benjamin, jessica - los lazos de amor psicoanalisis feminismo y el problema de la dominacion

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    LOS LAZOS DE AMOR. PSICOANLISIS, FEMINISMO Y EL PROBLEMA DE LA DOMINACIN

    COMENTARIO DE LIBROS

    LOS LAZOS DE AMOR.PSICOANLISIS, FEMINISMO Y ELPROBLEMA DE LA DOMINACINAutora:Jessica Ben jaminEditorial Paids, 1. Edicin, Buenos Aires, 1996.

    (Rev GU 2005; 1: 16-19)

    Catalina Scott Espnola1

    BENJAMIN, JESSICA. LAZOS DE AMOR

    BENJAMIN, JESSICA. TIES OF LOVE

    N os encontramos en un momento histrico y socialen el cual el concepto de ser mujer est en crisis.En una cultura patriarcal que ha impuesto la disocia-

    cin de los gneros femenino y masculino, para adju-

    dicar al hombre el privilegio de ser sujeto y a la mujer

    la condicin de objeto, interrogar la construccin de

    la subjetividad femenina parece ser una cuestin ne-

    cesaria e ineludible. Jessica Benjamin2

    , psicoanalista yactiva participante del movimiento de mujeres, desde

    la especificidad de su saber, asume el desafo e inter-

    pela al psicoanlisis. En el ao 1988 publica su primer

    libro: Lazos de amor: Psicoanlisis, feminismo y el pro-

    blema de la dominacin, traducido al espaol recin en

    el ao 1996. La autora propone una revisin del pen-

    samiento psicoanaltico empleando, como mtodo de

    anlisis, la crtica y la re-interpretacin feminista de las

    teoras psicoanalticas sobre la dominacin. A partir

    de la reflexin detallada de la estructura y dinmicas

    psquicas del poder y la sumisin en la pareja sexual

    adulta, Benjamin cuestiona la premisa freudiana sobre

    el desarrollo psquico de la mujer. Para Freud ste seconstruira, de manera inevitable, en subordinacin a

    la autoridad y dominio masculino. El psicoanlisis freu-

    diano estara legitimando, con esta tesis, la aceptacin

    incuestionable de la autoridad patriarcal. El some-

    timiento de la mujer al hombre en la relacin sexual

    adulta estara siendo avalado, por las racionalizaciones

    tericas de Freud, el padre del psicoanlisis. Es sabido

    que su autoridad impregna y, a veces, tambin some-

    te a la mayora de las corrientes tericas al interior delpsicoanlisis.

    Por otra parte, la autora plantea que el progresi-

    vo malestar de las mujeres y la crtica, cada vez mayor,

    de la sociedad contempornea al orden patriarcal ha

    beneficiado la evolucin del pensamiento psicoanal-

    tico. A partir de los aos 60 y con mayor fuerza desde

    la dcada de los 70, el intercambio de ideas entre las

    distintas disciplinas ha permitido explorar diversos

    modos de construccin de la subjetividad femenina.

    Los estudios de gnero han puesto en el escenario la

    ubicacin social de las mujeres en la cultura patriar-

    cal. Se han generado debates sociales, polticos y eco-

    nmicos. En todos ellos se ha subrayado la condicinde marginacin de la mujer. A la vez, la psicologa ha

    1Psicloga clnica UC, psicoterapeuta psicoanaltica de adultos y docente de la UNAB.2Jessica Benjamin es docente del Programa Post Doctoral en Psicoterapia y Psicoanlisis de la Universidad de Nueva York; como

    psicoanalista participa de la corriente feminista del psicoanlisis norteamericano. Es autora de numerosos ensayos y publica-

    ciones sobre la mujer.

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    LOS LAZOS DE AMOR. PSICOANLISIS, FEMINISMO Y EL PROBLEMA DE LA DOMINACIN

    investigado las huellas que deja en la constitucin de

    la subjetividad femenina la vivencia de exclusin. El

    psicoanlisis encuentra en otras disciplinas argumen-

    tos consistentes sobre las repercusiones que ha tenido

    el sometimiento femenino para la mujer, el hombre y

    la pareja sexual adulta. Estos cuestionamientos hanfacilitado la apertura gradual del psicoanlisis a otras

    fuentes de conocimientos y a la cultura. Al explorar

    ms all de sus fronteras, el psicoanlisis se ha nutri-

    do de otros saberes, en especial de los provenientes

    de las ciencias sociales y ha entrado en un proceso de

    revisin y actualizacin de sus teoras acerca del poder.

