me prohibía que leyera. Detodas maneras no tenía que hacer nada deimportancia.Pues ahora comenzabaa repasar loque iba a suceder, hastaque semeembrollaba lacabeza.Medíaladistanciaentre lacamaylapuerta,preguntándomehastacuándolapodríansalvarmisllamadas.Enmimenteveíalacuchara,cuyosbordescolmabanlosruegosdemimadre,ycómo,despuésdehabérmelaacercadoconcuidado,descubríaderepentesuverdaderaesenciahaciéndomebeber la amarga medicina. Como el hombre embriagado calcula y piensa a veces, sólo paracomprobar que todavía puede, así contaba yo los aros luminosos que, proyectados por el sol,bailaban en el techo de mi habitación, y ordenaba una y otra vez los rombos del papel pintadoformandodiferentesconjuntos.

Heestadoenfermomuchasveces.Deahíresultatalvezqueloqueotrosllamanmipacienciaenrealidadnosepareceennadaaesavirtud.Noesmásquelapropensiónaveracercarsedesdelejostodoloquemeimporta,comolashorasqueseacercabanamilechodeenfermo.Sucede,pues,quepierdolasganasdehacerunviaje,sinopuedoesperardurantelargotiempolallegadadeltrenenlaestación,eigualmenteésadebedeserlarazónporlaquehacerregalossehayaconvertidoparamíenunapasión.Loquesorprendealosotros,yo,elqueloshace,lopreveodeantemano.Ayudadaporel tiempo de la espera, como el enfermo se apoya en las almohadas que tiene en la espalda, lanecesidadmismade aguardar lo venideroha hechoquemás tarde lasmujeresmepareciesenmásbellas cuantomás tiempo ymás confiadamente las había esperado.Mi cama, en otros tiempos ellugar más retirado y tranquilo, adquiría ahora rango y categoría públicos. Por algún tiempo noseguiríasiendoelcotodeempresassigilosamentellevadasacaboporlasnoches:nadadelecturasnidesombraschinescas.Yanoestabadebajodelaalmohadaellibroque,porestarprohibido,sesolíaesconderallítodaslasnochesconunúltimoesfuerzo.Durantesemanasseacabarontambiénlosríosde lava y los pequeños incendios que hacían fundirse la estearina. Puede que en el fondo laenfermedad nome privara sino de aquel juegomudo y silencioso que, en lo que amí se refiere,nuncahabíaestadolibredelmiedoencubierto,precursordeaquelotroqueacompañaríamástardeelmismo juego al mismo filo de la noche. Había tenido que presentarse la enfermedad paraproporcionarmeunaconcienciapura.Yésta,sinembargo,eratanlimpiacomocualquierpartedelasábanalisaquemeesperabaporlasnocheslosdíasenquesemudabalaropadelacama.

Por lo general, mimadreme preparaba la cama. Desde el diván observaba cómo sacudía lasalmohadasy lassábanas,yrecordaba lasnochesquemebañabany luegomeservían lacenaen lacama,enunabandejadeporcelana.Debajodelvidriado,entrezarzalesde frambuesassilvestresseabríapasounamujerafanándoseporentregaralvientounabanderaconellema:

Comoencasanoseestáenningúnsitio.

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El recuerdode la cenay de los zarzales del frambuesome agradaban tantomáspor cuanto elcuerposesentíaporencimadelanecesidaddetenerquecomeralgunacosa.Encambioleapetecíanlas historias. Las fuertes corrientes que las llenaban le atravesaban y arrastraban elmal como unobjetoflotante.Eldoloreraundiquequesóloalprincipioseresistíaalrelato.Mástarde,cuandoéstesehubierarobustecido,quedaríaminadoyarrastradoalpozodelolvido.Lascariciasibanhaciendoelcaucedeestacorriente.Meagradaban,pueslamanodemimadreempezabaahilar lashistoriasqueprontosaldríanenabundanciadesuslabios.Conellassalióalaluzlopocoquelleguéasaberdemisantepasados.Lacarreradeunodeellos.Seevocabanlospreceptosmoralesdemiabuelo,comopara hacerme entender cuán precipitado sería desprenderme, por una muerte prematura, de lostriunfosqueteníaenlamanograciasamiorigen.Dosvecesaldíamimadrecontrolababastaquépuntome aproximaba a lamisma. Con cuidado iba luego con el termómetro a Ja ventana o a lalámpara,manejandoelestrechotubitocomosienélestuvieseencerradamivida.Mástarde,cuandofuicreciendo,meresultabatandifícildescifrarlapresenciadelalmaenelcuerpocomolasituacióndelhilodelavidaenelpequeñotubo,enelquesiempreseescapabademimirada.Cansaelquelemidan a uno. Después me gustaba quedarme sólo, para ocuparme de mi almohada. Pues estabafamiliarizadoconlasalturasdemisalmohadasenaquellaépocaenlaquecolinasymontañasaúnnomedecíannada.Esmás,amíya las fuerzasqueoriginanaquéllas,noscubría lamismamanta.Avecesmelasarreglabadetalmaneraqueenlaladeradelmonteseabrieraunacueva.Memetíaenella;echabalamantasobremicabezayprestabaoídoaJaoscuragarganta,alimentandoelsilenciode cuando en cuando con palabras que retornaban del mismo en forma de historias. A vecesparticipaban los dedos y ponía en escena algún suceso o jugaba «a la tienda» y «detrás delmostrador»,formadoporeldedodelmedio,ylosmeñiquessaludabansolícitosalclientequeerayomismo.

Sin embargo, mis ganas y también las fuerzas para controlar el juego iban flaqueando. Porúltimo,seguíacasisininteréselmovimientodemisdedos,quemerodeabancualchusmaindolenteeinsidiosa por el recinto de una ciudad a la que un incendio devoraba. Imposible tener en ellos lamenorconfianza.Pues,aunqueacabarandereunirsesinmalicia,nosepodíaestarsegurodequecadauna de las tropas no volviese a marcharse por su camino, tan silenciosamente como se habíanpresentado.Ésteeraavecesuncaminoprohibido,acuyofinalundulcedescansofranqueabalavistahaciatentadorasvisionesquesemovíandebajodelvelodellamasdetrásdelospárpadoscerrados.Apesardelmuchocuidadoycariño,noeraposibleinsertarcontinuamenteenlavidadenuestracasalahabitacióndondeestabamicama.Teníaqueesperarquellegaselanoche.Luego,cuandoseabríalapuerta delante de la lámpara y la esfera de su globo se movía hacia mí por encima del umbral,parecíaquelaboladoradadelavida,quehacíagirarcualquierhoradeldía,encontraseporprimeravezelcaminodemicuartocomosiéstefueseunacasillaolvidada.Yantesdequelanochequedaseinstalada a gusto, paramí comenzabaunanuevavida, aunque, a decir verdad, era la de la antiguafiebrequerenaceríadeunmomentoaotrodebajodelaluzdelalámpara.

Sólo la circunstancia de estar acostadome permitía sacar de la luz un provecho que otros nopodíanobtenertanpronto.Aprovechabamiocioylacercaníadelapared,delosquedisfrutabaenlacama,parasaludarlaluzconsombraschinescas.Entoncestodosaquellosjuegosquehabíapermitidoamisdedosserepetíanunavezmássobreelpapelpintado,aunquedemaneramenosprecisa,peromásvistosayhermética.«Enlugardetemerlassombrasdelanoche—asídecíamilibrodejuegos—,losniñosalegressesirvendeellasparadivertirse».Acontinuaciónvenían,ricamenteilustradas,

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instruccionesdecómosepodíanproyectarsobrelapareddeal ladodelacamacabrasmontesasygranaderos,cisnesyconejos.Por loqueamírespecta,rarasveces logrémásquelasfaucesdeunlobo. Sólo que eran tan grandes y abiertas que debían ser las del lobo Fenris[8], al que ponía enmovimientocomodestructordelmundoenlamismahabitaciónenlaquesemedisputabainclusolaenfermedadinfantil.

Unbuendíasefue.Lainminenteconvalecenciarompía,comoelparto,lazosquelafiebrehabíaestrechado.Los criados comenzaron a sustituirmás amenudo a lamadre enmi existencia.Y unamañana, tras el largo paréntesis y con pocas fuerzas aún,me dediqué de nuevo a escuchar cómosacudían las alfombras. El ruido subía por la ventana grabándose en el corazón del niño máshondamentequelavozdelaamadaeneldelhombre;esesacudirdealfombrasqueeraelidiomadela clase baja, de gentes realmente adultas, y que nunca se interrumpía, ni se desviaba jamás,tomándosesutiempoaveces,lentoymoderadamentedispuestoatodo,pararecaerdenuevoenuninexplicableritmogalopante,comosiabajoseapresurasenanteeltemordelalluvia.

Delamismamaneraimperceptiblecomohabíacomenzado,laenfermedadsedespidió.Peroauncuandoibaaolvidarladeltodo,mellegósuúltimoadiósenlahojadeestudios.Alpiedelamismaestaba anotado el total de las horas que había faltado. De ningún modo me parecían grises,monótonas como las quehabíapasado, sinoque estaban allí, enfiladas como las cintas de coloressobreelpechodelmutilado.Esmás,lanota«faltasaclase:cientosetentaytreshoras»simbolizabaunalargafiladecondecoraciones.

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Doscharangas

Nunca habría nada tan deshumanizado y tan desvergonzado en la música como aquello de labanda militar que atemperaba la corriente de personas que se empujaban entre las cafeterías delZoológicoalolargodela«avenidadelmentidero».Hoycomprendoloquesuponeelpoderdeestascorrientes.Paralosberlinesesnohabíamásaltaescuelaparaelflirtqueésta,rodeadadelosarenalesde los ñus y cebras, por los árboles desnudos y las grietas donde anidaban los alimoches y loscóndores,porlascercashediondasdeloslobosyporlosnidalesdelospelícanosydelasgarzas.Lasvocesylosgritosdelosanimalessemezclabanconelruidodelosbombosyplatillos.Esteeraelambiente en el que, por vez primera, lamirada delmuchacho trataba de acercarse e importunar aalgunadelastranseúntes,entantoqueseafanabaporhablarconelcompañero.Ytalfuesuesfuerzopornotraicionarseporeltimbredelavoz,niporlamirada,quenadaviodeaquellaquepasaba.

