b - demografia · 2009-03-03 · b - demografia si el carácter más pertinente de cualquier...

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B - DEMOGRAFIA Si el carácter más pertinente de cualquier variable social es su complejidad de origen, estancia y repercusión, no será difícil comprender que los distintos sucesos demográficos son, de ma- nera especial, testigos y autores, a la vez, de ciertos comporta- mientos globales, registrados en una sociedad. A1 menos en una comunidad como la nuestra, el análisis demográfico' demuestra ser un extraordinario detector de cual- quier peculiaridad de la población y/o de su variación, a lo largo de un recorrido temporal determinado; aunque la comprensión de una determinada constante demográfica o de los cambios pro- ducidos, tenga que ser proporcionada por una explicación ex- trademográfica. ESTRUCTURA DEMOGRAFICA DE LA POBLACION Evolución Los perfiles que ofrecemosl representan la distribución propor- cional que, con respecto a los efectivos de lá población total, ocupan las sucesivas cohortes según la edad (intervalos de cinco años), el sexo y el estado civil. Cada perfil corresponde a la población tal como viene catalo^a- da por el Padrón Municipal el 31 de diciembre del año indicado . ' Tanto longitudinal como transversal, aún a este nivel tan elemental en el que trabajamos aquí. 1 Rigurosamente, sólo hasta 1930 pueden ser llamados "pirámides" ; cada centímetro de la representación, equivale al 1%. 2 La descripción ofrecida aquí es general. Cuando analicemos, en Concreto, lós sucesos implicados en la estructura general de !a población, intentaremós una explicación detallada. 65

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B - DEMOGRAFIA

Si el carácter más pertinente de cualquier variable social es sucomplejidad de origen, estancia y repercusión, no será difícilcomprender que los distintos sucesos demográficos son, de ma-nera especial, testigos y autores, a la vez, de ciertos comporta-mientos globales, registrados en una sociedad.

A1 menos en una comunidad como la nuestra, el análisisdemográfico' demuestra ser un extraordinario detector de cual-quier peculiaridad de la población y/o de su variación, a lo largode un recorrido temporal determinado; aunque la comprensiónde una determinada constante demográfica o de los cambios pro-ducidos, tenga que ser proporcionada por una explicación ex-trademográfica.

ESTRUCTURA DEMOGRAFICA DE LA POBLACION

Evolución

Los perfiles que ofrecemosl representan la distribución propor-cional que, con respecto a los efectivos de lá población total,ocupan las sucesivas cohortes según la edad (intervalos de cincoaños), el sexo y el estado civil.

Cada perfil corresponde a la población tal como viene catalo^a-da por el Padrón Municipal el 31 de diciembre del año indicado .

' Tanto longitudinal como transversal, aún a este nivel tan elemental en elque trabajamos aquí.

1 Rigurosamente, sólo hasta 1930 pueden ser llamados "pirámides" ; cadacentímetro de la representación, equivale al 1%.

2 La descripción ofrecida aquí es general. Cuando analicemos, en Concreto, lóssucesos implicados en la estructura general de !a población, intentaremós unaexplicación detallada.

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N:150

Hombres

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M ujeres

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BARAGO 1900

Hombres

Mujeres

^ Casados

® Viudos

1900 - Hasta la édad de veinte años, hombres y mujeresofrecen una composición extraordinariamente similar, aunque losniños son más abundantes que las niñas.

La tendencia en ambos sexos es m uy parecida hasta los cin-cuenta años. Dos matices:

. la frecuencia de hombres desciende muy suavemente en esteperíodo.

. esto no ocurre con las mujeres en las que se observa laaparición de una viudez relativamente temprana. A partir de loscincuenta años, la mortalidad incide en las mujeres como a saltosprofundos (dentelladas). No obstante, el final de la pirámide seresuelve con la tendencia generalizada a lo largo de la estructura,observándose una acumulación de mujeres, ancianas y viudas,producto de la sŭave, pero decidida y más temprana, mortalidadmasculina.

Las m ujeres ancianas y solteras son m ás abundantes que losvarones.

La mujer se casa más tempranamente que el hombre.

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N: 147 7 5^ N:170

Hombres

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M ujeres

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BARAGO 1910

1910 - Los cinco primeros años registran una menor frecuen-cia en los niños. Igualmente el intervalo masculino de 15-19años se muestra inferior a su correspondiente femenino. En reali-dad la tendencia generalizada es que los efectivos de los niños yde los adolescentes sean menores que los de las niñas y lasadolescentes como producto inmediato de una mayor mortalidadinfantil y general masculina.

Hasta el final de la pirámide la situación es similar para ambossexos, confirmándose la tendencia 1900, en cuanto a que lamortalidad varonil es más temprana y un poco más abundante,por lo que la viudez aumenta entre las mujeres. No se confirma,en cambio, esa incidencia "a saltos" de la mortalidad femeninade 1900.

Las mujeres siguen entrando en el matrimonio más temprana-mente que los hombres.

1920 - HombresComo en 1910, la frecuencia de varones en los cinco primeros

años es menor que la de las niñas como consecuencia de unamortalidad mayor.

Desde los veinte a los cincuenta años, a excepción del intervalo35-39 (cohorte que ya sobresalía en 1910, en el intervalo 25-29),se observa una depresión descendente-ascendente en la frecuenciade los varones, atribuible a la mayor tasa masculina de mortalidad

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N: 142

Hombres65

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N: 167

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BARAGO 1920

durante los años anteriores., como puede comprobarse consultan-do la tabla de tasas de mortalidad por edad y sexo (cuadro 21).

A partir de los cincuenta y cuatro años, la pirámide de losvarones se resuelve hasta el final, de una manera prácticamentehabitual en los varones : con suavidad. Avanzada soltería mas-culina.

MujeresLas mujeres se mantienen con una infancia-adolescencia relati-

vamente numerosa. A1 final del intervalo 10-14 se inicia undescenso hasta los treinta y cuatro años, que se puede explicarpor el incremento de la emigración femenina (temporal, ya quesuelen regresar después de 20 6 25 años), como sirvientas domés-ticas, que se mantiene similar durante las décadas 1910-20-30.

De nuevo aparece una temprana y, relativamente, abundanteviudez entre las mujeres, al tiempo que se observan ``saltosbruscos" como consecuencia de una mayor concentración de lamortalidad en unas edades determinadas, por lo que la resoluciónde la pirámide femenina, sigue, en general, la pauta de 1900 y1910.

Se observa una mayor proporción de soltería femenina, que vaa ir aumentando a lo largo del ŭiglo. ^

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N: 142

Hombres

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N: 1^

Mujeres

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BARAGO 1930

1930 - Es el comienzo de un largo pero progresivo desequili-brio en la estructura de la población, y que Ilevará a una formatan poco piramidal como la de 1975.

HombresPersiste una frecuencia infantil menor, a consecuencia de la

persistentemente alta mortalidad, casi siempre "recuperable" enla adolescencia.

Se acentúa la "depresión" en la juventud-madurez masculina,observada en 1920, a excepción del intervalo 45-49 que aúnmantiene su singularidad. ^

La emigración se mantiene como en 1920.La mortalidad, aunque no afecta a las mismas edades, se man-

tiene similar a 1920 para el conjunto de la ``depresión" 24-54años de edad.

La soltería sigue la pauta de las décadas anteriores.MujeresDe nuevo las mujeres ofrecen una mayor frecuencia y coheren-

cia en la infancia-adolescencia.La emigración sigue teniendo la misma incidencia y es de la

misma clase (servicio doméstico-temporal).También, de nuevo, la viudez femenina es temprana y abun-

dante.

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N: 140

Hombres

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Mujeres

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BARAGO 1940

1940 -- HombresPersiste la frecuencia infantil baja y el ensanche adolescente de

tres décadas anteriores.Alta mortalidad infantil. El descenso experimentado en la déca-

da de los treinta (en cuyo transcurso se configura la población de1940) y el desplazamiento de los fallecimientos adolescentes yjóvenes hacia edades más adultas (aunque todavía no demasiado),se hace notar, y la distribución ofrece menos declives.

La cohorte 55-59 sigue mostrándose singular.El descenso de la emigración también contribuye a la ausencia

de " huecos".En la resolución final de la distribución se observa un "salto"

acusado, producto de una concentración de los fallecimientos enlos intervalos 60-64; 65-69.

Por primera vez, y paradójicamente, aparece la viudez tempra-na y con cierta abundancia entre los varones. Paradójicamente,ya que después de la reciente guerra civil (18 de julio de 1936-1 de abril de 1939), parecería normal que la contribución de losvarones jóvenes fuera mayor. Aunque hubo muertes directamenteimputables a las acciones militares (soldados), lo cierto es que laguerra civil, más que por la violencia de las armas, se hizo notarpor una fuerte depresión económica y un desbarajuste total de las

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modestas calidades de vida alcanzadas hasta entonces; al margende que actuara de manera especialmente potente (la guerra) comorevulsivo cultural y social. La situación, pues, afectó a toda lapoblación y no a un sector particular de ella (de sexo, edad oestrato social).

Soltería avanzada.MujeresLas mujeres, que a través de las cuatro décadas precedentes han

mantenido una composición infantil más abundante y coherenteque la de los varones a causa de la menor incidencia de su mortali-dad, experimentan un descenso radical debido, precisamente alfuerte aumento de la mortalidad infantil experimentado en elperíodo 1935-39 que afectó un poco más a las niñas por disponerde menos efectivos dentro del primer año de vida. (Hablaremosmás extensamente de éste y otros puntos cuando se considere lamortalidad infantil en concreto).

La adolescencia-juventud femenina sigue la pauta de relativaabundancia y estabilidad de las anteriores décadas.

La emigración 'por su parte, aunque desciende un poco conrespecto a la década anterior, se mantiene alta y afecta general-mente a las mismas edades y de la misma forma.

Comienza un proceso de acumulación de mujeres al final de ladistribución, que se irá haciendo más claro y firme a través de lasdécadas posteriores : mujeres ancianas y viudas.

La soltería femenina sigue siendo muy visible.

N:139 75 -^ N:160

Hombres 70 Mujeres65

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BARAGO 1950

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1950 - HombresSe mantiene una baja frecuencia en la infancia, aunque ahora

ya no es tan explicable por la mortalidad, que desciende sensible-mente con respecto a la década anterior, sino por un acusadodescenso en la tasa bruta de natalidad a lo largo de los añoscuarenta, que se irá acentuando en las décadas posteriores.

Cabe observar que la emigración desciende fuertemente durantela década, y, como en 1940, no hay "huecos" entre los varonesjóvenes.

La resolución de la distribución masculina es característica y vadescendiendo paulatinamente hasta el final donde siempre es lógi-co que exista, como hemos visto anteriormente (de manera espe-cialmente regular en las mujeres) una concentración de muertesen edades determinadas.

Avanzada soltería.MujeresRecuperación de las niñas con respecto a la década anterior ;

aunque desciende la tasa bruta de natalidad, se compensa con undescenso, también sensible, en la mortalidad infantil femenina.

La emigración no sigue la pauta anterior y, al igual que losvaronés, desciende de manera sensible con respecto a las tresdécadas anteriores.

Cabe destacar el retroceso experimentado en la aparición de laviudez femenina, y la soltería sigue aumentando.

N: 116

Hombres

N: 123

M ujeres

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BARAGO 1960

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1960 - HombresSe ha venido acentuando el proceso de desfiguración piramidal

y, ya claramente, los contornos de la distribución no responden auna estructura y desarrollo, de poblaciones consideradas como"normales".

A1 contrario que en las décadas anteriores (excepto 1900) elintervalo 0-4 muestra una buena frecuencia (aunque correspondeal período 1955-59 y no se pueda decir otro tanto del período1950-54).

Esta frecuencia viene determinada por el notorio descenso de lamortalidad infantil masculina que compensa, a su' vez, el descen-so experimentado por la tasa bruta de natalidad.

MujeresBaja frecuencia y menor que la de los niños, al revés que la

constante mantenida hasta ahora. Se explica por el aumento de lamortalidad con respecto a 1950, mientras la tasa bruta de natali-dad desciende.

Se va confirmando la acumulación de mujeres ancianas y viudasal final de la distribución. Muchas solteras.

El aspecto general de la distribución, en el que sobresalen"tiras" de una masa más bien vertical (excepto el natural declivefinal), puede quedar explicado por el carácter masivo y familiarque adopta la emigración.

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BARAGO 1970

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Mujeres

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1970 - Se acentúan los procesos anteriores. Para toda la po-blación sigue sucediéndose una emigración abundante y de carác-tar familiar, aunque no tan acusada como en 1960 y de menoredad.

Fuerte descenso de la tasa bruta de natalidad que explica laexigua "base" de la distribución.

La mortalidad infantil masculina desaparece; no así la femeninaque se mantiene al nivel de 1960.

Como si se hubieran invertido los términos, las mujeres vanensanchando el final de la distribución a consecuencia del retroce-so en la edad del fallecimiento.

Como novedad, se observa que las mujeres solteras superan alas casadas a partir de los 64 años.

N: 84

Hombres

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BARAGO 1975

N :83

M ujeres

1975 - Es el "derrumbamiento" total de una población ; apesar 3e que ha desaparecido la mortalidad infantil, la base esmuy pequeña.

Envejecimiento total.

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Tanto los jóvenes varones como las mujeres, se mantienenhasta la juventud (sobre los 20 años), después, siempre que seaposible, se produce la emigración, ahora ya individualizada,

Se eleva la edad del matrimonio, con mayor repercusión, comohasta ahora se viene observando, para los varones. Sigue enretroceso la edad del fallecimiento, sobre todo para las mujeres,ajustándose a una pauta ya general en la demografía humana.

Abundancia de mujeres ancianas y solteras.

- La Mortalidad infantil Endógena -

La utilización de la tasa de mortalidad infantil como uno de losindicadores de las calidades económico-sociales alcanzadas por unasociedad, supuso un progreso analítico indudable, frente a lapresentación tradicional, ya olvidada, de la tasa de mortalidadgeneral.

Se hizo evidente que una reproducción humana sin excesivoscostes biológicos exigía atenciones que sólo podían ser proporcio-nadas cuando la comunidad interesada hubiera alcanzado un de-terminado nivel de cobertura económica. En este sentido la tasade mortalidad infantil se reveló como discriminativa.

A su vez, y sobre todo, a partir de los trabajos de JeanBourgeois-Pichat, demógrafo francés3 , se hizo necesario fragmen-tar este índice de mortalidad infantil para conseguir una mayorfinura interpretativa, y un posible aislamiento de la(s) variable(s)que explicara(n) el suceso en cuestión.

Esta fragmentación responde a la comprobación empírica de undoble origen nosológico, muy diferenciado, en la causa del falleci-miento de los niños menores de un año. En géneral, se distingueuna mortalidad endógena y exbgena.

Se catalogan como fallecidos endógenos aquellos cuya causamás aparente reside en circunstancias biológicas específicas delniño. Esto es, causas que, en principio no dependan inmediata-mente de la sanidad ambiental en que se nace. Así se incluyenaquí la inmadurez (prematura), enfermedades típicas de la prime-ra infancia, debilidad congénita, malformaciones y traumatismosdel parto.

3 Primeros trabajos en "Population" n^ 1, 1946. Ampliación en "Revista de

Estadística de París" y en "Population" n9 2, 3. 1951 y 3, 1952. Citado en

Joaquín Leguina.- "Fundamentos de Demografía" pág. 177. Edit. Siglo XX1.

Madrid, 1973.

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La mortalidad exógena ŭomprende las enfermedades epidémicas(meningitis epidémica, tosferina, sarampión, tuberculosis), delaparato digestivo (diarreás infantiles), respiratorio (bronconeumo-nía, meningitis no-epidémicas, enfermedades^ del oído). Todasellas imputables, generalizando, al grado de desarrollo sanitario(higiénico y preventivo) alcanzado, y a la disponibilidad inmediatade medios médico-farmacéuticos.

El uso de la mortalidad infantil como uno de los indicadores debienestar social tendrá que atenerse a esta diferenciación y utilizarla mortalidad exógena, que es, por definición, la que debe regis-tras las oscilaciones del ambiente profiláctico y de los recursosmédicos disponibles.

Por el contrarió, también por definición, la mortalidad endóge-na mantendrá una tasa relativamente poco variable, ofreciendouna mayor resistencia pata su disminución, ya que ello no depen-de de una modificación en el ambiente sanitario inmediato, sinoen la costosa actuación a medio y largo plazo sobre causalidadesbiológicas específicas, de mayor entidad.

Antes que nadá debo puntualizar que, al disponer de las causasdetalladas de los fallecimientos, la elaboración de estas tasas nosigue el método preçonizado por Bourgeois-Pichat, aunque sebasa en sus conceptos4 . Igualmente nuestro análisis de la mortali-dad infantil, muestra una cierta discrepancia con los presupuestosgenerales de los factores endógenos-exógenos, expuestos másarriba.

En-líneas generales las dos tasas siguen una evolución normali-zada para este tipo de sociedades5. Sin embargo se observan trescircunstancias anormales en los fallecimientos endógenos :

. el período de 1910-14 supone un incremento de casi el doblecon respecto a los dos quinquenios anteriores, para después bajarbruscamente en los dos quinquenios siguientes.

. el período 1935-39 registra un fuerte incremento con respectoa la inmobil.idad de los dos lustros anteriores. A partir de 1945desaparece, al no registrarse ningún fallecimiento que, según lascausas oficiales pueda ser catalogado como endógeno:

. el período 1910-20, registra . una mayor tasa de fallecidosendógenos que exógenos.

