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EL REPARTO DE TIERRAS EN TENERIFE TRAS LA CONQUISTA (1496-1522) JUAN MANUEL BELLO LEON Universidad de La Laguna INTRODUCCION En la conquista y colonización del Archipiélago canario se distinguen clara- mente dos etapas, marcadas por quienes obtuvieron la soberanía sobre las islas y por la forma de llevar a cabo la ocupación del territorio. En la primera etapa, lenta, ejercieron la titularidad sobre la conquista los poseedores del señorío de las islas, y así desde 1402 a 1447 se ocuparon Lanzarote, Fuerteventura, El Hierro y La Gomera. La segunda está condicionada por la intervención directa de la Coro- na en la conquista de las islas, de tal forma que en menos de veinte años se incorporaron como tierras de "realengo" Gran Canaria,La Palma y Tenerife, al conjunto de la Corona castellana. La rapidez del proceso final y las circunstancias internacionales en las que se inscribe la colonización de las islas de realengo, confiere, de por si, cierta origina- lidad a la ocupación castellana, ya que no se trata , como hasta entonces, de la lenta repoblación de frontera castellana o andaluza, donde el desarrollo repobla- dor se vio sometido durante siglos a la guerra o a la amenaza de la misma, y donde la colonización tropieza con la presencia y herencia cultural de unas zonas densamente pobladas. La colonización de las Islas Canarias está enmarcada, y por lo tanto condicionada, por el carácter de corolario de la expansión europea, por lo que los resultados de la misma se verán determinados por las características de diversos elementos; apoyo económico a las empresas descubridoras, nivel técni- co, peso demográfico, grupos humanos participantes,etc. De este proceso estamos bastante bien informados en sus líneas fundamentales, ya que la historiografía canaria ha conocido en las últimas décadas avances notables ' . Sin embargo la proyección de muchas de las investigaciones dedicadas a los años inmediatamen- te posteriores a la conquista se dirigen con frecuencia al análisis del marco insti- tucional en el que se encuadra la integración de las islas al resto de la corona castellana, dejando al margen la definición de la característica de un aspecto esencial de nuestro pasado regional; me refiero al análisis de la estructura de la propiedad del agua y la tierra nacida tras el repartimiento. Lo que no deja de ser I. Son múltiples los trabajos sobre la conquista, y en concreto de Tenerife, si bien la inves- tigación más amplia la emprendió D. Antonio ROMEO DE ARMAS, viéndose reflejada en su obra: La conquista de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1975. [I]

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  • EL REPARTO DE TIERRAS EN TENERIFE TRAS LA CONQUISTA(1496-1522)

    JUAN MANUEL BELLO LEON

    Universidad de La Laguna

    INTRODUCCION

    En la conquista y colonizacin del Archipilago canario se distinguen clara-mente dos etapas, marcadas por quienes obtuvieron la soberana sobre las islas ypor la forma de llevar a cabo la ocupacin del territorio. En la primera etapa,lenta, ejercieron la titularidad sobre la conquista los poseedores del seoro de lasislas, y as desde 1402 a 1447 se ocuparon Lanzarote, Fuerteventura, El Hierro yLa Gomera. La segunda est condicionada por la intervencin directa de la Coro-na en la conquista de las islas, de tal forma que en menos de veinte aos seincorporaron como tierras de "realengo" Gran Canaria,La Palma y Tenerife, alconjunto de la Corona castellana.

    La rapidez del proceso final y las circunstancias internacionales en las que seinscribe la colonizacin de las islas de realengo, confiere, de por si, cierta origina-lidad a la ocupacin castellana, ya que no se trata , como hasta entonces, de lalenta repoblacin de frontera castellana o andaluza, donde el desarrollo repobla-dor se vio sometido durante siglos a la guerra o a la amenaza de la misma, ydonde la colonizacin tropieza con la presencia y herencia cultural de unas zonasdensamente pobladas. La colonizacin de las Islas Canarias est enmarcada, y porlo tanto condicionada, por el carcter de corolario de la expansin europea, por loque los resultados de la misma se vern determinados por las caractersticas dediversos elementos; apoyo econmico a las empresas descubridoras, nivel tcni-co, peso demogrfico, grupos humanos participantes,etc. De este proceso estamosbastante bien informados en sus lneas fundamentales, ya que la historiografacanaria ha conocido en las ltimas dcadas avances notables ' . Sin embargo laproyeccin de muchas de las investigaciones dedicadas a los aos inmediatamen-te posteriores a la conquista se dirigen con frecuencia al anlisis del marco insti-tucional en el que se encuadra la integracin de las islas al resto de la coronacastellana, dejando al margen la definicin de la caracterstica de un aspectoesencial de nuestro pasado regional; me refiero al anlisis de la estructura de lapropiedad del agua y la tierra nacida tras el repartimiento. Lo que no deja de ser

    I. Son mltiples los trabajos sobre la conquista, y en concreto de Tenerife, si bien la inves-tigacin ms amplia la emprendi D. Antonio ROMEO DE ARMAS, vindose reflejada en su obra:La conquista de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1975.

    [I]

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    paradjico si tenemos en cuenta que esta etapa delimita los elementos que definenla realidad rural durante el Antiguo Rgimen 2

    A la luz de las escasas posibilidades documentales y del estado de la investi-gacin de base, centrar el desarrollo de este trabajo en el anlisis de una comarcaconcreta; el valle de La Orotava, ya que las circunstancias histrico-geograficasque concurren en este lugar la hacan, a priori, idnea para el estudio de las lneasgenerales que conformaron la estructura de la propiedad de la tierra en la isla deTenerife a finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI.

    1. EL MEDIO FISICO

    Un trabajo que tiene como objetivo bsico el estudio del asentamiento de lapoblacin tras el proceso de conquista, ha de tener en cuenta lo que Garca deCortzar denomina como la transformacin de un espacio geolgico en un espa-cio geogrfico, con una definida estructura de hbitat y paisaje agrario 3 . En estecaso el conocimiento del medio fsico es inexcusable si consideramos que en laeconoma y sociedad que se establece en el valle de La Orotava el predominio delo agrario es indiscutible.

    "Desde el punto de vista geogrfico recibe el nombre de valle de La Orotavael espacio delimitado por el Atlntico Norte, la Cordillera Dorsal al Sur, elMazizo de Tigaiga al Oeste y el escarpe de Santa Ursula al Este" 4 . El valle seasienta sobre un medio geogrfico dominado por la caracterstica comn al restode la isla; la pendiente, que afecta de forma ms acusada en la parte occidental,lugar donde se situaron las ms importantes haciendas de la comarca. Este perfildel trmino agrcola se traducir, pasado el tiempo, en una fragmentacin delespacio con el aprovechamiento de los terrenos mediante la construccin de terra-zas en los pagos de Icod el Alto, Higa, etc. y en un escalonamiento de los cultivosa lo largo de un plano suavemente inclinado ( si lo comparamos con otras comar-cas agrcolas, como Icod o Daute, se observar que en stas ltimas el perfil esmucho ms abrupto ). Junto a la orografa, los tipos de suelo y el clima son decapital importancia en la determinacin de las posibilidades de los cultivos. Des-de un punto de vista edafolgico, en el valle de La Orotava se encuentran los dostipos de suelo considerados como ms aptos para la explotacin agrcola; son los

    2. Buen ejemplo de lo que decimos son los diferentes trabajos que se pueden encontrar enlos nmeros de la Revista de Historia de Canarias o en el Anuario de Estudios Atlnticos.Notable excepcin a este panorama lo constituyen las investigaciones de D. Eduardo AznarVallejo y D. Manuel Lobo Cabrera.

    3. GARCIA DE CORTAZAR Y RUIZ DE AGUIRRE, J. k: La historia rural medieval: un esquema deanlisis estructural de sus contenidos a travs del ejemplo hispanocristiano. Santander, 1978.Vid. pp. 13.

    4. ALVAREZ ALONSO, A.: "Comarca de La Orotava", publicado en Geografa de Canarias,Tomo V, 1985, p. 92.

    2 [2]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    llamados suelos pardos y andosoles, que cubren casi toda la zona de medianas ymonte bajo, zona en la que inicialmente se asent la poblacin.

    Pero la tradicional visin del valle como tierra fertilsima viene dada, sobretodo, por las excelentes condiciones climticas, y por el factor adyacente msdestacado, los abundantes recursos acuferos. En definitiva, es el clima el que consus condiciones adversas o favorables, determinan el cultivo de la tierra, ms quelos imperativos de la composicin del suelo o las tcnicas agrcolas utilizadas enestos momentos. Y en ste sentido el rgimen de temperaturas y la cuanta deprecipitaciones hacen que el valle pueda considerarse, en el conjunto del norte dela isla, como ejemplo especial.

    No hay descripcin histrico-geografica de la zona, o anlisis de erudito ohistoriador de cualquier poca, que no haya considerado a los abundantes recur-sos de agua existentes en la comarca como el factor esencial de su importanciaeconmica y social. El agua, elemento imprescindible para el riego de las tierras,para el funcionamiento de los ingenios, molinos y para el abasto pblico, consti-tuye el eje primordial en torno al cual se van a dar toda una serie de pleitos yluchas sociales que tiene siempre como origen comn el choque de intereses entreel abasto de la poblacin y la necesidad de extender las reas de regado. Segura-mente por las especiales caractersticas que presenta la administracin de lasaguas en La Orotava y por la compleja trama histrica que condujo a la privatiza-cin de ste recurso, es por lo que su anlisis y estudio ha estado presente ennumerosos trabajos de investigacin 5.

