bariloche - patagonia / distribución gratuita

44
Puerto Pañuelo Ca. 1940 - Bruno R. Sálamon en ARTE Y OFICIO páginas 18 a 22 Año 10 / Nº 52 Agosto / Septiembre 2018 Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

Upload: others

Post on 04-Oct-2021

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

Puerto Pañuelo Ca. 1940 - Bruno R. Sálamon en ARTE Y OFICIO páginas 18 a 22

Año 10 / Nº 52Agosto / Septiembre 2018

B a r i l o c h e - P a t a g o n i a / D i s t r i b u c i ó n g r a t u i t a

Page 2: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita
Page 3: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

EditorialLa revista del TOdO

Queridos amigos:

Con este número 52 de Revista TODO nos damos un gusto que hace tiempo veníamos pergeñando, con-cretar una edición cuyo eje temático general fuera la historia y en el que pudiéramos publicar una nu-merosa selección de documentos fotográficos. Para cumplir nuestro deseo contamos con la inestimable colaboración de Federico Silin –coordinador del Ar-chivo Visual Patagónico– quién además de proveer-nos del material para ilustrar el exhaustivo artículo de Hans Schulz –titulado Los Parques Nacionales: en-tre la conservación y el desarrollo– nos suministró las postales históricas del fotógrafo Bruno Ricardo Sá-lamon que engalanan Arte y Oficio y las imágenes que acompañan tanto la entrevista al historiador y docente Ricardo Daniel Fuentes como el suculento texto de su autoría, que bajo el título Las tres funda-ciones de Bariloche presentamos en nuestras Pági-nas Patagónicas. Un número contundentemente his-tórico con el que pretendemos ampliar perspectivas y puntos de vista y aportar nuestro granito de arena a la consolidación de una sociedad más inclusiva y solidaria que sea consciente de su invaluable inter-culturalidad. Que lo disfruten y ¡hasta la primavera!

El equipo de Revista Todo

StaffDirección General: Roberto Juan GilioDirección Editorial: Sebastián di SilvestroDirección Comercial: Irene PeraltaEscriben en este número: Hans Schulz, Sara Itkin, Sebastián Carapezza, Raúl Catalá, Ricardo daniel Fuentes, Mariana Guzmán, Iris Rivera, Cholo Pereira e Irene E. Peralta.Colaboraron con este número: Federico Silin, Ricardo daniel Fuentes, Mariana Guzmán, daniela Montaño, Karina Laguzzi y Laura García Rodríguez.Ilustración: Martín ChiruloRedacción y Corrección: Raúl CataláProducción Editorial: EdICIONES PATAGONIA ESCRITADiagramación: dIdOT/diseño & diagramaciónImpresión: Arcángel Maggio / Lafayette 1695 (C1286AEC)Buenos Aires - ArgentinaPropietario de la Publicación: Quetrihué S.A.Dirección: Luis Piedrabuena 5152 – Bariloche / Río NegroRegistro de la propiedad intelectual Nº 5348517

Sumarioarchivo Visual Patagónico Pág. 2

Los Parques Nacionales:entre la conservación y el desarrollo Por Hans Schulz

Salud, Ciencia y Conciencia Pág. 6

Vivir el invierno con saludPor Sara Itkin

El fogón del Encuentro Pág. 11

Ricardo daniel Fuentes,historiador y docentePor Sebastián Carapezza

Arte y Oficio Pág. 18

Bruno Ricardo Sálamon fotógrafo de la Patagonia

Páginas Patagónicas Pág. 23

Las tres fundaciones de BarilochePor Ricardo Daniel fuentes

Hombres y Mujeres de mi tierra Pág. 29

Tusuy Sonqo en Bariloche: danza sin fronterasPor Mariana Guzmán

todos los Chicos Pág. 32

Juegos, curiosidadesy cuentos para pensar…

La Llave de JosefinaPor Iris Rivera

Costumbres del Sabor y del Saber Pág. 36

Sabrosos conjuros contra el fríoPor Cholo Pereira

Lemon Pie libre de glutenPor Irene Enriqueta Peralta

Cartas de Papel Pág. 39

La Página de Chirulo

Page 4: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

2 Archivo Visual Patagónico

Los Parques Nacionales: entre la conservación y el desarrollo

“Vengo por ello, invocando los términos de la ley, a solicitarla ubicación de un área de tres leguas cuadradas con el fin de que sea

conservada como parque público.” francisco Pascasio Moreno

Por Hans Schulz y Federico Silin*

Los primeros parques nacionales

A fines del siglo XIX la población mundial ascen-día a 1500 millones, un 20% de la población actual. La revolución industrial junto a las pujas imperialis-tas de las naciones industriales llegaba hasta los más remotos lugares del globo trasformando al mundo a lo largo de un proceso sin retorno. Y fue en este contexto en el que se crearon los primeros Parques Nacionales. Sin tomar en cuenta la creación del área protegida de la región montañosa de Bogd Kahn Uul en Mongolia que tuvo lugar en 1778 y la creación del área protegida de Yosemite, EEUU, en 1864, se considera al Parque Nacional Yellowstone de EEUU, fundado en el año 1872, el primer parque nacional del mundo. Recién en 1916 y bajo la presidencia de

Wilson se fundará en ese país el Servicio de Parques Nacionales, una agencia federal encargada de la ges-tión de los mismos, cuya finalidad es la de “conser-var el escenario y los objetos naturales e históricos así como la vida salvaje que contienen de tal manera que se mantengan en su estado natural para el disfrute de las generaciones futuras”. A Yellowstone lo seguirían el Royal National Park de Australia (1879), el Parque Nacional Banff en Canadá (1885), el Parque Nacional Tongariro en Nueva Zelanda (1887) y el Yosemite (1890) y Monte Rainer (1899) en los Estados Unidos.

En la Argentina todo comenzó en noviembre de 1903 cuando el Perito Moreno escribe su memora-ble carta al gobierno argentino en la que cede a la Nación tres leguas cuadradas (7500 hectáreas) de su propiedad, ubicadas en cercanías de Puerto Blest y

Mulas cargadas de lana cruzando la frontera, Paso Pérez Rosales Foto Carlos Foresti, año 1908 - Álbum Cía. Comercial Chile-Argentina en AVP

Page 5: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

3Archivo Visual Patagónico

Laguna Frías, estableciendo los cimientos del futuro Parque Nacional Nahuel Huapi. En enero de 1907 la superficie original se ampliará a 43.000 hectáreas –la mitad del Parque Nacional Yellowstone– por decreto del Presidente de la Nación José Figueroa Alcorta. Por Ley Nacional en 1909 el gobierno tam-bién reservará para su conservación las tierras que circundan a las cataratas del Iguazú en el Territorio Nacional de Misiones. En abril de 1922 y bajo el man-dato presidencial de Hipólito Irigoyen se creará el Parque Nacional del Sur, luego Nahuel Huapi, con una superficie total de 785.000 hectáreas; y finalmen-te en 1934, bajo el gobierno del presidente Agustín P. Justo y por ley N° 12.103 se creará la Administración General de Parques Nacionales y Turismo cuyo pri-mer presidente fue Exequiel Bustillo.

En aquella carta de 1903 Moreno, el incansable explorador y visionario, señalaba: “durante las ex-cursiones que en aquellos años hice en el sur admiré lugares excepcionalmente hermosos y más de una vez enuncié la conveniencia de que la nación conservara la propiedad de algunas de ellas, para mejor prove-cho de las generaciones presentes y venideras. Vengo por ello, invocando los términos de la ley, a solicitar la ubicación de un área de tres leguas cuadradas con el fin de que sea conservada como parque público. Al hacer esta donación emito el deseo de que la fisono-mía actual del perímetro que abarca no sea alterada y que no se hagan más obras que aquellas que faciliten comodidades para la vida del visitante.”

La región de los lagos a comienzos del siglo XX

Sin embargo, al igual que lo sucedido con la fun-dación de los parques nacionales americanos del siglo XIX, la expresión de deseos y el acto concreto de la donación se dieron en nuestra región en un contexto de grandes transformaciones económicas y sociales que ocurrían a ambos lados de la frontera y que hicie-ron necesario sortear ciertas dificultades en pos de la conservación de espacios naturales “para mejor pro-vecho de generaciones presentes y venideras”.

En Chile la colonización alemana que empezó a mediados del siglo XIX y que avanzó desde la región de Valdivia, Puerto Montt y el lago Llanquihue ha-cía la Cordillera había creado un área de producción que junto a redes comerciales domesticas e inter-nacionales con puertos en el Pacífico también abar-caba la región del Nahuel Huapi del otro lado de la Cordillera, la cual a principios del siglo XX, con su escaso desarrollo e insignificante demografía, de-pendía fuertemente del desarrollo chileno. En ese sentido algunas cifras son elocuentes. En el depar-tamento de Bariloche el censo de 1895 arroja una cifra de 76 habitantes que aumentaron a 1250 según el censo de 1914, en 1910 ciudades chilenas como Puerto Montt u Osorno superaban los 7000 habitan-tes y la industriosa Valdivia los 15000. En cuanto a la comunicación con las áreas metropolitanas el ferro-carril en Chile llegaba a Osorno en 1898 y a Puerto Montt en 1912, mientras que del lado argentino en

Bayley Willis, Emilio Frey, Luginbuhl, Vapor Cóndor, año 1911 - Colección Frey en Museo de la Patagonia

Page 6: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

4 Archivo Visual Patagónico

1917 recién llegaba a Jacobacci y en 1934 finalmente al lago Nahuel Huapi.

En este contexto regional de desarrollos dispa-res y fronteras porosas se creó en abril de 1902 y por decreto del Presidente Julio A. Roca la Colonia Agrícola Pastoril Nahuel Huapi que contaba con 133 lotes a repartir entre los colonos solicitantes que qui-sieran poblar la región del lago Nahuel Huapi hasta la frontera con Chile. Los principales requisitos fue-ron la ocupación efectiva del terreno durante cinco años continuos y la obligación de aportar mejoras, introducir hacienda o labrar el terreno para planta-ciones y cultivos. También existió la posibilidad de comprar y poder así obtener el título definitivo. Con el tiempo se dispuso la subdivisión de algunos lotes de la Colonia que quedó conformada en 53 lotes pastoriles de 625 Hectáreas y 77 lotes agrícolas de entre 50 a 100 Hectáreas. Muchos de los adjudica-tarios desistieron de la concesión lo que redundó en beneficio del futuro parque nacional ya que en 1908 procurando ampliar la superficie de la donación ori-ginal el gobierno nacional retiró de la oferta pública a 70 lotes abandonados de los 133 lotes originales que componían la Colonia.

En esta etapa es difícil interpretar la sociedad y la economía de la región de los lagos bajo una pers-pectiva meramente nacional ya que los lazos fami-liares y los circuitos comerciales –tal cual lo descri-ben y analizan las investigadoras argentinas Susana Bandieri y Laura Méndez y el chileno Pablo Fábregas

Zelada– trascendían las fronteras. Desde la estepa ovejera al oriente de la Cordillera hasta las fértiles llanuras del Valle Central chileno con sus terminales ferroviarias y sus puertos sobre el Pacífico la vida co-tidiana y el comercio fluía ininterrumpidamente y sin fronteras visibles en ambas direcciones. Así lo relatan las crónicas testimoniales de los primeros poblado-res de la Colonia Agrícola cuando hablan de regula-res visitas a médicos y dentistas en Puerto Montt o cuando describen los interminables arreos de gana-do a los mercados de Osorno por el antiguo camino de la herradura que hoy es el paso Cardenal Samoré.