4 Detallada exposición en Joaquín Leguina. Op. cit., pág. 179.5 Cfr. "Estudio biodemográfico de la población maragata", pág. 29.- Tesis

doctoral inédita.- Cristina Bernis Carro. Extracto publicado en Publicaciones dela Facultad de Ciencias. Universidad Compiutense. Madrid, 1975.

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CUADRO - 12

MORTALIDAD INFANTILftaŭas por cien/EVOLUCIÓN SEGUN LAS CAUSAS

Años

Tasa de

motti-

Tasa de

morialidad

Tasa de

mortalidad

Tasa de

mortalidad

Tasa de

mortalidad

natalidad endógena exógena perinatal infantil

1900-4 1,923 7,500 5,769 9,423 13,269

1905-9 4,255 8,510 10,638 12,765 19,148

1910-14 4,255 17,019 6,383 21,274 23,442

1915-19 2,439 9,756 7,317 12,295 17;073

1920-24 4,651 11,627 4,651 16,278

1925-29 2,857 8,571 2,857 11,428

1930-34^ 2,702 8,108 2,702 10,810

1935-39 8,823 26,476 8,823 35,294

1940^44 17,647 17,G47

1945-49 . 13,043 13,043

1950-54 8,000 8,000

1955 59 5,000 S,Ó00

1960-64 5,555 5,555

1965-69

1970 75

(Octubre) .

Fuente: Elaboración propia

Registro CivilAyuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

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Estas anormalidades pueden ser razonablemente explicadas porla manifiesta ambigiiedad del concepto de endogenia de BourgeoisPichat.

Para él, deben incluirse los inmaduros, los débiles congénitos,vicios de malformación y enfermedades de la primera infancia. Enel momento de certificar la muerte de un niño, tales condicionespueden ser las causas más aparentes, como subrayábamos másarriba, pero esta experiencia no debería ser obstáculo para remon-tar la historia del embarazo en particular y de los padres (de lasmadres sobre todo), y comunidad en general, tratando de detectarel origen último que propició la causalidad final más inmediata delfallecimiento.

Actuando de esta manera, lo endógeno cobra una perspectivadistinta. En efecto, la contribución más abundante a la tasa demortalidad infantil endógena para los períodos 1910-20 y 1935-39viene ofrecida por las razones "debilidad congénita " e "insufi-ciente desarrollo orgánico ", añadiéndose unos pocos '`traumatis-mos del parto "^ .

Para comprender de una manera más completa la significaciónde la mortalidad debemos hacer referencia ahora a los niñosnacidos muertos, cuya tasa sumada a la de los niños fallecidosendógenos forma una nueva tasa que engloba, en términos gene-rales, lo endógeno: la tasa de mortalidad perinatal, (todo ello sintener en cuenta, por desconocidos, los abortos no-provocados,cuya frecuencia, en términos relativos, se presume alta hasta ladécada 40-50.

En esta comunidad puede sostenerse sin rubor que la mortina-talidad (nacidos muertos), la debilidad congénita y la insuficienciade desarrollo orgénico, puede comprenderse por la interacción de,al menos, tres limitaciones sociales, es decir, que tienen sufundamento en la ordenación histórica del grupo humano, resul-tante de una actividad colectiva que responde a un contexto muypreciso.

G La nosología endógena más abundante de Baleares, viene representada porlas razones "debilidad congénita" (que aumenta en importancia, sorprendente-mente, a lo largo del siglo) "no viable" y"falta de desarrollo".- Cfr. JuanaM? Román Piñana. "Mortalidad Infantil", pág. 19. Capítulo del trabajo colecti-

vo.- "Estudio de la demografía sanitaria infantil de Baleares, 1901-1970, A.Arbelo Curbelo, J.M. Román Piílana, A. Arbelo López de Letona. Comunica-ción al XIII Congreso Nacional de Pediatría. Edit. Caja de Ahorros y Monte dePiedad de Baleares. 1971.

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Estas limitaciones son :A- la elevada edad media de las madres, sobre todo a partir

del segundo y/o tercer hijo.B- el grado de endogamia existente en la comunidad.C - las disponibilidades alimentarias.A la hora de sacar cualquier conclusión es necesario tener en

cuenta que la frecuencia de aparición del suceso ``muerte de unniño de un año o menos" o"nacimiento de un hijo", experi-menta un fuerte descenso a partir de 1960-64 (de acuerdo con eldescenso global de la población) por lo que, aunque se ofrezcanmedidas hasta el año 1975, a nivel estadístico las probabilidadesde aparición de cualquier fenómeno a-normal también descienden.

Por ejemplo, en la década 1900 nacen 51 niños y 49 niñas,mientras que en la década de 1960-70 lo hacen 13 niñas y 15niños. Lo mismo puede decirse de las muertes de los niños meno-res de un año; en el quinquenio 1900-5, se produjeron 8, encambio en 1960-4, sólo lo hizo 1.

El suceso matrimonio, en cambio, aparece, exceptuando elperíodo 1940-44^, como mucho más estable.

A- edad media de la madreOfrecemos a continuación la evolución de una serie de medidas

que precisen este concepto de edad materna.El asignar una fecha-gozne de "antes y después" , resulta

pretencioso y artificial, dado que las variables intervinientes sonmúltiples y complejas. No obstante estas reservas, es indudable laexistencia de esa edad-estadística, fabricada a partir de las investi-gaciones pertinentes.

Los trabajos de Plhipp, Huber y Herting8 proporcionan medi-das para determinar niveles de envejecimiento celular. A partirdel cumplimiento de los 30 años de edad pueden registrarsetrastornos circulatorios en los ovarios, al tiempo que un aumentode la mortalidad endógena.

La primera observación es que la edad media de entrada almatrimonio resulta elevada incluso para comunidades de _este tipo.

La edad media de los hombres es siempre superior a la de lasmujeres. Para ambos, después de un arranque de siglo con unaedad media elevada, se registra (con la excepción de 1920-4), undescenso de esa edad, hasta el quinquenio 1955-59 en que se

7 En el que desciende mucho.8 Cit. en Joaquín Leguina, op. cit. pág. 185.

80

CUADRO - 13

NUPCIALIDAD: 1900 - 1975EVOLUCION DE LA EDAD MEDIA DE ENTRADA ALMATRIMONIO/PARA EL QUINQUENIO INDICADO

Edad media

Años

Esposo Esposa Total

1.900 31,36 29,27 30,311.905 30 29,92 29,961.910 26,60 26,20 26,40

1.915 28,30 24,70 26,53

1.920 32,27 28,45 30,36 0

1.925 29,40 27,80 28,60

1.930 27,37 24,50 25,93

1.935 26,60 2G,40 26,50

1.940 27,33 25,33 26,33

1.945 32,41 26,66 29,53

1.950 30,44 26,22 28,33

1.955 32,87 29,14 311.960 31,85 27,14 29,49

1.965 34 28,50 31,25

1.970 36,33 30 33,16-75

(Ottubre)

Fuente: Elaboración propia

Registro Civil

Ayuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

81

CUADRO - 14

EDAD MEDIA AL CONTRAER MATRIMONIO (')

Decadas 1901-10 1921-30 1941-50 1961-70

Hombres 28,79 28,50 27,59 28,61Mujeres 25,26 25,95 25,76 25,78

(')Fuente: . Cristina Bernis

"Estudio biodemográfico de la población maragata" -(pág. 17 del ex-tracto).

" tesis doctoral inédita. Facultad de Ciencias - Universidad Complutense.1975.

constata un fuerte despegue que coincide tanto con un gradual yacusado despoblamiento como con el descenso de la mortalidadgeneral masculina; aspecto éste, como veremos, fundamentalpara entender la edad de entrada al matrimonio.

Lo que nos importa ahora son las medidas del cuadro 15 quenos muestra la proporción de contrayentes de treinta o más añosde edad. -

El cuadro 16 nos permite situar el suceso segundo-tercer hijo,con referencia a la edad media de las madres.

Una evolución interesante es la que presenta la diferencia dé lasedades extremas : en cada década se registra una progresiva homo-geneinización, en cuanto a edad, del grupo de madres considera-das, una reducción de distancias, sobre todo por un aumento delas edades inferiores, que está de acuerdo con la elevación de laedad de entrada al matrimonio en los últimos veinte años.

B - EndogamiaPor endogamia entendemos aquí, los matrimonios celebrados,

de modo exclusivo entre los miembros que integran una comuni-dad. En nuestro caso, los matrimonios celebrados, en ei período1900-1975, entre vecinos del Concejo de Bárago.

82

CUADRO -15

TABLA DE EDAD DE ENTRADA AL MATRIMONIO:PROPORCION DE PERSONAS

"Y PAREJAS DE 30 AI"vOS O MAS

Contrayentes

varones de 30

años o más .

sobre el totalAños de varones al

celebrarse el

el matrimonio

%

Idem

mujeres

Matrimonios Personas de

en los que ambos sexos

ambos contra- con 30 años o

yentes tenían más sobre el

30 años o mAs total de con-

al celebrarse trayentes al

el matrimonio celebrarse el

% (sobre el el matrimonio

total) %

1.900-4 45,45 36,36 27,27 40,90

1.905-9 42,85 50,00 37,71 46,42

1.910-14 20,00 40,00 30,00

1.915-19 30,76 07,68 07,69 19,22

1.920-24 36,36 45,45 27,27 40,90

1.925-29 60,00 40,00 40,00 50,00

1.930-34 37,50 12,50 12,50 25,00

1.935-39 20,00 10,00

1.940-44 33,33 16,G6

1.945-49 75,00 25,00 25,00 50,00

1.950-54 55,55 22,22 11,11 38,88

1.955-59 75,00 25,00 25,00 50,00

1.960-G4 71,43 28,57 28,57 50,00

1.965-69 70,00 30,50 33,33 45,25

1.970-75

(Octubre)

100 50,00 50,00 78,57

Fuente: Elaboración propia

Registro Civil

Ayuntamiento de la Vega de Liébana - Santander

83

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84

La evolución de la frecuencia de este suceso y su proporcióncon los distintos matrimonios, clasificados según su grado deproximidad al matrimonio celebrado en exclusiva dentro de sugrupo, viene presentada por el cuadro 17 y el gráfico 4.

CUADRO - 17

ENDOGAMIA /por décadas/

Matrimonios Matrimonios Idem Matrimonios Idem entre

celebrados con lebanie- con lebanie- entre un ve- una mujer

Arios entre conve- gos de dis- gos de otro cino varon lebaniega ve-

cinos. tinto pueblo ayunta- y una mujer cina y un va-

% pero del mis- miento. no-lebanie- rón no-leba-

mo ayuntam. % ga. niego.

% % %

1900-9 56 20 20 4

1910-19 66,60 22,22 15,56 5,56

1920-29 G8,75 25 6,55

1930-39 53,84 7,69 15,38 7,69 15,38

1940-49 50 25 18,75 6,25

1950-59 61,11 27,77 11,12

1960-69 61,53 15,38 15,38 7,71

1970-75

(Octubre)

62,5 25 12,50

Fuente: Elaboración propia

Registro Civil

Ayuntamiento de la Vega de LiébanaSantander.

85

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86

Como puede observarŭe, la proporción de las parejas propia-mente endógamas ha sido muy elevada incluso durante las déca-das de 1930 y 1940 en las que desciende sensiblemente conrespecto a décadas anteriores y posteriores. Esto no es sorpren-

- dente para este tipo de comunidades9 . Lo que es particularmentesorprendente y revelador es que la proporción de matrimoniosentre vecinos se mantenga alta y prácticamente invariable durantelos últimos 25 añoslo.

Aunque con una frecuencia, mucho menor, los matrimonioscelebrados entre vecinos de Bárago y otros lugares del mismoayuntamiento, siguen una evolución muy significativa y mantie-nen, asimismo, su frecuencia.

Del índice de endogamia, tal como ha sido elaborado aquí, sedesprende que la amplitud de los intercambios genéticos, e inclu-so, sociales, extracomunitarios, es muy limitada.

Aparte de esta endogamia, ha existido (existe) otra, de límites:-nucho más estrictos : los matrimonios consanguíneos. La docu-mentación para el período investigado, no ofrece, salvo muy raroscasos, indicaciones precisas sobre la consanguineidad de los con-trayentes, por lo que no es posible determinar su frecuencia yevolución. Sin embargo podemos presumir su importancia por elhecho siguiente: -

A1 final de mi estancia (noviembre de 1975) y sobre un totalde 28 matrimonios investigados (de los 33 existentes), el 25%eran primos de 1°ó 2°Rradoll .

Este comportamiento endogámico (lato et stricto senso) consti-. tuye un signo de valor inapreciable para entender una de lasestructuras básicas que forman el contexto de esta comunidad: lasupervivencia física y social.

A1 hablar de la nupcialidad como tal, trataremos de precisarextensamente, la significación de este comportamiento. Lo queinteresa resaltar ahora es que, tanto una elevada edad materna enla concepción, como un alto índice de endogamia en la comuni-dad o de consanguineidad en ciertas parejas, actúa o puede actuarcomo factor letal.

9 Cfr. "Estudio biodemográfico de la población maragata "pág. 18-19.

10 En Cristina Bernis (op. cit.) disminuye.- Igualmente en dos pueblos caste-Ilanos estudiados por Víctor Pérez Díaz, "Pueblos y clases sociales en el campoespañol", pág. 181, Edit. Siglo XXI. Madrid, 1974.

I1 Cristina Bernis encuentra en la Maragatería un 17,99% de matrimoniosconsanguineos entre el total de los estudiados por ella. Pondera que es el porcen-

taje más alto encontrado en España. Op. cit. pág. 43.

87

Tabah y Sutter12 en 1948 demuestran que la letalidad humanaaumenta con la edad materna, sugiriendo que a medida que losóvulos envejecen en los ovarios, los embriones salidos de ellos sedebilitan en calidad.

Por su parte, la alta proporción de matrimonios endógamos y elgrado de consanguineidad existente en determinadas parejas (todasde edad superior a los 40 años) nos proporcionan el reconoci-miento de los reducidos límites del intercambio genético entre losque se desenvuelven los miembros de la comunidad.

La reproducción humana supone un incensante cambio y re-cambio de material genético, una continua recombinación de losdiferentes alelos, lo que modifica, en general, la diversidad posi-ble dentro de la especie. Sin embargo cuanto más limitados seanlos elementos genéticos que se barajan, más probabilidades habráde que determinados individuos resulten homozigotos y/o conalelos dominantes con respecto a determinado carácter desechadopor el .fenotipo imperante en el grupo.

Por lo tanto la no-prosperidad biológica de tales seres serámayor. A su vez, los individuos que resulten bien adaptados alfenotipo seleccionado, tendrán muchas menos dificultades parasalir adelante.

Por supuesto que nuestra intención no es afirmar ningunaforma general de selección. Para nuestros fines lo que intéresaretener es que en un intercambio genético extremadamente limi-tado, como el que esta comunidad ha mantenido (y mantiene),existe una probabilidad mayor de hacer coincidir, en determina-dos individuos, alelos idénticos de un gen que demuestran serletales para el grupo humano en particular en el que ese ser esengendrado.

Es sabido que la letalidad muestra una intensidad variable, detal manera que algunos individuos portadores de genes letales,bajo un nacimiento y constitución aparentemente normales, ocul-tan una vitalidad extremadamente débil, una auténtica suble-talidad.

Los factores letales pueden actuar como factores letales gaméti-cos (antes de la concepción), factores letales cigóticos (durante laconcepción) y factores'letales tardíos (después de la concepción),provocando en general una falta de desarrollo en las primerasformaciones embrionarias, un aumento de los abortos-nacidos

12 "Influence respective de 1'áge maternel et du rang de naissance sur lamortalité. La notion de letalité". Populatión, n° 1, 1948. Citado en JoaquínLeguina, op. cit. pág. 185.

88

muertos, la aparición de prematuros y la muerte precoz de losanormales13 .

En la especie humana estos factores letales son recesivos, ex-cepto cuando son homociŭotos, de ahí la importancia del grado deendogamia y consanguineidad como restringentes del poliformis-mo y la heterozigosidad.

C - disponibilidades alimentariasQue se sepa, sólo los médicos han demostrado una preocupa-

ción sistemática por la alimentación como variable intervinienteen la mortalidad infantil, aunque la incluyen fuera del área de loque hemos entendido como endógeno.

Los análisis de los demógrafos soslayan, en general, la inter-vención de esta variable en el suceso que nos ocupa.

Múrica14 , agrupó las distintas "razones" de muerte, según suorigen, en tres grandes peligros: el peligro infeccioso, el congéni-to y el alimentario. Una clasificación, sin duda, tan operativacomo la de Bourgeois-Pichat y mucho más precisa, a la que, noobstante se le pueden oponer idénticas reservas: la posible ambi-giiedad derivada de una clasificación fundada en una fenomenolo-gía inmediata.

Según los datos aportados por el citado estudio de la mortalidadinfantil en Baleares, en la mortalidad neonatal, la evolución delos distintos "peligros" fue así:

• peligro infeccioso (por 1.000)

1.960 13,90 i supone un descenso del 61%

• peligro cóngénito (por 1.000)

1.960 15,19 ^ supone un descenso del 59,9%

• peligro alimentario (por 1.000)1.900

3,70 . su one un descenso del 85,6,%151.960 0,53 p

Para nuestro propósito, lo que importa es ofrecer unas indica-ciones de las disponibilidades y costumbres alimentarias tradicio-nales (hasta 1955 aprox.) y su posible incidencia en la interrela-

13 En Joaquín Leguina (op. cit. pág. 85). de quien hemos recogido la ponde-ración en los factores letales, puede encontrarse una sugerencia más detallada.

