bebiendo del agua de vida eterna hoy

REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO, PH.D.44

en verdad, donde Te hemos estado adorando a Ti en TuNombre eterno y glorioso, donde Te hemos estadoadorando a Ti en Tu único lugar de adoración.

Padre, ve con nosotros, y que nuestras copas rebosende regocijo, que el vino de Tu Palabra revelada estémanifiesto en nuestras almas, que estemos tanestimulados, Señor, oh Dios eterno, que no encontremoscómo salir de aquí; y que si salimos, al salir, oh Señor,estemos tan desesperados y deseosos de regresar, ohSeñor, que todos los días que pasen en lo que regresamosaquí, estemos desesperados esperando por ese momentoy deseando ese momento en que Tú estarás aquí reunidocon nosotros, para recibir nuestra adoración a Ti yhablarnos Tu Palabra a nosotros y darnos de esa aguade vida.

Padre, en Tus manos estamos; y Padre Celestial, Dioseterno, Te pedimos todas estas cosas en Tu Nombreeterno y glorioso, en el Nombre del Hijo de David, Tuamado Hijo. Amén, amén.

¿Le ama usted? Cantemos el corito para salir, cantemos

el corito “Yo le amo.”

Yo le amo

yo le amo

porque Él a mi me amó

y me compró mi salvación

allá en la cruz. Amén.

Y nos reclamó acá. Dios nos bendiga en esta mañana a

todos.

“BEBIENDO EL AGUA DE VIDA ETERNA HOY.”

BEBIENDODEL AGUA

DE VIDA ETERNAHOY

Por William Soto Santiago1 de mayo de 1975Ponce, Puerto Rico

BEBIENDO DEL AGUA DE VIDA ETERNA HOY 43

mañana es el Belén donde Tú has nacido en este tiempofinal; gracias Señor porque ahí has brotado Túmanifestado en carne en este tiempo, gracias porque Túestás ahí Señor y Tu Nombre está ahí en nuestrocorazón, gracias Señor por ello.

Ahora, Dios eterno, ayúdanos a todos en esta mañana,que lo que hemos oído de Tu Palabra Señor loatesoremos en nuestro corazón, y cada día que vivamosaquí en la Tierra, lo vivamos más cerca de Ti Señor, ymás agradecidos a Ti cada día y con más entusiasmoSeñor en nuestra vida espiritual.

Y Señor, que en esta hora que ya falta poco tiempopara irnos de aquí, hagamos el máximo en Tu ObraSeñor, que Tu deseo sea una orden para nosotros, Tudeseo es que Tu Palabra sea escrita, porque sonbienaventurados los que oyen y los que leen.

Por lo tanto, que ese deseo Tuyo de que muchos oigany lean Tu Palabra para esta hora, que sea una ordenpara nosotros Señor ponerla en práctica para que TuPalabra de esta hora sea escrita Señor, y llegue a todo elque tiene que leerla.

Oh Señor, ayúdanos en esta obra, en este trabajo queTú deseas que hagamos. Tú deseas Señor que estaPalabra de esta hora corra y llegue a todos los lugaresque tiene que llegar, a todos aquellos que están sedientospor esta agua de Vida, porque es un pueblo, un grupoque Tú has predestinado que va a tomar de esta agua.

Ayúdanos a nosotros para que se la hagamos llegar aellos. En Tus manos estamos oh Padre Celestial, oh Dioseterno.

Y ahora, Padre, hemos de salir de este lugar dondehemos estado adorándote y glorificándote en Espíritu y


cuerdas han caído en lugares deleitosos y grande es la

heredad que nos ha tocado.

Oh Dios eterno, aleluya, Santo Señor Tu Nombre,

aleluya Señor, aleluya Señor, oh Señor, aleluya, Santo

Señor Tu Nombre para siempre, gracias Señor, Te

adoramos y Te glorificamos oh Padre Celestial en el

único lugar de adoración hoy, Te adoramos y Te

glorificamos.

Te adoramos y Te glorificamos oh Dios en ese único

lugar de adoración, en ese tabernáculo de esta tercera

dispensación, oh Dios eterno, oh Dios Santo, aleluya,

Señor Todopoderoso, bendito Tu Nombre para siempre

oh Dios, aleluya Señor, aleluya Señor, oh Dios eterno,

oh Dios Santo aleluya. Señor Todopoderoso, bendito

Tu Nombre para siempre oh Dios, aleluya Señor,

aleluya Señor.¡Oh Dios eterno! Padre Celestial, he aquí en esta

mañana ante Tu presencia estamos disfrutando de estaagua de Vida eterna, la cual ha sido sacada de nuestroBelén hoy: Tú manifestado en carne humana.

Señor, esta agua de Vida eterna que hemos tomado deTu manifestación en carne en esta hora y lo cual es Tumanifestación en carne con Tu Nombre eterno yglorioso, esta agua Señor de Vida eterna nos regocija,nos refresca el alma Señor, llega hasta lo profundo denuestro corazón y salta en nuestro corazón para Vidaeterna.

Oh Señor, nuestro corazón es un pozo, un manantialque está saltando con esta agua de Vida eterna, ahí estábrincando, brotando esta agua Señor en esta hora, estáahí en nuestros corazones. Gracias Señor por ello.

Gracias Señor porque nuestro corazón en esta

BEBIENDO DEL AGUADE VIDA ETERNA HOY

Por William Soto Santiago

1 de mayo de 1975

Ponce, Puerto Rico

Dice en el Evangelio según San Mateo, capítulo 2, del

1 al 6 (San Mateo, capítulo 2 del 1 al 6 y San Juan 7:37),

y dice la Palabra del Señor:

“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey

Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha

nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y

venimos a adorarle.

Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén

con él.

Y convocados todos los principales sacerdotes, y los

escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el

Cristo.

Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está

escrito por el profeta:

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,

No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;

Porque de ti saldrá un guiador,

Que apacentará a mi pueblo Israel.”

Y San Juan 7, verso 37, dice:

“En el último y gran día de la fiesta (miren ¿qué tiempo

fue? En el postrer día, en el último día grande de la fiesta)

Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno


tiene sed, venga a mí y beba.”

Oremos al Señor:

Padre nuestro que estás en el Cielo, Dios eterno heaquí en esta mañana ante Tu presencia gloriosa estamosy Te adoramos y Te glorificamos en esta mañana, en TuNombre eterno y glorioso; y Padre Celestial, Teadoramos a Ti en ese Nombre glorioso.

Padre Celestial, Dios eterno, he aquí en esta mañanaTu pueblo está regocijado, y en la continuación de estemensaje, Señor, que comenzamos el domingo, he aquíestamos parados esperando, Señor, el resto de esemensaje.

Dios Eterno habla a nuestros corazones en estamañana y edifícanos a todos, y danos de esa agua deVida eterna; he aquí venimos a Ti, Señor, en estamañana sedientos, tenemos sed Señor de esa agua, yvenimos a Ti para beber de esa agua, danos en estamañana agua de vida abundante para nuestras almas.

Padre Celestial, en Tus manos estamos. Señor,reconozco que nada soy, en Tus manos estoy, habla a Tupueblo como Tú desees en esta mañana y edifícanos atodos, y a Ti doy la gloria y la honra por lo que Túhables y hagas en esta mañana, es Tuya la gloria y lahonra.

Y ahora Padre Celestial Te lo pido todo en el Nombreeterno Tuyo, en el Nombre del Hijo de David, Te lo pidotodo, Padre Celestial en esta mañana. Amén, amén.

Hablábamos la semana pasada... el domingo pasado

hablábamos acerca del tema: “COMIENDO EL PAN DE

VIDA ETERNA.”

Como vimos en aquel mensaje, el Señor Jesucristo tenía

que nacer en Belén, porque el Señor busca el lugar donde


eterno, en esta hora final Tú has venido en carne

humana y Te has manifestado, y Tú eres el Hijo de

David, Te adoramos oh Dios eterno; Te adoramos y Te

glorificamos en el Nombre del Hijo de David.

Oh Dios Eterno, gloria a Tu Nombre para siempre,

gloria a Tu Nombre eterno y glorioso, gloria a Tu

Nombre de Reclamador, aleluya, aleluya Señor; Te

adoramos a Ti en ese único lugar de adoración para

hoy, oh aleluya, en ese lugar de adoración, Dios

manifestado en carne humana hoy, oh Señor, aleluya.

Santo, Santo Señor, Te adoramos y Te glorificamos

en esta mañana, Tu lugar de adoración hoy, el único

lugar en que Tú recibes la adoración; así como fue el

único lugar para adoración en la segunda dispensación

Señor Jesucristo, aleluya, aleluya Señor.

Oh Señor, oh Señor Te hemos proclamado Rey de

reyes y Señor de señores desde este púlpito; hemos

proclamado el Hijo de David, que reinarás en el

milenio, pero que ya estás reinando en nuestros

corazones y en nuestro medio.