En esos primeros años del siglo XX la vida de la región transcurrió entre el desplazamiento de los ori-ginarios, las intenciones de crear el Parque Nacional y la actividad pionera de los colonos agricultores y pastoriles –y sobre todo madereros– de la incipien-te Colonia. A las visibles tensiones entre todos estos actores se le sumó la voz del geólogo norteamerica-no Bailey Willis que presidía la Comisión de Estudios Hidrológicos que actuó en la región entre 1911 y 1914. En su obra ya clásica –El Norte de la Patagonia (1914)– habla de la majestuosa grandiosidad de los paisajes andinos y advierte sobre la fragilidad de los recursos naturales como el suelo, el agua y los bos-ques cordilleranos. Según él había que preservar a estos últimos para impedir la erosión de las mon-tañas, lo que por otro lado, ayudaría a conservar el recurso hídrico. En el libro cita un texto de 1908 que habla sobre el futuro del parque nacional y que viene

Vista de Nahuel Huapi, año 1912, Foto Jerman Wiederhold (AGN)

Page 7: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

5Archivo Visual Patagónico

al caso: “¿Qué es un Parque Nacional? ¿Una región salvaje destinada al placer de cazadores o alpinistas ocasionales que tienen deseos de afrontar las dificul-tades de los cerros despoblados? Es una concepción que parece común pero que no tiene razón. Un Parque Nacional es una región reservada por el estado para el placer y el bienestar de toda la población. Se reserva para que ningún particular pueda impedir que otros la disfruten y para conservar en su estado natural todo lo que convenga a los usos humanos. (…) La Argentina debe tener el Parque Nacional del Norte alrededor de las cascadas del Iguazú y el Parque Nacional del Sud sobre el lago Nahuel Huapi y el cerro Tronador.”

El experimentado y práctico geólogo es también el iniciador de la perspectiva desarrollista en la re-gión cuando propone la construcción de represas y la creación de una ciudad “industrial” en la boca del Limay junto a la futura construcción de un ferro-carril transcontinental que cruce los Andes y una el Atlántico con el Pacífico a través de la Cordillera de los Andes. A la futura ciudad el autor se la imagina como “principal centro de población y manufacturas de la Cordillera Andina al sur de Mendoza… que por su riqueza y hermosura ocupe un lugar entre las pri-meras ciudades de la República Argentina”.

La región de los lagos en el siglo XX

Este contrapunto entre conservacionismo y de-sarrollo que nació con la anexión definitiva de las tierras indias al estado nacional después de la con-quista militar de 1879-1885 y tuvo sus puntos de inflexión de este lado de la Cordillera con la funda-ción de la Colonia Agrícola Ganadera en 1902 y la donación del Perito Moreno en 1903 –ampliada en 1908– permaneció vigente a lo largo del siglo XX y

sigue vigente aún hoy. A medida que pasaron las décadas del pasado siglo casi todos los países del mundo fueron incorporando ciertas áreas naturales de sus territorios soberanos en calidad de Parques Nacionales “para mejor provecho de las generacio-nes presentes y venideras” como expresara el Perito Moreno. Muchos de estos Parques Nacionales o áreas protegidas han sido declarados además Sitios de Patrimonio Mundial por la UNESCO, como es el caso de Talampaya o el Parque Nacional Los Alerces, en la provincia de Chubut.

Por diversas razones a las que también se deben sumar las políticas de afianzamiento de soberanía en zonas de frontera fueron los decretos de 1937 del presidente Justo los que, declarando reservas nacio-nales con destino a parques nacionales a cuatro terri-torios de la Patagonia, entre las cuales estaba la re-serva nacional Lanín en el Neuquén, la de los Alerces en Chubut y las de Perito Francisco P. Moreno y Los Glaciares en el territorio de Santa Cruz, completaron la visión original de principios de siglo de la creación de un área de conservación y esparcimiento en la re-gión oriental norte de los lagos andino patagónicos.

Del otro lado de la Cordillera y limitando con el Parque Nacional Nahuel Huapi en 1926 el gobier-no chileno creó el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, el más antiguo del país. En el año 1940 creó el Parque Nacional Villarrica y en 1941 el Parque Nacional Puyehue. Para mediados del siglo XX que-dó conformada entonces en esta región del sur de América una de las zonas protegidas transnacionales más extensas del planeta. En la segunda mitad del siglo se completó la integración cuando en la déca-da del 60 a la antigua ruta de los lagos por la que transitaron nativos, jesuitas, colonos y turistas se le agregó el camino carretero norte del lago, que une las ciudades más importantes de ambos lados de la

Actual Paseo de las Colectividades, año 1918, Foto Pablo Mange -hijo- (AGN)

Page 8: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

6 Archivo Visual Patagónico

Cordillera. Una rica historia de culturas originarias e inmigradas de Europa y de otros países latinoameri-canos complementa la riqueza natural de los diferen-tes ecosistemas a lo largo de toda la región.

Sin embargo la presión demográfica y lo que Bailey Willis llamó “la explotación de los recursos como aprovechamiento destructor para el lucro inme-diato” siguen manifestándose en la actualidad bajo otros rostros. Al igual que a principios de siglo XX los desafíos económicos y culturales a ambos lados de la frontera son los mismos y remiten a aquel viejo contrapunto entre las cuestiones ambientales y los intereses que promueven el desarrollo.

Los Parques Nacionales en el siglo XXI

En la actualidad y a diferencia del año 1900 la cantidad de habitantes del mundo está llegando a los 8000 millones y la presión sobre las áreas natu-rales está en ascenso. La región del Nahuel Huapi que a principios del siglo XX no estaba habitada por más de dos mil personas hoy está habitada por más de doscientas mil. La presión demográfica junto al turismo y otras industrias presionan sobre el medio ambiente. Lo mismo sucede en el sur de Chile del otro lado de la Cordillera.

A ambos lados de la frontera a la creación tradicio-nal de un Parque Nacional se le han sumado en este si-glo nuevas modalidades entre las cuales se cuentan las donaciones de tierras de multimillonarios eco-filántro-pos globales o de organizaciones ambientalistas inter-

nacionales, realizadas a los estados soberanos para su futura conversión. Tanto en Chile como en la Argentina el siglo XXI asistió al nacimiento de varias áreas prote-gidas bajo esta modalidad. En Argentina sucedió con el Parque Nacional Monte León que se creó a partir de una donación de la Fundación Vida Silvestre Argentina con fondos provistos por The Patagonia Land Trust a través de la sanción de la Ley 25.945 que en 2004 creó el primer Parque Nacional Costero del país. Por otro lado al Parque Nacional Patagonia, que protege una importante porción de la Meseta del Lago Buenos Aires en el noroeste de la provincia de Santa Cruz y fue creado por Ley Nº 27.081 del año 2014, se le han su-mado importantes donaciones de tierras privadas que fueron adquiridas por organizaciones ambientalistas. Las compras de bosques y tierras productivas para su conversión en Parque Nacional también suscitan con-troversias entre empresarios desarrollistas. En el caso de Santa Cruz las donaciones de grandes estancias al Parque Nacional Patagonia causó el rechazo de algu-nos productores agropecuarios santacruceños. En la actualidad la superficie de los parques nacionales en la Argentina suma más de 4 millones de hectáreas, una superficie que representa casi el 2 % de la superficie total del país.

En Chile y para remitirnos solamente a este úl-timo año, en enero de 2018 la Presidenta Michelle Bachelet firmó en la ex estancia Valle Chacabuco los decretos que crearon la Red de Parques Nacionales de la Patagonia, una iniciativa que se concretó en base a las donaciones del fallecido eco-filántropo

Vapores Cóndor y Chile, Goleta Gaviota, Puerto Varas, año 1920 - Colección Opitz

Page 9: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

7Archivo Visual Patagónico

norteamericano Douglas Tompkins y que aumen-tó la superficie de los Parques Nacionales chilenos en más de un 38%. En el nuevo siglo los Parques Nacionales de la región de los lagos a ambos lados de la Cordillera también comenzaron a formar parte de la Red Mundial de Reservas de la Biósfera de la UNESCO, zonas en las que se fomentan soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con su uso sostenible, el desarrollo económico, la investi-gación y la educación, verdaderos “sitios de apoyo a la ciencia al servicio de la sostenibilidad en los que se evalúan enfoques interdisciplinarios para comprender y gestionar los cambios e interacciones de los sistemas sociales y ecológicos, incluidas la prevención de con-flictos y la gestión de la biodiversidad”.

En una de las columnas anteriores para esta misma publicación, en la que hablábamos del pasado y del fu-turo de las estancias patagónicas, escribíamos que en la actualidad y en toda la región conviven todavía las viejas formas heredadas de los tiempos de los pione-ros junto a las nuevas modalidades propuestas por los conservacionistas utópicos. También comentábamos que en la región del Nahuel Huapi la conservación y la administración de la belleza parecían estar ganando la partida a la administración productiva del territorio. Esto último sólo es cierto en un sentido, porque proba-blemente ambas gestiones deberán lidiar cada una a su manera con un complejo futuro compartido.

*Hans Schulz (texto) – Federico Silin (selección de imágenes)

Vista parcial de Puerto Varas y Lago Llanquihue Ca. 1920 - Foto José Popek - Archivo Histórico de Osorno

Page 10: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

8 Salud, Ciencia y Conciencia

Vivir el invierno con saludLa propuesta para no debilitarnos a causa del frío y de la humedad es aumentar el calor interno. Un cuerpo abrigado podrá mantener

una temperatura estable para cumplir sus funciones vitales.

Por Sara Itkin, Médica Generalista y Naturista

Transcurrir el invierno en el sur es convivir con muy bajas temperaturas, nieve y lluvias prolongadas. El sol lejano, que a paso de gallo comienza a acercar-se, poco se deja ver en esta época ya que casi siem-pre el cielo está tapado de nubes grises y espesas. El tiempo nos invita a buscar abrigo permaneciendo más adentro de nuestras casas, descansando e in-giriendo alimentos que nos den calor. Ese sería un “buen vivir” el tiempo del invierno, pero la realidad socioeconómica nos obliga a no parar. Nuestra vida laboral y de relación sigue casi igual con frío, agua o nieve. Salimos a nuestras actividades en los mismos horarios que en verano pero en invierno a esa hora aún reina la noche. El desequilibrio que genera el vivir contra la naturaleza, se traduce muchas veces en problemas renales como infecciones urinarias y cólicos por piedras en las vías urinarias, contractu-ras, dolores articulares, toses, catarros y demás males que denominamos “del invierno”, aunque este no se inmute y transite su tiempo en plenitud.

La propuesta para no debilitarnos a causa del frío y de la humedad, es aumentar el calor interno abrigándonos más, y aunque esto parezca una re-dundancia, es fundamental recordárselo a nuestros adolescentes que les encanta llevar poca ropa. Un cuerpo abrigado podrá mantener una temperatu-ra estable para cumplir sus funciones vitales, siendo esencial sumar hierbas y alimentos que activen la circulación, nos nutran y mantengan en salud.