    Se ha cuestionado su sesgo falocntrico y ha podido

    reformular con mayor equidad sus consideraciones

    tericas y clnicas respecto de la relacin hombre-mu-

    jer. Sin duda, el resultado de este intercambio ha s ido

    constructivo. Desde la perspectiva del psicoanlisis

    han sucedido cosas interesantes. El movimiento psi-

    coanaltico se ha caracterizado, histricamente, por suostracismo y su tendencia a construir teora a puerta

    cerrada. Si las teoras psicoanalt icas sobre la constitu-

    cin de la subjetividad femenina estn siendo entre-

    cruzadas, para su anlisis y contrastacin, con teoras

    provenientes de estudios de gnero, es claro que en

    la actualidad hay psicoanalistas que promueven una

    actitud ms abierta y progresista. Articular el discur-

    so psicoanaltico y el discurso feminista, en principio

    dos modelos tericos irreconciliables, evidencia que, al

    menos, un grupo de psicoanalistas est dispuesto a es-

    tablecer con otros sectores de la sociedad una relacin

    de intercambio recproco. Desde esta nueva vertiente

    de anlisis surgen hiptesis que permiten seguir avan-zando en la comprensin de los temas que preocupan

    a Jessica Benjamin: el desarrollo psquico, la diferencia

    entre los gneros y la autoridad.

    En Los lazos de Amor, Benjamin aborda desde una

    perspectiva de gnero, que considera la diferencia

    sexual en el anlisis de la feminidad y la masculinidad,

    la evolucin del pensamiento psicoanaltico. Comienza

    haciendo una crtica consistente y fundamentada en

    un slido conocimiento de las teoras psicoanalticas,

    al psicoanlisis freudiano, a Lacan y la escuela francesa,

    y a la teora de las relaciones objetales de Klein y sus

    seguidores. Sin embargo, paradojalmente, reconoce en

    el pensamiento de Winnicott, en las teoras psicoanal-

    ticas sobre el desarrollo del s mismo y en la concepcin

    intersubjetiva y relacional, una perspectiva iluminadora

    para abordar asuntos tan complejos como es el proble-

    ma del dominio y la sumisin, el amor y el reconoci-

    miento mutuos en la pareja sexual adulta.

    La autora admite que despus de Freud la indaga-

    cin psicoanaltica de la dominacin ha sido reformu-

    lada en varias oportunidades, pero advierte que casi

    siempre, estas teoras han estado centradas en la inves-

    tigacin de la lucha por el poder entre padre e hijo. No

    se han construido teoras para explicar las rivalidades

    entre el hombre y la mujer, es como si, la subordinacin

    de la mujer al hombre se diera por sentada.El psicoanlisis clsico ha contribuido a que se ig-

    nore la relacin de igualdad de la pareja sexual adulta

    y a que en la sociedad se mantenga la anttesis cultural

    entre sujeto masculino y objeto femenino. En la teora

    y en la prctica, el funcionamiento de este binomio ha

    obstaculizado profundamente nuestra mirada para ver

    el mundo habitado por sujetos iguales.

    El feminismo ha proporcionado un enfoque terico

    convincente al psicoanlisis. En el anlisis de la pareja

    ertica adulta el psicoanlisis considera, en la actua-

    lidad, al hombre y a la mujer como dos sujetos iguales

    que se reconocen y se respetan mutuamente. Un desti-

    no para la mujer, hasta hace poco, impensable. Su condi-cin de objeto estaba inscrita en su propia naturaleza o

    prefijado, de antemano, por el orden social establecido.

    El impacto del determinismo biolgico como ley natural

    o de la impronta cultural, ha ido cediendo lugar a otras

    consideraciones sobre el destino ertico de las mujeres.

    Tal vez, ningn otro periodo histrico ha generado un

    espacio potencial tan renovador y democrtico como el

    instaurado por la constitucin del sujeto femenino.

    Despus de medio siglo de lucha feminista, se re-

    conoce que el espacio creado por el sujeto femenino

    no significa aniquilar la diferenciacin entre los sexos.

