aventuras de un cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

150
Aventuras de un Cadáver Por Robert Louis Stevenson

Upload: others

Post on 12-Jul-2022

4 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

AventurasdeunCadáver

Por

RobertLouisStevenson

Page 2: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

I

LafamiliaFinsbury

Mientras el lector, cómodamente sentado junto al agradable fuego de suchimenea,seentretienehojeandolaspáginasdeunanovela,¡cuánlejosestádehacerse cargo de los sudores y angustias que ha pasado el autor paracomponerla! Ni siquiera llega a imaginar las largas horas de lucha paratriunfar de las frases difíciles, las pacientes pesquisas en las bibliotecas, sucorrespondenciaconeruditosyoscurosprofesoresalemanes,enunapalabra,todo el inmenso andamiaje que el autor ha levantado y deshecho luego,únicamenteparaprocurarleaélalgunosmomentosdesolazjuntoalfuegodela chimenea o para hacerle menos fastidiosas las horas pasadas en elferrocarril.

Podríayo,pues,comenzaresterelatotrazandounabiografíacompletadelitalianoTonti,conindicacióndellugardesunacimiento,origenycarácterdesuspadres, índoleprobablementeheredadadelamadre,yaduciendoademásencomprobaciónnotablesejemplosdeprecocidad.Aestopodríaañadirparamayorsupliciodellector,untratadoenreglaacercadelsistemaeconómicoaque dio nombre el citado italiano. Precisamente tengo dos cajones de mipapelera atestados demateriales indispensables para semejante trabajo, peronoquierohacergaladeerudiciónbarata.Tontimurióhaceyabastantetiempo,yhasta debodeclarar en conciencia que jamáshe logrado encontrar a nadieque llore sumuerte.En cuanto al sistemade las tontinas, he aquí enbrevespalabras lo que considero indispensable para la inteligencia del sencillo yverídicorelatoquevendrádespués.

Cierto número de alegres jovenzuelos reúnen en común determinadacantidad,quedepositaninmediatamenteenunbancoainteréscompuesto.Losdepositarios viven cada uno como puede, y como es natural, andando eltiempo,vanmuriendounosdetrásdeotros.Cuandohanmuertotodosmenosuno,estefelizmortalcobralasumadepositada, juntamenteconlos interesescompuestos.Lomáscorrientees,segúntodaverosimilitud,queelafortunadosupervivienteencuestiónsehalletansordoquenopuedayaoírelruidoqueproduceel felizsuceso,yhastaescasiseguroqueapenas lequedará tiempopara gozar en parte de su fortuna. Ahora comprenderá el lector lo que estesistematienedepoético,pornodecirdecómico;peroalmismotiempohayenélalgodeazarosoqueledaciertaaparienciadedeporteyqueenotrotiempolediomuchaboga.

En laépocaenqueJosephFinsburyysuhermanoMastermann ibanaúncon pantalón corto, su padre, acomodado comerciante de Cheapside, los

Page 3: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

inscribió en una tontina de treinta y siete participantes. Cada parterepresentabamil libras esterlinas. JosephFinsbury recuerda todavía la visitaque hicieron al notario todos losminúsculosmiembros de la tontina, todospróximamente de la misma edad que él, reunidos en el despacho delrepresentantede la fepúblicayque ibansentándosepor turnoenunampliosillónparaponersufirma,auxiliadosporunvenerableancianoconanteojosyconbotasaloWellington.Recuerdatambiénquedespuésdelasesiónestuvojugandoconlosdemásmuchachosenunpradecilloquehabíaaespaldasdelacasadelnotario,donde,pormásseñas,riñódescomunalbatallaconunodesuscompañerosdetontina,quesehabíapermitidotirarledelanariz.Elrumordela batalla interrumpió al notario, que estaba obsequiando a los padres conpasteles y vino. Gracias a esto fueron separados inmediatamente loscombatientes,y Joseph (queeraelmáspequeñode losadversarios), tuvo lasatisfaccióndeoíralancianodelasbotasaloWellingtonalabarsubravuraydesaberalmismotiempode labiosdelmismoquesehabíaconducido,asuedad,deunmodoanálogo.EstohizopensaraJosephsidichoseñortendríayaenaquellaépocalacabezacalva,losanteojosylasbotasaloWellington.En1840sehallabanaúnenvida todos los treintaysietesubscriptores;en1850faltabanyaseis;en1856y1857lacorrientenaturaldelavidaauxiliadaporlaguerra deCrimea y la gran rebelión de las Indias, se llevó a la tumba nadamenosquenuevetontineros.En1870sóloquedabancincoconvida,y,enlaépocaaqueserefieremirelato,quedabanúnicamentetres,entreloscualessecontabanJosephFinsburyysuhermanomayor.

Porestaépoca,MastermannFinsburysedisponíaacumplirsetentaytresaños. Habiendo experimentado desde hacía largo tiempo las molestasconsecuenciasdelaedad,tuvoqueabandonarlosnegociosyvivíaenelmáscompleto retiro, en el domicilio de su hijoMichael, que era ya abogado degranfama.Porsuparte,Josephsemanteníabastantebienygustabadepasearporlascallessucasivenerablefisonomía.DeboagregarqueestoparecíatantomásescandalosocuantoqueMastermannhabíallevado,hastaenlosmenoresdetalles, una vida verdaderamente inglesa. La actividad, la regularidad, ladecenciayunadecididaaficiónalcuatroporciento,virtudesnacionalesquetodosestándeacuerdoenconsiderarcomobaseindispensabledeunarobustavejez, lashabíapracticadoMastermannFinsburyenelmásaltogrado, ¡yheaquíaquésituación lehabían reducidoa lossetentay tresaños!EncambioJoseph,aquiensólollevabadosaños,yquesemanteníaenelmásenvidiableestadode conservación, se habíadistinguido toda suvidapor la perezay laexcentricidad.Dedicado en un principio al comercio de cueros, no tardó encansarse de los negocios. Una pasión desdichada por los conocimientosgenerales,quenohabíasidoreprimidaasudebidotiempo,habíaempezadoaminar desde entonces los cimientos de su edadmadura.No hay pasión quemásdebiliteelespíritu,anosertalvezesepruritodehablarenpúblico,que

Page 4: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

sueleser,porotraparte,sucompañeroosucedáneo.Pordepronto,enelcasode Joseph, se hallaban reunidas ambas enfermedades; poco a poco se fuedeclarandoelperíodoagudo,enqueelpacientedaconferenciasgratuitasy,alcabo de pocos años, el desdichado había llegado a tal punto que no teníainconvenienteenhacerunviajedecincohoras,parairadarunaconferenciaanteloschicuelosdeunaescuelaprimaria.

Noquieredeciresto,nimuchomenos,queJosephFinsburyfueseunsabio.Todasuerudiciónselimitabaaloqueaprendíaenlosmanualeselementalesyen los periódicos cotidianos. Ni siquiera llegaba su ambición hasta lasenciclopedias;«sulibro»,segúnéldecía,«eralavida».Noteníainconvenienteen reconocer que sus conferencias no se dirigían a los profesores de lasuniversidades, sino «al gran corazón del pueblo», según frase suya. Suejemplopodríainduciracreerqueelcorazóndelpuebloesindependientedesucabeza,porqueeslociertoque,apesardesutonteríaysucarácterramplón,las lucubraciones de Joseph Finsbury solían ser favorablemente acogidas.Citabaentreotras,congransatisfacción,eléxitodelaconferenciaquehabíadadoa losobrerossin trabajo,sobreel temasiguiente:Cómosepuedevivirdesahogadamenteconochentalibrasanuales.Laeducación,sufin,suobjeto,lehabíavalidoaJoseph,envariossitios, laconsideraciónrespetuosadeunamultituddeimbéciles.EncuantoasucélebrediscursoacercadeElsegurodevida en sus relaciones con lasmasas, dirigido a la Sociedad para laMejoraMutuade los trabajadores de la Isla de losPerros, produjo tal entusiasmo adichasociedad(locualhaceformarmuytristeideadelainteligenciacolectivade la misma) que al año siguiente eligieron a Finsbury como presidentehonorario. Este título no tenía en verdad nada de gratuito, puesto que suposeedordebíahacerundonativoanualalacajadelasociedad;peronoporesosesintiómenoshalagadoysatisfechoelamorpropiodelnuevopresidente.

Ahora bien, mientras Joseph iba labrando su reputación entre losignorantesdelaespeciecultivada,suvidadomésticaseviodeprontoturbadaporlapresenciadedoshuérfanos.LamuertedesuhermanomenorJamesleconvirtió en tutor de dos muchachos y en el curso de aquel mismo año seaumentó su familia con el aditamentodeuna señorita depoca edad, hija deJohn Henry Hazeltine, hombre de escasa fortuna y que al parecer no teníamuchosamigos.EltalHazeltinenohabíavistoaJosephFinsburymásqueunavez,enunasaladeconferenciasdeHolloway;peroalsalirdeallí,sefueenderechura a casa de su notario, y redactó un nuevo testamento, legando alconferencianteelcuidadodesuhijaasícomodelpequeñopatrimoniodeésta.Josephera en toda la extensiónde lapalabra, hombredebuenapasta; y sinembargo aceptó muy de mala gana esta nueva responsabilidad; puso unanuncio solicitando un aya y compró de lance, un cochecito de niño. Conmayorgastohabíaacogidoalgunosmesesantesasusdossobrinos,MauriceyJohn, y esto no tanto a causa de los lazos del parentesco, sino porque el

Page 5: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

comerciodecueros,enquenaturalmentesehabíaapresuradoacomprometerlastreintamillibrasdelafortunadesussobrinos,habíaempezadoamostrarinexplicablessíntomasdedecadencia. Inmediatamenteescogiócomogerentedelaempresaaunjovenescocésbastantelistoyapartirdeaquelmomento,JosephFinsburynovolvióadejarseatormentarporlafastidiosapreocupaciónde los negocios.Dejando su comercio y su hogar al cuidado del inteligenteescocés,emprendióun largoviajeporelcontinente,yextendiósuscorreríashastaelAsiaMenor.

Conunabibliapolíglotaenunamanoyunmanualdeconversaciónenlaotrarecorriósucesivamentecomarcasdedoceidiomasdistintos.Abusódelapaciencia de los intérpretes, a reserva de pagarles una justa remuneración,cuandonopodía obtener que le sirviesengratuitamente; y creo inútil añadirquellenóconsusobservacionesnumerososcuadernos.

En estas fructuosas consultas del gran libro de la vida humana empleóvariosañosynovolvióaInglaterrahastaquelaedaddesuspupilosexigiódesu parte nuevos cuidados. Los dosmuchachos habían sido colocados en uncolegio barato, se entiende, pero bastante bueno, donde habían recibido unasana educación comercial: demasiado sana tal vez, puesto que, dada lasituación en que se hallaba el comercio de los cueros, ésta hubiera ganadomuchoconnoserobjetodemuyprofundoexamen.

Lociertoesque,cuandoJosephsedispusoapresentarasussobrinossuscuentasdetutela,descubriócongranpesarquelaherenciadesuhermanonohabía crecido bajo su protectorado. Aun suponiendo que dejase a sus dossobrinoshastaelúltimocentavodesufortunapersonal,habíavistoconterrorquetendríaquedeclararundéficitdesietemilochocientaslibras.

Cuandotuvoquecomunicarestoshechosaamboshermanos,enpresenciadeunprocurador,MauriceFinsburyamenazóasutíocontodoslosrigoresdelaley;hastacreoquenohubieravacilado(apesardeloslazosdelasangre)enrecurriralasmedidasmásexcesivas,sinolohubiesecontenidoelprocurador.«¡Jamáslograráustedsacaraguadeunapiedra!»,ledijojuiciosamente.

Maurice comprendió la exactitud de esta frase proverbial y se resignó acelebrar un arreglo con su tío. Por una parte, renunciaba Joseph a cuantoposeíayreconocíaasusobrinounaparticipaciónimportanteenlatontinaqueempezabaaserunaespeculacióndelasmásserias.Porotra,secomprometíaMauriceamantenerasucostaasutíolomismoqueamissHazeltine(cuyomodesto patrimonio había desaparecido igualmente) y a suministrar a cadaunodeellosunalibraesterlinapormesparasusgastosmenudos.

Estasubvencióneramásquesuficientepara lasnecesidadesdelanciano,perocuestatrabajocreerquelapobrejoventuviesebastantecontanmodestasumaparavestirsedecentemente;sinembargo,loconseguíasabeDioscómo,

Page 6: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

y loqueesmásextrañoaún,nunca sequejaba.Porotraparte, tenía sincerocariñoasututor,apesardeloinútilqueeraésteparavelarporella.Almenosnuncasehabíamostradoduronimaloconsupupilay,despuésdetodo,teníanalgo de enternecedor la curiosidad infantil que le inspiraban todos losconocimientos inútiles y los goces inocentes que le procuraba el másinsignificantetestimoniodeadmiraciónqueseledispensase.Seacomoquiera,lociertoesque,aunqueelprocuradordeclarólealmenteaJuliaHazeltinequeelarregloconMauriceconstituíaparaellaunverdaderodespojo,laexcelentejovensenegóaagravarlasdificultadesdelbuenodeJoseph.Aconsecuenciadeestoentróelarregloenvigor.

MorabanjuntasestascuatropersonasenuncaserónsombríoylúgubredeJohnStreet,enBloomsbury,constituyendoalparecerunafamilia,aunqueenrealidadfuesenunaasociaciónfinanciera.Naturalmente,JuliayeltíoJosepherandosesclavos.John,absorbidocompletamenteporsupasiónporelbanjo,el café-concert, el trato con artistas y los periódicos deportivos, era unpersonaje condenado desde la cuna a no representar más que un papelsecundario. De estemodo todas las penas y todas las alegrías del poder seencontrabanenmanosdeMaurice.

Sabida es la costumbre que han tomado losmoralistas de consolar a losdébilesde espíritu asegurándolesque en toda la vida están compensadas laspenasylasalegrías,oconmuyescasadiferencia;pero,aunsinquererinsistirsobreel error teóricodeestapiadosamixtificación,puedoafirmarqueenelcasodeMauricelasumadeamargurasexcedíaenmuchoaladedulzuras.Eljoven no se evitaba ninguna clase de fatiga y tampoco se las evitaba a losdemás;éleraelquedespertabaa loscriados,elqueencerrababajo llavelassobrasdelascomidas,elqueprobabalosvinos,elquecontabalosbizcochos.Todoslossábados,conocasióndelarevisióndefacturas,temanlugarescenaspenosas;secambiabaconfrecuencialacocinerayamenudolosproveedores;sobrelaescaleradeservicio,yapropósitodeunadiferenciadecuatroperras,vertía todosurepertoriode injurias.Alosojosdeunobservadorsuperficial,MauriceFinsburysehubieraexpuestoapasarporunavaro;asuspropiosojoserasimplementeunhombreaquienhabíanrobado.LaSociedadledebía7800librasesterlinas,yestabaresueltoacobrárselas.

Peroen loquemásclaramentesemanifestabaelcarácterdeMauriceeraen su conducta con el tío Joseph, el cual era una inversión sobre la que eljoven tenía fundadas grandes esperanzas; así es que para conservarlo noretrocedíaantenada.Todoslosmeses,estuvieseonoenfermo,elviejoteníaquesufrirelexamenminuciosodeunmédico.Surégimen,susvestidos,susexcursiones, todoesoseloadministrabacomolapapillaalosniños.Apocoqueeltiempofuesemalo,prohibicióndesalir.Cuandohacíabuentiempo,eltío Joseph tenía que encontrarse en el vestíbulo a las nueve en punto de la

Page 7: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

mañana. Maurice veía si llevaba guantes y si sus zapatos no estabanagujereados; después de lo cual los dos hombres se iban al despacho, delbrazo. Paseo que, indudablemente, nada tenía de alegre, pues los doscompañeros no se tomaban la menor molestia en mostrarse mutuossentimientosamistosos.Mauricenohabíadejadonuncadereprocharasututorel déficit de las 7800 libras, ni de lamentarse de la carga suplementariaconstituida por miss Hazeltine, y Joseph, por buen hombre que fuese,experimentabahaciasusobrinoalgomuysemejantealodio.Yaunasí,laidanoeranadaencomparaciónalavuelta,pueslasimplevistadeldespacho,sincontartodoslosdetallesdeloqueallíocurría,hubiesebastadoparaenvenenarlavidadelosdosFinsbury.

El nombre de Joseph continuaba inscrito sobre la puerta, y era él quienconservabaaúnlafirmadeloscheques;perotodoaquellonoeramásquepuramaniobra política por parte de Maurice, destinada a desanimar a los otrosmiembros de la tontina. En realidad, Maurice era el que se ocupaba delnegocio de los cueros; y he de agregar que este negocio era para él unainagotablefuentededisgustos.Habíatratadodecederlo,perosólolehicieronproposicionesinaceptables.Intentóluegodarlemayorextensión,ysólologróaumentarlosgastos;porúltimo,sedecidióarestringirloyúnicamenteredujolas ganancias.Nadie había sabido jamás sacar un cuarto del negocio de loscueros, a no ser el inteligente escocés, que al despedirleMaurice, se habíainstalado en las cercanías deBanff y se había hecho construir una hermosacasadecampoconlosbeneficios.Mauricenodejabademaldecirniunsolodía la memoria de aquel escocés fullero, mientras sentado en su despacho,abría lacorrespondencia, teniendoalancianoJosephsentadoenunamesaallado aguardando órdenes con ademán huraño. La ira de Maurice subió depunto cuando el escocés llevó su cinismo hasta enviarle su esquela dematrimonioconDavida,lahijamayordelreverendoBaruchMacCraw.

Las horas de oficina habían quedado reducidas a la menor cantidadposible.PormuyprofundoquefueseenMauriceelsentimientodesusdeberes(para consigo mismo), este sentimiento no llegaba hasta inspirarle el valorsuficienteparapermanecermayornúmerodehorasentreloscuatromurosdesu despacho, donde la sombra de la bancarrota iba adquiriendo cada díamayores proporciones. Tras algunas horas de espera, patrón y empleadoslanzaban un suspiro, se desperezaban, so pretexto de cobrar fuerzas para elfastidiodeldíasiguiente.EntonceselcomercianteencuerosvolvíaaconduciraJohnStreetsucapitalviviente,cualsisetratasedeunperrodesalón.Hechoesto,ydespuésdedejarasutíoencerradoencasa,seibaaexplorarlastiendasde los chamarilleros, enbuscade sortijas con sello, que constituían laúnicapasióndesuvida.

EncuantoaJoseph,teníamásquelavanidaddeunhombre,puesteníala

Page 8: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

de un conferenciante. Confesaba que se había conducidomal, pormás queotros se habían conducido peor con él, especialmente el listo escocés. Perodeclaraba que, aun en el caso de haber mojado sus manos en sangre, nohubieramerecidoseguramenteserllevadodelamanocomounmocosuelo,nipermanecercomopresoeneldespachodesupropiacasadecomercio,nioírsincesarloscomentariosmásmortificantesacercadesuvidapasada,nisufrirtodaslasmañanasunarevistadesutraje,elcuelloylosguantes,niporúltimo,serpaseadoporlacalleniconducidoasucasacomounniñopequeñoporlamanodesunodriza.Alpensarentodoesto,sehenchíasualmadeveneno.Seapresurabaacolgarenunaperchaenelvestíbulo,susombrero,suabrigoysusodiososguantes,einmediatamentesubíaaunirseaJuliayseponíaamanejarsusfamososcuadernos.Porlomenos,elsalóndelacasasehallabaalabrigodeMaurice;pertenecíaalancianoyalajoven.Allícosíaéstasusvestidos;allíllenabadetintasusanteojosaltíoJoseph,entregadoporcompletoaladichade anotar hechos sin consecuencia o de consignar las cifras de estadísticasimbéciles.

Con frecuencia, mientras estaba en el salón con Julia, deploraba lafatalidadquehabíahechodeélmiembrodeunatontina.

—Anoserporesamaldita tontina—decía lamentándoseciertanoche—,Maurice no se cuidaría de guardarme. Entonces, Julia, podría yo ser unhombrelibreypodríaganarmefácilmentelavidadandoconferencias.

—¡Seguramente que le sería a usted muy fácil! —respondía Julia, queteníauncorazóndeoro—.EsunacobardíayunaacciónmuyfeadepartedeMaurice,privarleausteddeunacosaquelediviertetanto.

—Sí,hijamía, esun serdesprovistode inteligencia—exclamaba Joseph—.Figúrate lamagníficaocasiónde instruirseque tieneaquí tanamano,y,sinembargo,ladesprecia.Lasumadeconocimientosdiversosqueyopodríacomunicarle,queridaJulia,siconsintieseenescucharme,estangrande,quenohaypalabrasparahacértelacomprender.

—En todo caso, querido tío, procure usted no agitarse demasiado —ledecía con suavidad Julia—. Porque ya sabe usted que almenor síntoma demalestar,enviaránabuscaralmédico.

—Escierto,hijamía;tienesmucharazón—respondíaelanciano—.Voyatratardedominarme.Elestudiomedevolverálacalma.

Dichoesto,ibaabuscarsucoleccióndecuadernos.

—Yomepregunto—searriesgabaadecir—,yomepreguntosimientrastrabajasconlasmanos,noteinteresaríatalvezoír…

—¡Yalocreo!Meinteresaríamucho—exclamabaJulia—.Vamos,léame

Page 9: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

ustedalgunadesusobservaciones.

Inmediatamenteabríaelcuadernoy,asegurándoselosanteojosenlanariz,cual si el anciano quisiese impedir toda retracción posible por parte de suauditora,empezódelmodosiguiente,ciertanoche:

—Loquemepropongoleertehoy—diciendoestotosió,paraaclararlavoz— será, sime lo permites, las notas recogidas pormí después de unamuyimportante conversación con un empleado de correos asirio llamado DavidAbbas.Abbas,significaenlatínlomismoquecura,cosaquetalvezignores.Losresultadosdeestaconversación,compensanconexcesoloquemecostó,porquecomoAbbasparecíaimpacientarsealgoporlaspreguntasqueledirigíaacercadediversospuntosdeestadísticaregional,meviobligadoaconvidarleabeber.

Pero en elmomento enque, despuésde tosernuevamente, sedisponía acontinuar su lectura, entró Maurice violentamente en la casa, llamó convivacidadasutío,yunmomentodespuéspenetróenelsalónblandiendounperiódicodelanoche.

Yenverdad, traíaunagrannoticia.Elperiódicoanunciaba lamuertedeltenientegeneralsirGlasgowBeggar,caballerocomendadordelaordenindiade laEstrella y de la orden deSanMichael ySanGeorge.Esto significabapuraysencillamentequelatontinanocontabayasinodosmiembros:losdoshermanosFinsbury.AlfinparecíasonreírlasuerteaMaurice.

Noquieredecirestoquelosdoshermanosfuesennihubiesensidojamásgrandesamigos.CuandocirculólanoticiadelviajedeJosephalAsiaMenor.Mastermann,queerahombreaficionadoalacazayamantedelastradiciones,seexpresóconciertairritación.«¡Laconductademihermanoessimplementepoco decorosa!Acuérdense ustedes de lo que digo: ¡Acabará por ir al PoloNorte!¡EsunverdaderoescándaloparaunFinsbury!».Estasamargaspalabrashabían sido repetidas más tarde al viajero. Pero todavía recibió éste otraafrentamayor,puesMastermannsehabíanegadoaasistiralaconferenciaLaeducación, su fin, su objeto, su utilidad y su alcance, aunque le habíanreservadounsitiodehonor.Desdeentoncesnosehabíanvueltoaverlosdoshermanos.Peroporotraparte,jamáshabíanreñidoabiertamente,demodoquetodo inducía a creer que no sería difícil llegar a un acuerdo entre ambos.Joseph (por orden de Maurice) tenía que prevalerse de su situación dehermano menor, y Mastermann no había pasado nunca por avaro ni porhombredemalcarácter.¡Sehabían,pues,reunidotodosloselementosparauncompromisoentrelosdoshermanos!Asípues,aldíasiguiente,animadoporlaperspectivadepodercobraralfinsussietemilochocientaslibras,sepresentócomounatrombaeneldespachodesuprimoMichael.

MichaelFinsburyteníayaciertacelebridad.Lanzadodesdemuytemprano

Page 10: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

enlajurisprudenciaysindirección,habíallegadoaserespecialistaenasuntosdifíciles.Seleconocíacomoabogadodelascausasperdidas;sesabíaqueeracapazdeobteneruntestimoniodeunleño,odehacerproducirinteresesaunamina de oro. Por lo tanto, su bufete se veía constantemente sitiado por lainnumerablecastadelosquetienenaúnunátomodereputaciónqueperder,ysehallanapuntodeperderla;delosquehancontraídoamistadespeligrosas;delosquehandejadoextraviarsepapelesqueloscomprometen,odeaquéllosa quienes pretenden extorsionar sus antiguos criados. En la vida privada,Michael era un hombre aficionado a divertirse, pero su experienciaprofesional, le había inspirado por contraste, gran afición a los negociosproductivos y de escaso riesgo. Por último, y éste es un detalle nodespreciable,Mauricesabíaquesuprimohabíasiempreechadopestescontralahistoriadelatontina.

Se presentó, pues, aquellamañana a su primo, casi con la seguridad detriunfar, y empezó a exponerle febrilmente su plan.Le dejó el abogado, sininterrumpirle, insistirduranteuncuartodehora largo,acercade lasventajasevidentes de un compromiso que había de permitir a ambos hermanosrepartirseeltotaldelatontina.Porúltimo,Mauricevioasuprimolevantarsedesusillónyllamaraunempleado.

—¡Puesbien,Maurice—dijoMichael—,elasuntonomeconviene!

Envano insistióyhablóelnegocianteencueros,yvolvió todos losdíassiguientes para tratar de convencer a su primo. En vano le ofreció unabonificacióndemil,dosmil,tresmillibras.Envanoofreció,ennombredesutíoJoseph,contentarseconlatercerapartedelatontina,dejandoaMichaelyasupadrelasotrasdosterceraspartes.Elabogadolerespondíasiempre:

—¡Nomeconviene!

—¡Michael!—exclamó al finMaurice—, no sé qué es lo que pretendeusted,puesnorespondeniunasolapalabraencontrademisargumentos.Pormipartecreoquenotienemásobjetoquecontrariarme.

Elabogadosonrióconbenevolencia.

—En todo caso—dijo— hay una cosa que puede usted creer, y es queestoyresueltoanoaceptarsuproposición.Yaveustedquehoysoyunpocomásexpansivo,porqueeslaúltimavezquehemosdehablardeesteasunto.

—¡Laúltimavez!—exclamóMaurice.

—¡Sí, amigo mío! —respondió Michael—. No me es posible dedicarlemás tiempo.Yapropósito, ¿no tieneustednadaquehacer? ¿Marchapor sísoloelcomerciodecueros,sinnecesidaddequeustedseocupedeél?

—¡Veoquesóloseproponeustedcontrariarme!—gruñóMauricefurioso

Page 11: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—. Desde la infancia me ha tenido usted siempre mala voluntad y me hadespreciado.

—¡Quédisparate!¡Deningunamanera!¡Jamáshepensadoenodiarle!—replicó Michael en el tono más conciliador—. Al contrario, siempre le heprofesadoamistad.¡Esustedunindividuotanextraordinario, tan imprevisto,tanromántico,porlomenosenapariencia!

—¡Tiene usted razón! —dijo Maurice, sin escucharle—, es inútil quevuelvaporaquí,ymepropongoverasupadreenpersona.

—¡Oh,noleveráusted!—dijoMichael—.Noestávisibleparanadie.

—Quisierayosaberporqué—exclamósuprimo.

—¿Por qué? Nunca he ocultado el motivo: porque está demasiadoenfermo.

—Siestátanenfermocomoustedafirma—gritóMaurice—,razóndemásparaqueustedaceptemiproposición.¡Quieroverasupadre!

—¿Deveras?—preguntóMichael.

Dichoesto,selevantóyllamóasuempleado.

Entretantollegóelmomentoenque,segúnlaopinióndesirFaradayBond,el ilustre médico cuyo nombre conocen seguramente nuestros lectores, porhaberlovistoenlosperiódicos,elinfortunadoJosephFinsbury,puntodemiradelosafanesdeMaurice,debíatrasladarseaBournemouth,pararespirarairemáspuro.Ensucompañíaseinstalótodalafamiliaenaquelelegantedesiertopobladodevillas.Juliaestabaencantada,porque,enBournemouthsolíahacernuevas relaciones; John, por el contrario, estaba desolado, porque todos susgoces los teníaen laciudad;aJosephleeracompletamente indiferenteestarallí o en otro sitio, con tal de tener a mano una pluma, tinta y algunosperiódicos; en fin,Maurice estaba, en suma, bastante satisfecho, porque suestanciaenelcampolepermitíahacermenosvisitasasuoficinayledejabatiempoparareflexionarensusituación.

El pobre mozo estaba dispuesto a todos los sacrificios; lo único quedeseabaerarecobrarsudineroypoderenviarapaseoelcomenlodecueros.Entalsituacióndeánimo,ydadalamoderacióndesusexigencias,leparecíamuy extraño no poder convencer a su primo Michael. «¡SI por lo menospudieraadivinarlosmotivosqueleimpulsanarechazarmioferta!»,serepetíaa sí mismo, sin casar. En efecto, de día, paseándose por los bosques deBranksome,denoche,revolviéndoseen lacama,en lamesa,olvidándosedecomer, y en el baño no pensando en vestirse, siempre sentía su espírituasediadoporelmismoproblema:«¿PorquénoaceptaMichael?».

Alfin,selanzóunanochealahabitacióndesuhermano,aquiendespertó

Page 12: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

dándolefuertessacudidas.

—¿Quéhay?¿Quésucede?—preguntóJohn.

—Mañana se marcha Julia—respondióMaurice—. Vuelve a Londres aponer la casa en orden y buscar una cocinera. ¡Nosotros nos marcharemospasadomañana!

—¡Bravo!—exclamóJohn—.¿Yporqué?

—¡John,heresueltoelproblema!—replicógravementesuhermano.

—¿Quéproblema?—preguntóJohn.

—¡He descubierto por qué no acepta Michael mi compromiso! —dijoMaurice—. ¡No lo acepta porque no puede aceptarlo, porque nuestro tíoMastermannhamuerto,yélquiereocultarsumuerte!

—¡Diosomnipotente!—exclamóelimpresionableJohn—.¿Peroconquémotivo?¿Quéinteréspuedetenerenello?

—¡Impedirnoscobrarlosbeneficiosdelatontina!

—¡Perosinopuede!—replicóJohn—.Túpuedesexigirleuncertificadodelmédico.

—¿Y no has oído hablar nunca de médicos que se dejan sobornar?Abundantantocomolasfresasenlosbosques;hallaráscuantosquierasatreslibrasymediaporcabeza.

—¡Loqueesyo,sifueramédico,noloharíapormenosdecuarentalibras!—NopudomenosdedecirJohn.

—Así pues, Michael se propone explotarnos a nosotros —prosiguióMaurice—. Su clientela va disminuyendo y su reputación declina;evidentementetienealgunaintrigaentrecejayceja,porqueeltunanteesmáslistoqueCardona.Peroyonomemamoeldedo,yademástengodemipartelaventajadeladesesperación.Siendoniñoyhuérfano,mehanhechoperdersietemilochocientaslibras.

—¡Vaya, no me vengas con tu monserga de siempre! —le interrumpióJohn—.¡Yasabesquehasperdidomuchomásporquerertedesquitardeesapérdida!

II

EnqueMauricesedisponeaobrar

Page 13: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Algunos días después, el curioso lector (de F. de Boisgobey) hubierapodidoobservaralostresmiembrosmasculinosdeestatristefamilia,quesedisponíanatomareltrendeLondresenlaestacióndeBournemouth.

Conforme a lo que rezaba el barómetro, el tiempo debía ser variable, yJosephFinsbury llevabael trajepropiodedicha temperatura,conformea lasprescripcionesdesirFaradayBond,porquenohayqueolvidarqueesteilustregaleno no es menos rígido en lo relativo al vestido, que en lo referente alrégimenalimenticio.

Aunmeatrevoadecirquehaypocaspersonasdesaluddelicadaque,porlo menos, no hayan probado a conformarse con las prescripciones de sirFaradayBond.

«Evítenselosvinostintos,lacarnedecordero,laconfituradenaranjasyelpannotostado».

Además,diceasusenfermos:

«Acuéstese usted todas las noches a las oncemenos cuarto, y vístase defranela higiénica de pies a cabeza. Para la calle, no hay nada tan indicadocomolaspielesdemarta.TampocodebeusteddejarsedecalzarencasadelosseñoresDallyCrumbie».

Por último, después de cobrar la visita, sir Faraday no deja de llamar alclientepararecomendarledemodocategórico,enlapuertadesugabinete,quesiquierepreservarsuvida,seabstengadecomeresturióncocido.

Eldesdichado Josephestaba sometidoconespantoso rigor al régimendesir Faraday Bond. Aprisionaban sus pies las consabidas botas suizas; supantalón y americana eran de verdadero paño higiénico; su camisa era defranela,nomenoshigiénica(aunqueadecirverdad,nodelamáscara),ysehallaba envuelto en la inevitable pelliza de piel de marta. Los mismosempleadosdelaestacióndeBournemouthpodíanreconocerenaquelancianoa una víctima de sir Faraday, que, dicho sea de paso, enviaba a todos suspacientesaveranearenelmismopunto.EnlapersonadeltíoJosephnohabía,adecirverdad,másqueunsoloindiciodesusaficionesindividuales,asaber:unagorradeturistadeviserapuntiaguda.TodalaelocuenciadeMauricehabíasido inútil ante la obstinación del anciano en conservar aquel tocado que lerecordabalaterribleemociónqueexperimentóenotrotiempo,alencontrarseconunchacalmediomuertoenlasllanurasdeÉfeso.

Subieron los tres Finsbury en su vagón e inmediatamente empezaron adisputar, circunstancia insignificante, al parecer, pero que resultó ser, a untiempo, muy desdichada paraMaurice, y (me lisonjeo en creerlo así), muyfelizpara los lectores.Porque si envezde enredarse en ladisputa,Mauricehubiera tenido la ocurrencia de asomarse a la ventanilla, hubiera sido

Page 14: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

imposible escribir la presente novela.En efecto,Mauricenohubiera podidomenosdeobservarlaentradaenelandéndeunsegundoviajero,vestidoconeluniformedesirFaradayBond,yqueseinstalóenelvagóninmediato.Peroelpobremozotenía,asuparecer,algomásgravequepensar(¡ybiensabeDioscuántoseengañaba!)ymuchomásimportantequepasearseporelandénantesdeponerseeltrenenmarcha.

—¡Habrásevistocosaigual!—exclamóapenastomóasiento,reanudandouna discusión que, por decirlo así, no había cesado desde por lamañana—.¡Esechequenoesdeusted,esmío!

—¡Lleva mi firma! —replicó el anciano, con obstinación llena deamargura—.Tengoderechoparahacerconmidineroloquemedalagana.

El cheque en cuestión era uno de ochocientas libras queMaurice habíaentregadoasutíoduranteelalmuerzo,paraquelofirmase,yqueelancianosehabíaguardadobonitamente.

—¡Oyes,John!—dijoMaurice—.¡Habladesudinero! ¡Cuandohasta laropaquellevapuestamepertenece!

—¡Déjaletranquilo!—gruñóJohn—.¡Yamevaiscargandolosdos!

—¡Caballerito!—gritóJoseph—.Ésenoesmododignodetratarasutío.¡Estoyresueltoanopermitirquesemefaltemásalrespeto!¡Sonustedesunpar de tunantes, groseros en demasía, desvergonzados e ignorantes; y hedecididoponertérminoasemejanteestadodecosas!

—¡Carambita!—dijoelamableJohn.

PeroMaurice no tomó el asunto con tanta calma. El acto imprevisto deinsubordinación de su tío le había llenado de estupefacción. Las últimaspalabrasdelancianonoaugurabannadabueno.Secontentóconlanzaral tíoJosephmiradasinquietas,yacabópordecir:

—¡Estábien!YaarreglaremosesoenLondres.

ConmanotemblorosaabrióunnúmerodeElmecánicoinglésehizoalardedesumergirseenelestudiodeesteperiódico.

—¿Quémosca le habrá picado?—pensaba su sobrino—. ¡Este incidentenomehuelebien!

Diciendo esto se rascaba la nariz, indicio habitual en él de una luchainterior. Entretanto, corría el tren por aquellos campos, arrastrando suordinaria carga de seres humanos entre los que figuraba el anciano Joseph,absorto,alparecer,enlalecturadesuperiódico;aJohn,quemediodormitabaleyendolasanécdotasdeunperiódicocómico,yaMaurice,encuyocerebroseagitabaunmundoderesentimientos,sospechasyalarmas.Deestasuerte,

Page 15: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

fueeltrendejandoatráslaplayadeChrist-Church,Herne,consusbosquesdeabetos,Ringswoodyotrasestacionesmás.Conligeroretraso,quenadateníade anormal, llegó a una estación enmedio delBosqueNuevo, estación quedisfrazaréconelpseudónimodeBrowndean,paraelcasodequelaCompañíadelSuroestesesintiesemolestadapormisrevelaciones.

Se asomaron a las ventanillas numerosos viajeros, y precisamente entreellos,elancianoantescitado,ycuyasubidaaltrennohabíapodidoobservarMaurice. Permítaseme aprovechar la ocasión para dar aquí algunas brevesindicaciones acerca de este personaje, porque, en primer término, esto medispensará de volver a hablar de él y, además, porque creo que, durante elcursodemihistoria,nomeserádadoencontrarotropersonajetanrespetable.Sunombrenohacecaso,perosísumododevivir.EsteancianocaballerosehabíapasadolavidaviajandoporEuropay,alfinyalcabo,comotreintaañosdelecturadelCalignahi’sMessengerlehabíancansadolavista,habíavueltoaInglaterra repentinamente, para consultar a un oculista.Del oculista pasó aldentista,ydeéstealmédico,segúnlainevitablegradación.Porelmomento,nuestroancianoviajerosehallabaenmanosdesirFaradayBond;vestíaconarreglo al modelo higiénico ya citado, y, después del obligado veraneo enBournemouth, volvía aLondres para dar cuenta de su conducta al eminentegaleno.Eraunodeesosviejosinglesesramplonesymonótonos,conquiennoshemos codeado cien veces en las mesas de Colonia, de Salzburgo y deVenecia.TodosloshotelerosdeEuropaconocendememorialaseriecompletadesemejantesviajeros,y,sinembargo,simañanadesapareciesedeprontolaserieentera,nadienotaríasufalta.Elviajeroquenosocupa,enparticular,sedistinguíapor sudesconsoladora inutilidad.Antesdepartir,habíapagadosucuenta en Bournemouth. Todos sus bienes muebles, constituidos por dosbaúles,sehallabandepositadosenel furgóndeequipajes.Enelcasodequellegaseadesaparecerbruscamente,losbaúles,pasadoelplazoreglamentario,serían adjudicados a un judío como equipajes no reclamados; el ayuda decámaradesirFaradayBondseveríaprivadoafindeañodealgunoschelinesdepropina;todosloshotelerosdeEuropaecharíandever,porlamismafecha,unaligeradisminuciónensusbeneficios;yaestosereduciríatodo.

Talvezelviejocaballeroandaríarumiandoentresíalgoparecidoaloqueacabodedecir,porqueteníaunsemblantebastantemelancólicocuandoapartósucráneocalvodelaventanilla,mientrasqueeltrenpenetrababajoelpuente,consupenachodehumo,eibaluegodejandoatrás,conaceleradavelocidad,las espesuras y los claros del Bosque Nuevo, mas de pronto, a algunoscentenares de metros de Browndean, se paró el tren bruscamente. MauriceFinsburyoyórepetido rumordevocesyseprecipitóa laventanilla.Seoíanaullidosdemujeresyseveíanviajerosquesaltabanalavía,mientrasquelosempleadosdeltrenlesgritabanquenoselevantasendesusasientos.Despuésempezó el tren a retroceder lentamente hacia Browndean; y unminutomás

Page 16: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

tarde, todos aquellos diversos ruidos se confundieron con el silbidoapocalípticoyelchoqueterribledelexpreso,queveníaensentidoopuesto.

Maurice no oyó el ruido final de la colisión. ¿Había, tal vez, perdido elconocimiento? Sólo conservaba un vago recuerdo de haber visto, como ensueños,caeryvolcarsesuvagón,hechopedazos,comouncastillodenaipes.Ylaverdadesque,cuandovolvióensí,yacíaentierrayteníaencimadelacabeza un cielo plomizo y feo, cuya vista le hacíamucho daño. Se llevó lamanoalafrente,ynofuepocasusorpresaalverlateñidadesangre.EnelairevibrabaunzumbidointolerablequeMauricesupusoquedejaríadeoírcuandohubiesevueltoensíporcompleto.Eracomoelruidodeunafraguaenacción.

Movidoporelaguijóninstintivodelacuriosidad,seincorporóenseguida,sesentó,ymiróentornosuyo.Enaquelsitioformabalavíaunbruscorecodo,yMauricedivisóen tornosuyo los restosdel trendeBournemouth.Losdelexpresodescendenteestaban,ensumayorparte,ocultos tras losárboles;sinembargo,entrelasnubesdenegrovapor,pudoverMauriceloquequedabadelasdosmáquinas,unaencimadeotra.Alolargodelavía,seveíanindividuosque corrían acáy allá gritandoygesticulando; otrosyacían inmóviles comovagabundosdormidos.

Depronto,tuvoMauriceunaidea:

«¡Ha habido un accidente!», pensó, y la conciencia de su perspicacia loreanimó en parte. Casi en el mismo instante, se fijaron sus ojos en John,tendidoasuladoyhorriblementepálido.

—¡Pobre chico! ¡Pobre camarada! —exclamó volviendo a encontrarseaquellaviejapalabraescolar.Inmediatamente,coninfantilcariño,cogióentrelas suyas lamanode suhermano.Gracias a este contacto,no tardó Johnenabrir los ojos, se sentó sobresaltado y movió los labios sin poder articularpalabra.

—Alfin—exclamóconvozdefantasma—.¡Otra!¡Otra!

Persistíandeunmodointolerableelruidodefraguayhumo.

—¡Huyamos de este infierno! —exclamó Maurice. Y ayudándosemutuamente, ambos jóvenes se pusieron de pie, estiraron sus miembros ycontemplaronlaescenafúnebrequelesrodeaba.

Enelmismoinstanteseacercóaellosungrupodepersonas.

—¿Están ustedes heridos? —les gritó un hombrecillo de rostro pálido,bañadoensudor,yque,a juzgarpor lamaneracomodirigíaelgrupo,debíaserevidentementeunmédico.

Maurice le enseñó su frente, y el hombrecillo, después de encogerse dehombros,lealargóunfrascodeaguardiente.

Page 17: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Tomeusted,bebausteduntragoypaseenseguidaelfrascoasuamigo,queparece tenermásnecesidadqueusted! ¡Después, sígannosustedes,pueshaymuchoquehacer,yhacefaltaquetodoelmundonosayude!¡Almenospodránustedesservirparairabuscarcamillas!

Apenas se alejaron el médico y su séquito,Maurice, bajo la vivificanteinfluenciadelaguardiente,acabódevolvercompletamenteensí.

—¡Diosmío!—exclamó—.¿YeltíoJoseph?

—¡Esverdad!—dijoJohn—.¿Dóndedemoniosehabrámetido?Nodebeestarmuylejos,yesperoqueelpobreviejonohabrásalidomuydescalabrado.

—¡Ayúdameabuscarlo!—dijoMauriceconacentodeferozresolución.

Despuésexclamóvivamente,contonogemebundoyamenazandoalCielo:

—¿Ysihubieramuerto?

Ambos hermanos corrían acá y acullá, examinando los rostros de losheridosyrevolviendolosmuertos:deestasuertehabíanidopasandorevistaaunasveintepersonas,sinhallartrazasdeltíoJoseph.Notardaronenllegaralcentrodelchoque,dondecontinuabanlasdosmáquinasvomitandohumoconensordecedorestruendo.Eraaquélunpuntode lavíaadondeelmédicoysucortejonohabían llegadoaún.Elsuelo,sobre todoenel linderodelbosque,estaballenodeasperezas:aquíseveíaunfoso,alláunmontículocoronadoporunasmatas.Enaquelsitiopodíahabervarioscuerposocultos;losdosjóvenessobrinosloexploraroncomohábilessabuesos.

Maurice, que iba delante, se detuvo y extendió el índice con trágicoademán.Johnsiguióladireccióndeldedodesuhermano.

Enelfondodeunhoyodearenayacíaalgoquehabíadebidoserenotrotiempo un ser humano. El rostro estaba horriblemente mutilado, siendoabsolutamenteimposibleidentificarelcadáver;perolosdosjóvenesnoteníannecesidad de reconocer el rostro. El cráneo calvo, sembrado de escasoscabellos blancos, la pelliza de marta, el paño y la franela higiénicos—porúltimo, hasta las botas suizas de los señores Dall y Crumbie—, todoatestiguabaqueaquelcuerpoeraeldesutíoJoseph.Sólofaltabalagorradeviserapuntiaguda,quedebióhaberseextraviadoenelcataclismo.

—¡Pobre viejo! —dijo John, con cierta verdadera emoción—. Daría debuenaganacincuentapesosporquenolohubiéramosembarcadoenestetren.

DemuydistintogéneroeralaemociónqueseleíaenelrostrodeMaurice,mientrasexaminabaelcadáver.Pensabaenaquellanuevaysupremainjusticiadel destino. Siendo niño y huérfano le habían robado sietemil ochocientaslibras;sehabíametidoalafuerzaenunnegociodecuerosquenomarchabamuybien; lehabíanechadoencima lacargademissJulia,ysuprimohabía

Page 18: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

proyectado despojarle del beneficio de la tontina. Todo lo había soportado,casipodíadecircondignidad,y¡ahoralematabanasutío!

—¡Pronto!—dijoasuhermano,convozanhelante—;cógeledelospies;esprecisoque le ocultemos en el bosque, puesnoquieroque lo encuentrenotros.

—¡Vayaunabroma!—exclamóJohn—;¿yparaqué?

—¡Haz lo que te digo!—replicó Maurice, cogiendo el cadáver por loshombros—.¿Quieresquemelolleveyosolo?

Sehallaban en el linderodel bosque; con sólodardiezodocepasos, sehallaron a cubierto; y, un pocomás lejos, depositaron su carga en un claroarenoso;despuésdeestoseincorporaronycontemplaronmelancólicamenteelcadáver.

—¿Quépiensashacerconél?—murmuróJohn.

—¡Naturalmente,enterrarlo!—respondióMaurice.

Dichoesto,abriósunavajayempezóahacerunagujeroenlaarena.

—¡Jamáslograrásnadacontunavaja!—ledijosuhermano.

—¡Sinoquieresayudarme,miserablecobarde—aullóMaurice—,vetealdemonio!

—¡Es una locura ridícula—dijo John—, pero no quiero queme puedasacusardecobarde!

Diciendoesto,empezóaayudarasuhermano.

Elsueloeraarenosoyligero,peroestabacruzadoentodasdireccionesporraícesdeabeto.Losdosjóvenesseensangrentaroncruelmentelasmanos.Trasunahorade trabajoheroico,sobre todoporpartedeMaurice,apenashabíanahondadounasnuevepulgadas.Malobien,allímetieronelcuerpo,echándoleencima arena y más arena, que tuvieron que traer de otros sitios con grantrabajo. Desgraciadamente, por uno de los extremos del lúgubre túmulocontinuabansaliendodospiescalzadosconlasbrillantesbotassuizas.

Perotantopeor.Losnerviosdelosdosenterradoresnopodíanresistirmás.Maurice mismo no tenía ya fuerzas. Como dos lobos, ambos hermanos serefugiaronenunaespesuravecina.

—¡Hemoshecholomejorquepodíamos!—dijoMaurice.

—Y ahora —respondió John—, ¿me harás el favor de decirme quésignificaesto?

—¡Afemía—exclamóMaurice—,sinolocomprendesportimismo,me

Page 19: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

serádifícilhacértelocomprender!

—¡Oh! ¡Supongo que será algo referente a la tontina!—replicó John—.¡Peroteaseguroqueespuralocura!¡Latontinaestáperdida,yseacabó!

—¡Te repito que el tío Mastermann ha muerto! ¡Lo sé! ¡Oigo una vozinteriorquemelodice!

—¡Sí,yeltíoJosephhamuertotambién!—dijoJohn.

—¡Siyonoquieronohamuerto!

—¡Pues bien —dijo John—; admitamos que el tío Mastermann hayamuerto!Enestecaso,notenemosmásquedecirlaverdadyobligaraMichaelaquehagaotrotanto.

—¿TefigurasqueMichaelesunimbécil?—dijoirónicamenteMaurice—.Nopuedescomprenderquehaceyaañosqueestápreparandoelgolpe.Todolotienedispuesto: laenfermera,elmédicoyelcertificadodedefuncióncon lafechaenblanco.Apuestoaquesirevelamosloqueacabadesuceder,dentrodedosdías sabemos lamuertedenuestro tíoMastermann.Perooyebien loquetedigo,John.LoqueMichaelpuedehacer,puedoyohacerlotambién.Siél puede armar un infundio, yo puedo armar otro. Si su padre ha de vivireternamente,tejuroporDiosvivo,quemitíovivirádelmismomodo.