Yerba mate (Ilex paraguariensis)

flor de la Ilex paraguariensis

Una de las bebidas más populares para darnos calor en patagonia y el país entero es el “mate co-cido”. Para prepararlo usamos las hojas secas y mo-lidas de la yerba mate con o sin palos (los cabitos de las hojas) agregamos agua y llevamos al fuego hasta su hervor. Se llama así porque “cocinamos” la yerba, a diferencia del mate cebado donde no debe hervir el agua con el que mojamos y maceramos el material vegetal antes de absorber el líquido por la bombilla. La yerba mate es un arbusto originario de Sudamérica, fundamentalmente de la región orien-tal del Paraguay, sur de Brasil y Bolivia, región norte de la Mesopotamia argentina y algunas zonas de Uruguay.

Su nombre botánico es Ilex paraguariensis. En es-tado silvestre alcanza una altura de 12 a 16 metros, su tronco es recto y su corteza lisa de color ceni-ciento. Las hojas perduran unos seis años; son ente-ras, duras, ovales o elípticas, de bordes ligeramente aserrados, de entre 5 y 15 centímetros, brillosas y de color verde oscuro. La floración se da en primavera –durante octubre y noviembre– y las flores son pe-queñas, de color blanquecino y se agrupan en raci-mos. Los frutos son de color morados rojizos, se tor-nan azules oscuros al madurar y contienen de cuatro a ocho semillas de color amarillo. Su cultivo se con-centra en la región subtropical húmeda argentina en las provincias de Misiones y nordeste de Corrientes, donde los regímenes de lluvias son de alrededor de

Page 11: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

9Salud, Ciencia y Conciencia

Jengibre (Zingiber officinale)

Palo piche (Fabiana Imbricata)

1800 milímetros anuales y hay temperaturas medias de 21º C. Argentina es el primer productor a nivel mundial de yerba mate.

Tanto el mate cocido como el cebado producen una combustión de nuestras grasas corporales que dan como resultado aumento de la temperatura cor-poral (acción termogénica) con disminución del tejido graso, por ello se la considera también adelgazante. Se sabe popularmente que el mate “despabila” y es debido a la acción estimulante de la mateína –una sus-tancia similar a la cafeína– sobre el Sistema Nervioso Central. Contiene más mateína el mate cocido que el cebado y además en este último va disminuyendo en la medida que vamos agregando más agua a la mis-ma yerba. Rica en sustancias antioxidantes y minera-les que producen aumento del flujo urinario, siendo la yerba mate un buen diurético en los tiempos fríos.

Originario de la región andina, vive a ambos lados de la Cordillera el palo piche, conocido también como pichi. Su nombre científico es Fabiana imbricata. Se trata de un arbusto siempreverde de hasta 3 metros de altura y de agradable aroma. Sus ramas, verticales, están totalmente cubiertas de pequeñas hojas resino-sas de no más de 2 milímetros de longitud. Sus flores, solitarias y blancoazuladas, se ubican en los extremos

Tel. 0294-4467398e-mail: [email protected]

en un litro de agua, hervir 3 minutos. Dejar reposar y colar. Beberlo en el día. Es una tradición en la zona del campo, agregarle unas ramitas al agua del mate para calentar y fortalecer los riñones y también me-jorar la digestión.

Originario de Asia Central, pero cultivado hace tiempo en el norte argentino –Salta, Tucumán, Chaco, Corrientes y Misiones– el jengibre es otro aliado para darnos calor en el invierno. Su nom-bre botánico es Zingiber officinale. De ésta hermosa planta –de aproximadamente 60 centímetro de altu-ra, perenne, de hojas anchas lanceoladas y llamativas flores verdosas con manchas púrpuras como espi-gas– usamos el rizoma (tallo subterráneo) fresco o seco. El jengibre fresco presenta sabor alimonado y levemente picante, siendo más intenso el picor en el seco ya que se activan unos componentes llama-dos gingeroles. Además de aumentar la temperatura corporal el jengibre alivia las náuseas en el embara-zo, es estimulante, digestivo, levanta las defensas y a la vez es muy buen expectorante de los catarros por el frío. Con jengibre seco y en polvo podemos sumar virtudes a las comidas invernales. Para hacer un rico té: una cucharada sopera de jengibre fresco rallado grueso, 2 cucharadas soperas de canela en rama partida y ¾ litro de agua natural. Colocar en un jarro y llevar a fuego bajo. Apagar ni bien rompa hervor. Tapar y dejar reposar. Puede endulzarse con miel o azúcar integral.

Tres delicias para darte calor y salud en el invier-no patagónico...

de las ramitas. Crece silvestre a pleno sol, en terrenos áridos y pedregosos, formando matas a lo largo de la zona de transición estepa-bosque. Podemos culti-varlo en el jardín: se propaga por semillas en otoño y también se multiplica por esquejes, adaptándose a cualquier tipo de suelo. En cuanto a sus propie-dades medicinales, es excelente antiséptico para las vías urinarias y útil en casos de cistitis (infección de la vejiga urinaria). Es diurético y por ello aconseja-ble para tratar arenillas y piedritas en los riñones. Estimula el buen funcionamiento de la vesícula biliar y mejora problemas digestivos. En todos los casos, se bebe el cocimiento de sus ramitas y hojas: colocar 2 cucharadas de hierba seca o un puñadito de fresca,

Page 12: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita
Page 13: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

11El Fogón del Encuentro

a la vera del fogón: Ricardo Daniel fuentes, historiador y docentePor Sebastián Carapezza

Ricardo Daniel fuentes es historiador –escritor y docente– y en esta charla reflexiona sobre los discursos que se articulan en el imaginario social,

la construcción de la identidad y los invisibilizados por la historia oficial.

¿Dónde trascurrió tu infancia? ¿Cuál es tu vínculo con el barrio Pilar?

Vivo en el barrio desde que soy chico. Mi viejo fue trabajador de la empresa Robles que hizo el pri-mer asfalto hacia El Bolsón y a la cual –en su momen-to– le dieron la concesión del cerro Catedral por 25 años. El barrio Pilar surgió como un desprendimien-to de esa empresa, ya que en ese lugar hicieron la cantera de la que extraían el material para hacer el camino. Era un barrio obrero que tenía viviendas de casados y solteros y como todo campamento vial te-nía varios talleres, cantera y un aserradero.

Cuando volví en 1992 –ya recibido de Profesor de Historia– y me puse a rastrear la historia local y

regional no hallé bibliografía alternativa a los artí-culos de Ricardo Vallmitjana y el libro “El Despertar de Bariloche” de Ezequiel Bustillo que aún hoy si-gue siendo como una biblia para muchos docentes. Me encontré con este gran vacío teórico, a pesar de que Bariloche ya comenzaba a perfilarse como una ciudad grande, entonces en 1994, cuando se abrió la carrera de Historia en Bariloche, me aboqué a es-tudiar Historia Regional, porque sentía que no po-día dar esa materia con los contenidos que existían. Estudiando me di cuenta que había un montón de otros contenidos para enseñar.

La carrera de historia es un puntapié interesan-te sin embargo la perspectiva del sistema académi-co tradicional no es la única. Ya a principios de los

Alto de Bariloche, atrás Cerros Ventana y Catedral, año 1937Foto Bruno Sálamon - Col. García Coni en AVP

Page 14: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

12 El Fogón del Encuentro

noventa se realizaban Congresos Internacionales y existían institutos en Italia que trabajaban la histo-ria oral, así como también existía el “Archivo de la Palabra” en México. Las inquietudes de este tipo re-cién comenzaron a movilizarse en Bariloche con los estudiantes nuevos.

¿Cuál es la historia del conflicto de tierras en la pampa de Buenuleo?

La Pampa de Buenuleo está habitada desde 1900 y en el área de los barrios Pilar I y II hay situacio-nes respecto a la tierra que tienen un tronco co-mún: las tierras que el Estado le entregó a Antonio Buenuleo por haberle sido fiel. Buenuleo traía la sal desde Jacobacci y hacía sus intercambios con Primo Capraro. Sin embargo cuando aquel primer Buenuleo murió intentaron quitarles las tierras y los abogados que los patrocinaban fueron cobrando sus honorarios con hectáreas y quedándose con reta-zos importantes. En 1944 bajo el gobierno de Perón hubo un primer reconocimiento del Estado Nacional sobre la propiedad legítima de los vecinos, pero el tema nunca se resolvió y durante la última dictadura el intendente de facto quiso realizar una expulsión como la que concretó en 1979 con los barrios que estaban a orillas del lago y terminaron dando origen a los barrios Arrayanes y Las Mutisias. Desde enton-ces a cada uno de los intendentes y funcionarios que asumen tenemos que explicarles el desorden históri-co de nuestro barrio, varias generaciones de vecinos venimos pagando mensura tras mensura porque el

barrio tiene jurisdicciones superpuestas y hasta el presente ningún intendente de la democracia quiso ni pudo solucionar el tema. Herencias de la dictadura que todavía perviven.

¿Qué valor le otorgás al documento oral?

Cuando regresé a Bariloche en 1992, aunque no existía internet yo mantenía contacto con gente de Buenos Aires que acababa de hacer el primer con-greso de Historia Oral de Latinoamérica, algo muy significativo que quebró la condición monolítica de la interpretación de documentos escritos como ver-dad absoluta, postura defendida a ultranza por la universidad. Personalmente creía que había que va-lorar el sentido de “ciencia” histórica y vincularse con otras metodologías. La dictadura militar había signi-ficado un vacío impidiendo el acceso a un montón de bibliografía que se leía fuera del país, recuperada la democracia comenzaron a ser accesibles nuevas propuestas interdisciplinarias y eso me llevó a acer-carme a otras metodologías. Si bien mi formación universitaria comenzó en el ámbito de la historia se complementó luego con perspectivas sociológicas y antropológicas y cuando regresé a Bariloche comen-cé a entrevistar vecinos con la metodología especí-fica que venía aprendiendo: grababa las entrevistas, componía ficha, analizaba el contexto en que eran realizadas las mismas y años después volvía a ha-cer esa misma entrevista a esa misma persona para finalmente sacar conclusiones. De esta manera fui recopilando un archivo grande que en la actualidad

Transporte con yunta de bueyes, Av. Bustillo Km 2, Ca. 1930Foto Godofredo Katschmidt - Col. Lamuniere en AVP

Page 15: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

13El Fogón del Encuentro

llega a las 1700 horas de grabaciones. En esas en-trevistas no importa si el entrevistado recuerda las fechas exactas sino que se buscan otras cosas, testi-monios en función de experiencias, de sensaciones, sin creer que vamos a encontrar la verdad absoluta o el dato certero.

Vos hablás de las 3 fundaciones de Bariloche. ¿Cuáles son?

Hasta fines de la década del 60 se recordaba el 2 de febrero, día de la llegada de Wiederhold en 1895. Esa primera fundación representaba la instauración de un modelo económico a escala regional: se fes-tejaba la llegada del primer almacenero, que no fue el primer poblador sino el primer referente blanco. La segunda tuvo un carácter administrativo jurídico y la tercera fue literaria e historiográfica, redimensionó el proyecto económico modernizador “civilizador” y tuvo su punto culminante en el cambio de fecha de aniversario de la ciudad. ¿Por qué el aniversario se celebra el 3 de Mayo? Porque de este modo se buscó refundar tomando como referencia el decre-to del año 1902 firmado por Roca. Se fundamentó la decisión en un renovado sentimiento nacionalista y en la remarcada xenofobia anti chilena del gobierno militar de entonces. El cambio de fecha fue promo-vido desde el “bustillismo” para eliminar los vestigios de lo que consideraban un pasado sin civilización. Las tres son invenciones: la primera de un modelo

económico, la segunda de un modelo ideológico y la última de un modelo concreto de cambio de pa-radigma histórico.

