bauer pamela - situacion de emergencia

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Situación de Situación de emergencia emergencia Pamela Bauer y Judy Kaye Situación de emergencia (1999) Título Original: Almost a father (1998) Editorial: Harlequin Ibérica Sello / Colección: Jazmín 1400 Género: Contemporáneo Protagonistas: Grant Harris y Susan Spencer Argumento: Grant Harris estaba acostumbrado a resolver situaciones de emergencia, pero cuando aceptó dirigir temporalmente la guardería de su hermana, se dio cuenta de que aquello era más difícil de lo que hubiera podido imaginarse. Pero tener que cuidar de un puñado de críos revoltosos no era el problema; era Susan Spencer, una de las madres, quien lo estaba volviendo loco.

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Bauer Pamela - Situacion de Emergencia

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Situacin de emergencia

Pamela Bauer Situacin de emergencia

Situacin de emergenciaPamela Bauer y Judy Kaye

Situacin de emergencia (1999)Ttulo Original: Almost a father (1998)Editorial: Harlequin IbricaSello / Coleccin: Jazmn 1400Gnero: ContemporneoProtagonistas: Grant Harris y Susan SpencerArgumento:

Grant Harris estaba acostumbrado a resolver situaciones de emergencia, pero cuando acept dirigir temporalmente la guardera de su hermana, se dio cuenta de que aquello era ms difcil de lo que hubiera podido imaginarse. Pero tener que cuidar de un puado de cros revoltosos no era el problema; era Susan Spencer, una de las madres, quien lo estaba volviendo loco.

Grant se haba enamorado de ella, pero Susan no confiaba ni en l ni en ningn otro hombre. Nada de lo que Grant hiciera estaba bien, ni sus ingeniosos planes para entretener a los nios ni su cariosa actitud hacia su hijo Jamie. Y si no lograba convencerla de su talento como padre, cmo iba a persuadirla de que poda ser un buen marido?PrlogoEl olor a antisptico y a medicinas golpe la nariz de Grant Harris mientras caminaba por los pasillos del hospital. Llevaba un billete de avin para Jamaica en el bolsillo de su chaqueta y haba dejado la maleta en el coche, pero cuando vio la plida figura de su hermana en la cama del hospital se olvid de todos sus planes.

Hola. Cmo ests? pregunt, preocupado.

Tan bien como puedo, con este dolor que me est matando sonri Gretchen Harris mirndolo con sus ojos azul zafiro, iguales a los de su hermano. Grant, me encuentro fatal aadi, dejando de disimular.

Qu, te ha dicho el mdico?

Apendicitis. Me van a operar enseguida.

Peritonitis?Cree que no, pero podra ocurrir en cualquier momento contest ella, pasndose una mano temblorosa por la frente. El cabello rubio, tan espeso como el de su hermano, se pegaba a su frente sudorosa. Gracias a Dios que has venido a ayudarme.

Grant tuvo inmediatamente un presentimiento.

Ayudarte? Lo siento, Gretch, pero soy abogado, no cirujano. Y no creo que vayan a dejarme sujetar tu mano en el quirfano.

No me refiero a eso. Me refiero a la guardera explic ella. A veces, Gretchen deca cosas muy raras, pensaba Grant. Sin duda, era debido a que pasaba demasiado tiempo rodeada de nios. No me mires as. Sabes perfectamente de lo que estoy hablando. Yo tengo una guardera, te acuerdas? Con eso es con lo que pago mis facturas. Y con lo que te compro los regalos de Navidad.

Ya s de qu ests hablando dijo Grant, impaciente. Pero, qu puedo hacer yo? Es que has despedido a tus empleadas?

No. Bueno, la verdad es que ahoraQu?

Que mi ayudante est de vacaciones.

Llmala y dile que vuelva.

De Roma? Imposible.

Mira, Gretch, tus empleadas pueden llevar la guardera perfectamente durante unos das dijo Grant, sintiendo el peso del billete de avin en el bolsillo.

Mis empleadas son expertas en cuidar nios, pero no tienen ni idea del aspecto administrativo de la guardera. Mary Ellen es la nica que podra dirigir la guardera y no est ay! exclam Gretchen, cerrando los ojos. Una enfermera entraba en ese momento para ponerle una inyeccin y, mientras preparaba la aguja, Gretchen mir a su hermano con ojos de splica. Ya s que t tienes tu trabajo, pero slo sera durante unos das. Eres el nico que tiene experiencia dirigiendo un negocio.

Pero yo no puedo encargarme de una guarderaLo nico que tienes que hacer es estar all para encargarte de la parte administrativa, que se cumplan los horarios de las clases y para ayudar un poquito con los nios.

Por Dios bendito, Gretch! Yo soy un abogado, no una niera. Adems, no he tenido vacaciones en dos aos.

Gretchen lanz un gemido cuando la enfermera clav la aguja en su brazo.

Cuntas veces te he ayudado yo, Grant? pregunt ella. Cuntas veces he tapado tus travesuras cuando ramos pequeos? Cuntas veces te he preparado la comida mientras estabas estudiando en la universidad?

Yo no s nada sobre nios insisti l.Es muy fcil, de verdad. Y a m no puedes engaarme con ese duro exterior. Te conozco bien y s que dentro de ti hay un nio grande.

Eso no significa que pueda encargarme de una guardera llena de ellos.

No tendrs que cuidar de ellos. Lo que tienes que hacer es llamar a una empresa de trabajo temporal y contratar a una profesora para que ocupe mi puesto. T slo tendrs que encargarte de la direccin.

Y qu pasa si algn da no me queda ms remedio que cuidar de los nios?

Haz lo que te diga el corazn.

Mucha gente opina que carezco de esa parte concreta de la anatoma.

Pero yo s que no es verdad. Dime que lo vas a hacer.

No puedes contratar a un director hasta que salgas del hospital?

No quiero contratar a otra persona. Quiero que lo hagas t gimi ella.

Por qu yo? No soy yo el que dijo que los nios deberan nacer con veintin aos y dispuestos a marcharse de casa?

El mismo. Y es posible que trabajar unos das en la guardera te venga bien. Puede que descubras que te gustan los nios intent sonrer ella. Grant hizo un gesto de incredulidad.

Nuestros propios padres se portaron como si hubieran vivido mejor sin hijos y no creo que nada me haga pensar que ser padre es algo maravilloso.

Por favor, tienes que ayudarme. Ser bueno para ti.

Bueno para m? sonri irnico Grant. Ya, claro.

Los ojos de Gretchen empezaban a cerrarse despus del sedante.

Gracias, Grant. No te arrepentirs. Ahora no me importa que me operen porque s que la guardera estar en buenas manosGretchen, yo no he dicho que intent protestar Grant, pero su hermana ya casi no lo oa.

Cuando dos enfermeros entraron empujando una camilla, Grant se apart para permitir que la llevaran al quirfano.

No te olvides murmur ella mientras sala en la camilla de la habitacin. S que lo vas a hacer muy bien.

Inmvil, Grant se qued mirando cmo la camilla y su viaje a Jamaica desaparecan a la misma velocidad. Por qu haba tenido que elegir su hermana precisamente aquel momento? El ltimo sitia en la tierra en el que le hubiera gustado pasar sus vacaciones era precisamente una guardera llena de crios llorones.

Ni siquiera le gustaban los nios aunque, en realidad, nunca haba tenido ocasin de relacionarse con muchos. Para l, los nios eran algo tan desconocido como los tigres de Bengala y no recordaba cundo haba sido la ltima vez que haba hablado con alguien de menos de diez aos.

Adis, Jamaica. Hola, mocosos murmuraba en la sala de espera.Captulo 1

El despertador son a las seis de la maana y Susan Spencer lo apag con un suspiro de resignacin. Las noches se hacan cada vez ms cortas, al menos para ella. A esa hora ya poda or a su hijo Jamie en la habitacin de al lado, parloteando en la cama con sus muecos de peluche.

Rpidamente, antes de que el nio se cansara de sus juegos, Susan se dio una ducha y prepar el caf. Casi estaba terminando de ponerse el maquillaje cuando su hijo empez a llamarla.

Mami! Mami, ven! grit el nio alegremente. Sonriendo, Susan se dirigi hacia la habitacin. Jamison Edward Spencer, de dos aos y medio, estaba de pie en la cama, vestido con un pijama azul y enredando un dedo en sus rizos castaos. Cuando ella entr en la habitacin, sus ojos se iluminaron de alegra. Mami, mami, mami!El nio haba heredado los ojos castaos de su madre y sus atractivos rasgos.

Hola, cario. Has dormido bien? pregunt Susan, inclinado su metro setenta y cinco para tomar al nio en brazos y besarlo ruidosamente en la mejilla. Despus de quitarle el pijamita, le puso un peto rojo y unas diminutas zapatillas de deporte y, mientras desayunaban tostadas con canela, puso en marcha el lavavajillas, coloc carne congelada en el horno y barri el suelo de la cocina. Cuando volvi a mirar el reloj, eran casi las siete de la maana.

Suspirando, se apoy en el palo del cepillo y observ a su hijo aplastar un trozo de tostada sobre la mesa. l era lo ms bonito en su vida, la imagen de la inocencia y el amor sin condiciones.

Apenas haba amanecido cuando lo llev al coche y lo coloc en su sillita de beb en el asiento trasero. Trabajar y cuidar sola de un nio era algo agotador, pero siempre sera mejor que seguir con su ex marido.

Tuvo que apretar los labios cuando record al padre de su hijo. Jamie era la luz de su vida, pero Troy Spencer haba sido exactamente lo contrario. Si hubiera sabido qu clase de marido y padre iba a ser, nunca se hubiera casado con l. Desgraciadamente, l haba mantenido en secreto su lado oscuro hasta que fue demasiado tarde.

Como siempre, sinti un escalofro al recordar el violento temperamento de Troy. Haba soportado los puetazos en la pared y los gritos, pero cuando haba intentado golpear a Jamie, Susan decidi que aquel hombre nunca volvera a hacerles dao.

Se haba marchado de casa con el nio y haba alquilado un pequeo apartamento. Su puesto en el banco como jefa de negociado le permita vivir modesta, pero cmodamente y, sobre todo, evitarle a su hijo la angustia de un padre como Troy.

Al principio no haba sido fcil. Sin familiares cercanos que la ayudaran, Susan se haba sentido sola a menudo y tena que trabajar muchas horas para poder mantener un nivel de vida apropiado.

El da que su divorcio fue definitivo, Troy la haba amenazado con pedir la custodia de Jamie, alegando que ella no tena medios suficientes para cuidar de l. Afortunadamente, meses ms tarde, l haba aceptado un trabajo a miles de kilmetros y se haba olvidado de todo.

Si una mujer profesional e independiente como ella no poda cuidar sola de su hijo, nadie podra hacerlo, se deca a s misma. Su meta era educar a su hijo para que fuera exactamente lo contrario de lo que era su padre. Jamie estara rodeado de amor y paciencia, no de arrebatos violentos.Gretchen! grit Jamie cuando llegaban a la guardera. El patio estaba lleno de columpios, toboganes y juegos para los nios.

Ya casi hemos llegado, cielo sonri Susan. En silencio, le dio las gracias a Gretchen Harris, la propietaria y directora del centro. Gran parte de su sueldo iba a aquel sitio, pero mereca la pena. Gretchen y su equipo eran maravillosas con los nios y ella no tena que preocuparse de nada porque saba que estaba perfectamente cuidado. Mientras Gretchen fuera la directora de la guardera, Susan saba que Jamie sera feliz en aquel sitio.

