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RESUMEN En este estudio abordamos la presencia de canis familiaris en la fauna de la pintura rupestre postpaleolítica. Es habitual entre los autores incluir a estos animales dentro del grupo genérico de los cua- drúpedos ya que resulta difícil en muchos casos identificarlos por los rasgos físicos que presentan. Sin embargo, a través del análisis del lenguaje corporal se ha podido identificar su representación. PALABRAS CLAVE Canis familiaris, domesticación, pintura rupestre, postpaleolítico. ABSTRACT This is a work about the Canis familiaris presence throught the postpaleolithic rock art paintings of animals. Usually they have been included in the generic group of the quadrupeds because of the dif- ficulties to identificate them only by some fisical details. But their de body language has helped us to spot. KEY WORDS Canis familiaris, domestication, rock art, postpaleolithic. Avance al estudio de la represen- tación del canis familiaris en la pintura rupestre postpaleolítica Sacramento Jiménez Lorente * M.ª Manuela Ayala Juan ** * [email protected] ** Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Murcia. [email protected] Cuadernos de Arte Rupestre • Número 3 • Año 2006 • Páginas 161-184

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RESUMENEn este estudio abordamos la presencia de canis familiaris en la

fauna de la pintura rupestre postpaleolítica. Es habitual entre losautores incluir a estos animales dentro del grupo genérico de los cua-drúpedos ya que resulta difícil en muchos casos identificarlos por losrasgos físicos que presentan. Sin embargo, a través del análisis dellenguaje corporal se ha podido identificar su representación.

PALABRAS CLAVECanis familiaris, domesticación, pintura rupestre, postpaleolítico.

ABSTRACTThis is a work about the Canis familiaris presence throught the

postpaleolithic rock art paintings of animals. Usually they have beenincluded in the generic group of the quadrupeds because of the dif-ficulties to identificate them only by some fisical details. But their debody language has helped us to spot.

KEY WORDSCanis familiaris, domestication, rock art, postpaleolithic.

Avance al estudio de la represen-tación del canis familiaris en la pintura rupestre postpaleolítica

Sacramento Jiménez Lorente *

M.ª Manuela Ayala Juan **

* [email protected]** Departamento de Prehistoria, Arqueología, Historia Antigua, Historia Medievaly Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Murcia. [email protected]

Cuadernos de Arte Rupestre • Número 3 • Año 2006 • Páginas 161-184

1. Introducción

Lobos y perros pertenecen al género canis de la gran familia canidae yrespectivamente a la especie lupus y familiaris. El perro, al igual que ellobo, puede ocupar medios geoclimáticos muy diferentes y su dietaes muy diversa; la alimentación varía en función de las regiones quehabite, dependiendo de las zonas el lobo explotará aquellos recursosmás disponibles, de tal forma que, como afirmó Barrientos, en lasregiones septentrionales los lobos se alimentan de alces, renos, cier-vos y corzos y, sin embargo, en zonas muy humanizadas, como lameseta castellana, el lobo basa su alimentación en conejos y liebres(Barrientos, 1989: 22-26). También en épocas de escasez de alimen-to las manadas de lobos y en algunos casos de perros salvajes bajana los valles en busca del ganado e incluso de los desperdicios genera-dos por el hombre, este hábito facilitó desde los primeros momentosel contacto con las comunidades humanas (Tellería y Sáez-Royuela,1989; Blanco et alii 1990).

El lobo es un animal social que vive fuertemente vinculado a ungrupo-manada, que al mismo tiempo es la base de la estructura social.Además, una de las características que presentan las manadas de loboses que siempre existen ejemplares más dóciles, que en ocasiones sonrechazados por la propia manada y quedan aislados en las zonas bos-cosas. Serían éstos los primeros que pudieron optar por vivir cerca delos asentamientos humanos, alimentándose de los restos que éstosdejaban. Las gentes prehistóricas, por su parte, debieron encontrar útilla presencia de aquellos animales que de noche avisaban con sus ladri-dos de la llegada de intrusos y que, además, les libraban de los restosque desechaban. Quizá los perros empezaron a seguir al hombredurante la caza para alimentarse de los despojos resultantes del des-pelleje y limpieza del animal cazado. Posiblemente, esto ya se dieraentre las sociedades depredadoras, como parece demostrar la presen-cia de restos de canis familiaris en niveles del Magdaleniense inferiordocumentados en el yacimiento de Eralla (Altuna y Mariezkurrena,1985: 87-111). Por otro lado, Fogle afirmó que era posible que loslobos siguieran a los grupos humanos y las camadas de cachorros delobo fueran adoptadas por los humanos después de haber asesinadoa sus padres (Fogle, 1996: 15).

