bajo el silencio de la vida
DESCRIPTION
Bajo el silencio de la vida es un libro que a través de sus letras nos va mostrando los diferentes paisajes áridos, tranquilos, llenos de abundancia, belleza y color que nos acompañan en el transcurso de la vida. Temas como el origen de la vida, la grandeza, el amor, la tormenta y la paz; nos muestran lo bueno, lo malo, verdadero y bello que vive el hombre día a día. A través de cortas narraciones iremos paso a paso conociendo y observando como madura el interior del ser con el paso del tiempo y las situaciones que se presentan en el camino de la vida.TRANSCRIPT
BAJO EL SILENCIO DE
LA VIDA
JESÚS MARTÍN CEPEDA DOVALA
Bajo el silencio de la vida
Jesús Martín Cepeda Dovala
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© Jesús Martín Cepeda Dovala 2013. Bubok Publishing S.L., 2012
1ª edición
ISBN:
Impreso en España / Printed in Spain
Impreso por Bubok
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Dedicatoria
A mi esposa Gabriela Romero Pinto, primera lectora,
entusiasta y pródiga dispensadora de sugerencias sobre todos
mis trabajos, gracias por su apoyo constante, su paciencia
en el camino de mi vida y su impecable juicio.
A nuestras almas enamoradas que viven cada instante de la vida
un instante de amor y de ternura
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ContenidoBajo el cielo ........................................................... 8
La vida ................................................................. 11
La grandeza ......................................................... 13
La realidad ........................................................... 15
El paso del tiempo ............................................... 18
El nacimiento de un nuevo ser: el hombre ........... 20
La consciencia ..................................................... 22
Hombre líder, hombre mediocre .......................... 23
La naturaleza de la vida ....................................... 25
Al borde de la tempestad ..................................... 26
El descanso .......................................................... 27
En la sala ............................................................ 29
Vida después de la muerte .................................. 33
La iglesia ............................................................. 36
Un nuevo día ....................................................... 39
El origen de la vida .............................................. 42
El origen... La vida, la creación. ........................... 49
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El alma ................................................................. 54
Mi espacio ........................................................... 56
La tormenta ......................................................... 57
Amor .................................................................... 59
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Bajo el cieloPor el camino de la vida de increíbles colores y belleza sin
igual, voy caminando mirando el horizonte el gran
universo que me rodea. Un paisaje semiárido de gran
belleza se aparece ante mis ojos. Miro hacia los cuatro
puntos cardinales y me sumerjo en el silencio en la
tranquilidad que el espacio encierra. Palmas del desierto
con hermosas flores blancas que se elevan al cielo; aves
del color del desierto vuelan alrededor de las flores. Me
acerco y detienen su velo, me miran todos a la vez,
inquietos, sincronizados, como si de un único ser se
tratase, en su canto, el lenguaje de ellos que sólo entienden
se preparan para emprender el vuelo en la medida que me
acerco cada vez más, me miran como a un ser extraño en
su hábitat que invade su territorio, su mundo, su universo.
La luz del horizonte cambia. En la medida que la tierra
gira la luz que hay en este espacio hermoso parece
realmente una atmósfera de nacimiento y de creación del
universo. Miro arriba el zenit inmenso que nos abraza y la
superficie se torna en un espejo brillante de color
inigualable que no deja ver afuera. Siento, durante unos
segundos, lo mismo que debe sentir un ser de la creación 8
en este sosegado mundo nuestra casa llamada tierra,
ignorante de lo que transcurre más allá de la superficie
brillante que nos limita: mundo para el que no estamos
hechos.
Pienso en el hombre, y me pregunto si ese maravilloso
cielo este universo es también su frontera. Pero lo mismo
que el ave, que vuela en la inmensidad del espacio, se
asoma a nuestro mundo, también nosotros sabemos saltar
en la noche para mirar las estrellas y la oscura distancia.
Tampoco ahí, en esa noche eterna sembrada de estrellas,
podemos vivir nosotros, ni podría vivir nadie. Pero no, el
cielo no es la frontera; son las estrellas, todas las estrellas
en el cielo inmenso de celestial belleza, la verdadera
frontera. Más, ¡que salto tan inmenso para el hombre!
¿Quién podría darlo? Y sin embargo se cuenta que más
allá hay otro mundo y que un Dios desde allí, en el
espacio, en el universo que se sumergió una vez en la
Tierra. Y dicen también que se puede vivir intensamente
feliz al lado de aquel Dios extraordinario. No sé, yo me
pregunto si las aves son felices viviendo en una jaula al
lado del hombre...
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El tiempo pasa, y poco a poco percibo que mi tiempo se
agota, el tiempo se me acaba, siento que no estoy en mi
mundo, tengo que volver. Miro al horizonte y el sol parece
ocultarse tras la montaña, en la lejanía, los tonos del cielo
azul cambia en múltiples facetas y colores llenos de
armonía. Y la quietud del silencio de este hermoso espacio
invade lo más profundo de mi ser, y sólo sé, soy feliz a mi
manera en mi mundo bajo el cielo azul, bajo las estrellas.
El inmenso universo que me rodea.
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La vidaLa creación, la armonía del universo renueva todo lo
conocido y lo incognoscible, la tierra, la vegetación, los
animales, al ser humano, a los hombres que apaga y
renueva las conciencias de cada generación, que deja en
herencia sus éxitos y fracasos. Lo que fracasa se olvida,
aunque fuera la verdad.
El origen de vida, la cadena de generaciones que se orienta
hacia lo posible y no toma en cuenta lo bueno, lo
verdadero o lo bello ante los ojos del hombre si no resulta
viable.
El tiempo no perdona, avanza paulatinamente en el
espacio, en un instante que se impone ante nuestra
realidad, ante nuestra vida. Y lo real que se decanta es lo
que permite la vida. A veces sólo quedan abiertos algunos
espacios como si fueran puertas que sabemos que no
conducen a ningún lugar, y por ellas se van nuestros
pensamientos, nuestros seres queridos, nuestros hijos,
nuestras almas, pues son las puertas que conducen hacia
un mundo incognoscible. El nacimiento de una nueva
vida. Es necesario que la vida se mantenga, que dé un
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rodeo para que otras generaciones puedan entrar por la
puerta principal. La vida manda, y como el agua, se va por
el camino de menor dificultad; es el curso del torrente
empujado por su propia fuerza, por su vitalidad. Es el
camino del sendero de la luz y la música de las esferas que
conduce a la vida. Gracias al río de las generaciones, no se
detiene la vida por caminos rígidos, y la ligereza de la
juventud y su gusto por lo nuevo propician la creación y el
descubrimiento, haciendo que se imponga la ley natural, la
ley de la vida; que se imponga lo vital sobre lo racional.