Muchoantesconocióotracharanga.Perocuándistintaseranlasdos:éstaquesemecíasofocanteyseductorabajoeltechodehojasydelona,yaquéllamásantigua,quenítidayagudapermanecíaenelairefríocomodebajodeunafinacampanadecristal.InvitabadesdelaIsladeRousseau,animandoalospatinadoresdelNeuenSee[9]aejecutarsusvueltasysusquiebros.Yotambiénestabaentreellos,mucho antes de sospechar el origendel nombrede la isla, por nohablar de las dificultades de sugrafía.Por su situación, estepatinaderono se igualabaaningúnotro, sobre todopor suvidaa lolargode las estacionesdel año.Pues ¿quéhacía el veranode losdemás?Pistasde tenis.Aquí, sinembargo,seextendíabajolasampliascopasdelosárbolesdelaorillaelmismolagoque,puestoenunmarco,meesperabaenelcomedorsombríodemiabuela.Enaquellaépocagustabapintarloconsus laberínticas corrientes de agua, y ahora, deslizarse, al sonde unvals vienés, bajo losmismospuentesdesdecuyopretil,enverano,sesolíacontemplarelpasolentodelosbotesporlasoscurasaguas.Enlascercaníashabíacaminossinuosos,y,sobretodo,losapartadosrefugiosylosbancos:«Sóloparamayores».Deformacircularestabanallírepartidosloscajonesdearena,enlosquelospequeños jugaban distraídos hasta que alguno tropezaba con otro o le chillaba desde el banco laniñeraque,detrásdelcochecito,leíadócilalgúnnovelón,llamandoalordenalpequeñosinlevantarapenas la mirada. Hasta allí llegaron hombres viejos y achacosos que, mediante el periódico,reivindicabanlaseriedaddelavidaenmediodelaturbadeneciasmujeresyelgriteríodelosniños.Perodejemosdehablardeestasorillas.Ellago,sinembargo,perviveenmíporeltacto,quesientotodavía, en los pies entorpecidos por los patines; tras un giro por el hielo advertían de nuevo elentarimadoy,tambaleándose,irrumpíanconestruendoenunacasetadondehabíaunacandenteestufade hierro.Cerca estaba el banco, donde se volvía a sentir el peso de los pies antes de decidirse adesatarlos. Luego que el muslo descansaba al soslayo sobre la rodilla y se aflojaban los patines,parecía que nos crecían alas en ambos pies, y arrastrando nuestros pasos sobre el suelo helado,salimosaldescubierto.Desdelaisla,lamúsicameacompañabaduranteunratoenmicaminoacasa.

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Libros

Losquemásmegustabanlosconseguíaenlabibliotecadelcolegio.Enlasclasesinferioresserepartían.Elprofesorde laclasepronunciabaminombre,yentoncesel librohacíasucaminoporencimade los bancos.Uno lo pasaba a otro, o se balanceabapor encimade las cabezashasta quellegaba amí, que lo había pedido.En sus hojas estabanmarcadas las huellas de los dedosque lashabíanvuelto.Elcordelquecierralacabezada,yquesobresalíaarribayabajo,estabasucio.Ellomo,sobretodo,teníaquehabersoportadomucho;deahíqueambascubiertassedislocasenyqueelcantodeltomoformaseescaleritasyterrazas.Sinembargo,aligualqueelramajedelosárbolesduranteelveranillodeSanMartín,desushojascolgabanaveceslosdébileshilosdeunaredenlaquemehabíaenredadocuandoaprendíaleer.Ellibroestabaencimadelamesa,demasiadoalta.Mientrasleíametapabalosoídos.Sordodeesamanera,recuerdohaberescuchadonarrar.Desdeluegonoamipadre.Aveces,encambio,eninvierno,cuandoestabafrentealaventanaenelcuartocaliente,losremolinosde lanieve,allí fuera,mecontabancosasensilencio.Loquemecontabanno lopudecomprendernuncaconexactitud,pueserademasiadodensoysincesarsemezclabapresurosolonuevoentreloconocido.Apenasmehabíaunidoconfervoraungrupodecoposdenievecuandomedicuentaquetenía que entregarme a otro que de repente se había metido enmedio. Entonces había llegado elmomentodebuscar,eneltorbellinodelasletras,lashistoriasquesemehabíanescapadoestandoenlaventana.Lospaíseslejanosqueencontrabaenellasjugueteaban,intimandolosunosconlosotrosal igualqueloscoposdenieve.Ydebidoaquela lejanía,cuandonieva,noconducealadistancia,sino al interior, en el mío habitaban Babel y Bagdad, Acón y Alasca, Tromsoe y Transvaal. Eltemplado aire de la lectura, que lo penetraba, captaba irresistiblemente, con sangre y peligro, micorazónqueseguíafielalosdeslustradosvolúmenes.

¿O acaso, seguía fiel a otros más antiguos, imposibles de hallar? Es decir a aquéllos,maravillosos,quesólounavezensueñospudevolveraver.¿Cuáleseransustítulos?Nosabíasinoquehabíandesaparecidohacemuchoyquenohabíapodidoencontrarlosnuncamás.Sinembargo,ahora estaban allí en un armario, del que, al despertar,me di cuenta que antes nuncame lo habíaencontrado. En sueños me parecía conocido desde siempre. Los libros no estaban de canto, sinotirados,enelrincóndelastempestades.Ytempestuosofueloquesucedíaenellos.Abrirunodeellosmehubieseconducidoasumismoseno,enelqueseformabanlasnubescambiantesyturbiasdeuntextopreñadode colores.Eranburbujeantes, fugaces, pero siempre llegarona componeruncolorvioletaqueparecíaprocederdel interiordeunanimaldesacrificio. Indeciblesygravescomoestecondenadocolorvioletaeranlostítulos,deloscualescadaunomeparecíamássingularyfamiliarque el anterior. Pero aun antes de que pudiera asegurarme de cualquiera de ellos, me habíadespertado,sinhabervueltoatocar,siquieraensueños,losantiguoslibrosdelainfancia.

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Unfantasma

Era una tarde, cuando tenía siete u ocho años, delante de nuestra residencia veraniega.Una denuestrasmuchachaspermanecetodavíaunratojuntoalaverjaqueconduceanoséquéavenida.Elgran jardín, por cuya periferia cubierta de maleza había merodeado, quedó cerrado para mí. Hallegadoelmomentodeacostarse.Puedequemehayahartadodemijuegofavorito,tirandoenalgunapartedelosarbustosquecrecenjuntoalcercodealambre,conmipistola«Eurecka»,alospájarosdemadera que, por el bote del proyectil, se cayeron del panel donde estaban posados enmedio delfollajepintado.Todoeldíahabíaguardadoparamíunsueño—elsueñodelaúltimanochepasada—.En el mismo se me había aparecido un fantasma. Difícilmente hubiera podido describir el lugardonde estaba atareado en sus negocios. Sin embargo, tenía algún parecido con otro que me erafamiliar, aunque de manera impenetrable. Era el cuarto donde dormían mis padres; un rincónrevestido de una raída cortina violeta de felpa, detrás de la cual estaban colgadas las batas demimadre. La oscuridad detrás de la cortina era insondable. El rincón, sin embargo, hacía undesacreditadojuegoconelparaísopuroquesemeabríaenelroperodemimadre.Losestantesdelmismo, por cuyos cantos se extendía, sobre ribetes blancos, un texto tomado de La Campana deSchiller, soportabanpilasde ropadecamaydecasa, sábanas, sobrecamasy servilletas.Unolor alavandasalíadelospequeñossaquitosrepletosquecolgabandelaparteinteriordeambaspuertasdelarmario, por encima del forro fruncido. Era ésta la antigua ymisteriosamagia del tejido y de lahilatura,queantañotuvosu lugarenel tornodehilar,divididoenparaísoe infierno.Puesbien,elsueñoteníaqueverconesteúltimo:unfantasmaseatareabaenunanaqueldelcualcolgabancosasdeseda.Lassedaslasrobóelfantasma.Nolasrecogía,nilasllevabaaningunaparte;bienmirado,nohacíanadadeellasniconellas.Y,noobstante,yosabíaquelasrobaba,aligualqueenlasleyendaslas gentes que descubren un festín de fantasmas que no comen ni beben se dan cuenta que se estácelebrandounbanquete.Esteeraelsueñoquehabíaguardadoparamí.Lanochesiguienteobservé,aunahoradesacostumbrada—yfuecomosiunsegundosueñosesobrepusieraalprimero—,quemispadres entraban enmi cuarto. El que se encerrasen conmigo ya no lo vi. Por lamañana, cuandodesperté,nohabíanadaparadesayunar.Comprendíquehabíanrobadolacasa.Amediodíavinieronunos parientes con lo más indispensable. Una banda numerosa de ladrones se había introducidofurtivamente.Yeraunasuerte,asídecían,queelruidoquehicieronenlacasapermitierainferirsunúmero. La peligrosa visita duró hasta la madrugada. En vano mis padres habían aguardado elcrepúsculo con la esperanza de poder hacer señales a la calle. Yo también quedé envuelto en elsuceso.Aunquenosupedeclararnadaacercadelcomportamientode lamuchachaquealatardecerhabíaestadojuntoalaverja,misueñodelanocheanteriorllegóaseratendido.AligualquelamujerdeBarbaAzul, la curiosidad temeraria penetró en su alcobamortífera.Aterradome di cuenta, alhablar,dequejamásdebíadehaberlorevelado.