2. Una aproximación al lenguaje corporal del canisfamiliaris

Un aspecto importante a tener en cuenta en el estudio que realizamosacerca de la representación de los cánidos en la pintura rupestre, a finde poder extraer datos acerca de la función o funciones que estos ani-

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males pudieron desempeñar en las sociedades prehistóricas, es elanálisis de las actitudes que se pueden observar a través de su len-guaje corporal. Para ello nos basamos en la investigación de RivasGonzálvez y Castro Baldellou (2004). Estos autores realizaron unestudio sobre psicología canina en el que analizaron el lenguaje cor-poral de estos animales, lenguaje por el cual podemos conocer susituación anímica en cada momento, es decir, si está tranquilo omantiene una postura amenazante o temerosa. Para ello tuvieron encuenta la posición de las orejas y la cola, la expresión de los ojos yhocico, así como la postura de su cuerpo en función de las patas, lacabeza, la cola y las orejas. Es interesante este análisis ya que a travésde él podremos entrever la actividad que está realizando el animalrepresentado.

En primer lugar las orejas; si éstas se mantienen erguidas haciadelante, ello indica atención o que estudian una nueva situación. Lasorejas vueltas hacia atrás y paralelas a la cabeza, generalmente estáligado a cualquier tipo de desafío, aunque también es cierto quealgunos perros las colocan así al caminar o correr; en este caso notiene significado. Las orejas orientadas ligeramente hacia atrás, elperro puede estar dudando entre huir o atacar, equivalen a una mira-da de sospecha. Cuando las orejas están vueltas hacia atrás y muypegadas al cráneo indica que el animal tiene miedo.

La posición de la cola también es muy significativa, cuando lamantienen extendida horizontal pero no tiesa, es señal de atenciónante algo que le interesa. Cuando la cola está extendida horizontal-mente y tiesa, el can toma esta posición al enfrentarse contra unposible intruso, significa “a ver quien manda aquí”. La cola erguiday curvada sobre la grupa implica confianza, control y autodominio.Cola ligeramente baja pero apartada de las patas traseras, el animalestá tranquilo. Cuando la cola está hacia abajo y cercana a las patastraseras, y las extremidades están rígidas y agita levemente la colaviene a decir, “no me siento bien”, si las patas están ligeramente fle-xionadas es una muestra de que el perro siente una leve inseguridad,esta postura es común cuando está fuera de su medio habitual. Colaoculta entre las patas, denota temor o sumisión, tiene miedo a quele hagan daño, o bien, en presencia del miembro dominante de lamanada, expresa que “estoy de acuerdo con mi papel secundario yno voy a desafiarte”.

El hocico es otro de los rasgos característicos, la boca relajada yentreabierta con la lengua poco visible, viene a ser lo que en las per-sonas es una sonrisa. El bostezo señala estrés o tensión, el perro estátenso o inquieto. La boca cerrada, labios levantados enseñando losdientes es igual a una primera señal de amenaza. Cuando la boca semantiene entreabierta, los labios levantados enseñando los incisivos

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y el hocico fruncido, es la segunda señal de amenaza, si se presionaal perro, responderá con un ataque. La boca entreabierta, los labioslevantados enseñando los incisivos y las encías y el hocico fruncido,inequívocamente precede a un ataque inmediato.

Por último, otra cuestión a tener en cuenta son las posturas; cuan-do el can se mantiene agachado con las patas delanteras extendidas, ellomo erguido y la cabeza cercana al suelo, el animal quiere jugar y teanima a participar. Una posición en pie, con las orejas erguidas pero noadelantadas, la cabeza alta, la boca entreabierta y la cola baja y relaja-da, el can está relajado y contento. El perro también en pie sobre suscuatro patas, aunque en este caso ligeramente inclinado hacia delante,la cola erguida, los ojos muy abiertos, la boca cerrada y los miembrosrígidos, el perro está en estado de alerta y mantiene una actitud de mos-trar autoridad. Si está erguido, ligeramente inclinado hacia delante,orejas hacia delante, cola erguida y erizada, ojos muy abiertos, hocicoarrugado, pelo erizado y miembros rígidos, indica que estamos anteun perro muy dominante que amenaza atacar si se le desafía. Cuandosu posición es ligeramente inclinada hacia atrás, pelo erizado, orejashacia atrás, cola entre las piernas, hocico arrugado enseñando los dien-tes, perro asustado pero dispuesto a atacar si se le provoca. La posiciónagachada, con la mirada baja, las orejas hacia atrás, la cola entre laspiernas, pelo no erizado y pata levantada, son señales de sumisión paraevitar peleas. En sumisión total, además se tumba sobre la espalda,mostrando el estómago y la parte inferior del cuello. Cuando coloca lacabeza o la pata sobre el lomo de otro perro, es un gesto de autoridad,indica que “aquí mando yo”. (Rivas y Castro, 2004).

