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Avances recientes en teoría y práctica

económicaV o l u m e n 2

FAcultAd de economíA «VAsco de QuirogA» (umsnH)escuelA superior de economíA del ipn

c o o r d i n A d o r e s

salvador padilla HernándezFrancisco Venegas–martínez

rodrigo gómez monge

p r e s e n t A c i ó n

salvador padilla Hernández

Por• Abigail Rodríguez-Nava • Francisco Venegas-Martínez • Juan José Jardón Urrieta • Francisco López Herrera • Salvador Padilla Hernández • María de la Luz Martín

Carbajal • Rodrigo Gómez Monge

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U N I V E R S I D A D M I C H o A C A N A D E S A N N I C o L á S D E H I D A L G o

Dr. Salvador Jara GuerreroRector

Dr. Egberto Bedolla BecerrilSecretario General

Dr. José Gerardo Tinoco RuizSecretario Académico

Lic. Elías González RuelasSecretario Administrativo

Mtra. Ma. del Rosario ortiz MarínSecretaria de Difusión Cultural y Extensión Universitaria

Instituto Politécnico Nacional

Dra. Yoloxóchitl Bustamante DíezDirectora General

Ing. Juan Manuel Cantú VázquezSecretario General

M.C. Daffny Rosado MorenoSecretaria Académica

M.E. Emma Frida Galicia HaroSecretaria Administrativa

Ing. Oscar Jorge Suchil VillegasSecretario de Extensión e Integración Social

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í n d i c e

P R E S E N TA C I ó N 6

C A P í T U L o 1

Sobre la nueva macroeconomía clásica y la nueva economía keynesiana: un análisis crítico frente a los acontecimientos de 2007-2009

POR ABIGAIL RODRÍGUEZ-NAVA POR FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ 13

C A P í T U L o 2 Recuento de las teorías sobre competitividad POR MARÍA DE LA LUZ MARTÍN CARBAJAL 35

C A P í T U L o 3

Una aproximación patinkiana al crecimiento económico POR FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ PoR FRANCISCo LóPEZ HERRERA 65 C A P í T U L o 4

Teorías de la empresa y el aprendizaje tecnológico: la relación entre productores y clientes PoR SALVADoR PADILLA HERNáNDEZ 77

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C A P í T U L o 5

Mediciones de eficiencia: una revisión teórica/referencial de las aproximaciones DEA (data envelopment analysis) PoR RoDRIGo GóMEZ MoNGEPoR MANUEL RICARDo RoMo DE VIVAR MERCADILLo 101

C A P í T U L o 6

Pobreza, marginación y desarrollo humano. Conceptos, enfoques y medición

PoR ERIKA PIÑA RoMERoPoR ISRAEL HERNáNDEZ ToRRES 121

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p r e s e n t A c i ó n

LAS CAUSAS ESTRUCTURALES DE LA CRISIS ECoNóMICA INTERNACIoNAL son profun-das y complejas, para entenderlas hay que ir a las raíces estructurales del funciona-miento del capitalismo allí donde éstas tiene su expresión contemporánea más clara: los Estados Unidos de América. El desorden económico y financiero internacional contemporáneo que afecta al planeta entero inició en 2007-2008 en los Estados Uni-dos, continuó durante 2009-2010, reapareció y se reafirma a partir de la segunda mi-tad del 2011. La disminución de los niveles de actividad económica y los niveles altos de desempleo continuarán, seguramente, más allá del 2012 a juzgar por las ex-pectativas de crecimiento a la baja en la economía de Estados Unidos, México y el resto del mundo con base en la política de reducción del gasto público en las finan-zas norteamericanas y europeas. Habrá que ver en los próximos años 2012-2015, en términos de éxito o fracaso, si el plan del gobierno del presidente Barack Obama, a través de The American Jobs Act de septiembre de 2011, para la recuperación de los niveles de empleo logra su propósito.

Las innovaciones financieras de los bancos estadunidenses, particularmente los derivados financieros, y sus efectos tanto en la esfera financiera internacional como en la esfera real de la economía mundial exacerbaron la profundidad y duración de la crisis capitalista contemporánea. Los responsables, los banqueros y especula-dores de Wall Street pugnaron primero por la desregulación financiera, y luego la aprovecharon en su beneficio. Sus intereses grupales no han sido tocados y el siste-ma financiero continúa a la deriva.

La manifestación estructural de la declinación y la crisis de la economía capi-talista estadunidense se manifiesta en los déficits gemelos, esto es, en la balanza de pagos y en las finanzas públicas y, como consecuencia, en la creciente deuda del go-bierno de Washington. La crisis de la deuda pública no sólo es de los Estados Uni-dos de Norteamérica sino también lo es, al mismo tiempo, de la Unión Europea.

Esos son, sin duda, problemas torales de la ciencia económica que nos impul-san a la reflexión y búsqueda de nuevos enfoques y desarrollos de teoría económi-ca, y a la ruptura de paradigmas. Por esa razón y con ese motivo presentamos el vo-lumen II de Avances Recientes en Teoría y Práctica Económica con seis capítulos desplegados de la siguiente manera. En el capítulo 1 se revisan críticamente dos es-cuelas de la teoría económica de vigencia actual: la Nueva Economía Keynesiana y

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PRESENTACIóN

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la Nueva Macroeconomía Clásica. Se presentan sus principales contribuciones teó-ricas y también algunas críticas a sus propuestas en cuanto a sus fundamentos me-todológicos frente a los acontecimientos de la crisis económico-financiera mundial de 2007-2009-2011. La investigación destaca que ambas teorías han mostrado un desempeño pobre en sus explicaciones y en la generación de los pronósticos y ten-dencias utilizadas para la formulación de recomendaciones en materia de política económica encaminadas a reducir los efectos negativos en la deuda, la inflación y el crecimiento.

En el capítulo 2 se hace un inventario de lo que significa la competitividad bajo dos tendencias principales: una se refiere a las definiciones que provienen del ám-bito de la economía y las discusiones sobre el nivel en el que se definen ya sea na-cional, sectorial o empresarial. La otra tendencia considera algunas de las vertientes que definen a la competitividad desde la perspectiva sociocultural, es decir, las que encierran aspectos tecnoeconómicos, sociopolíticos, culturales y sistémicos. No se recurre a todas las teorías y conceptos existentes sobre la competitividad, si acaso fuera demasiado, pues no es posible formular un inventario mínimamente satisfac-torio en pocas páginas. En tal caso no se recrea la totalidad del fenómeno que aquí se intenta expresar, pero sí se consideran las dos tendencias mencionadas sobre el concepto de competitividad con sus elementos clave.

En el capítulo 3 se desarrolla un modelo de crecimiento económico siguiendo el enfoque propuesto por Patinkin (1965). En este caso, el dinero por sus servicios de liquidez proporciona utilidad y es, en consecuencia, necesario considerar su pre-cio en la restricción presupuestal, por lo que los balances monetarios reales y no el dinero nominal entran como argumento en la función de utilidad. Asimismo, en la propuesta la deuda, en términos reales, al reducir la liquidez proporciona desutili-dad. Bajo el supuesto de previsión perfecta, se caracteriza el equilibrio macroeco-nómico en una economía monetaria. Para ello se combinarán la tecnología “Ak”, el comportamiento optimizador de los agentes económicos (consumidores y firmas) y las acciones del gobierno. En este caso, el crecimiento se explica a través de: la tec-nología, la tasa subjetiva de descuento, la tasa de interés, la tasa impositiva sobre los ingresos del capital y los parámetros de preferencias.

En el capítulo 4 plantea como objetivo el examinar el papel que tiene la infor-mación y el conocimiento en algunas de las teorías de la empresa y asociar dicho papel con la forma de vinculación interempresarial cliente-productor, propiciatoria de la innovación y el aprendizaje tecnológico. En consecuencia, el aporte que este capítulo pretende hacer es ligar las nuevas teorías de la empresa con la información y el conocimiento; con la relación entre productores y clientes y con la innovación y el aprendizaje tecnológico. En este trabajo se entiende por relación entre produc-tores y clientes la firma de un acuerdo o contrato mediante el cual dos agentes eco-nómicos se comprometen a intercambiar información y conocimientos a través de los cuales se especifican los costos, tiempos y características técnicas de las partes, componentes o dispositivos a ser fabricados por un proveedor para ser vendidos o entregados, justo a tiempo, a un ensamblador final.

En el capítulo 5 se busca realizar una revisión teórica y referencial acerca de di-versas aproximaciones al modelo de medición de eficiencia, conocido como DEA (Data Envelopment Analysis). Es así que, en primer lugar, se deriva el modelo a

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PRESENTACIóN

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partir de sus supuestos y características matemáticas; al mismo tiempo, en un se-gundo momento se realiza un estudio sobre diversos casos en general en los que se ha aplicado la metodología DEA y, finalmente, se presenta un resumen de la meto-dología DEA aplicada específicamente al sector bancario.

Por último, en el capítulo 6 se presentan algunos de los conceptos y enfoques analíticos más difundidos sobre la pobreza. Esto resulta teóricamente útil dado que, por ejemplo, en las últimas tres décadas la desigual distribución de la riqueza, y su contraparte la pobreza, se ha convertido en el problema económico y social con-temporáneo más importante del mundo. Incluye a países tanto de la Unión Euro-pea como, de manera particular, a los Estados Unidos. Latinoamérica y México no han sido, evidentemente, ajenos al fenómeno de la pobreza, el desempleo y la mar-ginación. Las políticas denominadas de ajuste estructural han tenido efectos des-tructivos sobre los niveles de vida de la población en todos los países. Al respecto se ha ido creando numerosa literatura en la cual se explican y se proponen alterna-tivas de solución para este fenómeno, situándolo ante todo como un problema so-cial y humano.

Salvador Padilla

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c A p í t u l o 1

Sobre la Nueva Macroeconomía Clásica y la Nueva Economía Keynesiana: un análisis crítico frente a los acontecimientos de 2007-2009AbigAil RodRí[email protected] de Producción Económica, UAM-X

FRANcisco veNegAs-MARtí[email protected] Superior de Economía, IPN

1. IntroduccIón

EN LA CRISIS ECONóMICO-FINANCIERA MUNDIAL DE 2007-2009, los agentes económicos se vieron expuestos a diferentes tipos de riesgos no observables, y esto ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de las diferentes escuelas y corrientes de pensamiento. Por ello, dichos paradigmas deberán reevaluarse a la luz de los acontecimientos re-cientes. Dicha crisis ha mostrado que las escuelas que usualmente tienden a conside-rar ambientes de riesgo a través de la distribución normal (o, en el mejor de los casos, ruido blanco) para introducir modelos con incertidumbre en los mercados financie-ros, en general, han mostrado un débil desempeño en la generación de los pronós-ticos y tendencias que se utilizan en el diseño de la política económica. Por ello, es evidente la necesidad de abandonar el mundo normal y tomar en cuenta otras distri-buciones (saltos, valores extremos, procesos de Levy, vuelos de Levy, etc.) para mo-delar, de forma más realista, el comportamiento de variables relevantes económicas y financieras en un entorno económico mundial cada vez más globalizado.

En el presente capítulo se lleva a cabo un análisis de dos escuelas de la teoría económica: la Nueva Economía Keynesiana y la Nueva Macroeconomía Clásica, y se muestra cuáles son sus principales contribuciones teóricas y un conjunto de crí-ticas constructivas que pueden plantearse a sus propuestas y fundamentos metodo-lógicos. La revisión de los planteamientos básicos y de la agenda de investigación de estas corrientes teóricas es importante porque ambas son líderes en la dirección de la economía en la actualidad, ambas son escuelas ortodoxas que orientan la en-señanza e investigación en macroeconomía, así como las prescripciones de políti-ca económica.

Uno de los grandes retos de la ciencia económica consiste en describir y expli-car formalmente el origen de los problemas asociados con las crisis económicas y

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desequilibrios en los mercados, los mecanismos de transmisión y las oportunidades para superar dichos problemas a través de la generación de recomendaciones en ma-teria de política económica. En el caso de los fenómenos (problemas) económicos como la pobreza, la inequidad en la distribución del ingreso, el desempleo, la infla-ción, el rezago tecnológico y el escaso (incluso negativo) crecimiento, es importan-te resaltar, cuáles han sido, las contribuciones de las dos escuelas.

Los distintos enfoques teóricos han aportado su propia explicación de los pro-blemas económicos, generalmente motivados por las condiciones coyunturales de la época en que surgen, y deseablemente también buscando incorporar en sus pro-puestas los instrumentos analíticos y los procedimientos metodológicos que mejor describan los fenómenos bajo estudio.

La Nueva Macroeconomía Clásica surge hacia finales de la década de los se-senta, y se ve en ésta una renovación de la corriente monetarista y de la ortodoxia neoclásica. La fuerza de sus planteamientos se sustenta en gran parte en los hechos que se observan en la época: aumento del desempleo, crecientes tasas de inflación y estancamiento económico; fenómenos que se atribuyen a una laxa política econó-mica derivada de argumentos supuestamente keynesianos.

La Nueva Macroeconomía Clásica representa el intento más refinado de mos-trar la posibilidad de alcanzar el equilibrio en un sistema económico con agentes optimizadores, y al mismo tiempo evidenciar que los desequilibrios que se obser-van son sólo temporales. Más tarde, a partir de la década de los ochenta se desarro-lla la escuela conocida como Nueva Economía Keynesiana, que en contraposición a la Nueva Macroeconomía Clásica, argumenta que los desequilibrios económicos son relevantes porque no son temporales, sino más bien, son el rasgo característi-co de las sociedades. La Nueva Economía Keynesiana intenta formalizar la expli-cación de los desequilibrios macroeconómicos a partir de planteamientos microfun-damentados en el marco competencia imperfecta, es decir, con base en propuestas sustentadas en el comportamiento optimizador de los individuos.

Este capítulo se encuentra organizado como sigue. En la siguiente sección se exponen las principales contribuciones de la Nueva Macroeconomía Clásica y las críticas, siempre constructivas, a algunos de sus planteamientos. En la tercera sec-ción, se muestran las aportaciones de la Nueva Economía Keynesiana, y las limi-taciones y ventajas de sus propuestas. En la cuarta sección, se destacan algunos elementos empíricos observados de la reciente crisis, que orientan sobre las distin-tas facetas de ésta. Finalmente, en la quinta sección señalamos las conclusiones de nuestra investigación.

2. La nueva MacroeconoMía cLásIca

En esta sección examinamos las contribuciones de la Nueva Macroeconomía Clási-ca y algunas críticas a ésta. En el artículo de Lucas (1973): Some international evi-dence on output-inflation trade offs se formaliza y contrasta empíricamente cómo es la relación producto-inflación y su vinculación con la tasa natural de desempleo. Lucas rescata la explicación sugerida por Friedman (1968) acerca de la relación en-tre la inflación no anticipada y el desempleo, pero la corrige sustituyendo las expec-tativas adaptativas que aquel utilizó, por las expectativas racionales.

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ABIGAIL RODRÍGUEZ-NAVA FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ

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La hipótesis de expectativas adaptativas, utilizada en el planteamiento mone-tarista a través de Friedman fue introducida por Cagan (1956) y Nerlove (1958); la hipótesis postula que los individuos utilizan información sobre errores pasados de predicción para formular sus expectativas actuales sobre el comportamiento de los precios. Esta hipótesis puede expresarse como:

, 0 < λ < 1 (1)

lo que significa que el precio esperado para la fecha actual , depende del precio ocurrido en el pasado Pt-1 y del precio que se esperaba ocurriese . Bajo expectativas adaptativas los individuos siempre incurren en errores que tienen un componente aleatorio y uno sistemático, como este último es evitable, el proceso de formación de expectativas no es eficiente. Había entonces una dificultad en el ar-gumento monetarista: los individuos son racionales porque toman las mejores de-cisiones aun en contextos de incertidumbre, pero siempre cometen un error siste-mático o previsible.

Técnicamente el problema se resuelve con la hipótesis de las expectativas ra-cionales que fue introducida por Muth (1961). Esta hipótesis supone que los agen-tes usan toda la información disponible It y la usan eficientemente, es decir, que al formar expectativas de las variables, los agentes utilizan el verdadero modelo que las determina. Formalmente se postula que:

(2)

La idea de las expectativas racionales no significa que los agentes no cometan errores cuando hacen sus predicciones de precios, pero sí implica que los agentes sólo incurren en errores aleatorios o no previsibles. La incorporación de las expecta-tivas racionales en la Nueva Macroeconomía Clásica permitió el desarrollo de mo-delos con agentes optimizadores representativos, consumidores y productores, en contextos de incertidumbre, donde la información incompleta se aminora y deja de ser un obstáculo al logro del equilibrio. Aún más, la hipótesis de expectativas racio-nales refuerza la creencia de que una teoría económica es importante y queda confir-mada gracias a su poder predictivo, como era la idea sostenida por Friedman (1966). Una limitación importante es que la incertidumbre se modela con ruido blanco.

Una de las más críticas al uso de los conceptos de “racionalidad” y “expectati-vas racionales” ha sido mostrada en varios trabajos por Simon (1978, 1991). Gran parte de la teoría económica, como lo hace por ejemplo la Nueva Macroecono-mía Clásica, se ha centrado sólo en la “racionalidad sustantiva”, entendida como la creencia de que los individuos siempre tienen una actitud maximizadora y por tan-to sólo interesan los resultados cuantitativos o la búsqueda de las magnitudes óp-timas; si los agentes siempre siguen un cálculo optimizador es posible entonces predecir cuáles resultados se alcanzarán. En lugar de la “racionalidad sustantiva”, Simon subraya que la economía debería seguir la “racionalidad procedimental”, donde lo importante es explicar los procesos bajo los cuales se toman las decisio-nes; lo importante son los procesos, no los resultados. Simon también establece que la racionalidad es limitada en el sentido de que se trata de un proceso que ocurre en

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la mente de un solo individuo, es decir, difícilmente puede suscribirse el concepto de agentes representativos porque la forma como se crean las expectativas y se to-man las decisiones es un fenómeno individual, no es reproducible ni es una cues-tión social.

En conclusión, desde hace muchas décadas varias críticas se han hecho sobre el concepto de racionalidad económica perfecta (o hiper-racionalidad). Una de las más importantes se refiere al trabajo pionero de Simon quien ya plantea la noción de ra-cionalidad limitada (o acotada) en la que, primero, el individuo elige una función de utilidad entre un conjunto de funciones disponibles en su cerebro y, posteriormente, ordena en términos de sus preferencias las posibles alternativas siguiendo un pro-ceso que no es tan “fino” como el que exigirían las condiciones de primer orden de un problema de optimización, siendo el ordenamiento de posibilidades más bien un proceso “burdo” en el sentido que revisa grupos de alternativas y elige, casi instan-táneamente, aquellas que pudieran estar cerca del óptimo. Por otro lado, la “econo-mía experimental” ha logrado un avance impresionante, desde el trabajo seminal de Smith (1982), mostrando con experimentos conducidos la ausencia del comporta-miento racional “perfecto” en los agentes. Por lo anterior, se podría decir que la ra-cionalidad económica “perfecta” es un postulado fuertemente criticable.

2.1 La tasa naturaL de deseMpLeo

Para la Nueva Macroeconomía Clásica, los agentes toman sus decisiones de ofer-ta y demanda de bienes motivados por el comportamiento de una variable real. El desempleo sólo existe en el corto plazo cuando ocurre un cambio no esperado en el ingreso nominal, esta variación no previsible confunde a los agentes trabajado-res quienes suponen que ha aumentado su salario real y por tanto están dispuestos a ofrecer más trabajo; las firmas, por su parte, suponen que ha aumentado la demanda y el precio de su producto, en consecuencia creen que aumentó el precio relativo de su producto y disminuyó el salario real, por lo que aumentan su demanda de traba-jo. Sin embargo, cuando los agentes reconocen que las variables que se han modi-ficado son las nominales entonces se regresa a la situación inicial de pleno empleo.

Uno de los estudios más influyentes acerca del empleo fue realizado por Phi-llips (1958), él observó una relación inversa entre el nivel de desempleo y las tasas de cambio de los salarios nominales para el Reino Unido entre 1861 y 1957. En la versión original, la conocida curva de Phillips, era una hipérbola que representaba exactamente las combinaciones de desempleo e inflación de salarios para las cuales la tasa de desempleo no cambiaba. Formalmente, la expresión de la curva de Phi-llips, en la que se relaciona el nivel de desempleo N, con la tasa de cambio del sa-lario nominal w es:

(3)

Sin embargo, tradicionalmente la curva de Phillips se interpretó como la posibi-lidad de obtener tasas de desempleo menores, a cambio de tasas de inflación mayo-res. Aparentemente esta idea se apoyaba en el argumento keynesiano que vinculaba

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ABIGAIL RODRÍGUEZ-NAVA FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ

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una política monetaria expansiva con crecimientos del producto y del empleo.En su explicación de la curva de Phillips, Friedman (1975) subrayó que la in-

terpretación errónea de ésta fue propiciada por dos componentes del sistema keyne-siano que trataban de reflejarse en ella: la noción de precios rígidos, que implicaba que los individuos planean su comportamiento sin considerar cambios en el nivel de precios, y así las modificaciones en precios o salarios nominales son equivalentes a cambios en precios o salarios reales; y la idea de que los salarios reales ex post po-dían alterarse por una inflación no esperada, porque los trabajadores podrían acep-tar salarios reales más bajos producidos por la inflación y no reducciones directas en los salarios nominales.1

Hacia finales de la década de los sesenta y en investigaciones independientes Friedman y Phelps señalaron que no existía una relación permanente entre infla-ción y desempleo.2 En particular, Friedman (1968) subrayó que la posibilidad de reducir el desempleo aumentando la inflación era quimérica porque los trabajado-res no sufren de ilusión monetaria desde que ellos toman sus decisiones con base en los precios relativos más que en los absolutos; a partir de esta idea, destacó una imperfección en el estudio de Phillips: la relación debería establecerse entre la tasa de desempleo y la tasa de salarios reales.3 Para Friedman la relación correcta de-bía expresarse como:

(4)

Es decir, el nivel de desempleo depende de la diferencia entre el cambio en los salarios nominales y la tasa esperada de cambio en los precios P.4 O bien, en estu-dios empíricos podría utilizarse cualquiera de las siguientes ecuaciones:

(5)

(6)

1 Friedman, M. (1975). “Unemployment versus inflation: an evaluation of the Phillips curve”, IEA Oc-casional Paper N. 44, Institute for Economic Affairs, London. Reproducido en Friedman, M. (1992). La economía monetarista, Gedisa, España, p. 87.2 Phelps, E. S. (1967). “Phillips Curves, Expectations of Inflations and Optimal Unemployment over Time”, Economica, Vol. 34, N. 3, pp. 254 - 281.3 De acuerdo con Friedman: “…there is always a temporary trade - off between inflation and unemplo-yment; there is no permanent trade - off. The temporary trade - off comes not from inflation per se, but from unanticiped inflation, which generally means, from a rising rate of inflation. The widespread be-lief that there is a permanent trade - off is a sophisticated version of the confusion betwen ‘high’ and ‘rising’ that we all recognize in simpler forms. A rising rate of inflations may reduce unemployment, a high rate will not.” Friedman, M. (1968). “The Role of Monetary Policy”, American Economic Review, Vol. 58, N.1, p.11.4 Friedman (1975), p. 92.

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En la explicación tradicional, se asumía que b = 0. Para Friedman y sus segui-dores b=1 porque de este modo si la tasa de inflación real y la tasa de inflación anti-cipada coinciden, entonces f (N) = -a y por tanto se tiene una curva de Phillips ver-tical en el largo plazo.

Friedman propuso el concepto de “tasa natural de desempleo”, entendida como aquella tasa que es coherente con las condiciones reales existentes en el mercado la-boral.5 La tasa natural de desempleo es un desempleo friccional, y de hecho, un des-empleo voluntario en el sentido de que provenía de las decisiones individuales.

Lucas y Rapping (1969) intentaron recuperar la explicación de Friedman del desempleo y el comportamiento de la oferta de trabajo (elástica al salario real en el corto plazo e inelástica en el largo plazo). Con ese objetivo, propusieron una fun-ción de utilidad en que las preferencias son sustituibles intertemporalmente. Con este tipo de utilidad, si por ejemplo el salario real aumenta en el periodo actual, entonces el precio del ocio actual aumenta respecto al precio del ocio en el futu-ro, propiciando que los agentes estén dispuestos a ofrecer más trabajo en el presen-te; si el incremento en el salario fuera permanente no habría motivo para trasladar ocio y trabajo en el tiempo. El gran aporte de Lucas y Rapping fue explicar que las fluctuaciones en el empleo se deben a las decisiones de maximización de la utili-dad de los agentes.

Más adelante, Lucas (1973) propuso un modelo en el que formaliza cómo es la relación entre el producto y la inflación. El modelo es especialmente importan-te porque explica los efectos de los cambios no anticipados de la oferta monetaria sobre el producto y el empleo en concordancia con la idea de Friedman; además de que introduce la hipótesis de las expectativas racionales en el análisis, con lo que se asegura que los agentes no cometen errores sistemáticos de previsión y por tan-to que cualquier error proviene de perturbaciones no previstas. En la Figura 1 se ilustran la versión principal de la Curva de Phillips (A) y la versión de Friedman (B) donde existen expectativa para la tasa de cambio de los precios y la tasa natu-ral de desempleo.

La propuesta también destaca porque constituye la base formal que explica a las fluctuaciones cíclicas a partir de shocks monetarios. Específicamente se identifican a las variaciones aleatorias en el stock de dinero como la fuente original de las fluc-tuaciones económicas y se señalan como sus mecanismos de propagación a la co-rrelación serial de los stocks de dinero y a la inhabilidad de los agentes para perci-bir correctamente la política monetaria.

En la Nueva Macroeconomía Clásica, el desempleo es esencialmente volunta-rio porque los agentes eligen el ocio en lugar de trabajo.6 Es muy importante tam-bién subrayar la conocida crítica de Lucas a Keynes, en el sentido de que este último

5 Ibidem, p. 94. En otro documento, Friedman se refiere a la tasa natural como: “… the level that would be ground out by the Walrasian system of general equilibrium, provided there is imbedded in them the actual characteristics of the labour and commodity markets, including market imperfections, stochastic variability in demands and supplies, the cost of gathering information about job vacancies and labour availabilities, the costs of mobility, and so on.” Friedman (1968), Op. cit., p. 8.6 Lucas afirmó: “ …there is an involuntary element in all unemployment, in the sense that no one chooses bad luck over good; there is also a voluntary element, in all unemployment, in the sense that however mi-serable one’s current work options, one can always choose to accept them.” Lucas, R. (1978). “Unem-ployment Policy”, American Economic Review, Vol. 78, No. 2, p. 354.

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ABIGAIL RODRÍGUEZ-NAVA FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ

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dedicó sus esfuerzos en la explicación de un problema inexistente.7

Las críticas a la Nueva Macroeconomía Clásica en su explicación del desem-pleo y su carácter “voluntario”, pueden resumirse así: como lo ha señalado Hoover (1990), el objetivo de la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero de John Maynard Keynes no es la explicación del desempleo involuntario por sí mis-ma, como explicación de la felicidad del trabajador o como construcción teórica, sino la explicación de los ciclos económicos en los cuales las variaciones en la de-manda agregada causan variaciones en el producto.

Otra de las críticas fue puntualizada por Hahn y Solow (1995) 8, como una de-

7 Para Lucas: “involuntary unemployment is not a fact or a phenomenon which it is the task of theorists to explain. It is, on the contrary, a theoretical construct which Keynes introduced in the hope that it would be helpful in discovering a correct explanation for a genuine phenomenon: large - scale fluctuations in mea-sured, total unemployment. Is it the task of modern theoretical economics to ‘explain’ the theoretical cons-tructs of our predecessors, whether or not they have proved fruitful?”. Ibidem, pp.354-355. 8 Hahn y Solow escribieron: “We found that we shared a profound disagreement with the main trend of macroeconomic theory in the early 1980s, and we wanted to create some sort of respectable theoretical resistance to it… The irony here is that macroeconomics began as the study of large - scale economic pa-thologies: prolonged depression, mass unemployment, persistence inflation, etc. This focus was no in-vented by Keynes… Now, at last, macroeconomic theory has as its central conception a model in which such patologies are, strictly speaking, unmentionable. There is no legal way to talk about them.” “Much contemporary macroeconomic theory leaves the impression that unemployment and recession are primarily the result of excessive rigidity of wages and prices, and perhaps the related inmobility of labor. If only the artificial barriers to wage and price flexibility were removed -by the weaking of trade unions and the deregulation of industry and trade- the market mechanism would see to it that the labor market cleared. True unemployment disappear and business cycle fluctuations would be minimal. This sort of theory has practical consequences. Central bank governors and ministers of finance are given to saying in public, even while unemployment rates hover around 10 percent of the labor force, that they can do nothing about it and should do nothing about it. It is not their problem; the only proper policy is to chip away at obstacles to wage cuts an labor mobility. Wage flexibility will eventually do the rest. Pre-sumably they have something more than competitive real depreciation in mind.Another branch of macroeconomic theory holds that wages and prices are already adequately flexi-ble, and that observed fluctuation in output and employment are not pathological at all. They are the economy’s optimal response to unavoidable erratic shifts in tastes for goods and leisure and in the tech-

Notas: U= Desempleo, Un= Tasa natural de desempleo.Fuente: Adaptado de Friedman, M. (1977). “Nobel Lecture: Inflation and Unemployment”, Journal of Po-litical Economy, Vol. 85, No. 3, pp. 455 y 457.

FIgura 1. curva de phILLIps

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SoBRE LA NUEVA MACRoECoNoMíA CLáSICA Y LA NUEVA ECoNoMíA KEYNESIANA

20

nuncia hacia la postura de la macroeconomía moderna (Nueva Macroeconomía Clá-sica) que ve los grandes problemas económicos como el desempleo, sólo como una cuestión friccional o de imperfección de los mercados, y en todo caso atribuible a las decisiones de los agentes. La denuncia es contra la creencia de la inefectividad de la política monetaria y fiscal: para la Nueva Macroeconomía Clásica lo mejor que se puede hacer es no intervenir en el funcionamiento de los mercados.

2.2 Modelos de ciclos de negocios

otra de las áreas de fundamental interés para la Nueva Macroeconomía Clásica es explicar los “ciclos de negocios”; bajo este concepto se entiende que existen muchas variables macroeconómicas que fluctúan en torno a su tendencia o trayectoria de cre-cimiento con sorprendente regularidad; e incluso se considera que las fluctuaciones de las variables pueden asociarse con las variaciones de otras. Existen dos versiones distintas de modelos de ciclos de negocios, la primera de ellas, explica el origen de los ciclos en shocks monetarios, tal es el caso, por ejemplo de la propuesta de Lucas (1975). La segunda versión atribuye el origen de los ciclos a shocks reales, Kydland y Prescott (1982), por ejemplo suponen la existencia de shocks tecnológicos.

Una de las principales críticas a los modelos de ciclos de negocios es la caren-cia de una verdadera explicación de las causas que provocan los ciclos económicos; prácticamente no hay un avance respecto al argumento esencial de la teoría neoclá-sica, porque al igual que en ésta, en la Nueva Macroeconomía Clásica, los desequi-librios son atribuibles a cualquier shock exógeno. Una limitación de esta visión es que usualmente los shocks provienen de ruido blanco.

otro elemento de crítica es la denuncia de la tendencia a forzar los resultados de los ejercicios econométricos para que éstos muestren justamente lo que se desea; se trata casi siempre de probar que los shocks monetarios sólo tienen efectos de lar-go plazo sobre los precios, y que shocks reales sí afectan a las variables reales. In-cluso, en las ecuaciones que se pretende probar (como por ejemplo en la curva de oferta – sorpresa de Lucas), es común asignar valores arbitrarios a los parámetros e incluso señalar que éstos son representativos de las preferencias de los agentes. En todo caso, se trata de probar que existen relaciones de causalidad y correlación entre las variables, haciendo un uso indiscriminado de las pruebas econométricas como la causalidad en el sentido de Granger que requiere del supuesto de normalidad en los errores, cuando muchas veces sólo se trata de correlaciones espurias.

3. La nueva econoMía KeynesIana

En esta sección se examinan las propuestas de la Nueva Economía Keynesiana en dos áreas: su explicación de los desequilibrios en el sector real de la economía y la explicación de los desequilibrios en el sector monetario.

nology of production. The implication is that even if public policy could do something to increase pro-duction and reduce unemployment, the temptation should be resisted. .. We have no sympathy with either view.” Hahn, F. y Solow, R. (1995). A Critical Essay on Modern Ma-croeconomic Theory, Blackwell, Inglaterra, pp. 9-10.

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3.1 el sector real de la economía

Para la Nueva Economía Keynesiana es fundamental el estudio de la coordinación de las actividades económicas, en particular el análisis del mercado de trabajo para explicar cómo el equilibrio es compatible con el desempleo involuntario.

La Nueva Economía Keynesiana intenta recuperar el planteamiento keynesia-no, pero utilizando argumentos neoclásicos. Esta corriente teórica reconoce que, como se indica en la Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero, el ple-no empleo es sólo un estado de varios posibles, mientras que la situación general es el desequilibrio en los mercados. No obstante, también reconoce la debilidad analí-tica de los argumentos keynesianos sobre todo por la falta de una explicación en tér-minos de resultados y decisiones de los individuos. Erróneamente supone que para Keynes, el desempleo involuntario es consecuencia de la rigidez de precios, concre-tamente de la rigidez del salario real, cuando en realidad el desempleo involuntario resulta a partir de un mecanismo de racionamiento de las firmas que transmite la de-ficiencia de demanda de producto a una deficiencia de demanda de trabajo.9 A par-tir de estas consideraciones, la Nueva Economía Keynesiana se propone establecer los fundamentos teóricos sólidos para un equilibrio keynesiano con desempleo uti-lizando la metodología neoclásica; busca mostrar que el equilibrio general de pleno empleo es un caso particular, porque la generalidad significa el funcionamiento de la economía fuera del equilibrio.

En este sentido, el propósito de esta corriente teórica se basa en la hipótesis de que la existencia del desempleo involuntario es consecuencia de la rigidez endóge-na del salario real, a la que conduce el comportamiento racional de las firmas. Se pretende superar al planteamiento neoclásico porque ahora la rigidez de precios ya no es exógena, se hace endógena porque así conviene a las necesidades de optimi-zación de los agentes; al mismo tiempo, se pretende superar al planteamiento key-nesiano al microfundamentar su resultados. En resumen, la tarea básica es endoge-neizar la rigidez de precios.

Sin embargo, la Nueva Economía Keynesiana no ha sido capaz de demostrar la endogeneidad de la rigidez salarial; no existe un acuerdo común en el cual susten-tar ésta, sino que por el contrario, se ha reunido un conjunto muy amplio de estu-dios que introducen algún rasgo en el comportamiento de los agentes y que propicia la rigidez, lo que ha conducido además a resultados muy diferentes. Precisamente la incorporación de supuestos acerca del comportamiento de los agentes propicia que la rigidez salarial continúe explicándose de forma exógena. Pese a la heterogenei-

9 Véase por ejemplo, Stiglitz, J. (1984). “Theories of Wage Rigidity”, Working Papers Series, NBER, No. 1442, Cambridge, MA., p. 1. donde, sostiene una equivocada interpretación de la Teoría General cuando suscribe lo siguiente: “Es ampliamente conocido que el supuesto de que los salarios son rígidos es central en la explicación keynesiana del desempleo involuntario.” También puede consultarse a Laurent, T. (1992).”La nouvelle economie keynésienne, n’ est pas ce que l’on croit”, Keynes et les nouveaux keynésiens en Richard Arena et Dominique Torre (coord.), pp. 255 -275, donde el autor coincide en que esta interpretación es errónea y en cambio afirma que la vigencia de un modelo keynesiano requiere necesariamente la existencia de precios perfectamente flexibles, y se-ñala por ejemplo como la interpretación errónea es sostenida por Howitt, P. (1990). The Keynesian Re-covery and Others Essays, Philip Allan ed., y como Schumpeter consideró que la única explicación del desempleo era la rigidez salarial aunque Keynes deseara evitarla, en Shumpeter J. A. (1954): Histoire de l’ analyse économique, Gallimard, Paris.

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dad de la Nueva Economía Keynesiana, la idea de la rigidez de precios se expresa en tres tipos de modelos: salarios de eficiencia, contratos implícitos y negociación salarial. En el primer caso, la conducta racional de los agentes (y las imperfeccio-nes del mercado de trabajo) está asociada con un salario de eficiencia que es supe-rior al salario walrasiano de equilibrio. La firma elige pagar salarios elevados para asegurar la máxima productividad y esfuerzo de los trabajadores, para asegurar la contratación de los trabajadores más calificados, evitar la rotación laboral, evitar la evasión de las responsabilidades por parte de los trabajadores, o bien, para mostrar una actitud justa y compensatoria hacia los trabajadores. En este sentido son las pro-puestas de Solow (1979) y de Shapiro y Stiglitz (1984).

Las críticas a los modelos de salarios de eficiencia son: el atribuir el desempleo involuntario a fallas de la competencia perfecta, es decir a la rigidez del salario real, asociada con la existencia de información asimétrica (porque las firmas desconocen la verdadera calificación de los trabajadores y en su esfuerzo por contratar a los me-jores pagan elevados salarios) y con actitudes monopolistas por parte de las firmas quienes son las que deciden precios y las cantidades de insumos sin considerar las decisiones de los consumidores. Asimismo, es fundamental resaltar que el pretendi-do resultado de un salario de eficiencia endógeno es inexistente porque los modelos señalados invariablemente concluyen en un salario de eficiencia cuya magnitud se determina en función de un salario de reserva, el cual es exógeno.

Por otro lado, en los modelos de contratos implícitos, como los presentados por Baily (1974) y Azariadis y Stiglitz (1983), se intenta profundizar en la explicación de la rigidez salarial en escenarios con incertidumbre que permitan introducir algún grado de aversión al riesgo. Sin embargo, en estos escenarios el desempleo no exis-te, porque las relaciones de intercambio entre firmas y trabajadores que se efectúen en cada periodo, han sido establecidas por mutuo acuerdo en un momento previo y siguiendo un proceso walrasiano, es decir, el convenio de los contratos implícitos parte de un salario walrasiano correspondiente al pleno empleo, al que se añaden compensaciones o se descuentan primas (de acuerdo al estado de la naturaleza que se verifique) para mantener constante la utilidad de los trabajadores; en consecuen-cia se obtienen salarios rígidos pero de pleno empleo.

En los modelos de contratos implícitos también se agrega como sofisticación la existencia de información asimétrica que permite a las firmas mentir sobre el ver-dadero estado de la naturaleza en que se encuentra y así forzar a los trabajadores a aceptar disminuciones en sus remuneraciones (u obligarlos al pago de primas) con lo que la firma obtiene ganancias extraordinarias.

En los modelos de negociación salarial, por ejemplo, el desarrollado por Mc-Donald y Solow (1981), los contratos eficientes requieren que el salario y el empleo sean determinados conjuntamente por firmas y sindicatos. Mientras que a la firma le interesa maximizar sus beneficios, al sindicato le interesa maximizar la utilidad de sus agremiados estén o no empleados, es decir, le interesa que tanto el salario de quienes son contratados como el salario de reserva de los desempleados proporcio-ne la máxima utilidad. En estos modelos, no se cumple el propósito de mostrar la existencia del desempleo, éste sólo puede explicarse a partir de los supuestos pro-pios del modelo, es decir, desde que el número de trabajadores pertenecientes a un sindicato supere al número demandado por la firma; incluso si se asume que hay

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trabajadores no sindicalizados, invariablemente ellos se encontrarán en desempleo. Además, si ocurre un shock tecnológico positivo se incrementaría el nivel de em-pleo. Para los modelos de negociación salarial, el desempleo es entonces, un fenó-meno que depende de las condiciones iniciales del sistema.

Existen otros dos modelos alternativos que se ubican como parte de la Nueva Economía Keynesiana, aunque ellos no buscan explicar el desempleo involuntario a partir de la rigidez endógena del salario real. Los modelos de costos de menú y de fallas de coordinación centran su explicación de los desequilibrios en rigideces no-minales de precios, y por ello parecen semejarse más al planteamiento keynesiano.

Un modelo esencial del enfoque de costos de menú es la propuesta de Mankiw (1985). En los modelos de costos de menú, las expansiones de la demanda agrega-da se traducen automáticamente en incrementos en la oferta de producto (el merca-do de producto siempre está en equilibrio) y en consecuencia en expansiones de la demanda de trabajo. La única explicación para la variación de la demanda agregada son las modificaciones exógenas en la oferta monetaria. Se supone que no hay neu-tralidad del dinero y que expansiones de la oferta monetaria generan incrementos proporcionales en los salarios nominales.

La presencia de costos de menú ocasiona que ante variaciones en la demanda agregada (y el ajuste automático de la oferta de producto), la firma debe decidir si para maximizar sus beneficios debe mantener constantes los precios o si debe mo-dificarlos. A una empresa le es más conveniente mantener invariable el precio no-minal al que ofrece su producto si los beneficios que obtiene al modificarlo son me-nores que el costo de menú que debe pagar por variarlo. La existencia de fricciones que impiden el ajuste de los precios (rigideces nominales) ante modificaciones de la demanda trae como consecuencias el aumento o reducción del bienestar social.

En estos modelos encontramos también que la formación y la magnitud del des-empleo se determinan exógenamente. Existe desempleo si suponemos que la oferta de trabajo supera considerablemente a la demanda inicial; en tal caso, evidentemen-te la expansión de la demanda agregada ayudaría a reducir el desempleo. Además, aquí está ausente una explicación sólida de las variaciones en la demanda agregada, así como de la vinculación entre ésta y la demanda de trabajo.

Explicamos ahora por qué los modelos de costos de menú representan una me-jor aproximación al planteamiento de Keynes. Como se ha señalado, en la propuesta keynesiana, la causa del desempleo involuntario es una contracción de la demanda efectiva, lo que implica que las firmas contraigan su producción y en consecuen-cia su demanda de trabajo. No obstante, en el argumento keynesiano, la “persisten-cia” del desempleo se explica por la rigidez del salario nominal, entendida como una inercia o resistencia a la baja; se trata de lo que se conoce como el “efecto Key-nes”: la rigidez del salario nominal a la baja propicia que no exista una disponibili-dad inmediata de los saldos reales, que no se genere una rápida reducción de la tasa de interés y en consecuencia que no se incremente la inversión, ni por tanto la de-manda efectiva ni el empleo.

Por otro lado, los modelos de fallas de coordinación como en la propuesta de Cooper y John (1988) se intenta explicar el desempleo involuntario en ausencia de rigideces salariales. La causa que propicia el desequilibrio es el fracaso de los agen-tes al intentar coordinar sus acciones. Aquí, los desequilibrios se producen porque

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los agentes no logran hacer compatibles sus acciones, todas las decisiones son no cooperativas porque cada agente busca maximizar su utilidad o sus beneficios to-mando las acciones de otros como dadas. Cuando existe complementariedad estra-tégica, los agentes reconocen el efecto de las acciones de otros sobre las propias y por tanto su estrategia óptima depende de las estrategias de los demás. En estas con-diciones, es posible que se produzcan equilibrios múltiples; algunos son más óp-timos que otros, y las características de optimalidad del resultado dependerá del grado de complementariedad estratégica. Por supuesto, las fallas de coordinación pudieran evitarse si todos los agentes actuaran cooperativamente; por ejemplo, po-drían maximizarse funciones de utilidad o de beneficios agregadas.

Los modelos de fallas de coordinación se asocian a la propuesta keynesiana porque intentan recuperar como causa de los desequilibrios, las diferencias entre los agentes consumidores y firmas cuando toman sus decisiones. Una posible inter-pretación de los desequilibrios en el marco keynesiano es la idea de que los consu-midores toman decisiones de corto plazo o modificables en el corto plazo, mientras que las firmas toman decisiones de largo plazo al comprometerse en un plan de pro-ducción; si no se logran ajustar las decisiones de los consumidores con las expecta-tivas de demanda de las firmas pueden originarse alteraciones en los niveles de pro-ducción y empleo.