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Elpupitre

Elmédicoencontróqueyoeramiope.Ymerecetónosólounasgafas,sinotambiénunpupitre.Estabaconstruidodeunamaneraingeniosa.Sepodíavariarelasientodetalformaquesecolocabamáspróximoomásalejadodeltablerodeplanoinclinadoqueservíaparaescribir;teníaademásuntravesañohorizontal en el respaldoquebrindaba su sostén a la espalda, sinmencionar el pequeñoestanteregulablequecoronabaeltodo.Elpupitrecercadelaventanaseconvirtióprontoenmisitiopreferido.Elpequeñoarmarioqueestabaocultodebajodelasientonosóloconteníaloslibrosquenecesitabaenelcolegio,sinotambiénelálbumdelossellos,ademásdeotrostresquecomprendíanlacoleccióndepostales.Ydelasólidaperchaenlapartelateraldelpupitrecolgaba,al ladodemicartapacio,nosólolacestitadelamerienda,sinotambiénelsabledeuniformedehúsaresylacajadeherborista. Más de una vez, cuando volvía del colegio, lo primero que hacía era celebrar elreencuentro con mi pupitre convirtiéndolo en campo de acción de cualquiera de mis más carasocupaciones,comolascalcomanías,porejemplo.Lalazaconelaguacalientenotardabaenocuparelsitioenquepocoanteshabíaestadoeltinteroycomencéarecortarlasestampas.¡Cuántascosasmeprometíaelvelotraselcualmemirabanfijamente,encerradasenpliegosycuadernos!Elzapateroinclinándose sobre la horma, y los niños sentados en lo alto de un árbol cogiendomanzanas, ellecherodelantedeunapuertanevada, el tigre agachadoyprestoa lanzarse sobreel cazador, cuyaescopetaestáescupiendofuego,elpescadorenlahierbadelantedeunriachuelodeaguasazules,laclase atenta al profesor, quien, escribiendo en la pizarra, cuenta algo, el droguero en su tiendaabundantementesurtidaymulticolor,elfaroylosvelerosdelante,todoelloestabacubiertoporunacortina de niebla. Sin embargo, cuando posaban sobre la hoja de papel trasluciendo suavemente,cuandolagruesacapasedeshacíaendelgadaspelotillasbajolasyemasdemisdedosquefrotabaneldorsorasgandoyraspando,conunosmovimientosgiratorios,cuandoporúltimo,elcolorirrumpíasuaveynetamenteporeldorsoagrietadoymaltratado,entonceseracomosisobreelmundoturbio,mañaneroydescoloridosalieseelsolradiantedeseptiembre,ytodo,humedecidoporelrocíoquelorefrescaba en el crepúsculo, resplandecía por la proximidad de un nuevo día de la creación.Auncuandomehartabadeestejuego,siempreencontréotropretextoparademorarlastareasdelcolegio.Me gustaba revisar viejos cuadernos cuyo valor radicaba en el hecho de haberlos sustraído alprofesorqueteníaunderechosobreellos.Entoncesmimiradadescansabaenlasnotaspuestascontintarojaymellenabaunasatisfacciónserena.Pues,aligualquelosnombresdelosdifuntosenlaslápidas,queyanopuedenserdeprovechonicausardaño,lasnotasestabanallítrashabertransferidosufuerzaaotrasanteriores.Perotambiéndeotramanera,yconlaconcienciamástranquila,sepodíapasar el tiempomanejandocuadernosy librosde texto.Habíaqueenvolver los libros enun reciopapeldeembalarazuly,enloqueserefierealoscuadernos,existíalaordendeadjuntaracadaunounpapelsecantedeformaquenoseperdiera.Paraellohabíaunoscuadernitosdeobleas.Procurandocierta variedad del colorido se podían conseguir las más diversas composiciones, las másarmoniosas, y también las más llamativas. De esta suerte, el pupitre se asemejaba al banco delcolegio,aunqueenelpupitreestabaasalvoyteníalibertadparacosasdelasqueelbanconodebíasabernada.Elpupitreyyoéramossolidariosfrenteaél.Ycuandoloacababaderecuperardespuésdeunajornadaaburridadecolegio,medabanuevasfuerzas.Nosólopodíasentirmecomoencasa;sino,másaún,comoenunacelda,comparableúnicamenteaunodelosclérigosquepuedenverseenloscuadrosmedievales,sentadosensureclinatorioopupitre,aligualquedentrodeuncaparazón.En

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estamoradacomencéaleerDebeyHaberyDosciudades.Escogíalashorasmástranquilasdeldíayeste lugar,elmás recónditode todos.Luegoabría laprimerapáginasintiendo lamismasensaciónfestiva,comoquienpisaunnuevocontinente.Y,enefecto,eraunnuevocontinente,enquelaCrimea,ElCairo,BabelyBagdad,AlaskayTaschkent,DelfosyDetroitquedaroncasisolapadoscomolasdoradasmedallasde lascajasdepurosquecoleccionaba.Nohabíanadamásconfortantequeestarencerradodeestamaneracontodoslosinstrumentosdemitormento—cuadernosconlosvocablos,compás,diccionarios—,cuandolosderechosdeéstosquedabananulados.

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UnángeldeNavidad

TodoempezabaconlosárbolesdeNavidad.Unamañana,aúnantesdelasvacaciones,quedaronfijadosenlasesquinasdelascalleslossellosverdesqueparecíansujetarlaciudadportodaspartes,como un gigantesco paquete de Navidad. Pero, a pesar de todo, un buen día estalló, y juguetes,nueces,pajayadornosparaelárbolbrotabandesuinterior:eraelmercadonavideño.Perotambiénsurgíaalgomás.Lapobreza.Puesaligualqueenlabandejanavideñapodíanexhibirse,alladodelmazapán,manzanas y nueces con un poco de oropel, así también, en los barrios ricos, las gentespobresconlaplataenláminasylasvelasdecolores.Perolosricoshicieronqueseadelantaransushijosparacomprara lapobrecorderitosde lanaopararepartir limosnasqueaellosmismos,porvergüenza,nolessalíandelamano.Entretantoyaestabaenelbalcónelárbolquemimadrehabíacompradoensecretoymandadosubiralpisoporlaescaleradeservicio.Peromásmaravillosoaúnque todo lo que le confería la luz de las velas fue ver de qué manera la fiesta próxima ibaentretejiéndose cada día un poco más en sus ramas. En los patios, los organilleros empezaron ademorarconsuscánticoselúltimoplazo.Porfinexpiró,noobstante,yvolvióunodeesosdíasqueestoyrecordandocomounodelosmástempranos.Esperabaenmicuartohastaquedieranlasseis.Mástarde,enlavida,ningunafiestaposeeestahora,quevibracomounaflechaenelcorazóndeldía.Había oscurecido ya; sin embargo, no encendí la lámpara por no apartar la vista de las ventanasoscuras del patio, detrás de las cuales pude ver las primeras velas. De todos los momentos queintegranlaexistenciadelárboldeNavidadeselmásmisterioso,cuandosacrificaalaoscuridadlashojasyelramajeparanosersinounaconstelacióninaccesibley,noobstante,próxima,enlaventanaempañada de uno de los pisos interiores. Sin embargo, por la manera en que una de esasconstelacionesagraciabadecuandoencuandounadelasventanasabandonadas,entantoquemuchasseguíanpermaneciendooscuras,yotras,mástristesaún,decaíanalaluzdegasdelasprimerashorasdelatarde,meparecíaqueestasventanasnavideñasencerrabanlasoledadylamiseria,todoloquelagente pobre pasa en silencio.Luego recordé los regalos que estabanpreparandomis padres, peroapenasmeapartédelaventanaconelcorazónentristecido,comosóloloconsiguelaproximidaddeladichasegura,sentíalgodistintoyextrañoenlaestancia.Noerasinounviento,demodoquelaspalabrasqueformaronmislabiosquedaroncomolosplieguesqueunavelainerteproducederepenteanteunabrisafresca.

Todoslosaños,elNiñoJesúsvuelvealatierradondeestamosloshombres.

Conestaspalabrasseesfumóelángelqueacababadetomarcuerpoenellas.Yonoseguípormástiempoenlahabitacióndesierta.Mellamaronaladeenfrente,enlaqueelárbolacababadeentrarenlagloriaquemeloarrebataba,hastaque,despojadodesupie,sepultadoenlanieveorelucienteenlalluviaponíafinalafiestaquehabíacomenzadoconunorganillo.

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Armarios

Elprimermueblequeseabríaobedeciendoamivoluntadfuelacómoda.Teníaquetirartansólodel tirador y la puerta saltaba, empujada por el muelle. Dentro se guardaba mi ropa. Entre miscamisas, calzoncillos, camisetas que deben de haber estado allí y de los cuales no recuerdo nada,había,noobstante,algoquenosehaperdidoyquehacíaqueelaccesoaestearmariomeresultaseuna y otra vez seductor y fantástico. Tenía que abrirme camino hasta el rincón más recóndito;entonces daba con mis calcetines que estaban amontonados allí, enrollados y plegados segúnantiquísima costumbre, de forma que cada uno de los pares presentaba el aspecto de una pequeñabolsa.Paramínohabíamayorplacerqueelmetermimanolomásprofundoposibleensuinterior;nosóloporelcalordelalana.Erala«tradición»laque,enrolladaensuinterior,tomabasiempreenmimanoyquemeatraíadeestamanerahacialaprofundidad.Cuandolateníaabrazadaconlamano,ymehabíaaseguradoenloposibledelaposesióndelamasasuaveylanuda,entoncescomenzabalasegunda parte del juego, que conducía a la revelación emocionante. Pues ahora me disponía adesenvolver«latradición»desubolsadelana.Laaproximabacadavezmáshaciamí,hastaqueseobraba lomássorprendente,que«la tradición»salieseporcompletodesubolsa,en tantoqueéstadejabadeexistir.Nomecansabanuncadehacer lapruebadeestaverdadenigmática:que formaycontenido,elveloylovelado,«latradición»ylabolsa,noeransinounasolacosa.Yhabíaalgomás,untercerfenómeno,aquelcalcetínenelcualseconvertíanlasdos.Siahorapiensocuáninsaciablefui para conseguir estemilagro,me siento tentado a suponer quemis artificios no fueron sino lapequeñaparejahermanadadeloscuentosqueigualmentemeinvitabanalmundodelafantasíaydelamagiaparaacabarpordevolvermedelamismainfaliblemaneraalasimplerealidadquemeacogíaconelmismoconsueloqueuncalcetín.Pasaronaños.Miconfianzaenlamagiayasehabíaperdidoyhacíanfaltaestímulosmásfuertespararecobrarla.Empecéabuscarlosenloextraño,lohorribleylofantástico,ytambiénestavezeraanteunarmariodondetratabadesaborearlos.Eljuego,noobstante,eramásatrevido.Sehabíaacabadolainocencia,yfueunaprohibiciónlaquelocreó.Yesqueteníaprohibidos los folletos en los queme prometía resarcirme con creces del mundo perdido de loscuentos.Porcierto,nocomprendíalostítulos:«LaFermata»—«ElMayorazgo»—«Haimatochare».Sinembargo,detodoslosquenocomprendía,debíarespondermeelnombredeHoffmann,«eldelosfantasmas»ylaseriaadvertenciadenoabrirlojamás.Porfin logréllegaraellos.Sucedíaalgunasvecesporlamañana,cuandoyahabíavueltodelcolegio,antesdequemimadreregresaradelcentroymipadredelosnegocios.Entalesdíasmeibaalabibliotecasinperderelmásmínimotiempo.Eraun extraño mueble; por su aspecto no se veía que albergara libros. Sus puertas, dentro de losbastidoresderoble,teníanunoscuarteronesqueerandecristal,esdecirsecomponíandepequeñoscristalesemplomados,cadaunoseparadodelosotrosporunosrielesdeplomo.Losvidrioserandecolorrojoyverdeyamarillo,ytotalmenteopacos.Deestamanera,elvidrionoteníasentidoenestapuerta,ycomosiquisieratomarvenganzaporeldestinoqueledeparabaesteusoimpropio,brillabaconunosreflejosenojososquenoinvitabananadieaacercarse.Pero,aunquemehubieseafectadoentonceselambientemalsanoquerodeabaesemueble,nohubiesesidosinounestímulomásparaelgolpe demanoque tenía proyectado a esta hora silenciosa, peligrosa y clara de lamañana.Abríabruscamentelapuerta,palpabaelvolumenquenohabíaquebuscarenlaprimerafilasinodetrás,enla oscuridad, y hojeando febrilmente abría la página donde me había quedado; sin moverme,comenzaba a recorrer las páginas delante de la puerta abierta, aprovechando el tiempo hasta que