    La red viaria del valle en estos primeros momentos era casi inexistente, ha-llndose constituida fundamentalmente por los caminos que la conectaban con lavilla-capital, La Laguna, y con las zonas de aprovechamiento forestal. La situa-cin del valle a mitad de camino entre La Laguna y el puerto de Garachico(puerto comercial ms importante en el siglo XVI), y la necesidad de madera porparte de los numerosos ingenios all establecidos, convertiran a la comarca en un

    5. Creo que el mejor estudio que se ha hecho en Canarias sobre el regado y las comunida-des de aguas es el de D. Francisco QUIRANTES: El regado en Canarias, Santa Cruz de Tenerife,1981. Por supuesto, mencionar al ya clsico estudio de Jos Peraza de Ayala: El heredamientode aguas de La Orotava (Notas y documentos para un estudio histrico-jurdico de las aguas enCanarias), publicado en Estudios de derecho administrativo especial canario (heredamientos ycomunidades de aguas). Tomo III, Santa Cruz de Tenerife, 1969, pp. 43-94. Vase tambin eltrabajo de Manuel., HERNANDEZ GONZALEZ: "La propiedad del agua y la conflictividad social en LaOrotava: la contienda entre la justicia ordinaria y la alcalda de aguas en el siglo XVIII" en R.H. C. Tomo XXXVIII n. 2

    174, La Laguna, 1984-86, pp. 227-253. En cuanto a los conflictosgenerados por la distribucin del agua, dos procesos destacan en la primera mitad del sigloXVI. Ambos coinciden con el proceso inicial de privatizacin de las aguas y con el deseo ynecesidad de abastecer a la poblacin. El crecimiento de la poblacin y el inters de los grandespropietarios por acaparar las aguas como nico medio de extender las zonas de cultivo yaumentar los rendimientos, terminaron en conflictos resueltos casi siempre en beneficio de laoligarqua local. Referencias a estos pleitos pueden verse en el A. M. L. L. Libro 7. 2 de actascapitulares. Oficio 1.2, fol. 162v.; Libro 8.2

    de actas. Oficio 1 .9 , fol. 53v; Protocolo de Juan deAoca, 1533-1560, fols. 74r. y 457r.

    [31 3

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    verdadero cruce de caminos, si bien de desigual importancia, ya que muy pocosde ellos, y debido a su escasa anchura, permitiran el trnsito de carretas, siendoms comunes las pequeas veredas y caminos que conectaban los diferentesncleos de poblacin de la zona, estando su construccin directamente relaciona-da con la dotacin de madera a los ingenios, lo que oblig a hacendados y aarrieros abrir caminos entre sus tierras y el monte 6

    En cuanto a la cantidad y distribucin de la masa boscosa a lo largo del valle,la misma va a estar en relacin directa con la mayor o menor necesidad que lapoblacin ha tenido de poner en cultivo la tierra o de utilizar madera para laconstruccin y combustible. Por tanto, en una economa donde el crecimiento dela poblacin es constante, la destruccin de la masa forestal es de las pocasalternativas que el campesinado tiene para ampliar la superficie destinada a culti-vos. Desgraciadamente no puedo delimitar con precisin el rea aproximada quecubra la masa forestal en el valle de La Orotava a comienzos del siglo XVI, yaque las nicas referencias que conozco se corresponden al siglo XVII 7 . En cual-quier caso las referencias en torno a la reduccin de la superficie boscosa porrozas clandestinas son continuas, y a pesar de las reiteradas quejas que ante elCabildo se presentaron 8 ; aunque tampoco es extrao encontrar en estas mismassesiones capitulares licencias para el corte y exportacin de madera, impulsadopor los intereses de algunos regidores que aprovechan su posicin poltica parabuscar mercados ms ventajosos. La construccin de ingenios azucareros y detodas las instalciones anejas, favorecido por el auge comercial del producto, gene-ra un corte de madera masivo en los bosques del valle, que a la larga afectara noslo a la obtencin de lea o carbn, sino lo que fue ms importante, a los cursosde agua existentes en los altos del valle.

    Qu posibilidades ofreca, entonces, el espacio ocupado por el valle de LaOrotava a los nuevos pobladores? Parece evidente que por comparacin con otraszonas de las islas resultaba, a primera vista, inmejorable, pues tena una redhidrogrfica susceptible de ser aprovechada como fuerza motriz, para riego agr-cola y para el abastecimiento de la poblacin; tambin una zona habitada desdepoca aborigen y provista, por tanto, de caminos y viviendas (cuevas) aprovecha-bles para el transporte de mercancas, trashumancia de ganados y como corrales ycasas en los primeros momentos de ocupacin; adems de una cubierta vegetalamplia, explotada ya desde los inicios de la colonizacin.

    6. A. M. L. L. Libro II de datos por testimonio, fol. I29r. Referencias a la existencia deestos caminos pueden encontrarse en muchas escrituras de venta, arrendamiento o medianera;sirva como ejemplo alguna de las que sealamos a continuacin: A. H. P. T. leg. 2785, s. f. (11-X-l525), s. f. (6-XI-1525), fol. 202v. (diciembre 1525); leg. 2786 fol. 315v (5-XII-1527); leg.3358 fol. 159 (26-VII-1539).

    7. A. M. L. L. Montes V n. 2 6 (1678) "Visita y deslinde de los montes de La Orotava y ElRealejo".

    8. A. M. L. L. Libro 8. 2 de actas capitulares. Oficio 1. 2, fol. 60r. (23-VII-1540); fol. 26v(20-XII-1539).

    4 [4]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    Todos estos recursos naturales marcaron las lneas generales de lo que fue eldesarrollo econmico de la comarca. Las limitaciones vendran impuestas por lacantidad de trabajo necesario para la "sorriba", desmonte y roturacin de unastierras vrgenes (apreciable a travs de los numerosos contratos de arrendamientoy aparcera), y sobre todo por el estmulo que los Precios agrcolas ejercan comopara dedicar un terreno a un determinado cultivo.

    2. EL REPARTIMIENTO DEL VALLE DE LA OROTAVA

    Las fuentes que permiten el estudio de los repartimientos canarios presentanunas dificultades que las diferencian claramente de los modelos castellanos yandaluces, a pesar de ser un fenmeno inspirado en los modelos bajomedievalesaplicados en la Pennsula 9 . El conocimiento del repartimiento en Gran Canaria oLa Palma tropieza con las dificultades derivadas de la desaparicin o incendio delos archivos. Por tanto hay que acudir a fragmentados y dispersos repertoriosdocumentales para obtener un difuso conocimiento del proceso en estas islas '.

    9. Las limitaciones que impone la extensin de un trabajo de sntesis me impiden exponercon amplitud los problemas que plantea, la cuantificacin del repartimiento y el anlisis de lainformacin que aportan los documentos. En apretada sntesis pueden resumirse en los siguien-tes problemas:

    Las referencias a conceptos geogrficos suelen ser vagos y de difcil localizacin. Laexistencia en la isla de Tenerife de algunos pagos con el mismo nombre puede inducir aequvocos.

    En el repartimiento hay que distinguir entre la concesin de tierras o la cesin de otro tipode aprovechamiento, que van desde cuevas, solares, colmenas, cursos de agua, etc.

    Dentro de la concesin de tierras hay que distinguir entre aquellas que indican la superficiedel predio y los que no lo hacen.

    Para cuantificar las tierras repartidas ao por ao se encuentran muchas dificultades debidoa los continuos cambios de titularidad.

    La mencin a distintos tipos de medidas para indicar la superficie de la parcela (fanega,cahz, peona, caballera, aranzada, etc.) obliga a dar un valor relativo, y no absoluto, a las cifrasque se puedan dar en los diferentes cuadros que presentamos.

    La ambigedad en muchas de las suertes concedidas cuando tratamos de saber si son deregado o de secano.

    La relativa importancia que tuvo la reformacin del repartimiento en el ao 1506.La obligacin de comparar todas las suertes de un mismo individuo, ya que las repeticiones

    son continuas. Para ste es de gran ayuda el que figuren los linderos de las tierras repartidas;cuando stos no aparecen cabe la posibilidad de error.

    10. De entre los repertorios documentales ms importantes para el estudio de Gran Canariaest el llamado Libro Rojo de Gran Canaria, transcrito y estudiado por Pedro CULLEN DELCASTILLO (Las Palmas de Gran Canaria, 1947); los testimonios sacados de los protocolos sevilla-nos (Vid. MORALES PADRON, F.: "Canarias en el Archivo de Protocolos de Sevilla" en A. E. A. n.2VII, Madrid-Las Palmas, 1961 y 1962) y de diversas secciones del Archivo de Simancas (Vid.AZNAR VALLE.10, E.: Documentos canarios en el Registro de/sello, 1476-15/7, La Laguna, 1981.Para la primera mitad del siglo XVI tambin se conserva el libro intitulado "Protocolo derepartimiento de tierras hecho a los conquistadores de Gran Canaria", estudiado por D. Jimenez

    [5 ] 5

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    El panorama, en lo que a Tenerife se refiere, cambia radicalmente. Para estaisla se han conservado los correspondientes libros de repartimiento (ms conoci-dos como libros de datas). Los textos del repartimiento de la isla se conservan enel Archivo Municipal de La Laguna, y estn formados por cinco libros de datas(albalaes que recogen la donacin de tierras u otros aprovechamientos) originalesy tres de datas por testimonio ".

    Al igual que para el caso andaluz, otros textos completan y contrastan lavisin que nos dan los libros de datas. Es la reformacin del repartimiento efec-tuada por el Ldo. Zrate en 1506 la que quizs aporta la documentacin msvaliosa. Las arbitrariedades cometidas por los gobernadores provocaron la quejaante la corte de los beneficiarios para que se examinasen los ttulos de propiedad;por ello se comisiona a Juan Ortiz de Zrate para que llevase a cabo una laborinformativa que sirviese de base para la toma de decisiones definitivas en lo queal repartimiento se refiere '2.

    Tambien ha llegado a nosotros dos "nminas" o listas de beneficiarios insertasen los libros de datas por testimonio. La primera recoge el reparto de tierras deriego en el valle de La Orotava, mientras que la otra hace referencia al reparto detierras de secano en la comarca de Tacoronte ' 3 . Por ltimo, indicar que se puedenobtener algunas notas a travs de los protocolos notariales y de algunos documen-tos de la seccin del Registro del Sello en Simancas.