Oh Señor, aleluya, este pequeño grupo de esta hora

final Señor Te proclama Rey de reyes y Señor de

señores, oh Dios eterno, aleluya; y junto a los demás

lugares y a los demás hermanos todos juntos Señor, los

que Te hemos ya proclamado en Tu manifestación en

carne como Hijo de David, nos regocijamos, nos

alegramos en Ti Señor; pues esto es más grande Señor,

de lo que nuestra mente puede pensar.

Pero algún día, Señor, cuando estemos revestidos y

transformados podremos comprender a plenitud lo que

Tú has hecho en este tiempo final, oh Señor, nuestras


buscando esa agua de vida y ese pan de vida, y no lo

hallarán porque no está ahí, está en la pequeña Belén, Dios

manifestado en carne hoy).

En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes

desmayarán de sed.

Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: Por

tu Dios, oh Dan, y: Por el camino de Beerseba, caerán, y

nunca más se levantarán.”

No hay pan ni agua de vida para el mundo, porque ya la

segunda dispensación terminó; el pan de vida y el agua de

vida que hay es el del pueblo de Dios para esta hora, Dios

manifestado en carne hoy. Ese maná escondido, ese pan de

vida y esa agua de vida, hay un pueblo que Dios tiene

ordenado para tomar; el resto no querrá tomar de él; y

desmayarán y caerán, caerán y sus nombres serán borrados

del Libro de la Vida, caerán en delitos y pecados, caerán

espiritualmente y nunca más se levantarán.

¿Ve usted la condición espiritual de las religiones?

¿Cuál es? Cayendo espiritualmente y nunca más se

levantarán. Así que, ¿quién es el Hijo de David? Dios

manifestado en carne hoy, el Hijo del Hombre que ha

estado en medio nuestro en este tiempo.

Estamos ¿cómo? BEBIENDO DEL AGUA DE VIDA

ETERNA HOY.

¿Cuántos han encontrado esa agua bien refrescante al

alma? Oh, Dios nos bendiga en esta mañana, Dios nos

guarde, vamos a estar puestos en pie en esta mañana,

vamos a levantar nuestras manos en esta mañana y vamos

adorar, vamos adorar al Hijo de David, vamos adorar el

Rey de reyes y Señor de señores.

Aleluya, aleluya, Señor Dios Todopoderoso, oh Dios


está Su Nombre, y Belén llevaba el Nombre de Él, allí

estaba el nombre de lo que Él era. Belén quiere decir: “La

casa del pan de Dios,” y el Señor es la casa del pan de

Dios; entonces tenía el Señor que nacer allí porque ese

lugar era el que llevaba su Nombre, y el Señor era el pan

de Dios y tenía que nacer allí y tenía que salir de allí.

Entonces, si nosotros pusiésemos más atención a los

nombres y los símbolos bíblicos, nosotros aprenderíamos

mucho del Señor; porque si en algún tiempo Dios ha

obrado y se ha manifestado y ha revelado el misterio de los

nombres y de los símbolos, es en este tiempo en que todos

los misterios han sido consumados.

Entonces, sabemos que Dios nunca hará nada, nada,

absolutamente nada fuera de los nombres y de los símbolos

que representen aquello que Dios va a hacer y aquella

manifestación de Dios.

No podía el Señor nacer en Jerusalén, porque no era ese

el lugar, no era ese el nombre que representaba el pan de

vida; entonces Él venía como el pan de Vida eterna, y

entonces tenía que salir de la casa del pan de Dios, que es

Belén.

Ahora, sabemos que todos los símbolos tienen

importancia delante de Dios y todos los nombres también;

y cuando un nombre no representa aquello que Dios va a

hacer y Dios lo va a hacer a través de ese lugar, o de esa

persona, ¿qué Dios hace? Le quita entonces el nombre, al

lugar o a la persona y les pone el que lleva.

Por eso es que encontramos en la Biblia que muchas

personas o lugares tenían ciertos nombres y el Señor vino

y le quitó esos nombres y le puso otros nombres ¿por qué?

Porque Dios tenía algo para hacer y el nombre tenía que


ver con la obra que Dios iba a hacer.

Ahora, encontramos que Belén quiere decir: “Casa del

pan de Dios,” y al querer decir eso, significar eso, entonces

ese fue el motivo por el cual el Señor tenía que nacer en

Belén.

También, vimos que Belén en nuestro tiempo, en

nuestro día existe (hablando en términos espirituales),

tenemos nuestra Belén hoy, tenemos la casa del pan de

Dios y de ahí de la casa del pan de Dios, ahí tenía que

nacer y ahí tenía que aparecer ¿quién? Nuevamente el pan

de Vida eterna.

Entonces tenía que nacer, tenía que surgir, tenía que

aparecer de cierto lugar. El profeta cuando usted está

leyendo en este mensaje, el profeta comienza a traer ciertos

nombres bíblicos de allá de Palestina, porque él quiere

revelar un misterio que hay ahí escondido, y que él tiene

que revelarlo en ese mensaje.

Por eso cuando usted empieza a leer en este mensaje,

usted empieza por aquí en la página... le voy a dar un

toquecito para que usted vea qué es y cuál es el misterio de

todo esto, por qué el profeta habla de esta manera. Mire, en

la página 4 de este mensaje, comenzando en el verso 9,

mire cómo dice el Profeta:

“Estamos contentos de estar aquí en Jericó...”

Recuerden que él se encuentra ¿dónde? Phoénix,

Arizona, entonces allí en Phoénix, Arizona, él le dice:

“Estamos contentos de estar aquí en Jericó...”

A Phoénix, Arizona él lo tipifica con Jericó de allá de

Palestina; ustedes saben que Estados Unidos y Palestina

corren paralelos, o sea, que así como Palestina fue y es la

tierra de los hebreos, del pueblo de Dios, así también


nosotros; y luchar, trabajar en Su obra para que también

sea proclamado Rey sobre todos los que todavía no ha sido

proclamado.

Por lo tanto, haga lo más que usted pueda en la obra del

Señor en todas las formas que pueda hacer para que sea

proclamado, coronado Rey en medio de todo el pueblo de

Dios alrededor de la Tierra.

Bendito el Señor para siempre. ¿Están ustedes contentos

por lo que Dios ha hecho? Oh, el agua ha sido traída, hay

un pueblo que se la está tomando, el agua de Vida eterna

está en medio nuestro, es lo que Dios nos está dando;

cuando la recibimos de todo corazón nos la estamos

tomando. Sigamos tomando de esa agua de Vida eterna,

porque esa es la hora en que estamos viviendo.

“BEBIENDO DEL AGUA DE VIDA ETERNA

HOY.”“Y si alguno tiene sed, venga a mi beba,” dice el Señor,

así dice Dios. Por lo tanto, sabemos dónde estamos

parados, sabemos de lo que estamos bebiendo, y estamos

más que agradecidos al Señor por lo que Él ha hecho en

este tiempo final.

“El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed

jamás,” dijo el Señor. Así que, caminemos hacia adelante

siempre en el Señor [Amós 8:11-14]:

“He aquí vienen días, dice el Señor Jehová, en los

cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni

sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.

E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el

oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la

hallarán (eso es la situación para el mundo: van de

pentecostales a bautistas, de bautistas a metodistas


ahora, falta que el resto, que los que les corresponde estar

bajo Su Reinado, se pongan bajo Su reinado y le

proclamen también Rey de ellos, le proclamen el Hijo de

David con Su Nombre eterno. Ahora, miren lo que dice la

página 134 del libro de “Los Sellos,” dice:

“Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que

tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio

ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él

llegue a ser encarnado en la persona de Jesucristo,

entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y

Señor de Señores.’ Correcto.”

¿Y se encarnó o no se encarnó? El Espíritu Santo

encarnado es Dios manifestado en carne en este tiempo, y

ha sido coronado espiritualmente hablando, coronado por

Sus santos en esta hora; y ustedes pueden ver que allá fue

coronado y fue ungido, y comenzó a reinar primeramente

sobre Judá que tiene el símbolo del león; y así ha pasado

nuevamente, pero esto no es solamente para nosotros, esto

es para todo el pueblo de Dios.

Por lo tanto, en esta mañana tenemos que estar más que

agradecidos al Señor por lo que Dios ha hecho, esto no nos

hace más grandes a nosotros que a los demás, somos todos

iguales; esto que ha sucedido es el amor y la misericordia

de Dios para con nosotros, ha sido no el plan nuestro, sino

el plan de Dios desarrollado en medio nuestro. Nosotros

no escogimos esto, sino que Dios ya tenía esos planes, y

usted no escogió vivir en esta área, sino que Dios le puso

a vivir por esta área.

Ahora, esto nos tiene que por obligación hacer más

sencillos y más humildes y saber que nada somos, que el

que es grande es el Señor y es el que está reinando sobre


encontramos que ellos echaron fuera a sus moradores y

entraron por la promesa de Dios, y así también los

americanos echaron fuera los indios y se metieron ellos

¿ven? y allá vino Dios manifestado en carne, el Mesías, y

acá ustedes saben que ha ocurrido la misma cosa.