—¿Yentodoestoquépapeldesempeñalaley?—preguntóJohn.

—¡Unhombredebeteneraveceselvalordeobedecerasuconciencia!—respondióMauricecondignidad.

—¡Pero supongamos que te equivocas! ¡Supongamos que el tíoMastermannestáenvidaysehallasanocomounamanzana!

—Enestecaso—respondióMaurice—,nuestrasituaciónnoseríapeorqueantes.¡Enrealidadesmejor!EltíoMastermanntienequemorirundíauotronecesariamente.MientraseltíoJosephestabaenvida,teníaquemorirasuvezundíauotro,alpasoqueahoranotenemosquetemersemejantealternativa.La combinación que propongo no tiene límites. ¡Puede durar hasta el juiciofinal!

—¡Si por lo menos supiera en qué consiste tu combinación! —suspiróJohn—;pero¡yasabesquehassidosiempreunterriblesoñador!

—¡Quisiera saber cuándo he sido yo soñador! —exclamó Maurice—.¡PoseolamáshermosacoleccióndesortijasconselloqueexisteenLondres!

—¡Sí,peroolvidaselnegociode loscueros!—añadióelotro—.¡Nomepodrásnegarqueesunverdaderobuñuelo!

Maurice dio en aquellas circunstancias una prueba muy notable del

Page 20: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

dominiodesímismo;noseofendióporlaalusióndesuhermano.Nisiquierarespondióaella.

—Porloquehacealasuntoqueahoranosocupa—repuso—,unavezquetengamos a nuestro tío en nuestra casa de Bloomsbury, estaremos libres decuidados. Lo enterraremos en la bodega, que parece hecha a propósito paraello;entoncesnotendrémásquehacersinoecharmeabuscarunmédicofácildesobornar.

—¿Yporquénoledejamosaquí?—preguntóJohn.

—Porque necesitamos tenerle a mano cuando llegue su hora —replicóMaurice—. ¡Y además, porque no conocemos este país! Este bosque puedemuy bien ser un paseo favorito para los enamorados.No sueñes a tu vez ypiensa, conmigo, en resolver la única y verdadera dificultad con que ahoraluchamos. ¿Cómo podremos transportar el cuerpo de nuestro tío aBloomsbury?

Propusieron ambos hermanos varios planes, que fueron discutidos yrechazados.Nohabíaquepensar,naturalmente,enlaestacióndeBrowndean,queenaquelmomentodebíaseruncentrodecuriosidadychismorreosiendoasíqueloesencialeraenviarelcuerpoaLondressinquenadiesospechaseunapalabra. Johnpropuso tímidamente un tonel de cerveza. Pero las objecioneseran tan patentes, queMaurice ni siquiera tuvo que expresarlas. Nomenosimpracticable resultaba lacompradeuncajóndeembalar.¿Paraquépodíannecesitarsemejantecajadoscaballerosquenoteníanequipaje?

—¡No, no! ¡Estamos tocando el violón! —dijo Maurice—. Hay queestudiar la cosa con más cuidado. Figúrate —repuso tras un momento desilencio,yhablandoconfrasesentrecortadas,comosipensaseenvozalta—,figúrate que alquilamos una casa de campo por unmes. El que alquila unacasasemejante,puedecomprarunacajadeembalarsinquellamelaatención.Figúrate,además,quealquilamoslacasahoymismo,queestatardecomprolacaja y que, mañana por la mañana, la llevo en una carretilla de mano, yomismo en persona, a Ringwood, a Lyndhurst o a cualquiera otra estación.Nada nos impide poner encima la siguiente inscripción: Muestras. ¿Qué teparece,Johnny?¡Creoqueestavezhepuestoeldedoenlallaga!

—Enverdadmeparecerealizable—contestóJohn.

—Excusado es decir que tomaremos seudónimos. ¡Sería una locuraconservar nuestros verdaderos nombres! ¿Qué te parece, por ejemplo,«Mastermann»?¡Tieneciertocaráctermajestuoso!

—¡Bah!¡NoquierollamarmeMastermann!Puedesguardarloparatisi teagrada.Por loqueamíhace,me llamaréVance, elgranVance:«¡Sin falta,seisúltimasnoches!».¡Estosíqueesunseudónimo!

Page 21: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Vance!—exclamóMaurice—;unnombre de payaso. ¿Te figuras queestamos representando una pantomima para distraernos? ¡Nadie puedellamarseVance,comonoseaenuncafécantante!

—¡Precisamenteporesomeagradaestenombre!—respondióJohn—.Ledaaunociertocarácterdeartista.Portuparte,puedesllamartecomoquieras.¡YomeatengoaVance,ydeahínadiemesaca!

—¡Perohayotraporcióndenombresdeteatro!—dijoMaurice,contonosuplicante—.Leybourne,Irving,Brough,Toole…

—¡ElúnicoquemeagradaesVance!¡Canastos!—respondióJohn—.¡Semehametidoenlamolleratomarestenombre,ynohaymásquehablar!

—¡Estábien!—dijoMaurice,quecomprendíaquetodossusesfuerzossehabríandeestrellarcontralaobstinacióndesuhermano—.¡Meresigné,pues,allamarmeRobertVance!

—¡Yyo seréGeorgeVance!—exclamó John—. ¡El único, el verdaderoVance!¡Música,maestro!

Despuésdearreglarcomomejorpudieroneldesordendesutraje,losdoshermanosvolvierondandounrodeoaBrowndean,afindecomerydepoderalquilarunavilla.Nosiempreescosafácildescubririnmediatamenteunacasaamuebladaenunsitioquenosuelen frecuentar los forasteros.Pero labuenasuertedenuestroshéroeslesdeparóauncarpinteroviejoymássordoqueunatapia,quepodíaalquilarlesunacasa.Estaúltima,situadaakilómetroymediode toda vecindad, les pareció tan apropiada para lo que deseaban, que aldivisarla no pudieron menos de cambiar una mirada de inteligencia. Sinembargo, vista de cerca, no dejaba de presentar inconvenientes. En primertérmino,porsuposición,porqueestabasituadaenunahondonada,quehabíasido antes, seguramente, un pantano, y como estaba rodeada de árboles portodos lados no debía ser muy clara aun en pleno día. Cubrían las paredesplacas verdosas, cuyo sólo aspecto era una amenaza de enfermedad. Lashabitaciones eran pequeñas, los techos bajos y el mueblaje de lo másprimitivo; reinaba en la cocina cierto perfume de humedad, y el únicodormitorioquehabíanoposeíamásqueunacama.Mauriceafindeobteneralgunarebaja,hizonotaralcarpinteroesteúltimoinconveniente.

—¡Caramba!—replicóelbuenhombre,cuandollegóalfinaenterarse—,¡sinosonustedescapacesdedormirlosdosenlamismacama,haríanbienenalquilaruncastillo!

—¡Además —continuó Maurice—, no hay agua! ¿Cómo haremos paratenerla?

—¡Nohaymásque llenarestoen la fuentequeestáahí adospasos!—

Page 22: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

respondió el carpintero posando sumanaza sucia y negra en un tonel vacíocolocadoenlapuerta—.¡Mireusted,aquíhayuncuboparairalafuente!¡Enverdadestoconstituyeunadistracción!

Mauriceguiñóasuhermanoyprocedióalexamendelbarril.Estabacasinuevo y parecía sólidamente construido. Si no hubieran estado resueltos deantemano a alquilar la casa, el tonel hubiera bastado para decidirles.Quedóinmediatamentecerradoeltratoypagadoelprimermesdealquiler.UnahoradespuéshubieraellectorpodidoveraloshermanosFinsburyquepenetrabanen su amable cottage con una lámpara de alcohol, que debía servirles decocina; una enorme llave, símbolo de su dominio, un respetable pedazo delomodecerdoyunlitrodelwhiskymásmalodetodoHampshire.Sopretextode que eran pintores paisajistas habían alquilado para el día siguiente unaligeraperosólidacarretillademano,demodoquecuandotomaronposesiónde su nuevamorada, pudieron decir con justicia que habían vencido lomásgravedeladificultad.

Johnsededicóaprepararelté,mientrasqueMaurice,afuerzadeexplorarlacasa,habíatenidolasuertedeencontrarlatapaderadeltonelenunodelosanaqueles de la cocina. ¡Elmaterial de embalaje estaba, pues, completo!Afaltadepaja, lasmantasde la camapodíandesempeñaranálogopapel eneltonel;despuésdetodo,dichasmantasestabantansuciasquelosdoshermanosnopodíanpensar en emplearlas en cosamejor.Maurice, al ver allanarse losobstáculos,sesintiópenetradodeunsentimientomuyparecidoalaexaltación.

Sinembargo,habíaaúnunadificultadnopequeñaquevencer:¿consentiríaJohn en quedarse solo en la casa? Maurice vaciló largo tiempo antes deatreverseaproponérselo.

Seacomoquiera,amboshermanossesentaronconverdaderobuenhumora la mesilla de madera blanca y atacaron vigorosamente el lomo de cerdo.Mauriceestabasatisfechoconeltriunfoquehabíaconseguidodescubriendolatapadera;yelgranVancesecomplacíaenaprobarlaspalabrasdesuhermano,pegandoacompasadamenteconelvasoenlamesa,comosuelehacerseenloscaféscantantes.

—¡El negocio está arreglado!—exclamó al fin—. ¡Ya te había yodichoqueloqueconveníaparaenviarelbultoerauntonel!

—Sí;esverdad,¡teníasrazón!—repusoMaurice,creyendoquelaocasiónseprestabaapreparara suhermano—.Peroeselcasoqueseráprecisoquepermanezcas aquí hasta que yo te avise. Yo diré que el tío Joseph se haquedadoenelBosqueNuevoparadescansarunpocoyrespirarairesaludable.Es posible que volvamos juntos a Londres; jamás podríamos explicar laausenciadenuestrotío.

Page 23: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Johncambióinmediatamentedetono.

—¡Eh, niño, no me vengas con eso! —declaró—. Si quieres te puedesquedartúenesteagujero.¡Loqueesyo,nipensarlo!

Mauricesintiósubírseleloscoloresalacara.AtodotranceeraprecisoqueJohnaceptaseelquedarse.

—¡Te ruego, Johnny—dijo—,que recuerdesel importede la tontina!Sitriunfotendremoscadaunoveintemillibrasyhastamuycercadetreintamilconlosintereses.

—Sí,pero¿ysifracasas?¿Quésucederáenesecaso?

—Yomeencargaréde todos losgastos—declaróMaurice trasuna largapausa—.¡Noperderásniuncentavo!

—¡Vamos!—dijo John riendoestrepitosamente—,si túcargascon todoslosgastosymedaslamitaddelasganancias,consientoenquedarmeaquíundíaodos.

—¡Undíaodos!—exclamóMaurice,queempezabaaimpacientarseylecostaba trabajo contenerse—. ¡Vamos, creo que harías algo más por ganarcincolibrasenlascarreras!

—¡Sí, tal vez! —respondió el gran Vance—, pero eso depende de mitemperamentodeartista.

—¡Eso significa simplemente que tu conducta es monstruosa!—repusoMaurice—.¡Tomoamicargotodoslosriesgos,pagotodoslosgastos,tedoylamitad de los beneficios y te niegas a imponerte lamenor privación paraayudarme!¡Esonoestábiennimuchomenos!

LaviolenciadeMauricenodejódehaceralgunaimpresiónenelexcelenteVance.

—Perosupongamos—dijoéstealfin—quevivenuestrotíoMastermannyque vivirá aún diez años. ¿Habré yo de estar aquí pudriéndome todo esetiempo?

—¡Hombre,no,claroqueno!—repusoMauricecontonomásconciliador—.Tepidoúnicamenteunmescomomáximum.¡SialcabodeunmesnohamuertonuestrotíoMastermann,podráslargartealextranjero!

—¡Al extranjero! —repitió vivamente John—. ¡Hombre, y por qué nolargarme ahora enseguida! ¿Quién te impediría decir que tío Joseph y yohemosidoareponemosenParís?

—¡Vamos,nodigaslocuras!—respondióMaurice.

—Hombre, después de todo, reflexiona un poco y echa una mirada en

Page 24: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

tomo tuyo —dijo John—. ¡Esta casa es una verdadera pocilga, lúgubre yhúmeda!¡Túmismodeclarabashacepocoqueerahúmeda!

—¡Sí, pero se lo decía al carpintero—observóMaurice— para obteneralguna rebaja!Adecirverdad, ahoraqueestamosdentro,deboconfesarquelashaypeores.

—¿Yquéserádemí?—gimió lavíctima—.¿Podréa lomenos invitaraalgúncamarada?

—QueridoJohn,sinocreesquelatontinamereceunligerosacrificio,dilodeunavezylomandotodoapaseo.

—¿Porlomenosestássegurodelascifrasquemehasdicho?—preguntóJohn—.¡Ea!—prosiguió,lanzandounprofundosuspiro—,cuidadeenviarmeregularmente el Léame usted y todos los periódicos satíricos. ¡A fe mía,adelanteconlosfaroles!

A medida que avanzaba la tarde, la dichosa casita recordaba másíntimamentesupantanonatal;ibasintiéndoseentodaslashabitacionesunfríoespeluznante; la chimenea echaba humo, y pronto una ráfaga de aire hizoentraren lahabitación,porentre lashendidurasde laventana,unverdaderochubasco. Por momentos, cuando la melancolía de los dos inquilinosamenazabatrocarseendesesperación,Mauricedestapabalabotelladewhisky.John acogió al principio con júbilo esta distracción, pero el placer no durólargo tiempo. He dicho antes que el tal whisky era el más malo de todoHampshire;sólolosqueconocenestacomarcapuedenapreciarelvalorexactodeestesuperlativo.Alfin,elmismogranVance,quenoerasinembargomuyexpertoenlamateria,notuvovalorparaacercarasuslabioslanauseabundabebida. Imagínese, por añadidura, la invasión de las tinieblas, débilmentecombatidas por una candela que se empeñaba en arder sólo en parte, y secomprenderáque,repentinamente,dejaseJohndesilbar,metiéndoselosdedosenlaboca,ejercicioaqueseentregabahacíaunahorapara tratardeolvidarlosgocesdelarte.

—¡Jamás podré estar aquí un mes! —declaró—. ¡Nadie sería capaz deello!¡Tucombinaciónesunalocura,Maurice!¡Vámonosdeaquíenseguida!

Fingiendo admirable indiferencia, Maurice propuso a su hermano unapartida de tejo. ¡A qué concesiones tiene a veces que descender undiplomático!Era éste por otra parte el juego favorito de John (los demás leparecíandemasiadointelectuales)yjugabacontantasuertecomodestreza.Elpobre Maurice, por el contrario, echaba mal las monedas, tenía una malasuertecongénitayademáspertenecíaaesaespeciedejugadoresqueseirritancuandopierden.Peroaquellanocheestabadispuestodeantemanoatodaclasedesacrificios.

Page 25: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Aesodelassiete,Maurice,despuésdeatrocestorturas,habíaperdidodecincoaseischelines.Aunteniendoalavistalaperspectivadelatontina,eraaquello el límite de lo que podía soportar. Prometió desquitarse otra vez yentretantopropusounaligeracolaciónacompañadadeungrog.

Y cuando ambos hermanos hubieron terminado este últimoentretenimiento, llegó la hora de ponermanos a la obra.Habían vaciado eltonel;lollevaronrodandohastaelhogar,losecaronconesmeroy,hechoesto,ambos hermanos salieron en medio de la más densa oscuridad, para ir adesenterrarasutíoJoseph.

III

Elconferencianteenlibertad

Los filósofos deberían, ciertamente, tomarse el trabajo de investigar conseriedad si los hombres son o no capaces de acostumbrarse a la dicha. Lociertoesquenopasaunmessinquealgúnhijodebuenafamiliahuyadesucasa para alistarse en un barcomercante, o unmaridomimado tome las deVilladiego para irse a Texas con su cocinera. Se ven a veces pastores quehuyen de sus feligreses y hasta se suele hallar algún juez que abandonevoluntariamentelamagistratura.

EntodocasonoseextrañaráellectorsiledigoqueJosephFinsburyhabíameditadovariosproyectosdeevasión.Eldestinodeaquelexcelenteanciano—novaciloendeclararlo—norealizabaelidealdelafelicidad.SeguramenteMaurice, a quien con frecuencia he tenido ocasión de encontrar en elMetropolitano, es un caballero muy estimable; pero no me atrevería aproponerlocomomodelodesobrinos.PorloquehaceasuhermanoJohn,eranaturalmente un buen muchacho; pero si cualquiera de ustedes no hubieratenidootracosaque le retuvieraensuhogarmásquesupersona,mefiguroque no hubieran ustedes tardado en acariciar el proyecto de emprender unviajealextranjero.EsverdadqueelancianoJosephteníaunlazomássólidoquelapresenciadesusdossobrinospararetenerleenBloomsbury;yestelazonoeraciertamente,comopudierasuponerse,lacompañíadeJulia(aunqueelancianoqueríabastanteasupupila),sinolaenormecoleccióndecuadernosdenotas en que había concentrado su vida entera.El que el anciano Joseph sehubiese resignado a separarse de aquella colección es una circunstancia quehablamuypocoenfavordelasvirtudesfamiliaresdesusdossobrinos.

Sí,latentacióndelafugadatabayadevariosmesesenelalmadeltío,ycuandoéstesehallódeprontoenposesióndeunchequedeochocientaslibras

Page 26: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

pagaderoasunombre,latentaciónseconvirtióinmediatamenteenresoluciónformal. Se guardó el cheque que, para un hombre tan frugal como él,representabalariquezaysepropusodesaparecerentrelamultitudalallegadadeltrenaLondres,obien,sinoloconseguía,escaparsedelacasadurantelanocheydisiparsecomounsueñoentrelosmillonesdehabitantesdelacapital,talerasuproyecto;perolacoincidenciaparticulardelavoluntaddeDiosydeun error del guardagujas hizo que no tuviese que esperar tanto tiempo pararealizarlo.

Despuésdelacatástrofeferroviaria,fueunodelosprimerosenvolverensíyponersedepie,ynobienhubodescubiertoelestadodepostracióndesusdossobrinos,cuandoaprovechandosubuenasuerte,pusopiesenpolvorosa.Un hombre de setenta años cumplidos, que acababa de ser víctima de unaccidente de ferrocarril y que además tiene la desgracia de verse abrumadoconeluniformecompletode losclientesdesirFaradayBond,noesposiblequecorracomounaliebre,perocomoelbosqueestabaadospasosyofrecíaalfugitivo un asilo siquiera temporal, se metió en él con celeridad pasmosa.Comoelbuenviejosesentíaalgomolidodespuésdelasacudida,setendióentierra en medio de la espesura, y no tardó en quedarse profundamentedormido.

Los caminos de la Providencia ofrecen con frecuencia al observadordesinteresado un espectáculo de losmás divertidos. Confieso que no puedomenosde sonreír alpensarque,mientrasMauricey John seensangrentabanlas manos para enterrar en la arena el cuerpo de un hombre que nada lestocaba,subuentíodormíaapiernasueltaaunoscienpasosdeellos.

Ledespertóelagradablesonidodeunatrompaquesonabaenlacarreterainmediata, por donde pasaba un mail-coach que conducía a un grupo deturistas. El sonido regocijó el viejo corazón de Joseph, y guio además suspasos,desuertequeno tardóenhallarseasuvezen lacarretera,mirandoaderechaeizquierdabajolaviseradesugorraypreguntándosequéharíadesupersona.Notardóenoírsealolejosruidosderuedas,yJosephvioacercarseuncarromatocargadodebultos,guiadoporuncocherodeaspectobenévoloyque llevaba pintado en ambos lados el siguiente letrero: «J. Chandler,carretero». ¿Obedeció Joseph a un vago e imprevisto instinto poético alconcebirlaideadecontinuarsuevasiónenelcarromatodelseñorChandler?Másbienmeinclinoacreerqueobedecióaconsideracionesdecaráctermásesencialmentepráctico.Elviajelesaldríabaratoy,hastatalvez,conunpocode astucia, lograría hacerlo de balde. Había, sin embargo, la perspectiva decogerfríoenelpescante,pero,despuésdevariosañosdeguantesydefranelahigiénica, el corazónde Joseph sentía vivas ansias de exponerse a coger uncatarro.

Elcarreterodebióquedartalvezalgosorprendidoalhallarenunsitiotan

Page 27: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

solitariodelacarreterauncaballerotanviejo,tanextrañamentevestidoyquelesuplicabacontantaamabilidadquesedignasedarleacogidaenelpescantede su carruaje. Pero el carretero era, en efecto, un buen hombre que sealegrabasiempredepoderhacerunfavor;asípues,acogióconmuchogustoaltío Joseph. Además, como consideraba la discreción regla esencial de lacortesía,seabstuvodehacerlelamenorpregunta.

Porotraparte,elseñorChandlernoeramuyhablador;peroapenassepusodenuevoenmarchaelcarromato,cuandoeldignocarreterotuvoquesufrirelinesperadochoquedeunaconferencia.

—Lamezcla de cajas y paquetes que contiene su carro de usted—dijoinmediatamenteelforastero—,asícomolaexcelenteyeguaflamencaquenosconducemehacenconjeturarqueejerceustedelempleodecarretero,enesegransistemadetransportespúblicosqueapesardetodassusdeficiencias,sonlahonradenuestropaís.

—Sí, señor—respondió vagamente el señor Chandler, que no sabía enrealidad lo que debía responder—. Pero el establecimiento de los paquetespostaleshahechomuchodañoalosdenuestrooficio.

—Soyunhombrelibredepreocupaciones—continuóJosephFinsbury—.Enmi juventudbehechonumerososviajes,y jamáshallabanadademasiadopequeñoparamicuriosidad.Enmisviajespormarheestudiadolosdiferentesnudosmarinosyheaprendidotodoslostérminostécnicos.EnNápolesaprendíaguisarlosmacarrones;enCannesmepusealcorrientedelafabricacióndefrutas confitadas. Jamáshe ido a oír unaópera sin haber comprado antes ellibretoyhastasinhabermefamiliarizadounpococonlosprincipalespasajes,tocándolosconunsolodedoenelpiano.

—¡Debe usted haber visto muchas cosas, caballero! —dijo el carreteroarreandosubestia.

—¿SabeustedcuántasvecessehallacitadalapalabralátigoenelAntiguoTestamento?—repuso el conferenciante—. Si mimemoria nome es infiel,estácitada147veces.

—¿Deveras,caballero?—dijoelseñorChandler—.¡Heahíunacosaquejamáshubieracreído!

—LaBibliacontienetresmillonesquinientasunamildoscientascuarentay nueve letras. En cuanto a los versículos, tiene más de dieciocho mil. LaBiblia ha tenido numerosísimas ediciones y el primero que la introdujo enInglaterrafueWicliff,haciaelaño1300.LallamadaParagraphbibleesunadelasedicionesmásconocidasydebesunombreahallarsedivididaenpárrafos.

El carretero se limitó a responder secamente que «era muy posible» y

Page 28: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

consagró suatencióna laempresamás familiardeevitarel choqueconunacarretadehenoquecaminabaensentidocontrario, tareabastantedifícil,porotraparte,porquelacarreteraeraestrechayteníaunacunetaacadalado.

Unavezevitado felizmenteelencuentrocon lacarreta,exclamóel señorFinsbury:

—Veo que lleva usted las riendas con una sola mano. Debería ustedllevarlasconlasdos.

—¡Hombre,ésasíqueesbuena!—exclamódesdeñosamenteelcarretero.

—Loqueledigoaustedesunhechocientífico—repusoelseñorFinsbury— y se funda en la teoría de la palanca, que es una de las ramas de lamecánica. En esta parte de la ciencia existen hoy unos muy interesantes ybaratoslibritosqueunhombredeclasedeberíaleercongranprovecho.¡Temoque no haya usted practicadomucho el gran arte de la observación! ¡Hacecercademediahoraqueestamosjuntosynoleheoídoaustedemitirunsolohecho!¡Es,enverdad,ungravedefecto,amigomío!Así,porejemplo,nosésialpasarcercadelacarretadehenoobservóustedhaceunmomentoquehabíaechadohacialaizquierda.

—¡Puesyalocreoqueloheobservado!—exclamóelseñorChandler,queempezabaaamoscarse—.¡Elcarreteromehubierahechomultarsinohubieratomadolaizquierda!

—Pues bien, enFrancia—continuó el anciano—, y aun creo que en losEstadosUnidos,hubieraustedtenidoquetomarhacialaderecha.

—¡Eso sí que no!—declaró indignado el señor Chandler—. ¡Le juro austedquehubieratomadoalaizquierda!

—Observo—continuóelseñorFinsbury,nodignándoseresponderaesto—, que remienda usted los arreos con hilo grueso. Siempre he protestadocontra la negligencia y la rutina de las clases pobres en Inglaterra. En unaalocuciónquepronunciéciertodíaanteunpúblicoilustrado…

—Nolosremiendoconhilogrueso—interrumpiófrescamenteelcarretero—,sinoconbramante.

—He sostenido siempre—repuso el anciano—que en suvidaprivadaydomésticalasclasesinferioresdeestepaíssonimprevisoras,rutinariasynadainteligentes.Así,paranocitarmásqueunejemplo…

—¿Qué diablos entiende usted por «clases inferiores»?—gritó el señorChandler—. ¡Usted sí que es una clase inferior! ¡Si hubiera sabido que eraustedunaristócratadetalcalibre,nolehubieradejadomontarenmicarro!

Estaspalabras laspronuncióconunaentonaciónlomásdesagradabledel

Page 29: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

mundo: evidentemente aquellos dos hombres no habían nacido paraentenderse.AuntratándosedeunhombretanlocuazcomoelseñorFinsbury,no había que pensar en prolongar la conversación. El anciano se limitó acalarsemás laviserade lagorra conademán resignado;despuésde lo cual,sacandodelbolsillouncuadernitoyunlápizazul,notardóenentregarsealasdeliciasdelaestadística.

Elcarretero,porsuparte,sepusoasilbarconenergía.Sidevezencuandoechabaunahojeadaasucompañero,eraconunamezcladetriunfoydetemor:de triunfo, porque había logrado poner un dique a su flujo de palabras; detemor,porquetemíaquedeunmomentoaotrosereanudasedichoflujo.Hastaunverdaderoaguacero,unchubascoquecayóbruscamentesobreellosycesótambiénderepente,lopasaronsinchistarydeestemodoentraronensilencioen la ciudad de Southampton. Había llegado la noche y brillaban losescaparates de las tiendas en las calles de la vieja ciudad: en las casasparticulares alumbraban los quinqués la comida nocturna.El señorFinsburyempezó a pensar con complacencia en que iba a poder instalarse en unahabitación donde no pudiese turbar su tranquilidad la vecindad de sussobrinos.Ordenócuidadosamentesuspapeles,selosmetióenelbolsillo,tosióparaaclararselavozylanzóalseñorChandlerunamiradavacilante.

—¿Tendría usted la amabilidad—se atrevió a decir— de indicarme unaposada?

ElseñorChandlerreflexionóunmomento.

—¿ConvendríalaPosadadelasArmasdeTregonwell?—dijo.

—Meconvieneperfectamente—dijoelanciano—,si lacasaes limpiaypococostosaysiestáhabitadaporgentecortés.

—¡Oh,nopensabaenusted!—repusoingenuamenteelseñorChandler—,sinoenmiamigoWatts,elposadero.Esunantiguoamigoquemehaprestadomuybuenosserviciosymepreguntoahorasidebo,enconciencia,enviaraunhombre tan bueno un cliente como usted, que es capaz dematarle con susexplicaciones.Sí,mepreguntosiobrobien—añadióelseñorChandler,conelacentodeunhombreaquienatormentangravesescrúpulosdeconciencia.

—Oiga usted lo que le digo —dijo el anciano—. Ha tenido usted laamabilidad de conducirme gratis en su carro, pero eso no le autoriza ahablarmedeesamanera.Tomeustedunchelínporsutrabajo.¡Además,sinoquiere usted conducirme a las Armas de Tregonwell, iré a pie y santasPascuas!

El vigor de este apostrofe intimidó al señor Chandler. Murmuró algoparecidoaunaexcusa,diovueltasalchelínentresusdedos,echósucarruajeen silencio por una callejuela, luego por otras, y se detuvo al fin ante las

Page 30: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

ventanasvivamenteiluminadasdeunaposada.

Sindejarsuasiento,gritó:

—¡Watts!

—¿Esusted,Jem?—gritóunavozamistosadesdeelfondodelacuadra—.¡Entreustedacalentarse,amigomío!

—¡Oh,gracias!Medetengosólounminuto,alpasoparadejaraquíaunseñorancianoquebuscaposada.¡Peroleadviertoquetengacuidadoconél!EspeorqueunmiembrodelaLigaantialcohólica.

TrabajolecostóbajarsealseñorFinsbury,porquelalargainmovilidadenelpescantelehabíaentumecidoyademásseresentíaaúndelasacudidadelacatástrofe.ElexcelenteseñorWatts,apesardelaadvertenciadelcarretero,lerecibióconperfectacortesíaylehizoentrarenlasalitadelfondo,dondehabíaexcelente fuego en la chimenea.No tardó en ser servida lamesa en aquellamismasalita,yelancianosevioinvitadoasentarseanteunaveestofada,queparecíaestarleaguardandodesdehacíavariosdías,yanteunjarrodecervezareciénsacadadeltonel.

Aquella cena le devolvió todo su vigor, de suerte que, cuando acabó decomer fue a instalarse más cerca del fuego, y empezó a examinar a laspersonas sentadas en las mesas inmediatas. Había allí una docena debebedoresdeedadmaduraensumayorparteypertenecientestodosellosalaclaseobrera,segúnpudoobservarconsatisfacciónJosephFinsbury.Elviejoconferenciante había ya tenido ocasión de notar dos de los rasgos máscaracterísticosyconstantesdeloshombresdedichaclase,asaber:suafánporsaberhechosmenudos,inconexos,ysuaficiónalasdisensionesabsurdas.Asífue que nuestro amigo resolvió inmediatamente pagarse, antes de queterminaseaquelmemorabledía,elsaludablegocedeunaalocución.Sacólosanteojosdesufunda,selosaseguróenlanarizy,tomandounlíodepapelesquellevabaenelbolsillo,losextendióantesísobrelamesa.Losdesdoblóylos aplastó con ademán complaciente.Ya los levantabahasta la altura de sunariz, evidentemente satisfecho de su contenido; ya, frunciendo las cejas,parecíaabsortoenelestudiodealgúndetalle importante.Unaojeadafurtivaentornosuyolebastóparaasegurarleeléxitodesumaniobra;todoslosojossehabíanvueltohaciaél, lasbocasestabanabiertasy laspipasdescansabansobre lasmesas; lospájaroshabíancaídoenel garlito.Laentradadel señorWattsenaquelmismoinstantesuministróaloradormateriaparasuexordio.

—Observo, señor mío —dijo dirigiéndose al posadero, pero con unamiradaalentadoraparaelrestodelauditorio,comosihubieraqueridodarlesaentender que su confidencia se dirigía a cada uno de ellos—, observo quealguno de estos señoresme consideran con curiosidad y, en efecto, es poco

Page 31: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

común ver a un hombre ocupado en investigaciones intelectuales en la salapúblicadeunataberna.Peronohepodidoprescindirdereleerciertoscálculosquehiceestamañanamismo,acercadelcostemediodelavidaenestepaísyenotrosmuchos.Inútilcreodecirqueesésteunpuntopordemásinteresantepara los representantes de las clases laboriosas. He hecho este cálculoconformeaunaescaladerentasquevadesdeochentaadoscientaslibrasporaño.Larentadeochentalibrasnohadejadodecausarmebastanteembarazo,por eso las cifras que a lamisma conciernen no son enteramente rigurosas,porqueporejemplo,losdiferentesmodosquehaydelavarlaropa,bastanparaproducirseriasdiferenciasenlosgastosgenerales.Porlodemás,voyapediraustedesquemepermitanleerleselresultadodemisobservaciones,yconfíoenquenotendránustedesinconvenienteenindicarmelosligerísimoserroresquehaya podido cometer, ya por negligencia, ya por insuficiencia de datos.Empezaré,señores,porlarentadeochentalibras.

Dicho esto el anciano, tan despiadado para con aquellos pobres diabloscomo si hubieran sido animales, soltó el flujo de sus fastidiosas e ineptasestadísticas. Para cada renta daba nueve versiones sucesivas y transportabasucesivamente a su imaginario personaje a Londres, a París, a Bagdad, aSpitzbergen,aBasorah,aCork,aCincinnati,aTokioyaNijniNovgorod.NoseasombraránadiesidigoquesusoyentesdeSouthamptonseacuerdanaúndeaquellaveladacomodelamásmortalmentefastidiosadesuvida.

Mucho antes de que el señor Finsbury llegase a Nijni Novgorod, encompañíadeunhombreabsolutamenteficticio,poseedordeunarentadecienlibras,todosuauditoriosehabíaidoeclipsandodiscretamente,aexcepcióndedosviejosborrachosydelseñorWatts,quesoportabaestoicamentesufastidio,conadmirablevalor.Acadamomentoentrabannuevosclientes,peroapenasservidos,seapresurabanatragarsucervezayamarcharseaotrataberna.

SóloelseñorWattsllegóasaberloquepodíacostarenBagdadlavidadeunhombreposeedordeunarentadedoscientascuarentalibras.Yapenasestaentidad imaginaria acababa de trasladarse a Basorah, cuando el mismoposadero,noobstantesuvalor,tuvoqueabandonarlasala.

Después de las múltiples fatigas del día, el señor Finsbury durmióprofundamente. Se levantó al día siguiente a eso de las diez, y tras unexcelentedesayuno,pidióalcriadolacuenta.Entoncesechódeverunaverdadquemuchos otros han comprobado: descubrió quepedir la cuenta y pagarlaerandoscosasmuydistintas.Losdetallesdedichacuentaeranporlodemás,enextremomoderados,yelconjuntonoexcedíadecincooseischelines.Peropormuchoqueelancianoregistrósusbolsillosconelmayorcuidado,eltotalde su fortuna, por lo menos en metálico, no pasaba de un chelín y nuevepeniques.Hizo,pues,llamaralseñorWatts.

Page 32: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—Heaquí—dijoalposadero—unchequedeochocientaslibraspagaderoenLondres.Temonocobrar su importe antesdeundíaodos, ano serqueustedmismopuedadescontármelo.

ElseñorWattstomóelchequeyloexaminóypalpórepetidasveces.

—¿Diceustedque tendráque esperarundíaodos?—exclamóal fin—.¿Notieneustedotrodinero?

—Tengounpocosuelto—respondióJoseph—,apenasalgunoschelines.

—Enesecasopuedeustedenviarmeel importedemicuenta.¡Mefíodeusted!

—Parahablarleconfranqueza—continuóelanciano—,sientotentacionesdeprolongarmiestanciaaquí.Necesitodineroparacontinuarmiviaje.

—Si necesita usted diez chelines los tengo a su disposición —repusoobsequiosamenteelseñorWatts.

—No, gracias —dijo Joseph—. Me parece que voy a decidirme aquedarmealgunosdíasensucasayhacerquemedescuentenelchequeantesdepartir.

—¡Loqueesenmicasanosequedaráustedniundíamás!—exclamóelseñorWatts—.¡NopasaráustedotranocheenlasArmasdeTregonwell!

—¡Pues yo me propongo permanecer en su casa! —repitió el señorFinsbury—.Lasleyesdemipaísmedanderechoapermaneceraquí.¡Hágameustedsaliralafuerza,siseatreve!

—¡Enesecasopagueustedsucuenta!—dijoelseñorWatts.

—¡Tomeustedesto!—gritóelanciano,poniéndoleenlamanoelchequenegociable.

—¡Éstenoesdinerolegal!—respondióelseñorWatts—.¡Vaustedasalirdemicasaymásquedeprisa!

—¡Nomeseríaposibleexpresaraustedeldesprecioquemeinspira,señorWatts! —replicó el anciano, comprendiendo que tenía que someterse a lascircunstancias—.¡Peroen talescondicionesadviertoaustedquemeniegoapagarsucuenta!

—¡Poco me importa la cuenta! —respondió el señor Watts—. ¡Lo quenecesitoesquesemarcheusteddeaquí!

—¡Puesbien,señormío,quedaráustedsatisfecho!—dijoenfáticamenteelseñor Finsbury—. Después, cogiendo su gorra de visera puntiaguda, se laencasquetóenlacabeza.

Page 33: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—Siendoustedtaninsolentecomoes—añadió—,notendráustedtalvezabienindicarmelahoradelprimertrenquesaleparaLondres.

—¡Oh,caballero,hayunexcelentetrendentrodetrescuartosdehora!—replicóelposadero,recobrandosuamabilidadyconmayor,obsequiosidadquela que empleó antes al ofrecerle los diez chelines—. ¡Puede usted tomarlotranquilamente!

La situación de Joseph era harto embarazosa. Por una parte hubierapreferidoevitarlalíneaprincipaldeLondres,porquetemíaseriamentequesussobrinos se hallasen emboscados en la estación, acechando su llegada, paraapoderarse de él; pero por otra parte deseaba tomarla y hasta le eraabsolutamente indispensable, a fin de cobrar el cheque antes de que sussobrinospudiesenoponerseaello.Resolvió,pues,tomarelprimertren.Sóloquedabaunadificultad:elvercómosearreglaríaparapagarelbillete.

JosephFinsburyteníacasisiemprelasmanossucias,ydudomuchoquealverle,porejemplocomer,lehubiesenadietomadoporuncaballero.Peroteníaalgomásque laaparienciadeuncaballero;habíaensupersonaciertonoséquédedignoyseductoralavez,que,porpocoqueélpusiesedesuparte,nodejabanuncadecausarefecto.Cuando,aqueldía,sedirigióaljefedeestaciónde Southampton, su reverencia fue verdaderamente oriental; el pequeñodespacho del jefe de estación pareció de repente trocado en un bosque depalmerasenqueel simúnyel ruiseñorPersa…Perodejoaaquellosdemislectores que conozcan el Oriente mejor que yo, el cuidado de proseguir ycompletarestametáfora.Eltrajedelancianopredisponíaademásensufavor;eluniformedesirFaradayBond,pormuyincómodoyvistosoquefuese,nopodía seguramente pasar por traje propio de caballeros de industria. Y laexhibición de un reloj y sobre todo de un cheque de ochocientas libras,consumaronlaobrainiciadaporlosexcelentesmodalesdenuestrohéroe;desuerteque,uncuartodehoramás tarde,cuando llegóel trendeLondres, elseñorFinsburyfuerecomendadoalconductordetrenporeljefedeestaciónyrespetuosamenteinstaladoenuncochedeprimera.

Mientrasqueelancianocaballeroesperabalasalidadeltren,fuetestigodeun incidente, de poca importancia al parecer, pero que debía ejercer unainfluencia decisiva sobre los destinos ulteriores de la familia Finsbury.Arrastraronporelandénunadocenademozosungigantescobulto,ycongrantrabajo lo colocaron en el furgón de los equipajes. Con frecuencia elhistoriador tiene la consoladoramisiónde llamar la atenciónde sus lectoresacerca de los designios o (con perdón sea dicho) de los artificios de laProvidencia.

En aquel furgón de equipajes que conducía a Joseph Finsbury desdeSouthamptonaLondres,sehallaba,pordecirloasí,elhuevodeestanovelaen

Page 34: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

estadodeincubación.LaenormecajaibadirigidaaciertoWilliamDenPitman«enlaestacióndeWaterloo»yelbultoqueasuladosehallabaenelfurgóneraunsólidotonel,deregularesdimensiones,muycuidadosamentecerrado,yquellevabaelsiguienteletrero:SeñorFinsbury,16JohnStreet,Bloomsbury,portepagado.

La yuxtaposición de estos dos bultos era un reguero de pólvoraingeniosamentepreparadopor laProvidencia: sólo faltabaunamano infantilqueleprendiesefuego.

IV

Unmagistradoenunfurgóndeequipajes

La ciudad de Winchester es conocida por su catedral, su obispo (quedesgraciadamentemurió hace algunos años a consecuencia de una caída decaballo,aunquetodoinduceacreerquedebehabersidoreemplazadohaceyatiempo), sucolegio, suvariado surtidodemilitaresy suestación,pordondepasan infatigablemente los trenes ascendentes y descendentes de la líneaLondonandSouthWestern.EstasdiversascircunstanciasnohubierandejadociertamentedeinfluirsobreelánimodeJosephFinsbury,cuandoeltrenqueleconducíaaLondressedetuvoalgunosinstantesenlaestaciónsusodicha;peroel buen viejo se había quedado dormido apenas salió de Southampton. Sualma,abandonandomomentáneamenteelvagón,sehabíavistotransportadaaun cielo lleno de espaciosas y pobladas salas de conferencias, donde sesucedíanlosdiscursoshastaloinfinito.Entretanto,sucuerpodescansabasobrelosalmohadonesdelvagón,con laspiernasencogidasycon lagorraechadahacia atrás,mientras que sumano estrujaba contra el pecho un número delLloyd’sWeeklyNewspaper.

Se abrió la portezuela y entraron dos viajeros que se apresuraron a salirinmediatamente. Sin embargo, ¡bien sabe Dios que no les había sobrado eltiempoparatomareltren!Habíanllegadoenuntándematodavelocidad,sehabían precipitado con furia al despacho de billetes y, continuando sudesordenada carrera, habían llegado al andén en el momento en que lamáquinalanzabalosprimerosronquidosprecursoresdelamarcha.Hallaronasualcanceunsolodepartamentoyaélsubieronprecipitadamente;eldemásedadsehabíayainstaladoenunodelosasientoscuandonotólapresenciadelancianoFinsbury.

—¡Diosmío!—exclamó—, ¡mi tío Joseph! ¡No haymedio de quedarseaquí!

Page 35: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Bajóprecipitadamente,atropellandocasia sucompañeroy seapresuróacerrarlaportezuela.

Momentosdespués sehallaban ambos individuos instalados en el furgóndelosequipajes.

—¿Porquédiablosnohaqueridoustedpermanecerenelvagóndesutío?—preguntóelmásjovendelosviajeros,mientrasselimpiabaelsudorconelpañuelo—:¿creeustedquenolehabríapermitidofumar?

—¡Oh,no!¡Nocreoquelemolesteelhumo!—respondióelotro—.¡Porotra parte aseguro a usted que mi tío Joseph no es un cualquiera! Es uncaballeromuy respetable, ha estado interesado en el comerciode cueros, hahechounviajealAsiaMenor,esunsolterónyhombredebien,perotieneunalengua,queridoWickham,queselepuederegalaracualquiera.

—¡Vamos,esunmurmuradormaldiciente!—indicóWickham.

—¡De ninguna manera! —respondió el otro—. Es sencillamente unhombredotadodeunextraordinariotalentoparafastidiaracuantoslerodean.En fin, es unhombre espantosamente latoso.Puedeque enuna isla desiertaacabaseunoporacostumbrarseasutrato.Peroloqueesenferrocarril,niporpienso; ¡quisiera que lo oyera usted discurrir acerca de Tonti, ese siniestroidiotaqueinventólastontinas!¡Unavezqueseledacuerdanoacaba!

—Pero,enrealidad—dijoWickham—,ustedsehalla tambiéninteresadoenesahistoriadelatontinaFinsbury,dequehanhabladolosperiódicos.

—¡Nohabíapensadoenello!

—Puesbien—repusoelotro—,sepaustedqueeseanimalqueduermeahíjunto a nosotros, representa para mí cincuenta mil libras. Por lo menos, sumuerterepresentaríaparamíesacantidad.¡Yestabaahídormidosinquenadiemás que usted pudiera vemos! Pero lo he respetado, porque empiezodecididamenteaserunverdaderoconservador.

Entretanto,el señorWickham,contentísimoconhallarseenun furgóndeequipajes,ibadeacáparaallá,comounamariposaaristocrática.

—¡Hombre!—exclamó—;¡aquíhayalgoparausted!SeñorM.Finsbury.16, JohnStreet,Bloomsbury,Londres.Aquí no hayduda posible,M., o seaMichael,esuntunante,quetienedosdomiciliosenLondres.

—¡Oh, ese bulto debe ser, sin duda, paraMaurice!—respondióMichaeldesdeelotroextremodelfurgón,dondesehabíatendidocómodamentesobreunosfardos—.Esunprimomío,aquiennodetesto,seguramente,aunquemetiene un miedo horrible. Vive en Bloomsbury, y tengo entendido que estáformando una colecciónmuy particular de huevos de pájaro, de botones depolainaso,enfin,deotracosaenteramenteidiota,queheolvidado.

Page 36: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

PeroWickhamnoleoíaya.Selehabíaocurridounaideamagnífica.

—¡Por San George! —decía para sí—; ¡ésta es una broma de primerorden! Si con el auxilio de mi navaja y de las tenazas que veo ahí cercapudieracambiarlosletreros,enviaríaunbultoenlugardeotro.

En aquel momento, el guardián del furgón, que había oído la voz deMichaelFinsbury,abriólapuertadesugarita,ylesdijo:

—¡Mejorestaríanustedesaquí!

Losdosviajeroslehabíanexplicadoelmotivodesuintrusión.

—¿Vieneusted,Wickham?—preguntóMichael.

—¡No, gracias! ¡Me divierto bárbaramente en el furgón!—respondió eljoven.

De esta suerte, habiendo entradoMichael en la garita con el guardián, ycerrada la puerta de comunicación, quedó solo el señorWickham entre losequipajes,conamplialibertadparadivertirseasuantojo.

—¡HemosllegadoaBishopstoke,caballero!—dijoelguardiánaMichael,un cuartodehoramás tarde, al llegar el tren a la próximaestación—.Aquípara el tren tres minutos, y podrán ustedes fácilmente hallar asiento en unvagón.

ElseñorWickham,aquienhemosdejadohacepocodisponiéndoseajugarunamala partida cambiando los letreros de algunos bultos, era un caballerojoven,muyrico,deaspectoagradable,ycuyoinquietoespírituandabasiemprebuscando ocupación. Pocosmeses antes, hallándose en París, se había vistoexpuesto a una serie de estafas por parte del sobrino de un hospodar deValaquia,elcualresidía(naturalmenteporcausaspolíticas)enlaalegrecapitalfrancesa. Un amigo común, a quien confió su apuro, le recomendó que sedirigieseaMichaelFinsburyy,enefecto,apenassepusoéstealcorrientedelos sucesos, tomó inmediatamente la ofensiva, cayó sobre el flanco de lasfuerzasdeValaquia,yenelespaciodetresdíastuvolasatisfaccióndeobligara éstas a retirarse allende el Danubio. No nos proponemos seguirlas en suretirada, que se verificó bajo la paternal vigilancia de la policía. Noslimitaremos a añadir que libre, de esta suerte, de lo que él se complacía enllamarla«atrocidadbúlgara»,elseñorWickham,volvióaLondres,animadodelosmásvivosyentusiastassentimientosdegratitudyadmiraciónhaciasuabogado. Éste no correspondía ciertamente a ellos, y hasta experimentabacierta vergüenza con la amistad de su nuevo cliente, y sólo después denumerosas negativas se había resignado, al fin, a ir a pasar un día enWikhammanor, la casa solariega de su joven cliente. Consumado estesacrificio,suhuéspedvolvíaconélparaacompañarlehastaLondres.

Page 37: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Un pensador juicioso (probablemente Aristóteles) ha hecho notar que laProvidencianosedesdeñabadeemplearparasusfineshastalosinstrumentosmáshumildes;lociertoesqueelescépticomásempedernido,nopodríamenosdereconocerqueWickhamyelhospodarválacoeraninstrumentospreparadosyelegidosdesdelaeternidad,porlaProvidencia.

Deseoso de aparecer a sus propios ojos como una persona llena deinteligenciayderecursos,eljovencaballero(queejercíaensucondadonatallasfuncionesdemagistrado)apenassequedósoloenelfurgón,cayósobrelosletreros de los bultos con todo el celo de un reformador. Y cuando en laestacióndeBishopstoke,saliódelfurgóndelosequipajesparainstalarseconMichaelFinsburyenunvagóndeprimeraclase,surostroresplandecíaalavezdesatisfacciónydecansancio.

—¡Acabo de dar una broma soberbia!—No pudo menos de decir a suabogado.

Después,sintiendodeprontoalgúnescrúpulo,añadió:

—Dígameusted,¿corropeligrodeperdermipuestodemagistradoporunabromainsignificanteeinofensiva?

—¡Amigomío—respondiódistraídamenteMichael—,másdeunavezlehepredichoaustedqueacabaríaenlahorca!

V

GideonForsythylacajamonumental

Hedichoyaque,enBournemouth,JuliaHazeltineteníaavecesocasióndehacernuevasamistades.Verdadesqueapenassihabíatenidotiempodetratarunpocoasusnuevosconocidos,cuandovolvíanacerrarsetrasellalaspuertasde la casa de Bloomsbury hasta el verano siguiente. Sin embargo, estasrelacionesefímerasnodejabandeserunadistracciónparalapobremuchacha,prescindiendo además de la provisión de recuerdos y esperanzas que lesuministraban. Ahora bien, entre los personajes que de esta suerte habíaencontrado enBournemouth el verano anterior, hallábaseun abogado joven,llamadoGideonForsyth.

