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Eduardo Azcuy Ameghino

Una historia casi agrariaHiptesis y problemas para una agenda de investigacin sobre los orgenes y desarrollo del capitalismo en Argentina

Este trabajo fue realizado en el marco de las actividades del proyecto UBACyT Cambios, continuidades y dinmica del desarrollo del capitalismo en la agricultura pampeana durante la primera mitad del siglo XX, que se lleva a cabo en el Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios de la Facultad de Ciencias Econmicas de la Universidad de Buenos Aires.

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Eduardo Azcuy Ameghino

Una historia casi agraria

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Azcuy Ameghino, Eduardo Una historia casi agraria. hiptesis y problemas para una agenda de investigacin sobre los orgenes y desarrollo del capitalismo en Argentina. 1a ed. - Buenos Aires : el autor, 2011. 90 p. ; 21x15 cm. ISBN 978-987-33-1364-6 1. Capitalismo. I. Ttulo CDD 330.122 Fecha de catalogacin: 20/10/2011 A Ulises Azcuy, en el inicio de su viaje. A quienes siguen creyendo que un mundo mejor y ms justo es posible. A todos los que piensan que, antes que hacer lo posible, hay que hacer posible lo necesario.

Diseo y armado: Demian Gresores Lew

Ediciones del PIEA, 2011 Fundacin para la Reforma Rural y el Desarrollo Agrario Hecho el depsito que marca la ley 11.723. Impreso en Argentina. Tirada de esta edicin: 1.000 ejemplares. Prohibida su reproduccin total o parcial. Derechos reservados.

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De dnde proviene ese hecho peregrino de que en el mercado nos encontramos con un grupo de compradores que poseen tierras, maquinaria, materias primas y medios de vida, cosas todas que, fuera de la tierra virgen, son otros tantos productos del trabajo, y de otro lado, un grupo de vendedores que no tiene nada que vender mas que su fuerza de trabajo, sus brazos laboriosos y sus cerebros? Karl Marx

El objetivo central de estas notas es reflexionar acerca del proceso histrico de formacin del modo de produccin capitalista en Argentina,1 desde sus orgenes hasta su transformacin en dominante. Para ello se identifican y discuten algunas de las determinaciones, condicionantes e influencias que contribuyeron a su gnesis y desenvolvimiento, acotando el anlisis al espacio que consideramos su ncleo iniciador e irradiador, concentrado en Buenos Aires y su periferia pampeano-litoral ms inmediata, regin con un radio de aproximadamente unos 600 kilmetros del puerto. No se trata, pues, de un estudio sobre el desarrollo del capitalismo,2 ni del proceso histrico que determin el carcter dependiente de nuestro pas, sino de apuntes sobre cuestiones tericas e interpretativas que giran alrededor de dichos fenmenos. Ideas e hiptesis, entonces, para el debate y la investigacin, asociadas sin duda a la experiencia de casi 30 aos de docencia en el rea de la historia econmica y social argentina, y al fondo bibliogrfico -denso, heterogneo y contradictorio- que provee informacin, enuncia problemas y propone explicaciones. La motivacin -y principal problema historiogrfico- que anima el trabajo se origina en la conviccin respecto a que hacia 1810 el tipo de economa y sociedad heredado del rgimen colonial era claramente precapitalista, mientras que en el parteaguas de los siglos XIX y XX (algo menos de cien aos despus) resulta evidente el predominio del capitalismo, al menos en el mbito geogrfico ya indicado. De

Introduccin

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Sobre la nocin de modo de produccin, ver: Karl Marx. Prlogo a la contribucin a la crtica de la economa poltica. Pasado y Presente, Bs. As., 1972. Una modulacin del concepto especialmente apta para la investigacin histrica, en: Pierre Vilar. Economa, derecho, historia. Ariel, Barcelona, 1983, pp. 189-192. Contra lo que se figura habitualmente, el capital no es una cosa (dinero, mquinas, acciones, etc.) sino una relacin social de produccin, una relacin histrica que tiene un origen, un desarrollo y probablemente un final-, basada en la mercantilizacin de la fuerza de trabajo y su libre compra-venta.

esta manera, nos hallamos ante la necesidad de explicar y conceptualizar un proceso socioeconmico que, en unas pocas dcadas, incluye la disolucin de los modos de produccin anteriores, la transicin al capitalismo y el comienzo de su consolidacin. Y tambin la evolucin de los antiguos lazos de subordinacin comercial, que con el surgimiento del imperialismo moderno y la exportacin de capitales, determinaran el carcter econmicamente dependiente del pas. Teniendo en cuenta la existencia de una serie de condiciones histricas necesarias (entre ellas el progreso de la mercantilizacin y monetizacin de la economa), pero no suficientes, dado que la produccin no se convierte en produccin capitalista por transformarse en mercancas cualesquiera productos, sino la fuerza de trabajo humana, o sea por la proletarizacin de los productores directos,3 el desarrollo de este proceso ser el hilo conductor del camino analtico por el que procuraremos transitar del feudalismo (colonial) al capitalismo (dependiente),4 considerando asimismo distintos aspectos concurrentes del paso de uno a otro tipo de sociedad. Atendiendo a los aspectos formales, cabe sealar que en virtud de las caractersticas y objetivos del texto hemos preferido numerar los pargrafos a efectos de facilitar una rpida identificacin de los diferentes enunciados, facilitando la operativizacin de las discusiones que apunta a disparar. Finalmente, deseo agradecer las observaciones crticas realizadas al trabajo por Gabriela Gresores, Juan Manuel Villulla, Diego Fernndez, Luca Ortega, Pablo Volkind, Fernando Romero Wimer y, especialmente, Gabriela Martnez Dougnac; sin perjuicio de manifestar mi exclusiva responsabilidad sobre los argumentos expuestos.

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1) En el perodo colonial los modos de produccin vigentes en la regin rioplatense se articularon alrededor de una poblacin relativamente escasa, especialmente fuera de la capital virreinal, que en lo fundamental no constitua una mano de obra libre. 5

Durante la colonia

2) Durante la etapa virreinal, y menguando en su proyeccin sobre las primeras dcadas independientes, la esclavitud de los negros constituy un componente importante de la fuerza de trabajo urbana y, en menor medida, en las labores agropecuarias. 3) En el escenario rural, cuyas inciertas fronteras con lo urbano constituan un amplio espacio de interseccin (al igual que la franja inmediata al territorio controlado por los indgenas), la demanda regular de las principales actividades productivas en especial cosechar trigo y marcar ganado- era estacional, de manera que durante muchos meses no se requeran trabajadores ms all de una pequea dotacin estable, cubierta parcialmente por esclavos. La fuerza de trabajo as conchabada era remunerada mediante un salario, que debe considerarse como un estipendio de apariencia salarial dado que en general no se corresponda con el concepto capitalista de salario.

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Horacio Ciafardini. Capital, comercio y capitalismo: a propsito del llamado capitalismo comercial. En: AA.VV. Modos de produccin en Amrica Latina. Cuadernos de Pasado y Presente n 40, Crdoba, 1973, 118. Vale aclarar que, lejos de constituir un mero rasgo o caracterstica, los trminos entre parntesis resultan decisivos para la caracterizacin de las respectivas etapas del devenir de nuestra sociedad.

4) Los peones de cosecha y estancia, condicionados por la demanda estacional, eran pues no slo campesinos por vocacin e historia, sino por necesidad en especial cuando tenan familia-, ya que, en lo fundamental, en el campo no haba otra alternativa de vida durante buena parte del ao. Esta situacin determinaba una contradiccin tan permanente como inevitable entre la condicin campesina de los productores directos y un orden socioeconmico sobre todo a nivel de la propiedad de tierras y ganado- que, desde los intereses de las clases propietarias, sufra la competencia de la pequea produccin orientada a la subsistencia.5

Se considera como mano de obra libre a la representada por trabajadores libres en un doble sentido: libres de las viejas relaciones de clientela, servidumbre y dependencia, y libres tambin de todos sus bienes, de toda forma de existencia objetiva y material, libres de toda propiedad. Karl Marx. Grundrisse. Lineamientos fundamentales para la crtica de la economa poltica, 1857-1858. FCE, Mxico, 1985, t. I, p. 363.

5) De este modo, para la poblacin rural la decisin de conchabarse resultaba, en principio, ms una opcin en apariencia voluntaria que una obligacin econmica determinada por la necesidad de reproducir la existencia. La vida se poda sustentar mediante la condicin campesina, ms o menos legal segn fueran los recursos puestos en juego para obtener los bienes que no se producan en forma directa (cuchillos, vicios, ropa, etc.); cuestin estrechamente vinculada con la mayor o menor adaptacin y acatamiento de las normas del orden social colonial, y con la propia consistencia de dicho orden.

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7) Teniendo en cuenta que se hallaba instalado y en vigencia un marco jurdico y poltico colonial que condenaba y persegua a vagamundos, malentretenidos y malos vecinos,6 resulta relevante comprobar que al menos a los individuos peor predispuestos a ceder su fuerza de trabajo era necesario estimularlos recortando y/u orientando el ejercicio de su libertad personal- para que tomaran la decisin de conchabarse. Estimular quera decir obligar, forzar, y la figura socioeconmica que mejor retrata la relacin laboral constituida sobre esta base es el peonaje obligatorio,7 impulsado desde el poder colonial con la participacin de los propietarios locales de las condiciones de produccin.6

6) Que esta poblacin rural, ciertamente escasa en relacin al espacio en el que se distribua, resolviera (al no ser mano de obra libre) lo esencial de la existencia mediante su condicin campesina, la tornaba -en diferentes casos y proporciones- reacia, indiferente o desinteresada frente a la demanda efectiva de braceros que se produca en estancias y chacras cuando el calendario agropecuario as lo determinaba.

9) Una fraccin de los campesinos, minoritaria, resisti las presiones tendientes a subordinarlos y explotarlos econmicamente, aprovechando para ello las posibilidades que les brindaba su contexto existencial:10 una campaa sin cercos ni alambrados, un ejercicio imperfecto del derecho de propiedad sobre los campos y ganados, abundante tierra realenga11 generalmente en las zonas ms expuestas a los riesgos fronterizos-, la facilidad del acceso al alimento bsico, la frontera abierta con el indio, el comercio clandestino operado por pulperos y mercachifles, y la debilidad relativa del Estado en la campaa.8

8) Otras modalidades de las relaciones sociales que vincularon a dichos propietarios y la poblacin rural fueron la imposicin de arrendamientos (feudar, tributar)8 y el agregamiento (renta en trabajo),9 donde la obligacin al igual que ocurra en el peonaje con los salarios- apareca desdibujada por la contraprestacin (permitir permanecer en la tierra y autorizar una vida campesina relativamente protegida) que quienes explotaban a arrendatarios y agregados u arrimados hacan figurar como un acuerdo equitativo entre partes.