Mientras aparcaba el coche, Jamie coreaba alegremente el nombre de Gretchen y Susan sali del coche, deseando que el nio pudiera transmitirle algo de aquella energa infantil.Grant no pareca muy feliz mientras se diriga a la guardera. Su horario de trabajo en el bufete empezaba a las nueve, no a las siete de la maana y, aquel da, un gesto de irritacin ensombreca las atractivas facciones masculinas.

Al entrar en la guardera, haba podido percibir la mano de su hermana. En una de las paredes haba un mural con animales dibujados que, sin duda, haba sido obra suya. Ya desde pequea, a Gretchen le encantaba dibujar. Grant haba imaginado que estudiara Bellas Artes, pero, para su sorpresa, haba decidido dedicarse a los nios. Mirando aquel mural de animales, Grant se daba cuenta de que su hermana haba conseguido ambas cosas; era una pintora notable y, adems, la directora de una guardera. Juntos, Gretchen y l, formaban un todo completo, pensaba Grant. Ella era una mujer dulce y cariosa; l, un pragmtico hombre de leyes. Entonces, qu estaba haciendo all?, se preguntaba.Hola. T debes de ser Grant. Yo soy Cassie. Hablamos anoche por telfono lo salud una jovencita con mochila al verlo entrar.

Eres estudiante? pregunt l, estrechando su mano sin sonrer.

S. Vengo slo por las maanas. Denise y Sandy vienen por las tardes.

Y Elaine y Lois estn aqu todo el da, verdad?

S. Empiezan a las ocho. Gretchen, Mary Ellen y yo empezamos a trabajar a las siete.

Cuento contigo para que me digas lo que hay que hacer. Mi hermana no me ha explicado nada.El plan de trabajo est en el despacho explic ella, indicndolo que la siguiera a travs de una habitacin en la que haba un montn de sillas diminutas.En las otras ocasiones en las que haba visitado la guardera, Grant no haba prestado demasiada atencin a los muebles, pero en aquel momento se percataba de que todo all, las sillas, las mesas, los armarios, estaba construidos para gente diminuta. Por curiosidad, ech un vistazo al cuarto de bao anexo al despacho de su hermana y lanz un suspiro de alivio al ver que todo era de tamao normal.

En el despacho de Gretchen haba un plan de trabajo colgado en la pared en el que se especificaba qu deban hacer los nios cada da.

Ah est todo lo que hay que hacer explic Cassie. Y en los archivos puedes encontrar las normas de la guardera.

Y ese armario? pregunt l, sealando un pequeo armario en la esquina del despacho.

Ah est la informacin sobre cada uno de los nios contest Cassie, dirigindose al escritorio. En su agenda puedes encontrar los telfonos de todos los padres. Por cierto, te ha dado Gretchen las nminas de esta semana? Normalmente, nos paga los viernes.

S, las tengo contest l. l mismo haba ayudado a su hermana con la parte administrativa cuando haba abierto la guardera.

Cuando salieron del despacho, Grant se fij en una mujer que entraba con un nio en brazos.

El nio se llamaba Connor y, segn Cassie, siempre era el primero en llegar. En cuanto la madre se hubo marchado, la joven le inform de que haba que cambiarle el paal.

Quieres ver cmo se hace?

No estoy aqu para encargarme de ese tipo de cosas contest Grant, pasndose la mano por el pelo.

Lo s, pero quiz deberas aprender por si hay alguna emergencia.

Aunque la idea no le atraa lo ms mnimo, Grant tuvo que acceder con desgana.

Me temo que no tengo ninguna experiencia cambiando paales dijo, mientras Cassie le quitaba el pantaln al nio con manos expertas.

La mayora de los hombres no sabe hacerlo sonri Cassie. Mi novio desaparece cada vez que tengo que cambiarle los paales a mi sobrino.

Es territorio extrao para un soltero replic Grant.

Pero es muy fcil explic Cassie, soltando las tiras adhesivas del paal. Ves? Slo tienes que despegar las tiras adhesivas y el paal sale solo aadi, tirando el paal al cubo de la basura.

Mientras Cassie le pona polvos de talco, Connor sonrea a Grant, que lo miraba pensando que aquella cabeza calva le recordaba a la de cierto juez.Quieres ponerle el paal limpio? pregunt Cassie, cubriendo la desnudez del nio con una toalla.

Bueno, lo intentar contest Grant, apartando la toalla. Estamos entre hombres, verdad, Connor? No tenemos por qu sentir vergenza.

No hagas eso! grit Cassie. Demasiado tarde. Un chorro de lquido caliente empapaba en ese momento su camisa y, cuando volvi a mirar a Connor, el nio sonrea como si hubiera hecho una gracia.

Veo que la toalla no era para cubrir sus vergenzas sonri Grant.

No, lo siento ri Cassie, intentando secar su camisa con un papel de cocina. Lo mejor ser que te pongas un poco de agua. Yo le pondr yo el paal.

Grant se qued mirando su, anteriormente, inmaculada camisa blanca, preguntndose cmo poda limpiar una mancha de orina. Y entonces, record la maleta que segua guardada en el coche.

Ya haba amanecido y en el aparcamiento haba dos o tres coches adems del suyo, entre ellos un Ford Escort blanco que haba visto das mejores.

Estaba aparcado al lado de su Porsche y poda ver el redondo trasero de su propietaria envuelto en una falda negra, inclinndose hacia el asiento trasero. Cuando oy los gritos de protesta de un nio, se acerc para ofrecer su ayuda.

Ocurre algo?

La mujer del trasero redondo lo mir durante un segundo y despus volvi a mirar hacia el coche.

No ocurre nada contest. A Grant le pareca que s pasaba algo, pero no lo dijo. Unos segundos ms tarde, la mujer se volvi hacia l, frustrada. Es el cinturn. Parece que se ha atascado.

Estaba claro que no le haca ninguna gracia pedir ayuda y, cuando se irgui, Grant se dio cuenta de que era casi tan alta como l.

Momentneamente sorprendido al ver una cara tan atractiva, tuvo que hacer un esfuerzo para apartar los ojos y mirar al nio. Con aquellos ojos y aquel cabello castao, el cro era la viva imagen de su madre.

Quiere que eche un vistazo?

Si no le importa contest ella. Si no consigo sacarlo de ah, llegar tarde a trabajar.

Cuando Grant pas a su lado para meter la cabeza en el coche se dio cuenta de que ella ola a algo tropical, como papaya o fruta de la pasin y le hizo pensar en das tranquilos en una playa bajo el sol; un verdadero contraste con la cara de consternacin de la joven.Jamie lo mir con la misma suspicacia que su madre cuando se inclin hacia l para desabrochar el cinturn.

Puede desabrocharlo? pregunt ella, observando los zapatos italianos que asomaban por debajo de un pantaln de corte perfecto.

Creo que s contest Grant, luchando con la hebilla. Ya est aadi, saliendo del coche.

Cuando la mir, Susan sinti que el corazn le daba un vuelco. Era la primera vez en mucho tiempo que senta una reaccin fsica de aquel tipo ante un hombre y no le gustaba nada.

Gracias dijo ella muy seria.

De nada. Creo que debera llevar el asiento a que lo revisaran. O que lo revise su marido dijo l, bajando la vista hasta las manos de ella para comprobar si llevaba una alianza.

Susan no dijo nada. Estaba claro que l quera saber si estaba casada, pero no pensaba darle esa informacin. Automticamente, baj los ojos hacia las manos del hombre y vio que tampoco l llevaba alianza. Cuando se apart, Susan se inclin para sacar al nio del coche y, por el rabillo del ojo, vio que l se acercaba a un Porsche negro y abra el maletero. Mientras caminaba hacia la guardera con el nio en brazos, el hombre se coloc a su lado.

Deje que la ayude dijo l, intentando ayudarla con la bolsa que llevaba en la otra mano.

No hace falta, gracias contest ella. En los ojos del hombre not que no le gustaba el desplante. Parece que ha tenido un accidente sonri, al fijarse en la mancha de la camisa que llevaba puesta. No se preocupe, mi hijo tambin hace esas cosas.

Siempre lo pillan a uno desprevenido, verdad?

Susan sonri, pensando que no haba nada de malo en ser amable con otro de los padres.

Es verdad lo que dicen de los nios. Siempre hay que estar pendiente de ellos.

Estoy empezando a darme cuenta. Lleva mucho tiempo en la guardera? pregunt l. Susan not el inters que haba en sus ojos y tuvo que apartar la mirada.

Desde hace un ao contest ella. Mientras caminaban hacia la puerta, Susan se daba cuenta de que haba algo familiar en el rostro del hombre. Los hoyitos en las mejillas cuando sonrea, el color azul zafiro de sus ojos y el pelo de color miel le recordaban a alguien. Usted tambin trae a su hijo aqu?

No. Gracias a Dios, no. Slo estoy aqu paraAntes de que pudiera terminar la frase, Cassie asom la cabeza por la puerta para llamarlo.Grant, te llaman por telfono. Es del hospital.

Rpidamente, Grant entr en la guardera dejando a Susan perpleja.

Cuando Cassie la salud en la puerta, Susan mir alrededor, buscando a Gretchen.

Buenos das, Cassie. Dnde est Gretchen?

Ah, no te has enterado. Gretchen est en el hospital. Tuvieron que ingresarla anoche por una apendicitis.

Qu horror. Y cmo est?

Grant me ha dicho que sali bien de la operacin. Est hablando con el hospital ahora mismo.

Grant?Es el hermano de Gretchen. Su hermano gemelo.

En ese momento, Susan reconoci el parecido.

No saba que tuviera un hermano.

Ha venido un par de veces por aqu. Pero ahora tendrs oportunidad de verlo ms a menudo.

Susan se qued mirando a Grant desde la puerta del despacho. Desde luego, era uno de los hombres ms atractivos que haba visto en su vida.

Mary Ellen est de vacaciones, verdad?S. Va a estar en Europa durante tres semanas.

Y quin va a hacerse cargo de la guardera?

Yo.

Susan se dio la vuelta y, de nuevo, estuvo cara a cara con Grant.Captulo 2Usted? Susan ni siquiera se molest en esconder su sorpresa.

Yo contest Grant, mirndola a los ojos. Me llamo Grant Harris y voy a ocupar el puesto de mi hermana aadi, extendiendo su mano.

Encantada dijo ella, estrechando la mano del hombre con desgana. Yo soy Susan Spencer. Entonces, usted va a dirigir la guardera?

Slo hasta que Gretchen se recupere de la operacin.

Susan no saba si lo que vea en sus ojos era irona o un reto. Cmo iba aquel hombre tan atractivo e intimidador a cuidar de un grupo de nios pequeos? Gretchen Harris era dulce, clida y maternal y por eso ella se senta tan segura dejando a Jamie en sus manos. Pero el hermano de Gretchen era la anttesis de todas esas cualidades.

Dnde est Gretchen? empez a preguntar Jamie, como si hubiera intuido los pensamientos de su madre.

Cunto tiempo estar Gretchen en el hospital?

Un par de semanas, probablemente.

Y qu van a hacer los nios sin ella?

No se preocupe. Nos arreglaremos contest Grant, un poco molesto.

Eso no es tan fcil. Muchos de los padres creemos que Gretchen es irremplazable. Es usted profesor?

No. Soy abogado explic Grant, como si quisiera impresionarla.

Abogado?

Al menos podr encargarme de que todo funcione de forma legal intent sonrer l.

Seor Harris, no tengo ninguna intencin de dejar a mi hijo en manos de un abogado insisti ella. Su ex marido haba sido un buen abogado y un psimo padre.

Seora Spencer, soy un profesional y un hombre adulto. Estoy seguro de que sabr encargarme de un grupo de nios dijo l, con desdn.

Ya replic ella, mirando la mancha de su camisa.

No cree que pueda hacerlo?Tengo mis dudas admiti ella.