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vinieranmispadres.Deloqueleíanocomprendíanada.Sinembargo,losterroresdecadaunadelasvoces fantasmales y de cadamedianoche, de cadamaldición, aumentabany se extremabanpor lostemoresdeloídoqueesperabaencualquiermomentoelruidodelallaveyelgolpesordoconelque,fuera,elbastóndemipadrecaíaenlabastonera.Unindiciodelaposiciónprivilegiadaquelosbienesespiritualesmanteníanencasaeraqueestearmariofueraelúnicoentretodosquequedaraabierto.Alos demás no había otro acceso que la cestita de las llaves que acompañaba en aquella época acualquieramadecasaportodaslaspartesdelhogar,lacual,noobstante,eraechadademenosacadapaso.Elruidodelmontóndellavesalrevolverlasprecedíacualquierfaenaenlacasa.Eraelcaosqueserevelabaantesdequesenospresentaselaimagendelordensagradodetrásdelaspuertasdelosarmarios abiertos de par en par como el fondo de un relicario del altar.También amíme exigíaveneracióneinclusosacrificio.DespuésdecadafiestadeNavidadydecumpleañoshabíaquedecidircuáldelosregaloshabíaqueofrendaral«nuevoarmario»delquemimadremeguardabalasllaves.Todoloqueseencerrabapermanecíanuevopormástiempo.Yo,encambio,nopensabaconservarlonuevo, sino renovar lo antiguo. Renovar lo antiguo mediante su posesión era el objeto de lacolecciónquesemeamontonabaenloscajones.Cadapiedraqueencontraba,cadaflorquecogíaycadamariposa capturada, todo lo que poseía era paramí una colección única. «Ordenar» hubiesesignificadodestruirunaobrallenadecastañasconpúas,papelesdeestaño,cubosdemadera,cactusypfennigsdecobrequeeran,respectivamente,manguales,untesorodeplata,ataúdes,palosdetótemyescudos.Deestamaneracrecíanysetransformabanlosbienesdelainfanciaenlosanaqueles,cajasycajones.Loqueantañopasabadeunacasadecampoaformarpartedelcuento—aquelúltimocuartoque está vedado a la ahijada de la Virgen María[10]—, en una casa de ciudad queda reducido alarmario.Elmássombríoentrelosmueblesdeaquellaépocafueelaparador.Loqueerauncomedorysumisteriosólopodíaapreciarloquien lograbaexplicarse ladesproporciónde lapuertaconelaparadoranchoymacizocuyascimasllegabanhastaeltecho.Parecíatenerunosderechosheredadossobresuespacio,lomismoquesobresutiempo,enelcualseerguíacomotestigodeunaidentidadqueenépocasremotaspodríahaberunidolosbienesinmueblesconlosmuebles.Lalimpiadora,quedespoblabatodopordoquier,nopodíaconél.Sólopodíaquitaryamontonarenuncuartodealladolos enfriadores de plata, las soperas, los jarrones deDelft ymayólicas, las urnas de bronce y lascopasdecristalqueestabanenlosnichosydebajodelashornacinas,ensusterrazasyestrados,entrelosportalesydelantedesusrevestimientos.Laelevadaalturadondeocupabansutronoanulabatodousopráctico.Conrazónelaparadorseasemejabaenesoalosmontescubiertosdetemplos.Además,podíaexhibirunostesorostalescomolosquealosídoloslesgustarodearse.Eldíamásoportunoparaelloeracuandosedabaalgunafiesta.Yaamediodíaseabríalamontañadejándomevereltesorodeplatadelacasaensusgaleríascubiertasdeunterciopeloparecidoamusgoverdegris.Detodoloqueallíyacíanosólosepodíadisponerdiez,sinoveinteyhasta treintaveces.Ycuandoveíaestaslargas, larguísimas filas de cucharitas de moca y posa-cubiertos, cuchillos para pelar fruta ydesbulladoresdeostras,semezclabaelgocedevertantaabundanciaconeltemordequeaquéllosaquienesseesperabaseparecieranlosunosalosotroscomonuestroscubiertos.

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Mendigosyprostitutas

EnmiinfanciaestuveaprisionadoporelantiguoyelnuevoOeste.Miclanvivíaporentoncesenlosdosbarrios,conunaactitudenlaquesemezclabanlaobstinaciónyelamorpropioquehacíadeambosunghettoalqueconsiderabacomosufeudo.Enestebarriodepropietariosquedéencerrado,sinsabernadadelosotros.Paralosniñosdemiedad, lospobressóloexistíancomomendigos.Ysupuso un gran paso adelante en mis conocimientos cuando, por primera vez, la pobreza se metrasluciópor la ignominiadeun trabajomalpagado.Eraunapequeñacomposición, laprimera talvez, que había redactado para mí. Tenía que ver con un hombre que reparte hojas y con lashumillaciones que sufre por parte del público que no tiene interés en las hojas.Así sucede que elpobre,yconestoconcluía,sedesembarazacondisimulodetodoelpaquete.Ciertamente,lamaneramás ineficaz para aclarar la situación. Pero entonces yo no alcanzaba a comprender ninguna otraformadesublevaciónsino ladel sabotaje,yésta, sinduda,porpropiaexperiencia.Recurríaaellacuandotratabadeeludiramimadre.Sobretodoenlos«recados»,yconunaporfíayterquedadqueamenudo desesperaban a mi madre. Y es que había adquirido la costumbre de quedarme siemprerezagado.Eracomosideningúnmodoquisiesehacerfrenteaunquefueraamipropiamadre.Loqueteníaqueagradeceraestaresistenciasoñadoradurantelospaseoscomunesporlaciudadsemostrómástarde,cuandosulaberintosefranqueóalinstintosexual.Éste,sinembargo,nobuscabaelcuerpoconlosprimerostanteos,sinoaPsyque,cuyasalasrelucíanpútridasalaluzdeunafaroladegasoreposaban, sinhabersedesplegado, cual ninfa, debajode lapelliza.Entoncesme regalaba conunamiradaquenoparecíacaptarni la tercerapartede loqueenrealidadabarcaba.Peroyaenaquellaépoca, cuandomimadreme regañaba pormi hosquedad ymimodode andar soñoliento, sentí laposibilidad confusa de librarme más tarde de su dominio, en unión de estas calles, en las queaparentemente nome orientaba. En todo caso, no cabe duda de que la sensación—engañosa, pordesgracia— de abandonarla a ella, a su clase y a la mía, era la causa del impulso sin igual dedirigirmeaunaprostitutaenplenacalle.Podíanpasarhorashastaquelleguéaponerloenpráctica.Elpavor que iba sintiendo era el mismo que me hubiese producido un autómata al que una simplepregunta fuera suficiente para ponerlo enmarcha.Y así echémi voz por la hendidura. Luegomezumbabanlosoídosynoeracapazderecogerlaspalabrasquecayerondelabocapintarrajeada.Mefui corriendo, para repetir lamismanoche, y en otrasmuchas, el temerario intento.Y cuandomedetenía,avecesalamanecer,enalgúnportal,loslazosasfálticosdelacallemeteníanenredadosinremedioynofueronprecisamentelasmanosmáslimpiaslasquemeliberaron.

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HallescherTor

Lastardesdeinvierno,mimadremellevabaconsigo,avecescuandoibaahacerlacompra.EraunBerlínoscuroydesconocidoelque,alaluzdelgas,seextendíaamialrededor.Nosquedamosenla parte del antiguo Oeste, cuyas calles eran más uniformes y modestas que aquellas que seprefirieronmástarde.Losfrisosylosmiradoresqueconstituyeneladornodeestascasasdealquilerseencontrabanenlaoscuridad.Peroenlasfachadasseveíaunaluzquedemanerapeculiarllegabahastalasventanas.¿Seríadebidoalosvisillosdemuselina,alascortinasamarillasoalacamisadeunalámparacolgada?Elhechoesqueestaluzrevelabapocodelashabitacionesiluminadas.Existíapor sí misma, colocándose seductora, aunque tímida, en las ventanas. Me atraía y me hacíareflexionar. Cuando luego volvía a casa, abría mi álbum de tarjetas postales y me buscaba elHallescherTor.SobreunfondodecolorazuloscuroseveíalaPlazadelaBelleallianceenunazultenue,conlascasasquelaenmarcan;elprimerplanoloconstituíanlasarcadasyenelcieloseveíalaluna llena.La lunay lasventanas estaban, sin embargo, libresde la capa superiorde la tarjeta.Sedestacaban,descoloridas,delcuadro,y teníaquecolocar la tarjetacontra la lámparaparasentirmetranquilizadoyfelizalavistadelresplandoramarilloquederepentesurgíadelasnubesnocturnasydelasventanas.¿Eralaamistadquelalunaylascasashabíancontraído?¿Eralacertidumbredequenadaocurríadetrásdelasventanas?Noséporquéestatarjetamehacíadichoso.