Aunque por encima de esta banalidad, se salva y continúa,
pasando por encima, flotando sobre ella, lo más valioso de
la cultura de la creación, de la humanidad.
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La grandezaSi fuésemos capaces de resumir la vida humana en un
instante, en una secuencia, haciendo una analogía con el
reino vegetal, el animal, esos pensamientos que resumen
en unos segundos el día de una flor, desde que se abre en
el rocío de la mañana hasta que se cierra al atardecer,
entenderíamos el auténtico sentido de nuestra vida.
Contemplaríamos el abrirse de nuestra conciencia y la
maduración de nuestro espíritu, de nuestra alma.
Esplendor y belleza del ama, del espíritu, del cuerpo,
conciencia de la vida del origen; del principio; de la vida y
conciencia de la muerte, al final.
Al final contemplamos nuestra decadencia, nuestra ruina
física y mental, y somos conscientes de la sinrazón de
nuestra naturaleza, a la que vemos acabarse de manera
inexorable, poco a poco como sí el tiempo no cambiara la
plenitud del alma.
Sí…, nuestro cuerpo, el alma y el espíritu son vidas
paralelas, juntas pero independientes, son la unidad, es la
tríada. La del cuerpo arrastra a la del alma y al final la
aniquila, la fusiona a su creador. La del alma contempla la
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grandeza de su origen, de su destino, pero no puede
librarse de él, sólo aceptarlo. Y todo dura un segundo, un
instante, como la vida resumida de esa flor que se abre por
la mañana a la luz y decae al atardecer, así nuestro espíritu
es una gota fuera del océano de saturación bendita.
grandeza cósmica.
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La realidadDespués de meditar en la luz y el sonido el cuerpo se
queda relajado, el alma sin tensiones, la mente quieta. Un
bienestar lleno de paz nos rodea como si fuera un blindaje
de energía, es algo que no se comprende ni se entiende con
la mente llena de apegos, solamente nos complace, nos
llena de amor y de ternura, nos despreocupa de nosotros
mismos y nos hace receptivos a lo exterior.
En uno de esos momentos de sosiego salí con mi esposa
mi Amor, el Amor de mi vida mí querida Gaby, salí a
pasear tranquilamente por la montaña, por los caminos de
la vida. Una hermosa nube blanca, iluminada por el sol,
flotaba inmóvil en la lejanía sobre la sierra. Sus formas
algodonosas y bien definidas en el cielo diáfano me
mostraban su auténtica realidad: era espléndida, tranquila,
armoniosa en su existencia sobre la inmensa superficie del
cielo azul; estaba afirmada y segura en su ser, que se
mantenía en perfecto equilibrio a lo largo de la tarde.
Sin embargo en otros momentos de inquietud y
desasosiego, mirando el cielo el horizonte, he sentido
muchas veces la indiferencia y otras la fría hostilidad de la
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naturaleza; muchas, muchas veces, si, la inmensa soledad
y el vacío de los elementos. Y me preguntaba en aquel
momento feliz si lo que veía en aquel bello horizonte, en
aquella bella nube no eran sólo los propios sentimientos y
sensaciones con los que la miraba. ¿No, era mi propio ser
interior el que estaba en paz, acompañado, equilibrado,
afirmado en el ser?
Las cosas no son de ninguna manera. Es la condición
interior lo que se pone en la mirada y con ella vemos las
cosas.
Cuando estamos enamorados descubrimos que todo el
mundo es maravilloso, y creemos firmemente que es
únicamente nuestra condición, habitualmente ofuscada y
triste, la que nos impide ver la belleza de todas las cosas.
El enamorado está iluminado por la máxima intensidad del
ser, y no se equivoca al decir que lo que ve es la realidad,
la máxima realidad posible, la que pudiera ser siempre.
Pero las cosas son neutras en sí, en sí misma, aunque
nuestra alma percibe en ellas semejanzas con su propio
estado de ánimo. En el mismo paisaje el hombre tranquilo
se fijaría en la nube que flota apacible sobre nosotros; el
inquieto, en las pequeñas olas de amor y de energía que no
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cesan de moverse, que nos mese. El AMOR es la más
grande manifestación que existe y que no hay palabras
para describir, lo que nuestro ser interno siente, vive y
hace que nuestra mente vea las cosas diferentes.
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El paso del tiempoEl tiempo fue pasando paulatinamente, poco a poco
maduraba el interior de mi ser. Los años fueron pasando al
ritmo de las distintas edades, al compás de los diferentes
quehaceres y situaciones de cada momento, en cada época,
que nos fue alejando de la infancia, hasta convertirnos en
hombres, acercándonos a la madurez, a la vejez.
El destino es un camino que conduce a la vida, ¿Pero que
es el destino? ¿Cuál es el camino para encontrar la Paz?...
el Camino de la vida, esta trenzado con el azar en cada
momento, sorprendido por las circunstancias, aunque con
líneas tan definidas en nuestra memoria, en nuestro
interior, como si cada paso hubiese sido el mejor elegido y
este depende de cada uno no de los demás. Es humano
caer en el error y una estupidez permanecer en el.
Momentos y etapas en la vida han ido pasando, y a través
del tiempo y la distancia escucho la música de las esferas,
veo la luz en el sendero que conduce a lo incognoscible
como un fuerte imán que me arrastra al océano de
saturación divina. Escucho suavemente la música celestial
al paso del tiempo en lo más profundo de mí ser, en mi
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soledad. Aquí está presente en nuestro espacio, en nuestro
tiempo, la luz y la palabra, la música celestial, la música
de las esferas, la palabra mensajera, el canto más hermoso
que abraza al alma, a mi espíritu, y sus notas provocan
nostalgia por la tierra prometida, son los años
transcurridos, el paso del tiempo que ahora suena en mi
memoria.
Es mi propio ser interior el que busca la paz, el equilibrio
de la vida. Es el interior, el alma la que grita al silencio
con la mirada en el sendero de la luz y la palabra.
Mi alma está enamorada de ella, la palabra creadora, y al
mirar a mi lado ahí encuentro mi alma gemela, a mi
amada, a mi esposa y mi alma la abraza con el corazón,
descubriendo cada día, cada instante en el paso del tiempo
el mundo más hermoso y maravilloso de la vida, de
nuestra vida.
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El nacimiento de un nuevo ser: el hombreNacer, crecer, desarrollarte, madurar, vivir y luchar contra
la fuerza del entorno que amenaza con limitar nuestra
naturaleza de grandeza y de transformación con
utilizarnos, con empequeñecernos, con anularnos.