LatardemismadeldíamemorableenqueelmagistradoWickhamsehabíadivertidoencambiarlosletrerosdelosbultos,unsoñadoryaunmelancólicopaseohabíallevado,comoporcasualidad,alseñorForsythalaaceramismadeJohnStreet,enBloomsbury,yprecisamentealamismahora,estoes,alascuatrode la tarde,missHazeltineacudíaaabrir lapuertadelnúm.16,en la

Page 38: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

queacababandedartremendoscampanillazos.

GideonForsytheraunjovenbastantefeliz,peroquelohubierasidomuchomásaúnsihubieratenidoalgúndinerodemásyuntíodemenos.Susrentassereducían a ciento veinte libras por año; pero su tío, el señor Edward H.Bloomfield,agregabaadicharentaunaligerasubvenciónyunamasaenormede buenos consejos, expresados en un lenguaje que hubiera parecidoexcesivamenteviolentohastaenuncuerpodeguardia.

EltalseñorBloomfieldera,enverdad,unafiguraesencialmentepropiadela época de Gladstone. Habiendo ido acumulando años sin acumularexperiencia, unía a los sentimientos políticos del partido radical, unaexuberancia apasionada, que habitualmente suele considerarse comopatrimonio tradicional de nuestros antiguos conservadores. Admiraba elpugilato, llevaba un enorme garrote de nudos, era asiduo a los oficiosreligiosos, y hubiera sido difícil averiguar quiénes excitaban másviolentamente su cólera, si los que se permitían defender a la Iglesiaestablecidao los quedesdeñaban tomarparte en sus ceremonias.Empleaba,además,algunosepítetos favoritos,que inspirabanun legítimoespantoa susamigos:cuandonopodía llegarhastadeclararque talocualmedida«noerainglesa»,nodejaba,porlomenos,dedenunciarla«comopocopráctica».

Su pobre sobrino se hallaba bajo el peso de esta última calificación. LamaneracómoGideonentendíaelestudiodelasleyes,eradecididamenteparasu tío «poco práctica», y, en consecuencia, éste le había dado a entender,duranteunaruidosaentrevista,enlaquellevabaelcompásconelgarrotedenudos,queeraprecisoquehallasecuantoantesunaodoscausasquedefender,puesdeotrasuerte,teníaqueresignarseavivirdesuspropiosrecursos.

Noes,pues,deextrañarqueGideon,apesardeteneruncarácterjovial,sesintiese invadido por la melancolía. En primer término, no sentía el menordeseodeprofundizarmásdeloquehastaentonceslohabíahecho,elestudiodelaley.Además,aunsuponiendoqueseresignaseaello,quedabaunapartedelprograma,queeraenabsolutoindependientedesuvoluntad.¿Cómohallarclientesycausasquedefender?Aquíestabaelquiddeladificultad.

De pronto, mientras se desesperaba por no poder hallar medio deresolverla, halló cerrado el paso por un gran corro de gente. Había allídetenido un camión delante de una casa. Seis atletas, bañados en sudor, seocupabanenbajardelcamiónelmásgigantescobultoquejamáshayapodidoverse.Enelumbraldelapuerta,seveíadepielamacizafiguradelcochero,yladelicadadeunajoven,quedisputabancomoenunescenario.

—¡Estonopuedeserparanosotros!—afirmabalajoven—.¡Ruegoaustedque se lleve de nuevo esa caja! ¡Aun cuando lograran ustedes bajarla delcamión,nolograríanhacerlaentrarporlapuerta!

Page 39: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Enesecaso,voyadejarlaenlaacera!—respondíaelcochero—,¡yelseñorFinsburysearreglarácomopuedaconlapolicía!

—¡PerosiyonosoyelseñorFinsbury!—protestabalajoven.

—¡Pocomeimportaquiénesusted!—respondíaelcochero.

—¿Me permitirá usted, miss Hazeltine, que le preste ayuda? —dijoGideon,adelantándose.

Julialanzóunligerogritodealegría.

—¡Oh,señorForsyth!—exclamó—.¡Cuántomealegrodeverleausted!¡Figúreseustedquequierenobligarmeaqueadmitaenlacasaesteespantosobultoquesólopuedehabervenidoaquíporequivocación!Elcocherodeclaraqueesprecisoquearranquemoslaspuertas,oquelosalbañilesechenabajounlienzodeparedentredosventanas,puesdeotromodo,lapolicíaurbananosformaríaunprocesopordejarnuestrosmueblesenmediodelacalle.

Entretanto,losseishombreshabíanconseguidoalfindepositarlacajaenla acera, y apoyados en ella, semantenían de pie, fijándose conmanifiestaangustia en la puerta de la casa por donde había de pasar aquella cajamonstruosa.Inútilcreoañadirquetodaslasventanasdelascasasinmediatassehabíanllenado,comoporencanto,decuriososespectadores.

Adoptandoelairemáscientíficoquelefueposible,midióGideonconsubastón las dimensiones de la puerta,mientras Julia apuntaba el resultado desuscálculos.Midiendodespuéslacaja,ycomparandolasdosseriesdecifras,descubrióquehabía justamenteelespaciosuficienteparaquepasase lacaja.Despuésdelocual,habiéndosequitadosuamericanaysuchaleco,ayudóaloshombresasacardesusgozneslasdoshojasdelapuerta.Porúltimo,graciasalacolaboracióncasiforzadadealgunosasistentes,subiópenosamentelacajalosescalonesdelaentrada,pasórozandofuertementelasparedesynotardóenhallarseinstaladaalaentradadelvestíbulointerceptándolocasiporcompletoen toda su anchura. Los que habían contribuido a semejante victoria, semiraron unos a otros con sonrisa de triunfo. Verdad es que habían roto unbusto deApolo y abierto en la pared profundos surcos. ¡Pero por lomenoshabíandejadodeservirdeespectáculoalpúblicodelacalle!

—¡Leaseguroausted,caballero—dijoelcochero—,que jamáshevistobultosemejante!

Gideon le expresó de un modo elocuente su simpatía, dándole veintechelines.

—Vamos,patrón,demeustedcincomásymeencargodepagaratodosloscamaradas—exclamóelcochero.

Así lo hizo Gideon, y acto continuo los improvisados descargadores se

Page 40: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

encaramaron en el camión, que se dirigió rápidamente hacia la tabernamáspróxima.EljovenabogadocerrólapuertaysevolvióhaciamissHazeltine.Seencontraronsusmiradas,yambossesintieronacometidosdeundesordenadoaccesoderisa.Después,pocoapoco,sedespertólacuriosidadenelánimodelajoven,seacercóalacaja,lapalpóentodossentidosyexaminóelletrero.

—¡Enmi vida he visto cosamás extraña!—dijo, prorrumpiendo en unanuevacarcajada—.LaletraesseguramentedemanodeMaurice,yestamismamañanaherecibidounacartasuya,diciéndomequemepreparasearecibiruntonel.¿Creeustedqueestopuedeconsiderarsecomountonel,señorForsyth?

Gideon leyó en voz alta, en uno de los lados de la caja: Estatua frágil,manéjeseconprecaución.Después,añadió:

—¿Estáustedseguradequenoleanunciabanlallegadadeunaestatua?

—¡Yalocreo!—respondióJulia—.¿Nolepareceausted,señorForsyth,quepodemosecharunaojeadaalinteriordelacaja?

—¿Por qué no? ¡Dígame usted tan sólo dónde podría encontrar unmartillo!

—Vengaustedconmigoalacocina,yleenseñarédóndeestánlosmartillos—dijoJulia—.Latablaenqueloscolocanestádemasiadoaltaparamí.

La joven abrió la puerta de la cocina e hizo entrar en ella aGideon.Notardaronenencontrarenellaunmartilloyuncortafrío;pero lesorprendióaGideonnoverseñalesdecocinera.EncambiodescubrióquemissJuliateníaun pie muy pequeño y bien formado, descubrimiento que le causó talembarazo, que se alegró mucho de poder atacar sin tardanza la caja deembalaje.

Trabajaba de firme, y cada uno de sus martillazos tenía admirableprecisión,mientrasqueJulia,depiejuntoaél,contemplabaensilencio,másbienalobreroquealaobra.PensabaentresíqueelseñorForsytheratodounbuenmozoyquejamáshabíavistobrazostanvigorososcomolossuyos.Depronto, Gideon, cual si hubiese adivinado sus pensamientos, se volvió y ledirigióunasonrisa.Ellasesonrióasuvezy luegoseruborizó.Aqueldoblecambio le sentaba tanbien,queGideon, sinmirar endóndedaba, sediounterriblemartillazo en los dedos. Con una conmovedora presencia de ánimo,logró,nosólocontener, sinohasta trocarenunaquejaanodinaelpintorescojuramentoqueibaasalirdesuslabios.

Sin embargo, el dolor era muy vivo. La sacudida nerviosa había sidodemasiadofuerte,ytrasalgunosensayos,echódeverquenopodíacontinuarlaoperación.

Inmediatamente,Juliacorrióasuhabitaciónabuscarunaesponja,aguay

Page 41: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

unaservilleta,ycomenzóabañarlamanoheridadeljoven.

—¡Lo siento infinito!—dijo en sonde excusa—. ¡Si no fuera tan torpe,hubieraabiertoprimerolacajayluegomehubieraaplastadolosdedos!¡Oh,estovamuchomejor,seloaseguroausted!

—¡Sí,creoqueahoraestáustedyaenestadodedirigireltrabajo!—dijoalfinJulia—.¡Ordénemeusted,puesahoravoyyoasersuoficiala!

—¡Una deliciosa oficiala, en verdad! —dijo Gideon, olvidando porcompletolasconveniencias.

La jovensevolvióy lemiró frunciendoamistosamente lascejas,peroelimpertinente joven se apresuró a poner toda su atención en la caja. Por lodemás,eltrabajomásfuerteestabahecho.Julianotardóenlevantarlaprimeratabla de la cubierta, descubriendodebajo una gran capa de paja.Unminutodespués, ambos jóvenes estaban de rodillas, uno junto a otro, como doscampesinosocupadosenrevolverelheno,ynotardaronenverrecompensadossusesfuerzos,conlaaparicióndealgoblancoypulimentado.Nohabíaerror:eraunenormepiedemármol.

—¡Vayaunpersonajeverdaderamenteestético!—dijoJulia.

—¡Jamás he visto cosa igual! —respondió Gideon—. ¡Tiene unapantorrillacomounsacodeharina!

Notardaronendescubrirunsegundopieyalgoqueparecíaseruntercero.Pero este algo resultó ser en definitiva una clava que descansaba sobre unpedestal.

—¡Vamos! ¡Cáspita! ¡Pues si es un Hércules! —exclamó Gideon—.¡Hubieradebidoadivinarloalversupantorrilla!Además,puedoafirmarahora,con toda confianza —añadió mirando las dos piernas colosales—, quetenemos aquí almás grande y almás feo de todos los Hércules de Europaentera.¿Quépuedehaberleinducidoavenirasucasa?

—¡Supongo que nadie habrá querido admitirle —dijo Julia—, y deboañadirquenosotrosnoshubiéramospasadomuybiensinsuvisita!

—¡Oh,nodigaustedeso,señorita!—replicóGideon—.¡Mehaprocuradounodelosmásagradablesratosdetodamivida!

—¡Entodocasonolopodráustedolvidartanpronto!—dijoJulia—.¡Susdesdichadosdedosselorecordarán!

—¡Yahoracreoqueestiempodequemevaya!—dijotristementeGideon.

—¡No,no!—añadióJulia—.¿Porquésehadeirustedya?Quédeseustedunmomentomás,ytomaráunatazadetéconmigo.

Page 42: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Sipudieracreerqueenrealidadnolehadedesagradaraustedesto—dijoGideon,dandovueltasalsombreroentresusdedos—,mecausaríaelmásvivoplacer!

—¡Pues ya lo creo que me agrada! —respondió la joven—. Además,necesitopastasparatomarelté,ynotengoaquiénenviaracasadelpastelero.Aquítieneusteddineroparacomprarlas.

Gideonseapresuróaponerseelsombreroyacorreracasadelpastelero,de donde volvió con un gran envoltorio lleno de bartolillos, bizcochosborrachosyempanadillas.HallóaJuliaocupadaenprepararunamesillaparaelté,enelvestíbulo.

—Lashabitacionessehallanentaldesorden,quehecreídoqueestaríamosmejoraquí,alasombradenuestraestatua.

—¡Perfectamente!—exclamóGideon,encantado.

—¡Oh,quédeliciosamezcla!—dijoJuliaalabrirelenvoltorioyalverquelospastelillossehabíanrevueltounosconotros.

—Sí —dijo Gideon, procurando excusar su fracaso—. Supuse que lamezclaproduciríaalgoagradable,yelpastelerolopreviótambién.

—Yahora—dijoJulia,despuésdecomersemediadocenadepastelillos—,voyaenseñarleaustedlacartadeMaurice.Léalaustedenvozalta,puestalvezhabrádetallesqueyonohelogradodescubrir.

Gideontomólacarta,ladesdoblóyleyólosiguiente:

Querida Julia: Le escribo desde Browndean, donde nos hemos detenidoalgunosdías.Nuestrotíohasufridobastanteconelterribleaccidente,quesindudahabráustedleídoenelperiódico.MañanaledejaréconJohn,yvolverésoloaLondres.Peroantesdemillegada,recibiráusteduntonelquecontienemuestrasparaunamigo.¡Noloabraustedbajoningúnpretexto,sinodéjeloenelvestíbulohastamillegada!

Suyoafectísimo,

M.FINSBURY

P.D.—Noolvideusteddejareltonelenelvestíbulo.

—¡No—dijoGideon—,noveoaquínadaqueserefieraalmonumento!—Diciendoesto señalaba laspiernasdemármol—.MissHazeltine—continuó—,¿mepermiteustedqueledirijaalgunaspreguntas?

—Conmuchogusto—respondió la joven—,y si lograusted explicarmeporquémehaenviadoMauriceunaestatuadeHércules,enlugardeuntoneldemuestrasparaunamigo, lequedarévivamenteagradecidahasta el finde

Page 43: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

misdías.Peroantetodo,¿quépuedenseresasmuestrasparaunamigo?

—Notengolamenorideadeello—dijoGideon—.Séquelosmarmolistasenvían con frecuencia muestras; pero creo que, en general, son pedazos demármolmáspequeñosquenuestro amigoelmonumento.Por lodemás,mispreguntas se dirigen a otro orden de ideas. En primer lugar, ¿está ustedenteramentesolaenestacasa?

—Porelmomento,sí—respondióJulia—.Lleguéanteayerparaponerlacasaenordenybuscarunacocinera,peronoheencontradoningunaquemeagrade.

—Así,pues,estáustedcompletamentesola—dijoGideonestupefacto—.¿Ynotieneustedmiedo?

—¡Deningunamanera!—respondióJulia—.Nosédequéhabríadetenermiedo.Loúnicoquehehechohasidocomprarunrevólversumamentebaratoy pedir al armero que me enseñe el modo de asarlo. Además, antes deacostarme,cuidodeatrancarlapuertaconsillasyotrosmuebles.

—Detodosmodosmealegrodesaberquevuelveprontosufamilia—dijoGideon—, su aislamiento me inquieta mucho. Si hubiera de prolongarsepodría procurarle a usted la compañía de una tía mía, anciana, o de miasistenta.

—¡Prestarme a su tía!—exclamó Julia—. ¡Qué generosidad! ¡Estoy porcreerqueesustedelquemehaenviadoelHércules!

—Doy a usted mi palabra de honor de que no —protestó el joven—.Admiro a usted demasiado para haberle enviado una obra de arte tanmonstruosa.

IbaJuliaaresponder,cuandoambossesobresaltaron;habíasonadoen lapuertaunviolentocampanillazo.

—¡Oh,señorForsyth!

—¡No temanada!—dijoGideonapoyandocariñosamente lamanoen elbrazodelajoven.

—Yamefiguroloquees—murmuró—.¡Debeserlapolicíaquevieneaquejarseporlodelaestatua!

Enestosonóunnuevocampanillazomásviolentoeimpaciente.

—¡Diosmío,esMaurice!—exclamólajoven,ycorrióaabrirlapuerta.

EraenefectoMauriceelqueaparecióenelumbral,peronoelMauricedetodos losdías, sinounhombredeaspectosalvaje,pálidoe inquieto,con losojosinyectadosdesangreylabarbadedosdías.

Page 44: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¿Dóndeestáeltonel?—exclamó—.¿Dóndeestáeltonelquehallegadoestamañana?

Miraba en tomo suyo, en el vestíbulo, y sus ojos se le salieronmaterialmentedelasórbitas,aldescubrirlaspiernasdelHércules.

—¡Quées esto!—gritó llenode furia—. ¿Qué significa estemaniquí decera?¿Quésignificatodoesto?¿Ydóndeestáeltonel,eltonelparaelagua?

—Nohavenidoningúntonel,Maurice—respondiófríamenteJulia—.Ésteeselúnicobultoquehantraído.

—¿Éste?—exclamóeldesdichado—.¡Nuncaheoídohablardesemejantecosa!

—¡Sin embargo,havenidocon ladirección escrita amano!—respondióJulia—.Casihahabidoqueecharabajolapuertaparaqueentrara.Estodoloquepuedodecirausted.

Mauricefamiróconojoscadavezmásextraviados.Sepasóunamanoporlafrenteyluegoseapoyóenlaparedcomoquienvaadesmayarse.Pero,pocoapoco,sefuedesatandosulenguayempezóavomitaruntorrentedeinjuriascontralajoven.HastaentonceselmismoMauricenosehubieracreídocapaznuncade tantoardimiento,de tanta facundiayde talvariedadde locucionesgroseras. La joven temblaba y vacilaba al sentirse víctima de aquel furorinsensato.

—No permitiré que siga usted hablando a miss Hazeltine en semejantetono—dijoalfinGideoninterponiéndoseconresolución.

—Le hablaré en el tono queme plazca—replicóMaurice con crecientefuror—.¡Hablaréaestamiserablemendigaeneltonoquemerece!

—¡Niunapalabramás,caballero,niunapalabramás!—exclamóGideon.

Yluego,dirigiéndosealajoven,añadió:

—MissHazeltine, usted no puede seguir habitando bajo elmismo techoqueesteindividuo.Heaquímibrazo.Permítameustedquelaconduzcaaunlugardondeestéustedalabrigodelosinsultos.

—Señor Forsyth —dijo Julia—, tiene usted razón, yo no puedopermaneceraquíuninstantemás,yséquemeconfíoaunhombredehonor.

Pálidoyresuelto,Gideonleofreciósubrazo,yambosjóvenesbajaronlosescalones del portal, perseguidos porMaurice, que reclamaba la llave de lapuerta.

ApenasacababaJuliadeentregársela,cuandopasórápidamenteanteellosuncochedealquilervacío.LollamaronalmismotiempoMauriceyGideon.

Page 45: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Pero en elmomento enque el cocherohacía parar a su caballo,Maurice seprecipitódentrodelcarruaje.

—¡Diez de propina! —gritó—. ¡Estación de Waterloo y muy deprisa!¡Diezdepropinaparausted!

—Ponga usted veinte, caballero —dijo el cochero—, pues este otrocaballeromehallamadoantesqueusted.

—¡Vaya por los veinte!—gritó Maurice, pensando allá entre sí que, alllegaralaestación,examinaríadenuevolacuestión.

Elcocherodiounlatigazoalcaballoyelcochetorciólaprimeraesquinadelacalle.

VI

LastribulacionesdeMaurice(I)

En tanto que el coche corría a todo correr por las calles de Londres, seesforzabaMauriceporcoordinarlasideasquebullíanensucabeza.Primero:eltonelqueconteníaelcadáversehabíaextraviado;segundo:habíaabsolutanecesidaddeencontrarlo.Estosdospuntosnoofrecíandudaalgunaysi,porunasuerteprovidencial, sehallabaaúnen laestaciónel tonel, lacosapodíaarreglarsetodavía.Pero,siporelcontrario,eltonelsehallabayaenpoderdeotraspersonasquelohubiesenrecibidoporequivocación,elasuntotomabaunmatizmáspeligroso.Laspersonasquerecibenbultoscuyanaturalezauorigennopuedenexplicarse,suelenserinclinadasaabrirlosenseguida.Elejemplodemiss Hazeltine (a quien Maurice no se cansaba de maldecir) contribuía aconfirmarlareglageneral.¿Ysialguienhabíaabiertoeltonel?…

—¡SantoCielo!—exclamóMauricealpensarenello,llevándoselamanoalasudorosafrente.

Laprimeraconcepcióndeunainfraccióndelaley,influyenaturalmenteenla imaginación:elproyectoamedioesbozarsepresentaconcoloresvivosyseductores.Peronosucedelomismocuando,mástarde,se tomalaatencióndel criminal hacia sus posibles relaciones con la policía. Maurice pensabaahora que tal vez no había tenido demasiado en cuenta la existencia de lapolicía,cuandoseembarcóensupeligrosaaventura.

«¡Voyatenerquehilarmuydelgado!»,pensóparasí,ysintióenlaespinadorsalunligeroescalofríodemiedo.

—¿Aquéestación?—preguntóelcochero.

Page 46: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Alaprincipal!—respondióMaurice.

Después pensó para sí que aquel hombre recibiría de todos modos suchelíndepropina.

«¡Seríaunalocurallamarlaatenciónsobremipersonaenestosmomentos!—pensó—. Pero el dinero que este asunto va a costarme a fin de cuentas,empiezaahacermeelefectodeunapesadilla».

Atravesó el despacho de billetes y anduvo errando tristemente por elandén.Enaquelmomentohabíapocomovimientoenlaestación.Habíaescasagente en el andén, pues sólo se veían acá y acullá algunos viajeros queaguardaban.Maurice observóqueno llamaba la atención, lo cual le parecióunacosaexcelente;peroporotrapartepensóquenoadelantabamuchoensuspesquisas. Indispensablemente tenía que hacer algo, y arriesgar algo: cadamomentoquepasabaaumentabaelpeligro.Enfin,echandomanodetodosuvalor,detuvoaunmozodelaestaciónylepreguntósinorecordabasihabíavistollegaruntonelenel trendelamañana.Añadióquedeseabavivamenteinformarseporqueeltonelpertenecíaaunodesusamigosyademásconteníamuestrasdelamayorimportancia.

—Yonoestabaaquíestamañana,caballero—respondióelmozo—,perovoy a preguntar a Bill. ¡Eh, Bill! ¿Te acuerdas de haber visto llegar estamañanadeBournemouthuntonelqueconteníamuestras?

—Nopuedodecirtenadaacercadelasmuestras—replicóBill—.Peroloquesípuedodecirteesqueelindividuoquerecibióeltonelnosarmóungranescándalo.

—¿Cómo,cómo?—exclamóMaurice,mientrasdeslizabafebrilmenteunasmonedasenlamanodelmozo.

—Muysencillo,caballero;setratadeunbarrilquellegóalaunaytreintaypermanecióeneldepósitohasta las tres.Aesahora,he aquíque llegaunhombrecilloenclenque(semefiguraquedebeseralgúnvicario),ymedice:«¿NoharecibidoustedalgoparaPitman?».«WilliamDentPitman,caballero,le respondí; pero creo que ése es el nombre escrito sobre este tonel». Elhombrecilloexaminael tonelysequedaasombradocuandolee ladirección.Entonces empieza a echamos en cara que no le habíamos traído lo que éldeseaba.«¡Pocomeimporta,caballero,loqueusteddice,lerespondí:perosiesustedWilliamDentPitmanesprecisoqueselleveeltonel!».

—¿Yselollevó?—exclamóMauriceanhelante.

—¡Ya lo creo!—repuso tranquilamente Bill—. Parece que lo que aquelseñoraguardabaeraungrancajón.Eltalcajónllegótambién;loséporqueesel bultomás grande que he visto enmi vida.Al saber el señor Pitman que

Page 47: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

había llegado también el cajón, puso mala cara. Preguntó por el jefe deservicioyllamaronaTom,elcocheroquehabíallevadolacaja.¡Enmividahevistoaunhombreensemejanteestado,caballero,estababorrachoperdido!Según pude comprender, un caballero que debía estar loco, dio a Tom depropinaunalibraydeaquívinotodoelmal.¿Comprendeusted?

—Pero,enfin,¿quédijo?—añadióMauriceimpaciente.

—Afemía,caballero,nosehallabaendisposicióndedecirgrancosa—respondióBill—.Peroofrecióbatirseapuñetazosconel talPitmanporunapintadecerveza.Habíaperdidosus librosysusrecibos,y lopeoresquesucompañero estaba más borracho que él. ¡Oh, caballero, estaban los doscomo…unoslores!Eljefedeserviciolosdespidióenelacto.

«¡Vamos,noestádeltodomal!»,pensóMaurice,dandounsuspiroqueledesahogóalgo.Yluegoañadiódirigiéndosealmozo:

—¿Demodoqueningunode losdoshombrespudodecir adóndehabíanllevadolacaja?

—No—respondióBill.

—¿YquéhizoPitman?—preguntóMaurice.

—Se llevó el tonel en un coche —respondió Bill—. El pobre hombretemblabacomounazogado.¡Nocreoquetengamuchasalud!

—¿Desuerte—respondióMaurice—queeltoneldesapareció?

—Encuantoaeso,puedeustedtenerloporseguro—dijoelmozo—.Perocreoquelomejorseríaquevieraustedaljefedeservicio.

—¡Oh,novale lapena, lacosanotieneimportancia!—protestóMaurice—.Elbarrilsóloconteníamuestras.

Dicho esto, se apresuró a salir.Una vez encerrado en su coche, trató dedarse cuenta nuevamente de su situación. «Supongamos, dijo para sí, queaceptomiderrotayvoyenseguidaadarpartede lamuertedemi tío.Entalcasoperdería la tontinayconésta laúltimaesperanzade recobrarmis sietemilochocientaslibras».Pero,porotraparte,despuésdehabertenidoquedaralcocherounchelíndepropina,habíaempezadoaechardeverqueelcrimenera costoso en la práctica, la pérdida del tonel le enseñaba además que erainseguroensusconsecuencias.Concalmaprimero,yluegoanimándosecadavezmás,considerólasventajasqueobtendríarenunciandoasuempresa.Estarenunciaimplicabaparaélunapérdidadedinero,peroensuma,estapérdidano era muy importante: se trataba de la tontina, con la que nunca habíacontadoporcompleto.Hallóenelfondodesumemoriaciertosrasgosque,enefecto,demostrabanquenohabíacreídonuncaseriamenteenlasgananciasdelatontina.No,jamáshabíacreídoniesperadodeunmodosegurorecobrarsus

Page 48: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

7800libras,ysisehabíametidoensemejanteaventura, lohabíahechoparacorresponder a la deslealtadmanifiesta de su primoMichael.Ahora lo veíacontodaclaridad:másvalíaabandonarporcompletolaaventurayconsagrartodossusesfuerzosalnegociodecueros.

—¡Diosmío!—exclamódepronto,dandounsaltoenelcoche,comounafigurillade resorte—.Peroeselcasoquenosóloheperdido la tontinasinoqueheperdidoademáselnegociodeloscueros.

Por muy monstruoso que pueda parecer el hecho, era rigurosamenteexacto. Maurice no podía firmar en nombre de su tío. No podía siquieraextender un cheque de treinta chelines. Por lo tanto,mientras no adujese laprueba legalde lamuertedesu tío,eraunsimplepariasinunchelín:desdepunto y hora que adujese esta prueba legal, perdía irremediablemente latontina.PeroMauricenopodíavacilar.Debíaabandonarlatontina,queestabademasiadoverde, como lasuvasde la zorra,y concentrar suactividadenelnegocio de cueros y en el resto de su modesta pero legítima herencia. Pordesgracia,apenasadoptadaestaresolucióndescubrióelabismoqueseabríaasuspies.¡Leeraimposibledeclararelfallecimientodesutío!Unavezperdidoel cadáver, su tío Joseph (desde el punto de vista legal) se había hechoinmortal.

NohabíaenelmundouncarruajebastantegrandeparaconteneraMauriceconsudesesperación.Elpobremozohizopararelcoche,sebajó,pagó,yechóaandaralaventura.

—¡Empiezo a creer que he procedido en este negocio con sobradaprecipitación!—dijo, para sí lanzando un suspiro fúnebre—. ¡Temo que elnegocio sea demasiado complicado para un hombre de mi capacidadintelectual!

Depronto se leocurrióunode losaforismosde su tío José:«Cuandosedesea pensar con claridad, hay que empezar por escribir sus argumentos»,repetíade continuoel anciano. «¡Hombre, eseviejo loconodejabade teneralgunasideasbuenas!—pensóMaurice—.¡Voyaemplearsusistema!».

Entró en una taberna, pidió queso, pan y avíos de escribir, y se instalósolemnemente ante una hoja de papel blanco. Probó la pluma, y ¡cosaincreíble!,escribíaperfectamente.Pero¿quéibaaescribir?

—¡Ya caigo! —exclamó al fin Maurice—. Voy a hacer lo mismo queRobinsonCrusoeconsusdoscolumnas.

Inmediatamente dobló el papel conforme al modelo clásico y empezó aescribir:

MALOBUENO

Page 49: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

1.Heperdidoelcuerpodemitío.1.PeroPitmanlohaencontrado.

—¡Alto ahí!—dijo para síMaurice—. El genio de la antítesisme llevademasiadolejos;volvamosaempezar:

MALOBUENO

1.Heperdidoelcuerpodemitío.1.Perodeestemodonotengoquecuidarmedeenterrarlo.

2.Heperdidolatontina.2.PeropuedorecobrarlasiPitmanhacedesaparecerelcuerpoysiencuentrounmédicopocoescrupuloso.

3.Heperdidoelcomerciodecuerosyelrestodelaherenciademitío.3.PerolosalvarésiPitmanentregaelcuerpoalapolicía.

«Sí, pero en este caso voy a la cárcel. ¡Seme olvidaba este detalle!—pensóMaurice—. En realidad, creo que haríamejor en no pararme en estahipótesis. La gente que nada tiene que temer por sí misma, no temerecomendaralosdemásquesepongansiempreenlopeor;peroyocreoque,enuncasocomoéste,deboevitartodaocasióndedesaliento.¡No,debehaberotrarespuestaalnúmero3deladerecha!¡Debehaberunbuenoquesirvadecontrapesoaestemalo!Deotrasuerte,¿quéutilidad tendría la invencióndeestadoblecolumna?¡PorSanGeorge,yacaigo!Larespuestaalnúmero3esexactamentelamismaqueladelnúmero2.»

Dicho esto se apresuró a escribir de nuevo el pasaje en cuestión,reemplazandoenfrentedelnúmero3,malo, larespuestaantes inscritacon ladelnúmero2.

«¡Enverdadnecesitoatodotrancehallaresemédicopocoescrupuloso,lonecesito, enprimer término,paraquemeextiendauncertificadodeclarandoque hamuerto mi tío, y lo necesito además para queme dé un certificadodeclarando quemi tío vive…! ¡Pero he aquí que caigo nuevamente en unaantinomia!».

Enseguidavolvióasusconfrontaciones.

—¡Alto ahí!—dijo para síMaurice—. El genio de la antítesisme llevademasiadolejos;volvamosaempezar:

MALOBUENO

4Meencuentrocasisindinero.4.Peroenelbancotenemosundepósitoimportante

5.Sí,peronopuedocobrardichodepósito.5.Pero…enrealidad,estoparecedesgraciadamenteincontestable.

6.HedejadoenelbolsillodemitíoJosephelchequedeochocientas

Page 50: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

libras.6.PerosiPitmannoeshonrado,eldescubrimientodelchequeledecidiráaguardarsecretoyadeshacersedelcadáver.

7.Sí,perosiPitmannoeshonradoydescubreelchequesabráquiénestíoJosephypodráhacermecantar.7.Sí,perosinomeequivocoenmiscálculosacercademitíoMastermannpodré,amivez,hacercantaramiprimoMichael.

8.PeroyonopuedohacercantaraMichaelsintenerpruebasdelamuertedesupadre.Además,hacercantaramiprimonodejadeserempresaalgopeligrosa.8.¡Tantopeor!

9.Elcomerciodecuerostendráprontonecesidaddedineroparalosgastoscorrientesyyonotengouncuarto.9.Peroelcomerciodecuerosesunbarcoquehaceagua.

10.Sí,pero,sinembargo,eselúnicobarcoquemequeda.10.Exacto

11.Johntendráprontonecesidaddedineroyyonopodrédárselo.11.

12.Yelmédicovenalquerráquelepaguenporadelantado.12.

13.YsiPitmanesunbribónynomehaceiralacárcel,mepedirámuchodinero.13.

«¡Oh! ¡Veoqueelnegocioesperfectamenteunilateral!—pensóMaurice—.Decididamenteestemétodonovaletantocomoyomefiguraba».

Arrugólahojadepapelyselametióenelbolsillo;peroinmediatamentelasacódenuevo,laextendióylareleyódesdeelprincipiohastaelfin.

«Conforme a este resumen de los hechos—dijo para sí—, veo que miposición es débil, principalmente desde el punto de vista financiero. ¿Nohabría, pues,medio de hallar fondos? En una gran ciudad como Londres yrodeadodetodoslosrecursosdelacivilización,nomeresignoacreerqueunacosatansencillameseaimposible.¡Vamos,vamos!¡Nohayqueprecipitarse!Enprimer lugar,¿no tengonadaquevender?¿Ymicoleccióndesortijasdesello?».

Peroante la ideadesepararsedeaquelquerido tesoro, sintió subírsele lasangrealacabeza.

«¡No!¡Antesmorir!»,dijoparasí.

Yechandosobrelamesaunchelín,salióprecipitadamentealacalle.

«Esprecisoqueencuentrefondos.Muertomitíoeldinerodepositadoenelbanco es mío: quiero decir que debería ser mío, a no ser por esa maldita

Page 51: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

fatalidadquemepersiguedesdequemequedéhuérfano.¡Enmilugar,yaséyoloqueharíacualquierotrohombreenelmundo!Empezaríaporfalsificardocumentos: sólo que en este caso, esto no podría llamarse falsificación,porquemi tío hamuerto y el dinerome pertenece. ¡Cuando pienso en esto,cuandopiensoquemitíohamuertoamivistayquenopuedoprobarlo,mesiento abrumado por el peso de semejante injusticia! En otro tiempo mellenaba de amargura el recuerdo de mis 7800 libras; ¿qué era esa sumamiserable en comparación con lo que pierdo ahora? ¡Es decir, que hastaanteayererayoperfectamentefeliz!».

YMauricerecorríalascalleslanzandoprofundossuspiros.

«¡Y aún no es esto todo! —pensaba—. ¿Sería yo capaz de falsificar?¿Llegaríaa imitarperfectamente la letrademi tío?¿Porquénoaprendímáscaligrafíacuandoeramuchacho?¡Ah!¡Cómocomprendoahora losconsejosde nuestros profesores cuando nos predecían que más tarde sentiríamos nohaberaprovechadomejorsuslecciones!Miúnicoconsueloesqueauncuandofracaseenmiempresa,notendrénadaquetemer,porlomenosdepartedemiconciencia.Ysi triunfo,yesePitmanestanbandidocomoyomefiguro,enesecasonomequedaríamásque tratardehallar enLondresunmédico sinescrúpulos, cosa que no debe ser difícil de descubrir en una ciudad comoLondres.¡Laciudaddebeestarllenadeellos,seguramente!¡Claroesquenovoy a poner un anuncio en los periódicos, pidiendo las señas de unmédicovenal!;no,mebastaráentrarencasadediferentesmédicos,juzgarlossegúnlaacogida que me hagan y, cuando haya encontrado uno que parezcaconvenirme,exponerlesimplementeminegocio…¡Sinembargo,enelfondo,estepasonodejadesersumamentedelicado!».

Después de largos rodeos, se halló en los alrededores de John Street; loechó de ver enseguida y se apresuró a volver a su casa. Pero, mientrasintroducía la llave en la cerradura, le acometió una nueva reflexiónmortificante.¡Estamismacasanomepertenecemientrasnopuedademostrarlamuertedemitío!Diciendoestoentróyvolvióacerrardandountremendoportazo.

Paracolmodedesdicha, enmediode laoscuridaddelvestíbuloMauricetropezóycayópesadamentesobreelpedestaldelHércules.Eldolorvivoqueexperimentóacabódeexasperarle.Acometidodeprontode furor impulsivo,cogióelmartilloqueGideonForsythhabíadejadoenelsuelo,ysinfijarseenloquehacía,diounterriblegolpealaestatua,queprodujounchasquidoseco.

—¡Bárbarodemí!¿Quéhehecho?—gimióMaurice.Entoncesencendióuna cerilla y corrió a buscar una palmatoria en la cocina. «Sí —se dijointeriormente, contemplando a la luz de la bujía el pie del Hércules queacababa de romper—; una obra maestra antigua. La broma me va a costar

Page 52: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

milesdelibras».

Perodeprontosesintió iluminadoporunaesperanzasalvaje:«¡Vamosaver!MehedesembarazadodeJulia;notengonadaqueverconeseidiotadeForsyth; los mozos del ferrocarril estaban borrachos perdidos y han sidodespedidos; no hay, pues, que temer. ¡No tengomás que negar!Ni visto nioído,¡diréquenosénada!».

Unminutodespuésestabanuevamentedepie,enfrentedelHércules,conlos labios apretados, blandiendo en lamano derecha elmartillo de partir elcarbónyunamacizacuchillaparapicarcarne.EmpezóresueltamenteporelcajónylebastarondosotresgolpesbienaplicadosparacompletareltrabajodeGideon.Rotoelcajón,cayósobreMauriceunalluviadetablasseguidadeunaluddepaja.

Entoncespudoapreciarelnegocianteencuerosladificultaddelatareaquehabía emprendido; poco faltó para que se desalentase. Estaba solo, sólodisponíadearmasinsignificantesynoteníaexperienciaalgunaeneloficiodeminero ni en el de picapedrero; ¿cómo lograría dar fin a aquel monstruocolosal, enteramente de mármol y suficientemente sólido para conservarseintactodesdelaépocadeFidias,acaso?Perolaluchaeramenosdesigualdeloquesefigurabasumodestia;porunaparteestabalafuerzamaterial,peroporotraestabalafuerzamoral,esallamaheroicaqueaseguralavictoria.

—¡Veremosquiénpuedemás,pedazodeanimal!—gritóMaurice,conunapasionamiento semejante al que debió animar en otro tiempo a losvencedores de laBastilla—. ¡Acabaré contigo!, ¿los oyes?, y ha de ser estamismanoche.¡Meestásestorbandoaquí!

ElrostrodelHércules,consuinoportunaexpresióndejovialidad,excitabaespecialmente la iradeMaurice,yporélprecisamenteempezósufuribundoataque.Laestaturadelsemidiós(hayqueadvertirqueelpedestaleratambiéndemasiado alto) parecía constituir un obstáculo serio para la empresa. Perodesdelasprimerasdecambiolainteligenciaafirmósutriunfosobrelamateria.Recordó Maurice que su difunto tío tenía en su biblioteca una escaleritaportátil,sobrelaquesubíaJuliaparaalcanzarleloslibrosdelosanaquelesmásaltos.Corrióabuscaraquelpreciosoinstrumentodeguerra,ygraciasaél,notardóentenerelplacerdedecapitarasuestúpidoenemigo.

Dos horas más tarde, lo que había sido imagen de un enormemozo decordel,sehallabareducidoauninformemontóndemiembrosrotos.Eltorsoseapoyabacontraelpedestal,lacarahacíamuecas,mirandohacialaescaleradel sótano; laspiernas, losbrazosy lasmanosyacíanenvueltos enpajaqueinundabaelvestíbulo.Mediahoradespués, todosaquellos restossehallabanarrinconados en un rincón de la bodega; y Maurice, embargado por eldeliciososentimientodel triunfo,considerabaelquehabíasido teatrodesus

Page 53: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

proezas.Enadelantepodíadormirenpazynegarcontodaseguridad;anoserpor su lamentable estado de degradación, el vestíbulo no contenía nada querevelaseelpasodelmásgigantescoproductodelaesculturaantigua.Enfin,alaunadelamañana,tanmolidoquenotuvofuerzasparadesnudarse,Mauricesedejócaerenlacama.Teníafuertesdoloresenlosbrazosyenloshombros,leardíanlaspalmasdelasmanos,ynopodíadoblarlaspiernas.LargotiempotardóMorfeoenvisitaraljovenhéroe,yloabandonóalosprimerosrayosdelalba.

Lamañana se anunciabadeunmodo lamentable.Bramabaen la calle elvientodelEste, la lluvia azotaba lasventanasyMaurice sintió al levantarsecorrientesdeairehelado.

«Es triste que no pueda disfrutar de buen tiempo, teniendo en cuenta elcúmulo de desgracias queme rodean». No había pan en casa; porquemissHazeltine (como todas lasmujeres cuando viven solas) se había alimentadocongolosinas.PeroMauriceacabópordescubrirunpedazodebizcochoque,acompañado de un gran vaso de agua le sirvió de desayuno. Después pusomanosalaobra.

Nohaynadatancuriosocomoelmisteriodelasfirmashumanas.Yafirmeunoantesodespuésdelacomida,yaduranteunaindigestiónoatenaceadoporelhambre,yatemblandoporlavidadeunhijoqueridooporhaberganadoenlas carreras, ya en el gabinete del juez de instrucción, ya junto a la mujeramada,elvulgoencontrarálasfirmasdistintassegúnlascircunstancias;peroparaelperito,paraelgrafólogoyparaelcajerodeunbanco,seránsiemprelasmismas,comolaestrelladelNorteparalosastrónomos.

Mauricesabíaesto.SusconversacionesconsutíoJosephlehabíanmetidoen la cabeza, a la fuerza, la teoría de la escritura y también la del arteingeniosode la falsificaciónen laqueseproponíahacersuestreno.Pero—felizmente para el buen orden de las transacciones comerciales— lafalsificaciónenmateriadeescritoescuestióndepráctica.MientrasMauricesehallabaaquellamañanasentadoensudespacho,rodeadodefirmasauténticasdesutíoydeensayosdeimitación,pordesgracianomuyfelices,estuvomásdeunavezapuntodedesesperarse;devezencuandoresonabaenlachimeneael lúgubremugidodelviento;avecescaíasobreBloomsburyunaniebla tanespesaqueseveíaobligadoaencenderelgas;entornosuyoreinabanelfríoyeldesordendeunacasalargotiempodeshabitada,delocualeranindicioselpavimentosinalfombra,elsofállenodelibrosyderopa,lasplumasmohosasy el papel cubierto conuna capade polvo; pero todo esto eran tortas y panpintadoencomparacióndeladepresióncausadaenelánimodeMauriceporaquel fracaso en sus tentativas de falsificación que empezaban a agotar laprovisióndepapeldecartas.

Page 54: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

«¡Eslomásextrañodelmundo!—sedecíagimiendo—.Aquíestántodoslos elementos de la firma, perfiles, gruesos y ligados; y sin embargo, elconjuntonopuedesermásdesastroso.Elúltimodelosempleadosdeunbancoveríaenseguidalafalsificación.¡Veoquevoyatenerquecalcar!».

Aguardó que pasara un chubasco, apoyó el papel sobre el cristal de laventanayalavistadecuantostransitabanporlacalle,calcólafirmadesutío.Aunasí,resultóuncalcomuytímido,torpe,enquesenotabalavacilacióndelpulsoyotrossignosdenunciadores.

—¡No importa, tendrá que pasar así!—dijo considerando tristemente suobra—.¡DetodosmodosmitíoJosephhamuerto!

Después completó el falso cheque, escribiendo en él: doscientas libras ycorrióalBancoAnglo-Asiático,dondeestabandepositados los fondosde sucasa.

Unavezallí,adoptandoelairemásindiferentequepudo,presentósufalsocheque al gordo escocés de pelo rojo con quien se entendía habitualmentecuandoibaacobraroadepositarfondos.Elescocéspareciósorprendidoalavistadelcheque,despuésloexaminóentodossentidosyhastamirólafirmaatravés de un lente; y su sorpresa pareció trocarse en un sentimiento másdesfavorableaún.

—Dispense usted un momento —dijo al fin al desdichado MauricedesapareciendoluegoenlososcuroscorredoresdelBanco.

Cuandovolvióalcabodeunratobastantelargo,veníaacompañadodeunodesusjefes,unhombrecitonomuyjovenyregordete,peroquepertenecíaalnúmerodelosqueson«hombresdemundohastalapuntadelosdedos».

—¿Tengo el honor de hablar al señorMaurice Finsbury, según creo?—preguntóelhombredemundoponiéndoseloslentesparavermejoraMaurice.

—¡Sí, señor! —respondió Maurice temblando—. ¿Hay… acaso algunadificultad?

—Ocurre lo siguiente, señor Finsbury: nos admira algo recibir esto —añadióelbanqueroseñalandoalcheque—.Precisamenteayermismonoshanavisadoquenoleentreguemosaustedfondos.

—¡Avisado!—exclamóMaurice.

—Y precisamente lo ha hecho su tío en persona. Y además le hemospagadoasuseñortíounchequede…¿decuántoeraseñorBell?

—Deochocientaslibras,señorJudkin—respondióelempleado.

—¡DentPitman!—murmuróMaurice,cuyaspiernasflaqueaban.

Page 55: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¿Cómo,caballero?Noheentendido—dijoelseñorJudkin.

—¡Oh,noesnada…unsimplemododehablar!

—¿Espero que no le habrá ocurrido a usted nada desagradable, señorFinsbury?—dijoamablementeelseñorBell.

—¡Todoloquepuedodecirausted—profirióMauriceconsiniestroacento—,esqueelhechoesabsolutamenteimposible!MitíoestáenBournemouthenfermoeincapazdemoverse.

—¡Deveras!—dijoelseñorBell,volviendoatomarelchequedemanosde su jefe—. ¡Pero si este cheque está fechado hoy en Londres! ¿Cómo loexplicausted,caballero?

—¡Oh,esunerrordefecha!—tartamudeóMaurice,entantoqueseponíacoloradocomounaamapola.

—¡Seguramente,seguramente!—dijoelseñorJudkin—,fijandodenuevoenélsuterriblemirada.

—Además—arriesgóMauricio—,aunqueustedesnopuedanentregarmegrandessumas,setratadeunabagatela…dedoscientaslibras.

—¡Sinduda,señorFinsbury!—respondióelseñorJudkin—.Loqueusteddice es cierto y, si insiste usted, no dejaré de someter su petición a nuestroConsejodeAdministración.Pero…enunapalabra,señorFinsbury,temoqueestafirmanoseatancorrectacomoseríadedesear…

—¡Oh; eso no importa!—murmuró precipitadamenteMaurice—. Voy apediramitíoquefirmedenuevo.Debodecirleausted—continuórecobrandoalgolaserenidad—quemitíoestátanenfermoquenohapodidofirmarestecheque sin mi ayuda; y creo que las diferencias que se notan en la firmaprocedendequehetenidoquesostenerlelamano.

El señor JudkinmiróaMauricedehitoenhito.Después,volviéndosealseñorBell,dijo:

—¡Empiezoacreerqueayernoshaestafadounbribónhaciéndosepasarpor el señor Joseph!Diga ami señor tío quevamos a avisar enseguida a lapolicía.Encuantoaestecheque,acausadelamaneracomohasidofirmado,elBanconopuedeaceptarsuresponsabilidad.

Diciendo esto alargó el cheque a Maurice por encima del mostrador.Mauricelocogiómaquinalmente.

—En un caso como éste —dijo— ¿la pérdida nos correspondeexclusivamenteanosotros,esdecir,amitíoyamí?

—De ninguna manera, caballero. Sólo la banca es responsable. O bien

Page 56: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

recobraremos esas ochocientas libras o reembolsaremos a usted de nuestrofondolasgananciasypérdidas.Puedeustedestartranquilo.

Maurice puso una nariz demedia cuarta; pero no tardó en brillar en susojosunrayodeesperanza.

—Oigausted—dijo—.Déjemeustedarreglarestenegociopuestengounapistayyomeencargodeél.¡Además,lapolicíacuestacara!

—¡ElBancono loentiendedeestamanera!—replicóel señorJudkin—.Costearemos todos los gastos y gastaremos todo el dinero necesario. Unestafadornodescubiertoesunpeligropermanente.¡Aclararemosafondoesteasunto,señorFinsbury;puedeustedcontarconnosotrosydormirtranquilo!

—¡Puesbien,tomoamicargolapérdida!Ruegoaustedqueabandoneelasunto.

Atodacostaqueríaimpedirlaspesquisas.

—Dispenseusted—replicóelimplacableseñorJudkin—;peronadatieneustedqueverenesteasuntoqueescosanuestraydesutíodeusted.Siésteparticipadesuopiniónyvieneaanunciárnoslooconsienteenrecibirme…

—¡Enteramenteimposible!—exclamóMaurice.

—¡Puesbien,yaveustedque tenemos lasmanosatadas!Esprecisoquepongamosalapolicíaenmovimiento.

Mauricedoblómaquinalmenteelchequeylometióensucartera.

—¡Buenosdías!—dijo,ysaliócomohuyendodelBanco.