3. La representación de cánidos en la pintura rupestrepaleolítica

Hasta este momento todas las representaciones documentadas estánrelacionadas con el canis lupus. Los primeros estudios donde se hacereferencia a la presencia de cánidos tienen lugar a principios de siglopor H. Alcalde del Río, H. Breuil y L. Sierra, cuyos resultados fueronpublicados en 1911 en la obra Les Cavernes de la Region Cantabrique.Estos investigadores documentaron en la Cueva del Castillo un totalde ciento cuarenta figuras de animales, además de más de cincuentamanos negativas y otros tantos signos, todas ellas ejecutadas a lolargo de varias fases del Paleolítico superior. Este primer inventarioincluía entre el bestiario presente en esta cueva figuras de ciervas,ciervos, caballos, bisontes, cabras, uros y temas más escasos en elárea cantábrica como cánidos.

Posteriormente Jordá Cerdá recogió la presencia de posiblescánidos en las plaquetas grabadas y pintadas de la Cueva del

Parpalló en Gandía (Valencia), y aunque no especificó el tipo, sí lossituó cronológicamente entre el Gravetiense y el Magdaleniense final(Jordá Cerdá, 1985: 11-16). En un estudio posterior llevado a cabopor Villaverde acerca de la fauna representada en la plaqueta afirmóque las especies más representadas son de mayor a menor, los cápri-dos, los équidos, los cérvidos y los bóvidos, a éstos incluía, aunquecon muy escasa representación, un lince, cuatro jabalíes, tres cánidosindeterminados, tres zorros, un mustélido y un par de aves. En cuan-to a los cánidos, Villaverde consideró que debían ser lobos aten-diendo sobre todo a la forma de las orejas y configuración de la cara(Villaverde, 1994: 160-162).

González Echegaray citó recientemente la presencia del lobo enla Cueva de Altamira localizado entre la manada de bisontes delgran techo (González, 2005: 120).

4. La representación del canis familiaris en la pinturarupestre postpaleolítica

La representación de los cánidos en las pinturas de arte levantino yesquemáticas postpaleolíticas es muy abundante y en la mayor partede las ocasiones el representado es el canis familiaris. En muchoscasos no son recogidos por los investigadores y en ocasiones se da lacircunstancia de que éstos discrepan en sus interpretaciones. Estehecho se constata desde los primeros momentos de la investigacióny un ejemplo de ello ya lo plantearon Breuil, Cabré Aguiló yHernández Pacheco. En este caso, Breuil, en la recopilación que rea-lizó de la pintura rupestre esquemática de la Península Ibérica, con-firmó la presencia de perros en los yacimientos de La Cueva del Tajode las Figuras, Bacinete, Arco y Pajarraco (valle de Palmones) enCádiz; Buitres y Malas Cabras en Badajoz; Rabanero en Ciudad Real;La Cueva Negra de Meca en Albacete y también en El Canchal de lasCabras Pintadas de Salamanca (Breuil, 1933-1935: 148, nota 1, vol.IV). Sin embargo, Cabré Aguiló y Hernández Pacheco no reconocie-ron la representación de perros en las pinturas gaditanas que elloshabían publicado previamente y tan solo señalan la presencia decanis lupus en la Cueva del Tajo de las Figuras y Arco (Cabré yHernández, 1914: 20 y 27; en Acosta 1963: 54).

Dentro del arte de estilo levantino se han documentado repre-sentaciones claras de perros en la Cueva de la Vieja de Alpera enAlbacete, en la Cueva Remigia de Castellón y en Os de Balaguer enLérida.

La Cueva de la Vieja de Alpera en Albacete es un abrigo descu-bierto en 1910 por Pascual Serrano quien, junto con Breuil y Cabré,publicó los primeros estudios dos años después de su hallazgo

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(Breuil, Serrano y Cabré, 1912: 529-562). En la década de los sesen-ta vuelve a estudiarlas Beltrán (1968: 229-236) y posteriormenteAlonso y Grimal (1990) realizaron un estudio monográfico de lasmismas. El abrigo se localiza junto al caserío de El Bosque y muy cer-cano a un manantial de agua. Las pinturas se distribuyen en un frisode diez metros y medio donde se representan más de ciento treintafiguras en distintas tonalidades de rojo. En cuanto a la temática, des-tacan las escenas de cacerías de ciervos y en la parte central del abri-go un grupo de toros alineados que Beltrán relacionó con los torosde Albarracín y con el Monte Arabí (Beltrán, 1968: 229).