Debemos ser conscientes de nuestra propia existencia, de
que somos una gota fuera del océano de saturación divina,
de que nuestra alma, nuestro espíritu es grande, de que
tenemos que aprender a vivir en el medio más no como el
medio. Aprender a vivir cada día, levantarnos de cada
error y después, de la propia enfermedad, y luego ver
morir a nuestros padres a nuestros seres más queridos y no
saber entender su desaparición. Uno ha disfrutado y
sufrido, ha conocido la emoción del descubrimiento, el
miedo y la aventura, y a veces ha rozado el amor, la
grandeza, la pureza, la esperanza, la fe, la belleza del
amor. Cada día conocemos todas las posibilidades que
ofrece la vida y sólo nos queda repetir las experiencias
gozosas. La dimensión del espíritu no está colmada sin
embargo y se resigna a pasar, a cerrar un ciclo más de la
existencia humana, ignorando el misterioso significado de
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la creación de la vida, del ser hombre. No comprendemos,
no sabemos que la verdad no está en otra vida, sino en lo
que podamos hacer y ver desde esta, y que quizás un solo
día, un solo instante baste para colmar la existencia. Algo
se oculta tras la marcha cotidiana de las cosas, del devenir,
del nacer y trascender, de la vida y de la muerte, tras el
andamiaje sobre el que está construida nuestra existencia.
Después de viajar con el pensamiento al espacio remoto,
de contemplar la pequeñez de nuestro mundo de lo que
somos y sentirse perdido en la inmensa dimensión del
espacio y del tiempo, vacía de espíritu, vacía de todo,
donde las remotas estrellas permanecen definitivamente
alejadas, suspendidas en la oscuridad más profunda, uno
tiene que volver otra vez a este mundo. Volver entre los
hombres, nuestra especie anhelando convivir con ellos,
reconocerse en ellos, y aceptar que lo humano, lo
entrañablemente humano, es lo más intenso que se puede
encontrar por el Universo. Sin embargo nuestro espíritu,
no puede colmarse, como si un Dios estuviera creciendo
dentro y no nos resignamos a vivir y a morir siendo
simplemente hombres. Porque somos cada uno dioses y
diosas latentes en un mundo limitado.
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La conscienciaCada día un nuevo ser nace, esa criatura indefensa, esa
mujer, ese hombre revestido con su osamenta y su abrigo
llamado piel que se agota lentamente a través del tiempo y
de su propio espacio: es la vida, es la muerte posada en
esos cuerpos que extinguen su vida y apagan la mirada,
con los ojos sin embargo tan abiertos. Mueren en cantidad,
como las plantas agostadas por la sequía del desierto.
La conciencia es un nacer y un morir. Un milagro que
crece con la fuerza de la vida y después se extingue. Como
una mirada, que siendo tan bella se apaga sin embargo y
desaparece. Así es la muerte, para el alma y para el
hombre: inaceptable…, si sólo hubiera una mirada del
alma y sólo un hombre. La belleza de la vida, la grandeza
del amor existiría.
22
Hombre líder, hombre mediocreExisten dos maneras de enfrentarnos como hombre a la
existencia: darse por terminado, construido, y vivir con esa
manera de ser un mediocre y responsabilizar a los demás
de nuestras acciones, o permanecer en evolución,
cambiando, mejorando, creándose, buscar en cada
experimenta una o mil oportunidades para corregir los
errores y ser mejores. El primero dispone del tiempo para
disfrutar de la vida, para amar el sol y la tierra, para estar
en calma y gozar los placeres y cuando se encuentra con
un problema no busca resolverlo, sino que busca a quien
responsabilizar y decir que no es su trabajo para
solucionarlo. El segundo es un ser que se suicida
continuamente busca en cada momento ir hacia delante,
nace cada día y abre sus ojos con asombro a una realidad
cada vez más luminosa, permanece siempre niño, a la vez
juguetón y a la vez aturdido e indefenso, ve los problemas
cómodo una área de oportunidad para seguir creciendo,
madurar, transformarse a sí mismo y ayuda a los demás a
crecer a ser cada día mejor más grande.
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Cada vez que emprendas algo recuerda todo, cada instante,
cada momento piensa en la mejor forma en que podrías
realizarlo y una vez lo hayas hecho hazlo dando lo mejor
de ti, haciendo las cosas con excelencia. No todo lo que
emprendes pensando en grande llegará a triunfar, de hecho
pasarás por muchos fracasos, tenlo por seguro, pero cada
vez que fracasas, estás un paso más cerca del éxito más
grande que podrías imaginarte.
¿Por qué hacerlo mal?, si podemos hacerlo bien, ¿Por qué
hacerlo bien?, si podemos hacerlo mejor , ¿Por qué
hacerlo mejor?, si podemos hacerlo EXCELENTE
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La naturaleza de la vidaLa realidad es una triada y sin embargo es una ante
nuestros ojos ante nuestra vida. Una mirada y todo existe.
Cada día, cuando el sol aparece en el horizonte nace un
nuevo día, se levanta sobre la tierra, se despierta el hambre
de vida. Y la vida devora a la vida y se impone la fuerza y
la astucia de un momento, de un nuevo existir. Al final el
equilibrio retorna; todos son necesarios, cada uno en su
papel.
Una mirada y yo existo. Otra mirada y soy devorado. La
vida devora a la vida y las almas devoran a las almas; pero
no del todo. Al final el equilibrio se impone, porque todos
somos necesarios, el cazador y la presa. El todo y la nada,
la grandeza, la belleza de una nueva conciencia.
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Al borde de la tempestadEl día había estado densamente nublado; no había parado
el frío, hacía mucho frío. El viento era helado. A través de
la ventana se veían las plantas escarchadas de hielo; se
veía cruzar en las alturas del cielo nublado las aves
emigrando, anunciando un nuevo cambio de clima, una
tempestad helada estaba por llegar.
A media tarde apareció por el horizonte un trozo de cielo
completamente despejado. El sol se filtraba e iluminaba la
serranía, increíble era su belleza. Al poco, la mitad del
cielo lucía ya con un azul profundo y brillante; la otra
mitad seguía densamente nublada y se desplazaba
aparentemente. No había duda: estaba pasando el verano,
entraba el invierno. ¡Dios mío, qué pequeños somos! –
pensé–. A simple vista no sabemos lo que pasa por encima
de nosotros. No sabemos cuál será la consecuencia bajo
este espacio limitado en que vivimos.
Noche de tempestad, tórrida noche de cuartel de satánicas
pasiones, que arrojó de sus antros egoísmos y que hoy
aclaman con su tea. Exuberante ayer de espinas piélago...
26
El descansoDías de Descanso. No hacer nada, no hay programa. El
sueño, el silencio y la reflexión es una bendición donde el
alma vuela y la mente cuestiona todo.