Entonces ustedes saben que los tipos, y los paralelos, y

los nombres de diferentes pueblos y personas allá en

Palestina, en el pacto de Dios con el pueblo de Israel bajo

la ley, tipifican lugares y personas de acá del tiempo de la

Gracia; y también personajes del tiempo de la ley y de la

Gracia, también tipifican personajes y lugares del tiempo

de esta tercera dispensación. Así que Dios siempre obra de

esa forma.

“¿Usted quiere ver lo que viene (dice el profeta)?”

Mire hacia atrás y vea lo que ya pasó y usted entonces

sabrá lo que ya viene, porque las cosas pasadas son la

sombra de las cosas venideras. Entonces mire cómo el

profeta dice:

“Estamos contentos de estar aquí en Jericó con ustedes

hermanos, en esta mañana y les invitamos el lunes por la

noche a Jerusalén en Tucsón al banquete allá.”

Jerusalén ¿quién? Tucsón (donde está el hermano

Green). Ahora, mire cómo él explica las cosas:

¿Ve? Phoénix, está en el valle, como Jericó (como

Jericó allá en Palestina está en un valle, así Phoénix de

Estados Unidos es un valle, está metido en un valle)...

¿Ve? Phoénix, está en el valle así como Jericó, Tucsón en

donde yo vivo, está en la montaña, esa es, esa es

Jerusalén.”

Entonces, vamos a dejar esto aquí, ya ustedes vieron

cómo el profeta entonces señala nombres de pueblos de


allá de Palestina y los trae acá, y los coloca en nombres de

pueblos de acá de los Estados Unidos, para ser mostrado

lo que habría de acontecer.

Entonces, usted notará a través de todo el mensaje que

el profeta dice (usted sabe el Señor en Su Primera Venida)

el profeta dice que no podía nacer, no podía aparecer

¿dónde? Ni en Jerusalén, ni en Jericó, ni en ningún lugar

de esos, aunque eran lugares históricos, lugares

importantes pero no podía nacer ahí porque ahí no estaba

el nombre, ahí no estaba el nombre, y como no estaba ahí

pues no podía nacer ahí; porque dice el profeta que Dios

siempre busca dónde está Su Nombre, y ahí entonces es

que él nace, ahí es que él aparece.

Entonces, trayendo esto a los Estados Unidos, usted

verá por qué no podía ser en otro lugar sino en el lugar que

fue, donde estaba Su Nombre, ¿dónde estaba Su Nombre,

el Nombre de Dios? Estaba en algún lugar en los Estados

Unidos, entonces ahí tenía que aparecer ¿qué? Ahí tenía

que aparecer el Señor manifestado, y ahí tenía que el Señor

venir con Su Nombre eterno manifestado en carne humana.

Entonces, por eso no podía ser en otro lugar sino en el

lugar que fue, y por eso la apertura de Los Sellos no podía

ser dada a conocer, ser abierto, en otro lugar sino en el

lugar que fue, porque allí estaba el nombre; allí estaba el

nombre y aun al lugar... el tabernáculo ¿cómo se llamaba?

Del Nombre del Señor. ¿Ve? Entonces no podía aparecer

en medio de otro lugar sino de allí, de allí tenía que surgir.

Entonces vemos que el Señor siempre busca el lugar

donde está Su Nombre. Ahora, vemos que tenía que ser de

esa manera porque así tenía que ser, y Dios tenía que

aparecer, surgir de en medio de aquellos que llevan Su


Ahora, ¿usted se da cuenta porqué estos cultos

especiales tenían que ser aquí? Para que se cumpliesen los

símbolos que estaban ahí y que tenían que cumplirse, y

aunque cualquiera pueda malentender el porqué había que

dar estos cultos (y hay algunos más que tienen que ser

dados), el porqué tenían que ser aquí: es porque el Señor

busca el lugar donde está Su Nombre y donde está su

símbolo para manifestarse.

Entonces, los leones tenían que proclamarle Rey de

reyes y Señor de señores, y proclamar Su Nombre eterno

y ponerlo a reinar sobre ¿dónde? Sobre el pueblo, sobre Su

Esposa, eso tenía que cumplirse de esa manera.

Ahora, podemos hablar un poquito más claro, y yo

espero que cualquier hermano que escuche esto en esta

mañana, o que lo escuche a través de la cinta, que no

piense que alguien esté tratando de hacerse grande, sino

que el que es grande en medio nuestro es el Señor, el León

de la tribu de Judá, el Rey de reyes y Señor de señores, el

Hijo de David, y que Él lo que ha estado haciendo es

cumpliendo sus símbolos así como los ha cumplido a

través de todos los tiempos.

Y tenía que ser proclamado Rey de reyes y Señor de

señores, tenía que ser colocado para reinar sobre el Trono

en esa forma, y ahora está reinando, está reinando sobre

nosotros, está reinando en nuestros corazones y está

reinando sobre todos nosotros. Y luego tiene que ser

proclamado Rey como Hijo de David, no solamente sobre

nosotros sino sobre todo el pueblo de Dios.

Así que esto no es solamente para nosotros, Él empezó

a reinar y le coronamos Rey de reyes y Señor de señores:

le coronamos, le proclamamos, ya lo hemos hecho; y


“Y vinieron los varones de Judá y ungieron allí a David

por rey sobre la casa de Judá...”

¿Dónde fue que ungieron a David por rey? En Judá, en

Hebrón de Judá. Judá es la parte Sur de Palestina, y fue

ungido sobre la casa de Judá primeramente; a los siete

años después fue ungido sobre Jerusalén y sobre todo

Israel, pero primeramente fue ungido, fue proclamado rey

sobre Judá.

¿Cuál es el símbolo de Judá? El león, el león, entonces

todos estos símbolos tienen su cumplimiento, y por eso es

que podemos ver que si allá fue proclamado rey sobre la

tribu de Judá, y los de la tribu de Judá ¿quiénes son?

¿Están bajo el símbolo de qué? Del león.

Podríamos decir: los leones de Judá le proclamaron rey,

le ungieron rey, le coronaron y reinó sobre Judá como Rey,

y después al tiempo reinó sobre toda Palestina, después lo

reconocieron más adelante y entonces lo proclamaron

también rey y entonces reinó sobre todo el pueblo; pero

primero comenzó a reinar sobre donde estaba el símbolo

de lo que representa ser rey: rey es representado por el

león, y ahí comenzó a reinar como rey.

Ahora, todos estos símbolos se tienen que cumplir y

están cumplidos en medio nuestro, si yo les toco un

chispito verán que se ha cumplido nuevamente.

Fíjense, los leones de Judá tuvieron que proclamarle

rey, ungirle rey, coronarle y empezó a reinar sobre ellos.

Los leones de algún sitio tenían que proclamarle rey

también para que empezara a reinar como Hijo de David

sobre ellos, tenían que haber leones en algún sitio que le

proclamaran Rey de reyes y Señor de señores, lo

proclamaran Hijo de David.


Nombre, de en medio de aquellos que llevan Su Nombre

¿cuál Nombre? Su Nombre eterno.

Entonces estamos esperando que el Señor se encarne

nuevamente; ya se encarnó la primera vez, la segunda vez,

y ahora falta la tercera vez en usted y en mí, pero ¿en

quiénes se encarnará el Señor? En aquellos que llevan Su

Nombre: no será en otros.

Ahora, vamos a seguir adelante porque tenemos otra

línea por aquí en el mensaje. Hemos visto que nuestra

Belén hoy, como dice el profeta, es la Palabra manifestada

para esta hora, la Palabra de la hora, la Palabra hecha carne

es nuestra Belén hoy, es el pan de Vida eterna, la Palabra

hecha carne hoy, porque es Dios hecho carne; quienes le

rechazan están rechazando el pan de vida, quienes le

reciben están recibiendo el pan de vida, y cuando nos lo

comemos, estamos comiendo pan de Vida eterna, Palabra

de Vida eterna, Palabra que nos meterá a la eternidad,

Palabra que nos transformará.

Entonces, el que come de este pan ¿qué le pasa? No

morirá. Mire, si nosotros pudiéramos captar todo lo que

significa todas estas cositas en esta hora en que estamos

viviendo; mire, ninguno pensaría que se va a morir, porque

hay un pueblo señalado en la Biblia que no verá muerte, y

si nos podemos comer toda la Palabra de Vida eterna para

esta hora, no hay necesidad de ir al hoyo, sino que seremos

transformados con esa misma Palabra.

Entonces, vemos que el Señor también dijo: “El que no

coma la carne del Hijo del Hombre no tiene vida.”

Tenemos que comernos la carne, comernos el pan y

comernos el pan y comernos Su carne, eso es comernos la

Palabra de la hora.


Entonces, dar la Palabra de la hora, dar el pan de la hora

es predicar la Palabra de la hora, o sea, predicar todo lo

relacionado a Dios manifestado en carne hoy, y el Nombre

de Dios manifestado en carne hoy, y todo lo que conlleva

la manifestación de Dios en carne hoy (todo lo que

conlleva a eso, y es bastante). Entonces, comernos todo

eso es comernos el pan de la hora, y recuerde que estamos

en otra dispensación; ya las edades pasaron, estamos en

otra dispensación, en la Edad de la Palabra, y la

Dispensación del Espíritu Santo.