Dos cánidos forman parte de una escena de caza con ciervos yarqueros; los cánidos se localizan en distintos niveles y se dirigenhacia la derecha, el situado en la zona superior (fig. 1, 1) presentaun hocico fino y está representado en actitud de trote, con la colaextendida horizontalmente pero no tiesa y hacia delante, destacán-dose sus orejas erguidas igualmente hacia delante denotando así unaatención especial ante una situación novedosa. El segundo cánido

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Figura 1. Cueva de la Vieja (Alpera, Albacete). Calco de J. Cabré Aguiló.

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(fig. 1, 2) está situado entre la figura de un cáprido y un cérvido,posiblemente un macho, ambos poseen una amplia cornamenta.Este cánido está representado con su cola más erguida, no se desta-can sus orejas, dando la sensación de caminar, su cola está muchomás erguida y elevada indicando confianza, control y autodominio.

La Cueva Remigia de Castellón fue descubierta en 1934 por J. Porcary publicada un año después junto con H. Obermaier y H. Breuil (Porcar,Obermaier y Breuil, 1935); posteriormente volvió a retomarla A. Beltránen 1968 (fig. 2). Tiene unas dimensiones de 17 metros de largo y estádividida en cavidades de las que tienen pinturas cinco de ellas dispues-tas consecutivamente. Las pinturas son de color rojo (claro, oscuro y car-mín) o negro, dándose algunas trazas que están repintadas de negrosobre rojo. Las figuras son 319, de las que 217 son hombres e instru-mentos de su uso y 102 son de animales. En cuanto a estos últimos, 25son ciervos, 15 jabalís, 21 cabras, 4 toros y un número considerable decuadrúpedos indeterminados. La actividad fundamental del friso es lacaza y gran parte de los animales se muestran heridos y alguno derriba-do o muerto (Beltrán, 1968:171-174).

En la cavidad V identificamos un cánido que forma parte de unaescena de caza; se dirige en actitud de carrera hacia la derecha man-teniendo la cola extremadamente larga en posición alta y con las

Figura 2. Cueva Remigia V (Ares del Maestre, Castellón). Parte izquierda de la composición. Calco de J. B.Porcar.

orejas erguidas de tal modo que parecen caer por sus extremos deno-tando una señal de atención, actitud acorde con las orejas haciadelante y su cola erguida ante una nueva situación que le interesasobremanera (fig. 2, 1).

En Os de Balaguer de Lérida se representa una cierva perseguidapor dos cánidos. Estas pinturas fueron descubiertas por L. DíezCoronel quien las publicó en 1975 (fig. 3). El conjunto comprendefiguras del estilo levantino, aunque la mayor parte pueden incluirseen una tendencia esquemática y están pintadas tanto en color rojooscuro como en negro. El número total de figuras identificadas es de25, de las cuales hay tres humanas que forman una escena de bailetotalmente esquemática. Los cuadrúpedos realizados con tintas pla-nas, de los cuales destacan una cabrita y una cierva que es persegui-da por dos cánidos, también se documentan otros signos o manchasde difícil interpretación.

De los cánidos que supuestamente persiguen a la cierva, el pri-mero de ellos y más adelantado (fig. 3, 20), tiene las orejas erguidascon la cola ligeramente levantada mirando con atención al segundoy más retrasado que, igualmente, muestra la misma actitud y estárepresentado con una amplias orejas también erguidas y ligeramen-te hacia delante (figura 3, 19).

En el más puro estilo esquemático se han documentado en elAbrigo de la Mortaja de Hellín (Albacete), en los yacimientos soria-nos de Valdecaballos, el Peñón de Majuelo, La Peña Somera y El

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Figura 3. Os de Balaguer. Calco de Díez-Coronel y Montull.

Mirador. En El Canchal de las Cabras de Salamanca, en la Cueva delTajo de las Figuras de Benalup en Casas Viejas (Cádiz); en la Cuevade los Herreros de Jaén. En la Región de Murcia se han documenta-do en Calasparra, en los Abrigos del Pozo y en el término municipalde Moratalla, en uno de los abrigos de las Casas de Charán y en unabrigo de El Rincón de las Cuevas II.

El abrigo de la Mortaja que recibe su nombre por estar localiza-do en el barranco del mismo nombre; Breuil estudió dos abrigossituados en la misma cuerda rocosa y con poca distancia uno deotro; en el segundo, H. Breuil recogió la presencia de un cánido(Breuil, 1935: 54-55).