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Gabriela Martnez Dougnac. Justicia colonial, orden social y peonaje obligatorio. En AAVV. Poder terrateniente, relaciones de produccin y orden colonial. Garca Cambeiro, Bs. As., 1996. Anbal Viguera y Jorge Fanelli. Aproximacin a los vagos y malentretenidos de la campaa rioplatense a fines del siglo XVIII. I Jornadas de Historia Argentina y Americana, Tandil, 1983. Carlos Mayo. Entre el trabajo y el ocio: vagabundos de la llanura bonaerense, 1750-1810. Segundas Jornadas Interescuelas de Historia, Rosario, 1989. El concepto en: Ricardo Rodrguez Molas. Historia social del gaucho. Mar, Bs. As., 1968.

Carlos Birocco y Gabriela Gresores. Arrendamientos, desalojos y subordinacin campesina. Garca Cambeiro, Bs. As., 1992. 9 Eduardo Azcuy Ameghino. La otra historia. Economa, estado y sociedad en el Ro de la Plata colonial. Imago Mundi, Bs. As., 2002, p. 338. Bajo la forma del agregamiento, adems de la relacin de subordinacin personal hacia el propietario de las condiciones de produccin, se presentaban tambin y no deben confundirse- modalidades ms asociables con vnculos cooperativos, entre pares, en las cuales tanto el arrimado como el que lo albergaba solan compartir el ser objeto de persecucin por el Estado y los poderosos, tanto con vistas a obtener estacionalmente fuerza de trabajo como a neutralizar competidores en el aprovechamiento de tierras y ganados. 10 Carlos Mayo. Estancia y peonaje en la regin pampeana en la segunda mitad del siglo XVIII. Desarrollo Econmico n 92, 1984. 11 Sobre la base del derecho de conquista, toda la tierra fue declarada propiedad de la corona espaola, es decir realenga. Posteriormente, y a lo largo del perodo colonial, el dominio til de una parte de los terrenos fue siendo cedido a los particulares mediante donaciones, ventas en subasta pblica y composiciones, permaneciendo el resto en calidad de realenga hasta el triunfo de la revolucin, cuando se transformara en propiedad del Estado en carcter de tierra fiscal. Eduardo Azcuy Ameghino. El latifundio y la gran propiedad colonial rioplatense. Garca Cambeiro, Bs. As., 1995.

11) Sintetizando enunciados anteriores, se puede afirmar que la formacin econmico-social colonial (la colonia) se caracterizaba en el mbito rioplatense por la coexistencia en su seno de diferentes relaciones de produccin, entre las que sobresalan las esclavistas y las basadas en la dependencia personal de una porcin de los productores directos, sin que ello implicara la vigencia de un rgimen formal de servidumbre. Junto a estas relaciones sociales absolutamente predominantes en la produccin rural y artesanal- se observa tambin la presencia de otros vnculos ms contractuales, tales como los empleos en la navegacin, el comercio y la burocracia estatal.

10) Junto al rol destacado de los negros esclavos en el desempeo de la mayora de los oficios artesanales, cabe plantear el problema del carcter de la fuerza de trabajo involucrada en la produccin, el comercio y los servicios instalados en la ciudad de Buenos Aires, que con unos 40/50 mil habitantes hacia 1810 posea ms poblacin que la campaa de la provincia, para la que se calculaban unas 30 mil personas.12

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mano de obra libre en escala social, y en la vigencia de mecanismos de compulsin extraeconmica como recurso predominante mediante el cual los propietarios locales de las condiciones de produccin bajo el control del colonialismo espaol- extraan el plustrabajo de buena parte de los productores directos; destacndose en particular la coercin destinada a transformar estacionalmente a personas (muchas veces renuentes por no proletarizadas-) en brazos para chacras y estancias.15 Cabe recordar, reforzando esta caracterizacin, que ms all de las praderas rioplatenses la gran masa de los oprimidos por el sistema colonial estuvo constituida por los pueblos originarios, sometidos a procedimientos de dominio compulsivos y seoriales, indiscutiblemente precapitalistas. 14) La ausencia de mano de obra libre y el papel destacado de la compulsin extraeconmica en la estructuracin de las relaciones de produccin se dieron en el marco de una economa primitiva pero incipientemente monetizada y crecientemente mercantil, donde el trigo, los cueros, el sebo y diversos productos artesanales, se elaboraban principalmente con destino a la comercializacin; sumndose a los efectos de Castilla y otras mercancas de origen europeo y americano. 15) El desarrollo del mercado de mercancas se expres tambin al funcionar como vehculo de los intercambios que favorecieron la inexistencia de mano de obra libre en la campaa, donde la mayora del campesinado practic una economa de subsistencia complementada con los intercambios que facilitaba la presencia de pulperos y mercachifles ambulantes (obteniendo, por ejemplo, ropa, cuchillos y vicios en trueque por cueros, plumas, pieles, trigo y otros productos).Carlos Maritegui, Rodolfo Puiggrs, Ricardo Rodrguez Molas, Ruggiero Romano, Marcello Carmagnani, Claude Morin y Pierre Vilar. 15 El sentido del ejercicio de la compulsin extraeconmica se explicita con toda claridad en el testimonio del virrey Loreto: Redoble el celo sobre la gente vaga, muy seguro de que el nmero de hombres que esta vigilancia convertira en aplicados, a lo menos por algn tiempo, llevara peones al trabajo. Memorias de los virreyes del Ro de la Plata. Bajel, Bs. As., 1945, p. 225.

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12) El conjunto de las relaciones de produccin, con las caractersticas sealadas en el punto anterior, resultaba consistente con el tipo y grado de desarrollo de las fuerzas productivas caractersticas del perodo virreinal. En este sentido, en la llanura pampeana el modestsimo stock de herramientas, utensilios e instrumentos de trabajo los medios de produccin-, correspondientes en lo esencial a la ganadera y la agricultura, se hallaba muy distante de poder asociarse con la etapa caracterizada por la manufactura o la industria a domicilio, en tanto formas de produccin de la primera fase del capitalismo anterior a la revolucin industrial.13 13) En este escenario, y sin subestimar el peso de la esclavitud, la tesis del feudalismo colonial14 se sustenta en la inexistencia de12 Ernesto Maeder. La evolucin demogrfica argentina desde 1810 a 1869. Eudeba, Bs. As., 1969, p. 33. 13 Maurice Dobb. Capitalismo, crecimiento econmico y subdesarrollo. Oikos, Barcelona, 1976, p 29. 14 Entre los autores que han planteado el predominio en las colonias hispanoamericanas de relaciones sociales basadas en la compulsin extraeconmica ejercida centralmente sobre los pueblos originarios- como forma de extraccin del plustrabajo/plusproducto, se pueden mencionar a Jos

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La revolucin anticolonial y la guerra por la independencia

16) La revolucin y la guerra anticolonial determinaron una dcada durante la cual el encuadramiento militar de buena parte de la poblacin activa alter y debilit, al reclutar a patrones y peones-campesinos, el sistema de relaciones sociales vigente en la campaa (y en la ciudad, lo cual debe analizarse en particular), desestructurando parcialmente el feudalismo colonial. Este fenmeno, imbricado con cierto grado de colapso en la produccin agropecuaria, se reflej entre otras manifestaciones- en la existencia de estancias coyunturalmente abandonadas por sus propietarios, as como en otros campos donde se hizo sentir la carencia de mano de obra, toda vez que el enrolamiento militar y el reforzamiento de las posibilidades de autosubsistencia se combinaban para determinar su escasez. 17) El sistema socioeconmico heredado de la colonia se ira liberando -una vez decretada la libertad de vientres y reclutada la mayora de los negros en los ejrcitos americanos- de la influencia regresiva que ejerca sobre el conjunto de las relaciones sociales el rgimen de la esclavitud. 18) Si bien la elite terrateniente mercantil que hegemoniz la lucha antiespaola era una activa operadora -y luego de la revolucin tambin la mayor beneficiaria- de la organizacin social del trabajo establecida por el poder colonial, su ascenso al gobierno de Buenos Aires (con aspiraciones de dominio sobre el antiguo territorio virreinal), bajo las crticas circunstancias de la revolucin y la guerra, no aparej un reforzamiento del sistema feudal, especialmente en el mbito pampeano-litoral.

que ocurrira aos despus con el proyecto anticolonial y federal ms radical surgido de la revolucin rioplatense, al ser vencido Artigas en la Banda Oriental por una invasin portuguesa potenciada por la complicidad del Directorio porteo.

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19) Por otro lado, la continuidad -en las condiciones especificadas- del antiguo sistema socioeconmico colonial luego de la expulsin de los espaoles, cont a su favor con la derrota de la corriente democrtica que en Buenos Aires procur introducir diversas reformas de contenido progresista,16 la cual se concret tras el desplazamiento de sus principales referentes, Moreno y Castelli. Lo mismo16 Eduardo Azcuy Ameghino. Historia de Artigas y la independencia argentina. Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1992.

21) Comienzo de la transicin al capitalismo, es una caracterizacin sumamente delicada, y debe tomarse y conceptualizarse con la mayor precisin posible. No se trata del capitalismo, y en tanto inicio de la transicin predominan las continuidades por sobre los cambios, que sin embargo existen; aunque todava en un plano embrionario, a diferencia de los que se registraran en la segunda etapa, donde la dinmica formativa del nuevo modo de produccin adquiere la consistencia necesaria para determinar su progresiva afirmacin y predominio, proceso culminado -en el espacio que consideramosentre 1880 y fines de siglo.

20) Teniendo en cuenta lo ocurrido durante la dcada revolucionaria, el perodo entre 1820 y mediados del siglo XIX parece presentar ms continuidades que cambios. Por otra parte, contradictoriamente, en caso de suponerse (y no se puede dejar de hacerlo) un perodo transicional entre el feudalismo colonial y el predominio capitalista -que se extendiera hasta aproximadamente 1880/1900-,17 el tramo 1810-1850 constituira el inicio (difuso) de la acumulacin originaria,18 cubriendo su epicentro los treinta o cuarenta aos posteriores.

El perodo 1820-1850

17 Si el lector prefiriera remplazar feudalismo colonial por un ms indeterminado rgimen precapitalista, el argumento propuesto conserva toda su validez. 18 La llamada acumulacin originaria no es, pues, ms que el proceso histrico de disociacin entre el productor y los medios de produccin. Se la llama originaria porque forma la prehistoria del capital y del rgimen capitalista de produccin. Karl Marx. El capital. Crtica de la economa poltica. FCE, Mxico, 1968, t. I, p. 608.