    Como es bien conocido, por la transaccin entre los Reyes Catlicos y losseores de Canarias, la Corona obtena el derecho de conquista de las llamadas

    Sanchez en su trabajo Primeros repartimientos de tierras y aguas en Gran Canaria, Las Pal-mas, 1940. Para el caso de la isla de La Palma pueden verse algunas referencias en los trabajosde LORENZO RODRIGUEZ, J. B.: Notas para la Historia de La Palma, Tomo I, La Laguna, 1975, yen el de D. Ana VIA BRITO: Aproximacin al reparto de tierras en La Palma a raz de laconquista (en prensa).

    11. Hace unos aos que se publicaron los extractos de los albalaes de data de los cuatroprimeros libros, tarea llevada a cabo por el profesor D. Elias SERRA RAFOLS. Recientemente se haeditado el texto ntegro correspondiente al quinto volumen. Vase SERRA RAFOLS, E.: Las datasde Tenerife (libro I a IV de datas originales), La Laguna, 1978, y D. Francisca MORENOFUENTES: Las datas de Tenerife (Libro V de datas originales), La Laguna, 1988. A lo largo delas ms de dos mil datas que se recogen en estos volmenes se obtiene una de las visiones mscompletas de la actividad econmica, bsicamente agraria, de la isla en los orgenes de lacolonizacin.

    12. SERRA RAFOLS, E. y ROSA OLIVERA, L. DE LA: Reformacin del repartimiento de Tenerife en1506 y coleccin de documentos sobre el Adelantado y su gobierno, La Laguna, 1953.

    13. El primero de los documentos mencionados consta de ms de 60 folios en los que serecoge el reparto de tierras de riego en el valle de La Orotava entre 1501 y 1504. El documentooriginal se encuentra hoy en da en el archivo privado Sopranis-Montes de Oca, depositado enla Biblioteca de la Universidad de La Laguna. Un estudio y transcripcin del mismo lo hice enmi Memoria de Licenciatura y est prxima a publicarse en un artculo que bajo el ttulo "Elreparto de tierras de riego en el valle de La Orotava (150 1-1504)" aparecer en la revista MuseoCanario.

    6 [6]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    islas mayores; a consecuencia de ello, Tenerife quedara incorporada a la Coronade Castilla en 1496. Desconocemos las condiciones exactas de la capitulacinpara la conquista de Tenerife, lo que no es bice para que a travs de otras fuentesno podamos deducir que no se diferenci en mucho de lo establecido para laconquista de Gran Canaria, primero, y La Palma, despus, con la particularidadde que el nico firmante de la capitulacin, Alonso Fernndez de Lugo, se erigaa un mismo tiempo en jefe militar y en gobernador de la isla.

    Los Reyes Catlicos, ante la experiencia que les dio las arbitrariedades come-tidas por los distintos gobernadores de Gran Canaria en los primeros repartimien-tos, intentaron, que en un principio, los repartimientos de Tenerife se hicieran porel gobernador y un comisionado regio. A tal fin, en diciembre de 1493 la Canci-llera Real expide en Zaragoza un conjunto de cdulas que aluden a los privile-gios otorgados al futuro conquistador. De entre ellas destacamos la que llevafecha de 28 de diciembre, en la que se facultaba a D. Alonso de Lugo para llevara cabo, conjuntamente con un delegado de la Corona, el reparto de tierras enTenerife ' 4 . Sin embargo, conquistada la isla, el gobernador logra que los reyesautoricen el repartimiento bajo su sola voluntad; se rectifica as la cdula de 28-XII-1493 que exiga la intervencin del delegado regio ' 5 . Alonso de Lugo asumala facultad de repartir los bienes existentes en la isla, pero como fue habitual en larepoblacin castellana, tambin el gobernador designa para La Orotava una comi-sin de partidores. La integraron Pedro de Vera, alcalde mayor, y los regidoresGuilln Castellano, Fernando de Trugillo y Lope Fernndez. En junio de 1502 seincorpora a la citada comisin de reparto Diego de Mesa ' 6 . A estos habra queaadir una serie de colaboradores que participaron en la tarea de deslinde deltrmino y en la medicin de tierras a repartir; tal es el caso del primer escribanodel repartimiento, Jaime Joven, sustituido posteriormente por Antn de Vallejo,quienes consignaron por escrito el proceso y se encargaron de la entrega a losbeneficiarios de los correspondientes albalaes o cdulas de la propiedad recibida.

    Sin embargo, la actuacin de esta comisin no la vemos ejercer hasta 1502,cuando el valle de La Orotava ya conoca desde 1496 el asentamiento de poblado-res y la distribucin de parte de la comarca. La relacin de bienes a repartir sereduca a las tierras disponibles, aprovechables en su mayora, pero de difcilpuesta en cultivo, y por otra parte a las corrientes de agua o a los restos deedificaciones y viviendas aborgenes. Sabemos que el reparto no afect a todaslas tierras, ya que se reservaron para la Corona y los propios de la isla una partede la comarca. Tambin es probable que algunas tierras no se repartieran porcondicionamientos geogrficos, como creo sucedi con parte de la franja situadaentre la Cuesta de Acentejo y lo que hoy es el Puerto de la Cruz, zonas ocupadas

    14. RUMEU DE ARMAS, A.: opus cit. pp. 134-135.15. AZNAR VALLEIO, E.: Documentos... n.9 415; tambin RUMEU DE ARMAS, A.: opus cit. Apn-

    dice n.9 27 y n. 9 30.16. El documento por el que se form esta comisin puede verse en la nmina de reparto de

    tierras citada en la nota n. 9 13.

    [7 ] 7

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    por parte de las dehesas de La Orotava y probablemente tambin por la dehesa deLa Caleta (Los Realejos), as como por un amplio malpas que aada dificultadesa los escasos medios tcnicos disponibles para su explotacin. Como contraposi-cin sabemos que fue la zona situada entre La Orotava y El Realejo la queconoci un sistemtico reparto entre los pobladores.

    El repartimiento del antiguo reino aborigen de Taoro es un largo proceso queva desde los momentos finales de la conquista, 1496, en que se reparte la primeradata de la isla, hasta el ao 1531. Antes de proceder al estudio de la informacinque nos proporcionan las datas es necesario aclarar algunas cuestiones que ayuda-rn a entender los cuadros que presento. Busqu con ellos el medio de concretarde la forma ms simple todo el proceso de repartimiento de tierras (aqu quedanexcluidos aquellos beneficiarios y datas que indican otro tipo de concesin), ascomo establecer su distribucin anual.

    Los he dividido en tres grandes apartados (cuadros I a III) que engloban aaquellos beneficiarios que reciben una sola data (cuadro I), teniendo en cuentaque he contabilizado entre stos a aquellos que recibieron una suerte o ms, peroque la obtuvieron el mismo da y por tanto estn registradas en el mismo albal(esta situacin slo se especifica en nueve beneficiarios). Un segundo apartado(cuadro II), ms complejo en su elaboracin, engloba a aquellos beneficiarios queobtuvieron ms de una data en perodos cronolgicos distintos, y que por tantohan visto acrecentar su patrimonio territorial inicial. Fue necesario contabilizarcada una de las parcelas recibidas por un mismo individuo en la primera conce-sin y siguientes para clasificarlas por aos, teniendo en cuenta que alguna deesas concesiones correspondan a tierras que pertenecieron a algn beneficiarioque las pudo perder por algn motivo, pero que no podemos aadir al patrimoniodel nuevo titular ya que estaramos contabilizando dos veces la misma parcela.Un tercer grupo lo forman aquellos que recibieron datas conjuntas (cuadro III);aqu los beneficiarios vienen expresados no slo por el nmero de individuos sinotambin por el nmero de datas conjuntas que encontramos en un ao determina-do, teniendo en cuenta que pueden aparecer en ms de un ao por recibir variasdatas conjuntas. Entre las datas conjuntas hay personas que obtuvieron ms deuna suerte a ttulo individual, y por tanto estas tierras las contabilizo en el gruposegundo. Otro grupo lo formaran las datas que no expresan dimensiones, y queafortunadamente son escasas, aunque recordando que entre ellas se encuentra unode los ms importantes lotes territoriales concedidos en el valle de La Orotava;me refiero a las tierras que el gobernador se entreg a s mismo y a Hernando deHoyos, data que a pesar de ser conjunta he clasificado en este cuarto grupo ya quese desconoce la superficie de este importante predio.

    En cuanto a la clasificacin cronolgica, tambin se encuentran dificultades.Estn primero aquellas datas de las que se desconocen totalmente la fecha deentrega; despus he establecido un subgrupo que recoge aquellas suertes confir-madas en la reforma del repartimiento en 1506 (sealadas con asterisco en los

    8 [8]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    CUADRO I

    RECIBEN UNA DATA

    Anos Benefi. % Fanegas

    regado % secano %

    1500 1 0,42 --_ --- 300 8,8

    1501 67 28,3 323,5 38,4 146 4,3

    1502 62 26,2 216 25,6 500 14,8

    1503 27 11,4 90 10,7 398 11,7

    1504 4 1,6 20 2,3 128 3,7

    1505 7 2,9 15 1,7 66 1,9

    1506 a 3,3 29 3,4 290 8,5

    1506* 25 10,5 94,5 11,2 --- ---

    1507 2 0,84 2 0,23 15 0,45

    1508 3 1,2 12 1,4 30 0,88

    1509 3 1,2 15 1,7 96 2,9

    1510 --

    1511 4 1,6 --- --- 221 6,7

    1512 1 0,42 9 1 --- ---

    1513 2 0,84 --- --- 178 5,2

    1514 3 1,2 --- --- 47 1,3

    1515 3 1,2 --- --- 156 4,6

    1516 2 0,84 --- --- 50 1,4

    1517 4 1,6 436 12,9

    1518 2 0,84 --- --- 48 1,4

    1519 -- --- --- --- --- ---

    1520 1 0,42 --- --- 50 1,4

    1521 -- --- --- --- --- ---

    1522 1 0,42 --- --- 60 1,7

    s. fecha 4 1,6 15 1,7 160 4,7

    TOTAL 236 100,0 841 100,0 3375 100,0

    [91 9

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    C A II.