Entonces, sabiendo todas estas cosas, sabemos que para

cada dispensación ha habido pan de Dios para que se coma

y el que lo come tiene Vida eterna. Los que comieron el

pan allá en los tiempos de Moisés, bueno, lo comieron

pero tuvieron que morir, pero murieron con la fe puesta en

esa Palabra que se comieron.

Los que comieron el pan en la Dispensación de la

Gracia, se lo comieron pero tuvieron que morir, pero con

su fe puesta en ese pan que se comieron, sabiendo que

habían de resucitar; y los que se comen el pan de esta hora,

de esta tercera dispensación, se comen ese pan y no les

importa morir porque saben que han de resucitar; y la

mayoría de los que se comen este pan no morirán, sino que

serán transformados.

Si realmente usted se lo come y nos comemos todo lo

que tenemos que comer, y sino le sorprende la muerte

usted antes de comerse todo lo que se tiene que comer,

después que se lo haya comido todo ya no va a haber

tiempo para morir. No quiere decir que el que se muera

ahora, pues no es de la Novia: sí, es de la Novia, pero

habrá de resucitar.


ha venido en el Nombre del Señor, por eso es que tiene el

Nombre del Señor puesto, porque ha venido en ese

Nombre (todo hijo viene en el nombre de su padre); o sea,

que trae puesto el Nombre de Su Padre, y Él trae puesto el

Nombre del Señor, el Nombre eterno de Dios, aquel que

no podía ser pronunciado: ahora si puede ser pronunciado

en nuestro idioma de eso tendríamos que hablar otro día,

acerca del Nombre eterno de Dios.

Y aquí hay más, y todavía nos falta tiempo para seguir

hablando, miren lo que dice aquí la página 14 de “Las

Edades,” dice:

“Era tiempo para que Dios (el Mesías) volviera a llevar

Su Novia, y entonces presentarse (hacerse conocer) a

Israel. Así que vemos a Dios viniendo nuevamente para

tomar una relación humana con el hombre (una relación

física, Dios tomando una relación física es Dios

encarnándose, Dios haciéndose hombre)... para tomar una

relación humana con el hombre como el Hijo de David,

Rey de reyes y Señor de señores, y como el Novio de la

Novia gentil.”

Y cuando viene y toma esa relación física, Dios

manifestado en carne ¿cómo viene? Como Hijo de David,

ahí lo tienen.

Ahora, fíjense lo grande y lo importante de este

mensaje, y no hemos terminado en esta mañana, no hemos

terminado. Si usted busca dónde fue que estos valientes de

Dios, dónde fue que lo colocaron y lo proclamaron Rey,

usted se quedará bobo, usted se quedará bobo cuando

usted pueda ver dónde le proclamaron rey a David. Miren,

se los voy a leer porque... capítulo 2 de Segunda de

Samuel, verso 4, dice:


señores, Dios manifestado en carne hoy, que viene con Él,

¿Por qué viene con Él? Porque Él dijo: “Párese a mi lado

y yo estaré con usted.” Así que viene con Él, viene con

Dios manifestado en carne, predicando a Dios manifestado

en carne. Dice:

“...sin duda ni denominación, clamando (¿Qué es lo

que está clamando?): ‘Hosanna al Rey que viene en el

Nombre del Señor.” Hosanna al Rey que viene, al Hijo de

David, que viene ¿en qué Nombre? En el Nombre del

Señor, porque todo hijo viene en el nombre de su padre.

¿En qué nombre vino el Rey que reinará en el milenio?

¿En qué Nombre vino el Hijo de David? En el Nombre de

Su Padre, en el Nombre del Señor, en el Nombre eterno de

Dios. Vino en ese Nombre, trajo ese Nombre, venía con

ese Nombre.

Oh, ese grupito pequeño, y esa es la atracción hoy, esa

es la atracción hoy, ese grupito pequeño que viene

clamando como unos locos, dicen que son locos, pero

vienen clamando y proclamando al Rey de reyes y Señor

de señores: “Hosanna al que viene en el Nombre del

Señor, el Rey que viene en el Nombre del Señor.”

Oh, bendito el Señor para siempre, hay un grupo, un

grupo pequeño que está clamando y está proclamándolo a

Dios manifestado en carne, al Hijo del Hombre lo está

proclamando hoy como el Hijo de David, un grupito

pequeño, y está proclamándolo y proclamando ese Nombre

en el cual Él ha venido, está proclamando que ese es el

Nombre del Señor: “Hosanna al que viene en el Nombre

del Señor.”

Muchos quizás no pueden creer que Él ha venido en el

Nombre del Señor. Pero este grupito pequeño si sabe que


Ahora, fíjese nuestro pan, el pan de la hora, el pan de

esta tercera dispensación ¿quién es? ¿Quién era el pan de

la segunda dispensación? Dios manifestado en carne,

¿quién es el pan de la tercera dispensación? Dios

manifestado en carne nuevamente. Esa es nuestra Belén, y

de esa Belén, de ahí sale el pan de Vida eterna y el agua de

vida también.

Ahora, vamos a entrar en el tema en esta mañana, muy

parecido al tema anterior, el tema del domingo pasado era:

“COMIENDO EL PAN DE VIDA ETERNA HOY.”

En esta mañana, entonces como el Señor es el pan de

Vida eterna y es también el agua de vida, en esta mañana

vamos a ponerle como tema: “BEBIENDO DEL AGUA

DE VIDA ETERNA HOY,” “BEBIENDO DEL AGUA,

O EL AGUA DE VIDA ETERNA HOY.”

Como leímos, el Señor para la segunda manifestación,

Dios manifestado en carne, se paró en medio de aquella

gran fiesta, en el último día de la fiesta, la más grande

fiesta allá, y dijo: “Si alguno tiene sed venga a mí y beba,”

¿por qué? porque Él era el Belén, y del Belén genuino sale

pan de Vida eterna y sale agua de Vida eterna.

Ahora, leamos por un momento lo que el profeta dice

acerca de Belén, porque aquella Belén literal representa a

la Belén espiritual. Entonces veamos lo que dice el profeta,

dice:

“Belén era el centro (ustedes historiadores conocen

eso) de que era el centro...”

Belén, aquella tierra de Belén, aquel pueblo de Belén,

era el centro de toda Palestina, en este sentido que va el

profeta a hablar aquí, en el sentido de pan y de agua.

“Belén era el centro, era un grande país de trigo, allí


por causa de la irrigación y demás (buenos riegos de agua

que habían). Ellos podían tener grandes cosechas de trigo,

y también hay la mejor agua, era el centro para el pan y

el centro para el agua en la Palestina.”

¿Cuál era el centro del agua y del pan para toda

Palestina? Belén.

“Y hoy no importa cuántas organizaciones tengamos,

cuántos otros llamados hermanos hayan, o cuál otros

sitios pueda ser, aún Cristo es el Belén del creyente, Él es

el lugar del pan y agua. Metodistas, eso es bueno para

usted, eso es bueno para ustedes Bautistas, ustedes

pentecostales y el resto de ustedes, es solo un lugar, y ese

es Belén de donde viene el pan y el agua de vida; sí, aquí

está Él nuestro pan, el pan y el agua de Dios para

nosotros. Él es el centro, el único lugar donde usted podrá

venir y encontrarlo. Es Él, la Casa de Dios en la persona

de Jesucristo nuestro Belén, pan y agua de Vida eterna, y

Él es la Palabra hecha carne, ‘aquí está la Palabra, el

pan y agua de vida.’ Hebreos 13: 8: ‘Él es el mismo ayer,

hoy y siempre.”

¿Quién es el Belén, quién es el pan y el agua de Vida

eterna? La Palabra encarnada, la Palabra encarnada hace

dos mil años atrás (aproximadamente) era el Belén para la

segunda dispensación, y de ahí surgió y era el pan y el

agua de Vida eterna, para el camino, para la trayectoria que

habrían de caminar todos aquellos que les correspondían

caminar esa trayectoria a través de las siete edades de la

Iglesia; a través de las siete edades de la Iglesia el pan y el

agua de Vida eterna ¿quién fue? Dios manifestado en carne

hace dos mil años atrás aproximadamente.

Ahora, para la trayectoria de esta tercera dispensación,


e Hijo de David; ahora, no importa cuánto se rían, no

importa cuánto se burlen, eso a los hijos no les interesa,

siempre se han burlado cuando el pueblo ha recibido la

verdad.

Ahora miren, página 22 y página 23 del mensaje

titulado: “¿Cuál es la atracción en el Monte?” Dice:

“Así como fue en los días de Lot antes que Sodoma

fuera quemada, así será en el regreso del Hijo del

Hombre, aquel día cuando el Hijo del Hombre está siendo

revelado. Oh, solo miren a las Escrituras, el Hijo del

Hombre, Jesucristo el mismo ayer y por siempre, brotó de

denominaciones pasadas, brotó en la cúspide del árbol (en

la parte arriba, en la piedra angular). ¿Qué dijo Él en Juan

14 ó 15? ‘Todo pámpano que en mí no lleva fruto, será

cortado y echado al fuego y quemado.”