Slo soy el director. El resto del equipo seguir dando sus clases como hasta ahora y hemos llamado a una agencia de trabajo temporal para que enven dos profesoras ms.

Aquello no disip las dudas de Susan. La cuestin era que Gretchen no estaba y en su puesto estaba su antiptico hermano, que no saba nada sobre nios.

Cmo poda un abogado dirigir una guardera? Era ilgico pensar que alguien que estaba acostumbrado a tratar con lo peor de la sociedad pudiera hacerse cargo de las necesidades de un grupo de nios inocentes. Gretchen deba de haber estado desesperada cuando le pidi a su hermano que ocupara su puesto. Qu ocurrira si Grant Harris fuera un hombre como su ex marido?

No puedo aceptar esta situacin dijo ella con firmeza.

Pues me temo que no le queda ms remedio replic Grant, impaciente. Mi hermana est en el hospital y su ayudante est camino de Roma. Yo mismo ayud a mi hermana a abrir esta guardera y, lamentablemente, acabo de heredar su trabajo. As que, puede marcharse y cuidar a su hijo usted misma o dejarlo en nuestras manos. Usted decide.

Susan estaba indecisa. No conoca a nadie que pudiera cuidar de Jamie mientras ella iba a trabajar y no le gustaba tomar decisiones que no hubiera meditado antes. Encontrar una niera no era tarea fcil y haba que entrevistar y comprobar los datos de las candidatas antes de elegir a una que fuera de toda confianza. Sus padres vivan en Arizona y, si tena que quedarse en casa durante aquel tiempo, podra perder su trabajo. En el mundo ejecutivo haba una gran competencia y no poda arriesgarse.

Parece que no tengo eleccin, seor Harris. Afortunadamente, Cassie y Denise siguen aqu. Ellas se encargarn de los nios, no es cierto?

Por supuesto contest l.

Entonces, dejar a mi hijo aqu. Si Gretchen confa en usted, yo tambin tendr que hacerlo dijo ella por fin, abrazando a su hijo.

No le faltar ningn dedo cuando vuelva a buscarlo, se lo aseguro sonri l. Susan no le vea la gracia a aquel comentario y no le ayud nada que el nio se pusiera a llorar cuando lo puso en los brazos de Cassie. Puede confiar en m, seora Spencer. Cuidaremos de su hijo igual que lo hara Gretchen aadi Grant, acompandola hasta la puerta.

Otro hombre le haba dicho esas mismas palabras una vez y haba confiado en l. Pero no volvera a cometer aquel error.Si Gretch puede hacer esto, yo tambin. Al fin y al cabo, yo soy el ms listo de los dos. O eso le he dicho un montn de veces le estaba diciendo Grant a Jamie mientras miraban por la ventana a un nio que se acercaba a la guardera de la mano de una mujer despampanante, con tacones de aguja.

Grant se encontr a s mismo comparndola con la mujer que acababa de marcharse; la madre de Jamie era una de las mujeres ms inconscientemente atractivas que haba visto en su vida. Cuando Grant se inclin un poco hacia Jamie, not en su pelo el mismo aroma a frutas tropicales de que haba notado en su madre.

Al ver que llevaba un pauelo de seda y un montn de bolgrafos en el bolsillo de la chaqueta, Jamie pareca haber decidido que aquel Grant era un tipo interesante despus de todo y, para sorpresa del hombre, no quera apartarse de l.

Grant y su pequeo admirador se acercaron a la puerta para recibir a la mujer.

Hola, soy Grant Harris. El hermano de Gretchen.

Margaret Carruthers. Encantada dijo la mujer, pasando a su lado como una exhalacin.

Si tiene un minuto, le explicar por qu estoy aqu intent decir l.

Lo siento, pero no tengo tiempo. Randall no ha querido desayunar en casa dijo la mujer mientras le quitaba el anorak con movimientos rpidos. Pueden prepararle algo aqu? pregunt sin mirarlo. Una tostada sin mantequilla, por ejemplo. Y con mermelada de fresa aadi la mujer como si estuviera dndole rdenes a su criada. Y tendrn que vigilarlo despus, porque es cuando le gusta ir al bao. Ya me entienden.

Grant no entenda nada. Tena que llevar al nio al servicio?

Despus, la seora Carruthers le dio un beso al nio y sali de la guardera despidindose de Cassie a toda prisa y dejando tras ella un aroma a perfume caro, bien distinto del de Susan Spencer.

De nuevo, Grant empez a pensar en ella. Aquella mujer pareca haber dejado una huella difcil de borrar.

Grant se qued mirando a Randall con el corazn encogido. El nio tena un dedo en la boca y lo miraba como si esperase algo.

Cassie, puedes ayudarme?

Hola, Randall sonri Cassie. Cmo ests?

Su madre ha dicho que tiene que desayunar aqu y que luego habr que vigilarlo.

Ah, claro. Suele hacerlo en una esquina. Si ves que se pone colorado, llvalo al bao corriendo sonri Cassie. Bueno, voy a darles una tostada a los dos aadi para alivio de Grant, que intentaba despegarse a Jamie de su pierna, a la que pareca estar pegado con velero. Pero el alivio de Grant dur poco. Slo haba tenido tiempo de colocarse la corbata cuando empez a llegar el resto de los clientes de la guardera y, en aquel momento, los duros criminales a los que tena que enfrentarse diariamente empezaron a parecerle ms fciles de tratar que aquel grupo de enanos.Susan estaba mirando el informe que tena sobre el escritorio, sin verlo. No poda dejar de ver la cara de su hijo sollozando cuando lo haba dejado en brazos de Cassie.

Habra dejado de llorar?, se preguntaba. Susan alarg la mano para descolgar el telfono, pero la apart inmediatamente. Llamar a la guardera no servira para nada porque Gretchen no estaba all para calmar sus nervios. Grant le dira que no haba ningn problema y las empleadas estaran demasiado ocupadas como para ponerse al telfono. Y ella senta como si una mano le oprimiera el corazn.

Buenos das. Tienes un momento?

Susan levant la mirada y se alegr al ver a Melanie Baker, su compaera de trabajo.

Claro.

Me gustara que echaras un vistazo a estas solicitudes de prstamo. T tienes mejor instinto empez a decir Melanie. Pero, de repente, se qued callada. Qu te pasa?

Nada. Jamie se ha puesto a llorar cuando lo he dejado en la guardera esta maana.

Ya entiendo asinti Melanie. Mi hijo sola llorar todas las maanas. Y con razn.

Por qu? Qu pasaba? pregunt, preocupada.

Porque las empleadas de la guardera no se ocupaban de l. No te lo haba contado? Nunca me habra enterado si no hubiera ido a buscarlo un da antes de la hora. El pobre estaba llorando como loco en una habitacin mientras la chica que tena que cuidar de l y de los otros nios estaba en otra viendo la televisin.

Qu horror susurr Susan.

Yo crea que las pequeas guarderas funcionaban perfectamente, pero ya ves No quiero decir que todas las guarderas sean iguales, claro.

Te entiendo suspir Susan. Yo tambin he odo cosas. Pero creo que la guardera de Jamie es maravillosa. Al menos lo ha sido hasta ahora. La directora se ha puesto enferma.

Por eso tienes esa cara?

Jamie le tiene tanto cario a Gretchen que estoy preocupada por l ahora que ella no est all asinti ella. Y lo peor de todo es que ha dejado un hombre en su puesto.

No me extraa que ests preocupada.Ya sabes los problemas que tuve con mi ex marido explic Susan. Y me resulta difcil confiar a mi hijo a otro hombre, aunque sea el hermano de Gretchen.

Ests pensando cambiarlo de guardera? No estoy segura.

Que tu ex marido fuera un desastre no quiere decir que todos los hombres lo sean, Susan. Pero si no quieres dejarlo en esa guardera, puedo darte una lista de las que yo conozco ofreci la mujer. No perders nada por hacerlo. Al fin y al cabo, tu hijo tiene que pasar muchas horas all.

Cuando Melanie se hubo marchado, Susan se qued pensando. Su compaera tena razn. Si no se encontraba a gusto dejando al nio en manos de aquel hombre, no tena por qu hacerlo. No confiaba en los hombres despus de la experiencia con su marido y no tena que sentirse culpable por ello.

Puede confiar en m, le haba dicho Grant Harris. Cuntas veces le haba dicho lo mismo su ex marido?

Su instinto le deca que tena que buscar otra guardera para su hijo, pero primero decidi comprobar por s misma si Jamie se encontraba bien.La maana transcurra con relativa tranquilidad y Grant Harris estaba encantado. Pero la tranquilidad desapareci en cuanto los nios averiguaron que tenan tarta de chocolate como postre.

Por qu gritan de esa forma?

Porque es un postre especial contest Cassie, sacando un enorme recipiente del horno.

Y qu tiene de especial? Por cierto, no te olvidas de los cubiertos?

Eso es lo que tiene de especial. Una vez cada dos o tres semanas, combinamos la comida con el arte. Pintan con la tarta y, si tienen hambre, se comen lo que han pintado.

Y de quin es esa brillante idea? pregunt Grant, perplejo.

De Gretchen.

Me lo tena que haber imaginado. No crecer nunca! Y no le importa el lo que se arma?

No. Despus, nos ayuda a limpiarlo.

Pues a m no me mires dijo Grant, levantando la mano a la defensiva.

Pero, claro, no tena otra alternativa. Hasta que llegaran los profesores sustitutos, no tendra ms remedio que quitarse la chaqueta y ponerse a ayudar.

Espera dijo Cassie, colocndole un pao de cocina en el pecho y otro en la cintura. As te manchars menos.

Los nios estaban encantados. Una tercera parte del pastel se convirti en obra de arte y el resto fue consumido vidamente por los crios que disfrutaban como locos con aquel juego.

Para empeorar las cosas, Cassie puso un disco que a los nios les gustaba cantar y Randall se encontr dando palmas para seguir el ritmo.

Fue entonces, en medio de aquella cacofona de gritos, msica y palmas cuando Susan entr en la guardera.

Cuando Grant la vio, emiti un sordo gemido de angustia. Por qu tena que llegar justo en el momento en el que estaba cubierto de paos manchados de chocolate?

Puedo ayudarla? pregunt, con toda la dignidad de la que fue capaz.

Qu est pasando aqu? pregunt ella, sorprendida. Dnde est mi hijo?

Est bien, no se preocupe. Est ah, comiendo chocolate seal l.

Si hubiera dicho que el nio estaba cubierto de chocolate, la imagen hubiera sido ms exacta. Y si hubiera sabido que la madre iba a ir a buscarlo antes de la hora, lo hubiera regado con una manguera.

Susan se relaj cuando vio a su hijo jugando felizmente con los dems.

En ese momento, Jamie vio a su madre y se lanz hacia ella con los brazos abiertos. Para sorpresa de Grant, ella lo abraz, tarta de chocolate incluida. El beso del nio le dej una marca marrn en la cara y Grant tuvo que hacer un esfuerzo para no limpiarla con la lengua.

Sorprendido por el repentino deseo, tuvo que apartar la mirada. Lo ltimo que necesitaba era ese tipo de fantasas con las madres de los nios.

Esto ocurre tambin cuando Gretchen est en la guardera? pregunt ella.

Si ocurre qu? pregunt l a su vez con aire de inocencia.

Este caos.

Conociendo a mi hermana, estoy seguro de que s contest l. Ellos son nios y esto es tarta de chocolate.

Est seguro de que ella sabe lo que estn haciendo? volvi a preguntar Susan mirando un trozo de tarta que volaba por la habitacin. A Grant no le haca ninguna gracia que ella cuestionara su autoridad, pero no tena tiempo para defenderse porque Randall estaba llenando el pelo de Tommy de chocolate y tena que poner fin a aquello inmediatamente. Cre que haba dicho que slo iba a encargarse de la parte administrativa insista ella.