22) La tendencia a la restauracin del orden y las leyes que se evidenci con mayor fuerza desde el inicio del gobierno de Rosas,19 entre otros significados constituye una referencia de la fuerza de la continuidad socioeconmica en trminos del sistema de relaciones de produccin -acompaada de la falta de adelantos relevantes al interior de las fuerzas productivas-; mientras que ciertos cambios y deslizamientos del orden (avances de la cooperacin simple en el trabajo de procesamiento de productos ganaderos, bolsones de produccin campesina independiente donde se verifican procesos de diferenciacin social, segmentos de la poblacin que adquieren mayor libertad personal, extincin de la esclavitud) indicaran incipientes fisuras en el tejido social heredado de la colonia. Durante estas dcadas, en lo esencial no se desarroll en el mbito rural una fuerza de trabajo libre, proletarizada. El sistema laboral continu determinado por la demanda estacional de la ganadera y la agricultura, todava muy limitada en su expansin. Los puestos de trabajo permanente en las estancias crecen con el corrimiento de la frontera y la expansin de estas unidades de produccin hacia el sur de la provincia, acompaados por un aumento de la poblacin en parte vegetativo y en parte alimentado, como desde antiguo, por migraciones provenientes de las provincias interiores. Este mismo incremento suma los hombres que debern transformarse en brazos en forma estacional, debiendo por ende conservar sus rasgos campesinos como condicin de la reproduccin de su existencia.

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23) El sistema tradicional de pagos salariales contina vigente, pudiendo considerarse como probable un incipiente desarrollo de un rasgo fundamental -y a la larga decisivo- de la relacin social del peonaje (que definimos como obligatorio en su raz colonial), consistente en que una fraccin de los peones poda estar conchabndose ms por el inters en la remuneracin que por haber sido forzada mediante coercin extraeconmica.20 Es verdad que dicha voluntad se ejerce en un espacio ideolgico estrecho, en tanto resulta difcil disociarla de los mecanismos compulsivos que todava perseguan a vagos y malentretenidos, castigaban la mala vecindad, establecan las buenas costumbres, etc. 24) La consistencia del punto anterior se basa en que no se puede discutir con el hecho terico y lgico de que en algn momento debe datarse el inicio de la formacin de un rgimen de produccin, el capitalista, que en pocas dcadas ms sera dominante. Y si bien est claro que se trata de un capitalismo aluvional, de tiempos cortos de instalacin a favor del peso decisivo de la inmigracin, este rasgo no puede exagerarse a riesgo de dejar sin construir el escenario que reclama, dinamiza y ocupa a dicha inmigracin, la que a su vez lo ira ampliando y reconfigurando.

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19 Habiendo declarado aorar los tiempos de quietud y tranquilidad que precedieron a 25 de Mayo, Rosas -expresando a los hacendados bonaerenses- reconoci explcitamente los efectos revulsivos de la revolucin y la guerra sobre la trama social colonial: La debilidad individual y la comn necesidad de seguridad son objetos que ofrece la campaa al que la observa; los bienes de la asociacin han ido insensiblemente desapareciendo desde que nos hemos declarado independientes; todo menos derecho y civilizacin se encuentra en la campaa. Sobre esta base, el disciplinamiento (imposicin extraeconmicamente coercitiva sobre campesinos que no se hallaban separados de sus medios de produccin y subsistencia) de la poblacin rural, girando sobre la necesidad de mano de obra y respeto a la propiedad de tierras y ganados, constituy una prioridad en la agenda de la elite terrateniente-mercantil. Los documentos en: Carlos Ibarguren. Juan Manuel de Rosas. Frontispicio, Bs. As., 1955, p. 35.

20 Esta tendencia era relativamente visible en el mbito de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, por ejemplo en saladeros, barracas y graseras. 21 Hablando en general podra afirmarse que en un sistema feudal el plusproducto/plustrabajo es arrancado mediante presiones y obligaciones extraeconmicas, mientras que en el capitalismo la fuerza que opera en pos del mismo resultado es la presin econmica directa: el proletario debe obtener un salario para reproducir su existencia; nadie lo obliga, salvo la necesidad y el hambre.

25) Sin duda una de las claves interpretativas del problema es la evolucin de la contradiccin interna a la relacin laboral del peonaje, en tanto el movimiento de sus aspectos va habilitando su pasaje de (extraeconmicamente) obligatorio sin mano de obra libre, a (econmicamente) obligatorio con mano de obra libre,21 pasaje difuso y en alguna medida inasible en escala social al menos durante un cierto perodo de tiempo-, que tiende a presentarse como invisible a los ojos del observador, habilitando tanto la visin de que el peonaje contina siendo en todos los casos obligatorio, como la de que nunca lo fue.

26) Otra clave radica en que el aumento de la produccin, as como el de la poblacin, aunque muy lentos, comienzan a manifestar sntomas de incompatibilidad con las formas de vida (relaciones sociales) tradicionales. Formas de vida que se van debilitando en sus sustentos ideolgico-culturales en el marco de una sociedad, la pampeano/bonaerense,22 que incrementa sin prisa pero sin pausa sus vnculos comerciales con Europa, incorporando junto con ellos numerosas pautas de un mundo capitalista que ha madurado lo suficiente como para, en el relevante caso del Reino Unido, ir dejando atrs la primera revolucin industrial. Este ltimo condicionante posee seguramente eficacias mayores a las que se han remarcado, reforzadas por la insercin del Ro de la Plata en la economa internacional de la poca: Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos, Blgica, Holanda, etc. El peso del mundo burgus, material y espiritual, es una fuerza que debe considerarse en sus mltiples y contradictorios efectos locales. 27) La afirmacin anterior nos introduce a uno de los temasproblemas tal vez ms trascendentes dentro de la lnea de anlisis propuesta, focalizado especialmente en el epicentro de la transicin (1850-1890). Est claro que las persistentes relaciones con diversos agentes del capitalismo europeo fortalecen a los sectores dominantes locales terratenientes ganaderos y gran comercio-, y con ellos la especializacin agroexportadora que se va consolidando en la economa litoral; pero habra que discutir la visin que asimila este desarrollo como opuesto u obstculo a la acumulacin originaria local de capital, considerando la posibilidad de remplazarla por otra hip-

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28) Los cambios en la produccin y en general en la marcha de la economa y la sociedad-, sus efectos sobre la demanda de fuerza de trabajo, y la evolucin creciente de sta, constituyen sin duda el nudo decisivo del asunto, en tanto fuerza motriz principal de la estructuracin de una mano de obra libre, en circunstancias en que los viejos mtodos y modalidades basadas en la coaccin extraeconmica difcilmente se hallaban en condiciones de dar respuesta a la organizacin de un sistema de relaciones sociales consistente con los mencionados cambios en curso. 29) La formacin de una mano de obra libre en escala social dentro del espacio pampeano es un proceso ubicable entre 1850 y 1880/1890, cuyos orgenes deben ser rastreados en los inicios de la transicin (profundizando, por ejemplo, el estudio de las caractersticas de los peones de saladero y su evolucin a partir de 1815, y los procesos de diferenciacin social al interior de segmentos de la produccin campesina).

tesis, mediante la cual -recuperando parte de la sustancia de la anterior- se la reformule en trminos de caracterizar la influencia de los vnculos con las potencias extranjeras como contradictorios con un avance ms acelerado y con componentes industriales del capitalismo pampeano, o en todo caso ms en general- tan favorable a un tipo de desarrollo capitalista como excluyente de otro tipo.

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El perodo que se inicia a mediados del siglo XIX

22 An cuando las causas de su cada son mltiples y diversas, no se puede excluir entre ellas el hecho de que Juan Manuel de Rosas expresin durante ms de dos dcadas de la sociabilidad bonaerense- representaba escasamente las expectativas que crecan en una parte de la elite terrateniente-mercantil, asociadas con ciertas novedades econmicas, sociales y polticas (vsperas del ciclo lanar, incipiente inmigracin, presiones hacia una mayor articulacin interprovincial, etc.) para las que intuan mejores perspectivas de desarrollo en la medida que se produjera un cambio en el gobierno y en algunas de sus polticas.

30) Mientras la relacin de produccin principal se present bajo la imagen estanciero-pen, articulada centralmente en torno a la cra de ganado vacuno, con un crecimiento de la demanda laboral derivado de la expansin e instalacin de estancias en las tierras nuevas (que se iba compensando con la presin sobre la poblacin campesina pionera en las zonas fronterizas reforzada por migrantes provenientes de otras provincias), el espacio para la compulsin extraeconmica, el paternalismo, el clientelismo, el caudillismo, etc., se mantuvo vigente, en su doble carcter: como medio de obtencin de plustrabajo y como argamasa de una forma de vida (en tanto basamento relevante del orden social rural), siempre acompasado con la persistencia de las unidades campesinas, cuya existencia resultaba consistente con la estacionalidad de las labores agrarias.

32) En este contexto el primer censo nacional de 1869 puede servir como referencia relevante para sopesar las hiptesis respecto a la constitucin de una mano de obra libre,24 y a la vigencia de la presin econmica directa como factor estructurante de un segmento de las relaciones de produccin en los inicios de la dcada de 1870. Dicho censo contabiliza para Buenos Aires 177.787 habitantes en la ciudad y 317.320 en la campaa (14.232 en Chivilcoy, 10.385 en 25 de Mayo, 10.256 en Lujn, y descendiendo). En Entre Ros las ciudades ms grandes eran Paran (18.649) y Gualeguaych (18.397), con un total provincial de 134.271 habitantes. En Santa Fe se destacaban Rosario (47.730) y Santa Fe (21.392), siendo la poblacin total de 89.117 habitantes. 33) Ntese que hacia 1810 la campaa de Buenos Aires posea aproximadamente 30 mil pobladores, los que se multiplicaron por diez en 60 aos, con un aumento de 280.000 personas. Suponiendo pertinente la imposicin extraeconmicamente compulsiva sobre los productores directos que hemos definido para los tiempos virreinales, si se negara su progresiva y parcial decadencia durante las

31) Existe una importante literatura que indica que a partir de la dcada de 1850, coincidiendo con el ciclo lanar,23 se comienzan a romper los moldes de la herencia colonial y precapitalista, que entre continuidades y cambios se haba mantenido relativamente preservada durante el perodo rosista.