    'RECIBEN MAS DE UNA DATA

    Aos Be. %-

    Primera concesin A partir de la la con.

    Fanegas Fanegas

    rega. % seca. % rega. % seca. %

    1499 2 2,9 8 1,5 -- -- -- -- -- --

    1500 2 2,9 10 1,9 106 6,2 -- -- -- --

    1501 25 36,7 261,5 51 396 23,2 24 6,3 80 4,2

    1502 12 17,6 42,5 8,3 264 15,5 60 15,9 78 4,1

    1503 10 14,7 31,5 6,1 565 33,1 145 38,6 408 21,4

    1504 5 7,3 29,5 5,7 72 4,2 54 13,5 92 4,8

    1505 2 2,9 13 2,5 18 1 3 0,7 28 1,4

    1506 1 1,4 3 0,5 -- -- 9 2,3 330 17,3

    1506* ------ -- -- -- 27

    1507 2 2,9 3 0,5 72 4,2 12 3,1 36 1,8

    1508 1 1,9 8 1,5 -- -- 25 6,6 84 4,4

    -- -- ---- --

    -- -- ---- --

    I1511 1 1,9 -- -- 36 2,1 -- -- -- --

    1512 -- -- -- -- -- -- 8 2,1 6 0,3

    1513 -- -- -- -- -- -- -- -- 52 2,7

    1514 3 4,4 102 19,9 54 3,1 4 1 -- --

    1515 -- -- -- -- -- -- 224 11,8

    1516 __ __ -- -- -- 66 3,4

    1517 1 1,9 -- -- 120 7 -- -- 300 15,8

    1518 -- -- -- -- -- -- -- -- -- --

    1519 -- -- -- -- -- -- -- -- 36 1,8

    1531 1 1,9 -- -- -, -- -- 36 1,8

    s. f. ------ -- -- -- 7,5 1,9 42 2,2

    TOTAL 68 ED 512 100 1703 100 378,5 100 1898 100

    ,

    10

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    CUADRO IIIDATAS CONJUNTAS

    Aos Benef. NQ. dt. Fanegas

    regad. seca.

    1500 2 1 --- 2

    1501 10 5 32 43

    1502 9 4 15 200

    1503 11 5 16 240

    1504 4 2 9

    1505 8 4 18 60

    1506 4 2 --- 90

    1513 2 1 6 ---

    1514 4 2 --- 112

    1520 2 1 --- 100

    1523 2 1 6 ---

    s. f. 2 1 ___ 50

    TOTAL 60 29 102 897

    11

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    CUADRO IV

    TOTAL FANEGAS

    Aos Benef. % F a.negas

    regado % secano %

    1499 2 0,6 8 0,4' ---1500 3 0,9 10 0,5 406 5,8

    1501 92 30,2 609 35,1 622 8,9

    1502 74 24,3 318,5 18,3 842 12

    1503 37 12,1 266,5 15,3 1371 19,6'

    1504 9 2,9 103,5 5,9 292 4,1

    1505 9 2,9 31 1,7 112 1,6

    1506 9 2,9 41 2,3 620 8,8

    1506* 25 8,2 121,5 7 --- ---

    1507 4 1,3 17 0,9 123 1,7

    1508 4 1,3 45 2,5 114 1,6

    1509 3 0,9 15 0,8 96 1,3

    1510 __ --- --- --- ___

    1511 5 1,6 --- --- 257 3,6

    1512J 1 0,3 17 0,9 6 --

    1513 2 0,6 --- --- 230 3,2

    1514 6 1,9 106 6,1 101 1,4

    1515 3 0,9 --- --- 380 ' 5,4

    1516 2 0,6 --- --- 116 1,6

    1517 5 1,6 ------

    856 12,2

    1518 2 0,6 48 0,6

    1519-- -- ---

    --- 36 0,5

    1520 1 0,3 --- --- 50 0,7

    1521 -- --- --- --- --_ ---

    1522 1 0,3 --- --- 60 .0,8

    1531 1,

    0,3 --- --- 36 0,5s.f. 4 1,3 22,5 1,2 202 2,8TOTAL 304 100,0 1731,5 100,0 6976 100,0

    12

    [12]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    cuadros), y por tanto concedidas en momentos anteriores a esa fecha. Estas lti-mas constituan un numeroso grupo, pero gracias a la documentacin localizadaen el Archivo Sopranis he podido averiguar que fueron parcelas entregadas entre1501 y 1503. Por ltimo quisiera subrayar tres cuestiones:

    a) En el grupo que recoge el total de fanegas repartidas (cuadro IV) sloincluyo la suma de aquellos individuos que recibieron una sola data y a aquellos alos que se les adjudic ms de una. Excluyo la suma de las datas conjuntas porconsiderarlas un grupo peculiar, y evidentemente aquellas que no expresan di-mensiones.

    b) En los cuadros tampoco se incluyen aquellos beneficiarios que obtienendiferentes suertes pero que anteriormente haban pertenecido a un primer indivi-duo.

    c) No parece necesario insistir en la idea ya conocida de que la denominacingenrica de beneficiarios equivalga obligatoriamente al de repoblador o vecinodel lugar. La citada impresin se deduce no slo de la lectura de la reforma delrepartimiento sino tambin de los numerosos beneficiarios de los repartos queaparecen vendiendo sus propiedades a poco de recibirlas, as como aquellos quepierden sus tierras por no cumplir con las condiciones de vecindad.

    Observando a primera vista el proceso de repartimiento en el valle de LaOrotava a lo largo de estos 35 aos tenemos que diferenciar varios hechos; poruna parte la abrumadora mayora de concesiones individuales frente a las colecti-vas. Atendiendo al total de beneficiarios de las datas que expresan dimensiones,conjuntas e individuales - 364 - , las primeras suponen nicamente el 16,4%,mientras que las individuales suponen el 83,5% de los mismos.

    Esta peculiar modalidad de data conjunta seguida por el Adelantado en elproceso de reparto, en la que un lote de tierras es concedida a varias personasmediante una sola donacin, suele estar en relacin directa con algn vnculo deparentesco entre los beneficiarios o con la procedencia aborigen de los mismos 17.El nico caso que he encontrado que parece salirse de estos parmetros es la dataconcedida a los frailes agustinos Pedro de ea y Andrs de Goles, ambos deprocedencia portuguesa ' 8 . Esta circunstancia pone de manifiesto la necesidad dedesarrollar de forma conjunta las duras tareas que supondran el desmonte y"sorriba" de los nuevos terrenos; corrobora esta idea el hecho de que de las 29datas conjuntas, 21 de ellas se conceden en los primeros aos del repartimiento(1500-1505), cuando el asentamiento de nuevos pobladores resultaba ms difcil.De las 8 datas restantes, 7 de ellas se conceden de una manera espaciada entre1506 y 1525.

    17. Claro ejemplo vinculado a la procedencia aborigen lo vemos en las datas entregadas aRodrigo "el coxo" (Vid. SERRA RAFOLS,. E.: Las datas... n. 2 710); como ejemplo de vnculosfamiliares pueden verse las datas n. Q 484 y la data n. 2 1104.

    18. SERRA RAFOLS, E.: Las datas... n.2 488 (18-IX-1504).

    [13] 13

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    Frente a las datas conjuntas, las individuales suponen la gran mayora de lascuantificadas. Destacan porque no slo componen el ya mencionado 83,5% de losbeneficiarios, sino porque adems agrupan estas concesiones individuales la ma-yor parte de las tierras de riego '9.

    El proceso de concesin sucesiva de tierras a un mismo individuo obligaba areflejar en un cuadro la diferencia entre aquellos que reciban una sola data yaquellos otros que habiendo tenido terrenos en la comarca ven como se incremen-ta su patrimonio por entregas posteriores, de tal forma que la creacin de impor-tantes propiedades partiendo del repartimiento pasa, en primera instancia, por elgrupo de 68 beneficiarios que, fundamentalmente entre 1499 y 1520, acrecientansus dominios. Estos reciben en primera concesin 512 fanegas de tierras de riegoy 1703 fanegas de secano. En las dos columnas siguientes se puede observarcomo las concesiones obtenidas son ampliadas, concentrndose en el perodo1502-1508 en lo que respecta a las tierras de riego y en el perodo 1503-1520 enlo que a tierras de secano se refiere. Estas nuevas concesiones ascienden a 378,5fanegas de riego y 1898 fanegas de secano.

    Frente a estas 68 personas que reciben ms de una data, se encuentran los 236(77,6%) beneficiarios que obtienen una sola data. Casi todos ellos recibieronpequeos lotes de tierra que oscilaban entre 1 y 10 fanegas en las tierras de riego,y por encima de 10 y hasta 400 fanegas en las tierras de secano 20 El total detierras de riego asciende a 841 fanegas (48,5%) de la suma total de aquellos querecibieron una o ms datas. En cuanto a las tierras de secano stas suponen el48,3% del total. Estas cifras nos indican un hecho evidente, y es que, a pesar deser una gran mayora los beneficiarios que reciben una sola data, sin embargostos no obtienen ni la mitad de las fanegas repartidas en ambos casos (regado ysecano).

    Los motivos que pudieron inducir al gobernador a conceder mejoras connuevos repartimientos pueden ser variados, que siguiendo a las propias dataspodemos sintetizar en varios puntos:

    1) Premiar los servicios que el beneficiario pudiera prestar al Adelantado o sugobierno.

    2) Como variacin del estado civil del beneficiario, que bajo la condicin decontraer matrimonio o de traer a su mujer e hijos, puede verse recompensado porel Adelantado.

    3) Parcialidad en la entrega de tierras, que tiende a favorecer a sus deudos yallegados, lo que les permiti a stos formar importantes patrimonios territoriales.