«¡Mepreguntoqué es loque sospecha!—dijopara sí—.Nocomprendonada.Suconductaesinexplicable.Peronomeimporta.¡Todoestáperdido!Elchequeha sidocobradoyvaaentrarencampaña lapolicía. ¡DentrodedoshoraseseidiotadePitmanestarápresoytodalahistoriadelcadáverfiguraráenlosperiódicosdelanoche!».

Sin embargo, si el pobremozo hubiera podido oír el diálogo que habíatenido lugar en elBanco después de su partida, se hubiera asustado,menosseguramente;perosehabríasentidomásmortificado.

—¡Vayaunasuntocurioso,señorBell!—habíadichoelseñorJudkin.

—Sí, señor—había respondido el señorBell—: pero creo que le hemoshechopasarungranmiedo.

—¡Oh, no volveremos a oír hablar del señorMaurice Finsbury!—habíareplicadoelseñorJudkin—.Noeramásqueunaprimeratentativadesuparte,y hemos tenido siempre tan buenas relaciones con la casa Finsbury, que hecreídomáscaritativoobrarcondulzura.Supongoquenodudaráusted,señor

Page 57: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Bell,quenohahabidoerrorposibleenlavisitadeayer.FueelseñorFinsburyenpersonaelquevinoacobrarlasochocientaslibras,¿noesverdad?

—¡Nohay error posible!—dijo sonriendo el señorBell—. ¡Era el señorFinsburyencarneyhueso!¡Figúreseustedquemeexplicódetalladamentelosprincipiosdeldescuento!

—¡Muybien!¡Muybien!—concluyóelseñorJudkin—.LapróximavezquevengaelseñorJosephFinsbury, ruégueleustedquepaseamidespacho.Me inspira algún recelo su conversación;pero, en el casopresente, tenemosabsolutamenteeldeberdeponerleenguardia.

VII

DondePitmanseaconsejaconunabogado

NorfolkStreetnoesunacallegrande,yademás,notienenadadebonita.Se ven circular por ella sobre todo criadas sucias, despeinadas yevidentemente baratas. Por la mañana van a buscar provisiones a la calleinmediata, y por las noches se pasean de arriba abajo con sus novios. Dosveces por día pasa el vendedor de cordilla para los gatos. A veces unorganillero novicio se arriesga en dicha calle, pero no tarda en desaparecer,desilusionado. Los días festivos,Norfolk Street sirve de circo a los jóvenesdeportistas de la vecindad, y los inquilinos tienen ocasión de estudiar losdiversosmétodosposiblesdeataqueydedefensaindividuales.Todoestonoimpide,sinembargo,quepasedichacalleporrespetable,porquesiendomuycortaypocopasajera,nocontieneniunasolataberna.

En la época en que tiene lugar nuestro relato, el número 7 de NorfolkStreetteníaenlapuertaunaplacadecobre,conestaspalabras:W.D.Pitman,artista.Estaplacanosehacíanotarporsulimpieza,yencuantoalacasa,ensu conjunto, no tenía nada de particular ni atractivo. Y sin embargo, dichacasa, desde cierto punto de vista, era una de las curiosidades de nuestracapital; porque tenía como inquilino a un artista (y hasta a un artistadistinguido,siquieranosedistinguiesesinoporsusfracasos),¡aquienjamáshabía consagrado el más insignificante artículo ninguna revista ilustrada!Jamáshabíareproducidoningúngrabadorenmadera«unrincóndelpequeñosalón»deaquellacasa,«lachimeneamonumentaldelsalóngrande»;ningunaliterataincipientehabíacelebrado«lasencillezllenadenaturalidad»conquela había recibido el maestro W. D. Pitman, «en medio de sus tesorosartísticos».Peroyomismo,porotraparteycongransentimientomío,novoyapoderllenarestalaguna,porquesólovoyapermitirmeentrarenlaantesala,

Page 58: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

eltalleryeldesdichadojardíndelaestéticamoradadelseñorPitman.

El jardín encuestiónposeíauna fuentedeyeso (por lodemás sin agua),algunas flores incoloras en macetas y dos o tres estatuas, imitación de loantiguo,querepresentabansátirosyninfasde laejecuciónmásmedianaquepuedaimaginarellector.Aunladodeestejardínhabíadospequeñostalleres,subalquiladosporPitmanaotrosrepresentantesdenuestroartenacional,másobscurosydesdichadosqueél.Alotroladosealzabaunedificioalgomenoslúgubre,conunapuertaexcusadaquedabaaunacallejuela;allíeradondeelseñorPitmanseentregabatodaslasnochesalosgocesdelacreaciónartística.PasabaeldíaenterodandoleccionesdeartealaseducandasdeuncolegiodeKengsinton;peroporlomenospodíadisponerdesusveladas,queprolongabalomásposible.Yapintabaunpaisajeconcascada,alóleo,yaesculpía,gratuitayespontáneamente(pero«enmármol»,comosecomplacíaenhacernotar)eljustodealgúnpersonajepúblico;yatambiénmodelabaenyesounaninfaquepudieseservirde lampadarioparaelgasdeunaescalera,ounSamuelniño,caside tamañonatural, quehubieranpodidocomprarlepara el salóndeunaagenciadenodrizas.

ElseñorPitmanhabíaestudiadoenotrotiempoenParísyhastaenRoma,aexpensasdeunnegocianteencorsés,primosuyo,quedesgraciadamentenotardó en hacer bancarrota, y aunque nadie llevó jamás la incompetenciaartísticaasuponerlealgúntalento,todohacíaesperarqueporlomenoshabíaaprendidosuoficio.Perodieciochoañosdeenseñanzalehabíandespojadodelmezquino tesoro de sus conocimientos. A veces los artistas a quienessubarrendaba talleres, no podían menos de llamarle la atención y darleconsejos;lehacíanver,porejemplo,cuanimposibleerapintarbuenoscuadrosa la luz del gas, o ninfas de tamaño natural, sin modelo. «Sí, ya lo sé—respondía—. Nadie lo sabe mejor que yo en toda la calle. Les aseguro austedesquesiyofueserico,novacilaríaenemplearlosmejoresmodelosdeLondres.¡Pero,siendopobre,hetenidoqueacostumbrarmeapasarsinellos!Un modelo que viniese de vez en cuando sólo serviría para turbar miconcepciónidealdelafigurahumana;lejosdeserunaventajaseríaunpeligrorealparamicarreraartística.Encuantoamicostumbredepintaralaluzdelgas, reconozco que no deja de tener inconvenientes; pero he tenido queadoptarlaporquetengoquededicartodoeldíaalaenseñanza».

En el momento mismo en que me propongo presentarle a mis lectores,hallábasePitmansoloensutalleriluminadoporlamoribundaluzdeuntristedíadeoctubre.OcupabaunsillónWindsorycubríasucabezaunsombrerodefieltro negro. Era un hombrecillo moreno, flaco, inofensivo, interesante,vestido de luto, con una levita demasiado larga, con cuello alto y aspectovagamenteeclesiástico,que lohubiera sidociertamentemásano serpor sularga barba terminada en punta. En sus cabellos y su barba se notaban ya

Page 59: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

algunoshilosdeplata.¡Laviudez,lapobrezayunahumildeambiciónsiemprecontrariada,noeranlomásapropósitopararejuvenecerle!

Frenteaél,enunrincóncercadelapuerta,seerguíaunsólidotonel.YpormásquePitmanserevolvíaensuasiento,nopodíaapartardeélsusojosysupensamiento.

«¿Debo abrirlo? ¿Debo devolverlo? ¿Debo avisar enseguida al señorSemitopolis?—sepreguntaba—.¡No!—decidióalfin—.¡NohagamosnadasinconsultaralseñorFinsbury!».

Después se levantó, sacó de un cajón un cartapacio de cuero viejo, locolocó encima de lamesa delante de la ventana, sacó una hoja de papel decartasdecolordecaféconleche,delqueusabaensusrelacionesescritasconladirectoradesucolegioy,laboriosamente,logróredactarlacartasiguiente:

Querido señor Finsbury: ¿Sería abusar demasiado de su amabilidad,rogarlequevinieseavermeunmomentoestanochemisma?Elasuntoquemepreocupa,yacercadelcualdebopedirleconsejo,esde losmás interesantes:porquesetratadelaestatuadeHércules,pertenecientealseñorSemitopolis,delaqueyahetenidoocasióndehablarausted.Leescriboenelmayorestadode agitación e inquietud; temo en verdad que se haya extraviado esta obramaestra del arte antiguo.Y para que yo acabe de perder la cabeza hay otroincidente, relacionado con el primero.Dígnese usted, le ruego, dispensar lomaltrazadodeestaslíneasycréamesuafectísimoamigo

WILLIAMD.PITMAN

Escritaestacarta,sepusoencaminoyfueallamaralapuertadelnúmero233 de Kings Road, la calle inmediata; en dicha casa tenía su domicilioparticularelabogadoMichaelFinsbury.Pitmanhabíaencontradoalabogadocuatroañosantes,enChelsea,enunareunióndeartistas;comoeranvecinos,habíanvuelto juntos, yMichael, que era en el fondounexcelentemozo,nohabía dejado desde entonces de dispensar a su humilde vecino una amistadalgodesdeñosa,peroservicialysegura.

—No—dijolaancianasirvientedelosFinsbury,queleabriólapuerta—,elseñorMichaelnohavueltotodavía.Peroparecequenoestáustedmuybien,señorPitman.Entreustedatomarunacopitadejerez,quelesentarábien.

—Gracias, señora, hoy no puede ser —respondió el artista—. Es ustedmuy buena, perome siento demasiado abatido para beber jerez. Le ruego austedencarecidamentequeentregueestacartitaadonMichael,rogándolequepase unmomento a verme.Puede entrar por la puerta excusada que da a lacallejuela;yoestarétodalanocheenmitaller.

Sevolvióhaciasucalleylentamentesedirigióasucasa.Enlaesquinade

Page 60: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

KingsRoadlellamólaatenciónelescaparatedeunpeluquero.Largotiempoestuvocontemplandoa laaltiva,nobleymagníficadamadeceraquegirabalentamente en el centro de aquel escaparate. Ante aquel espectáculo, sedespertóenPitmanelartista,apesardelasangustiasqueleoprimían.

«Pormuchoqueseburlendelosquehacenesascosas—dijoparasí—,nopuede negarse que hay algo dentro. Hay en esa figura cierto no sé qué dealtivo,degrandeydeverdaderamentedistinguido.EsprecisamenteesemismonoséquéqueyoheintentadoexpresarenmiEmperatrizEugenie».

Continuandosumarchahaciasutallersiguiópensandoenese«noséqué».

«Esecontactoinmediatodelarealidad—dijoparasí—esloqueseenseñaenParís:¡Esarteinglés,puramenteinglés!¡Vamos,pobreviejo,tehasdejadoencanallar!¡Apuntamásalto,Pitman,apuntamásalto!».

Mientras tomaba el té y después, mientras daba a su hijo la lección deviolín, el alma de Pitman olvidó sus angustias, para volar al país del ideal.Apenasacabólalección,corrióaencerrarseensutaller.

Ni aun la vista del tonel logró enfriar su entusiasmo. Se entregó porcompleto a su obra, que era un busto de Mr. Gladstone, copia de unafotografía.Conéxitoextraordinariovencióladificultadquelepresentaba,porfaltadedocumentos,laparteposteriordelacabezadesuilustremodelo;ibaaemprenderlaconlasfamosaspuntasdelcuellodesucamisa,cuandolaentradadeMichaelFinsburyvinoallamarlebruscamentealarealidad.

—¡Vamos! ¿Qué hay? —preguntó Michael, adelantándose hacia lachimenea,dondePitmanteníaunexcelentefuego.

—Nohaypalabrasparaexpresarelembarazoenquemeencuentro—dijoel artista—.La estatua del señor Semitopolis no ha llegado y temo quemehaganresponsabledesupérdida.Además,noeslacuestióndedineroloquemeinquieta,sinolaperspectivadelescándalo,señorFinsbury.EseHércules,comoustedsabe,hasalidodeItaliafraudulentamente.Lospríncipesromanosqueloposeíannoteníanderechoparavenderlo,yafindealejarlassospechas,el señor Semitopolis me rogó que, mediante una pequeña comisión,consintiese en que enviasen el bulto a mi domicilio. Si la estatua se haquedadoenel camino, todo sedescubriráymeveréobligadoaconfesarmiparticipaciónenelasunto.

—Mepareceunasuntodelosmásgraves—declaróelabogado—;preveoquevaaexigirmuchabebida,Pitman.

—Me he tomado la libertad de prepararlo todo a ese fin—respondió elartista, indicando, sobre la mesa un infiernillo, una botella de ginebra, unlimónyunascopas.

Page 61: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Michaelsepreparóungrogyofrecióuncigarroasuamigo.

—No, gracias—dijo Pitman—.En otro tiempo tenía la debilidad de sermuyaficionadoaltabaco,perolohetenidoquedejaracausademislecciones.

—Estámuybien—dijoelabogado—.Ahorapuedeustedhablar;¡vengalahistoria!

El pobre Pitman fue revelando sus angustias.Había ido a la estación deWaterloopararecogersuHércules,ylehabíanentregado,enlugardelcolosoesperado,untoneldedimensionesordinarias.Lomáscuriosoeraqueeltonelvenía deMarsella, de donde debía llegar el Hércules, y la dirección estabaescritadeletradesucorresponsalitaliano.Ylomásextraordinariodetodoeraque había sabido que había llegado por elmismo tren un cajón gigantesco,peroconotradirecciónimposiblededescubrir.

—El carretero encargado de llevarlo se emborrachó y respondió a mipreguntaenlostérminosmásdesvergonzados.Eljefedeservicioledespidióenseguida,semostrómuyamableconmigoymeprometiótomarinformesdeSouthampton.Peroentretanto,¿quédebohacer?Hedejadomisseñasymehetraídoeltonel.Despuésdeesto,recordandounantiguoadagio,hedecididonoabrirlosinoenpresenciademiabogado.

—¿Y no haymás que eso?—dijoMichael—.No veo en ello elmenormotivodeinquietud.ElHérculessehabráentretenidoenelcaminoyllegarámañanaopasado.Encuantoal tonel,estoysegurodequeesunrecuerdodeunadesusdiscípulas.¡Probablementecontendráostras!

—¡Oh,nohableustedtanalto!—exclamóelartista—.Sileoyesenaustedburlarsedeesasseñoritas,perderíamicargoenseguida.Además,¿porquémehabían de enviar ostras deMarsella? ¿Y por quéme las había de enviar elmismoseñorRicardi,corresponsaldelseñorSemitopolis?

—¡Veamos el cuerpodel delito!—dijoMichael—, coloquémoslebajo elmecherodegas.

Losdoshombreshicieronrodareltonelatravésdeltaller.

—¡Lociertoesqueparacontenerostrasesdemasiadopesado!—observójuiciosamenteMichael.

—¿Si lo abriésemos inmediatamente? —propuso Pitman a quien lainfluencia combinada de la conversación y del grog había devuelto el buenhumor.

Después de esto, sin aguardar respuesta, se remangó las mangas, comopara un concurso de boxeo, echó al cesto de papeles su cuello postizo depastory,cogiendouncortafríoenunamanoyunmartilloenlaotra,atacóconvigorelmisteriosobarril.

Page 62: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Bravo,WilliamDent,esosellamatrabajar!—gritabaMichael—.¡Quéadmirable leñador hubiera hecho usted! ¿Y sabe usted lo que seme figura?Creoquesetratadeunadesusdiscípulas,que,parallegarhastausted,sehaencerrado en ese tonel. ¿No hay una aventura semejante en la historia deCleopatra? ¡Cuidado, no vaya usted a hundir el cortafrío en la cabeza de lahermosa!

PeroelespectáculodelaactividaddePitmaneracontagiosoyelabogadonopudoresistiraldeseodetomarparteenlafiesta.Echandosucigarroalalumbre,arrancólasherramientasdemanosdesuamigoysepusoasuvezaarrancarelfondodeltonel.Notardóencorrerelsudorporsuancharente;supantalón,cortadoalaúltimamoda,sellenódemanchasdeorínysusgolpeshacíanvibrareltaller.

Untonelconflejesdehierronoescosafácildeabrir,auncuandosesepahacerlo;perocuandonosesabehaymuchasprobabilidadesdequeenlugardeabrirse, el tonel acabe por deshacerse por completo. Esto es lo que sucedióprecisamente al tonel en cuestión.De pronto, cayó el último fleje, y lo quehabía sido un magnífico tonel, soberbia muestra de la tonelería inglesa, seconvirtióenconfusomontóndeduelasrotas.

Enmediodeellasquedóporalgunosmomentosdepieunextrañobulto,quenotardóencaerpesadamentesobreelpisodemármoldelachimenea.Enel mismo instante se abrieron las mantas que cubrían el bulto y cayeronrodandoalospiesdelazoradoPitmanunoslentesdeconcha.

—¡Silencio!—dijoMichael.

Corrióalapuertadeltalleryechóelcerrojo,después,muypálido,volvióhacia lachimeneayapartó lasmantasquecubríanel cadáver, retrocediendoconespanto.

Reinóunlargosilencioeneltaller.

—Digaustedlaverdad—preguntóalfinMichaelenvozbaja—.¿Esustedelautordeesto?

Diciendoasíseñalabaelcadáver.

Elpobreartistanolograbaarticularunapalabra.

Michaelechóginebraenunvasoyledijo:

—Tomeustedybeba,ynotemaustedconfesármelotodo.¡Yasabeustedquesiempreserésuamigo!

PeroPitmanrechazóelvasosinprobarlosiquiera.

—¡JuroaustedanteDiosqueestoesparamíunnuevomisterio!Enmismásterriblespesadillasjamáshesoñadocosaigual.¡Juroausted,además,que

Page 63: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

seríaincapazdematarunamosca!

—¡Estábien!—respondióMichael,lanzandounhondosuspiro,cualsisevieselibredeungranpeso—.¡Lecreo,pobreamigomío!—Ydiciendoestoestrechóenérgicamentelamanodesuamigo—.¡Dispenseustedmiduda!—añadió un momento después—, pero se me había ocurrido la idea de quehubieseustedpodidodesembarazarsedelseñorSemitopolis.

—¡Siyohubierahechoeso,misituaciónnoseríapeor!—gimióPitman—.¡Soyhombreperdido!¡Todoacabóparamí!

—En primer lugar —dijo Michael—, alejemos esto de nuestra vista;porquedeboconfesarle,amigoPitman,queestavisitanoesprecisamentedelasmásregocijadas.

Diciendoestoseestremeciódenuevo.

—¿Dóndepodríamosmeterlo?

—¿Podríaustedtalveztransportarloalgabineteinmediato?Siesquetieneustedvalorparatocarlo—murmuróPitman.

—¡Cáspita!MipobrePitman,seráprecisoqueunodenosotrosdostengaesevalor,ytemomuchoquenollegueustedatenerlonunca.¡Póngaseustedalotroladodelamesa,vuélvasedeespaldasyprepáremeungrog!¡Estoesloquesellamaladivisióndeltrabajo!

DosminutosdespuésoyóPitmancerrarsedenuevolapuertadelgabinete.

—¡Vamos!—declaróMichael—;¡estoyatienemáscarácterdeintimidad!Puede usted volverse; intrépido Pitman. ¿Es éste mi grog? —preguntótomandounvasodemanosdelartista—. ¡Elcielomeperdone,peroestoesunalimonada!

—¡Oh, Finsbury, por piedad! ¿Qué vamos a hacer de esto?—murmuróPitman,posandosumanoenelhombrodesuamigo.

—¿Quequé vamos a hacer? ¡Enterrarlo enmedio de su jardín y colocarencima una de sus estatuas a guisa demonumento fúnebre! Pero ante todoéchemeustedaquíginebra.

—¡SeñorFinsbury,porpiedad,noseburleusteddemidesgracia!—gritóelartista—.Tieneustedensupresenciaunhombrequehasidotodasuvida,no vacilo en decirlo, eminentemente respetable. A excepción del pequeñocontrabandodelHércules,yaundeesomearrepientohumildemente,jamáshehechonadaquenopudiese salir a la luzdeldía. Jamáshe temido la luz—gimióelhombrecillo—,yahora…

—¡Vamos!¡Unpocomásdeenergía!—exclamóMichael—.Leaseguroaustedqueestascosaspasantodoslosdías.Eslacosamáscomúndelmundoy

Page 64: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

lamásinsignificante.Siestáustedcompletamentesegurodenohabertenidopartealgunaen…

—¡Dequépalabraspodríavalermeparaafirmárselo!—contestóPitman.

—Lecreo,lecreo—repusoMichael—.Sevemuybienquenotieneustedla experiencia que supondría un hecho semejante. Pero aquí lo que queríadecir, si, omásbienpuestoque, no sabeustednadadel crimen, puestoqueel…objetoencerradoenesegabinete,noesnisupadre,nisuhermano,nisuacreedor,nisiquieraloquesehaconvenidoenllamarunmaridoultrajado…

—¡Oh,amigomío!—interrumpióPitmanescandalizado.

—Puesto que en una palabra—continuó el abogado—, no puede ustedtener ningún interés en ese crimen, tenemos el terreno completamentedesembarazado.Hastadiréqueelproblemaesde losmás interesantesymepropongo ayudarle a resolverlo, Pitman, y ayudarle hasta el fin. ¡Caramba!Hacetiempoquenomehepermitidoundíadeasueto.Mañanaporlamañanaavisaréenmioficinaquenomeesperenentodoeldía.Deestemodopodréconsagrarletodoeltiempoypodremosdejarelasuntoenotrasmanos.

—¿Quéquiere usted decir?—preguntóPitman—. ¿Enqué otrasmanos?¿Enlasdeuncomisariodepolicía?

—¡Lléveseeldiabloalcomisariodepolicía!—replicóMichael—.Siustednoquiereemplearelmediomáscorto,queconsistiríaenenterrarelobjetoestamisma noche en su jardín, habrá que encontrar alguien que consienta enenterrarlo en el suyo. En resumen, tendremos que transmitir el depósito enmanosdealguienquetengamásrecursosymenosescrúpulos.

—¿Undetectiveprivado?—añadióPitman.

—Oiga usted, amigomío, haymomentos en queme causa usted lamásprofunda compasión —respondió el abogado—. Y a propósito —añadiócambiando de tono—, siempre he lamentado que no tuviese usted un pianoaquíensucaverna.Siustednosabetocarlo,porlomenospodríandistraersesusamigoshaciendounpocodemúsica,mientrasustedseocupaenmanipularelbarro.

—Si leagradaausted,puedoprocurarmeunpiano—dijonerviosamentePitman,deseosodecomplacerle—.Porlodemás,yasabeustedquetocoalgoelviolín…

—¡Sí, ya lo sé! —dijo Michael—, ¡pero qué es un violín, sobre todoteniendoencuentacomoustedtoca!¡No,loquehacefaltaesuninstrumentopolifónico! ¡Lo ideal es un buen contrapunto!Ahora bien, puesto que ya esdemasiadotardeestanocheparaquepuedaustedcomprarunpiano,yovoyaregalarleuno.

Page 65: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Muchísimasgracias!—respondióPitmansinsaberloquelepasaba—.¿Quiereustedregalarmesupiano?¡Nosécómoagradecérselo!

—¡Sí,voyaregalarleaustedunodemisdospianos—continuóMichael—paraquemañanasediviertaelinspectordepolicíaenhacerarpegios,mientrassusdetectivesregistranelgabinete!

Pitmanlecontemplabaconasombro.

—¡Estoyhablandoenbroma!—dijoMichael—.Peroelcasoesqueustedno comprende nada sin que le pongan los puntos sobre las íes. ¡Atención,Pitman,sigaustedelhilodemiargumento!Partodelhechomuyafortunadoparaambos,dequesomoscompletamenteinocentesdelasesinato.Nonosligaconesteaccidentemásquelapresenciade…loqueustedsabe.Si logramosdesembarazarnosde…eso,no tendremosnadaque temer.Ahorabien,voyadarle a usted mi piano. Mañana arrancaremos todas las cuerdas ydepositaremos… a nuestro amigo… en su lugar; cerraremos el instrumentocon llave, lo colocaremos en un carrito demano y lo introduciremos en lamoradadeuncaballerojovenaquienconozcodevista.

—¿Aquiénconoceusteddevista?…—repitióPitman.

—Perosobretodo—dijoMichael—,conozcosucasamejorqueélmismo,pues vivió en ella en otro tiempo uno demis amigos, le llamo «mi amigo»para abreviar, pues ahora está en presidio. Le defendí y le salvé la vida alpobrediablo,enrecompensa,medejótodoloqueposeíainclusolasllavesdesu casa.Allí es dondeme propongo transportar nuestro piano. ¿Comprendeusted?

—Todo eso me parece muy extraño —murmuró Pitman—. Y ¿qué lesucederáaesepobreseñoraquienustedconocedevista?

—¡Oh,hagoesoporsubien!—respondióalegrementeMichael—.¡Tienenecesidaddeunabuenasacudidaparamoverse!

—Peroamigomío,¿nocreeustedquesehallaráenpeligrodeseracusadodeasesinato?—tartamudeóPitman.

—¡Bah! ¡Estaráprecisamente en lamisma situación enquenosotrosnosencontramos! Puedo asegurarle a usted que es tan inocente como usted.¡AmigoPitman, loquehaceahorcar a lagentenoes la acusación, sinounadesdichadacircunstanciaagravantequesellamalaculpabilidad!

—¡En verdad! ¡En verdad!—insistió Pitman—.Su planme parecemuyextraño.¿Noseríamejorenfindecuentasavisaralapolicía?

—¡Y promover un escándalo! —respondió Michael—. El misterio deNorfolk Street; fuertes presunciones de inocencia en favor de Pitman. ¿Quéefectoproduciríaestoensucolegio?

Page 66: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Pues simplemente mi expulsión inmediata!—replicó el artista—. Sí,seguramente.

—Además, por otra parte—dijoFinsbury—,debe usted suponer que nomevoyaembarcarenunasuntocomoéstesinprocurarmealgunadistracciónacambiodemitrabajo.

—¡Oh, mi querido señor Finsbury! ¿Son éstas las disposiciones queconvienen para llevar a cabo asunto tan grave? —exclamó el desdichadoPitman.

—¡Vamos, he dicho eso para darle a usted ánimo! —replicó Michaelimperturbable—. ¡Créame usted, Pitman, no hay nada en la vida como unajuiciosaligereza!Peroesinútildiscutirmás.¡Siconsienteustedenseguirmiparecer, vamos enseguida a buscar el piano; pero si no consiente en ello,dígaloyledejarésalirdelatolladerocomoguste!

—¡Demasiado sabe usted que dependo en absoluto de su voluntad! —respondióPitman—.Pero ¡qué terriblenochevoyapasar,coneste…horrorenmitaller!

—Entodocasotambiénestaráensutallermipiano—respondióMichael—.Pienseustedenélyesoharácontrapeso.

Unahoradespuéspenetróuncarritoenlacallejuela,yelpianodeMichael,unErarddegrancola,aunquebastantemaltratado, fuecolocadopor losdosamigoseneltallerdePitman.

VIII

DondeMichaelsepermiteundíadeasueto

Aldía siguiente por lamañana, a las ocho enpunto, llamóMichael a lapuerta del taller. Halló al artista en el más lamentable estado, descolorido,encorvado,sinfuerzas,conlosojosextraviados,quesedirigíansincesaralapuerta del gabinetito. Pitman por su parte quedó mucho más admirado delcambioqueobservóen su amigo.Michael se las echabade seguir laúltimamoda(creoqueyalohedicho)yeslociertoqueestabasiemprevestidoconirreprochableelegancia,locualledabaenciertamaneraelaspectodeunseñorqueestáconvidadoaunaboda.Ahorabien,lamañanaencuestión,estabamuylejosdeparecersemejantecosa.Llevabaunacamisadefranela,unaamericanayunpantalóndepañoordinario;calzababotassintaconesyacababadedarleelaspectodeunvendedorambulantedecerillas,unmalaventuradoabrigo.

—¡Aquímetieneusted,WilliamDent!—exclamóquitándoseelsombrero

Page 67: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

defieltroquellevabaenlacabeza.

Despuésdeesto,sacandodelbolsillodosmechonesdepelosrojos,selospegóenlasmejillasamododepatillasyempezóabailardesdeunextremoaotrodeltaller,conlagraciaafectadadeunabailarina.

Pitmansonriótristemente.

—¡Jamáshubierapodidoreconocerle!—dijo.

—De lo cual me alegro mucho —respondió Michael metiéndosenuevamentelaspatillasenelbolsillo—.Porelmomentovamosapasarrevistaalguardarropadeusted,porquetambiéntendráquedisfrazarse.

—¿Disfrazarme?—gimióelartista—.¿Esindispensableenverdadquemedisfrace?¿Nohaymediodeevitarlo?

—¡Queridoamigo—replicóMichael—,eldisfrazeselencantodelavida!¿Qué es la existencia, como dicemuy bien el gran filósofo francés, sin losplaceres del disfraz? Por otra parte, no depende de nuestra voluntad: lanecesidadnosobligaaello.Esnecesarioquegrannúmerodepersonasyenparticular el señor Forsyth, tal es el nombre del joven a quien conozco devista, no puedan reconocernos hoy. Pudiera suceder que el señorForsyth seencontraseensucasacuandovayamosavisitarla.

—¡Perosiseencuentraensucasaenesemomento—tartamudeóPitman—,estamosperdidos!

—¡Bah! ¡Ya saldremos del paso! —respondió Michael alegremente—.Vamos, muéstreme usted sus prendas de desecho, a fin de que puedatransformarloenunhombrenuevo.

En el ropero de Pitman escogióMichael, después de largo yminuciosoexamen,unaamericanacortadealpacanegrayunpantalóndeveranocolorverdoso. Una vez en posesión de estos objetos procedió al examen de lapersonadesuamigo.

—Llevausteduncuellopostizoclericalquenomeagrada—ledijo—.¿Nopodríaustedreemplazarlo?

Elprofesordedibujoreflexionóuninstante.

—DebotenerporahídoscamisasdecuellobajoqueusabacuandoestabaenParísestudiandolapintura.

—¡Magnífico! —exclamó Michael—. ¡Va a estar usted admirable!Hombre, unas polainas de caza—continuó, revolviendo en el fondo de unaalacena—. ¡Oh, laspolainas sonabsolutamentede rigor!Ahora, amigomío,vaustedaponersetodasestasprendas,despuésdelocualsesentaráustedenese sillón ymeditará sobre algún problema de estética, durantemedia hora

Page 68: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

larga.Hechoestovaustedabuscarmeasutaller.

La mañana había sido por demás desagradable. En el jardín de PitmansoplabafuriosoelvientodelEsteentrelasestatuasyarrojabalalluviacontralasventanasdeltaller.EraprecisamenteelmomentoenqueMauriceintentabapor centésima vez en Bloomsbury la falsificación de la firma de su tío,mientras que Michael se ocupaba, con no menor actividad en el taller deNorfolkStreet,enarrancarlascuerdasdesugranpianoErard.

Mediahoradespués,Pitman,alentrardenuevoensutaller,hallólapuertadelgabinetedeparenpar,ylacajadelpianodiscretamentecerrada.

—¡Oh—exclamóMichael,apenasvioasuamigo—,hayquedespojarseinmediatamentedeesabarba!

—¡Mibarba!—exclamóPitmanespantado—.Meesimposiblequitarmelabarba,puesperderíainmediatamentemiempleo.Ladirectoraesmuyrigurosaentodoloqueserefierealaspectoexteriordelpersonaldocente.Mibarbameesabsolutamenteindispensable.

—Podráusteddejárselacrecerdespués—dijoMichael—.Entretantoestaráustedtanfeoquelesubiránelsueldo.

—Peroesquenoquieroestardemasiadofeo—replicóelartista.

—¡Vamos, basta de niñerías!—dijoMichael que detestaba las barbas yestabamuy satisfechodepoder suprimir una—.Vamos, seaustedhombreyhagaesesacrificio.

—¡Silocreeustedabsolutamenteindispensable!—murmuróPitman.

Lanzando un profundo suspiro, fue a la cocina a buscar agua caliente,instaló un espejo en su caballete y procedió al decoroso sacrificio.Michaelestabaencantado.

—¡Esunatransformaciónmilagrosa,seloasegurobajopalabradehonor!—dijoaPitman—.Unavezquesehayaustedpuestolosanteojosquetraigoenelbolsilloseráustedeltipoperfectodelviajantealemándecomercio.

Pitman, sin responder, seguía contemplando tristemente en el espejo laimagen del hombre nuevo en que se había convertido.Michael comprendióqueteníaeldeberdeanimarle.

—¿Sabe usted —le preguntó—, lo que dijo un día el gobernador deCarolinadelSuraldeCarolinadelNorte?«Meparece—dijoesteprofundopensador—, que el tiempo que media entre dos copas de aguardiente essiempredemasiadolargo».Ahorabien,amigoPitman,sitieneustedlabondaddebuscarenelbolsillo izquierdodemiabrigo, seme figuraqueencontraráustedun frascodewhisky. ¡Esoes,gracias!—añadió llenandodoscopas—.

Page 69: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Bebaustedestoysechuparálosdedos.

El artista alargaba la mano hacia el jarro del agua, pero Michael seapresuróacortarsumovimiento.

—¡Aunquemelopidieseustedderodillas!EslamejorcalidaddewhiskydemesaquepuedehallarseentodaInglaterra.

Pitmanbebióuntrago,dejólacopaencimadelamesayexhalóunsuspiro.

—Para un día de vacaciones, no es posible seguramente hallar uncompañeromás triste queusted—exclamóMichael—.Si no entiendeustedmás que eso en materia de whisky, amigo mío, no lo catará usted más; ymientrasyodoyfindelabotella,ustedvaaponermanosalaobra,porque—continuó—hecometidounerrorabominable:hubieradebidoenviarleausteda buscar el carrito antes de disfrazarse. Hay que confesar también, amigoPitman, queno sirveustedpara nada. ¿Por quénomehizoustedpensar enello?

—¡Yo no sabía siquiera que había que encargar un carrito! —gimió elartista—.Perosiustedquiere,puedoquitarmeeldisfraz.

—Entodocasoleseríaausteddifícilvolverseaponerlabarba—observóMichael—.No,amigomío;éstaesunadeesasfaltasquellevanavecesalahorca.VayaustedinmediatamentealaagenciadeKingsRoad;digaustedquevenganallevarseelpiano,quelollevenalaestacióndeVictoria,ydesdeallí,porferrocarrilalaestacióndeCannonStreet,dondequedaráadisposicióndelseñor…¿quélepareceaustedelnombredeVíctorHugo?

—¿Nolepareceunpocollamativo?—insinuóFitman.

—¿Llamativo…?—replicó desdeñosamenteMichael—. ¡Un nombre asíbastaríaparahacernosahorcaralosdos!EsmejorBrown,queesalavezmásseguro ymás fácil de pronunciar.No se olvide usted de decir que el pianodebeserentregadoalseñorBrown.

—Le agradecería a usted —murmuró Pitman—, que, siquiera porcompasiónhaciamí,nohiciesecontantafrecuenciaalusiónalahorca.

—¡Oh,amigomío;haceralusiónaellanotraelamenorconsecuencia!—repusoMichael—.¡Ea,póngasesusombreroyenmarcha!Noseolvideusteddepagarlotodoporadelantado.

Una vez solo el abogado empezó por concentrar toda su atención en labotelladewhisky, locual contribuyónopocoaaumentar elbuenhumordeque se sentía animado desde por la mañana. Después, una vez vaciada labotella,seocupóencolocarselaspatillasdelantedelespejo.

—¡Soberbio! —exclamó con orgullo, después de mirarse largamente al

Page 70: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

espejo—.Parezcounempleadodeeconomato.

Deprontoseacordódelosanteojosqueteníaenelbolsilloyquedestinabapara Pitman. Los sacó, se los puso y quedó encantado del efecto. «Esjustamente lo que me faltaba. ¿A qué me parezco ahora?». Fue adoptandodiversasactitudesdelantedelespejoydefiniéndolasenvozaltaamedidaquelastomaba.«Imitadordeunredactordenoticiasparalosperiódicoscómicos;pero para esto me haría falta un paraguas. Imitación de un empleado deeconomato.ImitacióndeuncolonodeAustraliaquevuelveaInglaterraparavisitarloslugaresdesuinfancia.Magnífico,estoesloquemeconviene».

Aestepuntollegabadesusrazonamientoscuandosusojossefijaronenelpiano. Inmediatamente, obedeciendo a un impulso irresistible, descubrió elteclado,yconlosojosfijoseneltecho,empezóatocarlasteclasmudas.

CuandoelseñorPitmanvolvióaltallerhallóasuguíaysalvadorocupadoenrealizarprodigiosdevirtuosidadenelErardsilencioso.

«¡Diosmeayude!—pensóelhombrecillo—.Sehabebidotodalabotellayestácompletamenteembriagado».

—¡SeñorFinsbury!—dijoenvozalta.

Michael,sinlevantarse,volvióhaciaélsurostro,quesehabíapuestomuycolorado. Lo adornaban las rojas patillas y en su centro se destacaban lossoberbiosanteojos.

—¡Caprichoensolmenorsobre lamarchadeunamigo!—dijopor todarespuestasindejardecontinuarsusarpegios.

PerodeprontosedespertólaindignaciónenelalmadePitman.

—¡Dispense usted! —exclamó—. Estos anteojos debían ser para mí,formanparteesencialdemidisfraz.

—¡Estoydispuestoausarlosyomismo!—respondióMichael.

Yluegoañadió,nosinciertaaparienciadeverdad:

—¡Y la gente sería capaz de sospechar algo si nos viesen a ambos conanteojos!

—¡Está bien! —dijo el bueno de Pitman—. ¡Había contado con esosanteojos,peropuestoqueustedinsiste!Elcarroestáalapuerta.

Mientrassacaronelpiano,Michaelsemantuvoocultoenelgabinete.Peroapenas se llevaron el instrumento, los dos amigos salieron por la puertaprincipal, tomaron un coche y se dirigieron al centro de la ciudad. El díaseguía frío y desapacible; pero a pesar de la lluvia y del viento,Michael senegó a cerrar los cristales del carruaje. Se le había metido de pronto en la

Page 71: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

cabeza hacer el papel de cicerone para con Pitman e iba señalando ycomentandoalpasolascuriosidadesdeLondres.

—¡Afemía,queridoamigo—ledecía—,parécemequeconoceustedmuymalsuciudadnatal!¿QuédiríausteddeunavisitaalaTorredeLondres?Perono;esonosalejaría talvezdemasiado.Alomenos…¡Eh,cochero,déustedunavueltaporTrafalgarSquare!

Trabajomecostaríadaruna ligera ideade loque sufrióPitmanenaquelcoche. El frío, la humedad, la desconfianza creciente respecto del jefe bajocuyas órdenes se había puesto, cierto sentimiento de malestar, casi devergüenza,debidoalaausenciadelrespetablecuellopostizoyunsentimientomásamargoaúndedegradación,producidosindudapor labruscasupresióndelabarba,taleseranlosprincipalesingredientesquesemezclabanenelalmadeldesdichadoartista.

Sintiópordeprontounligeroalivioal llegaralrestaurantedondedebíanalmorzar, y el alivio subió de punto al oír a Michael pedir un reservado.Además,mientras los dos hombres subían la escalera, guiados por unmozoextranjero, notó Pitman con satisfacción que no sólo estaba casi desierto elrestaurante,sinoquelamayorpartedelosclientesqueenélsehallaban,erandesterrados franceses. Según toda probabilidad, ninguno de ellos teníarelacionesconelcolegiodeseñoritasdondePitmandabalecciones,porqueelmismo profesor de francés, aunque se sospechaba que era católico, no eracapazdefrecuentarunestablecimientodeaquellaíndole.

Elmozo introdujo a ambos amigos enuncuartito enque sólohabíaunamesa, un sofá y un simulacro de lumbre. Michael se apresuró a pedir unsuplementodecarbón,asícomodoscopasdeaguardienteyunsifóndeaguadeseltz.

—¡Oh,no—murmuróPitman—,noquieromásaguardiente!

—¡Es usted un tipo extraordinario!—exclamóMichael—. Sin embargo,tenemosquehaceralgoydebeustedsaberquenosedebefumarantesdelascomidas. ¡Amigomío, me parece usted completamente desprovisto de todanocióndehigiene!

Diciendoestosedirigióalaventanaparavercaerlalluvia.

Pitman,entretanto,volvióasumirseensutristemeditación.¡Asípues,eraélmismoenpersonaquiensehallabagrotescamenteafeitadoyabsurdamentedisfrazado en compañía de un hombre borracho con anteojos, en unrestauranteextranjero!¡Quédiríaladirectoradesucolegiosilehubiesevistoen aquel estado! Y sobre todo, ¡qué diría si pudiera conocer la trágica ycriminalempresaqueibaallevaracabo!

Page 72: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Elabogado,viendoquesuamigoestabadecididoanobeberseelvasodeaguardiente que acababan de servirle, no pudo, sin embargo, resignarse abebersolo.

—¡Tómeseustedesto!—dijoalmozo.

Elmozoseechóalcuerpoendostragoselcontenidodelvaso,locualleconquistólassimpatíasdeMichael.

—¡Jamáshevistoaunhombrebebertandeprisa!—dijoaPitmanapenassalió el mozo—. ¡Semejante espectáculo me devuelve la confianza en laespeciehumana!

ElalmuerzofueexcelenteyMichaelcomiócongranapetito,perosenegóresueltamente a permitir que su compañero bebiese más de un vaso dechampagne.

—¡No,no!—ledijoconfidencialmente—.¡Convienequeunodenosotrosno esté enteramente borracho!Comodice el proverbio: «Si de dos hombreshay uno borracho, el negociomarcha a pedir de boca; pero si los dos estánborrachos, todo está perdido». Después del café, Michael hizo un esfuerzoadmirableparatomarairedegravedad.Miróasuamigocaraacara,yconvozalgopastosa,perosevera,ledijoporvíadejuiciosoexordio:

—¡Bastadelocuras,Pitman!¡Vamosanuestroasuntoyoigaustedbienloquevoyadecirle!Sepaustedquesoyaustraliano,colonoaustralianoyquemellamoJohnDickson,¿looyeusted?Además,noledesagradaráaustedsaberque soy rico, inmensamente rico. La clase de empresa que estamospreparando,amigoPitman,exigeelmayorcuidadoenlosdetalles.Elsecretodeléxitoestribaen lapreparación. ¡Poresomeheconstituidodesdeanocheunabiografíacompletayselaexpondríaconelmayorgustosipordesgracianolahubieseolvidadodepronto!

—¡Nosésimehevueltoidiota!—tartamudeóPitman.

—¡Esoes—exclamóMichael—,completamenteidiota,perorico,muchomásricoqueyo!Suponiendoqueestoleagradaría,amigoPitman,hedecididoque nade usted en oro. Pero debo confesar a usted que es simplementeamericanoyporañadidura fabricantedechanclosdecaucho.Peroaún tieneusted otra desgracia, pobre amigo mío, y es la de llamarse Ezra Thomas.Ahora,dígameusted,amigomío,¿quiénessomosustedyyo?

El desdichado artista tuvo que responder tres veces seguidas antes deaprenderdememorialalección.

—¡Al fin! —exclamó el abogado—, ¡nuestro plan está dispuesto y loprincipalesnocontradecirse!

—¡Peronocomprendobien!—objetóPitman.

Page 73: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Oh!Yacomprenderáustedcuando llegueelmomento—dijoMichaellevantándose.

—¡Pero sinomehadichoustedmásquenuestrosnombres…!—repusoPitman—.Sigosinhacerlahistoriaquetendremosquecontar.

—¡Si le he dicho a usted que había inventado una y la he olvidado!—repusoMichael—.Cuandollegueelmomentoinventaremosotra.

—Elcasoesqueyonosé inventar—repusoPitman—.Jamáshepodidoinventarnadaenmivida.

—Pueshoyempezaráusted,amiguito—respondiósimplementeMichael.Despuésllamóparapedirlacuenta.

ElpobrePitmansesentíatanintranquilocomoantesdelalmuerzo.

«Séqueesmuyinteligente—sedecíaasímismo—,peroenconciencia,¿puedofiarmedeunhombreensemejanteestado?».

Cuandonuevamenteestuvieronenuncoche,nopudomenosdeintentarelúltimoesfuerzo.

—¿No lepareceausted—tartamudeó—,quepensándolobien,haríamostalvezmejorendejarelnegocioparaotrodía?

—¡Dejar para mañana lo que se puede hacer hoy! —exclamó Michaelindignado—.¡Vamos,Pitman,anímeseusted!¡Tengapacienciaunahoraodosylavictoriaesnuestra!

EnlaestacióndeCanonStreet,ambosamigospreguntaronporelpianodelseñorBrownysealegraronmuchodesaberquehabíallegadoperfectamente.Dirigiéndose entonces a casa de un alquilador de las inmediaciones de laestación,alquilaronuncarritograndedemanoyvolvierona tomarposesióndel piano. Tras un breve debate quedó convenido que Michael tiraría delcarritoyPitmanloempujaríapordetrás.

LacasaenquevivíaGideonestabamuycerca,desuertequeelviajedelcarritopudoterminarsinincidentedesagradable.Llegadosa laesquinadelacalle,ambosamigosconfiaronelcarritoalcuidadodeunmozodecuerdaysedirigieron, sin apresuramiento, hacia el punto final de su expedición. PorprimeravezmostróMichaelasomosdeembarazo.

—¿Estáustedsegurodequemispatillassehallanensusitio?—preguntó—.¡Seríasumamentefastidiosoquemereconociera!

—¡Sus patillas están perfectamente en su sitio! —respondió Pitman,despuésdeunminuciosoexamen—.Porloqueamítoca,¿creeustedquemidisfrazpuedeimpedirquemereconozcan?¡Contalquenoencuentreaalguiendemicolegio!

Page 74: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Oh,sinlabarbaestáustedcompletamentedesconocido!¡Recomiendoaustedúnicamentequenoseolvidedehablarconlentitud,yprocuretambién,sileesposible,emplearuntonomenosgangosoqueelordinario!

—¡Abrigo la esperanza de que ese joven no esté en su casa!—suspiróPitman.

—¡Yyoabrigoladequeesté,contal,sinembargo,dequeestésolo!—respondióMichael—.¡Estosimplificaríamuchonuestrasoperaciones!

Yenefecto,cuandollamaronalapuertadeunmodestocuartobajo,salióaabrirles Gideon en persona. Les hizo entrar en una habitación, bastantepobrementeamueblada,queestabacompletamentellenadepipas,depaquetesdetabaco,decajasdecigarrosydenovelasfrancesasdecubiertaamarilla.

—¿TengoelhonordehablaralseñorForsyth,noescierto?—dijoMichaelabriendo el ataque—.Caballero, hemos venido a rogar a usted que tenga labondaddeencargarsedeciertoasunto.Temoserindiscreto…

—¡Yasabeustedqueenprincipio,deberíaustedveniracompañadodeunprocurador!…—seatrevióadecirGideon.

—Seguramente, seguramente, usted me hará el favor de indicarme suprocurador ordinario, y de este modo el negocio podrá marchar enseguidaregularmente —respondió Michael sentándose e indicando a Pitman quehicieselomismo—.Perolediréausted:noconocemosningúnprocuradorenestaciudad,pero,comonoshanhabladodeustedyeltiempourge,noshemospermitidoveniraverle.

—¿Seríaindiscreto,caballero—repusoGideon—,preguntaraquiéndebolarecomendación?

—No hay indiscreción alguna—replicóMichael conmaligna sonrisa—,peronoshanrogadoquenolodigamos…porlomenosenestemomento.

—¡Seguramenteesunaatencióndemitío!—dijoparasíGideon.

—Yo me llamo John Dickson —continuó—, nombre muy conocido enBallarat; séame lícito declararlo.Mi amigo, aquí presente, es el señor EzraThomas, de los EstadosUnidos deAmérica, rico fabricante de chanclos decaucho.

—¿Mehaceustedelfavordeesperarunmomento,quetomenota?—dijoGideon,procurandodarseairedehombreprácticoenlosnegocios.

—¿Le molestaría a usted que encendiese un cigarro? —le preguntóMichael.

Enefecto,habíahechounvigorosoesfuerzopararecobrarlasangrefríaalentrar en casa de su joven colega; pero en aquel momento, su cerebro

Page 75: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

empezaba a velarse al mismo tiempo que le acometían terribles ganar dedormir;asíesqueconcibió laesperanza(comootrosmuchosensucaso)dequeuncigarroleaclararíalasideas.

—¡Oh, claroqueno!—exclamóGideonmuyobsequioso—.Tomeustedunodeéstos;selorecomiendoconenteraconfianza.

Diciendoestotomóunacajadelachimeneayselapresentóasucliente.

—Caballero —continuó diciendo el australiano—, para el caso en queustedno encuentre completamente clarasmis explicaciones, debodeclarar austeddeantemanoqueacabodealmorzarfuerte.Despuésdetodoescosaquelepuedeocurriracualquiera.

—¡Oh, seguramente! —respondió el obsequioso abogado—. Puedoconsagrar a usted…—diciendo estomiró su reloj—; sí, casualmente puedoconsagrarleaustedtodalatarde.

