AYMonografías Monographs

66(1997)

ALVAR AALTO

Director EditorLuis Femández-Galiano

2 Luis Femández-GalianoAalto centenario Centenary Aalto

Redactora jefe Editor in ChiefAdela García-Herrera Redacción Editorial S ta ff Jorge Sainz Gina Cariño Carlos Verdaguer Rocío Rein Cubierta Cover Javier AlauDiagramación LayoutJosé Jaime S. Yuste Producción ProductionCuca FloresAdministración AdministrationFrancisco Soler Suscripciones Subscriptions Lola González Distribución DistributionMar Rodriguez

Editor PublisherArquitectura VivaRosario 31, E-28005 Madrid, España Tel: (+34 1)366 99 00 Fax: (+34 1)364 01 51 E-mail: AViva@compuserve.com Internet: www.ArquitecturaViva.com

AV Monografías es miembro de ARCE (Asociación de Revistas Culturales de España)

Precio Price: 3.200 pesetas © Arquitectura Viva Julio-agosto July-August 1997

Todos los derechos reservados All rights reservedDepósito legal Legal registration: M-33690-1997 ISSN: 0213-487XCompuesto con Composed with: Corel Ventura 4.2 Fotomecánica Color separations: Megacolor Impresión Printing: Garal Encuadernación Binding: De la Fuente

Cubierta CoverEn portada, el auditorio de Otaniemi al fondo de El Coliseo desde los jardines Farnesio (1825-1828), de Jean-Baptiste-Camille Corot; en interior de portada, la casa de Muuratsalo; en contraportada, de nuevo Otaniemi, en medio de La niebla se levanta en el Riesengebirge (1820), de Caspar David Friedrich; fotos de Simo Rista.Front: Otaniemi auditorium in the background o f The Coliseum from Famese Gardens (1825-1828), by Jean-Baptiste-Camille Corot. Inside front: the house at Muuratsalo. Back: Otaniemi again, within Mist rising in the Riesengebirge (1820), by Caspar David Friedrich.Photos by Simo Rista.Nota NoteNuestro agradecimiento al Museo Finlandés de Arquitectura, a la Fundación Alvar Aalto y al Museo Alvar Aalto. Las traducciones al español son de Carlos Verdaguer. Los horarios de visita se han tomado de M. Trencher, The Alvar Aalto Guide, Princeton Architectural Press. Our acknowledgment to the Museum o f Finnish Architecture, the Alvar Aalto Foundation and the Alvar Aalto Museum. All translations to English are by Gina Cariño. Visiting hours taken from M.Trencher 's The Alvar Aalto Guide, Princeton Architectural Press.

El genio del norteGenius o f the North

4 Antón CapitelLa síntesis de la modernidad The Synthesis of Modernity

12 Juhani PallasmaaUna arquitectura de imágenes An Architecture of Imagery

20 Justo IsasiOtro modo de habitar Another Mode of Dwelling

1921-1939Más allá de la ortodoxiaBeyond Orthodoxy

28 Sede del diario ‘Turun Sanomat’ ‘Turun Sanomaf Headquarters1928- 1930, Turku

32 Sanatorio antituberculoso Tuberculosis Sanatorium1929- 1932, Paimio

40 Biblioteca pública Public Libran 1933-1935, Viipuri

46 Villa Mairea Villa Mairea 1937-1939, Noormarkku

1940-1955Tradición y modernidadTradition and Modernity

56 Residencia Baker, MIT Baker House Dormitory, MIT 1946-1949, Cambridge, Massachusetts

60 Ayuntamiento y centro municipal Town Hall and Civic Center 1949-1952, Sáynátsalo

68 Instituto Nacional de Pensiones National Pensions Institute 1953-1957, Helsinki

76 Universidad Politécnica Technical University 1953-1967, Otaniemi

1956-1976Monumentos urbanosUrban Monuments

84 Iglesia de las tres cruces Church of the Three Crosses 1956-1959, Imatra

90 Ayuntamiento y biblioteca Town Hall and Library 1961-1965 & 1963-1965, Seinájoki

96 Biblioteca y teatro Library and Theater1961- 1968 & 1970-1976, Rovaniemi

100 Auditorio y palacio de congresos ‘Finlandia’ 'Finlandia' Hall1962- 1971 & 1970-1975. Helsinki

109 Obras escogidas, 1921-1976 Selected Works, 1921-1976 112 Obra esencial, 1921-1976 Essential Oeuvre, 1921-1976

Aalto centenario

El maestro de Kuortane cumple cien años con salud unánime. Tras el paréntesis crítico de la última etapa de su vida, Alvar Aalto recuperó tras su muerte la estatura mítica que había alcanzado en los años cincuenta, y llega a nosotros canonizado como uno de los grandes creadores del siglo. El pedestal sobre el que se levanta su figura, sin embargo, ha estado construido en cada época con diferentes materiales, y no es fácil adivinar los mimbres con los que se tejerá su imagen centenaria. El Aalto funcional y el orgánico se han ido turnando en el afecto del momento, y el historicismo posmodemo llegó incluso a proponer breve­mente a un Aalto inserto en el viejo tronco del clasicismo nórdico. Pero cada efemérides redibuja el perfil del protagonista, así que no es aventurado esperar que las celebraciones de 1998 dejen tras de sí un Aalto distinto.