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23 Hilda Sbato. Capitalismo y ganadera en Buenos Aires: la fiebre del lanar, 1850-1890. Sudamericana, Bs. As., 1989. Horacio Giberti. Historia econmica de la ganadera argentina. Solar-Hachette, Bs. As., 1961. 24 Y aun as continuaban existiendo importantes factores que entorpecan el desarrollo de un proceso de proletarizacin en escala social: Las caractersticas que asumi la explotacin agrcola-ganadera, los altos rendimientos, la feracidad y bajo precio de la tierra, la imposibilidad o dificultad de exportar cereales debido a los altos fletes- o carne por razones tecnolgicas- permiti que las clases populares tuvieran acceso a una alimentacin barata y abundante, aun en condiciones de vida semi-brbara. Durante bastante tiempo los bienes primarios exportables fueron otros (v.g., cuero, lanas y, en menor medida, tasajo), y transcurrieron muchos aos antes de lo que ahora llamamos bienes salario (v.g., carne y trigo) se convirtieran en el origen de algunas de las contradicciones centrales de la economa y la poltica argentinas. Oscar Oszlak. La formacin del estado argentino. Ed. de Belgrano, Bs. As., 1985, p. 250

34) Un problema a considerar es la evolucin de las relaciones entre inexistencia de mano de obra libre y compulsin extraeconmica, dado que debera poderse establecer una serie de momentos e instancias donde, en diferentes medidas, la presencia de uno no implique la vigencia del otro factor. Esto significa ampliar el espacio y la intensidad de observacin sobre la evolucin de la produccin campesina independiente, y los procesos de diferenciacin social en su interior, junto con la desaparicin o el atenuamiento de las presiones extraeconmicas. Lo cual implica un cierto grado, un avance parcial, de las condiciones insoslayables para la constitucin de una mano de obra libre, en este caso libre de las relaciones de dependencia poltica y de sujecin personal coactiva. En la provincia de Santa Fe, en menor medida en Entre Ros y ms tardamente en el sur de Crdoba especialmente a la vera del FFCC Central Argentino-, las colonias agrcolas con fuerte participacin de inmigrantes habilitaran desde fines de la dcada de 1850 un espacio nuevo de produccin campesina relativamente independiente, diferenciacin social, y acumulacin de valores en vas de transformacin en capital. El desarrollo de esta experiencia contribuy tambin al incremento de la demanda de jornaleros nativos y extranjeros- para levantar las cosechas y otras labores, los que en su mayora, si bien podan no constituir en rigor mano de obra libre, cada vez menos se conchababan por efecto de presiones extrae25 Se podra decir relaciones de produccin capitalistas en lugar de capitalismo, pero sobre la base de reconocer que el capital es una relacin social de produccin, una sociedad basada en el predominio de dicha relacin no puede ser caracterizada sino como capitalista; sin perjuicio de la existencia de otras determinaciones como la dependencia econmica del imperialismo- que tambin contribuyen decisivamente a la definicin del tipo de pas cuya estructuracin culminaba por entonces.

dcadas previas a 1869, se debera disponer de una explicacin del modo en que un sistema de caractersticas feudales se reestructur para encuadrar y someter (multiplicando las formas coactivas de extraccin del excedente econmico) a la nueva y acrecida poblacin. La ausencia de tal explicacin agrava a niveles insostenibles las dificultades para presentar una imagen consistente de la formacin y posterior predominio del capitalismo encapsulada en poco menos de treinta aos (1870-1900).25

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35) Sin mengua de lo afirmado, es preciso sealar que la tendencia hacia la generalizacin del sistema de arrendamientos a partir de fines de la dcada de 1870, combinada con la persistencia de determinaciones econmicas y sociales que expresaban la continuidad de rasgos precapitalistas, matizan y complejizan la utilizacin del concepto de campesinado independiente, presentando un interesante problema de investigacin e interpretacin. De hecho en la regin pampeana, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y todava en las primeras dcadas del XX, nos hallamos frente a un conjunto heterogneo de productores directos familiares que abarca a diferentes fracciones de campesinos, una de las cuales relativamente capitalizada, y por ende con mayores posibilidades de acumular capital- ira definiendo su carcter chacarero. En todos los casos la condicin de propietarios de la tierra que trabajan resultaba una fuerte apoyatura para alcanzar la calidad de productor independiente, aun cuando se debieran arrastrar diversas trabas (usura, abusos comerciales, etc.)26 en el ejercicio de dicha condicin. Estas restricciones se potenciaban en el caso de los pequeos y medianos arrendatarios, dado que esta condicin sola ir acompaada del forzado cumplimiento de una serie de pesadas obligaciones inherentes al tipo de contractualidad mediante la cual accedan al uso del suelo, entre ellas la especificacin de a quien deban vender la cosecha, a quien contratar para trillar y desgranar los cereales, a quien comprar las bolsas para embolsar los granos, y otras de similar tenor. 27 Al mismo tiempo, la fraccin campesina ms acomodada se constituy en explotadora -mediante el sistema del trabajo asalariado- de los cada vez ms numerosos contingentes de mano de obra libre que la inmigracin y la propia dinmica interna de la poblacin local arrojaban al mercado de trabajo. Este fenmeno simultneo de severas limitaciones a las libertades capitalistas (comenzando por la libertad de empresa y comercio) y desempeo de la funcin econmica de extorsin del trabajo ajeno, es una buena muestra desplegada a lo26 Juan Manuel Palacio. Chacareros pampeanos. Una historia social y productiva. Capital Intelectual, Bs. As., 2006, p. 53. 27 Osvaldo Barsky, Horacio Ciafardini y Carlos Alberto Cristi. Produccin y tecnologa en la regin pampeana. CEAL, 1971, p. 180.

conmicas, y cada vez ms como una necesidad econmica para sostener o complementar sus estrategias de supervivencia.

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36) En el mbito urbano, especialmente de Buenos Aires, el avance de los factores favorables a la extensin de las relaciones salariales de tipo capitalista era probablemente ms rpido y ms profundo, aunque por la relativa ausencia de producciones relevantes en virtud de la frustracin y el retraso de la industria-29 no lograba establecer un punto slido de referencia para su desenvolvimiento, toda vez que la produccin principal, cuyas relaciones sociales otorgaban sus tonalidades al conjunto, 30 continuaba siendo la de base agropecuaria (cueros, sebo, carne salada, lanas, granos, carne fresca para el abasto y poco despus carne para frigorfico).

largo de por lo menos medio siglo- de algunas de las modalidades de la formacin del capitalismo en la agricultura pampeana, y de cmo durante la transicin se articulan contradictoriamente las continuidades y los cambios, lo viejo y lo nuevo. Al respecto, un protagonista y estudioso de la poca sintetizaba su percepcin de estos fenmenos sealando que an en presencia de una clase de agricultores que explotan la tierra en forma capitalista y una gran masa de asalariados rurales, la situacin de relativa independencia del agricultor tena tambin su reverso, pues se hallaba sometido al terrateniente o capitalismo colonizador mediante su contrato de arrendamiento o de locacin, de formas feudalistas.28

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28 Jos Boglich. La cuestin agraria. Ed. Claridad, Bs. As., 1937, p. 203. 29 Al iniciarse la segunda mitad del siglo XIX, el pas se encuentra en plena civilizacin del cuero, era ste la principal materia prima bsica de la industria bonaerense una agricultura primitiva produca pequeas cantidades de productos, que no alcanzaban a cubrir las necesidades internas. Mientras por toda Europa surgan las mquinas de vapor, en Buenos Aires slo funcionaban dos. Cuando cruzaban el orbe 38.000 kilmetros de vas frreas, el pas no tena caminos Por el tiempo en que la produccin mundial de acero superaba los seis millones de toneladas y haba comenzado la exportacin de maquinaria agrcola moderna, los ejes y ruedas de nuestras carretas se hacan ntegramente de madera. Horacio Giberti. Historia econmica de la ganadera argentina pp. 145-147. 30 En todas las formas de sociedad existe una determinada produccin que asigna a todas las otras su correspondiente rango e influencia. Es una iluminacin general en la que se baan todos los colores y que modifica las particularidades de stos. Karl Marx. Introduccin general a la crtica de la economa poltica/1857. Pasado y Presente, Bs. As., 1972, p. 28.

37) En Buenos Aires y otras ciudades, coexistiendo con artesanos, vendedores ambulantes y variopintos cuentapropistas, la presencia de un sector restringido de la poblacin econmicamente activa que dependa de un sueldo para reproducir su existencia se remontaba a los tiempos coloniales, y se incrementaba en lnea con el crecimiento urbano. En esto jugara un papel significativo la disponibilidad de empleos que determinaba una demanda de fuerza de trabajo que tenda a ser satisfecha por individuos total o parcialmente proletarizados. En esta condicin se pueden encuadrar los dependientes y empleados de comercio, del empleo estatal, de las fuerzas armadas y represivas, de los talleres artesanales, de los mataderos, saladeros, hornos de ladrillos, construccin y obras pblicas, tendido de los ferrocarriles, una parte del personal domstico, etc. Es verdad que por esas dcadas (1860, 1870) en muchos hogares se mantenan pequeas huertas, aves, y otras granjeras que contribuan a dotar de alguna independencia del salario ciertos aspectos de la subsistencia cotidiana; pero seran pocos los casos en que la disponibilidad de excedentes domiciliarios sobre el consumo familiar permita adquirir el resto de los alimentos, telas y otros elementos del vestuario, utillajes y equipamientos varios de la casa, e incluso el propio techo donde habitar. 38) Que bajo ciertas circunstancias existan las condiciones materiales para que muchos individuos puedan vivir sin constituir una mano de obra libre, no significa que stos ejerzan en todos los casos dicha opcin, o que siquiera lleguen a considerarla como una posibilidad. Haba franjas de la poblacin urbana hasta donde este concepto significaba algo por entonces- que podran haber reproducido su existencia resistiendo la tendencia a la proletarizacin, por ejemplo desempeando un oficio o instalndose como campesinos en los suburbios o en campo abierto, pero que subjetivamente no consideraron o valoraron dicha posibilidad, prefiriendo emplearse a cambio de una remuneracin.