14 Juana M? Román Piñana; op. cit. pág. 4G.15 Juana M? Román; [bidem, pág. 52.

89

ción edad materna-endogamia, sobre la mortalidad endógenainfantil. Es decir : ahora nó consideramos los alimentos comovehículos portadores de infecciones o causantes ellos mismos, porsu inadecuada preparación y/o conservación, de procesos patológi-cos difícilmente reversibles, dada la inexistencia total de un entor-no sanitariamente acogedor.

La alimentación de la madre (antes y durante el embarazo), delniño, y la costumbre en torno al suceso, son tratados en este casocomo moduladores inevitables del fenotipo individual del futuroniño, y del niño durante su primer año de vida.

Cuando analicemos las causas de la mortalidad infantil exógenay de la mortalidad general, intentaremos una aproximación másdetallada a ciertos procesos patológicos cuyo origen puede residiren insuficiencias dietéticas. Sin embargo, como pequeña anticipa-ción, parece necesario que proporcionemos ahora, algunos con-ceptos fundamentales para entender nuestro tratamiento delproblema que nos ocupa.

Seguramente nadie pondrá en cuestión, el hecho de que unanutrición adecuada y suficiente, es una de las condiciones indis-pensables para un desarrollo psicofísico equilibrado y total del serhumano.

Con más razón aún, podremos pensar que en una circunstanciaexcepcional como la que se produce en el embarazo, las necesida-des nutritivas experimentan lógicamente una exigencia mayor,una dieta suplementaria de calorfas y proteinas, ya que la madredebe ir aportando de sf misma la masa biológica que conformaráun nuevo ser. La cantidad y calidad de los materiales bioquímicosproporcionados serán, pues, elementos decisivos para un desarro-llo correcto del embrión.

El aporte calórico suplementario viene determinado, en concre-to, por el crecimiento del feto, de la placenta y tejidos maternosinteresados, así como por un mayor desgaste mecánico producidopor el movimiento general y el nuevo peso.

Para el segundo y tercer trimestre del embarazo de una mujerde 25 años, 55 Kg. de peso y actividad moderada, se ha calcula-do16 una necesidad energética suplementaria de 359 Kcal. (Kilo-calorías) por día, y para los seis primeros meses de lactancia, unaumento de 550 Kcal., también por día.

Por su parte, hace ya tiempo que se comprobó la relación entre

16 F.A.O.; Comité Mixto F.A.O./O.M.S. de expertos en nutrición. SextoInforme. Roma, 1963.

90

la falta de peso de niños recién nacidos y un escaso consumo deproteinas por parte de la madre17.

Las proteinas son, como se sabe, las constituyentes indispensa-bles del protoplasma vivo, y como tales, participan en todos losprocesos vivos18.

Pero la fuente de las proteinas no es única. En determinadascondiciones, y disponiendo de suficiente nitrógeno, el organismohumano es capaz de sintetizar, a partir de los alimentos consumi-dos, algunos de los aminoácidos que constituyen las proteinas.Estos aminoácidos se catalogan como no-esenciales19.

En cambio existen otros aminoácidos (catalogados como esencia-les) que no pueden ser sintetizados por el organismo, y que porlo tanto deben ser suministrados como tales por los alimentos20.

A su vez, y por su origen, las proteinas se clasifican enanimales y vegetales, siendo las de origen animal las que contie-nen más aminoácidos esenciales, y un valor nutritivo, en general,mayor.

Una mujer de las mismas características de peso, edad y activi-dad que la aludida para las calorías, necesita, en la segunda mitadde su embarazo, un aporte adicional de 6 gr. diarios de proteinasde buena calidad (como la de la leche o la del huevo).

Para la lactancia, un aporte equivalente a 17 gr. diarios deproteinas de buena calidad, es más que suficiente para satisfacerlas pérdidas por la leche excretada2l.

Naturalmente, nosotros no podemos determinar con precisiónla cantidad y calidad de la dieta de una mujer embarazada, hasta

17 D.B. Jelliffe "Infant nutri[ion in the subtropics and topics". Géneve (W.H.O.: monograh series, n^. 29).

18 Las funciones principales de las proteinas son:1P Insustituibles en los procesos de crecimiento, ya que los carbohidratos y

grasas no contienen nitrógeno.

29 El organismo experimenta un desgaste constante; la síntesis tisular nopuede ser realizada, (el organismo no puede reparar este desgaste) si las protei-nas no proporcionan los aminoácidos esenciales.

3° Las vitaminas, enzimas, hormonas, proteinas del plasma, etc., no se for-man si las proteinas no proporcionan la materia prima.

44 Las proteinas ayudan a mantener la reacción de "medios internos" como elplasma, el líquido cerebroespinal y las secreciones intestinales.

19 En el sentido en que pueden ser "fabricados" por el organismo, no por-que su intervención sea innecesaria.

20 Estos aminoácidos indispensables son: la leucina, isoleucina, lisina, metio-nina, fenilalalina, treonina, el triptófano y la valina.- Para el crecimiento de los

lactantes, en patticular, se ha revelado insustituíble la histiadiná.21 F.A.O./O.M.S., 1963 (informe cit.).

91

comienzos de la década de los 6022. Sin embargo sabemos losuficiente acerca de las disponibilidades alimentarias reales, exis-tentes en la comunidad hasta ese tiempo, como para poder dedu-cir algunas conclúsiones generales al respecto.

Los alimentos tradicionales y cotidianos para todos los miembrosde la comunidad (incluidos los niños desde que empiezan a comersblido), consistían en, patatas con untura (tocino), garbanzos,lentejas, habas, legumbre', borona con leche desnatada, cecina23y pan amasado en casa, del trigo cosechado. El "cocido" era (ylo sigue siendo, como todos los alimentos enumerados, excepto laborona y la leche desnatada) muy frecuente24. La creación de unplato único compuesto de varios ingredientes es una característicacomún a, prácticamente, todas las culturas rurales y marítimastradicionales, que, durante siglos, vivieron inmersas en unaeconomía de subsistencia o de autarquía.

El caldo gallego, la fabada, lós distintos ``cocidos", modestas"ollas podridas", la marmita, la menestra, la paella, los pistos,el gazpacho incluso, por citar los más conocidos, son el resultadodel excelente aprovechamiento por labradores o marinos de losescasos productos que su ecología regionalfavorecía. Puede decir-se que hubo un tiempo en el que, la utilización de un terminadoplato ó un peculiar estilo de prepararl_o, marcaba la adscripeión aun grupo humano amplio y sus límites territoriales.

En nuestra comunidad había una falta prácticaménte abŭolutade hortalizas, de cualquier forma de carne fresca (excepto en laexigua y muy localizada época de la matanza del cerdo a finales dediciembre), de leche completa, de pescado; se consumían muypocos •uevos y una poca fruta del tiempo (manzanas, peras,cerezas, nueces, castañas)25.

Desde luego, había sus pequeñas variaciones en la abundancia ovariedad del consumo, según las posibilidades de cada familia,

22 Fecha a partir de la que puede empezar a hablarse de una moderada

innovación en composición de la dieta.' O"muelas" ; no debe confundirse con lo que en Castilla y otros países

españoles se entiende como genérica "legumbre" y que incluye, alubia seca (lisa

y pinta), lenteja, etc.23 Carne encecinada (de cabra, u oveja, generalmente); sólo las casas "pu-

dientes" encecinaban una vaca (y, a veces, dos).24 Consiste en, sopa, garbanzos, tocino y cecina. Se cuece todo junto en la

olla. La sopa se consume aparte de los garbanzos y de la cecina, qué van juntos.25 A1 hablar de la organización productiva, precisaremos en concreto la

causalidad de estas deficiencias, elemento central del contexto antropológico de

esta comunidad.

92

pero sin lugar a dudas puede afirmarse que para casi toda lacomunidad, las disponibilidades alimentarias, al menos hasta 1960aproximadamente, son escasas y la variedad, muy limitada.

En estas condiciones, la familia de la mujer embarazada mala-mente podría aportar una dieta suplementaria rica en proteinas.Haciendo un esfuerzo, como mucho, se podría proporcionar unmayor aporte calórico a base de carbohidratos y grasas, pues,como se puede comprobar, la dieta habitúal incluía (o era suscep-tible de incluir) una energía calórica completa, pero presenta unadeficiencia realmente importante en proteinas vegetales y, sobretodo, animales, imprescindibles en el crecimiento-reposición delorganismo, así como de vitaminas y oligoelementos fundamenta-les, como calcio y hierro.

Aparte de otros nutrientes, solamente las necesidades protéicasdel ni^o durante el primer año de vida se han calculado en : 26

Meses Gramos de proteinaspor Kg, de peso'

<3 2,33,6 1,86-9 1,59-11 1,2

'expresados en'proteinas de la leche o el huevo.

Téngase en cuenta, finalmente que estas necesidades están cal-culadas sobre la base de una actividad moderada; lo cual resulta,en las circunstancias de nuestra comunidad, poco menos que ridí-culo, ya que estas mujeres, embarazadas y todo, desempeñabantrabajos extremadamente duros como era el laboreo del cereal enprimavera y verano, hierba, también en verano, y las patatas enotoño, además de la atención diaria a las labores de la casa y elcuidado de los animales domésticos.

Aún en septiembre de 1975 he podido ver a una muchacha de25 años, embarazada de siete meses, hacer la faena de la hierbasin ningún cuidado especial.

Por lo tanto, la historia alimentaria de la madre en general y,en particular la clase de los alimentos disponibles durante el

26 Informe de un grupo mixto F.A.O./.O.M.S. de expertós: "Necesidades deProteinas". Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Ali-mentación. Rama 1966 (pág. 28). Se ofrece el método de cálculo empleado(método factorial sobre la base de pérdida basal del nitrógeno en orina-heces-su-dor; necesidades del crecimiento y maduración. Adición del 10% por esfuerzobiológico y del 2% para cubrir variaciones individuales).

93

embarazo, fuente de los nutrientes maternos, nos proporcionanuna variable, junto con la edad-media materna y la endogamia,que nos sirve para evaluar, en esta comunidad, la cualidad bioló-gica del niño recién nacido.

Como intento de explicación final a las variaciones supuesta-mente anormales de ciertos períodos de la mortalidad infantilendógena, podemos decir que, en nuestra comunidad existe unasolapación de las reales causas originarias, y, que, niños cuyacausalidad inmediata se presenta como endógena (stricto senso)deberían estar catalogados como exógenos, al menos desde elpunto de vista no tanto médico como antropológico, ya que hayrazones para pensar que su nosología deriva de aspectos modifica-bles o relativos, de la organización socia127.

Así, la elevada edad-media en la concepción de los hijos vienedeterminada por un sistema de transmisión de la herencia que no.concede, como norma, una autonomía decisoria y económica alhijo heredero mientras viva el padre o hasta que se vea sin fuerzaspara realizar los fuertes trabajos exigidos. El elevado grado deendogamia, y consanguineidad limita las posibilidades de diversi-dad genética; hace que en el interior de la comunidad se produzcauna auténtica "deriva genética" (genetic drift) que, unida a la.fuerte disminución de la tasa bruta de reproducción (precisamenteen el período 1941-50) explicaría el comportamiento "a saltos"de ciertos sucesos endógenos y la actual desaparición o mejordicho espaciación o esparcimiento del fenómeno28 .

Manteniéndosé, pues, en la actualidad (1960-70-75) una fuerteproporción de endogamia y una elevada edad femenina de entradaal matrimonio, puede pensarse que es, antes que otra causa, laacusada disminución en la frecuencia de nacimientos, la que harestado probabilidades de aparición de casos de muerte endógenatal como la hemos venido entendiendo29.

27 Teniendo esto en cuenta, la mortalidad infantil endbgena mostraría, sinduda, una mayor estabilidad, al tiempo que la éxógena sería aún más alta.

28 Se toman como fuente, los datos registrados en el Ayuntamiento de laVega de Liébana. Sin embargo, desde hace unos cinco años, las mujeres acudena la Maternidad de la Seguridad Social en Torrelavega (a 100 Km.). En el casode los nacimientos o bodas se contabilizan los registrados fuera. No así en elcaso de niños-as fallecidos. En este sentido puede decirse que en estos últimoscinco años, que se sepa, falleció a los dos años de vida una niña subnormal,cuyos padres son primos segundos.

29 Además del moderado, pero indudable, progreso en la asistencia médica yen las posibilidades de disponer de una alimentación más completa, sobre todo apartir de 1965 (aprox.).

94

Estas dos limitaciones se potencian por una de las preocupacio-nes centrales en este tipo de comunidades : las disponibilidadesalimentarias. En efecto, esto es ^una constante obsesión que varecorriendo todo el espectro de la vida individual y social cotidia-na. La consideración y análisis de esta variable, en este aspecto dela mortalidad endógena infantil, nos lleva al convencimiento de suimportancia como auténtica moduladora del fenotipo individualdominante; como agente cuya presencia o ausencia puede resultardecisiva a la hora de posibilitar o no, los nutrientes que se hanrevelado indispensables para la vida humana y, además, en estegrupo particular.

El período de 1935-39, sobre todos, resulta típico para laexplicación que hemos tratado de ofrecer sobre la base de unsolapamiento constante de mortalidad exógena por parte de laendógena, potenciado, además, por una variable como la calidadde. la dieta, cuya sujección a las circunstancias "externas" ycoyunturales es tan patente como en el período de total desolacióny esquilmamiento que se padeció aquí durante la guerra civil de1936-39.

A este respecto, y como tributo o subproducto de las limitacio-nes expuestas, no nos es posible soslayar la relativa frecuenciacon que tradicionalmente han aparecido, y aparecen, individuoscon alteraciones profundas en su capacidad intelectiva, por causasgenéticas en los casos más graves, y, en cualquier caso, con unaevidente desintegración intelectual y social que únicamente lespermite desarrollar labores muy fáciles, muy concretas y soli-tarias.

Por mi parte ha sido totalmente imposible llegar a establecercuantitativamente la importancia de este suceso. La dificultadviene dada porque el dato rara vez se consignaba oficialmente.Solamente en el Padrón de 1900 en una familia de jornaleros,junto a la madre, viuda, de 64 años, se hace la ob ŭervación de"imposibilitada" y junto a una hija suya de 20 años la de"idiota" (sic.)3^.

A1 mismo tiempo, los intentos de que las mismas familias,

30 En el período 1900-50, aunque en los Padrones no exista indicación explí-cita alguna, por ciertos detalles puede determinarse cuando algún familiar mostra-ba un retraso palente desde la propia valoración familiar. (Por ejemplo, siendomayor que otros hermanos y en contra del orden que normalmente se observaen los Padrones, le ponen el último y con la observación de que no sabe leer,cuando los otros hermanos, más pequeños, sí lo hacen). De este modo puededecirse que, al menos 11 personas, podrían incluirse en el genérico "retrasados".

95

actualmente me informaran sobre los propios miembros que elloshubieran conocido eri estas circunstancias3i , no diero buenosresultados. En primer lugar porque tienen un criterio muy laxosobre lo que sea la deficiencia mental. Además el tipo de labor,frecuentemente aislada, que exige el trabajo diario en esta comu-nidad, al tiempo que contribuye a extremar un retraso de origen,hace que se "ignore" decididamente el problema, toda vez que,en un lugar donde el trabajo es un tema "central", cualquierayuda es inapreciable.

Secundariamente, la familia considera la sola posibilidad comoun menoscabo de cara a los extraños, y no admiten con facilidadque alguno de los suyos pueda haber sido tal. De aquí se derivabaotra dificultad: yo no podía informarme con una terminología"abierta", debiendo emplear rodeos, eufemismos, hasta queadmitían que algún miembro de la familia siempre padeció "delos nervios" o que "se trastornó", etc..., de este modo pudeobtener directamente la existencia de cinco casos, casi contem-poráneos.

Pero la mejor ilustración de lo dicho sobre su amplitud decriterio y resistencia o reconocer como con dificultades psíquicasa miembros actuales, nos la proporciona una familia con una niñaque presenta un síndrome de Down, (al concebirla, su madretenía 43 años) y otra familia que, aún cuando no revisten lagravedad del caso anterior, puede decirse que, al menos, cuatrode sus miembros (jóvenes todos) presentan características de re-traso mental. La familia no admitió el que se les incluyera comotales, ni reconocieron que un familiar suyo, ya fallecido, habíasido catalogado como subnormal, (cosa que ellos ignoraban queyo supiera).

En fin, actualmente (octubre de 1975) podrían ser consideradascon claros problemas de índole psicopatológica al menos seispersonas. Sin contar, por supuesto, los frecuentes casos de invo-lución senil o retraimiento social cuyo origen se sitúa en otraparte.

31 Desde Y950 en adelante.

96

Mortalidad exógena ^

Como se recordará, la mortalidad exógena viene definida poraquellas nosologías cuyo origen puede comprenderse por deficien-cias del entorno físico o ŭocial en el que se nace, en circunstan-cias modificables por la acción humana y que dependen histórica-mente del grado de desarrollo económico y organización socialalcanzado por el grupo.

La mortalidad exógena, pues, se muestra extraordinariamentevariable según las coyunturas económicas, los avances de la proñ-laxis y acción médica directa, y las atenciones e inmunidades que,en general, pueda proporcionarle la familia a la que pertenece. Eneste sentido, la evolución que presenta aquí es típica32.

La tasa de mortalidad exógena debería ser mayor, según hemostratado de demostrar en el análisis de la mortalidad endógena,además, nos parece oportuno aludir al problema derivado de lapropia terminólogía médica33.