A Grant no le haca ninguna gracia su actitud. Desde que le haba dicho que era abogado, aquella mujer pareca mirarlo como si fuera un gusano. Fue un alivio cuando Cassie le dijo que haba una llamada para l.No puedo explicarle nada ahora, pero su hijo est bien. Ms que bien. Y cuando vuelva a buscarlo, estar limpio y reluciente dijo, antes de entrar en el despacho de su hermana.

Ni siquiera haba terminado el da y ya tena problemas, pensaba.

Mientras hablaba por telfono, vio lo mismo que estaba viendo Susan Spencer. A Joey metindose el chocolate en la boca con las dos manos y a Katy pintndose el pelo con l. Por qu se haba dejado convencer por su hermana para aquella locura?

Su nica meta para aquel da era sobrevivir.Captulo 3Adis se despidi la ltima nia. Hasta maana. Y gracias aadi su madre.

A usted contest Grant, agotado. Ira a visitar a su hermana al hospital y despus se ira a dormir, pensaba. Durante horas y horas.

Pero, cuando mir alrededor, descubri a un pequeo sentado en el suelo intentando hacer un rompecabezas de madera. Eran las seis y media, hora de cerrar, pero la madre de Jamie no haba ido a buscar a su hijo. Suspirando, se acerc al cro y se tumb en el suelo a su lado, con la cabeza apoyada en una mano. Grant haba echado un vistazo al archivo y se haba enterado de que Jamie era el producto de un hogar roto. Otro ejemplo de lo que ocurra cuando un matrimonio fracasaba. A quin poda extraarle que l no quisiera saber nada de esa institucin?

Grant sonri el nio mostrndole una pieza del rompecabezas que pareca un saxofn.Necesitas ayuda, chaval? pregunt, sintiendo simpata por el cro. l mismo era el producto de un matrimonio infeliz.

No contest el nio.

Quieres hacerlo t solo? sonri. Mira la pieza. Tiene forma de S aadi, dibujando una S en el aire. Jamie segua buscando el lugar adecuado para la pieza, torcindola y colocndola de diversas maneras, con la tenacidad de un carpintero empeado en que entrara de cualquier forma. Cuando por fin consigui colocarla en su sitio, su cara se ilumin. Muy bien. Ahora slo te quedan dos piezas ms.

Ya est! exclam el nio, orgulloso cuando coloc la ltima pieza.

Ya est repiti Grant. Bien hecho, Jamie.

El pequeo empez a rerse y tom el rompecabezas con sus dedos regordetes para darle la vuelta y enviar las piezas volando por todas partes.

Veo que quieres hacerlo otra vez susurr Grant, burln. Mientras Jamie colocaba las piezas, l empez a hacer balance de aquel primer da de trabajo.

Despus del primer impacto al ver a tantos nios juntos, no se le haba dado tan mal. Por supuesto, las empleadas lo haban rescatado en ms de una ocasin, pero despus del incidente del pip, haba conseguido mantenerse seco. O casi, porque haba que exceptuar la salsa de tomate, la saliva y las manchas de chocolate de su camisa.

Y haba aprendido algo muy importante; no poda darle la espalda ni siquiera a la cara ms angelical porque el resultado poda ser catastrfico.

Bostezando, volvi a mirar el reloj. Las siete menos cuarto. Dnde estaba la madre de Jamie? Cerrando los ojos, volvi a recordar su encuentro con ella aquella maana.

Lo intrigaba aquella mujer tan atractiva y le gustaba su cara, enmarcada por el largo cabello oscuro. En sus ojos castaos haba visto una luz clida hasta que le haba dicho quin era.

Adems del parecido fsico, el nio pareca tan independiente como su madre. Grant lo haba estado observando durante todo el da y se haba dado cuenta de que no quera que lo ayudaran a hacer las cosas.

Igual que su madre, pensaba Grant, recordando la desgana con la que ella lo haba dejado ayudarla con el cinturn. Desde luego, no era el tipo de mujer con la que uno pudiera tener fantasas.

Cuando oy la puerta, Grant levant la mirada y se encontr con la mujer en la que estaba pensando. Por la maana le haba parecido tan seria y estricta como un guardia, pero en aquel momento pareca exhausta.

Qu est pasando aqu? pregunt. Grant, que hasta aquel momento haba sentido simpata por ella, se pregunt por qu lo estaba mirando como si tuviera a su hijo atado y amordazado.

Buenas tardes, seora Spencer dijo l sarcstico, levantndose.

Por qu no le est leyendo un cuento?Porque est haciendo un rompecabezas.

Se supone que no debe estar haciendo eso. Su programa de educacin individual dice que a esta hora debera estar oyendo cuentos. Gretchen lo sabe muy bien.

Yo no soy Gretchen, seora Spencer le record l con frialdad.

Obviamente replic ella, tomando al nio en brazos. Te encuentras bien, Jamie?

Grant se puso a mirar al techo. Aquella pregunta deba de resultarle tan ridcula al nio como a l, porque empez a dar patadas para volver al suelo.

Bjame protestaba el cro.Ha dormido la siesta?

S. Y ha comido a su hora, como el resto de los nios.

Ella lo miraba como si no lo creyera.Tenemos que irnos a casa, Jamie le dijo al nio con voz suave.

Noooo. Quiero jugar segua insistiendo Jamie, intentando soltarse de los brazos de su madre.

Tenemos que irnos a casa a cenar insista ella con firmeza.

No replic con la misma firmeza el nio haciendo un puchero.

No tienes hambre?

Debera tener hambre. Son casi las siete contest Grant.

S muy bien qu hora es replic ella, mirndolo.

Cerramos a las seis y media. Y su hijo no est llorando porque le haya dejado hacer un rompecabezas en lugar de leerle un cuento.

Nunca haba tenido problemas para llevrmelo a casa acus ella.

Pues tiene suerte. Es el primer nio en llegar y el ltimo en marcharse.

Qu quiere decir con eso, seor Harris?

Usted trabaja muchas horas, seora Spencer. Y lo lgico es que un nio se ponga nervioso despus de pasar tanto tiempo sin su madre.

Durante un segundo, Grant vio la vulnerabilidad de aquella mujer reflejada en sus ojos, pero desapareci enseguida. No iba a dejarse intimidar.

Quin estar a cargo de la guardera maana? pregunt ella, mirndolo a los ojos.

Grant no poda dejar de admirar el carcter de aquella mujer. Y era realmente preciosa.Yo.

Grant observaba las reacciones que despertaba su respuesta. Ansiedad, preocupacin, determinacin, resignacin. Qu mujer tan compleja pareca ser aqulla.

Ya veo dijo ella por fin, dirigindose hacia la puerta con el nio en brazos.

Buenas noches, Jamie dijo Grant, acompandolos. Nos veremos maana aadi. O no?

Susan sali de la guardera sin decir una palabra y Grant la observ hasta que estuvo dentro del coche.

Quiz haba sido un poco grosero con ella, se deca. Quiz haba mostrado una confianza exagerada, pero crea que las cosas seran diferentes al da siguiente.Jamie se qued dormido en el coche y, despus de cenar, Susan le ley un cuento mientras lo meta en la cama.

Cuando el cro estuvo dormido, sac la lista de guarderas que le haba dado su amiga Melanie y llam a todos los nmeros. Media hora ms tarde, no haba encontrado plaza para su hijo en ninguna de ellas.

Mientras limpiaba la cocina, intentaba no pensar en su problema. Aunque, en realidad, no era la guardera en lo que estaba pensando, sino en el hombre que la diriga. Aunque odiaba admitirlo, la autntica razn por la que estaba buscando una nueva guardera para su hijo era la extraa atraccin fsica que senta por Grant. Haba mucho tiempo que no senta algo as. Desde su divorcio, haba evitado a los hombres y acababa de descubrir que, a pesar de lo que le deca su cabeza, su corazn se aceleraba cada vez que ese hombre estaba a su lado.

Y todo por culpa de aquellos ojos azules. La haba pillado con la guardia bajada y a Susan no le gustaba en absoluto. Poda ser peligroso tanto para ella como para Jamie.

Saba que era una irresponsabilidad intentar cambiar a Jamie de guardera porque el nio adoraba a Gretchen. Sera muy duro para l y Gretchen volvera al trabajo en cualquier momento, as que decidi esperar.

Cuando son el timbre de la puerta, se sec las manos y fue a abrir. Era Linda Blake, su vecina.

Me puedes prestar un poco de pegamento? pregunt. Jenny tiene que terminar un proyecto y nos hemos quedado sin l.

Claro. Entra sonri Susan. Creo que lo tengo en la cocina.Dnde est Jamie? pregunt Linda.

En la cama. Ha tenido un mal da en la guardera.

Cre que le encantaba.

Y le encanta dijo Susan. Despus le explic que Gretchen estaba en el hospital y que, durante unas semanas, su hermano se haba hecho cargo de todo.

Y qu vas a hacer?

He llamado a otras guarderas dijo, encogindose de hombros pero no haba plaza aadi, sacando el pegamento de un cajn. Toma. Me lo puedes devolver maana.

Gracias dijo Linda. Si no quieres llevarlo a la guardera, puedes dejar a Jamie conmigo hasta que vuelva Gretchen.

Muchas gracias, pero s que sera una molestia sonri Susan. Linda tena cuatro hijos y saba que cuidar de otro ms sera imposible.

No me molestara, de verdad. Maana tengo que ver a mi abogado a las tres, pero para entonces Steven ya habr vuelto del colegio y se quedar con los nios.

No me digas que tienes problemas con Jonathan otra vez?

Jonathan era el ex marido de Linda y, aunque Susan no lo conoca, saba que era un hombre muy conflictivo.

Me ha estado amenazando contest Linda, incmoda. Sabe que me han dado un aumento y quiere dejar de pasar la pensin de los nios.

Vais a volver a los tribunales?

Yo creo que slo quiere molestarme, como siempre. Mi abogado dice que, aunque llevara el caso a los tribunales, no tiene ninguna posibilidad. Seguro que no quieres que me quede con Jamie maana?

Aunque la oferta era tentadora, Susan saba que no poda aceptarla.

T ya tienes que ocuparte de demasiadas cosas, Linda. Muchas gracias, de todas maneras. Pero me gustara que me hicieras un favor. Si Steven no tiene nada que hacer esta noche, me gustara que se quedara un rato cuidando de Jamie mientras voy al hospital a ver a Gretchen. No tardar mucho aadi, mirando su reloj. La hora de visita est a punto de terminar.

Ningn problema. Le dir que venga ahora mismo.

De camino al hospital, Susan compr un ramo de margaritas para Gretchen, pero cuando entraba en el vestbulo se encontr con Grant Harris.

Gretchen se encuentra bien?

S, pero me temo que est dormida. Susan esperaba que le dijera algo sobre la hora que era, igual que le haba recordado que haba ido a buscar a su hijo demasiado tarde, pero l no dijo nada y simplemente se qued mirndola.

Haba venido a traerle estas flores empez ella a explicar, nerviosa. Para animarla.

Y slo ha venido para eso? pregunt l, escptico.

Por qu otra razn iba a venir?

No tiene que hacerse la tonta conmigo, seora Spencer. S muy bien que desaprueba mi presencia en la guardera.

Y cree que he venido para decrselo a su hermana, que est convaleciente de una operacin? pregunt ella, indignada. Qu clase de persona cree que soy?

Est diciendo que ha venido slo como amiga?

Claro! insisti ella, acalorada. Pero como veo que es usted tan suspicaz, dejar aqu las flores para que las lleve la enfermera aadi, dndose la vuelta hacia la recepcin, con las mejillas coloradas de furia.