Miren, eso se los voy a explicar en otra ocasión. Todo

pámpano que no lleva fruto en la Dispensación de la

Gracia y trató de seguir dando lo de la Dispensación de la

Ley, ese pámpano no llevaba fruto ¿dónde? En Cristo.

Quería llevarlo en Jehová, ese fue cortado y echado al

fuego. Y ahora, nuevamente todo pámpano que no lleva

fruto en esta nueva dispensación, cortado y echado al

fuego. Bueno, pero todo pámpano que lleve fruto será

limpiado para que lleve más:

“Oh, en los últimos días habrá una real Lluvia

Temprana y Tardía sobre ese pequeño grupo que viene

con Él en este pequeño burrito manso y humilde, sin duda

ni denominación, clamando: ‘Hosanna al Rey que viene en

el Nombre del Señor. ¿Cuál es la atracción en el monte?”

Un pequeño grupito que viene ¿cómo? Viene con Él,

¿quién es Él? El Hijo de David, Rey de reyes y Señor de


poderoso, la Palabra hecha carne...?”

Fíjense, si se va a ver de pies tiene que tener pies:

“¿Cuántos lo ven a Él de pie como el conquistador

poderoso, la Palabra hecha carne sin velo ante nosotros,

el Alfa y el Omega, el que era, que es y vendrá, la Raíz y

el Linaje de David, Hijo del Hombre, el Hijo de Dios, Hijo

del Hombre y será el Hijo de David?”

Esa es la pregunta, ¿y será el Hijo de David? O sea:

“Cuando estuvo la primera vez aquí en la Tierra era el

Hijo del Hombre y era también Hijo de Dios, y ahora que

está nuevamente parado en pies humanos en esta Tierra

encarnado, ¿qué es? ¿El Hijo del Hombre?”

¿Qué? ¿Será el Hijo de David también? Ya lo había

dicho acá, que era el Hijo de David, entonces vemos que

esto es más grande y más glorioso de lo que nosotros nos

podíamos imaginar.

Estamos en la edad ¿de qué? Del Espíritu Santo; la edad

de Dios como Padre fue en la ley; la edad de Dios como

Hijo fue en la gracia; y la edad de Dios como Espíritu

Santo en este tiempo, y el Espíritu Santo encarnado en

medio nuestro. Ahora fíjense, la página 18, dice:

“Empero, es la misma persona, todo el tiempo la misma

persona: Dios todo el tiempo. En esta forma Él se revela

a su pueblo, haciendo esto. Noten, a través de la edad del

Pilar de Fuego Él se reveló a su pueblo. En la edad de

Jesús Él se reveló a su pueblo (la segunda dispensación).

En la edad del Espíritu Santo como Hijo de Dios, Hijo de

David...”

¿Lo ve usted? Aquí lo tenemos en este tiempo revelado

en la dispensación del Espíritu Santo, la tercera

dispensación, lo tenemos revelado como Hijo del Hombre


para los que les corresponde caminar en este camino eterno

¿quién es el pan y agua de Vida eterna? La Palabra

encarnada nuevamente, la Palabra encarnada nuevamente,

ese es el Belén de esta tercera dispensación.

Entonces sabiendo estas cositas que son tan importantes

para nosotros saberlas, si alguno tiene sed, venga a la

Palabra hecha carne hoy, y beba; si alguno tiene hambre,

venga y coma pan de Vida eterna.

Ya las edades* de la Iglesia han terminado y el profeta

dice: “Ya no hay salvación para este mundo,” ya el pan de

Vida eterna y el agua de Vida eterna que está fluyendo en

la segunda dispensación a través de la manifestación de

Dios en carne en esa ocasión, ya cesó, y la adoración a

Dios a través del Belén para la segunda dispensación, ya

también cesó; y ahora, entramos a una tercera dispensación

y el pan de Vida eterna y el agua de Vida eterna y la

adoración al Dios eterno es en el Belén actual, Dios

manifestado en carne hoy con Su Nombre eterno en este

tiempo.

Entonces, sabiendo que todas estas cosas son de esta

manera, entonces vemos que algo tremendo y glorioso nos

ha tocado a nosotros; nos ha tocado vivir a nosotros la

dispensación más importante de todas las dispensaciones

(porque Dios se perfecciona en tres), nos ha tocado a

nosotros vivir la dispensación de la perfección, nos ha

tocado a nosotros vivir una dispensación en que

llegaremos todos a la perfección. Nos ha tocado a nosotros

vivir ese momento, esa dispensación, y para llegar a esa

perfección, para llegar a ser perfectos entonces comemos

de la Palabra de Vida eterna, el pan de Vida eterna y

bebemos del agua de Vida eterna para ser perfectos.


Porque la comida sólida es ¿para quién? No para los

niños, sino para los perfectos. Este es el tiempo de la

comida sólida para los que son de esta tercera

dispensación, los cuales son los perfectos de Dios, porque

les ha tocado vivir en la dispensación tercera, que es la

dispensación perfecta con el Nombre eterno de Dios.

Por eso es que no cambia; entonces estando nosotros en

este tiempo tan glorioso y tan hermoso, encontramos en el

libro de Apocalipsis, en el capítulo 21, verso 6, que es

dicho allí:

“Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el

principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré

gratuitamente de la fuente del agua de la vida.”

Y también capítulo 22 y verso 17 del Apocalipsis, dice:

“Y el Espíritu y la Esposa dicen (¿cómo?): Ven. Y el

que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed (¿sed de qué? Sed

del agua de la Vida eterna), venga; y el que quiera

(voluntariamente, no se le obliga a nadie), tome del agua

de la vida (de balde)... de la vida (tome del agua de la

vida, de balde) gratuitamente (sin pagar nada).”

Es una oportunidad, un llamado de parte ¿de quién? “Y

el Espíritu y la Esposa dicen: Ven.” Es Dios que ha dicho

que vengan, “y la Esposa dice: Ven” porque ya Dios ha

hablado a través del profeta; y ahora, la misma Voz de

Dios está en la Esposa, y dicen la misma cosa: “El que

tenga sed del agua de la Vida eterna, del agua de esta

tercera dispensación, venga, y el que quiera beba de ella;”

si no quiere beber, pues no bebe, ese es asunto suyo; si

bebe está bebiendo Vida eterna, si no bebe pues está

perdiendo una tremenda bendición, está perdiendo Vida

eterna; dice entonces, si no bebe se morirá de la sed, se


leer para ponerle punto final y después continuaremos.

Esto no hay cómo acabarlo, porque esto es del agua de

Belén y eso es un manantial, eso no se acaba. Miren,

página 61 del mensaje titulado: “Develando a Dios (y la

página 63 también),” en el primer párrafo, dice:

“Ha permanecido en esa forma hasta que nosotros

somos visibles ante ti cuando Él en morphe ha sido

cambiado y viene a ser nuevamente Hijo del Hombre e

Hijo de David.”

Hijo del Hombre e Hijo de David. Hemos visto al Hijo

del Hombre manifestado en este tiempo. Hijo del Hombre

es Dios en carne humana, Dios, el profeta; y acompañando

esa manifestación de Hijo del Hombre ¿qué? Hijo de

David, a la que acompañaba allá la primera Venida de

Cristo, la que acompañaba a la manifestación de hombre

allá ¿qué era? Hijo de Dios.

Y Pedro tuvo esa tremenda revelación de lo alto cuando

el Señor dijo: “¿Quiénes dicen los hombres que es el Hijo

del Hombre?” Pedro le dijo: “Tú eres el Hijo de Dios.”

¿Ve? Ahora la revelación para la hora, la revelación

grande para la hora la cual tiene que venir de lo alto es:

¿Quiénes dicen los hombres que es el Hijo del Hombre

hoy, el cual se ha manifestado? ¿Quiénes dicen los

hombres que es Dios manifestado en carne hoy?

El que de lo alto reciba la revelación tiene que clamar

de la misma manera que clamó Pedro: “Tu eres el Hijo de

David hoy que vienes para reinar en el milenio dentro de

pocos años.” Pero que comienza reinando ¿dónde? En el

corazón suyo, en medio de Su Novia.

Ahora, miren, la página 63, dice:

“¿Cuántos lo ven a Él de pie como el conquistador


nuestro medio, y más se unirán a nuestro David, al Hijo de

David hoy para seguir dando de esa agua a todos aquellos

que están esperando por esa agua.

Hay un pueblo sediento, hay un pueblo preparado, hay

un pueblo ordenado por Dios que beberá de esa agua, no

hay que tener ningún temor, ningún miedo de traer esa

agua, porque los que están ordenados y predestinados por

Dios para tomar de ella, la están esperando; el profeta dice

que el pueblo está preparado para recibirla, para que se le

enseñen cosas más profundas, por lo tanto, lo que hacen

falta son valientes que sepan pelear esta batalla, que sepan

pelearla y que confíen en el Señor. Estamos en esta hora

tan gloriosa en que hemos visto el milenio viniendo.