La evolución se muestra particularmente sensible (Cfr. cuadro12) en el período 1920-24; 1935-39; 1940-44 y 1945-49. Enel primero, por circunstancias locales y como secuela tardía dela epidemia gripal que un par de años antes había sido impor-tante a nivel nacional. '

El largo período 1935-50 tiene una explicación obligada en laguerra civil propiamente dicha, y en la terrible, larga y humillan-te postguerra, manteniendo hasta 1955, al menos, una tasa másalta de fallecimiento que en ciertos períodos anteriores al año1935. Situación más grave, si tenemos en cuenta que en el año1940 desciende sensiblemente la tasa de natalidad.

32 En el estudio de los maragatos, ya citado, se presenta una evolución normalde continuo descenso, pero por estar elaborado en décadas alternativas, no pei•-mite detectar períodos de constreñimiento epidémico, económico,, etc. (pág. 50).En este sentido es más ilustrativo el estudio de Baleares, también citado, y queviene clasificado por "peligros" ( infeccioso-alimentario-congénito). Lo infecciosoy alimentario pueden ser claramente incluidos en lo exógeno, con lo que tene-mos una evolución ejemplar. ,

33 "p+ este propbsito piénsese que un fallecimiento es frecuentemente causadopor varios procesos patológicos de entre los cuales, uno provoca la muerte, dadoque en la declaración no se hace, normalmente, más que una sola indicación, esnecesario dar a los declarantes normas de gran precisión para que puedan selec-cionar la causa única. Por otro lado la incettidumbre en la clasificación es mayorallí donde la mortalidad exógena es más alta ya que al ser fatal cualquier defectocongénito, se suelen anotar como muertes endógenas muchas de las que es elmedio el único culpable". (Joaquín Leguina, 1973> pág. 178).

97

Durante la guerra civil, Liébana estuvo bajo el control directode la administración republicana. El Concejo de Bárago, concre-tamente dependía de un Comité instalado en la Vega de Liébana,Ayuntamiento del Valle de Cerezeda. Arriba, en la zona de lospuertos que linda con la provincia de Palencia (ocupada por losnacionalistas sublevados), estaba instalada una línea de puestos deobservación republicana.

Tanto los responsables militares de la línea de los puertoscomo, sobre todo, el dirigente del Comité de la Vega (segúntestimonio unánime de los vecinos), hacían frecuentes giras de"limpieza" de ganado, enseres y recursos alimentarios en gene-ral, siendo las casas más pudientes las que, lógicamente, tuvieronque soportar más "visitas". Sin embargo, cuando finalizó laguerra y se implantó la administración de. los vencedores, lascosas no fueron mejor, ni mucho menos. La regresión económicafue evidente durante diez años, agravada por la inaudita contribu-ción de cereal panificable que, durante la década de los 40, elNuevo Estado impuso a estos esquilmados labradores. Dejandoaparté las represiones que, sin duda, se dejaron sentir, y en cuyarealidad está uno de los orígenes del suceso "maqui", que duran-te unos quince años estuvo actuando por la zona (y fuera de ella)con un líder incuestionable: "Juanín".

- Causas de mortalidad exógena -

Los cincuenta y cinco años que abarca, prácticamente, eI re-gistro, nos ofrece una muestra clásica de la patología más fre-cuente a que estaba sometida absolutamente toda la población, ycuya incidencia, por obvias razones de resistencia biológica, eramucho más alta en los niños, sobre todo durante el primer año devida.

Los peligros se centran, principalmente, en afecciones delaparato respiratorio, (bronconeumonía; pulmonía; bronquitis),del aparato digestivo (la muy utilizada serie de las enteritis, lasdiai•reas infantiles,...), algo menos las afecciones epidémicas (tipotuberculosis y meningitis) y, en fin, los traumatismos mecánicosdel parto, consecuencia, en cierto modo, nat ŭral del habitualparto casero asistido por la vecina experimentada...

Sobre la "enteritis" debemos puntualizar que no responde auna nosología inequívoca. Los médicos, hasta 1945-50 (aprox.)echaban mano de una rúbrica extremadamente amplia y cómoda

98

que incluía las, ya más precisas, enterocolitis (gastroenteritisatrepsias; dispepsias) y catarros intestinales.

Incluso es bastante posible que, dada la probable interferenciade varias patologías semejantes, la rúbrica de la enteritis engloba-ra procesos como disenterías, pseudo disenterías o salmonelosis,que pertenecen ya a una rúbrica diferente34. El papel de losalimentos como portadores de infecciones en un tiempo anterior alas sulfamidas y los antibióticos35 , cobra en esta rúbrica toda suimportancia.

Hoy se sabe que sus formas clínicas, caracterizadas por dia-rreas, vómitos, fiebre, deshidratación, dolor abdominal, vienendeterminadas, en general, por procesos bacterianos virales, hon-gos y parásitos, que revelan el ``peligro infeccioso" al que perte-nece esta rúbrica de la enteritis.

CUADRO - 18

NOSOLOGIA DE LA MORTALIDAD INFANTIL/PROPORCIONES/(")

EVOLUCION POR DECADAS

NIÑOS

Aftericia

Proporción

0,2727

l^'iñas

Ataque convulsivo

Proporción

0,2000Bronquitis aguda

Congestión pulmonar

o.0909

o,0909

Asfixia

Bronquitis

p,4ppp

0.2000Diarrea colérica 0,0909 Congestión pulmonar 0,20p0

19^0 9 Gastroenteritis . 0,1818 0,2000Gripe

InsuficienteOA9íl9

0,0909Desarrollo orgánico 0,0909Pulmón 0,0909

`= 5

i4 [mprecisiones que deben imputarse tanto a la competencia del médico de lazona, como al grado de desarrollo científico alcanzado en ese momento por lamedicina. y, en consecuencia. a las sucesivas correcciones y precisiones de la\'omenclatura Internacional de 1•torbilidad y Mortalidad (que hasta 1950 seIlama "Nomenclatura internacional abreviada de causas de muerte").

35 Las sulfamidas, descubiertas en 1935 por pomagk y. la penicilina. porFleming. en 1941.

99

Niños Proporción

1910-19

Congestión cerebral 0,0769

DebiGdad congénita 0, 3846

Gastroenteritis 0,0769

Inundación del agujero

de Botal 0,0769

Insuficiencie cardiaca 0,1538

Laringitis 0,0769

Meningitis 0,0769

Neumonía 0,0769

Niñas Proporción

Gastroenteritis 0,1666

Insuficiencia orgánica 0,3333

Infección abdominal 0,1666

Meningitis cerebral 0,1666

Traumatismo del parto 0,1666

N = 13 N=6

Niños Proporción Niñas Proporción

Asfixia 0,1250 Gastrcenteritis 0,6667

Bronconeumonía 0,1250 Insuficiencia orgánica 0,3333

1920-29Bronquitis 0,1250

"[50Enteritis 0,1

Gastroenteritis 0,3750

Traumatismo del parto 0,1250

N=8 N=3

Niños Proporción Niñas Proporción

1930-39

Eclamsia 0,1000Enteritis 0,1000Enterocolitis aguda 0,2000Gastroenteritis 0,3000Insuficiencia desarrolloorgánico 0, 2000Pulmonia 0,1000

Bronquitis aguda 0,1666

Bronquitis capilar 0,1666

Gastroenteritis aguda 0,1666

Pulmón 0,1666

Raquitismo 0,3334

N=10 Alo^c 6

100

Niños

Bronconeumonía

Proporción

0,2000

Niñas

Bronquitis

Proporción

0,5000

Deshidratación aguda 0,2000 Gastroenteritis 0,5000

1949-49 Enteritis 0,2000

Gastroenteritis 0,2000

Insuficiencia orgánica 0,2000

N=5 N=2

Niños Proporción Niñas Proporción

1950-59 Colitis 1 Bronconeumonía 0,5000

Colitis-Intoxicación 0,5000

N=1

Niñas

19G0-G9

N=2

Bronconeumonía 1

N = 1

Fuente: . Elaboración propiaRegistro CivilAyuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

(') Las rúbricas punteadas corresponden a las más abundantes en cada década;teniendo en cuenta que las cifras de la mortalidad infantil de nuestra comu-nidad son estadísticamente modestas, no nos es posible presentar los datos deuna Eorma mas "legible". Sin embargo, creo, cumple con la intención de

ilustrar la evolución seguida por la nosología infantil.

101

- Habitat familiar -

Una somera descripción de la organización y equipamiento delespacio habitacional, nos dará una referencia adecuada para situarun poco mejor el suceso de la alta mortalidad infantil exógena.

La organización física del "habitat" familiar, constituye unaauténtica "unidad funcional " de estancia y trabajo, donde sehacinan personas y animalés en estrecha e"interesada" cola-boración.

Hasta hoy, las sucesivas innovaciones en la vivienda familiar ysu pequeño entorno, no solamente no han supuesto una modifica-ción de este concepto unitario y funcional, sino que han sido unperfeccionamiento del mismo, dirigido a la consecución de unaautonomía.

Uno de los signos discriminativos más imponentes entre lasfamilias ``pudientes" (tres, prácticamente) y el resto de los veci-nos, era (sigue siendo) la casa.

En primer lugar, la casa de los vecinos más "fuertes" seacerca mucho más al ideal autonómico, por cuanto, muy tempra-namente, dispusieron de auto-abastecimiento ``particular" deagua, un corral (espacio de trabajo) más grande y llano, con unhuerto grande (relativamente) junto a la casa. Además, la diferen-cia en las dimensiones, equipamiento interior y en los mismosmateriales, es muy notable. No obstante estas diferencias, (quesólo afectan a dos-tres familias) se puede intentar la descripción deuna casa-tipo.

La organización del "habitat" comunitario es la de "pobla-miento disperso". Viviendas familiares con pequeños huertos allado y algunos praos intermedios; hay caminos, pero rara vezforman, lo que pudiera llamarse, una calle. El barrio de Soberaopresenta una concentración mucho mayor que Bárago propiamen-te dicho, aunque sin llegar al agobio, y siguiendo la pauta delConcejo.

Cuando la vivienda, el pajar y la cuadra forman un mismoedificio, las paredes exteriores son, casi sin excepción, de piedra.Entonces, la vivienda se sitúa arriba, coñ el pajar, y la cuadra,debajo.

El acceso a la entrada de la vivienda suele hacerse a través delcorral, que es un espacio libre delante de la casa, enmarcado conuna pequeña valla de piedra y que incluye un cobertizo que ocupatoda la longitud de la pared y proteje el boquerón del pajar,diversos aperos y el carro. Con alguna frecuencia también hay

102

casas que si bien siguen teniendo la cuadra y el pajar36 pegados ala vivienda, ésta no forma un mismo edificio con éllos. Entonceslas paredes del pajar y algunas de la cuadra suelen estar formadaspor maderos verticales alternando con adobe de tierra batida.Prácticamente todas las entradas están orientadas al sur, y sobreellas se construye indefectiblemente el corredor que es una balco-nada profunda y abierta a lo largo de la fachada; además de ser elprincipal proveedor de luz y aire al interior, es un inmejorablesecadero de maíz, habas, legumbre y... ropa. Las ventanas sonpequeñas.

Hay otras dos formas externas que son un elemento inconfun-dible de la vivienda: la balgareta y el horno para cocer el pan.

- La balgareta suele estar integrada en el mismo edificio yocupar las partes altas y laterales del mismo. Como mucho, tieneun par de paredes. En ella se almacena sobre todo la madera,hierba que no cabe en los pajares y en general una considerablediversidad de cosas fuera de la circulación diaria (jateras) pero queson necesarias ocasionalmente. No debe confundirse con el desvánque tiene una función diferente: guarda cosas diferentes y, porsupuesto, ocupa el espacio entre el tejado y el techo, del piso másalto de la casa.

- El horno, por su parte, siempre puede notarse desde fuerapor su típica estructura abovedada, más o menos visible37. Su bocade acceso, claro está, se encuerttra en el interior de la casaaunque varía de estancia. Puede estar directamente instalada en lacocina, aunque lo normal es que la casa disponga de hornera, unpequeño espacio propio junto a la cocina, y que contiene lamasera y la panera, imprescindibles en la labor del pan. Lahornera también se utiliza para curar y ahumar los chorizos yjamones que cuelgan de su techo.

El reparto del espacio interior de la vivienda no sigue (en surealización) una nortna universa] : es consecuen ŭia de las distintasposibilidades acumuladas durante largos años por cada familia3^.

36 Entonces. la cocina y parte de la cuadra. gallinero, ocupan la parte deabajo; las habitaciones, arriba.

37 Y que, en algun caso, cuando la distancia entre el suelo del exterior y elhorno es grande, se sostiene espectacularmente con una madera en forma de T.

3fl La descripción que ofrecemos es actual y aunque en muchos aspectos lascasas han cambiado muy poco. hay que hacer una advertencia. A lo largo delsiglo. y hasta 1950-55. el número de vecinos era mayor, y la situación deperpetua precariedad que dominaba la vida cotidiana quedaba. sin duda, reflejadaen el interior de las casas. Durante mi estancia vi una casa. al menos, que

103

Lo :tormal es que la puerta principal, dé acceso a un paso 0pasillo cuya primera estancia, es, invariablemente, la cocina.

Seguidamente y, según las casas, se dispone el comedor, piezaobligatoria en la celebración de cualquier suceso familiar queincluya invitados, o en las romerías. A1 final dos o tres habitacio-nes, aunque su número varía de unas a otras.

La cocina es el centro absoluto de la vida familiar, la pieza másimportante de la casa y la que, por eso, ha sufrido mayorestransformaciones. Realmente la evolución de la cocina va marcan-do un progreso, y su grado de calidad, de materiales, adornos,etc. ..., era (es) otro elemento diferenciador de la categoría de lacasa.

Hasta comienzos de la década de los 20, y en algunas familiashasta bastante más tarde, la cocina consistía en una pequeñahabitación con suelo de losas, un largo banco adosado a la pared yun escuálido vasar con unos pocos cacharros. No había ningunaotra instalación ; el fuego se hacía directamente en el centro de laestancia a base de pequeñós tochos de madera. La comida sedisponía en una o dos ollas, bien en las esquinas de la fogata obien suspendidas directamente sobre el fuego con los ]laresi9colgando del techo y cuyo uso más corriente era el de sustentarlas calderas grandes en las que se preparaba la comida de loschones. El fuego se avivaba con el soplón4^ .

En el techo, sobre la lumbre, solía haber una pequeña aberturaa modo de tosca chimenea que facilitara la salida del humo, loque no impedía en absoluto que se formara en las paredes de lacocina un característico sarro negro, producto de la combustiónde la leña y que a medida que alcanzaba un notable grosos,adquiría un reflejo brillante. Varias vecinas ancianas atestiguanque para el "catarro del pulmón" se tomaba, a veces, un puñaode ese sarro diluido en agua y cocido.

A partir de 1900, y coexistiendo con esta cocina primitiva, seempieza a generalizar la "trébede " que suponé un progresoextraordinario. Consiste en un fogón hueco, bastante profundo,con chimenea, boca a ras del suelo, y corrido a lo largo de una delas paredes de la cocina. El fuego, siempre de leña, se hace en la

puede consi+{erarse ejemplar del "habitat" familiar, disponible por la generalidadde los vecin++s y cuya visión me resultó conmovedora.

39 Ganchos clavados en el techo de los que penden cadenas.40 Palo de sauco hueco, uno de cuyos extremos (por donde se sopla) es más

ancho que el otro, lo que permite que el aire saliera con más fuerza y mayorprecisión.

104

boca, y la comida se prepara en unas pequeñas ollas que secolocan directamente al fuego o sobre un aro de hierro con trespies41. Los llares se han sustituido por unos ganchos colocados enel frontal de la trébede, sobre la boca, con el mismo objeto desiempre.

Se extiende el uso del fuelle que va desplazando al soplón. Elhumo deja de atosigar y el sarro desaparece.

Pero la trébede también supone otro avance importante. A1 sertan profunda y hueca, permite una considerable concentración ycirculación de aire muy caliente aprovechada por la familia, que,en el invierno, instala sobre ella (a 1/2 metro del suelo de lacocina) el sitia142 , banco donde se sientan a comer o conversar.

Un nuevo avance, viene representado por la instalación de lasŭocinas "económicas", de hierro y con horno, que no necesitande mayor explicación, aunque aquí, incluso hoy, no son muyabundantes.

Lo que sí se ha generalizado ha sido el empleo de cocina de gasbutano, aunque la trébede es todavía la más usada en la casiabsoluta mayoría de las casas.

Otro elemento importante y discriminativo de la "calidad" delas familias son los tabiques. Las buenas casas los tienen de piedrao de adobe grueso, pero era muy común la pared de sietos queconsiste en un tupido entramado vertical-horizontal de varas deavellano y cubiertos por ambas caras de tierra batida encalada.

En los bajos de la casa, también era corriente que estuviera lacarral o bodega, donde se almacenan las patatas y, en las casasque dispusieran de ello, el vino. Las casas más pudientes inclusotenían lagar propio que, naturalmente, estaba instalado en lacarral.

Las cuadras, que hemos dicho ocupan la mayor extensión de laparte inferior del edificio, son (antes, más todavía) sumamentebajas, no muy anchas y mal ventiladas e iluminadas. Los pesebressiempre están adosados a la pared y separados individualmente por

41 La trébede, etimológicamente considerada.42 Es un banco largo, con respaldo y brazos laterales. A1 sitial, se adapta,

generalmente, una forma ingeniosa de mesa muy común en Liébana. De cadauno de los flancos del sitial sale un listón largo que puede recorrer entre la paredde la cocina y los brazos del sitial 90°. Estos listones sostienen una tabla.Cuando las personas se sientan en el sitial se bajan los listones con la tabla yésta queda a la altura normal de una mesa. Entonces se abre la tabla en formade libro con lo que la anchura queda también muy aparente.