¿Desarrollarías tu concepto de “la ciudad postal”?

Todo poder intenta –a partir del discurso– fabri-car y legar imaginarios sociales. Los rasgos actuales de Bariloche se definen a partir de la acción polí-tica que significó la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi y la conexión del último tramo de la vía férrea que facilitó el acceso desde Buenos Aires en 1934. Con Ezequiel Bustillo al frente de Parques Nacionales la idea derivó en una contradictoria mixtura de turismo y defensa nacional que llevaría pronto a ubicar asentamientos en zonas de fronte-ra, así como a las fuerzas armadas dentro del perí-metro ejidal. Se debía preparar el escenario para el turismo de élite con una gran infraestructura acorde con la euforia nacionalista etno-céntrica de la épo-ca. La urbanización de Bariloche es concebida, en palabras de Bustillo, como una necesidad estética e higiénica: representa la entrada al parque y será la primera impresión del turista, cuya postal máxima se concretó con la construcción del Centro Cívico. La impronta de la ideología bustillista trascendería la tradición urbanística, no sólo por la arquitectura de postal sino también por la negación de los sec-tores sociales que no se adecuaban a la imagen que se pretendía. De esta manera y construida la postal,

Arribo del ferrocarril a Bariloche, 5 de Mayo de 1934 - Col. Capraro en AVP

Page 16: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

14 El Fogón del Encuentro

los problemas sociales serán vistos como excepcio-nales, ajenos y externos.

Bustillo renuncia en 1944. En el orden nacio-nal comenzaban a tener lugar políticas sociales a favor de los trabajadores. Pero aunque el per-fil arquitectónico impuesto por Bustillo se diluiría dando paso a otros perfiles constructivos, el ima-ginario hegemónico de un Bariloche postal para pocos seguiría presente. Junto con el nuevo turis-mo que llegó a la ciudad (familias de trabajado-res sindicalizados con cobertura social a partir de las presidencias de Juan Domingo Perón), ocurrió la progresiva expansión poblacional. Las familias que arribaban no tenían muchas alternativas para asentarse y se radicaban en las afueras, ocupando solares en una traza confusa, en lotes pastoriles de la antigua colonia agrícola o en terrenos de pro-pietarios ausentes.

Luego de la provincialización de Río Negro (1955) el territorio municipal se amplió sobre tierras de Parques Nacionales (Ley Luelmo de 1958). Si bien la Ley Luelmo se proponía solucionar los conflictos jurisdiccionales, la presión de los intereses inmo-biliarios contribuyó posteriormente, en el contex-to del gobierno dictatorial de Juan Carlos Onganía (1966-1970), al proceso de loteos indiscriminados y el crecimiento de la especulación. El gobierno na-cional liberaba tierras públicas correspondientes al Parque Nacional para el mercado inmobiliario en-

trando en conflicto con las autoridades locales al no consultarlas. Aquel propósito de Bustillo de lo-grar una naturaleza salvaje ligeramente controlada derivó –por sus contradicciones– en una naturaleza controlada ligeramente salvaje, una extensión in-manejable con una multiplicidad de jurisdicciones y la consolidación del proceso de deterioro de los recursos naturales.

Para 1970 los numerosos asentamientos disper-sos no pasaban desapercibidos pero igualmente se percibían como ajenos. Junto con el auge turístico creció la dificultad de acceso a la tierra. A los anti-guos barrios populares “invisibles” –Las Quintas, La Cumbre y Costa-Estación– se sumaron los asenta-mientos sobre la barda del este y hacia el sur, a am-bos lados de la ruta hacia El Bolsón. Los gobiernos de la época –civiles y militares– toleraron las comi-siones provisorias organizadas en las barriadas en parte porque no se consideraba un problema de la ciudad. Un caso extremo de acción política de este imaginario de postal se dio en 1977 en el marco del Plan de Erradicación de Villas implementado por la dictadura, que en plano local significó la adopción de una geopolítica destinada a alejar la pobreza del centro urbano y provocó a corto plazo la concen-tración espacial de la misma en los espacios consi-derados ajenos. En coincidencia con esta situación aumentan las órdenes judiciales de desalojo de tie-rras ocupadas.

Personal de Armado de la Motonave Modesta VictoriaVaradero Parques Nacionales, año 1937 - Col. Perez en AVP

Page 17: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

15El Fogón del Encuentro

El retorno de la democracia no significó la revi-sión de la ocupación del espacio o del imaginario del Bariloche postal, por el contrario, se naturalizaron las tendencias consolidadas en períodos autoritarios impidiendo el desarrollo de una urbanidad planifi-cada y participativa que combata las desigualdades. De modo que el actual diseño urbano influye en la identificación y segregación de áreas estigmatizadas como “inseguras” o “peligrosas” y estas barreras físi-cas refuerzan los muros simbólicos. Hay sectores en-teros de la población que nunca bajan al centro por considerarlo ajeno, y esta reducción de la circulación reduce a su vez la capacidad de imaginar al otro, de identificar los problemas y sus causas.

La sociedad barilochense está hondamente frag-mentada. Es a partir de reconocer lo que esconde la postal que encontraremos las estrategias necesarias para superar esta inmovilidad. La construcción de la memoria implica una lucha por el poder. Como afir-ma el historiador francés Jacques Le Goff apoderarse de la memoria y del olvido ha sido una de las máxi-mas preocupaciones de las clases, de los grupos, de los individuos que han dominado y dominan las so-ciedades. Los olvidos y los silencios de la historia son reveladores de estos mecanismos de manipulación de la memoria colectiva.

¿Qué lugar ocupan en el relato hegemónico los sectores populares?

No quedaron afuera, pero fueron bastante rele-gados. Este relato de la historia que le debe tanto a Bustillo por suerte se está quebrando. La idea de que había un núcleo cerca del lago y a partir de ahí se puebla Bariloche es una idea falsa, porque en 1896 ya había poblaciones existentes, por ejemplo la comunidad de Buenuleo, la comunidad Rankehue y la Catrilaf. Ese rastreo lo hicimos con alumnos bus-cando fotos, testimonios y relatos de dónde vivían sus abuelos. En ese entonces había asentamientos y comunidades que tiempo después obtuvieron la tierra porque colaboraban con el Estado o hacían un comercio conveniente con el ejército. Por ejem-plo Buenuleo –que abastecía de sal que traía des-de Jacobacci– y le dieron unas 600 hectáreas en la zona del barrio Pilar, en la periferia de lo que hoy es la ciudad. Sin embargo pedir la propiedad era otra historia, porque había que ir a Buenos Aires, y hacer un montón de procesos para nada sencillos. Además esas tierras no se las daban a cualquiera, porque estaba específicamente aclarado no otor-garles tierras “ni a indios ni a chilotes”, solo a “bue-nos vecinos”.

Grupo de obreros de la construcción del Hotel Llao Llao, año 1936 - Foto Fernandez Seijo

Page 18: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

16 El Fogón del Encuentro

¿Cómo viven en la escuela la cuestión de la de identidad?

Hasta hace un tiempo los pibes no decían abier-tamente que eran mapuche ni se podía hablar por-que les daba vergüenza. De hecho fue un proceso largo. Los contextos permitieron el avance de de-rechos, el auto reconocimiento de la cuestión étni-ca y el sentirse parte de algo más. Hace poco les pedí a los alumnos que dibujen en una postal un lu-gar representativo de Bariloche y dibujaron lugares que ellos no conocían ni iban a conocer en su vida. Entonces les pregunté si no reconocían como propio el espacio donde viven. Porque se naturaliza que hay que vender determinados espacios de Bariloche ne-gando un montón de otras cuestiones. Está estable-cido y forma parte del sentido común, que siempre es determinado por una función de poder. Esto se re-fuerza año tras año con una parafernalia que aplasta.

¿Qué gira alrededor de la estatua de Roca en el Centro Cívico?

La estatua es un lugar donde se disputa no solamente la memoria sino el sentido que tie-ne en el presente. Si paso por la estatua de San Martín y la veo como una estatua solamente, sin

plantearme qué proyecto de país pensó esa per-sona, no tiene mucho sentido. Ahora respecto a la estatua de Roca algo rico sería pensar porqué está pintada con diferentes consignas cuando an-tes no era así. Porque en la década de los 60 la estatua de Roca estaba limpita. Es que años des-pués comienza una etapa de reconocimiento de la democracia y auto-reconocimiento de diferen-tes colectivos, entonces la estatua más que del pasado habla del presente. Hay un montón de gente que está afuera, excluida del relato oficial de Bariloche. Y si está excluida va a hacer impug-naciones desde teóricas hasta pintadas. La ver-dad que yo sacaría esa estatua y dejaría solo al caballo. El contexto permite dar cabida a ciertas cuestiones que antes no tenían lugar.

¿A qué llamas xenofobia selectiva?

En su momento había una discriminación con-tra chilenos o contra algunos inmigrantes europeos considerados de segunda respecto a otras colecti-vidades. Esto no es ajeno al resto de la Argentina, siempre recaen las culpas sobre estas colectividades a las que se las responsabiliza de la falta de trabajo, la inseguridad, las villas. Además funciona como la invención de un enemigo interno que es funcional

Destacamento de la Policia fronteriza, Bariloche, año 1900 - Col. E. Frey en Museo de la Patagonia

Page 19: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

17El Fogón del Encuentro

al poder. Siempre fue así. El dominio se tiene que dar por el convencimiento y no siempre por la fuer-za, como decía Gramnsci. Entonces se va generando sentido común, inventando mitos que no tienen asi-dero y que quedan en la historia como una verdad. Eso ha generado, la versión de “la aldea feliz” en la que no había problemas hasta que llegaron los feos y los sucios. Y los feos no son malos hasta que recla-man. Por ejemplo para este ideario bien mecánico los Tehuelches son buenos porque se los considera extinguidos y ya no reclaman. Los vivos son moles-tos porque reclaman pertenecer y tener una tierra por ejemplo.

¿Qué tipo de hechos colectivos olvida la “histo-ria oficial”?

Las movilizaciones colectivas han logrado co-sas, por ejemplo la que hubo en los 70 en el barrio Las Quintas, para extender la red de agua cloacal, con referentes de base de la época. Otra movili-zación colectiva a rescatar fue el traslado y movi-lización de diferentes familias de algunos barrios a las 34 Hectáreas. Ese proceso se dio del año 89 al 95 y una de sus referentes fue Blanca Santana. Esa transición años después se consolidó en el ba-rrio. De ser el lugar marginado donde vivía la ma-fia local y tener una identidad negada (porque los

obligaron a ir a vivir a ese territorio) pasaron a construir una identidad muy interesante y a lograr un barrio que en gran parte pudo edificarse con viviendas dignas.

¿Qué rol les cabe a los docentes en las escuelas?

El trabajo de un montón de docentes se fue des-gastando porque la escuela es un sistema que aplas-ta las ideas en función de la burocracia, en la cual hay que hacerse lugar a los codazos y con los trabajos que se puedan hacer. Por eso la pasión entre la his-toria y la docencia es una sola. No hay posibilidad de hacer algo diferente si uno no pone práctica, es decir: militancia. Así que hay que dejar de pensarse solamente como un docente que va con sus libritos debajo del brazo a dar clases.