    19. El total de fanegas de regado de las datas conjuntas suponen el 5,5%, frente al 94,5%que suponen las tierras de riego de aquellos beneficiarios que reciben una o ms datas.

    20. He contabilizado un total de 172 beneficiarios que reciben entre una y diez fanegas deriego; como prueba de la concesin de un importante lote de tierras de secano estn las 300fanegas entregadas a Blasino Romano (A. M. L. L. Libro V de datas originales, 20 de febrero de1500) o las 150 fanegas entregadas al bachiller Diego de Funes (data n. =' 1836).

    14 [14]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    Esto se ve claramente en Bartolom Bentez 21 , sobrino del Adelantado, que llega formar una de las ms importantes haciendas del valle de La Orotava. Otravertiente de este mismo fenmeno lo encontramos en la entrega a familiares delgobernador de pequeas parcelas que en principio pertenecieron a otros poblado-res 22

    4) Conocemos tambin, para el valle de La Orotava varios casos particularesde concesin de tierras vinculado a aquellos que pudieran favorecer la atraccinde pobladores. Este parece ser el caso del mercader Blasino Plombino, al que sele concede tierras en Taoro con la condicin de hacer un ingenio en el que semolieran 2000 arrobas de azcar de los vecinos; o el de Rodrigo Yanes, recom-pensado con un pedazo de tierra de riego para huerta por concertar con losvecinos de La Orotava los trabajos necesarios para sacar y canalizar el agua desdelas montaas. 23

    Por ltimo, insistir en el hecho de que si bien las grandes propiedades quepudieron nacer del repartimiento lo fueron de la concesin sucesiva a un mismoindividuo de diferentes datas, tambin es cierto que hay muchos casos en los quelas nuevas donaciones se limitan a pequeas parcelas y que por tanto no parecenestar en condiciones de acrecentar en gran medida ni la condicin social ni laeconmica del beneficiario.

    3. EVOLUCION CRONOLOGICA DEL REPARTIMIENTO

    En cuanto a la evolucin cronolgica del repartimiento se refiere (cuadro V)podemos apreciar una serie continuada de aos en los que la concesin de datasse da de forma casi ininterrumpida en el perodo comprendido entre 1496 y 1510,mientras que por otra parte se observa otro perodo en el que la concesin detierras se realiza de una manera ms o menos espordica, aunque son pocos losarios en los que se deja de conceder suertes a algn beneficiario. He optado porhacer tres divisiones temporales que no responden a criterios de homogeneidad,como puedan ser la quinquenal o decenal. S pienso que cada uno de ellos poseecaractersticas uniformes que permiten su comparacin.

    3.1. Perodo comprendido entre 1496 y la reforma del repartimiento en 1506.

    Varios aspectos se pueden destacar de este perodo; por una parte se da el

    21. Para Bartolom Bentez he contabilizado un total de 670 fanegas de secano y 60 de riegoen el valle. Vase tambin la reforma del repartimiento de 1506 (pp. 19-21) en la que diferentestestigos acusan a Bartolome Bentez de impedir el poblamiento de La Orotava. La biografa dela familia de Bentez de Lugo puede seguirse en la obra de FERNANDEZ DE BETHENCOURT: Nobilia-rio de Canarias. Tomo I, pp. 29-41.

    22. SERRA RAFOLS, E.: Las datas... n.2 466.

    23. A. M. L. L. Libro V de datas originales (20-11-1500); SERRA RAFOLS, E.: Las datas... n.2804 (5-1-1507).

    [15] 15

  • fan.

    1:7n

    1600.

    1500.

    1400'

    CUADRO V

    fanegas

    1300 mg beneficiarios

    1200.

    1100 n

    1000'

    900

    800

    700

    600

    500

    400

    ben.

    10090807060,

    50.40.

    3020.10

    300-

    200

    100

    o

    o1499 1500 501 502 503 504 505 506 1506* 507 508 509 1511 512 513 514 515 516 517 518 519 520 1522 1531 sf.

    Relacin de fanegas entregadas (regadio y secano) y numero de beneficiarios.

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    volumen mayor de tierras repartidas, tanto en lo que se refiere a aquellos querecibieron una o ms datas, como a las datas conjuntas, lo que supone el 65,7% delas fanegas otorgadas. El mismo fenmeno ocurre con el nmero de beneficiarios,que es mayor en ambos tipos de donaciones (conjuntas e individuales). Otracaracterstica a destacar es que en estos aos se dan la mayora de las concesionesde las tierras de riego; parece evidente este hecho si tenemos en cuenta que seren este perodo cuando se entregan los terrenos de los que se pueden obtener losms altos rendimientos, y que lgicamente estarn vinculados al dominio delagua, de tal manera que para este perodo se reparte el 80,5% de las tierras deriego contabilizadas en las datas que incluyen dimensiones de la concesin. Perotambin es en este momento cuando se concede gran parte de los terrenos desecano, ligado a las grandes propiedades 24 , repartindose el 62,2% del total defanegas de secano.

    No podemos olvidar tampoco, y para este primer periodo, uno de los hechosms importantes que condicionaron la estructura de la propiedad de la tierra en elvalle de La Orotava, y bsicamente en El Realejo. Hago referencia a la formacindel ms importante heredamiento de toda la isla y base primordial de la fortunaacumulada por el conquistador y descendientes. El origen fue muy simple; elrepartimiento a s mismo y a Hernando de Hoyos, que el futuro Adelantado hizodel llamado Campo del Rey ( ms conocido en la actualidad como la Hacienda delos Prncipes) y su anejo el Traslatadere, ste ltimo como prolongacin de lafinca hasta la misma costa ".

    El llamado Campo del Rey formaba parte de un predio cuyos lmites geogrfi-cos y dimensiones son confusos. Estos terrenos y su titularidad dieron pie a unlargo y complicado litigio entre ambos beneficiarios 26 , ya que ante la ausencia deHernando de Hoyos, el Adelantado se apropi de las tierras repartidas a aqul.Las desavenencias se alargan durante buena parte del siglo XVI, hasta que en1579 recaiga el mayorazgo que fundara D. Alonso de Lugo en los Prncipes deAsculi.

    Es a partir de 1498 cuando se tiene constancia de los inicios del proceso dereparto de tierras en el valle. Para el citado ao conocemos la entrega de una data

    24. Este es el caso, entre otros, de Juan Pacheco, que recibi 50 fanegas de secano el 25-IX-1501 (data n.2 37); el de Alvar Gonzlez de las Alas, que recibi 120 fanegas el 20-VI-1502(data n.2

    75), o el de Bartolom Gutirrez de Porcuna, que recibi 100 fanegas de secano el 13-IV-1503 (data n. 2 602).

    25. El documento fue expedido el 3 de diciembre de 1496 en Burgos; fue publicado porprimera vez en el trabajo de Rumeu DE ARMAS, A.: Alonso de Lugo en la Corte de los ReyesCatlicos, 1496-1497. Madrid 1954, pp. 207-207. Un estudio de esta hacienda puede verse en eltrabajo de CAMACHO Y PEREZ GALDOS, G.: La hacienda de los Prncipes. La Laguna, 1943. Vasetambin Ruma' DE ARMAS, A.: La conquista... cap. XVII.

    26. A. G. S. Registro General del Sello (18-V-1517) "Ejecutoria en el pleito entre el adelan-tado de Canaria y don Hernando del Hoyo". AZNAR VALLE.10, E.: Documentos... n.2 1172; puedenseguirse parte de las incidencias de este pleito en los documentos siguientes: n. 2 735; n.2 860; n.2862; n.2 863; n. 2 908; n.2 911; n. 2 912; n. 2 913; n.2 914; y n. 2 1094.

    [17] 17

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    al conquistador Diego Delgado 27, pero en la delimitacin de sus linderos seindica la presencia de otros propietarios, como el tambin conquistador y futurohacendado Lope Gallego. Durante 1499 y 1500 sigue siendo escaso el nmero debeneficiarios, pero al igual que en el caso anterior, por los linderos expresados enlos albalaes de data se observa la presencia de otros pobladores de los que desco-nocemos cuando les fueron entregadas las suertes que indican poseer. Es entre1501 y 1503 cuando el nmero de beneficiarios y de fanegas entregadas alcanzanel mximo en todo el proceso de reparto del trmino.

    3.2. La reforma del repartimiento por el Ldo. Ortiz de Zrate en el ao 1506

    Las arbitrariedades cometidas por D. Alonso de Lugo,favorecido por el carc-ter unipersonal de los repartimientos, provocaron continuas quejas ante la Cortepara que se examinaran las diligencias instruidas por el gobernador, revisar as losttulos de propiedad y enviar a la Corona relaciones justificadas que sirviesen debase para tomar decisiones definitivas. El primero de los reformadores fue ellicenciado Juan Ortiz de Zrate, estando fechado su nombramiento el 31 de enerode 1505 28.

    Comprende este perodo de reforma desde la citada fecha en que se comisionaal Ldo. Zrate para efectuar su tarea hasta el 3 de enero de 1508 en que se dan porfinalizadas las mismas. Las diligencias que el reformador debe emprender sesintetizan en ocho puntos que recogen ampliamente la carta expedida en Sego-via 29:

    1) Informar de la poblacin, vecinos y villas, as como de las posibilidades decrear nuevos asentamientos.

    2) Presentar ante el reformador toda la documentacin que acredite los pode-res de los gobernadores para el repartimiento.

    3) Presentar al reformador todos los ttulos de propiedad de todas aquellaspersonas que posean algo en las islas.

    4) Conceder carta de confirmacin a todos aquellos que obtuvieron sus pro-piedades justamente, y quitrsela a aquellos que no tuviesen sus ttulos de propie-dad.

    5) Informar sobre el agua y las posibilidades que hay de regado para lasdiferentes tierras y comarcas.

    6) Llevar un libro en el que se anoten cuntas tierras y aguas hay en cadatrmino de las islas; las suertes confirmadas y horarios en la distribucin del agua.

    7) Informar sobre si hay en las islas heredamientos de personas poderosas sinser vecinos ni pobladores.