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40) Para pensar el papel y sentido histrico de la compulsin extraeconmica en el trnsito del feudalismo al capitalismo tenemos presente, como seal Dobb, 33 que en las sociedades feudales el producto/trabajo excedente es arrebatado a los productores directos mediante la imposicin de diversas obligaciones de tributar o trabajar para terceros ms poderosos. Dicha imposicin, consistente con la ausencia de mano de obra libre, se realiza mediante un variado repertorio compulsivo, de presiones extraeconmicas (fsicas, jurdicas, culturales, y hasta donde alcance la imaginacin del propietario de las condiciones de produccin), 34 que implican cuotas variables de subordinacin y dependencia personal, carencia o restriccin de la libertad individual, respecto de quienes poseen suficiente poder como para aplicar exitosamente la coercin e imponer las obligaciones. 35 Con la crisis de la dominacin feudal, en un proceso contradic32

lo cual no debera significar un evolucionismo o ausencia de contradicciones, al contrario: de lo que se trata es de reconstruir el camino de contradicciones mediante el cual se march del feudalismo colonial al capitalismo dependiente.32

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39) Puntualizaciones como la anterior se asocian con la necesidad de identificar y sintetizar conceptualmente las mltiples y heterogneas lneas conductoras que van jalonando el curso del desarrollo de la sociedad, con sus asimetras y diferentes ritmos y velocidades;3131 Se trata de encontrar los grandes rasgos, las caractersticas generales, pues del mismo modo en que en la historia de la Tierra las pocas no se ha-

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llan separadas las unas de las otras por lmites rgidos, abstractos, tampoco lo estn en la historia de la sociedad Karl Marx. El capital, t. I, p. 302. Para convertir el dinero en capital, el poseedor de dinero tiene, pues, que encontrarse en el mercado, entre las mercancas, con el obrero libre Este estado de cosas es, indudablemente, el fruto de un desarrollo histrico precedente, el producto de una larga serie de transformaciones econmicas, de la destruccin de toda una serie de formaciones ms antiguas en el campo de la produccin social. Karl Marx. El capital, t. I, p. 123. Maurice Dobb. Estudios sobre el desarrollo del capitalismo. Siglo XXI, Bs. As., 1976, p. 465. Una presentacin del concepto marxista de feudalismo en: Eduardo Azcuy Ameghino. Trincheras en la historia. Historiografa, marxismo y debates. Imago Mundi, Bs. As., 2004, pp. 22-39. Rodney Hilton. Conflicto de clases y crisis del feudalismo. Crtica, Barcelona, 1988, p. 186. Este punto fue, y contina sindolo, uno de los ms controvertidos por parte de quienes niegan el papel de la coaccin extraeconmica como factor estructurante de la organizacin social del trabajo durante la colonia. Para ello deben negar, licuar o desmerecer la cuota de poder estatal-personal que disponan los principales terratenientes (hacendados) de la campaa rioplatense, objetivo que fue perseguido por varias vas argumentativas, desde confundirlos -bajo el genrico y epocal calificativo

de hacendados- con fracciones campesinas por cierto menos influyentes, hasta disminuirlos socialmente en virtud de jerarquizar de manera unilateral el capitalismo comercial o el dominio del capital mercantil sobre la produccin. Hemos sostenido un punto de vista diferente en: Eduardo Azcuy Ameghino. La otra historia. Economa, estado y sociedad en el Ro de la Plata colonial. Imago Mundi, Bs. As., 2002. 36 Junto a la mayora que tiende a proletarizarse, y a quienes conservan su condicin campesina o artesanal, otra porcin relativamente poco numerosa de los pequeos productores progresa econmicamente, ampla sus escalas de produccin, incrementa la explotacin de mano de obra extrafamiliar, acumula capital, y en un proceso va transformndose en parte de la burguesa en desarrollo.

torio y generalmente desacompasado muy ligado a los resultados de las luchas sociales- tiende a emerger una economa de pequeos y medianos productores relativamente ms independientes, circunstancia que provee condiciones aptas para el progreso de los procesos de diferenciacin social en el seno de dicha pequea produccin, que se articulan con otros desniveles sociales previos, potencindolos. Producto de estos procesos, cuyos ncleos se hallan entre el campesinado y el artesanado, se van formando (o extendiendo y perfilando ms definidamente) nuevas clases sociales y nuevas relaciones de produccin. Esto es, en uno de sus aspectos, 36 la formacin de una mano de obra libre en escala social, o sea la proletarizacin de una parte creciente y finalmente mayoritaria de los productores directos. Este fenmeno se concentra en torno a dos novedades histricas, a dos ordenes de sucesos nuevos que pueden ir o no de consuno, que pueden coexistir ms o menos juntos en el tiempo, o no, segn momentos, lugares y circunstancias concretas: a) La obtencin de la libertad personal mediante la ruptura, agotamiento o disolucin de las relaciones coactivas de autoridad y subordinacin de unas personas a otras; es decir la libertad individual suficiente para disponer sin trabas extraeconmicas de s mismos. b) La separacin (liberacin, desapoderamiento) del productor directo respecto a sus condiciones y medios de produccin, especialmente de la tierra, que haba sido por siglos su laboratorio natural, con lo que se cancelaba su acceso inmediato a los medios de subsistencia. Como resultado de estos cambios se va generando una masa de hombres libres, a los cuales para sobrevivir con sus familias slo les restan dos alternativas: vender lo nico que les qued, que es su capacidad y fuerza de trabajo; o vagabundear,

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mendigar y sobrevivir en los mrgenes de la nueva estructura socioproductiva en gestacin. En estas circunstancias, los mecanismos de coaccin extraeconmica, que no han desaparecido, y -aunque con menor intensidad que en el pasado- se siguen desplegando sobre los segmentos de productores que an permanecen en calidad de campesinos dependientes, en el marco de los trascendentales cambios en curso van adquiriendo un nuevo sentido (que, vale insistir, puede coexistir y solaparse con el tradicional, dado su aspecto formal en algunos casos idntico por ejemplo persecucin de vagos y vagabundos-), mediante el cual se aplica a partir de all en funcin de las exigencias del desarrollo de un modo de produccin diferente al anterior. Lo que hasta cierto momento haba sido una coercin extraeconmica continuamente renovada o refrescada a los efectos de, por ejemplo, arrancar trabajo/producto excedente, limitar la competencia campesina sobre tierras y ganados, y hacer funcionar el orden social, tiende a transformarse, modificando su significado, en compulsin para superar la crisis ideolgico existencial de la mano de obra que va resultando proletarizada y encauzarla hacia donde ser til en adelante: el mercado de fuerza de trabajo. La presin extraeconmica sobre productores polticamente dependientes y econmicamente autosuficientes tiende a producir y reproducir subordinacin personal al estilo feudal; la presin extraeconmica sobre mano de obra libre o en vas de serlo- genera y reproduce proletarios que concurren al mercado a vender su fuerza de trabajo a efectos de sobrevivir: Despus de ser violentamente expropiados y expulsados de sus tierras y convertidos en vagabundos, se encajaba a los antiguos campesinos, mediante leyes grotescamente terroristas, a fuerza de palos, marcas a fuego y de tormentos, en la disciplina que exiga el sistema del trabajo asalariado. A los trabajadores que iban transformndose en mano de obra libre y optaban por el vagabundeo y la mendicidad, se les opusieron normas frreas que los enfrentaron a la horca, el tormento y el ltigo, empujndolos por el angosto sendero que conduca al mercado de trabajo. 3737 Karl Marx. El capital... t. I, p. 627. Karl Marx. Grundrisse t. I, p. 363.

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41) En la zona geogrfica de nuestro pas considerada en estas notas, y en particular en el medio rural, la crisis y disolucin de las relaciones de produccin precapitalistas y la transicin al capitalismo presentan como una de sus principales manifestaciones el

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debilitamiento y finalmente el cese no absoluto, pero s en lo fundamental- de los mecanismos de coaccin y dependencia personal en tanto determinantes de la transferencia forzada del excedente econmico. As, no resultara fcil fundamentar que las peonadas que concurren a la juntada del maz o a la cosecha y trilla del trigo, por ejemplo en 1895, lo hacen por imperio de una imposicin extraeconmicamente compulsiva y no por la necesidad de reproducir su existencia. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido para esa poca en algunos pases de Europa, el breve tiempo histrico en que se desenvuelve la constitucin del rgimen capitalista no facilita reconocer y distinguir las antiguas funciones de la presin extraeconmica de la nueva finalidad que la resignifica a lo largo de muy pocas dcadas. 38 Esta reconfiguracin, que la va transformando en trminos reales de agente de la dependencia personal y poltica de los productores directos en estmulo coactivo a la transferencia voluntaria de plustrabajo mediante un acuerdo contractual -el contrato salarial capitalista-, no resulta tan clara en el plano formal, donde las apariencias del fenmeno se perciben como muy similares antes y despus del cambio de funcin predominante en la compulsin extraeconmica. Sin duda las particularidades del feudalismo colonial en la regin del Ro de la Plata (entre ellas la inexistencia de un rgimen jurdico de servidumbre, una trama social poco densa y no demasiado consolidada en virtud de una poblacin escasa dispersa en un extenso territorio, junto a condiciones favorables para la resistencia campesina a la sujecin personal) contribuyen a oscurecer la percepcin de las divergencias de fondo entre las dos diferentes finalidades histricas de la compulsin extraeconmica, como ocurre en el caso de la persecucin de vagos y malentretenidos, figura38 La expansin del trabajo asalariado y la consolidacin de un mercado de fuerza de trabajo libre no significaron, sin embargo, la desaparicin de diversas formas jurdicas y de prcticas de restriccin de la libertad del trabajador. Algunas de estas formas surgieron como consecuencia del proceso mismo de formacin del mercado y apuntaron al disciplinamiento de la mano de obra disponible, con el objeto de canalizarla hacia el trabajo asalariado. Otras, en cambio, resultan de prcticas no mercantiles y tuvieron en esta etapa un carcter residual, cuya vigencia fue desdibujndose a medida que se consolidaba la economa capitalista. Hilda Sbato y Luis A. Romero. Los trabajadores de Buenos Aires. La experiencia del mercado: 1850-1880. Sudamericana, Bs. As., 1992, p. 175.