Cuando el Señor Jesucristo apareció, ¿qué pasó? Juan

estaba anunciando: “El Reino de los Cielos se ha

acercado,” pero cuando vino Cristo, Él dijo: “El Reino de

los Cielos ya no se ha acercado: ya está en medio vuestro,

ya ha llegado.” Y después a través de las siete edades de la

Iglesia el Reino de los Cielos fue manifestado en el

corazón de cada creyente: Cristo Jesús.

Ahora, estaba anunciado que vendría el Rey de reyes y

Señor de señores, que vendría el Señor, el Hijo de David,

pero cuando lo hemos visto manifestado, hemos estado

viendo el milenio viniendo, porque hemos estado viendo

al Rey de reyes y Señor de señores que ha de reinar en el

milenio.

Entonces, estamos muy contentos, muy gozosos de todo

lo que ha estado pasando en este tiempo en medio de los

extranjeros, en medio de gentiles, en medio de todos

nosotros en esta hora final.

Ya para terminar, hay unas cositas aquí que vamos a


morirá espiritualmente.

Estamos viendo aquí que la Esposa está hablando la

Palabra y está expresando lo que hay en medio de ella:

agua de Vida eterna; y deja la invitación abierta para todo

aquel que oye, y el que oye también tiene de parte del

Señor la Palabra para que diga: “venga.” Usted oye, usted

tiene la Palabra para decir al que quiere oír, “venga y oiga,

venga y beba.” ¿Ve usted?

Entonces hay una fuente de agua de Vida eterna abierta

hoy, ¿dónde? En Belén, ¿y quién es Belén hoy? Belén allá

era Dios manifestado en carne, Belén hoy es Dios

manifestado en carne en este siglo XXI, y de ahí era Dios

manifestado en carne en este siglo XXI está saliendo agua

de Vida eterna, Palabra de Vida eterna, y Él es ese pan, y

Él esa agua de Vida eterna ¿quién? Dios manifestado en

carne hoy.

En este tiempo en que nosotros vivimos es un tiempo

tan grande y tan importante para nosotros, que si nosotros

pudiésemos aquilatar, pudiésemos entender y atesorar lo

que nos ha tocado a nosotros... mire, si para el mundo

aquellos discípulos, aquellos ciento veinte, si para el

mundo ellos parecían locos y aquel pueblo que recibió el

pan de vida y agua de vida para aquel primer tiempo, en

aquella segunda dispensación en su comienzo, ellos

comenzaron a actuar de una forma muy diferente como se

actuaba en la primera dispensación, y se olvidaron de la

primera dispensación y entraron a la segunda por

completo, y no solamente estaban dispuestos morir por el

Belén de aquella ocasión, sino que también estaban

dispuestos a darlo todo para Él, para que así el agua de

Vida eterna y el pan de Vida eterna corriese a raudales, y


llegase a todos aquellos sedientos de esa agua de Vida

eterna.

Ellos supieron lo que habían recibido, y a los que les

correspondió predicar la Palabra, la expresaron claramente,

la bendición que les había tocado y les explicaron

claramente la dispensación en que estaban viviendo: la

Dispensación de la Gracia, de Dios manifestado en carne

para redimir a todos los hijos de Dios, y les explicaron el

significado del Nombre de Dios manifestado en carne que

es Redentor, Jesús, para redimir.

En este tiempo hemos estado escuchando lo que Dios ha

hecho en esta hora, hemos estado escuchando también el

significado del Nombre de Dios, el propósito de Dios

manifestarse en carne hoy, no para redimir porque ya había

redimido cuando vino la primera vez, y por eso trajo aquel

nombre: Jesús, pero en esta ocasión ha venido para

reclamar y por eso no ha traído el Nombre Jesús, porque si

hubiera traído el Nombre Jesús, tenía entonces que redimir

de nuevo, pero ya estábamos redimidos y el Sacrificio era

un Sacrificio perfecto, y era un Nombre perfecto para

redención, pero ahora trae el Nombre eterno con el cual Él

reclama todo lo que redimió en Su primera Venida.

Ahora, no viene como Cordero sino que viene como

León, buscando a todos los que Él reclamó, a todos los que

Él redimió y los está reclamando, y así como nos dio del

agua de Vida eterna para redención, nos está dando del

agua de Vida eterna para reclamación; y así como nos dio

del agua de Vida eterna para transformarnos por dentro,

nos está dando del agua de Vida eterna hoy para

transformarnos por fuera también.

Entonces, viendo que el agua de Vida eterna es nuestro


esta tercera dispensación. Oh, estamos en una hora muy

grande y muy gloriosa; el agua de vida para esta hora, el

agua del pozo de Belén está a la disposición de todo el que

quiera beber, ya ha sido traída; y esto, por los gentiles

nuevamente.

Fíjese, David era de Israel y era de Belén, de Belén de

Judá, pero los que estuvieron con él a su lado y los que le

trajeron el agua eran gentiles, el profeta dice que Palestina

representa a Estados Unidos, y de ahí es nuestro Belén

hoy; pero fuera de ahí es los que se han unido al Hijo de

David hoy para buscar de esa agua, todos los de fuera de

Estados de Unidos de América (de Norteamérica), todos

tipifican a los gentiles, son tipificados por los gentiles.

O sea, venezolanos, argentinos, puertorriqueños y todos

estos países y los habitantes de estos países espiritualmente

hablando son gentiles en términos espirituales, y los

ciudadanos de los Estados Unidos de América

(Norteamérica), son podíamos decir en tipos, ellos son los

hebreos, y los de fuera de los Estados Unidos de América

somos los gentiles.

Quienes se unieron a David para buscar esa agua, y para

pelear a su lado, y para proclamarle rey sobre Judá y rey

sobre todo Israel, fueron extranjeros, eran extranjeros, eran

de fuera de donde David había nacido y fuera de donde

David era rey.

Ahora, los gentiles fueron los valientes que buscaron

esa agua, la trajeron; y entonces el profeta aquí dice que

hay un pueblo que va a tomar de esa agua, que lo que se

necesitan son valientes, y él hace mucha énfasis de que

eran gentiles esos valientes, extranjeros; y hoy hemos visto

también que tenemos en cumplimiento pleno esto en


profeta: “Párese a mi lado,” en esta mañana parémonos a

su lado, y esa agua que tiene que ser traída para un pueblo

que está esperándola, traigámosla; cada uno como

individuo y también todos juntos aquí unidos, traigamos lo

que el pueblo de Dios necesita que se le traiga: el agua de

Vida eterna, la Palabra para esta hora, la revelación de la

hora, traigamos lo que tenemos que traer en esta hora, y

que esa Palabra corra por todos los lugares y llegue a todos

los sedientos de esta hora final.

Esto no es para estancarnos tampoco, esto es para todos

los sedientos, no es solamente para Ponce, no es solamente

para Puerto Rico, es para todos los sedientos alrededor del

mundo. “El que tenga sed, venga a mí y beba,” dijo el

Señor, Dios manifestado en carne en Su primera Venida,

el Belén de la segunda dispensación.

Y el Belén de la tercera dispensación, también es el

agua de Vida eterna, todos los sedientos pueden beber de

esa agua en esta hora final. Sabemos que Dios manifestado

en carne ha venido hoy ¿para qué? Para reinar en el

milenio, y ha venido a reclamar todo lo que le pertenece

para luego entrar con Él al milenio.

Pero así como David antes de ser coronado y ungido rey

sobre todo Israel hubieron muchas luchas, hubo mucha

guerra; y hoy en día también en lo espiritual es así: hay

mucha guerra, mucha batalla; pero está David con sus

valientes, ellos están a su lado, y el agua de vida tiene que

venir porque hay valientes que han ido a buscarla por

orden de David; y si han ido a buscarla entonces tiene que

venir, porque ha sido dicho: “Yo estaré a tu lado.”

Así que si Él está a nuestro lado, iremos y regresaremos

con el cántaro lleno del agua de vida para esta hora, para


Belén, Dios manifestado en carne hoy, entonces eso nos

llena de regocijo, nos llena de alegría saber en el tiempo en

que nosotros vivimos hoy.

Ahora fíjese, en los tiempos de David, en los tiempos de

David él deseó tomar del agua de Belén; David cuando era

un pastor de ovejas, él había tenido grandes luchas, y él

mientras pastoreaba sus ovejas por el campo, él estaba con

el Señor, y el Señor era su protección; y en muchas

ocasiones él había que tenido que pelear con osos, con

leones y con todas estas clases de animales salvajes que

hay por esos lugares los cuales le tomaban alguna de las

ovejitas y él se les iba detrás, le tiraba una piedra con la

honda, hería al león, o al oso, o lo que fuera, caía al piso y

después iba, le quitaba la ovejita y si se levantaba el león

o el oso para atacar a David, lo agarraba, sacaba su

cuchillo y lo mataba. ¿Ve?

Así que, no había problema porque Dios estaba con él,

y él había tenido esas experiencias con Dios, él había

peleado las batallas de Dios, o sea, que estas no eran

batallas de un muchacho sino que eran batallas, peleas, de

Dios manifestadas a través de un niño, de un joven.