105

reortas43 ; sobre cada pesebre individual (o una buena parte deellos) hay una abertura que dá al pajar desde donde se puedeechar directamente el heno.

E1 suelo de la cuadra podía set de toscas lanchas de piedra o detierra pisada, lo que al cabo de un tiempo no tenía muchaimportancia porque, al fín, allí acababa formándose una pertinazcapa de estiércol que igualaba cualquier diferencia. La situación delos pajares y estado de las cuadras, sus problemas de limpiezadiaria con la evacuación y acumulación de grandes cantidades deestiércol en las aboneras, al pie mismo de las viviendas, es uno delos factores que más han contribuido a deteriorar el ambientesanitario más inmediato, tanto en lo que respecta a los propiosanimales, como a su indudable repercusión en las personas. Aúnhoy, aunque se han ido introduciendo unas moderadas reformasen las cuadras y su limpieza interior ha mejorado, la mayor partede ellas, son totalmente inadecuadas desde el punto de vista de la .salubridad e incómodas para su limpieza o llevar a cabo trabajoscomo el ordeño. Asimismo, las abundantes aboneras al pie de lasviviendas, siguen siendo un elemento característico del ``habitat"familiar, y comunitario en general.

De las condiciones de higiene personal tradicionales44 nos po-demos hacer una idea cabal atendiendo a los datos siguientes :

• hasta 1966 (aprox.) no se dispone de agua corriente en lascasas.

• en Octubre de 1975, de un total de 44 casas ocupadas en todoel Concejo, sólo disponen de un retrete 21, ya que no existendesagiies públicos y no todos los vecinos pueden disponer delespacio franco suficiente, junto a su casa, para poder hacer unpozo negro.

• Aunque en los tempranos años treinta, el Ayuntamiento dela Vega de Liébana instaló en Cucayo45 una heróica turbinaeléctrica para todo el valle aprovechando un salto de agua natural,la instalación46 normalizada de energía eléctrica no tuvo lugar

43 Anchas maderas verticales.44 Excepto para el par de casas tradicionalmente descollantes que se habían

procurado, ya desde la década de los 20, la instalación de ambos servicios.45 Barrio de Dobres, pueblo cercano a Bárago y situado a 936 m. de altitud.46 Sólo funcionaba en primavera y verano ya que, si en otoño se taponaba

continuamente de hojas, en invierno el agua se helaba con frecuencia. Cuando

funcionaba bien, dicen, que era una luz "muy buena". EI vecino abonado sólo

disponía, ordinariamente, de un "punto" de luz, pero con un cordón muy largo

para poder tener un rentable "radio de acción lñminosa".

106

hasta el año 1971-72. Hasta entonces, lo realmente generalizadoera la utilización de candiles y faroles de aceite o petróleo y, másmodernamente, los carburos47.

En octubre de 1975 el equipamiento doméstico industrial, pre-sentaba estos efectivos48 :

lavadoras normales ................ 11 (25%)lavadoras automáticas ............. 5 (11,4%)frigoríficos ............................. 16 (34,4%)televisores ............................. 19 (43%)calentadores de gas ................ 5 (11,4%)

Por otra parte, lo dicho para la mortalidad endógena, tieneidéntica validez aquí, aunque la actuación concreta de la causali-dad tenga matices propios. En el aspecto exógeno, además de ladeficiencia protéica, vitamínica y de ciertos oligoelementos funda-mentales, cobra especial relieve el papel de los alimentos comovehículos de infecciones e intoxicaciones, propiciado, quizás, poruna manera estereotipada de criar a los hijos49.

En orden a la asistencia médica hay que ponderar las dificulta-des que debía superar el médico de Potes o de la Vega (cuandohabía): pueblos remotos, casi todos sin carreteras, orografía acci-dentada, con nieve prácticamente desde noviembre hasta marzo.Las dificultades para ser avisado, para venir y ver al enfermo. Y,^qué hacer en el caso de necesitar un medicamento urgente queno estuviera a mano en el milagroso maletín?; en éstos y otroscasos la "sensata" experiencia de las viejas parteras se imponía...ya que el desarrollo de los conocimientos médicos y recursosfarmacéuticos que demostraron (y demuestran) ser útiles contra lapatología endémica en esta zona, son relativamente recientes.

47 Una de las casas pose{a, incluso, una auténtica instalación de carburo alestilo de las del gas, con un depósito para el carburo, tuberías y mecheros fijos.El carburo (como lámpara) al que nos referimos, es un pequeño recipiente metá-lico en el que se colocaba una piedra de carburo con agua; se cercaba hermética-mente el recipiente excepto por arriba, en el cuello, donde una pequeña llaveregulaba la salida del gas formado. EI final exterior del conducto era un pequeñopitorro al que se aplicaba fuego para encender • esta pequeña lámpara, que dabauna luz muy brillante.

48 Cuando analicemos la estructura social de la comunidad, precisaremos ladistribución social de éstos y otros aparatos.

49 Me ha sido imposible conocer a alguna partera; una murió en agosto de1975 y otra, mucho más mayor, pero que todavía vive, no puede precisarclaramente la información solicitada.

107

No es posible acabar la explicación sin insistir, siquiera breve-mente, en que, el reiterado entrecruzamiento de las limitacionesy carencias físicas como las enumeradas, no puede explicar porsí solo procesos patológicos de tan amplio coste social como elque nos ocupa.

En primer lugar, pienso que el factor que más ha ŭontribuidoen principio, al descenso progresivo de lá tasa de mortalidadinfantil ha sido, a su vez, el fuerte descenso experimentado en lafrecuencia del suceso '`nacimiento " cuya coincidencia puedecomprobarse, (cfr. cuadros 32 y 33) así como el descenso de lanupcialidad durante el período 1940-60 de casi un 50%, conrespecto a lá década de 1930.

Después, también son de considerar las mejoras introducidas enla asistencia médica, que, en este caso, es la solución expeditivade ir a"dar a luz" a la Maternidad de la Seguridad Social enTorrelavega; el indudable aumento calórico y proteico de la dietamaterna y del lactante, así como el abandono de ciertas prácticastradicionales en la alimentación y cuidado general de los bebés.

En los cuadros 19 y 20 puede verse, en fin, la evolución de lamortalidad por sexos, que supone una mayor contribución mascu-lina a lo largo del siglo. Quizás como ligera compensación naturalal hecho de que hasta 1970 sea un poco mayor el número deniños nacidos que el de niñas, aunque tal diferencia no resulte enabsoluto significativa, como veremos.

108

CUADRO - 19

MORTALIDAD INFANTILVARONES

EVOLUCION SEGUN SUS CAUSAS/TASAS POR CIEN (')

Años

Tasa de

Mortina-

Tasa de

mortalidad

Tasá de

mortalidad

Tasa de

mortalidad

Tasa de

mortalidad

natalidad endógena exógena perinatal infantil

1900-4 5,7G7 5,7G7 11,534

1905-9 4,294 4,294 6,383 8,598 10,G77

1910-14 2,127 14,893 4,294 17,020 19,187

1915-19 4,878 4,878 9,756

1920-24 2,325 9,302 11,G27

1925-29 2,857 0,714 8,571

1930-34 2,702 5,405 8,107

1935-59 2,941 17,647 20,588

1940 44 11,764 11,764

1945-49 R,695 8,695

1950-54

1955 59 5.000 5,000

1960-64

1965-G9

1970 75

(Octubre)

' Respecto al total de nacidos vivos

F'uenJe: Elaboración propia

Registro Civil ^

Ayuntamiento de la Vega de Liébana

Santander

1f)9

CUADRO - 20

MORTALIDAD INFANTILMUJERES

EVOLUCION SEGUN SUS CAUSAS/TASAS POR CIEN/(*)

Años

Tasa de

Morti-

Tasa de

mortalidad

Tasa de

mortalidad

Tasa de

mortalidad

Tasa de

mortalidad

natalidad endógena exógena perinatal infantil

-Niñas-

1900-4 1,923 1,923 3,846 1,923

1905-9 4,294 4,294 8,488

1910-14 2,127 2,127 2,127 4,254 4,254

1915-19 2,439 4,878 2,439 7,317 7,317

1920-24 2,325 2,325 4,650

1925-29 2,857 2,857

1930-34 2,702 2,702

1935-39 5,882 8,823 14,705

1940-44 5,882 5,882

1945-49. 4,304 4,304

1950-54 8,000 8,000

1955-591960-64 5,555 5,555

1965-691970-75

(Octubre)

(') Respecto al total de nacidas vivas

Fuente:. ^laboración propia .

Registro CivilAyuntamiento de la Vega de Liébana

Santander

110

- Mortalidad general -

En una población que, como ésta, nunca ha sido muy numero-sa, el problema que nos ocupa no permite el empleo de ciertastécnicas de análisis50 más finas que las aquí utilizadas, ya que lapropia frecuencia (relativa) y la dispersión del suceso, desborda, ohace muy poco fiables, métodos que sólo tienen razón de ser yutilidad en poblaciones más numerosas5l .

Después del análisis de la mortalidad infantil, el presentar laevolución de la mortalidad general, no tiene otro interés que el devolver a constatar el pertinaz acoso que durante largos deceniostuvo que sufrir una comunidad, cuyo esfuerzo biológico y socialapenas conseguía reproducir una costosa supervivencia. La recien-te liberación de ciertas servidumbres biológicas y económicas, hasido proporcionada "desde fuera" y ha supuesto un replantea-miento de la estrategia productiva, el progresivo desmantelamien-to de ciertas formas de poder social, y una involución demográficade la población. No obstante, el contexto (la lengua) que tradicio-nalmente viene informando o dando sentido al comportamientoindividual o colectivo de este grupo, sigue manteniendo su vigen-cia, lo cual es, en mi opinión, fundamental para entender actualesdesajustes.

En la presentación de este u otro suceso nos interesa sobrecualquier otra cosa, la evolución '`interna " del fenómeno, o, entodo caso, la comparación con grupos de similares características,y no con poblaciones provinciales o nacionales, aunque, a veces,su referencia es inevitable.

Una primera aproximación viene expresada por la tasa bruta demortalidad general, que da una idea de la tendencia global seguidapor el suceso, que, como podrá observarse, desde comienzos desiglo, experimenta un descenso lento, pero sostenido.

Esta tasa no es, ni muŭho menos una medida completa de lamortalidad. No nos dice nada, por ejemplo, acerca de la distintafrecuencia con que el suceso se produce en las distintas edades, nique la misma estructura de edad en la población puede enmasca-rar la tendencia general de la mortalidad.

Por eso presentamos dos medidas que, aun cuando no nos

50 Como las empleadas para averiguar las probabilidades de muerte; la • proba-bilidades de supervivencia para cada generación; la esperanza de vida.

51 "Además, en España, existe una dificultad adicional derivada tanto de ladeEiciencia en la recogida de los datos oficiales como de las de ŭ laraciones impre-cisas". (Joaquín Legiiina, 1973, pág. 154).

111

CUADRO - 21

MORTALIDAD GENERALEVOLUCION DE LAS TASAS GENERALES Y ESPECIFICAS

SEGUN EL SEXO/TASAS POR MIL/

Años

Tasa de

Mortalidad

Hombres

(')

Mujeres

(')

Hombres

(")

Mujeres

(")

lgenera

(por 1000) (por 1000) (por 1000) (por 1000) ; (por 1000)

1901-10 221,51 215,49 226,86 104,43 117,08

1911-20 185,26 208,33 166,66 95,84 89,42

1921-30 159,08 176,05 144,57 ^81,16 77,92

1931-40 169,92 219,85 126;50 101,30 68,62

1941-50 115,50 142,85 92,59 66,06 49,50

1951-60 124,53 118,11 134,75 54,94 69,59

1961-70 138,10 92,59 179,24 47,62 90,48

1971-75 73,02 76,06 58,14 39,32 33,70

(Octubre)

Fuente: Elaboración propiaRegis[ro Civil y PadronesAyuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

(' ) respecto a su propia población

(' ') respecto a la población total

dejan totalmente satisfechos, ofrecen una indudable precisiónsobre la evolución seguida por la mortalidad y su incidencia en losdiversos grupos de edad: las tasas de mortalidad específicas poredad-sexo para cada decenio, y la distribución proporcional de lafrecuencia del suceso para cada grupo de edad-sexo, también paracada decenio. '

A- El cuadro 22 ofrece la evolución de la tasa específica paracada grupo de edad, según los sexos, y para el período expresado.

La alta tasa masculina del primer grupo de edad (intervalo 0-4),permanece, prácticamente, estacionaria hasta 1941. La femenina,también hasta la misma fecha, es alta, aunque oscila más.

112

zao -^GRAFICO - 5

^ General

^ ^ ^ \\ Hombres' ----^ \

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Tasas de monalidad general Ipor 7.0001

(') con respec[o a su propia población

1^3

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ti

115

A partir de esa década, el descenso es constante hasta hoy,aunque la causa principal es la baja frecuencia de nacimientos quese registran a partir de entonces, pues el "tono" tan abultado deeste grupo de edad viene dado por los fallecimientos que seproducen en el primer año de vida.

Realmente el niño que superaba con éxito los dos primerosaños de su vida, tenían grandes probabilidades de llegar a lajuventud, en donde volvía a ser más vulnerable. Otra pausadurante la madurez (30-60 años... aprox.) y alrededor de los 60años, la tasa se eleva y se mantiene alta con pequeñas oscilacioneshasta el final. Las mujeres conservan una pequeña ventaja (en elcaso de que sea, efectivamente, "ventaja") al retrasar unos cincoaños el aumento de la tasa.

En general se constata un progresivo y claro descenso en laaparición del suceso en la infancia -adolescencia- juventud ymadurez52. La persistencia mayor se centra en el comi^nzo de lavida (primer año de vida) y en el comienzo de la vejez. ^

40

35

30 -

25

20

15

10 -

5

%

GRAFICO - 6

In^k5 10 15 20 25 30 35 40 45

Edades

Monalidad general:- Distribución proporcional según la etlad y el se><o

^ Hombres

^ Mujeres

I

50 55 60 55 70 75 80 85 90

1901-10

52 Que se debe, sin duda, a una atención médica más eficaz para el adulto;una leve mejoría general en las condiciones físicas del "habitat" y, a partir de

1955 (aprox.), de un cambio en la dieta.

116

5 10 75 20 25

Edades

35

30

25

20

15

10

5

%

Etlatle

30 35 40 45 50

10 15 20 25 30 35

55 60

^

60

^

4p 65 50 55

65 70 75 80 85 90

1911-20

^ kÚ®

65 70 75 80 &5

192130

117

25 - 1

5

5 ^ 10 15 20 25 30 35 40 45

Edades

40 -

35

30

25

20

15

5

Edades

40

35

30

25 •

20

15

10 .

5

%

65 70 75 80 85 90

1901-50

10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 50 fi5 70 75 80 85 90 95

1%1-60

5 10 /5 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90

Edades 7%1-70

118

5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 IS 80 85 90 95

Edades 1971-75 (Octubrel

119

Puede observarse que, en realidad, no es que haya habido unaumento del "techo" en la esperanza de vida, sino que, a partirde 1951-60, hay más personas que viven más tiempo, lo cual esespecialmente válido para las mujeres. Los hombres, en general,demuestran morirse antes y con una frecuencia mayor.

B- El ŭuadro 23 permite saber qué proporción de los falleci-dos durante el período indicado, corresponde a cada grupo deedac^-sexo, y no es sino otra manera de corroborar la evolucióndescrita antéi'iormente

Causas dé. múerte

La evolnción de las causas de muerte no incluye la mortalidadinfantil que.ya ha sido tratada aparte.

A1 margen de cualquier curiosidad, se trata de una nuevaprecisión^'acérca de las condiciones que, tradicionalmente, (hastahace apenas 15-20) han actuado como leyes inexorables y casi"naturales" en la conformación genotípica de una determinadaestructura poblacional y organización social. Condiciones gue,desde luego, son comunes a, prácticamente, todas las sociedadesrurales tradicionales españolas, pero cuya incidencia era mayor, ypersistió durante más tiempo en comunidades de economía desubsistencia, semipastoriles y"de montaña". Hasta el período1950-60 todavía privan las nosologías cuya explicación debe ate-nerse, sobre todo, a la interacción de los peligros infeccioso yalimentario.

Teniendo en cuenta que la dureza de las limitaciones físicas ybiológicas que debió soportar esta comunidad, se mantuvieron,sin duda, invariablemente altas durante siglos, hay motivos parapensar que se ha creado y mantenido un acervo genético (genepool) común y, a partir de él, se ha ido seleccionando el feno-tipo más adaptado a las exigencias que "es-ta-ban ahí", y queson tanto ecológicas como producto de una vida en común conotros hombres, desarrollada precisamente en ese medio53.

53 A"grosso modo" puede decirse que el genotipo exigido debería tener una"preparación" especial para las afecciones intestinales y bronquiales. A su vezun metabolismo basal de escasa proporción ayuda a resolver pr.oblemas de dietaescasa; al igual que un tamaño corporal no muy grande ni robusto puede serútil al proporcionar una gran economía de calcio. Como ilustración de esteúltimo carácter ofrecemos el dato de que la estatura media de los mozos delAyuntamiento que fueron declarados soldados uno de los años de la década de1870 (28; de los que se presentaron 23) fue de 1,481 m.

120

Los individuos cuya dotación genética o fenotípica (por lascausas que fueran) no se ajustase al modelo imperante, demos-trarían una mayor vulnerabilidad ya desde antes del nacimiento y,sobre todo, durante el primer año de vida e intervalo de los30-34 años de edad.