Siento que la docencia es muy conservadora, hay que dejar de repetir todo como un cantito. Es inde-fendible en la actualidad que un docente se pare frente al aula y diga que los mapuche son chilenos, pero todavía pasa. Otra cuestión es revisar dónde busca la información el docente y cuáles son las fuentes que utiliza. Por eso el valor de las publica-ciones alternativas es muy grande, porque compar-ten ideas y argumentos que fundamentan el objeto de estudio y socializan la información, fortaleciendo los trabajos que hacemos en las escuelas.

Alumnos de la Escuela Nº 16, Mitre 340 (actual Galería del Sol) año 1908 - Libro Histórico de la Escuela Nº 16

Page 20: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

18 Arte y Oficio

Bruno Ricardo Sálamon Fotógrafo de la Patagonia

Bruno Ricardo Sálamon nació en Italia en 1892. En 1908 llegó a la Argentina. Trabajó en una estancia en Corrientes, como maestro en Rosario y en Blaquier –provincia de Buenos Aires– y desde 1924 a 1937 se desempeñó como viajante de comercio recorriendo el sur de Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Río Ne-gro y Chubut. Durante esos viajes conoció San Martín de los Andes donde se instaló definitivamente en 1938. Fue el primero en ofrecer paseos lacustres para turistas en el lago Lacar y uno de los primeros fotógrafos de la región. Trabajó como corresponsal para los diarios “La Prensa” y “La Nueva Provincia” y para las revistas “Aquí Está” y “El Hogar”. Filatelista, numismático, apasionado aje-drecista, gran lector y especialmente dedicado a la fotografía, obtuvo premios en salones y realizó una importante colección de diapositivas color del Parque Nacional Lanín. Fue el primer editor de fotos postales de la Patagonia. Sus re-gistros cubren desde Bahía Blanca y el sur de la Provincia de Buenos Aires hasta Ushuaia, cerca de 5000 postales que recorrieron el mundo y fueron publicadas por grandes editoriales. Su trabajo –abocado entusiastamente a promocionar la Patagonia– hoy es una parte invalorable del patrimonio cultural de la región.

Paso Chapelco en Invierno Ca. 1938 - Foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP

Page 21: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

19Arte y Oficio

El Ciprés Histórico del Perito Moreno, año 1938 - foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP

Práctica del Ski en el Parque Nacional Nahuel Huapi Ca. 1940Foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP

Page 22: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

20 Arte y Oficio

Estación de Servicio en Allen, Prov. Río Negro Ca. 1938 - Foto Bruno Sálamon - Col. García Coni en AVP

Puente Patagones-Viedma sobre el Río Negro, año 1938 - Foto Bruno Sálamon - Col. García Coni en AVP

Page 23: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

21Arte y Oficio

Transporte con yunta de bueyes, San Martín de los Andes Ca. 1937Foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP

Vista de San Martín de los Andes Ca. 1937 - Foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP

Page 24: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

22 Arte y Oficio

Arreo, Puente F. C. del Estado Ca. 1938 - Foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP

Lago Huechulafquen, Parque Nacional Lanin, año 1938Foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP

Page 25: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

23Páginas Patagónicas

Las tres fundaciones de San Carlos de Bariloche

“Los orígenes de las ciudades suelen ser acontecimientos que forjan mitos. Estos se convierten en fundacionales cuando, con el paso

de los años, logran alcanzar una dimensión simbólica (…)”

Por Ricardo Daniel fuentes

Los orígenes de las ciudades suelen ser aconteci-mientos que forjan mitos. Estos se convierten en fun-dacionales cuando, con el paso de los años, logran alcanzar una dimensión simbólica que trasciende el hecho histórico concreto, lo revisten de un significa-do que lo hace atemporal y permite a las socieda-des refundarse continuamente. Desde este punto de vista, nuestra ciudad fue fundada en tres ocasiones.

La primera fundación representó la continuidad de vínculos sociales inter cordilleranos y la instau-ración de un modelo económico a escala regional; la segunda tuvo el carácter administrativo y jurídico, aunque solo décadas más tarde cobró significado “real”; y finalmente la tercera fundación, de tipo lite-raria e historiográfica, redimensionó el proyecto eco-nómico modernizador, “civilizador” y excluyente de la “década infame” en la localidad; y tendría su punto culminante en el cambio de la fecha en el festejo del aniversario de la ciudad, en el contexto de la dictadu-ra del general Onganía y el desarrollismo autoritario.

La “fundación” de Carlos Wiederhold

Hasta bien entrada la década de 1960, la fecha del aniversario de San Carlos de Bariloche se recor-daba el 2 de febrero, que correspondía al día la lle-gada del comerciante chileno Carlos Wiederhold Piwonka, en el año 1895. En la actualidad aún son frecuentes las menciones al “fundador de Bariloche” en museos y páginas de internet, potestad que, como sabemos, es de exclusiva responsabilidad es-tatal. Asimismo, durante años la historiografía tra-dicional lo nombró como “el primer” poblador de la ciudad, curiosa mención para quien se dedicaba, entre otros menesteres, a comprarle lanas a la “pai-sanada” ya afincada en la zona.

Carlos Wiederhold fue un avezado comerciante que contribuyó en los primeros años de la consolida-ción de un mercado regional que se estableció entre los años 1895 y 1920, cuyas raíces se remontaban a las relaciones sociales y económicas previas a la con-

La Alemana de Carlos Wiederhold, Mitre y Quaglia Ca. 1902 - Col. Roth en AVP

Page 26: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

24 Páginas Patagónicas

quista militar del “desierto”, y que incluía a ciudades en ambos lugares de la cordillera. En el marco de un circuito que triangulaba entre las ciudades de Puerto Montt, Bariloche y Hamburgo, se desarrolló un im-portante comercio de ultramar que tuvo su auge con La Compañía Comercial Ganadera Chile Argentina. La centralización de controles a partir de 1911 y el esta-blecimiento de la aduana en la región en 1920 mar-caron el principio del fin de este modelo económico.

Luego de regresar a Chile, Wiederhold volvió a Bariloche desde su residencia en Puerto Varas el 7 de Febrero de 1925, cuando se le realizó un homenaje en el cual se festejó el “30 aniversario de la ciudad”. El agasajo fue organizado por una Comisión con-formada para tal fin, presidida por Emilio Frey. Unos cincuenta vecinos entregaron al pionero “de origen alemán” un pergamino recordatorio. Como maestro de celebración ofició Primo Capraro, quien destacó de Wiederhold su poder emprendedor que dio ori-gen al pueblo junto al aserradero y la casa comercial La Alemana.

El periódico La Nación destacaría días más tarde los sacrificios y la voluntad de los “primeros” po-bladores y la fuerza del emprendimiento privado. Agregaba además, que la jornada había concluido con una fiesta baile y la visita a la primera casa-co-mercio. El lunes 9 de Febrero Wiederhold, invitado por Primo Capraro visitaría las obras de las vías fé-rreas que por entonces llegaban a Comallo. Esta reu-nión simbolizó en dos personajes contemporáneos el inicio y el final de un modelo productivo.

La fundación de Julio argentino Roca

El 9 de Abril de 1902, el decreto firmado por el presidente Julio A. Roca dispuso fundar una colonia agrícola ganadera, –en consonancia con la “Ley de Hogar”– llamada Nahuel Huapi en “tierras adyacen-tes al lago del mismo nombre”. Veinticuatro días des-pués, el 3 de Mayo de 1902, otro Decreto Nacional reservó espacios para crear nuevos pueblos en Brazo Rincón, en Puerto Moreno, en Villa La Angostura y en el paraje conocido como San Carlos.

A pesar de que la conquista del “desierto” se ha-bía llevado a cabo bajo un declamado nacionalismo, el General Roca mantuvo el modelo económico de virtual “cordillera libre” con un decreto en 1904, be-neficiando de esta manera a una burguesía de am-bos lados de la cordillera unida por intereses eco-nómicos y lazos familiares. Entre ellos, los propios parientes del presidente, poseedores de grandes ex-tensiones de tierras en Neuquén.

La “fundación” de Ezequiel Bustillo

No solamente es el esfuerzo pionero el que repre-senta una situación fundacional, ni la fuerza del or-den administrativo y los intereses económicos como el caso de Roca. Una ciudad se funda también a partir de libros o dentro de ellos. En el caso local, un ejem-plo acabado de ello es la obra auto apologética El despertar de Bariloche, escrita por Ezequiel Bustillo y editado por primera vez en octubre de 1968. El título

Homenaje a Carlos Wiederhold, Recreo de Oscar Runge, año 1925 - Foto Enrique Luhrs - Col. Luhrs en AVP

Page 27: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

25Páginas Patagónicas

mismo de la obra no es otra cosa que un gran imagi-nario fundador: la aldea que "despertó" por la llegada del impulso urbanizador del autor y su equipo, que impuso una tendencia arquitectónica y urbanística de-terminada; creación que lejos de ser un objeto natural se transformó en un gran artefacto cultural.

Bustillo rescata de lo que considera “injusto olvi-do” al general Julio A. Roca, impulsa la creación de un monumento en su homenaje y construye las bases de la contradictoria postal suiza con fundamenta-ciones nacionalistas, en sintonía con el autoritarismo eurocéntrico de la época en que le tocó ser Director de la Administración de Parques Nacionales (1934- 1944). Asimismo dará el puntapié inicial de una his-toriografía que heredaron generaciones enteras de barilochenses, y que transmitió un discurso uniforme y sin conflicto entre los sectores sociales.

Bustillo no disimula su admiración por la dictadu-ra de la “Revolución Argentina” (1966-1973) y afirma que la única democracia auténticamente representati-va en el país había ocurrido con Roque Saenz Peña y Victorino de La Plaza. Asimismo negaba el valor de los partidos “demagógicos” tales como el radicalismo y el peronismo, a los que calificaba como “electoralistas y desquiciadores”. Aseguraba, además, que “la democra-cia en Inglaterra es una cosa; pero aquí en la Argentina, era otra”. Bustillo genera el mito por el cual, luego de su gestión, el Estado ahogó el impulso constructor por él iniciado al frente de la APN. De esta manera, negaba el período de transformaciones posteriores a 1945 que había concluido con muchas de las obras anteriormen-

te esbozadas, aunque ahora con una direccionalidad clara de fomentar socialmente el turismo, considerado a su vez, un derecho para los trabajadores.

En este contexto, un mes más tarde se buscó re-fundar los orígenes, y la ocasión propicia fue la convo-catoria del Primer Congreso de Historia de Río Negro, realizado entre el 21 y el 23 de noviembre en 1968. La conferencia central y más recordada fue la del sa-cerdote salesiano Raúl Entraigas, llamada “Fundación de San Carlos de Bariloche”. Entraigas, conocedor de la obra de Bustillo, sugirió que la fecha de aniver-sario fuese el 3 de mayo, tomando como inicio del asentamiento el decreto del año 1902. La moción tuvo respaldo de otros participantes expositores, es-pecialmente del capitán de navío Enrique González Lonziéme y del coronel Isaías García Enciso, quienes recordaron la importancia del cambio en el marco de un renovado sentimiento nacionalista, o lo que se puede interpretar, de una marcada xenofobia anti chilena del gobierno militar encabezado por el gene-ral Onganía. Otro aspecto relevante de las tendencias generadas “desde Viedma”, es la centralización de la economía provincial de la que no escapa Bariloche y de su actividad económica central: el turismo.