Aquel hombre era insufrible!, pensaba mientras conduca de vuelta a casa. Al da siguiente volvera a buscar otra guardera para Jamie. Hara lo que hiciera falta para que Grant Harris no volviera a verla ni a ella ni a su hijo. Desde luego, no pensaba volver a soportar esa actitud. Ese hombre no saba nada de niosA la maana siguiente, Susan no poda abrir los ojos. Incluso la tenue luz del amanecer la molestaba y senta que la cabeza le iba a estallar. Otra de sus jaquecas.

El dolor que senta mientras se daba la vuelta en la cama era tan fuerte que tuvo que llamar a su vecina.

Linda? susurr en el auricular.

Susan? inquiri su amiga. Te encuentras bien?

Me duele mucho la cabeza. Podras quedarte con Jamie durante un par de horas? Si me tomo ahora las pastillas, se me pasar enseguida.

Ahora mismo voy.

No llames al timbre rog Susan antes de colgar.

Linda estaba esperando en la puerta cuando Susan la abri con Jamie en brazos y, con una sonrisa, tom al nio medio dormido.

Quieres alguna otra cosa?

Llama a la guardera y diles que Jamie no va a ir hoy. Yo voy a volver a la cama. Muchas gracias, Linda. Te debo una.

Linda asinti, familiarizada como estaba con los dolores de cabeza de Susan, que haban desaparecido desde su divorcio. Evidentemente, algo estaba ocurriendo si las jaquecas haban vuelto.

Que duermas bien dijo Linda, cerrando la puerta con cuidado.Cuando Susan se despert, el dolor haba desaparecido, dejando en su lugar una sensacin de mareo, pero cuando mir el reloj se qued horrorizada. Eran las seis y media de la tarde. Haba estado durmiendo todo el da. Rpidamente, marc el telfono de Linda.

Mi madre no ha vuelto todava contesto su hijo Steven.

Cmo est Jamie?

Bien. Estamos comiendo perritos calientes. Te apetece uno?

No, gracias contest Susan, sintiendo una nusea. Pero gracias por ofrecrmelo. Si Jamie est bien, voy a correr un ratito. A veces es lo mejor para mi cabeza.

Vale. Puedes venir a buscar a Jamie cuando quieras, porque hoy no tengo deberes.

Gracias por salvarme la vida, Steven.

Susan se puso un chndal y unas zapatillas de deporte a toda velocidad. Correr un poco ayudara a que desapareciera la sensacin de mareo, pero deseaba volver junto a Jamie lo antes posible.

El aire vespertino era agradable y corri durante un rato, dejando que el ejercicio aclarase su cabeza. Pero no haba comido nada en todo el da y, al tropezar en un agujero del pavimento, sus piernas no tuvieron fuerzas para sujetarla.

Ay! exclam, sujetndose a lo primero que encontr; un chndal oscuro bajo el cual pareca haber un slido pecho masculino.

No esperaba verla hoy.

Al or aquella voz familiar, Susan levant la cabeza y, sobresaltada, se encontr frente a frente con los ojos azules de Grant Harris.

Ah hola.

Esto es lo que hace cuando le duele la cabeza? Correr?

Susan se dio cuenta de que an segua sujetndose a su pecho y se solt inmediatamente.

Supongo que piensa que no he llevado a Jamie a la guardera por usted.

Y no es as?

Claro que no contest ella, indignada. No dejara la guardera sin haberlo notificado antes aadi, sintindose culpable.

Entonces, est pensando en buscar otra? pregunt l, mirndola tan fijamente a los ojos que Susan sinti un escalofro.

No poda evitar darse cuenta de lo guapo que era aquel hombre. El pantaln corto mostraba sus fuertes muslos y, con el pelo despeinado por el viento, pareca an ms atractivo.

Jamie ir a la guardera maana dijo ella con firmeza. Ya no me duele la cabeza y no puedo perder otro da de trabajo.

A qu se dedica, exactamente? pregunt Grant.Soy jefe de negociado en un banco.Vaya. Eso lo explica todo.Qu es lo que explica?

Por qu siempre parece tan tensa.

No estoy tensa.

No me diga? ri l. Susan prefera no discutir con aquel hombre. De hecho, lo que tena que hacer era alejarse de l lo antes posible, pero sus piernas no parecan responder a su cerebro. Cuando fue a moverse, se tambale y Grant volvi a sujetarla, pero ella lo apart de un manotazo. Ser mejor que me deja acompaarla a casa.

Demasiado dbil para protestar, Susan dej que la acompaara y, cuando llegaron al apartamento, l insisti en subir y ayudarla a sentarse en el sof.

Dnde est Jamie?

En casa de una vecina.

Puede quedarse all un rato ms?

Lleva all todo el da y tengo que ir a buscarlo dijo ella, intentando levantarse. Pero Grant se lo impidi.

No se levante. Ha comido? pregunt. Ella neg con la cabeza. Sintese. Le traer algo de comer.

Debera haber comido algo antes de salir a correr, se deca a s misma mientras le oa abrir la nevera. No haba podido dejar de pensar en l desde el da anterior y que la viera en esas condiciones la haca sentir incmoda. Normalmente, nunca estaba enferma y haba tenido que marearse precisamente delante de l.

Tome. Cmase esto indic l, entrando de nuevo en el saln con un t y un pltano en la mano.

Susan hizo lo que le peda, esperando que se diera por satisfecho y se fuera lo antes posible. Haba luchado mucho para no necesitar a un hombre en su vida. Depender de alguien que no fuera ella misma era un lujo que no se poda permitir y saba que, con un slo guio, Grant hara que se olvidase de todas sus convicciones.

Pero no era un guio lo que haca que su pulso se acelerase. Era la ternura que haba en aquellos ojos azules lo que haca que se sintiera tentada de dejarle hacer. Cmo sera ser acariciada por un hombre como Grant Harris?, se preguntaba. Aquel pensamiento hizo que se pusiera colorada.

Puede marcharse cuando quiera dijo ella cuando termin el t. Ya me encuentro bien.Por su expresin, se daba cuenta de que l no la crea. Sentndose a su lado en el sof, Grant le puso la mano en la frente para tomarle la temperatura.

Tiene fiebre.

Claro qu la tena. Cmo no iba a tenerla si aquel hombre la miraba como si fuera una pieza de porcelana a punto de romperse?

El t estaba muy caliente.

Y su pulso est acelerado aadi l, sujetando su mueca.

He estado corriendo replic ella, apartando la mano. Estoy bien. De verdad aadi, mordiendo el pltano y rezando para que se fuera. Pero no lo hizo. De verdad, ya me encuentro bien.

Quiere que vaya a buscar a Jamie?

Susan estuvo a punto de decir que s. Por una vez, le hubiera gustado que un hombre la ayudara con su hijo.

No, gracias dijo por fin. Jamie y yo nos arreglamos solos.

Se sinti un poco decepcionada cuando l no insisti y tuvo que recordarse a s misma que Grant no era ms que el hermano de Gretchen y que no tena por qu sentir nada por l. Sin embargo, mientras lo vea caminar hacia la puerta, en lo nico que poda pensar era en cmo le haba gustado sentir los dedos del hombre en su piel.Captulo 4El sbado amaneci lluvioso y Susan hizo un gesto de fastidio al despertarse. Le hubiera gustado que luciera el sol para salir al campo a jugar con su hijo.

Sin embargo, la lluvia segua cayendo sin cesar y, a media tarde, se senta como un tigre enjaulado. Jamie no paraba de correr por la casa y Susan decidi ir a la piscina del gimnasio para hacer algo de ejercicio.

Para alivio de Susan, haba poca gente y los dos pudieron jugar y chapotear de lo lindo. Por primera vez en mucho tiempo, se senta alegre y feliz.

O al menos as era hasta que ech un vistazo al cristal que separaba la piscina del gimnasio. All, con las manos en los bolsillos del pantaln, estaba Grant Harris observndolos.

Cuando sus ojos se encontraron, l sonri con una expresin irnica y ella le devolvi la sonrisa como pudo, rezando para que desapareciese antes de que tuviera que salir del agua. Lo ltimo que deseaba era que Grant Harris la viera en baador.

Pero Grant no se mova y, cuando se sent en un banco para observarlos con ms comodidad, el corazn d Susan empez a dar saltos. Jamie no tardara mucho en verlo y el grito de alegra del nio le dio la razn. Jamie insista en salir de la piscina para ir a saludar a su nuevo amigo y Susan no tuvo ms remedio que hacerlo.

Mientras se diriga hacia el cristal con el nio de la mano, no poda dejar de notar la mirada de Grant clavada en ella. Le hubiera gustado taparse con la toalla, pero estaba al otro lado de la piscina, as que se mantuvo tan recta y digna como pudo.

Jamie saludaba a Grant con la manita en el cristal y l le devolva el saludo cariosamente. A pesar de ello, Susan no pudo dejar de notar la mirada ardiente del hombre cuando la recorri con sus ojos y se sinti agradecida cuando los escalofros del nio le ofrecieron una excusa para apartarse de all. Tomando a Jamie en brazos, se dio la vuelta para dirigirse a los vestuarios y, mientras caminaba, notaba los ojos de Grant clavados en su espalda.

Una vez dentro de los vestuarios, Susan tard largo rato en ducharse y vestirse para que Grant no estuviera esperndolos en el vestbulo.

Pero no tuvo suerte. Grant estaba sentado en un silln al lado de la mquina de refrescos, tomando agua mineral y, aparentemente, esperndolos.

Lo ha pasado bien?

Muy bien, gracias contest ella. Me sorprende encontrarlo aqu.

Negocios sonri el hombre.

Qu? No me diga que va a demandar al gimnasio por tener una piscina para nios? pregunt ella, irnica.

Es usted una mujer encantadora, pero no entiendo por qu me tiene tanta antipata dijo l, borrando la sonrisa de sus labios. El hecho de que se refiriera a ella como una mujer encantadora envi un ligero temblor por el cuerpo de Susan. Qu es lo que tanto le molesta de los abogados? Que defiendan los derechos de la gente? sonri de nuevo, sarcstico. Susan se ruboriz. En ese momento, Jamie vio la mquina de refrescos y empez a pedir algo de beber. Le importa si le compro un zumo al nio? pregunt Grant, sacando unas monedas del bolsillo.

No contest Susan.

Quiere usted otro?

Prefiero compartirlo con Jamie contest ella. Despus, no tuvo ms remedio que sentarse con Grant mientras el nio se tomaba el zumo.Jamie nada muy bien.

Hubo un silencio incmodo y, para disimular, Susan empez a buscar un juguete dentro de la bolsa para drselo a Jamie.

He ido a ver a Gretchen dijo Grant, observando al nio jugar con el coche sobre la mesa.

Cmo est? pregunt Susan.

Mucho mejor. Me ha dicho que le d las gracias por las flores del otro da. Ha intentado llamarla, pero no estaba usted en casa.

No suelo estar mucho en casa dijo Susan, apartando la mirada. Usted no se parece nada a su hermana dijo, de repente.

No cree que nos parezcamos?Bueno, se parecen fsicamente, pero nada ms.

Si lo que est intentando decirme es que mi hermana es muy buena con los nios y yo no, no hace falta que lo haga.

Yo creo que ellaEst ms acostumbrada a seguir las normas. Es eso lo que iba a decir?

No. No era eso lo que iba a decir.

No?

No.

En silencio, se miraron uno a otro durante unos segundos hasta que ella apart la mirada.

Debera haberse secado mejor el pelo, pensaba Susan. l estaba impecable con su traje de chaqueta y ella se senta incmoda. No estaba preparada para tratar con un hombre como Grant.