La cavidad, que tiene 35 metros de longitud por dos de profun-didad sólo contiene un pequeño grupo de figuras en el sector norte,que H. Breuil describe como “un cánido sin duda un perro, con lacola elevada y con tres dedos bien marcados en las patas delanterasy un dibujo esquemático humano con cuatro pares de apéndices dis-puestos simétricamente”. Recientemente volvió a ser estudiado porA. Alonso y A. Grimal (2003) quienes realizaron un calco diferentedel cánido. El perro mostrado por Breuil es delgado y de patas largasy anchas al igual que la cola, y su cabeza es muy alargada, con susorejas cortas, la cola se representa erguida y ligeramente curvadahacia la grupa, y la boca ligeramente abierta puede indicar autodo-minio y control de la situación. La boca ligeramente entreabierta sinotros signos indicativos de su estado de ánimo (fig. 4, 3).

En Albarracín, en el abrigo de doña Clotilde, P. Acosta mencio-nó la presencia de un “posible cánido que sigue sumisamente y muyde cerca a una figura humana, con adorno en la cabeza y provista deun arco, en nuestra opinión se trata de un hombre que se dispone ala caza con la ayuda de un perro domesticado para este fin” (Acosta,1963: 174, figura 59: 8).

En la provincia de Soria hemos recogido la representación decánidos a través de los trabajos de T. Ortego, de la obra de J. Camónquién recogió los hallazgos del anterior investigador y por último,los trabajos de publicación más reciente llevados a cabo por Gómez-Barrera. Los yacimientos donde se han identificado claramente cáni-dos son el abrigo II de Valdecaballos, el Peñón de Majuelo, PeñaSomera y El Mirador.

El abrigo II de Valdecaballos está situado en la cañada deValdecaballos, junto al río Pedrajas, fue estudiado por primera vezpor T. Ortego (1965: 207-211) y posteriormente por J. A. Gómez-Barrera en 1982 y 2001. Las pinturas se localizan sobre un bloquedesgajado e inclinado de amplia superficie regular, tan sólo se con-servan seis motivos, concretamente dos cuadrúpedos seminaturalis-tas, un tercero del que sólo quedan motas de pintura, una mancha

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alargada de cuatro centímetros de longitud y dos antropomorfos deseis y cinco centímetros de altura respectivamente. Los animales sepresentan en disposición vertical. Todas las figuras son de color rojo,aunque las representaciones de animales están más desvaídas porestar más expuestas a los fenómenos atmosféricos (Gómez-Barrera,1982: 126-127 y 2001: 74). Tras analizar las figuras de los dos cua-drúpedos conservados consideramos que, dadas las característicasfísicas que presentan, estamos ante dos cánidos representados consus colas erguidas y curvadas sobre la grupa, dato significativo ya quesólo se documenta en el canis familiaris si bien la cabeza y las orejasson menos definitorias. Esa disposición de la cola indicaría confian-za y control de la situación en un momento de tranquilidad en el queno realizaría ninguna actividad. Las disposición de las colas enhies-tas y formando las curvaturas son características de los canes queposeen una larga cola (fig. 5, 1-2).

El Peñón de Majuelo se localiza en la Cañada Honda, fue estu-diado en primer lugar por T. Ortego (1951: 298 y 1952: 125), poste-riormente fue recogido por J. Camón (1978: 431, figura 430) para enla década siguiente ser otra vez revisado por J. A. Gómez-Barrera(1982: 102-106, figura 35). Las pinturas se distribuyen en una cavi-dad semicircular situada en el frente norte del abrigo. Se identificaronun total de 22 figuras en color rojo y predominan los cuadrúpedos yentre ellos hay dos que Gómez-Barrera ya aportó la idea de que pue-den ser dos cánidos (Gómez-Barrera,1982: 102-104). Siguiendo elcalco de este último investigador observamos que ambos cánidos sedisponen en paralelo y se dirigen hacia la izquierda en contraposi-ción con el resto de los cuadrúpedos que lo hacen hacia la derecha.En ambos cánidos se observa que se representan con una cola muy

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Figura 4. Abrigo de la Mortaja (Minateda, Albacete). Calco de H. Breuil.

corta y erguida, con ligera inclinación hacia adelante, lo que pareceindicar que el animal está observando y el hecho de mostrar la colaerguida puede indicar confianza y control de la situación. Son ani-males de proporciones diferentes, más recio el primero (fig. 6, 8) queel segundo (fig. 6, 9). La cabeza se mantiene alta y posee un cuellocorto y recio con un mayor desarrollo del hocico en el primero y enambos casos las orejas no se presentan individualizadas.