    Por el contrario, es necesario mantener las diferencias

    entre sujetos y crear entre dos un espacio potencial deencuentro, definido por este nuevo paradigma psicoa-

    naltico como espacio intersubjetivo.

    Sin embargo, en la intimidad de la pareja ertica

    adulta la dualidad sujeto-objeto persiste como una

    posicin que contina dndole forma a la relacin en-

    tre los sexos. A pesar del reconocimiento por parte de

    la sociedad del valor de la igualdad de derechos para

    hombres y mujeres y del lugar que las propias mujeres

    han ido ocupando en el mundo laboral, en la pareja hu-

    mana la estructura de dominacin persiste. Benjamin

    se pregunta: qu dinmicas explican la persistencia

    psicolgica de esta posicin?, cul es la gnesis de

    esta estructura psquica en la que una persona se asu-

    me como sujeto y la otra debe servirlo como su objeto?

    La autora analiza la evolucin y los destinos de esta

    estructura para mostrar cmo en ella estn inscritas

    las dinmicas intrapsquicas que explican el profundo

    anclaje psicolgico del binomio dominio-sumisin.

    Por qu la mujer se somete y el hombre domina? No

    es posible desarrollar extensamente la multiplicidad de

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    factores que estaran sosteniendo la estructura de po-

    der en la relacin sexual adulta. Analizaremos en esta

    oportunidad slo algunos de los factores que la autora

    propone. Un factor determinante, segn Benjamin, es-

    tara dado por el hecho de que a la mujer se la incentiva,

    desde etapas muy tempranas del desarrollo, a situarseen una posicin de dependencia y a negar la existen-

    cia de su self. Explica que la nia, al verse persuadida

    a identificarse con la madre para lograr ser femenina,

    no puede separarse ni tener independencia de ella. La

    nia, postula la autora, al igual que el nio, necesita

    un periodo de re-acercamiento al padre. Sin embargo,

    esta necesidad no es tomada en cuenta por los padres:

    el padre est ausente para ella y la madre demasiado

    presente como figura de apego. El re-acercamiento al

    padre es posible slo para el nio. As, a la mujer, desde

    nia se la incentiva a negar suselfy a perpetuar la auto

    negacin de s misma a lo largo de la vida. El nio, por el

    contrario, al separarse de la madre para lograr su iden-tidad e independencia asume el rol de dominio, al igual

    que su padre. Para la autora, la ruptura de la tensin

    entre la afirmacin y el reconocimiento del s mismo es

    el factor que da pie a que se instale la escisin dominio-

    sumisin. Aqu se encontrara el punto de acceso para la

    persistencia de la ecuacin dominio-sumisin.

    A partir de las coordenadas tericas desarrolladas

    por los modelos intersubjetivo y relacional en psicoan-

    lisis, Jessica Benjamin intenta construir y re-enmarcar

    las teoras psicoanalticas sobre la dominacin y contar

    de otro modo la historia de la mujer.

    La autora comienza concentrndose en la infancia

    temprana, en los cambios psicolgicos que se producenen el equilibrio entre la afirmacin y el reconocimiento

    durante los primeros momentos de la relacin madre-

    hijo (el si-mismo y el otro), y en la paradoja que surge

    cuando se produce la diferenciacin y el reconocimien-

    to de la alteridad. El origen de la experiencia de reco-

    nocimiento mutuo se encontrara en el primer vnculo

    entre la madre y su hijo. El reconocimiento mutuo pue-

    de ser descrito como un estado de nimo compartido,

    una experiencia de sintona emocional y de influencia

    mutua. Esta experiencia constituye la matriz fundacio-

    nal de la mente humana. Enfocar la investigacin de la

    infancia temprana en la experiencia de reconocimiento

    mutuo entre la madre y su hijo implica compartir la te-

    sis formulada, en la dcada de los 80, por el psicoana-

    lista Daniel Stern3, sobre las capacidades del beb: el

    beb est preparado desde el principio para interesarse

    en el mundo de los otros y para diferenciarse de l.