—El asunto que aquí me trae, caballero, es sumamente delicado, puedoasegurarlo. Como mi amigo el señor Thomas es americano, de origenportuguésyricofabricantedepianosErard…

—¿De pianos Erard? —exclamó Gideon con sorpresa—. ¿Es acaso elseñorThomasunodelosjefesdelacasaErard?

—¡Oh,esunErarddecontrabando!—replicóMichael—.MiamigoeselErardamericano.

—Perosemefigurabahaberleoídoausted—objetóGideon—,yhastahetomadonotadeello…quesuamigoerafabricantedechanclosdecaucho.

—¡Sí, ya sé que eso puede admirar a primera vista! —repuso elaustraliano, con una sonrisa—. Pero mi amigo… ¡en fin, combina las dosprofesiones! ¡Y además otras muchas! —repitió el señor Dickson, con lasolemnidad propia de un borracho—. Los molinos de algodón del señorThomassonunade lascuriosidadesdeTallahassee,ysusmolinosde tabacosonelorgullodeRichmond.Enfin,esunodemismásantiguosamigos,señorForsyth,y leruegoaustedmedispensesialexponerleelasuntoqueaélserefiere,nopuedocontenerlaemoción.

Durante este discurso el joven abogado examinaba atentamente al señorThomasysesentíaagradablementeimpresionadoporlaactitudmodesta,casitímida,deaquelhombrecilloylasencillezyencogimientodesusmodales.

«¡Qué extraordinaria raza la de esos americanos! ¿Quién diría que unhombrecillodeaspecto tímido,vestidocomounmúsicoambulante, tieneensusmanostalcúmulodeintereses?».

—Pero—añadió en voz alta—, ¿no seríamejor tratar discretamente del

Page 76: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

fondodelacuestión?

—¡Usted, caballero, por lo que veo, es un hombre práctico! —dijo elaustraliano—.Enefecto,vamosalgrano.Sepausted,pues,caballero,quesetratadeunarupturadepromesadematrimonio.

El desgraciado Pitman estaba tan poco preparado para este nuevoincidente,queapenaspudocontenerungrito.

—¡Oh—dijoGideon—,esaclasedeasuntossuelensermuyfastidiosos!¡Expóngame usted todos los detalles del caso!—añadió con bondad—. ¡Siquiereustedqueyopuedaserleútil,nomeocultenada!

—¡Cuénteselo todoustedmismo!—dijoasucompañeroMichael,quealparecer teníaconcienciadehaberdesempeñadoelpapelque lecorrespondía—.¡Miamigoselocontaráaustedtodo!—añadióvolviéndosehaciaGideonydandounbostezo—,ydispénsemeustedsiporunmomentocierrolosojos,pueshepasadolanochealacabeceradeunamigoenfermo.

Pitman,completamentefueradesí,estabaaterrado.Ensuinocentealmasemezclabanlarabiayladesesperación.Hastaseleocurríanideasdesuicidio.Entretanto el abogado aguardaba pacientemente, mientras el artista seesforzabaenvanoporhallarpalabras,fuesenlasquefuesen.

—¡Sí,señor,setratadeunarupturadepromesadematrimonio!—dijoalfinenvozbaja—.¡Yo…meveoamenazadodeprocesamientoporrupturadepromesamatrimonial!…

Alllegaraestepuntodesudiscurso,quisotirarsedelabarba,enbuscadealguna nueva inspiración. Sus dedos se cerraron sobre la desacostumbradatersura de una barca recién afeitada; y al mismo tiempo, sintió que leabandonaba cuanto le restaba de esperanza y de valor. En medio de suangustia, se volvió hacia Michael y le sacudió con todas sus fuerzas,gritándoleconira:

—¡Despiérteseusted!¡Nologrosaliradelanteyustedlosabemuybien!

—¡Suplicoausteddispenseamiamigo!—dijo inmediatamenteMichael—.¡LaverdadesqueDiosnolehaconcedidoeldondelanarración!Porlodemás —prosiguió—, el asunto es muy sencillo. Mi amigo es hombre detemperamento apasionado y acostumbrado a la vida patriarcal de su país.Figúreseustedahora,undesdichadoviajeaEuropaseguidodeunencuentromás desdichado aún con un supuesto Conde extranjero. El señor Thomasperdiólacabeza.Sepresentócomocandidato,fueadmitidoyescribióenunaformadequeseguramenteestáahoramuyarrepentido.¡Sisuscartassalenaluzenlostribunales,miamigoquedarádeshonrado!

—¿Debocomprender?…—dijoGideon.

Page 77: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—No, no, estimado señor —repuso el australiano—, es imposible queustedcomprendamientrasnohayavistolascartasencuestión.

—Enverdadesunamalasituación—dijoGideon.

Lleno de compasión, dirigió una mirada al culpable; después, viendopintadas en el rostro del mismo las señales de una terrible vergüenza, seapresuróaapartarlavistadeél.

—Pero eso no es nada —continuó severamente el señor Dickson—; yseguramenteyohubieradeseadocontodamialmaquemiamigonosehubieradeshonradocomolohahecho.Perolaverdadesquenotieneexcusa,porqueenelmomentoenqueesohacía,estabayadesposado,ylosigueestando,conGa,lamáslindajovendeConstantinopla.

—¿Ga?—preguntóGideonmaravillado.

—Sí,señor;esunaabreviaturacorriente—dijoMichael—.SediceGaporGeorgia,delmismomodoquenosotrosdecimosCoporcompañía.

—Sabíaqueseescribíaavecesasí—dijoGideon—,peronosabíaquesepronunciasedelamismamanera.

—¡Oh,puedeustedcreerme!—respondióMichael—.Yahora,caballero,comprenderáusted fácilmenteque, para salvar amidesdichado amigo, va asernecesariodesplegarunahabilidad infernal. ¡Por loquehacealdineronohay que achicarse! El señor Thomas está enteramente dispuesto a firmarmañanaunchequedecienmil libras. ¡Por lodemás,señorForsyth,aúnhayalgomejorqueeso!EseCondeextranjero,elCondeTarnow,comoélsehacellamar, tuvo en otro tiempo un almacén de cigarros en Bayswater, con elnombremásmodestodeSchmidt.Suhija,sirealmenteloes,¡fíjeseustedenestepunto!,suhija, repito,despachabaenelalmacén.¡YahorapretendeesaseñoritacasarseconunhombredelasituaciónsocialdelseñorThomas!¿Vaustedadivinandoalfinloquenosproponemos?Sabemosqueesosmiserablesestánpreparandoungolpeydeseamosganarlespor lamano.EsprecisoquevayaustedenseguidaaHamptonCourt,dondevivenlosTarnow,yqueempleela amenaza o la corrupción, o ambas cosas a la vez, hasta lograr que leentreguenlascartas.Siustedno loconsigue,miamigoserá llevadoante lostribunalesyquedarádeshonrado. ¡Yomismomeveréobligadoa renunciarasuamistad!—añadióelpococaballerescoamigo.

—Meparecequeenesteasuntopodemosteneralgunasprobabilidadesdeéxito—dijoGideon—.¿SabeustedsieltalSchmidtesconocidodelapolicía?

—¡Seguramentequedebeserlo—dijoMichael—,tengaustedencuentaelhechodequeesagentehahabitadoyaBayswater!¿Nolepareceaustedquelaeleccióndeesebarrioescosabastantesugestiva?

Page 78: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Por quinta o sexta vez desde el principio de esta notable entrevista, sepreguntó Gideon si estaba soñando. ¡Pero no —se dijo—, este excelenteaustralianohabráempinadoelcodomásdeloregularenelalmuerzo!Despuésañadióenvozalta:

—¿Hastaquésumapuedollegar?

—Meparecequeporhoypuedeustedllegarhastacincomillibras—dijoMichael—.Yahora,caballero,noqueremosretenerleaustedmástiempo.Latardeavanza;haytrenesparaHamptonCourtcadamediahora,ynonecesitodecirlelaimpacienciademiamigo.Tomeustedcincolibrasparalosprimerosgastos.Yheaquílasseñas.

Diciendo esto, Michael empezó a escribir, pero se detuvo enseguida,rompióelpapelyseechólospedazosalbolsillo.Luegoañadió:

—Prefierodictarleaustedlasseñas,porquetengounaletraendemoniada.

Gideonescribiócuidadosamentelasseñas:«CondeTarnow,villaKurnaul,Hampton Court». Enseguida tomó otra hoja de papel y escribió algunaspalabras.

—¿Me ha dicho usted que no había escogido procurador? —repuso—.Aquítieneustedlasseñasdeunoque,paracasosdeestegénero,eselhombremáshábildeLondres.

—¡Ah!¿Deveras?—exclamóMichael,leyendosuspropiasseñas.

—Sí, ya sé, habrá usted visto su nombremezclado en negocios nomuylimpios —dijo Gideon—; pero personalmente es un hombre sumamenterespetableydeextraordinariacapacidad.SólomerestapreguntarlesaustedesdóndepodréencontrarlesamiregresodeHamptonCourt.

—¡EnelgranhotelLangham,naturalmente!—respondióMichael—.¡Leesperamosaustedsinfaltaestanoche!

—¡Sinfalta!—respondióGideon,sonriendo—.¿Puedoiracualquierhora,noesverdad?

—Alahoraqueustedquiera—exclamóMichaelqueestabayadepieparadespedirse.

—¡Vamos!¿Quépiensausteddeese joven?—preguntóaPitmanapenasestuvieronenlacalle.

Pitmanmurmuróenvozbaja:

—¡Mepareceuncompletoidiota!

—¡Está usted muy equivocado!—exclamóMichael—. ¡Sabe cuál es elmejorprocuradordeLondresy esto sólobasta parahacer su elogio! ¿Yyo,

Page 79: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

quétalmeheportado?

Pitmannorespondióunapalabra.

—¡Hola, hola! —dijo Michael, poniéndole la mano en el hombro—;¿puedesabersequénuevomotivodequejatieneelseñorPitman?

—¡Noteníaustedderechoparahablardemíenlostérminosenquelohahecho!—exclamó el artista—.Su lenguaje ha sido profundamente odioso ymehaheridoustedprofundamente.

—¡Yo!¡Perosinohedichounasolapalabradeusted!—protestóMichael—. ¡He hablado de Erza Thomas, y no necesito recordarle que no existesemejantepersonaje!

—¡Noimporta;mehallenadousteddeimproperios!—murmuróelartista.

Entretanto los dos amigos habían llegado a la esquina de la calle, y allí,bajolacustodiadelfielmozodecuerda,quelovigilabaconvirtuosasolicitud,encontraron al piano, que parecía fastidiarse un poco, encaramado en lasolitaria carreta, mientras la lluvia se deslizaba a lo largo de sus pieselegantementebarnizados.

Enviaronalmismomozodecuerdaabuscaren la tabernamáscercanaacinco o seis robustos mocetones, con cuyo auxilio se emprendió la últimaacción de aquella memorable campaña. Todo induce a creer que el señorGideon Forsyth no se había instalado aún en su vagón de Hampton CourtcuandoMichaelabrió lapuertade lamoradadel jovenviajero,paraque losmozoscolocaranelgranErardenmediodelahabitación.

—¡Magnífico!—dijo triunfanteMichael aPitmandespués de despedir alos mozos—. Ahora falta una precaución suprema. ¡Es preciso quecoloquemos la llave del piano de tal suerte que no pueda menos deencontrarla!¡Calculemos!

Enelcentrodelatapaconstruyóconcigarrosunatorrecuadradaycolocólallaveenlointeriordelmonumentoasíconstruido.

—¡Pobrejoven!—dijoelartistacuandoseencontraronnuevamenteenlacalle.

—¡La verdad es que se encuentra en una posición difícil! —respondiósecamenteMichael—.¡Tantomejor,tantomejor!¡Asíaprenderáavivir!

—Yapropósito—repusoelexcelentePitman—temohaberledadoaustedpruebas hace poco de muy mal carácter de ingratitud. Comprendoperfectamente que no tenía derecho alguno para ofenderme por expresionesquenosedirigíanamipersona.

—¡Estábien!—dijoMichael,poniéndosenuevamenteatirardelacarreta

Page 80: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—, ¡Pitman, ni una palabramás! ¡Esos sentimientos le honran a usted! Unhombrehonradonopuedemenosdesufrircuandooyeinsultarasualterego.

Habíacesadocasiporcompletolalluvia,Michaelestabayacasisereno,eldepósitoquedabaenotrasmanos,ylosdosamigossehabíanreconciliado;asíes que el regreso a casa del alquilador, comparado con las aventurasanteriores,lesparecióunaverdaderapartidadeplacer.Cuandoseencontraronpaseándose por el Strand, de bracero, sin que pesase sobre ellos la menorsombradesospecha,Pitmanexhalóunprofundosuspirodesatisfacción.

—¡Ahora—dijo—podemosvolveracasa!

—¡Pitman —dijo el abogado, parándose de pronto—, me desconsuelaustedsoberanamente!¡Cómo!¿Hemosestadocasi todoeldíaexpuestosa lalluvia, ymeproponeusted seriamentevolver a casa? ¡No, caballero, nos esabsolutamenteindispensableungrogdewhisky!

Tomódenuevoelbrazodesuamigoy lecondujo inflexiblementeaunatabernadenodesagradableapariencia,ydeboagregar(congranpesardemiparte) que Pitman se dejó conducir a ella de muy buen grado. Desde elmomentoenquelapazbrillabadenuevoenelhorizonte,empezabaanotarseen losmodales del artista cierta inocente jovialidad, y cuando alzó su copaparatrincarconMichael,eslociertoquedioasugestotodalapetulanciadeunacolegialaromántica.

IX

CómoterminóeldíadeasuetodeMichaelFinsbury

Michaelera,comoyahemosdicho,unbuenmuchacho,másaficionadotalvezagastareldineroqueaganarlo.Peronuncarecibíaasusamigossinoenelrestaurante.Laspuertasdesudomicilioparticularnoseabríancasinunca.Elprimer piso, que tenía más aire y luz, servía de habitación al ancianoMastermann;elsalónpermanecíacasiconstantementecerrado,ylaresidenciaordinariadenuestroamigo,eraelcomedor.Precisamenteendichocomedor,situadoenelpisobajo,hallamosaMichaelsentándosealamesaparacomer,lanochedelgloriosodíadeasuetoquehabíaconsagradoasuamigoPitman.Unaancianacriadaescocesa,conojosmuybrillantesyunaboquitaburlona,estabaencargadade ladirecciónyarreglode lacasa;manteniéndoseenpie,cercadelamesa,mientrassuamodesliabalaservilleta.

—Creo —se aventuró a decir tímidamente Michael—, que me sentaríabienunpocodeaguardienteconaguadeseltz.

Page 81: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡De ninguna manera, señorito —respondió vivamente el ama degobierno—;vinotintoyagua!

—¡Estábien,estábien,Catherine;seráustedcomplacida!—dijoeljoven—.Sin embargo, ¡si supiera usted qué día tan atareado he tenido hoy en laoficina!

—¿Cómo?—dijolaancianaCatherine—.¡Perosinohapuestoustedlospiesenlaoficinaentodoeldía!

—¿Y cómo va mi padre?—preguntóMichael para dar nuevo giro a laconversación.

—¡Oh!¡Siemprelomismo!—respondiólacriada—.¡Creoquecontinuaráasíhastasumuerte,quenohadetardarmucho!¿Perosabeustedquenoeselprimeroquemepreguntaporelenfermohoy?

—¡Cómo!—exclamóMichael—.¿Quiénlehapreguntadoantesqueyo?

—Uno de sus buenos amigos —respondió Catherine sonriendo—. ¡SuprimodonMaurice!

—¡Maurice! ¿Qué ha venido a buscar aquí ese mendigo? —preguntóMichael.

—¡Me dijo que venía de paso, a hacer una visita a su tío!—repuso lacriada—. Pero yo he adivinado el objeto de su visita. ¡Ha intentadocorromperme!¡Sí,corromperme!—repitióCatherineconinimitabledesdén.

—¡De veras!—dijoMichael—. ¡Por lo menos, apuesto a que no le haofrecidoaustedunasumamuyimportante!

—¡Pocoimportalasuma!—replicódiscretamenteCatherine—.¡Lociertoesqueledespedíenlaformaqueconvenía!¡Nohaymiedodequevuelvaporaquí!

—¡Ya sabeustedquenoquieroquevean amipadre!—dijoMichael—.¡Noquieroqueelpobreancianosirvadeespectáculoaeseimbécil!

—¡Puedeustedestar tranquiloporese lado!—respondió lafielcriada—.Pero lo más cómico, don Michael (cuidado con derramar la salsa en elmantel); lomáscómicoesquese figuraquesupadredeustedhamuerto,yqueustedocultasumuerte.

Michaeltarareóunacanción.

—¡Eseanimalmelaspagarátodasjuntas!

—¿Nopodríaustedperseguirleantelostribunales?—sugirióCatherine.

—No, a lo menos por ahora —respondió Michael—. Pero oiga usted,

Page 82: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Catherine,leaseguroqueestevinotintonomepareceunabebidamuysana.¡Vamos,tengaustedbuencorazón,ydemeunacopadeaguardiente!

ElrostrodeCatherineadquirióladurezadeldiamante.

—¡Puesbien,siendoasí—gruñóMichael—,nocomeréniunbocadomás!

—¡Comoustedguste,señorito!—dijoCatherine.

Despuésempezóaquitartranquilamentelamesa.

—¡Cuánto me gustaría que esta Catherine fuese una criada con menosabnegación!—suspiróMichael,cerrandotrassílapuertadelacasa.

La lluviahabíacesado.Soplabaaúnelvientoconmenosviolenciayconunafrescuranodeltododesagradable.AlllegaralaesquinadeKingsRoad,recordó Michael de pronto su copa de aguardiente y entró en una tabernabrillantemente iluminada. La taberna estaba casi llena. Había en ella doscocherosdepunto,ymediadocenadedesocupadosdeprofesión;enunrincón,ciertoelegantecaballerotratabadevenderaotro,muchomásjoven,algunasfotografías estéticas, que sacabamisteriosamente de una cajita de cuero. Enotrorincónseveíandosenamorados,discutiendolacuestióndesaberenquéparqueiríanapasarelrestodelavelada.Peroelplatoderesistenciaylagranatraccióndelatabernaeraunvejetevestidoconlargalevitanegra,alparecer,reciéncompradaenunatiendaderopashechas.Sobrelamesademármolqueteníadelante,entreunosbocadillosyunacopadecerveza,seveíanextendidosmultituddepapelesescritos.Sumanosemovíaconademanesoratoriosysuvoz,naturalmenteaguda, teníael timbrepropiodeunasaladeconferencias;mediante artificios comparables a los de las antiguas sirenas, aquel vejetemantenía irresistiblemente fascinados a la criada de la taberna, a los doscocheros,aungrupodejugadoresyacuatrodelosdesocupados.

—HeexaminadotodoslosteatrosdeLondres—decía—,ymidiendoconmi paraguas la anchura de las puertas, me he convencido de que erandemasiadoestrechas.Evidentementeningunodevosotroshatenidoocasiónderecorrer los países extranjeros. Pero, francamente, ¿creen ustedes que en unpaís bien gobernado pueden existir semejantes abusos?Vuestra inteligencia,por sencilla e inculta que sea, basta para afirmaros lo contrario. Austriamisma,quesinembargo,noselasechadepueblolibre,empiezaasublevarsecontralaincuriaquedejasubsistirsemejantesabusos.Precisamentetengoaquíun recortedeunperiódicodeVienaacercadeesteasunto,yvoya tratardedarles una traducción de lomás exacta posible.Como cualquiera puede verporsímismo,estáimpresoencaracteresalemanes.

Diciendoesto,alargabaasuauditorioelrecortedeperiódicoencuestión,comounprestidigitador que hace examinar por el público la naranja que seproponeescamotear.

Page 83: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Hola! ¿Es usted, querido tío?—dijo de pronto Michael, pasando sumanosobreelhombrodelorador.

Éste volvió hacia él un rostro convulso por el espanto: era el rostro deJosephFinsbury.

—¡Michael!—exclamó—.¿Estáustedsolo?

—¡Ya lo creo! —respondió Michael, después de pedir su copa deaguardiente—.Estoysolo.¿Aquiénaguardabausted?

—PensabaenMauriceyenJohn—respondióelanciano,cualsisesintiesealiviadodeungranpeso.

—¿QuétengoyoqueverconMauriceyconJohn?—repusoelsobrino.

—Sí,escierto—respondióJoseph—,ycreoquepuedotenerconfianzaenusted,¿noesverdad?Creoqueestaráusteddemiparte.

—Nocomprendonadade loqueustedquieredecir—respondióMichael—.Sisetratadedinero,yasabeustedquetengosiempreasudisposiciónunalibraodos.

—No, no es eso, querido sobrino —dijo el anciano, estrechándolevivamentelamano—.Yaselocontarétodomástarde.

—Perfectamente—respondió el sobrino—. Pero entretanto, ¿qué puedoofrecerausted?

—Puesbien—dijomodestamenteelanciano—,aceptaréconmuchogustootrobocadillo.Estoyseguro—continuó—dequedebesorprenderlemuchomipresencia en este sitio, pero la verdad es que al hacerlo, me fundo en unprincipiomuyprudente,peropococonocido.

—¡Oh,esmuchomásconocidodeloqueustedsefigura!—seapresuróadecirMichael, entre dos tragos de aguardiente—.Es elmismo principio enqueyomefundosiemprequesientoganasdeecharuntrago.

El anciano, que ansiaba vivamente conquistar la buena voluntad deMichael,seechóareír,peroconrisapocoespontánea.

—¡Es usted tan chistoso—dijo—, que con frecuenciame divierte oírle!Perovuelvoalprincipiodequequeríahablar.Consiste,ensuma,enadaptarsesiemprealascostumbresdelpaísenquesevive.Ahorabien,enFrancia,porejemplo,losquequierencomervanalcaféoalrestaurante,enInglaterra,encambio,elpuebloacudearefrescarseasitioscomoéste.Hecalculado,pues,queconbocadillos,téyunvasodecervezadevezencuando,unhombresolopuedevivirmuycómodamenteenLondresconcatorcelibrasydocechelinesalaño.

Page 84: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—Sí,yalosé—respondióMichael—,perohaolvidadoustedlosvestidos,la ropa blanca y el calzado. Por lo que a mí toca, contando los cigarros yalguna que otra distracción de vez en cuando, logro salir del paso consetecientasyochocientas…Nodejeusteddeapuntaresoensuspapeles.

ÉstafuelaúltimainterrupcióndeMichael.Comobuensobrino,seresignóaoírdócilmenteelrestodelaconferenciaque,delaeconomíapolítica,pasóala reforma electoral, y luego a la teoría del barómetro, para llegar a laenseñanza de la aritmética en las escuelas de sordomudos. Al llegar a estepunto,yterminadoelnuevobocadillo,tíoysobrinosalierondelatabernaysepasearonlentamenteporlaaceradeKingsRoad.

—Michael—dijoelanciano—,¿sabeustedporquéestoyaquí?Porquenopuedo soportar más a esos bribones de mis sobrinos; se me han hechointolerables.

—Lo comprendo muy bien —respondió Michael—. No cuente ustedconmigoparaquelosdefienda.

—Figúreseustedquenoqueríandejarmehablar—prosiguióamargamenteelanciano—.¡Senegabanadarmemásdeunlápizporsemana,ysellevabantodaslasnocheselperiódicoasucuarto,paraimpedirmetomarnotas!Ahorabien, Michael, usted que me conoce, sabe que no puedo vivir sin hacercálculos. Necesito gozar del espectáculo variado y completo de la vida, talcomoserevelaenlosperiódicoscotidianos.Asípues,miexistenciasehabíaconvertidoenunverdaderoinfierno,cuando,aprovechandoeldesordendeesedichoso choque de trenes de Browndean, logré escaparme. ¡Los dosmiserables deben creer que he muerto, y tratan de ocultar la cosa para noperderlatontina!

—Yapropósito,¿cómoandausteden lacuestióndedinero?—preguntóconcomplacenciaMichael.

—¡Oh, estoy rico! —respondió el anciano—. He cobrado ochocientaslibras,conlocualtengoparavivirduranteochoaños.Tengoplumasylápicesami antojo, y dispongo del BritishMuseum, con todos sus libros. Pero esextraordinariocuánpocoslibrosnecesitabaunhombrederefinadainteligenciaalllegaraciertaedad.¡Bastanlosperiódicosparaenterarleperfectamentedetodo!

—¿Sabeustedloqueledigo?—dijoMichael—,quepuedeustedveniravivirenmicompañía.

—Michael—respondióelanciano—,eséseunrasgoqueleagradezcoenelalma,peroustednosedacuentade loexcepcionaldemiexistencia.Hayalgunas complicaciones financieras que me impiden poder disponer de mipersonacontodalalibertadqueyodesearía.Yasabeustedqueenmicalidad

Page 85: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

detutor,elCielonobendijomisesfuerzos;y,enfin,paradecirlascosascomoson,mehalloporcompletoadisposicióndeesebrutodeMaurice.

—¡Puedeusteddisfrazarse!—exclamóMichael—.Puedoprestarleaustedenelactounpardeanteojosyunasmagníficaspatillasrojas.

—Ya he pensado en esa idea—respondió el anciano—, pero he temidoprovocar sospechas en la modesta casa de huéspedes donde vivo. Y, apropósito,meheconvencidodequelaexistenciaenlascasasdehuéspedes…

—Pero dígame usted —le interrumpió Michael—, ¿cómo diablos hapodido usted procurarse el dinero? No trate usted de hablarme como a unextraño, querido tío. ¡Ya sabe usted que conozco todos los detalles delcompromiso de la tutela y de la situación en que se halla usted respecto aMaurice!

JosephrefiriósuvisitaalBanco,asícomoelmodoquehabía tenidoquecobrar el cheque, y añadió que había prohibido al Banco que en adelantediesendineroasussobrinos.

—¡Pocoapoco,querido tío!Esonopuedecontinuar—exclamóMichael—.Ustednotienederechoparaobrarasí.

—Perositodoeldineroesmío,Michael—exclamóelanciano—.Yosoyquienhafundadolacasadecueros,conarregloaprincipiosdemiinvención.

—Todo eso estámuy bien—dijo el joven—. Pero usted ha firmado uncompromisoconsusobrinohaciéndolecesióndesusderechos.Loqueustedacabadehacer,puedellevarlesimplementeapresidio.

—¡No es posible! —explicó Joseph—. No es posible que la ley toleresemejanteinjusticia.

—Y lo más gracioso del caso —añadió Michael, lanzando una grancarcajada—, es que por si no era bastante, ha arruinado usted la casa decueros. ¡En verdad, querido tío, tiene usted un modo muy especial decomprenderlaley,perocomoaocurrenciasnohayquienlegane!

—Nohayenestonadaquepuedadarmotivoderisa—observósecamenteelseñorFinsbury.

—¿Y dice usted que Maurice no tiene poder para firmar? —preguntóMichael.

—¡Yosólotengolafirma!

—¡PobreMaurice,pobreMaurice!—exclamóMichael saltandodegusto—.Digo,yélquesefiguraademásqueustedsehamuertoyestápensandoenlos medios de ocultar la noticia… Pero dígame usted, querido tío, ¿qué hahechoustedcontodoesedinero?

Page 86: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—LohedepositadoenunBancoymehequedadoconveintelibras.¿Porquémelopreguntausted?

—Voyadecírselo—dijoMichael—.Mañanairáunodemisempleadosallevarleaustedunchequedécienlibras,encambiodelcualustedleentregaráel recibo del Banco, a fin de que vayan enseguida a llevar las ochocientaslibrasalBancoAnglo-Asiático,dandounaexplicacióncualquieraqueyomeencargode inventar.De estamanera, su situaciónde usted serámás clara ycomoMaurice,porotraparte,nopodrácobraruncéntimoenelBanco,anoser falsificando la firma de usted, no tiene usted que temer ningúnremordimientoporeselado.

—Detodosmodos,preferiríanotenerquedependerdelabondaddeusted—respondió Joseph, rascándose la nariz—. Preferiría vivir de mi propiodinero,ahoraquelotengo.

PeroMichaellesacudióelbrazo.

—¡Nohabrámedio—legritó—dehacerlecomprenderaustedqueestoytrabajandoporevitarleelpresidio!

Dijoestocontantaseriedad,queelancianoseasustó.

—Seráprecisó—dijo—quedirijamiatenciónhaciaelestudiode la ley.Esto constituirá para mí un nuevo campo de exploración. Porque,naturalmente, aunque comprendo los principios generales de la legislación,haymuchosdetallesquehastaahoranoheprocuradoexaminar,yloqueustedacabadedecirme,mesorprendemucho.Sinembargopuedeque tengaustedrazón,y laverdadesque,amiedad,un largoencarcelamientopodríasermemuy perjudicial. Pero a pesar de todo, querido sobrino, no tengo derecho avivirdesudinero.

—Noseinquieteustedporeso—dijoMichael—.Yaencontrarémediodecobrarme.

Despuésdelocual,yhabiendotomadolasseñasdelanciano,sedespidiódeélenlaesquinadeunacalle.

«¡Qué viejo pícaro, en verdad —dijo para sí—, además qué cosa tansingular es la vida! Empiezo ahora a darme cuenta de veras de que laProvidencia me ha escogido hoy para secundarla. Recapitulemos. ¿Qué hehecho desde por la mañana? He salvado a Pitman, he dado sepultura a unmuerto,hesalvadoamitíoJoseph,lehedadounabuenasacudidaaForsythyhebebidoinnumerablescopasdediversoslicores.Noestaríamal,paraacabarmi velada, hacer una visita a mis primos, continuando con ellos mi papelprovidencial.Mañanaporlamañanapensaréseriamenteensacarprovechodetodosestosacontecimientos;peroestanoche,lacaridadsolahadeinspirarmi

Page 87: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

conducta».

Veinteminutosdespués,ymientrasdabanlasonceentodoslosrelojes,elrepresentante de la Providencia se bajó de un coche de alquiler, mandó alcocheroqueleesperaseyllamóenelnúm.16deJohnStreet.

Mauriceenpersonaabrióinmediatamentelapuerta.

—¡Oh!¿Esusted,Michael?—dijoobstruyendocuidadosamentelaentrada—.¡Esdemasiadotarde!

Sin responder, se adelantó Michael, cogió la mano de Maurice y laestrechócontantovigor,queelpobremozohizo,apesarsuyo,unmovimientoderetroceso,queaprovechósuprimoparaentrarenelvestíbuloypasardeallíalcomedor,seguidodeMaurice.

—¿DóndeestámitíoJoseph?

—Estosdíaspasadosestuvobastantedelicado—respondióMaurice—;sehaquedadoenBrowndeanconJohn,parareponerse,yyoestoysoloencasa,comoustedve.

Michaelsonriódeunmodomisterioso.

—Elcasoesqueteníanecesidaddeverleparaunasuntourgente.

—Nohaymotivoparaqueyolepermitaveramitío,cuandoustednomepermiteverasupadre.

—¡Bah,bah,bah!—dijoMichael—.Mipadreesmipadre,mientrasquenuestro tío Joseph, es tan tío mío como de usted, y no tiene derecho asecuestrarle.

—¡Yo no le secuestro! —dijo Maurice, colérico—. Está enfermo,peligrosamenteenfermoynadiepuedeverle.

—Puesbien,voyadecirleausteddeloquesetrata—respondióMichael—. He venido a entenderme con usted,Maurice, y a decirle que acepto elcompromisoquemepropusoacercadelatontina.

El desdichadoMaurice se pusopálido comounmuertoy luego se tornórojodeira,alpensarenlainjusticiamonstruosadeldestinohumano.

—¿Quéquiereusteddecir?—exclamó—.¡Nocreoniunapalabra!

Y cuando le hubo aseguradoMichael que hablaba seriamente, exclamó,enrojeciendonuevamente:

—Sepaustedquenoacepto.¡Puedeustedguardarsesuproposición!

—¡Oh!¡Oh!—dijoconacritudMichael—.Diceustedquenuestrotíoestáenfermodepeligroysinembargo,noquiereustedaceptarelcompromisoque

Page 88: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

ustedmismovinoaproponermecuandoeltíoJosephestababueno.¡Aquíhaygatoencerrado!

—¿Quéentiendeustedporeso?—rugióMaurice.

—Quierodecirsimplementequehayenelloalgoquenomeparececlaro—explicóMichael.

—¿Se atrevería usted a hacer una insinuación injuriosa contra mí? —repuso Maurice, que empezaba a entrever la posibilidad de intimidar a suprimo.

—¡Una insinuación!—repitióMichael—. No hay que emplear palabrasgruesas.No,Maurice,procuremosahogarnuestradisputaenunabotellacomodosbuenosprimos.HagamoscomolosprotagonistasdeunacomediaatribuidaaShakespeare,Losdosprimosgalantes—añadió.

El cerebro de Maurice trabajaba como un molino. «¿Sospechará quizásalgo? ¿Hablará tal vez por hablar? ¿Qué debo hacer yo? Darle cuerda otirarmeafondo.Lomejorserádarlecuerda.Estomeharáganartiempo».

—Puesbien—dijoenvozaltayconpenosaafectacióndecordialidad—,hacelargotiempoquenohemospasadounaveladajuntos,Michael,yaunqueusted sabe que soy extremadamente sobrio, voy a hacer esta noche unaexcepciónensuobsequio.Dispenseustedunmomento.Voyalacuevaaporunabotelladewhisky.

—¡Paramí no quierowhisky!—dijoMichael—.Un poco de champañaañejodeldetíoJosephonada.

Mauricevacilóunmomento,porquequedabanyapocasbotellasdeaquelfamoso vino y las estimaba en granmanera; pero inmediatamente salió sindecir una palabra. Había comprendido que, al despojarle de lomejor de subodega,Michaelsehabíaexpuestoimprudentementeyentregadoadiscreción.

«¿Unabotella?—dijoparasí—.¡PorSanGeorgelevoyadardos!Noesel momento de hacer economías, y cuando el animal esté completamenteborracho,malohadeserquenologrearrancarlesusecreto».

Volvió,pues,alcomedorconunabotellaencadamano.Tomódoscopasenelaparadorylasllenóconhospitalariaamabilidad.

—¡Brindo por su salud, querido primo! —exclamó alegremente—. ¡Noescatimeustedelvinoenmicasa!

Depiejuntoalamesa,Michaelvaciósuvaso,lollenódenuevoyvolvióasentarse en el sillón, llevando la botella consigo. Tres vasos de champañaañejo,bebidosuno trasotro,produjeronuncambionotableensumaneradeser.

Page 89: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Sabe usted,Maurice—dijo—, que no es ustedmuyvivo de ingenio!Podráustedserprofundo,¡peroquemeahorquensiesustedvivo!

—¿Yquélehaceaustedcreerquesoyprofundo?—preguntóMauriceconregocijadacandidez.

—El hecho de que no quiere usted aceptar compromiso conmigo —respondió Michael, que empezaba a expresarse con mucha dificultad. ¡Esustedprofundo,Maurice,muyprofundoennoquereraceptarelcompromiso!¡Ytieneustedunvinodeprimerorden!EstevinoeselúnicorasgorespetabledelafamiliaFinsbury.Sepaustedqueesmásraro,muchomásraroqueunaejecutoria. ¡Solamente, cuando tiene en su bodega un vino semejante, mepreguntoporquénoquiereaceptaruncompromiso!

—¡Pues usted mismo tampoco lo ha querido aceptar hasta hoy! —dijoMauricesiempresonriente—.¡Acadaunolellegasuvez!

—¡Mepreguntoporquénohequeridoyporquénoquiereustedahora!—respondióMichael—.¡Mepreguntoporquénohemosqueridoningunodelosdosesecompromiso!Oigausted.¿Sabequeesésteunproblemamuy…muyno…muynotable?—añadióorgullosodehabertriunfadoalfindetodoslosobstáculosoralesquehabíahalladoensucamino.

—¿Y qué razón cree usted que tengo para rehusar? —preguntódiestramenteMaurice.

Michaellemirófrenteafrenteyluegoguiñóunojo.

—¡Ah,esustedmuy tunante!Dentrodepocovaustedapedirmeque leayude a salir del atolladero. Y la verdad es que sé muy bien que soy elemisariodelaProvidenciapero,sinembargo,noenesaforma.¡Tendráustedque salir solo del atolladero, amigo mío, y eso le enseñará a vivir! ¡Quéterribleatolladerodebenserparaunjovenhuérfanodecuarentaaños,lacasadecueros,elBancoytodolodemás!

—Confiesoquenocomprendoniunapalabradeloqueustedquieredecir—declaróMaurice.

—¡Tampoco estoy yo muy seguro de comprender gran cosa! —dijoMichael—.Estevinoesexcelente,verdaderamenteexcelente.Perovolvamosasuasunto,¿nolepareceausted?¡Tenemos,pues,untíodegranvalorquehadesaparecido!Puesbien,todoloquedeseosaberesesto:¿dóndeestáesetío?

—Ya se lo he dicho, está en Browndean —respondió Maurice,enjugándosealdescuidolafrente,porqueaquellospequeñosataquesrepetidosempezabanafatigarlerealmente.

—EsfácildecirBrown…Brown…¡Despuésdetodonoestanfácilcomoparece!—exclamóMichaelirritado—.Quierodecirquepuederespondermelo

Page 90: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

que le agrade. ¡Pero lo que no me agrada en ese asunto, es la completadesaparicióndeuntío!¡Francamente,Maurice,estonoescomercial!

Diciendoestomovíatristementelacabeza.

—¡Nohaynadamássencillonimásclaro!—respondióMauriceconunacalmaquelecostabapenososesfuerzos—.¡Nohayenestolamenorsombrade misterio! ¡Mi tío está descansando en Browndean, para reponerse de lasacudidaquesufrióenelaccidente!

—¡Ah,sí—dijoMichael—,fueunabuenasacudida!

—¿Porquédiceustedeso?—exclamóvivamenteMaurice.

—¡Oh! ¡Lo decía fundándome en la mejor autoridad posible! ¡Es ustedmismoquienacabadedecírmelo!—replicóMichael—.Perosimediceustedahoralocontrario,tendrénaturalmentequeescogerentrelasdosversiones.Elhechoesque…quehederramadovinosobrelaalfombraydicenqueestolehacebienalasalfombras.Elhechoesquenuestroqueridotío…¿muerto,eh?…¿Enterrado?

Mauriceseirguiócomomovidoporunresorte.

—¿Quédiceusted?—rugió.

—Digo que he derramado vino sobre la alfombra—respondió Michaellevantándosetambién—.Peronolohederramadotodo.Cariñososrecuerdosanuestrotío.¿Noeseso?

—¿Quiereustedmarcharseya?—preguntóMaurice.

—¡No tengo más remedio, querido primo! ¡Tengo que ir a velar a unamigoenfermo!—respondióMichael,sujetándosealamesaparanocaerse.

—¡Nosemarcharáustedsinhabermeexplicadosusalusiones!—declaróMauriceconacentoferoz—.¿Quéhaqueridousteddecir?¿Porquéhavenidousted?

PeroMichaelhabíayallegadoalapuertadelvestíbulo.

—¡Hevenidosinningunamalaintención,seloaseguro!—dijoponiéndosela mano sobre el corazón—. ¡Le juro que no he tenido más intención quedesempeñarelpapeldeagentedelaProvidencia!

Despuésanduvohastalapuertadelacalle,laabriónosintrabajoyllegóalcoche que le estaba esperando. El cochero, despertado bruscamente, lepreguntóadóndehabíaqueconducirle.

MichaelobservóqueMauricelehabíaseguidohastaelumbralytuvounabrillanteinspiración.

Page 91: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

«¡Estemozonecesitaunbuensusto!»,pensóparasí.

—¡Cochero,llévemeustedaScotlandYard!—dijoenvozaltasujetándosealarueda—.Porque,enfin,cochero,¡nomeparecedeltodoclaroesodeltíoysuaccidente,ymereceaclaración!¡LlévemeustedaScotlandYard!

—¡Supongoquenomelopediráusteddeveras!—dijoelcocheroconlacordialsimpatíaqueempleansiempreconloshombresdemundoenestadodeembriaguez—.¡Oigausted,caballero,haríaustedbienendarmelasseñasdesucasa!¡MañanaporlamañanapodráustediraScotlandYard!

—¿Locreeustedasí?—preguntóMichael—.¡Enesecaso llévemeustedalbardelaGaieté!

—ElbardelaGaietéestácerrado,caballero.

—Puesbien,entoncesamicasa—dijoMichaelDesignado.

—¿Peroendóndeviveusted,caballero?

—¡A femíano lo sé, amigomío!—dijoMichael tomandoasiento en elcoche—.¡LlévemeustedaScotlandYardyallípreguntaremos!

—¡Pero usted debe llevar encima alguna tarjeta, caballero —dijo elcochero—,demeustedsutarjetero!

—¡Qué inteligencia tanprodigiosaparauncocherodepunto!—exclamóMichaeldandosutarjeteroalcochero.

Ésteleyóenvozalta:

—Michael Finsbury, 233 Kings Road, Chelsea. ¿Son éstas las señas,caballero?

—¡Magnífico! —exclamó Michael—. ¡Lléveme usted allá si no se loimpidenesascasasqueparecequesenoscaenencima!

X

GideonForsythyelpianoErard

EstoyporasegurarqueningunodemislectoreshaleídolanoveladeE.H.B., titulada: ¿Quién atrasó el reloj?, que figuró durante varios días en losescaparates de los libreros, desapareciendo al fin de la superficie del globo.¿Quéesdeloslibrosunasemanaodosdespuésdesupublicación?¿Adóndevanaparar?¿Aquéusoselosdestina?Sonéstosotrostantosproblemasquemehanatormentadoenmisnochesdeinsomnio.Lociertoesquenadiequeyo

Page 92: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

conozcahaleído¿Quiénatrasóelreloj?,porE.H.B.Sinembargo,hepodidoasegurarmedequehoydíanoexistenmásque tresejemplaresdeestaobra.Unosehallaen labibliotecadelBritishMuseum,ynoestaráalalcancedelpúblicoacausadeunerrordeinscripciónenelcatálogo.Elotrosehallaenlos desvanes de la biblioteca delColegio de abogados deEdimburgo y, porúltimo,eltercero,encuadernadoencuero,pertenecealseñorGideonForsyth.Para explicar esta posesión, supondrán los lectores que Gideon es un granadmiradordelacitadanovela.Puedoasegurarlesquenoseequivocanenestasuposición.En efecto,Gideon sigue admirando aún la indicada novela; y laadmiraylaquiereconcariñoenteramentepaternal,porqueesprecisamentesuautor.Lafirmóconlasinicialesdesutío,EdwardHughBloomfield,peroélsololaescribiódecaboarabo.Antesdelapublicaciónsepreguntóasímismosi no obraría con prudencia confiando, por lo menos a algunos amigos, elsecretodesupaternidad;perodespuésdelapublicación,yenvistadelfracasohorrorosoquesufrió,lamodestiadeljovennovelistasehizomásexcesivay,ano ser por la revelación que hoy hago yo, hubiera quedado para siempredesconocidoelnombredelautordeestaobranotable.

Sin embargo, el día ya lejano en queMichael Finsbury tomó su famosoasueto, acababa apenas de aparecer el libro de Gideon, y uno de susejemplaressehallabaexpuestoenelescaparatedelavendedoradeperiódicosdelaestacióndeWaterloo,desuertequeGideonpudoverloantesdesubiraltrenquedebíaconducirleaHampton-Court.Pero¡cosaincreíble!,lavistadesuobranoprovocóenélsinounasonrisadesdeñosa.¡Quéneciaambicióndeperezoso—dijoparasí—ladelescribidordelibros!Seavergonzódehaberserebajado a la práctica de un arte tan infantil. Consagrado por completo alpensamientodesuprimeracausa,sesintióalfinconvertidoenhombre.Ylamusaqueinspiraalosnovelistasyfolletinistas(quedebeserseguramenteunadama de origen francés) huyó volando de su lado para ir a tomar parte denuevo en el coro de sus hermanas, en torno de las inmortales fuentes delHelicón.

Durantelamediahoradelviajedistrajeronelalmadeljovenabogadolasmás sanas y robustas reflexiones. A cada instante iba escogiendo, desde laventanilladelvagón,lacasitadecampoquehabíadesermuyprontoelasilodesuvida.Y,comosifueseyapropietario,proyectabalasmejorasqueibaaintroducirenlascasasqueibaviendo:aunaleagregabaunacuadra,aotraunapistadetenis;yseimaginabaelaspectoquetendríaunatercera,sienfrentedeella,aorillasdelrío,sehacíaunpabelloncitodemadera.«Cuandopienso—decíaparasí—quehaceunahoraapenaserayounjovennecioydescuidadoquesólopensabaenpartidasdecanoayenleerfolletines…¡Pasabajuntoalasmás encantadoras casas de campo sin echarles ni una mirada! ¡Cuán pocotiemponecesitaunhombreparamadurar!».

Page 93: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

El lector inteligente reconocerá enseguida, ypor este sencillomonólogo,losestragosquehabíancausadoenelcorazóndeGideonloshermososojosdelaseñoritaHazeltine.Elabogado,alsalirdeJohnStreethabíaconducidoalajovenacasadesu tío,elseñorBloomfield,yestepersonaje,alsaberque lajovenhabíasidovíctimadeunadobleopresión,lahabíatomadoruidosamentebajosuprotección.

—No sé quiénde los dos es peor—había exclamado—: si ese viejo sinescrúpulosoesejovensobrinosuyotangroserocomomalvado.¡EntodocasovoyaescribirenseguidaalPallMallparadenunciarlosaambos!¡Cómo!¿Mediceustedqueno?¡Pocoapoco,caballero,esprecisoqueseandenunciados!Es un deber público…¿Cómo? ¿Dice usted que el tío es un conferencianteradical?Enesecaso, tieneusted razón. ¡Hayqueprocederconmás reserva!¡Estoyseguroqueesepobreseñorhasidovíctimadeunescandalosoengaño!

De todo esto resulta que el señor Bloomfield no puso en ejecución suproyecto de escribir a la Pall Mall Gazette. Declaró únicamente que erapreciso poner a miss Hazeltine al abrigo de las pesquisas probables de susperseguidores y, como era propietario de un yate, juzgó que no podía haberretiromejornimásseguroparalainfortunadajoven.Lamañanamismadeldíaen que Gideon se dirigía a Hampton-Court, Julia, en compañía del señorBloomfieldydesuesposa,habíasalidodeLondresabordodedichobarco.Comosupondráellector,Gideonhubieraqueridoformarpartedelaexcursiónpero su tío no había querida concederle este favor. «No, Ged—le dijo—.Seguramente te van a seguir los pasos y no conviene que te vean connosotros».Eljovennosehabíaatrevidoadestruirestaextrañailusión,porquetemíaquesu tíoseenfriaseensuardientecelopor laproteccióndeJulia,sidescubríaqueelasuntonoeratanrománticocomoélselohabíafigurado.Porlodemás,ladiscrecióndeGideonnohabíaquedadosinrecompensaporqueelanciano Bloomfield, posándole la poderosa diestra en el hombro, habíaagregadoestaspalabras,cuyasignificaciónhabíaadivinadoinmediatamenteeljoven«¡Adivinoloquetraesentrecejayceja,Gideon!Perosiquieresobtenerlamanodeestajoven,seráprecisoquetrabajes,¿meentiendes,tunante?».

Estasagradablespalabrashabíancontribuidoyaaponerdebuenhumoralabogado,cuandodespuésdedespediralosviajeros,volvióasucasaparaleernovelas; y ahora, mientras el tren le llevaba a Hampton-Court, las citadaspalabras formaban labase fundamentaldesusvaronilesensueños.Ycuandobajó del tren y empezó a recoger su ánimo para la delicada misión que lehabíanencomendado,nodesaparecíadedelantedesusojoselfinorostrodeJulianidejabanderesonarensusoídoslasúltimaspalabrasdesutíoEdward.

Pero no tardaron en llover sobre él enormes sorpresas. Supo, en primertérmino,queentodoHampton-CourtnohabíaningunavillaKurnaulniningúnconde Tarnow; es más, no había conde de ninguna clase. Era esto muy

Page 94: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

extraño,pero,despuésde todo,no loconsideróenteramente inexplicable.Elseñor Dickson había almorzado tan bien que podía haberse equivocado aldarle las señas. «¿Qué debe hacer en semejantes circunstancias un hombrepráctico, listo y acostumbrado a los negocios?», se preguntó Gideon. Y serespondióinmediatamente:«Enviaruntelegramabreveyneto».Diezminutosdespués el alambre telegráfico transmitía a Londres el importante telegramasiguiente:«Dickson,hotelLangham,Londres.Villaypersonasdesconocidasaquí;supongoequivocadasseñas;llegarétrensiguiente».Enefecto,notardóen bajarse de un coche de alquiler el mismo Gideon: a la puerta del hotelLangham, llevando impresas en la frente las señales de un extremadoapresuramientoydeungranesfuerzointelectual.