3.2 el sector monetario de la economía

La Nueva Economía Keynesiana introduce el dinero en el sistema económico a la manera neoclásica, el dinero es simplemente un medio que facilita las transaccio-nes. No resuelve ninguna de las críticas asociadas a la incorporación del dinero a la teoría del valor.

Recordemos que una de las críticas a la forma de incorporar el dinero fue rea-lizada por Patinkin (1965), su crítica se refiere al problema de conjuntar la teoría cuantitativa del dinero con la teoría walrasiana del equilibrio general; concretamen-te señala la inconsistencia entre la Ley de Walras y la homogeneidad de grado cero de las funciones de demanda excedente. Patinkin propone construir una teoría don-de se elimine el postulado de la homogeneidad y se incluya el dinero dentro de la función de utilidad de los agentes consumidores (idea que fue retomada después por Sidrauski en modelos de crecimiento óptimo).

Otra de las críticas a la incorporación del dinero fue realizada por Hayek (1931). Para este autor, la economía sin dinero funciona esencialmente en buenas propor-ciones en dos sectores: el sector de bienes de consumo y el sector de bienes de ca-pital. La participación del dinero y del sistema bancario es importante porque ex-plica las fluctuaciones cíclicas de la economía. Debido a que existe el dinero, a que éste se otorga como crédito por parte del sistema bancario, y a que se otorga a tasas distintas (superiores o inferiores) a la tasa natural del mercado, entonces esto origi-na que existan fluctuaciones económicas, caracterizadas por desequilibrios entre la oferta y demanda en los mercados de bienes de consumo y de capital.

La crítica de Keynes (1936) es muy importante porque incorpora la existencia de incertidumbre y hace endógena la necesidad de los sistemas financiero y banca-rio. Keynes intenta construir una nueva formalización que sustituya a la ecuación

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cuantitativa, a través de las siguientes elasticidades:

1. La elasticidad de la demanda efectiva eDE que define como: el cambio porcentual en la demanda efectiva DE, ante modificaciones porcentuales en la cantidad de dinero M.

(7)

2. La elasticidad precio de la demanda:

(8)

3. La elasticidad de los precios:

(9)

El resultado mostrado en (9) expresa cómo varían los precios nominales P ante cambios en la cantidad de dinero M. Se trata, en opinión de Keynes, de una genera-lización de la ecuación cuantitativa, porque incluye no sólo el caso en que la velo-cidad ingreso del dinero es constante, sino también las situaciones en las que varían precios y dinero, las situaciones de equilibrio y desequilibrio y además, muestra que las modificaciones en la oferta monetaria afectan en primer lugar a la demanda efec-tiva, y los cambios en ésta afectan al nivel de precios.

A diferencia de la propuesta keynesiana (sí retomada por la Teoría Post-keyne-siana) respecto a que los agentes requieren al sistema bancario para obtener liquidez con la cual realizar sus planes de consumo y producción y que se necesita al siste-ma financiero para administrar los riesgos a los que los agentes están expuestos ante la inexistencia de un sistema completo de bienes contingentes; para la Nueva Eco-nomía Keynesiana, los bancos comerciales y los intermediarios financieros son sólo un agente más, similar a una firma productiva que busca maximizar sus beneficios, sus decisiones no están relacionadas con las necesidades de liquidez de otros agen-tes, entonces es incapaz de justificar la necesidad del sistema bancario. De hecho como ha señalado Rogers (2008), ni el dinero, ni los bancos comerciales, ni el cré-dito, ni la banca central tendrían lugar en las economías de equilibrio.

Los modelos que estudian la participación del sistema bancario y financiero pueden agruparse en los siguientes: contratos eficientes y racionamiento de crédi-to. Los modelos de contratos eficientes explican cuáles son las condiciones bajo las cuales se acuerda el otorgamiento de créditos. Se supone que en los contratos se es-pecifican todos los estados de la naturaleza posibles y las cuantías que el prestatario debe devolver al prestamista en cada uno de ellos. Como ejemplo de estos modelos destaca el de Gale y Hellwig (1985) donde se supone que el prestamista no puede

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observar los resultados de la inversión del prestatario, a menos que realice una cos-tosa auditoría, se trata de un problema de verificación costosa, donde los problemas de riesgo moral y selección adversa determinan el otorgamiento de créditos.

Por otro lado, los modelos de racionamiento de crédito suponen que la deman-da de crédito de un prestatario no es concedida, aun cuando éste tenga la disposi-ción de pagar todos los elementos del contrato de préstamo, relacionados o no con el precio. 10 Ejemplos de estos modelos son los propuestos por Jaffee y Modigliani (1969), Stiglitz y Weiss (1981), y Blackwell y Santomero (1982).

El racionamiento de crédito es un concepto que la Nueva Economía Keynesia-na ha hecho corresponder con el de desempleo involuntario. Para la Nueva Econo-mía Keynesiana, el racionamiento de crédito se debe a que los recursos no se otor-gan porque la tasa de interés real es rígida sobre su nivel de equilibrio, es tan alta que los bancos comerciales están casi seguros de que sólo así podrán compensar las pérdidas por el incumplimiento que esperan de los prestatarios, no obstante, si la expectativa es que el monto de las pérdidas por incumplimiento supere al monto de los ingresos por el cobro de la tasa de interés, entonces los bancos comerciales ele-girán negar los créditos. Como se ve, se trata de un planteamiento equivocadamen-te asociado al planteamiento de Keynes; él explicaba los desequilibrios como con-secuencia de variaciones en la demanda de producto en variaciones de la demanda de dinero; la Nueva Economía Keynesiana afirma que los desequilibrios se deben a rigideces del salario real y de la tasa de interés real.

Por último debe señalarse que el concepto de “racionamiento” no es equivalen-te al de “desempleo involuntario”; un trabajador puede sufrir racionamiento si su trabajo deja de ser requerido en el sector laboral que demanda las habilidades de tra-bajo que él posee, pero no sufre desempleo involuntario, porque para que éste exis-ta, se requiere que su trabajo deje de ser demandado incluso en el sector laboral de las mínimas habilidades requeridas; es decir, que se le excluya de cualquier forma de participación legal en el sistema económico. Por tanto, la Nueva Economía Key-nesiana no es fiel al pensamiento keynesiano respecto a la participación del dinero, de los bancos y del sistema financiero en el sistema económico.

3.3 El sector financiero y la política monetaria

La política monetaria en su estado actual, tiene como antecedente la propuesta de Taylor (1993), que establece como regla de política monetaria la determinación de la tasa de interés nominal a partir del diferencial entre el producto observado y el esperado, y el diferencial entre la inflación observada y esperada. Desde en-tonces, como ha referido Taylor (2000), se ha producido una multiplicidad de es-tudios que buscan explicar los mecanismos de transmisión de la política moneta-ria al sector real.

El conocido “Nuevo Consenso Macroeconómico” constituido por los aportes de la Nueva Macroeconomía Clásica y la Nueva Economía Keynesiana describe el

10 Keeton (1979) distingue entre dos tipos de racionamiento: Racionamiento de tipo I. Se presenta cuan-do se raciona parcial o totalmente a todos los prestatarios de un grupo; Racionamiento tipo II. Se pre-senta cuando entre un grupo homogéneo de prestatarios, desde el punto de vista del prestamista, algunos obtienen el préstamo que demandan, mientras que a otros se les raciona.

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escenario macroeconómico con tres ecuaciones de base:

(10)

(11)

(12)

Donde πt es la tasa de inflación observada, πt+1 es la tasa de inflación esperada, es la brecha del producto (o diferencial entre la tasa de crecimiento observada y la

esperada), it es la tasa de interés nominal, y es la tasa de interés natural. La ecua-ción (10) representa la Curva de Phillips, la ecuación (11), la curva IS dinámica, y la ecuación (12) define a la tasa de interés natural, en ésta la autoridad monetaria in-terviene para establecer una regla para la tasa de interés nominal de acuerdo con al-guna variación de la Regla de Taylor.

Del modelo macroeconómico anterior se desprenden varios problemas de in-terpretación, por ejemplo, Rogers (2008) ha señalado entre éstos: a) se requiere un ecuación para la demanda de dinero, ésta es exógena, y su ausencia conduce a un modelo común de ciclos de negocios; b) la inexistencia de una ecuación que define la demanda de dinero exógena, conduce a que las ecuaciones (10) – (12) pretendan explicar el funcionamiento de la política monetaria a través de la tasa de interés, en una economía en la que el dinero no existe y no es necesario; c) no se justifica en la ecuación IS la definición de la tasa de interés ajustada por la inflación. A estas limi-tantes podemos agregar también la errónea intención de utilizar este modelo para explicar el funcionamiento de la política monetaria y del contexto macroeconómi-co en cualquier país, ignorándose rasgos relevantes como la utilización del tipo de cambio, el control de los salarios y la importancia de la intermediación financiera.

4. evIdencIa eMpírIca de La recIente crIsIs MundIaL

En distintas investigaciones se ha destacado como uno de los orígenes de la crisis económico –financiera reciente, las actividades de titularización sobre los créditos hipotecarios en el mercado subprime en los Estados Unidos, y el elevado déficit de cuenta corriente que mantiene este país con el resto del mundo; sin embargo, hay otros elementos que han contribuido a la exacerbación de la crisis y a que ésta se en-cuentre aún presente; entre estos elementos pueden señalarse los siguientes:

a) El incremento desmedido de títulos de deuda a nivel mundial, los emisores de los títulos son los gobiernos, empresas privadas e instituciones financieras. En la Gráfica 1 se muestran los saldos totales (a nivel mundial por estos títulos).

b) La creencia de que políticas precisas conducen a resultados invariables, se hizo evidente en las medidas adoptadas por varios países para intentar soluciones inmediatas que frenaran las consecuencias de la reciente crisis, por ejemplo, en el caso de Estados Unidos, se aprobó la utilización de $700 mil millones de dólares

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del erario público para contrarrestar los efectos de la crisis, de estos recursos se uti-lizaron $350 mil millones para el rescate de instituciones financieras e hipoteca-rias, $100 mil millones para la cobertura de riesgos asumidos por la Reserva Fede-ral, $200 mil millones para créditos al consumo y a pequeñas empresas, y $50 mil millones para evitar las ejecuciones hipotecarias y disminuir impactos de la crisis inmobiliaria; también se ensayó la aplicación de programas de expansión del gasto público. Evidentemente, con estas medidas se prefirió dirigir el apoyo hacia las ins-tituciones financieras, en este caso una vez más, las pérdidas son asumidas por insti-tuciones públicas, pero las ganancias han sido siempre privadas; además se dio pre-ferencia al apoyo de las instituciones comerciales y en menor grado a las empresas, en lugar de considerar medidas que impulsaran la demanda interna.11

c) La deuda pública en varios países se ha incrementado notoriamente en los últimos años, gran parte de esta deuda se explica por la emisión de títulos financie-ros que se utilizan para cubrir gastos corrientes (en el mejor de los casos) o para cu-brir deudas anteriores. El problema es particularmente relevante para varios países de la Unión Europea.

11 Al respecto puede consultarse: Broome, L. L. (2009). “Extraordinary Government Intervention to Bolster Bank Balance Sheets”, documento de trabajo, UNC School of Law, Estados Unidos.

gráFIca 1. saLdos de títuLos de deuda (totaL MundIaL)

en bILLones de dóLares

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de Pagos Internacionales.

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d) Aunque la magnitud de los títulos de deuda se incrementan, éstos no contri-buyen al crecimiento económico, ni a la expansión de la inversión productiva. En el Cuadro 2 se muestran las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para algunos países, y en el Cuadro 3, las tasas de crecimiento de la formación de capital.

1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2010 Países

Bélgica 128.0 119.7 112.0 103.5 95.9 88.1 100.5 100.7

C a nadá 96.3 91.4 82.7 76.6 71.6 66.5 83.4 84.2

Francia 68.8 66.8 64.3 71.4 75.7 72.3 89.2 94.1

Alemania 60.3 61.5 59.8 65.4 71.2 65.3 76.4 87.0

Grecia 100.0 101.5 118.1 112.3 121.2 112.9 131.6 147.3

Hungría 66.0 66.3 59.1 61.3 68.5 71.8 84.7 85.6

Islandia - 73.6 75.0 71.0 52.6 53.3 120.0 120.2

Irlanda - 51.2 36.9 34.1 32.6 28.8 71.6 102.4

Italia 130.3 126.4 120.8 116.8 120.0 112.8 127.8 126.8

Japón 100.5 127.0 143.7 158.0 175.3 167.0 194.1 199.7

Portugal 65.3 60.5 61.7 66.8 72.8 75.4 93.1 103.1

España 75.0 69.4 61.9 55.3 50.4 42.1 62.3 66.1

Reino Unido 52.0 47.4 40.4 41.5 46.4 47.2 72.4 82.4

Euro área 80.8 78.1 74.3 75.9 78.1 71.6 86.9 92.7

cuadro 1. deuda púbLIca coMo proporcIón deL producto Interno

bruto

Fuente: Elaboración propia con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

cuadro 2. tasas de crecIMIento deL producto Interno bruto

Fuente: Elaboración propia con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 Países

Canadá 4.1 5.2 2.9 3.1 2.8 0.5 3.1 Chile 3.3 4.6 2.1 5.9 4.9 3.2 5.1 Francia 3.5 4.1 1.1 2.3 2.4 0.1 1.4 Alemania 1.8 3.5 0.0 0.7 3.6 0.7 3.5 Grecia 3.4 4.5 3.4 4.4 5.2 1.0 -4.5 Italia 1.3 3.9 0.5 1.4 2.1 -1.3 1.2 Japón -2.0 2.9 0.3 2.7 2.0 -1.2 4.0 Corea -5.7 8.8 7.2 4.6 5.2 2.3 6.2 México 5.0 6.0 0.1 4.0 5.2 1.5 5.5 España 4.5 5.0 2.7 3.3 4.0 0.9 -0.1 Suecia 2.6 3.6 0.4 2.5 3.6 1.9 2.6 Reino Unido 3.6 3.9 2.1 3.0 2.8 -0.1 1.3 EUA 4.4 4.1 1.8 3.6 2.7 0.0 2.9 Euro - área 2.8 4.0 1.0 1.9 3.2 0.3 1.7

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e) Se observan también cambios relevantes en el uso de los productos deri-vados, originalmente éstos se diseñaron para actividades de cobertura, pero su uso se ha extendido al arbitraje y a la especulación, esto se evidencia en el cre-cimiento desmedido de estos títulos, en la preferencia por instrumentos Over The Counter (OTC), en la reducida utilización de subyacentes físicos (en pro-porción con otros subyacentes) y en el tipo de clientes que contratan los instru-mentos. Esta información se resume en los cuadros 4 y 5.

cuadro 3.ForMacIón bruta de capItaL FIjo (tasas de crecIMIento)

Fuente: Elaboración propia con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

1998 2000 2002 2004 2006 2008 2009 2010 Países

Canadá 2.4 4.7 1.6 7.8 7.1 1.4 -11.7 8.3 Chile 1.9 8.9 1.5 10.0 2.3 19.4 -15.9 18.8 Francia 7.2 7.5 -1.6 3.3 4.5 0.3 -6.9 -1.1 Alemania 3.6 3.7 -6.1 -1.3 8.7 1.8 -10.0 5.7 Grecia 10.6 8.0 9.5 0.4 10.6 -7.5 -11.2 -16.5 Italia 3.6 7.1 3.7 1.5 3.2 -3.8 -12.0 2.3 Japón -7.2 1.2 -4.9 1.4 0.5 -3.6 -11.7 -0.2 Corea -22.0 12.3 7.1 2.1 3.4 -1.9 -1.0 7.0 México 10.5 11.4 -0.7 8.0 9.9 5.9 -11.2 2.3 España 11.3 6.6 3.4 5.1 7.2 -4.8 -16.0 -7.6 Reino Unido 13.7 2.7 3.6 5.1 6.4 -5.0 -15.4 3.0 EUA 9.7 6.8 -2.7 6.2 2.5 -4.5 -14.8 3.3 Euro -área 5.8 5.3 -1.5 1.9 5.7 -1.0 -11.3 -0.8

cuadro 4.saLdos totaLes en derIvados con dIstIntos subyacentes.

datos en bILLones de dóLares 2010=100

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de Pagos Internacionales.

Fecha Total Tipo de cambio

Tasas de interés Acciones Físicos

Dec.1998 107,873.825 24,193.064 67,181.123 1,998.839 548.069 Dec.2000 127,874.622 21,042.630 86,863.305 2,539.422 889.570 Dec.2002 190,288.595 24,779.753 136,549.425 3,101.082 1,239.955 Dec.2004 347,396.253 39,341.792 255,887.527 5,890.013 1,938.858 Dec.2006 561,645.761 54,092.996 391,660.389 10,058.034 9,557.080 Dec.2008 803,448.388 67,218.165 581,157.164 8,692.151 5,946.583 Dec.2010 807,344.950 77,635.580 624,950.307 7,569.014 3,924.254

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ABIGAIL RODRÍGUEZ-NAVA FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ

31

5. concLusIones

En este documento se han expuesto las principales contribuciones de la Nueva Ma-croeconomía Clásica y de la Nueva Economía Keynesiana, así como las críticas fundamentales a sus planteamientos. Podemos resumir el conjunto de tales críticas en el hecho de que ambas escuelas teóricas han contribuido al fortalecimiento de la ortodoxia neoclásica, en el sentido de que los desequilibrios del sistema econó-mico se asocian a alguna imperfección en los mercados, como el poder monopolis-ta de las firmas, la rigidez exógena de los precios reales y la información imperfec-ta (incompleta y asimétrica).

La crítica fundamental es el hecho de que ambas corrientes teóricas recurren a las explicaciones comunes de los desequilibrios, las cuales han mostrado no ser sa-tisfactorias para resolver los problemas económicos de las sociedades modernas; al mismo tiempo, se han negado a aceptar propuestas alternativas que ven esos pro-blemas no como hechos aislados, sino que consideran primordial para su solución tomar en cuenta al conjunto de relaciones que se establecen entre todos los agen-tes participantes sobre todo en las condiciones que ese establecieron durante la cri-sis 2007-2008.

La crisis mundial 2007-2009 ha evidenciado la vulnerabilidad de ambas escue-las en el modelado de los fenómenos económicos, los cuales son fenómenos esen-cialmente aleatorios. Estas escuelas usualmente tienden a considerar ambientes de-terministas o estocásticos muy limitados para introducir el riesgo y la incertidumbre en los mercados financieros. En virtud del mal desempeño en la generación de pro-nósticos, es necesario que ambas escuelas abandonen el mundo normal (o ruido blanco) y tomen en cuenta otras más realistas para modelar el comportamiento de variables relevantes económicas y financieras. La evidencia empírica muestra que la reciente crisis todavía está en vigencia, porque sólo se controló el quiebre masi-vo de instituciones financieras, pero permanecen elementos de inestabilidad, princi-palmente la expansión de la deuda financiera.

cuadro 5.saLdos totaLes en derIvados sobre tIpo de caMbIo por tIpo

de contratantes. datos en bILLones de dóLares 2010=100

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco de Pagos Internacionales.

Fecha Total Intermediarios financieros

Otras instituciones Clientes no financieras financieros

Dec.1998 24,193.06 9,783.44 9,993.01 4,416.61 Dec.2000 21,042.63 7,695.65 8,861.23 4,485.75 Dec.2002 24,779.75 9,190.14 10,204.79 5,384.81 Dec.2004 39,341.79 15,672.37 15,335.84 8,333.62 Dec.2006 54,093.00 20,863.55 21,522.32 11,707.15 Dec.2008 67,218.17 26,414.50 28,611.04 12,192.63 Dec.2010 77,635.58 29,490.78 34,421.81 13,722.98

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SoBRE LA NUEVA MACRoECoNoMíA CLáSICA Y LA NUEVA ECoNoMíA KEYNESIANA

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35

IntroduccIón

ESTAMoS VIVIENDo UNA éPoCA de rápidos avances científicos, tecnológicos y econó-micos. Con estos cambios coexisten modificaciones tanto en las disciplinas científi-cas como en las teorías que las sustentan, pero también en las categorías y concep-tos de las describen. En este sentido, aquí se hace un inventario de lo que significa la competitividad bajo dos tendencias principales: una se refiere a las definiciones que provienen del ámbito de la economía y las discusiones sobre el nivel en el que se de-finen ya sea nacional, sectorial o empresarial. La otra considera algunas de las ver-tientes que definen a la competitividad desde la perspectiva sociocultural, es decir, las que encierran aspectos tecnoeconómicos, sociopolíticos, culturales y sistémicos. No se recurre a todas las teorías y conceptos existentes sobre la competitividad, si acaso fuera demasiado, pues no es posible formular un inventario mínimamente sa-tisfactorio en pocas páginas. En tal caso no se recrea la totalidad del fenómeno que aquí se intenta expresar, pero sí se consideran las dos tendencias mencionadas sobre el concepto de competitividad con sus elementos clave.

Lo dicho parece poco transparente, quizá dice nada preciso porque podrían ca-ber preguntas como ¿por qué se exponen unas teorías y conceptos y otros no? o bien ¿qué criterios existen para la exposición que aquí se utiliza? o ¿cómo se eligieron las teorías entre todas las disponibles? y otras tantas cuestiones. Desde luego, para responderlas se podrían considerar las creencias más significativas, aquellas que ca-racterizan bien a las teorías y categorías con sus variables pertinentes o los fenóme-nos económicos fundamentales. Estas podrían ser algunas respuestas, pero este tra-bajo es parecido a una intrusión lamentable en la subjetividad de la autora. Según su escala de valores, todas las elecciones particulares realizadas están afectadas por un vicio fundamental: abren la puerta a lo arbitrario, a la incertidumbre y al error. Sien-do así, no existe un camino real hacia una exposición perfecta de todas las teorías y menos de todas las categorías y conceptos. Así pues, el sendero transita aquí por la historia económica o bien por la evolución del concepto de competitividad con al-gunos elementos del contexto económico.

Para comenzar con el contexto se puede considerar a la globalización económi-ca. Existen cinco particularidades de este proceso que actúan en el desempeño com-

c A p í t u l o 2

Recuento de los conceptos sobre competitividadMARíA de lA luz MARtíN [email protected] Facultad de Economía “Vasco de Quiroga”, UMSNH

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RECUENTo DE LoS CoNCEPToS SoBRE CoMPETITIVIDAD

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petitivo de los países y de las empresas que concurren en el mercado mundial: i) apertura del mercado y barreras arancelarias y no arancelarias; ii) normas de asegu-ramiento de calidad; iii) presencia de las firmas transnacionales y sus condiciones de localización; iv) innovación y tecnología o globalización tecnológica; y, v) redes productivas, cadenas de valor y subcontratos.

Esas cinco características son invariables para cualquier nación, sector o firma porque su desempeño se basa en las ventajas competitivas que obedecen a factores como la organización eficiente de redes productivas, procesos de innovación tec-nológica, además de estrategias adecuadas de distribución. Precisamente, las ven-tajas competitivas son elementos constitutivos de la globalización, y son constituti-vos porque aunque son los mismos desde hace algunos siglos de historia económica han evolucionado y adquirido una pluralidad de significados.

Por supuesto que en el curso de varios siglos ha cambiado la forma de concebir la competitividad; su misma autenticidad muestra que la experiencia que la justifi-ca, la trasciende. En la teoría económica tradicional se estableció que la riqueza de un país provenía de la dotación de factores, ventajas absolutas y/o comparativas;1 mientras que en la teoría moderna la riqueza nacional es producto de las ventajas competitivas. Con respecto a la primera, los conceptos de ventaja absoluta o compa-rativa se sitúan entre las nociones más antiguas y fundamentales de la ciencia eco-nómica a partir de los trabajos de Adam Smith en el siglo XVIII y de David Ricardo a principios del siglo XIX. En la teoría de las ventajas absolutas Smith argumen-tó que la ventaja en el comercio surgía por la división del trabajo de tal manera que cada trabajador se especializa en la tarea que mejor supiera hacer. Además, extendió la idea de la división del trabajo al ámbito internacional con la teoría de las ventajas absolutas, según la cual si un país podía ofrecer un bien más barato de lo que podía hacerlo otro, ambos se beneficiarían del comercio si cada uno adquiriera el bien pro-ducido por el otro. La ventaja radica en el hecho de que las mercancías debían estar fabricadas con algún componente de la propia industria (Smith, 1977). Con éste ar-gumento el autor trató de demostrar que las ventajas derivadas de la especialización productiva y de la división del trabajo en el comercio internacional eran una conse-cuencia de las diferencias absolutas de costos entre países.

Por su parte, David Ricardo (1971) amplió la teoría smithiana para explicar que el comercio tendría lugar incluso si un país poseía ventajas absolutas en más de un bien. Con este nuevo argumento, que ponía más atención en las ventajas comparati-vas, se consideraba que en el comercio internacional un país se especializaría en la producción de aquel bien donde tenía la mayor ventaja absoluta. En consecuencia, Ricardo consideró que el comercio está determinado por la utilización de los facto-res de producción, además, los precios se determinan por la productividad relativa

1 Las ventajas absolutas y comparativas aluden a la importancia del comercio internacional en el creci-miento y desarrollo económico. Para ese propósito existen varias explicaciones: desde la época del mer-cantilismo se señalaba que en el comercio internacional no todos los países resultaban ganadores, pues-to que un superávit comercial para una nación se convertía en un déficit para otra. En contraste, la teoría posterior al mercantilismo que surgió en el siglo XVIII con Adam Smith consideró al comercio como un juego en donde no existían perdedores si los países se especializaban en producir aquello que hacían me-jor o más barato. Este marco teórico fue ampliado por Ricardo (1971) al plantear la posibilidad de obte-ner una ventaja comparativa en aquellos productos que al país le resultara comparativamente más bené-fico producir para vender a sus socios comerciales, aunque no disfrutase de ventajas absolutas.

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MARÍA DE LA LUZ MARTÍN CARBAJAL

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y no por la demanda, como lo señalaba Smith. Luego del predominio de esas ideas, desde principios del siglo XX surgieron

varias teorías: primero, la dotación de factores, como una respuesta a los enfoques anteriores que no exponían las diferencias en los niveles de productividad entre paí-ses. Al respecto Heckesher y Ohlin (1919, 1933) postularon que cada país exporta el bien en el que utiliza intensamente el factor más abundante, en consecuencia la ven-taja comparativa de un país dependerá de que exporte aquel bien cuya producción es intensa en el factor con el que está relativamente bien dotado y por el que asume un menor coste. Por lo tanto, las diferencias en las dotaciones de factores entre va-rios países explican las divergencias en los costes de esos factores, de lo cual resul-tan las diferentes ventajas comparativas.

Posteriormente se estableció que la riqueza nacional surge por las elecciones estratégicas o ventajas competitivas. Entre las teorías que sobresalen en ese senti-do se encuentra el diamante de la ventaja nacional (Porter, 1991); el modelo de los nueve factores (Cho, 1994); y, el esquema del doble diamante generalizado (Moon, Rugman y Verbeke, 1995). El diamante de la ventaja nacional se basa en el análi-sis de las características del entorno de una país y con él Porter trató de responder a dos cuestiones principales: primero, ¿por qué ciertas empresas ubicadas en determi-nados países eran capaces de innovar y otras no? y, segundo, ¿por qué las empresas de estas naciones persiguen mejoras al buscar nuevas fuentes cada vez más perfec-cionadas de ventajas competitivas? con lo que superan las barreras que se oponen al cambio y a la innovación. En el contexto del diamante la respuesta a estas pregun-tas se halla en cuatro grupos de variables que interactúan entre sí e influyen en las habilidades de las empresas para establecer y mantener la ventaja competitiva en los mercados internacionales: condiciones de los factores, condiciones de la demanda, sectores afines y auxiliares, estrategia, estructura y rivalidad en las empresas. Exis-ten otros dos elementos, el azar y el gobierno, que junto con los anteriores forman el diamante de la ventaja competitiva nacional.2

Por su parte, Cho (1994) formuló el esquema teórico de nueve factores como una extensión del expuesto por Michael Porter. Dividió los factores en humanos -trabajadores, políticos, empresarios y profesionales- y físicos -recursos heredados, demanda local, industrias relacionadas y afines y otros entornos empresariales-, e incluye el concepto de oportunidad como un elemento endógeno a su esquema, ade-más, en su noción de competitividad señala que el éxito de una nación depende de la posición competitiva relativa entre países similares, y no en todos los países del mundo, en una etapa determinada de desarrollo económico. Así, la competitividad internacional de una industria nacional puede definirse por su posición de mercado cuando se compara con la de sus competidores -que puede ser superior debido a los beneficios obtenidos y a un crecimiento constante. Por ejemplo, un país no puede ser competitivo en el ámbito internacional simplemente porque tiene una o dos in-dustrias exitosas, sino que debe existir una multitud de sectores muy competitivos; tampoco puede ser considerado competitivo a escala internacional si sus industrias son fuertes debido sólo a algunos determinantes externos. Por consiguiente, una na-

2 Brouthers y Brouthers (1997) hacen hincapié en el hecho de que el modelo de Porter basado en los seis determinantes, ya sea que operen de forma individual o colectiva, crean el entorno nacional propicio para que las empresas e industrias nazcan y aprendan a competir.

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RECUENTo DE LoS CoNCEPToS SoBRE CoMPETITIVIDAD

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ción es mundialmente competitiva cuando tiene muchas industrias con ventajas ba-sadas en fuentes de competitividad locales comunes.

De acuerdo con lo anterior la diferencia entre este modelo y el diamante de Por-ter se encuentra tanto en la división de factores como en la adición de otros nue-vos, es decir, Porter incluye a los recursos naturales y al trabajo cuando establece las condiciones de factores, pero el modelo de nueve factores engloba los recursos naturales dentro de los recursos heredados, mientras que el trabajo se inserta en la categoría de trabajadores.

Con respecto al doble diamante generalizado se considera que la competitivi-dad de una nación depende en parte de las condiciones locales (lo que se denomina diamante local), pero también de los sucesos externos (llamado diamante extranje-ro) con el que se relacionan las empresas (Moon, Rugman y Verbeke, 1995). Este modelo trata de resolver algunas debilidades del diamante de Porter al incorporar las actividades de las empresas multinacionales y del Gobierno dentro del análisis del modelo, de tal manera que no los considera como parámetros externos al mis-mo. Para estos autores el valor agregado sostenible de un país resulta tanto de las empresas locales como de las extranjeras, y así las actividades de estas firmas son importantes para la competitividad de una nación o región, pues influyen en todos los determinantes de ambos diamantes. Así, la actividad multinacional constituye la diferencia más importante entre ambos modelos.

A partir de esas consideraciones valga destacar dos particularidades metodo-lógicas entre el diamante de Porter y el doble diamante generalizado: para éste el valor agregado sostenible en determinado país podría surgir tanto de las empresas locales como las extranjeras; Porter, en cambio, no incorpora las actividades ex-tranjeras en su modelo, aunque hace una distinción entre el alcance geográfico de la competencia y el lugar geográfico de la ventaja competitiva (Porter y Amstrong, 1992). Segundo, la sostenibilidad podría requerir una configuración geográfica que se extendiera a muchos países, donde una empresa específica y las ventajas de loca-lización presentes en varias naciones podrían complementarse mutuamente. En ese sentido, Porter (1986, 1991) argumenta que una estrategia global efectiva reside en la concentración de tantas actividades como sea posible en un país y servir al mun-do desde su base local; aunque la empresa global de Porter funcionaría sólo como un exportador, por lo que su metodología no tiene en cuenta las complejidades or-ganizativas de las operaciones realmente globales realizadas por las empresas mul-tinacionales (Moon, 1995).

Apenas anunciadas estas definiciones nótese que con el paso del tiempo las no-ciones de competitividad económica se han modificado o complementado de acuer-do con el entorno político, económico, histórico o cultural, aunque ninguno de los cambios han alterado, en su esencia, el arquetipo creado en el siglo XVIII. En efec-to, hay determinados rasgos distintivos de la competitividad que están presentes en la literatura sobre el tema y que son la base de las diferentes ideas que se tienen sobre dicho concepto. Algunas ideas y convenciones han sufrido modificaciones, aparen-temente, como la recién mencionada ventaja absoluta de Smith o la ventaja compe-titiva de Porter, pero han surgido otros conceptos que se refieren a sistemas tecno-económicos, sociopolíticos, culturales y sistémicos que nutren sus explicaciones con variables como tecnología, relaciones de poder o institucionalismo. El resto perma-

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nece constante, sobre todo el conjunto de objetivos que pueden distinguir a la com-petitividad: crear riqueza y lograr el desarrollo económico en una nación, región o empresa; en otras palabras, la competitividad significa contender en actividades que llevan al incremento del ingreso de un país en el largo plazo (Lall, 2001).

Cuando se analiza este concepto desde perspectivas diferentes a la económica lo importante es la continuidad tanto de la idea de la competitividad como de sus cambios y variaciones. Sin duda, una de las características que definen a la literatu-ra moderna es la crítica sobre los elementos que estimulan la competitividad en di-ferentes ámbitos, desde el nacional o macroeconómico hasta el empresarial o mi-croeconómico y entre ellos existen múltiples espacios como el local, sectorial y el regional. Por otro lado, aunque el factor común de todos esos análisis es la globali-zación, también existen otros elementos de carácter general que subyacen en el pro-ceso competitivo: los ciclos económicos y de innovación, los paradigmas tecnoeco-nómicos y las trayectorias tecnológicas, los sistemas de innovación y la formación de capacidades tecnológicas de las empresas, principalmente.

Por cierto, para dar otra respuesta a las preguntas planteadas al principio, sería ardua la tarea de indagar sobre la continuidad o discontinuidad de la gran mayoría de los conceptos sobre competitividad desde diferentes esquemas analíticos y las formas en que se manifiestan, por lo que la intención aquí es analizar dos tendencias principales de la noción de competitividad: una se refiere a las definiciones que pro-vienen del ámbito de la economía y las discusiones sobre el nivel en el que debe de-finirse ya sea nacional, sectorial o empresarial. La otra considera las vertientes que definen a la competitividad desde la perspectiva sociocultural, es decir, la que encie-rra aspectos tecnoeconómicos, sociopolíticos, culturales y sistémicos.

Para satisfacer ese objetivo este capítulo se divide en cuatro partes. En la pri-mera se hace referencia al contexto de la competitividad. Es importante esta sección ya que en ella se establecen las premisas o señales que permiten comenzar a expli-car qué es la competitividad. En la segunda sección se explican las acepciones de la competitividad desde el ámbito de la economía. Esta parte es pertinente porque se trata de abordar y diferenciar tres esferas de la competitividad: la empresarial, la re-gional y la nacional –en particular en el caso de la competitividad de un país se ex-ponen algunos de los principales indicadores y sus respectivos índices. Después de establecer las diferencias en los postulados de la competitividad económica, ense-guida, en la tercera parte, se expone brevemente la discusión de la competitividad desde el punto de vista sociocultural.

Para terminar, en la cuarta sección, ideas clave y perspectivas, se resumen los principales conceptos sobre competitividad y se discute brevemente el papel del concepto de competitividad a la luz de las nuevas acepciones para explicarla.

1. contexto de La coMpetItIvIdad

La literatura contemporánea aborda ampliamente los elementos que estimulan la competitividad en los ámbitos empresarial, sectorial, regional o nacional (Porter, 1991; Krugman, 1994; Bradford, 1999; Dahlman, 1999; Villarreal y Villarreal, 2001; Pérez, 2001; Katz y Stumpo, 2001; Stiglitz, 2002, entre otros). Aunque el de-nominador común en esos análisis es la globalización, hay también otros elementos

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conceptuales que explican el proceso competitivo como son los ciclos económicos, el ciclo de las innovaciones tecnológicas, los paradigmas tecno-económicos y las trayectorias tecnológicas, el sistema nacional de innovación y la formación de ca-pacidades tecnológicas que tienen una relación directa con la importancia de la in-novación tecnológica (Pérez, 2001; Cimoli, 2000; Metcalfe, 1997; Borrus y Stows-ky, 1998; Abramovitz, 1989; Gregersen y Johnson, 1998; Nelson, 1990; Kim, 1993, 1995, 1997, 1999; Vernon, 1966, 1979).

Los conceptos anteriores son algunas de las tendencias que contribuyen a ex-plicar la competitividad. El desarrollo de éste concepto está inserto en la globaliza-ción que bien se podría considerar un lugar común; enseguida, otro elemento argu-mentativo para explicar la competitividad son los ciclos económicos –fluctuaciones de las principales variables económicas que sugieren la marcha de una economía-, pero también el surgimiento de las innovaciones tecnológicas. Por último dos facto-res adicionales que están incluidos en la explicación son los sistemas nacionales de innovación y la formación de capacidades tecnológicas. En consecuencia, estas des-cripciones son sólo el primer paso para explicar lo que significa la competitividad, ya que es necesario hablar de algunos principios generales comunes a muchas de las definiciones sobre el tema y que permitan averiguar las conexiones entre un número determinado de fenómenos. Sin embargo, estos principios no constituyen una teo-ría completa porque gran parte de lo que comúnmente se aprecia y considera impor-tante habrá de quedar fuera del alcance de este trabajo. Las nociones anteriores sólo sirven entonces para que en las siguientes secciones se estudien las diferentes acep-ciones de la competitividad, primero, en el marco de análisis de la teoría económica y después de acuerdo con los enfoques sociocultural y sistémico.

2. áMbItos y dIMensIones de La coMpetItIvIdad: acepcIones de La coMpetItIvIdad desde La econoMía

Las primeras consideraciones que se deben hacer al hablar de la competitividad des-de la perspectiva de la economía es, por una parte, distinguirla de lo que significa competencia. Por otra parte, es necesario interpretarla desde los diferentes ámbitos en que se sitúan las definiciones ya sea empresarial, regional o nacional.

Pues bien, la competencia es parte de la lucha económica y de la capacidad de los individuos para enfrentarla y desemboca en la rivalidad entre grupos de agen-tes en el mercado. Esto significa que la principal característica de la competencia es el conflicto de intereses entre entidades económicas expresado en el deseo de unas por ser más exitosas que otras y, en términos generales, la competitividad es un con-junto de habilidades requeridas para el ejercicio de la competencia, con lo cual ésta sería el resultado de la competitividad y estaría incluida en ella (Muller, 1995), en otras palabras, la competitividad es la capacidad de las organizaciones para coexis-tir bajo condiciones de conflicto de intereses (Reiljan, Hinrikus e Ivanov, 2000);3

3 Estos autores se refieren a tres habilidades para coexistir en una ambiente de competencia: capacida-des de sobrevivencia, aquéllas que sirven para adaptarse pasivamente al ambiente competitivo sin cam-biar significativamente o desarrollarse por sí mismo; capacidades de desarrollo, se refiere a la expe-riencia para responder activamente a los cambios en el ambiente competitivo y, por ello, mejorar las cualidades propias y realizar las actividades de manera más eficiente; y capacidades superiores, el ni-

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o bien la competitividad es también un instrumento para lograr la competencia im-perfecta (Reinert, 1994).4

Aunque la afirmación anterior parece diferente en realidad no lo es en el senti-do de la lógica contemporánea para la utilización del término competitividad por-que, por ejemplo, la búsqueda de actividades de competencia imperfecta, presente sólo en algunas actividades económicas, incrementa el nivel de vida de una nación de manera colusiva o mediante acuerdos entre varios agentes y no sólo a través de la reducción de precios. Por lo tanto, en un mundo donde las actividades económi-cas son cualitativamente diferentes, la competitividad es más bien un proceso con el cual se crean las condiciones para que ocurra la competencia.5 Así que se considera que la utilización correcta del término competitividad describe entonces una carac-terística importante del mundo económico: la distribución de la riqueza tanto a ni-vel global como nacional (Reinert, 1994).

Ahora bien, una explicación alternativa a la orientación neoclásica es la eco-nomía schumpeteriana (o evolucionista). Al esquema construido por el paradigma neoclásico que ve el desarrollo económico como la consecuencia de las ventajas de algunas actividades económicas sobre otras, se contrapone la idea de que el desarro-llo económico surge al hacer que algunas actividades económicas sean más atracti-vas, lo que provoca una competencia imperfecta.

En otras palabras, la destrucción creativa de Schumpeter (1954) estimula el crecimiento donde las empresas se dedican a unas cuantas actividades. Lo anterior llevaría a pensar entonces en la creación histórica de las ventajas competitivas en contraposición con las comparativas, lo cual significa que la percepción actual del concepto de desarrollo nacional es diferente a la idea predominante hace varios si-glos. Al parecer el crecimiento económico era una consecuencia de realizar una ac-tividad específica en un ambiente menos complejo en comparación con el que hoy existe, es decir, sin todo el conjunto de nuevos productos y nuevas tecnologías. De acuerdo con esa idea parecería natural pensar, por ejemplo, que si los zapateros tie-nen más ingresos por su trabajo en comparación con quienes cosechan maíz, una nación de zapateros tendría más ingresos que una de cosechadores de maíz. Así, el incremento de la riqueza nacional –o competitividad- estaría vinculado a lo que se consideraban buenas actividades, mientras las exportaciones de ciertos bienes fue-ron calificadas como buen comercio. Sobresale entonces que el componente más importante para el desarrollo de un país es la creación de ventajas competitivas. Con

vel más alto de la competitividad que se refiere a la habilidad para influir en el ambiente competitivo a través de la eficiencia en la organización, el rápido desarrollo o el mejoramiento de cualidades con res-pecto a los competidores. 4 La competencia imperfecta es un efecto de la capacidad de los empresarios para influir en el precio de mercado de su producto –debido, por ejemplo, al desabasto, además, pueden lograrla por su capacidad innovadora para contar con la mejor oferta. Algunos casos de competencia imperfecta son el oligopolio, la competencia monopolística, el duopolio, monopolio o colusión.5 En ese sentido los países crecen con estrategias específicas que consisten en elegir y proteger a las ac-tividades económicas que originan competencia imperfecta, pues éstas producen la riqueza que se derra-ma al resto de la nación, es decir, ellas determinan el poder productivo nacional, la capacidad productiva o la competitividad. Así, el supuesto implícito o explícito en el pensamiento económico ha sido que si un país se ocupa en actividades que experimentan cambio técnico, las innovaciones tecnológicas no se di-fundirán a todos los países en el extranjero, pues muchos de los beneficios se mantendrán en las naciones productoras como beneficios y altos salarios reales que originan un nivel de vida alto.

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esa orientación, List (1997), señaló que una estrategia de desarrollo era vender bie-nes manufacturados y comprar materias primas de manera tal que este principio fue durante un lapso considerable el sustituto de todas las teorías, además de estar a fa-vor del libre comercio, ese autor sugería forjar un poder productivo nacional al in-sistir en la importancia de la creación de infraestructura como la construcción de fe-rrocarriles, por ejemplo.6

En resumen, según la teoría económica la competitividad es el resultado de un proceso de competencia imperfecta y producto de los esfuerzos de múltiples agen-tes para crear de manera conjunta determinadas condiciones para el crecimiento o generación de ventajas competitivas. A partir de esta definición genérica se despren-den otras nociones de competitividad que se relacionan con los ámbitos de la em-presa, de las regiones y de las naciones que en las siguientes tres secciones se abor-darán por separado.

2.1 Competitividad desde la empresa

En el ámbito microeconómico una definición común de la competitividad es la que se refiere a la capacidad de una empresa para competir, crecer y ser rentable en el mercado (Teece y Pisano, 1994; Lall, 2001); aunque esa definición no explica de donde provienen dichas capacidades o habilidades. En ese sentido, se ha señala-do que las capacidades de una empresa son un conjunto de habilidades tecnológi-cas diferenciales, activos complementarios y rutinas organizacionales que integran la base de las capacidades competitivas de la firma en un negocio particular, es de-cir, las capacidades son las habilidades dinámicas de la empresa para resolver pro-blemas técnicos y organizacionales (Prahalad y Hammel, 1990; Teece y Pisano, 1994; Teece, 1998).