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que aparece formalmente inalterada entre 1780 y 1880, es decir antes y durante la creacin de una mano de obra libre. Por otro lado, la complejidad de estos solapamientos de significado (potenciados por un capitalismo con eje agropecuario y por el segmento de mano de obra imperfecta o parcialmente libre vinculada con la demanda estacional de braceros) se agudiza al sumarse la supervivencia de relaciones precapitalistas coexistentes con las modernas-, asociadas a las cuales perduran rmoras de los contenidos originales de las relaciones de subordinacin personal. 39 Circunstancias que se replican, con contornos menos borrosos, hasta bien entrado el siglo XX en el resto del pas, y especialmente en el NEA y NOA, donde el peso de la herencia colonial, la secular asimetra de las jerarquas sociales, y la mayor densidad de poblacin -con una fuerte presencia de pueblos originarios-, demoran y parcializan los procesos de proletarizacin, reforzando los espacios propicios para la subsistencia de porciones de las antiguas estructuras socioeconmicas. 42) El problema de determinar y comprender la existencia, evolucin y las diferentes funciones y sentidos econmicos e histricos- del ejercicio de mecanismos de compulsin extraeconmica por parte del Estado y de emergentes particulares de las clases explotadoras, requiere sin duda combinar la realizacin de nuevas investigaciones con una exhaustiva revisin crtica de la bibliografa disponible, toda vez que probablemente no existan estudios guiados en virtud de los objetivos indicados. Sin perjuicio de los efectos negativos que ello conlleva, en estas notas enfatizamos: a) La eficacia de los estmulos coercitivos como mtodo para la obtencin de plustrabajo en condiciones de inexistencia de mano de obra libre en escala social, circunstancias asociadas centralmente con el feudalismo colonial y su proyeccin sobre las primeras dcadas del siglo XIX. b) La tendencia -para nada lineal- al aflojamiento y perdida de intensidad de estos mecanismos a lo largo del siglo XIX. c) La reconfiguracin de la compulsin extraeconmica que la reubica como un factor coadyuvante a la estructuracin y funcionamiento del mercado de trabajo sobre la base de la presencia creciente de contingentes de mano de obra proletarizada y/o en vas de serlo. d) El solapamiento de ambas finalidades de la coercin en virtud de parecidas imgenes y aparien-

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39 Alfredo Pucciarelli. El capitalismo agrario pampeano, 1880-1930. Hyspamrica, Bs. As., 1986, p. 276.

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cias, lo que induce por un lado a confundirlos y por otro a reducirlos a una nica expresin. Con estas prevenciones interpretativas se pueden abordar situaciones como las planteadas oportunamente por Sbato, evitando el desarrollo unilateral de alguno de sus aspectos o significados posibles: Poco a poco y a medida que se hacan casi innecesarias o aun engorrosas, algunas disposiciones fueron desapareciendo. En 1870 se reform el Cdigo Rural para suprimir los artculos referidos a vagos, y en 1873 se aboli el requisito del pasaporte para trasladarse por la provincia. Pero habra que esperar hasta fines de la dcada del 80 para que el reclutamiento anterior de soldados fuese reemplazado por un sistema de sorteos.40 La mejor comprensin de estos enunciados exige, pues, distinguir la vigencia formal de las presiones extraeconmicas (sin ignorar el signo que entrega la cancelacin legal) de su supervivencia en trminos reales, en los cuales aquella desaparicin se presentara ms lenta y tortuosa, reclamada por las imperfecciones que todava presentaba el mercado laboral regional con posterioridad a 1880. Asimismo, en posicin marginal, y solapada con las nuevas funciones de la compulsin, permanecan vigentes expresiones del viejo tipo, como se observara durante un largo tiempo, por ejemplo, en el trabajo domstico de las mujeres, donde se conservaron largamente las relaciones de dependencia personal.

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dcadas iniciales del crecimiento agrcola pampeano,41 al igual que en la evolucin econmica y urbanstica de las ciudades y pueblos.

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40 Hilda Sbato. Capitalismo y ganadera en Buenos Aires: la fiebre del lanar p. 99.

43) Mientras una fraccin de la poblacin se va transformando en fuerza de trabajo libre, proletarizada, y otra tiende a mantener su calidad de productores independientes, el proceso de formacin del capitalismo se beneficia absorbiendo la capacidad de trabajo de una porcin de los productores directos que sin haber sido, ni ser, estrictamente mano de obra libre, dispone de insuficientes medios econmicos para alcanzar la reproduccin de su existencia en forma autnoma. Las relaciones entre autonoma y necesidad, ligadas a los recursos disponibles para el trabajo por cuenta propia, influyen sobre las caractersticas del ingreso adicional a conseguir, determinndose de este modo las fracciones de clase que caracterizamos como campesinos jornaleros y semiproletarios, ambas con un papel relevante en las

44) En las circunstancias descriptas, la aparicin de una nueva mercanca, la fuerza de trabajo, y incremento de su compra-venta en escala social, van asociadas con la determinacin de su precio, el cual al igual que ocurre con las dems mercancas- expresa su costo de produccin, o sea el costo de reproducir la vida del proletario, y eventualmente su familia, a efectos de que pueda continuar ofertando su peculiar mercanca. El salario es aqu el precio de la fuerza de trabajo y resulta vital obtenerlo a riesgo de morir de hambre y desamparo. Los que hemos definido como estipendios de apariencia salarial, los pagos que se realizaban a peones que no eran mano de obra libre (y que por lo tanto podan reproducir su existencia mediante sus propios medios de produccin), no constituan pues autnticos salarios, o lo eran slo parcialmente, dado que por ms precaria que fuera, la subsistencia descansaba centralmente en el carcter campesino de dichos productores directos. El cambio del sentido y naturaleza de los pagos salariales y el que sean o no verdaderos salarios- depende pues del rgimen de produccin del que resultan emergentes y/o al cual contribuyen, y en particular del estado (libre o no libre)42 de la mano de obra involucrada.41 Nos referimos aqu a los campesinos-peones y a los semiproletarios que forman parte del perodo formativo del capitalismo en el campo cuya existencia remite al pasado precapitalista contiguo-, por lo que los diferenciamos conceptualmente de aquellos otros encuadrables en las mismas categoras pero que se hallan insertos en fases de relativa madurez de dicho rgimen de produccin, o son ya un producto del desarrollo del capitalismo posterior a su predominio en escala social, poniendo en evidencia tanto la contradictoria coexistencia de los productores familiares con dicho modo de produccin, como las dificultades que va hallando la produccin independiente de base campesina para coexistir con el avance capitalista. 42 Es decir: separada o no de sus medios de produccin y subsistencia, y despojada o no de los lazos de dependencia personal que restringen su libertad.

45) Sintetizando rasgos emergentes de las necesidades crecientes de fuerza de trabajo que se manifestaban en las ltimas dcadas del siglo XIX, y en particular las condiciones de insercin en el

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mercado laboral de buena parte de los inmigrantes tanto de los que permaneceran en el pas como de los denominados golondrinas-, se ha sealado que el recin llegado poda ser despachado velozmente a los campos de trigo o maz con slo decir que era un trabajador agrcola. Llevaba su vestimenta puesta, su empleador lo alimentaba, poda dormir al aire libre y al fin de cuatro meses de trabajar hasta deslomarse poda embolsar el equivalente de treinta a cuarenta libras esterlinas. De modo similar, la construccin de ferrocarriles absorbi un vasto nmero de trabajadores pagando salarios casi igual de altos. Y en Buenos Aires y Rosario la demanda de mano de obra pareca insaciable.43 Esta descripcin, que ilustra la vigencia del moderno sistema salarial, debe completarse y articularse con la continua y a su vez renovada presencia reiterada en los documentos y la bibliografa- de numerosos campesinos (incluida la fraccin de los jornaleros y los semiproletarios), que se encontraban en general sumidos en el aislamiento y la miseria; diferencindose poco sus condiciones de vida de las correspondientes a los trabajadores proletarizados.

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43 James R. Scobie. Una revolucin agrcola en Argentina. Desarrollo Econmico. Vol. III, n1-2, 1963. 44 La subsuncin formal del trabajo en el capital es la forma general de todo proceso capitalista de produccin, pero es a la vez una forma particular respecto al modo de produccin especficamente capitalista desarrollado, ya que la ltima incluye a la primera, pero la primera no incluye necesariamente a la segunda es la forma que se funda en el plusvalor absoluto, puesto que slo se diferencia formalmente de los modos de produccin anteriores sobre cuya base surge. Karl Marx. El capital. Libro I, captulo VI (indito). Siglo Veintiuno, Mxico, 1985, p. 54. 45 La manufactura desempea un papel de gran trascendencia en el desenvolvimiento de las formas capitalistas de la industria sin embargo

46) Considerando de conjunto las caractersticas y evolucin de los principales procesos de produccin, el estado de las fuerzas productivas, el mercado de trabajo y las relaciones sociales dominantes, es posible formular la hiptesis de que circa 1880-1920 (perodo que podra extenderse en alguna medida en ambos extremos) se despliega la ltima etapa de la transicin y la primera del capitalismo, cuando el proceso de trabajo se subsume formalmente en el capital sobre la base de las modalidades de produccin preexistentes,44 y la explotacin de los asalariados descansa esencialmente en la extraccin de plusvala absoluta.45 As, dada la relacin puramente mo-

47) An cuando el mundo rural juega un papel fundamental, la consolidacin o tal vez cabra mejor decir, la fortaleza o densidaddel capitalismo es un fenmeno que se resuelve en ltima instancia en el mbito urbano, cumpliendo all un rol decisivo la industria moderna la maquinofactura, el sistema fabril-47 en tanto ncleo de la demanda de fuerza de trabajo asalariada bajo formas y escalas desconocidas hasta entonces. Esta observacin, de carcter general, resulta de gran importancia para comprender el gnesis, caractersticas y evolucin del capitalismo en Argentina. La descomposicin relativacontina manteniendo su disposicin original que es la tcnica manual y a esa circunstancia se debe que no puede desplazar totalmente a los pequeos talleres. Era precisa la aparicin del gran mercado, de las grandes empresas, tal como se presenta en la tercera etapa del proceso industrial argentino: la que ocurre a partir de 1920 y realiza una modificacin substancial de los mtodos de fabricacin; ella prepara para la transformacin que precipitar y se desarrollar durante el desenvolvimiento de la crisis. El pasaje de la manufactura a la fbrica, que comienza a realizarse decididamente con posterioridad a aqulla, implica una profunda revolucin en la tcnica y en la economa de la produccin. Ricardo M. Ortiz. Historia econmica de la Argentina. Plus Ultra, Bs. As., 1987, p. 548. 46 Karl Marx. El capital. Libro I, captulo VI (indito) p. 61. 47 Eric Hobsbawm. Industria e imperio. Ariel, Barcelona, 1982, p. 55.

netaria entre el que se apropia el plustrabajo y el que lo suministra, en la medida que surge la subordinacin la misma deriva del contenido determinado de la venta, no de una subordinacin precedente a la misma, merced a la cual el productor debido a circunstancias polticas, etc.- estuviera puesto en otra relacin que la monetaria respecto al explotador de su trabajo. Solamente en su condicin de poseedor de las condiciones de trabajo es como, en este caso, el comprador hace que el vendedor caiga bajo su dependencia econmica: no existe ninguna relacin poltica, fijada socialmente, de hegemona y subordinacin.46 El predominio, no por cierto la universalizacin, de estas relaciones de produccin nunca tan puras como en la formulacin terica- en el contexto de la diversidad y heterogeneidad de vnculos sociales emergentes del inmediato pasado precapitalista, es lo que define el carcter del rgimen social de produccin asentado en la regin pampeano litoral de la Argentina hacia fines del siglo XIX.