La Peña Somera estudiada en primer lugar por T. Ortego (1951:292-293) y retomada posteriormente por J. Camón (1978: 431, figu-ra 428) y J. A. Gómez-Barrera (1982: 92-96). Las pinturas se distri-buyen sobre una roca aislada y están realizadas en color rojo-ocre,con un total de 17 figuras, la mayor parte de las representacionescorresponden a cuadrúpedos (Gómez-Barrera, 1982: 92-95, figura31). Entre los cuadrúpedos destaca el número 10 que tiene diferen-cias físicas significativas con el resto, particularmente en lo que seríala cabeza. El animal se representa de perfil con la cabeza girada a suizquierda lo que permite presentar de frente las orejas muy erguidasjunto con una cola extendida en horizontal lo que denota que algorepentinamente le ha llamado la atención por lo que gira la cabeza(fig. 7, 10).

El Mirador fue documentado por T. Ortego (1951: 287-290) yposteriormente por J. A. Gómez-Barrera (1982: 71-84 y 2001: 134-145). Se localizan en el interior de un abrigo y sobre un ampliopanel de 4,70 cm de longitud, donde el color predominante es elrojo variando las tonalidades entre el rojo fuerte y más tenue. Dadala amplitud del panel, J. A. Gómez-Barrera lo dividió en diferentes

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Figura 5. Abrigo del Barranco de Valdecaballos (Soria). Calco de J. A. Gómez-Barrera.

sectores para facilitar su lectura (fig. 8). En el denominado por esteautor sector B y entre figuras humanas aparece un rebaño o grupo denueve cuadrúpedos, que pueden llegar a ser 11, de los que el mismoautor plantea la dificultad que entraña intentar calificarlos comocabras, reses u otro animal a pesar de que T. Ortego afirmó que eraun rebaño de siete reses (Gómez-Barrera, 1982: 71 y 76-77, figura21). Dentro de este grupo de cuadrúpedos identificamos en penúlti-mo lugar un cánido robusto y de pequeño tamaño que se muestraen actitud de seguir al grupo o rebaño. Está representado con las ore-jas erguidas y ligeramente hacia adelante en actitud de estar atento

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Figura 6. Peñón del Majuelo (Valonsadero, Soria). Calco de J. A. Gómez-Barrera.

ante cualquier percance y con su cola corta, ligeramente baja y sepa-rada de las patas traseras, lo que nos indica que el animal está tran-quilo (fig. 8, 1).

El abrigo salmantino de El Canchal de las Cabras fue estudiadopor Breuil (1933-1935:177) y posteriormente volvió a retomarlas P.Acosta quién identificó una de las figuras como la representación deun cánido (Acosta, 1968: 51-52, figura 11, nº 3). El cuadrúpedo serepresenta de perfil, con el lomo muy curvado, la cola pequeña y lacabeza y el cuello girados hacia su derecha, sin embargo, no vemosrasgos físicos lo suficientemente claros que aseguren totalmente quees un cánido.

Las pinturas de la Cueva del Tajo de las Figuras de Benalup enCasas Viejas (Cádiz) fueron estudiadas por J. Cabré y E. Hernández(1914). Las pinturas fechadas como neolíticas y calcolíticas se loca-lizan en un pequeño abrigo y se representan particularmente aves,cuadrúpedos y antropomorfos. P. Acosta señaló que “de la ganade-ría quedaría una clara representación en esta figura, en la que puede

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Figura 7. Peña Somera (Valonsadero, Soria). Calco de J. A. Gómez-Barrera.

apreciarse un rebaño conducido y guardado por dos perros pastores.El conjunto, muy interesante, muestra dos aspectos más de la finali-dad de la domesticación: el beneficio económico (ganadería) y el deayuda al hombre en uno de los trabajos en que se debió ocupar (elpastoreo)” (Acosta, 1963: 174 y 176).

La Cueva II de los Herreros en Jaén se localiza en la cara noroes-te del cerro Veleta y a una altitud de 640 m.s.n.m., fue estudiado porM. Soria y M. G. López (1989: 124-125, figura 87). Las figuras selocalizan en un abrigo y se agrupan en ocho grupos que se distribu-yen por los ábsides del mismo y en los alisamientos rocosos que hayen torno a ellos. El grupo séptimo se distribuye en dos niveles, estápintado de rojo carmín y está formado por dos antropomorfos, unposible cérvido, un sol, una barra de restos de otras pinturas y cincozoomorfos que parecen ser cánidos. Sin embargo, nosotras sólo dife-renciamos claramente a tres cánidos, uno en la parte superior y dosen la inferior (fig. 9).