Las habilidades dinámicas, tal y como fueron definidas por Teece y Pisano (1994), están formadas por las dimensiones económica, organizacional y tecnológi-ca. Las dos primeras, son las habilidades de la firma que implican decidir qué pro-ducir y a qué precio; determinar si conviene fabricar o comprar los insumos para los nuevos bienes y resolver cómo diseñar una estructura organizacional que permi-ta el desempeño eficiente para llevar a cabo la producción. Por su parte, la dimen-sión tecnológica incluye la destreza de la firma para diseñar, desarrollar nuevos pro-cesos y productos novedosos, además, aprovechar las instalaciones productivas de la mejor manera posible, aun las habilidades para aprender. De ésta forma las com-petencias o capacidades clave están constituidas por el aprendizaje colectivo de la

6 En este sentido en la historia económica se puede acudir a muchas referencias: las ventajas competiti-vas de Inglaterra radicaron en el fomento a la fabricación de bienes, no en la producción de materias pri-mas como muestra la revolución industrial. En Inglaterra surgieron nuevas industrias durante el periodo de transición artesanal al manufacturero. Por ejemplo, en la industria textil los productos fueron mecani-zados de tal forma que aparecieron bienes diferenciados y de esta forma el país tenía una mayor ventaja pues su proceso de aprendizaje sobre dicha industria no podía ser alcanzado por sus competidores quie-nes entraron más tarde a dicha industria. En consecuencia, el país alcanzó economías de escala y prote-gió a la industria al erigir barreras a la entrada de competidores extranjeros. Los estadounidenses, por su parte, establecieron protecciones para aislarse del comercio con Europa durante el bloqueo en la guerra de 1812 lo que estimuló la actividad manufacturera y, por añadidura, una masa crítica de presión políti-ca en favor de la implementación de tarifas arancelarias; o los cameralistas en Alemania que favorecie-ron la protección de la manufactura.

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organización especializado en coordinar diversas habilidades productivas, integrar diversas tecnologías o proporcionar servicios (Prahalad y Hamel, 1990). En otras palabras, las competencias clave de la firma se materializan en las habilidades y los conocimientos de las personas para fabricar productos clave o proporcionar servi-cios competitivos de acuerdo con la actividad específica de cada empresa. 7

En ese sentido, el conocimiento materializado en las competencias clave tiene una dimensión informal, no codificada o tácita, de tal manera que la imitación por parte de los competidores es difícil, pero no imposible (Dosi, et al., 1988). Es más, la dificultad para imitar o replicar las competencias clave/capacidades clave debe ser considerada en sí misma una capacidad distintiva de una firma y su característi-ca es que no existe un mercado formalizado para ellas. Se trata entonces de un ac-tivo que debe ser construido por la empresa dado que no se puede comprar o ven-der en el mercado.

Por otra parte, las capacidades dinámicas son una particularidad de las compe-tencias clave/capacidades clave que permiten a la empresa crear nuevos productos y procesos y responder a la dinámica del mercado. De esta forma, la ventaja compe-titiva de las empresas radica precisamente en las dificultades que enfrentan las fir-mas competidoras para copiar y reproducir las capacidades de la que es líder en el mercado.8

La afirmación anterior se demuestra con dos breves ejemplos. Besanko, et al (2000) señalan el caso de Henderson y Cockbur quienes trataron de medir los recur-sos y capacidades asociados con las investigaciones sobre nuevas drogas de las diez empresas más grandes del mundo en la industria farmacéutica. Señalan que el des-cubrimiento de nuevos medicamentos no es sólo una habilidad de las empresas para competir efectivamente en su área de mercado, sino que existen tres factores adicio-nales que influyen en la competitividad del sector farmacéutico: la composición del portafolio de investigación;9 el know-how específico de la empresa con respecto a

7 Desde esta perspectiva también es importante que los miembros de la empresa sepan identificar, culti-var y explotar las competencias clave de la firma y conseguir que las habilidades tecnológicas y geren-ciales se adapten rápidamente a las oportunidades que les ofrece el mercado. Cohen y Levinthal (1990) señalan que la habilidad de las empresas para captar la nueva información que proviene del exterior y sus aptitudes para asimilar y aplicar dicha información para fines comerciales es un elemento crítico que estimula la capacidad de innovación de las firmas.8 Este es el núcleo de la competitividad de una empresa, pues el conocimiento productivo no se puede materializar únicamente al momento de transmitir información; pero en el caso de que el conocimiento interno más importante para la firma se pueda codificar y entender, el problema de reproducir el conoci-miento se convertiría en un simple problema de transmisión de información. En efecto, copiar y trans-mitir conocimientos es imposible en ausencia de transferencia de personas.9 La composición del portafolio es importante porque facilita el registro como patente de los descubri-mientos en algunas áreas en comparación con otras. Por ejemplo, en los últimos 20 años, las inversio-nes en los hallazgos para medicamentos cardiovasculares han sido más productivas que las investiga-ciones sobre el cáncer.

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los aspectos científico y médico;10 y, las capacidades distintivas de la firma.11 Otra muestra de la competitividad de las firmas es el caso de Cementos Mexi-

canos (CEMEX) empresa cuyo producto es muy costoso transportar. La mayoría de las plantas se localizan en México aunque la firma posee algunas instalaciones pro-ductivas en otros países. En la lista de las 100 empresas mejor administradas de la Industry Week’s, CEMEX fue clasificada como la segunda en margen de ganancias y ocupa este lugar mundial debido a las estrategias implementadas: crear valor en nichos de mercado al producir cemento a bajo costo en las naciones en desarrollo donde las oportunidades para crear ese valor son muy altas, además, evitar el ries-go inherente de hacer negocios en mercados pequeños y volátiles. De ésta forma, CEMEX aprovechó las ventajas de las economías de escala y el uso de las tecnolo-gías de la información, pues vende el cemento que fabrica en sus hornos ubicados en toda América Central, con lo que cubre varios mercados porque tiene plantas en varios países de esa región y, además, aprovecha las ventajas que le proveen las nu-merosas innovaciones tecnológicas en la producción de cemento como lo son los sistemas de transporte que minimizan la carga y descarga del material, y una chime-nea especial que reduce los costos de la energía.

Las consideraciones anteriores sobre la competitividad de las empresas en el sentido de que está constituida por las habilidades dinámicas o competencias clave de la empresa se complementan con el significado que le confiere Raimond (1993) al concepto, pues la competitividad es, además de una actitud para competir, una capacidad para hacer frente a la competencia y a las acciones que realizan las de-más empresas que intervienen en la lucha por conseguir o reafirmar posiciones en los diferentes mercados. Capacidad que se lleva a cabo en cuatro niveles interde-pendientes de decisión: i) competitividad generada por cada empresa; ii) la que es auspiciada por el gobierno; iii) la que se dirige a los sectores económicos; y, iv) la competitividad negociada internacionalmente.12

De lo expuesto anteriormente aunque existe consenso en el significado de la competitividad a nivel de la empresa, este no es un concepto absoluto ya que no todas las empresas pueden ser igualmente competitivas en los mercados mundia-

10 Además del know-how específico de las firmas como un factor muy importante ya que las nuevas in-vestigaciones requieren de científicos altamente especializados en disciplinas tales como la biología, la bioquímica y la psicología, hay dos capacidades especialmente significativas en las investigaciones so-bre medicamentos: la habilidad de la empresa para fomentar y mantener un flujo constante de conoci-mientos científicos que provienen de fuentes externas a las empresas; y, la segunda es la capacidad de mantener un flujo de información constante a través de todos los departamentos de la empresa, pues los nuevos descubrimientos en el sector requieren de este tipo de integración. Por ejemplo, el desarrollo co-mercial de la droga que inhibe la síntesis del colesterol en el hígado (HMG CoA) fue producto del tra-bajo conjunto de tres áreas: farmacología, psicología y bioestadística.11 Las diferentes capacidades de la empresa explican en gran medida su productividad en cuanto a la in-vestigación se refiere. Por ejemplo, una empresa que premia las investigaciones publicadas es 40% más productiva que una que no lo hace; o una firma que organiza equipos de investigación interdisciplinarios es más productiva que una que no lo hace.12 En el primer nivel de decisión la firma debe buscar formas más adecuadas para elevar su productivi-dad y su relación con el mercado; mientras en el segundo se refiere a las acciones del gobierno para fa-vorecer la competitividad de las empresas que conforman los sectores industriales. El tercer nivel de de-cisión, competitividad por sectores, significa que en el área en la que compite la empresa debe integrar a la mayoría de las firmas en la búsqueda de soluciones a problemas comunes. Finalmente, la competiti-vidad negociada internacionalmente es la que resulta de las transacciones por medio de tratados y acuer-dos comerciales entre países.

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les.13 La idea implícita aquí es que un ambiente nacional altamente competitivo para un negocio en particular puede no serlo para otro. Es así como la competitivi-dad de la empresa surge, por supuesto, a nivel interno, pero también por las condi-ciones creadas en su entorno por la influencia de las empresas competidoras, el go-bierno y otros agentes.

2.2 Competitividad regional

El debate con respecto a la competitividad regional gira en torno a dos aspectos: pri-mero, la relación entre la competitividad de las firmas y su repercusión en la com-petitividad de los territorios relacionados con ellas, ya sea a través de su propiedad o su ubicación; segundo, el desarrollo de una empresa está determinado por las con-diciones prevalecientes en su entorno y una de las más importante es la proximi-dad geográfica (Castels y Hall, 1992; Charles y Benneworth, 1996; Malmberg, et al, 1996).14 En este caso el elemento regional de la competitividad tiene que ver con el hecho de que los factores que mejoran la calidad de vida de cierta zona -creación de centros de educación, políticas gubernamentales para atraer inversiones y construc-ción de carreteras, entre otros-, impulsan a ciertas compañías a concentrarse geográ-ficamente y estimulan la formación de clusters.

Un cluster es un grupo geográficamente denso de empresas e instituciones re-lacionadas que pertenecen a un campo económico concreto y están unidas por ras-gos comunes y complementarios entre sí (Porter, 1991) que por su dimensión geo-gráfica puede ser urbano, regional, nacional o incluso internacional. La presencia de los clusters significaría entonces que la ventaja competitiva se encuentra fuera de la empresa, incluso fuera del sector, es decir, que se halla en donde se localizan sus unidades de explotación o de producción. Por ésta razón, las firmas agrupadas en un cluster influyen en la competencia en tres aspectos clave: incrementan la producti-vidad de las empresas o sectores que los integran; aumentan su capacidad para in-novar y, con ello, su capacidad para aumentar la productividad, además, estimulan la creación de nuevas compañías, lo cual apoya la innovación y, por consiguiente, la expansión del cluster. Así que un cluster puede definirse como un sistema de em-presas e instituciones interconectadas cuyo efectos positivos sobre la competencia dependen, en cierta medida, de la existencia de relaciones y comunicaciones perso-nales e interacciones entre redes de personas e instituciones (Porter, 2003).

13 Sin embargo, algunos indicadores para evaluar el origen de las ventajas competitivas son, por ejem-plo, los métodos de producción y de organización (reflejados en el precio y en la calidad del producto fi-nal) con relación a los de sus rivales en un mercado específico; calidad y precio del bien o servicio igual que sus rivales en mercados competitivos; actualización de métodos de producción y organización; ca-pacitación de los trabajadores, especialmente en un entorno con una elevada rotación de personal; co-operación interempresa en actividades que puedan implicar retornos elevados (IyD); y, disponibilidad de crédito (Abdel y Romo, 1994).14 Para medir la competitividad regional y/o industrial se han tomado indicadores como el resultado de la competitividad de empresas individuales; la mayor productividad (costos menores en comparación con rivales internacionales en la misma actividad); productos con mayor valor agregado; nivel de atracción de un país con relación a otros para ubicar plantas en una determinada industria; participación de mer-cado o el índice de ventajas comparativas reveladas; concentración de mercado; diferenciación de pro-ductos; precios internacionales; política industrial; ambiente competitivo; economías de escala (fomen-tan la creación de infraestructura especializada como centros de investigación e instituciones educativas para formar cuadros técnicos.

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Las condiciones para el establecimiento de clusters son la interconexión y vin-culación de aspectos comunes y complementarios de grupos de compañías, pro-veedores, prestadores de servicios e instituciones relacionadas en una actividad in-dustrial particular y geográficamente cercanos. De ésta forma la proximidad física influye positivamente en la competitividad regional debido al incremento de la pro-ductividad de las empresas que integran el cluster ya sea por la reducción de los cos-tos de transacción y capital o por el incremento de la capacidad de innovación.15

Además, la creación de un cluster tiene dos efectos: la reducción de las barre-ras a la entrada y la difusión del conocimiento. Si se eliminan los obstáculos de en-trada a un cluster se impulsa la creación de nuevos negocios y, por lo tanto, se es-tablecen nuevas relaciones entre empresas proveedoras y usuarias. Con respecto al segundo efecto, la aglomeración geográfica reduce las barreras para la difusión del conocimiento y, por lo tanto, constituye un factor que permite crear redes formales e informales entre las personas en un lugar común. 16

Además del cluster existen otros sistemas industriales por lo que es necesario tra-zar las diferencias de la diversidad de sistemas industriales y sus formas tales como distritos industriales, distrito innovador,17 tecnopolos, aglomeraciones,18 contexto in-novador y regiones de aprendizaje, aunque aquí se hará referencia más bien a las si-militudes entre esos sistemas en cuanto las formas de innovación y aprendizaje.

Los distritos industriales son el resultado de sistemas de producción de pequeña escala y desarrollados bajo circunstancias socioculturales, cuyas fuerzas están con-troladas por convenios colectivos y modos de regulación principalmente locales.19 Son una forma de aglomeración particular caracterizada por relaciones interindus-triales estables en el tiempo, situadas en un lugar específico y que presentan varias características con respecto al tamaño de las empresas y las formas de innovación

15 Dentro del mismo cluster pueden existir más oportunidades de innovación, además de que se produ-ce un efecto de demostración y otras empresas adoptan las innovaciones. Al respecto se puede consultar también a Castels y Hall (1992) y Porter (2003).16 La aglomeración geográfica da origen a “economías externas tecnológicas y pecuniarias (Krugman, 1991), que fortalecen las ventajas competitivas de la industria. Las primeras involucran la derrama de conocimiento entre empresas lo cual contribuye a que se desarrollen capacidades tecnológicas, mientras que las economías externas pecuniarias significan la creación de un mercado especializado para la mano de obra especializada y para los proveedores.17 El enfoque del distrito innovador es compatible al de la empresa basada en recursos. Esta perspectiva ve a la firma como un conjunto de recursos y capacidades y puede ser posible aplicarlo a las aglomera-ciones. Mientras el de la empresa basada en recursos distingue entre recursos internos de la empresa y recursos disponibles en los mercados, en este caso las aglomeraciones entran en la tercera categoría de recursos que son internos a la aglomeración (sitio industrial, cluster espacial) pero externo a las empre-sas individuales (Enright, 2001; Maskell y Malmberg, 1995).18 Las aglomeraciones surgen debido a los vínculos locales ya sea para reducir costos o incrementar los ingresos (o ambos) de las empresas que toman parte en los intercambios; la presencia de una aglome-ración mejora el desempeño por la reducción del costo de las transacciones tanto para tangibles como intangibles, además, se atribuyen ventajas de la aglomeración por la minimización de la distancia en-tre una empresa y sus socios comerciales, así como a la rapidez con la que ocurren las comunicacio-nes entre proveedores y usuarios (Scott, 1983¸1988; Maskell y Malmberg, 1995; Morgan, 1995; Saxe-nian, 1994; Maillat, 1995).19 Al contrario de la creencia común Ottati (2002) señala que los distritos industriales no resultan de ma-nera espontánea del proceso de desarrollo económico, más bien la competitividad y dinámica de las em-presas en un distrito industrial dependen de la integración social, que usualmente son el resultado de una coordinación consciente entre las instituciones.

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y aprendizaje.20 En efecto, Carmagi (1991) y Becatini (1989) encuentran que en un distrito industrial las empresas son pequeñas, especializadas y arraigadas en un te-rritorio determinado; mientras que la innovación y el aprendizaje resultan de la co-operación con organizaciones internas y externas, la dependencia mutua y la con-fianza entre los actores locales. Pueden ser complejos industriales de empresas de alta tecnología construidos sobre la base de un medio innovador como los bien co-nocidos casos del Valle del Silicio en California y la Carretera 128 de Boston.

Por otra parte, el tecnopolo es un lugar propicio para las actividades de innova-ción industrial y la transferencia de tecnología en el cual se desarrollan oportunida-des de cooperación institucional entre universidad e industria. Tres elementos son centrales en el tecnopolo pues presentan un componente científico con la presencia dentro de ese espacio innovador de universidades y laboratorios de investigación cuyo objetivo es crear y difundir tecnología; adicionalmente tienen un componen-te productivo constituido por empresas intensivas en conocimiento capaces de pro-ducir y difundir conocimiento y tecnología; y, presentan un componente estructural que incluye servicios especializados y mecanismos de transferencia de tecnología a las empresas (Shearmur y Doloreux, 2000; Masey, 1992). Ejemplos de tecnopolos lo constituyen Sofía Antipolis en Francia y Cambridge en Inglaterra.21

En el contexto innovador el proceso de innovación y aprendizaje se localiza en la dimensión sociocultural y explota las ventajas competitivas locales. La noción de contexto innovador no se refiere solamente a una unidad geográfica sino más bien se considera como un complejo capaz de iniciar un proceso de sinergias basado en dos efectos: la proximidad y el efecto socialización que se refiere al aprendizaje co-lectivo, la cooperación y la formación de redes. También denominado ciudades de la ciencia, son complejos de investigación estrictamente científicos cuyo propósito es alcanzar un mayor nivel de excelencia científica mediante la sinergia que se su-pone generan en su aislado medio científico. Ejemplo de este tipo de contexto inno-vador son la ciudad siberiana de Akademgorodok o la ciudad de la ciencia multinu-clear desarrollada en Kansai, Japón.22

Asimismo se ha encontrado que las regiones de aprendizaje funcionan como un recolector y depositario de conocimientos e ideas, y proporciona un ambiente o

20 El concepto de distritos industriales se originó con el trabajo de Marshall quien identificó la forma en la cual las pequeñas empresas desarrollaron una ventaja competitiva sobre las grandes empresas. Mar-shall destacó dos explicaciones: i) las economías externas que se refieren a los beneficios resultantes de las economías de aglomeración; y ii) la concentración espacial y el ambiente industrial que favore-cía el proceso de aprendizaje y la adquisición de conocimientos (Marshall, 2000; Carmagi, 1991; Be-catini, 1989).21 El tecnopolo constituye la infraestructura propicia para las actividades de innovación industrial y la transferencia de tecnología en el cual se desarrollan oportunidades de cooperación institucional entre universidad e industria. Pueden estimular el crecimiento de actividades de alta tecnología y fomentar la transferencia de tecnología que lleva al desarrollo de nuevos procesos y producto rentables. La ubica-ción de las universidades y centros de investigación cerca de las empresas innovadoras es un elemento central del concepto de tecnopolo (Shearmur y Doloreux, 2000; Masey, 1992).22 El contexto innovador es un concepto basado en la idea de un proceso de innovación y aprendizaje localizado que explora la dimensión sociocultural de las ventajas competitivas locales. Así, las venta-jas sinérgicas están basada en dos conjuntos de efectos que operan simultáneamente en el contexto in-novador: los efectos de proximidad que se refieren a la reducción de los costos del contrato cara a cara; y el efecto socialización que se refiere al aprendizaje colectivo, la cooperación y la formación de redes (Maillat, 1991).

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RECUENTo DE LoS CoNCEPToS SoBRE CoMPETITIVIDAD

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infraestructura que facilita el flujo de conocimientos, ideas y aprendizaje (Florida, 2002; Maillat y Kebir, 1999; Putnam, 1993; Malmberg et al., 1996). Los elementos más importantes que definen a la región de aprendizaje son el conocimiento entre cliente y proveedor, relaciones interfirma y redes y un alto grado de rivalidad entre los actores. Es un ambiente propicio para la evolución de un lenguaje común, garan-tías sociales, normas, valores e instituciones, por ejemplo, capital social, lo cual se suma al proceso de aprendizaje acumulado porque se facilita la comunicación, par-ticularmente cuando es costoso y difícil codificar el conocimiento.23

Por otro lado, Malmberg y Maskell (2000) discuten la relación entre la aglomera-ción espacial de las empresas e industrias y el proceso de aprendizaje interactivo y ad-vierten que la concordancia entre ambos conceptos está basada en la noción de siste-ma industrial. Es decir, el sistema industrial reconstruye la idea de que las empresas se relacionan a través de un amplio rango de acciones recíprocas esenciales tanto para el desempeño de las empresas individuales como para todo el sistema. En ese sentido, aunque existen varias denominaciones de los sistemas industriales: redes industriales (Hakansson, 1989); complejos de producción (Scout y Storper, 1992); cadenas de va-lor; industrias relacionadas y de apoyo; clusters industriales (Porter, 1991); desarrollo de bloques (Dahmen, 1988); sistemas industriales (Saxenian, 1994); sistemas de inno-vación (Lundvall, 1992; Nelson, 1993); sistemas de negocios (Whitley, 1995); redes o filiares (Toledano, 1978), el factor común es considerar que las empresas individuales son partes enlazadas con un todo integrado, es decir con un sistema industrial.

Debido a esta variedad de percepciones no parece una tarea fácil entender cómo se estructuran y mantienen las relaciones en el sistema o de qué forma se delimita. Por esta razón Malmberg y Maskell (2000) proponen al menos tres formas de es-tudiar empíricamente los conceptos mencionados: integración vertical, integración horizontal y la dimensión territorial - institucional. La dimensión vertical se refiere a la aglomeración en donde se trata a las empresas horizontal y/o verticalmente in-tegradas y relacionados con sistemas industriales que están aglomerados en el espa-cio. También se enfoca a las relaciones entre las empresas en un sistema industrial local por medio del análisis del proceso de aprendizaje interactivo.

Un sistema industrial puede ser concebido como una secuencia de actividades o funciones combinadas para producir determinado producto -como bienes o ser-vicios o una mezcla de ambos (Malmberg y Maskell, 2000). De esta forma las fun-ciones individuales que se llevan a cabo en el sistema industrial son complementa-rias y coordinadas, ya sea a través de los mecanismos del mercado, procedimientos de control y planeación intrafirma o por medio de acuerdos entre los miembros de la red, algunas veces a través de un intermediario (Powell, 1990).

Así según las definiciones anteriores la competitividad regional depende del tipo de sistema industrial de que se trate.

23 Las regiones de aprendizaje funcionan como un recolector y depositario de conocimientos e ideas, y proporciona un ambiente o infraestructura que facilita el flujo de conocimientos, ideas y aprendizaje. Una región de aprendizaje se basa en la noción de proximidad y concentración espacial, que lleva al esta-blecimiento de redes y el aprendizaje interactivo entre empresas y organizaciones. Un espacio de innova-ción se convierte entonces en un espacio territorial para las empresas involucradas en la innovación y el proceso de aprendizaje. Además, es un ambiente de aprendizaje dentro del cual las empresas e institucio-nes pueden aprender por la interacción y llevar a cabo actividades colectivas que constituyen el aprendi-zaje organizacional (Florida, 2002; Maillat y Kebir, 1999; Putnam, 1993; Malmberg et al., 1996).

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MARÍA DE LA LUZ MARTÍN CARBAJAL

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2.3 Competitividad de un país

En el ámbito nacional es más difícil precisar una definición de competitividad en comparación con los conceptos al nivel de la empresa. Porter (1991) señala que no existe una definición aceptada de competitividad, aunque añade que el único con-cepto significativo de la competitividad a nivel nacional es el de la productividad.24 Además, el concepto de competitividad nacional está limitado a las actividades en donde ser competitivo en el sentido microeconómico simultáneamente incrementa el nivel de vida de una nación (Scout, 1985). Desde este punto de vista la competiti-vidad se alcanza solamente cuando se define la igualación de los precios de los fac-tores según la ley neoclásica; aunque es difícil ser competitivo si no se tienen altos niveles de productividad, no necesariamente es evidente que ser el productor más eficiente a nivel internacional haga a un país competitivo.25

Por otro lado, en la literatura especializada sobre la competitividad de un país a ni-vel internacional predomina el enfoque que la define de manera precisa y mide cuan-titativamente los componentes del proceso competitivo.26 En ese sentido, en el cuadro

24 A menudo se analiza la competitividad del sector manufacturero el uso de indicadores y relaciones téc-nicas que proporcionan elementos para comparar cuantitativamente el desempeño de varios sectores o unidades espaciales e introducen herramientas para una descripción cualitativa. Las relaciones técnicas más frecuentes son: base tecnológica (conjunto de principios científicos y tecnológicos incorporados a equipos productivos y procesos de producción; densidad de capital (relación capital-producto, que es el monto de capital fijo requerido por unidad de producto); cuota de plusvalía (relación entre el capital ex-cedente y el trabajo necesario); cuota de ganancia (relación entre el excedente y los factores de la pro-ducción utilizados); intensidad del capital (relación capital trabajo, que enfrenta a los factores básicos del proceso de producción) (Ortiz, 1994; Millán, 1999). Sobrino (2003), señala que de todas las relacio-nes posibles la más importante es la productividad, ya que es una relación cuantitativa entre el volumen producido y la cantidad de factores empleados.25 Una muestra de esa afirmación es el hecho de que los mejores productores pelotas de base ball a nivel mundial son los Haitianos quienes ganan 30 centavos en una hora de trabajo; pero, si bien las empresas estadounidense que producen esas pelotas en Haití son competitivas, la producción de pelotas no hace que la economía haitiana sea más competitiva a nivel mundial. Con este ejemplo se muestra que aunque una empresa sea competitiva no significa que todas sus actividades hagan que la nación en donde se ubi-ca sea más competitiva al incrementar sus ingresos. Es decir, los altos niveles de productividad de una firma no necesariamente conducen a la competitividad de una nación (Scout, 1985).26 El Foro Económico Mundial (WEF, 2003) y el Instituto de Desarrollo Administrativo (IMD, 2003) han elaborado sendos índices de competitividad cuyo objetivo común es clasificar a los países tomando

cuadro 1conceptuaLIzacIones de La coMpetItIvIdad con énFasIs

en La econoMía según autores y deFInIcIón

Autores Definición de competitividad

Feenestra (1989) Potencial de un país, un sector o una empresa de participar en el mercado externo

Helleiner (1989) Capacidad de una nación para lograr la competitividad mediante la exportación

Duren, Martin y Westgren (1992)

Capacidad sostenible de los sectores industriales de una nación para obtener ganancias y mantener la participación en el mercado

Durand y Giorno (1987) Capacidad de un país para mantener una posición competitiva relativa asociada con los costos y precios diferenciales al nivel internacional

Bradford (1999) Habilidad de un país, bajo condiciones de mercado abierto, para producir bienes y servicios que enfrenten las pruebas de la competencia externa al tiempo que mantiene y expande de manera simultánea el ingreso real

Fuente: elaboración propia.

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RECUENTo DE LoS CoNCEPToS SoBRE CoMPETITIVIDAD

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1 se exponen algunos razonamientos de la competitividad nacional cuyo factor común es la participación sostenida en el mercado externo a través de la exportación para ob-tener ganancias a través de costos y precios diferenciales internacionales.

Desde el ángulo de la economía, comprender la competitividad no significa reali-zar un examen sólo de los costos y precios diferenciales a nivel mundial y de la parti-cipación de un país en los mercados interno o externo, sino también el estudio de las tasas de cambio e interés, el poder de mercado y las dimensiones no precios como la información sobre los mercados, el diseño de los productos, el empaque, el control de calidad, la atención a clientes, la comercialización y la distribución, entre muchas otras variables.27 Por añadidura para definir la competitividad nacional hay quienes emplean el concepto según la definición de políticas nacionales, regionales y locales. Por ejemplo, la relación entre el ingreso nacional y el costo social marginal de un bien determinado que es exportable y sus externalidades negativas o positivas (Helleiner, 1989); o bien la relación de las consecuencias para el bienestar (Bannock, Baxter y Davis, 1987); incluso, las ventajas comparativas en la producción de un bien ocurren si el costo de oportunidad de producir ese bien en términos de otras mercancías es menor en ese país que en otros (Krugman y Obstfeld, 2000).28

Por otra parte, Abdel y Romo (2004) llaman la atención sobre la definición de Krugman y Obstfeld quienes señalan que las ventajas comparativas dependen de los costos de oportunidad de producir un bien, lo cual implica que las ventajas compa-rativas son impulsadas por las diferencias en los costos de los insumos ya sea mano de obra o capital. Pero, por otra parte, la ventaja competitiva es impulsada por las diferencias en la capacidad de transformar dichos insumos en bienes y servicios y obtener así la máxima utilidad (Kogut, 1985). No obstante, este concepto incluiría otros acervos tangibles e intangibles que son utilizados, por un lado, para producir tecnología y, por otro, crear habilidades administrativas que de manera conjunta in-fluyen para incrementar la eficiencia de las empresas en la utilización de los insu-mos y crear nuevos productos con procesos de producción más sofisticados.

En este sentido, Porter (2003) toma parte en la definición anterior al señalar que

en cuenta su clima empresarial, indicador que resumen un número importante de atributos. Para su ela-boración, en ambos índices se utilizan datos duros, además de encuestas de opinión que cuantifican los factores relacionados con la tecnología, infraestructura, calidad de las instituciones públicas y entorno macroeconómico, entre otros. 27 otro indicador de competitividad es el índice de calidad de las actividades económicas de las naciones desarrolladas que, de acuerdo con Reinert (1994), muestra la competitividad en el sector manufacturero. Este índice intenta medir de manera imperfecta cómo difieren las actividades económicas y resumir las consecuencias macroeconómicas de esas diferencias, al mismo tiempo, el índice destaca los factores y mecanismos que hacen que exista la competitividad; los factores que permiten que algunas naciones in-crementen más su nivel de vida en comparación con otros que operan bajo el sistema de libre mercado.28 Incluso Lall (2001) considera que el análisis competitivo requiere de hacer suposiciones sobre las capacidades del gobierno así como sobre la naturaleza de las fallas de mercado que repercuten sobre la ventaja comparativa dinámica. El valor del análisis depende de la validez teórica y empírica de estas su-posiciones. Si el análisis de competitividad es válido, entonces los índices de competitividad pueden re-sultar útiles para realizar un estudio comparativo del desempeño nacional. Los índices pueden auxiliar a quienes formulan políticas para evaluar las deficiencias de sus economías, en la misma forma que los es-tudios comparativos técnicos ayudan a las empresas a hacer una autoevaluación y ver cual es su desem-peño con respecto a sus rivales para implementar las estrategias pertinentes. Los índices pueden también ayudar a los inversionistas a asignar recursos entre países, a los investigadores para analizar temas im-portantes en términos comparativos, a los donadores e instituciones internacionales para evaluar el des-empeño económico, y a las industrias locales para compararse a sí mismas con sus competidores.

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las empresas de un país deben tener la capacidad para pasar de las ventajas compa-rativas –bajo costo de mano de obra o de recursos naturales- a las ventajas competi-tivas que surjan a partir de productos y procesos únicos. Ésta precisión del concep-to contiene la idea de que la fuente de competitividad se halla en la capacitación de los trabajadores y en la introducción y difusión de innovaciones tecnológicas para incrementar la productividad de los factores de producción. Es decir, las ventajas competitivas de un país no dependen en mayor medida de la mano de obra barata y relativamente poco capacitada.

Sin embargo, las ventajas competitivas y comparativas no están alejadas una de la otra, pues la primera se construye en cierta medida sobre los factores que deter-minan a la segunda. Un ejemplo de ésta dependencia recíproca es la innovación tec-nológica. El desarrollo de nuevas tecnologías o la adaptación de tecnología madura en los procesos de producción puede ser caro y riesgoso, más aun sin la presencia de organizaciones que cuenten con la experiencia necesaria para evaluar esas innova-ciones y financiarlas, las mejoras tecnológicas se traduce en elevados costos de ca-pital y en la ausencia de innovaciones tecnológicas en la industria. Así, además del capital, la falta de factores como precios bajos de los energéticos o del transporte puede constituir un obstáculo para el desarrollo de la ventaja competitiva.

Se mencionó que una de las definiciones de competitividad tiene que ver con la instrumentación de políticas y su evaluación. En ese sentido algunos de los prin-cipales instrumentos de medición se resumen en el cuadro 2, en donde se mues-tran cinco indicadores: i) balanza comercial relativa, mide la balanza comercial en-tre dos países respecto al mismo bien lo que permite establecer el grado de ventaja ó desventaja comparativa existente y comparar su evolución en el tiempo; ii) indi-cador de transabilidad, evalúa la relación entre la balanza comercial neta y el con-sumo aparente; iii) indicador de especialización internacional, establece la partici-pación de un país en el mercado mundial ó en un mercado específico, es decir, la vocación exportadora y su capacidad para crear ventajas permanentes; iv) el indi-cador del modo de inserción al mercado internacional, muestra la competitividad de un producto o cadena de producción medida por la variación de su presencia en un mercado; también permite determinar la adaptabilidad de los productos de ex-portación en los mercados en crecimiento la cual se puede observar a través de dos criterios: posicionamiento y eficiencia. Mientras el primero es el dinamismo relati-vo de un rubro en las importaciones de un país; la eficiencia es la participación re-lativa de las exportaciones de un país en un producto determinado.; y, v) el índice de desempeño exportador, que valora la competitividad de un país en los mercados internacionales.

Uno de los índices utilizados con más frecuencia en los análisis recientes so-bre la competitividad industrial es el de desempeño exportador con el cual se mide la competitividad en los mercados internacionales (Clavijo y Casar, 1994; Shwedel, 1994; Márquez Padilla, 1994; Máttar Márquez, 1994; Moreno Brid, 1994; Warman, 1994). Consiste en calcular cinco índices que describen el desempeño exportador en el mercado internacional -conformado por los países de la OCDE:

Cuota de mercado. El valor de las exportaciones del rubro i desde el país A 1. al mercado importador B, como un porcentaje del valor total de las impor-

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taciones del rubro i del mercado B. Porcentaje de Exportaciones. El valor de las exportaciones del rubro i des-2. de el país A hacia el país importador B, como un porcentaje del total de las exportaciones del país A al mercado B.Especialización. Compara la cuota de mercado de un país A para el rubro i 3. con la cuota de mercado total del país A. Si la participación de mercado del rubro es mayor que la participación de mercado total, se dice que el país A está especializado en el rubro i. Si es menor, se dice que el país A no está especializado en el rubro i.Porcentaje de Importaciones. El valor de las importaciones del rubro i en 4. el mercado importador expresado como un porcentaje del valor total de las importaciones del mercado importador B.Participación del rival. Compara la cuota de mercado del país A con la cuo-5. ta de mercado del país R.

A partir de esos índices se obtiene una matriz de posicionamiento de un país en los mercados mundiales según sean estrellas menguantes, estrellas nacientes, mer-cados en retirada y oportunidades perdidas. Por ejemplo, la clasificación de estre-llas nacientes muestra que las exportaciones de productos de un país originados en una rama ganan participación en mercados dinámicos; mientras que la estrella men-guante indica que los productos que tienen mercado en la rama crecen a un ritmo in-ferior al promedio, es decir, son poco dinámicos. La de oportunidades perdidas se-ñala que el país pierde participación en mercados en crecimiento relativamente alto, y que, por lo tanto, ofrecen oportunidades para la exportación. El último caso, en re-tirada, indica que la rama se ha contraído porque pierde participación en el mercado internacional y éste tiende a disminuir la participación de la misma en el flujo total de bienes y servicios intercambiados con países del exterior.

También la discusión sobre los determinantes del nivel nacional se centra en definir las principales variables para lograr las ventajas competitivas: la estabilidad macroeconómica, el buen gobierno y las oportunidades de inversión rentables son los mejores atributos nacionales para atraer la inversión extranjera (Siggel, 2003); la competitividad se define también según la temporalidad, es decir, a corto plazo se logra con el valor del tipo de cambio real. El costo de una tasa de cambio sobre-valuada lleva a la pérdida de participación en el mercado y el desempleo.Por otra parte, la competitividad a largo plazo debe elevar el nivel de vida de la población mediante el crecimiento de la productividad (Boltho, 1996). También Porter (1990) señaló que el incremento de la productividad es el principal determinante del nivel de vida de una nación porque la capacidad para mejorar el estándar de vida en un país dependen de la productividad con que se utilicen los recursos de una nación: trabajo y capital, aun el nivel de vida depende de la capacidad de las empresas para incrementar la productividad con el transcurso del tiempo.

Las consideraciones de Porter llevan a pensar que existen grandes diferencias no sólo en cuanto a los factores económicos sino también a los factores sociales, cul-turales, históricos e institucionales entre naciones, de tal manera que el éxito com-petitivo de un país es diferente con respecto a otro (cuadro 3). Por otra parte, para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) la

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MARÍA DE LA LUZ MARTÍN CARBAJAL

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cuadro 2IndIcadores para MedIr La coMpetItIvIdad según

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competitividad es un círculo virtuoso a través del cual pueden ingresar más empre-sas en el mercado internacional; círculo que implica que un país evolucione de las exportaciones primarias hacia productos con un mayor contenido tecnológico y va-lor agregado, lo que a su vez representa un mayor potencial para desarrollar las ca-pacidades tecnológicas de un país.

Fuente: elaboración propia.

cuadro 3coMpetItIvIdad en eL áMbIto nacIonaL según

autores y deFInIcIones

Autor Definiciones Siggel (2003)

La inversión extranjera es atraída por la estabilidad, el buen gobierno y las oportunidades de inversión rentables, factores que no son similares o idénticos a un fuerte desempeño en las exportaciones de una nación

Boltho (1996)

La competitividad a corto plazo es equiparable al valor de la tasa de cambio real; a largo plazo es una función del crecimiento de la productividad y tiene como objetivo elevar los niveles de vida de la población

Porter (1991)

La competitividad nacional depende de cuatro elementos: i) Condiciones de los factores que incluye factores de producción (mano de obra calificada, infraestructura, financiamiento) necesarios para competir en una industria determinada; ii) Condiciones de la demanda, se refiere a la naturaleza o grado de sofisticación de la demanda en el mercado doméstico para los bienes o servicios producidos por una industria determinada; iii) Industrias relacionadas y de apoyo, elemento relacionado con la presencia de proveedores y otras industrias relacionadas competitivas a nivel internacional; y, iv) Estructura y rivalidad de la industria, refleja las condiciones generales que rigen la competencia entre las empresas, la forma en cómo se crean, organizan y administran.

UNCTAD (2002)

La competitividad en las exportaciones comienza con un incremento en la participación del mercado e implica diversificar la canasta de exportaciones, sostener tasas más elevadas de crecimiento en las exportaciones a largo plazo, aumentar el contenido tecnológico y de habilidades en las actividades de exportación y ampliar la base de empresas locales capaces de competir internacionalmente, de tal forma que la competitividad se vuelva sustentable y se incrementen los ingresos

De acuerdo con lo que se ha expuesto en muchas definiciones recientes sobre la competitividad se enfatiza la capacidad de un país para crear un entorno que fa-vorezca el crecimiento sostenido de la productividad y, a su vez, ésta se traduzca en niveles de vida más elevados para la población. Pero, por otro lado, también se des-carta la idea de que la competencia ocurre entre países que actúan como rivales y se acepta que las naciones compiten consigo mismas, pues un país crece más rápido si crea un entorno empresarial adecuado para incrementar su nivel de ingresos. Esta última noción incorpora factores macro, meso y microeconómicos en un contexto de integración en la economía global. Al aceptar esta definición se debe aclarar que aunque la empresa está en el centro de cualquier debate sobre la competitividad es necesario introducir un marco de análisis de los diferentes niveles de competitivi-dad ya sea industria, región o país, puesto que cada uno requiere de un análisis dis-tinto y exige la aplicación de diferentes instrumentos y políticas.

Además el concepto de competitividad no se circunscribe al aspecto solamen-te económico, pues existen otras visiones que bien podían complementar el enfo-que de la economía tal como lo plantea la visión sociocultural como se muestra en-seguida.

3. aspectos socIocuLturaLes

En la conceptualización de la competitividad desde la visión sociocultural se critica al enfoque económico en el sentido de que las definiciones provistas por esa orien-tación no aceptan todas las dimensiones del sistema social (Muller, 1993). Los par-tidarios del sistema sociocultural defienden tres ideas: primero, reconocen que para formular una estrategia integrada de reformas económicas y sociales, además de to-

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mar en cuenta la creación de la competitividad internacional a través del crecimien-to de la productividad en un contexto de globalización, se deben involucrar factores como democracia, derechos humanos, participación y equidad social y sustentabili-dad ambiental, entre otros.29 Segundo, la competitividad es una capacidad que nace en el interior de un país y no de una empresa en particular en cuya base están las in-novaciones tecnológicas, organizacionales e institucionales, que provienen de los sistemas nacionales de innovación (Muller, 1995; Pérez, 2001; Nelson, 1993; Lund-vall, 1992; Patel y Pavitt, 1994). Tercero, la competitividad de una economía es el resultado de una acción concertada en varios niveles sistémicos (meta, macro, mi-cro y mesonivel) que se basa en metas y medidas interrelacionadas y en un patrón multidimensional de control y dirección fundamentado en la competencia, el diá-logo y la toma de decisiones de manera conjunta (Esser, K., et al, 1995); o también es el resultado del proceso de formación o acumulación de capital sistémico (Villa-rreal R. y R. de Villarreal, 2002) (Cuadro 4).

Con respecto a la primera idea Strange (1988) subraya que la visión sociocul-tural es compleja al momento de determinar qué es la competitividad, pues no sólo es una función específica de la estructura de la producción, sino que incluye va-riables como el poder, la seguridad nacional e internacional, el crédito, el conoci-miento, las creencias e ideas, entre otros.30 En ese sentido, no se puede definir la competitividad sólo como la capacidad de exportar o de generar un superávit co-mercial, porque el concepto de competitividad de un país debe tomar en cuenta una diversidad de factores importantes para la formación del nivel y dinámica de la competitividad. 31 Así pues, la competitividad de cualquier organización económica

29 Strange, 1988; Rosales, 1990; y Haque, 1991; Bradford, 1991, 1992; Abbot y Bredahl, 1992; Fajn-zylber, 1998.30 Además, la evaluación de la competitividad de un país requiere una visión que va más allá de los lími-tes de la teoría del intercambio internacional para determinar el patrón de comercio y cómo éste es in-fluenciado por la estrategia de la firma y la intervención gubernamental (Abbot y Bredahl, 1992).31 Incluso Haque (1991) critica los modelos de Porter (1991) y Pérez (2001) porque aunque hacen hin-capié en la armonización entre tecnología e instituciones no explican el éxito de los países de industria-lización reciente que superaron las fuentes tradicionales en la producción manufacturera. Es decir, la vi-

cuadro 4coMpetItIvIdad: postuLados deL enFoque socIocuLturaL

según descrIpcIón y autores representatIvos

Fuente: elaboración propia.

Autores Postulados Descripción

Bradford (1991, 1992) Strange, (1988)

Capacidad democrática, de derechos humanos, participación y equidad social y sustentabilidad ambiental

La competitividad nacional está determinada por leyes, costumbres, lenguaje, hábitos en los negocios y otras características propias del país.