No creo que Gideon olvide jamás el hotel Langham. Supo allí que, lomismo que el conde Tarnow, eran seres imaginarios los señores Dickson yEzra Thomas. ¿Cómo? ¿Por qué? Estas dos preguntas bailaban en elperturbadocerebrodeljoven;yantesdequeeltorbellinodesuspensamientosse hubiese calmado por completo, se halló transportado por el coche a lapuerta de su domicilio. ¡Allí por lo menos le esperaba un retiro familiar ytranquilo!Allí podría reflexionar a sus anchas.Atravesó el pasillo,metió lallaveenlacerradurayabriólapuertayamástranquilo.Lahabitaciónestabacompletamente oscura porque era ya de noche. Pero Gideon conocía suhabitación y sabía que las cerillas se hallaban encima de la chimenea, a laderecha.Avanzóresueltamentey,alhacerloasí,tropezóconuncuerpopesado,enunsitioenquenodebíaexistirningúncuerpodeestegénero.EnaquelsitionohabíanadacuandosalióGideon.Habíacerradolapuertaconllavealsalir,lahabíahalladocerradaalvolver;nadiepodíapues,haberentrado;ynoeramuy probable tampoco que los muebles cambiasen solos de sitio. Y sinembargo, sin la más leve sombra de duda, había allí alguna cosa. Paraconvencersedeello,Gideonextendiólamanoenlastinieblasytocóalgo,algoqueeragrande,lisoyfrío.

—¡Estabaporasegurarqueesunpiano!

Recordóqueteníacerillasenelbolsillodesuchalecoyencendióuna.

En efecto, ante sus ojos estupefactos apareció un piano, un enorme ysolemne instrumento, húmedo aún por haber estado expuesto a la lluvia.Gideon dejó consumirse la cerilla hasta el fin, y volvieron a rodearle lastinieblasenmediodesuasombro.Entonces,conmanotemblorosa,encendiósuquinquéyseacercó.Nidecercanidelejoseraposibledudar.Elobjetoencuestión era un piano. ¡Era en efecto un piano lo que se ostentaba allíimprudentemente en un sitio en que su presencia era unmentís a todas lasleyesnaturales!

Gideonabrióeltecladoyrecorrióalgunasteclas.Noturbóelmenorsonido

Page 95: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

elsilenciodelahabitación.

—¿Estaréyo enfermo?—dijopara sí el joven,mientras su corazón latíacada vez con menos fuerza. Se sentó delante del piano y se obstinórabiosamente en sus tentativas para romper el silencio, ya por medio debrillantes arpegios, ya por medio de una sonata de Beethoven, que en otraépoca(entiemposmásfelices)habíaconsideradocomounadelasobrasmássonorasdetangenialcompositor.Peronosalíanielmenorsonido.Dio,pues,dos tremendos puñetazos encima de las teclas, pero la habitación quedócompletamenteensilencio,comounsepulcro.

Eljovenabogadoseirguióllenodesobresalto.

—¿Mehabrévueltocompletamentesordo?—exclamóenaltavoz—.¡HacaídosobremílapeordelasmaldicionesdeDios!

En esto tropezaron sus dedos con la cadena del reloj. Lo sacóinmediatamenteyseloacercóaloído:oíaperfectamenteeltictac.

—¡Vamos,noestoysordo!¡Peroespeoraún,estoyloco!¡Mirazónmehaabandonadoparasiempre!

Paseóentomosuyo,porlahabitación,unamiradallenadeinquietud,ysefijóespecialmenteenelsillónenquehabíaestadosentadoelseñorDickson.Seveíatodavíaalpiedelmismolacolilladeuncigarro.

«No—pensó—, esto no puede haber sido un sueño. ¡Evidentementemicabeza se destornilla! Así, por ejemplo, me parece que tengo hambre;seguramente será una alucinación. Pero de todos modos, voy a hacer laexperiencia y a pagarme una buena comida.Me voy a comer alCaféReal,desdedondeesmuyposiblequetenganquetransportarmedirectamenteaunacasadelocos».

Durante el camino, mientras iba por la calle, se iba preguntando, concuriosidadmórbida, cómo se declararía su terrible enfermedad. ¿Pretenderíaasesinaraunmozodecaféocomerseunvaso?Deesta suerte sedirigiódeprisahaciaelCaféReal,angustiadoporeltemordedescubrirquelaexistenciadeaquelestablecimientoeratambiénunaalucinación.

Perolasluces,elmovimientoyelalegrebulliciodelcafé,notardaronentranquilizarle.Tuvoademáslasatisfaccióndereconoceralmozoqueleservíade ordinario. La comida que pidió no le pareció del todo incoherente, yexperimentó al comerla una satisfacción en que no pudo descubrir nada deanormal.«Afemía—sedijo—empiezoarenaceralaesperanza.¿Mehabréatolondrado demasiado pronto? En circunstancias análogas, ¿qué hubierahecho Robert Skill?». Inútil creo decir que el tal Robert Skill era elprotagonistade lanovela¿Quiénatrasóel reloj?Gideonhabíaencarnadoen

Page 96: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

dicho personaje su ideal de inteligencia sutil y de firme decisión. Por estarazónnopodíadudarqueRobertSkill,encircunstanciasanálogasalasqueélmismoseencontraba,hubieraobradoseguramentedelamaneramásjuiciosayacertada. Quedaba únicamente por saber qué es lo que hubiera hecho.«Cualquieraquehubierasidosudecisión—añadióparasíel jovennovelista—, Robert Skill la hubiera ejecutado inmediatamente». Pero,desgraciadamente, él no veía, por el momento, más que una soladeterminaciónque tomar,yes ladevolverseasucasaunavez terminada lacomida.Asílohizoinmediatamenteaimitacióndesunoblehéroe.

Pero una vez de vuelta en su casa, echó de ver que decididamente noacudía a su espíritu lamenor inspiración. Permaneció de pie, en el umbral,contemplandoconestuporelmisteriosoinstrumento.Tocareltecladounavezmás era empresa superior a sus fuerzas; comprendía que, ya se callase elpiano, con incomprensible silencio, ya le respondiese con todo el espantosoestruendo de las trompetas del juicio final, su miedo no hubiera dejado deaumentarse.«¡Estodebeserunabromaquemedan—pensóparasí—,aunquemeparecelaboriosaymuycostosa!Perosinoesunabroma,¿quépuedeser?Retrocediendoporeliminación,comoprocedióRobertSkillparadescubrirelautor del asesinato de lord Bellow,me veo obligado a deducir que esto nopuedesermásqueunabroma».

Mientras de estemodo razonaba, se fijaron sus ojos en un objeto que lepareció nueva confirmación de su hipótesis; el tal objeto era la pagoda decigarrosqueMichaelhabíaconstruidoencimadelpiano.«¿Quésignificaesto?—sepreguntóGideon.Y,acercándose,echóabajo lapagodadeunpuñetazo—.¡Unallave!—sedijo—.¡Quésingularmaneradecolocarla!».

Diolavueltaalinstrumentoydescubrióaunladolacerraduradelatapa.

—¡Ah, ah, aquí tenemos la cerradura de la llave! —prosiguió—.Evidentemente losbromistas tienen interés enqueyomire loquehay en elinteriordelpiano.Enverdad,estovasiendocadavezmásextraño.

Sinvacilar,hizogirarlallaveenlacerraduraylevantólatapa.

NoquieroreferirdetalladamentealoslectorescómopasóelpobreGideonlanochesiguiente.¡Quéangustias!¡Quéaccesosderesoluciónfugitiva!¡Quéabismodedesesperación!

El canto de los gorriones de Londres le halló a la mañana siguienteagotado,nervioso,anonadadoyconelespíritucadavezmásvacíodeideas.Selevantó y miró tristemente desde sus ventanas cerradas la calle desierta, laluchadelaindecisaluzdelalbaconlaamarilladelosmecherosdegas.Haymañanasenque laciudadenteraparecedespertarsecon jaqueca;aquéllaeraunadeellasylajaquecaatenazabaigualmentelanucaylassienesdelpobre

Page 97: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Gideon.

—¡De día ya—dijo para sí—, y aún no he hallado ningún medio! ¡Esprecisoqueestoacabe!Volvióacerrarelpiano,seechólallavealbolsilloysalióparatomarsudesayuno.Porcentésimavezgirabasucerebrocomounarueda de molino. Le atormentaba una mezcla confusa de terrores, ansias ypesares.Llamaralapolicía,entregarleelcadáver,cubrirladescripciónexactadeJohnDicksonyEzraThomas,llenarlosperiódicosdepárrafostitulados:ElMisteriodelTemple,elseñorForsythquedaenlibertadbajofianza,eraseguirunalíneadeconductaposible,fácilyhasta,enfindecuentas,bastantesegura.Perodespuésdereflexionarbiennodejabadetenersusinconvenientes.Obrarde esta suerte equivalía a revelar al mundo una serie de detalles que nodejarían muy bien parada la reputación de Gideon. Porque hasta un niñohabríadesconfiadodelahistoriadelosdosaventurerosyél,Gideon,lahabíatragadoenseguida.Elúltimodelosabogadillossehubieranegadoaescucharaunos clientes que se le presentaban en condiciones tan irregulares y él leshabía oído con complacencia. ¡Y si se hubiera contentado con oírlos! ¡Peroademás se había encargado él, todo un abogado, de una comisión que erabuenacuandomásparaundetectiveprivado!Paracolmodedesdicha,habíaaceptadoeldineroqueleofrecíansusvisitantes.

—No,no—dijoparasí—,¡lacosaes tanclaraquequedarédeshonrado!¡Hecomprometidomicarreraporcincolibras!

Después de beber algunos tragos de esa tisana caliente, viscosa y turbiaquepasaenlastabernasdeLondresporunainfusióndelasemilladelcafeto,comprendió Gideon que, por lo menos, había un punto en que no cabía lamenor duda. El asunto debía arreglarse sin intervención de la policía. Perofuera cual fuese el arreglo, tenía que hacerse sin tardanza. Se preguntónuevamenteGideonloquehubierahechoRobertSkillparadesembarazarsedeun cadáver honrosamente adquirido. Depositarlo en la esquina inmediataequivalíaaexcitarenelcorazóndelostranseúntesunacuriosidaddesastrosa.Nohabíaquepensarenecharloenunadelaschimeneasdelaciudad,puesseoponía a ello una serie de obstáculos materiales, que hacían la empresacompletamenteimpracticable.Nohabíaquepensartampoco,pordesgracia,enarrojarelcuerpoporlaportezueladeunvagónodesdeloaltodelimperialdeunómnibus.Embarcarelcuerpoenunyateyecharloenseguidaalfondodeunrío era cosamáspracticable; peroquédegastosparaunhombrede escasosrecursos.Elalquilerdeunyateyelpagode la tripulaciónhubierasidocosamuy ruinosa hasta para un capitalista. De pronto recordó Gideon lospabelloncitos en forma de barcos que había visto el día antes a orillas delTámesis.Esterecuerdofueparaélunrayodeluz.

Uncompositordemúsicallamado,porejemplo,Jimson,podíamuybien,comoleocurríaenotrotiempoalmúsicoinmortalizadoporHogarth,sentirse

Page 98: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

molestadoensushorasdeinspiraciónporelgranruidodeLondres.Podíamuybien tener prisa por acabar una ópera o una pieza cómica titulada Orangepekoe, ligerocaprichochinoporelestilodelMikado.Orangepekoe,músicade Jimson, «el jovenmaestro», una de las glorias de nuestra nueva escuelainglesa,elencantadorquintetodelosmandarines,unavigorosaentradadelaperversión, etc. En unmomento surgió en lamente deGideon el personajecompletodeJimsonconsumúsicaytodoslosdemásdetalles.¿Quécosamásnaturaly corrienteque la repentina llegadade Jimsonaunode lospoéticospabellonesdelasorillasdelríoencompañíadeungranpianodecolaydelapartitura incompleta de Orange pekoe? Seguramente no parecía tan natural,algunosdíasmástarde,ladesaparicióndelsusodichomaestrosindejartrassíotra cosa que un piano sin cuerdas. Pero aun esto mismo podría tenerexplicación.Podríasuponersemuybien,ensuma,que,enloquecidodeprontopor las dificultades de algúnpasaje, había empezadopor destruir el pianoyluego se había echado al río. ¿No era esto, después de todo, una catástrofeenteramentedignadeunmúsicojovendelanuevaescuela?

—¡Cáspita, no hay más remedio que obrar así! —exclamó Gideon—.¡Jimsonvaasacamosdelatolladero!

XI

ElmaestroJimson

El señor Edward Hugh Bloomfield había anunciado su propósito dedirigirse con su yate haciaMaidenhead; así que a nadie llamará la atenciónque el maestro Jimson tomase la dirección opuesta. Cerca del graciosopueblecito ribereño de Padwick, recordaba haber visto un antiguo pabellónlevantadosobreestacasyalquedabapoéticoabrigounbosquecillodesauces.Cuando en sus partidas de canoaje pasaba cerca de él, siempre le habíaseducido por su aspecto de abandono y de soledad; es más, había tenidointenciónde colocar allí una de las escenas de ¿Quién atrasó el reloj?, perohabía tenido que renunciar, en el último instante, a su proyecto por lasdificultadesimprevistasquelehabíaofrecidolanecesidaddeunadescripciónapropiada al encanto de aquel sitio. Había renunciado a ello y ahora sealegrabadesurenunciaalpensarenqueibaapoderseservirdelpabellónparaunempleoinfinitamentemásserio.

Jimson,personajedeaspectobastantevulgar,perodemodalespordemásinsinuantes, consiguió fácilmente que el propietario del pabellón se loalquilase por un mes. Convenido el precio del alquiler, que era bastanteinsignificante,Jimsonpagódeantemanounaparte,recibióacambiolallavey

Page 99: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

seapresuróavolveraLondresparaocuparseeneltransportedelpiano.

—Estaréde regresomañanapor lamañanasin falta—dijoalpropietario—.¡Yacomprenderáustedqueaguardanmióperaconimpacienciayquenotengounminutoqueperderparaterminarla!

En efecto, al día siguiente, a eso de la una de la tarde, nuestros lectoreshubieranpodidovera Jimsonporel caminoquesigue laorilladel ríoentrePadwickyHaverham.Llevabaenunamanouncestoconprovisionesyenlaotra una pequeña maleta donde iban sin duda sus papeles de música.Empezaba el mes de octubre, cubría el cielo una capa espesa de color gristerroso,brillabaelTámesisdébilmentecomounespejodeplomoyelvientoarrastrabalasamarillentashojasdeloscastaños.NohayestaciónenInglaterraque más estimule las fuerzas vitales, y Jimson, aunque no dejaba de sentirgraves preocupaciones, mientras marchaba iba tarareando un aire,composiciónsuya,talvez.

A dos o tres millas más arriba de Padwick, la orilla del Támesis esparticularmentesolitaria.Losárbolesdelaopuestaorillacierranelhorizonteysólodejanver lapuntade las chimeneasdeunavieja casadecampo.En laorilladePadwick,entrelossaucesseadelantaelyacitadopabellón,comounantiguo barco fuera de uso tan manchado por las lágrimas de los vecinossauces, tan degradado, tan azotado por los vientos, tan descuidado, tanfrecuentado por las ratas y tan manifiestamente convertido en almacén dereumatismos,que,pormiparte,hubieraexperimentadolamayorrepugnanciaainstalarmeenél.

ParaelmismoJimsonfueunmomentobastantelúgubrecuandolevantólatabla que servía de puente levadizo a su nueva morada y se halló solo enaquella fortaleza malsana. Oía el ruido que hacían las ratas corriendo ysaltandobajoelpisoylosgemidosdelosgoznesdelapuertacualsifuesenlamentos de almas en pena; el saloncito estaba lleno de polvo y olíahorriblemente a húmedo. No, no era posible considerar aquello como undomiciliomuyalegreniaunparauncompositorabsortoenlacomposicióndeuntrozodifícil.¡Cuántomenosaúnparaunjovenllenodeinquietudesyqueaguardabalallegadadeuncadáver!

Se sentó, limpió lo mejor que pudo la mitad de la mesa y empezó acomerseelalmuerzofiambrequeconteníaelcesto.EnprevisióndeposiblespesquisasacercadelasuertedeJimson,habíacreídoindispensablenodejarsever; de suerte que había resuelto pasar el día entero sin salir del pabellón.Además,a findedarvisosdeverosimilitudasu fábula,había llevadoensumaletanosólotintayplumas,sinounenormecuadernodepapeldemúsica,delosmásgrandesquehabíapodidohallar.

—¡Ahoramanosalaobra!—sedijoluegoquehubosatisfechosuapetito

Page 100: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—.Esprecisoquedejehuellasdelaactividaddemipersonaje.

Despuésescribióconmagníficaletraredonda:

ORANGEPEKOE

Op.17

J.B.JIMSON

Partituraparapianoycanto

«Nocreoquelosgrandescompositoresempiecensutrabajodeesemodo—pensóGideon—; pero Jimson es un hombre original y, pormi parte,mesería muy difícil empezar de otra manera. Ahora la dedicatoria que haráseguramente el mejor efecto. Dedicada a… ¡vamos a ver! ¿A quién?…Dedicada a William Ewart Gladstone, por su respetuoso servidor J. B. J.¡Ahora habría que agregar algunamúsica! Lomejor será evitar la obertura:temo que esta parte ofrezca demasiadas dificultades. Vamos a ver qué talsaldráunariapara tenor. ¡Hayqueserultramodernista! ¡Sietebemolesen laclave!».

Hizocomolodecía,nosintrabajo,peronotardóendetenerse,yempezóamordisquearlapuntadesuportaplumas.Lavistadeunahojadepapelpautadono basta por sí sola para provocar la inspiración, sobre todo en un simpleaficionado;ylapresenciadesietebemolesenlaclavenoeslomásapropósitoparafacilitarlaimprovisación.Gideonarrojóbajolamesalahojaempezada.

—¡Estos esbozos tirados bajo la mesa contribuirán poderosamente areconstruirlapersonalidadartísticadeJimson!—sedijoparaconsolarsedesufracaso.

Solicitó de nuevo la inspiración de la musa en diversos tonos y sobrediversas hojas de papel, pero siempre con losmismos resultados negativos.Estabaasustado.

—¡Esextraño!¡Haydíasquenosesienteunoinspirado!—sedijo—.¡Ysin embargo es preciso, absolutamente preciso que Jimson deje algocompuesto!

Yvolviónuevamenteadevanarselamollera.

La penetrante frescura del pabellón no tardó en invadir todos susmiembros. Se levantó y con evidente contrariedad para las ratas, empezó apasearseporlahabitación.Desgraciadamentenolograbaentrarencalor.

—¡Esto es absurdo!—sedijo—. ¡Todos los riesgosme son indiferentes,peronoquierocogerunabronquitis!¡Tengoquesalirdeestacaverna!

Avanzó hasta el balcón y por primera vez miró hacia el río.

Page 101: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Inmediatamente se sobresaltó, lleno de sorpresa. A algunos centenares depasosmáslejosdescansabaunyatealasombradelossauces.Juntoalyatesebalanceabaunaelegantebarquilla;lasventanasdelprimeroestabanadornadascon cortinillas de inmaculada blancura y flotaba en su popa una bandera.CuantomáscontemplabaGideonaquelyate,mayoreseransudespechoysuasombro.Aquelyateseparecíaextraordinariamentealdesutío;hastahubierajurado que era elmismo, a no ser por dos detalles que hacían imposible laidentificación.EraelprimeroquesutíosehabíadirigidohaciaMaidenheadynopodíaencontrarseenPadwick;elsegundo,másexpresivosicabe,eraquelabanderaqueflotabaensupopaeralabanderaamericana.

«¡Sinembargo,vayaunparecidoextraño!»,pensóGideon.

Ymientrasasímirabay reflexionaba, seabrióunapuertayaparecióunaseñorajovenenelpuente.Enunabrirycerrardeojoselabogadosemetióenel pabellón: acababa de reconocer a Julia Hazeltine. Observándola por laventana vio que bajaba a la barquita, empuñaba los remos y se dirigíaresueltamentealsitioenqueélseencontraba.

—¡Vamos,estoyperdido!—sedijo.Ysedejócaerenlasilla.

—¡Buenastardes,señorita!—dijodesdelaorillaunavozenlaqueGideonreconocióladesucasero.

—¡Buenas tardes, caballero!—respondió Julia—.Perono tengoelgustodeconocerlo;¿quiénesusted?¡Ah,sí,yarecuerdo!¡Esustedelquemediopermisoayerparairapintarenesepabellónviejo!

ElcorazóndeGideonlatióapresuradamentellenodeespanto.

—¡Sí, soy yo! —respondió el hombre—. ¡Precisamente quería decir austed que ya no me es posible concederle ese permiso! ¡Mi pabellón estáalquilado!

—¿Alquilado?—exclamóJulia.

—Alquilado por un mes —repuso el hombre—. ¿Le parece a ustedextraño?Yomepreguntoquésepropondráhacerelquelohaalquilado.

—¡Quéideatanromántica!—murmuróJulia—.¿Quiénesesecaballero?

Eldiálogotenía lugarentre laorillay labarquilla,yel jovenmaestronopodíaperderniunasolapalabra.

—Esunmúsico—respondióelpropietario—.¡Porlomenosmehadichoqueveníaaquíparacomponerunaópera!

—¿De veras?—exclamó Julia—.Ésa es una ocurrencia verdaderamentedeliciosa. ¡Así podremos deslizamos por la noche hasta aquí y oírleimprovisar!¿Cómosellama?

Page 102: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—Jimson—dijoelhombre.

—¿Jimson?—repitió Julia, haciendo inútiles esfuerzos por recordar estenombre.

Perolaverdadesquenuestrajovenescuelademúsicainglesaposeetantosgenios que no llegamos a conocer sus nombres hasta que la reina los hacebarones.

—¿Estáustedsegurodequeesesenombre?—repusoJulia.

—Melohadeletreadoélmismo—respondióelpropietario—.Ysuóperasellama…espereusted…unaespeciedeté.

—¡Unaespeciedeté!—exclamólajoven—.¡Quétítulomásextrañoparaunaópera! ¡Cuántomegustaríaconocerelasuntode lamisma!—YGideonsentíaflotarenelairesuencantadorarisa—.SeráabsolutamenteindispensablequehagamosconocimientoconeseseñorJimson.Semefiguraquedebesermuyinteresante.

—¡Dispense usted, señorita, pero tengo que irme! Me esperan enHaverham.

—¡Oh,nosedetengaustedpormí,buenhombre!¡Buenastardes!

—¡Téngalasustedigualmentebuenas,señorita!

Gideon seguía sentado en su camarote, presa de los más terriblespensamientos.Seveíaencadenadoenaquelpabellónpodrido,aguardando lallegadadeuncadáverintempestivo;yheaquíqueentornosuyoempezabaaexcitarse,lacuriosidadyhastaseproponíaniraespiarleporlanocheporvíade distracción. Esto significaba para él el presidio, pero había algo que leafligíamásyera la imperdonable ligerezadeJulia.Aquella jovensehallabadispuestaa trabarconocimientoconelprimeroquesepresentara;carecíadereserva, de la delicadeza de las personas bien educadas. Hablabafamiliarmenteconelbrutodesucasero,ymostrabainmediatoyfrancointerésen favor de aquel desdichado Jimson. Seguramente ya había formado elproyectode invitar alpianista a tomarel té en sucompañía. ¡Yeraporunajovencomoaquéllaporlaqueunhombrecomoél,Gideon!…¡Avergüénzate,corazónviril!

Se vio interrumpido en sus divagaciones por un ruido que le obligóinmediatamente a ocultarse detrás de la puerta. Miss Hazeltine, sinpreocuparseporlanegativadelcasero,acababadeencaramarseabordodesupabellón.Habíatomadoconempeñosuproyectodeacuarela,y,comoajuzgarporelsilenciodelpabellónsuponíaqueJimsonnohabíallegadoaún,resolvióaprovechar laocasiónpara terminar laobrade arte empezada lavíspera.Sesentóenelbalcón,colocósuálbumysucajadecoloresynotardóGideonen

Page 103: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

oírla cantar mientras trabajaba. Sólo de vez en cuando Julia dejaba deacordarsedeunadeesasamablesrecetasquefacilitanenlaprácticaeljuegode la acuarela, omejordicho, que la facilitaban allá en losbuenos tiempos,porquemehandichoquelasjóvenesdeldíasehanemancipadoporcompletodeesas recetasaquesehabíansometido fielmentediezgeneracionesdesusmadresyabuelas;peroJulia,queprobablementehabíaestudiadoconPitman,pertenecíaalaviejaescuela.

Entretanto Gideon se mantenía detrás de la puerta temiendo moverse,respirar y ni aun pensar en lo que iba a ocurrir. Cada minuto de prisiónaumentabasufastidioysuangustia.Alomenos,pensabaensuinterior,congratitud,queesta faseespecialde suvidanopodíadurareternamenteyquecualquiera que fuese lo que pudiera ocurrirle después, siquiera fuese elpresidio, añadía amarga e irreflexivamente, no podía menos de producirlealgúnalivio.Recordóqueenelcolegiolehabíanservidoavecesdepanaceacontraelfastidiodelencierroy losazotes las largassumasmentalesy,enlaocasiónpresente,tratódedistraerseadicionandoindefinidamentelacifradosatodas las formadas por adiciones anteriores. De esta suerte se hallabanocupados losdos jóvenes.Gideonentregándose resueltamentea losplaceresdelasuma,yJuliadepositandoconvigorensuálbumcoloresquerabiabandeversejuntos,cuandolaProvidenciaenvióporaquellasaguasunpaquebotedevapor,quesubíaelTámesisdandoresoplidos.Alolargodelasorillassubíaybajaba el aguay se agitaban con rumor las cañas; elmismopabellón, aquelviejo barco acostumbrado al reposo desde hacía tanto tiempo, recobró depronto su antigua afición a viajar y empezó a removerse. Luego pasó elpaquebote,seaplanaronlasaguasyGideonoyódeprontoungritolanzadoporJulia.Mirandopor laventana,vioa la jovendepieenelbalcónocupadaenseguirconlavistasubarquilla,que,arrastradaporlacorriente,sevolvíahaciael yate. Y debo declarar que, en esta ocasión, el abogado desplegó unavivacidaddeespíritudignadesuhéroeRobertSkill.Alprimergolpeprevioloqueibaasucedery,conunsolomovimientodesucuerpo,seechóalsueloyseescondiódebajodelamesa.

Julia,porsuparte,nosedabacuentadelagravedaddelasituación.Veíaquehabíaperdidolabarquillaynodejabadeinspirarleinquietudsupróximaentrevista con el señor Bloomfield; pero no dudaba que podría salir delpabellón,puesconocíalaexistenciadelatablaqueservíadepuentelevadizoentreelpabellónylaorilla.

Diovueltaalpabellónyhalló lapuertadeésteabiertay la tablaquitada.De aquí dedujo con certeza que Jimson debía haber llegado y que, porconsiguiente,sehallabaenelpabellón.El talJimsondebíaserenverdadunhombremuytímidoparahaberpermitidosemejanteinvasióndesudomicilio,sindarseñalesdevida;yestepensamientoreanimóelvalordeJuliaporqueen

Page 104: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

aquellascircunstanciaslajovenseveíaobligadaapedirauxilioalmúsico;latablaerademasiadopesadaparasusfuerzas.Llamó,pues,enlapuertaabierta,ycomonadierespondió,volvióallamar.

—¡SeñorJimson—gritó—,vengausted,selosuplico!¡Tendráustedquevenir tarde o temprano, puesto que no puedo salir de aquí sin su auxilio!¡Vamos,noseaustedtanpesado!¡Vengausted,selosuplico!

Perotampocoobtuvorespuesta.

—Siestádentrotienequeserunloco—dijoparasí,sintiendounpequeñoescalofrío.

Pero pensó enseguida que tal vez había ido a pasearse en una barquillacomoellamismahabíahecho.En tal caso teníaque resignarseaaguardarypodía muy bien visitar el camarote; y dicho y hecho, entró sin pararse areflexionarmás.

Nonecesitodecirque,bajolamesadondeyacíaenelpolvo,sintióGideonquesucorazóndejabadelatir.

EnprimerlugarJuliasefijóenlassobrasdelalmuerzodeJimson.

«¡Pasteldecarne,fruta,pastelillos!—pensóparasí—.¡Nosecuidamal!Estoy segura de que debe ser un hombre de trato delicioso. ¿Tendrá buenafachacomoelseñorForsyth?¡ElnombredeJimsonnosuenatanbiencomoeldeForsyth!PeroporotraparteGideonesunnombrehorrible.¡Oh,aquíhaymúsica suya! ¡Magnífico! ¡Orange Pekoe, era pues el título que el buenhombre,dueñodelpabellóninterpretabaespeciedeté!».

Gideonoyóenestounaligerarisa.

Adagio,moltoespressivosemprelegato,leyó(porqueheolvidadodeciramis lectores que Gideon reunía todos los conocimientos necesarios para laparteliterariadeloficiodecompositor).«Essingulardartantasindicacionesyno escribir sino dos o tres notas. ¡Hola, aquí hayuna hoja que tiene escritoalgomás!¡Andantepatético!».

Lajovenempezóaexaminarlamúsica.

—¡Válgame Dios —se dijo—, esto debe ser terriblemente modernista!¡Cuántobemol!Veamosquétaleselaire.¡Esextraño,peromeparecequeloconozco!

Empezóatararearlamúsicaydeprontoprorrumpióenunacarcajada.

—¡Perosiesunacanciónpopular!¡Tommy,venga,ocúpatedetu tío!—exclamóenvozalta llenandodeamargurael almadeGideon—. ¡Y leponeAndantepatéticoysietebemoles!¡Estehombredebeserunfarsante!

Page 105: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Enelmismo instanteoyódebajode lamesaun ruidoconfusoyextraño,comoeldeunagallinaqueestornudase;yaquelestornudofueseguidodeungolpedadocontralamesa,yestegolpe,asuvez,deunsordogruñido.

Julia huyó hacia la puerta, pero, al llegar a ella se volvió, resuelta adesafiarelpeligro.Nadielaperseguía,peroseguíasonandodebajodelamesaunaserieindefinidadeestornudos.

«Seguramente —pensó Julia— es ésta una conducta muy extraña. EsteJimsonnopuedeserunhombrebieneducado».

Elprimerestornudodel jovenabogadohabíaperturbadoensu inmutablereposolosinnumerablesgranosdepolvoquedormíandebajodelamesa;alosestornudoshabíasucedidounfuerteataquedetos.

Juliaempezabaaexperimentarciertacompasión.

—¡Temoquerealmenteestéustedenfermo!—dijoaproximándosealgo—.Ruegoaustedquenoseobstineenpermanecermástiempodebajodelamesa,señorJimson.Esonolepuedehacerprovecho.

Elmaestrosólorespondióconunatosahogadora.Peroinmediatamentelaintrépidasearrodillódelantedelamesayseencontraronfrenteafrenteambascaras.

—¡Diosomnipotente!—exclamómissHazeltine, irguiéndosedeunsalto—.¡EselseñorForsythquesehavueltoloco!

—Noestoyloco—dijoeljovensaliendopenosamentedesuescondrijo—.QueridamissHazeltine,juroaustedderodillasquenoestoyloco.

—¡Estáustedloco!—exclamóanhelante.

—Sé—dijo—,queparaquienjuzgadeunmodosuperficial,miconductapuedeparecerextraña.

—¡Si no está usted loco, su conducta ha sidomonstruosa—exclamó lajoven ruborizándose— y demuestra que no se cuida usted nada de mistormentos!

—¡Sé…admitoeso!—dijoanimosamenteGideon.

—¡Hasidounaconductaabominable!—insistióJulia.

—¡Séquedebehaberdisminuidolaestimadeustedhaciamí!—respondióelabogado—.Pero,queridamissHazeltine,ruegoaustedquemeoigahastaelfin.Porextrañaqueparezca,mimaneradeobrartieneexplicación.Ylociertoesqueestoyresueltoanoseguirviviendosinocuentoconlaestimadeunapersonaaquienadmiro…Losactualesmomentosnosonlosmásapropósitoparahablardeesto,locomprendo,perorepitomiexpresión:sinlaestimadela

Page 106: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

únicapersonaaquienadmiro…

BrillóunreflejodesatisfacciónenelrostrodemissHazeltine.

—¡Muybien!—dijo—.Salgamosdeestafríacavernayvamosasentarnosen el balcón… Ahora—repuso instalándose—, hable usted, quiero saberlotodo.

Diciendoestofijólosojoseneljovenyalverledelantedesí,enaquellafacha,lalocamuchachaprorrumpióenunacarcajada.Surisaeraapropósitopararegocijarelcorazóndeunenamorado;sonabadeunmodoagradablealolargodelaorilla,comoelcantodeunpájarorepetidoalolejosporlosecosdel río.Ysinembargohabíaunapersonaaquienmortificabaaquella risa,yestapersonaeraelinfortunadoadmiradordelajoven.

—¡MissHazeltine!—dijoconvozalgoesquiva—,biensabeDiosquelehablo a usted con la mejor voluntad, pero muestra usted en todo estodemasiadaligereza.

Julialemiróconasombro.

—¡No puedo retirar la palabra! —dijo—. Ya me causó usted una penaatroz cuando charlabaustedhacepoco con el dueñodel pabellón.MostrabaustedbastantecuriosidadapropósitodeJimson.

—PerosiresultaqueJimsonesustedmismo—objetóJulia.

—¡Supongamosqueesasí!—exclamóelabogado—;perohaceunratonolosabíausted.¿QuiéneraparaustedJimson?¿Porquélehabíadeinteresar?¡MissHazeltine,mehadesgarradoustedelcorazón!

—¡Oh, eso es ya demasiado! —replicó severamente Julia—. ¿Cómo?¡Después de haberse usted conducido de la manera más extraordinariapretendeustedsercapazdeexplicarmesuconductay,enlugardeexplicarla,seponeustedainsultarme!

—Esmuycierto—respondióelpobreGideon—.Voyacontárseloaustedtodo.Cuandosepaustedtodalahistoria,seguramentemeexcusará.

Ysentándosejuntoaellaenelbanco, lerefiriócontodossusdetallessulamentableaventura.

—¡Oh,señorForsyth!—exclamócuandohuboacabadoeljoven—,sientomucho mi risa de hace un instante. Tenía usted una facha verdaderamenteextraña,peroleaseguroaustedquesientohabermereído.

Diciendoestolealargósumano,queGideonconservóenlasuya.

—¿No le dará a usted todo esto demasiado mala opinión de mí? —preguntócariñosamente.

Page 107: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¿Elquehayancaídosobreustedtantasmolestiasypenososincidentes?Noporcierto,caballero—exclamólajoven.Yenelardordesumovimiento,lealargólaotramano,dequeeljovenseapoderóigualmente—.¡Puedeustedcontarconmigo!—añadióJulia.

—¿Deveras?—dijoGideon—.¡Puesbien,contaréconusted!Reconozcoque los actualesmomentos no son losmás a propósito para hablar de todoesto.Peronotengoningúnamigo…

—¡Niyotampoco!—dijoJulia—.¿Peronocreeustedqueyaestiempodequemedevuelvamismanos?

—¡Lacidaremlamano!—respondióelabogado—.¡Déjemelasustedunminutomás!¡Tengotanpocosamigos!—repuso.

—Yocreíqueeramalaseñalenunjovennoteneramigos—añadióJulia.

—¡Oh,pero si tengomuchísimosamigos!—exclamóGideon—. ¡Noeraeso lo que yo quería decir! Comprendo que el momento no es el más apropósito;pero¡oh,Julia,sipudieraustedversetalcomoes!

—¡SeñorForsyth!

—No me llame usted con ese nombre tan feo —exclamó el joven—.LlámemeustedGideon.

—¡Oh,esojamás!—dijoJuliasinpodercontenerse—.¡Además,hacetanpocotiempoquenosconocemos!

—Al contrario —contestó Gideon—. Hace ya mucho tiempo que nosencontramosporprimeravezenBournemouth. ¡Desdeentonces jamás laheolvidadoausted!DígameustedquetampocomehaolvidadoyllámemeustedGideon.

Comolajovennorespondía,añadió:

—Sí,queridaJulia,soyunverdaderoasno,peromepropongoconquistarsucariño.Mehacaídoencimaunnegocioinfernal,notengouncuartoymehemostradohacepocoasusojosbajoelaspectomásridículo.Sinembargo,Julia, estoy resuelto a conquistar su cariño.Míreme usted frente a frente ydígame,siseatreveaello,quemeloprohíbe.

Lajovenlemiróyloqueledecíansusojosnodebiódeserdesagradablealjoven,puespermaneciólargotiempoocupadoenleerlo.

—Además —dijo al fin—, mientras yo consigo hacer fortuna, mi tíoEdwardnosdaráeldineronecesarioparavivir.

—¡Hombre, ésa sí que es buena! —dijo una voz gruesa detrás de losjóvenes.

Page 108: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

GideonyJuliasesepararonmásrápidamentequesi loshubieraseparadounresorteeléctricoyambos,extraordinariamenteruborizados,fijaronsusojosenelseñorEdwardHughBloomfield.

Elbuencaballero,viendollegarlabarquillasolahabíatenidolaideadeirdiscretamenteaecharunamiradaalaacuarelademissHazeltine.Masheaquíquehabíamatadodospájarosdeunapedrada; suprimermovimiento fuedeenfado, lo cual era natural en él. Pero al ver a los jóvenes ruborizados yasustados,sucorazónempezóaablandarse.

—¡Ésasíqueesbuena!—repitió—.Ustedescuentanyacomocosaseguracon su tío Edward. Pero, vamos a ver, Gideon, ¿no le dije a usted que, semantuvieselejosdenosotros?

—Ustedmedijoquememantuviese lejosdeMaidenhead. ¿Cómopodíayofigurarmequelesencontraríaaustedesaquí?

—Hayalgodeverdadeneso—añadióelseñorBloomfield—.Laverdadesquecreípreferibleocultarnuestraverdaderadirecciónhastaaustedmismo.Esos tenebrosos bandidos, esos Finsbury, hubieran sido capaces de quererarrancarnosporfuerzaaJulia.Precisamente,paradespistarlosicéenmiyateesa abominable bandera extranjera. Pero no es todo eso, Gideon. Ustedmeprometióempezaratrabajar,yleencuentroaquíenPadwickhaciendoelbobo.

—¡Por piedad, señor Bloomfield, no semuestre usted demasiado severoconelseñorForsyth!—dijoJulia,interviniendoenfavordesuamigo—.¡Elpobrejovenseencuentraenunapuroterrible!

—¿Quéeseso,Gideon?—preguntósutío—.¿Sehabatidoustedotienequepagaralgunacuenta?

En la mente del viejo radical, estas dos alternativas resumían todas lasdesgraciasquepodíancaersobreuncaballero.

—¡Pordesgracia,queridotío—dijoGideon—,esalgopeorquetodoeso!Me encuentro envuelto en una serie de circunstancias de una injusticiaverdaderamente…providencial.Elhechoesqueunsindicatodeasesinoshasabido,nosécómo,queyoposeíalamayorhabilidadparahacerdesaparecerlas huellas de su crimen.De todosmodos es un homenaje que rinden amicapacidaddelegista.

Dicho esto refirió Gideon, por segunda vez y con todos los detalles, laaventuradelErard.

—¡EsprecisoqueyoescribaesoalTimes!—exclamóelseñorBloomfield.

—¿Quiereusteddeshonrarme?—preguntóGideon.

—¡Deshonrarte! ¡Bah,no tengasmiedo!—dijosu tío—.Elministerioes

Page 109: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

liberal.Seguramentenosenegaráaatenderme. ¡ADiosgracias,pasaron losdíasdelaopresióntory!

—¡No,no,esonopuedeser,queridotío!—dijoGideon.

—¿Peroseráustedtanlocoquepersistaendeshacerseporsímismodeesecadáver?—exclamóelseñorBloomfield.

—¡Nohallootrocamino!—dijoGideon.

—¡Pero si eso es absurdo!—repuso el señor Bloomfield—. ¡Gideon, leordenoaustedformalmentequedesistadeesainjerenciacriminal!

—Estámuybien—dijoGideon—;enesecasodejoelasuntoensusmanosparaqueustedhagadelcadáverloqueleparezca.

—¡Dios me libre de semejante cosa!—exclamó el presidente del ClubRadical—.¡Noquierotenernadaqueverconsemejantehorror!

—En tal caso tiene usted que dejarme desembarazar de él lomejor quepueda—replicósusobrino—.Créameusted,eselpartidomásrazonable.

—¿No podríamos depositar secretamente el cadáver en el ClubConservador? —apuntó el señor Bloomfield—. Con esto y con algunosbuenosartículosqueharíamosescribirenlosperiódicosradicalesprestaríamosungranservicioalanación.

—Si usted encuentra que puede sacar algún provecho político de mi…objeto—dijoGideon—,razóndemásparaqueyoseloceda.

—¡Oh, no, no, Gideon! Creía únicamente que tal vez podría ustedemprender esa operación. Y hasta añado que, pensándolo bien, creo que escompletamenteinútilquepermanezcamosaquíasulado,missHazeltineyyo.¡Podrían vernos! —continuó el venerable presidente, mirando a derecha eizquierda—.Ustedcomprenderáque,enmicalidaddehombrepúblico,debotomar excepcionales precauciones. ¡Comprometerme, sería comprometer atodoelpartido!Además,detodosmodos,seacercalahoradelacomida.

—¿Cómo? —exclamó Gideon consultando el reloj—. ¡Pues es verdad!¡Pero,Diosmío,elpianodeberíaestaraquíhaceyatiempo!

ElseñorBloomfieldsedirigíayahacialabarca,peroaloírestaspalabrassedetuvo.

—¡Sí!—repuso Gideon— yomismo vi llegar el piano a la estación dePadwick,y fuienpersonaaavisaralcarretero,paraque lo trajeseaquí.Medijoqueteníaquehacerotroencargoantes,peroquesinfaltatendríaaquíelpiano lo más tarde a las cuatro. ¡No hay duda; han abierto el piano y hanhalladoelcuerpo!

Page 110: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡En ese caso tiene usted que huir enseguida! —declaró el señorBloomfield—.¡Eslaúnicaconductadignadeunhombre!

—¡Perosupongamosquemeequivoco!—dijoGideoncondoloridoacento—.¡Supongamosquellegaelpianoyquenoestoyaquípararecibirlo!¡Seríayolaprimeravíctimademicobardía!No,queridotío;hayqueirainformarseenPadwick.Naturalmente,yonopuedoencargarmedeello,peroaustednadieseloimpide.¿PorquénovaustedarondarunpocoalrededordelaOficinadePolicía?

—¡No,Gideon, no!—dijo el señorBloomfield con acento que revelabagran embarazo—. Ya sabe usted que le profeso el cariño más sincero. Sé,además, pormi parte, que tengo la dicha de ser inglés y conozco todos losdeberesquemeimponeestetítulo.Peroesodelapolicía,no,queridoGideon.

—¿Conque me abandona usted? —preguntó Gideon—. ¡Dígalofrancamente!

—¡Alcontrario,hijomío,alcontrario!—protestóeldesdichadotío—.Melimito a aconsejar la prudencia. ¡QueridoGideon, un verdadero inglés debedejarseguiarsiempreporelbuensentido!

—¿Mepermiteustedquedigamiparecer?—seatrevióadecirJulia—.YocreoqueGideon…quierodecirelseñorForsyth…haríamejorensalirdeestehorriblepabellónyeniraesperaralláabajoentrelossauces.Sillegaelpiano,el señor Forsyth podrá acercarse y recibirlo. Y si por el contrario, llega lapolicía, no tendrá más que subirse a bordo de nuestro yate y se habrádesvanecido el señor Jimson. ¡En el yate nada tendrá que temer! El señorBloomfieldeshombretanrespetableypersonalidadtanimportantequenadiepodráimaginarsenuncaquetienenadaqueverconsemejanteasunto.

—¡Esta joven tieneunagrandosisdeprudencia!—declaró el presidentedelClubRadical.

—¡Sí!Perosinoveollegaralpianonialapolicía—dijoGideon—,¿quédebohacerentalcaso?

—¡En tal caso —dijo Julia—, puede usted ir al pueblo cuando seaenteramentedenoche!¡Yhastayoiréconusted!¡Estoyseguradequenadiesospechará de usted, pero si alguien sospecha, yome encargaría de hacerlecomprenderqueseequivoca!

—¡Esosíquenolopuedopermitir!¡NopuedoautorizaramisHazeltineaquevayaconusted!—exclamóelseñorBloomfield.

—¿Yporqué?—preguntóJulia.

Ahorabien,el señorBloomfieldno teníaganasde revelárselo,porqueelverdaderomotivo era que temíaversemezclado en el asunto.Pero según la

Page 111: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

tácticaordinariaenestoscasos,dijoahuecandolavoz:

—NopermitaDios,miqueridamissHazeltine,queyotengaquedictaraunajovenbieneducadaloqueprescribenlasconveniencias.Pero,enfin…

—¡Oh! ¿No es más que eso? —interrumpió Julia—. Pues en ese casovamoslostresjuntosaPadwick.

«¡Caíenlatrampa!»,pensótristementeelviejoradical.

XII

Dondeelpianoapareceirrevocablementeporúltimavez

Muchosno tienen inconvenienteendecirque los ingleses sonunpueblosin música; pero, dejando aparte el favor excepcional que los inglesesdispensan a los organilleros, existe por lomenos un instrumento que puedellamarse nacional, en toda la extensión de la palabra: el flautín, llamadocomúnmentepitodeuncuarto;elpastorcillodelosbrezales,queyamostrabaaficionesmusicalesentiempodenuestrosantiguospoetas,despiertaytalvezentristecelaalondraconsuflautín;yestoysegurodequenosehallaráunsololazarillo que no sepa ejecutar en dicho flautín, Los granaderos ingleses oCerezamadura. Esta última canción es, a decir verdad, el trozo clásico deltocadordeflautín,hastatalpuntoquemásdeunavezmehepreguntadosinofue compuesto en su origen para dicho instrumento. Inglaterra es, en todocaso, el únicopaís delmundo enqueunnúmero extraordinario dehombreshallanmediodeganarselavidaconsólosabertocarelflautín,másaún,consólotocarunapieza,lainevitableCerezamadura.

Pero,porotraparte,hayquereconocerqueelflautínesuninstrumento,sinomisterioso, envuelto por lomenos en una espesa capa demisterio. ¿Porqué,porejemplo,seledaelnombrede«pitodeuncuarto»cuandojamáshevisto que se llegue a vender por tanmínimo precio? Se le llama también aveces«pitodeestaño»ysinembargo,muchomeengaño,onoentraparanadaelestañoensucomposición.

Por último, desearía saber en qué profunda catacumba, en qué desierto,lejos de todo oído humano, realiza su aprendizaje el tocador de flautín.Cualquieradenosotroshaoídoseguramenteapersonasqueaprendíanatocarelpiano,elviolínolatrompadecaza,peroelcachorrodeltañedordeflauta(como el del salmón) se oculta a la más perspicaz observación. Jamásllegamosaoírlehastaquellegaatenerperfectamaestría.

Por estas razones era doblemente notable el fenómeno que se producía

Page 112: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

cierta tarde de otoño en una carretera que atravesaba una verde pradera, nolejosdePadwick.Enelpescantedeunagrancarretacubiertaibasentadounjovendeaparienciamodesta(yporquénodecirlo)bastanteidiota.Llevabalasriendas sobre las rodillas y el látigo detrás en el interior de la carreta. Elcaballoibaadelantandosinnecesidaddequenadieledirigieseniarrease;yeljoven cochero, transportado a una esfera superior a la de sus ocupacionesdiarias,conlosojosenelcielo,seconsagrabaporcompletoaunflautínenre,recién comprado, y del que se esforzabapor extraer penosamente la amablemelodía de El gañán, y en verdad, para un observador que la casualidadhubiesecolocadoenaquelmomentoenmediodelapradera,aquelespectáculohubiera tenido un interés inolvidable y hubiera podido decir: ¡Al fin hetropezadoconunaprendizdeflautín!Elbondadosoyestúpidojoven,quesellamaba Harker, y estaba empleado en casa de un alquilador de carros dePadwick, acababa de repetir por vigésima vez su canción, cuando se sintióprofundamenteavergonzadoalnotarquenoestabasolo.

—¡Bravo!—exclamóunavozvaronil,aorillasdelacarretera—.¡Esosellama entenderlo! ¡Únicamente se nota algo de flojedad en el estribillo!—añadiólavoz,coneltonodelqueesperitoenlamateria—.¡Vamos,otravez!

Desde el fondo de su humillación, contempló Harker al hombre queacababadehablarle.Sehallóconunmocetóndeunoscuarentaaños,curtidoporelsol,afeitadoyqueseguíaalacarretaconpasoverdaderamentemilitar,haciendomolinetes con un garrote que llevaba en lamano. Sus vestidos noestabanmuyallá,peroelhombreparecíalimpioyllenodedignidad.

—¡Soyunpobreprincipiante—murmuróHarker—,ynocreíaquenadiemeoyese!

—¡Puesbien,asímegusta!—dijoelhombre—.Empiezaustedalgotardé,peronoimporta.¡Vamos,voyaecharleunamano!¡Déjemeustedsitioenelpescante!

Unmomento después, el hombre se hallaba sentado al lado deHarker ytenía en sus manos el flautín. Sacudió primero el instrumento, mojó laembocadura, como hacen los artistas consumados, pareció esperar lainspiraciónde arriba, y atacóporúltimo resueltamenteuna canciónpopular.Suejecucióndejabatalvezalgoquedesear:nosabíadaralflautínesadulzuraaéreaque,enciertasmanos,hacecompetiraesteinstrumentoconlospájarosdelbosque.Pero,porelardor,lavivezayeldesembarazoconquetocaba,eraunflautistasinrival:Harkereratodooídos,yaquellacancióntanbientocadale llenó de desesperación, dándole a conocer su propia inferioridad. Casiinmediatamente El placer del soldado le hizo olvidar este mezquinosentimientoyexcitóensualmaelentusiasmomásgeneroso.