Despertarse prolongando conscientemente las sensaciones
agradables del sueño, porque no hay nada que hacer. Solo
pensar y reflexionar sobre la vida, la existencia, la
grandeza de todo aquello que nos rodea, que percibimos o
no. Disfrutar a la amada esposa, a los hijos, a los nietos a
la familia, leer, escribir. Esperar que la vida aporte su
estímulo y entretanto dormitar, escuchar los murmullos del
silencio.
La vida existe por sí misma y no hace falta gobernarla.
Hay que vivirla, disfrutarla como si fuera el último día de
nuestra existencia.
El día transcurre lento y apacible, y la sonrisa de los seres
queridos, de los niños, la amistad surge espontánea como
regalos del alma ya despierta, que no busca pero encuentra
la grandeza del espíritu de un día lleno de vida y de alegría
tanta.
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El día es una semilla, lo que siembras cosechas, dulzuras y
amarguras, alegrías, tristezas y llantos, así es la vida. Lo
que un hombre siembra eso cosecha. Vivir la vida
intensamente como si fuera el último y no un imitador, ser
uno mismo.
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En la sala Anochece el frío invierno. Llueve. Nadie anda por la calle.
Es uno de esos días en que estamos todos refugiados en
nuestra casa, hogareños y casi felices; saboreamos el calor
interior cómodamente sentados o medio tumbados en la
sala platicando, tomando refresco, ponche, un tequila,
escuchando música, esperando la cena de fin de año, como
un pretexto para estar juntos sin sentirnos obligados de
nuestras cosas, hablamos del trabajo, de los hijos, de los
nietos, de nuestras vidas diferentes, de nuestras distintas
perspectivas e inquietudes. La música invade nuestro
espacio, exquisita se oye como distante y creo que nadie
le presta atención, veo a cada uno de nuestros hijos de
nuestros nietos, a mi esposa y cada uno parece dejar vagar
sus pensamientos sobre el silencio de su interior
recordando tal vez la nostalgia de la vida, los momentos
felices que nos unen en el recuerdo del tiempo, al fondo se
encuentra el estudio donde se encuentran libros con
historias, con vidas diferentes que nos narran la vida de
otros tiempos, de otros espacios, en las paredes y en los
estantes se ven repletos de figuras, fotografías, objetos
decorativos elegidos algún día con devoción por su valor o 29
belleza y que ahora siguen ahí impasibles, desapercibidos,
formando un escenario barroco frente al que transcurren
nuestras vidas cotidianas.
Precisamente, hace pocos días traía ilusionada mi esposa
un adorno. Lo acababa de comprar. Venía radiante y
estuvo largo tiempo buscándole un lugar destacado,
colocando y recolocando todas las figuras y mirando
arrobada el resultado largo rato. Sin duda la belleza de la
figura en el brillo de sus ojos era para ella el reflejo de sus
sueños enamorados de dar belleza al hogar. Recuerdo la
ilusión con que los primeros años de matrimonio fuimos
colocando mi amada esposa y yo toda aquella multitud de
objetos, adquiridos en diferentes viajes unos, otros
encontrados por azar en cualquier tienda una tarde de
paseo. Cada navidad, cada año recordamos a nuestros
padres que ya han partido...
Nuestras madres se encuentran cada una en su ambiente
tristes también de cara a la Navidad, del nuevo año que se
avecina, enfrentado a su noventa y cuatro años que
presienten será el último… platico con mi hijo David, él es
el menor el más allegado, el me escucha y está al
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pendiente cada día de nosotros no deja de preocuparse... le
hablo del rancho que me heredo mi padre, del rancho que
mi padre heredo del suyo, le comento que es de él, de sus
hermanos, él me sonríe y me abraza y me dice Pa te quiero
no te preocupes,... hijo: "…las cosas quedan, las gentes se
van, y la vida sigue igual…". Su rostro sonreía y enrojecía
a la vez de emoción, y no ocultaba el intenso brillo de sus
ojos, nadie sabe si producido por el humor o la tristeza. A
él ya no le importa colocar nuevas figuras en la estantería,
pero en lo que sí se fija, sobre todo cada vez que viene a
casa los fines de semana, en las Navidades, al finalizar el
año, es en los retratos, en todas esas personas y escenas de
su pasado que un día fueron su presente encendido, y a las
que nosotros no prestamos casi atención. A mí tampoco
me hace ilusión ya colocar un nuevo, aunque sé que si
desaparecieran los que hay, notaría un vacío inmenso, una
desnudez sorprendente, no sé si triste o liberadora, o
quizás las dos cosas a la vez. De lo que sí estoy seguro es
que conservaría desnudo ya todo ese espacio, porque aún
no quiero vivir de los recuerdos y ya no pretendo
alimentar nuevas esperanzas ni admirar nuevos ídolos de
dicha. Hoy me atraen sólo los sentimientos, de mi esposa,
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de mis hijos, de mis nietos, de las personas, el contacto de
las almas… aunque cada ser humano un alma es una
energía fugas cambiante, que no se dejan colocar en una
estantería y parecer eternos; el alma de un ser aparece y se
van, sutiles objetos también de ensueño que no permiten
su permanencia olvidada…las almas pasan, las gentes se
van, y la vida sigue igual.
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Vida después de la muerteSigue la vida sus caminos, lentamente, después del suceso
fatal. Murió un ser querido de manera tan inesperada…
entre mis brazos ella se encontraba con su faz tranquilla
llena de amor...tal vez lo presentí, que en cualquier
momento esta alma pequeña, mi amada, partiría... Su
rostro y su cuerpo se encontraba frío entre mis brazos y en
la mortaja conservaba la expresión habitual… hasta
insinuaba una sonrisa. Sólo la blanca palidez con que la
muerte congela los rostros nos escupía en el corazón la
certeza de que la vida se había escurrido de aquel cuerpo.
Y su imagen nos acompaña siempre y ahora sigue la vida
sus caminos, lentamente, entregada a los quehaceres
cotidianos…ella partió...Hacia dónde, no lo sabemos,
imaginamos todo más sin embargo nadie nos ha explicado
que, hacia donde vamos después de abandonar este
cuerpo, y nosotros continuamos nuestro camino, en esta
vida llena de amor y de sufrimiento tanto y de cuando en
cuando, sobresaltados, nos volvemos a acordar del suceso,
de la vida, de la muerte, y nos invade el remordimiento del
olvido. ¡Dios, cómo puedo vivir sin darme cuenta de que
ha muerto!33
Sí, es una locura, un desgarro en dos del alma, querer vivir
y recordarlo. !Cuánto sentido tenían los ritos de ayer!: el
velatorio, que nos inundaba de la certeza de la muerte y
nos consolaba por unas horas de la crueldad de dejarle
abandonado para siempre; los funerales, el medico que
certificaban su muerte entre todos y los pocos amigos que
la conocieron; el consuelo de los amigos que nos obligaba
a explicar el suceso y hacerlo consciente de manera
definitiva; el luto interior, que nos permitía recordar
constantemente, durante algún tiempo, al que se fue, para
que la certeza de su ausencia se implantase en nuestra
alma y nos permitiera rehacer nuestra vida sin ella, y ahora
el mi padre.