En la parte superior y de izquierda a derecha se muestra a uncánido aislado que mira a la izquierda y presenta sus fauces abiertas,su cabeza ligeramente levantada y sus orejas pronunciadas siguien-do la línea superior de la cabeza, las patas delanteras abiertas y uncorto rabo ligeramente levantado, su actitud, al parecer, es clara-mente amenazante; las orejas orientadas hacia atrás evidencian en elanimal una actitud dubitativa entre atacar o huir, aunque sus faucesabiertas enseñando los incisivos indican un ataque inminente, engeneral, la posición que tiene el animal ligeramente inclinada haciaatrás, no sólo del cuerpo sino también las orejas y la cola extendidahorizontalmente y tiesa, parecen indicar una situación de ataqueinminente del cánido frente a un ataque externo que amenaza suterritorio.

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Figura 8. Abrigo de El Mirador (Valonsadero, Soria). Calco de J. A. Gómez-Barrera.

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En la parte inferior y hacia el centro de la escena dos cánidos, elsituado más a la izquierda mira a la derecha, presenta las fauces abier-tas con las orejas desarrolladas y ladeadas a ambos lados, su cola muypronunciada está erguida y caída hacia el lomo, parece adoptar unaactitud amenazante contra otro cánido más pequeño que ubicado ala derecha gira su cabeza a la izquierda mirando al anterior, éste pre-senta las patas abiertas y el rabo desarrollado y erguido.

En la Región de Murcia contamos con los ejemplos de losAbrigos del Pozo en Calasparra y en Moratalla el del Abrigo II de LasCasas de Charán y un abrigo de El Rincón de las Cuevas II.

Figura 9. Cuevas de los Herreros II (Jaén). Calco de M. Soria y M. G. López.

Los Abrigos del Pozo están situados en la ladera noroeste de la Sierradel Molino y en la margen derecha del río Segura, a tres metros sobre elnivel medio del río y a 250 m.s.n.m. Es un abrigo de un interés excep-cional ya que, además de contar con representaciones pictóricas, pre-senta niveles de ocupación prehistórica. Las pinturas fueron estudiadasy publicadas por M. San Nicolás quien en su último trabajo realizadolas adscribe a la Edad del Bronce (San Nicolás, 1985: 95-118 y 2005:205-222). En diversas campañas de excavación dirigidas por MartínezSánchez, se han documentado diversos niveles de ocupación que, ini-ciándose en el Paleolítico superior final, seguidas por otros correspon-dientes al Neolítico y el Calcolítico, para concluir con un hábitat de laEdad del Bronce. En el nivel VI se hallaron restos de un hogar y el C14

proporcionó una fecha de ocupación neolítica del 6260 +/- 120 B. P.Durante el año 2004 se llevaron a cabo dos nuevas campañas de exca-vación cuyo objetivo prioritario fue intentar documentar totalmente laocupación del abrigo, constatándose una fase neolítica, otra que podríacorresponder a un Bronce antiguo o incluso a un momento anteriorCalcolítico y otra perteneciente a la Edad del Bronce, además de dosmomentos claramente diferenciados estratigráficamente de época tar-dorromana (Martínez, 1994: 158 y 159; 2004: 240).

Los dos cánidos se mantienen en paralelo y miran hacia laizquierda, tienen parecidos físicos importantes en cuanto a tamañodel animal en general y también mantienen igual similitud en eltamaño y forma del hocico y orejas, tamaño de patas, tronco y colaque nos puede llevar a pensar que proceden de una misma camada ofamilia canina y que, además, pudieron ser pintados por la mismamano. Los dos cánidos se mantienen erguidos con las orejas empi-nadas rectas y la cola enhiesta, lo que parece indicar que los anima-les están atentos a algo nuevo con lo que posiblemente tengan queenfrentarse (figs. 10, 11 y 12).

En la comarca del Noroeste murciano, concretamente en el tér-mino municipal de Moratalla, se han localizado en el abrigo II de lasCasas de Charán y en El Rincón de las Cuevas II.

En el abrigo II de las Casas de Charán, las pinturas fueron docu-mentadas por A. Alonso y A. Grimal (1997), presenta dos panelesseparados uno de otro por más de dos metros. En el panel I se hadocumentado junto con restos de pintura un cuadrúpedo de colorrojo claro muy desvanecido. El cuadrúpedo, aunque con ciertasdudas por el mal estado de conservación que presenta en algunaszonas, puede ser interpretado como un cánido si tenemos en cuen-ta la disposición del tronco y las patas, tanto las delanteras como lastraseras, lo que pudo ser la cola, prácticamente ha desaparecido, aligual que gran parte de la cabeza que, aunque gran parte de ella hadesaparecido, parece estar girada a su derecha (fig. 13, 2).