—¡Ahoraletocaausted!—ledijoeltocadorofreciéndoleelflautín.

Page 113: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Oh,no,imposibledespuésdeusted!—exclamóHarker—.¡Ustedesunverdaderoartista!

—¡Deningunamanera!—respondiómodestamenteeldesconocido—:soyun simple aficionado como usted. ¡Le diré a usted más aún! Yo tengo unamaneradetocarelflautínyustedotraydebodeclararlequeprefierolasuyaalamía.Pero,yaveusted,yo empecéa tocar cuandoeraunmuchachoynoteníaelgustoformado.¡Vamos!¡Toqueustedesacanción!¿Cómoes?…

Fingióhacergrandesesfuerzospararecordarla.

En el pecho de Harker surgió una tímida esperanza, por otra parteinsensata.¡Seríaposible!¿Habríaalgodeparticularensumaneradetocar?Laverdadesqueélmismohabíaexperimentadoaveceslaimpresióndedescubriren los sonidos que emitía, cierta riqueza poética. ¿Sería acaso un genio?Mientras se dirigía esta pregunta, el desconocido seguía haciendo vanastentativasparadarconlacancióndeElgañán.

—¡No—dijoalfinelpobreHarker—,noesesoenteramente!Mireustedcómoempieza…¡Oh!,lohagoúnicamenteparaindicarleaustedlamúsica.

Diciendoestotomóelflautínentresuslabiosytocólacanciónenterauna,dosyhasta tresveces.Su compañero intentódenuevo tocarla, pero fracasóigualmente.YcuandoHarkercomprendióqueél, tímidoprincipiante,estabadandounaverdadera lecciónaaquelflautistaconsumado,sintió tan inmensasatisfacciónqueelcampoleparecióbañadoenlosresplandoresdesugloria.Imposible me sería a no ser que el lector sea aficionado al flautín, hacerlecomprenderelgradodevanidadidiotaaquellegóeldesdichadomozo.Porlodemás, un solo hecho bastará para pintar la situación. A partir de aquelmomento fue Harker el único que tocó y su compañero se limitó a oírle yaplaudirle.

Sin embargo, mientras le escuchaba, no echaba en olvido ese hábito deprudenciamilitarqueconsisteenenterarsesiempredeloquehayalrededordesí;graciasaesto,ibacalculandoelvalordelosdiversospaquetesqueconteníala carreta y esforzándose por adivinar el contenido ya de los paquetesenvueltosenpapelgris,yadeunamagníficacesta,yadeunacajademaderablanca; al mismo tiempo se decía que aquel gran piano, cuidadosamenteembalado, podría ser un bonito negocio si por sus dimensiones no hubieradificultadespararealizarlo.Mirandohaciaadelante,divisónuestrohombre,enunrecodode lapraderaunventorrillorústico, rodeadoderosas.«¡Afemía,voyaintentarelgolpe!»,sedijoporconclusión.Einmediatamentepropusoasucompañerotomarunacopa.

—Esque…notengocostumbredebeber—dijoHarker.

—Óigame usted, joven—interrumpió su compañero—. ¡Voy a decirle a

Page 114: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

usted quién soy yo! ¡Soy el sargentoBrand del ejército colonial! ¡Con estobastaparaquesepaustedsisoyonobebedor!

TalveznoeratansignificativacomoélsuponíalarevelacióndelsargentoBrand.Precisamenteencircunstanciascomoéstashubierapodidointervenirelcorodelatragediagriega,parahacernosnotarqueeldiscursodeldesconocidono nos explicaba suficientemente lo que venía a hacer de noche, vestido deharaposyenuncaminovecinalunsargentodelejércitocolonial.Nadiemejorquedichocorohubierapodidodaraentenderque,segúntodaverosimilitud,elsargentoBranddebíahaberrenunciadohacíayatiempoalaobramagnadeladefensa nacional y que al presente, se entregaba a la industria enteramentepersonaldelmerodeoydelrobo.Perocomonohabíacorogriegoporaquellosandurriales, el guerrero se contentó, sin meterse en otras explicacionesautobiográficas,endemostrarqueerandoscosasmuydistintasembriagarsedeunmodoregularytrincarconunamigo.

En el ventorro del León Azul, el sargento Brand presentó a su nuevoamigo, el señor Harker, gran número de ingeniosas mezclas destinadas aimpedirlacompletaembriaguez.Leexplicóqueelempleodedichasmezclasera indispensable en el regimiento, porque sin ellas, ni un solo oficial sehallaríaenunestadodesobriedadsuficienteparapoderasistir,porejemplo,alas revistas de comisario. La más eficaz de estas mezclas consistía encombinar dos pintas de cerveza con cuatro cuartos de ginebra auténtica.Esperoquemislectores,aunqueseanpaisanos,sabránutilizarestareceta,yaparasí,yaparaunamigo,porqueelefectoqueprodujoenelseñorHarkerfueen verdad tremendo. El pobre muchacho tuvo necesidad de ayuda paraencaramarse al pescante, dondenohizo apartir de aquelmomentomásquereírytocar.Asífuequeelsargentotuvonaturalmentequetomarlasriendasy,como sin duda, cual todo verdadero artista, tenía una preferencia marcadahacialasbellezasmássolitariasyagrestesdelpaisajeinglés,fueapartándosecada vez más del camino principal, para meterse por otros cada vez másextraviados,desiertosyalejados.

Porlodemás,paradarallectorunaideadelasvueltasyrevueltasquediolacarretadirigidaporelsargento,deberíatrazaraquíunplanodelcondadodeMiddlesex. Desgraciadamente es costosa la reproducción de esta clase detrabajos.Bastedecirquealacaídadelatardelacarretasedetuvoenmediodeunbosqueyqueunavezallí,elsargentolevantódeentrelosfardoscontiernasolicitud y colocó sobre unmontón de hojas secas el cuerpo inanimado deljovenHarker.

«¡Sitedespiertasdeaquíamañana,hijomío—pensóelsargento—,seráunmilagro!».

Sacó luego suavemente todo lo que había en los bolsillos del carretero

Page 115: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

dormido, esdecir,principalmenteunacantidaddediecisiete chelinesyochopeniques.Inmediatamentesesubióalpescanteysepusodenuevoenmarcha.

«¡Sisupierasiquieraendondeestoy,labromaseríacompleta!—dijoparasí—.¡Enfin,aquíhayunrecodo!».

TorcióelrecodoyseencontródeprontoenlasorillasdelTámesis.Acienpasosdedistanciabrillaban las lucesdeunyate, ymuycerca, tantoquenopodíaevitarqueleviesen,encontrótrespersonasunaseñoraydoscaballerosque se dirigieron a él resueltamente. El sargento vaciló un segundo, peroconfiandoen laobscuridadavanzó.Entoncesunode losdoshombres, eldeaspectomásimponente,colocándoseenmediodelacarretera,alzóungruesobastónaguisadeseñal.

—¡Buen hombre! —gritó—. ¿No ha encontrado usted un carro detransportes?

ElsargentoBrandrepitióconaireembarazoso:

—¿Uncarrodetransportes?…¡No,señor!

—¡Ah!—dijo el imponente caballero apartándose para dejarle pasar. Laseñora y el segundo de los dos hombres se inclinaron hacia adelante yexaminaronconvivacuriosidadlacarreta.

«¿Quédiablosquerránver?», pensópara sus adentrosBrand.Arreó a sucaballo,peronosinvolversediscretamenteunavezmás, locual lepermitióver las tres personas de pie en medio de la carretera, como si estuviesendeliberando.Noesde extrañar, pues, que entre losgruñidos articuladosquesalieron entonces de la boca del improvisado carretero, figurase, en primertérmino, lapalabra«policía».Brandarreabasucaballo,elcualgalopando lomásquepodía(quenoera,enresumen,sinoungalopemuyrelativo),corríahaciaGreatHamercham.Pocoapocofuedebilitándoseelruidodeloscascosyelrechinardelasruedas,yel tríoantescitadoquedódepieenlaorillaenmediodelmásprofundosilencio.

—¡Es lomásextraordinariodelmundo!—exclamabaelmáspequeñodelosdoshombres—.¡Hereconocidoperfectamenteelcarro!

—¡Yyohevistounpiano!—decíalajoven.

—¡Esseguramenteelmismocarro!—añadíaeljoven—.¡Ylomásextrañoesqueelcarreteronoeselmismo!

—¡Debeserelmismocarretero,Gid!—afirmabaelotrohombre.

—Entonces—preguntabaGideon—,¿porquéhahuido?

—¡Talvezsehabrádesbocadosucaballo!—apuntóelviejoradical.

Page 116: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Deningunamanera!¡Heoídorestallarellátigo!—decíaGideon—.¡Enverdadestoescapazdedesconcertarauno!

—¡Voy a decir a ustedes lo que creo que debemos hacer!—exclamó lajoven—.Vamosaseguirsupista,comodicenenlasnovelaso,mejordicho,vamos a seguirla en sentido contrario, marchando hacia el punto de dondevenía. ¡Seguramente encontraremos alguien que le haya visto y nos dénoticias!

—¡Sí, perfectamente, hagámoslo así, aunque sólo sea por lo extraño delcaso!—dijoGideon.

Lo «extraño del caso» consistía sin duda para él en que semejanteexcursión le permitiría estar al lado de miss Hazeltine. En cuanto el señorBloomfield, el tal proyecto le agradaba mucho menos. Y cuando hubieronrecorridounoscienpasosporuncaminodesierto,entreunatapiaporunladoyunacunetaporotro,elpresidentedelClubRadicaldiolaseñaldealto.

—¡Loqueestamoshaciendonotienevisosdesentidocomún!—dijo.

Peroapenasseextinguióel ruidodesuspasos, llegóaoídosdenuestrosamigosotroruidoquesalíamisteriosamentedeunbosquecilloinmediato.

—¿Quéeseso?—exclamóJulia.

—¡Nosé loquepodráser!—dijoGideon—,haciendoademándequererentrarenelbosquecillo.

Elradicalblandiósubastóncomosifueraunaespada.

—¡Gideon,miqueridoGideon!…—empezóadecir.

—¡Señor Forsyth, por piedad, no dé usted un pasomás!—dijo Julia—.¿Quésabeustedloquepuedehaberahí?¡Tengomiedoporusted!

—¡Aun cuando hubiera de encontrar al diablo en persona —respondióGideonresueltamente—,quieroverloquehayahí!

—¡Nohayqueprecipitarse,Gideon!—gritabasutío.

El abogado se encaminóhaciadonde sonaba el ruido, quepresentaba enverdaduncaráctermonstruoso,puesenélresultabancombinadosdelamaneramenosnatural,losgritosdelavacaydelasirenadelbarcoconelzumbidodelmosquito.Entrelosárbolesyacíaunamasanegraquenodejabadetenerciertoparecidoconlaformahumana.

—¡Es un hombre —dijo Gideon—, y nada más que un hombre! ¡Estádormidoyronca!¡Eh,buenhombre!—dijoyañadióenseguida—:Parecequenoquieredespertarse.

Gideonencendióunacerillaya su resplandor reconoció lacabeza rojiza

Page 117: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

delcarreteroquesehabíacomprometidoallevarleelpiano.

—¡Aquíestámihombre,borrachocomouncerdo!—dijo—.¡Empiezoacomprenderloquehapasado!

Yexpusoasusdoscompañeros,quesehabíanarriesgadoaincorporársele,suhipótesisacercadelaformaenqueelcarreterosehabíavistoseparadodesuvehículo.

—¡Qué abominable bruto! —dijo el tío—. ¡Despertémosle eimpongámosleelcastigoquemerece!

—¡Guardémonos de ello! —dijo Gideon—. ¡Lo primero que debemosevitaresquenosveajuntos!Además,queridotío,adecirverdad,deboaestebuen hombre el más profundo agradecimiento, porque su borrachera es elsucesomásfaustoparamí.Nopodíanirlascosasmejor.¡Meparece,queridotío,queahorayaestoycompletamentelibre!

—¿Libredequé?—preguntóelradical.

—¡Puesdetodoelasunto!—exclamóGideon—.Elcarreteroimprovisadoha incurrido en la infeliz necedad de robar el carro con el piano y sucontenido.Por lodemás,nosénime importa saber loquepiensahacerconello.Detodosmodosmismanosquedanlibres.¡Jimsonhadejadodeexistir!¡Felicítenmeustedes,miqueridotío…miqueridaJulia!¡Oh,queridaJulia!…

—¡Gideon,Gideon!—dijoeltío.

—¡Oh,nohayenestoningúnmal,miqueridotío,puestoquenosvamosacasarmuypronto!—dijoGideon—.¡Recuerdeustedmuybienquenoslohadichohacepocoenelpabellón!

—¿Yo?—preguntóeltíosorprendido—.¡Estoysegurodenohaberdichosemejantecosa!

—¡Suplíqueselo usted, júrele usted que lo ha dicho, invoque su buencorazón!—exclamóGideon dirigiéndose a Julia—. ¡Cuando deja hablar sucorazónnotieneigualenelmundo!

—¡Mi querido señor Bloomfield —dijo Julia—, Gideon es tan buenmuchacho yme ha prometido de talmodo trabajar en su carrera, que estoyseguraquelohará!¡Lomaloesqueyonotengouncuarto!—añadiólajoven.

—¡El tío Edward tiene por dos, querida señorita, como le decía a ustedhacepocoestetunante!—respondióelradical—.¡Ynopuedoolvidarquehasidoustedvergonzosamentedespojadadesufortuna!¡Porconsiguienteahoraque nadie nos mira, bese usted a su tío Edward!… ¡En cuanto a usted,miserable—repusocuandodichaceremoniaquedódebidamenterealizada—,estaencantadorajovenvaasersuesposa,yesseguramentemuchomásdelo

Page 118: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

que usted merece! Pero ahora, ¡volvamos inmediatamente al pabellón ydespuésalyatepararegresaraLondres!

—¡Magnífico,apedirdeboca!—exclamóGideon—.¡YmañananohabráJimson, ni carro, ni piano! ¡Y cuando ese buen hombre se despierte, podrádecirquetodoestenegociohasidounsueño!

—¡Sí —dijo el tío Edward—, pero habrá otro hombre que tendrá undespertarmuydistinto!¡Eltunantequeharobadoelcarroecharádeverquesehapasadodelisto!

—Miqueridotío—dijoGideon—,soyfelizcomounrey;micorazónsaltacomounapelota,mistalonesparecequetienenalas;meveolibredetodosmisapuros y tengo segura lamano de Julia. En tales condiciones, ¿cómo he depoderdarabrigoenmipechoasentimientosdecrueldad?No;¡sólohaysitioenmíparaunabondadangelical!Ycuandopiensoenesepobreydesdichadodiabloconsucarreta,exclamodesdeelfondodemicorazón:¡Diosleayude!

—¡Amén!—respondióeltíoEdward.

XIII

LastribulacionesdeMaurice(II)

Sinuestraliteraturahubieseconservadosusantiguastradicionesdereservaycortesíaclásicas,yono rebajaríamidignidaddeescritorhastaelpuntodedescribir amis lectores lasangustiasdeMaurice; esésteunode losasuntosque, por lamisma intensidad de su realismo, debería estar excluido de todaobra de arte digna de este nombre. Pero precisamente el gusto del día seinclina a los asuntos de este género; el lector desea que expongan a susmiradaslosmásrecónditosreplieguesdeunhéroedenovela,ynadaleagradatantocomoelespectáculodeuncorazónensangrentadoquesepresentaanteélentodasudesnudez.Aunasínobastaríasemejantereflexiónsielrepugnanteasuntoquevoyatratarnotuvieseademásunalcancealtamentemoralizador.¡Tendréconcienciadenohabertrabajadoenvano,simirelatopuedeimpediraunosolodemislectoreslanzarsealcrimenalaligera,sinhaberserodeadodelasmásminuciosas,precauciones!

Aldía siguientede lavisitadeMichael, cuandoMaurice sedespertódelprofundosueñoquelehabíaproducidosudesesperación,echódeverquesusmanos temblaban, que sus ojos apenas podían abrirse, que su garganta seabrasaba y que su digestión estaba paralizada. «¡Y bien sabe Dios sinembargo,quenoesporexcesoenlacomida!»,sedijoeldesdichado.Despuésselevantóafindereflexionarmásfríamenteensusituación.Nadadarámejor

Page 119: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

idea de las perturbaciones que agitaban su pensamiento que la exposiciónmetódicadelosangustiososproblemasquesurgíananteél.

Asípues,paracomodidaddellector,voyaclasificarlospornúmeros;perono tengo necesidad de decir que en el cerebro deMaurice se mezclaban yarremolinaban en conjunto, como una nube de polvo. Y, siempre paracomodidaddellector,voyaponeracadaunodedichosangustiososproblemasuntítulo.¡Obsérvese,además,quecadaunodeellosbastaríaporsísoloparaasegurareléxitodeunfolletín!

Problemanúmero1:¿DóndeestáelcadáveroelmisteriodeBentPitman?ParaMauricenoofrecía lamenordudaqueBentPitmanpertenecíaa lamástenebrosaespeciedéloscriminalesdeprofesión.Cualquierhombre,porpocahonradez que tuviese, no hubiera cobrado el cheque; y pormuy escasa quefuese su dosis de humanidad, no hubiera aceptado en silencio el trágicocontenidodeltonel;además,sólounasesinoexpertohabríapodidohallarlosmedios de hacer desaparecer el cadáver sin dejar rastro. Esta serie dededuccionesdioporresultadoelpresentaraBentPitmanalosojosdeMauricecomo la más siniestra imagen de un monstruo. Evidentemente aquel serinfernal,paradesembarazarsedelcadávernohabíatenidomásquehacerqueprecipitarloporuna trampaquehabía en su trascocina (Mauricehabía leídoalgoparecidoenunanovelaporentregas);yahoraaquelbandidovivíaenunaorgía de lujo, gracias al importe del cheque. Por otra parte, era lo másfavorablequepodíadesearMauriceensusituación.Lomaloesque,dadosloshábitosdelocaprodigalidaddeunhombrecomoBentPitman,lasochocientaslibraspodíandurarapenasunasemana.Yunavezderretidasemejantesuma,¿quéharía enseguidael espantosopersonaje?Unavozdiabólica respondíaaMauricedesdeel fondodesupropiopecho:«¿Sabes loqueharáenseguida?¡Puesteharácantar!».

Problemanúm.2:Problemadelatontinao¿hamuertoeltíoMastermann?¡Era por demás inquietante este problema, y, sin embargo, de él dependíantodas las esperanzas deMaurice! Había intentado intimidad, y corromper aCatherine, pero sus tentativas habían fracasado. Seguía teniendo siempre laconvicción«moral»dequesutíoMastermannhabíamuerto:peronoescosafácilhacercantaraunsutillegista,fundándoseúnicamenteenunaconvicciónmoral. Eso sin contar que, después de la visita deMichael, semejante planofrecíamuchosmenosatractivosqueantesalaimaginacióndeMaurice.«¿EsMichaelhombreaquiensepuedehacercantarfácilmente?—sepreguntaba—.¿Soy yo, acaso, el hombre a propósito para hacer cantar aMichael?». Eranéstascuestionesgraves,solemnesyterribles.«Noquieredecirqueyoletengamiedo —añadía Maurice para tranquilizarse—; pero a mí me gusta pisarterrenofirme,ynoveomediodeconseguirlo.¡Detodosmodos,cuándiferenteeslavidarealdelasnovelas!Enunanovela,apenasmetidoyoenesteenredo,

Page 120: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

habría encontrado seguramente un tunante sombrío y misterioso que sehubiera convertido enmi cómplice, quehabríavisto enseguida loquehabíaque hacer, y que probablemente se habría introducido en casa de Michael,dondenohabríaencontradomásqueunaestatuadecera;despuésdelocual,porlodemás,eltalcómplicenohabríadejadodehacermecantar,yhastamehabríaasesinadoporañadidura.Mientrasque,en la realidad,podríayoestarrecorriendodíaynochelascallesdeLondres,hastareventardecansancio,sinquesefijaseenmíniunsolocriminal…¡Ysinembargo,desdeestepuntodevista. Bent Pitman desempeña próximamente ese papel!», repuso con airepensativo.

Problema núm. 3: La casita de Browndean o el cómplice recalcitrante.Porque había también un cómplice; y el tal cómplice estaba aburriéndosesoberanamente en un pantano deHampshire, con los bolsillos vacíos. ¿Quépodíahacerseporaquellado?Mauricepensóquehubieradebidoenviar,porlomenos,algunacosaasuhermano,aunquesólo fueseunasimple libranzadecincochelines,afindequetuviesepaciencia,procurándoleesperanza,cervezay tabaco. «¿Pero cómo hubiera yo podido enviarle la más insignificantesuma?», gimió el triste mozo, explorando sus bolsillos, de donde sacóexactamentecuatropiezasdeunchelínydieciochocuartos.Paraunhombreen la situación deMaurice, en guerra abierta contra la sociedad, y teniendoquedirigir,consuinexpertamano,loshilosdelamásembrolladaintriga,hayqueconfesarqueestasumaerainsignificante.¡Tantopeor!¡Johnsearreglaríacomopudiera!

—Sí, pero —añadía entonces con voz diabólica—, ¿cómo quieres quesalgadelatolladeroaunquefueracienvecesmenosestúpidodeloquees?

Problema núm. 4: El comercio de cueros o al fin hemos hecho quiebra.Costumbres londinenses. Acerca de este punto especial,Maurice carecía denoticias. No se había atrevido aún a poner los pies en su oficina, y, sinembargo,comprendíaquenoibaatenermásremedioqueir.Pero¿quéhabíadehacerunavezen laoficina?No tendríaderechopara firmarnadacon supropionombreycon lamejorvoluntaddelmundo,empezabaacomprenderquejamáslograríafalsificarlafirmadesutío.Entalescondiciones,nopodíahacer nada para contener la ruina. Y cuando la ruina llegase a producirse,cuando los ojos escrutadores de los peritos examinasen hasta los menoresdetalles de las cuentas de la casa, no dejarían de dirigir al desdichadoinsolventeestasdospreguntas:1.ª¿DóndeestáelseñorJosephFinsbury?2.ª¿QuésignificabaciertavisitaalBanco?Eranéstasunaspreguntastanfácilesde hacer como imposibles de contestar. Y si no lograba responder a ellas,tendríaqueirseguramentealacárcel,ymástardeapresidio.Mauriceestabaafeitándose cuando se presentó a su mente semejante eventualidad, y seapresuró a dejar la navaja. Tenemos, por una parte, según la expresión de

Page 121: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Maurice,«ladesaparicióntotaldeuntíorico»;tenemos,porotra,unaseriedeactos extraños e inexplicables, realizados por un sobrino que sentía hacia eldesaparecido un odio implacable (qué admirable conjunto de circunstanciasparaunerror judicial).«No—dijoMaurice—,no llegaránhastaelpuntodeconsiderarme como un asesino. Pero, francamente, no hay en el Código unsolo crimen (excepto tal vez el de incendio) que yo no haya, al parecer,cometidoalosojosdelaley.¡Ysinembargo,soyunhombrehonradoacartacabal,quenohadeseadonuncamásquecobrarloqueledeben!¡Ah,bonitasestánlasleyes!».

Tras esta reflexión, que se hallaba bien arraigada en su espíritu, bajóMauricelasescalerasdesucasadeJohnStreet;estabaamedioafeitar.Enelbuzónde las cartas encontróunaque, por la letra, conoció ser de John, quedabaseñalesdeimpaciencia.

—¡Enverdad, el destino hubiera podido evitarme esto por lomenos!—dijoamargamente,yrompióelsobre.

«¡QueridoMaurice—leyó—, empiezo a creer queme estás tomando elpelo!Me encuentro aquí en la situaciónmás espantosa;me veo obligado avivirdegorra,ycomotúcomprenderás,¡cadadíaesmásdifícil!¡Acuérdatebien de que no tengo sábanas! ¡Necesito dinero! ¿Me entiendes? ¡Yamevacargandoeste infundio!Enmi lugarnadiehubieraaguantado.Hacedosdíasque me hubiera largado, si hubiera tenido con qué tomar el tren. ¡Vamos,Maurice,noteobstinesentulocura!¡Figúratecuálserámiterriblesituación!¡Voy a tener quepedir prestado el sello para esta carta! ¡Te lo asegurobajopalabradehonor!Tuhermanoquetequiere,J.Finsbury».

«¡Québruto!—pensóMaurice,metiéndoselacartaenelbolsillo—.¿Quéquiere que haga por él? ¡Voy a tener que afeitarme en casa del peluquero,porquemipulsonoestá firme!¿Dóndequierequeencuentreyodineroparaenviárselo? Comprendo que su situación no tiene nada de divertida, pero¿estoyyoacasoenlagloria?…Porlomenoshayensucartaunacosaquemeconsuela.¡Noteniendouncuarto,tienequequedarseallíquierasqueno!».

Luegoañadióenunnuevoarranque:

—¡Se atreve a quejarse el animal, y, sin embargo, no ha oído nunca elnombredeBentPitman!¿Quéharíasituvieseencimatodoloqueyotengo?

Noeranestosargumentosdeunahonradezirreprochable,yelescrupulosoMaurice se daba cuenta de ello.No podía ocultársele que su hermano Johnestaba muy lejos de hallarse en la gloria, en el pantanoso cottage deBrowndean, sin noticias, sin dinero, sin sábanas, sin la menor sombra decompañíaodistracción.Detalsuertequedespuésdeafeitado,Mauricellegóaconcebirlanecesidaddeunarreglo.

Page 122: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—ElpobreJohn—dijoparasí—sehallaenunasituaciónverdaderamenteespantosa. ¡Yaqueno lepuedoenviardinero, leenviaréalgoque leagrade,comoelLéameusted!¡Esoledaráánimo,yademáscontribuiráaquelehaganmásfácilmentecrédito,alverquerecibealgoporelcorreo!

En consecuencia de esto, al dirigirse a la oficina compróMaurice, paraenviárseloasuhermano,unnúmerodetandivertidapublicación,alque(enunaccesoderemordimiento)agregóelAtheneum,LavidacristianayLasemanapintoresca.DeestasuertesehallóJohnprovistodeliteratura,yMauricetuvolasatisfaccióndesentirsehombredeconciencia.

ComosielCielohubieraqueridorecompensarle,tuvolasorpresa,alllegara la oficina, de encontrar excelentes noticias. Los pedidos afluían; losalmacenes se vaciaban y el precio del cuero no dejaba de subir. El gerentemismoestabaencantado.EncuantoaMaurice—quehabíallegadoaolvidarquepudiesehaberenelmundoalgunabuenanoticia—,hubierasollozadodealegría de buen grado, como un chiquillo, y hubiera estrechado entre susbrazosalgerentede lacasa,hombreviejo,muysecoydepobladascejas;yhasta hubiera llegado a dar a cada uno de los empleados de la oficina unagratificación (¡oh, muy pequeña!). Y mientras que sentado a su mesa ibaabriendo el correo, cantaba en su cerebro un coro de alegres pájaros, conarregloaun ritmoencantador:«¡Esteviejonegociode loscuerospuededaraúndesímuchobueno,muchobueno,muchobueno!».

En medio de este oasis moral, le halló cierto Rogerson, uno de losacreedoresdelacasa.PeroRogersonnoeraunacreedormolesto,porquesusrelacionescon lacasaFinsburydatabandemuy largo tiempo,ymásdeunavezhabíatenidoqueconcederlargosplazos.

—¡QueridoFinsbury—dijoconciertoembarazo—,tengoqueparticiparlea usteduna cosaque tal vez lemoleste!El hecho es que…mehevisto sinfondosyyasabeustedloquees…enunapalabra…

—¡Ya sabe usted que nunca hemos tenido la costumbre de pagarle alprimerplazo!—respondióMauricepalideciendo—,perodemeusted tiempopara poderme remover y veré lo que puedo hacer. Por lo menos, creo quepuedoprometerleunabuenacantidadacuenta.

—¡Elcasoesque!…—tartamudeóRogerson—,mehedejadotentaryhecedidomicrédito.

—¡Cedido su crédito!—repitióMaurice—. ¡He ahí un proceder que nopodíamosesperarseguramentedesuparte,señorRogerson!

—¡Bah,mehanofrecidoelcientoporciento,atocatejayenmetálico!—murmuróRogerson.

Page 123: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Ciento por ciento!—exclamó Maurice—. ¡Pues eso le hace a ustedalgo como treinta por ciento de beneficio! ¡Cosa singular! Y ¿quién es elcomprador?

—Unhombreaquiennoconozco—respondióelacreedor—.UntalMoss.

«¡Un judío! —pensó Maurice apenas salió el acreedor—. ¿Qué puedeimportarleaun judíouncrédito sobre lacasaFinsbury?¿Qué interéspuedetenerenpagarlaaeseprecio?».

EsepreciojustificabalaconductadeRogerson:Mauriceconveníaenello.Perodemostraba, almismo tiempo, por parte deMoss, un extrañodeseodeconvertirseenacreedordelacasadecueros.¡Elcréditopodíaserpresentadodeunmomentoaotro,ytalvezaquelmismodía!¿Yporqué?ElmisteriodeMossamenazabaconvertirseenotromisterioPitman.«¡Yesoenelmomentoen que todo parecía presentarse bajo mejores auspicios!», gimió Maurice,dando con la cabeza contra la pared.En elmismo instante le anunciaron lavisitadelseñorMoss.

Moss era un judío del género resplandeciente, con una elegancia demalgustoyunacortesíaofensiva.Declaróque,entodoaquello,obrabaennombredetercero;élmismonocomprendíaunapalabradelasunto;suclientelehabíadadoórdenesformales.Elsusodichoclienteteníainterésencobrar;perosilacosa era absolutamente imposible por el momento, aceptaría un chequepagaderoasesentadías.

—¡Noséloquetodoestosignifica!—dijoMaurice—,¿quémotivopuedeimpulsarleaustedacompraruncréditoasemejanteprecio?

El señorMoss tampoco tenía lamenor idea de ello: se había limitado aejercerlasórdenesdesucliente.

—¡Todo esto es absolutamente irregular! —dijo al fin Maurice—. Escontrarioa losusoscomerciales.¿Qué instrucciones tieneustedparaelcasoenqueyomeniegue?

—Entalcaso,tengoordendedirigirmeasutíoJosephFinsbury,jefedelacasa—respondióeljudío—.Miclientehainsistidomuyespecialmenteenestepunto. Me ha dicho que ese señor era el único que tenía aquí títulos…¡dispenseusted,laexpresiónnoesmía!

—¡Esimposiblequeveaustedamitío,queestáenfermo!—dijoMaurice.

—En ese caso, tengo orden de entregar el asunto en manos de unprocurador. ¡Voyaver!—continuóel señorMoss,consultandosucartera—.¡Hombre,heaquíuno,MichaelFinsbury,quetalvezseaparientedeusted!Mealegraría mucho, porque de esta suerte se podría arreglar el asuntoamistosamente.

Page 124: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Caer en manos deMichael era demasiado para Maurice. Así es que searriesgó.¿Quéteníaquetemerdeunchequeasesentadías?¡Dentrodesesentadías estaría probablemente muerto o por lo menos en prisión! Así es quemandóasugerentequediesealseñorMossunabutacayunperiódico.

—¡Voyairahacerfirmarelchequepormitío—dijo—,estáenfermoennuestracasadeJohnStreet!

Uncochepara iryotroparavenirdejaron temblandosucapital.CalculóquedespuésdemarcharseelseñorMoss,todasufortunaquedaríareducidaadiecisiete cuartos. Pero lo más sensible era que, para salir del paso, habíatenidoquetransportaraltíoJosephaBloomsbury.

—¡Tristedemí!—decía—.EnadelanteesinútilqueJohnpermanezcaenélHampshire.¡Encuantoasabercuántohedepoderhacerdurarlabroma,queme cuelguen si puedo decirlo! Con mi tío en Browndean, era ya casiimposible; conmi tío enBloomsbury, excede a toda fuerza humana. Por lomenosalasmías,¡porque,enfin,eslomismoquehaceMichaelconelcuerpodemitíoMastermann!Peroél,yaseve,tienecómplicescomosuviejaamadellavesyseguramentealgunosotrosbribonesclientessuyos.¡Oh,siyopudierahallarcómplices!

Lanecesidadeslamadredetodaslasarteshumanas.AguijoneadoporellaMaurice, quedó sorprendido al observar la ligereza, resolución y excelenteaspectode sunueva falsificación.Tres cuartosdehoradespués entregabaalseñorMossuncheque, enque seostentabagallardamente la firmade su tíoJoseph.

—¡Magnífico!—declaróelisraelitalevantándose—.Ahoratengoordendedeciraustedqueestechequenoleserápresentadoaustedasuvencimiento,peroquedebeustedestarmuysobreaviso.

LahabitaciónempezóabailarentomoaMaurice.

—¡Cómo! ¿Qué dice usted?—exclamó, agarrándose a la mesa—, ¿quéquiereusteddecir?¿Queelchequenoserápresentado?…¿Porquédeboestarsobreaviso?¿Quélíoeséste?

—Leaseguro a usted, señorFinsbury—respondió el hebreo con amablesonrisa—, que no tengo lamenor idea. Se trata de unmensaje queme hanencomendado, ymi cliente ha puesto enmi boca esas palabras que parecenproducirleaustedtangrandeagitación.

—¿Cuáleselnombredesucliente?—preguntóMaurice.

—Miclientedesea, por ahora, guardar el incógnito—respondió el señorMoss.

Mauriceseinclinóhaciaélyledijoconvozahogada:

Page 125: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¿Noes…elBanco?

—¡Sientoenelalmanoestarautorizadoparadecirleunapalabramás!—respondióelseñorMoss—.Yahora,siustedmelopermite,tengoelgustodedespedirmedeusted.

Apenassequedósolo,Mauricecogióel sombreroysalióhuyendodesudespacho, comoun loco.No se detuvohasta pasadas dos o tres calles, paradecirconunaespeciedegruñido:¡Hubieradebidopedirprestadoalgerente!¡Pero ahora es demasiado tarde para volver únicamente para eso! ¡Meencuentro sin un cuarto, absolutamente sin un cuarto, como los obreros sintrabajo!

Volvióasucasaysesentómelancólicamenteenelcomedor.Jamáshabíahecho Newton un esfuerzo de pensamiento tan vigoroso como el que hizoentonces aquella víctima de las circunstancias. Pero dicho esfuerzo resultóestéril.

—Nosésiestodependedeunefectodemiespíritu—dijoparasí—;peroel hecho es que me parece que mi mala suerte tiene algo de antinatural.¡ValdríalapenaescribiralTimes!¿Quédigo?¡Hastavaldríalapenahacerunarevolución! Y lo peor del caso es que necesito inmediatamente dinero. Encuantoalamoralidad,notengoparaquéocuparmedeella:hacelargotiempoquedejé atrás esta frase.Loquenecesito ahora esdinero,y enseguida;y elúnicomedioque tengodeprocurármelo esBentPitman.BentPitman es uncriminal,yporconsiguiente,debetenermásdeunladoflaco.¡Debeconservaraúnpartedelasochocientaslibrasyespreciso,atodotrance,queleobligueapartirconmigo!Aunenelcasodequenolequedasenada,lereferiríalodelatontina, y con un tunante como él, malo sería que no llegásemos a unresultado.

Todoesto eramuybonito, perohabíaque echar lamanoal talPitmanyMauricenoveíamuyclaroelmediodequehabíadevalerse.ElúnicoposibledehacerllegaraPitmansusnoticiaserainsertarunanuncioenlosperiódicos;pero¿enquétérminoshabíaqueredactarelanuncio,dóndesehabíadedarlacitayanombredequién?CitarleenBloomsbury,en lacasadeJohnStreet,hubierasidomuypeligroso,tratándosedeuntunantedesucalañaquedeestemodo sabría las señas deMaurice y no dejaría de aprovecharlasmás tarde.¿FijarlacitaencasadePitman?Eramáspeligrosoaún.Mauricesefigurabaperfectamenteloquedebíaseraquellacasa,unsiniestrotugurioenHolloway,conuna trampasecretaencadahabitación;unacasadondepodíaunoentrarcon gabán de verano y botas de charol, para salir una hora más tardeconvertidoenpicadilloenelcestodeuncarnicero.Porotraparte,eraésteelinconveniente fatal de hallarse en relaciones con un cómplice demasiadoatrevido.Mauricesedabaperfectamentecuentadeello,nosinsentirunligero

Page 126: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

escalofrío.

—¡Jamásmehubierafiguradoquehabíadellegaralgúndíaaambicionarlaamistaddeunhombresemejante!—sedecía.

Al fin se le ocurrió una idea feliz. La estación deWaterloo era un sitiopúblicoysinembargonomuyfrecuentadoaciertashoras.Elnombremismodedicho lugar debía hacer latirmásviolentamente el corazóndePitman; laeleccióndesemejantepuntodecitadebíaindicaralrufiánque,porlomenos,conocíanunodesussecretos.

Mauricetomóunahojadepapelyempezóaredactarelanuncio:

ANUNCIO

WilliamBentPitman

Si por casualidad llega a leer este anuncio, sepaquepodrándecirle algoventajoso para él, el domingo próximo, de dos a cuatro de la tarde, en laestacióndesalidadeWaterloo.

Mauricevolvióaleerconmayorsatisfacciónelpequeñotrozoliterarioqueacababadeimprovisar.

—No está del todomal—se dijo—.Algo ventajoso para él; no esmuyexactoquedigamos;peroes tentadoryoriginal;además,nohayqueprestarjuramento para insertar un anuncio. Todo lo que pido al Cielo, hasta eldomingo,espodermeprocuraralgúndineroparamiscomidas,paraelanuncioytambiénpara…Perono,nohayquederrocharlosfondosenviandoungiroaJohn.Mecontentaréconenviarlenuevamentealgunosperiódicoscómicos.Sí,pero¿dóndehallareldinero?

Seacercóal armariodonde sehallaba lacolecciónde sortijasde sello…Perodepronto,suinstintodecoleccionistaserevelócontratalintento.

—¡No, no, de ninguna manera! —exclamó—. ¡Por nada del mundodescabalarélacolección!Antesrobar.

Corrió al salón y se apoderó apresuradamente de algunas curiosidadestraídasenotrotiempoporeltíoJoseph:unpardebabuchasturcas,unabanicode Esmirna, un mosquete garantizado como procedente de un bandido deTracia,unnarguileegipcioyunpuñadodeconchasconsusnombresescritosenlatínsobreunasetiquetas.

XIV

DondeWilliamDentPitmanseenteradealgoventajosoparaél

Page 127: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Eldomingopor lamañana se levantóWilliamDentPitman a la hora decostumbreenunadisposicióndeánimoalgomenosmelancólicaquelaqueleprodujolallegadadelmalhadadotonel.

Hay que advertir que la víspera de dicho domingo se había aumentadofructuosamentesufamiliaconunnuevohuésped.

ÉstehabíasidollevadoporMichaelFinsbury,elcualhabíafijadoelpreciodelapensiónygarantizadoelpagoregulardelamisma;perosinduda,porunnuevo efecto de su irresistible manía de embromar,Michael había hecho aPitmanelretratomenosventajosoposibledelancianoaquieninstalabaensuhogar.Habíadadoaentenderalartistaqueaquelanciano,queporotraparteerasuparientepróximo,debíasertratadocongrandesconfianza.

—Procureustedevitarfamiliaridadconél.¡Conozcopocoshombrescuyotratoseatanpeligroso!

Por esta causa Pitman empezó por tratar a su huésped con grancircunspección pero quedómuy sorprendido al descubrir que aquel ancianoquelehabíanaseguradosertanterribleeraenrealidadunhombreexcelente.

Durante lacomidaelhuésped llevósucomplacenciahastaconversarconlos tres hijos de Pitman a quienes enseñó unamultitud de curiosos detallesacercadediversosasuntos;luegoseestuvohablandoconelartista,eneltallerdeesteúltimo,hastalaunadelamadrugada,deslumbrándoleconlavariedadyseguridaddesusconocimientos.Enunapalabra,elbuenodePitmanhabíaquedadoencantadoy,alrecordarlaexcelenteveladadelavíspera,aparecíaensusemblanteunasonrisaquenoerahabitualenél.

«Ese señor Finsbury es para nosotros una adquisición inestimable»,pensaba,mientrasseestabaafeitandodelantedelaventana.

Ycuando terminadosu tocado,entróenelcomedorcito,dondeestabayaservidoeldesayuno,estrechólamanodesuhuéspedcasiconlacordialidaddeunantiguoamigo.

—Mealegroenelalmadeverleausted—ledijo—,¿hapasadoustedbienlanoche?

—Las personas de costumbres sedentarias se suelen quejar de laperturbaciónquecausaenunsueñoeldormirennuevacama—respondióelhuésped—. Yo sé muy bien que el número de esas personas, según laestadística, es más considerable aún de lo que podría suponerse. Y cuandodigo«eldormirennuevacama»,seentiendequeesunmododehablar,puesla nueva cama puede ser una cama antigua. Por este estilo hay en nuestralenguamultituddelocucionesextrañasquedeberíanrectificarse.Porloquea

Page 128: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

mítoca,caballero,comoestoyacostumbradodesdehacetiempoaunavidadecambiocasicontinuo,debodeclararlequehedormidoperfectamente.

—¡Mealegromucho!—dijocongrancalorelprofesordedibujo—.¡Perocreoqueleheinterrumpidoaustedenlalecturadelperiódico!

—Elperiódicodeldomingoesunanovedadennuestraépoca—respondióel señor Finsbury—. Dícese que en América sonmás numerosos que entrenosotrosestosperiódicosdominicales.Grannúmerodeellostienencentenaresdecolumnas,delasqueporlomenoslamitadestándestinadasalosanuncios.Enotrospaísesaparecenlosperiódicosdiarioshastaeldomingo,desuertequeestaclasedeperiódicosespecialesno tienenallí razóndeser.Elperiodismocontemporáneo, caballero, semanifiesta bajo infinita variedad de formas, locualnoleimpideserentodaspartes,yenelmismogrado,elgranagentedelaeducación y del progreso humanos. ¿Quién podría creer, caballero, que unacosatanindispensablenohaexistidosiempre?Ysinembargo,losperiódicossondeinvenciónrelativamentereciente;elprimero…perotodoesto,pormuyinteresantequeseasuconocimiento,noes,pormiparte,másqueunasimpledigresión.Lo queme proponía preguntar a usted es lo siguiente. ¿Es usted,comoyo,lectorasiduodenuestraprensanacional?

—¡Oh, ya sabe usted—dijo Pitman, procurando excusarse—, que paranosotroslosartistas,laprensanopuedeofrecerelmismointerésquepara!…

—Entalcaso—interrumpióJoseph—,esposiblequenohayaustedvistoun anuncio que ha aparecido en varios periódicos, y que encuentro estamañana en el Sunday Times. El nombre, salvo una ligera variante de pocaimportancia, separecemuchoaldeusted.Siustedgusta, se lo leeréenvozalta.

Yconeltonodequeseservíaparahablarelpúblico,leyó:

ANUNCIO

WilliamBentPitman

Si por casualidad llega a leer este anuncio, sepaquepodrándecirle algoventajoso para él, el domingo próximo, de dos a cuatro de la tarde, en laestacióndesalidadeWaterloo.

—¡Deverasestáimpresoenelperiódico!—exclamóPitman—.¡Veamos!Bent debe ser una errata de imprenta. ¿Algo ventajoso para mí? SeñorFinsbury, permítame usted que le pida un favor. Comprendo que tal vez leparezcaextrañoloquevoyadecirle,perohayrazonesdeordenprivadoquemehacendesearqueesteasuntonosalgadeentrenosotros.Noquisieraquemis hijos… Le aseguro a usted, amigo mío, que no hay en esto nadadeshonroso para mí: son razones de carácter íntimo y nada más. Para

Page 129: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

tranquilizar su conciencia, debodecirle a ustedque el asunto en cuestión loconoce nuestro común amigo donMichael, queme honra con su amistad yestima.

—¡Unasolapalabrabastaba,señorPitman!—respondióJoseph,haciendounadesusreverenciasorientales.

Media hora después, el profesor de dibujo halló aMichael en la cama,leyendo;presentabalamásperfectaimagendeldescansoydelbuenhumor.

—¡Buenosdías,Pitman!—dijo, dejandoel libro—.¿Québuenviento letraeporaquíaestashoras?Deberíaustedestarenlaiglesia,amigomío.

—¡Noestoyhoyparairalaiglesia,señorFinsbury!—respondióelartista—.¡Meamenazaunanuevacatástrofe!—Diciendoesto,alargóaMichaelelanunciodelperiódico.

—¿Cómo?¿Quéquieredeciresto?—exclamóMichaelsobresaltado.

Perodespuésdehaberestudiadoelanunciodurantealgúntiempoañadió:

—¡Pitman,estedocumentosólomeinspirarisa!

—¡Sinembargo,nocreoquedebadespreciarse!—murmuróPitman.

—¡SuponíaqueyadebíaestarustedhartodelaestacióndeWaterloo!—respondióMichael—.¿Sesentiríaustedatraídohaciaellaporalgún impulsomórbido? ¡En realidad, desde que no lleva usted la barba, parece ustedcompletamenteotro!¡Empiezoacreerqueteníaustedlasensatezenlabarba!

—¡SeñorFinsbury!—dijoelprofesordedibujo—,lanuevacomplicaciónque acaba de producir en mi vida este anuncio, me ha hecho reflexionarlargamente, y, si usted me lo permite, voy a exponerle el resultado de misreflexiones.

—¡Adelante! —dijo Michael—. ¡Pero no olvide usted que hoy esdomingo,yquenohayqueempleareltiempoenpalabrasinútiles!

—Noshallamosenpresenciadetreshipótesis—empezódiciendoPitman—.Primera:esteanunciopuedereferirsealasuntodeltonel;segunda:puedereferirsealaestatuadelseñorSemitopolis;tercerayúltima:puedeemanardelhermanodemidifuntaesposa,quepartióhaceveinteañosparaAustralia,ynohavueltoadarseñalesdevida.Enelprimercaso,asuntodeltonel,nodudoquelaabstenciónseríaparamíelpartidomásprudente.

—¡Conformes,señorPitman!—dijoMichael—.¡Adelanteconlosfaroles!

—En el segundo caso—dijo Pitman—, tengo el deber de no despreciarnada de cuanto pueda ayudarme a encontrar la estatua desgraciadamenteextraviada.

Page 130: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Pero, amigo mío, usted mismo se ha dicho anteayer que el señorSemitopolis le ha descargado de toda responsabilidad en el accidente! ¿Quémásquiereusted?

—Soydelparecer,amigomío,salvoerror,quelairreprochablecorreccióndelaconductadelseñorSemitopolismeimponemásimperiosamenteaúneldeberdebuscarlaestatua—respondióelprofesordedibujo—.Comprendoloilegal y reprensible demi actitud al iniciarse este asunto, pero es una razónmásquemeobligaaesforzarmeencumplircomocaballero.—AldecirestoPitmansepusocoloradocomounaamapola.

—¡Aesono tengonadaqueobjetar!—declaróMichael—.Yomismohepensadoconfrecuenciaquemegustaríaalgúndíaesforzarmeenobrarcomocaballero. Pero tendré que dejarlo para más tarde, cuando me retire de losnegocios. ¡Por desgracia, mi profesión me hace provisionalmente casiimposiblelacosa!

—Enla tercerahipótesis—continuóPitman—,sielautordelanuncioesmicuñadoTim,naturalmenteseríalafortunaparamifamilia.

—¡Sí,perodesgraciadamente,elautordelanuncionoessucuñadoTim!

—¿Haobservadoustedunaexpresiónquemeparecedignadenotarseenesteanuncio:algoventajosoparaél?

—¡Esusteduncorderoinocente!—respondióMichael—.Esaexpresiónesunadelasquemássehausadoennuestralengua,ypruebaúnicamentequeelautor del anuncio es un imbécil. ¡Vamos a ver! ¿Quiere usted que eche portierra de un soplo su castillo de naipes? ¡Pues oiga usted! ¿Sería su cuñadoTimcapazdecometerunerrortangrosero,poniendoBentenlugardeDent?No quiere decir que en sí misma la corrección me desagrade, hasta laencuentro admirablemente juiciosa, y hasta estoy resuelto a adoptarla yomismo en adelante en mis relaciones con usted. Pero ¿cree verosímil queprocedadesucuñado?

—No me parece, en efecto, muy natural —respondió Pitman—. Pero¿quiénsabesielpobrehombrehaperdidolacabezaalláenAustralia?