Pérez (2001) Fajnzylber (1988) Muller (1995)

Capacidad nacional endógena La competitividad es la confluencia de empresas, sistemas productivos, esquemas institucionales y organiza ciones sociales

Esser, K., et al, 1995 Villarreal y Villarreal, 2002

Acción concertada en varios niveles sistémicos

La competitividad se basa en metas y medidas interrelacionadas y en un patrón multidimensional de control y dirección fundamentado en la c ompetencia, el diálogo y la toma de decisiones de manera conjunta

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–compañía, industria o país- comprende dos componentes que no están claramen-te definidos en el concepto de competitividad desde la perspectiva de la economía: i) el potencial objetivo del nivel de competitividad determinado por factores incon-trolables de una entidad económica particular (historia, cultura, geografía y condi-ciones demográficas),32 y ii) la contribución subjetiva, determinada por las formas en que las organizaciones pueden controlar algunos factores y el alcance e intensi-dad de su aplicación (Janno, Hinrikus e Ivanov, 2000). Según ésta visión los facto-res que generan la competitividad pueden clasificarse en: i) factores absolutamen-te incontrolables, condiciones geográficas de una país que determinan el núcleo de la competitividad; ii) factores incontrolables en el corto plazo, nivel de educación, Investigación y Desarrollo (IyD) e infraestructura, entre otros; iii) factores contro-lados por una organización de alto nivel, políticas del gobierno en las áreas social y económica; y, iv) factores directamente controlables, recursos y medios disponibles para una entidad económica

Por otra parte, con respecto al segundo argumento en el sentido de que la com-petitividad es una capacidad nacional endógena, es necesario señalar que existen factores como los tecnológicos, organizacionales, institucionales, legales, políticos y culturales que se imponen como elementos que dan un rumbo diferente al pensa-miento y la acción contemporáneos y, por lo tanto, hacen posible diseñar una deter-minada configuración del sistema mundial (Muller, 1995), por añadidura, los nue-vos paradigmas tecnológicos redefinen la competitividad y el sistema sociocultural de un país (Pérez, 2001).

Además de las evaluaciones en contra del enfoque económico en el sentido de que éste utiliza solamente variables propias de la ciencia económica (precios, co-mercio internacional o tipos de cambio, por ejemplo), el marco de análisis socio-cultural enfatiza la crítica sobre los actores involucrados en el aspecto competitivo. Es decir, en el mundo actual no sólo compiten productos, sino que también se ma-nifiesta la competencia de los sistemas productivos, tecnológicos y educacionales. En consecuencia no tiene sentido hablar de competitividad de un país porque quie-nes compiten son las empresas y los sectores económicos mientras los actores de la competitividad internacional se reducen a unidades y sectores productivos.

Así, la perspectiva sociocultural de la competitividad añade a su análisis no sólo

sión de Porter (1991) se basa en la inexistencia de un sistema universalmente apropiado al desarrollo tecnológico, de modo que cada nación debería encontrar el suyo a la luz de su historia, cultura y valores; sin embargo los avances tecnológicos dictan cambios en los modos de producción y organización –al-gunas veces radicales- y la inadaptabilidad de uno puede frustrar la explotación del potencial del otro. Pérez (1989) argumenta que algunos países empezaron a perder competitividad internacional porque se mantuvieron aferrados a un paradigma tecnológico que dejó de tener validez en las nuevas condiciones. Sus dificultades provinieron, por consiguiente, de sus éxitos anteriores porque se mantuvieron totalmen-te comprometidos con el paradigma por inversiones e instituciones pasadas que eran difíciles de cam-biar o destruir. El nacimiento de un nuevo paradigma redefine las condiciones para la competitividad, y el éxito depende de la adaptabilidad de las instituciones nacionales. No se trata sólo de la cuestión de crear nuevas industrias y productos en perjuicio de las antiguas. 32 La incontrolabilidad de ciertos factores desde la perspectiva de una entidad económica no siempre significa que el factor es incontrolable para todas, pues regular determinados elementos es diferente de acuerdo con los niveles de que se trate. Por ejemplo, el gobierno puede aplicar la legislación y las po-líticas económicas para transformar las condiciones que pueden ser incontrolables para la industria y las empresas.

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categorías económicas, es decir, las estrategias de competitividad deben involucrar la creación de condiciones para lograr que un país se establezca en el mercado inter-nacional sino que esas estrategias deben involucrar también factores sociales como los expresados en la democracia, derechos humanos, participación y equidad social y, por añadidura, sustentabilidad ambiental.

En resumen, desde el marco de análisis sociocultural la competitividad de una nación surge de necesidades tecnológicas, organizacionales, institucionales, lega-les, políticas y culturales y también se desprende no sólo de la dinámica de las em-presas sino de su historia, cultura, geografía e instituciones.

4. concLusIones

Después de lo dicho apenas es necesario extenderse aquí en la exposición del con-cepto de competitividad, bastará entonces con mencionar sólo algunas característi-cas. En primer término, hablar de la competitividad desde las diferentes perspecti-vas descritas es un asunto polémico; no obstante, hay varios rasgos particulares para definirla, pues según el contexto la competitividad toma diferentes significados.

Actualmente los tres elementos impulsores de la economía a nivel internacio-nal: la globalización, el conocimiento y la información y los cambios complejos e inciertos, dan lugar a que los países abran sus economías para participar en el mer-cado global, pero, paradójicamente, al mismo tiempo protejan su mercado interno. A partir de la información y el conocimiento para ingresar al mercado los países de-ben ser innovadores, ya que las mejoras tecnológicas contribuyen a incrementar la productividad, la disponibilidad de productos, procesos y métodos de trabajo, ade-más de favorecer el crecimiento económico de los países.

La segunda característica distintiva es el hecho de que en la literatura especia-lizada sobre el tema no hay un consenso sobre el significado de la competitividad de un país. Nada más natural porque cada vez que surge otra teoría nace de nuevo un lenguaje, un concepto novedoso; no obstante, aunque existen diferentes concep-tualizaciones éstas podrían resumirse en dos posiciones identificables: la que aso-cia la competitividad internacional de una nación con una mayor productividad y la que se centra en el estudio de tres elementos específicos: penetración en los mer-cados internacionales, flujos de inversión en el extranjero y costos unitarios de la fuerza de trabajo.

Lo contrario ocurre cuando se trata de distinguir lo que significa la competiti-vidad de la empresa: es una habilidad para diseñar, producir y comercializar bienes y servicios con atributos como calidad y precio que forman un conjunto de benefi-cios más atractivo en comparación con los competidores. En el contexto de globali-zación y cambio tecnológico la competencia empresarial no significaría maximizar los beneficios y minimizar los costos, más bien la combinación de elementos tales como la dirección de la empresa e innovaciones que se generan en el producto, pro-ceso productivo o en la organización interna; tipos de coordinación en las fases de la cadena productiva; organización de la industria en cuanto a competencia y coopera-ción, lo cual ocurre interfirmas o extrafirmas; y, elementos de política industrial ac-tiva que coadyuve al uso creativo y formativo del mercado (Best, 1990).

Cabe destacar que la competitividad en el ámbito empresarial: creación de ca-

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pacidades tecnológicas, está estrechamente vinculada con la perspectiva sociocul-tural de la competitividad, es decir, los análisis que involucran no sólo categorías económicas para el estudio de la competitividad, y la creación de las condiciones económicas más convenientes para alcanzar el desarrollo de las empresas sino tam-bién los factores sociales expresados en la participación, la equidad social y la sus-tentabilidad ambiental, por mencionar sólo algunos.

Además, puesto que los partidarios del enfoque sociocultural defienden la idea de que la competitividad es la capacidad endógena de un país y no de entidades ais-ladas, es frecuente pensar que el centro de la competitividad interna radique en el funcionamiento adecuado de los sistemas de innovación. Así pues, desde el mar-co de análisis sociocultural la competitividad de una nación surge de la creación de nuevas condiciones tecnológicas, organizacionales, institucionales, legales, políti-cas y culturales, o sea, de su historia, cultura, geografía e instituciones, pero tam-bién se desprende de la dinámica de las empresas.

Incluso ambas particularidades, creación de capacidades tecnológicas y sistema de innovación, se acercan a la perspectiva sistémica de la competitividad, concep-to que no se abordó aquí, en la medida en que bajo ese punto de vista existen rela-ciones entre los elementos de un sistema en diferentes niveles: meta, macro, micro y meso, las cuales se basan en determinadas metas y en un patrón multidimensional de control y dirección basado en la competencia, el diálogo y la toma de decisiones de manera conjunta. Así, los esquemas de análisis de la competitividad sistémica tienen un factor común: la competitividad de un país depende de la capacidad de un conjunto de actores para crear condiciones propicias para la innovación. En el cen-tro de ese modelo los agentes principales son las empresas, quienes, a nivel interno, requieren crear, acumular y utilizar sus capacidades tecnológicas de tal manera que puedan enfrentar las condiciones del entorno.

El cuarto atributo de la competitividad: capacidad de un país para crear un am-biente favorable para el crecimiento, está estrechamente relacionado con el tercero, pues la competitividad es el resultado de un proceso de competencia imperfecta di-námica, lo cual significa la creación de ventajas competitivas, es decir, la creación de un ambiente favorable para la competencia en el que participan las firmas, el es-tado, las instituciones y otros agentes económicos. En otras palabras, ésta caracte-rística incorpora factores macroeconómicos, mesoeconómicos y microeconómicos en un contexto de integración en la economía global.

Cabría preguntar ¿hacia dónde podría ir el concepto de competitividad? Algu-nos elementos de la respuesta tienen que ver con el contexto ¡claro está!, y otros con la ya descrita competitividad regional y el desarrollo relativamente reciente so-bre las ventajas colaborativas o redes empresariales. Según Solari (2005) las redes empresariales han sido fundamentales en la nueva conformación de relaciones con-glomerales a nivel mundial cuyas principales formas son, entre otras, la especiali-zación flexible, las alianzas estratégicas, el desarrollo del outsourcing, el trabajo en racimos o cadenas de integración productiva y comercial y las asociaciones estra-tégicas que operan dentro y entre ramas económicas e industriales diferentes. Este tipo de producción, conglomeral, significa que muchas empresas de varios tamaños se integran y relacionan ente ellas con diversos tipos de contratos o subcontratos de mediano y largo plazo y generan sinergias de todo tipo para colaborar en los ámbi-

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tos tecnológico y administrativo, entre otros. Sin embargo, la economía conglomeral es más amplia que el trabajo en redes,

debido a que hay aspectos de flexibilidad que son externos a las redes y que influ-yen sobre las empresas que están trabajando de esta forma. Por ejemplo, una red de empresas no comprende necesariamente a los elementos del contexto comunitario básico en donde se encuentran las principales empresas de la red y que pueden ser fundamentales para el funcionamiento cualitativo de la misma. Es el caso de forma-ciones conglomerales que reciben un amplio respaldo en energía, tiempo, recursos, cultura y ánimo, dada la responsabilidad que las empresas que la conforman asumen frente a los pueblos y ciudades en donde se sitúan, resultando en niveles superiores de calidad, competitividad, eficacia y eficiencia empresarial del conglomerado.

En ambos, competitividad regional y redes empresariales o formaciones con-glomerales existen acuerdos de colaboración, las empresas estimulan su capaci-dad para adquirir y/o adaptar nuevos conocimientos y la proximidad regional y en-tre empresas les permite desplazarse en menos tiempo. Con estos elementos y otros más es de suponerse que se podrían elaborar políticas y acciones tendientes a mejo-rar la competitividad apoyándose en las fortalezas locales, aunque el desarrollo lo-cal es un objetivo a largo plazo que no siempre tendrá un resultado inmediato.

Después de la moraleja, la fábula consiste en suponer que un hombre hizo una estatuilla de un Hermes en madera y la llevó a la plaza para su venta. Como na-die llegaba a comprarla, se le ocurrió llamar la atención anunciando que vendía un dios que obsequiaba bondades y beneficios. Entonces uno de los curiosos le dijo: Oye, si tan bueno es, ¿por qué la vendes y no te aprovechas de su ayuda? Porque yo, contestó aquél- necesito la ayuda inmediatamente, y él nunca se apura en con-ceder sus beneficios.

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c A p í t u l o 3

Una aproximación patinkiana al crecimiento económico

FRANcisco veNegAs-MARtí[email protected] Escuela Superior de Economía, IPN

FRANcisco ló[email protected] División de Investigación, Facultad de Contaduría y Administración, UNAM

1. IntroduccIón

EL IMPACTo QUE LA PoLíTICA MoNETARIA tiene sobre el crecimiento económico ha sido, desde hace muchas décadas, un tema de especial interés. La literatura que re-laciona inflación, política monetaria y crecimiento es amplia; véanse, por ejemplo: Hill (2001), Houthakker (1979), Sidrauski (1976), Dornbusch and Frenkel (1973), Phillips (1962) y Kaldor (1959), entre muchos otros.

En las últimas décadas, los encargados del diseño de la política monetaria han estado particularmente preocupados por el comportamiento de la tasa de expansión monetaria y sus efectos sobre el crecimiento económico y viceversa.1 Por ello se han desarrollado un sinnúmero de modelos (ortodoxos y heterodoxos) que incor-poran dinero en la economía. Una forma muy común de incluir dinero en un mode-lo macroeconómico es a través de la función de utilidad, como lo propuso Patinkin (1965).2 De esta manera, la demanda de dinero se trata como la demanda de cual-quier otro bien o servicio. Así, el dinero además de intercambiarse por bienes pro-porciona un servicio de liquidez, lo cual produce satisfacción para el consumidor. En este caso, al incluir dinero en la función de utilidad es necesario considerar su precio (menos la tasa de inflación) en la restricción presupuestal, por lo que los ba-lances monetarios reales y no el dinero nominal deben ser el argumento en la fun-ción de utilidad. De manera similar, la deuda en términos reales, al reducir la li-quidez proporciona desutilidad. Justamente, éstas serán las interpretaciones que se tomarán en el presente capítulo.

La teoría del crecimiento económico (ortodoxa o heterodoxa) indica que en-tre los determinantes del crecimiento se cuentan la acumulación de capital físico, el capital humano (grado de escolaridad, capacitación, experiencia, etc.), el avan-

1 Ver, Feldstein (1976), Eaton (1981), Hartman (1988), Turnovsky (1993) y (1996), y Eicher y Turno-vsky (1997).2 Existen otras formas; por ejemplo, a través de una restricción cash-in advance o como costos de tran-sacciones en la restricción presupuestal.

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UNA APROXIMACIóN PATINKIANA AL CRECIMIENTO ECONóMICO

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ce tecnológico, las innovaciones, las instituciones (reglas del juego), entre otros. En este capítulo, bajo el supuesto de previsión perfecta, se caracteriza el equilibrio ma-croeconómico en una economía monetaria. En contraste con el enfoque neoclási-co en donde los modelos explican el crecimiento per cápita en términos de una tasa exógena de cambio tecnológico, el modelo propuesto explica el crecimiento a tra-vés de la tecnología, la tasa subjetiva de descuento, la tasa de interés, la tasa impo-sitiva sobre los ingresos del capital y los parámetros de preferencias. Para ello se combinan la tecnología Ak con el comportamiento racional de los agentes económi-cos. Una diferencia importante entre los modelos típicamente endógenos y el mode-lo propuesto, es que este último no conduce al crecimiento balanceado.3

El presente capítulo está organizado de la siguiente manera. En la siguiente sec-ción se detallan las características de las unidades familiares que pueblan la eco-nomía (gustos, dotaciones y tamaño de la población) y se establece la restricción presupuestal de las familias vistas como consumidores. A través de la sección 3 se introduce el comportamiento racional de las empresas como maximizadoras del va-lor presente de los flujos de efectivo futuros. En la sección 4, para cerrar el modelo, se introduce la restricción presupuestal consolidada del gobierno. En el transcurso de la sección 5 se combinan el comportamiento racional de los consumidores y las empresas con las acciones del gobierno a fin de caracterizar el equilibrio de previ-sión perfecta. En la sección 6 se examina el bienestar económico (función de utili-dad indirecta) de los agentes y se identifican sus determinantes. En la sección 7 se presentan las conclusiones del trabajo destacando las limitaciones del modelo pro-puesto y la agenda de investigación futura. Por último, un apéndice contiene las condiciones de primer orden para el problema de la decisión de los consumidores.

2. FaMILIas

Se supone, por simplicidad, que el número de familias al tiempo t = 0 es N(0)=1 y se supone que la dinámica que rige el tamaño de población, en cualquier tiempo t > 0, está dada por

N (t) = ent,

donde la tasa (neta, nacimientos menos mortalidad) de crecimiento de la pobla-ción, n, es considerada como exógena y constante. Cada consumidor aporta u(t) ho-ras de trabajo. Así, el total del factor trabajo es

L(t) = u(t)N(t).

Se supone que la economía produce y consume un solo bien genérico (trigo o maíz) de carácter perecedero. Cada consumidor tiene una deuda externa d(t) y tiene dos activos reales: capital k(t) y balance monetarios reales

m(t) = M(t) /P(t),

3 Para estudios de países de la OCDE consultar las referencias en Eicher y Turnovsky (1997).

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FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ FRANCISCO LóPEZ-HERRERA

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donde M(t) es el acervo de dinero nominal y (t) Pes el nivel general de precios. Los consumidores tienen previsión perfecta de la tasa de inflación, por lo tanto

con P(0) conocido, esto es, los consumidores conocen perfectamente la tasa a la cual la inflación estará presentándose y, en consecuencia, conocerán el nivel ge-neral de precios en cada instante t, de tal forma que:

P(t) = P(0)ext.

Una interpretación de esto es como sigue: suponga que el banco central sigue una regla de oferta monetaria, por ejemplo, mantener la tasa de expansión mone-taria en un nivel dado. Por supuesto, ocasionalmente, el banco central puede hacer uso de su discrecionalidad y desviarse de dicho nivel, pero en promedio se man-tendrá en el nivel dado. En el largo plazo, los agentes adivinarán la regla con todo y el comportamiento discrecional, e inferirán que la inflación esperada es igual a la observada.

Los familias son idénticas en gustos y dotaciones y obtienen utilidad de un bien de consumo y activos (saldos reales) y desutilidad del trabajo y de pasivos (deuda); ver, por ejemplo, Bardhan (1967) e Intriligator (1971) que también incluyen deuda en la función de utilidad. Al tiempo t = 0 (el presente) el consumidor desea maximi-zar la utilidad total descontada, U0, dada por:

(1)

donde c(t) es el consumo per cápita de un bien genérico y perecedero y ρ es la tasa subjetiva (intertemporal) de descuento; entre más grande sea ρ más ansioso es-tará el consumidor por el consumo presente. Se ha incluido el dinero (saldos mo-netarios reales) directamente en la función de utilidad por sus servicios de liquidez. También se supone que el consumidor es egoísta, esto es, ρ > n. Para llegar a solu-ciones analíticas y hacer tratable el análisis subsiguiente se proponen las siguientes formas funcionales para la utilidad V y la desutilidad F:

, ,

y

, 0< ν < 1.

Por supuesto estas funciones satisfacen las condiciones Inada (1963).

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UNA APROXIMACIóN PATINKIANA AL CRECIMIENTO ECONóMICO

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2.1 Restricción presupuestal de las familias

En esta sección se establecen las posibilidades de las familias en términos de sus recursos, obligaciones e impuestos. Se supone que la restricción presupuestal de la familia (representativa) está dada por:

donde w es el salario, r es la tasa de interés, la cual paga r unidades del bien de consumo por unidad de tiempo, πm(t) representa la depreciación por inflación de los saldos monetarios, g(t) el monto total de las transferencias de suma fija del gobier-no, tw es la tasa impositiva a los ingresos del trabajo (impuesto sobre la renta), τr es la tasa impositiva sobre los ingresos del capital; y τc es la tasa impositiva (ad valo-rem) sobre el consumo (un impuesto de valor agregado). Los valores iniciales k(0), M(0), u(0) y d(0) se suponen todos conocidos. Si se denota la riqueza real neta de deuda de los consumidores como:

X(t) = k(t) + m(t) – d(t),

entonces se puede replantear la ecuación (2) en la siguiente forma:

X (t) = (1–τw) wu (t) + [(1–τr) r – n] X(t) – τrrd(t) – (1+τc) c(t) – (i –τrr)m(t)+g(t), (2)

donde i = r + π

es la tasa de interés nominal, la cual se puede inferir de la regla de Fisher (1907)

1 + i = (1 + r)(1 + π)

con tal de que rπ<<1 (es decir, que el producto rπ sea despreciable). Se supo-ne que los consumidores no quieren dejar riqueza real para al final. De esta manera, hay una condición de transversalidad que se tiene que satisfacer:

2.2 Condiciones de primer orden

Las condiciones de primer orden para la maximización de (1) sujeto a (2), después de algunas sustituciones algebraicas (ver apéndice A), conducen a las siguientes re-laciones de substitución entre consumo y balances reales, y entre deuda y trabajo, respectivamente

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(3)

y

(4)

junto con las tasas de crecimiento

(5)y

(6)

Así, combinando las ecuaciones (3)-(6), se tienen:

(7)y

(8)

3. FIrMas

Existe una empresa representativa que produce bienes y realiza los pagos al capi-tal y trabajo. Se supondrá que la empresa tiene acceso a la tecnología “y = Ak” (ver, Barro y Sala-i Martin 1992, y Aghion y Howitt 1992 y 1998). La empresa maximi-za el valor presente de sus flujos de efectivo (beneficios) descontados. Si se supone que no hay ajustes en costos, el problema de decisión de la empresa se reduce a la maximización de beneficios. En el equilibrio competitivo, con capital físico positi-vo, los beneficios están dados por:

∏(t) = Ak(t) – (r + δ)k(t) – wu(t), (9)

donde δ es la tasa constante de depreciación de capital. La maximización de be-neficios requiere que el producto marginal del capital y del trabajo sean igual a la tasa de interés y al salario, respectivamente, esto es:

(10)

Se puede pensar en w = 0 como el salario sin ser aumentado por el capital hu-mano. Ver, por ejemplo, Barro y Sala-i Martin (1995) donde cada individuo ofrece inelásticamente una unidad de trabajo por unidad de tiempo a cambio de w = 0.

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4. coMportaMIento deL gobIerno

Para cerrar el modelo se introduce la restricción presupuestal consolidada del go-bierno. El gobierno no consume, no genera utilidad para los consumidores y no tie-ne efectos sobre la productividad de las empresas. Recauda los impuestos sobre los ingresos del capital, sobre el trabajo y sobre el consumo. El gobierno retribuye a los consumidores el impuesto inflacionario a través de un subsidio de suma fija. Aún más, los impuestos recabados de los consumidores son redistribuidos en una forma de suma fija y la deuda pública externa es transferida a los consumidores. Por lo tan-to, la restricción presupuestal del gobierno en términos per cápita es:

g(t) = m(t) γM + b(t) – rb(t) + nb(t) + τcc(t) + τrrk(t), (11)

donde

(12)

es la tasa de expansión monetaria instantánea. La deuda pública externa es de-notada por b(t). Se supone que el valor inicial b(0) está dado. La tasa de crecimien-to de la deuda pública externa, γb se toma como exógena. Este supuesto no descri-be por completo el comportamiento del gobierno respecto del manejo de la deuda pública externa. Sin embargo, la razón de utilizar este marco simplificador es evitar dinámicas complejas de transición, lo cual desviaría de los objetivos originalmen-te planteados. Se excluye la posibilidad de generar pirámides para el financiamien-to del gobierno, entonces:

(13)

Además, la tasa de crecimiento de los balances monetarios reales siempre sa-tisface

γm = γM –π . (14)

5. equILIbrIo MacroeconóMIco

A continuación se combinan el comportamiento racional de los consumidores y las empresas con las acciones del gobierno. De las ecuaciones (8) y (11), se obtiene:

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junto con las condiciones de transversabilidad:

(15)

donde f(t) es la deuda externa total (pública y privada) per cápita y Y(t) denota el capital neto de deuda externa total. El supuesto sobre la tecnología que asegura el crecimiento en c(t), después de gravar el ingreso del capital, es:

(16)

Una tasa impositiva mayor que revertirá la desigualdad en (16).

6. bIenestar econóMIco

Para asegurar que la utilidad indirecta o bienestar económico, U0, permanezca acotada, se requiere que:

(17)

En tal caso, se tiene que la utilidad indirecta satisface:

(18)

donde

Observe que U0 < 0 cuando θ > 1 y U0 tiene signo ambiguo cuando θ < 1. Es

importante destacar que el bienestar económico depende directamente de la dota-ción inicial de saldos reales, m(0), e inversamente del nivel de deuda inicial, d(0). Asimismo, si la tasa de crecimiento de la población, n, aumenta, entonces el bien-estar disminuye. Obviamente, el bienestar depende de la tecnología a través de A, la tasa subjetiva de descuento, la tasa impositiva sobre los ingresos del capital y los

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parámetros de preferencias. Por último, en virtud de (16), se tiene que, que siem-pre que

(19) y

(20)

Para ττ >r la desigualdad en (19) es invertida. Es importante señalar que en el modelo “Ak” la tasa de crecimiento per cápita de largo plazo es igual a la tasa de crecimiento per cápita de corto plazo. Si se sustituye la solución general para el consumo

c(t) = c (0) exp{(1/θ)[(1–τr)(A – δ) – ρ] t} (21)

en dY(t) / dt, donde c(0) tiene que ser determinado, entonces la solución para la ecuación diferencial de primer orden no homogénea resultante en Y (t) es:

donde

Note que (17) implica Ψ > 0. También observe que se puede reescribir la rique-za real como:

X(t) = Y (t) + m(t) + b(t).

En consecuencia,

Por lo tanto, de (20) se obtiene:

,

lo cual lleva a

c(0) = [k(0) – (d(0) + b(0))]Ψ.

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Para garantizar el consumo positivo inicial, es necesario suponer que k(0) > d(0) + b(0). Por lo tanto,

En tal caso, se concluye que:

(22) Lo cual proporciona la tasa de crecimiento del capital neto de deuda externa to-

tal. Observe que dicha tasa depende del coeficiente tecnológico, la tasa subjetiva de descuento, la tasa de interés, la tasa impositiva sobre los ingresos del capital y el pa-rámetro de preferencias sobre consumo y saldos reales. Con este último resultado se caracteriza completamente el equilibrio macroeconómico de previsión perfecta y crecimiento no balanceado.

7. concLusIones

El crecimiento es uno de los objetivos de todas las economías ya que, en general, un incremento en el producto conlleva al desarrollo, es decir, a mejores estándares de vida para todos los individuos de una sociedad. Existen muchas y muy distin-tas posiciones en teoría económica para estudiar el crecimiento (identificar los de-terminantes) de una economía. El enfoque aquí propuesto explica el crecimiento en una economía con dinero y deuda a través de la tecnología disponible para las em-presas, la tasa subjetiva de descuento de los consumidores y las políticas fiscal y monetaria.

Bajo el enfoque propuesto por Patinkin (1965) con saldos reales y deuda como argumentos en la función de utilidad se ha desarrollado un modelo de crecimiento para caracterizar el equilibrio macroeconómico en una economía monetaria. En el modelo desarrollado se combinaron la tecnología Ak, el comportamiento optimiza-dor de los agentes económicos (consumidores y firmas) y las acciones de gobierno para explicar el crecimiento a través de la tecnología, la tasa subjetiva de descuen-to, la tasa de interés, la tasa impositiva sobre los ingresos del capital y los paráme-tros de preferencias.

Es importante señalar que los resultados obtenidos dependen en gran medida de las funciones de utilidad y desutilidad propuestas, las cuales tienen la ventaja de producir soluciones en forma cerrada. Sin embargo, con especificaciones más gene-rales los resultados pueden solamente ser obtenidos a través de métodos numéricos. El modelo desarrollado es simple y podría extenderse de diversas formas. Más in-vestigación merece el comportamiento del gobierno con respecto a la deuda pública externa y a la política monetaria, lo cual requiere supuestos más realistas.

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FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ FRANCISCO LóPEZ-HERRERA

75

apéndIce a

El valor presente de Hamiltoniano del problema de maximizar (1) sujeto a (4) está dado por:

donde es el multiplicador de Lagrange asociado a la restricción presu-puestal del consumidor. En este caso, las condiciones de primer orden para una so-lución interior son:

y

las cuales conducen a las siguientes relaciones:

βc(t) β(1–θ)–1m(t)(1–θ)(1–β) e–(ρ–n)t = λ(t)(1–τc),

(1 – β) c(t)β(1–θ)m(t)–θ(1–β)–β–e–(ρ–n)t = λ(t)(i – τrr),

–(1–v)u(t)v(σ+1)d(t)σ(1–v)–ve–(ρ–n)t=λ(t)τrr, de donde se obtiene

λ(t)(1–τr)[β(1 – θ) –1]γc + (β–1)γm – (ρ–n) + [(1–τr)r – n] = 0.

Basta ahora aplicar el hecho que γc = γm y γu = γd para obtener los resultados deseados dados en (3)-(8).

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IntroduccIón

EL OBJETIVO DE ESTE CAPÍTULO ES EXAMINAR el papel que tiene la información y el conocimiento en algunas de las teorías de la empresa y asociar dicho papel con la forma de relación interempresarial conocida como relación entre productores y clientes, propiciatoria de la innovación y el aprendizaje tecnológico. En consecuen-cia, el aporte que este ensayo pretende hacer es ligar las nuevas teorías de la empre-sa con la información y el conocimiento; con la relación entre productores y clien-tes y con la innovación y el aprendizaje tecnológico, ya que la interrelación entre estos aspectos no ha sido abordada, hasta ahora, de esta manera.

En este documento se entiende por relación entre productores y clientes la firma de un acuerdo o contrato mediante el cual dos agentes económicos se comprome-ten a intercambiar información y conocimientos a través de los cuales se especifi-can los costos, tiempos y características técnicas de las partes, componentes o dis-positivos a ser fabricados por un proveedor para ser vendidos o entregados, justo a tiempo, a un ensamblador final1.

En este estudio no se pretende abordar a todos los autores, enfoques y dimen-siones relativas a la teoría económica de la empresa, ni tampoco presentar un mode-lo acabado de dicho tema. No obstante, sí se analizan aquí algunos autores con ma-

1 En la teoría económica contemporánea se acepta el postulado de la asimetría de la información y la inexistencia de información perfecta, razón por la cual el “contrato” aparece no sólo como el me-dio a través del cual se vinculan los agentes económicos, sino también como el instrumento para re-solver eventuales conflictos entre ellos. Una definición, en ese sentido, se encuentra en Macho-Stadler y Pérez-Castrillo (1997) quienes consideran que un contrato es una promesa confiable entre dos partes (“principal”-“agente”) en el cual se especifican las obligaciones para cada una de ellas, en caso de po-sibles conflictos. En particular, se incluye el mecanismo de pagos bajo el cual el “agente” será compen-sado por su esfuerzo. Estos autores hacen hincapié en el hecho de que el contrato sólo se puede basar en variables verificables (información), de tal manera que éstas puedan ser constatadas por un árbitro independiente para garantizar el cumplimiento del contrato. Existen también las variables no verifica-bles, pero éstas no pueden tomarse como base para el establecimiento del contrato dado que no se pue-den medir o constatar.*Una versión anterior de este trabajo, en coautoría con María de la Luz Martín, se publicó en “Investi-gación Económica” Vol. LIX: 228, abril-junio, 1999, Revista de la Facultad de Economía de la Univer-sidad Nacional Autónoma de México.

c A p í t u l o 4

Teorías de la Empresa y el Aprendizaje Tecnológico: La Relación entre Productores y Clientes*

sAlvAdoR pAdillA HeRNá[email protected] de Economía “Vasco de Quiroga”, UMSNH

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TEORÍAS DE LA EMPRESA Y EL APRENDIZAJE TECNOLóGICO: LA RELACIóN ENTRE PRODUCTORES Y CLIENTES

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yor detalle que otros de acuerdo con el propósito central del trabajo. Al tomar a la información y el conocimiento como determinantes del funcionamiento de la em-presa moderna, se pretende recoger algunos elementos útiles para caracterizar las formas de comportamiento en las relaciones inter-empresariales, el aprendizaje y la innovación tecnológica.

Al mismo tiempo, este artículo tampoco pretende abordar in extenso el tema de la organización industrial. Se trata, en cambio, de examinar una forma de organiza-ción industrial específica: la formación de redes entre agentes económicos (provee-dores y compradores) que intercambian información y conocimientos para estable-cer relaciones mercantiles y tecnológicas, a la vez que promueven la innovación y el aprendizaje tecnológico.

Por otra parte, las preguntas que este trabajo pretende responder son las siguien-tes: En el establecimiento de relaciones mercantiles entre empresas proveedoras y compradoras ¿qué importancia adquieren la información y el conocimiento para propiciar la innovación y el aprendizaje tecnológicos? ¿Cuáles son los postulados que sostienen algunas de las nuevas teorías de la firma acerca del papel de la infor-mación y el conocimiento en el funcionamiento de la empresa contemporánea? y ¿Cuáles son las causas que explican el establecimiento de vinculaciones mercanti-les y tecnológicas a través de un contrato entre dos agentes económicos conocidos como proveedores y compradores?

Para responder a dichas preguntas se recurre a los enfoques más conocidos en la teoría económica de la empresa los cuales, ya sean éstos neoclásicos o de otra fi-liación teórica, tienen un punto de partida común: la empresa responde a problemas de información y es una fuente de conocimientos (Fransman, 1994)2.

Para algunos autores como Alchian y Demsetz (1972), Jensen y Meckling (1974), Coase (1937), Williamson (1975-1985), Simon (1959-1972), la empresa responde a los problemas de información, por lo que el éxito de la relación entre productores y clientes depende de que los canales de comunicación establecidos en-tre ambos agentes sean adecuados.

Asimismo, para Nelson y Winter (1982), Penrose (1959), Chandler (1962-1977), Teece (1977) y Marshall (1891), la empresa es una fuente de conocimien-to. De esta forma, de acuerdo con los autores estudiados en este ensayo, el éxito o fracaso de la relación entre productores y clientes, en términos de la actitud de los agentes hacia el aprendizaje tecnológico y la innovación, depende de la calidad del intercambio de información y conocimientos tecnológicos que se logren establecer entre empresas proveedoras y compradoras.

Por consiguiente, el supuesto que guía esta revisión teórica es que existe una es-trecha relación de causalidad entre la creciente importancia de la información y el conocimiento, con la innovación y el aprendizaje tecnológico propiciada por la pro-liferación de redes entre empresas proveedoras y ensambladoras.

Ahora bien, como punto de partida de este trabajo (subsección 1.1) se establece la incompatibilidad entre la teoría de la competencia perfecta y la existencia de re-laciones inter-empresas proveedoras y clientes. Posteriormente se examina (sección

2 El ensayo de este autor sirve -en parte- como modelo para este trabajo; no obstante, en aquel no se plan-tea como objetivo el tema de la relación entre empresas proveedoras y usuarias, ni el de la innovación y el aprendizaje tecnológico. Véase gráfica 1.

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SALVADoR PADILLA HERNáNDEZ

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dos) el tema de la información, incluyendo algunas alusiones necesarias al tema del conocimiento. otro tanto ocurre en la sección tres, en la cual se trata el tema del co-nocimiento, pero se toca lateralmente también el de la información. En cierta forma esto es inevitable puesto que ambos conceptos están estrechamente ligados con el tema de las empresas proveedoras y compradoras.

1. IncoMpatIbILIdad de La coMpetencIa perFecta y Las InterreLacIones eMpresarIaLes

En este apartado se exponen algunas críticas a la teoría de la competencia perfec-ta para contrastar su incompatibilidad con la teoría de la relación entre productores y clientes. La reedición, a finales de 1989, y puesta en práctica en la década de los años 1990, de la teoría y la política económica que postula el libre juego de las le-yes de la oferta y la demanda como el mecanismo económico óptimo para la asig-nación de los recursos3, se confronta aquí con la manera en que se organizan las re-laciones inter-empresas en los mercados organizados.

Algunos autores como Simon (1959), Williamson (1989) y Lundvall (1992), coinciden en señalar las limitaciones de los supuestos neoclásicos sobre el compor-tamiento de los agentes económicos. Williamson, por ejemplo, hace notar que en un mundo donde los agentes son perfectamente racionales, maximizadores de la utili-dad y el beneficio, con acceso ilimitado a la información, y con una capacidad ili-mitada de acumular y procesar información, y donde todas las transacciones tienen lugar en un mercado puro, con relaciones anónimas entre compradores y vendedo-res, las fronteras representan un papel económico limitado. Así, sería legítimo su-poner, como lo sugiere la teoría neoclásica, que las diferencias institucionales y cul-turales no interfieren en el proceso económico.

Al contrario de la teoría neoclásica de la competencia perfecta, Lundvall, a su vez, sugiere que debe revisarse el supuesto de racionalidad perfecta y homogénea de los agentes en mercados puros a la luz de las relaciones inter-empresariales, el aprendizaje y la innovación tecnológica.

Bajo la perspectiva de la innovación tecnológica como proceso interactivo, se toman en consideración dos elementos nuevos: el primero se refiere a la incertidum-bre provocada por el cambio tecnológico y su creciente complejidad. La innovación implica, por definición, la creación de nuevos productos y conocimientos cualita-tivamente diferentes. Por tal razón, no se puede pensar que los agentes involucra-dos en la creación y adopción de innovaciones conozcan todos los posibles resulta-dos de sus actividades.

Por otro lado, si la racionalidad es más bien limitada tampoco se puede insis-tir en la homogeneidad de las reglas de comportamiento de los agentes económicos. Esto es, si priva la racionalidad limitada no se puede presumir que los agentes eco-nómicos se comporten de manera homogénea, lo que significa que dichos agentes actúan de forma diferente. Es decir, los agentes se comportarán de modo honesto u

3 Se le conoce como el Consenso de Washington al listado de recomendaciones de política económica postuladas por los organismos financieros internacionales a partir del documento, elaborado por John Williamson, del influyente Institute for International Economics.

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oportunista con base en los acervos de información que poseen4.Lundvall, se refiere al cambio de perspectiva en el proceso de cálculo y toma de

decisiones, hacia un proceso de creación y aprendizaje interactivo. Dado que la tec-nología no es estacionaria, los agentes económicos no son calculadores racionales o maximizadores de beneficios que se muevan en función de las señales de precios.

Al mismo tiempo que se señalan las limitaciones de la teoría de la competencia perfecta, se propone que la innovación de productos y procesos ocurre necesaria-mente en mercados organizados, lo cual implica una interacción directa entre em-presas productoras y usuarias a escala local e internacional. Este tipo de relación está influida por la distancia, la geografía, la información y las diferencias cultura-les, sobre todo cuando se trata de procesos complejos de innovación tecnológica.

La innovación de productos y procesos se da preferentemente en mercados or-ganizados, en donde subyacen relaciones directas entre compradores y productores. Ahora bien, Rosenberg (1979) señala que la innovación tecnológica es un proceso ubicuo y permanente. La mayor parte de las actividades de innovación tecnológi-ca tienen lugar en el sector formal de la economía, en donde los clientes y los pro-ductores establecen relaciones económicas, contractuales, de intercambio de infor-mación tecnológica y relaciones de cooperación. De otra manera, en un mercado de competencia perfecta o atomizada, como lo supone la teoría neoclásica tradicional, esa relación es incompatible con la innovación y progreso técnico, ya que excluye toda posibilidad de establecimiento de relaciones entre productores y clientes.

Parece obvio que la innovación de productos sería rara e incidental si los mer-cados estuvieran caracterizados por relaciones anónimas entre productores y clien-tes (Lundvall, 1992: 51). En otros términos, el mercado puro que supone la teoría neoclásica de la competencia perfecta es poco propicio para la innovación y el pro-greso técnico.

De acuerdo con lo anterior, la innovación tanto de procesos como de produc-tos radica, en parte, en la relación entre empresas productoras y clientes o fabrican-tes del producto final. Por consiguiente, la integración vertical (para mayores de-talles véase la sección 1.2.4) inhibe la capacidad de innovación de productos en la medida en que implica la disminución de las relaciones entre empresas producto-ras y usuarias.

Además, en la mayoría de las relaciones entre proveedores y clientes se encuen-tran también elementos tales como la fidelidad, el respeto y la confianza. Si estos elementos prevalecen, entonces los costos de transacción serán bajos, se potencia la innovación de procesos y productos y la integración vertical tenderá a disminuir.

Así, Lundvall identifica tres tipos de posibilidades para la innovación y el aprendizaje tecnológico: uno se encuentra en los mercados organizados donde ocu-rren las relaciones entre empresas proveedoras y usuarias, relaciones que favore-cen en mayor medida la innovación y el aprendizaje tecnológico. El segundo ocurre cuando el costo de transacción es tan alto que la empresa prefiere integrarse verti-calmente; o lo que equivale a lo mismo, prefiere internalizar el costo de transacción, lo cual en un primer momento incrementa la eficiencia productiva de la firma, pero

4 En los puntos 1.2.1, 1.2.2 y 1.2.3 se tratan con mayor detalle los conceptos de racionalidad limitada, información asimétrica, comportamiento honesto u oportunista de los agentes económicos, costos de transacción, etc.

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reduce su flexibilidad para interactuar con otras empresas sobre todo cuando se tra-ta de productos específicos y con alto grado de complejidad tecnológica. El tercer tipo de posibilidad, se refiere al mercado de competencia perfecta, el cual es me-nos plausible en función de sus bajas o nulas potencialidades para la innovación y el aprendizaje tecnológico.

En el mismo sentido, desde el punto de vista de la expansión geográfica de la empresa multinacional, Casson (1987: 1) añade que la teoría neoclásica (que ve a la empresa sólo como una función de producción, uninacional y de una sola planta in-dividual), bajo condiciones de competencia perfecta se convierte en un caso espe-cial sumamente trivial.

Ahora bien, la siguiente gráfica muestra, de manera esquemática, qué autores están más interesados por los problemas de información y cuáles por los problemas del conocimiento. Se trata sólo de un resumen que no excluye la posibilidad de con-vergencias y divergencias teóricas más complejas entre concepciones y autores, al-gunos de los cuales se analizan con cierto detalle en este trabajo.

gráFIca 1aLgunos enFoques sobre La teoría de La eMpresa

L A E M P R E S A C O M OR E S P U E S T A A L O S

P R O B L E M A S D E IN F O R M A C IÓ N

IN C E R T ID U M B R E

IN F O R M A C IÓ N A S IM É T R IC A

R A C IO N A L ID A DL IM IT A D A

O P O R T U N IS M O

C R E A C IÓ N D EA C T IV O S

E S P E C ÍF IC O S

L A E M P R E S A C O M OF U E N T E D E

C O N O C IM IE N T O

IN C E R T ID U M B R E

R A C IO N A L ID A DL IM IT A D A

R U T IN IZ A C IÓ N D EA C T IV ID A D E S

C O M O F U N C IÓ N D EL A C A N T ID A D D E

IN F O R M A C IÓ NIN T R A E IN T E R -E M P R E S A R IA L

C O N O C IM IE N T OO R G A N IZ A C IO N A L

A L M A C E N A D OE N R U T IN A S

¿ Q U É E S L A E M P R E S A ?

A L C H IA N Y D E M S E T Z (1 9 7 2 ) :F O R M A E S P E C ÍF IC A D E O R G A N IZ A RL A A C T IV ID A D P R O D U C T IV A C O NE Q U IP O S D E P R O D U C C IÓ N .

J E N S E N Y M E C K L IN G (1 9 7 6 ) :C O N J U N T O D E R E L A C IO N E SC O N T R A C T U A L E S E N T R E IN D IV I-D U O S : T E O R ÍA D E L A A G E N C IA , C O N T R A T O E N T R E P R IN C IP A LY A G E N T E .

C O A S E (1 9 3 7 ) :L A E M P R E S A C O M O S U S T IT U T OD E L M E C A N IS M O D E P R E C IO S . D IS P O N IB IL ID A D Y C O S T O S D EL A IN F O R M A C IÓ N , T E O R ÍA D E L A O R G A N IZ A C IÓ N Y E C O N O M ÍA D EL O S C O S T O S D E T R A N S A C C IÓ N .

W IL L IA M S O N (1 9 7 5 -1 9 8 5 ) :E L P R O B L E M A D E L A E M P R E S A E S E L C O M P O R T A M IE N T O O P O R T U N IS T A , M Á S Q U E L A IN F O R M A C IÓ N A S IM É T R IC A ;É S T A S E P U E D E S U B S A N A R C O N U N C O M P O R T A M IE N T OH O N E S T O .