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pero suficiente del sistema agrario precapitalista,48 que le permite liberar parte de su base social, transformada o en vas de hacerlo, para contribuir a la conformacin de las nuevas clases sociales -esencialmente burgueses y proletarios-; e incluso el peso creciente del salariado rural, no bastan para definir una sociedad capitalista en plenitud, cuya maduracin requiere adems de cierto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. En este sentido, mientras desde fines del siglo XVIII se van sucediendo la revolucin industrial iniciada en Inglaterra, la segunda revolucin industrial, y el pasaje de algunos pases a la fase imperialista en el parteaguas de los siglos XIX y XX, en la Argentina pampeana de 1870-1900 el capitalismo todava transitaba el camino de su consolidacin. Circunstancia para cuya ponderacin las mencionadas referencias ofrecen pautas comparativas que refuerzan las evidencias de que la versin local del capitalismo iba resultando un producto rudimentario,49 con un apenas incipiente despliegue del sector industrial, un dbil mercado interno, y extremadamente dependiente del capital extranjero y de los mercados ultramarinos compradores de granos y carne vacuna. En este contexto se agigant la contribucin del agro, constituido en espacio privile-

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48 Este concepto fue claramente expresado por Marx, quien lejos de plantear la incompatibilidad del campesinado y el capitalismo, afirm: La pequea economa agraria y la prctica de los oficios independientes, que forman en conjunto la base del rgimen feudal de produccin, despus de desaparecer ste siguen coexistiendo con la industria capitalista Karl Marx. El capital t. I, p. 270. 49 Al respecto puede ser til pensar esta calificacin, y en general los rasgos centrales del desarrollo del capitalismo argentino, a la luz de los conceptos que siguen, escritos en 1848 con Europa como referencia: El antiguo modo de explotacin feudal o gremial de la industria ya no poda satisfacer la demanda, que creca con la apertura de nuevos mercados. Vino a ocupar su puesto la manufactura. La clase media industrial suplant a los maestros de los gremios; la divisin del trabajo entre las diferentes corporaciones desapareci ante la divisin del trabajo en el seno del mismo taller. Pero los mercados crecan sin cesar; la demanda iba siempre en aumento. Ya no bastaba tampoco la manufactura. El vapor y la maquinaria revolucionaron entonces la produccin industrial. La gran industria moderna sustituy a la manufactura; el lugar de la clase media industrial vinieron a ocuparlo los industriales millonarios jefes de verdaderos ejrcitos industriales-, los burgueses modernos. Carlos Marx y Federico Engels. Manifiesto del Partido Comunista. Anteo, Bs. As., 1971, p. 34.

50 Sue Headlee. The political economy of the family farm. The agrarian roots of american capitalism. Praeger, New York, 1991, p. 5. Refirindose al desarrollo del capitalismo en Estados Unidos, esta autora seala que la poltica del sector triunfante en la guerra civil incluy la remocin de las restricciones al desarrollo del capitalismo industrial, incorporando cinco estmulos (spurs) a dicho desarrollo. La limitacin, por supuesto, fue la esclavitud; y los estmulos fueron una reforma del sistema bancario y monetario, tarifas aduaneras protectoras, liberalizacin de la inmigracin, construccin del ferrocarril transcontinental hacia el Ocano Pacfico y la ley de heredades o ley del hogar seguro (Homestead Act). 51 Circunstancias que por cierto se verifican escasamente en Argentina, donde los requerimientos de maquinaria agrcola estimulan la industria extranjera. Pablo Volkind. Entre el ingenio y la frustracin: la produccin nacional de maquinaria agrcola y el papel de las herramientas extranjeras en la regin pampeana, 1895-1914. Documentos de Trabajo n 3, CIEA, Bs. As, 2008.

giado de construccin y dinamizacin del predominio del capitalismo con los rasgos especficos que lo caracterizaron, algunos de los cuales se acaban de mencionar. Al indicar este, tal vez cabra decir, sobredimensionamiento de lo agrario, es difcil no recordar, por ejemplo, lo ocurrido en Norteamrica tambin en fase de colonizacin territorial, absorcin de inmigrantes y recepcin de capitales-, donde el sistema de granjas familiares fue un importante mercado para la produccin de toda clase de bienes, resultando clave la produccin de maquinaria agrcola desde la dcada de 1850. Dicha maquinaria fue inventada y luego producida en masa para el mercado constituido por las family farms, constituyendo un poderoso estmulo para la prosperidad industrial. Asimismo, sin la mecanizacin de las granjas probablemente no se habra cubierto la necesidad de alimentos requerida por la industrializacin. 50 En esta direccin, a la luz del adelanto del capitalismo en Estados Unidos y Europa occidental, podra concluirse que el papel del agro resulta decisivo ms como soporte y estmulo del sistema fabril industrial, que como principal teatro de operaciones y epicentro del nuevo modo de produccin. 51 Cuando es esto ltimo lo que ocurre, muy probablemente los rasgos presuntamente positivos del rgimen socioeconmico especialmente su expansin en base a la agroexportacin- debern coexistir con un muy modesto y parcial desarrollo de las fuerzas productivas, que en nuestro caso sera tambin dependiente de los intereses de las potencias donde se iba consolidando el capital monopolista.

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48) Sabido que las clases sociales que se van formando producto y produciendo la renovacin de la estructura productiva- no caen del cielo (aunque en nuestro caso desciendan en buena medida de los barcos), en particular entre las clases explotadoras sus muy diversos orgenes y trayectorias histricas suponen un conjunto de problemas a considerar. Entre ellos el de la burguesa. Pensamos el tema en la Argentina pampeana de la segunda mitad del siglo XIX, lo que impone nuevamente una disquisicin ya sugerida en estas notas, consistente en la diferenciacin entre el capitalismo en general como sistema de produccin, y los diferentes tipos de capitalismo, suponiendo que con tipos nos referimos a las caractersticas particulares, histricas antes que tericas (lo cual genera la necesidad de nuevas teoras de alcance limitado al fenmeno en cuestin), de cada capitalismo concreto. Porque, en principio, burguesa es la clase de los propietarios de los medios de produccin, un grupo de individuos que personifica las funciones de la explotacin social mediante el rgimen salarial y la acumulacin de capital (Por burguesa se comprende a la clase de los capitalistas modernos, propietarios de los medios de produccin social, que emplean el trabajo asalariado)52 Son el capital personificado. En este sentido, hay una burguesa cuyas caractersticas tericas se corresponden con determinados atributos histricos que se han presentado como el tipo ms general y clsico de capitalista/burgus. Ahora bien, cuando la representacin de las funciones del capital es ejercida por agentes que no responden plenamente, sino slo de manera parcial, al tipo ideal, qu efectos se derivan sobre el modo de produccin capitalista en vigencia o construccin? Hay diferencias de fondo, es decir de raz, que cuestionan la definicin capitalista?, o diferencias de caractersticas, que pueden resumirse en tipos/momentos de capitalismo? 49) En la Argentina pampeana moderna, circa 1900, las funciones del capital, la personificacin del capital, se encarnaba en diferentes actores: las empresas imperialistas, los terratenientes capitalistas (especialmente en la estancia ganadera), 53 los campesinos

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ricos, 54 y todo un conjunto de explotadores del trabajo asalariado (industriales, comerciantes y empresarios de servicios) ms fcilmente confundibles en una imagen caracterstica de burguesa grande, media y pequea-. Todo este conjunto personificaba al capital, explotaba trabajo asalariado, obtena plusvala, acumulaba eventualmente capital y contribua a reproducir en forma ampliada el rgimen de produccin capitalista. Todos ellos, a su manera y en su medida, son agentes del capital. Algunos, los ms identificables con el concepto bsico o puro de burguesa, son agentes del dominio del capital, y los otros tambin. Este es un gran punto. 50) Obviamente la descripcin anterior genera muchas preguntas. Que los explotadores del trabajo asalariado los patrones de los obreros, peones y empleados- fueran un conjunto mucho ms amplio y heterogneo que una burguesa relativamente perfilada, como en principio la imaginamos corporizada en los pases imperialistas hacia 1900, significa trabas al dominio del capital?, obstculos para su extensin en escala social? menos capitalismo? O la descripcin anterior nos coloca frente al capitalismo realmente existente, en el que se destacan una serie de rasgos producto de su desenvolvimiento histrico concreto en un pas concreto. Lo cual se expresa como un capitalismo dependiente, con eje agropecuario, con una dbil construccin de industria y mercado interno, y con una oligarqua gobernante asociada/subordinada al imperialismo, que aborta en buena medida y/o debilita el desarrollo de fracciones burguesas autnomas del tronco fundador terrateniente-mercantil, que se ha ido aburguesando en un proceso histrico hasta convertirse en un agente relevante del dominio del capital junto al capital extranjero.

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52 Carlos Marx y Federico Engels. Manifiesto del Partido Comunista p. 32. 53 El viejo terrateniente, si es rico, no necesita del capitalismo para convertirse en terrateniente moderno. Le basta con convertir a sus trabajadores en asalariados y producir para obtener una ganancia en vez de obtener un

ingreso. El arrendatario moderno y el moderno terrateniente se funden y confunden as en una sola persona. Karl Marx. Grundrisse t. I, p. 164. 54 Los campesinos ricos son los patronos capitalistas en la agricultura, que explotan su hacienda, como norma, contratando varios jornaleros los campesinos ricos constituyen el sector ms numeroso entre las capas burguesas. Vladimir Lenin. Primer esbozo de las tesis sobre el problema agrario. Obras Completas, Cartago, 1960, t. XXXI, p. 145 y ss.