    8) Y, por ltimo, informar sobre la forma de recaudar las rentas reales y losposibles fraudes.

    27. SERRA RAFOLS, E.: Las datas... n. 907 (5-XI-l498).28. AZNAR VALLE.10, E.: Documentos... n.' 645.29. SERRA RAFOLS, E. y ROSA ALIVERA, L. DE LA: Reformacin... p. 2 a 6.

    18 [18]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    El Ldo. Zrate comienza por solicitar que le sean presentadas todas las escri-turas de propiedad otorgadas en el repartimiento 30. Afortunadamente buena partede la reforma del repartimiento se dedica a las diligencias llevadas a cabo en elvalle de La Orotava. De ellas entresacamos noticias de mucho inters relaciona-das con la peticin y reparto de solares, la confirmacin o prdida de tierras, laexistencia de un asentamiento poblacional que se intenta ordenar, as como lapresencia de una iglesia y alcalde que testimonian la naciente actividad adminis-trativa civil y eclesistica.

    Ya el 22 de mayo el juez reformador orden a los agrimensores Pedro deEscalona y Alonso Galn que formasen un padrn de las tierras que se habanentregado en el valle, as como los cultivos a que estaban dedicadas. Por entonceslos primeros repartimientos conocan cambios evidentes, ya que los medidoresafirmaban que "avan comenado a escribir e fazer copia de las dichas tierrascomo su merced les ava mandado e que ava muchas tierras que no saban susnombres de las personas cuyas heran porque algunos dellos diz que las habanvendido e otras las haba trocado e por tanto no saban ni podan fazer el dichopadrn" 3 '. En cualquier caso la funcin principal del reformador consista enconfirmar o revocar los repartimientos de tierras y aguas, a lo que Ortiz de Zrateprocedi el 28 de mayo de 1506. El proceso se resume en el siguiente esquema:

    Beneficiarios Fanegas

    Confirmacin de tierras 82 415,5Pierden tierras 17 143

    Teniendo en cuenta el nmero de beneficiarios que recibieron tierras hasta1506 (no se incluyen en los cmputos la cifra correspondiente a ese ao sealadocon un asterisco en los cuadros) se aprecia el contraste entre el nmero de ellos(258) y la cantidad a los que les fueron confirmadas las tierras de riego. Mayorcontraste se observa entre las fanegas de tierra de riego confirmadas y las adjudi-cadas hasta entonces; fueron confirmadas nicamente el 28,1% de las fanegas deriego concedidas.

    Por el testimonio de los diferentes testigos en la reforma se deduce el deseo deanular los repartos de aquellos beneficiarios que no residen en la isla; titularidadsobre las suertes que est impidiendo el acceso a la propiedad de esas tierras a losque realmente residen, y ausencia de beneficiarios que facilita la usurpacin por

    30. El seis de abril de 1506 se present ante el Ldo. Zrate el personero de la isla AlonsoSnchez con la solicitud de prrroga en la presentacin de los ttulos y cartas de merced quedemostraran la propiedad sobre las tierras y otros bienes repartidos.

    31. Si se hubiese podido realizar un padrn de propietarios tendramos una fuente inestima-ble para comparar, con respecto a los repartos de 1502 a 1504, quines se afincaron realmenteen La Orotava y quines vendieron o abandonaron las tierras.

    [19] 19

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    parte de aquellos que comienzan a despuntar como importantes hacendados en LaOrotava. Ambas situaciones no parece que el Ldo. Zrate las haya corregido. Slo17 personas pierden tierras de riego, de ellos ocho son pequeos propietarios quetienen entre 1 y 4 fanegas, mientras que de los nueve restantes, slo AntonioOsorio parece ser el nico gran propietario que pierde tierras ". Gran parte destas pasaron a engrosar los dominios de los miembros ligados a la Corte, quelgicamente tampoco residan en la isla. Destaca el proceso de concentracin enmanos del Ldo. de la Fuente y del Ldo. Mjica, ambos del "Consejo de SuAlteza" ". Nada nos indica que en la concesin de estas tierras se imponganobligaciones especiales, no recayendo sobre ellas las normales restricciones queimpedan su venta hasta transcurrido un plazo de cinco aos. Pronto, estas tierrasfueron adquiridas por los nicos que entonces podan acceder a la compra deestas importantes propiedades; el Adelantado y su familia 34.

    Si hubiese que resumir en una breve sntesis lo que realmente supuso lareforma del repartimiento, en este caso aplicado al valle de La Orotava, cabedecir que no hubo una revisin drstica de los repartos. Dos hechos parecenconfirmarlo; primero, que los procedimientos seguidos hasta entonces por el go-bernador en el reparto de tierras no cambiarn sustancialmente en aos posterio-res, y, en segundo lugar, el propio Zrate acta en muchos casos con las mismasarbitrariedades que impulsaron a los repobladores a quejarse ante la Corte y queen definitiva motivaron su venida a las islas.

    3.3. Perodo comprendido entre la reforma del repartimiento y 1522.

    Si atendemos al volumen de tierras repartidas, y en base a las datas queofrecen dimensiones, se observa como stas disminuyen, reducindose al 31,6%de las fanegas cuantificadas. El volumen de tierras de riego en aquellos quereciben una sola data se mantiene con respecto al perodo anterior (el 34%). Enparte se explica por el hecho de que he contabilizado para 1506 (el sealado conun asterisco) aquellas tierras de riego que fueron confirmadas en la reforma deOrtiz de Zrate y de las que desconocemos su fecha de entrega, pero que eviden-

    32. AZNAR VALLEJO, E.: Documentos... n.2 690 (24-X-1506). Orden al Ldo. Zrate para queinforme al Consejo en un plazo de cien das sobre las razones por las que tom a Juan de Osorioy Antonio Osorio, su hijo, 32 fanegas de regado que posean en La Orotava, mientras servan ala Reina D. Isabel.

    33. El Ldo. Mjica recibi 36 fanegas de riego que pertenecieron a nueve beneficiariosdistintos, mientras que el Ldo. de la Fuente obtuvo 33 fanegas de riego que antes pertenecierona tres beneficiarios distintos.

    34. ROSA OLIVERA, L. DE LA y SERRA RAFOLS, E.: El adelantado D. Alonso de Lugo y su resi-dencia por Lope de Sosa. La Laguna, 1949. En el documento por el que el adelantado fundamayorazgo (19-V-1515) se indica entre los bienes que deja a su hijo D. Pedro Fernndez deLugo la propiedad de seis caballeras de tierras de riego que compr al Ldo. Mjica en LaOrotava.

    20 [20]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    temente fueron repartidas con anterioridad a sta; al desconocer el momentoexacto de su concesin he optado por reunirlas en un subgrupo de 1506. Es poreso por lo que el nmero de beneficiarios aumenta el doble o triple en relacin alos aos inmediatamente anteriores (1504-1506). Aclarado este ltimo aspecto,insisto en la idea de que a pesar de disminuir el nmero de beneficiarios, semantiene un ritmo de concesiones de datas a nuevos pobladores considerable.Slo en 1510 y 1521 se deja de conceder alguna data para este perodo. No ocurrelo mismo con la cantidad de fanegas de tierra de secano repartidas; en esteperodo se entregan el 34,1% de las tierras de secano cuantificadas. Este fenme-no puede estar en relacin directa con la potenciacin de determinados cultivos desecano, sobre todo cereales y viedos, y que por otra parte comienza a desarro-llarse un poblamiento disperso a lo largo de los diferentes pagos del valle, unido aque las tierras de riego estaban ya acaparadas por los ms importantes propieta-rios y por los cultivos destinados a la exportacin. Este proceso de asentamiento yocupacin de pobladores en las zonas de medianas y monte bajo parece demos-trar que se mantiene la tendencia de inmigracin hacia las islas (unido al creci-miento vegetativo), dejando claro que an se est muy lejos de sus posibilidadesdemogrficas.

    Por ltimo indicar, y en cuanto a la evolucin cronolgica del reparto detierras se refiere, que a partir de 1522 y hasta 1531 no tenemos conocimiento dela entrega de alguna data en el valle de La Orotava.

    4. PROCEDENCIA DE LOS REPOBLADORES

    Es casi imposible establecer, partiendo de una documentacin fragmentaria ycon escaso valor estadstico, la procedencia y el nmero de pobladores que acu-den al valle de La Orotava a raz de la conquista. El anlisis detallado de loslibros de datas, de la reforma del repartimiento, de las actas notariales, de labibliografa y de cualquier otra documentacin, permite llegar a unas conclusio-nes pobres, pero quizs aproximadas, sobre la procedencia de los primeros repo-bl adores.

    Para el anlisis de la repoblacin en Canarias no podemos contar con lametodologa que preconiz D. Julio Gonzlez de estudio y valoracin de losapellidos de lugar, ya que stos no siempre se corresponden con el lugar inmedia-to de procedencia. Ni siquiera son seguros los datos que nos proporcionan aque-llos casos en que el nombre y el apellido-topnimo estn enlazados por la prepo-sicin "de" (como se tuvo en cuenta para numerosos estudios de los repartimien-tos andaluces en el siglo XIII) 35 . La mayor dificultad que se encuentra est en

    35. LOPEZ DE COCA CASTAER, J. E.: La tierra de Mlaga afines del siglo XV. Granada, 1977.El autor plantea cmo para el siglo XV y para esta provincia, tambin es casi imposible lautilizacin de este mtodo para verificar el origen de los pobladores (Vid. pp. 103-105).

    [21] 21

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    diferenciar cual de los beneficiarios es castellano y cual aborigen, dado que lossegundos, tanto los que proceden de las islas de realengo como los que huyen delas islas de seoro, adoptan nombres y apellidos castellanos. Ante la duda optpor no clasificarlos en ninguno de los grupos propuestos.