Cada vez que se encontraba con l se senta como pez fuera del agua. No saba por qu, pero no lograba comportarse de forma natural.

Cuando estaba dispuesta a anunciar que tena que irse, una mujer que pareca salida de un catlogo de ropa deportiva se acerc a ellos.

Tengo que irme. El deber me llama dijo Grant, levantndose. Susan se preguntaba qu clase de deber era aquel. La mujer llevaba un leotardo tan pegado al cuerpo que no dejaba duda de su condicin fsica, pero Susan se dio cuenta de que no estaba sudando en absoluto. Y la sonrisa que lanz sobre Grant no tena nada que ver con una fra sonrisa profesional. Nos veremos aadi, acariciando el pelo del nio.

Susan se percat de que la rubia tomaba a Grant del brazo para llevarlo a su despacho y le hubiera encantado or lo que estaban diciendo.

Molesta por aquellos pensamientos, tom a Jamie de la mano y se dirigi hacia la puerta. Lo que Grant Harris hiciera con su vida privada no era cosa suya, pero no poda evitar sentirse desilusionada al pensar que l no haba estado esperndola, como haba pensado al verlo en el vest bulo. Haba estado esperando a la rubia, y tena que reconocer que eso no la haca feliz en absoluto.Dmelo!

No, es mo!

Ya estamos otra vez susurr Cassie cuando vio a Randall y a Kathy pelendose por un mueco de peluche. Creo que Gretchen debera cobrarle el doble a estos dos. Son los Bonnie y Clyde de la guardera.

Ocurre a menudo? pregunt Grant.

Todos los das. Hemos intentado separarlos durante un rato y poner a cada uno en una esquina, pero aprovechan el intermedio para preparar nuevas trastadas.

Mientras hablaban, Randall le peg a Kathy una patada en la espinilla y la nia se lanz sobre l blandiendo los puos.

Yo lo arreglar dijo Grant, separando a los nios.

Ha sido Randall insista Kathy.

De eso nada. Ha sido ella.

Aplicando la nica experiencia que tena, Grant sent a Randall en una silla y despus coloc a Kathy en otra frente a l.

Sabis lo que es un tribunal? pregunt. Los nios lo miraron sin entender. Es donde se decide si la gente ha sido buena o mala aadi, aclarndose la garganta. Los nios lo miraron con inters. Vamos a ver si habis sido buenos o malos y, despus, el jurado decidir qu hay que hacer al respecto.

Qu es un jurado? pregunt Randall.

Grant agrup al resto de los nios frente a ellos.

Ellos sern el jurado.

Entrando en el espritu del juego, Cassie coloc las sillas a un lado, como si fueran un jurado de verdad y los nios se sentaron encantados, esperando pasarlo en grande.

En un tribunal sigui Grant, hay testigos.

Yo quiero ser eso dijo uno de los mayores. Quiero ser un testigo.

Escondiendo una sonrisa, Grant coloc al nio en una silla aparte.

Marcus. Has visto la pelea de Randall y Kathy?

S.

Has visto cmo ha empezado?

S contest Marcus moviendo los pies. Con el pelo enredado y manchas de pintura en la cara no pareca el testigo ms responsable del mundo, pero tampoco era el peor.

Puedes contarme cmo ha ocurrido?Kathy le ha quitado el mueco a Randall y luego le ha pegado. As interpret Marcus, golpeando la silla. Y luego, se ha puesto a gritarGrant le puso la mano en la boca para evitar que lo hiciera.

Ests diciendo la verdad y nada ms que la verdad?

Hay que decir siempre la verdad. Mi madre lo dice.

Gracias. Puedes bajar del estrado sonri Grant. Marcus se desliz de la silla muy serio. Hay algn otro testigo de la pelea? pregunt. Varias manos se levantaron alborozadas y cada uno tuvo su turno en la silla. Randall y Kathy miraban fascinados aquel juego. Pronto estuvo claro que, aquella vez, la culpable haba sido Kathy y, cuando Grant se lo hizo saber, la nia empez a hacer pucheros. Rpidamente, Grant se volvi hacia Randall, que sonrea de oreja a oreja. Esta vez parece que no has sido t quien ha empezado la pelea, Randall. Pero he odo que muchas veces pegas a Kathy. Es eso cierto? pregunt. Randall asinti con la cabeza. Pues, entonces, creo que ha llegado el momento de que hagamos algo para que no vuelva a ocurrir. Alguna sugerencia?

Dejarlos sin comer! sugiri Joey. Era el ms gordito de los nios y, sin duda, estara pensando que as habra ms galletas para l.

Que se vayan a casa dijo Alissa, una de las vctimas del par.

Que coman arena.

Grant tom nota de vigilar cuidadosamente a Tommy cuando salieran a jugar al patio.

Que pidan perdn.

El jurado ha tenido una excelente idea. Kathy, Randall, me gustara que os disculparais. De acuerdo?

Durante unos segundos, pareca que ninguno de los dos iba a dar su brazo a torcer.

Lo siento murmur Kathy, frunciendo el ceo.

Randall, con desgana, hizo lo mismo.

Grant los hizo prometer que intentaran no pelearse y, despus, los baj de sus sillas.

Para sorpresa de todos, Kathy tom a Randall de la mano y lo llev con ella hacia la zona de los juguetes.

Cmo has hecho eso? pregunt Cassie, asombrada.

Ha sido un golpe de suerte contest Grant, soltndose el primer botn de la camisa.

Pues parece que ha funcionado sonri Cassie. Es asombroso. Eres casi tan bueno con los nios como tu hermana.

Eso no es exactamente as, lo que sucede es que soy mucho ms cabezota susurr Grant cuando Cassie se alejaba, pensando que aquella mujer iba a tener ocasin de comprobarlo.Por mucho que Susan lo intentara, no poda dejar de pensar en Grant. El lunes por la tarde mientras aparcaba frente a la guardera a las seis y veinte, diez minutos antes de la hora de cierre por primera vez en mucho tiempo, se senta feliz porque iba a volver a verlo.

Al principio, crey que la guardera estaba desierta; slo las luces del despacho de Gretchen estaban encendidas. Grant estaba sentado frente a su escritorio con un ordenador porttil sobre las piernas y tena los ojos clavados en la pantalla. Durante un segundo, al no ver a su hijo, sinti un nudo en el estmago. Dnde estaba Jamie?

Entonces, not que algo se mova al lado de Grant. Jamie estaba arrodillado en el suelo, intentando construir una torre con piezas de plstico que, al contacto con sus torpes deditos, cay al suelo deshecha, algo que Jamie celebraba dando palmas.

Cuando Grant levant la mirada, se encontr con Susan.

Buenas tardes, seor director sonri Susan, irnica.

Estaba intentando trabajar un poco mientras la esperbamos.

Papeles legales?

Soy abogado.

No tena que recordrselo, pensaba Susan abriendo los brazos para Jamie.

Vamos, cielo. Es hora de volver a casa.

Grant se levant y la sigui.

Por qu est enfadada?

No esperaba encontrar a mi hijo jugando solo mientras usted trabaja en el ordenador contest ella.

Jamie lo estaba pasando bien. Qu hay de malo en ello?

Susan saba que no haba nada de malo. Lo nico malo era que el cro pareca encantado de estar en su compaa y le recordaba lo que faltaba en la vida de su hijo: la presencia de un hombre. Desde su divorcio, haba tratado de decirse a s misma que no la necesitaba, pero no estaba segura. Quiz necesitaba un ejemplo masculino, pero, desde luego, no iba a ser Grant Harris.

Debera estar ensendole cosas contest ella, irritada, mientras tomaba la chaqueta del nio de la percha. sa es la filosofa de Gretchen. Esta guardera es ms que un centro en el que los nios esperan a que sus padres vuelvan de trabajar; es un sitio al que vienen a aprender.

Jugar es tan importante para un nio como un programa educativo insisti l.

Susan levant a Jamie en brazos y se hubiera marchado sin replicar nada, pero l la tom por el brazo.

Lamento mucho no seguir el programa de Gretchen, pero no voy a disculparme por dejar que Jamie juegue con algo que le gusta. Est exagerando.

La mano de Grant en su brazo enviaba una desconocida sensacin de placer por todo su cuerpo.

Buenas noches, seor Harris dijo entonces, intentando disimular su turbacin.

Ignorando las protestas de Jamie, se dirigi hacia la puerta y, cuando lleg al coche, lanz un suspiro de alivio. Por qu cada vez que se encontraba con Grant pareca no poder pensar con claridad?

Aquella noche, Susan le ley a su hijo varios cuentos y, cuando el nio empezaba a cerrar los ojos, lo tom en brazos y lo apret contra s.

Tienes sueo? pregunt, disfrutando del calor del cuerpecito del nio contra su pecho.

Dnde est mi mantita, mam? pregunt el nio, abriendo los ojos. La mantita haba sido una vez un pequeo edredn regalo de cumpleaos y, aunque pareca un harapo despus de tanto uso, Jamie no poda separarse de aquel trozo de tela. Ni siquiera para ir a la guardera. Susan mir dentro de la bolsa y empez a buscar la mantita, pero slo encontr paales, libros y juguetes. La mantita haba desaparecido. Haba salido de la guardera con tanta prisa que no haba comprobado si el preciado tesoro de su hijo estaba dentro de la bolsa.

La mantita? volvi a preguntar el nio.

No la veo, hijo. Creo que la hemos dejado en la guardera. Pero no pasa nada, verdad? pregunt, con el corazn encogido. Seguro que puedes dormir sin ella por esta noche.

Noooo! el gemido de horror que lanz el nio al or aquello le parti el corazn.

No pasa nada, cario intent decir ella, apretndolo ms fuerte. Iremos a buscarla maana.

No, mami rog Jamie con lgrimas en los ojos. Ahora solloz con una pattica expresin de dolor en su carita.

Ni una sola vez en sus dos aos y medio de vida se haba dormido Jamie sin aquella mantita. Susan lo saba y saba que tena que llamar a la guardera, pero a aquella hora, slo pudo dejar un recado en el contestador.

Hola, soy Susan Spencer. Jamie se ha dejado su mantita en la guardera y no puede dormir sin ella. Le importara si voy a buscarla? Por favor, llmeme cuando oiga este mensaje dijo Susan antes de colgar. Vamos, cario, yo te dormir en mis brazos susurr, mecindose para dormir al nio, que no paraba de llorar.

Hizo todo lo que pudo para distraerlo: prepar chocolate, cant nanas, incluso sac un rompecabezas que haba guardado para su cumpleaos. Pero nada de aquello funcionaba.

Cuando le estaba poniendo el pijama, son el timbre y, creyendo que sera su vecina, tom al nio en brazos y abri la puerta.

Para su sorpresa, no era su vecina sino un Grant Harris vestido con camiseta y pantalones vaqueros, que se ajustaban a su cuerpo de forma muy atractiva.

Grant ni siquiera salud a Susan y dirigi su atencin a Jamie inmediatamente.

Creo que te has dejado esto en la guardera dijo, haciendo aparecer la mantita que esconda a su espalda.

Jamie sonri entre lgrimas y tom el preciado tesoro con impaciencia. En ese momento, Grant volvi los ojos hacia Susan.

Gracias dijo Susan. Le hubiera gustado decir algo ms, pero la expresin de Grant la dejaba sin voz.

De nada contest l sin dejar de mirarla fijamente a los ojos.

Le gustara tomar un poco de chocolate caliente? pregunt por fin.

l no contest durante unos segundos.

S. Me gustara respondi por fin.Sintese le indic Susan. Lo traer enseguida aadi, dejando al nio en el suelo. Mientras estaba en la cocina, oy que Grant hablaba con el nio durante unos segundos y despus el saln se qued en silencio.