Así, eliminada la políticamente incorrecta “funda-ción” de la ciudad por parte de un chileno, y triun-fante la alternativa reivindicatoria liberal del eje Roca-Bustillo-Onganía, el desarrollismo autorita-rio sesgó también la posibilidad de plantearse otras guías orientadoras en la construcción de su identi-dad. Un ejemplo curioso en este sentido lo constituye

Inauguración del Monumento a Capraro, Costanera y Quaglia, año 1933 - Foto Carlos Lagos - Col. Lagos en AVP

Page 28: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

26 Páginas Patagónicas

el cambio en la toponimia urbana: en 1954 las calles Vicealmirante Eduardo O´Connor y Clemente Onelli habían sido re bautizadas con los nombres de Avenida Presidente Perón y Avenida Eva Perón respectivamente (Resolución Nº 38-C-1954). Pocos meses más tarde, instalada la revolución fusiladora de 1955, el Concejo Deliberante restablece los nombres originales con el fundamento de que las denominaciones otorgadas “no tienen el valor de los homenajes que pueden dis-cernir la posteridad” (Resolución Nº 11- C-1955).

Tal vez el concepto de “tradiciones inventadas”(1) sea propicio para reflexionar en el caso estudiado. Este se usa en un sentido amplio, aunque preciso, incluye tanto las “tradiciones” realmente inventadas, construidas y formalmente instituidas, como aquellas que emergen de un modo difícil de investigar durante un período breve y mensurable, quizás durante unos pocos años, y se establecen con gran rapidez; “la “tra-dición inventada” implica un grupo de prácticas, nor-malmente gobernadas por reglas aceptadas abierta o tácitamente y de naturaleza simbólica o ritual, que buscan inculcar determinados valores o normas de comportamiento por medio de su repetición, lo cual implica automáticamente continuidad con el pasado.

Este proceso condujo a la cristalización de una historia oficial cargada de imágenes estáticas e im-polutas, de salvadores y civilizadores indiscutidos y “ficciones orientadoras” que contribuyen a borrar los aspectos negativos o conflictivos del pasado recien-te. La gestación de discursos “oficiales” deja de lado

al recuerdo extendido en muchos testimonios sobre las recurrentes “colas” que se hacían a diario durante años para comprar kerosén o para ser atendido en el hospital; el pago con leña a los empleados municipa-les como parte de su salario, los violentos enfrenta-mientos políticos a principios de los años setenta en sintonía con los fenómenos nacionales, la pueblada barilochense de 1973 contra la intervención política del municipio y la fragmentación en la convocatoria de la fiesta popular que realzó las diferencias entre co-lectividades europeas y latinoamericanas, entre otros.

El mito-fundacional no es una invención individual ni una fabulación. Tiene su origen en una construc-ción colectiva que adquiere forma de relato y tradición que, entre otras funciones, actúan como verdaderas guías orientadoras y disciplinantes. Por lo tanto pue-blo y mito son contemporáneos. Las ciudades necesi-tan de refundaciones que la vitalicen, que les den un sustento simbólico y material más inclusivo y justo.

Esta breve síntesis demuestra que la memoria, las formas del recuerdo y su contenido, son motivo permanente de disputa. Se destaca a unos, se sos-laya o se condena al olvido a otros, y esto permite ver la forma en que tanto memoria e historia tienen como componente central a las disputas políticas. La dirigencia política y económica puede movilizar determinados elementos del imaginario social –la necesidad de cada individuo de verse reflejado en la imagen social compartida– con el fin de buscar el consenso. Escaparle a la visión del pasado perfecto

Discurso de Exequiel Bustillo en la Inauguración de la Plaza Perito MorenoAño 1944 - Col. E. Frey en Museo de la Patagonia

Page 29: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

27Páginas Patagónicas

nos permitirá identificar el constante ocultamiento de la desigualdad, el silenciamiento de algunas voces y la negación de las problemáticas sociales del pre-sente, muchas de las cuales explotan con virulencia cuando no se las reconoce ni solucionan sus causas.

* El texto que compartimos integra El descuartizador (ensayo en fragmentos de la ciudad) de San Carlos de Bariloche. Historia oral en los límites de Ricardo Daniel Fuentes, publicado en el 2013 por De los Cuatro Vientos.

(1) Eric Hobsbawm, The Invention of Tradition, The Press Syndicate of the University of Cambridge, Cambridge, 1983. Por su parte, Nicolás Shumway en La invención de la Argentina, Emecé (2002), llama ficciones orientadoras al conjunto de re-latos que articulan el imaginario político de una nación, una serie de narraciones “necesarias para darles a los individuos un sentimiento de nación, comunidad, identidad colectiva y un destino co-mún nacional”.

Ricardo Daniel fuentes nació en Jaramillo –Santa Cruz– y vivió su infancia en el campamento obrero Vicente Robles en San Carlos de Bariloche, ciudad en la que se radicó en 1992. Se desempeñó como Educador Popular Internacionalista y Alfabetizador en comunidades indígenas de Santa Fe; fue profesor de Historia del Fútbol (ATFA 2008-2011). Es especialista en Archivología y Patrimonio Cultural y participó en numerosos proyectos comuni-tarios barriales vinculados a la memoria y el patrimonio cultural inmaterial. Editó hasta el presente Historias de Vida de los campesinos desplazados en la guerra civil salvadoreña (1980-1992), Ed. Fussa, El Salvador (1999); El Club Andino, una historia posible, Ed. Feher, Bariloche (2007); Sectores populares, identidad Cultural e historia en Bariloche, Ed. Núcleo Patagónico (2007); Robles-Pilar 1: identidad y lucha por la tierra en San Carlos de Bariloche, Ed. Núcleo Patagónico (2009); La identidad como base de la Participación, premiado y editado por JICA- CENOC (2008); El descuartizador de San Carlos de Bariloche, Ed. De Los Cuatro Vientos (2013). Recibió numerosas dis-tinciones por su trabajo histórico y literario –es escritor de cuentos breves– entre ellos el premio de la Feria del Libro infantil-juvenil 2011; Proyectos de investigación Adultos Mayores desplazados en 2013, 1er. Premio Nacional Escuelas Solidarias 2013; 1er. Premio Internacional Ciencias Sociales UNCh; 1er. Premio Feria Internacional del Libro infantil y juvenil 2015 de la Fundación el Libro y Mención Especial del Premio Nacional Escuelas Solidarias 2017. Actualmente se desempeña como docente en el ESRN 44 “Abuelas de Plaza de Mayo”.

Alejandro Bustillo y Comitiva, Hito Limítrofe Argentina-Chile, Paso Pérez Rosales Ca. 1938 - Col. Bustillo en AVP

Page 30: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita
Page 31: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

29Hombres y Mujeres de mi Tierra

Tusuy Sonqo en Bariloche: danza sin fronteras

“Queremos un mundo donde quepan muchos mundos. Llenar el alma con aquello que uno ama de verdad. Pachamama, santa tierra, sentirás mis pies bailar.”

Por Mariana Guzmán*

Muchas veces se dice que la danza es una expre-sión vana y sin sentido para pasar el rato, un buen momento y nada más. Pero hay casos en donde la danza es algo más que un simple movimiento, ya que implica pasión, esfuerzo, tiempo, cariño e in-cluso elecciones en la vida. Bailar no es un deporte ni una actividad comercial, es un arte: saber usar lo que uno tiene y ser feliz expresando sentimientos a través de movimientos. En la danza no importan las nacionalidades, el color de piel ni las creencias. Al contrario: la danza refleja la interculturalidad que hay en una sociedad, la cual muchas veces no se tiene en cuenta ni se expresa.

En Bariloche el grupo de danzas Tusuy Sonqo es viva expresión de esa heterogeneidad, diversidad de origen y pautas culturales que nutren a su pobla-ción. Bariloche ostenta un crecimiento demográfico progresivo e intenso, caracterizado por importantes aportes migratorios internos y externos. Desde me-diados del siglo XX el porcentaje de población nacida en el extranjero se ha mantenido relativamente es-table, componiendo entre un 10 y un 20 % del total.

A partir de los años 70, la ciudad incrementó signi-ficativamente el porcentaje de población extranje-ra con la incorporación de personas proveniente de distintas naciones latinoamericanas. El motivo de esta inmigración proviene de diversas circunstancias, sien-do una de las más frecuentes la búsqueda de trabajo y mejoras en la calidad de vida.

Desde sus orígenes, a fines del siglo XIX, las re-presentaciones sobre San Carlos de Bariloche se vin-cularon a lo europeo. La “Suiza argentina” y tierra de “pioneros europeos” son enunciados recurrentes en los discursos hegemónicos sobre la ciudad. Estas caracterizaciones apelaban no solo a una valoriza-ción estética del territorio, sino también a una valo-rización económica que convertía a la región circun-dante del lago Nahuel Huapi en un espacio para la explotación de recursos materiales como el bosque y el agua: madera y energía hidroeléctrica. Junto a la explotación simbólica de la “Pequeña aldea” la clase dirigente de entonces planteó también una valoriza-ción económica a escala internacional concibiendo a los puertos del Atlántico y el Pacífico como lugares

Page 32: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

30 Hombres y Mujeres de mi Tierra

de salida de los productos locales, asumiendo al es-pacio andino como parte de un circuito económico argentino-chileno. Paralelamente el Estado argenti-no implementó una serie de estrategias aumentando la presencia militar y la construcción de caminos y sumando inmigración europea por medio de la ce-sión de tierras fiscales.

En los años 70 la ciudad vivió un incremento en las actividades económicas que dio paso al aumen-to del flujo migratorio que aportó a la conformación de una población muy heterogénea y diversa, res-pecto a nacionalidades e identidades. Pero la crisis de fines de los 80 y las políticas de corte neoliberal implementadas en los 90 provocaron la retracción del Estado en el desarrollo de actividades econó-micas, la situación laboral se precarizo, la subsisten-cia de muchas familias comenzó a tambalear, y en este contexto creció en el imaginario local una nue-va representación sobre la ciudad: “las dos caras” de Bariloche. Esta forma de concebir a la ciudad incluye el paradigma de la “Suiza argentina” pero su preten-dida mirada totalizadora busca también invisivilizar la cara de los excluidos de la “postal”. Esta división también se vio reflejada en las celebraciones públi-cas vinculadas estrechamente a la construcción de la “identidad” barilochense: el aniversario de la ciudad, la Fiesta de las Colectividades y la Fiesta Nacional de la Nieve; eventos que durante esos años no solo re-forzaron el discurso hegemónico –excluyendo a los grupos migrantes latinoamericanos y evidenciando las relaciones de poder– sino que también generaron la búsqueda de nuevas estrategias de visibilidad y re-conocimiento social por parte de los “no invitados”.

Así a los grupos migrantes tradiciones –mayorita-

riamente europeos y chilenos– se incorporaron muy especialmente en los últimos cuarenta años contin-gentes migratorios de peruanos, venezolanos y muy especialmente bolivianos. La migración boliviana en nuestra ciudad se encuentra presente desde princi-pios de 1970 y de forma más intensa luego de la cri-sis del 2001. Los flujos fueron acotados y estuvieron enmarcados en contratos laborales temporales con empresas constructoras que buscaban a los migran-tes en Buenos Aires y los trasladaban a Bariloche. Durante esta primera etapa de migración boliviana, muchos de los que vinieron regresaron a su país de origen, pero algunos se quedaron en la ciudad tra-bajando en la construcción o probaron suerte con al-gún emprendimiento comercial en los barrios, como verdulerías o despensas. Este grupo ha sido el que, a lo largo del tiempo, a través de la estructura del parentesco ampliado, fue construyendo redes de familias transnacionales que establecieron vínculos entre el país de origen y el de destino. Esta inmigra-ción trajo consigo su cultura, costumbres, comidas y bailes que se fusionaron en la ciudad sin importar la procedencia o el grupo social. Entre las prácticas culturales de la comunidad boliviana se destacan su devoción religiosa, sus comidas y sus danzas: Tusuy Sonqo es una de sus expresiones.