Pero hoy todo se ha perdido, y queremos enseguida vivir
sin él y recordarle a la vez… y nada encaja, y todo se
consuma en un olvido que hace daño, que asesina.
No se puede vivir sin morir interiormente, sin dejar que
lentamente vaya muriendo aquel que fue y que sigue
adentro. Aprender a vivir en el medio, más no como el
medio, vivir cada instante como si fuera el último y pensar
en la vida después de la muerte.
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La iglesia En silencio, con un nudo en la garganta recurrí al templo y
le pedí ayuda al sacerdote... Al inicio me hizo esperar
entre diez y quince minutos y yo con mi hija en los brazos
espere serenamente con mi pensamiento en Dios y en su
recuerdo... Me encontraba sentado, en silencio,
reflexionando sobre el sentido de la vida, de la muerte, de
lo sucedido.... al cura no lo conocía, aparentaba ser
amable. Me saludo, afable estrechando mi mano y el
féretro en mi otra mano. Hizo comentarios generales sobre
los costos de la misa y sus honorarios y cuando le comenté
que no tenía dinero para pagarle, que necesitaba la
bendición para enterrarla... Él dice: lo siento, no puedo
ayudarlo y no tengo tiempo..... Esas palabras aún
permanecen y retumban en mi mente, en mi corazón, salí
de la iglesia y me dirigí al cementerio, solicite el apoyo de
una amiga que me ayudo para pagar los impuestos y el
espacio donde le daría sepultura.....
El encargado el panteón me comento que no tenía quien
pudiera hacer la fosa y que él no tenía tiempo...sin
embargo me señalo el lugar y me dio un talache y una pala
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y de esa manera cabe durante varias horas el lugar donde
quedaría mi hija…
Cuando fallece mi padre fue distinto en otro lugar en otro
espacio en otro ambiente...el cura era un viejo conocido de
la familia...Nos saludó con un mensaje de paz, afable
estrechando las manos de los parientes más cercanos. Hizo
comentarios generales sobre la vida y la muerte, la
resurrección, sobre el simbolismo de la vida después de la
muerte… Son otros tiempos –pensaba- la muerte es un
misterio que nadie ha podido descifrar, la vida es la
oportunidad para crecer y ser mejor, para vivir en armonía
y crecer en todos los sentidos...pero...el hombre no respeta
ni la vida, ni la muerte, le teme, llora, grita impotente ante
su mediocridad.
Y habiendo atraído la atención de los familiares, por
sorpresa, ante el féretro, comenzó sus responsos abriendo
un libro de rezos ajado, con las páginas habituales sobadas
ampliamente en las esquinas por donde los dedos las
manejan.
Lee mecánicamente, haciendo a veces énfasis en algunos
párrafos mientras mira a la familia sondeando emociones;
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de vez en cuando intercala comentarios personales
simpáticos, casi graciosos, y continúa el responso ritual,
que sabe de memoria y recita mecánicamente mientras la
mirada de mi madre, de los hermanos, los hijos, los
familiares se encontraba distante perdida en sus
pensamientos, en sus recuerdos. El cura recordaba a los
feligreses que dieran limosna para ayudar a los
necesitados... Concluye la misa y los familiares y amigos
acompaña al féretro hasta la sepultura. Allí los amigos
cercanos, los familiares, dicen unas palabras algo más
sentidas y pronto se despiden, silenciosos, apretando las
manos de los deudos, recomendando valor; palabras por
primera vez humanas que sí llegan al corazón. Estos
instantes nos ofrece un momento de reflexión, pensar
sobre la vida, sobre la muerte...
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Un nuevo día Cada día es distinto, cada amanecer... unas veces son
amaneceres extendidos, hacia el alba, días que se
prolongan y otros que se acortan...hasta el nuevo sol… –
hay momentos en que llega el sueño breve que rompe el
curso del día.
Otras veces son renaceres, nuevas vidas que se nos regalan
después de un sueño feliz y abandonado de aparente
fantasía. Cada día renacemos con un espíritu y un alma
remozada, rebosante, dispuesta a disfrutar el nuevo día, el
nuevo sol. Los días rompen el silencio, de la quietud del
alma que descansa y se embriaga de la hermosura del
ensueño, el canto de las aves rompe el silencio y anuncia
un nuevo día, la brisa y el rocío del nuevo amanecer se
hace presente tocando el cuerpo y despide al cielo
nocturno de la fantasía que embriaga al alma.
En ocasiones al iniciar el nuevo día se nos presenta como
si fueran mañanas amorfas e indecisas que uno quisiera
evitar, prolongando el sueño, el dulce estupor del sueño
hasta la hora en que ya sólo cabe esperar otra vez la noche.
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Habrá días, mañanas de angustia y pesadumbre ante el
nuevo amanecer que aparenta ser amenazante, con su reto
ineludible que destruirá más aún nuestra entereza, que
arrastrará más abajo nuestra esperanza. Hay días en que
nuestro cuerpo y nuestra alma nos despiertan cansado,
impulsados ciegamente, como única alternativa, al suicidio
cotidiano.
Y también se nos presentan los dulces recuerdos de
aquellas las mañanas de cuando niño, absolutos
despertares, nacimientos repetidos, cuando cada día era
nueva la vida que lentamente se iba desvelando mientras
nuestra madre nos recordaba que había que tomar el
desayuno y prepararse para ir a la escuela. Y nuestro padre
nos invita a al trabajo a la faena de ir a la ordeña a las tres
y media de la mañana. Recorríamos 18 kilómetros para ir
al establo del rancho.
Con el tiempo tendremos mañanas de incertidumbre, de la
vejez, cuando la vida ya no importa, cuando ya no
importan más los sueños, los dulces sueños que nos traen
escenas de nuestra vida pasada, felizmente recompuestas:
aquellos rostros jóvenes, aquellas personas queridas…
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nuestros padres, nuestra esposa, nuestros hijos, nuestros
nietos... Mañanas que intencionadamente prolongan los
sueños hasta que la luz del nuevo día deja las evidencias
del ocaso en nuestro horizonte: ese dolor de huesos, la
náusea cotidiana… ese dolor que marchita el alma...