Cuando volvi de la cocina, descubri por qu. El nio se haba dormido en el suelo, con la mantita en las manos y Grant lo miraba perplejo.

Estaba hablando con l y, de repente, se ha quedado dormido susurr, mientras ella colocaba la bandeja sobre la mesa.

Pasa todas las noches en cuanto acaricia la mantita susurr ella, tomando al nio en brazo. Voy a llevarlo a la cama. Enseguida vuelvo.

Cuando se qued slo, Grant estudi la habitacin. No haba juguetes tirados por el suelo y todas las revistas estaban perfectamente colocadas en su sitio. Era una habitacin en la que todo pareca estar en orden. Era raro en una casa con un nio de dos aos.

Se levant y fue a echar un vistazo a la librera. Casi todos los libros eran libros de negocios, marketing y finanzas. Pero tambin haba novelas de amor.

Vaya. Parece que la seora Spencer no slo tiene agua helada en las venas susurr divertido. Qu ms cosas de ella ignoraba?, se pregunt.Segua examinando los libros cuando Susan volvi a entrar en el saln.

Quiere comer algo?

No, gracias.

Ha sido muy amable al traer la manta dijo Susan, sentndose en el sof e intentando disimular sus nervios mientras serva el chocolate con manos temblorosas.

Seguramente, Gretchen tambin lo habra hecho sonri l, sentndose a su lado.

S, es cierto. Es una mujer encantadora.

Al contrario que su antiptico hermano, verdad?

Yo no he dicho eso.

Pero lo estaba pensando sonri l. Susan se puso colorada. Haba estado comparndolos, desde luego, pero l no haba resultado desfavorecido. Aunque no pensaba decrselo. No todas las madres hubieran estado dispuestas a volver a la guardera de noche slo para buscar una mantita.

Ni todos los nios se niegan a dormir si no la estn tocando ri ella. Me temo que he creado un pequeo monstruo. Siempre me haba parecido algo muy tierno que Jamie estuviera tan apegado a ese trozo de tela, pero voy a tener que hacer algo aadi, tomando un sorbo de chocolate que le dej un pequeo bigote marrn; algo que a Grant le pareci encantador.

En la guardera la norma es que los nios se limpien el bigote despus de tomar chocolate, pero es posible que haya que cambiar las normas para usted. Est muy guapa.

Susan volvi a ponerse colorada, pero, antes de que pudiera tomar la servilleta, l haba alargado el brazo y la haba limpiado con la suya.

Fue un gesto que los sorprendi a los dos, especialmente a Grant. Pero lo peor era el deseo que haba sentido con el contacto. En lugar de limpiar el chocolate con la servilleta, le hubiera gustado borrarlo con sus labios.

Siempre me pasa consigui decir ella, apartando la mirada y doblando la servilleta sobre sus piernas. No saba qu hacer ni qu decir y, desde luego, tener a Grant Harris en su casa tomando chocolate y coqueteando con ella no era algo que hubiera planeado.

Y estaba coqueteando. Lo notaba en sus ojos. El problema era que ella no estaba acostumbrada.

No hemos empezado muy bien, verdad? pregunt Grant con un tono de voz tan ronco que Susan empez a preguntarse si lo deca sinceramente.

Darme cuenta de que Gretchen no va a estar siempre cuidando de Jamie ha sido una buena forma de enfrentarme a la realidad admiti ella.Todos los nios la echan de menos sonri Grant. Susan senta que su corazn se calentaba y una alarma empez a sonar en su cerebro. Tena que tener cuidado. Grant Harris inspiraba en ella emociones encontradas. No era Gretchen y, adems, era abogado. Dos cosas que iban en su contra, para empezar. Aqul era su lado lgico. Su lado emocional no poda dejar de admirar los anchos hombros, la amplia sonrisa y el aroma de su colonia masculina que cada segundo que pasaba la pona ms nerviosa. Es tarde. Tengo que irme dijo l por fin y Susan se sinti aliviada.

Ms tarde, no poda dejar de recordar el brillo de sus ojos cuando le haba limpiado el chocolate de los labios. Grant Harris era, desde luego, un hombre peligroso y pareca quererla hacer olvidar que ella no necesitaba un hombre en su vida.

Y no lo necesitaba. O, al menos, eso era lo que se repeta una y otra vez mientras intentaba dormirse aquella noche.Captulo 5El da iba transcurriendo sin muchas dificultades, pensaba Grant mientras se reclinaba en su silla. Desde aquella posicin, poda ver a los nios en la sala de juegos. Las caritas limpias y angelicales miraban a la profesora que marcaba el comps de una cancin infantil y ellos seguan el ritmo con los deditos.

La profesora que haban contratado de forma temporal, una mujer de cabello gris y actitud recta y eficiente, haba conseguido recuperar un poco de la metodologa de la guardera en poco tiempo y aquello permita a Grant pasar ms horas trabajando en el despacho.

Como sus vacaciones se haban esfumado, aprovechaba para trabajar en un proyecto que le obligaba a hacer llamadas telefnicas constantes. Como consejero legal de un grupo de padres divorciados, ocupaba parte de su tiempo en aconsejarles sobre sus derechos de custodia, pensiones, etc Trabajar en la guardera le recordaba lo importante que era aquel trabajo.

S? pregunt cuando la seora Wagner entr en el despacho.

Hay que hacer algo con los animales dijo la mujer abruptamente.

Qu animales? parpade Grant, sorprendido. No se referir a los nios?

Claro que no! respondi ella, perpleja. Qu clase de profesora cree que soy? pregunt, antes de echarse a rer. No sabe de qu le estoy hablando, verdad?

Me temo que no, pero supongo que me lo va a explicar.

Parece que Mary Ellen era la encargada de cuidarlos, pero como est de vacaciones, Cassie se los llev a casa durante el fin de semana. Ahora los ha trado de vuelta y hay que hacer algo con ellos.

Qu clase de animales son? pregunt Grant, sin entender nada.

Conejos, por ejemplo. Esos son Barney y Buffy dijo la seora Wagner, sealando una caja de madera. Tambin haba tres peceras con reptiles y una jaula que contena un loro de color rojo.

Y esos animales pertenecen a la guardera?

Parece que alguien nos los regal hace poco y a los nios les encantan. Aqu les ensean a cuidar de ellos y a amar a los animales. No es una idea maravillosa? Cada semana les explican algo sobre cada uno de ellos; cual es su hbitat natural, sus costumbres y todo lo dems. Es una experiencia educativa nica para los crios.

Ya veo murmur Grant. Lo que en realidad estaba pensando era que quiz aquello era suficiente para internar a su hermana en una clnica para enfermos mentales.

El problema es que esta semana le toca el turno a Slim.

Slim es un nombre un poco raro para un conejo.

Slim no es un conejo. Es una serpiente. Y se es el problema. Parece que la nica que se atreve a tocarla es su hermana.

Que lo haga Cassie. Si ha tenido los animales con ella durante todo el fin de semana, seguro que no le tiene miedo.Le daba de comer, pero no se atreve a tocarla.

Pues use otro animal. No tienen una tortuga?

Seor Harris, los nios estn esperando a Slim dijo la seora Wagner con impaciencia. En el boletn dice que es la semana de la serpiente. No lo ha visto?Son nios, seora Wagner. No se darn cuenta.Usted sabe poco sobre este trabajo, verdad, seor Harris? pregunt la seora Wagner taladrndolo con sus ojos. Organizacin y rigurosidad son muy importantes para ellos. Adems, he encontrado una solucin perfecta para nuestros problemas aadi. Lo har usted.

Yo? No he tenido una serpiente en la mano desde que tena ocho aos.

Estupendo. Eso es ms de lo que ha hecho nadie aqu sonri la mujer, tomando el tomo S de una enciclopedia. Aprndase el captulo de las serpientes. La clase es a las dos en punto.

Grant se senta como si un juez acabara de condenarlo. No estaba preparado para tocar a una serpiente llamada Slim. Claro que una vez haba tenido que llevar el caso de un tipo llamado Slim que haba resultado ser una autntica serpiente. Y si haba podido con l, tambin podra con ella.

Media hora ms tarde, Grant haba descubierto que las serpientes eran fascinantes. Haba aprendido, por ejemplo, que las cobras que bailan al sonido de la msica en la India, no oyen esa msica. La serpiente simplemente se mueve siguiendo los movimientos de su encantador.

Cuando Cassie entr en su despacho para decirle que era la hora, estaba casi preparado.

Los nios estaban sentados en un semicrculo en el suelo, mirando fijamente el terrrium en el que la serpiente pareca dormida. Cuando estaba ensayando su mejor sonrisa para empezar la leccin, Susan Spencer entr en la guardera y la sonrisa se borr de sus labios.

Mami! exclam Jaime al verla. Ven a ver la serpiente.

Ella mir a Grant con expresin crtica, esperando una explicacin.

Estamos a punto de empezar nuestra leccin sobre los animales, seora Spencer. Quiere quedarse para orla?

Tengo que llevar a Jamie al mdico.

Slo tardar un par de minutos insisti Grant.

Incapaz de resistir los ruegos de Jamie, Susan se sent en una sillita y se qued mirando a Grant con irona. Probablemente imaginaba que la leccin iba a ser una estupidez, pero l le demostrara lo contrario.

Con cuidado, sac a Slim del terrrium y la levant para que la vieran los nios. Inmediatamente, Grant se dio cuenta de que debera haber practicado un poco. La serpiente se mova con inusitada fuerza y, durante unos segundos, tuvo que luchar con ella para controlarla.

Slim no es una serpiente venenosa, as que no puede haceros dao empez a explicar Grant. Las serpientes tienen que tragarse la comida entera porque no tienen dientes para masticarla y cada ao les crece una piel nueva por todo el cuerpo. Cuando les ha crecido toda la piel nueva, la otra se cae. Se suele llamar cambiar de camisa sigui. Los nios empezaron a rer.

Encantado con la atencin que estaba recibiendo, sigui explicando cul era la serpiente ms grande del mundo, pero fue interrumpido por Randall que se cay de lado, muerto de la risa.

Randall, haz el favor de portarte bienSlim! ri el nio, apuntndole con el dedo.

S, estamos hablando de Slim y me gustara que prestaras atencin insisti Randall levantando el brazo para mostrar la serpiente. Pero, qu pasa?

Cuando baj la mirada, vio que Slim haba conseguido meterse por las trabillas del pantaln y colgaba de su cintura; algo que a los nios les pareca delirante y que celebraban con grandes carcajadas.

Creo que Slim ha decidido hacerle de cinturn dijo Denise muy plida.

Pues aydame a soltarla dijo Grant.

No, seor, no puedo. Me dan miedo las serpientes.

Seora Wagner dijo Grant, dirigindose a la otra profesora intente sacarla de las trabillas, por favor.

No puedo dijo la seora Wagner, petrificada. De hecho, las profesoras se haban quedado plidas y se apartaban todo lo que podan. Los nios, sin embargo, lo estaban pasando de maravilla.

Grant cerr los ojos y tom aire. En ese momento, se alegraba de que su hermana se estuviera recuperando rpidamente de la operacin porque, de ese modo, l podra asesinarla con sus propias manos.

Y qu esperan que haga? pregunt Grant. No voy a pedirle a un nio que me ayude.

Podra quitarse los pantalones sugiri Susan.

No me apetece, gracias replic Grant.

En el cuarto de bao no lo vera nadie insisti ella, intentando disimular la risa. Obviamente, estaba disfrutando de su incomodidad, pero no le importaba porque haba descubierto que estaba an ms guapa cuando sonrea. Yo cre que los abogados estaban acostumbrados a tratar con serpientes.

Muy graciosa dijo l. Va a ayudarme o no?