    Las propuestas de Stern introducen un nuevo pa-

    radigma en la forma de abordar los procesos mentalesdel beb. Su formulacin sobre el vnculo materno pro-

    pone un cambio radical de los supuestos psicoanalticos

    sobre la primera infancia. Para el psicoanlisis el acento

    estaba puesto en el estudio de los procesos de sepa-

    racin y autonoma. Ahora la mirada se enfoca en el

    estudio del vnculo. Esto significa que ya no es primor-

    dial entender cmo el nio se separa, el asunto crucial

    es comprender cmo el beb se vincula y reconoce al

    otro; se intenta dilucidar cmo participan, activamente,

    la madre y el hijo para darse a conocer como sujetos

    en la relacin con el otro. Benjamin afirma que la so-

    brevaloracin de la separacin es una fuerte tendencia

    terica en el psicoanlisis. Esta tendencia encuentra susraces en la concepcin del individuo como un sistema

    intrapsquico cerrado que slo hace uso del otro como

    objeto que satisface sus necesidades o metaboliza sus

    angustias. Tal vez sucede as porque aceptar la depen-

    dencia del otro podra constituir una amenaza en el lo-

    gro de la independencia. La experiencia de la paradoja,

    aceptar que somos dependientes e independientes a

    la vez, resulta muchas veces intolerable y dolorosa. En

    contraste, la teora intersubjetiva entiende el vnculo

    como un proceso simultneo de transformar y ser trans-

    formado por el otro en una relacin de dependencia e

    independencia mutua. Es necesario aclarar que para el

    psicoanlisis contemporneo las teoras intrapsquica eintersubjetiva no son mutuamente excluyentes, pero s

    constituyen dos modos diferentes de entender el desa-

    rrollo humano.

    A la teora intersubjetiva no le interesa cunto

    y cmo nos nutrimos del otro para luego separarnos.

    El acento est puesto en entender cmo el otro da la

    posibilidad de estar juntos y separados a la vez. Cmo

    estar a solas en compaa del otro sin ser abandonado

    o invadido por ello. Dos sujetos que se reconocen entre

    s pueden compartir un proyecto comn y aceptar el

    proyecto personal del otro. No es lo mismo estar juntos

    que exigir que uno est siempre disponible para regu-

    lar las turbulencias emocionales del otro. Por otro lado,

    Jessica Benjamin estudia en las fantasas y relaciones

    sadomasoquistas la lgica del amo y el esclavo. Plantea

    que en esta estructura se puede discernir la dinmica

    que organiza la dominacin y la sumisin. La fantasa

    de dominio ertico encarna el deseo de independen-

    cia y el de reconocimiento. En su anlisis va mostrando

    cmo los deseos se transforman en violencia y sumisin

    3 Psicoanalista norteamericano, es autor de numerosas in-

    vestigaciones sobre la observacin de conductas en nios

    recin nacidos. En 1985 publica El mundo interpersonal del

    infante,traducido al espaol en 1992. Editorial Paids, Bue-

    nos Aires, Argentina.

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    ertica. Su tesis es que en el sometimiento voluntario al

    dominio ertico se da la paradoja de liberarse por me-

    dio de la esclavitud.

    El modelo intersubjetivo, como deca, no pretende

    reemplazar a la teora intrapsquica centrada en el mun-

    do interno. El enfoque de Jessica Benjamin contempla auna y otra teora. No es un modelo excluyente, reco-

    noce que el sujeto es privado y que su desarrollo se da

    en relacin con el otro. No se trata de invertir la opcin

    por el mundo interno y escoger ahora el mundo exter-

    no, se trata de captar ambas realidades: sin el concepto

    intrapsquico del inconsciente, la teora intersubjetiva se

    vuelve unidimensional, pues slo contra el fondo del es-

    pacio privado se puede destacar, en relieve, el otro real. El

    enfoque intersubjetivo del uno y el otro est presente

    a lo largo de todo su pensamiento. La autora logra in-

    tegrar en su obra, de un modo brillante, las posiciones

    freudiana y relacional, las teoras feminista y psicoana-

    ltica, la informacin clnica y terica.Otro planteamiento central de Benjamin en rela-

    cin con la madre es definirla desde su condicin de

    sujeto. Esta teora permite pensar a la madre como un

    sujeto por derecho propio. Hasta ahora, la madre para el

    psicoanlisis ha sido el objeto que satisface las deman-

    das, el primer objeto de apego y el objeto del deseo.