Hasta 1955 aproximadamente las exigencias más acuciantes alas que la comunidad ha tenido que hacer frente, son, un traba-jo inconmensurable, una dieta insuficiente y pobre, una ezposi-ción ŭontínua a enfermedades infecciosas y parasitarias. Su in-terrelación tiene un efecto multiplicador ya que los trabajos co-munes aquí, exigen una alimentación rica en calorías, pero, so-bre todo, en proteinas de origen anima154 , cuya insatisfacción,cuando no produce directamente enfermedades alimentarias,ofrece una mejor exposición del organismo a los procesos infec-ciosos, agravados, a su vez, por el nada aséptico "habitat" fa-miliar, y las escasas disponibilidades médico-farmacéuticas.

EI descenso de la natalidad durante la larga postguerra es unareacción natural de la población al endurecimiento que experi-mentan las condiciones de vida en general, obteniendo comoprincipal efecto, un descenso en la mortalidad infantil.

El fuerte incremento que experimenta la emigración a partirde la década de 1950, contribuye a alargar este lastre, . ya que.además de restar ocasiones a la aparición del suceso demográfi-co, ofrece mayores oportunidades en la obtención de excedentesalimentarios y económicos que vienen solicitados por las exigen-cias de una demanda regional y nacional, lo que impondrá unprofundo reordenamiento de la producción económica y del te-rrazgo,

Paralelamente las disponibilidades médicas son mejores y másabundantes, así como la dieta, en la que se producen novedades.

La consecuencia natural es que en estos últimos 20-25 años,se produce un notable descenso de la tasa de mortalidad infantil,un, progresivamente, alto índice de envejecimiento (sobre todofemenino) y un descenso de la tasa bruta de reproducción55 comoajuste espontáneo al hecho de que, de todos los niños que nacenen este tiempo; sobreviven los suficientes como para que ya nosea necesaria una sobreaportación natal, que durante largos, lar-

54 En este caso sería ideal que la dieta fuera mucho más abundante en protei-nas, cuya utilización como energía (calorías) por el organismo es obvia también.

55 Desde 1950, la mortalidad, con relación al último registro (1965-69),desciende un 57,3%. La tasa bruta de reproducción del período 1971-75 suponeun descenso del 33,6% con respeao al período 1951-60.

121

CUADRO - 24

INDICE DE ENVEJECIMIENTOPORCENTAJES (para ca,da año indicado)

AMBOS SEXOSA ños

Grupos de

edad 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1975

0- 14 30,47 32,17 32,04 28,43 27,45 22,74 22,17 20,52 17,24

15 - 64 61,27 58,98 61,16 66,45 61,76 66,55 62,34 58,94 60,48

65 8,25 5,67 6,79 8,14 10,78 10,70 11,29 20,55 22,21

AñosHOMBRES

Grupos de

edad 1900 1910 1920 1930 1940 1950 19G0 1970 1975

0- 14 34,66 37,41 30,28 26,05 28,57 24,46 25,00 25,00 16,66

15 - 64 58,66 57,14 62,67 72,54 63,57 67,62 68,10 61,00 69,04

65 6,66 5,14 7,04 8,45 7,85 7,96 6,89 14,00 14,52

AñosMUJERES

Grupos de

edad 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1975

0- 14 26,66 33,53 33,53 30,90 26,50 21,25 19,51 15,55 18,0715 - 64 63,63 60,58 59,88 61,21 60,24 65,62 56,91 56,56 51,80

G5 9,69 5,88 6,58 7,88 13,25 13,12 15,44 27,77 30,12

Fuente: Elaboracibn propia '

PadronesAyuntámieñto de la Vega de Liébana

Santander

122 .

I

0V_I'1^1

^/

W^h

V

123

gos años, fué necesaria como compensación de las pérdidas quese producían en toda la escala de la población.

En realidad, sigue existiendo el mismo acervo genético; sinembargo su producción no es en absoluio la misma. La disten-sión de las condiciones exteriores han ido permitiendo que indi-viduos peor equipadós biológicamente, pudieran superar patpl^-gías que, en otras circunstancias, no hubiera sido posible supe-rar, con lo que el fenotipo ya no será tan homogéneo a partir deestos años inmediatamente anteriores a nuestra actualidad.

Tradicionalmente se plantea el problema de si el alto grado deaislamierito genético (genetic isolate), e incluso de consanguinei-dad, demuestra, o no, ser una buena adaptación; una ventaja(dejando aparte el hecho de que, históricamente fuera irremedia-ble) biológica, que actuase en el sentido de producir unos pocosindividuos, realmente notables, y con todos los requisitos parasobrevivir hasta una edad relativamente alta, aun a costa de lasabundantes pérdidas que llevara consigo. -

A falta de otras medidás más pertinentes, no viables ahora, sesugiere que una cierta comprobación de ésto, puede ser la relati-va estabilidad demostrada a lo largo del siglo en la composiciónde los cuatro últimos intervalos de edad en la pirámide de lapoblación, y que su aumen'to (con ventaja femenina siempre), seproduce precisamente a partir de los años que consideramos co-mo "liberadores".

La evolución concreta . de las nosologías a lo largo del períodoestudiado, muestra que hasta la década de 1940, aproximada-mente, los procesos externos (parasitarios; infecciosos; alimen-tarios) del aparato respiratorio y digestivo sobre todo, ocupan ellugar preferente, especialmente, en los hombres. Las mujeres,para el mismo período, muestran una alta vulnerabilidad en lostrastornos circulatorios y del "corazón". El progresivo desplaza-miento actual de las enfermedades del aparato respiratorio y di-gestivo en general; por las "del corazón", circulatorias y debi-lidad senil, para ambos sexos, se muestra coherente con lasanteriores afirmaciones y demuestra el sentido de la evoluciónseguida por la población.

124

CUADRO - 25

NOSOLOGIA DE LA MORTALIDAD NO-INFANTIL/PROPORCIONES/EVOLUCION POR DECADAS

Hombres Proporción Mujeres Proporción

Abceso pulmonar 0,0500Afección gripal' 0,1000 Bronconeumonía gripal 0,0322

Corazón/ataque/ 0,1000 Bronquitis crónica 0,0322

Debilidad senil 0,1000 Congestión cerebral 0,0645

Enfisema pulmonar 0,0500 Corazón (") 0,2903

Enteritis membranosa 0,1000 Debilidad senil 0,0645

Estrangulación intestinal 0,0500 Fiebres gástricas 0,0322

Hemorragia intestinal 0,1000 Fiebre post-parto 0,0322

1900-9 Hemorragia cerebral 0,0500 Hemorragia cerebral 0,0967

Meningitis aguda 0,1000 Hernia estrangulada 0,0322

Meningitis infecciosa 0,0500 Meningitis tuberculosa 0,0322

Traumatismo (') 0,0500 Metroperitonitis 0,0322

Tuberculosis 0,1000 Metrorragia fulminante 0,0322

Nocorditis 0,0322

(') caida de un árbol

N = 20-

Paralisis general progresiva 0,0322

Peritonitis fulminante 0,0322

Pulmonía aguda 0,0645

Tuberculosis 0,0645

(' ) incluye ataques-sincopes-afec-

ciones crónicas

N = 31

125

1910-19

1920-29

Hombres Proporción Mujeres Proporción

Angina de pecho 0,0500 Anemia 0,0833Brónconeumonia 0,0500 Bronquitis crónica 0,0833

Bronquitis crónica 0,0500 Corazón 0,0400

Cáncer 0,0500 Embolia cerebral

Carcinoma 0,0500 (post-parto) 0,0400Corarbn (') 0, 2000 Gripe 0,1230Epilepsis 0,0500 Hemofilia 0,Ó400Gastrorralgia 0,0500 Hemorragia cerebral 0,0400

Gripe 0,1300 Insuficiéncia mistral 0,1250Insuficiencia mitral 0,0500 Meningitis cerebral 0,0400

Neumonla gripal 0,0500 Neumonía 0,0400

Pulmonia gripal 0,1000 Senil (debilidad) 0,0400Senil (debilidad) 0,0500 Traumatismos (') 0,0833

Tuberculosis 0,0500 Tuberculosis 0,1666ulcera intestinal 0,0400

N=20(') sin éspeŭificar.

N = 24

Hombres Proporción Mujeres Proporción

Asistolia 0,1250 Asistolia 0,1052Bronconeumonfa 0,0625 Bronconeumonía 0,0526

Bronquitis 0,0625 Bronquitis 0,1052

Cáncer estomago 0,0625 Carcinoma gástrico 0,1052Córazón 0,0625 Cáncer 0,0526

Intestino 0,0625 Cirro• is 0,0526

Meningitis tuberculosa 0;0625 Colapso 0,0526

Neumonfa 0,2500 Corazón ( ') 0,1578Peritónitis tubérculosa 0,0625 Miocardítis 0,0526

Senil (debilidad) 0,1230 Mitral 0,0526Tratimatismo (') 0,0625 Peritonitis 0,0526

Senil/demencia/ 0,0526

Tuberculosis 0,1032

(') Caida del árbol

N=16

(') Sin especificar

N - 19

126

1930-39

1940-49

Hombres

Angina de pecho

Asistolia

Bronquitis capilar

Bronconeumonfa

Carcinoma

Carcinoma gástrico

Corazón

Enfisema pulmonar

Enteritis

Hemorragia torácica

Miocarditis

Neumonía

Senil (debilidad)

Tuberculosis

Tumor maligno

N=21

Hombres

Adenoma Prostatico

Anacortiia

Apendicitis

Carcinoma gástricoColapso

Corazón

Enterocolitis

Miocarditis

Neumonía

Reuma-Nefroesclerosis

Senil (debilidad)

Traumatismo (' )

Proporción

0,04760,1904

0,0476

0,0952

0,04760,0476

0,0476

0,0476

0,0476

0,0476

0,0476

0,0476

0,1428

0,0476

0,0476

Proporción

0,0625

0,0625

0,0625

0,1250

0,1250

0,1250

0,0625

0,0625

0,0625

0,0625

0,0625

0,1250

(' ) quemaduras y caída del árbol

N = 16 ^

Mujeres

C'trrosis

Colapso

Colitis aguda

Corazón

Endocarditis

Infección intestinalMiocarditis

Senil (debilidad)

Tuberculosis

N = 13

Mujeres

Atrofia progresiva

Bronconeumonía

Bronquitis crónica

Cáncer

Carcinoma intestinal

Corazbn

Miocarditis

Neumon(a (pleural)Pulmonía

Reu ma-nefroesclerosis

Senil (debilidad)

N-13

Proporción

0,13380,07690,07690,07690,07690,07690,15380,07690,2307

Proporción

0,0769

0,0769

0,0769

0,0769

0,0769

0,1692

0,0769

0,1692

0,0769

0,.0769

0,0769

127

1950-59

1960-69

1970-75(Octubre)

Hombres

Bronconeumonfa

Carcinoma renal

Corazbn

Miocarditis

Nefritis crónica

Senis (debilidad)

Uremia - coma cerebral

Proporción

0,15380,07690,15380,38460,07690,07690,0769

N = 14

Hombres

Anemia aguda

Arterioesclerosis

Carcinoma gástrico

Cirrosis

Corazón

Hemorragia cerebral

Ileo-paralitico

Nefritis crónica

Senil (debilidad)

Trombosis

Uremia crónica

Uremia - nefritis

Proporción

0,0714

0,0714

0,0714

0,0714

0,1428

0,0714

0,0714

0,0714

0,07140,1428

0,0714

0,0714

N=14

Hombres Proporción

Caquexia

Corazón

Miocarditis

Urem ia-carcinom apros-

tatico

0,1428

0,42850,2857

0,1428

N=7

Fuente:.Elaboración propia

Registro CivilAyuntamiento de la Vega de Liébana

Santander

Mujeres Proporción

Arterioesclerosis (') 0,1538

Carcinoma 0,0769

Endocarditis 0,1538

Hemiplegia 0,0769

Miocarditis crónica 0,2307

Nefritis crónica 0,2307

Senil (debilidad) 0,0769

(') con hemorragia cerebral

" N=13

Mujeres Proporción

Bronconeumonía 0,0454

Carcinoma 0,0454

Carcinoma pulmonar 0,0454

Carcinoma gástrico 0,0454

Edema pulmonar 0,0454

Embolia cerebral 0,0909

Hemorragia cerebral 0,0454

Insuficiencia cardiaca 0,3181

Miocarditis 0,1361

Pulmón 0,0454

Senil (debilidad) 0,0454

Tumor cerebral 0,0454

Mujeres

N=22

Proporción

Carcinoma gástrico 0,2000

Corazón 0,2000

Embolia 0,2000

Hemorragia cerebral 0,2000

Trombosis 0,2000

N=5

128

- Nupcialidad-

Las especiales características qúe concurren en la nupcialidadconvierten a este suceso en uno de los espectros más sensiblesde una parte importante del comportamiento colectivo de ungrupo, y del contextó quQ lo iríforma.

Aparte de ser la variable determinante de la fecundidad y dela estructura genética de la población, en nuestro ŭaso, su com-prensión proporciona, o puede proporcionar, a su vez, un en-tendimiento más completo de sucesos tales como la mortalidadinfantil o de ciertas anomalías biológicas, a la vez que nos indu-ce a buscar una explicación de por qué el fenómeno nupcial séproduce precisamente de ésta y no de otra manera.

Los datos disponibles no nos permiten analizar totalmente elsuceso conforme a su característica del fenómeno ``abierto", noobstante intentaremos ofrecer una serie de medidas que espera-mos resulten relevantes para su comprensión.

Como primera y lejana aproximación, al igual que en la mor-talidad adulta, ofrecemos, con las mismas reservas a este tipo demedidas, la tasa bruta de nupcialidad.

La única pretensión al ofrecer este registro de la tasa bruta denupcialidad es el poder observar que, dada la naturaleza del fe-nómeno y la escasa entidad numérica de la población donde seproduce, la medida se muestra extremadamente susceptible a lascoyunturas locales que lo favorecen o frenan. El hecho de quehasta 1950, aproximadamente, siga la pauta general de la tasabruta provincial puede significar que, de hecho, la provincia semovía en idénticas condiciones, y que, a partir de esa década(muy significativa económicamente a nivel nacional) la evoluciónprovincial descolgó a ciertas zonas dentro de la provincia, comola evolución nacional descolgaba otras muchas provincias.

Las tasas específicas ofrecen un interés mayor, al darnos unamedida más ajustada de la incidencia de la nupcialidad dentro delgrupo protagonista del suceso: la población soltera de hombres ymujeres5^^ . '

56 Con respecto a la población soltera, se considera soltera-fértil a los varonescomprendidos entre los 20-49 años de edad y a las mujeres las comprendidasentre los 15-49 años.

129

CUADRO - 26

TASA BRUTA DE NUPCIALIDAD/PARA CADAAivO INDICADO/EVOLUCION

Tasa bruta de Tasa bruta de Tasa bruta de -

Nupcialidad. nupcialidad - nupcialidad

de la provincia de España

de Santander (")

Años

(•)(por 1.000) (por 1.000) (por 1.000)

1.900 9,52 7,21 7,631.910 6,30 6,35 7,021.920 9,68 7,0G 7,741.930 6,51 5,57 7,641.940 3,26 7,58 7,291.950 3,34 8,23 7,37

1.960 12,55^t1 ^ 7,791.970 5,26

75

(Octubre)

(1) En realidad, este insólito aumento se debe únicamente a que en 1960 lapoblación ha descendido un 24,6 % con respecto a 1.900 y a que, una vezpasadas las anormales décadas de 1940, 1950, se registra una cierta eufo-ria económica, producto de la emigración e inclusión de la comunidad enuna demanda de mercado capitalizado, nacional.

(') Las tasas que ofrecemos corresponden a Santander provincia (sin la capi-tal), y es una media de las tasas quinquenales ofrecidas en al Reseña Esta-dística Provincial I.N.E. (pág. 98). Debe tomarse, pues, como mero indi-cativo.

(") Tomada de Cristina Bernis. (tesis doctoral, citada).

Fuente: Elabotación propia

Registro Civil y Padrones

Ayuntamiento de la Vega de Liébana Santander

130

CUADRO - 27

PROPORCION DE SOLTEROS Y SOLTERAS CONRESPECTO A LOS EFECTIVOS TOTALES DE SU

PROPIO SEXO(para cada añó indicado)

Varones

%solteros

entre 20-

49 años.

Varones

solteros

% soperio-

res a 49

años

M ujeres

%solteras

entre 15-

49 años.

M ujeres

solteras

% superio-

res a 49

años.

Años

1900

'

1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1975

17,33 16,33 19,71 20,42 25,00 25,89 23,27 25,00 24,24

3,33 2,77 0,70 4,22 2,85 1,43 6,03 8,00 8,33

27,82 24,11 28,73 26,66 30,72 31,87 20,32 17,77 13,28

6,66 2,35 3,59 4,84 4,21 6,87 13,00 22,22 22,90

131

CUADRO - 28

PROPORCION DE SOLTEROS Y SOLTERAS CONRESPECTO A LOS EFECTIVOS DE SUS GRUPOS

DE EDAD Y SEXO (para cada año indicado)

1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1975

Varones

% solteros 46,43 44,44 52,83 50,00 58,33 50,81 55,00 69,44 62,92entre 20-

49 años

Varones

solteros

% superio- '16,13 19,23 3,45 19,35 13,79 6,89 23,33 22,22 20,58res a los

49 años.