    'Por otra parte, tampoco podemos desechar, porque parece razonable, que losinmigrantes procedentes de lugares tan dispares recurran al apellido topnimocomo elemento de identificacin frente a los dems. Con estas consideracionesproced a elaborar el cuadro adjunto (cuadro VI), teniendo en cuenta que en elmismo no se cuantifican aquellos beneficiarios que sabemos eran de procedenciacastellana, bsicamente los que obtuvieron mercedes reales, pero que obtienetierras que ya pertenecieron en primera instancia a otros pobladores, y tampocoaquellas datas y beneficiarios que tiene aprovechamiento conjunto.

    En la introduccin a este trabajo se plante que la conquista y colonizacindel Archipilago coincidi con los momentos de expansin territorial y demogr-fica de Europa. Esto se reflej en la participacin de diversas comunidades en elproceso de colonizacin, aspecto este ltimo estudiado por varios autores 36 . Enun primer anlisis de las cifras registradas se llega a la impresin, por otra parteconocida, de que la mayora de los repobladores proceden de las regiones queintegraban el Reino de Castilla (sin tener en cuenta el considerable porcentaje devecinos cuya procedencia no ha sido posible averiguar).

    a) Castellanos: Como se observa a travs de los datos presentados, el grupoms numeroso y ms importante es el de los castellanos, que representa el 49,1%de las datas aqu cuantificadas. Obtienen tambin el 41,5% de las tierras, desta-cando sobre todo su dominio sobre las tierras de riego. Es por tanto la comunidadprivilegiada y la que de forma general accede a los puestos ms relevantes de lanueva sociedad. La comunidad castellana estaba compuesta por andaluces, extre-meos, castellanos y en menor medida gallegos y vascos 37 . Por los datos quetenemos de aquellos castellanos de los que se conoce su procedencia, la balanzaparece inclinarse hacia los de origen andaluz y extremeo, siendo escasos lospropiamente castellanos del norte peninsular ". Todos los autores consultados

    36. Entre ellos cabe destacar el de LOBO CABRERA, M. Grupos humanos en la sociedad cana-ria del siglo XVI. Las Palmas, 1979. Vase tambin el anlisis que AZNAR VALLO, E. hace delos grupos tnicos que repueblan las islas de realengo en su trabajo La integracin de las IslasCanarias en la Corona de Castilla (1478-1526). Aspectos administrativos, sociales y econmi-cos. La Laguna, 1983 (Vid. pp. 193 y siguientes).

    37. D. Antonio MACIAS HERNANDEZ afirma que contra lo que se ha credo comnmente en laaportacin castellana destaca "en riguroso orden decreciente" gallegos, asturianos, vascos, ex-tremeos, castellanos y andaluces (Vid. "Canarias en la Edad Moderna (circa 1500-1850)" pu-blicado en Historia de los pueblos de Espaa. Tierras fronterizas (I)-Andaluca-Canarias.Barcelona, 1984, p. 314.

    38. Sobre la importancia de los andaluces en el poblamiento isleo puede consultarse eltrabajo de CLAVIJO HERNANDEZ, F. y COELLO GOMEZ, MS L: "La presencia andaluza en Canarias a

    22 [22]

  • CUADRO VIni

    >C5

    1

    1Origen N12 de beneficiarios

    % Fanegas regado % Fanegas secano % Total fa. 1*

    - Castellanos 61 49,1 699 77,5 470 24,5 1169 41,5

    aN

    125,5

    I- Aborgenes 37 29,8 13,9 579 30,2 704,5 25a

    1

    a- Portugueses

    18 14,5 38 4,2 440 22,9 478 16,9 noa

    do- Italianos 4,8 18, 1,9

    425 22,2 443 15,2 1,..,?..1

    - Flamencos 1 0,8 3 0,3 071. OA.1Z.

    - Catalanes 1 0,8 18 1,9 18 0,6 Z..

    1

    Matad 124 100,0 901,5 100,0 1914 100,0 2815,5 100,0 11.-9

    Nota: Los tantos por ciento se dan en relacin a las fanegas de tierra aqu cuantificadas y no en . 11relacin al total de fanegas_ concedidas.

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    relacionan la presencia andaluza a la cercana de la regin con el territorio insular,a su participacin en la etapa de conquista y sin olvidar tampoco un aspecto atener en consideracin; terminados los enfrentamientos blicos que jalonan todala segunda mitad del siglo XV, la pequea nobleza andaluza, los hidalgos y lossegundones de los grandes linajes se ven obligados a buscar en otras latitudes elprestigio social y econmico al que no pueden acceder permaneciendo en su lugarde origen.

    Dentro de ellos las diferencias son notables, manifiestas en la desigual propor-cin en las tierras entregadas, de tal forma que hay que distinguir entre el simplepen agrcola, conquistador o repoblador que lleg con vistas a la obtencin dealguna data, y aquellos que mantienen algn tipo de vinculacin familiar y econ-mica, tanto con la naciente oligarqua que controla la administracin municipal,como con los grupos dominantes que tienen sus bases de actuacin en Sevilla oCdiz. Sern estos ltimos los que conforman los orgenes de las familias degrandes propietarios de la comarca.

    b) Aborgenes: Con los datos presentados, la comunidad aborigen representala segunda numricamente ms importante, alcanzando el 28,8% de aquellosbeneficiarios de los que conocemos su procedencia. Finalizada la conquista de laisla, la reducida poblacin aborigen que se mantiene se integra en las inicialesbases socioeconmicas (en mayor grado los miembros ms destacados de la so-ciedad aborigen), mientras que perviven pequeos ncleos en reas marginales.Al igual que los castellanos, la poblacin aborigen que se asienta en La Orotavaconstituye un grupo dispar en el que participan canarios, gomeros y naturales deLanzarote y Fuerteventura ". En sntesis, los miembros de la comunidad aborigenque participa en el reparto de tierras en La Orotava no pasa de formar un grupo depequeos o medianos propietarios, dependiendo muchos de ellos de la ganaderacomo ocupacin econmica primordial y no teniendo indicios que nos sealen si

    comienzos del siglo XVI" en R. H. C. Tomo XXXVIII, pp. 151-173. He localizado la proceden-cia de 38 de los 124 castellanos conocidos, distribuyndose de la siguiente forma:

    Andaluces

    Sanlcar 2Sevilla 8J. de la Ftra. 6Cdiz 1Crdoba 2Moguer 1

    Extremeos

    Llerena 4Medina de Albuera 1

    Castellanos Vizc. + Gal.

    Valladolid 3 2 2C. Real 2Madrid 2Burgos 1

    39. De los 37 beneficiarios calificados como aborgenes, su distribucin es la siguiente:Canarios, 32; Gomeros, 3; de Fuerteventura, 1; de Lanzarote, 1. No tengo certeza de queninguno de los indgenas a los que se les concedi tierras en La Orotava fuera de procedenciaguanche (Tenerife).

    24 [24]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    llegaron a ocupar o alcanzar una posicin de cierta relevancia en el nuevo tejidosocial.

    c) Portugueses: Se ha puesto de manifiesto con numerosos estudios la impor-tancia de los portugueses en la colonizacin de la isla 40 . Estos representaban el14,5% de los beneficiarios aqu cuantificados, recibiendo el 16,9% de las tierras,de las cuales en su gran mayora son de secano. La comunidad lusitana estabaintegrada en su mayora bsicamente por pequeos propietarios o por artesanosvinculados a los grandes ingenios establecidos en el valle. Su no participacindirecta en la conquista seguramente condiciona la entrega de tierra a los portugue-ses.

    d) Italianos: Entre las primeras colonias de extranjeros que toman contactocon las islas dentro del proceso expansivo de la Europa Occidental, se encuentranlos italianos, y ms concretamente la de los genoveses. Cuando se descubrieronlas posibilidades en la obtencin de los productos tintreos y la aptitud del suelo yclima para la produccin de azcar, se multiplicaron las inversiones directas y lapresencia humana 4 '. Los intereses europeos de stos mercaderes genoveses inser-tan al Archipilago en los circuitos ms dinmicos de Occidente; y es comorecompensa a su participacin en la conquista como reciben las ms importantesdatas a lo largo .de la geografa insular.

    Segn las datas presentadas se encuentran de forma testimonial dos miembrosde otras tantas comunidades que alcanzaron notoriedad en la actividad econmicainsular. Me refiero al cataln Jaime Joven, que recibi 18 fanegas de riego, y alflamenco Jorge Grimn, participante directo en las campaas de conquista ". Elasentamiento de todas stas comunidades de comerciantes que gestionan y con-trolan con la inversin de parte de sus capitales, tanto el proceso de produccincomo el de distribucin, de los ingenios azucareros, inician una de las caractersti-cas constantes en la historia econmica de Canarias; el afincamiento de unaburguesa extranjera que se adapta y funde con la oligarqua castellana, dandoorigen a todo el proceso de neoseorializacin que en La Orotava encuentra unode los campos ms propicios para su desarrollo.

    40. PEREZ VIDAL, J.: "Esbozo de un estudio de la influencia portuguesa en la cultura tradicio-nal canaria", publicado en el Homenaje a Elas Serra. La Laguna, 1970.

    41. Una parte importante del capital con el que se financi la conquista de Tenerife corres-pondi a los genoveses (Vid. AZNAR VALLE.10., E.: Documentos... n.2 399 y n.2 411). Su papeldentro de las actividades socioeconmicas en las islas puede seguirse a travs de una abundantebibliografa, de la que destacamos los trabajos de ROSA OLIVERA, L. DE LA: "Francisco Riberol yla colonia genovesa en Canarias" en A. E. A. n. 2` 18, Madrid-Las Palmas, 1972, pp. 61 a 198; yel de MARRERO RODRIGUEZ, M.: "Los genoveses en la colonizacin de Tenerife, 1496-1509" en R.H. C. n."1 89, La Laguna, 1950, pp. 52-65.