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El origen de la vidaEl origen de la vida es, más no desde siempre; la vida del
ser humano es una gota fuera del océano de saturación
divina. La energía vio como poco a poco en que se alejaba
de su núcleo esa pequeña partícula se tornaba dual y se dio
el origen de las especies de la creación que hoy
conocemos.
Lo que vemos y no, es, más no desde siempre; el origen de
la vida es la creación, el universo nos vio crecer, nuestro
planeta fijó nuestro camino, nuestro destino, trazo su
propio rumbo al formarse en piedra burda, al enfriar su
magma, y después se desgajó de la montaña. El árbol es,
creció cuando vivían nuestros antepasados, nuestros
abuelos, nuestros padres y hoy se impone abierto al
tiempo, al espacio, en el aire. El pájaro es, y canta en la
rama. Yo soy, y me pregunto, reflexiono. ¿Cuál es el
origen? ¿Cuál es el principio? ¿Cuál es el fin?
El hombre nace, crece, se reproduce y finalmente llega a
su declive…La piedra se desgasta, el árbol se seca, el
pájaro, muere simplemente un día. Yo, en mi ausencia,
reflexiono sobre la vida y la muerte, me cuestiono todo 42
antes de morir para vivir, me pregunto, una y mil veces,
reflexiono sobre la vida, sobre la muerte, me pregunto,
pienso, medito...
Miro al hombre, a la creación a lo que hay a mi alrededor,
observo los fenómenos, a la cosa en sí. Observo, miro
detenidamente, lentamente que la vida es un segundo; un
segundo un instante en el tiempo, en el espacio, en la
cadena de la vida que perdura, que promete durar más,
tanto como la energía creadora de este pobre universo. Tu
vida, mi vida, cualquier vida, qué más da… la vida es lo
que importa pues no cesa. Toda mi existencia, el camino
largo de mi vida o corto que he recorrido, que he
transitado cabe en un segundo en una fracción del tiempo,
de la creación. ¡Pero mi recuerdo es tan inmenso… mi
existencia tan larga para mí! ¿O tal vez sólo detallada, un
segundo minuciosamente detallado para permitirme
construir en la mente un pequeño pedazo de mundo? La
creación del universo, de nuestro mundo se construye
átomo a átomo, partícula por partícula, piedra a piedra,
árbol a árbol, pensamiento a pensamiento, libro a libro,
hombre sobre hombre.
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Mi padre decía que la vida se mira tan lenta que ve crecer
la creación. El Padre mira tan lento que ve crecer un nuevo
universo, un nuevo mundo, en el vientre de la madre. La
madre el más grande ser de la ceración único ser que en su
propio ser protege y da forma y sentido a la creación del
nuevo ser…el hombre. El hombre mira tan rápido que sólo
ve la trama del origen del universo, del mundo y de sí
mismo. Todo es cuestión de tiempo, de la escala del
tiempo. La conciencia depende del ritmo vital; la realidad
que vemos depende del tiempo durante el que se mira. No
existe una realidad, sólo muchas maneras de ver algo que
se está creando. La realidad es una triada, y sin embargo
es una para el hombre que mira con el ritmo en que se
construyen las cosas, pero se le escapa la totalidad del
proceso. Solamente el creador es el que las puede
contemplar desde el principio hasta el final, terminadas; es
el que las posee. La mirada más lenta posible vería como
el mundo se hace en un instante. El Creador es el
infinitamente lento, el estático, el que no cambia mientras
se construye el mundo, el sonido de las esferas, es palabra
mensajera que en aras de los tiempos con rítmicos acentos
hace el sordo escuche, el ciego mire y el mudo hable...,
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como decían los antiguos, la vida es origen de fuente
inagotable, que imaginaban al alma, al espíritu la fuente
que nos da aliento sosteniéndolo en su caparazón. ¡Qué
bella imagen, que afinada intuición para representar el
transcurrir de los tiempos del mundo sobre la conciencia
impasible del océano de saturación divina!
Hay una cosa sin embargo que llama la atención en la
imagen del océano de saturación divina: sostiene el
mundo, lo lleva sobre si misma que cuando se fusiona una
gota al océano pierde su identidad y adquiere el poder en
su lento caminar, lo soporta, pero nada indica que lo
construya; sólo le presta el tiempo, que para ella parece no
tener fin. La lentitud del creador es la lentitud del
contemplador también. El contemplador quizás sueña que
crea, imagina el proceso, sigue su ejecución, como esos
ancianos jubilados que contemplan perezosos y
complacidos las obras públicas y hacen suyo el resultado.
Si existe alguien que nos mira desde siempre, ¿será sólo
eso, un contemplador? Después de todo, el universo tiene
toda la pinta de concebir por sí mismo y como puede ser y
no ser… ¿o no?
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Somos como abejas obreras del mundo, ajenos casi
completamente a la obra total; lo construimos creyendo
que construimos nuestra vida, y no damos demasiada
importancia a esa pequeña piedra que colocamos en la
obra, que para nosotros significa sólo sobrevivir. Y es
curioso que persiguiendo simplemente nuestro interés se
vaya construyendo un mundo sin un creador que dirija los
trabajos. ¿No nos da eso la pista de qué tipo de mundo se
está construyendo? Sencillamente aquél que facilita la
vida de los individuos, que les permite sobrevivir con más
facilidad. No en vano la población humana ha crecido
inmensamente mientras la población animal y vegetal
desciende de día en día. El hombre se apropia de la
naturaleza, la explota en su favor, crece, crece, crece… y
acabará transformándolo todo, haciendo el mundo a su
imagen, a la medida de sus necesidades. Acabará sabiendo
sobrevivir sin la naturaleza, en un mundo artificial,
producido, autónomo. El hombre no se da cuenta que
destruye su propia naturaleza, su propio origen, destruye la
vida. Destruye a la madre tierra. El futuro presenta al
hombre ante sí mismo y no ante la naturaleza como en el
pasado. El hombre forja su propia destrucción, cava su
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propia tumba por sus intereses mezquinos de querer
conquistar y transformar lo que no le pertenece.
El hombre conseguirá su propia autonomía, su total
autonomía, y tendrá la vida garantizada sin trabajo. La
Humanidad se vuelve ociosa, la tarea paró. Y el hombre se
enfrentara por primera vez, como especie, a la conciencia
de su vacío, de su propia ignorancia. Deberíamos de
retomar nuevamente el devenir de las cosas, de reflexionar
y de observar y fijarnos detenidamente en la naturaleza del
universo, lo que soporta el mundo y sentir el fluir y
devenir de la creación y de sentir miedo de lo que pasara
después de dejar esta vida. El hombre se ha esforzado en
suplantar la vida. Pero se siente incapaz de entender su
existencia, es algo que se escapa de su control pues no es
ni algo natural ni algo inventado. O sí era algo natural,
pero en otra dimensión distinta de la suya y desconocida.