S IM O N (1 9 5 9 -1 9 7 2 ) :C O O P E R A C IÓ N E N T R E IN D IV ID U O S P A R A P O T E N C IA R S U R A C IO N A L ID A DL IM IT A D A Y L O G R A R M E T A S C O L E C T IV A S .

¿ Q U É E S L A E M P R E S A ?

N E L S O N Y W IN T E R (1 9 8 2 ) :D E P O S IT A R IA D E C O N O C I-M IE N T O P R O D U C T IV O , L A S M Á S R E N T A B L E S D E S P L A Z A NA L A S M E N O S R E N T A B L E S .

P E N R O S E (1 9 5 9 ) :O R G A N IZ A C IÓ N A D M IN IS T R A T IV AC O L E C C IÓ N D E R E C U R S O S P R O D U C T IV O S ”, M A T E R IA L E S

H U M A N O S .

C H A N D L E R (1 9 6 2 -1 9 7 7 ) :N Ú C L E O H IS T Ó R IC O D E L O SN E G O C IO S , C A P A C ID A D E SO R G A N IZ A C IO N A L E S D IN Á M IC A S .E C O N O M ÍA S D E E S C A L A Y D EC O B E R T U R A , P R O C E S O S D EA P R E N D IZ A J E E N P R O D U C C IÓ N ,C O M E R C IA L IZ A C IÓ N Y D IS T R IB U C IÓ N .

T E E C E (1 9 7 7 ) :P R O P IE T A R IA D E “C A P A C ID A D E SC L A V E ” O “C O R E C O M P E T E N C E S ”,L O Q U E L A S D IF E R E N C IA D E O T R A S E M P R E S A S .

M A R S H A L L (1 8 9 1 ) :E L C A P IT A L IN C L U Y E C O N O C IM IE N T O Y O R G A N IZ A C IÓ N .C O N E L C O N O C IM IE N T O S EIN C R E M E N T A L A P R O D U C C IÓ N ,L A O R G A N IZ A C IÓ N A Y U D A A L

C O N O C IM IE N T O .

Fuente: Elaborado con base en Fransman, M., (1994), “Information, Knowledge, Vision and Theories of the Firm”, en Rosenberg, et al. , Industrial and Corporate Change, Vol. 3, Núm. 3, pp. 713-757.

A continuación en las secciones 1.2 y 1.3 se examinan cada uno de los dos en-foques sobre la teoría de la empresa contemporánea esquematizados en la gráfica anterior. Se comienza con el análisis de la empresa como respuesta a los problemas de información y se vincula con la relación proveedor-comprador, el aprendizaje y la innovación tecnológica. El denominador común que caracteriza este enfoque es la existencia de información asimétrica, racionalidad limitada, oportunismo, incer-tidumbre y la creación de activos específicos.

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2 La eMpresa coMo respuesta a Los probLeMas de InForMacIón

Cabría preguntarse aquí ¿qué importancia tiene la relación entre la información, la racionalidad limitada y el oportunismo en las actividades de las empresas? Es difí-cil seleccionar una acepción de información adecuada para los fines que se propo-ne este trabajo. En la información existe siempre un agente emisor y un agente re-ceptor, entre los cuales puede predominar la asimetría y el oportunismo. Al mismo tiempo, dado que la cantidad de información relevante para la toma de decisiones es mayor que la capacidad de la mente humana para procesarla y tomar decisiones li-bres de incertidumbre y error, se incorpora el principio de racionalidad limitada in-troducido por Simon (1957) y recogido por Williamson (1989).

El problema entre los agentes económicos (proveedores y clientes) no es tan-to la información asimétrica, sino la posibilidad de existencia del oportunismo (Wi-lliamson, 1989). Éste se funda en la distribución asimétrica de la información como condición necesaria, pero no suficiente para que puedan ocurrir negociaciones de carácter oportunista. Es decir, la información puede convertirse en simétrica y, por lo tanto, contrarrestar el oportunismo si los individuos establecen relaciones de co-operación y de intercambio honesto de información.

Ahora bien, la información es una mercancía (“commodity”) capaz de generar conocimiento, y el conocimiento se identifica con un sistema de creencias produci-do por la información. La línea de causalidad va de la información al conocimien-to. Dicho de otro modo, el conocimiento es información procesada. La información es una serie cerrada; mientras que el conocimiento es una serie abierta (Fransman, 1994). El proceso de información y de creación del conocimiento es central en las empresas proveedoras y usuarias.

Existen algunos problemas relacionados con la díada información-conocimien-to. Si la primera es incompleta, el conocimiento resultante puede ser también in-completo o ambiguo. De esa manera, los agentes económicos no tienen un conoci-miento completo, con lo cual aparece la incertidumbre como un caso especial de la información y el conocimiento incompletos.

Por otra parte, la información y el conocimiento son de diferente naturaleza. La información se refiere a los datos con respecto a la situación del mundo y a las creencias en una situación aleatoria o contingente. El conocimiento, en cambio, es abierto e intangible, y está en permanente proceso de transformación y crecimien-to. Esto es válido también para el conocimiento al interior de las empresas (Frans-man, 1994).

2.1 La naturaleza de la empresa de acuerdo con el enfoque de Coase5

El mérito de la intuición coasiana acerca de la naturaleza de la empresa fue introdu-cir en el análisis económico la noción del costo de transacción, término que permite analizar las relaciones tecnológicas, de intercambio de información y conocimien-tos entre los agentes económicos que deciden: ya sea otorgar al mercado la función de asignar los recursos económicos; o bien, realizar dicha asignación a través de la

5 Coase, R., (1937), “La naturaleza de la empresa”, en La naturaleza de la empresa. Orígenes, evolución y desarrollo, en Williamson y Winter (comps.), FCE, México, 1996.

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SALVADoR PADILLA HERNáNDEZ

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empresa. En un caso, el empresario recurre al mercado para adquirir los bienes o servicios que requiere la producción de su empresa. En el otro, decide producirlos él mismo en la propia compañía.

Cualquiera que sea el caso: acudir al mercado o producir internamente, se incu-rre en un costo de transacción. La empresa coasiana compara lo que le cuesta pro-ducir internamente una unidad más, con lo que le cuesta dicha unidad comprada en el mercado o producida por otra empresa. De la comparación de los tres costos ante-riores la empresa decidirá, finalmente, comprar o producir. Luego entonces, la fun-ción principal que caracteriza a la empresa coasiana está definida en relación con la actitud que ésta asuma respecto del costo de transacción.

Coase cuestiona el que el sistema económico esté coordinado por el mecanismo de los precios; que el sistema económico opere por sí mismo; y que la dirección de los recursos dependa directamente del mecanismo de los precios6.

De esta manera, la característica distintiva de la empresa es la sustitución del mecanismo de los precios. No obstante, los precios son el vínculo de la empresa con el exterior. Así, tanto el empresario como el sistema de precios funcionan como me-canismo de coordinación en la asignación de los recursos.

Dentro de la empresa, las transacciones de mercado se eliminan y es el empre-sario-coordinador quien se encarga de dirigir la producción. El mercado y la empre-sa son métodos alternativos de coordinación de la producción. Empero, si una firma estuviese regulada por el mecanismo de precios, no habría necesidad de que exis-tiese la empresa. ésta sustituye en cierto grado al mecanismo de los precios. De he-cho, la coordinación de los factores de producción se realiza normalmente sin la in-tervención de dicho mecanismo. Es más, Coase sostiene que “... una empresa es un sistema de relaciones que surge cuando la dirección de los recursos depende de un empresario”. La empresa “se vuelve más grande a medida que el empresario organi-za transacciones adicionales [...] y se vuelve más pequeña a medida que el empresa-rio abandona la organización de tales transacciones” (Coase, 1937: 36 y 37).

La empresa es un mecanismo que sustituye al mecanismo de los precios cuando se opta, por ejemplo, por la integración vertical: “La razón principal de la convenien-cia de una empresa pareciera ser la existencia de un costo en el uso del mecanismo de los precios. El costo más obvio de la ‘organización´ de la producción mediante el mecanismo de precios es el descubrimiento de los precios relevantes”7.

Ante la pregunta “¿Por qué no se encarga toda la producción a una empresa grande?” Coase responde con la siguiente explicación: 1) a medida que crece una empresa los rendimientos podrían decrecer en función de la menor capacidad ad-ministrativa del empresario; 2) a medida que aumenta el número de transacciones

6 Para ello, Coase (1937) se apoya en A. Marshall, quien asigna a la organización el estatus de “cuarto factor de producción”; en J.B. Clark quien visualiza la actividad coordinadora del empresario; y en F. Knight quien, a su vez, introduce el papel del administrador.7 Los precios relevantes dependen de la interpretación que se dé al concepto “acumulación gradual de experiencia”. Si se supone que los individuos acumulan experiencia en relación, no sólo con su propio sistema de datos, sino también con respecto a los gustos y preferencias de los demás, adquirirá gradual-mente la capacidad para juzgar los precios de equilibrio de un mercado dado; y, por lo tanto, la propor-ción de la cantidad total de bienes intercambiados en cada período, a las tasas finales de intercambio, crecerá continuamente hasta que cubra el total de los intercambios, puesto que a largo plazo será con-veniente para todos los individuos realizar tantas transacciones como sea posible a los precios de equi-librio (Kaldor, 1973: 33-34)

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es posible que el empresario no pueda asignar los recursos de la mejor manera po-sible; y, 3) podrían aumentar los precios de oferta de uno o más factores de la pro-ducción.

Coase advierte que con el uso de las tecnologías de la información de su tiem-po, las posibilidades de organización espacial tenderían a aumentar la dimensión de la empresa; pero, por otro lado, está pensando en que el límite de crecimiento de una empresa está determinado por la capacidad de control y gestión del empresario indi-vidual. Sin embargo, con el surgimiento de la empresa multidivisional moderna ca-racterizada por la delegación de responsabilidades; las nuevas formas de organiza-ción; y, las nuevas tecnologías de la información, la conducción internacional de las grandes corporaciones ya no es más un problema individual o familiar sino de con-ducción profesionalizada de la corporación moderna.

Por otra parte, una empresa pequeña puede ser más eficiente que una grande en la asignación de los recursos y en la producción especializada de cierto tipo de bie-nes y servicios. Esas son las razones de por qué una empresa grande no crece al in-finito y prefiere acudir a otras empresas proveedoras. De ahí la actualidad y perti-nencia de la contribución coasiana en el análisis de las relaciones entre proveedores y clientes.

No obstante, debe señalarse también que la principal debilidad del análisis coa-siano radica en la división dicotómica que dicho autor hace entre mercados y jerar-quías, la cual excluye la posibilidad de una tercera forma de asignación de los recur-sos económicos: la coordinación inter-empresarial proveedor-comprador.

2.2 Razón de ser de la empresa

Herbert Simon, como se planteó más arriba, desarrolla el concepto de racionalidad limitada. De acuerdo con él, los seres humanos intentan actuar racionalmente en el sentido de lograr sus objetivos al máximo posible dadas ciertas circunstancias. Lo-grar dichos objetivos depende de la cantidad y calidad de la información que los in-dividuos, o empresas, puedan acumular y procesar. Eso es lo que se denomina “ra-cionalidad limitada”, a la cual define de la siguiente manera: “la capacidad de la mente humana para formular y resolver problemas complejos es muy pequeña com-parada con el tamaño de los problemas cuya solución es requerida por el comporta-miento objetivamente racional en el mundo real -o incluso por una aproximación ra-zonable a dicha racionalidad objetiva” (citada por Fransman, 1994: 726).

En ese sentido, para Simon la empresa permite, a través de la cooperación, la posibilidad de superar las limitaciones de la mente humana, y de esta manera lograr colectivamente lo que no se puede conseguir de manera individual. Esta parece ser la razón principal que Simon aduce para explicar la existencia de las empresas.8

Por otro lado, la empresa permite resolver el problema de oportunismo, la infor-mación asimétrica y reducir el costo de transacción. Además de resolver el principio de racionalidad limitada propuesto por Simon (Williamson, 1989).

El oportunismo y la información asimétrica aparecen juntos en el momento de la negociación de un contrato entre diferentes agentes económicos. La información

8 Véase, además, Simon (1957), los ensayos 14, “A Behavioral Model of Rational Choice (pp. 241-260); y 15, “Rational Choice and the Structure of the Environment”, (pp. 261-273) en Models of Man.

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asimétrica sugiere que los participantes en una transacción económica tienen una información desigual acerca del objeto a negociar9.

Y agrega: “...el oportunismo se refiere a la revelación incompleta y distorsio-nada de la información, especialmente a los esfuerzos premeditados para equivo-car, distorsionar, ocultar, ofuscar o confundir de otro modo. El oportunismo es res-ponsable de las condiciones reales o aparentes de asimetría de la información que complican enormemente los problemas de la organización económica” (William-son, 1989: 57).

Asimismo, sugiere que el oportunismo se puede contrarrestar de manera subs-tancial a través del establecimiento ex ante de cláusulas de salvaguardia apropiadas. La incertidumbre podría desvanecerse si los individuos fueran enteramente abiertos y honestos en la búsqueda del interés propio.

Por su parte, Simon argumenta que un mundo con abundante información no resuelve las dificultades que enfrentamos para tratar de comportarnos razonable-mente. La abundancia de información acentúa -paradójicamente- la escasez de me-dios para su manejo.

En el mismo sentido, Andersen (1991), propone que los paradigmas tecno-eco-nómicos (vistos desde la perspectiva microeconómica, sean interpretados como interfaces típicas entre proveedores y clientes), señala que éstos son sistemas al-tamente complejos ricos en información, donde los actores económicos tienen ca-pacidades limitadas de acopio y cómputo de la misma.

Los paradigmas tecnoeconómicos en la escala microeconómica que propone Andersen no sólo son una forma de coordinación del conocimiento tecnológico, sino también de coordinación entre empresas proveedoras y usuarias para el inter-cambio de un tipo particular de componentes en donde se comparten diseños y es-pecificaciones entre estos tipos de agentes económicos. El éxito de la relación, la in-novación y el aprendizaje depende de que la interface que se construya sea rica en intercambio de información y conocimientos.

2.3 La economía del costo de transacción

¿Qué papel juega el costo de transacción en las negociaciones contractuales entre empresas proveedoras y empresas usuarias? La economía del costo de transacción busca establecer un marco analítico para la empresa que integre el costo de transac-ción, el derecho y las instituciones. En este enfoque se entiende que las institucio-nes económicas del capitalismo tienen el propósito y el efecto fundamental de eco-nomizar los costos de transacción10.

9 Willianson (1989: 54) es aun más contundente en la definición del oportunismo: “Entiendo por opor-tunismo la búsqueda del interés propio con dolo. Esto incluye algunas formas más flagrantes tales como la mentira, el robo y el engaño, pero no se limita a ellas. Más a menudo, el oportunismo comprende al-gunas formas más sutiles de engaño. Se incluyen aquí tanto las formas activas como las pasivas, y tanto los tipos ex ante [“selección adversa”] como los tipos ex post [“azar moral”].10 Al medir los costos de negociación que privan en el mercado (como son los costos relacionados con la banca, los seguros, las finanzas, las ventas al mayoreo y el comercio al menudeo o, la contratación de abogados y contadores, etc.) en la economía de Estados Unidos, Wallis y North (1986) encontraron que más del 45% del ingreso nacional se dedico a las negociaciones y, además, que este porcentaje se había incrementado aproximadamente en un 25% desde hace un siglo.

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Ahora bien, el costo de transacción representa el aspecto central en la teoría de-sarrollada por Williamson. éste acepta el concepto de costo de transacción de Arrow quien lo define como: los “costos de la administración del sistema económico”, tales costos “deben distinguirse de los de producción, que es la categoría de costos de la que se ha ocupado el análisis neoclásico. Los costos de transacción -agrega Arrow- son el equivalente económico de la fricción en los sistemas físicos”.11

Asimismo, las empresas, los mercados y la contratación son instituciones eco-nómicas importantes del sistema capitalista donde el contrato juega el papel central. La perspectiva de Williamson es más microanalítica y la “especificidad de los acti-vos” son parte esencial de la organización económica. Ésta se reduce a un “proble-ma de contratación”. Lo que él denomina la nueva economía institucional se rela-ciona con la eficiencia del contrato. Además, la economía del costo de transacción supone que los agentes económicos están sujetos a una racionalidad limitada.

En el establecimiento de relaciones contractuales entre proveedores y clientes el comportamiento de unos y otros puede diferir en cuanto al manejo de la informa-ción, la actitud frente al riesgo y la incertidumbre. De ahí la importancia que Wi-lliamson atribuye al contrato y a las estructuras de gobernación especializadas en el conocimiento y resolución de los arbitrajes y litigios.

Williamson (1989: 53-76) aborda el fenómeno del “hombre contractual” desde tres puntos de vista: los supuestos conductistas, la dimensión de las transacciones y la transformación fundamental, respectivamente.

Esos tres puntos de vista se refieren, en esencia, a lo siguiente:

1. El estudio de la economía del costo de transacción incluye el examen de la naturaleza humana en lo que se refiere a la racionalidad limitada y a la bús-queda del interés propio. Dicho de otra manera, la racionalidad limitada y el oportunismo constituyen el supuesto cognoscitivo en que se funda la econo-mía del costo de transacción. Esta última se ocupa de las formas en que se asig-nan los recursos y se realizan las transacciones económicas entre proveedores y clientes.

2. La economía del costo de transacción sostiene que hay razones para que unas transacciones se realicen de una forma y las demás de otra manera12. El modo en que se realizan dichas transacciones entre proveedores y comprado-res depende, principalmente, de la especificidad de los activos y la incertidum-bre. La especificidad de los activos, la racionalidad limitada y la incertidumbre son las claves para el entendimiento de la organización económica entre pro-veedores y clientes.

3. Los proveedores compiten unos contra otros al participar en los procesos de licitación que lanzan las firmas compradoras. El proveedor ganador realiza inversiones en activos específicos desplazando a los demás y lo que antes era un

11 Arrow concede tal importancia a los costos de transacción que por encima de las fallas del merca-do, esos costos pueden obstruir o impedir la formación de mercados organizados, como los que se es-tablecen entre empresas productoras y usuarias (véase Williamnson, 1989, nota de pie de página núm. 8, pp. 29-30).12 Williamson (1989: 61) propone que “Una teoría visionaria de la organización económica requerirá que se identifiquen los factores responsables de las diferencias existentes entre las transacciones”.

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gran número de licitaciones se transforma en una relación bilateral comprador-fabricante. De esta manera, tanto el comprador como el proveedor pueden obte-ner ahorros en la medida en que los contratos sean de largo plazo. Con ello se logran economías de comunicación con base en el desarrollo de un lenguaje co-mún y especializado a medida que se acumula la experiencia y la confianza ins-titucional y personal entre el proveedor y el usuario. Ambas partes desean maxi-mizar el beneficio conjunto, pero también cada una de ellas desea apropiarse de una mayor porción de los beneficios cada vez que se tiene que negociar un nue-vo contrato.

Williamson ve en las estructuras de gobernación (negociación y elaboración de contratos) la forma de atenuar el oportunismo y la manera de infundir confianza a los proveedores y compradores.

Por su parte, Baudry (1995: 68-70) expone el mismo problema en función del “dilema del prisionero”, a través del cual se comprende mejor la naturaleza de las negociaciones inter-empresariales de carácter cooperativo o no cooperativo. La pre-misa central del “dilema del prisionero” consiste en que en un juego no cooperati-vo el resultado es claramente inferior al que se obtendría en caso de una estrategia cooperativa. En cambio, si ambos jugadores cooperan la ganancia total a repartirse entre las dos partes se maximiza.

2.4 La especificidad de los activos y la integración vertical

La especificidad de los activos (Williamson, 1989: 103)13 alude a las característi-cas de los bienes de producción que influyen en la decisión de la empresa para in-tegrarse de manera vertical. Las decisiones de inversión en este tipo de bienes de producción implican, desde luego, todo un proceso de negociación entre las empre-sas productoras y usuarias donde puede privar, como se vio más arriba, el compor-tamiento honesto u oportunista en función de la información disponible para cada una de ellas.

Williamson rastrea el origen del concepto de especificidad de los activos en los Principios de Economía de Marshall. Aunque dicho concepto había sido relegado, hoy día adquiere relevancia a raíz de que el nuevo modelo microeconómico, que consiste en el diseño de la interface entre empresas productoras y usuarias, se impo-ne como paradigma dominante.

Como se ha expuesto, la información asimétrica, el oportunismo, la racionali-dad limitada, la especificidad de los activos y los costos de transacción determinan la decisión de la empresa para integrarse o no de manera vertical.

13 Existen cuatro tipo de activos específicos: 1) la especificidad de sitio, alude a la proximidad de la re-lación productiva entre proveedores y clientes; se caracterizan por su inmovilidad, lo que implica un alto costo de establecimiento o de reubicación para dar continuidad a la relación de intercambio bilateral du-rante la vida útil de los activos. 2) La especificidad de los activos físicos se refiere a las características materiales de los mismos y, por lo tanto, constituyen un dato para que el comprador pueda tomar la deci-sión de producirlo internamente, en lugar de adquirirlo en el mercado. 3) La especificidad de los activos humanos tiene que ver con la calificación, la habilidad, el aprendizaje y el conocimiento de las personas involucradas en el proceso productivo. 4) Los activos dedicados, se refieren a las inversiones realizadas para expandir la planta existente a causa de la demanda de un comprador particular.

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Una empresa decide integrarse verticalmente cuando el costo de transacción (el cual incluye, entre otras cosas, el costo de intercambio de información y conoci-mientos tecnológicos) es elevado14. No obstante, el proceso de monopolización dis-minuye la posibilidad de interrelación de la empresa que se integra verticalmente con el resto de las empresas.

Ahora bien, la integración vertical ocurre cuando una empresa decide economi-zar o internalizar los costos de transacción al producir internamente la mayoría de las partes y componentes que requiere para la fabricación de un producto final. De esta manera la integración vertical es un proceso que puede desembocar en la mo-nopolización. Este hecho ha provocado controversias entre los que ven en la inte-gración vertical la virtud de la eficiencia, y los que temen en ella el perjuicio para la sociedad. Este tipo de integración depende, en parte, de la especificidad de los ac-tivos; es decir, ésta no está determinada siempre por motivos tecnológicos. La inte-gración vertical es una forma de organización económica que sólo se determina por la tecnología cuando ésta cambia de manera radical. En todo caso, en opinión de Williamson, en la decisión de una empresa de integrarse verticalmente influye más la economía del costo de transacción (Williamson, 1989:111 y sigs.)15.

Este parece ser el lugar y el momento adecuados para plantear que la simplifi-cación dicotómica que establece como única disyuntiva: integración vertical o mer-cado, es fuertemente cuestionada por los postulados de Richardson (Baudry 1995: 31-35) quien expone como alternativa la “cuasi-integración” o la “cooperación in-terfirmas”. Para Richardson, la esencia de los acuerdos de cooperación es la con-fianza, la obligación y la garantía de un determinado comportamiento futuro. La di-cotomía coasiana no permite captar la complejidad de las relaciones inter-firmas, sino más bien la empobrece. En la realidad –se ejemplifica- que una firma A puede ser filial común de B y C, tener acuerdos de cooperación con D y E, subcontratar a F y tener acuerdos comerciales con G, etc.

Richardson propone, en esencia, tres mecanismos de coordinación de la acti-vidad económica: la dirección (organización), el mercado (mecanismo de precios) y la cooperación (a través de redes inter-empresariales complejas en proceso de in-tercambio de información y conocimientos o en procesos de investigación y desa-rrollo [IyD] ).

14 La integración vertical puede definirse como la propiedad o control, por parte de una empresa, de las diferentes fases del proceso productivo. Se habla de “integración hacia abajo” para las fases que van des-de la producción a la distribución y de “integración hacia arriba” para las fases que van desde la obten-ción de materias primas a la producción. La integración vertical puede llevarse a cabo gracias a nuevas inversiones y/o mediante concentración vertical y adquisición de empresas existentes y cuyas activida-des se sitúan en diferentes fases de la producción. Uno de los móviles esenciales de la integración verti-cal es la búsqueda de una mayor eficiencia y la reducción de los costos de transacción. Por el contrario, la integración horizontal tiene lugar entre empresas que producen y venden los mismos bienes, es decir entre empresas competidoras (OCDE, 1995).15 Williamson distingue dos tipos de integración: 1) la integración “mundana”, comprende la integración de las etapas de producción sucesivas dentro de una tecnología dada y, 2) la integración de las activida-des periféricas. Esta última comprende, a su vez, la integración hacia atrás (materias primas); lateral (in-tegración de componentes) y hacia delante (distribución).

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2.5 La empresa capitalista “clásica”, medición de la productividad y el equipo de producción

El punto de partida de Alchian y Demsetz (1972)16 es que en el mercado de una so-ciedad capitalista, los recursos son poseídos y distribuidos por organizaciones no gubernamentales como las firmas de negocios, las familias y los mercados. Los pro-pietarios de los recursos buscan incrementar la productividad a través de la coope-ración especializada, y esto conduce a la demanda de organizaciones económicas que la faciliten.

La idea anterior los lleva a definir a la empresa como un equipo de producción [en el que existen dos partes, la parte] que utiliza los insumos y [la parte que] cen-traliza todos los insumos, de acuerdo a un arreglo contractual.

Además de explicar lo que es un equipo de producción, los autores intentan re-solver el problema de cómo medir la productividad del equipo y asignarle la re-muneración correspondiente. El ambiente (u organización económica) en donde operan los propietarios de los insumos los cuales harán mejor uso de sus venta-jas comparativas hasta el grado en que se facilite el pago de las remuneraciones de acuerdo con la productividad.

El equipo de producción se creará, sí y sólo sí, la producción conjunta de los insumos productivos resulta más que proporcional a la sumatoria de cada uno de ellos, lo cual representa una fuente para el incremento de las ganancias en función de la cooperación o del empleo de insumos cooperativos.

En términos de la relación entre productores y clientes, lo anterior equivale a que el establecimiento de relaciones de colaboración interempresarial, en cuanto al intercambio de información y conocimientos técnicos, potencia las capacidades productivas de cada una de las empresas involucradas en dicha relación.

Según Alchian y Demsetz el problema es entonces saber cómo remunerar a los miembros del equipo e inducirlos a trabajar eficientemente. La respuesta de los au-tores a esta cuestión es equivalente a afirmar que los miembros del equipo tienen un incentivo para llevar a cabo actividades de monitoreo y control de manera contrac-tual y espontánea. Si estos últimos evaden sus responsabilidades, la oferta de tra-bajo existente en el mercado puede funcionar como un mecanismo que los sustitu-ya dentro del equipo17.

El control efectivo no puede llevarse a cabo a través de la competencia en el mercado, porque para que ésta sea completamente efectiva se debe conocer si los nuevos miembros del equipo evaden sus responsabilidades, esto es, saber [en que monto los nuevos miembros del equipo] incrementan el producto neto, comparado con [el producto neto de] los insumos (“inputs”) a los que reemplazan].

Según ambos autores son necesarias dos condiciones para el surgimiento de la

16 Para Alchian y Demsetz “las relaciones contractuales no son la esencia de la organización”. [Cabe des-tacar que los autores se refieren explícitamente a que esas relaciones no son de largo plazo], porque “ha-blar de administrar, dirigir o asignar tareas a largo plazo es una [manera] engañosa [de ver los contratos] porque el empleador está continuamente involucrado en negociaciones contractuales en los términos que sean aceptables para ambas partes [...] que de ninguna manera son relaciones a largo plazo”.17 Es decir, los miembros del equipo pueden dejar de evadir sus responsabilidades como resultado del monitoreo y control. Específicamente, se asume que los beneficios del monitoreo y control, que surgen al elevarse la productividad, excederían los costos de dicha actividad.

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empresa y el establecimiento de relaciones contractuales: 1) la posibilidad de incre-mentar la productividad a través de la producción en equipo, técnica de producción para la cual es costoso medir directamente el producto marginal de los ‘insumos’ [que cooperan en la producción]. Esto hace más difícil reducir la ‘evasión de res-ponsabilidades’ a través del simple mercado de intercambio entre los insumos que cooperan [en la producción], 2) es menos costoso estimar la productividad marginal si se observa o especifica el comportamiento de los insumos.

Una de las conclusiones más importantes que los autores mencionados despren-den de su definición de la firma es que ésta sirve como sucedáneo altamente espe-cializado del mercado. Cabe preguntar ¿especializado en qué sentido?, en el sentido de que reduce los riesgos de la información asimétrica existente en el mercado. Esto es, la economía neoclásica supone que los factores de producción son homogéneos, pero en realidad esos factores poseen diferentes capacidades que son la base de los contratos. En palabras de Alchian y Demsetz los términos de los contratos forman la base de la entidad llamada empresa, y puesto que el empleador puede “monito-rear” una gran cantidad de insumos, adquiere información especial sobre sus talen-tos productivos con lo cual dirige la empresa eficientemente.

En otras palabras, en el contexto de la propiedad privada y por el derecho que tiene el empleador al formar equipos de producción, dota de información a los insu-mos empleados y con ellos logra combinar las actividades del equipo. No solamente es el empleador el que decide qué producirá cada insumo, sino que decide cuál com-binación de insumos heterogéneos trabajarán más eficientemente.

No obstante, se puede lograr una combinación de insumos menos costosa den-tro de la empresa en lugar de contratar o alquilar nuevos recursos fuera de la misma, porque esto supone un incremento en los costos de información que implica cono-cer las habilidades de los nuevos empleados, por lo tanto, el empleador preferirá la promoción y revisión de los contratos.

Ahora bien, el costo de evaluar las productividades marginales de aquellos re-cursos y servicios propiedad del empleador, surge de la no-separabilidad (o indivisi-bilidad) de los productos del equipo de producción. Monitorear o medir las produc-tividades para igualar las productividades marginales a los costos de los insumos, y de ese modo reducir la evasión de responsabilidades, puede ser más económico para una empresa en lugar de entablar negociaciones bilaterales (comprador-fabri-cante) en el mercado.

Si éste no es el caso, lo más probable es que la empresa tienda a integrarse ver-ticalmente, con las ventajas inmediatas que ello implica, pero con los costos que hay que asumir en el largo plazo en función de las menores posibilidades de inte-racción con otras empresas.

Por último, la teoría de la agencia se refiere al grupo de economistas que ven en la firma una respuesta a los problemas de la información. Entre ellos se encuentran Jensen y Meckling, quienes caracterizan a la compañía como un nexo contractual “principal-agente” (Fransman, 1994: 719-729). El contrato con los empleados, pro-veedores, clientes, acreedores, etc., es la esencia misma de la empresa.

Estos autores definen la “relación de agencia” como un contrato en el cual una persona (el “principal”) contrata a otra (el “agente”) para que a su nombre tome ciertas decisiones y realice ciertas tareas. En dicha contratación se genera necesa-

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riamente un costo denominado “costo de agencia”.Lo anterior significa que si ambas partes, proveedor y usuario, son maximiza-

dores pueden entrar en conflicto e incurrirán en dicho costo de agencia, pues cada uno velará por sus propios intereses, no necesariamente similares, lo cual involucra un problema de asimetría de información y, por lo tanto, de oportunismo.

3. La eMpresa coMo Fuente de conocIMIento

De acuerdo con la clasificación seguida en este ensayo, el segundo enfoque acerca de la teoría de la empresa se refiere a ésta como fuente o depósito de conocimientos (véase la gráfica 1). Aquí surgen de nuevo los problemas de la racionalidad limita-da, la información y la incertidumbre. Esta es una idea común que comparten casi todos los puntos de vista sobre la teoría de la firma y no sólo los que parecen conce-der mayor importancia al conocimiento.

3.1 Teoría evolucionista de la empresa

Nelson y Winter, (1982)18 consideran que la principal motivación de la empresa es la ganancia; pero al mismo tiempo, la búsqueda de nuevos caminos para incremen-tarla, y no sólo la maximización exógena de la misma, como lo postula la teoría neoclásica de la competencia perfecta.

El centro de las preocupaciones de ambos autores es analizar de qué manera el progreso técnico impulsa el crecimiento económico. Al igual que Simon, incorpo-ran a su análisis el supuesto de racionalidad limitada, pero más que el comporta-miento de los individuos y las empresas, les preocupa la evolución de la industria. Es por ese camino que dichos autores arriban a la teoría de la empresa.

De acuerdo con Nelson y Winter la rutinización de las actividades, al interior de las empresas, se debe en buena medida a la cantidad y la complejidad de la in-formación. Es en las rutinas donde se almacena el conocimiento organizacional de las empresas. Las habilidades individuales son análogas a las rutinas organizacio-nales y son de tres tipos: 1) las programáticas, que implican una secuencia de pasos complementarios para la consecución de un propósito; 2) los conocimientos, que en buena medida son de carácter tácito en el sentido de que quien los posee no los pue-de expresar fácilmente en todos sus detalles; y 3) las selecciones que implican, fre-cuentemente, realizar numerosas decisiones relacionadas con las actividades coti-dianas al interior de la empresa.

Tres conceptos esenciales constituyen la base de la teoría evolucionista de la empresa: 1) las rutinas, 2) la búsqueda (o investigación) y 3) la selección del am-biente. Para Nelson y Winter el punto de partida es la cantidad de información y la capacidad limitada de los individuos y las empresas para procesarla y tomar deci-siones optimizadoras. Las rutinas se presentan como una respuesta a los problemas

18 Este texto recoge toda una tradición de análisis científico que abarca no sólo a la biología, sino tam-bién a otras ciencias, además de la economía. Dicha obra se ha convertido en referencia obligada de un buen número de autores que comparten el mismo enfoque teórico, mediante el cual desarrollan una teo-ría evolucionista de las capacidades y el comportamiento de las empresas que operan en un ambien-te de mercado.

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de información, pero también como la manera en que la empresa acumula conoci-mientos. Esto es, el comportamiento rutinario de los individuos y de las empresas es una reacción ante la complejidad y la incertidumbre, bajo condiciones de racio-nalidad limitada. El comportamiento de las firmas se explica normalmente en fun-ción de sus rutinas. Es en las rutinas donde la empresa almacena sus conocimientos específicos. Las rutinas son consideradas como el resultado de un proceso de apren-dizaje tecnológico destinado a incrementar la productividad y las ventajas competi-tivas de la empresa (Nelson: 1995, 70-72).

En ese sentido, Fransman (1994) resume de la siguiente manera la importancia que tienen las rutinas para la empresa, de acuerdo con los teóricos evolucionistas: 1) permiten a la compañía enfrentar la complejidad y la incertidumbre en condicio-nes de racionalidad limitada; 2) facilitan diferenciar a una empresa de otra en fun-ción de sus rutinas; 3) son una forma de almacenar el conocimiento acumulado por la empresa; 4) hacen posible ligar los cambios de mercado, con el cambio técnico y crecimiento económico; y 5) son la fuente de la competitividad de la empresa.

Por otra parte, la búsqueda (o investigación) es una actividad que genera varie-dad y la variedad junto con la selección de ambiente son la base de la evolución de la empresa. La selección del ambiente en el que se desenvuelve una empresa afecta su desempeño de tal manera que puede expandirse, contraerse e incluso perecer.

En el ámbito de la teoría evolucionista de la empresa, la cantidad y calidad de la información tiene un papel relevante en el establecimiento de la relación entre pro-ductores y clientes; es una forma de enfrentar la racionalidad limitada, la incerti-dumbre y la complejidad requerida para la elaboración de dispositivos y productos de alta complejidad tecnológica.

3.2 Conocimiento y aprendizaje tecnológico

Lundvall (1996) propone el concepto de “economía del aprendizaje” para confron-tarlo con la teoría neoclásica de la competencia perfecta. El aprendizaje es un pro-ceso interactivo y el conocimiento es un activo colectivo distribuido en redes y or-ganizaciones. El aprendizaje interactivo ocurre preferentemente entre proveedores y clientes.

También distingue entre conocimiento tácito y codificado, sostiene que entre ambos existe una relación simbiótica. El concepto de “economía del aprendizaje” tiene un doble significado: 1) se refiere al cambio tecnológico, a las habilidades, preferencias e instituciones, 2) se hace alusión a las tendencias históricas específi-cas que hacen que el aprendizaje y el conocimiento sean cada vez más importan-tes en la economía.

Asimismo propone distinguir cuatro tipos de conocimiento: el Know-what, el Know-why, el Know-how y el Know-who. Al respecto lo interesante quizá sea resal-tar que además del Know-how al que se alude normalmente, Lundvall define las ca-racterísticas de los cuatro tipos de conocimientos.

Por ejemplo, el know-what se refiere a hechos factuales. El know-why está más relacionado con el conocimiento científico, mientras que el know-how se refiere a las habilidades; esto es, a la capacidad de realizar algo productivo (conocimiento personal). En la medida en que el conocimiento se hace más complejo, tienden a de-

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sarrollarse formas de cooperación o redes industriales, grupos de investigación y la-boratorios de IyD. Por tales razones el know-who se hace cada vez más importante pues se refiere a quienes saben lo que debe hacerse.

Así, si el know-how es básicamente tácito, se desarrolla en su forma más com-pleja sólo con años de experiencia a través del aprender haciendo e interactuando con otros expertos en el mismo campo; y además si entre los mercados y las jerarquías existen formas intermedias o redes industriales que lo hagan posible. Lundvall sugie-re, por analogía, que algo similar ocurre entre el conocimiento tácito y el codificado: las redes de empresas basadas en el conocimiento, los grupos de investigación y los expertos quizá puedan ser considerados como la expresión de la creciente importan-cia y complejidad del conocimiento codificado local más que universal.

Por otro lado, al tomar como punto de partida a la empresa como fuente de co-nocimientos han surgido algunos estudios que analizan la dinámica del aprendizaje tecnológico en las relaciones inter-empresa, a partir del conocimiento generado en un acuerdo tecnológico (Lazaric y Marengo, 1997). Un acuerdo tecnológico se defi-ne como una figura o un “lugar de aprendizaje”, de donde surge un nuevo cuerpo de conocimientos distinto a los esquemas de saberes existentes en cada una de las em-presas que suscriben tal acuerdo, y cuyo éxito depende de la forma en que se fijan los mecanismos de interacción para generar nuevos conocimientos colectivos.

Sin embargo, ¿cómo ocurre tal dinámica en la vinculación proveedor-compra-dor, de manera que surjan innovaciones a partir de las experiencias creadas en el acuerdo tecnológico? Existen diversos mecanismos o instrumentos de interacción inter-firma favorables y/o desfavorables a la generación de nuevos conocimientos: 1) la comunicación y las formas de compartir el conocimiento; 2) la generalidad y/o especificidad del conocimiento y, 3) la diversidad y/o no-diversidad de las ba-ses del conocimiento.

El primer mecanismo significa que en el momento en que dos empresas esta-blecen un acuerdo tecnológico cada una de las partes posee un cúmulo de conoci-mientos tanto codificados como tácitos, que se convierten en un obstáculo a la inno-vación en la medida en que las partes no los puedan o quieran transferir de manera clara. Se advierte entonces que uno de los elementos exitosos para compartir los co-nocimientos es la posibilidad de codificación de esos saberes.

El segundo mecanismo, la generalidad/especificidad del conocimiento hace re-ferencia, por una lado, al conocimiento general aplicable a las innovaciones tecnoló-gicas y; por otro lado, al saber específico que es la manera en que se aplica el ingenio y las habilidades personales o de grupo para resolver determinados problemas19.

El tercer mecanismo de la relación inter-empresa es la diversidad/no diversidad de las bases del conocimiento, que puede ser una barrera a la innovación tecnológi-

19 Uno de los primeros autores en percatarse de la importancia del conocimiento tácito fue Hayek (1945), al plantear que el conocimiento de las circunstancias de las que debemos valernos nunca existen en for-ma concentrada o integrada, sino sólo como pequeñas fracciones de conocimiento incompletas y con-tradictorias. Bajo esta perspectiva, el uso eficiente del conocimiento tiene varios problemas: a) la forma como éste se comunica o transmite entre las personas, b) su dispersión entre las personas, c) la existen-cia de diferentes tipos de conocimientos y d) las circunstancias particulares de tiempo y lugar. En con-secuencia Hayek propugna por la descentralización del conocimiento porque sólo así se puede asegurar que el conocimiento de las circunstancias particulares de tiempo y lugar pueden ser utilizadas para adap-tarse a los cambios tecnológicos.

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ca en la medida en que dichas bases sean heterogéneas. Cuando una empresa usua-ria establece un acuerdo tecnológico con una proveedora, detenta un conjunto de saberes diferentes a los que posee su contraparte. Sin embargo, con el acuerdo tec-nológico se busca lograr la homogeneización del conocimiento.

Estos tres mecanismos son exitosos para la innovación cuando se logra la coor-dinación cognoscitiva entre las empresas involucradas en el acuerdo. Ahora bien, la dinámica de tales acuerdos no se puede analizar sin referirse a las características de las rutinas desarrolladas en ellos.

Algunas de las rutinas equivalen a la creación de activos específicos, tangibles o intangibles: activos tecnológicos, activos relacionales y activos organizacionales. El primer tipo de activos son, por ejemplo, aquellos que pueden difundirse y tienen una aplicación más amplia.

Los activos relacionales dependen de la creación de lenguajes y confianza per-sonal y organizacional; mientras que los activos organizacionales se refieren a la construcción de meta-reglas (reglas que sirven para reorganizar el conocimiento) y que permiten establecer la transferibilidad de soluciones técnicas o la exclusivi-dad de tales soluciones.

3.3 Elementos que intervienen en la relación proveedor-ensamblador

En la vinculación proveedor-comprador intervienen cuatro elementos principales (Lundvall, 1988): 1) los flujos de información existentes; 2) la selectividad de di-cha relación; 3) el tiempo que implica construir los lazos económicos; y 4) el “es-pacio económico” en el que se llevan a cabo los vínculos entre ambos agentes eco-nómicos. Algunos de los elementos planteados por este autor complementan a los conceptos evolucionistas de Nelson y Winter. No obstante, Lundvall les imprime un matiz diferente.

El primero elemento significa que los flujos de información entre proveedores y clientes pueden ocurrir si existen canales a través de los cuales puede ser transmiti-do un mensaje. Establecer esos canales de información es un proceso que involucra tiempo y costo; además, crear un código común implica, además de tiempo, apren-dizaje –en términos de un mercado organizado, el “learning-by-interacting” incre-menta la efectividad de un conjunto dado de canales y códigos de información.

El segundo elemento de la relación entre productores y clientes es la selectivi-dad. Es decir, puesto que cada productor tendrá una interacción muy cercana con un subconjunto de clientes potenciales, y viceversa, la selectividad refleja la necesidad de desarrollar relaciones no económicas de jerarquía y confianza mutua.

El tercer elemento se refiere a que desarrollar este tipo de relaciones selectivas o establecer canales y códigos de información efectivos requiere tiempo. Debido a factores como la aversión al riesgo, la resistencia al cambio y el reforzamiento de las relaciones existentes, el usuario preferirá confiar en productores que conoce por experiencia, en lugar de verse involucrado con un nuevo productor.

Por estas razones las relaciones entre proveedores y clientes tenderán a perdurar y presentarán cierta resistencia al cambio; pero, sólo si los costos de mantener las relaciones existentes aumentan, o si los incentivos económicos ofrecidos por una nueva relación son sustanciales, puede ser posible que los clientes establezcan nue-

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vas relaciones con proveedores. El cuarto elemento alude a que los vínculos entre proveedores y clientes se de-

finen en un “espacio económico” en donde se acoplan unidades económicas dentro de un sistema insumo-producto. La importancia de la distancia entre uno y otro va-ría de acuerdo con tres tipos de actividades innovativas: cuando la tecnología es es-table, la información puede intercambiarse a través de estándares, por lo que la in-formación se transmite a grandes distancias con costos reducidos; por lo tanto, las relaciones que involucran unidades alejadas unas de otras son efectivas a través de tales códigos.