Mujeres

% solteras 54,77 54,66 60,00 57,14 62,96 65,38 50,00 43,24 42,30entre 15-

49 años

Mujeres '

solteras

% superio- 29,72 10,52 19,35 21,62 17,07 22,95 32,65 51,28 45,23res a 49

años

Fuente: Elaboración propia - Padrones - Ayuntamiento de la Vega de Liéba-na - Santander

132

En el cuadro 27 puede observarse que, hasta 1950 inclusive,la comparación de la proporción de varones solteros entre 20-49años, y la de las mujeres solteras entre 15-19 años es siemprefavorable a estas últimas. A partir de 1960 la situación se in-vierte y es la proporción de los hombres solterós la que supera ala correspondiente de las mujeres solteras.

La evolución, dentro de cada sexo demuestra que en los hom-bre la proporción de solteros puede considerarse bastante establey alta. Las mujeres, como ya hemos indicado, muestran unaproporción superior a la de los hombres, y, hasta 1950 másestabilidad que ellos ; a partir de esa fecha pierden. esta regulari-dad y descienden (octubre de 1975) en más de la mitad de laproporción ostentada, 25 años atrás.

Una primera explicación de este cambio en la preponderanciade la soltería- viene sugerida por el hecho de que, justamente en1950 y 1960 las mujeres registran un crecimiento real (Cfr.cuadro 41-B), negativo, muy superior al de los hombres.

La segunda explicación nos la proporciona el hecho de que apartir de 1940 (y sin contar el período 1970-5) naeen más niñosque niñas, aunque la diferencia no es significativa, estadística-mente.

Pero eso no quiere decir que la vieja preponderancia de lasmujeres solteras en el total de la comunidad se haya perdido.

En las últimas filas de los cuadros 27 y 28 se detalla la evo-lúción seguida en la proporción de solteros correspondiente a lasedades'de 50 y más. Excepto en 1910, dominan fuertemente lasmujeres y es justamente a partir de 1960 cuando esta propor-ción, que hasta entonces se había mantenido muy estable y pordebajo del arranque del siglo, se dispara superando ampliamentea los hombre de su grupo y resultando, én conjunto, un propor-ción de soltería sorprendentemente alta.

La evolución de los solteros en este grupo de edad supone(octubre 1975) un aumento dél 100%, con respecto al comienzodel período, en 1900, y en las mujeres, un aumento del207,37% con respecto al igual período. Lo que constata la im-portancia actual del fenómeno y prueba el desequilibrio demográ-fico que la población padece a partir de la década de 1960 (per-fectamente visible en las "pirámides" de población), y que noes sino un reflejo de la crisis que está suponiendo ahora la rees-tructuración total de la actividad productiva, con el consiguientereajuste poblacional (a nivel biológico) y remodelación_ del paisajeagrario.

En los últimos veinte-veinticinco años, las formas tradicionales

133

de relación entre ``la mocedad" en el seno de la comunidad,han ido perdiendo vigencia, hasta desaparecer, prácticamente, enla actualidad. La presente evolución productiva y de composiciónsocial de la comunidad (más abierta), ha quitado sentido y razónde ser (funcionalidad) a las viejas expresiones, sin sustituirlas (anivel supra-individual) por otras...

En efecto ha sido una acentuación mucho mayor del indivi-dualismo. Como dice un vecino (73 años): (obsérvese como cali-fica a lo "masculino").

"Hoy hay más solteros. Antes, lo que pasa es que se enhe-braban mejor por aquí en los pueblos; como no había carreteras,no había ná, pues aquí se quedaba el toru: fulano con fulana ycitrano con citrana. Por esu había pueblos qu'eran parientestoos, de la familia..."

La evolución de la tasa específica de nupcialidad además deregistrar las oscilaciones debidas a coyunturas económicas o de-mográficas, muestra que la nupcialidad tiene aquí una intensidadbaja. Coherentemente con la anterior superioridad de las mujeressolteras, la tasa específica por sexo, muestra que el suceso "ma-trimonio" afecta a una frecuencia mayor de hombres que demujeres, excepto a partir de 1960 como ya esperábamos.

CUADRO - 29

EVOLUCION DE LA TASA ESPECIFICA DE NUPCIALIDADY DESGLOSE POR SEXOS (para el año indicado)

Tasa específica de nupcialidad/por mil/

Años

Total Hombres Mujeres

1901 41,66 115,38 65,201911 30,76 83>33 48,781921 38,15 ' 1o7,i4 62,50

1931 27,40 68,96 45,45

1941 11,62 28,57 19,60

1951 11,50 27,77 19,60

1961 54,54 111,11 120,00

1971 29,39 40,00 62,50

Fuente: Elaboración propia.

Registro Civil y Padrones.

Ayuntamiento de la Vega de Liébana. Santander.

134

Además de esta baja intensidad nupcial, la comunidad presen-ta un calendario, en general, altamente retrasado, incluso paragrupos de características análogas.

Circunstancia que es más sobresaliente aún en los últimostreinta años por ser contraria a la tendencia actual de las socie-dades abiertas, pero que, por otra parte, está de acuerdo y esconsecuencia del desequilibrio o desajuste poblacional que se vie-ne patentizando a partir de 1950, aproximadamente (Cfr. cuadro13).

Interesa retener la edad de la mujer por ser la variable deter-minante de la amplitud del período reproductor útil.

Si consideramos que el margen normalixado de la fecundidadfemenina se encuentra entre 15 y 50 años, cuanto más avanzadosea el punto de entrada en ese espacio productivo, menos posi-bilidades habrá de que tenga una descendencia numerosa, a noser que ese retraso temporal inicial se ``compense" , en ciertomodo, con una ocupación intensiva del tiempo fecundo; tal pa-rece haber sido el comportamiento de los matrimonios en lacomunidad hasta el comienzo de la década de los años 40. Laalta mortalidad existente obliga a una contínua reiteración de losembarazos. . '

Esta condúcta exige, obviamente, del organismo femenino unasobreactividad de alto coste biológico, ya que no se ve compen-sada ni por un descenso en la actividad diaria, ni por una dietaenriquecedora.

Como ya hemos señalado en la explicación de la mortalidadinfantil endógena, los registros españoles (al menos los utilizadospor mí) no proporcionan datos para elaborar una medida adecua-da que detecte la relación entre duración del matrimonio-hijostenidos que sobreviven57. Unicamente el censo de 1940 consignaeste dato. Ni antes, ni después.

De este ŭenso, sin querer demostrar nada, sólo a título ilus-trativo, ofrecemos algunos casos, de ningún modo anormales.

- mujer de 30 años ; cinco años casada ; un total de cuatrohijos de los que sobreviven dos.

- mujer de 51 años; viuda; tres años casada, tres hijos de losque solo uno sobrevive.

57 Cabe hacer un seguimiento individual de cada familia durante un largoperíodo supliendo, de este modo, la ausencia de información oficial. Pero elprocedimiento, dado el carácter de extremada miseria en que se mueve la inves-tigación en general, y de ciencias humanas en particular, es un lujo prohibido.

135

- viuda de 65 años; casada durante treinta y tres; de catorcehijos sobreviven seis.

- mujer de 35 años; nueve de casadá; cinco hijos, de losque dos sobreviven.

La medida anterior no registra un hecho que, según lo que yallevamos dicho, es muy revelador: la; relativamente, alta pro-porción de mujeres mayores que su pareja, .al contraer matrimo-nio hasta 1940.

La evolución a través de los decenios (pasando la cota de losaños 20 y 30), presenta una clara tendencia a la extinción deesta característica.

Las diferencias medias de edad entre contrayentes se muestranmuy estables. Puede observarse que, excepto para la década de1940 se produce el hecho de que al aumentar la proporción demujeres mayores que sus maridos (con respecto a la décáda an-terior), aumenta también la diferencia media de edad de los con-trayentes. , Relación diametralmente opuesta a la observada en lapoblación maragata.

CUADRO - 30

DIFERENCIAS DE EDAD ENTRE LOS ESPOSOS/PARA CADA DECADA/

ños

Diferencias medias

de edad entre

Proporción de

mujeres mayores

que los maridos alentre contra-

yentes.al contraer matri-

monio. %

1.900-9 6,32 311.919-19 3,88 16,661.920-29 6,37 37,121.930-39 3,53 30,761.940-49 6,33 13,331.950-59 5,70 11,761.960-69 4,61 7,681.970-75 5,75 7,G8(Octubre)

Fuente: . Elaboración propiaRegistro CivilAyuntamiento de la Vega de Liébana

Santander

136

CUADRO - 31

DIFERENCIA DE EDAD ENTRE LOS ESPOSOS (1)

Década

Diferencias medias Proporción de

de edad entre mujeres mayores

esposos. que sus maridos.

1901-10 , 3,69 19 %1921-30 3,40 23,34 %1941-50 2,23 26,03 %1961-70 3,29 17,48 %

"Existe una llamativa proporción de mujeres mayores que sus maridos a lo largode las cuatro décadas estudiadas, observándóse que cuando esta proporción au-menta, disminuyen las diferencias de edad entre los esposos".

Cristina Bernis (pág. 17)

(1) Fuente: Cristina Bernis Carro"Estudio Biodemográfico de la población Maragata"Tesis Doctoral

^ Extracto en Publicaciones de la Facultad de Ciencias - UniversidadComplutense - 1975. pág. 17.

Abundando en la importancia de la edad materna al tener loshijos, ofrecemos un completo desglose de la distribución segúnla edad y el sexo al celebrarse el matrimonio y tomando comobase los 30 años. (Cfr. cuadro 15).

- Fecundidad -

i fecundidad ;^ dirigidaL-^--^---^^^^^J

Figura - 1

FECUNDIDAD

fertilidad

biología antropología

137

Este esquema tan sencillo trata de fijar visualmente unos con-ceptos básicos.

La fecundidad de una sociedad no es sino la consideración delos nacimientos desde el punto de vista de la concepción. Estafecundidad general, es el resultado final de dos factores intervi-nientes. Por un lado, los factóres derivados del consenso de lapareja y que regulan su potencialidad; dirigen su fecundidad.Por otro, los factores que no dependen directamente de la deci-sión de la pareja, sino de circunstancias biológicas (esterilidad...)y/o usos propios de su cultura (tabús...). El funcionamiento ex-clusivo de una comunidad en base a la causalidad enmarcada conla línea contínua, indicaría que sus miembros no practican lacontracepción. A1 contrario, si entran en juego los factores seña-lados por la raya discontínua, la comunidad practica la contra-cepción.

CUADRO - 32

TASA NETA DE REPRODUCCION (Ro.)

1901-10 0,691

1911-20 0,679

1921-30 0,676

1931-40 0,521

1941-50 0,266

1951-60 0,280

1961-70 0,385

1971-75(`) 0,260

(:) 1 de Octubre

Fuente: Elaboración propiaRegistro Civil - PadronesAyuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

138

CUADRO - 33

TASA BRUTA DEREPRODUCCION (R.) SANTANDER (`)

1901-10 3,5605 1922 2,1545

1911-20 3>2835 1925 2,1265

1921-30 3,1880 1930 1,1994

1931-40 2,5000 1935 1,5286

1941-50 1,3975 1940 1,1612

1951-60 1,6350 1945 1,2426

1961-70 1,7645 1950 1,2639

1971-75(') 1,0710 1961-65 1,3817

(') 1 de Octubre (') Fuen(e: Joaquín Leguina

(1973). Pág. 229

F'uen^c: Elaboración propiaRegistro Civil - PadronesAyuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

139

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140

La primera medida que ofrecemós de la fecundidad es la tasaneta de reproducción58 que resulta del cociente calculado entrelos nacimientos de niñas (en el período) y la población femeninade 15 -49 años, sometida tanto a la mortalidad como a la emi-gración. Representa el número de hijas que tendría una mujer alo largo de su vida fértil bajo estas circunstancias.

Como ya habíamos insinuado anteriormente, el comienzo dela década de los años 40, registra un fuerte descenso de la tasafrente a las cuatro décadas anteriores, consecuencia del enormeretroceso que experimentan las condiciones de la vida en general(recordar el descenso de la nupcialidad) y que suponen un "an-tes y después" definitorio de la actitud comunitaria ante elsuceso.

Con reservas, también es posible utilizar esta medida de lafecundidad (la tasa neta, tal y como ha sido confeccionada) comoíndice de la renovación poblacional. No siempre sucede así, peroen general, puede sospecharse que una Ro (tasa neta de repro-ducción) rr•enor que 1, lleva consigo una no-renovación del po-tencial poblacional (femenino). En nuestro caso Ro es sensible-mente inferior a 1, y su utilización como índice de renovaciónse basa en la confirmación de que, efectivamente, el reemplazo alo largo del período estudiado, no se produce como puede dedu-cirse del cuadro 41, donde se registra el crecimiento real de lapoblación.

Pero la edad es la condición mínima para delimitar el grupofecundo femenino.

En cualquier comunidad la exposición real a la fecundabilidadse produce de varías formas, una de las cuales, es, con mucho,la más universalmente utilizada: la forma matrimonial.

La .consideración de la edad y el hecho matrimonial, contri-buyen a una contracción del grupo fecundable, incomparable.-mente menor, sobre todo si recordamos la abundante propórciónde solteras y el retraso en contraer matrimonio.

Con esta población, hemos elaborado una tasa de natalidadlegítima, que consideramos muy representativa de la actitud dela comunidad hacia la fecundidad.

El hecho en sí del matrimonio y su duración, es la variabléque explica más pertinentemente el comportamiento comunitario

58 Aunque los periodos no sean directamente comparables, ofrecemos tambiénnuestra tasa bruta de reproducción y la de Santander, sin comentarios.

141

CUADRO - 34

TASA DE NATALIDAD LEGITIMA/PORCENTAJE

1900

1910

1920

1930

1940

1950

1960

1970 (`)

1975 (' `)

(') No se registran nacimientos(") 1 de Octubre

Fuente: . Elaboración propia^ Registro Civil - Padrones

Ayuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

36,36

21,87

33,33

32,14

21,14

15,29

16,00

13;63

ante el suceso. En una comunidad como la nuestra, y para unamayoría absoluta de personas, la entrada en el matrimonio su-pone el comienzo de relaciones sexuales y su posterior estabili-dad. .

En el cuadro 35 podemos ver las tasas de fecundidad porgrupos de edad materna.

Puede observarse que, a lo largo del período estudiado, lamayor expectación y frecuencia de nacimientos, se produce, engeneral entre los 25 - 39 años. A partir de los 45 años esextraordinariamente improbable que aquí se produzca un naci-miento.

El espacio temporal fecundo a nivel comunitario ha estado(está) muy reducido : la reproducción biológica que aporta cada

142

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143

cohorte de mujeres casadas debe conseguirse con una ocupaciónsemipermanente del tiempo úti159 , con los consiguientes peligrosbiológicos que hemos tratado de explicar en otro lugar.

El número de hijos supervivientes conseguidos por la pareja alo largo de una determinada duración, es otro de los elementosdél matrimonio que limitan la fecundidad, así como el progresi-vo descenso en la oportunidad de embarazo, conforme el recorri-do del matrimonio rebasa una determinada duración al espar-ciarse apreciablemente las relaciones sexuales. Obviamente, noháce falta advertir que estas consideraciones se refieren a unacomunidad que no practique la contracepción.

Podemos afirmar que, tradicionalmente, la fertilidad de estacomunidad está limitada por la alta proporción de mujeres solte-ras y por la alta edad media de entrada al matrimonio.

Actualmente, a las limitaciones tradicionales de la fertilidadha venido a añadirse la reducción voluntaria de nacimientos,causa fundamental para explicar el moderno descenso de las tasasde natalidad y reproducción.

La práctica de esta limitación es un hecho patente para toda lacomunidad que, veladamente y a nivel de "idea moral", lojuzga con muchas reticencias.

Un vecino, 74 años, expresa perfectamente la opinión reinan-te :

"Hoy se toman sus cosas; verdad... (muestro mi extrañezaante el hecho de que conozcan medios de ese estilo), ...oh! sí,sí, esterilizadores (sic), y... sí, sí! (me sigo extrañando...) ico-ño! pues ahora ya se ve: hay quien tiene uno de familia otienen dos. Yo lo que observo (es) que antes había matrimoniosque tenían hasta una docena y hoy ya pues ... no! ... la gente...la actividad es la misma me creo yo, vamos...! en una ciudad esmuy difícil saber, pero aquí se conocén las personas, se ven lasformas, en un Madrid quién va a dar...".

La norma imperante (teóricamente) al respecto está dominadapor la tradicional ideología católica de "los hijos que Diosdé...", aunqúe la práctica real desmiente este imperativo moral.En este sentido de ajuste a la norma-ideal-inculcada, es comodebe entenderse el comentario de un muchacho, 25 años, sobreesta cuestión :

59 Que, sin duda es menor que el insinuado arriba, ya que, a nivel comunita-rio sobre todo, hay que descontar la existencia de tiempos "muertos" como lalactancia, el alargamiento, con la edad, de la amenorrea post-parto, y los, posi-

blemente, frecuentes abortos naturales.

144

"lo cristiano es ir "a pelo" y apechugar con lo que salga ; esoes lo que vale, lo que cuenta".

Pero la firmeza que deja entrever esta afirmación tan categó-rica, es (como casi todas las afirmaciones rotundas) ilusoria. Enconcreto, los muchachos muestran una deficiente informaciónsexual, y después de una conversación pausada ahondando sobreestas cuestiones, se muestran muy dispuestos a reconsiderar susactitudes previas, rotundamente apriorísticas. Es la propia reali-dad la que va imponiendo sus exigencias y ajustando a ellas elcomportamiento de las personas; aún en contra de la normamoral impuesta.