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Elcosturero

Nosotrosyanoconocemoselhusoquepicóa laBellaDurmientehaciendoquedurmiera cienaños.Pero,aligualquelamadredeBlancanieves,lareina,estabasentadajuntoalaventanacuandonevaba,nuestramadreestabatambiénsentadajuntoalaventanaconsucosturero,ynocayerontresgotas de sangre porque llevaba dedal mientras trabajaba. En cambio, la cabeza de éste era de unpálidocolorrojoyleadornabanpequeñasconcavidades,huellasdeantiguaspuntadas.Siseleponíacontrala luz,seencendíaalfinaldelacuevaoscuraenlaquenuestrodedoíndiceseorientabatanbien.Puesnosgustabaapoderarnosdelapequeñacoronaqueensecretopodíamosceñir.Cuandoyolacolocabaeneldedo,comprendíaeltratamientoquelascriadasdabanamimadre.Queríandecir«señora»,perodurantemuchotiempomeparecíaque,trocandolapalabra,decían«sastra[11]».Nosehubierapodidoencontrarotro tratamientoque,paramí,expresaramejor laplenituddepoderesdemadre.Comotodoslosauténticostronosdesoberanos,tambiénelsuyo,juntoalcosturero,teníasupropiofuero.Yenocasionestuvequesufrirlo.Inmóvilyconlarespiracióncontenidaestuveallí.Mimadreacababadedescubrirquehabíaalgoqueremendardemitraje,antesdepoderacompañarlaahacerunavisitaoirdecompras.Entoncessujetabaconlamanolamangademimarinera,enlaqueyahabíametidoelbrazo,paracoserelcuelloblancoyazuloparadar,conunasrápidaspuntadas,losúltimostoquesallazo.Yoestabaasuladoymordíaelelásticodemigorroquesabíaaagrio.Entalesmomentos,cuandolosavíosdecosturamedominabandelamaneramásdura,empezabaasentirenmiinteriorlaobstinaciónylaindignación.Nosóloporqueestecuidadopormitraje,queaúnllevabaen el cuerpo, sometía mi paciencia a una prueba demasiado dura, sino porque, lo que se hacíaconmigonoestabaenlamásmínimarelaciónconelsurtidomulticolordelassedas,lasfinasagujasylastijerasdediferentestamañosqueestabandelantedemí.Semevinoladudadesiestacajaservíarealmenteparalacostura,unadudaparecidaalaqueahorameasaltaavecesenplenacalle,cuandonosédistinguirdesdelejos,siestoyviendounaconfiteríaoelescaparatedeunapeluquería.Ynomehubiese extrañado nada, si entre los carretes hubiera habido uno que hablase, Odradek, al queconoceríacasitreintaañosmástarde[12].Elpoetasuelellamar«cuitasdelpadredefamilia»alasquemerodeanelocuentesyenigmáticaspor lasescalerasy los rincones.Sinembargo,seráelcasodelcabezadeunadeestasfamiliasdudosasenlasquelospapelesdelossexosestáninvertidos.Entodocaso, ya entonces sentía almenos que los carretes de hilo y torzalme torturaban con tentacionesinfames,Yesqueéstasteníansusedeenelhuecodondegiraeleje,cuyasrápidasvueltasdevanabanel hilo en el carrete. Después, el agujero a ambos lados desaparecía debajo de la etiqueta quegeneralmente era negra y llevaba impreso con letras doradas el nombre de la firma y el número.Demasiado grande era la tentación como para no apretar la punta del dedo contra el centro de laetiqueta, demasiado intensa la satisfacción cuando se rompía y yo palpaba el agujero que habíadebajo.

Ademásdelasregionessuperioresdelacaja,dondeestabancolocadosloscarretes,unosalladodelosotros,donderelucíanlaslibretasnegrasconlasagujasydondeestabanlastijerasmetidascadaunaensufundadecuero,habíaelfondooscuro,elcaos,dondepredominabanlosovillosabiertos,trozos de elásticos, corchetes y corchetas y pedazos de seda. Entre tantos restos había tambiénbotones,algunosdeunaformatal,quejamássevieronenningúnvestido.Sólomástardeencontraríaalgunosqueselesparecían,perofueronlasruedasdelcarrodeThor,eldiosdeltrueno,comolas

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dibujóuninsignificantemaestrodeescuelaamediadosdesigloenalgúnlibrodetexto.Tantotiempodebíatranscurrirhastaque,alavistadeunpálidodibujo,seconfirmasemisospechadequetodaesacajaestabapredestinadaaotrosmenesteresquenoalacostura.

LamadredeBlancanievescosey lanievevacayendo fuera.Cuantomás silencio sehace tantomásganaenprestigiolamássilenciosadelaslaborescaseras.Cuantomástempranooscurecíamásamenudo pedíamos las tijeras. Pasábamos horas siguiendo la aguja de la cual colgaba perezoso unhilogordodelana.Sindecirlo,cadaunoseponíaacoseryembastarplatosdecartón,limpiaplumas,fundas,bordandofloresdeacuerdoconlosdibujos.Ymientraselpapelseabríaa laagujaconunligerocrujido,yocaíadevezencuandoen la tentacióndeenamorarmedelenrejadodelenvés,elcualsevolvíacadavezmásenredado,entantoquelapartedelhazibaaproximándomealameta.

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Accidentesycrímenes

Laciudadmelosprometíacadamañanadenuevoyporlanochequedabadebiéndomelos.Cuandoocurrían,desaparecían tanprontocomoyo llegabaal lugarde lossucesos,al igualque losdiosesque sólo disponende un instante para losmortales.Una vitrina robada, una casa de la que habíansacadounmuerto,el lugarde lavíadondecayerauncaballo,meplantabaallíparasaciarmede lafugazesenciaquelossucesosdejaron,peroenelmismoinstantesefueesfumándose,dispersadayllevada por la multitud de curiosos que acabaron de disgregarse. ¿Quién podía competir con losbomberosque,agalope,eranllevadosaincendiosdesconocidos,quiénpodíamiraratravésdeloscristales opacos al interior de una ambulancia donde al lado de la camilla estaría sentado unacompañante?En estos coches se deslizabapor las calles la desgracia tempestuosa cuyo rastronolograbaalcanzar.Habíavehículosaúnmásextrañosqueguardabansusecretoconlamismatenacidadque los carros de los gitanos. Y en esos otros también fueron las ventanas las que me parecíansospechosas.Barrotesdehierrolasprotegían.Yaunqueladistanciadeunosaotrosfueratanpequeñaque, en ningún caso, nadie hubiese podido pasar por entre ellos, siempre estaba pendiente, sinmostrarlo,de losmalhechoresycriminalesqueenel interiorestabanpresos,comoyomismomesugería.Enaquelentoncesnosabíaqueeransolamentecochesquetransportabanexpedientes,aunqueporesoloscomprendíamejoraúncomodepósitossofocantesdeladesgracia.DecuandoencuandomeentreteníatambiénelCanalenelquelasaguasfluíanoscurasylentas,comosisetratasendetúatúcontodalatristezadelmundo.Inútilmentecadaunodelosmuchospuentesestabadesposadoconlamuerteporelarodeunsalvavidas.Siemprequelospasabalosencontrévírgenes,yalfin,aprendíacontentarmecon las tablasquemuestran losesfuerzospara reanimara losahogados.Noobstante,tales luchas me resultaron tan indiferentes como los guerreros del Museo de Pergamon. De estamaneraladesgraciarondabapordoquier;laciudadyyolahubiésemosacogidodulcemente,peronose dejaba ver por ninguna parte. Si almenos hubiese podidomirar a través de las contraventanasfirmementecerradasdelHospitaldeSantaIsabel.Mehabíadadocuenta,cuandopasabaporlacalledeLützow,quealgunasventanasestabancerradasenplenodía.Amipregunta,semehabíadichoqueenaquellashabitacionesestabanlos«enfermosdegravedad».Desdeentonces,siempremirabahaciaellas.Puedequelosjudíos,cuandooyeranhablardelÁngeldelaMuertequeconsudedoseñalabalascasasdelosegipcioscuyosprimogénitosdebíanmorir,sefigurasenestascasasconelmismohorrorqueyolasventanasquepermanecíancerradas.Pero¿enrealidadelÁngeldelaMuertellevabaacabosu cometido? ¿O tal vez las contraventanas se abrirían un buen día y el enfermo de gravedadconvalecienteseasomaríaporlaventana?¿AcasonohubieragustadoayudaralaMuerte,alfuegoosimplementealgranizoquegolpeabaloscristalesdemiventana,sinromperlosjamás?

Yresultaasombrosoque,cuando,porfin,sepresentaronladesgraciayelcrimen,laexperienciaaniquiló todo lo que lleva consigo, incluso el umbral entre laMuerte y la Realidad. Por ello norecuerdosiprocededeunsueñoositansóloserepetíaconfrecuenciaenelmismo.Entodocaso,estaba presente en el momento de tocar la «cadena». «No olvides poner la cadena», me decían,cuandosemepermitíaabrirlapuerta.Elmiedoalpiequesecolocaenlapuertamehaacompañadotoda mi infancia. Y en medio de los temores se expande, infinito como un tormento infernal, elhorrorquesentísóloporquelacadenaevidentementenoestabapuesta.Enelgabinetedetrabajodemipadrehayunseñor.Novistemalynoparecenotarenabsolutolapresenciademimadre;hablacomosinoexistiera.Mipresenciaenelcuartodealladoleimportamenosaún.Eltonoconelque

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habla resulta tal vez cortés y en ningún caso demasiado amenazador. Más temible es el silenciocuandosecalla.Enlacasanohayteléfono.Lavidademipadrependedeunhilo.Talveznolosabe,yallevantarsedelsecreter,quenisiquieratuvotiempodeabandonarparaecharalseñorquesehabíacoladoysehabíainstalado,ésteseleadelantará,echarálallaveysequedaráconella.Amipadreselecortalaretirada,yconmimadre,elotronotieneproblemas.Loterribleesquelehagacasoomisocomo si ella cooperara con él, el asesino y chantajista. Pero como esta tribulación de las mástenebrosastambiénpasósindarmelasolucióndelenigma,siemprehecomprendidoaaquellosquecorrenparaacogersealprimeravisadordeincendiosqueencuentran.Estosestánenlascallescomoaltares,anteloscualessehacenvotosalaDiosadelaDesgracia.Meimaginabaqueparaunodeesosvalientes,más excitanteque la llegadadel cochedebomberosdebíade ser elmomento en el que,siendo el único transeúnte, oyera tocar, aún lejos, la alarma. Era como si este lugar tuviera querealizartodavíaunlargotrabajoantesdequepudierapararelcoche.Noobstante,enestosmomentossedisfrutabadelamejorpartedelacatástrofe,yaqueenelsupuestodequesellegaraatiempoaunade ellas no se veía nada. Era como si la ciudad cuidara celosamente de aquellas raras llamas,nutriéndolas en las profundidades de un patio o en el entramado del tejado, envidiando a todo elmundolavistadelasavescandentesymagníficasqueveníacriando.Yaunquelosbomberossalierandecuandoencuandodelinterior,noparecíansermerecedoresdelespectáculoquedebíadellenarles.Sólolosmironesestabanatentosa todo.Si luegosepresentabaunasegundabrigadadebomberos,con mangueras, escaleras y coche cisterna, parecía caer en la misma rutina, tras las primerasmaniobras apresuradas, y los refuerzos, con casco, parecían ser más los guardianes de un fuegoinvisible que sus enemigos. Por lo general, no llegaban más coches; al contrario, de repente senotabaqueinclusolospolicíassehabíanidounotrasotroyqueelfuegoestabaapagado.Nohabíaquienquisieseconfirmarquehabíasidointencionado.