—Razonando de esta suerte, amigo Pitman—dijoMichael—, se podríadeducir igualmente que la autora del anuncio era Su Majestad la ReinaVictoria,ansiosadeconcederleeltítulodebarón.Dejoalaconsideracióndeusted el juzgar de la probabilidad de esta hipótesis, que, sin embargo, lomismoquelahipótesisdeustedrelativaaltrastornomentaldesucuñado,nosoncontrariasalasleyesnaturales.Perodebemosconsideraraquíúnicamentelashipótesisprobables.Demodoque,conpermisodeusted,vamosaeliminardesdeluegoaSuMajestadlaReinaVictoria,yasucuñadoTim.Examinemoslasegundahipótesis,esdecir,ladequeelanuncioserefieraalapérdidadela

Page 131: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

estatua.Esposible;peroentalcaso,¿dedóndeprocederíaelanuncio?Nodelitaliano,puestoqueconocelasseñasdeusted,nitampocodelapersonaqueharecibidolacaja,puestoquedesconocesunombre.Mediráusted,talvez,enunmomentodelucidez,quesetratadelfactordelferrocarril.Efectivamente,esehombre puede haberse enterado del nombre de usted en la oficina delferrocarril. Puede haberse equivocado en uno de los apellidos de usted, ypuede ignorar sus señas. Admitamos, pues, que se trata del factor delferrocarril. Pero se me ocurre una pregunta: ¿siente usted vivos deseos detenerunaentrevistaconesepersonaje?

—¿Yporquéno?—preguntóPitman.

—Si el susodicho factor desea verle a usted—respondióMichael—, es,¡nomecabelamenorduda!,porquehaencontradosulibro,haidoalacasadondehabíadepositadolaestatua,y¡fíjeseustedbienenesto,Pitman!,yobradeestasuerteainstigacióndelasesino.

—¡Sentiría mucho que fuese así! —dijo Pitman—. Pero sigo pensandoque,respectoalseñorSemitopolis,tengoeldeberde…

—¡Pitman—interrumpióMichael—,nomevengaustedconmúsicas!¡Notengaustedlapretensióndedarmeleccionesenestepunto!¡NoquieraustedhacermepasarporeldifuntoRegulus!¡Vamos!¡Apuestounacomidaaqueheadivinadosuverdaderopensamiento!¡Laverdades,Pitman,queustedsiguecreyendoqueelanuncioprovienedesucuñadoTim!

—SeñorFinsbury—respondióelprofesordedibujo,cuyohonradorostrosehabíaruborizadodenuevo—,ustednoespadredefamiliaynosabeloquees tener que ganar el pan de cada día. Gwendoline,mi hija, crece; ha sidoconfirmada este año, yhace concebir graneles esperanzas, por loquepuedojuzgar.¡Puesbien,miestimadoamigo,ustedcomprenderámissentimientosdepadre cuando le diga que esa pobre niña no sabe aún bailar, por falta delecciones!Losdosmuchachosvanalaescueladelbarrio,locual,despuésdetodo,noesunmal.¡Lejosdemiánimolaideadedenigrarlasinstitucionesdemipaís!Peroyohabía alimentado en secreto la esperanzadeque elmayor,Harold, pudiera llegar a ser algún día profesor de música; y ¡quién sabe!,artista consumado. Por su parte, el pequeño Otho demuestra gran vocaciónhaciaelestadoreligioso.Adecirverdad,nosoyunhombreambicioso.

—¡Vamos, vamos!—dijoMichael—. ¡Confiéselo usted; sigue creyendoquesetratadesucuñadoTim!

—Nolocreo—respondióPitman—;perodigoquetalvezpuedaserél.Ysi,pordescuido,perdieseestaocasióndehacerfortuna,¿conquécaramiraríayofrenteafrenteamispobreshijos?

—Segúneso—repusoelabogado—,tieneustedintenciónde…

Page 132: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡De ir disfrazado a la estación de Waterloo, dentro de poco! —dijoPitman.

—¿De irenteramentesolo?—preguntóMichael—.¿Yno temeusted lospeligrosdelaexpedición?Entodocasonodejedeenviarmedospalabrasestanochedesdelacárcel.

—¡Oh, señorFinsbury!Mehabía lisonjeado con la esperanza de que talvezconsentiríaustedenacompañarme—tartamudeóPitman.

—¿Quiereustedquemedisfraceaúnyendomingo?—exclamóMichael—.¡Quépococonoceustedmisreglasdevida!

—SeñorFinsbury—dijoPitman—,sémuybienqueno tengomediosdedemostrarlemiagradecimiento.Peropermítamehacerleunapregunta.¿Siyofueseunclienterico,aceptaríaustedcorrerelriesgo?

—¡Hombre!¿Sefiguraustedquemiprofesiónconsisteenrondarpor lascallesdeLondresconmisclientesdisfrazados?—preguntóMichael—.Doyaustedmipalabradeque,portodoelorodelmundo,nohubieraconsentidoenocuparme de un negocio como el suyo. Pero confieso que siento verdaderacuriosidadporvercómoseconduciráustedenestaentrevista.¡Esometienta,amigoPitman,más que el oro! ¿Lo oye usted? ¡Estoy seguro de que estaráustedinimitable!

Diciendoesto,prorrumpióenunacarcajada.

—¡Vamos,amigoPitman—dijo—,nohaymediodenegarleaustednada!¡Prepareustedlonecesarioparalamascarada!Alaunaymediaestaréensutaller.

Aesode lasdosymediadeaquelmismodomingo,elvastoysilenciosoandéndelaestacióndeWaterloodormíasilenciosoydesiertocomoeltemplodeunaregiónmuerta.Acáyacullá,enalgunosdelos innumerablesandenesaguardabapacientementealgúntren;aquíyallíresonabaelecodelospasosy,de vez en cuando, alternaba con el ruido que hacía el casco de un caballocontra el seco pavimento del patio exterior. Los kioscos de los periódicosestabancerrados.Losescasosempleadosquesehabíanquedadodeservicio,circulabanvagamentedeacáparaallácomosonámbulos.¡Cosacasiincreíble!Niaunhubierapodidoencontrarseasemejantehoraaladamadeedadmadura(conabrigoyunsaquitodeviajeenlamano),que,sinembargo,pareceformarparteesencialdelasestacionesdeLondres.

A la indicada hora, si se hubiese hallado por casualidad ante la entradaprincipal de la estación de Waterloo una persona que conociese a JohnDickson, de Ballart, y a Ezra Thomas, de los Estados Unidos de América,hubieratenidolasatisfaccióndeveralosdosextranjerosbajarsedeuncoche

Page 133: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

yentrarenlasaladeldespachodebilletes.

—Pero,enrealidad,¿quénombrevamosaadoptar?—preguntóelantiguoEzraThomas,asegurándoseenlanarizlosanteojosqueaqueldíaselehabíanconcedidocomofavorexcepcional.

—¡Amigo mío, por lo que a usted toca, no tenemos que calentamos lacabezaenlaelección!—respondiósucompañero—.UstedsecontentaráconllamarseBentPitman,ynadamás.Pormiparte,meparecequehoymevoyallamar Appleby. Este nombre antiguo tiene cierto amable perfume de sidraañeja de Devonshire. A este propósito, ¿no le parece a usted que debemosempezarporhumedecerelgaznate?¡Porquemeparecequelaentrevistavaaserdura!

—¡Sino lemolestaseausteddemasiado, le rogaríaqueaguardaseaquetermine la entrevista!—respondióPitman—.Sí,meparece lomásacertado.Nosésiexperimentaustedlamismaimpresiónqueyo,señorFinsbury,perolaestaciónmeparecemuydesiertaypobladadeecosextraños.

—¿Sí, amigo mío? Seguramente se figura usted que todos esos trenesinmóvilesestánllenosdeagentesdepolicía,quesóloaguardanunaseñaparaarrojarsesobrenosotros.Amigomío,esoesloquesellamalaconciencia,elremordimiento.

Conunpasoquenadateníademarcial,ambosamigosllegaronalfindelandén de salida. En el extremo opuesto descubrieron la flaca figura de unhombre,apoyadoenunpilar.Elhombresehallabaevidentementesumidoenprofundareflexión.Teníalosojosfijosenelsueloynoparecíadarsecuentadeloquepasabaentomosuyo.

—¡Hola!—dijo en voz bajaMichael—. ¿Será ése el autor del anuncio?¡Enesecasotendríaqueabandonarleausted!

Despuésdeunmomentodevacilación,añadióresueltamente.

—¡A fe mía, tanto peor! ¡Voy a seguir la broma! ¡Vuélvase ustedenseguida,ydemelosanteojos!

—¡Peronodijoustedquemelosdejaríahoy!—protestóPitman.

—¡Sí,peroesehombremeconoce!—dijoMichael.

—¿Deveras?¿Ycómosellama?—exclamóPitman.

—Ladiscreciónmeobligaacallarmeenestepunto—respondióMichael—.Peropuedodecirleunacosa:sieséseelautordelanuncio(ydebeserlo,porquetieneelaspectoextraviadodelosquedebutanenelcrimen),siesélelautor del anuncio, no tenga ustedmiedo, amigomío, porque lo tengo amidiscreción.

Page 134: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Verificadoelcambiodelosanteojos,yalgomástranquiloPitmancontanbuenanoticia,ambosamigosavanzaronhaciaMaurice.

—¿EsustedelquedeseaveralseñorWilliamBentPitman?—preguntóelprofesordedibujo.

—¡Yosoy!

Maurice levantó la cabeza y vio ante sus ojos al personaje másinsignificantequesepuedesoñar;eraunhombrecilloconpolainasblancasyun cuello vuelto como el que llevaban los aprendices de pintores hace yamuchosaños.Adiezpasosdedistanciasemanteníaunindividuoaltoymásrobusto,perocuyorostronopermitíaunserioestudiofisonómico,porhallarsecasiocultoporungranbigote,unaspatillas,unosanteojosyunsombrerodefieltroechadohaciadelante.

El pobre Maurice había estado durante tres días calculando el aspectoprobable de aquel hombre a quien él tomaba por uno de los más temiblesbandidos de la hez de Londres. Su primera impresión al ver al verdaderoPitman fuededesencanto, perouna segundaojeadaquedirigió a la extrañapareja,leconvenciódeque,apesardelasapariencias,nosehabíaengañadoacerca del carácter real del encubridor de cadáveres.Lo cierto es que en suvidahabíavistohombresvestidosdeunmodosemejante.

«Evidentemente son individuos acostumbrados a vivir fuera de la ley»,pensó.

Luego,dirigiéndosealhombrequeacababadehablarle,dijo:

—¡Deseohablarconustedasolas!

—¡Oh—respondió Pitman—, la presencia del señor Appleby no es uninconveniente,pueslosabetodo!

—¡Todo!¿Sabeusteddeloquevengoahablarle?—exclamóMaurice—.¡Deltonel!

Pitman se puso pálido como la cera; pero era su virtuosa indignación loquelehacíapalidecer.

—¡Conqueesusted!—exclamóasuvez—.¡Miserable!

—¿Puedohablardeverasdelantedeél?—preguntóMauriceseñalandoalacompañantedePitman.Elepítetoqueésteacababadedirigirlenolecausabaimpresión,porvenirdesemejantehombre.

—El señor Appleby ha asistido a todas las peripecias del asunto—dijoPitman—. Élmismo fue quien abrió el tonel. Por consiguiente, se halla enposesióndelcriminalsecretodeusted.

Page 135: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—Pues bien, en ese caso —dijo Maurice—, ¿qué ha hecho usted deldinero?

—¡Ignorodequédinerohablausted!—respondióenérgicamentePitman.

—¡Ah!¡Amínomelapegausted!—declaróMaurice—.Hedescubiertoyseguidosupista.Ustedvinoaestamismaestación,despuésdedisfrazarsedeeclesiástico(sintemoralsacrilegiodesemejantedisfraz),ustedseapoderódemitonel,loabrió,suprimióelcuerpoycobróelcheque.¡LedigoaustedqueheestadoenelBanco!—gritó—.¡Leheseguidoaustedpasoapaso,ysusnegativassonunaestúpidaniñería!…

—¡Vamos,vamos,Maurice,nohayqueirritarse!—dijodeprontoelseñorAppleby.

—¡Michael!¡SiempreMichael!

—Sí,amigomío,Michael,ysiempreMichaelaquíyentodaspartes.¡Sepaustedquetodoslospasosquedasoncontados!¡Hábilespolizonteslesiguencomolasombraalcuerpoymedancuentacadatrescuartosdehoradetodocuantohace!¡Noescatimolosgastos!¡Hagolascosasengrande!

ElrostrodeMauricesehabíapuestodecolorgrissucio.

—¡Bah—dijo—,pocome importa! ¡Alcontrario,mealegrodeno tenernadaqueocultar!Estehombrehacobradomicheque,esunrobo,yquieroquemedevuelvamidinero.

—¡Oigausted,Maurice!—dijoMichael—.¿Creeustedquetengointerésenmentir?

—Nolosé—respondióMaurice—;¡loqueséesquequieromidinero!

—¡Yosólohetocadoelcuerpo!—dijoMichael.

—¿Usted? —exclamó Maurice retrocediendo un paso—. ¿Entonces porquénohadeclaradoustedlamuerte?

—¿Quédiablosquiereusteddecir?—preguntósuprimo.

—Enfin,¿estoylocooloestánustedes?—gimióMaurice.

—¡YocreoquedebeestarloPitman!—dijoMichael.

Lostreshombressemiraronsinsaberloquelespasaba.

—¡Todo esto es horrible!—repusoMaurice—. ¡No comprendo una solapalabradeloquemedicen!

—¡Niyotampoco!—dijoMichael—.¡Lojurobajopalabradehonor!

—¡Además, en nombre del Cielo! ¿Qué significan esas patillas y ese

Page 136: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

bigote? —exclamó Maurice señalando a su primo con el dedo, cual si setratasedeunespectro—.¿Mehevueltoloco?¿Aquévienenesaspatillasyesebigote?

—¡Oh,esoesundetallesinimportancia!—seapresuróadecirMichael.

ReinóunnuevomomentodesilencioduranteelcualMauricesehallóenuna disposición de ánimo semejante a la que hubiera sentido si le hubiesenlanzadoalaire,enuntrapecio,desdeloaltodelacatedraldeSanPablo.

—¡Recapitulemos!—dijo al finMichael—, porque no creo que estemossoñando. Tenemos, pues, que mi amigo Pitman, aquí presente, recibió untonel,quesegúnpareceestabadestinadoausted.Eltonelconteníaelcadáverdeunhombre.¿Cómoyporquélehamatadousted?

—¡Jamáshepuestoenélmimano!—protestóMaurice—.¡Heaquíloquetemíaquesospechasedemí!Peroreflexioneustedunpoco,Michael.¡Ustedsabequenosoyhombredeesaespecie!¡Contodosmisdefectos,sabeustedque sería incapaz de matar una mosca! Además, usted sabe que su muertesignificaba mi ruina. Fue muerto en Browndean en el maldito choque detrenes.

De pronto lanzóMichael una carcajada tan sonora y tan prolongada quesusdoscompañerossupusieronsinelmenorgénerodedudaqueacababadeperderlarazón.Envanoseesforzabaporrecobrarlacalma;enelmomentoenquesecreíaapuntodelograrlo,experimentabaunnuevoaccesodehilaridad.Deboagregarqueéstefueelepisodiomássiniestrodetodaaquelladramáticaentrevista: Michael reía de un modo insensato, mientras que Pitman yMaurice, dominados por el mismo espanto, cambiaban miradas llenas deansiedad.

—¡Maurice!—tartamudeóalfinMichaelentredoscarcajadas—,ahoralocomprendotodo,yustedtambiénlocomprenderáconunasolapalabraquelediga.¡Sepaustedquehastahaceunmomento,yonopodíaadivinarqueaquelcuerpofueraeldemitíoJoseph!

Estadeclaracióncalmóunpoco losnerviosdeMaurice,pero,por loquehaceaPitman,fuecomoelúltimosoplodevientoqueapagólaúltimacandelaenmediodelaoscuridaddesudesdichadocerebro.¡Habíadejado,hacíaunahora, al tío Joseph en su salón de Norfolk Street ocupado en recortarperiódicos viejos, y he aquí que le decían que hacía seis días que habíarecibido en un tonel el cuerpo de aquel mismo tío Joseph! Pero entonces,¿quiéneraél,Pitman?¿SehallabaenlaestacióndeWaterloooenunasilodelocos?

—Enefecto—exclamóMaurice—,elcuerposehallabaentalestadoqueera imposible reconocerlo. ¡Qué necio he sido en no pensar en ello! ¡Pues

Page 137: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

bien,ahoraaDiosgracias todoseexplica,yvoyadecirle,queridoMichael,quenoshemossalvadoustedyyo!¡Ustedvaatomareldinerodelatontina,yaveque juegoconusteda cartasvistas,yyovoyapoderocuparmeen lacasadecuerosquenuncahamarchadotanbiencomoahora!¡Autorizoaustedaquevayaenseguidaadeclararlamuertedemitío;noseinquieteustedpormí;declareustedelfallecimientoyhabremossalidodelpaso!

—¡El caso es que desgraciadamente me es imposible hacer semejantedeclaración!—dijoMichael.

—¿Yporquéno?

—¡Porquenopuedopresentarelcuerpo,Maurice!¡Loheperdido!

—¡Deténgase un instante!—exclamó el comerciante en cueros—. ¿Quédiceusted?¡Noesposible!¡Soyyoquienhaperdidoelcuerpo!

—¡Sí, pero yo lo he perdido también, amigo mío! —dijo Michael conestupenda serenidad—.Ustedcomprenderáque,nohabiéndole reconocidoysospechandoalgoirregularensuprocedencia,meapresuréadesembarazarmedeél.

—¡Quesehadesembarazadousteddeél!—gimióMaurice—.¡Perocreoquepodráencontrarlo!¿Sabedóndeestá?

—Tendríamuchogustoensaberlo,Maurice,ydaríaalgoporello.¡Perolaverdadesquenolosé!—respondióMichael.

—¡Diosomnipotente!—exclamóMauricealzandolosojosylosbrazosalcielo—.¡Diosomnipotente,elnegociodeloscuerossevaapique!

Michaelnopudocontenerunanuevacarcajada.

—¿Porquéseríeusted?Imbécil—legritósuprimo—.¡Ustedpierdeaúnmásqueyo!¡Situvieseustedunapizcadecorazón,seestremeceríadepena!Pero de todas maneras debo decirle que quiero las ochocientas libras. ¡Lasquiero!¿Meoyeusted?Ylastendré.¡Esedineroesmíoymuymío!Suamigodeustedaquípresente,hatenidoquehacerunafalsificaciónparaapoderarsedeél.Demeustedmisochocientaslibras,démelasenseguida,aquímismoenestemuelle,omevoyderechoaScotlandYardycuentotodoloocurrido.

—¡Maurice! —dijo Michael poniéndole una mano sobre el hombro—,ruegoaustedquesea razonable.Leaseguroquenosotrosnohemos tomadoesedinero.Debeserelotrohombre.¡Nisiquierahemospensadoenregistrarlosbolsillosdelcadáver!

—¿Elotrohombre?—preguntóMaurice.

—¡Sí,elotrohombre!Nosotroshemostenidoquepasarelcadáveraotrohombre.

Page 138: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¡Pasarlo!—repitióMaurice.

—¡En forma de piano!—respondióMichael con la mayor sencillez delmundo—. Era un magnífico instrumento, aprobado por Rubinstein… unmagníficoErard.Precisamente el señorPitman lohavistodecercaypuedegarantizarlaautenticidad.

—¿Quémeviene usted a hablar de pianos?…—dijo el infelizMaurice,cuyafrenteestababañadaensudoryquesentíaescalofríos—.¡Háblemeusteddeeseotrohombre!¿Quiénes?¿Dóndepodríadarconél?

—¡Ahí está la dificultad! —respondió Michael—. Ese hombre debehallarseenposesióndelcitadoobjetodesdeelmiércolespasadoa lascuatrodelatarde.SupongoquedebeestarencaminoparaelNuevoMundoyqueelpobrediablodebetenerprisaporllegar.

—¡Michael! —imploró Maurice—. ¡Compadézcase de un pariente,reflexionebiensuspalabrasydígamecuándosedesembarazódelcuerpo!

—¡El miércoles por la noche; en esto no hay error posible! —replicóMichael.

—¡Puesbien,decididamenteesonopuedeser!—exclamóMaurice.

—¿Cómoqueno?—preguntóMichael.

—¡Esmás, lasfechasmismassonunalocura!—murmuróMaurice—.Elcheque fuepresentadoenelBancoelmartes.En todoesteasuntonohayelmenorátomodesentidocomún.

EnaquelmomentocogióvigorosamenteunjovenelbrazodeMichael.Elsusodichojovenhabíapasadoporcasualidadcercadelgrupodenuestrostresamigos.Deprontoseestremecióyexclamóvolviéndose:

—¡Nomeequivoco,ésteeselseñorDickson!

ElsonidodelatrompetadeljuiciofinalnohubieracausadomayorsustoaPitmanyasucompañero.EncuantoaMaurice,apenasoyóaplicarasuprimoporbocadeun extraño aquel nombre fantástico, se acabóde convencer porcompleto de que era víctima de una larga y espantosa pesadilla. Enseguida,cuando Michael, habiendo logrado desembarazarse de aquel individuo,emprendió la fugaseguidoporelhombrecillodelcuellovuelto,ycuandoelintruso,desconsoladoalverescaparsupresa,seapoderódeMauricemismo,éste,enelcolmodesuextravío,nopudomenosdeexclamaramediavoz:

—¡Yalohabíaprevisto!

—¡Yatengoporlomenosunodelosmiembrosdelabanda!—dijoGideonForsyth.

Page 139: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—¿Quéquiereusteddecir?—tartamudeóMaurice—,nocomprendo.

—¡Oh,yoseloharécomprender!—replicóresueltamenteGideon.

—¡Oiga usted, caballero, me hará usted el mayor favor si logra darmealguna luz en todo este asunto! —exclamó de repente Maurice, conapasionadoarranquedeconvicción.

—¿Usted se figura que ganará algo por no haber venido a mi casa conellos? —repuso Gideon—. ¡Se equivoca usted de medio a medio! ¡Heconocidoperfectamenteasusamigos!

—¡Nocomprendonadadeloqueusteddice!—respondióMaurice.

—¿Nohaoídohablarusteddeciertopiano?—apuntóGideon.

—¿De un piano?—exclamóMaurice apoderándose convulsivamente delbrazo del joven—. ¿En ese caso es usted el otro hombre? ¿Dónde está elcuerpo?¿Hacobradoustedelcheque?

—¿Me pregunta usted dónde está el cuerpo?—dijo Gideon—. ¡Extrañapregunta!¿Tendríaustedrealmentenecesidaddelcuerpo?

—¡Quesitengonecesidad!—gritóMaurice—.¡Comoquedependedeélmifortuna!¡Soyyoquienlohaperdido!¿Dóndeestá?¡Llévemeustedadondeesté!

—¡Ah! ¿Desea usted verlo nuevamente? ¿Y su amigo el señorDickson?¿DesignaustedconesenombreaMichaelFinsbury?¡Puesyalocreo,tambiénquiereverlo!¡Éltambiénhaperdidoelcuerpo!¡Sinosehubiesedeshechodeél,elcapitaldelatontinaseríaahorasuyo!

—¿Supongo que no hablará usted del procuradorMichael Finsbury?—exclamóGideon.

—¡Elmismo,elprocurador!—respondióMaurice—.Yelcuerpo,¿dóndeestá,poramordeDios?

—¡Ahoracomprendoporquémeenviódosclientesanteayer!—murmuróGideon.

—¿SabeusteddóndetienesudomicilioparticularelseñorFinsbury?

—¡KingsRoad,233!Pero¿dequéclienteshablausted?—siguióMaurice,agarrándosealbrazodeGideon—.¿Dóndeestáelcuerpo?

—¡Yo también lo he perdido! —respondió Gideon, y huyóprecipitadamente.

Page 140: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

XV

ElregresodelgranVance

ImposiblemeseríadescribirelestadodeánimoenquesehallabaMauriceal salir de la estación de Waterloo. El joven negociante en cueros eranaturalmentemodestoyjamássehabíahechograndesilusionesacercadesuvalorintelectual;sedabaplenamentecuentadesuincapacidadparaescribirunlibro,paratocarelviolín,paradistraeraunareuniónescogidaconjuegosdeprestidigitación, en una palabra, para ejecutar cualquiera de esos actosnotables que se suelen considerar generalmente como privilegio del talento.Estabaconvencidodequesupapelenestemundoeraenteramenteprosaico,perocreía,oporlomenoslohabíacreídohastaentonces,quesusaptitudessehallabanalaalturadelasexigenciasdesuvida.¡Ahorabien,decididamenteteníaquedeclararsevencidoeneste terreno!AsíquecuandoelpobremozoabandonólaestacióndeWaterloo,noteníamásqueunsoloobjetivo,volverasucasa.Delmismomodoqueelperroenfermoseacurrucaenelsofá,Mauricesólo aspiraba a encerrarse en su casa de John Street. La cama y la soledadconstituíanlaúnicaaspiracióndesualma.

Empezaba a oscurecer cuando llegó al fin a la vista de aquel lugar derefugio y lo primero que se presentó a sus ojos, al acercarse, fue la largasiluetadeunhombrequesehallabadepieenelumbraldesucasa,ocupadoyaen tirar de la campanilla, ya en dar vigorosas patadas en la puerta. Aquelhombre, con su traje desgarrado y enteramente cubierto de iodo, parecía unrepugnante trapero. Pero Maurice lo reconoció enseguida: era su hermanoJohn.

Loprimeroqueseleocurrióalhermanomayorfuenaturalmentevolversey huir. Pero la desesperación le había anonadado de tal suerte, que le eranindiferentes las más espantosas catástrofes. «¡Bah —dijo para sí—, quéimporta!».

Y sacando las llaves del bolsillo subió en silencio los escalones de lapuerta.

Johnsevolvió.Ensurostrodefantasmaseleíaunaextraordinariamezclade fatiga,devergüenzayde furor.Yapenas reconoció al jefede la familia,brillóensusojosunresplandorsiniestro.

—¡Abreesapuerta!—dijoapartándose.

—¡Es lo que estoy haciendo! —respondió Maurice, mientras se decíainteriormente:«¡Todoestáperdido!¡Memiraconojosdeasesino!».

Ambos hermanos se hallaban frente a frente en el vestíbulo de la casa,

Page 141: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

cuya puerta acababa de cerrarse. De pronto cogió John a Maurice por loshombrosylesacudiócomoelgatosacudealratón.

—¡Pedazo de atún! —exclamó—, ¡tendría derecho para retorcerte elpescuezo!—DichoestoempezóasacudirlecontalfuerzaquelosdientesdeMauricecastañetearonydioconlacabezacontralapared.

—¡Nada de violencias, Johnny!—dijo al finMaurice—, no pueden serprovechosasniparatiniparamí.

—¡Cierraelpico!—respondióJohn—.¡Ahoratetocaatioír!

Despuéspenetróenelcomedor,sesentóenunsillón,yquitándoseunodeloszapatossinsuela,tomóelpieconambasmanosparacalentarlo.

—¡Estoycojoparatodalavida!—dijo—.¿Quéhaydecomer?

—¡Nada,Johnny!—dijoMaurice.

—¿Nada?¿Quéquieredecireso?—preguntóelgranVance—.¡Yasabesqueamínomelapegas!

—¡Quierodecirquenohaynada!—respondiósencillamentesuhermano—.¡Notengonadaquecomerninadaparacomprardecomer!Yomismonohepodidotomarhoymásqueunbocadilloyunatazadeté.

—¿Nada más que un bocadillo?—dijo irónicamente John—. ¡Supongoque no tendrás el cinismo de venir a quejarte a mí! Yo sólo te digo esto:¡Cuidadoconmigo!¡Hesufridocuantopodíasufrir,peroyaseacabó!¡Ahoratediréquetengointencióndecomer,ydecomerenseguidaybien!¡Tomatucoleccióndesortijasyandaavenderlas!

—¡Hoyesimposible!—respondióMaurice—,¡esdomingo!

—¡Te repito que quiero comer!, ¿lo oyes? —gritó furioso el hermanomenor.

—¡Sinembargo,Johnny,noesposible!—insistióMaurice.

—¡Estúpido idiota!—gritóVance—. ¿No somos los dueños de la casa?¿No nos conocen en el hotel donde nos convidaba a comer nuestro primoParker,cuandoveníaaLondres?¡Correaescape,ysidentrodemediahoranoestás de vuelta con una excelente comida, hago polvo todos los muebles yenseguidamevoyderechoalapolicíaacontarlosucedido!¿Comprendesloque te digo,MauriceFinsbury? ¡Porque si no lo comprendes harías bien enquitartedemivista!

La idea agradó también al desdichado Maurice que estaba muerto dehambre.AsíesqueseapresuróairenseguidaaencargarlacomidayvolvióasucasadondehallóaJohnocupadoenacariciarsupie,comosifueseunniño

Page 142: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

enfermo.

—¿Yquéquieresbeber,Johnny?—preguntóMauriceconvozamable.

—¡Champagne, pardiez, champagne añejo!De ese queme celebra tantoMichael cuandome encuentra. Anda pronto a la bodega, y cuidado con noagitardemasiadolabotella.Peroantes,oye:vasaprepararlumbre,aencenderelgasya cerrar lasmaderasde lasventanas; esdenochey tengo frío.Pontambién el mantel y los cubiertos y, por último… ve a traerme ropa paramudarme.

Cuando llegó la comida, el comedor había casi recobrado su aspectohabitual.

La comida fue excelente: sopa sustanciosa, filetes de lenguado, doschuletasdecarneroconsalsadetomate,carneasadaconpatatas,unpudingyunpedazodequesodeChester;enunapalabra,eraunacomidaesencialmenteinglesa,peroescogida,comolahabíapedidoJohn.

—¡AlabadoseaDios!—exclamóeljovenviajero,instalándoseenlamesa.Su alegría debía sermuy viva para hacerle recordar por sorpresa la piadosaceremoniadelabendición,quehabíaolvidadohacíamuchotiempo.

—Pero no—prosiguió—.Voy a comer en la butaca que está junto a lalumbre,porquehacedosdíasquemeestoyhelandoynecesitocalentarmedefirme.Voyasentarmeallá;ytú,MauriceFinsbury,vasaquedartedepie,entrelamesayyo,paraservirme.

—¡Pero,Johnny,yotambiénestoymuertodehambre!—dijoMaurice.

—¡Tú comerás lo que yo te deje!—replicó el granVance—.Amiguito,estonoesmásqueelprincipiodenuestroajustedecuentas.¡Quientalhizo,quetalpague!¡Ycuidadocondespertaralleónbritánico!

Había tan intensa amenaza en los ojos y en la voz de John, mientrasproferíaestasfrasesproverbiales,queelalmadeMauricesellenódeespanto.

—¡Vamos—repuso John—, dame un vaso de champagne, antes de mifiletede lenguado!¡Yyoquemefigurabaquenomegustabanlosfiletesdelenguado! ¡Oye! —añadió con nueva explosión de ira—, ¿sabes cómo hellegadohastaaquí?

—¡No, Johnny, cómo quieres que lo sepa! —respondió con amabilidadMaurice.

—¡Puesbien,hevenidoapata!—gritóJohn—.Sí,amigomío,hehechoconmisdospiestodoelcaminodesdeBrowndeanaquí.¡Y,además,hetenidoque pedir limosna! ¡Ya quisiera yo verte a ti pidiendo limosna, MauriceFinsbury! ¡Nocreasque es tan fácil comopodrías figurártelo!Mehehecho

Page 143: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

pasar por un pescador de Blyth, víctima de un naufragio. No sé dónde seencuentraBlyth,ytú,¿losabes?Perocreíqueenmiscircunstanciasestoteníavisosdeverosimilitud.Pedílimosnaaungranujillaquevolvíadelaescuela,ymediodoscuartosacondicióndequelearrollaselacuerdadesutrompo.Selaarrollé,yporcierto,muybien,peroélnoquedócontentoycorrió trasdemí,reclamandolosdoscuartos.Despuéspedílimosnaaunoficialdemarina.Éste no me confió su trompo, se contentó con darme un folletito sobre elalcoholismo, y me volvió la espalda. Pedí luego limosna a una vieja quevendíapastelillos,ymediounodeuncuarto.Pero lomejorde todo fueunseñorque,aldecirleyoquenoteníaquecomer,mecontestóquetodoingléstieneunmedioexcelentedeprocurarseelpan,yconsistíaenromperuncristalde laprimeracasaquese lepresentara,a findehacerseprender…¡Yahoratráemeelasado!

—Pero —se atrevió a decir Maurice—, ¿por qué no te quedaste enBrowndean?

—¡EnBrowndean!—exclamóJohn—.¿Yconquémehubieramantenido?¿Con Léame usted y con un estúpido semanario del Ejército de Salvación?¡No,no,habíaquesalirdeBrowndeanatodotrance!Ibaacomeracréditoaunaposada,dondemehabíahechopasarporelgranVancedelaAlhambra.Enmilugar,túhubierashecholomismo.Comoesnatural,saliólaconversacióndeloscaféscantantesydeldineroqueyohabíaganadoconmiscanciones.Unparroquianode laposadamepidióque cantaseunade lasmás conocidas, ycuandoalfinmedecidíacantarla,todosdeclararonunánimementequeyoeraun farsante. Por mucho que hice para sostener lo contrario, nadie me diocrédito,yasíterminaronmisrelacionesconlaposadadelpueblo—prosiguiótristementeeljoven—.Pero,ademásdeesto,hubotambiénelcarpintero…

—¿Nuestrocasero?—preguntóMaurice.

—Elmismo—dijo John—.Vinounamañanay se empeñó en averiguardóndehabíaidoaparareltonel,yquéhabíasidodelaropadelacama.Yolemandé apaseo. ¿Quéotra cosapodíadecirle?Pero entoncesmedijo él quenosotros habíamos empeñado objetos que no nos pertenecían, y que iba ahacer que la justicia nos ajustara las cuentas. ¿Entonces, qué hice yo?Recordandoqueeramássordoqueunatapia,empecéadecirleunaretahíladeinjurias,peromuycortésmenteyenvoz tanbaja,quenopodíaoíruna solapalabra.

»—¡Noleoigoausted!—medijo.

»—¡Yalosémuybienquenomeoyes,animal,cerdo,viejocornudo!—lerespondíconmimásgraciosasonrisa.

»—Soyalgodurodeoído—mugióelimbécil.

Page 144: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

»—¡Qué sería demí si no lo fueras, idiota!—murmuré, cual si le diesetodaclasedeexplicaciones.

»—Amigo mío—me dijo al fin—, es cierto que soy sordo, pero estoysegurodequeelcomisariodepolicíalograráoírle.

»Dichoesto,sefuefuriosoporunladoyyomelarguéporotro,dejándole,para desquitarse, la lámpara del alcohol, el Léame usted, el periódico delEjércitodeSalvaciónyotroperiódicoquemehabíasenviado.Yapropósito,es preciso que estuvieras borracho perdido para enviarme semejantepapelucho.Allínosehablabamásquedepoesíasydelgloboceleste.¡Yquéartículos,dediezcolumnas!Creoquemeenviasteelmonitordelosasilosdelocos.Simalnorecuerdo,teníaportítuloelAtanium.¡Diosomnipotente,quépapelucho!

—QuieresdecirelAtheneum—rectificóMaurice.

—¡Pocomeimportaeltítulo!—dijoJohn—,pero¡valienteocurrenciafuelatuyaenenviármelo!¡Enfin,yaempiezoareponerme!¡Tráemeelquesoyunvasodechampagne!

»¡Ah! ¡Michael tiene razón de celebrar este vino! ¡Vamos, ahora puedesservirtetú!Tequedaunachuletaentera,unpocodepescadoyunpedazodequeso. Sí, Michael es hombre que me gusta. Es tal vez capaz de leer tuAtheneum,perosabedisimularlo.¡Alomenosesalegre,buenmuchachoynotiene esa cara de pocos amigos que me ha reventado siempre en ti! Y apropósito, ni siquierame tomoel trabajodepreguntarte por tu plan, porqueadivinéenseguidaquehabíafracasadoporcompleto.¿Noesverdad?

—¡PorculpadeMichael!—dijoMaurice,poniéndosesombrío.

—¿Michael?¿Yquéteníaqueverenelasunto?

—¡Pues teníaqueverquehaperdidoelcuerpo!—respondióMaurice—.Ha perdido el cuerpo de tío Joseph, y ahora es imposible declarar sudefunción.

—¿Cómo?—preguntóJohn—.¿Puesnohabíamosquedadoenque túnoqueríasdeclararladefunción?

—¡Oh,esoesyahistoriaantigua!—dijosuhermano—.¡Yanosetratadesalvar la tontina,sinodesalvar lacasadecueros! ¡Se tratadesalvar la ropaquellevamospuesta,Johnny!

—¡No corras tanto —dijo John—, y cuéntame la historia desde elprincipio!

Mauricehizoloqueleordenabasuhermano.

—¡Puesbien!¿Quéesloqueyotehabíadicho?—exclamóelgranVance,

Page 145: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

cuandohubooídoeltristerelato—.¡Perotengoquedecirtealgo,yesquenoquierovermedespojadodelapartequemecorresponde!

—¡Hombre,me alegraría saber cómopiensas arreglarte para ello!—dijoMaurice.

—¡Voyadecírseloausted,caballero!—replicóJohncontonoresuelto—.¡VoysencillamenteaconfiarminegocioalprimerprocuradordeLondres,ymeimportaráunbledoquesalgasbienomal!

—¡Sin embargo, John, navegamos en el mismo barco! —murmuróMaurice.

—¿Enelmismobarco? ¡Teaseguroqueno!¿Acasohecometidoyounafalsificaciónde firmas?¿Heprocuradoocultar lamuertede tío Joseph?¿Hehecho insertar en todos los periódicos anuncios absolutamente estúpidos ygrotescos?¿Hedestruidoestatuasquenomepertenecían?Verdaderamentemegustatufrescura,MauriceFinsbury.¡No,noyno!Demasiadolargotiempohedejadoen tusmanos ladireccióndemisnegocios;ahora losvoyaconfiaraMichael. Por lo demás,Michaelme ha sido siempre simpático. Por último,tengodeseosdeverclaramentecuálesmisituación.

En aquel momento se vieron interrumpidos los dos hermanos por uncampanillazo,yMaurice,quehabíaentreabiertotímidamentelapuerta,recibiódemanosdeunrecaderounacartaqueteníaelsobredeletradeMichael.Lacartaestabaconcebidaenestostérminos:

AVISO

Maurice Finsbury debe darse por avisado, en el caso en que lea estaslíneas,dequeselecomunicaráalgomuyventajosoparaél,mañanalunes,porlamañana,alasdiez,enmioficina,ChanceryLane,42.

MICHAELFINSBURY

Maurice, después de enterarse, transmitió dócilmente la carta a suhermano.

—¡Eso se llama escribir una carta! —exclamó John—. No hay comoMichaelparaescribirasí.

YMaurice se hallaba tanhumillado, queni siquiera se atrevió a invocarsusderechosdeautor.

XVI

Enqueloscuerosseponenfelizmenteaflote

Page 146: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

Al día siguiente por la mañana, a las diez en punto, los dos hermanosFinsburyfueronintroducidosenlagrandeyhermosahabitaciónqueservíadedespachoasuprimoMichael.Johnsesentíaalgorepuestodesusfatigas,perollevaba aún un pie en pantufla. Maurice parecía mejor conservadomaterialmente, pero había envejecido diez años desde que salió deBournemouth.Laansiedadhabíasurcadosurostroconprofundasarrugasysucabelleranegrapresentabanopocoshilosdeplatahacialassienes.

TrespersonasesperabanaloshermanosFinsbury,sentadasanteunamesa.EnmedioestabaMichaelenpersona:teníaasuderechaaGideonForsythyasu izquierda, a un señor anciano con anteojos y con la cabeza cubierta devenerablescanas.

—¡JuraríaqueeseltíoJoseph!—exclamóJohn.

Mauricese frotó losojos, juzgándosepresadeunapesadillamás terribleque las de los días anteriores. Después, se adelantó de pronto hacia su tío,temblandodeira.

—¡Voyadecirleaustedloquehahecho,viejomalvado!—gritó—.¡Sehaevadidousted!

—Buenos días,Maurice Finsbury—respondió el anciano, pero conmásanimosidad de la que revelaban al parecer aquellas indulgentes palabras—.Pareceustedenfermo,amigomío.

—Nohayqueirritarse,caballeros—observóMichael—.Maurice,procureustedver loshechoscaraacara.Comoustedve, su tíonosufriódemasiadocon la «sacudida» del tren; y un hombre de corazón como usted no puedemenosquealegrarsedeello.

—Pero entonces, si es así—tartamudeóMaurice—, ¿qué era el famosocuerpo?¿Seríaenverdadposiblequeloquemehacausadotantoscuidadosydisgustos,loquetantomehahechocavilar,loquehellevadoytraídoconmispropiasmanos,nofuesemásqueelcadáverdeunextrañocualquiera?

—Sileafligedemasiadoesaidea,puedemuybiendesecharla—respondióMichael—, nada le impide a usted suponer que el cuerpo perteneció a unhombreaquientuvoustedocasióndeencontrarvariasveces,auncompañerodeclub,talvezauncliente.

Mauricesedejócaerenunasilla.

—¡Oh!—gimió—,yohubieraseguramentedescubiertoelerrorsihubieraidoeltonelamicasa.¿Porquénofue?¿PorquéfueacasadePitman?¿ConquéderechosepermitióPitmanabrirlo?

Page 147: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

—Yapropósito,Maurice,¿quéhahechousteddelHérculesantiguo?—preguntóMichael.

—¿Quequéhahecho?¡Pueslohahechosimplementeañicos!—dijoJohn—.¡Lospedazosestánaúnennuestrabodega!

—¡Todo eso no tiene importancia alguna! —se apresuró a declararMaurice—.Loesencialesqueheencontradoamitío,amifieltutor.Entodocasoéstemeperteneceytambiénlatontina.ReclamolatontinayafirmoquemitíoMastermannhamuerto.

—Yaes tiempodeponercotodeunavezaesa locura—dijoMichael—.Lo que usted afirma es desgraciadamente casi cierto; en cierto sentido mipobrepadrehamuertohaceyalargotiempo.Peroporloquehacealatontina,no ha muerto aún y espero que pasen bastantes años antes de su muerte.NuestroqueridotíoJosephlohavistoestamismamañana.Élpodrádecirleaustedquemipadreestáenvida,aunquedesgraciadamentesu inteligenciasehaapagadoparasiempre.

—¡Nome ha reconocido!—dijo Joseph.Y hay que hacer a aquel viejocataplasmalajusticiadequesuvoztemblabadesinceraemociónaldecirestaspalabras.

—¡Vamos! Le reconozco a usted, señorMaurice Finsbury—exclamó elgranVance—.¡Portodoslosdiablosdelinfierno,sehamostradoustedelmásperfectoidiota!

—En cuanto a la ridícula y fastidiosa servidumbre a que había ustedreducido a tío Joseph —repuso Michael—, ha durado ya demasiado. Hepreparado un documento, mediante el cual devuelve usted a su tío todalibertad y le declara libre de toda obligación. En primer lugar va usted afirmar,sinotieneinconvenienteenello.

—¡Cómo!—gritóMaurice—.¿Voyyoaperdermissietemilochocientaslibras,micomerciodecueros,sincompensaciónalguna?¡Muchasgracias!

—Nomesorprendesuagradecimiento—dijoMichael.

—¡Oh, ya sé que no tengo nada que esperar si invoco sus buenossentimientos!—respondióMaurice—.Perohayaquíunextraño(quemalditosi sé con qué derecho se halla aquí), y a él apelo. Caballero —prosiguiódirigiéndose a Gideon—, he aquí mi historia: he sido despojado de miherencia cuando era niño y huérfano. Desde entonces, caballero, jamás hetenidootrosueñoqueelderecobrarlomío.MiprimoMichaelpodrádecirleausteddemítodoloquequiera:hastaconfesaréquenosiempreheestadoalaalturadelascircunstancias;peroesonadaquitaalarealidaddemisituación.¡Hesidodespojadodemiherencia!¡Unpobrehuérfanofuedespojadodesiete

Page 148: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

milochocientaslibras!Porconsiguiente,elderechoestádemiparte.TodaslastriquiñuelasdemiprimoMichaelnopodránprevalecercontralaequidad.

—¡Maurice —interrumpió Michael—, permítame usted que agregue undetalleque,porotraparte,ponederelievesuhabilidadenlaescritura!

—¿Quéquiereusteddecir?—preguntóMaurice.

—¡Después de todo —respondió Michael—, no quiero mortificar sumodestia!¡Mecontentaré,pues,conhacerlesaberelnombredeunapersonaque acaba de estudiar muy de cerca uno de sus más recientes ensayos deescrituracomparada!¡EsapersonaeselseñorMoss,queridoamigo!

Reinóunlargosilencio.

—¡Yo hubiera debido adivinar que ese hombre venía de su parte! —murmuróMaurice.

—Yahoravaustedafirmareldocumento,¿noesverdad?—dijoMichael.

—¡Perodigausted,Michael!—exclamóJohnconunodeesosgenerososarranquesqueleeranfamiliares—.¿Yyoquépitotocoentodoesto?Mauriceeshombre al agua, ya loveo, ¿porqué le habría yode seguir?Además, noolvideustedqueyo también fui robado, yo también fui huérfano comoél ycomídelmismopan.

—John—dijoMichael—,¿nocreeustedqueharíamejorenfiarsedemí?

—¡Afemía,tieneustedrazón!—respondióelgranVance—.Estoysegurode que usted no es capaz de abusar de la inocencia de un huérfano. ¡Y tú,Maurice,vasa firmarenseguidaeldocumentoencuestión,porque sinomeenfadaréyharéveratupobremeolloalgoquelecauseasombro!

Con súbito e inesperado apresuramiento, se declaróMaurice dispuesto afirmar la renuncia. Un secretario de Michael presentó los documentos quefuerondebidamentefirmadosymediante loscualesJosephFinsburyrecobróporcompletosulibertad.

—Yahora,amigosmíos,oiganustedesloquemepropongohacerporellos—repusoMichael—.MauriceyJohn,aquí tienenustedesundocumentoqueles declara únicos dueños de la casa de cueros, y aquí hay un chequeequivalente a la suma total depositada en elBanco a nombre de nuestro tíoJoseph.Deestasuerte,puedeustedfigurarse,queridoMaurice,queacabadeterminar susestudiosenel InstitutoComercial.Ycomoustedmismomehadichoqueloscuerosibanvientoenpopa,mefiguroquepensaráustedprontoen casarse.He aquí, en previsión de tan fausto suceso, un regalito de boda.¡Oh,noeselmío!¡Cuandohayaustedfijadolafechadelmatrimonio,veréelregaloque lehedehacer!Entretanto, acepteustedeste regalitodepartedelseñorMoss.

Page 149: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx

YMaurice,rojocomounaamapola,seapoderódelcheque.

—¡Nocomprendonadadeestacomedia!—observóJohn—.Todoestomeparecedemasiadobonitoparaserverdad.

—¡Es una simple transferencia! —respondió Michael—. Les compro austedesa tíoJoseph,nimásnimenos;siélgana la tontina,serámía,ysi laganami padre también lo será; demodo que no tengo que quejarme de lacombinación.

—¡Maurice, amigo mío, te han dejado por puertas! —dijo por vía decomentarioelgranVance.

—¡Y ahora, señor Forsyth —repuso Michael, dirigiéndose al personajemudo—, aquí tiene usted reunidos a todos los criminales quedeseabausteddescubrir! ¡Sólo falta uno! Pitman, que se ha consagrado a la regeneraciónartísticadelasseñoritas,ynohequeridomolestarleaunahoraenqueséestámuy ocupado. Pero podrá usted, si quiere, hacerlo prender en su colegio;conozcolasseñasyselasdirédebuengrado.Encuantoalrestodelabanda,aquí lo tiene usted a su vista, aunque temo que el espectáculo no seamuyseductor.¡Decidaustedahoraloquequierahacerdenosotros!

—¡Nada,señorFinsbury!—respondióGideon—.Creohabercomprendidoque este señor—y señaló a Maurice— ha sido, según decimos en nuestrajerga, el fons et origo de toda la aventura; pero, según creo habercomprendido,hapagadoampliamentesusculpas.Además,nocreoquenadiepuedaganarnadaconunescándalopúblico.Pormipartesólopodríaperderenello.Porelcontrario,bendigounaaventuraquemehaprocuradoladichadeconocerausted.Yahatenidoustedlabondaddeenviarmedosclientes…

Michaelseruborizó.

—Era lomenosquepodíahacerparacompensarciertasmolestiasque lecausé—murmuró—.¡Perohayalgomásquedebodecirausted!¡NoquisieraqueformaseusteddemasiadamalaopinióndemipobreamigoPitman,queesseguramente la personamás inofensiva del mundo! ¿No podría usted venirestanocheacomerensucompañía?LeesperaremosenelRestaurantVerrey,alassiete.¿Quélepareceausted?

—¡Habíaprometidoiracomeracasadeunodemistíos,conunaamiga!—respondióGideon—.¡Perolesrogaréquemedispensenporestanoche!Yahora,queridoseñorFinsbury,mequedaunpuntoquesometerasudecisión:¿No podríamos realmente hacer nada por el pobre diablo que se llevó elpiano?¡Surecuerdomepersiguecomounremordimiento!

—¡Desgraciadamentesólopodemoscompadecerle!—respondióMichael.

Page 150: Aventuras de un Cadáver - web.seducoahuila.gob.mx