51) Los terratenientes, incluidos los latifundistas, se definen en principio por aspirar a percibir el mximo volumen de renta como retribucin por ceder la tierra a quienes desean trabajarla, pero no son los terratenientes los que definen el contenido socioeconmi-

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52) En estas circunstancias, y sobre la base de que suponemos que ha transcurrido un perodo de crisis y desestructuracin del rgimen socioeconmico virreinal (iniciado con la revolucin anticolonial seguida de la incipiente primera etapa de la transicin), y que posteriormente se ha afirmado dicha transicin con el despliegue parcial de una mano de obra libre, la renta obtenida por los propietarios de la tierra ya no es necesariamente una renta precapitalista, aun cuando se pueda hablar como lo hace Vilar- de herencia feudal,56 o precapitalista en el marco de la transicin, especialmente cuando la renta la rinde una unidad productiva basada exclusiva o esencialmente en trabajo familiar. Asimismo, corresponder comenzar a mentar la renta capitalista cuando una parte del plusvalor que se transfiere al propietario del suelo es plusvala arrancada -por los campesinos ricos o por

co de la renta sino el sistema de relaciones de produccin agrarias vigente en cada momento, del cual por cierto son tanto agentes y sostenes en unas circunstancias, como eventuales reformadores en otras. Aqu cabe recordar la llamada va prusiana: el terrateniente feudal se aburguesa, o lo que es lo mismo se adapta y procura operar y conducir los cambios en curso en el sistema productivo, que no necesariamente se originan en su voluntad o plan, sino en la marcha de la evolucin general de la economa y la sociedad. La decadencia del sistema de prestaciones personales, el fin de la servidumbre, la baja productividad del trabajo de los campesinos peones, el avance tecnolgico, la mecanizacin, etc., van indicando que nuevas relaciones sociales presentes ya en alguna medida- tienden a corresponderse mejor con el estado y necesidades de las fuerzas productivas, incluida la mano de obra.55 Todo inmerso en un proceso histrico nico, aunque compuesto de especficos, asimtricos y contradictorios segmentos econmicos, sociales, polticos e ideolgicos, dentro de los cuales las clases, fracciones y grupos expresan y dirimen sus conflictos, en tanto tendencialmente unos resisten y otros se adaptan a los nuevos tiempos, en este caso los propios del desarrollo capitalista.

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burgueses agrarios (arrendatarios grandes) ms puros-57 a asalariados que ya no responden a la dinmica del peonaje obligatorio, sino a la atraccin por necesidad econmica- del mercado de trabajo libre. O cuando el propio terrateniente organiza la produccin sobre la base de mano de obra libre (a la cual se le pueden adherir rasgos precapitalistas subsistentes, o recreados para su mejor control)58 que no se contrata para huir de la persecucin de la vagancia, sino del hambre. En este caso la masa de la plusvala obtenida se distribuye entre ganancia y renta, ambas apropiadas por el terrateniente-capitalista. Probablemente en el curso de estos procesos se pueda investigar y comprobar que dicho terrateniente se ha adaptado y -por su posicin econmica, social y poltica- de hecho conduce, acompaado por la elite comercial y financiera, el adelanto del capitalismo. El dominio del capital en la regin pampeana argentina no se construye contra los terratenientes, sino con los terratenientes (encabezados por las fracciones ms modernizantes o dispuestas al aburguesamiento). Otra cosa, nuevamente, es qu tipo de capitalismo, en concreto, va resultando y se va estructurando bajo estas circunstancias y condiciones. 53) La renta del suelo percibida por la clase terrateniente tan concentrada en su cpula como la magnitud de la propiedad latifundista lo determinaba- cumpli un papel descollante, tanto en relacin57 Al adjudicarle un recin adquirido carcter capitalista a la agricultura del trigo y el maz en Buenos Aires en el inicio de la dcada de 1890 hemos tenido en cuenta que el empleo simultneo de un nmero relativamente grande de obreros asalariados en el mismo proceso de trabajo, constituye el punto de arranque de la produccin capitalista, lo cual en relacin con lo agrario se presenta en aquella clase de agricultura en gran escala que corresponde al perodo manufacturero y que slo se distingue sustancialmente de la agricultura campesina por la masa de jornaleros simultneamente empleados y por el volumen de los medios de produccin concentrados. La cooperacin simple sigue siendo la forma predominante de aquellas ramas de produccin en las que el capital opera en gran escala, sin que en ellas intervenga de un modo considerable la divisin del trabajo ni la maquinaria. Karl Marx. El capital t. I, p. 271. 58 Si se necesita vender la fuerza de trabajo para vivir pero no se es personalmente libre, si no hay libertad poltica, no estaramos en rigor en presencia de una verdadera -o plena- mano de obra libre. La formacin de esta mano de obra proletaria se halla inacabada en tanto la relacin salarial se presenta solapada con un vnculo de dependencia personal.

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55 Sobre el caso del desarrollo del capitalismo en el este de Alemania, que Lenin tomara de principal referencia del correspondiente concepto terico, ver: Anthony Winson. La va prusiana de desarrollo agrario: una reconsideracin. Ruralia n 5, 1994 56 Pierre Vilar. Introduccin al vocabulario histrico. Crtica, Mxico, 1988, p. 279.

59 Sergio Salvatore. La renta diferencial internacional. Una teora inconsistente. Cuadernos del PIEA n 2, Bs. As., 1997, p. 24. 60 La propiedad terrateniente en tanto relacin social de produccin, era y es- una propiedad de no productores fundada en el trabajo ajeno. Su ltimo carcter, el de fundarse en el trabajo ajeno, es el que diferencia esta forma de la propiedad privada de la del productor directo, es decir basada en el trabajo del propietario. Mara C. Ockier. Propiedad de la tierra y renta del suelo. La especificidad del Alto Valle de Ro Negro. Cuadernos del PIEA n 1, Bs. As., 1996, p. 47. Cabe remarcar que de acuerdo al tipo de relaciones de produccin en cuyo seno se genere el mencionado plustrabajo ajeno, as ser el carcter de la renta, y por ende el de sus beneficiarios.

con la economa en general como en su funcin de pedestal de quienes constituyeron el ncleo de las clases dominantes locales. Dicha renta, a la que habitualmente se sumaron en diferentes momentos y medidas deducciones de la ganancia chacarera y del salario de las peonadas, fue abultada por la altsima productividad del trabajo creador del valor- aplicado sobre una llanura de calidades excepcionales: hmeda, de clima templado, frtil y prcticamente virgen respecto a la agricultura.59 En este contexto, el desenvolvimiento primero, y el predominio luego, de las relaciones capitalistas otorg dicho carcter a buena parte de la renta, el que se hizo extensivo a los rasgos definitorios de los terratenientes,60 aspecto que resultaba reforzado en los casos en que stos tambin actuaban como explotadores directos de los trabajadores asalariados. Es precisamente en este sentido que en el punto anterior afirmamos que los terratenientes fueron parte de los agentes del dominio del capital en la regin pampeana, ms precisamente de un capitalismo dependiente y raqutico en virtud del dbil avance de sus fuerzas productivas. Lo cual nos coloca frente a una suerte de doble efecto nsito en la hegemona de la oligarqua terrateniente, en tanto al mismo tiempo que presidan el ascenso capitalista, tambin oponan serias trabas a la profundizacin de la acumulacin de capital. Algunas, provenientes de derivar una fraccin significativa del excedente a las finanzas, el comercio, la especulacin y el consumo suntuario. Otras, de la contracara de este paquete de negocios, al quedar exceptuado el progreso industrial (salvo algunas agroindustrias) de los destinos de inversin habituales de la renta. Asimismo, tambin contribuy a la baja intensidad del desarrollo capitalista la apropiacin de la tierra en grandes

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61 Emilio Sereni. Capitalismo y mercado nacional. Crtica, Barcelona, 1980. Si bien este texto alude a la experiencia histrica italiana en las ltimas dcadas del siglo XIX, resulta una fuente de fecundas sugerencias para la reflexin y el estudio del caso argentino. 62 Jeremy Adelman. Financiamiento y expansin agrcola en la Argentina y el Canad, 1890-1914. Revista Ciclos n 3, 1992. 63 Eduardo Azcuy Ameghino. Es eterno? Naci de un repollo? No chorreaba restos e impregnaciones de un pasado diferente? Reflexiones sobre el desarrollo del capitalismo en el agro pampeano. Documento de Trabajo n 4, CIEA, Bs. As., 2009.

extensiones situacin cristalizada en forma previa a su puesta en produccin agrcola-, que impuso severas restricciones al crecimiento del mercado interno, devaluando uno de los principales alicientes que generalmente dinamizan el adelanto de la industria.61 Por otro lado, el monopolio territorial tambin determin la extensin del arrendamiento, frustrando el acceso a la propiedad de la mayora de los chacareros lo cual, entre otras, consecuencias los inhabilit como sujetos de crdito hipotecario-,62 y constriendo la acumulacin de capital de los pequeos y medianos productores agrcolas, con las consiguientes dificultades para alcanzar la reproduccin ampliada de sus operaciones y el logro de mayores niveles de capitalizacin. Cabe recordar que stas y otras consecuencias del predominio del latifundio y la gran propiedad terrateniente han sido (en tanto factores inexcusablemente retardatarios del perfeccionamiento econmico general) tradicionalmente asociadas con el peso y la influencia de diferentes factores de tipo precapitalista. Sin negar la eficacia de las supervivencias de modos de produccin anteriores,63 previsibles en un momento histrico donde apenas culminaba lo esencial de la transicin al capitalismo -y slo en una regin acotada del pas-, es necesario prevenirse respecto a concepciones interpretativas del pasado que asimilan unilateralmente progreso (justicia, modernidad) y capitalismo. Ms all del hecho de que el advenimiento del capitalismo represent en muchos aspectos un avance, pleno de contrastes y contradicciones, en la evolucin de la humanidad, su consideracin abstracta y acrtica, propia de un pensamiento apologticamente burgus, tiende a determinar que muchos de los rasgos de este rgimen, sobre todo los que se adaptan peor a su asociacin con el adelanto material y con la libertad, igualdad y fraternidad que supuestamente lo caracterizan, suelan ser identificados con la ausencia o insuficiencia del desarrollo capitalista,

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64 Dada la existencia de diferentes fracciones dentro del campesinado chacarero, solapada en la disputa por la distribucin de la plusvala generada por los peones rurales, se produca tambin la extorsin directa de plustrabajo familiar campesino, proveniente de las explotaciones donde el trabajo asalariado era inexistente o poco significativo. 65 Esta interpretacin la hemos presentado con algn desarrollo adicional en: Renta y arriendo: problemas de economa e historia. En: Eduardo Azcuy Ameghino. Trincheras en la historia cap. XI. 66 Distinguimos al pensar estos problemas los conceptos de renta como relacin de distribucin y como relacin de produccin, siendo el primer caso (que vincula principalmente a terratenientes con campesinos capitalistas) al que se hace alusin en este punto. Cuando la exaccin de plusvalor por

54) Desde esta perspectiva se puede complejizar la cuestin de las limitaciones a las libertades capitalistas (ver punto 35), desagregando otros aspectos del fenmeno para habilitar una dimensin en la cual dichas restricciones se presentan como un rasgo, antes que como un obstculo, del capitalismo realmente existente (aunque s lo sean a ciertas expresiones de su desarrollo); como una rmora del pasado cercano, pero que se va integrando y acomodando en la nueva situacin. Es decir, tomando al agro como r