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Logias

Al igual que lamadre coloca a su pecho al recién nacido sin despertarlo, así trata la vida poralgún tiempo los tiernosrecuerdosde la infancia.Nadafortalecíamás losmíosque lavistade lospatios,unadecuyaslogias,sombreadaenveranoporlasmarquesinas,fuemicuna,dondelaciudadpuso al nuevo ciudadano. Puede que las cariátides que soportaban las logias del piso de arribaabandonaransusitioporuninstanteparacantarjuntoaestacunaunananaquenoconteníacasinadadeloquemeesperabamástarde;encambioincluíaelvaticinioporelqueelairedelospatioshabríadetenersiempreunefectoembriagadorsobremí.CreoquealgodelelementoadicionaldeesteaireenvolvíaaúnlosviñedosdeCapri,dondeteníaabrazadaalaamada;yesestemismoaireenelqueaparecenlasimágenesyalegoríasquedominanmispensamientos,comolascariátidesdelaslogiasreinansobrelospatiosdelOestedeBerlín.Elcompásdelferrocarrilmetropolitanoyelsacudirdelasalfombrasmearrullaban.Eraelcobijodondeseformabanmissueños.Primerolosinformes,enlos que semezclaban tal vez el fluir de las aguas y el olor a leche; luego los largos y enredadossueñosdeviajesydelalluvia,y,finalmente,sueñosmásconcretosdelpróximojuegodelascanicasenelZoológicoodelaexcursióndeldomingo.Laprimaverahacíanaceraquílosprimerosbrotesdelantedelafachadaposteriorgris,ycuando,avanzandoelaño,untechodehojascubiertodepolvorozabamilvecesaldíaelmurodelacasa,elrocemedabaunasleccionesalasqueaúnnoeracapazdeseguir.Todoelpatiomeservíadeaviso.Cuántosmensajesnohabíaenelalborotodelaspersianasverdesqueselevantaban,ycuántasmalasnoticiasdejabayodiscretamentesinabrirenelescándalodelascortinascorredizasquecaíanestrepitosamentealanochecer.

Loquemáshondamentemeafectabaeraellugardelpatiodondeseencontrabaelárbol.Habíandejado abierta una parte del pavimento, en el que estaba hincado un ancho aro de hierro. Leatravesaban unas barras, de talmodo que formaban una reja por encima de la tierra desnuda.Meparecía que no la tenían cercada inútilmente; y a veces reflexionaba sobre lo que pasaba en aquelhoyo del que salía el tronco.Más tarde ampliémis indagaciones hasta la parada de los coches depunto.Losárbolesallíhabíanechadosusraícesdemaneraparecida,sibienestabancercadosademáspor una estacada. Y los cocheros colgaban de las estacas sus pelerinas mientras llenaban para elcaballoelabrevaderocolocadoenlaaceraconelchorrodeaguaquesellevabalosrestosdehenoyavena. Estas paradas, cuya tranquilidad se interrumpía raras veces por la llegada o salida de loscoches,eranparamíprovinciasalejadasdemipatio.

Sepodíainferirmuchascosasdelaslogias:elintentodeentregarsealociodelatardecer,eldeseodeanticiparlavidafamiliarenelcampo,elafándeaprovechareldomingo.Pero,afindecuentas,todoeraenvano.Lasituacióndeestaspiezascuadradas,unaencimadelaotra,enseñabamejorquenadacuántosnegocios fatigosos iba transmitiendoundíaal siguiente.Cuerdaspara tender la ropacorríandeunaparedalaotra;lapalmeraseveíatantomásdesamparadaporcuantosupatriayanoeraelContinenteNegro,sinoelsalónvecino.Asíloqueríalaleydellugar,alqueenotrostiemposenvolvieran las ilusiones de sus habitantes. Pero antes de que cayera en el olvido, el arte habíaintentado transfigurarloaveces, fueraporqueuna lámpara,unobjetooporqueun jarrónchinoseintrodujera secretamenteen suambiente.Y, apesardeque las antiguallas rarasvecesenaltecíanellugar, las logias fueron adquiriendo en el transcurso del tiempo un carácter arcaico. El rojopompeyanoqueamenudorecorríalasparedesenformadeanchacintaeraelfondoadecuadodelashorasqueseestancabanenesasoledad.El tiempoenvejecíaenesassombríaspiezasqueseabrían

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haciaelpatio.Yporeso,lamañanayaeralamañanahacíamuchotiempo,cuandolaencontrabaennuestralogia,parecíaserellamismamuchomásqueencualquierotrositio.Lomismosucedíaconlasotraspartesdeldía.Jamáspudeesperarlas;siempremeestabanesperandoamí.Estabanallíhacíayatiempo,pasadasdemoda,pordecirloasí,cuandoporfinconseguíadarconellas.

Mástardedescubrídenuevolospatiosdesdeelterraplén.Ycuandolosmirabadesdeloaltodeltren,lastardessofocantesdeverano,parecíaqueéstesehabíaencerradoenellosyhabíaabandonadoel paisaje. Los geranios que se asomaban con sus rojas flores en las jardineras le correspondíanmenos que los colchones rojos que se habían colgado por la mañana sobre los antepechos paraairearlos.Enlasnochesqueseguíanaesastardes,senosveíareunidosavecesenlalogiaamíyamis compañeros. Nuestros asientos eran muebles de jardín de hierro que parecían trenzados ocubiertosdejunco.Ysobreloslibrosdebolsillocaíalaluzdegasquesalíadeunglobodellamasrojasyazulesyenelcualzumbabaelmecheroincandescente:uncírculodelectura.ElúltimosuspirodeRomeovagabapornuestropatioenbuscadelecoqueleteníareservadolacriptadeJulieta.

Desdemiinfancialaslogiashabíancambiadomenosqueotrasestancias.Peronosóloporestomesientotodavíaallegadoaellas,sinoporelconsueloqueemanadesucondicióndeinhabitablesparaquienapenas llegaaestablecerse fijoenalgunaparte.Enellas, lasmoradasde losberlinesesteníansuslímites.Berlín,eldiosdelaciudadmismo,naceenellas.Allípermanecefielasímismoynadaefímeroprevaleceasulado.Bajosusauspiciosseencuentranysereúnenellugaryeltiempo.Ambossecolocanaquíasuspies.Elniño,encambio,queantañofuepartícipe,seencuentraensulogia,abrazadoporesegrupocomodentrodeunmausoleoquehacetiempoleestádestinado.

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PfaueninselyGlienicke

ElveranomeacercabaalosHohenzollem.EnPotsdamfueronelPalacioNuevooSanssouci,elparque y Charlottenhof; en Babelsberg el palacio con sus jardines, que eran vecinos de nuestrasresidencias veraniegas. La proximidad de estas creaciones dinásticas jamás me estorbó en misjuegos,yaquemeadueñabade los lugaresqueestabana la sombrade lasedificaciones regias.Sepudierahaberescritolosanalesdemireinado,quedurabadesdemiinvestidura,recibidadeundíadeverano,hastalarestitucióndemireinoalotoño.Miexistenciaseagotabaporcompletoenlasluchaspormiterritorio.Elmisterioqueencerrabanoeraelqueteníaqueverconunantiemperador,sinocon laTierramisma y con los espíritus que convocaba contramí. Fue una tarde en la Isla de losPavosRealescuandosufríunagravederrotaenunadeesasluchas.Mehabíandichoquebuscaseenelcéspedplumasdepavoreal.Portratarsedellugardondepodíahallartanfascinantetrofeo,laislameparecíamás seductoraquenunca.Pero,despuésdehaberbuscadoenvano loprometidopor todaspartes,me invadió tristeza,mas no el rencor contra los animales que se paseaban con su plumajeindemne delante de las pajareras. Los hallazgos son para los niños lo que las victorias para losadultos.Habíabuscadoalgoquemehubieraentregadoyfranqueadotodalaislaexclusivamenteparamí.Conunasolaplumahubiesetomadoposesióndeella;ynosólodelaisla,sinodelatarde,delviaje en el transbordador desde Sakrow: todo ello, con la pluma, hubiese sido mío exclusiva eincontestablemente.Laislaseperdióyconellainclusolapatria:laTierradelosPavosReales.Sóloentonces,antesderegresaracasa,leíenlasventanasrelucientesdelpatiodelPalaciolasimágenesqueelbrillodelsolcolocabaenlasmismas:quehoynodebíapenetrarenelinterior.Sinembargo,lomismoqueentoncesmidolornohubiesesidotaninconsolablesinohubieseperdidoconlaplumaque se me escapó una propiedad solariega, la dicha de haber aprendido en un día a montar enbicicletanohubiesesidotangrandesiconellonohubieseconquistadonuevosterritorios.Ocurrióenunadelaspistascubiertasyasfaltadas,donde,enelapogeodelamodadelciclismo,seenseñabaestearte que ahora los niños aprenden unos de otros. La pista se encontraba en el campo cerca deGlienicke;ofrecíaelmismoaspectoquelosgimnasiosdeZander[13].Evidentementepertenecíaaunaépocaenlaqueeldeporteyelairelibrenoerantodavíarealidadesinseparablesenmodoalguno.Lasdiferentes maneras de entrenamiento aún no se habían unificado en un adiestramiento común ycorriente. Al contrario, cada una trataba celosamente de distinguirse aislándose de las demásmediante instalacionespropiase indumentariaextravagante.Era,además,característicodeaquellostiempospioneroselquelasexcentricidadesmarcasenlapautaeneldeporte,ymásaúnenelquesepracticaba aquí. Por eso se veía, a veces, junto a bicicletas de caballeros, señoras y niños, unosartilugioscuyasruedasdelanteraserancuatroocincovecesmásgrandesquelastraseras,ylassillasen todo lo alto eran como asientos de acróbatas que ensayaban su número. Las piscinas públicasdisponen amenudo de secciones separadas unas de otras para nadadores y para los que no sabennadar;enestesentidohabía tambiénunadiferenciaciónqueseparabaa losqueteníanquepracticarsobreelasfaltodelosquepodíansalirsedelapistaypedalearporeljardín.Pasóalgúntiempohastaquefuipromovidoaestesegundogrupo.Unveranomedejaronsalir.Estuveaturdido.Erauncaminocubierto de grava; los guijarros rechinaban, y por primera vez, nadame protegía del sol quemecegaba.El asfaltohabía estadoa la sombrayno tuvoel caminomarcadoy fue cómodo.Aquí, encambio,lospeligrosacechabanencadacurva.Labicicletarodabadeunmodoespontáneo,apesardeque no tenía el piñón libre y el camino era llano.Tenía la sensación de que nunca jamás la había