Tusuy Sonqo – Danzas Andinas comenzó por la ini-ciativa de la actual coordinadora coreográfica Daniela Montaño, nacida en la ciudad de Cochabamba, Bolivia. El nombre del grupo significa en quechua “bailar con el corazón” y fue elegido en honor a sus integrantes y la pasión con la que danzan. Sus cua-dros de danzas andinas frecuentan ritmos muy baila-dos actualmente en el norte de Argentina y de Bolivia:

Page 33: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

31Hombres y Mujeres de mi Tierra

cueca, tinku, caporal, saya afro boliviana, tundiqui, huayno, toba y morenada. Actualmente Tusuy Sonqo tiene un grupo principiante y otro de bailarines avan-zados. Se trata de un taller que solo cuenta con el apoyo económico de sus integrantes y cuyas clases están dirigidas a todo público para fortalecer la cul-tura a través de las danzas y las tradiciones. La músi-ca andina arraigada a su identidad y cultura tiene un efecto real no solamente en el cuerpo sino también en la memoria: trae al presente el recuerdo de aque-llos ancestros que dejaron su herencia en la música, en las danzas y en los símbolos. Sus danzas emergen en este nuevo tiempo para favorecer los lazos comu-nitarios en las ciudades de hoy en día.

Daniela Montaño es la profesora de Tusuy Sonqo. Emigró de su ciudad natal –Cochabamba– hace siete años y hace cuatro años que empezó danzado fol-klore boliviano en la ciudad de Buenos Aires. Relata Daniela: “(…) como boliviana que soy, esto me permi-tió darme cuenta que me siento muy identificada con toda mi cultura, con todas mis raíces, pero por sobre todo con la tierra que me bendice. Hoy en día me encuentro residiendo en la ciudad de San Carlos de Bariloche. El amor por mi cultura me llevó a la nece-sidad de esparcir y contagiar las danzas y costumbres de mi país… Así nació la idea de dar clases y formar un grupo de baile. (…)” Su maravillosa energía se siente en los integrantes del grupo que en todos los mo-mentos compartidos hablan de su gran compañe-rismo, pasión y sentido de pertenencia, tanto sobre el escenario como en tiempos de ensayos y viajes.

Tusuy Sonqo no conoce de fronteras, transmite su amor a la danza con mucho empeño y con mucho esfuerzo, se trata de un grupo maravilloso que com-parte pasión y deja atrás los estigmas sociales y cul-turales. Esto se evidencia en las palabras de Daniela: “(…) agradezco también a la Pachamama mi existen-cia y la posibilidad de poder danzar. Siento que lo más importante en la vida es valorar nuestra existencia y nuestra habilidad de poder realizar todo lo que nos propongamos, de realizar los sueños, de llenar el alma con aquello que uno ama de verdad, de poder ser feliz y sonreír cada día mirando lo bello de nuestra tierra (…)” Mientras se baila no se puede juzgar, no se pue-de odiar, no se puede escindir la realidad, mientras se baila solo se puede ser íntegro y feliz.

* Mariana Guzmán es Profesora de Historia y estu-diante de la Licenciatura en Historia de la Universi-dad Nacional del Comahue.

Page 34: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

todos los Chicos32

¿Sabías que la expresión “cabeza de chorlito” alude a un ave?

La expresión “cabeza de chorlito” alude a un ave de patas alargadas, cuello ancho y cabeza extrema-damente pequeña, razón por la cual se dudaba de su inteligencia y sentido común. Conocidos vulgar-mente con el nombre de chorlitos estos simpáticos pájaros integran numerosas especies, entre ellas se cuentan el chorlito dorado común, el asiático y el chico –o chorlo pampa– y los chorlitos gris y ártico. Mayormente se reproducen en las tundras del norte –del hemisferio norte– próximas al Ártico, tanto en Europa y Asia como en América. Al llegar el otoño emprenden largas migraciones, las cuales los llevan, según las especies, a pasar el invierno septentrional en el verano austral, en costas y praderas de Australia o del sur de América del Sur, aunque algunas espe-cies lo hacen sólo hasta regiones de climas más be-nignos: sur de Europa, norte de África, sur de Asia, Hawái y California. Estas aves migratorias se cuen-tan entre las más veloces del planeta, algunos ejem-plares de chorlito dorado por ejemplo, realizaron su viaje desde Alaska hasta las islas de Hawái –3200 kilómetros de puro océano sin un lugar donde ate-rrizar– en tan solo treinta y cinco horas, lo que supo-ne un promedio de velocidad de 91 kilómetros por hora. Además de veloces son valientes, ya que en África otra especie de chorlitos que anidan cerca de las aguadas donde beben grandes animales, cuan-do sus nidos peligran se enfrentan sin temor y a los picotazos a búfalos y elefantes para que se alejen.

Historia de las cosas muy ricas: LOS RaVIOLES

Italia ha conquistado el mundo a través del es-tómago. Principalmente sus pizzas y sus pastas pue-blan las cartas de infinidad de restaurants del plane-ta. Entre estas últimas sin dudas los ravioles son las más famosas. Según los diccionarios especializados los términos raviol o ravioli –y sus plurales ravioles o raviolis– aluden absolutamente a todas las masas de pastas rellenas italianas, luego cada región ten-dría su forma y relleno tradicional: Agnolotti en el Piamonte, Anolini en Parma y Piacenza, Casoncelli en Lombardía, Pansotti en Liguria, Sorrentino en Sorrento –Nápoles–, Tortelli en el norte de Italia y así hasta completar una lista de más de veinte variantes de pastas rellenas. Al rastrear el origen de los ravio-les descubrimos que China y Japón elaboran desde hace milenios pastas rellenas –los Jiaozi y el Wantán respectivamente– por lo que hay quienes opinan que los ravioles fueron introducidos en Italia por Marco Polo luego de alguno de sus viajes por Asia. Sin em-bargo otras versiones afirman que esta delicia fue desarrollada íntegramente en la península itálica y es una evolución de la tradicional lasaña. Lo indudable es que Italia es la cuna de la pasta rellena occiden-tal que ya en el siglo XVI había conquistado Francia, España e Inglaterra y desde el siglo XVIII ejerce ciuda-danía propia en América del sur, tanto en Argentina y Uruguay como en Venezuela y Chile, países donde llegó con la inmigración y donde cada cocina le ha dado su toque, ampliando su abanico de sabores.

Page 35: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

33Todos los Chicos

La Llave de Josefinade Iris Rivera

Hay gente que, a esta altura, ya se fue a tomar la leche. Pero la historia dice que, cuando estuvo segu-ra de que esa llave abría todas las puertas, Josefina abrió la puerta de Josefina y entró.

Se sentó en el banquito petiso y, con la lima para uñas, se puso a hacer otra llave distinta a la prime-ra, pero igual.

Después se quedó sentada en el banquito, pen-sando. Josefina quiere elegir a quién darle la segun-da llave. Porque no es cuestión de entregársela a cualquiera.

Pero si vos todavía estás ahí, si no prendiste la tele y no te fuiste a tomar la leche... acá la tenés, to-mala. Porque dice Josefina que la llave es tuya.

Hay gente que no tiene paciencia para leer his-torias.

Acá se cuenta que Josefina iba caminando y en-contró una llave. Una llave sin dueño. Josefina la le-vantó y siguió andando.

Seis pasos más allá encontró un árbol. Con la lla-ve abrió la puerta del árbol y entró. Vio cómo subía la savia hasta las ramas y subió con la savia. Y llegó a una hoja y a una flor. Se asomó a la orilla de un pé-talo, vio venir a una abeja y la vio aterrizar.

Con la llave, Josefina abrió la puerta de la abeja y entró.

La oyó zumbar desde adentro, conoció el sabor del néctar y el peso del polen. Y voló hasta un panal.

Con la llave abrió la puerta del panal, abrió la puerta de una gota de miel y entró y goteó sobre la zapatilla de un hombre que juntaba la miel.

Hay gente que en esta parte ya se aburrió y prende la tele. Pero la historia dice que, con la llave, Josefina abrió la puerta del hombre y entró. Y sintió lo fuerte que quema el sol y cómo se cansa la cintura y que el agua es fresca. Y, con la mano del hombre, acarició a un perro común y silvestre.

Con la llave, Josefina abrió la puerta del perro y entró. Y les ladró a las gallinas, al gato y al cartero. Y después abrió la puerta del cartero, del gato, de las gallinas, de las limas para uñas, de las tortas de cre-ma, de los banquitos petisos y de los grillos.

Iris Rivera nació en Buenos Aires en 1950 y vive en Longchamps. Es maestra y profesora en Filosofía y Ciencias de la Educación. Trabajó en escuelas públicas 25 años y fue mediadora en hogares de personas en recuperación de adicciones. Por su trabajó recibió numerosos premios y con más de 30 títulos edita-dos es una de las hacedoras fundamentales de la literatura infantil actual.

Page 36: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

todos los Chicos34Solución: 1- Minerales / 2- Irrenovables / 3- Petróleo / 4- Continuos / 5- aire / 6- Madera / 7- Gravedad / 8- Renovables / 9- agua / 10- Sol

Un crucigrama para conocer más Nuestros Recursos Naturales

Verticales:

1- Sustancias naturales normalmente sólidas e inor-gánicas que tienen una cierta estructura cristalina. Útiles para infinidad de usos, constituyen un recurso natural irrenovable.

3- Mezcla de compuestos orgánicos, principalmente hidrocarburos insolubles en agua. Conocido como oro negro, no es renovable y es una de las principa-les fuentes de energía.

4- Recursos naturales que incluyen aquellas fuentes elementales de energía que son inagotables y que no se ven afectadas por la actividad humana.

6- Recurso renovable utilizado entre otras cosas para la construcción de casas y la fabricación de papel. Actualmente está riesgo debido a la tala indiscrimi-nada de bosques.

Horizontales:

2- Son aquéllos recursos naturales –como el gas o los me-tales– que una vez consumidos no pueden regenerarse de forma natural en una escala de tiempo humana.

5- Nombre de la mezcla homogénea de gases que cons-tituye la atmósfera terrestre, transparente a simple vis-ta este recurso es esencial para la vida en el planeta.

7- Fenómeno natural –considerado un recurso conti-nuo– por el cual los objetos con masa son atraídos entre sí. Genera energía mediante saltos hidroeléc-tricos y al regir olas y mareas.

8- Recursos que se regeneran naturalmente –como la fauna y la flora– de manera que aunque se utilicen siguen existiendo si no se sobrepasa su capacidad de regeneración.

9- Sustancia líquida que se encuentra en la naturaleza y forma ríos, lagos y mares, ocupa las tres cuartas partes del planeta Tierra y es un recurso natural im-prescindible para la vida.

10- También conocido como el “astro rey” es uno de los principales recursos naturales, genera energía a través de su potente radiación calórica.

Page 37: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita
Page 38: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

36 Costumbres del Sabor y del Saber

Sabrosos conjuros contra el fríoPor Cholo Pereira

Para prepararlas como sabrosos conjuros contra el frío les propongo 3 recetas: Osobuco breseado acompañado de unas Papas Rösti

y de postre una torta de ricota “al caramelo” sin horno.