Ahora, también él había bebido del agua del pozo de

Belén, él había nacido en Belén también y había tomado de

esa agua, y ahora cuando se encuentra por allá por las

montañas, a unas15 millas de distancia del pozo de Belén,

y con todos los obstáculos que habían, porque el ejército

de los filisteos estaba en toda aquella área, regados, y

estaban luchando contra David; y por otro lado

encontramos que Saúl también estaba luchando contra

David, y en esta ocasión David mirando hacia donde

estaba el pozo de Belén, en ese día caluroso, con tanto


calor, y sudando tanto; y él, como un fugitivo por esas

montañas con aquellos que le amaban, él deseó tomar de

aquella agua fresca, de aquel manantial, de aquel pozo de

Belén, y cuando sintió esa sed, dijo: “¿Quién me diera de

beber un trago del agua de Belén, de ese pozo en donde yo

he bebido en otras ocasiones.”

¿Saben ustedes lo que el profeta dice? Él dice que

aquellos que fueron a sacar esa agua, él dice que eran

gentiles.

Ese grupo de personas, ese grupo de valientes era un

grupo de gentiles que estaba con David, David había sido

despreciado y echado fuera, y estaba como un fugitivo por

los montes, por las cuevas, pero a él se unieron un grupo

de gentiles, un grupo de gentiles que había reconocido que

aquel era un ungido de Dios, que habían reconocido que

ese era un Rey, y aunque estaba como un fugitivo ellos

sabían que él venía para reinar sobre todo Israel, y se

unieron a él.

Ahora, veamos por aquí donde el profeta habla a acerca

de estos hombres gentiles; la página 28, comenzando, dice:

“Él clamó, tuviera un trago de agua y pozo de nuevo.

Voy a cerrar ahora, escuche atentamente, ‘si tan solo

tuviera un trago,’ adentro de él gritó, ‘si tan solo pudiera

beber una vez más de aquel pozo en Belén;’ sus deseos

fueron mandamientos a aquellos quienes le amaban;

recuerde, su alma lloraba por un trago de aquella agua,

y aquellos que le amaban, su más mínimo deseo era una

orden... grandes hombres: eran gentiles (observen de

donde sale); David, aquí es un tipo de Cristo (Belén),

porque Cristo es el Hijo de David.

Aquí está parado él, llorando por un trago de aquella


“Filisteos incircuncisos, predicadores incircuncisos.”

Esa es la sentencia que hay porque el agua de Vida

eterna tiene que ser traída, porque hay un pueblo

esperando por esa agua, un pueblo que se la va a tomar; y

nuestro David hoy, Dios manifestado en carne ha clamado

y ha llamado valientes que se paren a su lado, para traer

esa agua. Y Él ha dicho: “Yo estaré a tu lado, no tengas

miedo.” Y si Él está a nuestro lado ¿a qué vamos a

temerle? No hay porqué tener miedo, no hay porqué echar

para atrás, el Señor está con nosotros, Él ha dicho que

estará y la victoria es nuestra.

Por lo tanto, viendo el momento en que estamos

viviendo y viendo que el deseo del Señor en esta hora, el

deseo de Dios manifestado en carne, el deseo del Hijo de

David al cual nosotros conocemos y sabemos que ha

venido para reinar en el milenio, Su deseo ha sido que

busquemos de esa agua y traigamos de esa agua para el

pueblo.

Oh, sabemos que tenemos un respaldo, un respaldo

divino, un respaldo de parte de Dios, Él está a nuestro

lado, y Él es Dios hecho carne, y ahora está en Espíritu con

nosotros, y en letra también, y en Palabra hablada.

Así que, por todos lados vemos que Él está a nuestro

lado, y si está a nuestro lado ¿a quién temeré? No hay

porqué temer a nadie. Sabemos que la victoria es del

Señor, y todo valiente que se levante en esta hora final, en

este comienzo de esta tercera dispensación, y se dispone a

buscar de esa agua y a traérsela al pueblo de Dios, Dios

está a su lado.

Cualquiera que se levante en contra de que se traiga esa

agua, Dios está en su contra. Por lo tanto como ha dicho el


pueblo que se va a tomar esa agua de Belén, va a tener un

pueblo que se va a tomar esa agua, esa Palabra, ese

mensaje de nuestro Belén hoy, de Dios manifestado en

carne.

“Aleluya, usted quizás pensará que estoy loco por

Jesucristo y Su Palabra. Si tengo que ser llamado un

tonto, entonces dejenme ser un tonto por su Palabra.”

No importa cómo le llamen o le llamaron a él, tampoco

importa cómo nos llamen a nosotros. Recuerde, era una

locura, tres hombres tirarse hacia adelante para buscar

agua del pozo de Belén, pasar por en medio de aquel

ejército filisteo; pero sin embargo salieron en busca del

agua con sus espadas en las manos y Dios les dio la

victoria, mataron a quienes se interpusieron, ¿con qué?

Con la Palabra.

Hoy en día hay que tener mucha cuenta, cuando

valientes guerreros se levantan y toman la espada de dos

filos, esa Palabra de Dios y abren paso para buscar el agua

y traérsela al pueblo, cualquiera que trate de meterse a

interrumpir esa labor, la Palabra de dos filos que llevan en

la mano, cortará a diestra y a siniestra, y le traerá muerte

espiritual a cualquiera que se interponga; y también le

puede traer la física, pero principalmente la espiritual que

es la más triste.

Y la muerte espiritual le acontece ¿cuándo qué? Cuando

ven que valientes guerreros están abriendo paso y yéndose

a Belén, en nuestro Belén hoy, la Palabra hecha carne hoy,

y están buscando de esa agua para llevársela al Hijo de

David, cualquiera que se levante en contra tendrá su

muerte espiritual, su nombre será borrado del Libro de la

Vida:


agua, y su deseo fue un mandato; yo dije: ‘a aquellos

quienes le aman.’ Tres de sus hombres desenvainaron sus

espadas y pelearon quince millas de hombres hasta la

ciudad.”

Había quince millas de distancia desde donde estaba

David hasta la ciudad, y esas quince millas de distancia

estaba llena de hombres enemigos del Rey David. Ya esos

tres valientes se levantaron, sacaron sus espadas: “El deseo

de mi rey es tomar de esa agua, su deseo es un

mandamiento para nosotros, hacia adelante es que vamos.”

Y comenzaron a abrir campo, a abrir el camino en

medio de tantos filisteos, en medio de tantos ejércitos

enemigos (porque Belén estaba rodeada por los ejércitos

enemigos); no había cómo llegar hasta Belén, hasta el pozo

de Belén para sacar agua, no había cómo, pero habían tres

que el deseo de David, se había convertido en sus

corazones en una orden, porque amaban a David; y aunque

no había forma para ir allá, ellos sacaron las espadas y

abrieron camino y llegaron hasta allá.

Y después tomaron un cántaro de agua, lo llenaron,

tomaron también ellos, lo llenaron y se lo trajeron a David;

para traerlo también tuvieron que venir con sus espadas en

sus manos abriendo campo nuevamente en medio de todos

esos ejércitos enemigos. Pero fueron y vinieron con el

agua, porque ese era el deseo de David. Dice:

“Tres de sus hombres desenvainaron sus espadas y

pelearon quince millas de hombres...”

O sea, quince millas de hombres enemigos, esas quince

millas no las pasaron suave, quince millas ahí luchando,

peleando a diestra y a siniestra y caminando hacia

adelante, abriendo paso por ahí, para allá.


“...quince millas de hombres allá hasta la ciudad

mientras que otros pelearon manteniendo, ellos eran

hombres luchadores y valientes contra aquellos filisteos,

algunos de los cuales eran (los filisteos)... algunos de

ellos eran como dos veces más de su tamaño (esos filisteos

que habían por el camino, eran dos veces más grande que

aquellos tres hombrecitos que salieron a buscar el agua;

imagínese, en medio de esos filisteos estaban los gigantes,

la descendencia de Goliat, la línea de Goliat), pero eran

hombres valientes que sabían pelear; uno de ellos hirió,

parado él solo, y mató a ochocientos hombres alrededor

de él en un día (un solo hombre). Eran grandes hombres,

ellos confiaban en Dios.”

Eso era lo grande de ellos, porque en estatura eran

pequeños, pero eran hombres grandes porque sabían

confiar en el Dios Todopoderoso que es el que da la

victoria siempre; y si su rey venció a Goliat, al gigante de

los filisteos, y su rey sabía confiar en Dios, y Dios siempre

era el que le daba la victoria, también estos hombres

habían aprendido de su rey a confiar en Dios y a no tenerle

miedo a nada; ellos no le tenían miedo a nada, ellos sabían

confiar en Dios y ellos sabían que “no con ejércitos ni con

fuerzas sino con mi Espíritu” ha dicho el Señor.