    Desde esta perspectiva, Benjamin seala que la

    madre es ms que un objeto, en realidad es otro suje-

    to, con un proyecto propio e independiente del beb.

    Esto es algo necesario para la madre y para el beb, slo

    as la madre puede asegurarle el reconocimiento que

    l busca en ella. En el psicoanlisis pocas veces se ha

    considerado a la madre como otro sujeto con identidadpropia y con un proyecto independiente. Pocas veces

    se la ve como sujeto con deseos independientes de la

    existencia del hijo; la consideracin de la madre como

    sujeto implica compartir la tesis de Stern acerca de que

    hay siempre dos sujetos desde el principio de la vida.

    Es necesario para el desarrollo psicolgico la recipro-

    cidad, la mutualidad y el equilibrio, siempre tensional

    y paradjico entre la experiencia de la afirmacin del

    s mismo y el reconocimiento del otro. Y Jessica Benja-

    min va ms all. Afirma que la experiencia de sintona

    recproca o de falta de sintona, vivida en la primera

    infancia, prefigura el juego ertico del adulto. Nueva-

    mente estamos hablando de la sexualidad desde una

    nueva perspectiva. Detengmonos por un momento en

    el deseo de la mujer. En el psicoanlisis clsico la mujer

    se vuelve femenina al volcarse desde la madre al padre,

    con la esperanza de recibir el falo al convertirse en el

    objeto de su deseo. La teora freudiana sobre el deseo

    femenino se construye a partir de la falta, la falta del

    pene, en un sentido simblico. Jessica Benjamin plan-

    tea que es el padre y no el falo el que ocupa el lugar

    del poder. Para las mujeres, dice Benjamin, el padre que

    falta es la clave de la ausencia de deseo y de su retornoen forma de masoquismo.

    Las nias, al igual que los nios, desean identificarse

    con el padre puesto que l es el representante del mundo

    externo. Para Benjamin, la identidad de gnero se define

    en la etapa de re-acercamiento al padre. No es posible

    hacer un recorrido completo por los procesos identi-

    ficatorios propuestos por la teora intersubjetiva para

    analizar el problema de la dominacin. Sin embargo, se

    puede sealar que la sintona o la falta de sintona entre

    dos sujetos es un elemento importante para la compren-

    sin de la vida ertica del adulto. Benjamin plantea que

    el deseo de seguir en sintona puede, inadvertidamente,

    convertirse en la vida ertica de la pareja sexual adultaen deseo de sumisin a la voluntad del otro.

    En sntesis, Jessica Benjamin hace una critica rigu-

    rosa y bien documentada al psicoanlisis. Refexiona so-

    bre ciertos supuestos bsicos, tales como la estructura

    de poder, la violencia, la agresin, el amor y el desarrollo

    mental temprano que, muchas veces sin advertirlo da-

    mos por ciertas de tanto escucharlas y repetirlas. Sus

    aportes crticos son valiosos porque estn formulados

    con la libertad de quien se atreve a pensar nuevas teo-

    ras. Al mismo tiempo, esto hace que al principio la lectu-

    ra del libro sea ardua y a veces dfcil. No es fcil aceptar

    que nuestras premisas sean cuestionadas. Para terminar,

    deseo remarcar que el pensamiento de Jessica Benjaminse caracteriza no slo por su originalidad. Su mximo

    valor radica en su consistencia interna, al ser capaz de

    mantener el equilibrio y la tensin de trabajar, en todo

    momento, en un enfoque paradjico que no toma par-

    tido por el hombre ni por la mujer. Est siempre entre el

    hombre y la mujer. Sus ideas circulan entre el sujeto y el

    objeto, entre la pasividad y la actividad, entre la afirma-

    cin y el reconocimiento, entre la sumisin y el dominio.

    Podemos atisbar una comprensin de las teoras, pero la

    complejidad del vnculo entre el hombre y la mujer no

    se resuelve y el enigma de la vida ertica contina.

    Hay mucho por conocer sobre el pensamiento de

    Jessica Benjamin. Ella es parte del grupo de psicoana-

    listas relacionales que, en la actualidad, estn trazan-

    do nuevas lneas tericas que permitan avanzar en el

    conocimiento de ese vasto y misterioso espacio de la

    sexualidad humana.