Osobuco breseado

Te propongo preparar un Osobuco breseado para 4 o 5 comensales acompañado con unas deliciosas papas rösti. Para hacerlo necesitarás 3 kg. de osobuco cortado en rodajas de 5 cm., 2 puerros, 2 cebollas moradas, 2 zanahorias, 1 rama de apio, 4 tomates perita, 2 vasos de vino blanco seco, 1 ramito de aromáticas frescas, 1 litro de caldo de carne, 1 latita de extracto triple de tomates y 100 cc de aceite de oliva. En una fuente de horno pro-funda ponés la mitad del aceite disponés los pedazos de osobuco, salpimentás a gusto, agregás las verduras cortadas en trozos grandes, agregás el resto del acei-te por encima, cubrís con papel de aluminio y cocinás en horno moderado a fuerte durante unos 40 minutos. Transcurrido este lapso retirás la fuente del horno, das vuelta los trozos de osobuco, rociás la preparación con 1 vaso de vino y las ¾ partes del caldo y cocinás 20 mi-nutos más en el horno sin tapar. A continuación retirás los trozos de osobuco, procesás todo lo que quedó en la fuente, lo ponés a hervir con el resto del caldo, el otro vaso de vino blanco seco y el extracto de tomate durante 25 minutos, luego colás la preparación con un colador fino, disponés en una fuente profunda el osobuco coci-do, cubrís con la salsa, espolvoreás con abundante tomi-llo y orégano fresco o las aromáticas frescas que tengas y finalmente calentás en horno moderado antes de servir.

Lo que necesitás para el Osobuco breseado: 3 kg. de osobuco / 2 puerros / 2 cebollas moradas / 2 za-nahorias / 1 rama de apio / 4 tomates perita / 2 vasos de vino blanco seco / 1 ramito de aromáticas frescas / 1 litro de caldo de carne / 1 latita de extracto triple de tomates / 100 cc de aceite de oliva / sal y pimienta

Papas Rösti

El rösti es un plato a base de papas muy popu-lar en la cocina de Suiza. Integra tradicionalmente el desayuno de los agricultores del cantón suizo de Berna aunque su cuna sería el cantón de Zúrich y lo cierto es que hoy en día se sirve en casi toda Suiza. Muchos suizos consideran al rösti como su plato na-cional. Inicialmente se freía en manteca pero luego se comenzó a utilizar aceite de oliva. En la actualidad se sirve como acompañamiento de platos de carne y verdura y existen diferencias respecto a como pre-pararlo, la principal tiene que ver con la elección de papas cocidas o crudas para su elaboración, aunque la mayoría de los cocineros coinciden en utilizarlas cocidas si el rösti acompañará carnes con salsa, y crudas si el rösti es el plato principal y en particular si se sirve con queso. En este caso para preparar es-tas papas rösti con las que acompañarás el osobuco breseado vas a pelar 1 kilo de papas medianas y las vas a blanquear 3 minutos en agua hirviendo, lue-go las vas a rallar con la parte gruesa del rallador y le vas a agregar 150 gramos de manteca derretida. Salpimentás a gusto y en una sartén a fuego medio cocinás la preparación colocando pequeñas porcio-nes del tamaño de los buñuelos pero achatándolas con una cuchara o espátula para formar unas tortilli-tas circulares que bien doradas de ambos lados –por lo menos tres minutos de cada uno– servirás como guarnición de lujo del osobuco breseado.

Lo que necesitás para las Papas Rösti: 1 kilo de pa-pas medianas / 150 gramos de manteca

Page 39: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

37Costumbres del Sabor y del Saber

Palabras de sobremesa:

“La historia es el esfuerzo del espíritu para conseguir la libertad.”

Para elaborar esta torta de ricota “al carame-lo” no necesitarás horno, lo que vas a necesitar son 2 paquetes de galletitas de chocolate (cacao intenso), 100 gramos de manteca, ½ kilo de dul-ce de leche firme (no repostero), 1 kilo de ricota, 2 huevos, 150 gramos de azúcar impalpable, 100 cc de crema de leche, gelatina sin sabor y esencia de vainilla. Para empezar vas a moler los 2 pa-quetes de galletitas de chocolate (cacao intenso) y los vas a integrar con 100 gramos de manteca punto pomada hasta formar una masa uniforme y maleable con la que cubrirás de manera pare-ja la base de una tartera de anillo desmontable, encima de esta primera capa desplegarás otra capa de 2 centímetros de espesor con el dulce de leche firme (no repostero) y sobre este una capa más, con el resultado de una preparación que confeccionarás batiendo 1 kilo de ricota con 2 yemas de huevo, 150 gramos de azúcar im-

palpable, unas gotas de esencia de vainilla, las 2 claras de huevo previamente batidas a punto nieve, 7 gr. de gelatina sin sabor hidratada de ante mano en agua caliente y los 100 cc de crema de leche batida a medio punto. Una vez espar-cidas y superpuestas las tres capas, espolvoreás la torta con almendras, pistachos tostados y/o nueces picadas, la llevás un buen rato a la hela-dera y antes de servirla –para deleite de golosas y golosos– la chorreás por encima con un poco de caramelo liquido.

Lo que necesitás para la torta de ricota “al ca-ramelo” sin horno: 2 paquetes de galletitas de chocolate (cacao intenso) / 100 gr. de manteca / ½ kilo de dulce de leche firme (no repostero) / 1 kg. de ricota / 2 huevos / 150 gr. de azúcar impalpable / 100 cc de crema de leche / gelatina sin sabor / esencia de vainilla

Hegel (1770 – 1831)

torta de ricota “al caramelo” sin horno

Page 40: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

38 Costumbres del Sabor y del Saber

Lemon Pie libre de gluten

Para elaborar este Lemon Pie sin tacc van a preparar una premezcla tamizando e integrando 6 tazas de harina de arroz, 2 tazas de fécula de papa y 1 taza de fécula de mandioca. Esta pre-mezcla pueden conservarla hasta 4 meses en un lugar fresco y oscuro. Para hacer la masa proce-sarán manualmente 250 gr. de la premezcla con 125 gr. de azúcar y 125 gr. de manteca, hasta formar una arenilla a la que le agregarán un hue-vo y amasarán, hasta obtener una masa suave y lisa que estirarán sobre una tartera de 26 cm. de diámetro. Para asegurarse que no se defor-me pueden cubrir la masa con papel manteca y rellenar con porotos, de esta manera los bordes no se bajarán durante la cocción que efectua-rán en horno medio durante unos 15 minutos o hasta que este dorada. Para el relleno llevarán al fuego 220 gr. de azúcar y 200 gr. de manteca cortada en cubos, mezclarán hasta que el azúcar se disuelva, retirarán del fuego, incorporarán 2 cucharadas de ralladura y 200 cc de jugo de li-món, 3 yemas y 5 huevos y regresarán al fuego

donde mezclarán hasta que la preparación tome consistencia. Ahora para el merengue suizo dis-pondrán 6 claras en un recipiente resistente al calor, incorporarán 180 gr. de azúcar y llevarán a baño María batiendo simultáneamente con ba-tidora eléctrica hasta que comience a espumar, agregarán otros 180 gr. de azúcar en forma de lluvia y seguirán batiendo hasta que la prepara-ción adquiera consistencia. Finalmente retirarán del baño María y seguirán batiendo hasta que el recipiente se enfríe y el merengue se torne con-sistente y brilloso. Para montar el Lemon Pie relle-narán la masa con la crema de limón y luego de enfriarla bien en la heladera la decorarán con el merengue suizo, pudiendo dorarlo con un golpe de horno desde arriba o bien servir la tarta con el merengue blanquito.

Lo que necesitan para el Lemon Pie libre de gluten: 6 tazas de harina de arroz / 2 tazas de fécula de papa / 1 taza de fécula de mandioca / 750 gr. de azúcar / 350 gr. de manteca / 12 hue-vos / 2 cucharadas de ralladura de limón / 200 cc de jugo de limón / porotos secos

Cocina sin gluten para saborear todo el añoPor Irene Enriqueta Peralta

aSEGURatE QUE tODOS LOS PRODUCtOS EStÉN EfECtIVaMENtE LIBRES DE GLUtEN Y SEaN CONfIaBLES

Page 41: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

39Cartas de Papel

Queridos amigos: No se olviden que pueden disfrutar de Revista TODO en versión digital visitando nuestra página

www.supertodo.com.ar

Gente de la revista tODO felicitaciones. Esta mañana conseguí el número 51, creo que es el último. Como siempre me encantaron las fotos viejas y también me pareció muy buena la entrevista a las personas que contestan la línea 102 de atención a víctimas de violencia de gé-nero, es un tema grave del que hay que hablar y hablar para crear conciencia. También me im-pactaron los cuentos de Cecilia Fresco, quería preguntarles dónde se puede conseguir el libro. Les cuento que siempre estoy atenta a la revista para no perderla pero no siempre la consigo, así que me faltan unos cuantos números, por eso también quería preguntarles si se pueden conseguir y cómo. Bueno, quedo a la espera de su respuesta y les mando un cálido saludo.

Elsa Chávez

Señor Director de la Revista tODO: Le escribo para compartir con usted y sus lectores la bronca que me agarra cada vez que voy al centro y ando por la calle Mitre, bronca y frustración porque me había ilusionado con la remodelación, pensaba que por fin contaríamos con una calle principal remozada, bien iluminada, con grandes maceteros en los que habría flores de muchas variedades y colores, con una buena señalización y buenos tachos de basura, con des-agües como la gente y sin cables por el aire. Nada de eso ocurrió y después de un tiempo de interminables incomodidades y discusiones nos encontramos un día con estos pilotes y estas bochas grises deprimentes, que incomodan el tránsito y afean la ciudad a más no poder. Hay adoquines que se salen, lajas que se desprenden, todo precario e inconcluso. Oportunamen-te habían informado que la inversión sería de 7 millones de dólares. ¿Alguien sabe cuántos millones se gastaron finalmente en esta obra inconclusa? ¿Alguien denunció penalmente por estafa a los propietarios de la empresa constructora? ¿Los barilochenses aprenderemos algu-na vez algo de estas experiencias reiteradas? Bueno les dejo estás preguntas, ojalá algún día tengamos una calle principal como correspondería a una ciudad turística de la importancia de la nuestra. Gracias por el espacio y felicitaciones por la revista.

Diego Orlandi

Hola Revista tODO: Quería decirles que disfruto mucho la revista, es una de mis compañías preferidas en estas tardes frías de invierno. También quería agradecerles que publiquen rece-tas aptas para celíacos en la revista. Es una buena manera de ayudar a quienes sufrimos esta enfermedad. Aprovecho para consultarlos por la posibilidad de conseguir números anterio-res, el último que conseguí es el N° 49 y aunque tengo varios son más los que me faltan, yo puedo ir a buscarlos donde me digan, desde ya muchas gracias y sigan adelante. Les mando un cariñoso saludo. amalia flores

Page 42: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

40 Cartas de Papel

La Página de Chirulo

Page 43: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita

[email protected](0294) 15 441 2530 | 15 441 2594

En cualquier aventura editorial te acompañamos en el camino

Ediciones Académicas y Literarias

Publicaciones InstitucionalesRevistas y Ediciones Especiales

Guías, Anuarios, Catálogos

Page 44: Bariloche - Patagonia / Distribución gratuita