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El abrigo de El Rincón de las Cuevas II fue documentado por A.Alonso y A. Grimal (1997), el panel está compuesto por la repre-sentación de dos arqueros, una mujer, una figura humana, un cua-drúpedo, unos trazos, restos de pintura y una pareja de zoomorfos.La pareja de zoomorfos la relacionamos con la representación dedos cánidos, ambos dispuestos en paralelo se mantienen en posturaerguida con la cola baja y la cabeza alta, denota que los animales apesar de estar atentos a cualquier hecho que pudiera surgir se mues-tran relajados en una actitud de tranquilidad (fig. 14, 1-2).

5. Últimas consideraciones

No es de extrañar la representación de estos animales en el arteparietal ya que tanto los perros domésticos como su agriotipo, el

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Figura 10. Abrigo del Pozo (Calasparra, Murcia). Calco de M. San Nicolás.

canis lupus o lobo, siempre estuvieron muy cerca de las comunidadeshumanas. En España, la presencia del canis familiaris está documen-tada particularmente a partir del Epipaleolítico, pero hay que seña-lar el importante hallazgo de un húmero en Eralla (Guipúzcoa) delque Altuna y Mariezkurrena determinaron como perteneciente proba-blemente a un perro. Es un húmero al que le falta el extremo proximal,cuyas medidas son notablemente inferiores a las del lobo y que coinci-den con las de perro. La inclusión de este resto en un nivelMagdaleniense inferior cantábrico está garantizada ya que este nivel fuedatado por radiocarbono en tres muestras que han dado 15.740+-240,16.200+-240 y 16.270+-240 B. P., además, el nivel inmediatamentesuperior es arqueológicamente estéril y en su nivel inferior dio lafecha de 15.800+-230 y en su parte superior 14.570+-300 (Altuna yMariezkurrena, 1985: 87-111). Queda pendiente la confirmación deque realmente sea de perro y no de un lobo muy pequeño, ya queestaríamos ante el resto de perro más antiguo documentado hasta elmomento a nivel mundial.

Desde los primeros momentos el hombre debió comprender lasgrandes ventajas que podría tener con la presencia de estos animales

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Figura 11. Abrigo del Pozo (Calasparra, Murcia). Fotografía de M.ª M. Ayala.

Figura 12. Abrigo del Pozo (Calasparra, Murcia). Fotografía de M.ª M. Ayala.

Figura 13. Casas de Charán II (Moratalla, Murcia). Calco de A. Alonso y A. Grimal.

en sus poblados. El perro es un mamífero doméstico que presenta-ba unas cualidades muy útiles al hombre, acompaña y ayuda a lacaza enfrentándose a animales que le ofrecieran algún peligro. En lasactividades ganaderas cuida de las ovejas al tiempo que las protegede otros carnívoros como los lobos, y en los poblados avisa de la lle-gada de intrusos a los que incluso persigue y acosa. Otra actividadque pudieron realizar era arrastrar pequeños carros como se consta-ta a través de la etnografía, en la que tenemos un claro ejemplo enlos indios de las llanuras norteamericanas, según escribió en 1541

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Figura 14. Rincón de las Cuevas I (Moratalla, Murcia). Calco de A. Alonso y A. Grimal.

un español que formaba parte de la expedición del buscador de oroF. Vázquez de Coronado, los indios transportaban sus productos conayuda de los perros, los utilizaban para acarrear un dispositivo com-puesto por dos postes largos que en el centro sustentan la carga(Zimmerman, 2002: 49). También hay constancia de su empleocomo animales de tiro en otras latitudes, tal es el caso de los habi-tantes del Círculo Polar Ártico, quienes antes de la llegada del caba-llo, fueron los perros el principal medio de transporte como anima-les de tiro de los trineos (Zimmerman, 2002: 67). Los inuit, además,los utilizaban como animal de caza, ya que les avisaban de la pre-sencia de los respiraderos que las focas mantienen abiertos rascandoel hielo por abajo cuando el agua empieza a congelarse(Zimmerman, 2002: 69).

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Agradecimientos

Queremos agradecer a doña Consuelo Martínez Sánchez por lainformación acerca del Abrigo del Pozo y permitirnos publicar lasfotos de los cánidos. También a doña Inmaculada Jiménez Lorentepor toda la documentación aportada acerca de los cánidos y a donÁngel Castilla Sánchez por su incondicional apoyo en todo lo rela-tivo a las tareas informáticas; sin ellos este artículo estaría minimi-zado. Gracias.

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