Por otra parte, si el proveedor y el ensamblador del producto final desarrollan un dispositivo complejo la distancia que los separa debe ser menor, y los códigos deben ser flexibles y complejos; además, si existen diferencias culturales entre am-bos no se establecerían códigos de conducta que faciliten la decodificación de los mensajes intercambiados.

Asimismo, si la tecnología cambia rápida y radicalmente, se vuelve importan-te la proximidad geográfica y cultural entre ambos agentes. En ausencia de están-dares y códigos generalmente aceptados de información, las interfaces y la cultu-ra común se convierten en elementos de importancia decisiva para el intercambio de información.

3.4 La contribución de Chandler

“El corazón en la historia de los negocios es la firma” (Chandler, 1993: 24). Tal es la premisa en que se apoya este autor para examinar, desde el punto de vista histórico, el aprendizaje y el cambio tecnológico. La segunda premisa es que el papel prima-rio de las empresas en el cambio tecnológico ha sido el desarrollo, no el descubri-miento, de nuevos productos y procesos. Más aun añade que la investigación inno-vadora ha corrido a cargo de las firmas más que de las agencias gubernamentales20.

Desde la perspectiva de la empresa pueden ser discernidos tres tipos de desarro-llos. El primero es el aprendizaje implicado en la comercialización inicial de nue-vas innovaciones tecnológicas. El segundo es la institucionalización del proceso de aprendizaje para desarrollar nuevos bienes y máquinas, a través de la formación de organizaciones especializadas y separadas al interior de una firma ya establecida, pero distintas de los departamentos de producción, distribución y compras. El ter-cero es el mejoramiento continuo y acumulativo de los productos y procesos exis-tentes que ocurren al interior de una firma establecida.

Chandler hace hincapié en la relación estrecha entre las empresas, el proceso de aprendizaje y el cambio tecnológico. Por otra parte, define las características de la empresa moderna e incluye el aprendizaje “by selling”. Esto es, al aprendizaje en el proceso de producción agrega el aprendizaje en el proceso de distribución y co-mercialización internacional.

Con la integración del diseño, la producción y ventas, las empresas se convirtie-ron en el conducto de enlace continuo entre el proceso tecnológico y las necesidades

20 Esto sin tomar en cuenta la investigación atómica y aeroespacial a cargo de los departamentos de De-fensa y Energía, de los Estados Unidos.

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de los consumidores. La relación fue regularizada entre el departamento de “mar-keting”, los gerentes de producción, los diseñadores de procesos y con frecuencia también entre gerentes y especialistas en tecnología e ingeniería de las universida-des e institutos de investigación.

Las empresas más exitosas en la comercialización de nuevos productos en la etapa que los historiadores han denominado la “Segunda Revolución Industrial”, fueron aquellas que realizaron tres tipos de inversiones: 1) en la planta de manufac-tura con lo cual se lograron las economías de escala y cobertura; 2) inversiones en “marketing” y distribución para acceder a los mercados internacionales; y, 3) en la administración y dirección jerárquica para planear las estrategias competitivas y lo-grar el crecimiento continuo.

Chandler, al igual que muchos otros autores, sostiene que el precio no es el fac-tor más importante para competir. Mejor dicho: “el precio permanece como una va-liosa arma competitiva, pero más significativas para el éxito competitivo fueron las habilidades de la empresa para mejorar sus procesos de producción y distribución, para construir relaciones laborales más efectivas, para proveer servicios de “marke-ting” más eficientes, para encontrar a los proveedores más adecuados, y para mo-verse más rápidamente hacia los mercados en expansión y salirse de los mercados en declive” (Chandler, 1993: 27).

Luego entonces, Chandler subraya no sólo la institucionalización del aprendi-zaje, sino también plantea el aprendizaje en la creación de empresas, para lo cual proporciona ejemplos históricos al comparar el caso de la industria Británica y Ale-mana.

Después de que las nuevas empresas habían aprendido lo intrincado de las nue-vas formas de producción y distribución, muchas institucionalizaron rápidamente el aprendizaje de la producción específica. Debido a la sistematización del aprendiza-je adquirido al llevar su producción inicial al mercado, estas firmas fueron las pri-meras en crear las organizaciones internas especializadas para el desarrollo de pro-ductos y procesos.

Por otra parte, para explicar el fracaso de las empresas estadounidenses en la industria de los semiconductores, por ejemplo, Chandler sostiene la tesis de que las compañías pioneras fallaron en la institucionalización del proceso de aprendizaje al interior de sus empresas. En lugar de hacer inversiones de largo plazo para la crea-ción de capacidades organizacionales y continuar la reinversión, estas empresas pri-vadas permanecieron pequeñas o fueron vendidas a los japoneses. La salida de gru-pos de ingenieros destruyó los equipos de producción existente, los cuales a través del “learning by doing” habían creado la siguiente generación de productos mejora-dos en esta industria tecnológicamente dinámica y compleja. Más importante que la rápida pérdida de la participación en el mercado mundial de los semiconductores ha sido la continua falla en la institucionalización del proceso de aprendizaje.

La diferencia esencial entre las empresas estadounidenses y japonesas -conclu-ye Chandler- ha sido el grado de coherencia que éstas últimas han mostrado desde los años 20´s. Las empresas japonesas han sido coherentes al producir equipo eléc-trico y de telecomunicaciones, y si bien se han diversificado, al contrario de sus con-trapartes americanas, esta diversificación ha ocurrido sólo en líneas de producción estrechamente relacionadas. Más aun las empresas japonesas pertenecen al Keiret-

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su: grupos de aliados, empresas independientes con sus propios bancos y compañías comercializadoras internacionales.

Por último, para Chandler la empresa puede ser vista como una acumulación de capacidades organizacionales dinámicas, en las cuales radica la competitividad de la empresa. Dichas capacidades dependen del conocimiento, la habilidad, la expe-riencia, los equipos de trabajo y las capacidades humanas organizadas para explotar el potencial del proceso tecnológico.

En cambio, y para continuar con los autores enlistados arriba, de acuerdo con Penrose la empresa es a la vez una organización y un acervo de recursos producti-vos, humanos y materiales en donde la función económica primaria de una firma in-dustrial es hacer uso de los recursos productivos con el propósito de proveer bienes y servicios a la economía, de acuerdo con el desarrollo de un plan llevado a efecto dentro de una empresa (citado por Fransman, 1994: 742).

Para Teece, por su parte, la cuestión de la estrategia de la empresa es el tema central. Teece también visualiza a la empresa como un depósito de conocimientos, y del mismo modo propone voltear hacia las capacidades dinámicas de la empre-sa. Así, la firma es vista como un conjunto de capacidades que se materializan en el conocimiento.

Mientras que las capacidades de la empresa son el efecto del aprendizaje, las oportunidades tecnológicas y el proceso de selección en cualquier período de tiem-po, estas capacidades heredadas son al mismo tiempo su potencial y su limitación. En otras palabras las capacidades de una firma no pueden ser adquiridas ni transfe-ridas fácil, rápidamente y a bajo costo.

Existe un concepto central en el pensamiento de Teece denominado capacida-des clave (“core competence”), las cuales define como una serie de habilidades di-ferenciales, activos complementarios y rutinas, que constituyen la base de las capa-cidades competitivas y las ventajas permanentes en una empresa particular.

Por último, Marshall fue uno de los primeros economistas en considerar que el capital de una empresa está integrado, en buena parte, por conocimientos y organi-zación. Más aun, llegó a afirmar que el conocimiento es la máquina de producción más poderosa, la cual permite dominar a la naturaleza y forzarla a satisfacer las ne-cesidades humanas.

concLusIones

Del examen de las diferentes teorías de la empresa expuestas en este trabajo surgen tres tipos de conclusiones:

1. Los autores revisados aportan elementos teóricos que permiten susten-tar la idea de que el diseño de la interface para el intercambio de informa-ción y conocimientos productivos entre productores y clientes, a escala micro y mesoeconómica, es propicia para la innovación y el aprendizaje tecnológico. En ese sentido, los teóricos estudiados conceden una importancia central a la información asimétrica y al conocimiento; a la racionalidad limitada; y al com-portamiento honesto frente al comportamiento oportunista en el establecimien-to de las relaciones inter-empresariales e industriales modernas entre produc-

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TEORÍAS DE LA EMPRESA Y EL APRENDIZAJE TECNOLóGICO: LA RELACIóN ENTRE PRODUCTORES Y CLIENTES

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tores y clientes. 2. Por otro lado, resulta innegable que a cada una de las teorías de la firma

examinadas en este capítulo se les reconoce importantes contribuciones que han enriquecido la teoría contemporánea de la empresa, particularmente de la em-presa industrial. De la misma manera se les señalan algunas deficiencias teó-ricas. Por ejemplo, tanto Coase como Williamson simplifican el análisis, no la realidad, con la dicotomía “comprar o producir”, sin poner mayor atención, como lo hacen, por ejemplo, Lundvall o Richardson, entre otros autores, en el hecho de que entre el mercado y las jerarquías existen los mercados organiza-dos, la cooperación o la coordinación interempresarial y la “cuasi-integración vertical” (Baudry, 1995). Dado lo anterior, se infiere que:

3. La empresa moderna, (y sus diversas formas de cooperación y competen-cia inter-empresarial, entre ellas las redes de proveedores y clientes, es un or-ganismo complejo y multidimensional donde la información y el conocimiento tecnológico han adquirido, cada vez más, un papel protagónico en la conduc-ción estratégica de los negocios locales, regionales o internacionales.

Finalmente, aunque la mayoría de los autores mencionados no abordan dicho carácter multidimensional, esa noción se reafirma con la idea de Chandler (1993) acerca de la empresa moderna. Ésta es una entidad legal, administrativa, un conjun-to de recursos físicos, de saberes adquiridos y de capital líquido y, finalmente, aun-que también es una entidad que busca el beneficio, la empresa es, y ha sido siempre, el instrumento primario de las economías capitalistas para la programación, presen-te y futura, de la producción y la distribución de bienes y servicios.

reFerencIas bIbLIográFIcas

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IntroduccIón

EN EL PRESENTE CAPITULo SE BUSCA REALIZAR UNA REVISIóN teórica y referencial acerca de diversas aproximaciones al modelo de medición de eficiencia, conoci-do como DEA (Data Envelopment Analysis). Es así que, en primer lugar, se deriva-rá el modelo a partir de sus supuestos y características matemáticas; en un segun-do apartado se realizará un estudio sobre diversos casos en general en los que se ha aplicado la metodología DEA, en el tercer apartado se presentará un resumen de la metodología DEA aplicada específicamente al sector bancario y en el cuarto las conclusiones de la investigación.

1. derIvacIón deL ModeLo dea

Inicialmente debemos establecer dos conceptos fundamentales: eficacia y eficien-cia. Los dos son sustantivos de naturaleza cualitativa y cuantitativa, ambos aplica-bles a los procesos logísticos o cualquier área en general, pues en condiciones ordi-narias se tiende a la optimización de los objetivos planteados por la administración de un agente económico cualquiera.

Las definiciones aceptadas de eficacia y eficiencia son las siguientes:• Eficacia: “capacidad de lograr el objetivo que se desea o se espera, sin que

priven para ello los recursos o los medios empleados” (García, 2006: 13).• Eficiencia: “Capacidad para lograr un fin empleando los mejores recursos

posibles” (García, 2006: 13).

La metodología de análisis envolvente de datos (DEA) obtiene una primera fronte-ra de referencia. Esta frontera permitirá encontrar las unidades económicas que pue-den considerarse eficientes desde el punto de vista técnico, es decir, los que se sitúan sobre la frontera y no por debajo de ella (García, 2006: 25).

Aunque existen diversas variantes de los programas DEA, la más empleada es la especificación original de los programas de Charnes, Cooper y Rhodes (1978) para la frontera con rendimientos constantes a escala (CRS) y Banker, Charnes y

c A p í t u l o 5

Mediciones de eficiencia: Una revisión teórica/referencial de las aproximaciones DEA (Data Envelopment Analysis)RodRigo góMez MoNgeFacultad de Economía “Vasco de Quiroga”, [email protected] RicARdo RoMo de vivAR MeRcAdilloFacultad de Economía “Vasco de Quiroga”, [email protected]

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Cooper (1984) para la frontera con rendimientos variables (VRS).El modelo DEA con CRS y orientación output requiere resolver para cada uni-

dad productiva i el siguiente programa matemático:

En donde:xim = cantidad consumida por la unidad i del input m.yis = cantidad producida del output s por la unidad i.vm = precio sombra del input m.us = precio sombra del output s.

En la programación lineal anterior se buscan las siguientes restricciones:• La primera referente a que los precios sombra para los que el costo de la

unidad i es mínimo, pero con la restricción de que el mínimo costo debe ser 1. Esto se obtiene de combinar las restricciones del problema cuando j=i.

• La segunda restricción impone la misma condición para todas las demás unidades de la muestra con esos precios sombra. Si la unidad i es eficiente ob-tendrá un costo igual a 1, mientras que si es ineficiente obtendrá un costo mayor que uno, existiendo otra unidad en la muestra que obtiene un costo igual a 1 con los precios sombra más favorables para la unidad i (García, 2006: 26).

Este mismo programa se resuelve para todas las unidades de la muestra, obteniendo cada una de ellas sus precios sombra más favorables y sus correspondientes índices de eficiencia relativa. (García, 2006: 27).

Si se relaja la condición CRS y se sustituye por el supuesto VRS, de mayor rea-lismo, será necesario modificar el programa matemático anterior de la siguiente ma-nera (Banker, Charnes y Cooper, 1984):

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En donde se añade el término independiente ei para relajar la condición de que la función objetivo tenga que pasar por el origen, lo que implicaría CRS. Sólo cuan-do ei tome el valor 0, la unidad evaluada se encontrará localmente en la zona de CRS. (García, 2006: 28).

La comparación entre el índice obtenido bajo el supuesto CRS y el índice obte-nido bajo el supuesto VRS puede interpretarse como el efecto de la ineficiencia de escala, debida a un tamaño inadecuado de la unidad productiva. Por tanto, una me-dida de la ineficiencia de escala vendría dada por:

Una de las principales críticas que puede hacerse a la aproximación DEA es su enorme flexibilidad a la hora de seleccionar las ponderaciones o precios sombra de cada una de las unidades. Dado que el programa se resuelve de manera individual para cada unidad productiva, los precios sombra pueden no tener nada que ver entre unidades. La justificación de esta flexibilidad se basa en buscar una evaluación de la ineficiencia en el supuesto más benevolente para la unidad evaluada. No obstan-te, tal supuesto puede parecer excesivo, de manera que se han sugerido diversas fór-mulas para restringir las ponderaciones en los programas DEA. (García, 2006: 30).

En la tabla 1 se presentan las principales ventajas y desventajas de los mode-los DEA:

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UNA REVISIóN TEóRICA/REFERENCIAL DE LAS APROXIMACIONES DEA

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II . revIsIón bIbLIográFIca: ModeLos dea apLIcados a dIversos casos de estudIo

En el presente apartado se realiza una revisión exhaustiva de diversas aplicacio-nes de la metodología DEA, que van desde el sistema eléctrico y educativo, has-ta el de salud.

De esta manera, Agrell, Per J; Peter Bogetoft y Jorgen Tind (2000) presentan los esquemas de producción regulados en el sector eléctrico noruego, en su fase de distribución, este análisis se base en información de costos, modelos de análisis de productividad y modelos teóricos de decisión de agencia.

Banker, Rajiv; Hsihui Chang, Ram Natarajan (2007) realizan la incorporación de costos al método DEA, realizando su medición de la eficiencia técnica y de ubi-cación de recursos productivos.

Barnum y Gleason (2010) aplican su estudio en diversas organizaciones que tie-nen múltiples procesos productivos. El análisis es teórico, sin aplicación especifica.

Forsund y Hjalmarsson (2002a) nos muestran una investigación empírica para demostrar las propiedades de la metodología DEA. A partir de la escala optima y de la teoría económica neoclásica, fundamenta esta metodología de medición de eficiencia. Lo anterior se basa en las utilidades en la fase de distribución del siste-ma eléctrico sueco. Finalmente mencionan que una de las grandes contribuciones del método DEA es que no adopta una forma funcional preconcebida, solo la fron-tera óptima.

Fuente: Elaboración propia con base en la información de: Navarro Chávez, José Cesar Lenin Navarro (2005), “La eficiencia del sector electico en México”, ed. Morevallado, México.

cuadro 1ventajas y desventajas de Los ModeLos dea

Ventajas

Desventajas

1. Es la técnica que mayor información produce a partir de los datos de entrada y salida.

1. El carácter determinístico de la medición.

2. Los requerimientos de información con mínimos tanto en las entradas como en las salidas.

2. El número de presas catalogadas como eficientes es sensible al número de insumos y/o productos empleados en la estimación.

3. La posibilidad de utilizar múltiples productos e insumos, al mismo tiempo que permite la introducción de insumo discrecionales y variables de entorno, a sí como la generalización del modelo para inco rporar la opinión de expertos (D EA).

3. La sensibilidad de los resultados a distinta selección de variables y el sesgo que impone la presencia de observaciones extremas.

4. La posibilidad de no cometer errores de especificación. 5. Emplea una medición radial que permite tener una interpretación directa del efecto que tiene la eliminación de la ineficiencia técnica sobre costos e ingresos.

6. Es conceptualmente fácil de entender y su estructura matemática no requiere fundamentos más allá de la programación lineal.

7. Puede ayuda la información que requiere la técnica de Cobb -Douglas o la translogarítmica, proporcionando a éstas los datos puntuales de la frontera eficiente y acercar así el juste de una función de producción a su concepto teórico. Proveer de la máxima salida potencial que una empresa o conjunto de empresas es capaz de producir con un insumo dado.

8. La técnica DEA tiene la ventaja adicional de que brinda la versión dual del problema.

9. Permite asumir rendimientos variables a escala y medir la eficiencia de escala, lo cual no es posible con los métodos paramétricos.

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Forsund y Hjalmarsson (2002b) buscan incorporar el concepto de elasticidad al modelo DEA. Lo anterior desde la óptica de la teoría de la producción que se aplica dentro de la economía. El estudio se realiza desde un punto de vista teórico.

Forsund, Finn R. (2001) propone la incorporación de variables categóricas a la metodología DEA.

Halkos, George E.; Nickolaos G. Tzeremes, Stravos A. Kourtzidis (2010) ana-lizan los comportamientos de eficiencia en 16 departamentos de la Universidad de Thessaly. Concluye que se presentan marcadas ineficiencias entre los distintos de-partamentos, lo que indica errores de localización de los recursos productivos.

Infante Jiménez, Zoe y Gutiérrez Ortiz (2009) presentan en su estudio de efi-ciencia de diversos puertos del mundo, principalmente el de Lázaro Cárdenas con respecto a otros puertos de la APEC. Estas eficiencias se comparan contra las gene-radas en diversos puertos de la APEC.

Kocher, Martin G.; Mikulás Luptácik, Matthias Sutter (2001) analizan la pro-ductividad desde el punto de vista de 21 diversos países de la oECD, empleado da-tos de panel.

Korhonen, Pekka; Aapo Siljamäki y Margareta Soismaa (1998) nos muestran un resumen sobre los aspectos prácticos de la metodología DEA.

Krivonozhko y Forsund (2009) realizan una descripción teórica de la metodo-logía DEA y sus principales postulados.

Laurens Cherchyer y Thierry Post (2001) aplican de la metodología DEA al sis-tema eléctrico holandés, realizando una discusión sobre las limitantes originales del DEA y recomendaciones sobre la aplicación práctica del mismo: generación ade-cuada de datos, tomar como referencia los objetivos de la empresa y la tecnología usada en el proceso de producción. En este estudio se derivan los principales con-ceptos de la metodología DEA, así como la incorporación de la teoría de la produc-ción económica.

McMillan y Datta. (1998) realizan un análisis por definición de variables y, también, por tipo de universidad. Destacan la importancia de definir las variables en función de revisión bibliográfica y un estudio especifico sobre el sector que se observa.

Miceli y Volz (2010) aplican el DEA a las decisiones de entrada de los juga-dores de base-ball al salón de la fama, mediante la construcción de la frontera óp-tima de características que deben contener los jugadores para ingresar al salón de la fama.

Murthy, D. Sreenivasa; M. Sudha, M.R. Hedge y V. Dakshinamoorthy (2009) elaboran un estudio para la estimación de eficiencia en el sector de producción del tomate en India. Se divide la población de análisis en pequeños, medianos y gran-des productores.

Peñaloza Ramos, María Cristina (2003) elaboran un estudio de la eficiencia en los hospitales públicos y privados de Colombia. Mencionan que la incorporación de competencia en el mercado de Colombia ha incrementado los índices de eficiencia en el sistema hospitalario, también precisan que un impacto negativo que se presen-ta en la atención hospitalaria radica en las transferencias del gobierno.

Pinzón Martínez, Maureen Jennifer (2003) pretenden analizar el desempeño de los hospitales públicos dentro del mercado de prestación de servicios de salud, de-

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terminando los niveles de eficiencia técnica relativa entre hospitales de baja com-plejidad y la hipótesis a probar es que una de las principales razones para que las instituciones prestadoras de servicios de salud públicas no operen de manera efi-ciente en el mercado, es el sobredimensionamiento en su recurso humano. Como conclusión principal de la investigación se encontró que alrededor del 70% de las instituciones analizadas, aquellas que mostraron ineficiencia técnica relativa en su proceso de producción, presentaron sobredimensionamiento en sus recursos huma-nos. Esto es, dado un nivel de producción, estas instituciones hubieran podido al-canzarlo con un nivel menor de insumos.

Romero, Carlos; Javier Maquieyra y Gustavo Ferro (2007) emplean la metodo-logía DEA al sistema eléctrico argentino. Solo aplican esta metodología y explican los resultados de eficiencia obtenidos, así como la validación del modelo como una buena herramienta para la generación de esta información.

Ruiz Hernández, Álvaro (2004) estudian la aplicación del modelo DEA a las fiscalías de Colombia, toman el modelo de rendimiento variables a escala, ya que cada una de las unidades presentan variaciones: algunas tienen rendimientos con-tantes, otras decrementales y otras incrementales.

Sharma, Khem R.; PingSun Leung y Lynn Zane (s/f) emplean la metodología DEA para evaluar la eficiencia en las librerías del sistema pública de Hawái.

Por último, Thanassoulis, E; Mika Kortelainen, Geraint Johnes y Jill Johnes (2008) realizan un análisis de eficiencia, a partir del modelo DEA y de regresión, aplicado al sistema de educación en Reino Unido. Concluyen que el sector educati-vo no se puede evaluar como un todo, sino con las particularidades que tiene.

En la tabla 2 se presentan las variables utilizadas, así como los países, periodo muestral y el tipo de estimación empleado.

cuadro 2estudIos reLacIonados con La apLIcacIón deL ModeLo dea

Modelos aplicados Variables utilizadas

País(es) Periodo muestral Tipo de estimación

(Metodología empleada) Input Output

Agrell, Per J; Peter Bogetoft y Jorgen Tind (2000)

-- Trabajo. -- Perdidas. -- Capital. -- Clima en las diversas zonas. -- Espacio del consumidor.

-- Clientes. -- Entrega de energía. Noruega No definido

-- DEA con retornos constantes. -- Modelo CPI-X.

Banker, Rajiv; Hsihui Chang, Ram Natarajan (2007)

-- Cuentas de socios. -- Cuentas de profesionales. -- Cuentas de empleados.

-- Servicios de Contabilidad y Auditoría. -- Servicios de Impuestos. -- Servicios de Administración.

Estados Unidos 1995-1998 -- DEA con retornos constantes a escala.

Barnum y Gleason (2010) -- Sin definir. -- Sin definir. -- Sin definir. -- Sin definir. -- DEA con retornos constantes a escala.

Forsund y Hjalmarsson (2002a)

-- Kilómetros de líneas de alto voltaje. -- Kilómetros de líneas de bajo voltaje. -- Capacidad total de transformación. -- Trabajadores.

-- Cantidad de alto voltaje que reciben los consumidores. -- Cantidad de bajo voltaje que reciben los consumidores. -- Cantidad de alto voltaje que utilizan los consumidores. -- Cantidad de bajo voltaje que utilizan los consumidores.

Suecia No definido. -- DEA con retornos constantes a escala.

Forsund y Hjalmarsson (2002b) -- Sin definir. -- Sin definir. -- Sin definir. -- Sin definir. -- DEA con retornos constantes a escala.

Forsund, Finn R. (2001) -- Sin definir. -- Sin definir. -- Sin definir. -- Sin definir.

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con retornos variables a escala.

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Halkos, George E.; Nickolaos G. Tzeremes, Stravos A. Kourtzidis (2010)

-- Número de académicos. -- Número de personal de staff (administrativos y técnicos académicos). -- Número de estudiantes. -- Número de recursos económicos.

-- Enseñanza. -- Investigación. Grecia 2009-2010

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con r etornos variables a escala.

Infante Jiménez, Zoe y Gutiérrez Ortiz (2009)

-- Longitud de muele. -- Superficie de la terminal. -- Número de total de grúas porticas.

-- TEU´s movidos. México y Estaos Unidos 2008

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con retornos variables a escala.

Kocher, Martin G.; Mikulás Luptácik, Matthias Sutter (2001)

-- Publicación de artículos de investigación en las 10 principales revistas de divulgación internacionales.

-- Gastos en investigación y desarrollo. -- Número de universidades con departamentos de economía. -- Total de población.

21 países de la OECD

1980-1998 (datos panel).

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con retornos variables a escala.

Korhonen, Pekka; Aapo Siljamäki y Margareta S oismaa (1998)

-- Horas de trabajo por hombre. -- Espacio de ventas.

-- Ventas. -- Utilidad neta. Finlandia No definido (datos

panel). -- DEA con retornos constantes a escala.

Krivonozhko y Forsund (2009) -- Sin definir. -- Sin definir. -- Sin defi nir. -- Sin definir.

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con retornos variables a escala.

Laurens Cherchyer y Thierry Post (2001)

-- Costos controlables.

-- Distribución de GW/h -- Pequeños consumidores. -- Grandes consumidores. -- Dem anda de más de 110 voltios. -- Demanda de menos de 110 voltios. -- Redes. -- Transformadores.

Holanda 2001-2003 -- DEA con retornos constantes a escala.

McMillan y Datta. (1998)

-- Facultades de tiempo completo en ranking de calidad. -- Facultades de tiempo completo que reciben becas. -- Gastos, excluyendo salarios. -- Gastos de operación.

-- Inscripción de alumnos en pregrado. -- Inscripción de alumnos en pregrado, en el área de ciencias. -- Inscripción de alumnos en pregrado, en otras áreas del conocimiento. -- Inscripción de alumnos en programas de grado. -- Inscripción de alumnos en programas de maestría. -- Inscripción de alumnos en programas de doctorado. -- Gastos en investigación. -- Bacas otorgadas.

Canadá 1992-1993 -- DEA con retornos constantes a escala.

Miceli y Volz (2010)

-- Hits. -- Homeruns. -- Porcentaje de bateo. -- Porcentaje de embasado. -- Porcentaje de bases robadas. -- Carreras anotadas. -- Carreras por turno al bat. -- Partidos ganados. -- Ponches. -- Porcentaje de carreras limpias. -- Porcentaje de ganados. -- Ponches por partido. -- Bases por bolas otorgadas.

-- Sin definir. Estados Unidos. 1871-2009 -- DEA con retornos constantes a escala.

Murthy, D. Sreenivasa; M. Sudha, M.R. Hedge y V. Dakshinamoorthy (2009)

-- Trabajo masculino empleado. -- Trabajo femenino empleado. -- Población de pantas. -- Yardas de plantación. -- Nutrientes de las plantas. -- Capital.

-- Producción de tomate. India 2003-2004 -- DEA con retornos

consta ntes a escala.

Peñaloza Ramos, María Cristina (2003)

-- Número de camas. -- Número de salas de cirugía. -- Número de personal médico asistencial. -- Número de personal administrativo. -- Nivel d tecnología. -- Gastos de funcionamiento .

-- Número de egresos por hospitalización. -- Número de consulta externa. -- Porcentaje de infección nosocomial.

Colombia 2001 -- DEA con retornos constantes a escala.

Fuente: Elaboración propia.

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UNA REVISIóN TEóRICA/REFERENCIAL DE LAS APROXIMACIONES DEA

108

III . revIsIón bIbLIográFIca: ModeLos dea apLIcados aL sector bancarIo

Ahora siendo más específicos a un sector de suma importancia en cualquier país (bancario), realizaremos una descripción de algunos estudios relevantes que se han desarrollado, empleando la metodología DEA.

Es así que Ahmad, Usman; Shujaat Farooq, Hanzla Jalil (2009) realizan un aná-lisis de las reformas implementadas en Pakistán y su impacto en el sistema ban-cario. En este estudio se incorpora el factor productivo a la metodología DEA, así como la identificación de la eficiencia técnica y de localización de recursos.

Alpay y Hassan (2007) realizan una evaluación de la eficiencia en el sistema bancario turco, a partir de las grandes reformas financieras implementadas, tam-bién se basa en una caracterización de los problemas económicos a que se enfren-tó Turquía.

Awdeh y Moussawi (2009) comparan los niveles de eficiencia, obtenidos me-diante DEA, entre los diversos tipos de bancos en Libia: Nacionales, extranjeros y subsidiarios extranjeros, concluyen que no existe diferencias importantes entre la eficiencia de los grupos anteriores, sin embargo los extranjeros presentan los mayo-res niveles. Finalmente determinan que la principal variables es el número de em-pleados contratados.

Daley y Matthews (2009) efectúan un análisis de la eficiencia en el sector ban-cario mediante la aplicación de la metodología DEA. El estudio se realiza emplean-do razones financieras utilizadas en el sector financiero y la principal conclusiones la posibilidad de potenciar la administración bancaria en Jamaica, con la finalidad de mejorar los niveles de eficiencia.

Fadzlan Sufian y Shah Habibullah (2009) realizan una evaluación del impacto de la crisis asiática en la eficiencia del sistema bancario de Corea. Los aspectos que toma en consideración son los relacionados con la intermediación, valor agregado y ganancias de operación.

Fadzlan Sufian y Abdul Majid (2008) concluyen que en el periodo de análi-sis existe una ineficiencia técnica en la totalidad del sistema bancario islámico, en Malasia.

Florentino, Elisabetta, Alexander Karmann, Michael Koetter (2006) realizan un estudio de confrontación de estudios obtenidos mediante DEA y Análisis de Fron-tera Estocástica. El estudio del sistema bancario se hace en función de tres grupos: comerciales, ahorro y cooperativas, determinando que una mayor sensibilidad del DEA, en relación con la frontera estocástica, a partir de ser un método determinista. Aunado a lo anterior, el método presenta mayor estabilidad a lo largo del tiempo.

Kopecsni, Juraj (2010) contribuye en identificar las mejores prácticas de efi-ciencia en diversos bancos, con la finalidad de identificar los problemas de otros. La variable clave que explica la eficiencia del sistema bancario es la penetración del producto que se comercializa.

Kumar, Varadi Vijay; Pradeep Mavaluri y Boppana Nagarjuna (2006) basan su estudio en cuatro indicadores de eficiencia: Productividad, ganancias, administra-ción financiera y calidad del activo. Concluye que existe mayor eficiencia en los bancos públicos que en los bancos privados, tomando como variables de salida las

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RoDRIGo GóMEZ MoNGE MANUEL RICARDo RoMo DE VIVAR MERCADILLo

109

cuatro mencionadas anteriormente.Laurenceson y Yong (2008) realizan un análisis del sistema bancario chino, a

partir de las reformas realizadas al mismo. La entrada de las reformas forzó a que los bancos se volvieran más eficientes, como se muestra en los resultados obtenidos.

Lopes, Ana; Marcus Lima, Edgar Lanzer y Newton Da Costa Jr. (2007) basan su estudio del mercado accionario y su eficiencia, a través de la metodología DEA.

Luciano y Regis (2007) fundamentan su el estudio del sistema bancario italia-no a la luz del proceso de surgimiento de la Comunidad Económica Europea (CEE). El anterior estudio también realiza un análisis de los métodos que se utilizan para medir la eficiencia: métodos paramétricos y no paramétricos, para el caso especifi-co del DEA se emplearon diferentes vertientes: rendimientos constates, variables, incrementales y decrementales.

Mariaca, René (s/f) busca determinar la supervivencia de los bancos, a partir de los niveles de eficiencia que presentan. El análisis se realiza a partir de la caracteri-zación de los bancos en: estatales, privados y extranjeros.

Nenovsky Nicolay, Martín Ivanov y Gergana Mihaylova (2008) realizan una comparación de los niveles de eficiencia de diversos tipos de bancos: regionales, grupos financieros, ente otros. A partir de lo anterior, determinan el impacto que los diferentes tipos de manejo de política monetaria han tenido sobre el comportamien-to de la eficiencia de los bancos. Finalmente, concluyen que el crecimiento de un sistema bancario depende, en gran medida, de los procesos de estabilización mone-taria que tenga un país.

Pastor, José Manuel (1995) realiza un análisis de la eficiencia en el sistema es-pañol, a partir de la diferencia entre bancos y cajas de ahorro.

Pastor es el pionero en la incorporación del cambio productivo a los modelos DEA. En cuanto a los procesos de fusión, realiza la siguiente conclusión: “la fusión de dos entidades en la que una de ellas es más eficiente produce una entidad de ma-yor eficiencia que la suma de ambas, solo en aquellos casos en que la empresa efi-ciente impone sus métodos de gestión”.

En el tabla 3 se muestra un resumen de los modelos matemáticos que se toman en consideración para evaluar la eficiencia.

Page 108: Avances recientes

UNA REVISIóN TEóRICA/REFERENCIAL DE LAS APROXIMACIONES DEA

110

Estable cimiento de forma funcional

Existencia de relación

estadística

Existencia de perturbación

aleatoria Ventajas Inconvenientes Referencias

significativas

Métodos paramétricos

Estadísticos Deterministas

-- Todas las empresas se sitúan en o por debajo de la frontera (directamente asimilables a las medidas de Farrell).

-- Requiere especificar forma funcional de la frontera y función de distribución para el término de error (ineficiencia).

Afriat (1972), Richmond (1974), Olson, Schmidt y Waldman (1980), Elyasiani y Mehdian (1990a)

-- Sensibilidad de los resultados ante diferentes distribuciones del término de error. Sensibilidad de resultados ante la existencia de empresas atípicas (outliers). -- Las perturbaciones aleatorias contaminan la medida de eficiencia obtenida.

Estadísticos Estocásticos -- Aíslan la medida de eficiencia de la influencia de perturbaciones aleatorias.

-- Requiere especificar forma funcional de la frontera y función de distribución para el término de error (ineficiencia).

Aigner, Amemiya y Pirier (1976), Aigner, Lovell y Schidt (1977), Meeusen y Broeck (1977), Lee y Tyler (1978), Schmidt y Sickles (1984), Sickles (1985), Kumbhakar (1987a y b, 1988), Sickles (1985), Sickles, Good y Johnson (1986), Batesse y Coelli (1988), Cornwell, Schmidt y Sickles (1990), Schmidt (1988), Ferrier y Lovell (1990), Gong y Sickles (1992).

-- Sensibilidad de los resultados ante diferentes distribuciones del término de error. -- Requiere supuestos de independencia de eficiencia e inputs (excepto en modelos de efectos fijos). -- Obtención de medidas de eficiencia globales no individuales (existe solución ad hoc de Jondrow, Lovell, Materov y Schmidt (1982).

Métodos paramétricos

Programación Matemática

Deterministas

-- Todas las empresas se sitúan en o por debajo de la frontera (directamente asimilables a las medidas de Farrell).

-- Requiere especificar forma funcional de la frontera.

Aigner y Chu (1968), Forsund y Jansen (1977), Forsund y Hjalmarsson (1979), Nishimizu y Page (1982), Charnes, Cooper y Sueyoshi (1988), Bjurek, Hjalmarsson y Forsund (1990)

-- Ausencia de propiedades estadísticas de los estimadores obtenidos. -- Las perturbaciones aleatorias contaminan la medida de eficiencia obtenida.

Estocástico s -- Aíslan la medida de eficiencia de la influencia de perturbaciones aleatorias.

-- Requiere especificar forma funcional para la frontera. Tintner (1960), Timmer

(1971), Banker, Datar y Kemerer (1991).

-- Establecimiento a priori de la proporción de empresas que se permite que se sitúen por "encima" de la frontera por causas aleatorias.

tabLa 3resuMen de ModeLos MateMátIcos para deterMInar

La eFIcIencIa

Page 109: Avances recientes

RoDRIGo GóMEZ MoNGE MANUEL RICARDo RoMo DE VIVAR MERCADILLo

111

Estable cimiento de forma funcional

Existencia de relación

estadística

Existencia de perturbación

aleatoria Ventajas Inconvenientes Referencias

significativas

Métodos paramétricos

Programación Matemática

-- Todas las empresas se sitúan en o por debajo de la frontera (directamente asimilables a las medidas de Farrell).

-- Ausencia de propiedades estadísticas de los estimadores obtenidos.

Charnes, Cooper y Rhodes (1978, 1981), Banker, Charnes y Cooper (1984), Sherman y Gold (1985), Rangan, Grabowski, Aly y Pasurka (1988), Elyasiani y Mehdian (1990b y 1992), Seiford y Thrall (1990), Charnes, Cooper, Huang y Sun (1990), Petersen (1990), Ferrier y Lovell (1990), Aly, Granbowski, Pasurka y Rangan (1990), Ley (1991), Berg, Forsund y Jansen (1992), Grifell, Ptior y Salas (1992), Doménech (1992), Griefell y Lovell (1993a).

-- Inmediata aplicabilidad a situaciones de múltiples outputs/inputs.

-- Las perturbaciones aleatorias contaminan la medida de eficiencia obtenida.

-- Posibilidad de exploración de los orígenes de la ineficiencia.

-- Sensibilidad de resultados ante la presencia de empresas atípicas (outliers).

-- No requiere especificación de forma funcional para la frontera (evita sesgo de especificación).

-- Sensibilidad de resultados ante diferentes elecciones del vector de outputs/inputs.

-- Flexibilidad, realización de pocos supuestos, (sustituibilidad y convexidad).

Programación Matemática Estocásticos

-- Aíslan la medida de eficiencia de perturbaciones aleatorias.

-- Ausencia de propiedades estadísticas de los estimadores obtenidos.

Sengupta (1990).

-- Inmediata aplicabilidad a situaciones de múltiples outputs/inputs.

-- Requiere información a priori sobre los valores esperados, matriz de varianza-covarianzas de las variables, así como de los niveles de probabilidad de las restricciones.

-- Posibilidad de exploración de los orígenes de la ineficiencia.

-- Sensibilidad de resultados ante diferentes elecciones del vector de outputs/inputs.

-- No requiere especificación de forma funcional para la frontera (evita sesgo de especificación).

Fuente: Pastor, José Manuel (1995) “Eficiencia, Cambio Productivo y Cambio Técnico en los Bancos y Cajas de Ahorro Españolas: Un Análisis Frontera no Paramétrico”, WP-EC 95-09, Editor: Instituto Valen-ciano de Investigaciones Económicas S.A. Primera edición, Junio 1995.

De la misma manera, Pastor (1995) realiza un concentrado sobre los estudios y aportes que se habían realizado hasta la fecha de publicación de su artículo, lo an-terior se muestra en el tabla 4:

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UNA REVISIóN TEóRICA/REFERENCIAL DE LAS APROXIMACIONES DEA

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Autor Objetivo Inputs Outputs Metodología Resultados

Berger y Humphrey (1993)

Análisis de la eficiencia y cambio técnico del sistema bancario de EEUU (1,074 bancos) en el período 1981-89.

Variables Dependientes: -- Costes operativos de trabajo y capital físico. -- Costes financieros de depósitos. -- Costes financieros de fondos captados. Precios: -- W1=Gastos personales/n° empleados -- W2=Gastos de inmuebles y amortizaciones/Capital físico. -- W3= Costes financieros/fondos captados

Y1=depósitos vista. Y2=depósitos plazo y ahorro Y3=prestamos hipotecarios

Frontera gruesa de costes translogarítmica.

-- Importantes y crecientes ineficiencias debido a sobre uso de capital y trabajo. -- Regreso técnico en la etapa 1980-84 y progreso técnico en 1984-88.

Berger y Humphrey (1991)

Análisis de la eficiencia del sistema bancario de EEUU (13,951 bancos) en el 1984.

Ídem

Y1=depósitos vista Y2=depósitos plazo y ahorro Y3=prestamos hipotecarios Y4=prestamos industriales y comerciales Y5=prestamos a plazos

Frontera gruesa de costes translogarítmica.

-- Bancos grandes más eficientes. -- Ausencia de ineficiencias asignativas. Toda la ineficiencia es técnica.

Elyasiani y Mehdian (1990a)

Análisis de la eficiencia de una muestra de 144 bancos de EEUU en 1985. Descomposición de la eficiencia en técnica pura y de escala.

X1=n° de empleados X2=Capital físico X3=Depósitos vista, plazo y Certificados de Depósito < $1000 X4=Certificados de

Y1=total de ingresos

Estimación paramétrica de frontera de producción determinista mediante Mínimos

-- Bancos grandes más eficientes globalmente y desde el punto de vista técnico y de escala. -- La mayoría de las ineficiencias es de escala.

Elyasiani y Mehdian (1990b)

Análisis de la eficiencia y tasa de cambio técnico para una muestra de 191 bancos en los años 1980 y 1985.

X1=n° de empleados X2=Capital físico X3=Depósitos de ahorro, plazo y Certificados de Depósito. X4= Depósitos vista.

Y1=prestamos hipotecarios. Y2=prestamos industriales y comerciales Y3=otros prestamos

DEA

-- Influencias de 89% -- Progreso técnico entre 1980 y 1985 -- Progreso técnico no neutral (sesgo hacia el trabajo).

Elyasiani y Mehdian (1992)

Análisis comparativo de la eficiencia de 80 bancos de propiedad de accionistas de comunidades minoritarias (MOB) en relación a los de comunidades no minoritarias (NMOB) en 1988. Descomposición de la eficiencia.

X1=Certificados de Depósito y deposito de ahorro y plazo X2=Capital Físico. X3=n° de empleados. Coste total= coste de financiamiento+Depósitos+salarios+otros gastos operativos.

Y1=prestamos hipotecarios. Y2=prestamos industriales y comerciales. Y3=inversiones en acciones

DEA

-- Eficiencia MOBs 0.89% > Eficiencia NMOBs 0.87% -- Mayor eficiencia asignativa, técnica, y técnica pura de MOBs. -- NMBOs más eficiente a escala.

Humphrey (1993)

Análisis de cambio técnico de una muestra de 638 bancos estadounidenses entre 1977-88.

Variables. Dependientes: -- Costes totales. Precios: -- W1=Gastos personales/n° empleados -- W2=Gastos de inmuebles y amortizaciones/capital físico. -- W3=tipo de interés de depósitos. -- W4= tipo de interés fondos captados.

Y1=depósitos vista Y2=depósitos plazo y ahorro Y3=prestamos hipotecarios Y4=prestamos industriales y comerciales Y5=prestamos a plazos

Frontera gruesa de costes y funciones medias translogarítmica con dummies temporales o con tendencia.

-- Regreso técnico. -- Resultados similares bajo las tres diferentes funciones estimadas. -- Menor regreso técnico en grandes bancos.

Rangan, Grabowski, Aly y Pasurka (1988)

Análisis de la eficiencia de una muestra de 215 bancos estadounidenses. Descomposición de la eficiencia técnica en técnica pura y de escala.

X1=n° de empleados X2=Capital físico X3=Fondos comprados (depósitos > $100,000 + otros fondos captados)

Y1=prestamos hipotecarios Y2=prestamos comerciales e industriales Y3=prestamos consumo Y4=depósitos vista Y5=depósitos ahorro y plazo.

DEA

-- Ineficiencias de 70%, la mayoría debido a ineficiencias técnicas puras (sobre usos de recursos) y no a escala subóptima.