Por lo tanto, ellos aunque vieron todas las cosas

contrarias, ellos echaron hacia adelante y sacaron la espada

y caminaron confiando en el Señor; y la espada siempre

representa la Espada de dos filos: la Palabra. Ahora,

veamos:

“Tenían fe en su jefe (en David) y cortaron e hicieron

camino para él hasta que algunos de ellos abrieron paso

y consiguieron un cántaro de agua, y abrieron paso de


siniestra hasta llegar a Belén:

“Es tan difícil cuando uno está parado solo, estoy

haciendo un llamamiento por hombres que se puedan

parar al lado mío y quedarse con la Palabra. Lo que diga

la Palabra se hace de esa manera, así como la Palabra

dice, no me importa lo que alguien más diga, quédese ahí

de esa manera, porque esa es la única manera que

cortará. Vamos a ir a Belén, el agua verdadera de Dios.”

Fíjense, fíjense lo que está diciendo ahí:

“Vamos a ir a Belén, el agua verdadera de Dios; ‘si

algún hombre morase en mi y yo en él, si estuviereis en mi

y mis palabras en vosotros morando,’ no solamente

brincando de un lugar a otro e intercambiando su tarjeta

de compañerismo, de un unitario a un binitario, a un

trinitario y para atrás a un presbiteriano, luterano: ‘Si

estuviereis en mi, y (es la Palabra ¿Qué Palabra? La

Palabra de la hora) mis palabras estuvieren en vosotros, no

tengas miedo a ochocientos o a ocho millones, yo me

pararé al lado tuyo (yo me pararé al lado tuyo), yo deseo

una bebida de aquel pozo de nuevo.”

Oh, Dios va a tener un pueblo que tomará de aquel

pozo, Él clama por parientes guerreros que tomen la

espada, abran paso en medio de tantos incrédulos y

predicadores incrédulos, filisteos y corten a diestra y a

siniestra y vayan a Belén.

¿Y qué es Belén hoy? Dios manifestado en carne

humana, esa es nuestra Belén, y saquen de ahí, de la

manifestación de Dios en carne la Palabra, saquen de ahí

el pan de vida, saquen de ahí el agua de Vida eterna y lo

traigan al pueblo de Dios, porque hay (dice aquí), Dios va

a tener un pueblo que tomará de aquel pozo, va a tener un


denominacional (o sea, vamos a cortar un camino por ahí,

para allá, y a conseguir esa agua), vamos a entrar ahí

dentro, él está clamando por un buen y fresco trago de

agua pentecostal (pentecostal original, no pentecostal de

ese que dicen por ahí), no un grupo de fabricación

gritando, clamando así, sino un bautismo genuino del

Espíritu Santo que produzca la vida de Jesucristo de

nuevo dentro de la persona.

Perdonen si les he lastimado, no se atreva a hacer eso,

yo hago esto en el Nombre del Señor, regrese, párese

usted hombre valiente que vea a David parado aquí...”

Estamos leyendo en el párrafo 142, si lo ve parado allí,

¿cómo lo está viendo? En carne humana.

“Párese usted hombre valiente que ve a David parado

aquí, Jesucristo un fugitivo de esta Iglesia, prohibido

fuera por sus credos; hay una fuente fresca suspendida

más allá, amén. Hay poder para hacer que esta Palabra

viva de nuevo.”

Y seguimos, verso 143:

“Hombre de Dios, ¿dónde está aquella espada? (la

espada que hay que sacar para abrir campo para ir para allá

y llegar al pozo de Belén, la Palabra de Dios, la espada de

dos filos) ¿Dónde está esa espada? Nuestro señor desea

de una fresca bebida, no me importa si es la vida o la

muerte, vamos a cortar a través de esta casa. Es tan difícil

cuando uno está parado solo...”

Mire, mire esto:

“Es tan difícil cuando uno está parado solo...”

Él allí está parado solo, pero está clamando que vengan

y se paren al lado de él, valientes, y tomen la espada y

rompan por ahí hacia adelante cortando a diestra y a


nuevo para atrás, otras quince millas de hombres y se la

trajeron a David para que él pudiese beber de ella.”

Ahí lo tienen, dice el profeta que estos tres hombres,

eran tres hombres gentiles. Fueron gentiles este grupito de

hombres, que estuvo a su lado brazo a brazo luchando con

él y abriendo paso para conseguir el agua que debía ser

conseguida para el rey David; el agua ¿de dónde? De

Belén.

Y también ellos abrieron paso y lucharon junto a él para

que él fuese, ¿qué? Para que él fuese levantado y fuese

ungido rey sobre todo Israel; ellos fueron los que le

abrieron el camino, los que le prepararon el camino, ellos

fueron los precursores, ellos fueron los que introdujeron el

reinado de David, hombres valientes, hombres gentiles que

cortaron a diestra y a siniestra para colocar a David en el

lugar que Dios había dicho que era su lugar.

Siempre que Dios dice tal cosa o cual cosa, o Dios pone

acá, o Dios pone las cosas en su sitio, tal cosa, y dice: “Y

esto es así, y esto es el sitio de esto,” siempre sabe usted

que hay luchas para que sea colocado en la posición

correcta. Entonces siempre habrán valientes para ese

trabajo.

Ahora, fíjese, estos tres valientes que fueron, buscaron

agua en un cántaro, se la trajeron a David, pelearon,

lucharon todo lo que tuvieron que luchar, oh, ¿sabe lo que

pasó después con ellos? Cuando David vino a reinar y

entonces fue proclamado rey sobre Judá y luego sobre todo

Israel, ¿sabe qué pasó con esos gentiles? ¿Sabe qué pasó

con esos valientes? Fueron los que estuvieron a su lado,

fueron colocados como gobernadores al lado de David,

ellos fueron los principales en el Reino de David.


Si nosotros supiéramos todo lo que hay ahí escondido,

si nosotros supiéramos la bendición que hay ahí...bueno,

ahora vamos a seguir aquí para ver lo que hay en esos

lugares que vamos a leer, página 33 dice el profeta en el

párrafo 140, dice... no, párrafo 139, dice:

“Como David , sabemos que David va a venir al poder,

Jesucristo va a apoderarse del mundo, Él hereda la

Tierra, Él va a ser Rey sobre la Tierra, Él está rechazado

hoy, Él es un fugitivo entre su pueblo, de hecho Él es un

fugitivo al mundo, siempre lo ha sido, pero hoy Él es un

fugitivo a su propia Iglesia (¿quién? Jesucristo

encarnado). Lo rechazaron, ellos aman sus credos y

grandes dignatarios en vez de permitirle que Él sea

predicado en su poder, ellos se han cortado de eso.”

Entonces más abajito en el 140, dice:

“Oh, ustedes moradores de Belén, aleluya, yo llamo por

hombres guerreros quienes no tienen miedo, no me

importa si hay ochocientos parados a un lado, y diez mil

parados al otro lado, yo quiero guerreros quienes vendrán

conmigo y cortarán un hueco por esta línea de incrédulos

filisteos...”

¿Qué está hablando ahí? Allá habló David, acá está

hablando el Hijo de David, está clamando como David

clamó, él quiere que sea traída el agua de Vida eterna hoy,

y está clamando que vengan valientes guerreros que se

paren a su lado y corten, saquen la espada de dos filos, la

Palabra, y corten, corten en medio de todos los incrédulos

y empiecen a cortar y a echar para el lado, y lleguen al

pozo de Belén y allí tomen el agua, la traigan al Hijo de

David.

No importa los incrédulos que hayan, que estén


impidiendo que se llegue allá y se traiga de esa agua, no

importa los incrédulos que estén alrededor de ese pozo

tratando de impedir que traiga esa agua de Vida eterna, no

importa cuántos estén en contra, él clama por valientes que

se paren a su lado para que hagan ese trabajito... ahí mismo

podemos seguir:

“... quienes vendrán conmigo y cortarán un hueco por

esta línea de incrédulos, filisteos, el concilio mundial de

Iglesias que ha estado guarnecido alrededor de la

Palabra de Dios tratando de hacerla credo y alimentar al

pueblo. Hay un pozo, hay una fuente abierta en la casa de

David, Belén nuestro Salvador nos limpia. Hermano,

pecado es incredulidad a su Palabra, ¿qué guerrero puede

ver al Milenio venir o al Milenio viniendo? ¿Qué guerrero

en esta hora puede ver el milenio viniendo (si puede ver el

milenio viniendo, tiene que ver al Rey que va a reinar en

el milenio; cuando usted vea al Rey que reinará en el

Milenio, al Hijo de David, usted está viendo el Milenio

viniendo)?¿Quién es el guerrero que puede ver el Milenio

viniendo? ¿Qué guerrero puede ver a este Espíritu Santo

venir en forma de Jesucristo, el cuerpo literal de Cristo a

apoderarse de nuevo?”

¿Ven? Vean al Espíritu Santo encarnado ahí, ¿qué

guerrero puede ver eso? ¿Qué guerrero puede ver eso y ver

que ese es el Rey de reyes y Señor de señores, el Hijo de

David parado allí, el cual ha de reinar en el milenio?

Ahora. Fíjense como dice: “Párense al lado mío.”

Ahora ¿recuerda usted ese mensaje “Poniéndonos al

lado de Jesús,” ahora aquí lo tiene de nuevo:

“¿Quién se para a mi lado, quién se para conmigo?

Vamos a cortar una abertura a través de este credo

bebiendo del agua de vida eterna hoy

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