Hace una década, los centenarios casi coincidentes de Mies van der Rohe y Le Corbusier modificaron significativamente su imagen: el Mies americano de los prismas de vidrio — a la postre el más influyente e imitado— perdió temperatura crítica frente al Mies europeo y neoplástico; el Corbusier urbanista y reformador social se subordinó al autor purista de las villas blancas, y ambos se juzgaron inferiores al constructor arcaico y lírico de las últimas obras. Años más tarde, las grandes exposiciones de Louis Kahn y Frank Lloyd Wright tuvieron un similar efecto de reajuste en el encuadre con que se percibe a los dos maestros: Kahn pasó de la monumentalidad geométrica y romana al resplandor cabalístico de la mística judía; y Wright transitó del diálogo fértil con Europa y Japón a la exaltación americana del credo pionero de Emerson o Whitman.

Es posible sospechar qué proyectos de Aalto suscitan una emoción más contemporánea: los alabeos escenográficos del pabellón de Nueva York, la severidad urbana del Rautatalo, el collage cerámico y programático de Muuratsalo, la topografía rigurosa de la Maison Carré o las bandas ondulantes de Pavía. Y tampoco es difícil suponer que la popularidad de las formas características de su obra se prolongará más allá del centenario: los abanicos y los haces agavillados de brotes o listones, las ondas onomásticas y el perímetro lacustre de su vaso emblemático. Pero no es sencillo pronosticar cuál de los Aaltos imbricados y super­puestos se expondrá de manera preferente a la luz violenta de la conmemoración: el arquitecto táctil de los muebles de abedul; el romántico escandinavo enamorado de un mediterráneo abrupto; el abogado del hombre pequeño y la naturaleza grande; o el dibujante onírico de lápiz blando e ideas obstinadas.

Aquí se ha preferido más bien un Aalto canónico, que excluye los compases iniciales del clasicismo premodemo y orquesta su carrera en tres movimientos, pespunteados por sus casas y estudios: el que lleva del ‘Turun Sanomat’ a la Villa Mairea, un tránsito de doctrina y de lenguaje que tiene su anagnorisis en el episodio deslumbrante del acantilado y los soles de la biblioteca de Viipuri; el movimiento incierto de la guerra y sus ecos, que recoge la tentación americana y la decisión finlandesa, con la madurez feliz de Saynatsalo y Otaniemi, en los años de la mudanza dolorosa de Aino a Elissa; y el manierista y polifónico movimiento final, que combina la urbanidad democrática de los centros cívicos con la monumentalidad blanca y teatral del arquitecto que sueña con Venecia en Helsinki. Tres movimientos que describen — pero no explican— la enigmática continuidad del sentimiento y los borrosos límites de la razón moderna.

Luis Fernández-Galiano

The master from Kuortane turns one hundred with unanimous health. After the critical parenthesis o f the last stage o f his life, Alvar Aalto posthumously recovered the mythical stature he had attained back in the fifties, and lived on to our days canonized as one of the century’s great creators. Nevertheless, the pedestal on which his figure rises has been built with different materials in each period, and it is not easy to guess which wickers will weave his centenary image. Functional and organic Aaltos have taken turns in winning the day, and even a Nordic classicist Aalto was briefly postulated by postmodern historic ism. But every anniversary retraces the profile of the protagonist, so it is not out of line to expect the 1998 celebrations to leave yet another Aalto in their wake.

The almost coinciding cen tenaries of Mies van der Rohe and Le Corbusier a decade ago substantially altered the image o f both: the American Mies of glass prisms - in the end the most influential and imitated - lost critical clout to the neoplastic European Mies; the urbanistic and social reformer Corbusier was subordinated to the purist author of white villas, and both were judged to be inferior to the archaic and lyrical builder of his final works. Years later, the major exhibitions on Louis Kahn and Frank Lloyd Wright had a similar readjusting effect on our perception of the two masters: Kahn moved from geometric Roman monumentality to the cabalistic shine of Jewish mysticism, and Wright, from the fertile dialogue with Europe and Japan to American exaltation o f the pioneer creed of Emerson or Whitman.

It is easy to see which of Aalto’s projects could arouse more contemporary emotions: the scenographic warpings of the New York pavilion, the urban severity of Rautatalo, the ceramic and programmatic collage of Muuratsalo, the rigorous topography of the Maison Carré, or the undulating bands of Pavia. Neither is it hard to reckon that the popularity of his characteristic forms will last beyond the centenary: the fans and sheaved bundles, the onomastic waves and lake-like perimeter of his emblematic vase. But we cannot prognosticate which of the many overlapping and superposed Aaltos will emerge preferentially in the violent limelight of commemoration: the tactile architect of birchwood furniture pieces, the romantic Scandinavian in love with a rough Mediterranean, the champion of the small man and grand nature, or the oneiric draftsman o f soft pencils and stubborn ideas.

Here we present a canonical Aalto which excludes the initial bars of premodern classicism and orchestrates his career in three movements, stitched together by his houses and studios: that which leads from ‘Turun Sanomat ’ to Villa Mairea, a doctrinal and linguistic evolution that has its climax in the brilliant episode of the Viipuri library's cliffs and suns; the uncertain period of war and its aftermath which embraces the American temptation and the Finnish decision, with the happy maturity o f Saynatsalo and Otaniemi, during the painful years o f transit from Aino to Elissa; and a mannerist polyphonic finale, which combines the democratic urbanity of the civic centers with the white and theatrical monumentality o f the architect who dreams of Venice in Helsinki. Three movements which describe - but do not explain - the enigmatic continuity o f sentiment and the blurry limits of modern reason .

2 Julio-agosto 1997 AV Monografías 66