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montado.Unavoluntad ajena empezó amanifestarse en el volante.Cualquier bache iba a hacermeperder el equilibrio. Hace tiempo que había olvidado caer, y ahora sucedía que la fuerza degravitación hacía valer sus derechos, a los que había renunciado durante años. Tras una pequeñasubida,elcaminobajabaderepente;laelevaciónquemehizodescenderdelaltillosedeshizoenunanubedepolvoydeguijarros.Alpasaratodaprisa,lasramasmerozabanlacara,ycuandoestuveapuntodeperdertodaesperanzaenpoderparar,mesonriólasuavesubidadeunaentrada.Elcorazónmepalpitaba,perocon todoelempujequemehabíadado lacuestaqueacababadedejaratrás,memetí,subidoenlabicicleta,enlasombradelapista.CuandoechépieatierraestabasegurodequeenesteveranoKohlhasenbrückconsuestación,ellagodeGriebnitzconsuspabellonesabovedadosque,bajando, conducían a los embarcaderos, el palacio de Babelsberg con sus graves almenas y lascabañas ahumadas deGlienickeme habían caído en suerte con lamisma facilidad que ducados yreinoscaenporenlacesmatrimonialesenlosbienesalodialesdelemperador.

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Laluna

Laluzquefluyedelalunanovadirigidaalescenariodenuestraexistenciadiurna.Elespacioqueiluminadeunamanerainciertaparecesereldeunaantitierraodeunatierravecina.Yanoesaquéllaalaquelalunasiguecomosusatélite,sinolaqueellamismatransformóensatélitedelaluna.Suanchoseno,cuyohálitofueeltiempo,yanosemueve;porfin,lacreaciónharetornadoasuorigenypuedecubrirsedenuevoconelvelodeviudaqueeldíalehabíaarrancado.Melodioaentenderelpálidorayoquepenetróporlapersianademicuarto.Misueñoresultóintranquilo.Lalunalocortabacon su ir y venir.Cuando estaba enmi habitación yo quedaba desalojado, pues no parecía quereralbergaranadiesinoaella.

Loprimero sobre loque recayómimirada fue en lasdos jofainasde color cremadel lavabo.Duranteeldíajamássemeocurriórepararenellas.Encambio,alaluzdelalunamedisgustabalafranjaazulquetrazabalapartesuperiordellavabo.Aparentabacomountejidoqueseentrelazabaenunribete.Y,enefecto,elbordedellavaboestabaplisadocomounagolilla.Gruesasjarrasreposabanen el centro, entre ambas jofainas, de la misma porcelana y con el mismo ornamento floral.Tintineabancuandomelevantabadelacama,yestetintineocontinuabasobreel tablerodemármoldel tocador alcanzando platillos, tarros, vasos y garrafas. Sin embargo, por muy alegre que mevolviesealescucharenelambientenocturnounaseñaldevida,aunquenofueramásqueelecodelamía, no era sino una señal poco segura que, cual falso amigo, acechaba para engañarme en elmomentoquemenosloesperaba.Ocurríacuandoalzabaconlamanolagarrafaparallenarelvasode agua.El glogló del agua, el ruido que hacía al dejar primero la garrafa y luego el vaso, todollegabaamioídoenformadeeco.Pueselpasadoparecíateneryaocupadostodoslosrinconesdeaquellatierrasatéliteenlaquemeencontrabadesplazado.Así,cadasonidoycadamomentoveníaamiencuentrocomosupropiasombra.Ydespuésdesufrirloduranteunrato,meacercabaamicamallenodeltemordeencontrarmeamímismoestiradoenlamisma.

Elmiedosólosemepasabadeltodocuandovolvíaasentirelcolchónconmiespalda.Luegomedormía. La luz de la luna avanzaba lentamente para salir de mi cuarto. Y a menudo, ya estaba aoscuras,cuandovolvíaadespertarmeunasegundaounaterceravez.Eraprimerolamanolaqueteníaquecobraránimoparaasomarseporelbordedelatrincheradelsueño,enlaquehabíaencontradoprotección de las ensoñaciones. Y, al igual que después de un combate uno es alcanzado por unagranadanoestallada,lamanoseguíaesperandosucumbirenelcaminoaunsueñoretrasado.Luegoquelaluzflameantelealentaseaellayamímismo,sevioquenadasubsistíadelmundo,sinounaúnicay tenazpregunta.Puedequeestapreguntaestuvieseenlosplieguesde lacortinaquecolgabadelantedemipuertaparaapartarlosruidos.Puedequenofuerasinounresiduodemuchasnochespasadas.Ypuede ser, por fin, que fuera la otra carade lo extrañoque la luname infundía.Era lasiguiente:¿porquéhabíaalgoenelmundo,porquéexistíaelmundo?Conasombromedicuentaquenadaenélmepodíaobligarapensarenelmundo.Sunoexistencianosemehubieraofrecidomásdudosaquesuexistencia,queparecíaguiñaralanoexistencia.Lalunateníaunjuegofácilconesteexistir.

Mi infancia casi había quedado atrás cuando parecía resuelta a reivindicar el derecho sobre latierra y su semblante diurno, que antes sólo había reclamado durante la noche. En lo alto delhorizonte,grande,peropálida,asíestuvoenelcielodeunsueñoencimadelascallesdeBerlín.Aúnera de día. Losmíosme rodearon, un poco rígidos, como en una daguerrotipia. Sólo faltabami

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hermana. ¿Dónde estáDora?, oía decir amimadre.La luna llena que había estado en el cielo, derepentehabíaidocreciendo.Aproximándosemásymásdespedazóalplaneta.Elparapetodelbalcóndehierrodondenoshabíamossentadotodos,encimadelacalle,sehizopedazosyloscuerposquelohabíanpobladosedesintegraron rápidamentepor todaspartes.Todo loabsorbióelembudoque lalunaformóconsullegada.Nohabíaesperanzadequenadaloatravesarasinsertransformado.Sentícómoreconocía«siahoraexisteeldolor,nohayDios»,y recogí,almismotiempo, loquequeríasalvar. Lometí todo en un verso. Erami despedida. «¡Oh, estrella y flor, espíritu y forma, amor,sufrimientoytiempoyeternidad!».Sinembargo,yaestabadespierto,cuandotratédeentregarmeaestaspalabras.Ysóloentonces,elespanto,conelquelalunaacababadecubrirme,parecíaanidarenmíparasiempreysinesperanza.Puesadiferenciadeotros,estedespertarnofijósumetaalsueño,sinoquemedescubrióque lahabía falladoyqueelgobiernode la luna,quehabíaexperimentadosiendoniño,fracasóhastaotroevo.

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Elhombrecillojorobado

Cuando era pequeñome gustabamirar durante los paseos por aquellas rejas horizontales quepermitían colocarse delante de un escaparate incluso cuando se abría el escotillón que servía paraproporcionarunpocode luzy aire a los tragalucesque se encontraban en lasprofundidades.Lostragaluces no daban afuera, sino, antes bien, a lo subterráneo.De ahí la curiosidad pormirar porentre los barrotes de cada reja que iba pisando, para quedarme con la vista de un canario, de unalámparaodeunode losmoradores.Nosiempreeraposible.Sidedía lo intentabaenvano,podíaocurrir lo contrario por las noches, y era preso por miradas que me apuntaban. Gnomos concaperuzas las lanzaban.Pero apenasmehabía asustadohasta los tuétanos, cuandoyadesaparecían.Paramínohabíaningunadiferenciaestrictaentreelmundoqueanimabaesasventanasduranteeldíay el otro que por las nochesme asaltaba enmis sueños. Por eso supe enseguida a qué atenermecuandoencontréenmiLibroparaniños,deGeorgScherer,elpasajequedecía:

Cuandoamibodegaquierobajaryunpocodemivinosacar,unenanogibadovoyhallandoquelajarrameestáquitando.

Conocíaaesapandillaqueseempeñabaenhacerdañoytravesuras;noteníanadadeextrañoquesesintieraenelsótanocomoensucasa.Eran«gentuza».Pensándolo,recordabaenseguidalosdoscompinchesdelcuentoquealanochecertopanconelgalloylagallina;merefieroalalfileryalaagujadecoser,quegritanque«prontoestaríaoscurocomobocadelobo[14]».Loquehicieronluegocon el posadero que los acogió les parecería una broma tan sólo. A mí me producía horror. Eljorobado era de la misma casta. Sólo ahora sé cuál era su nombre. Mi madre me lo reveló sinsaberlo. «El Torpe» te envía saludos, decía cuando había roto algo o me había caído. Y ahoracomprendode qué hablaba.Hablaba del hombrecillo jorobadoquemehabíamirado.Aquien estehombrecillomira, no pone atención, ni en sí mismo ni tampoco en el hombrecillo. Se encuentrasobresaltadoanteunmontóndepedazos:

Cuandoalacocinaquieroirymisopitahacerhervir,unenanogibadovoyhallandoquemimarmitaestácascando.

Llevabalasdeperder,dondeapareciera.Lascosassesustraían,hastaque,pasandoeltiempo,eljardínsehubieraconvertidoen jardincillo,micuartoenuncuartitoyelbancoenunbanquillo.Seencogían y parecía que les crecía una joroba que las incorporaba por largo tiempo almundo delhombrecillo. El hombrecillo se me adelantaba a todas partes. Atento, me atajaba el paso. Por lodemás,nomehacíanada, estegenioprotectorgris, sino recaudarde cualquier cosaque tocabael

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tributodelolvido:

Cuandoamicuartitoquieroir,ymipapillitaquieromoflir,unenanogibadovoyhallandoqueelplatoestálimpiando.