    42. Jorge Grimn recibi tres fanegas de tierra de riego el 26 de octubre de 1501 y JaimeJoven obtiene las 12 fanegas de riego en la misma fecha, mientras que las seis fanegas las recibeel 1 de junio de 1502 (Archivo Sopranis-Montes de Oca. Vid, nota n. 9 13).[251 25

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    5. EL REPARTIMIENTO Y LA DISTRIBUCIN DE LA PROPIEDAD

    Desde los mismos comienzos del siglo XVI empez un lento proceso deacumulacin de la propiedad rstica en manos de unos pocos, abriendo con ellouna clara tendencia hacia la gran propiedad, de la que sus mximos beneficiariossern los miembros de la clase dirigente insular y algunos individuos que puedenser calificados como "burguesa" comercial. Por lo que afecta al valle de La Oro-tava, el repartimiento constituy un punto de partida, no definitivo, y como talsufrir notables cambios a lo largo de las primeras dcadas de esta centuria. Apesar de la carencia de informacin, creo que el estudio del origen de las grandespropiedades que surgen del repartimiento ha de partir del anlisis de aquellos 68beneficiarios que en La Orotava reciben ms de una data (Vid cuadros).

    En el esquema general de la distribucin de la propiedad 43 (Vid. cuadro VII)lo primero que llama la atencin es el grupo poseedor de 1 a 6 fanegas de tierrade riego, a los que en este anlisis considero como pequeos propietarios, repre-sentando el 76% de los beneficiarios que reciben tierras de riego, y siendo titula-res del 37% de las mismas. Las diferencias son ms acusadas entre aquellos quereciben una o ms datas. As, entre los primeros, aquellos que estn en el grupo A(163 beneficiarios) obtienen el 65% de las tierras, mientras que slo un beneficia-rio recibe ms de 50 fanegas de riego ". Entre los que reciben ms de una data seencuentran tres individuos que reciben ms de 50 fanegas de riego 45 , mientrasque slo 15 de ellos reciben entre 1 y 6 fanegas. Se evidencia con ello que elnmero de propietarios baja de forma progresiva al aumentar la cantidad de tierrarecibida.

    Los grupos B y C en el conjunto de las tierras de riego forman lo que hedenominado como una mediana propiedad. Se caracteriza por ser un reducidonmero de beneficiarios, pero que vienen a concentrar casi el 43% del total de lasfanegas de riego.

    Segn la relacin de tierras posedas por los beneficiarios en el repartimientolas diferencias no son muy acusadas en lo que a tierras de secano se refiere; as,los grupos de beneficiarios que obtienen datas que he considerado entre medianosy grandes propietarios suponen el 34%, acumulando casi el 74% de las tierras desecano. Entre los que reciben ms de una data esta proporcin aumenta en casi el79% de las tierras. El destino de estas tierras de secano, dedicadas casi todas ellas

    43. En el anlisis de la distribucin de la propiedad y en la calificacin de lo que podemosentender por pequea, mediana y gran propiedad hay que tener en cuenta una serie de factores,en algunos casos tericos, que diferencian un tipo u otro de propiedad. De nuevo las limitacio-nes de esta sntesis me impiden expresar esos condicionantes, de los que, sin lugar a dudas, sonel regado, los suelos, las tcnicas agrcolas y los tipos de cultivos los que marcan las pautas delo que puede ser una pequea o gran propiedad.

    44. SERRA RAFOLS, E.: Las datas... n.2 26 (22-11-1501); se trata de Gonzalo de Crdoba, querecibi 72 fanegas de riego.

    45. Estos son el adelantado, Bartolom Bentez y Hernn Snchez.

    26 [26]

  • Ehtre 1 y 6 fan.

    Entre 7 y 15 fan.

    Entre 16 y 50 fan.

    Mas de 50 fan.

    II ti'o

    Regado I43 4+A 4-4- 44-

    ++ 4-4-+4- 4-1-

    11 1111,

    Entre 1 y 6 fan.

    Entre 7 y 15 fan.

    Entre 16 y 50 fan.

    Ms de 50 fan.

    Secano

    8

    El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    CUADRO VII

    El rePartimiento,del valle de La Orotava segn las proporciones de tierra

    recibidas por cada beneficiario.

    [27] 27

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    a cereales, puede explicar el que la superficie media por parcela sea superior a lastierras de riego, a lo que hay que aadir la localizacin concreta de las mismas.No es de extraar que los grandes predios de secano se encuentren en las zonas demedianas, y tampoco que sean titulares de los mismos aquellos que dispongan delas condiciones precisas para su explotacin.

    As pues, y con esta somera descripcin del repartimiento segn la proporcinde tierras recibidas por cada beneficiario, parece que el resultado ms importanteen La Orotava fue la aparicin de un numeroso grupo de pequeos y medianospropietarios, que representan en su conjunto el 98% de los beneficiarios en lo quea tierras de riego se refiere, y que acumulan el 80,6% de las tierras de riegorepartidas. Tambin sealar la desigual proporcin en el reparto de tierras desecano, donde el 62,2% de los beneficiarios slo acumula el 26% de las tierras,frente a los que se sitan aquellos 25 beneficiarios que acumulan el 73% de lasparcelas de secano repartidas.

    Regado Secano

    Grupos n.Q benef. % faneg. % n.Q benef. % faneg. %

    A+B=C 228 98,2 1396,5 80,6 47 65,2 1873 26,84 1,7 335 19,3 25 34,7. 5013 73,1

    Con ello se observa que buena parte de las haciendas constituidas en el vallese sustentan en aquellas grandes parcelas de secano, generadoras de un menorrendimiento, y que en muchos casos sern cedidas por sus titulares en arrenda-miento u otras formas contractuales que con el tiempo facilita la disgregacin y laatomizacin del predio original. No puedo contrastar estos datos con otros lugaresde las islas, pero seguramente en aquellas zonas que presentan una mayor pobla-cin (caso de La Laguna) la imagen resultante ser similar a la que esbozamospara La Orotava, siendo tambin probable que en aquellas comarcas donde fueraabundante la proporcin de tierras y escaso el nmero de pobladores se genere unfenmeno de signo contrario ". En cualquier caso, es posible que muchas de estasgrandes y medianas propiedades, sobre todo las tierras de secano, permanecieronimproductivas durante aos, debido a la escasez de mano de obra y al absentismode aquellos destacados beneficiarios no residentes en las islas.

    46. Creo que esto puede ser as para zonas como el sur de la isla, donde, por ejemplo, lafamilia de los Riberol lleg a poseer el grueso de sus propiedades en Gmar; o en la comarcade Daute, donde las grandes parcelas coinciden con las zonas aleadas de ncleo de poblacin oen las zonas de cumbre como puede ser Erjos.

    28 [28]

  • El reparto de tierras en Tenerife tras la conquista: el modelo del valle de La Orotava

    CONCLUSIONES

    Tras el breve anlisis en los epgrafes anteriores del marco en que se desarro-ll el reparto de tierras en el valle de La Orotava, creo que se puede intentar laaproximacin a algunas conclusiones generales que traten de integrar las caracte-rsticas de este proceso en la isla de Tenerife.

    Coincide el reparto de tierras con un periodo importante de la economacanaria, ya que desde estas fechas se vertebra en torno a la implantacin de uncultivo de exportacin (que la bibliografa reciente ha demostrado que no marca-ba tanto las pautas del resto de la economa), y la existencia de un sector agrcolade subsistencia o autoabastecimiento.

    La estructura de la propiedad de la tierra en la zona estudiada se origina, enparte, en el amplio fenmeno que supone el repartimiento y las transformacionesque se suceden posteriormente. Sin embargo, las numerosas datas que se hanperdido, las imprecisiones en los linderos expresados, y la continua prdida de lasuerte recibida, no permiten conocer con la precisin que sera deseable quinesfueron los nuevos titulares del medio de produccin ms importante: la tierra.

    A diferencia de los repartimientos castellanos o andaluces, donde se trataba deun proceso cerrado (en un perodo corto de tiempo se delimitada y entregaban losbienes), en Tenerife se manifiesta de una forma ms irregular en el tiempo y sinresponder a un nico esquema. As, el repartimiento conoce distintas etapas cro-nolgicas en su desarrollo, en los cuales el ritmo de concesiones es decreciente.

    De una manera generalizada parece que predomin la concesin de tierrascomo propiedad libre, sin trabas de tipo enfitutico, con la nica excepcin deobligarse a residir o a no enajenar la parcela durante un perodo determinado.

    No parece que haya ningn tipo de disposicin legal que impida el acapara-miento de tierras, si exceptuamos la prohibicin a los extranjeros de poseer bienespor valor superior a los 200.000 mrs., (por lo dems reiteradamente incumplida).

    Insistir en dos cuestiones; a) los repartimientos no van a constituir la nica vade acceso a la propiedad en estos momentos, ya que junto a ellos aparecen lasdistintas mercedes reales concedidas directamente a algunos individuos vincula-dos a la Corte. Y, b) con independencia de las evidentes arbitrariedades cometidaspor el gobernador, los albalaes de data, y las confirmaciones en las sucesivasreformas del repartimiento, adquieren, con todas las imprecisiones que podamosimaginar, la categora de ser los nicos ttulos originales de la propiedad privadadesde finales del siglo XV y comienzos del XVI.

    Las transformaciones operadas en la estructura de la propiedad nacida delrepartimiento fue un proceso paralelo al mismo, y con el se abri una claratendencia hacia la gran propiedad, de la que sus mximos beneficiarios sern losmiembros de la clase dirigente insular. Con unos parmetros tericos establecidospara definir a la pequea, medina y gran propiedad, se observa que el resultadoms importante del reparto de tierras en La Orotava fue la aparicin de un nume-roso grupo de pequeos y medianos propietarios que en su conjunto representan

    [29] 29

  • JUAN MANUEL BELLO LEON

    hasta el 98% de los beneficiarios, acumulando el 80% de las tierras de riegorepartidas.

    Establecidas las dificultades que plantea una documentacin fragmentaria ycon escaso valor estadstico, parece confirmarse, para el caso de La Orotava, quela mayora de los repobladores proceden de regiones que integraban el Reino deCastilla, inclinndose la balanza hacia los de origen andaluz y extremeo, siendoescasos los propiamente castellanos o del norte peninsular.

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