Sólo le quedaba intentar comunicarse con ella, intentar ser
como ella, aprender a conocer su mundo. Así comenzó la
era de la humanidad, la era de su transformación. El
hombre debe quitar sus viejos hábitos, debe aprender a
desaprender lo aprendido para entrar a un nuevo
conocimiento y ocupar un nuevo sitio en la creación de su
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universo. El hombre debe evitar a formarse su caparazón
incipiente, que milenio tras milenio va engrosando, presa
en su tarea, esclava de su destino que el mismo ambicionó.
Y de nuevo, misteriosamente, se está construyendo algo
ajeno sobre ella, algo ajeno a su propio afán: un nuevo
mundo.
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El origen... La vida, la creación.Como explicar el origen de la vida, la creación del ser
humano... es crítica, difícil de explicar ya que se dan
michos tabúes. Imaginar el origen, el nacimiento de la
vida, como una semilla. Para que una semilla de fruto es
necesario romper abrir el vientre de la madre tierra, y
depositarla en ella. Es necesario e importante estar al
pendiente para abonarla y alimentarla cuidarla para que en
su proceso formativo y en lo que le espera en el
futuro...sea fuerte... la semilla al ser depositada en el
vientre de la madre tierra, una vez cubierta, se le protegerá
y se le alimentara, y ella misma aprenderá alimentarse de
la dulzura y la amargura que existe en su medio, hasta
llegar el momento de morir como tal y dar origen a un
nuevo nacimiento...su germinación. Transición importante
para vivir en el medio mas no como el medio. A partir de
ese momento, su alimento que existe en el vientre de la
madre tierra sus ingredientes serán dulces y amargos,
positivos y negativos para su crecimiento, la alimentación
y el abono serán importantes para su futuro.
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Cuando llega a su estado de maduración internamente sale
al exterior y ahí entrara otra nueva etapa de su vida a
aprender a vivir en el medio más no como el medio,
aprenderá a valorar se y la dulzura y. La amargura que
adquiere de lo interno, de sus raíces aprenderá a crecer, a
fortalecerse y a desarrollarse, madurar en su crecimiento
hasta llegar a la etapa en que tendrá que dar la flor, el
aroma de su nueva vida, con el tiempo morirá la flor para
dar origen a un nuevo ser al siento por uno al fruto de sus
entrañas...el ya formado con la conciencia y la maduración
tal dará frutos dulces y amargos ya que es parte de su
propio alimento, de lo que existe en su interior y en el
medio que lo rodea... Se reproducirá al ciento por uno, y
solamente con el apoyo de un ser externo. Podrá
desarrollar y dar vida a un nuevo origen....
Algo similar ocurre con el nacimiento del ser humano... La
mujer por sí sola no podrá dar vida a un nuevo ser.... El
hombre tampoco... Para qué esto ocurra es importante que
el hombre rompa el vientre de la madre para depositar su
semilla y si la tierra es fértil a semilla empezara su proceso
de transformación a través del tiempo y de su propio
espacio... Ese nuevo ser se alimentara en el interior del
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vientre de su madre de dulzura y amargura con la que
empezará su odisea de aprender a vivir y a morir
diariamente con las acciones positivas y negativas de la
madre y de dónde esta se desenvuelve... Una vez
desarrollado dentro del vientre de la madre saldrá al
exterior para emprender su nuevo proceso de
transformación de su vida, de su existir...Al igual que la
planta crecerá, se desarrollará y madurará hasta llegar a su
nivel donde su fragancia podrá ser fértil para emprender su
propio desarrollo.
El primer día se hizo la vida y la carne fue alimento de la
carne, y la muerte del débil fue necesaria: la madre el más
grande misterio de la vida de la creación y del desarrollo
de su propio universo.
El segundo día, el nuevo ser se hizo fuerte había crecido
tanto que ya no tuvo espacio para su desarrollo y busco un
nuevo camino para seguir adelante... murió en lo interno
para nacer en lo externo, abandono el vientre para iniciar
una nueva vida, comenzó vivir y a morir de hambre. Así
alcanzó un equilibrio en él, de dulzura y amargura para
aprender a vivir en el medio mas no como el medio,
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aprendió a ser el mismo y llenarse de fortaleza para existir
en equilibrio.
El tercer día nació la conciencia del hombre y su
inteligencia se desarrolló, enseguida, con sus capacidades,
habilidades y actitudes aprendió a transformar la creación
de su propio universo y empezó a utilizar la fuerza y la
explotación.
El cuarto día, las almas los débiles, contemplando el
horror de la creación, la incertidumbre de la vida y de la
muerte, quisieron corregirla y abolir las leyes a transgredir
a la naturaleza, e inventaron infinitas cosas y entre...ellas
el amor. Era un sentimiento tan intenso que enseguida se
propagó por todo su ser y busco la unidad.
El quinto día busco la unidad en el amor no fue capaz de
borrar los malos hábitos que fueron sembrados por las
antiguas almas de los hombres, no supo cómo controlarlas.
Sin embargo, las almas fuertes supieron cómo lidiar con
las compaginar las leyes de la naturaleza, y aprendieron a
aplicar la unidad en el amor entre sus familiares y amigos,
y las leyes de la fuerza y la explotación de la naturaleza y
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de los humanos. El hombre aprendió a utilizar la
hipocresía, la política, las ideas de democracia y libertad.
En el sexto día apareció la globalización del conocimiento,
la tecnología de la información y la comunicación y los
fuertes aprendieron a intercambiar información en tiempo
real y fueron capaces de movilizarse a comunicaciones
globales..., los hombres fueron capaces de movilizarse a la
vez en todo el mundo, manteniendo una actitud común; y
con el tiempo se transformó en poder y supo imponer su
opinión.
El séptimo día, el Mundo descansó por fin.
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El almaAprendemos de todo en esta vida, y sin embargo,
continuamos en la ignorancia de saber, de conocer que
existe más allá de la muerte, sí, todo empeño es inútil y
todo esfuerzo baldío, sirviendo en el más afortunado de los
casos para dejar una memoria de sí mismo que durará
algunos milenios, lo mejor será vivir apaciblemente, sin
desear nada ni pretender nada; dejarse vivir como el paso
del viento, de las nubes que lentamente, silenciosamente,
que nos hacen sentir la brisa ligeramente cálida del
coexistir, el placer simple y natural de respirar, descansar
o dormir, la sencilla maravilla de ver la luz y los colores o
tocar las cosas y oler el aroma y fragancia de lo existe en
nuestro contorno, de sentir la armonía que el universo
encierra. Y a los otros, verlos como se mira al paisaje, un
paisaje de almas, dejándolos ser como se deja ser al árbol
al que no se quiere talar. Unidos, fusionados en la
existencia en amable compañía pasajera, como el viento
que te acaricia y fluye sin dejar de sentirlo, él se va, sin
embargo permanece latente, presente, quieto en el banco
de la vida que transcurre gratamente. Todo afán nos priva
del vivir en paz, del vivir en sí mismo que se percibe 54
ociosamente, sintiendo lo más cotidiano, sintiendo la paz,
de dejarse vivir y morir cada día, cada instante, como el
día, como el tiempo en el espacio, como la eternidad.