Asíencontréalhombrecillomuchasveces.Sinembargo, jamás lovi.Encambioélmeveía,ytantomásclarocuantomenosveíayodemímismo.Piensoqueesode«todalavida»quedicenpasaantelosojosdelmoribundosecomponedelasimágenesqueelhombrecillotienedetodosnosotros.Pasancorriendocomoesashojasdeloslibritosdeencuadernaciónprietaquefueronlosprecursoresde nuestros cinematógrafos. Con una ligera presión, el pulgar pasaba por el canto; entoncesaparecíanporsegundosunasimágenesqueapenassediferenciabanlasunasdelasotras.Ensufugazdecurso se podía reconocer al boxeador en su faena y al nadador luchando con las olas. Elhombrecillotienetambiénimágenesdemí.Mevioenelescondrijo,delantedelapiscinadelanutria,en lamañana de invierno, en el teléfono del pasillo, en elBrauhausberg con lasmariposas, en elpatinadero, con las charangas, delante del costurero, inclinado sobremi cajón, en elBlumeshof ycuando estaba enfermo en la cama, enGlienicke y en la estación del ferrocarril.Ha terminado sulabor.Sinembargo,suvoz,querecuerdaelzumbardelamechadelgas,mesiguemurmurandomásalládelfindelsiglolaspalabras:«Hijomío,teloruego,rezatambiénporelhombrecillo».

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Epílogo

Walter Benjamin nació en Berlín y vivió allí hasta su emigración, largos viajes y prolongadosperíodosdeausenciaenParís,enCapri,enlasislasBalearesnohicieronquelaciudadleperdiera.Nadie mejor que él conocía a fondo sus barrios; los nombres de sus lugares y calles le eran tanfamiliarescomolosdelGénesis.HijodeunaantiguafamiliajudíadeBerlín—ydeunanticuario—,aúnlafaltadetradicióndelacapitaldelaAlemaniamodernaleparecíadesdesiempreabonadaportradición:lomásrecientecomoparangóndelomásantiguo.

Infancia enBerlín fue escrita a principios de los años treinta. Pertenece al ámbito de aquellaprotohistoriade«lomoderno»,alaqueBenjaminsededicóafanosamentedurantelosúltimosquinceaños de su vida, y constituye el contrapeso de los ingentes materiales que reunía para la obraproyectadasobrelosPasajesdeParís.Losarquetiposhistóricosquequisodesarrollarenlamisma,desde su origen pragmático social y filosófico, destellarían en el libro sobre Berlín, ante loespontáneodelrecuerdo,conlafuerzadeldolorporloirrecuperableque,unavezperdido,cuajaenlaalegoríadelpropioocaso.

Pueslasimágenesquetraeaunaextrañaproximidadnosonniidílicasnicontemplativas.SobreellasseproyectalasombradelReichdeHitler.Comoensueñosenlazanelhorrordelmismoconelpasado.Conpánicoterror,elingenioburguéssedescubreasímismo—comoilusión—enel«aura»de su propio pasado biográfico, que se desmorona.Es significativo queBenjamin no llegara a verpublicadoellibroensuconjunto,queporlosapuroseconómicossufridosdurantelosprimerosañosde la emigración tuviera que ceder muchos de los capítulos a periódicos, principalmente alFrankfurterZeitungyalVossischeZeitung,paraque fueranpublicadospor separadoy, amenudo,bajoseudónimo.

Nollegóafijarelorden;éstevaríasegúnlosdiferentesmanuscritos.Noobstante,«Elhombrecillojorobado» debe estar al final. Si la figura de éste recoge lo que se perdió para siempre, la delnarradorsepareceaRumpelstifchen[15],quesólopuedevivirmientrasnadiesepacómosellamayesélmismoquiennosrevelasunombre.Elambientedelosescenariosqueempiezaatomarvidaenelrelato deBenjamin esmortífero. Sobre ellos cae lamirada del condenado, y como condenados lospercibe.LasruinasdeBerlínrespondenalasinervacionesqueinfluyensobrelaciudadhacia1900.

Sinembargo,elambientemortíferoeseldelcuento, lomismoqueRumpelstilzchen,queseríeasocapa,pertenecealcuentoynoalmito.Inclusoenlasminiaturasdelicadasysiniestras,BenjaminseguíasiendoelcustodiodelaFilosofía,elpríncipedelosduendes.Comounconsuelo,elestallidodeladesesperacióndescubreelpaísdelashadas,delcualsehablaenunapoesíaapócrifayatribuidaaHölderlin.SuenacomoelescritodeBenjamin,yélletomócariño:

Conrosasenvuelvenlavidadelosmortaleslashadasgenerosas;semuevenyobranenmilesdeformas,yafeas,yabellas.Allídondemandan

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todoesrisa,confloresyverdordeesmaltes.Suauladetopaciossoberbiosadornostienedevasosdediamantes.LosaromasdeCeilánperfuman,eternos,losairesdelosjardines.Lassendas,nodearenasinodeperlas,estáncubiertas,comosuelenenestastierras.DesdeSalomón,nollegóalfantásticoreinoningúnaeronauta.Esto,enconfianza,segúnfigurasentumbasdemomias,medijounsilfo.

Las fotografías fabulosasde la infanciadeBerlínno son sólo las ruinasde la vida yapasada,vistadesdeunaperspectivaavuelodepájaro,sinotambiénlasinstantáneastomadasdesdeloaltodelreino fantástico por el aeronauta que induce a susmodelos a que tengan la amabilidad de estarsequietos.

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WALTER BENJAMIN (Berlín, 15 de julio de 1892 – Portbou, 27 de septiembre de 1940) fue unfilósofo, crítico literario, crítico social, traductor, locutor de radio y ensayista alemán. SupensamientorecogeelementosdelIdealismoalemánoelRomanticismo,delmaterialismohistóricoydelmisticismojudíoquelepermitiránhacercontribucionesperdurableseinfluyentesenlateoríaestéticayelMarxismooccidental.SupensamientoseasociaconlaEscueladeFrankfurt.

ConlallegadadelnazismoaAlemaniaylaposteriorpersecucióndejudíosymarxistas,abandonóBerlínparasiempreysetrasladóaIbiza,Niza,yfinalmenteaParís.

WalterBenjaminmurióel26o27deseptiembrede1940enPortbou,(España),trasingerirunadosisletal de morfina en un hotel de la localidad fronteriza pirenaica, después de que el grupo derefugiadosjudíosqueintegrabafuerainterceptadoporlapolicíaespañolacuandointentabasalirdeFrancia.

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Notas

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[1]DistritodeBerlín.(N.delT.)<<

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[2]Juegodepalabrasentreelnombredelaestaciónyanbalten(parar[se]).—Halt(parada).(N.delT.)<<

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[3] Peter Schlemihl, protagonista de la narración La maravillosa historia de Prier Schlemihl, deAdalbertO.Chamisso,quevendesusombrapordinero,causandoporelloelhorroryeldesprecioentreloshombres.(N.delT.)<<

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[4]Biedermeier:épocadelromanticismoburgués(1815-1848).(N.delT.)<<

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[5]Eneloriginal,elapellidodelaprofesoraesPufahlPorrazonesobvias,huboquecambiarloporelde Prudem, cuyas letras proporcionan el suficiente número de sinónimos aliterados que pide elcontexto.(N.delT.)<<

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[6] En el texto original el juego de equívocos se produce por la equiparación de la palabraKupferstich(grabado)conKopfverstich,quenotieneningúnsignificadoreal,anoser,entodocaso,elde«sacarlacabeza».(N.delT.)<<

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[7]LagolegendariodelaSelvaNegra.(N.delT.)<<

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[8]Elmáspeligrosodelosdemoniosdelamitologíanórdica.(N.delT.)<<

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[9]LagodeTiergarten.(N.delT.)<<

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[10] Alude al cuento recogido por los hermanosGrimm, cuyo título en español es «La hija de laVirgen»; véase Cuentos completos de los Hermanos Grimm Traducción directa del alemán porFrancisco Payaroles. Revisión y prólogo por Eduardo Valentí. Barcelona, Editorial Labor, 1957,págs.7-11.(N.delT.)<<

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[11] El juego de palabras en el texto original consiste en que «gnadige Frau» (señora), con lapronunciación descuidada del habla cotidiana, se convierte en «na Frau». que, a su vez, esfonéticamenteidénticoa«Nahfrau»(costurera,sastra).(N.delT.)<<

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[12] «El más extraño bastardo que la prehistoria haya engendrado en Kafka mediante la culpa esOdradek»,escribeW.BenjaminenAngelusNovus[Barcelona],Edhasa,1971,página117.Elautorserefiere al relato deKafka. Las preocupaciones de un padre de familia de la colecciónUnMédicoRural, donde se lee «A primera vista [Odradek] parece un carrete de hilo, chato, con forma deestrella;yesque, en realidad,pareceestarcubiertodehilos; claroque se trata solamentedehilosentremezclados, viejos, anudados unos con otros, pero hay también, entremezclados y anudados,hilosdeotrostiposycolores.Peronoessimplementeuncarrete,sinoquedelcentrodelaestrellaemergeperpendicularunpequeñopalito,yaésteseleagregaotrodeángulorecto.Conesteúltimopalitoporunlado,yunodelosrayosdelaestrellaporelotro,eltodopuedeestarsederecho,comosobre dos patas. (…). [Odradek] se aloja, según los casos, en desvanes, escaleras, corredores,vestíbulos».ParaBenjamin,«eslaformaquelascosasasumenenelolvido.Sedeforman,sevuelvenirreconocibles.Tales“lapreocupacióndelpadre”,dequiennadiesabequées».(N.delT.)<<

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[13] Institutosdegimnasia terapéuticaenlosqueseaplicabanlosmétodosdelmédicosuecoGustafZander.(N.delT.)<<

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[14] Lumpengesindel es el título del cuento que en la traducción española se llamaGentuza. Susprotagonistas son el gallo y la gallina, así como el alfiler y la aguja de coser. Véase Cuentoscompletos,edicióncitada,pigs.45-47.<<

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[15]Rumpelstilzcheneselprotagonistadelcuentoalquedatítulo.Enespañolsellama«Lahijadelmolinero».VéaseCuentoscompletos,edicióncitada,págs.575-577.(N.delT.)<<