Sherman y Gold (1985)

Análisis de la eficiencia de 14 oficinas de unas cajas de ahorros de EEUU. Cuantificación del ahorro potencial en costes.

X1=n° de empleados X2=Alquileres por oficina X3=Gastos de materiales por oficina.

Y1=n° de prestamos y seguros Y2=n° aperturas y cancelaciones de cuentas Y3=n° de bonos y cheques de viaje Y4=n° de cobros y pagos

DEA

-- Existencia de economías de escala. -- Potenciales mejoras en costes si disminuye el empleo y los gastos de materiales en las oficinas.

Álvarez y Menéndez (1993)

Análisis de la eficiencia de las cajas de ahorro españolas 1986-1990.

Variables dependientes: -- Costes medios. -- Coste medios corregidos. Variables Exógenas: -- N° operaciones por oficina, oficinas por empleado y tamaño medio pasivo.

Y=volumen de activos financieros

Frontera de costes Cobb-Douglas estimadas por modelo de efectos fijos de datos de panel.

-- Las cajas con mayores costes de intermediación no lo compensan con mayores márgenes.

Autor Objetivo Inputs Outputs Metodología Resultados

Aly, Grabowski, Pasurka y Rangan (1990)

Eficiencia económica de 322 bancos estadounidenses. Descomposición de la eficiencia en asignativa, técnica pura y de escala.

X1=n° de empleados X2=Capital físico X3=Fondos prestables W1= Gastos de personal/X1 W2=Gastos generales, de inmuebles y amortizaciones./X2 W3=costos financieros./X3

Y1=préstamos hipotecarios Y2=prestamos comerciales e industriales Y3=préstamos consumo Y4=otros préstamos Y5=depósitos vista

DEA

-- Ineficiencia del 65%. -- Dominan las ineficiencias técnicas sobre las asignativas. Reducidas ineficiencias de escala.

Berg, Forsund y Jansen (1992).

Análisis de la eficiencia, cambio técnico y productivo de 152 bancos del sistema bancario noruego (1980-89)

X1=trabajo (horas semanales). X2=gastos operativos.

Y1=depósitos. Y2=préstamos corto plazo Y3=prestamos largo plazo. Y4=(préstamos saneados). Y5=n° de oficinas.

Índice de Malmquist y DEA

-- Caídas de productividad hasta 1983 y mejoras posteriores. -- Perfil de la productividad explicado por el cambio técnico, mejoras de la eficiencia en toda la etapa.

Berg, Forsund, Hjalmarsson y Suominen (1992).

Estudio de la productividad y eficiencia relativa de una muestra de 503 bancos finlandeses, 150 noruegos y 126 suecos en 1990.

X1=Capital X2=n° de empleados

Y1=préstamos Y2=depósitos Y3=n° de oficinas

Índice de Malmquist y DEA

-- Ventajas tecnológicas de los bancos suecos, además de mayor eficiencia y productividad. -- Bajo rendimientos variables a escala ventajas tecnológicas de bancos noruegos.

tabLa 4 resuMen de estudIos reLacIonados con eL sIsteMa

bancarIo

Page 111: Avances recientes

RoDRIGo GóMEZ MoNGE MANUEL RICARDo RoMo DE VIVAR MERCADILLo

113

Álvarez (1993)

Análisis de la eficiencia técnica de las cajas de ahorro españolas 1986-92.

X1=recursos propios X2=Depósitos X3=Gastos de Personal X4=Gastos Generales X5=Gastos en inmuebles

Y1=volumen de créditos concedidos.

Frontera estocástica con eficiencia variante en el tiempo

-- Eficiencia creciente en el tiempo sin incluir progreso técnico. No se puede rechazar invarianza si se incluye. -- Eficiencia del 91.92% si se incluye. -- Conclusiones poco robustas en relación a las consecuencias de las fusiones.

Doménech (1992)

Análisis comparativo de la eficiencia de 54 bancos y 65 cajas de ahorro españolas en 1989. Descomposición de la eficiencia.

X1=n° de empleados X2=acreedores X3=recursos propios X4=Coste. Fin. ≠ de acreedores W1=gastos personal/X1 W2=costes financieros acreedores/X2 W3=tipo de interés Deuda (14%) W4=1 (supuesto)

Y1=productos financieros de inversiones crediticias Y2=resto productos financieros Y3=comisiones

DEA

-- Bancos (0.972) más eficientes que cajas (0.961). -- Cajas más eficientes a escala. -- Ineficiencia asignativas principal origen de la ineficiencia en costes.

Grifell, Prior y Salas (1992)

Análisis de la eficiencia de las cajas de ahorro españolas en 1989-90. Descomposición de la eficiencia.

X1=n° de empleados X2=gastos generales X3=gastos explícitos (inmuebles) X4=dotación amortización.

Y1=n° de préstamos Y2=n° de cuentas corrientes Y3=n° cuentas ahorro y plazo.

DEA

-- Descenso de la eficiencia en 1990 de 0.814 a 0.730. -- Tamaño de los saldos y de las oficinas son las fuentes de la ineficiencia.

Grifell y Lovell (1993)

Análisis de la eficiencia, cambios técnicos y productivo de las cajas de ahorro españolas (1986-91)

X1=n° de empleados X2=gastos materiales X3=gastos inmuebles y amortizaciones

Y1=n° de prestamos Y2=n° de cuentas. Corrientes Y3=n° de cuentas ahorro Y4=n° de oficinas

Índice de Malmquist y DEA.

-- Descenso de la productividad al 5.5% anual, resultado de mejoras en la eficiencia contrarrestadas por regreso técnico.

Lozano (1993)

Análisis de la eficiencia de bancos y cajas de ahorro españolas (1985-91). Descomposición de la eficiencia en técnica y asignativas.

X1=n° de empleados X2=Capital físico W1=Gastos de personal/X1 W3=Gastos generales, de inmuebles y amortizaciones/X2

Y1=Depósitos Y2=Inversiones crediticias y cartera de valores.

Frontera gruesa de costes translogarítmica.

-- Cajas más eficientes que bancos. Bancos grandes más eficientes. Cajas pequeñas más eficientes. -- En bancos domina ineficiencia técnica, en cajas domina la asignativas.

Maudos (1994)

Análisis del cambio técnico, costes y economías de escala de una muestra de 52 cajas de ahorro españolas entre 1988-91

Variables dependientes: -- Costos Totales. Variables exógenas : -- n° cajeros -- n° de empleados -- W1=Gastos de personal/n° empleados -- W2=Gastos de inmuebles/Capital físico. -- W3= Costos financieros de depósitos/Depósitos.

Y1=Préstamos Y2=Depósitos Y3=n° operaciones de cajero.

Función de costes media translogarítmica.

-- Progreso técnico del 0.5% anual. -- Economías de escala a nivel de empresa para las cajas más pequeñas.

Pastor y Pére z (1994)

Análisis de la eficiencia y productividad de los bancos y cajas de ahorro españolas (1986-92)

X1=n° de empleados X2=recursos propios y1=Valor añadido Productividad

revelada

-- Cajas más eficientes que bancos en todo el período. -- Punto de inflexión en 1988.

Autor Objetivo Inputs Outputs Metodología Resultados

Autor Objetivo Inputs Outputs Metodología Resultados

Berger y Humphrey (1993)

Análisis de la eficiencia y cambio técnico del sistema bancario de EEUU (1,074 bancos) en el período 1981-89.

Variables Dependientes: -- Costes operativos de trabajo y capital físico. -- Costes financieros de depósitos. -- Costes financieros de fondos captados. Precios: -- W1=Gastos personales/n° empleados -- W2=Gastos de inmuebles y amortizaciones/Capital físico. -- W3= Costes financieros/fondos captados

Y1=depósitos vista. Y2=depósitos plazo y ahorro Y3=prestamos hipotecarios

Frontera gruesa de costes translogarítmica.

-- Importantes y crecientes ineficiencias debido a sobre uso de capital y trabajo. -- Regreso técnico en la etapa 1980-84 y progreso técnico en 1984-88.

Berger y Humphrey (1991)

Análisis de la eficiencia del sistema bancario de EEUU (13,951 bancos) en el 1984.

Ídem

Y1=depósitos vista Y2=depósitos plazo y ahorro Y3=prestamos hipotecarios Y4=prestamos industriales y comerciales Y5=prestamos a plazos

Frontera gruesa de costes translogarítmica.

-- Bancos grandes más eficientes. -- Ausencia de ineficiencias asignativas. Toda la ineficiencia es técnica.

Elyasiani y Mehdian (1990a)

Análisis de la eficiencia de una muestra de 144 bancos de EEUU en 1985. Descomposición de la eficiencia en técnica pura y de escala.

X1=n° de empleados X2=Capital físico X3=Depósitos vista, plazo y Certificados de Depósito < $1000 X4=Certificados de

Y1=total de ingresos

Estimación paramétrica de frontera de producción determinista mediante Mínimos

-- Bancos grandes más eficientes globalmente y desde el punto de vista técnico y de escala. -- La mayoría de las ineficiencias es de escala.

Elyasiani y Mehdian (1990b)

Análisis de la eficiencia y tasa de cambio técnico para una muestra de 191 bancos en los años 1980 y 1985.

X1=n° de empleados X2=Capital físico X3=Depósitos de ahorro, plazo y Certificados de Depósito. X4= Depósitos vista.

Y1=prestamos hipotecarios. Y2=prestamos industriales y comerciales Y3=otros prestamos

DEA

-- Influencias de 89% -- Progreso técnico entre 1980 y 1985 -- Progreso técnico no neutral (sesgo hacia el trabajo).

Elyasiani y Mehdian (1992)

Análisis comparativo de la eficiencia de 80 bancos de propiedad de accionistas de comunidades minoritarias (MOB) en relación a los de comunidades no minoritarias (NMOB) en 1988. Descomposición de la eficiencia.

X1=Certificados de Depósito y deposito de ahorro y plazo X2=Capital Físico. X3=n° de empleados. Coste total= coste de financiamiento+Depósitos+salarios+otros gastos operativos.

Y1=prestamos hipotecarios. Y2=prestamos industriales y comerciales. Y3=inversiones en acciones

DEA

-- Eficiencia MOBs 0.89% > Eficiencia NMOBs 0.87% -- Mayor eficiencia asignativa, técnica, y técnica pura de MOBs. -- NMBOs más eficiente a escala.

Humphrey (1993)

Análisis de cambio técnico de una muestra de 638 bancos estadounidenses entre 1977-88.

Variables. Dependientes: -- Costes totales. Precios: -- W1=Gastos personales/n° empleados -- W2=Gastos de inmuebles y amortizaciones/capital físico. -- W3=tipo de interés de depósitos. -- W4= tipo de interés fondos captados.

Y1=depósitos vista Y2=depósitos plazo y ahorro Y3=prestamos hipotecarios Y4=prestamos industriales y comerciales Y5=prestamos a plazos

Frontera gruesa de costes y funciones medias translogarítmica con dummies temporales o con tendencia.

-- Regreso técnico. -- Resultados similares bajo las tres diferentes funciones estimadas. -- Menor regreso técnico en grandes bancos.

Rangan, Grabowski, Aly y Pasurka (1988)

Análisis de la eficiencia de una muestra de 215 bancos estadounidenses. Descomposición de la eficiencia técnica en técnica pura y de escala.

X1=n° de empleados X2=Capital físico X3=Fondos comprados (depósitos > $100,000 + otros fondos captados)

Y1=prestamos hipotecarios Y2=prestamos comerciales e industriales Y3=prestamos consumo Y4=depósitos vista Y5=depósitos ahorro y plazo.

DEA

-- Ineficiencias de 70%, la mayoría debido a ineficiencias técnicas puras (sobre usos de recursos) y no a escala subóptima.

Sherman y Gold (1985)

Análisis de la eficiencia de 14 oficinas de unas cajas de ahorros de EEUU. Cuantificación del ahorro potencial en costes.

X1=n° de empleados X2=Alquileres por oficina X3=Gastos de materiales por oficina.

Y1=n° de prestamos y seguros Y2=n° aperturas y cancelaciones de cuentas Y3=n° de bonos y cheques de viaje Y4=n° de cobros y pagos

DEA

-- Existencia de economías de escala. -- Potenciales mejoras en costes si disminuye el empleo y los gastos de materiales en las oficinas.

Álvarez y Menéndez (1993)

Análisis de la eficiencia de las cajas de ahorro españolas 1986-1990.

Variables dependientes: -- Costes medios. -- Coste medios corregidos. Variables Exógenas: -- N° operaciones por oficina, oficinas por empleado y tamaño medio pasivo.

Y=volumen de activos financieros

Frontera de costes Cobb-Douglas estimadas por modelo de efectos fijos de datos de panel.

-- Las cajas con mayores costes de intermediación no lo compensan con mayores márgenes.

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UNA REVISIóN TEóRICA/REFERENCIAL DE LAS APROXIMACIONES DEA

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Álvarez (1993)

Análisis de la eficiencia técnica de las cajas de ahorro españolas 1986-92.

X1=recursos propios X2=Depósitos X3=Gastos de Personal X4=Gastos Generales X5=Gastos en inmuebles

Y1=volumen de créditos concedidos.

Frontera estocástica con eficiencia variante en el tiempo

-- Eficiencia creciente en el tiempo sin incluir progreso técnico. No se puede rechazar invarianza si se incluye. -- Eficiencia del 91.92% si se incluye. -- Conclusiones poco robustas en relación a las consecuencias de las fusiones.

Doménech (1992)

Análisis comparativo de la eficiencia de 54 bancos y 65 cajas de ahorro españolas en 1989. Descomposición de la eficiencia.

X1=n° de empleados X2=acreedores X3=recursos propios X4=Coste. Fin. ≠ de acreedores W1=gastos personal/X1 W2=costes financieros acreedores/X2 W3=tipo de interés Deuda (14%) W4=1 (supuesto)

Y1=productos financieros de inversiones crediticias Y2=resto productos financieros Y3=comisiones

DEA

-- Bancos (0.972) más eficientes que cajas (0.961). -- Cajas más eficientes a escala. -- Ineficiencia asignativas principal origen de la ineficiencia en costes.

Grifell, Prior y Salas (1992)

Análisis de la eficiencia de las cajas de ahorro españolas en 1989-90. Descomposición de la eficiencia.

X1=n° de empleados X2=gastos generales X3=gastos explícitos (inmuebles) X4=dotación amortización.

Y1=n° de préstamos Y2=n° de cuentas corrientes Y3=n° cuentas ahorro y plazo.

DEA

-- Descenso de la eficiencia en 1990 de 0.814 a 0.730. -- Tamaño de los saldos y de las oficinas son las fuentes de la ineficiencia.

Grifell y Lovell (1993)

Análisis de la eficiencia, cambios técnicos y productivo de las cajas de ahorro españolas (1986-91)

X1=n° de empleados X2=gastos materiales X3=gastos inmuebles y amortizaciones

Y1=n° de prestamos Y2=n° de cuentas. Corrientes Y3=n° de cuentas ahorro Y4=n° de oficinas

Índice de Malmquist y DEA.

-- Descenso de la productividad al 5.5% anual, resultado de mejoras en la eficiencia contrarrestadas por regreso técnico.

Lozano (1993)

Análisis de la eficiencia de bancos y cajas de ahorro españolas (1985-91). Descomposición de la eficiencia en técnica y asignativas.

X1=n° de empleados X2=Capital físico W1=Gastos de personal/X1 W3=Gastos generales, de inmuebles y amortizaciones/X2

Y1=Depósitos Y2=Inversiones crediticias y cartera de valores.

Frontera gruesa de costes translogarítmica.

-- Cajas más eficientes que bancos. Bancos grandes más eficientes. Cajas pequeñas más eficientes. -- En bancos domina ineficiencia técnica, en cajas domina la asignativas.

Maudos (1994)

Análisis del cambio técnico, costes y economías de escala de una muestra de 52 cajas de ahorro españolas entre 1988-91

Variables dependientes: -- Costos Totales. Variables exógenas : -- n° cajeros -- n° de empleados -- W1=Gastos de personal/n° empleados -- W2=Gastos de inmuebles/Capital físico. -- W3= Costos financieros de depósitos/Depósitos.

Y1=Préstamos Y2=Depósitos Y3=n° operaciones de cajero.

Función de costes media translogarítmica.

-- Progreso técnico del 0.5% anual. -- Economías de escala a nivel de empresa para las cajas más pequeñas.

Pastor y Pére z (1994)

Análisis de la eficiencia y productividad de los bancos y cajas de ahorro españolas (1986-92)

X1=n° de empleados X2=recursos propios y1=Valor añadido Productividad

revelada

-- Cajas más eficientes que bancos en todo el período. -- Punto de inflexión en 1988.

Autor Objetivo Inputs Outputs Metodología Resultados

Fuente: Pastor, José Manuel (1995) “Eficiencia, Cambio Productivo y Cambio Técnico en los Bancos y Cajas de Ahorro Españolas: Un Análisis Frontera no Paramétrico”, WP-EC 95-09, Editor: Instituto Valen-ciano de Investigaciones Económicas S.A. Primera edición, Junio 1995.

Pires Goncalves, Ricardo (2006) busca evaluar la aplicación del sistema llamado CAMEL (Adecuación del capital, calidad de activos, calidad de gestión, capacidad de ingresos y posición de liquidez), a partir de la aplicación de la metodología DEA. La metodología es una poderosa herramienta, complementaria a la estadística des-criptiva, para estudiar los niveles de eficiencia en los sistemas bancarios.

Ruiz Soria, Héctor, (2003) realiza un análisis mediante DEA de un sistema de producción integrado verticalmente hacia adelante. Aplicando al caso bancario, menciona: “Las grandes entidades bancarias tienen ubicadas a lo largo de una re-gión sus sucursales, que por su propia ubicación pueden tener exceso o carencia de pasivos, por lo que es factible que exista un flujo de pasivos entre las sucursales, así a través del modelo se trataría de optimizar los precios de transferencia de los flujos de pasivos entre las sucursales”.

También menciona que “la mayoría de los estudios que emplean el DEA la uni-dad de valoración son normalmente las sucursales bancarias, y los estudios se cen-tran en derivar un resumen de medidas eficiencia de cada DMU e identificar el papel de las unidades eficientes. Entre los principales trabajos revisados tenemos Soteriou y Zenios (1999a), Cook y Kress (1999) y Thanassoulis (1999), quienes analizan los costes de los productos bancarios a nivel de sucursales, Soteriou y Zenios (1999b) analizan modelos de eficiencia operacional, eficiencia de la calidad del servicio y eficiencia de los beneficios. Cook et al. (2000) analizan la distribución de los re-cursos para optimizar el índice agregado de la eficiencia, estudiando el área de las ventas y servicios”. Finalmente precisa que “en actividades bancarias los usos adi-cionales del DEA incluyen la medición de eficiencia en función de los recursos y precios de los outputs, la estimación del presupuesto de operación que suelen con-ducir a la eficiencia, valoración del riesgo financiero a nivel de sucursal bancaria y la medición del impacto por cambios en la iniciativa de productividad, Avkiran (1999), Cook and Hababou (2001), Donatos et al. (2002), entre otros”.

Sturm y Williams (2002) analizan el efecto de la desregulación del sistema ban-cario australiano, definiendo que una barrera a la entrada fortísima es el tamaño de los bancos creados. Se incorpora el efecto de los cuatro bancos australianos, así como la participación de los bancos extranjeros en el sistema financiero.

Webb, Robert M.; (2003) En este estudio analiza la eficiencia del sistema ban-cario de Reino Unido encontrando lo siguiente: las ineficiencias de escala dominan a las ineficiencias puras, los grandes bancos presentan menos ineficiencias y duran-te la década de los 90´s, los bancos grandes presentaron una disminución en sus re-tornos a escala.

Por último, Xue y Harker (2007) propone una modificación al modelo DEA,

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RoDRIGo GóMEZ MoNGE MANUEL RICARDo RoMo DE VIVAR MERCADILLo

115

llamada DEA modificada.En el tabla 5 se presentan las variables utilizadas, así como los países, periodo

muestral y el tipo de estimación empleado.

tabLa 5estudIos reLacIonados con La apLIcacIón deL ModeLo dea

aL sector bancarIo

Modelos aplicados Variables utilizadas

País(es) Periodo muestral

Tipo de estimación (Metodología empleada) Input Output

Ahmad, Usman; Shujaat Farooq, Hanzla Jalil (2009) -- Sin definir. -- Sin definir. Pakistán 1990-2005

-- DEA con retornos constantes a escala. -- Índice de Malmquist.

Alpay y Hassan (2007) -- Sin definir. -- Sin definir. Turquía. 1990-2000

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con retornos variables a escala. -- Índice de Malmquist.

Awdeh y Moussawi (2009)

-- Depósitos bancarios. -- Utilidades bancarias.

Libia 1996-2005

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Capital fijo. -- Otras utilidades. -- DEA con retornos variables a escala.

-- Trabajo. -- Actividades fuera de los balances.

Daley y Matthews (2009)

-- Costo de operación. -- Ingreso total por intereses.

Jamaica 1998-2007 -- DEA con retornos constantes a escala.

-- Depósitos. -- Ingreso total adicionales a los intereses.

-- Prestamos brutos.

-- Inversiones.

-- Prestamos netos.

-- Inversiones.

-- Préstamos netos e inversiones.

-- Gastos por atracción de préstamos brutos inverso.

Fadzlan Sufian y Shah Habibullah (2009)

-- Depósitos. -- Prestamos.

Corea 1992-2003

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Capital. -- Inversiones. -- Regresión lineal en panel.

-- Gastos financieros. -- Productos financieros.

-- Otros gastos no financieros. -- Otros productos no financieros.

Fadzlan Sufian y Abdul Majid (2008)

-- Depósitos. -- Prestamos.

Malasia 2001-2005

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Trabajo. -- Inversiones. -- Modelo de Regresión Multivariante TOBIT.

-- Activos.

Florentino, Elisabetta, Alexander Karmann, Michael Koetter (2006)

-- Activos fijos. -- Prestamos interbancarios.

Alemania 1993-2004

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Empleados. -- Prestamos comerciales. -- Frontera Estocástica.

-- Fondos prestados. -- Seguros.

Kopecsni, Juraj; (2010) -- Oficinas bancarias con servicios universales a clientes.

-- Prestamos. Republica Checa 2007 -- DEA con retornos constantes a

escala.

Kopecsni, Juraj; (2010)

-- Oficinas bancarias con servicios universales a clientes.

-- Prestamos.

Republica Checa 2007

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Personal bancario destinado a clientes. -- Ahorro. -- DEA con retornos variables a

escala.

-- Personal bancario destinado a no clientes. -- Prestamos de otros bancos.

-- Depósitos de otros bancos. Kumar, Varadi Vijay; Pradeep Mavaluri y Boppana Nagarjuna (2006)

-- Siete inputs (sin definir). -- Once outputs (sin definir). India 2000-2003 -- DEA con retornos constantes a escala.

Laurenceson y Yong (2008)

-- Depósitos. -- Préstamos y otras ganancias netas.

China 2005-2007 (datos panel).

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Números de empleados. -- Prestamos más depósitos.

-- Valor de los activos fijos.

-- Gastos de interés.

-- Gastos de personal.

-- Índice de activos fijos.

Lopes, Ana; Marcus Lima, Edgar Lanzer y Newton Da Costa Jr. (2007)

-- Razón precio/utilidad. -- Ganancia por acción.

Brasil Enero 2001/junio 2006

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Beta de la acción. -- Ganancias en los últimos 12, 36 y 60 meses.

-- Retorno de volatilidad para cada acción.

Luciano y Regis (2007) -- Sin definir. -- Sin definir. Italia. -- Sin definir.

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con retornos variables a escala. -- DEA con retornos incrementales. -- DEA con retornos decrementales.

Page 114: Avances recientes

UNA REVISIóN TEóRICA/REFERENCIAL DE LAS APROXIMACIONES DEA

116

Modelos aplicados Variables utilizadas

País(es) Periodo muestral

Tipo de estimación (Metodología empleada) Input Output

Ahmad, Usman; Shujaat Farooq, Hanzla Jalil (2009) -- Sin definir. -- Sin definir. Pakistán 1990-2005

-- DEA con retornos constantes a escala. -- Índice de Malmquist.

Alpay y Hassan (2007) -- Sin definir. -- Sin definir. Turquía. 1990-2000

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con retornos variables a escala. -- Índice de Malmquist.

Awdeh y Moussawi (2009)

-- Depósitos bancarios. -- Utilidades bancarias.

Libia 1996-2005

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Capital fijo. -- Otras utilidades. -- DEA con retornos variables a escala.

-- Trabajo. -- Actividades fuera de los balances.

Daley y Matthews (2009)

-- Costo de operación. -- Ingreso total por intereses.

Jamaica 1998-2007 -- DEA con retornos constantes a escala.

-- Depósitos. -- Ingreso total adicionales a los intereses.

-- Prestamos brutos.

-- Inversiones.

-- Prestamos netos.

-- Inversiones.

-- Préstamos netos e inversiones.

-- Gastos por atracción de préstamos brutos inverso.

Fadzlan Sufian y Shah Habibullah (2009)

-- Depósitos. -- Prestamos.

Corea 1992-2003

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Capital. -- Inversiones. -- Regresión lineal en panel.

-- Gastos financieros. -- Productos financieros.

-- Otros gastos no financieros. -- Otros productos no financieros.

Fadzlan Sufian y Abdul Majid (2008)

-- Depósitos. -- Prestamos.

Malasia 2001-2005

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Trabajo. -- Inversiones. -- Modelo de Regresión Multivariante TOBIT.

-- Activos.

Florentino, Elisabetta, Alexander Karmann, Michael Koetter (2006)

-- Activos fijos. -- Prestamos interbancarios.

Alemania 1993-2004

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Empleados. -- Prestamos comerciales. -- Frontera Estocástica.

-- Fondos prestados. -- Seguros.

Kopecsni, Juraj; (2010) -- Oficinas bancarias con servicios universales a clientes.

-- Prestamos. Republica Checa 2007 -- DEA con retornos constantes a

escala.

Kopecsni, Juraj; (2010)

-- Oficinas bancarias con servicios universales a clientes.

-- Prestamos.

Republica Checa 2007

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Personal bancario destinado a clientes. -- Ahorro. -- DEA con retornos variables a

escala.

-- Personal bancario destinado a no clientes. -- Prestamos de otros bancos.

-- Depósitos de otros bancos. Kumar, Varadi Vijay; Pradeep Mavaluri y Boppana Nagarjuna (2006)

-- Siete inputs (sin definir). -- Once outputs (sin definir). India 2000-2003 -- DEA con retornos constantes a escala.

Laurenceson y Yong (2008)

-- Depósitos. -- Préstamos y otras ganancias netas.

China 2005-2007 (datos panel).

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Números de empleados. -- Prestamos más depósitos.

-- Valor de los activos fijos.

-- Gastos de interés.

-- Gastos de personal.

-- Índice de activos fijos.

Lopes, Ana; Marcus Lima, Edgar Lanzer y Newton Da Costa Jr. (2007)

-- Razón precio/utilidad. -- Ganancia por acción.

Brasil Enero 2001/junio 2006

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Beta de la acción. -- Ganancias en los últimos 12, 36 y 60 meses.

-- Retorno de volatilidad para cada acción.

Luciano y Regis (2007) -- Sin definir. -- Sin definir. Italia. -- Sin definir.

-- DEA con retornos constantes a escala. -- DEA con retornos variables a escala. -- DEA con retornos incrementales. -- DEA con retornos decrementales.

Modelos aplicados Variables utilizadas

País(es) Periodo muestral

Tipo de estimación (Metodología empleada) Input Output

Mariaca, René (s/f)

-- Gasto de personal. -- Total de captaciones.

Bolivia 1990-1999 -- DEA con retornos constantes a escala.

-- Gastos en comunicaciones y representación. -- Volumen de cartera vigente.

-- Gastos administrativos. -- Beneficio por intermediación.

-- Total de activos fijos.

Nenovsky Nicolay, Martín Ivanov y Gergana Mihaylova (2008)

-- Depósitos. -- Prestamos.

Bulgaria 1923-1928

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Número de empleados. -- Reservas. -- DEA con retornos variables a escala.

-- Activos fijos.

Pastor, José Manuel (s/f)

-- Número de empleados.

-- Suma de caja y depósitos en bancos centrales, deudas del estado, entidades de crédito, renta fija y variable. España 1986-1992

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Activos materiales. -- Volumen de crédito. -- Índice de Malmquist.

-- Depósitos vista y a plazo. Pires Goncalves, Ricardo (2006) -- Sin definir. -- Sin definir. Brasil 1995-2006 -- DEA con retornos constantes a

escala.

Ruiz Soria, Héctor, (2003) -- Sin definir. -- Sin definir. -- Sin definir.

-- Sin definir.

-- DEA con retornos constantes a escala.

Sturm y Williams (2002)

-- Número de empleados. -- Deudas.

Australia 1988-2001

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Depósitos y fondos prestados. -- Pasivos contingentes. -- Índice de Malmquist.

-- Capital. -- Ingreso neto por interés.

-- Gastos financieros. -- Ingreso neto fuera de interés.

-- Gastos no financieros.

Webb, Robert M.; (2003) -- Sin definir. -- Sin definir. Reino Unido 1982-1995 -- DEA con retornos constantes a

escala.

Xue y Harker (2007) -- Especialistas financieros.

-- Ingresos financieros. Estados Unidos 1997

-- DEA con retornos constantes a escala.

-- Consumidores. -- DEA con retornos variables a escala.

Fuente: Elaboración propia.

Iv. concLusIones

En primer lugar, la deducción teórica del modelo DEA, así como los supuestos ma-temáticos y las bondades y desventajas que tiene con respecto a otros métodos son estudiados al inicio de este capítulo. Es de destacar las bondades que presenta este método, entre las que podemos resaltar.

• Es la técnica que mayor información produce a partir de los datos de en-trada y salida.

• Los requerimientos de información con mínimos tanto en las entradas como en las salidas.

• La posibilidad de utilizar múltiples productos e insumos, al mismo tiem-po que permite la introducción de insumo discrecionales y variables de entor-no, así como la generalización del modelo para incorporar la opinión de exper-tos (DEA).

• La posibilidad de no cometer errores de especificación.• Emplea una medición radial que permite tener una interpretación direc-

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RoDRIGo GóMEZ MoNGE MANUEL RICARDo RoMo DE VIVAR MERCADILLo

117

ta del efecto que tiene la eliminación de la ineficiencia técnica sobre costos e ingresos.

• Es conceptualmente fácil de entender y su estructura matemática no re-quiere fundamentos más allá de la programación lineal.

• Puede ayuda la información que requiere la técnica de Cobb-Douglas o la translogarítmica, proporcionando a éstas los datos puntuales de la frontera efi-ciente y acercar así el juste de una función de producción a su concepto teórico. Proveer de la máxima salida potencial que una empresa o conjunto de empresas es capaz de producir con un insumo dado.

• La técnica DEA tiene la ventaja adicional de que brinda la versión dual del problema.

• Permite asumir rendimientos variables a escala y medir la eficiencia de es-cala, lo cual no es posible con los métodos paramétricos.

En el mismo sentido, la anterior revisión teórica/referencial nos muestra los dife-rentes estudios que han aplicado la metodología DEA en diversos sectores de la ac-tividad económica. Es de destacar las actividades relacionadas con el sector educa-tivo, eléctrico y de salud.

Finalmente, se estudiaron numerosos estudios acerca de la aplicación de esta metodología DEA al sistema bancario, dejando abierta la puerta a que, en futuros investigaciones, se aplique a un país determinado y poderlo confrontar con los re-sultados aquí presentados.

v. bIbLIograFía

Agrell, Per J; Peter Bogetoft y Jorgen Tind (2000) “Multi-Period DEA Incentive Regulation in Electricity Distribution”.

Ahmad, Usman; Shujaat Farooq, Hanzla Jalil (2009) “Efficiency Dynamics and Financial Reforms: Case Study of Paquistani Banks”, MPRA Paper No. 15054, Posed 06. Mayo 2009, disponible en http://mpra.ub.uni-muenchen.de/15054/

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UNA REVISIóN TEóRICA/REFERENCIAL DE LAS APROXIMACIONES DEA

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UNA REVISIóN TEóRICA/REFERENCIAL DE LAS APROXIMACIONES DEA

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c A p í t u l o 6

Pobreza, marginación y desarrollo humano. Conceptos, enfoques y medicióneRikA piñA [email protected] de Economía de la UMSNH

isRAel HeRNáNdez [email protected] de Economía de la UMSNH

IntroduccIón

LA oRGANIZACIóN DE LA NACIoNES UNIDAS PoR MEDIo DEL Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presentó por primera vez la expresión pobreza humana, basada en el concepto de capacidades de Sen y definió la pobreza como la negación de opciones y oportunidades de vivir una vida tolerable (PNUD, 1997).

En este sentido, una persona se considera pobre cuando se encuentra en una si-tuación precaria en la que carece de capacidades de desarrollo y que están por deba-jo de un estándar mínimo aceptado socialmente, lo que se manifiesta en situaciones de escasos ingresos, insalubridad, desnutrición y vulnerabilidad a las enfermedades y a las inclemencias del medio ambiente, que inciden negativamente en sus oportu-nidades de sobrevivir y mejorar su calidad de vida.

Es importante aclarar que el concepto de pobreza es equiparable con el de des-igualdad, sin embargo como lo señala Sen (1981a: 313) analizar la pobreza como un problema de desigualdad o viceversa, no le haría justicia a ninguno de los dos con-ceptos. Es claro que ambos conceptos están relacionados, pero ninguno de los dos sustituye al otro. Es decir, una transferencia de ingresos de una persona de ingresos altos a otra con ingresos menores, puede resultar en una reducción de la desigual-dad, pero podría dejar la percepción de la pobreza intacta.

En este mismo tenor el Banco Mundial (1990: 323), señala que pobreza no es lo mismo que desigualdad, la pobreza se refiere al nivel de vida absoluto de una parte de la sociedad, y que por su parte la desigualdad se refiere a los niveles de vida re-lativos en la sociedad en general. Es decir, con un determinado nivel de desigual-dad se podría encontrar un nivel de pobreza nulo, en donde nadie es pobre, así como también un nivel de pobreza máxima en donde todos son pobres.

De acuerdo con el CONEVAL, la pobreza, en su acepción más amplia, está aso-ciada a condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus necesidades bá-sicas e imposibilitan su plena integración social.

Aun cuando existe una gran variedad de aproximaciones teóricas para identifi-

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car qué hace pobre a un individuo, hay un consenso cada vez más amplio sobre la naturaleza multidimensional de este concepto, el cual reconoce que los elementos que toda persona necesita para decidir de manera libre, informada y con igualdad de oportunidades sobre sus opciones vitales, no pueden ser reducidos a una sola de las características o dimensiones de su existencia (Alkire y Foster, 2007; CDESC, 2001; Kakwani y Silber, 2008).

Desde una perspectiva multidimensional, puede entenderse la pobreza como una serie de carencias definidas en múltiples dominios, como las oportunidades de participación en las decisiones colectivas, los mecanismos de apropiación de recur-sos o las titularidades de derechos que permiten el acceso al capital físico, humano o social, entre otros (CONEVAL, 2009)

El fenómeno de la pobreza no es, por desgracia, novedoso, y mucho menos para México, que tiene una larga tradición de pobreza, desigualdad y marginalidad. Lo preocupante es que después de más de 25 años de reformas económicas en las que el discurso central ha sido que “los sacrificios” sufridos por gran parte de la socie-dad mexicana servirán para erradicar la pobreza y mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos, México no ha mejorado sustantivamente su situación. In-cluso, ha mejorado menos que otros países de Latinoamérica a pesar de las grandes inversiones millonarias recibidas en este periodo, en forma de Inversión Extranje-ra Directa, y los recursos naturales y humanos, muy superiores al resto de naciones latinoamericanas. Así, uno de los graves problemas a los México se enfrenta es la enorme desigualdad en el reparto de su enorme riqueza, que se manifiesta en las es-candalosas cifras de pobreza de más del 40% de la población.

El principal objetivo de este trabajo está orientado a presentar una breve revi-sión conceptual de la pobreza, la marginación y el desarrollo humano a partir de los diferentes enfoques que intentan explicar, desde distintas perspectivas, dichos fenó-menos sociales, con la finalidad de abonar elementos que posibiliten el análisis crí-tico de las políticas públicas orientadas al desarrollo social.

Para ello, en un primer apartado abordamos las distintas concepciones de la po-breza, al menos las más importantes, a fin de puntualizar sus enfoques y rescatar sus aspectos distintivos y característicos, así como señalar sus limitaciones e insuficien-cias. En un segundo apartado se hará referencia a la marginación, entendida como un fenómeno estructural que se expresa, por un lado, en la dificultad para propagar el progreso técnico en el conjunto de la estructura productiva y en las regiones del país, y por el otro, en la exclusión de grupos sociales del proceso de desarrollo y del disfrute de sus beneficios.

Por último, en el apartado denominado concepciones y medición del desarrollo humano, consideramos la utilización del índice de desarrollo humano como indica-dor del nivel de desarrollo de una población, el cual se basa en la idea, generalmen-te aceptada hoy en los medios políticos y académicos, de que si bien el crecimiento económico es una condición necesaria para explicar el grado de avance de un país, no constituye una condición suficiente.

1 .1 concepcIones sobre La pobreza

A partir de la segunda mitad del siglo pasado, la pobreza se ha convertido en el pro-

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blema económico y social más importante del mundo por su magnitud, pero sobre-todo por las consecuencias que trae consigo. Latinoamérica no ha sido ajena al fe-nómeno de la pobreza, después del fracaso de las políticas de ajuste estructural en el nivel de vida de la población, se ha ido creando numerosa literatura en la cual ex-plican y dan alternativas de solución para este fenómeno, situándolo ante todo como un problema social. En los siguientes apartados se presentan algunos de los concep-tos y enfoques más difundidos sobre la pobreza.

El término pobreza va instituyendo su significado paralelamente a la conforma-ción de la noción de derecho ciudadano. En este contexto la pobreza va a significar carencia, es decir, deviene de la confrontación del binomio necesidad/ausencia de “algo” que se requiere para conformar un “todo”; en este caso este todo está repre-sentado por la descripción de aquello que circunscribe la identidad del ser humano sujeto de ciertos derechos (Caputo, 2001). Es en el marco de este ideal igualitario de la sociedad democrática y en la interpretación de cuáles son los bienes básicos necesarios para alcanzar la dignidad humana, que se va definiendo la carencia y se establece una delimitación entre la persona que es pobre, porque no puede acceder a determinados bienes, y la que no lo es.

Las carencias que determinan quién es pobre se refieren principalmente a los bienes materiales, lo cual denota rasgos de un paradigma positivista. Con el desa-rrollo de mayor literatura en torno a lo social, el interés y estudio han crecido en tor-no a este fenómeno. La ciencia económica no ha sido ajena esta preocupación de lo social. Numerosos pensadores atribuían la condición de pobreza a la mala distribu-ción de los ingresos generados por el crecimiento; otros, ya ponían en duda la auto-maticidad del equilibrio económico y las leyes del mercado. La nueva literatura in-corporaría al concepto de pobreza elementos relacionados con el desarrollo humano con el fin de hacer la economía más humana y real.

Los intentos por comprender carencias y necesidades han planteado cuestiona-mientos y debates interesantes en torno a una definición más amplia de la pobreza para después poder diseñar políticas sociales para el combate de ésta. Los estudios son vastos pero en la práctica las experiencias no han tenido del todo los resulta-dos esperados. La articulación entre pobreza y política social es importante desde las concepciones, pues la mayoría de las políticas sociales en América Latina y es-pecíficamente en México, han ido encaminadas a la erradicación de la misma. In-dudablemente es un binomio en donde la política económica y la social tendrán que buscar los mecanismos para su articulación. La articulación de éstas debería ser una obviedad, pero los modelos económicos han marcado elementos estructura-les en donde la pobreza sería una condición casi necesaria, y la política social, por otra parte, se vale de mecanismos coyunturales para hacer contrapeso y compensar al modelo neoliberal1.

En términos generales, la pobreza se refiere a una situación de incapacidad de las personas de satisfacer sus necesidades. Esta definición compuesta por los tér-minos capacidad, satisfacción y necesidades, tiene múltiples vertientes, como enfo-ques en cada uno de sus elementos. La pobreza tiene distintos significados y se aso-

1 Se entenderá como modelo o paradigma neoliberal a aquél que deja que la economía se regule por me-dio de las fuerzas del mercado y donde éste mismo es el que pone las condiciones de política econó-mica y social.

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cia a términos como la carencia, desigualdad, necesidad, insuficiencia, privación, exclusión, dependencia, clases y niveles. Todos estos términos pueden ser fenóme-nos relacionados pero cada uno tiene su significado en contextos determinado.

Enfoques de pobreza

Algunas definiciones de pobreza han centrado su atención en la insuficiencia de re-cursos o la insatisfacción de necesidades reaccionadas con el ingreso. Por lo tan-to, la pobreza se observa como un problema de nivel de ingreso en la sociedad. Si fuera un problema de nivel de ingreso, las familias y personas que tuvieran ingre-sos mayores no se encontrarían en situación de pobreza, aunque lo estuvieran en la concepción más amplia de ésta. El crecimiento económico sería para este enfoque la solución a la pobreza, puesto que modificaría el ingreso per-cápita y la población estaría en condiciones de satisfacer sus necesidades materiales. Así el crecimiento y desarrollo económico serían los determinantes directos de la situación de preca-riedad u opulencia.

Lo anterior tiene que ver con las interpretaciones de “necesidad” en las defini-ciones de pobreza, éstas hacen referencia a la carencia de bienes y servicios mate-riales que se necesitan para vivir dentro de una sociedad. Por tanto, estaríamos ha-blando de un “estándar de vida” en comparación de formas de vida dentro de la sociedad. Vivir con más o menos que otras personas nos daría un estándar de vida, una referencia de pobreza o riqueza.

Para Max-Neef y Hopenhayden concebir las necesidades tan solo como caren-cia implica restringir su espectro a lo puramente fisiológico, que es precisamente el ámbito en que una sociedad asume con mayor fuerza y celeridad la sensación de fal-ta de algo. Sin embargo, en la medida en la que las necesidades comprometen, moti-van y movilizan a las personas, son también potencialidad y, más aún, pueden llegar a ser recursos. La necesidad de participar es potencial de participación, tal como la necesidad de afecto es potencial de afecto. Estos autores señalan que las necesida-des humanas expresan la tensión constante entre carencia y potencia y son las mis-mas en todas las culturas y en todos los períodos históricos; lo que está culturalmen-te determinado son los satisfactores de estas necesidades (Boltvinik, 1994: 4-5).

Algunos estudios económicos suelen identificar las necesidades con la utilidad de los bienes y como un problema de distribución del ingreso, como ya se mencio-nó anteriormente. Es decir, la pobreza tiene que ver con la satisfacción o insatisfac-ción de necesidades. La dificultad en la conceptualización de ésta radicaría en los elementos que se pueden entender como necesidades humanas, las cuales no sólo radican en las biológicas o fisiológicas, también las intelectuales, recreativas, estéti-cas, espirituales, productivas, etcétera. El PNUD dentro de la definición de pobreza incorpora, además de satisfacer las necesidades básicas, que el individuo o familia participe plenamente en la vida social, lo cual nos llevaría a aseverar que la pobre-za está determinada social y culturalmente. La explicación radicaría en que “el ser humano es un ser universal, capaz de transformar en objeto de sus necesidades y de su actividad, todos los fenómenos de la naturaleza” (PNUD, 1990: 33-34). Se plan-tea que las necesidades del ser humano no pueden ser solo de raíz biológica por tres razones, porque el ser humano es universal y capaz de transformar su entorno, por

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la modificación y surgimiento de nuevas necesidades y por el carácter histórico de las necesidades. Es decir, el ser humano continuamente transforma su entrono y las necesidades no son finitas ni en el tiempo ni el espacio, continuamente van apare-ciendo nuevas formas de vivir y van determinando el carácter de las necesidades; las necesidades no nacen, se crean a partir del flujo y el desarrollo de las civiliza-ciones a través del tiempo.