A quitarse los pantalones? pregunt ella, traviesa.Sgame orden Grant y, con toda la dignidad de la que era capaz, se dirigi hacia el bao.

Grant estaba tenso mientras Susan intentaba rozar con el dedo a la serpiente para que saliera de las trabillas.

Voy a intentarlo, pero no le aseguro nada dijo Susan, haciendo un gesto de aprensin. Una por una, sac a la serpiente de las trabillas y, cuando hubo terminado, la camisa de Grant estaba fuera del pantaln y los dos estaban muy cerca. Las manos de Susan seguan en su cintura cuando l acarici su cara.

Iba a besarla y, para su sorpresa, ella lo deseaba tambin. Con todas sus fuerzas. Se estaba acercando ms a l cuando la voz de Jamie rompi la intimidad.

Mami! exclam, mirndolos desde la puerta.

En ese momento, Susan volvi a la realidad y se dio cuenta de que estaba muy cerca de un hombre a medio vestir y con una serpiente que descansaba en el lavabo.

Tenemos que irnos dijo Susan, sin mirar a Grant.

Susan, espere dijo l. Gracias por su ayuda.

Ella murmur una respuesta y despus sali, preguntndose por qu Grant Harris la haca sentirse como una tmida colegiala. Mientras conduca hacia la consulta del mdico, se iba haciendo una promesa a s misma. A partir de aquel momento, no volvera a pensar en aquel hombre.El primer mircoles del mes era el da que los padres coman con sus hijos en la guardera, pero si no hubiera sido porque Susan aprovechaba todas las oportunidades para estar con su hijo, aquel mes no hubiera ido. Saba que Grant estara all y, despus del episodio del cuarto de bao, no estaba segura de cmo deba comportarse con l.

En el espejo retrovisor intent colocarse un poco el pelo y, cuando entr en la guardera, lo vio inmediatamente.

Jamie la est esperando. Venga dijo l, tomndola del brazo y llevndola hacia una de las salas en la que los nios estaban sentados escuchando un cuento. Hoy estamos un poco fuera del horario, por lo del almuerzo especial.

No me sorprende.

Hemos tenido que hacer algunos ajustes esta semana, pero yo dira que todo va perfectamente dijo l, un poco molesto.

Como para negar lo que l acababa de decir, Randall empez a gritar cuando otro de los nios se sent delante de l en la alfombra. Susan saba por Cassie que Randall tena problemas de disciplina, pero fue Grant quien interrumpi lo que poda haber sido una pelea. Con calma, se acerc y diciendo algo en voz baja separ a los dos nios.

Para entonces, la mayora de los crios haba dejado de prestar atencin a Cassie y miraban alrededor buscando a sus papas. Grant le hizo una sea a la profesora para que siguiera con el cuento despus de comer.

Supongo que tambin va a regaarme por terminar la clase antes de tiempo dijo Grant, cuando los nios se levantaron.

No soy tan inflexible dijo ella, sintiendo que el aroma de la colonia masculina empezaba a hacerla perder la cabeza. l levant una ceja, incrdulo. Slo porque me gusta que se sigan las normas no significa que no entienda a los nios aadi, a la defensiva. Cree que no tengo sentido del humor, verdad?

Creo que es demasiado estricta contest l. Por qu no se deja llevar un poco, para variar? susurr en su odo. Quiz le guste. Despus de todo, no hay muchas mujeres que se atrevan a quitarle a un hombre una serpiente del pantaln.

Grant la mir con una sonrisa que hizo que le temblaran las rodillas y, en ese momento, se acerc a ellos la madre de Randall taconeando vigorosamente. Grant se disculp amablemente y se alej, dejando a las dos madres solas.

Las cosas han cambiado bastante desde que no est Gretchen, verdad? coment la madre de Randall en cuanto estuvieron solas.

Es normal dijo Susan, intentando ser discreta.

Hay mucho ms ruido del normal y no se siguen las normas. Y me han contado que un da hizo la parodia de un juicio como mtodo de disciplina. Qu est intentando hacer? Asustar a los crios?

Susan se senta incmoda con aquella conversacin. Aunque ella misma estuviera un poco preocupada por la direccin de la guardera, no le apeteca nada discutir el tema con la seora Carruthers.

Es casi la hora del almuerzo dijo Cassie, acercndose a ellas.

Me alegro de que sea a su hora dijo la seora Carruthers mirando el reloj.

Grant es un director estupendo sonri Cassie, como si no hubiera notado el sarcasmo. Para ser alguien que no est acostumbrado a tratar con nios, lo hace muy bien.

En ese momento, apareci Jamie que se lanz a las piernas de su madre.

Mami!Susan lo tom en brazos y le dio un beso en la mejilla.

Hola, chiquitn. Tienes hambre?

Jamie asinti con la cabeza y despus empez a moverse para que lo dejara en el suelo y lo siguiera a la mesa. Sobre ella estaban los manteles que los nios haban pintado y Susan estuvo buscando el que haba hecho su hijo.

Pero Jamie, si pintas mejor que Picasso sonri, sentndose en la diminuta silla y admirando el mantelito que, para ella, era una obra de arte.

El mantel que haba a su lado tena una cmica serpiente dibujada y no poda haber sido hecho por un nio. Cuando Grant se acercaba a ellos, Susan se dio cuenta de que en l estaba su firma.

Grant! exclam Jamie, encantado cuando l se sent a su lado.

Cre que el director tena que presidir la mesa dijo ella.

Me gusta ms estar en las trincheras.

Susan intentaba ignorar su presencia, pero no era tarea fcil. Aunque la trataba con la misma amabilidad con la que trataba a otros padres, Susan notaba un brillo especial en sus ojos cuando la miraba.

Nunca se haba alegrado tanto al terminar una comida y, alegando que tena una reunin urgente, fue una de las primeras en marcharse. Gracias a Grant Harris, cada vez que iba a la guardera tena que salir de estampida, pensaba. Mientras conduca hacia el banco iba pensando que ni siquiera se haba fijado si se haban seguido las reglas de Gretchen para el almuerzo. Desde luego, no saba dnde tena la cabeza ltimamente.A la maana siguiente, Grant entr en el banco para hacer un ingreso y, como esperaba, vio a Susan en su mesa. Pareca muy concentrada en unos documentos y su apariencia era fra y profesional. Se haba recogido el pelo en una coleta y Grant hubiera deseado soltarlo, sentir su suavidad en los dedos.

Por supuesto, sobre su mesa no haba papeles desordenados y pareca un anuncio de mobiliario de oficina.

En cuanto hubo hecho el ingreso, Grant se acerc a ella. Susan se qued plida al verlo y se levant con expresin amable, pero seria.

Qu seria est. No se parece a la mujer que puso sus manos en mPuedo hacer algo por usted, seor Harris? lo interrumpi ella.

Pens que quiz querra tomar un caf conmigo contest l, sorprendindose a s mismo.Me temo que es imposible. Es norma del banco no salir a desayunar.

Y nunca se le ha ocurrido saltarse las normas?

Estoy segura de que usted s est acostumbrado a hacerlo respondi ella, irnica.

Tiene razn. Pero es ms divertido si puedo convencer a alguien ms para que lo haga sonri l.

Pues me temo que yo tengo trabajo que hacer sonri ella a su pesar. Gracias por la invitacin, pero no puedo aceptarla.

Ella lo estaba rechazando! Aquello era una experiencia nueva para Grant. Normalmente, no tena problemas para ser aceptado por las mujeres. Hubiera insistido, pero saba que Susan Spencer no era fcil de convencer y se despidi con un simple buenos das.Hola, cmo ests? pregunt Grant en la puerta de la habitacin del hospital. Cre que ya estaras levantada.

He estado levantada dos horas contest la plida Gretchen desde la cama. Grant llevaba vaqueros y una camisa de color azul plido que realzaba el color de sus ojos. Qu guapo ests! Me gustas ms con vaqueros que con traje de chaqueta.

Gracias a ti, ya no me queda ningn traje de chaqueta.

Qu quieres decir? pregunt Gretchen, incorporndose un poco.

Uno qued destruido por un pequeo accidente con unas tijeras, otro en una crisis de espagueti con tomate, en fin todos mis trajes estn manchados de pintura, pegamento, mocos o lo que debera haberse quedado dentro de un paal.

Te lo mereces sonri Gretchen. No deberas llevar traje para trabajar en una guardera.

Ya me he dado cuenta.

Adems de tu vestuario, cmo van las cosas?

Tu equipo vale su peso en oro. Especialmente Cassie. Y, aunque est mal el decirlo, he contratado a una profesora suplente que es lo mejor de lo mejor.

Eso es lo que siempre me ha gustado de ti, hermano: tu modestia.

La seora Wagner me ayuda muchsimo. Sin ella Grant hizo una mueca. La verdad es que no me haba dado cuenta de lo difcil que es tu trabajo, hermana.

Gretchen sonri abiertamente, encantada por el cumplido, pero cuando se daba la vuelta en la cama, la sonrisa se convirti en un gesto de dolor.Te pasa algo? pregunt Grant.

El mdico me ha dicho que el dolor es normal respondi Gretchen, golpeando el almohadn. Lo que no me haba dicho es que me quedara sin fuerzas aadi, casi con lgrimas en los ojos. Grant, necesito volver a trabajar. Estoy harta de estar tumbada en la cama.

No te preocupes. Las cosas van perfectamente en la guardera y yo an estoy de vacaciones. Tus libros de cuentas estn mejor de lo que lo haban estado nunca y casi he terminado tu declaracin de la renta para este ao. Y, si lo que te preocupan son los nios, la verdad es que estn estupendamente.

Los nios susurr Gretchen. Cuntame. Los echo tanto de menos.

Randall est como siempre sonri Grant. Sera un pster perfecto para un anuncio de planificacin familiar aadi, con un guio.

Veo que sigues con tus mismas ideas con respecto al matrimonio y los hijos, Grant. Pasas demasiado tiempo con gente horrible y eso te ha convertido en un cnico.

Y me culpas por ello? A juzgar por lo que veo todas las semanas en el grupo de padres divorciados, estoy empezando a pensar que lo de la familia feliz es un mito.

No todos los padres son como los nuestros, Grant explic ella. Grant la mir, irnico. Para nuestros padres, tener hijos fue un problema que no supieron resolver.

Quieres decir que yo era un problema como Randall Carruthers?

No, no es eso. Pero me gustara que fueras un poco ms positivo con respecto a los nios. Hay muchos nios felices en la guardera. Jamie Spencer, por ejemplo. Es uno de mis favoritos. Crees que me echa de menos?

l y su madre.

Susan? Es un cielo. Trabaja muchsimo y, sin embargo, es una estupenda madre. Ha sido un detalle que me trajera flores.

Ya dijo Grant, tomando una revista de la mesilla. No quera hablar sobre Susan Spencer con su hermana.

Gretchen, sin embargo, tena otras ideas.

Siempre ha sido una de las madres que ms ha apoyado mis mtodos de trabajo. Ests de acuerdo?

Digamos que te sigue apoyando.

No te llevas bien con ella?

Tenemos que llevarnos bien?

No puedo creer que no te caiga bien. Es trabajadora, atractiva no me digas que has estado coqueteando con ella?

Gretch, por favor!

Pues entonces, qu ha pasado para que te caiga mal?Que quiere que t dirijas la guardera, eso es todo. Y ojal fuera as.

Ests cansado, Grant. Los nios son agotadores, lo s dijo ella. Quiz es por eso por lo que admiro tanto a Susan. Est criando sola a su hijo y tiene que estar exhausta, pero nunca se queja.

Yo s he odo alguna queja.

Algo habrs hecho.

Yo? Perdona, pero creo que mi nico defecto para ella es que tengo un cromosoma y. Me parece que esa chica no se lleva bien con ningn homb