El juicio que, tradicionalmente, merecía a la comunidad las ma-dres solteras, participa de esta ambiguedad, visible en las pala-bras de este vecino de 70 años:

"Bueno, esu dependía... claru...!! bien no; la familia nunca,los vecinos no. No crea que esas cosas se aprobaban. Hombre side allí en adelante los hombres iban con ellas ya era otra cosa.Sí, adulterar (sic) a una mujer y dejarla hecha una desgraciada,pues no estaba bien, no lo miraba bien el pueblo".(subrayado mío). ,

Las exigencias de ``lo real", prevalecen sobre ``lo ideal'•'.Observése que, al fín, el criterio prevalente es el de "desgraciasocial", al dejar a una mujer que se las apañe sola^o en ésascircunstancias. En realidad parece que se desaprueba desde elpunto de vista de la injusticia o egoismo masculino, que noquiere cargar con las consecuencias de una actuación que estambién suya. ^

En este sentido lo que parece que se reprocha a la mujer esel haberse dejado seducir por un hombre que no es capaz de serjusto. Si lo es, todo se vuelve ``disculpable", ya que formaráuna familia, lo cual és, aquí, muy apreciado.

Por eso, en fín, la madre soltera que es capaz de salir adelan-te ella sola, goza de la secreta estima de sus convecinos, almenos de los más jóvenes, como éste de 30 años que opina así:

"No te creas, esa mujer, los tiene bien puestos. Ella teníahijos pero les sacaba adelante como podía. Cuando iba a la partede Palencia a cambiar fruta y eso, no te creas que se achicabacon los hombres, no...".

60 EI hecho de estar "señalada", no sé hasta qué punto puede estimarse yaque, tradicionalmente, (y también en la actualidad, 1975) ha habido posterioresmatrimonios de mujeres en estas circunstancias con sus mismos convecinos.

145

El cuadro 36 nos muestra la proporción de sexos al nacer, asícomo la proporción respectiva ocupada por los nacidoŭ extracon-yugales. Acumulando los nacimientos en el período 1900-1970inclusive, se observa una pequeña diferencia a favor de los ni-ños. El X2 (chi cuadrado) de esa diferencia no es de ningún modosignificativo,

^ CUADRO - 36

PROPORCIONES DEL SEXO AL NACIMIENTO/POR DECADAS

Extra-conyugales (' )

Decenio Varones Mujeres Varones Mujeres

1900 0,510 0,490 0,100 0,0401910

_0,477 0,523 0,034 0,045

1920 0,500 0,500 0,0131930 0,493 0,507 0,042 0,0421940 0,528 0,472 0,083

1950 0,587 0,414 0,0431960 0,535 0,465

1970 0,250 0,750

1975(Octubre)

(') En la proporción total de los nacimientos ya se incluyen los extraconyu-gales. Aquí se les detalla, siempre con respecto al total.

Fuente: Elaboración propia

Registro Civil

Ayuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

146

Tama^o de la familia.-

Finalmente ofrecemos dos medidas muy interesantes para de-terminar la estructura familiar en particular y de la comunidaden general. Se trata del tamaño medio de la familia por matri-monio completo, y del número de hijos menores de 15 años,también por matrimonio constituido (en el que viv.an los doscónyugues), y tal como se presentan al comienzo de la décadaconsiderada.

CUADRO - 37

EVOLUCION DE LA EXTENSION YCOMPOSICION FAMILIAR

(Para el año indicado)

L Número de

matrimonios

II. Número medio

de miembros

en la casa.

(^)número medio

de hijos solte-

ros viviendo en

lacasa.

lil. Criados en la

comunidad.

1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1975

48 48 49 47 41 48 41 32 33

6,33 6,39 6,14 6,72 7,14 6,18 5,83 5,93 5,06

3,81 3,87 3,89 3,93 4,39 3,77 3,31 3,46 2,78

1,81 1,83 1,69 1,74 1,98 1,77 1,73 1,90 1,42 (V)

2 2,04 2,20 2,19 2,41 2 1,58 1,56 1,36 (H)

11 10 8 5 13 2

6 6 6 5 9 2 (V)

5 4 2 4 íH)

Fuente: Elaboración propia.Padrones.

Ayuntamiento de la Vega de Liébana.Santander

147

CUADRO - 38

NUMERO MEDIO DE HIJOS MENORES DE QUINCE Al"vOSPOR MATRIMONIO CONSTITUIDO / Para cada

año indicado/ (*) ,

Total Niños Niñas

1900 2 1,08 0,921910 2,33 1,14 1,19

1920 2,02 0,88 1,14

1930 1,87 " ' 0,79 1,08

1940 2,05 0,98 1,07

1950 1,42 0,71 0,71

1960 1,29 0,70 0,59

1970 1,22 0,78 0,44

1975 0,87 0,42 0,45

(") Se incluyen los extra-conyugales ya que en el conjunto su nú mero no alterafundamentalmente el resultado; además puede compensarse con la no inclusión de los hijos de los viudos cuya relevancia en esta media es, también, muy

pequeña.

Fuente: Elaboración propia.

Padrones.Ayuntamiento de la Vega de LiébanaSantander

La primera observación a retener es que la estructura globalfamiliar, responde a lo que se llama "familia extensa" cuya dis-tinción de la "familia nuclear" queda perfectamente registradaen la fila II y III del cuadro 37.

La segunda observación, es la franca estabilidad demostradahasta 1970 en la composición familiar.

En el occidente europeo, al menos, la familia extensa es unproduŭto típico de sociedades cuyo proceso de producción hasido caracterizado como pre-industrial y constituye un elementodefinidor de la ecología humana particular de las comunidadesrurales. -

Esa reunión en un mismo "habitat" físico, jurídico y emo-cional de abuelos, hijos, nietos, con los inevitables tios, cuña-dos, sobrinos, nueras, etc... ha resultado; sin duda, una adapta-

148

ción humana excelente a las exigencias de unos recursos escasosobtenidos con un esfuerzo duro y conjuntamente sostenido.

Bieri es verdad que esta organización familiar viene planteadacomo solución a la continuidad de la "casa" y de la familia, loque exige unos costes familiares perfectamente visibles en el sis-tema de herencia.

La familia es la unidad de tenencia y explotación del terrazgo,unidad de consumo y relación social. El largo período de absolu-ta dependencia de sus mayores que caracteriza a nuestros niños(como Especie), y que se prolonga en las comunidades pastorilesy semipastoriles tradicionales por las precarias condiciones queimpone la vida entorno, encuentra una particular protección ma-terial y emocional (que durará siempre), en el seno de un grupoque tiene en su homogeneidad la mejor garantía de autonomía.

De igual modo, en el otro extremo desvalido de la vida, losancianos encuentran en este tipo de estructura familiar, un lugareconómico y psicológicamente protector, al tiempo que ofrece laposibilidad de seguir siendo útil en el trabajo familiar común,aportando pequeñas labores. Esto, al margen de los casos deimpedimentos físicos graves por edad o enfermedad y de loscasos individuales de malquerencias familiares.

La función de la familia como transmisora del contexto, delcódigo creado y sostenido por la comunidad, es absolutamentecentral, y no consiste principalmente en un adoctrinamiento ma-nifiesto, sino en una contínua estimulación y no-premeditadasanción de las conductas, que la comunidad, a lo largo de suexistencia, ha ido seleccionando como las más funcionales en esecontexto.

Hasta 1960, el número de matrimonios constituidos oscilaentre 41-49, lo que dá idea de la relativa estabilidad familiar dela población hasta la fecha. La frecuencia, tanto de los miembrostotales como de los hijos también es comparable hasta 1970,aunque la naturaleza de esta última medida, tiende a neutralizarla actual tendencia real de un número cada vez mayor de parejasa tener un número cada vez menor de hijos, lo que puedecomprobarse por la evolución de la proporción de hijos menoresde 15 años en la familia (cuadro 38) además de por la tasa netade reproducción y la de natalidad legítima.

Abundando en estos aspectos quiero terminar con una ampliareferencia al trabajo sobre los Maragatos.

La investigación de Cristina Bernis (1973) de éstas y otrasvariables biodemográficas, suponen una aportación dificilmentesustituible, para construir una interpretación sistemática del

149

comportamiento total de una comunidad rural tradicional, en lapenínsula ibérica.

En 1973 utiliza61 una muestra de 117 matrimonios mixtos (queincluye todos los tipos de matrimonios censados) y 53 matrimo-nios foráneos como material comparativo.

Los tipos de matrimonio son :MM (ambos maragatos)MN (esposa maragata, marido no)NM (marido maragato, esposa no)NN (ningúno maragato)Analiza independientemente las familias completas de las in-

completas, entendiendo por completas aquellas, en las que, porhaber cumplido la madre 45 años, su aumento es muy impro-bable.

CUADRO - 39

TAMAtvO DE LA FAMILIA (`)

Tipo de

matrimonio

Familias

completas

Familias

incompletas

Total

MN 4,19 3,71 4,20 ^NM 3,41 3,26 3,48NN 5,14 2,46 5,00MM 4,33

r3,37 4,05

(') Fuente: Cristina Bernis (1975)

61 Para deterininar el tamaño de la familia, y la relación entre el tamaño deestas familias y la edad en que contrae matrimonio la madre.

150

CUADRO - 40

EDAD MEDIA AL CASARSE LA MUJER (')

Tamaño de MN NM NN • MM

la familia

1 31,4 27,8 34,0 24,59

2 30,2 24,62 24,7 26,61

3 26,2 25,5 25,3 26,00

4 26,4 23,0 28,6 25,52

5 24,6 25,0 23,0 25,55

6 23,8 25.0 23,G 24,90

7 23,8 24,6 25,58

8 24,3 23,0 22,05

9 22,87

10 22,0 19,00

11 21,00

13 18,0

(') Fuente: Cristina Bernis (1975) ^

- Saldos migratorios y vegetativos -

El estudio de los movimientos migratorios y su irrupción enlas poblaciones receptoras, aparte de los obvios problemas econó-micos, psico-sociológicos, urbanos y de administración públicaen general que plantean62, oponen, por su naturaleza, unaespecial dificultad a un control estadístico riguroso. -

Hacemos esta ponder^ción para justificar el tratamiento ``sim-ple" y unidireccional del suceso. Efectivamente, el Concejo deBárago en lo que se refiere a los movimientos mi ŭratorios y

62 Agravada en España (a partir de 1950) por una pertinaz ausencia de cual-quier tipo de planificación pública respecto a la emigración interior, directamenteimputable a la legendaria inoperancia de la Administración estatal, cuyas secue-

las, en forma de un desequilibrado asentamiento poblacional; calidad urbano-ambiental; saturaciones industriales; incuria de la agricultura y fuertes desajus-

tes psico-sociales urbanos, constituyen hoy lo más cotidiano de la realidad

nacional.

151

crecimiento, ofrece una realidad diáfana, cuya evolución puedeser perfectamente comprendida con lá presentación de los saldosvegetativos, migratorios y los saldos residuales o factor del creci-miento real.

No se dispone de ningún otro dato respecto a la migraciónque los que pueden deducirse de los Padrones y del movimientonatural de la población. Sin embargo hay una cosa indiscutibleen el período estudiado: esta comunidad únicamente ha propor-cionado emigrantes. Los inmigrantes pueden contarse a lo largodel siglo con los dedos de una mano63.

Consecuentemente con una estructura productiva de precariasubsistencia y con un sistema hereditario de semimayorazgo, laemigración ofrece, ya desde el comienzo del siglo, una frecuen-

CUADRO - 41

SALDOS MIGRATORIOS Y CRECIMIENTO VEGETATIVO

Población Saldo Saldo Creci-

de hecho vegetativo migratorio mientoPeriodo

al inicio Naci-

del perio- mientos

Defun-

ciones

-Nega-

tivo- (%)

real

(% ) "

1901-10 315 99 67 32 30(9,52) 2( 0,G3)1911-20 317 88 64 24 32 (10,9) -8 (-2,52)

1921-30 309 78 47 31 33 (10,67) -2 (-0,64)

1931-40 307 71 50 21 22 (7,16) -1 (-0,32)

1941-50 306 40 37 3 10 (3,26) -7 (-2,28)

1951-60 299 45 31 14 74(24,74) -60(-20)

1961-70 239 28 35 -7 42 (17,57) -49(20,50)

1971- 190 8 12 -4 19 (l0) -23(12,10)

1975 167 (Octubre)

' respecto a la población inicial de la década

El 1 de Octubre de 1975 se registra un descenso de la población real del 42,92%con respecto al 31 de Diciembre de 1900.

63 Los criados, corrientes en ciertas casas hasta 1950, aprox. formaban ungrupo peculiar. A veces son de fuera, pero; aún asf, no pueden considerarseinmigrantes en el sentido estricto.

152

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cia casi constante hasta 1940, en que, sensible a la extraordi-naria penuria nacional (sobre todo, urbana), sufre una momentá-nea detención durante la década, para dispararse a partir de1950 y durante los veinte años siguientes, originando un fenó-meno económico-social de importancia decisiva, para entendertanto la evolución actual, como algunos elementos del contextocomunitario.

En mi opinión, no puede hablarse de un solo carácter dominan-te en la explicación de la emigración tradicional.

La constancia del registro hasta 1940, se debe a la constanciade las fuentes productoras de este "excedente" : ciertos hijos(los no mejorados) buscan oportunidades extra-comunitarias,muchac'tlas de servicio doméstico, algunos pocos matrimoniosjóvenes, y las escasas salidas nupciales. Sólo a partir del co-mienzo de la década de los 'S0, puede hablarse de un compor-tamiento estrictamente migratorio. La importancia que, en unacomunidad tan pequeña, tienen los porcentajes para los años50-60, hay que atribuirla justamente a que existe "algo" queya no es, que ya no puede ser como "antes". Diríamos que seha ido formando el convencimiento, universalmente adquiridopor todo emigrante, de que el mundo se extiettde más allá de loslares familiares, de que también "allí" es posible la vida y eltrabajo, o mejor dicho, de que sólo "allí" es posible la prospe-ridad y, sin duda, la libertad. Un ideal de libertad (cualquierideal de libertad) es un transporte preciado y determinante quetodo emigrante guarda en el rincón más luminoso de su exiguainpedimenta.

Puesto que la intensidad global del suceso ya nos es conocida,importa destacar algunas circunstancias a partir de los ' S0^^4 .

- Ante todo, un aumento considerable en la emigración^ defamilias enteras.

- Sigue, y se acentúa, la de los hijos " no-mejorados" en laherencia, que alcanza, incluso, a hijos "mejorados" conlo cual la familia desaparece con el tiempo, bien por extin-ción, bien porque el hijo (o hijos) se llevan, después deasegurar su asentamiento urbano, a sus padres.Conforme nos acercamos a la actualidad, la edad de marchase hace más temprana, y afecta tanto a los hombres comoa las mujeres, pero, en general afecta a lo que, coloquial-

64 Que, desde luego, no son directamente deducibles del cuadro 41, sino quela información viene proporcionada por otras fuentes. En este caso la principal esun cuestionario que fue sometido a 31 familias, de las 38 existentes.

156

mente, entendemos por "juventud" (como puede obser-varse en las "pirámides").

- Una mayoría absoluta son emigrantes nacionales. Puede su-gerirse este orden de preferencias de destino: en primerlugar, con bastante ventaja Santander y Torrelavega, luegoVizcaya y Madrid. Por último, lugares "sueltos" sólocomprensibles por conexiones familares (Gijón, Sevilla...)

- A finales de la década de los `60 se registra una muy lo-calizada emigración a U.S.A., del mismo caracter temporaly cometido inicial que la practicada desde hace tiempo porciertos pastores vascos hacia ese mismo país65.

Paralelamente a esta moderna emigración, que tiene carácterdefinitivo, ha existido, y existe actualmente, una importanteemigración (no registrada a nivel oficial) durante determinadasépocas del año, a zonas del País Vasco, á las contratas de lacorta de pinos. Es una emigración importante, por el papel quedesempeñó en la derogación de ciertas formas de poder social,cuya explicación, al igual que la de toda la causalidad hasta aquíexpuesta, dejamos para .más adelante.

Por su parte, el crecimiento real de la póblación viene defini-do por lo que puede llamarse saldo residual (diferencia entre lossaldos migratorios y vegetativos) y que representa la pérdida oincremento adicionales que cada decenio experimenta la pobla-ción. En nuestro caso, excepto en 1901-10, el crecimiento reales siempre negativo, lo cual ocasiona pérdidas tan graves queincluso a partir de 1961 comienza a registrarse un saldo vegeta-tivo negativo, especialmente importante en las mujeres, lo querepresenta un porvenir demográfico, más bien, sombrío.

La interrelación entre estas variables es tan perfectamente li-neal que ofrece una figura como la del gráfico.

65 Todas las informaciones indican que la emigración, tanto tradicional comoreciente, ha sido eminentemente nacional. Sin embargo, sí es cierto que también(aunque insignificantes por su aislamiento) se registran salidas al extranjero.Tradicionalmente la "preferencia" de Liébana en la emigración exterior se hacentrado de una manera prácticamente exclusiva en los países de Centroamérica(Méjico y Guatemala) y Sudamérica (Argentina). La emigración tenía un carác-ter especial ya que normalmente iban muy bien conectados con emigrantes ante-riores que habían hecho una fortuna más o menos cuantiosa, actuando, decualquier modo, en un medio culturalmente inferior al de su procedencia, lo queles situaba en una cierta ventaja, favorecida por una actitud totalmente agresiva,peculiar de estos "indianos" y que [an buenos dividendos proporcionaba (ysigue proporcionando) a algunos de ellos.

157

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