El desarrollo económico, por otra parte, se ha relacionado con niveles de vida y calidad de la misma. En este sentido la literatura nos habla de que el aspecto cuan-titativo del desarrollo podría ser el crecimiento con su indicador del PIB, y el nivel de vida correspondería al aspecto cualitativo del desarrollo que han reducido sus in-dicadores al suministro de servicios básicos para vivir. Lo cual no corresponde a la visión que queremos proyectar de desarrollo y pobreza, no solo en términos de ne-cesidades y satisfactores básicos, sino de necesidades y satisfactores en ámbitos culturales, ecológicos, sociales, espirituales, productivos y de derechos. Al respec-to Sen (1984) señala que los bienes que posee un individuo o familia no van a de-terminar su condición de pobreza o riqueza, lo que realmente determinarán su nivel de vida serán sus “capacidades”.

Las capacidades (Feres, et.al.: 2001) son las actividades que distintos objetos permiten realizar. Sen lo ejemplifica así: una bicicleta es un bien que posee distin-tas características, como ser un medio de transporte y de dar utilidad al individuo, de modo que, el bien pasa por sus características, después por las capacidades y al final por la utilidad. Las capacidades como facultad para realizar acciones es lo que determina el nivel de vida. En este sentido la ampliación de las capacidades huma-nas y la realización de los derechos humanos determinan el nivel de vida de las per-sonas y pueden facultar a los pobres para poder superar su pobreza.

Desde el enfoque del desarrollo humano, la pobreza, además de ser falta de in-gresos ó pobreza de ingresos, es pobreza humana. En ésta perspectiva, pobreza hu-mana está asociada a la falta de posibilidades para desarrollar plenamente la ca-pacidad de las personas y esto la diferencia de la pobreza de ingreso; la falta de capacidades necesarias para tener un nivel de vida digno, vivir una vida tolera-ble, implica llevar una vida saludable, creativa, con libertad política, derechos hu-manos, trabajo productivo y bien remunerado, participación en la vida comunita-ria, entre otros.

El enfoque “relativo”, plantea que las necesidades surgen a partir de la compara-ción con los demás, así, la condición de pobreza depende del nivel general de riqueza. El sustento para este enfoque relativo radica en que las personas perciben su bienestar en función de los demás. Por ejemplo, una familia que pertenece a un nivel económi-co y social medio y accede con sacrificios a un nivel mayor, en éste último la familia estará en condiciones de pobreza respecto a su nivel social y económico al que acce-dió. Socialmente en los niveles altos de ingreso, las necesidades son diferentes a los de nivel bajo y medio, pues cada sector social crea sus propias necesidades.

Probablemente la familia en el nivel bajo de ingresos no requeriría de un auto-móvil, sino del servicio público de transporte y el no tener un auto no representaría una situación de desventaja o pobreza respecto al estrato social es que se encuentra. Pero para un nivel alto, el no tener auto, representa una situación de pobreza respec-to a ese estrato. Los estándares o niveles de vida los establece la sociedad y el sector

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social en el que se desenvuelva la persona, por lo tanto, la pobreza y riqueza son re-lativos, de acuerdo con este enfoque. La pobreza de una familia dependería de cuán-to tenga su grupo social de referencia, el no tener tanto como ese grupo social im-plicaría una condición de “privación relativa” o “pobreza relativa”. El tener tanto o más que su grupo de referencia hablaría de una condición de “riqueza relativa”.

No obstante el estudio de la pobreza no es tan relativo, pues para vivir, al ser hu-mano le es imposible sustraerse de actividades como comer, dormir, protegerse del frío, pensar, etcétera. Ello permite determinar una serie de necesidades humanas bá-sicas universales, pero el desarrollo de las sociedades influye sobre la identificación de estas necesidades y sobre la forma de cómo satisfacerlas, es decir, las necesida-des humanas tienen una determinación cultural.

Las necesidades de sobrevivencia como la alimentación, el vestido y la vivien-da, corresponderían a lo que Amartya Sen a finales de los setenta llamaría “núcleo irreductible de privación absoluta en nuestra idea de la pobreza”. La pobreza abso-luta se refiere a la situación en que se sufren carencias, y por lo tanto, necesidades que son independientes de la situación de pobreza o riqueza de los demás, esto es, en cualquier contexto, la pobreza sigue siendo pobreza. En este mismo sentido, ar-gumenta que la sociedad determina ciertas necesidades respecto a algún grupo de referencia y otras en las que no se pueden negar su existencia. El mismo autor afir-ma que la pobreza es absoluta en el espacio de las capacidades, pero relativa en el espacio de los bienes. Las capacidades son absolutas porque éstas no dependen de un grupo social de referencia, solo dependen de cada familia o individuo. Los bie-nes son relativos porque dependen de un grupo social de referencia y de las necesi-dades que este grupo determine serán pobres o ricos.

Por su parte, Max Neef, et. al. (1986) enfatizan las diferencias entre “necesida-des” y “satisfactores” y llegan a la conclusión de que, las “necesidades” son absolu-tas porque suponen que siempre han sido las mismas históricamente. Por ejemplo, comer siempre ha sido una necesidad y no ha dependido de ningún grupo social, ni ha sido determinado social ni culturalmente, simplemente es una necesidad bioló-gica. Los “satisfactores” de las necesidades son los que sí están determinados cul-turalmente y han sido transformados por la sociedad. Cabe señalar que, el comer no ha sido determinado socialmente, como ya se mencionó, pero el qué comer sí lo ha determinado a través de los años la cultura de las sociedades.2

Por otra parte y en consonancia con la discusión académica y el debate inter-nacional, la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), en su artículo 36, estable-ce que para la medición de la pobreza en México deben considerarse los derechos sociales y el bienestar económico. De esta forma, derechos y bienestar social, aso-ciados al principio universal e inalienable de libertad individual, reflejan el espíritu de una ley que considera un vínculo social contractual (que no es sólo político, sino normativo a partir de los criterios establecidos en la propia LGDS) entre el Estado, la comunidad y los individuos, con el propósito fundamental de garantizar el acceso de toda la población al desarrollo social y humano que la sociedad es capaz de ge-nerar. El camino hacia una sociedad más incluyente e igualitaria depende, en gran medida, del cumplimiento de este pacto social entre actores del Estado y de la so-

2 Hoy en día, la mercadotecnia es un poderoso elemento cuyo objetivo es crear necesidades y marcan la pauta de lo que se debe o no consumir. Por ejemplo, determina qué es lo saludable.

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ciedad civil, y de que dicho pacto, a su vez, se exprese en reciprocidad de derechos y deberes para todas y todos (CEPAL, 2006). De esta manera, el logro del bienes-tar y el ejercicio de los derechos humanos dejan de ser meras aspiraciones o “nor-mas programáticas” para convertirse en deberes y responsabilidades legalmente es-tablecidas (CONEVAL, 2009:8).

Desde una perspectiva multidimensional, “puede entenderse la pobreza como una serie de carencias definidas en múltiples dominios, como las oportunidades de participación en las decisiones colectivas, los mecanismos de apropiación de recur-sos o las titularidades de derechos que permiten el acceso al capital físico, humano o social, entre otros. Su naturaleza multidimensional, sin embargo, no requiere to-mar en cuenta las situaciones de privación en todos los ámbitos en los que se pue-de desarrollar la vida de un individuo. El número y el tipo de dimensiones a consi-derar está directamente asociado a la forma en que se conciben las condiciones de vida mínimas o aceptables para garantizar un nivel de vida digno para todos y cada uno de los miembros de una sociedad” (CONEVAL, 2009: 8-9).

El enfoque de derechos, por su parte, se basa en la premisa de que toda persona debe contar con una serie de garantías indispensables para la dignidad humana, las cuales suelen estar incorporadas en el marco normativo de cada sociedad: todo ciu-dadano, por el hecho de serlo, debe tener asegurados un conjunto de derechos so-ciales de manera irrenunciable e insustituible. Asimismo, este enfoque considera a la pobreza como “la negación no sólo de un derecho en particular o de una catego-ría de derechos, sino de los derechos humanos en su totalidad”.

Como se puede observar, en cada uno de estos enfoques hay un reconocimien-to de que la pobreza está directamente vinculada con la limitación de las opciones de vida de los individuos y se busca identificar las múltiples privaciones o condi-ciones de vida que pudieran limitar el ejercicio de las libertades individuales y co-lectivas. Asimismo, cada enfoque adopta supuestos específicos para la determina-ción de las dimensiones relevantes y los criterios para establecer que una persona presenta carencias: mientras que en el enfoque de bienestar se busca identificar las condiciones de vida que brindan a los individuos las opciones de vida mínimamen-te aceptables en su sociedad, en el enfoque de derechos se conocen a priori las di-mensiones relevantes. Dichas dimensiones son las correspondientes a los derechos humanos, los cuales, por su carácter universal, indivisible e interdependiente, re-quieren ser satisfechos en su totalidad para garantizar las condiciones de vida acep-tables para los seres humanos.

Según Sen (1976), son dos los problemas básicos que debe resolver una meto-dología de medición de la pobreza: el de identificación y el de agregación o medi-ción. La solución al problema de la identificación pretende establecer los criterios que serán utilizados para determinar si una persona es pobre o no. El problema de la medición se resuelve al determinar la forma en que se agregarán las carencias de cada persona para generar una medida general de pobreza de una población deter-minada (CONEVAL, 2009:17)

Los individuos y los hogares desempeñan un papel central en la consideración de los espacios asociados al bienestar económico y a los derechos sociales, en tanto que el espacio del territorio trata de conceptos relacionales correspondientes a co-munidades y colectividades sociales. El concepto y la definición de pobreza utiliza-

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da en esta metodología consideran solamente los espacios del bienestar económico y de los derechos sociales. El contexto territorial (y particularmente la cohesión so-cial) se concibe como una importante herramienta de análisis sobre el entorno en el cual se desenvuelven los procesos sociales que comprenden u originan la pobreza.

Una persona se encuentra en situación de pobreza multidimensional cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarro-llo social, y si sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades (CONEVAL, 2009:20)

Identificación de insuficiencias en cada dimensión

Para identificar a la población con carencias en cada indicador, se adoptan criterios generales que son específicos y apropiados para cada uno de los dos espacios defi-nidos. Bienestar económico.- Se identifica a la población cuyos ingresos son insu-ficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus nece-sidades. Derechos sociales.- Se identifica a la población con al menos una carencia social, en los indicadores asociados a este espacio. A la medida agregada de estas carencias se le denominará índice de privación social.

La combinación de los espacios de bienestar, derechos y contexto territorial en la medición oficial de la pobreza permite disponer de una poderosa herramienta para la evaluación de los objetivos de la PNDS, en los términos que marca la LGDS. En primer lugar, el espacio de bienestar, medido a través del ingreso, brinda un só-lido marco conceptual para el análisis del papel de la política económica en el nivel de vida de la población, lo cual permite estudiar el efecto de la generación y distri-bución del ingreso en los niveles de pobreza. De esta forma, es posible evaluar los avances de la sociedad mexicana en la promoción de un desarrollo económico con sentido social, que propicie y conserve el empleo, eleve el nivel de ingreso y me-jore su distribución.

En segundo lugar, el espacio de derechos sociales permite disponer de una he-rramienta útil para el análisis de los avances y retos que persisten en materia del ejercicio de los derechos sociales, en específico aquellos que la LGDS establece como constitutivos de la pobreza. La adopción de este enfoque permite evaluar los avances de la política social en sus distintas estrategias y programas, tanto para el conjunto de la población como entre aquella en situación de pobreza.

En tercer lugar, la incorporación del espacio de contexto territorial dentro de la medición de la pobreza permite analizar el efecto de los fenómenos y problemáticas de las comunidades y localidades en opciones de vida de toda persona, en especial la cohesión social y el disfrute de un medio ambiente sano. Esto permite vincular el concepto de pobreza con la creación de mecanismos de integración y cooperación social, así como con la búsqueda de un desarrollo sustentable y respetuoso del me-dio ambiente. Asimismo, al disponer por primera vez de información a nivel estatal y municipal sobre los niveles y características de la pobreza, será posible dar un se-guimiento puntual a las diferencias entre los distintos estados y municipios, y en es-pecial a las brechas entre regiones.

A continuación se presenta el Cuadro 1 que muestra las diferencias y datos res-pectivos en cuanto a los diferentes enfoques de la pobreza.

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cuadro 1. coMparatIvo de MetodoLogías de MedIcIón de La pobreza

Métodos Concepto de Pobreza Metodología de medición Método Indirecto Utiliza el ingreso (o el

consumo) como una aproximación al nivel de vida de las Personas, relaciona con la posibilidad de realizar consumo.

Bienestar: Ingreso vs Consumo: destinado a… Ingreso per cápita: por hogar, personas. Escala de equivalencias: según hogar de referencias, tamaño y composición. Proporción del gasto en alimentos: Ley Engel gasto gasto en comida disminuye a medida que incrementa el ingreso. Antropométricos: mide peso, talla… Necesidades básicas: si no logra cubrir alguna de sus necesidades.

Líneas de Pobreza: ingreso ó gasto mínimo que se requiere mantener un nivel de vida adecuado, pobres aquéllas con ingreso menor a la línea de pobreza (criterios establecidos). Se compara el ingreso corriente total por persona de cada hogar con el valor de las líneas de pobreza construidas a partir de la canasta alimentaria. Consumo calórico, costo de las necesidades básicas, método relativo (según ingresos medios del país), método subjetivo (encuestas, opinión de las personas en cuanto a ingreso mínimo que requieren para vivir).

Método Directo Se observa directamente las condiciones de vida de la población. Qué tan lejos de los estándares sociales se encuentren esas condiciones de vida determinará la clasificación de una persona como “pobre” o “no pobre”. Relaciona el bienestar con el consumo efectivamente realizado

Necesidades Básicas Insatisfechas: verificar si los hogares han satisfecho una serie de necesidades previamente establecidas y considera “pobres” a aquéllos que no lo hayan logrado.

Índice de Desarrollo Humano: proceso y ampliación de las posibilidades de elección de las personas.

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Alcances y limitaciones de la metodología multidimensional

Limitaciones:La falta de un enfoque sistémico para los indicadores de la metodo-1. logía.La complejidad en la integración de los enfoques de medición en el 2. aspecto teórico.

bienestar económico y de los derechos sociales. El contexto territorial (y particularmente la cohesión social) se concibe como una importante herramienta de análisis sobre el entorno en el cual se desenvuelven los procesos sociales que comprenden u originan la pobreza. Una persona se encuentra en situación de pobreza multidimensional cuando no tiene garantizado el ejercicio de al menos uno de sus derechos para el desarrollo social, y si sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades.

sociales y 4) Criterios para combinar los indicadores (información). Pobres: I. Pobres multidimensionales.- Población con ingreso inferior al valor de la línea de bienestar y que padece al menos una carencia social. Cuadrantes: II. Vulnerables por carencias sociales.- Población que presenta una o más carencias sociales, pero cuyo ingreso es superior a la línea de bienestar. III. Vulnerables por ingresos.- Población que no presenta carencias sociales y cuyo ingreso es inferior o igual a la línea de bienestar. IV. No pobre multidimensional y no vulnerable .- Población cuyo ingreso es superior a la línea de bienestar y que no tiene carencia social alguna. Indicadores: 1.Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar. 2.Población con un ingreso inferior a la línea de bienestar mínimo. 3.Carencia por rezago educativo. 4.Carencia de acceso a los servicios de salud. 5.Carencia de acceso a la seguridad social. 6.Carencia por la calidad y espacios de la vivienda. 7.Carencia por servicios básicos en la vivienda. 8.Carencia de acceso a la alimentación. 9.Población con una o más carencias sociales. 10.Población con tres o más carencias sociales. 11.Población en pobreza multidimensional. 12.Población en pobreza multidimensional extrema. Medidas de Intensidad: 1. Intensidad de la pobreza multidimensional.- Se define como el producto de la medida de incidencia de la pobreza multidimensional y la proporción promedio de carencias sociales de la población pobre multidimensional.

2. Intensidad de la pobreza multidimensional extrema.- Se define como el producto de la incidencia de la pobreza multidimensional extrema y la proporción promedio de carencias sociales de la población pobre multidimensional extrema.

3. Intensidad de la privación de la población con al menos una carencia.- Se define como el producto de la medida de incidencia de la población que tiene al menos una carencia social y la proporción promedio de carencias de esa población.

Multidimensional El concepto y la definición de pobreza utilizada en esta metodología considera solamente los espacios del

Metodología: 1) Identificación de la población en situación de pobreza, 2) Criterios para clasificarlos, 3) Darle a las dimensiones particularidades conceptuales: bienestar económico y derechos

Fuente: Elaboración propia con base en datos de www.coneval.gob.mx.

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La multidimensionalidad contempla sólo las dimensiones económi-3. cas y sociales pero no las dimensiones y los derechos culturales, am-bientales y políticos.El contemplar integrar a la metodología las líneas de pobreza mantie-4. ne en cierto sentido el carácter de la pobreza como fenómeno de fal-ta de ingresos.

Alcances:La intención de alcanzar un enfoque integral a través de la multidi-1. mensionalidad.La utilización de las líneas de pobreza en cuanto a incidencia e inten-2. sidad y, el categorizar en extrema.La posibilidad de llegar al planteamiento territorial de la pobreza.3. El tener un marco general teórico y en cuanto a cifras de pobreza para 4. su utilización en las tomas de decisiones en cuanto a la política social nacional, estatal y municipal.

Tanto la metodología como las cifras de medición de la pobreza son las determinan-tes de la toma de decisiones de políticas sociales a nivel nacional. Lo anterior se tra-duce en políticas sociales generalmente focalizadas desde el gobierno federal. Los municipios en cuanto no tengan la autonomía financiera, será difícil decidir sobre sus políticas públicas y en el mejor de los casos se convierten en operadores de los programas. En este sentido, se necesita ver hacia una reforma del Estado en donde estos planteamientos de federalismo fiscal, por ejemplo, se materialicen en las po-líticas públicas a nivel local.

Nos parece que no debemos de perdernos en el juego de los organismos finan-cieros que, a partir de los ochenta, nos metieron en la dinámica de medición, en la cuantificación del fenómeno, pero no en el estudio de las causas estructurales y co-yunturales de la misma.

En el Cuadro 2 se muestra el número y porcentaje de la pobreza en México de acuerdo a la metodología de medición de la pobreza multidimensional que realiza el CoNEVAL.

cuadro 2. porcentaje de pobLacIón y núMero de personas en sItuacIón de pobreza MuLtIdIMensIonaL

y vuLnerabLe, según entIdad FederatIva, 2008.

ÁMBITO POBREZA MULTIDIMENSIONAL POBLACIÓN VULNERABLE

EXTREMA MODERADA TOTAL POR CARENCIA

SOCIAL

POR INGRESO

% Personas (millones)

% Personas (millones)

% Personas (millones)

% Personas (millones)

% Personas (millones)

NACIONAL 10.5 11.20 33.7 35.99 44.2 47.19 33.0 35.18 4.5 4.78

Fuente: Elaboración propia con estimaciones del CONEVAL con base en el MCS-ENIGH 2008.

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1.2 concepto y dIMensIones de La MargInacIón

La marginación es un fenómeno estructural que se origina en la modalidad, estilo o patrón histórico de desarrollo; ésta se expresa, por un lado, en la dificultad para pro-pagar el progreso técnico en el conjunto de la estructura productiva y en las regio-nes del país, y por el otro, en la exclusión de grupos sociales del proceso de desarro-llo y del disfrute de sus beneficios.

Los procesos que modelan la marginación conforman una precaria estructura de oportunidades sociales para los ciudadanos, sus familias y comunidades, y los expo-ne a privaciones, riesgos y vulnerabilidades sociales que a menudo escapan al con-trol personal, familiar y comunitario y cuya reversión requiere el concurso activo de los agentes públicos, privados y sociales (Índice de Marginación, 2000).

No obstante su carácter multidimensional, algunas de las formas, intensidades e implicaciones demográficas y territoriales de la marginación pueden ser aproxima-das mediante medidas sintéticas. Como se comprenderá, dichas medidas analítico-descriptivas son sumamente útiles para la planeación del desarrollo, dado que per-miten diferenciar unidades territoriales según la intensidad de las privaciones que padece su población, así como establecer órdenes de prioridad en las políticas pú-blicas orientadas a mejorar la calidad de vida de la población y a fortalecer la justi-cia distributiva en el ámbito regional.

El índice de marginación es una medida-resumen que permite diferenciar enti-dades federativas y municipios según el impacto global de las carencias que pade-ce la población, como resultado de la falta de acceso a la educación, la residencia en viviendas inadecuadas, la percepción de ingresos monetarios insuficientes y las re-lacionadas con la residencia en localidades pequeñas.

Así, el índice de marginación considera cuatro dimensiones estructurales de la marginación; identifica nueve formas de exclusión y mide su intensidad espacial como porcentaje de la población que no participa del disfrute de bienes y servicios esenciales para el desarrollo de sus capacidades básicas. En el cuadro 1 pueden ver-se las nueve formas de exclusión social de origen estructural que capta el índice de marginación, así como los indicadores utilizados por la CoNAPo.

Es importante señalar que para la estimación del índice de marginación se utilizó como fuente de información los resultados definitivos del XII Censo General de Pobla-ción y Vivienda, 2000. Además de que el censo proporciona la información para todas las entidades federativas y municipios del país en un mismo año de observación, esta fuente tiene la ventaja de que permite mantener el marco conceptual, las dimensiones, formas de exclusión e indicadores del índice de marginación estimado por CoNAPo.

Para nosotros todos los enfoques expuestos aquí son integrantes de la defini-ción de pobreza y que difícilmente la explicaríamos sin términos como capacida-des, necesidades, pobreza “relativa” y “absoluta”. Compartimos el rechazo al enfo-que reduccionista de la pobreza de ser entendida y atacada como un mero problema de mala distribución del ingreso, siendo éste sólo uno de los vertientes que la com-ponen. otra vertiente la constituye el término marginación, lo incluimos por tratar-se de un concepto ampliamente utilizado para la construcción de indicadores sobre la pobreza y la medición de la misma, pero sobre todo porque incorpora el carácter

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multidimensional de la pobreza al que hemos hecho referencia.De acuerdo a la definición, la marginación se origina en la modalidad o patrón

de desarrollo y éste patrón, en parte implica, viviendas con drenaje, con energía eléctrica y con piso firme; en este aspecto los indicadores pueden ser correctos.

Respecto a la propagación de la estructura productiva, me parece que no hay in-dicadores que nos lo muestren. Por otro lado, el concepto hace mención de la exclu-sión de grupos sociales del proceso de desarrollo, el único indicador que puede me-dir, parcialmente, es el de educación. Aquí harían falta indicadores como culturales, ambientales, político- democrático, etc; es decir, indicadores que nos muestren real-mente lo que significa la inclusión en los diferentes ámbitos y lo que ellos denomi-nan un fenómeno estructural. Lo estructural pasa por muchas más dimensiones.

Los resultados, bajo los criterios que presenta la CONAPO, no se puede estar o no de acuerdo. Los resultados del índice para 2000 no corresponden a la conceptua-lización que hacen de la marginación, creo que haría bien trabajar un mejor marco teórico para el concepto y sea más congruente con lo que se pretende medir.

Otro aspecto importante es la intensidad global de la marginación socioeconó-mica, pues no se pudo detectar cómo hay una diferenciación entre incidencia e in-tensidad, me parece que no se puede medir de la misma forma; el cuántos son los marginados y qué tanto están marginados.

De los indicadores al resultado del índice, simplemente estadísticamente está bien elaborado pero no nos muestra mucho. Desafortunadamente, éste índice es un insumo de diagnóstico para la elaboración de política social en México, y si el diagnóstico está incompleto, se explica el por qué de los resultados de la polí-tica social.

FIgura 1. sInopsIs conceptuaL de La MargInacIón

Fuente: CoNAPo, 2000.

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Índice de marginación 2000 y 20053

Primeramente habrá que definir qué es la marginación para así poder analizar su congruencia con los indicadores que componen el índice y finalmente valorar si éste índice responde al concepto de marginación y a su traducción en políticas sociales.

Las diferencias entre el índice 2000 y 2005 sólo radican en los cambios porcen-tuales que en todos los nueve indicadores socioeconómicos los resultados son fa-vorables a nivel nacional y oscilan entre el 1 y 4%. Cabe mencionar que la mayoría de los indicadores refieren a servicios, que en el caso del agua entubada y drenaje son servicios que proveen los municipios. Respecto al analfabetismo y población sin primaria completa, este indicador es ahora un servicio descentralizado y pasado a responsabilidad del gobierno de los estados4. Respecto al avance a nivel nacional pasó de 386 municipios con muy alto nivel de marginación a 365 y de marginación muy baja de 247 a 276 municipios de un total de 2454 municipios5.

Lo interesante es agregar que no se consideran todos estos indicadores cualita-tivamente, lo cual nos daría más elementos para hacer una aproximación más ob-jetiva y sobretodo real de los procesos de 2000 a la fecha. Otra cuestión es el men-cionar que CONAPO, tomó estimaciones de la misma institución, entonces, la base de información en parte, son ellos mismos y por otro lado, el INEGI con censos y conteos.

Los resultados, bajo los criterios que presenta la CONAPO, no se puede estar o no de acuerdo. Los resultados del índice para 2000 y 2005 no corresponden a la con-ceptualización que hacen de la marginación, creo que haría bien trabajar un mejor marco teórico para el concepto y sea más congruente con lo que se pretende medir.

De acuerdo a la definición, la marginación se origina en la modalidad o pa-trón de desarrollo y éste patrón, en parte implica, viviendas con drenaje, con ener-gía eléctrica y con piso firme; en este aspecto los indicadores pueden ser correctos. Cuantitativamente los cambios en términos relativos son muy favorecedores, es de-cir, se legitima la política de combate a la marginación del gobierno federal, no la del combate a la pobreza. Sería interesante poder acceder a los valores absolutos del índice, pues de esta manera se podría abordar en perspectiva.

Por otro lado, el concepto hace mención de la exclusión de grupos sociales del proceso de desarrollo, el único indicador que puede medir, parcialmente, es el de educación. Aquí harían falta indicadores como culturales, ambientales, político- de-mocráticos, etc; es decir, indicadores que nos muestren realmente lo que significa la inclusión en los diferentes ámbitos y lo que ellos denominan un fenómeno estructu-ral. Lo estructural pasa por muchas más dimensiones. Por lo tanto, en nuestra con-sideración no es la mejor forma de medir la marginación.

Es de resaltar que desde 1990 el índice como tal sigue considerando los mis-mos indicadores y la misma métrica, por ejemplo, en cuanto a la población en loca-lidades con menos de 5000 habitantes, el criterio de población con más de 15 años

3 Para conocer o profundizar sobre las estadísticas de los índices de marginación de 2000 y 2005 remi-tirse a la página de la CoNAPo4 En este mismo indicador, vale la pena resaltar que se refiere a la población de 15 años o más.5 Cabe señalar que en índice de marginación 2000 se contemplaban 2443 municipios y para 2005, 2454 municipios a nivel nacional.

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analfabeta y sin primaria completa, población ocupada con hasta 2 salarios míni-mos. Esto nos habla de una falta de actualización o de valoración de los criterios, pues ya tienen más de 15 años.

Por otra parte, para 1990 sí se tenía otro tipo de marco conceptual en donde in-cluían aspectos como desigualdad (regional-municipal), participación, democracia, libertades e igualdad. Conceptos que en los índices de 2000 y 2005 no aparecen y que consideramos deberán retomarse pues redondearía el indicador.

De los indicadores al resultado del índice, simplemente estadísticamente está bien elaborado pero no nos muestra mucho. Para los actuales gobiernos, éste índice es un insumo de diagnóstico para la elaboración de política social en México, y si el diagnóstico está incompleto, se explica el por qué de los resultados de la política so-cial. En el Mapa 1 el índice de marginación en México por entidad federativa.

Fuente: Estimaciones del CONAPO con base en el II Conteo de Población y Vivienda 2005, y Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2005, IV Trimestre.

Mapa 1. índIce de MargInacIón en MéxIco

1.3 concepcIones y MedIcIón deL desarroLLo huMano

La utilización del índice de desarrollo humano como indicador del nivel de desarro-llo de una población se basa en la idea, generalmente aceptada hoy en los medios políticos y académicos, de que si bien el crecimiento económico es una condición necesaria para explicar el grado de avance de un país, no constituye una condición suficiente. Sin embargo, el índice de desarrollo humano tiene críticas conceptua-les y de implementación. Desde la perspectiva conceptual, el índice presenta una sustitución perfecta entre las dimensiones utilizadas para su medición, es decir, no castiga por la existencia de un desarrollo desbalanceado. Por el lado de su imple-mentación y cálculo, se deben considerar la disponibilidad de datos adecuados y la aplicación de una metodología homogénea.

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El surgimiento del IDH

• El Índice de Desarrollo Humano (IDH) se crea en 1990 como reconoci-miento de que el PIB per cápita no captura la plenitud del desarrollo humano.

“…solo un número, que tenga el mismo nivel de vulgaridad que el PNB –pero una medida que no sea tan ciega a los aspectos sociales de las personas humanas como ocurre con el PNB.” Mahbubul Haq.

• El IDH adiciona así dos dimensiones: longevidad y conocimiento, a la que estaría siendo representada por el PIB per cápita: nivel de vida decente.

• Se reconoce que el concepto de desarrollo humano es más profundo y rico que lo que el IDH pueda representar.

Las tres variables que componen el IDH

• En vista que las variables tienen unidades de medición diferentes, se tie-nen necesariamente que trabajar con índices, yendo sus valores de 0 a 1.

• La indexación exige que se establezcan goalposts para cada una de las va-riables; sus valores mínimos y máximos actuales son:

- Esperanza de vida al nacer: 25 a 85 años- Tasa de alfabetismo adulto: 0% a 100%- Tasa de escolaridad bruta combinada: 0% a 100%- PIB per cápita real (PPP$): $ 100 a $ 40,000• Las estadísticas provienen de las siguientes fuentes:- Esperanza de vida al nacer: UNPD- Tasa de alfabetismo adulto: UNESCO- Tasa de escolaridad bruta combinada: UNESCO- PIB per cápita real (PPP$): Banco Mundial

Después de diez años de publicación, puede decirse que el principal aporte del In-forme de Desarrollo Humano ha sido enfatizar la idea de que el crecimiento econó-mico es un medio para servir a fines humanos y no un fin en sí mismo. El fin último es incrementar las posibilidades de elección de las personas, no sólo a través de un crecimiento de su poder adquisitivo, sino fomentando el desarrollo y práctica de sus capacidades. En este sentido, el informe constituye una fuente importante de apoyo a la consolidación de una visión más humana del desarrollo.

El informe ha elaborado periódicamente recomendaciones de política, tanto de ámbito nacional como global, con el objetivo de impulsar distintos aspectos del de-sarrollo humano. Las primeras se han centrado generalmente en cuestiones como la importancia de la participación comunitaria, la redefinición de la relación entre Estado y mercado, y la eliminación de las disparidades entre géneros. Las segun-das han apuntado generalmente a la consolidación del desarrollo humano sustenta-ble –concepto basado en una nueva visión de la seguridad humana–, una interrela-ción más estrecha y cooperativa entre países ricos y pobres, y un nuevo sistema de instituciones internacionales. No obstante, si bien la intención de estas recomenda-ciones es difícilmente cuestionable, su excesiva generalidad limita notablemente su utilidad como guía de acción para la elaboración de políticas.

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De acuerdo con algunos autores, el PNUD ha tenido éxito en lograr un replan-teamiento de la discusión sobre desarrollo humano. Esto no sólo es notorio en la se-rie de artículos –tanto a favor como en contra– que lo comentan, sino en el crecien-te interés público que han suscitado las distintas versiones del mismo, y en la rápida proliferación del mismo, específicos para cada país. Respecto a este último punto, son más de 120 los países que han publicado al menos un informe propio; algunos de ellos disponen, inclusive, de Informes específicos por regiones. También cabe destacar que varias oficinas estadísticas de diversos países publican periódicamen-te los resultados sobre la evolución del “desarrollo humano”.

Críticas que permanecen contra El IDH

A. De concepto o generales sobre el IDH:• Otras dimensiones del desarrollo humano como la ambiental o la seguri-

dad aún no están incorporadas en el IDH (en 1991 se introdujo el Indice de Li-bertad Política; existe dificultad sobre cuál podría ser la variable ambiental a incluir).

• El desarrollo humano no debería medirse en un índice compuesto, sino que a nivel de los indicadores individuales.

• La ponderación que se asigna (un tercio para cada componente) es arbitra-ria y presume una función de bienestar social.

• Se presume que tanto los países del Sur como del Norte deben seguir el mismo criterio de medición del desarrollo humano.

• El IDH da el valor promedio para el país, pero no se pronuncia sobre la distribución del mismo, ni sobre el grado de privación por parte de los sectores más desfavorecidos de cada país (esto se ha tratado de subsanar con la construc-ción de otros índices y con el desglose que permiten los INDHs.)

B. Sobre las estadísticas o más operativas:• No siempre es sencillo comparar estadísticas entre países.• Se mezclan variables de stock -alfabetismo adulto y esperanza de vida-

con variables de flujo -escolaridad bruta y PIB per cápita-. Esto puede causar cambios apreciables cuando se dan a conocer los nuevos censos, que tienden a ser eventos de cada diez años.

• Se da una correlación positiva entre las tres variables que componen el IDH.

En el IDH 2000 se reconoce que el IDH no permite recoger el impacto de corto pla-zo de las políticas económicas y sociales.

• Dos indicadores en particular cambian con mucha lentitud: alfabetismo de adultos y esperanza de vida.

• Se reconoce la necesidad de capturar indicadores de respuesta más rápi-da, y que además:

- Evidencien a los más postergados;- Muestren la disparidad entre grupos;- Respondan a las políticas.

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- En síntesis, se reconoce que no el IDH no es una medición perfecta, pero que sí permite la creación de un índice útil.

- La OIDH está consciente de las críticas y evalúa continuamente mecanis-mos para mejorar la medición del IDH.

Una variante importante en la estimación del desarrollo humano, son los In-formes Nacionales de Desarrollo Humano (INDHs).

• A la fecha ya se llevan a cabo en un número considerable de países.• Los INDHs permiten obtener un desglose importante de los IDHs, ya sea

a nivel estatal o incluso municipal.• Unos INDHs tienden a ser generales (e.g., economía, social, político de

cada país); los más exitosos, sin embargo, tienden a aquellos de naturaleza te-mática.

• Se reconoce que a la fecha existe una fuerte discrepancia en la calidad de los distintos INDHs.

En el Cuadro 3 se hace un concentrado de los instrumentos de medición utilizados como insumos para la toma de decisiones en torno a la política social en México y sus consecuentes programas aplicados en las entidades federativas y a nivel munici-pal. Este concentrado pueda dar cuenta de cuál es el enfoque que prevalece en cuan-to a política social de combate a la pobreza en nuestro país.

Al observar el cuadro anterior el índice de marginación es el que al parecer tie-ne mayor número de programas federales de cobertura municipal y que de acuerdo a lo que mide, favorece los recursos hacia localidades y no necesariamente a per-sonas. Por otro lado tenemos que el programa “Oportunidades” en su carácter más amplio, atiende a los conceptos de pobreza y desarrollo humano. Los programas es-tatales y cobertura municipal son variados, pero en su gran mayoría se encuentran cercanos a los conceptos de CONEVAL y del IDH. En todos los casos, deberían ser indicadores e índices complementarios y herramientas adecuadas y efectivas para que las políticas trabajen conjuntamente para revertir la actual situación del país de creciente desempleo, inseguridad y pobreza, en el sentido que lo hemos propuesto, para tener personas que vivan mejor.

concLusIones

La importancia del estudio de los conceptos y mediciones es la observación de éstos a la luz de las políticas públicas en materia de desarrollo. La forma en cómo se de-terminan en lo cualitativo y cuantitativo determina también su aplicación y efectivi-dad en los cambios reales de la población, en su bienestar. La medición por sí sola no resolverá los problemas y necesidades de las personas, pero sí afectan en cuanto que son a partir de éstas que se toman decisiones en los gobiernos federales, estata-les y municipales. Es con la revisión de los conceptos y medición como podemos te-ner un insumo más para el análisis y discusión sobre la visión y aplicación de la po-lítica social en México, así mismo, entender los avances y retrocesos de la misma.

Creemos que es necesario conocer las mediciones de los conceptos revisados, pues a menudo se hablan de ellos sin conocer ni el concepto ni la medida. Los toma-dores de decisiones en el campo del desarrollo social recurren con frecuencia a es-

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cuadro 3. prIncIpaLes característIcas de La MedIcIón de La pobreza en MéxIco

MARGINACIÓN (CONAPO) POBREZA (CONEVAL) IDH (PNUD)

Concepto Trata de medir la marginación a partir de la satisfacción o no de una lista de indicadores por un grupo de ciudadanos

Trata de medir la pobreza a partir del ingreso, de acuerdo con la capacidad o no de adquirir una canasta básica alimentaria

Trata de medir las oportunidades de vivir una larga vida, adquirir conocimientos y allegarse medios para una vida digna, de acuerdo con la esperanza de vida, tasa de alfabetización, de matriculación escolar y el PIB por habitante.

Qué es lo que mide Localidades, municipios o estados y no necesariamente a las personas

Hogares e individuos Naciones y entidades federativas o municipios

Programas federales y cobertura municipal • Desarrollo local

• Opciones productivas

• Empleo temporal

• Jornaleros agrícolas

• Iniciativa ciudadana 3x1

• Hábitat y;

• oportunidades

• Programa de desarrollo humano oportunidades; se complementa con la medición de la pobreza por ingresos en la adquisición de capacidades y generación de oportunidades.

Programas estatales y cobertura municipal • Programa estatal

concurrente

• Fortalecimiento comunitario

• Fortalecimiento comunitario

• Adultos mayores en condiciones de pobreza

• Apoyo a pueblos y comunidades indígenas

• Microcrédito para mujeres

• Educación a la vida y a las necesidades de la sociedad

• Alfabetización, atención a regiones con menor desarrollo relativo a pueblos indígenas, mujeres y adultos mayores en pobreza.

• Ampliación de la cobertura y calidad educativa, con atención prioritaria a las áreas de mayor rezago relativo, apoyo para la adquisición de útiles escolares y creación de una universidad indígena.

• Programas de salud comunitaria, atención a pueblos indígenas y

• Seguridad alimentaria

• Útiles, desayunos y uniformes escolares

• Salud comunitaria

para mujeres y recién nacidos.

• Programas de infraestructura, financiamiento, canalización de remesas, encadenamientos productivos y actividad artesanal.

Fuente: Elaboración propia con información del Subcomité de Desarrollo Social, COPLADEM (2004) e Informe sobre Desarrollo Humano Michoacán, PNUD (2007).

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tas mediciones como punto de partida de políticas y programas sociales, y más aún como instrumentos de seguimiento, control e incluso evaluación.

El gobierno federal ha impulsado programas sociales teniendo como base, en lo general, el índice de marginación. En función de éste índice se asigna presupuesto a municipios y localidades en condiciones de marginación. Recordando que la medi-ción de éste considera aspectos de infraestructura y de centros de población.

Por otro lado, desde el CONEVAL se han trabajado metodologías que preten-den ser más integrales, pero lo cierto es que para la toma de decisiones en materia de programación y presupuestación poco ha influido. Sus aportes se reflejan en el seguimiento y evaluación de los aspectos relacionados desarrollo social.

Es importante mencionar que ha habido importantes aportes tanto conceptua-les como metodológicos a nivel internacional y nacional, nosotros recuperamos los que consideramos influyen de manera especial en la política social actual en Méxi-co, aunque no por eso asumimos que sean los únicos ni los idóneos, pero sí un pun-to de partida para la revisión y análisis de las políticas públicas.

Respecto al concepto y medición de la marginación, se considera parcialmente adecuada puesto que quedan muy cortas las categorías de “dimensiones socioeco-nómicas” y faltarían un sin fin de variables. Por otra parte, éstas dimensiones vin-culadas con la exclusión, es una visión muy reducida de lo que significa el concepto de exclusión; en éste sentido sólo se conceptualiza con variables de infraestructura, para el caso de la vivienda y como marginadas, las poblaciones pequeñas (de menos de 5,000 habitantes) que comúnmente son rurales. Parecería que éste último crite-rio corresponde a un concepto de pobreza que se asocia íntimamente con poblacio-nes rurales y que por lo tanto la pobreza existía solamente en el campo y por ende, bajo éste criterio de CONAPO, diríamos que en los centros urbanos o metropolita-nos, incluso, no existiría algún grado de marginación.

Respecto de la pobreza, y en consonancia a la visión del CoNEVAL, conside-ramos que está asociada a condiciones de vida que vulneran la dignidad de las per-sonas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus necesidades básicas e imposibilitan su plena integración social. Así, pasar de una medición unidimensional de la pobreza a una medición multidimensional es al-tamente complejo ya que ello debe considerar y tener en cuenta criterios que permi-tan, de una manera sistemática, transparente, imparcial y con rigor técnico, solucio-nar los desafíos conceptuales y empíricos que la misma presenta.

En este sentido, su medición bajo la perspectiva multidimensional debe im-pulsar la generación de más y mejor información sobre los distintos elementos que permitan evaluar la política social, no sólo a nivel estatal y municipal, sino inclu-so a nivel local, a fin de proveer a los tomadores de decisiones de instrumentos para el diseño de políticas públicas basadas en resultados. La principal fortaleza de esta perspectiva constituye también el desafío central de las futuras políticas de desarro-llo social, en la medida en que cada vez se genera más información, de distintos ór-denes y temáticas, que exponen con mayor precisión los resultados obtenidos, y fa-cilitan el acceso a la información para los distintos actores sociales y la rendición de cuentas por parte de los distintos órdenes de gobierno

Finalmente, el Informe sobre Desarrollo Humano, a pesar de grandes logros, no es difícil notar que éste no ha influido mayormente en la asignación de recursos

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internacionales, y que muchas de sus recomendaciones han pasado desapercibidas por las autoridades gubernamentales de los diferentes países. También se ha cues-tionado la validez de las conclusiones emitidas en el informe, ya que muchas veces éstas obedecen a una inadecuada interpretación de la evidencia estadística. En cada una de las ediciones del Informe es posible encontrar conclusiones y generalizacio-nes que se basan en interpretaciones de la información que pudieran ser incorrectas y, en otros casos, en información poco fiable.

No obstante, no es fácil aceptar que el IDH sea superior a otras herramientas en la medición del desarrollo humano. Más allá de la constatación elemental de que es imposible dar cuenta de realidades complejas con un sólo número –defecto que comparten todos los índices escalares–, el IDH ha sido criticado tanto en sus aspec-tos metodológicos como por los datos utilizados en su construcción. Cabe mencio-nar que una gran parte de las variaciones anuales en el ordenamiento por IDH son consecuencia de actualizaciones en las fuentes de información y no de cambios rea-les en el desarrollo humano de un país.

Es oportuno reconocer la utilidad que para distintos propósitos brindan los dife-rentes índices con sus respectivos indicadores, sin olvidar que ninguno de ellos con-sigue el objetivo de dar cabal cuenta de su concepto, pues las categorías que se con-ceptualizan están en continua evolución y construcción social a través del tiempo.

La medición de la pobreza, la marginación y el desarrollo humano es parte de la lógica en la cual, la racionalidad dominante (del Norte), es la que dicta, mide, cer-tifica y aprueba lo que es, lo que no es y lo que debería ser. Si, es importante la me-dición pero sólo como herramienta para el diseño, implementación, seguimiento y evaluación de las políticas públicas, y no como un fin en sí misma.

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Avances recientes en teoría y práctica económica Volumen II se terminó de imprimir en octubre de 2011,

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