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Mi espacio Los miro en el silencio de la vida y a través del tiempo me
recuerdan, me miran en silencio esperando a que los abra
para contarme sus historias, historias pérdidas en el
tiempo, en el espacio de la vida, en mi espacio.
Mi espacio, lleno de vida de siglos anteriores, vida que se
salvó de la hoguera sigilosa del olvido. Humanidad de
papel conservada para siempre, cementerio de las almas
donde quisiera enterrarme con una vida cumplida.
¿Por qué me miran así, en el silencio de la vida? ¿Cómo
queriendo encarnarse? ¿Cómo queriendo mí espacio?
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La tormentaEl cielo se puso rápidamente oscuro y ráfagas de viento
azotaban la ventana. Y un grito rompió el espacio, el
silencio en la habitación. Todo fue muy rápido, que
invadió el temor en mi corazón y mi mente angustiada,
gritaba desesperadamente tratando de que reaccionara, su
faz iluminó todos los espacios de la casa, y una milésima
de segundo después se oyó el eco de su voz que se
prolongó con variaciones irregulares un instante. Luego,
súbitamente, se desvaneció en mis brazos y desencadenó
una violenta tormenta. Sobre mi mente angustiada
volvieron a surgir pensamientos sin sentido, con la misma
furia que si un Dios hubiese desatado su ira justiciera
sobre el mundo, apuntando con el rayo de su dedo a la
morada del hogar. Como gruesa lluvia salían lágrimas en
mis ojos y en mi mente los pensamientos agudizaban mi
angustia.
Todo en se perdía en la dimensión del espacio de la
recamara, su faz volvió poco a poco a su normalidad... La
angustia fue pasando... Al fin, comenzó a recuperarse y la
angustia de mi corazón dejo decrecer lentamente la
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tormenta, se suavizó el llanto y la angustia y se aclararon
los pensamientos. El alma quedó en paz también, como si
hubiese cumplido una penitencia. La vida, tras el
sentimiento de su fragilidad, volvió a cobrar un sentido
que había perdido. Todo se volvía fácil y se habían
olvidado los problemas que nos tenían preocupados. Todo
parecía ahora banal ante el cataclismo de los cielos.
Su voz fue clara como un tenue murmullo... ¡No me dejes
quédate conmigo!...Ya vez porque no quiero que andes
solo por los caminos lejos de mi...Yo también tengo miedo
de que algo te pase a ti...Te amo y un beso en sus labios
paro de tajo la tempestad, la angustia y el dolor, y sus ojos
llenos de amor y de ternura tanto se abrazaron en mi alma,
en un instante de amor eterno.
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AmorCada día contemplo el horizonte de nuestra vida, contemplando el atardecer, pienso en ti, y mi alma rompe su silencio y quiere tenerte junto a mí. Para que sigas viviendo aquí dentro, en mi alma eternamente.
Recuerdo aquel instante de nuestro encuentro, como el primer día, tu mirada llena de amor y de ternura que besó mi alma y quedo enamorada, embriagado de tu amor y de tu ternura.
Cada instante es un día en mi recuerdo...nuestro amor...Será la luz que nos oriente...Para que cada día, cada año, cada aniversario sea de nuevo nuestro amor un renacer... un encuentro con la vida, con el amor.
Cada amanecer espero mirar tus ojos y mírame en ellos para llenarme de energía y de amor para seguir viviendo
Amor el destino nos unió, como la gota se fusiona al mar y pierde la identidad ambos llegamos al encuentro de nuestro amor cuando más nos necesitábamos y ambos creímos en el amor. Hoy es nuestro aniversario veintiséis años juntos y parece que el tiempo no ha pasado, recuerdo cada instante de nuestra vida, de cómo nuestras miradas se cruzaron y tocaron nuestras almas, y mi alma se llenó de amor y de ternura de tan solo mirarte, pero a pesar de que disfrutaba tu compañía, tu mirada y tu sonrisa al inicio
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tenía miedo de fracasar y que nuestra relación terminara, sin embargo el nuestro destino tenía otros planes.
Al pasó del tiempo empecé a conocerte y amarte más y más, y mi alma y mis pensamientos se embriagaron de ti, de nuestro amor, y cada día que pasa, cada instante del tiempo aprendo muchas cosas de ti, tu entrega, tu coraje, tu ternura, tus ganas de vivir, ese don maravilloso de nuestro amor, el apoyo incondicional que me diste en todo momento, en fin, no sé de donde sacas tanta fuerza para darte a los demás, sobre todo a mí que a veces creo no merecerlo, pero como todo, llega el momento de hacer un alto en el camino para mirar atrás, ver lo que has significado en mi vida y sobre todo para decirte: GRACIAS. GRACIAS AMOR por todo lo que me das y GRACIAS A DIOS QUE NOS UNIO.
Amor quiero que sepas y tengas la confianza de que SIEMPRE, toda la vida seré tu apoyo, y quiero que cada instante te sientas y sentirte amada, de una palabra de aliento para que sigas adelante, aunque que pensemos que en la vida hay momentos que parece no resolverse nada, pero que al final del túnel, está la luz de un nuevo día lleno de esperanza, de cosas hermosas y maravillosas para vivirlas juntos, tu y yo.
Mi AMOR: Es maravillosa mi vida y vivir a tu lado compartiendo dichas y alegrías, problemas y sinsabores, quiero que sepas que a tu lado estaré SIEMPRE que me
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necesites, eres la mujer más hermosa y maravillosa, yo te amo con un amor diferente, un amor madurado por los años, te amo por lo que eres y por lo que has traído a mi vida, porque te admiro y respeto, porque cada vez que estamos separados ansío volver a verte, no olvides nunca que en todo momento estaré a tu lado para que te apoyes en mí, yo sabré consolarte cuando lloras, festejarte cuando aciertes, aconsejarte cuando lo necesites, vivir y seguir viviendo juntos hasta la eternidad y sobre todo... AMARTE ETERNAMENTE.
Te abrazo con mi corazón y te beso con mi alma. Siempre Tuyo.
Chuchol Ha
9 de marzo de 2013
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