autor: parra, pablo danielredcomunicacion.org/wp-content/uploads/2017/09/2011paparrapabl… ·...
TRANSCRIPT
Autor: Parra, Pablo Daniel Contacto: [email protected] Institución: Universidad Nacional de San Luis
Área de Interés: Sujetos, Identidades y Culturas
Palabras Claves: Cultura-Popular-Desplazamientos.
Título de la ponencia:
LAS CULTURAS POPULARES DESDE LA PERSPECTIVA DE NÉSTOR GARCÍA CANCLINI. LÍMITES Y DESPLAZAMIENTOS.
RESUMEN
La presente investigación es un avance de mi trabajo de tesis de licenciatura y se
enmarca en el proyecto de investigación de la Universidad Nacional de San Luis: La
Comunicación en las Sociedades Mediatizadas: prácticas y discursos en la
construcción de identidades.
El campo de la problemática sobre las culturas populares y las perspectivas que se
interesan en su estudio no es algo concluido, constituye una zona en disputa y un ámbito
de estudio cuya complejidad lo transforma en un objeto que se vuelve cambiante.
Sin pretender agotar el objeto, consideramos necesario delimitar el alcance de nuestra
investigación proponiendo abordarlo desde una perspectiva en particular, la de Néstor
García Canclini.
Si bien el propósito del trabajo pretende lograr aproximaciones en relación con la
productividad del autor en torno a las culturas populares; debemos advertir que nuestra
inquietud se origina a partir de la hipótesis de supuestos desplazamientos que sufriría la
mirada cancliniana, en sus distintas producciones, a la hora de dar cuenta de lo popular.
El procedimiento metodológico del trabajo se basará en un análisis crítico y
comparativo del material obtenido a partir de un recorte temporal sobre las obras del
autor: •Las Culturas Populares en el Capitalismo. Nueva Imagen. México. 1982.
•Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Paidós.
Barcelona. 2001.
•Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización.
Grijalbo. México. 1995.
•Diferentes, desiguales y desconectados. Mapas de la interculturalidad. Gedisa.
Barcelona. 2004.
INTRODUCCIÓN:
La presente investigación es un avance de mi trabajo de tesis de licenciatura titulado:
Una propuesta de abordaje teórico a la obra de Néstor García Canclini y su
productividad para pensar La/s Cultura/s Popular/es en el escenario latinoamericano.
Dicha indagación se enmarca en el proyecto de investigación de la Universidad
Nacional de San Luis: La Comunicación en las Sociedades Mediatizadas: prácticas y
discursos en la construcción de identidades.
El campo de la problemática sobre Las Culturas Populares y las perspectivas que se
interesan en su estudio no es algo concluido y terminado sino que se halla en pleno
proceso de revisión, constituye una zona en disputa y al mismo tiempo un ámbito de
estudio cuya complejidad lo transforma en un objeto que permanentemente se vuelve
esquivo y cambiante. Considerar que el interés manifiesto por el estudio de lo popular como especificidad de
la cultura y como expresión de la comunicación ha sido abordado desde diferentes
miradas y posturas, nos demanda precisar la manera en que se lo piensa abordar y
delimitar el alcance de nuestra indagación. Sin pretender agotar el objeto y frente a la
complejidad del mismo, nos propusimos abordar dicho objeto de estudio desde una
perspectiva en particular, la de Néstor García Canclini.
Mediante la recopilación del material teórico y su posterior análisis, interpretación y
comparación, se trató de visualizar la perspectiva cancliniana la hora de abordar el
análisis las culturas populares, a lo largo de sus distintas producciones.
Si bien el propósito del trabajo pretende lograr aproximaciones en relación con la
productividad del autor en torno a las culturas populares; debemos advertir que nuestra
inquietud se origina a partir de la hipótesis de supuestos desplazamientos que sufriría la
mirada cancliniana, en sus distintas producciones, a la hora de dar cuenta de lo popular.
Cabe destacar que desde nuestra perspectiva nos propusimos pensar lo popular
atravesado por la trama de la modernidad y las discontinuidades culturales, de
formaciones sociales y estructuras de sentimiento, de memorias e imaginarios que
entremezclan lo indígena con lo rural, lo rural con urbano, el folklore con lo popular y
lo popular con lo masivo. Es decir, desde la heterogeneidad que presentan las culturas
populares en el escenario latinoamericano.
En el procedimiento metodológico primeramente llevamos a cabo el fichaje del corpus y
de la bibliografía propuesta para el análisis, posteriormente se realizó una suerte de
codificación axial a partir de las categorías que emergieron de los textos en relación con
el objetivos específico que se planteo. A continuación proponemos las producciones que
constituyeron nuestro análisis:
•Las Culturas Populares en el Capitalismo. Editorial Nueva Imagen S.A. México. 1982.
•Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Editorial Paidós.
Barcelona. 2001.
•Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización. Editorial
Grijalbo. México. 1995.
•Diferentes, desiguales y desconectados. Editorial Gedisa. Barcelona. 2004.
Consideramos pertinente advertir que artículos publicados por el antropólogo, tales
como: “De que estamos hablando cuando hablamos de lo popular”. en seminario de
Comunicación y Culturas Populares. CLASCO. Bs As. 1980. y “Ni folklórico ni masivo
¿Qué es lo popular?” en Revista Diálogos de la Comunicación. Nº 17. se nos
presentaron como enriquecedores a la hora de interpretar la perspectiva cancliniana. Y
si bien su análisis no se materializó de forma explícita como las producciones citadas
anteriormente, su lectura nos resulto de suma importancia para ubicarnos teórica y
contextualmente.
CORPUS DE LA PONENCIA.
En el presente trabajo, el cual emerge de un recorte de nuestro recorrido analítico sobre
la productividad de García Canclini en torno a las culturas populares latinoamericanas,
propondremos una suerte de aproximación en términos de conclusiones y/o reflexiones
primarias en relación con nuestra sospecha de supuestos desplazamientos en el
posicionamiento del antropólogo a la hora de dar cuenta de lo popular. Para ello
intentaremos poner en diálogo ejes de análisis, presupuestos teóricos y desplazamientos
fragmentados, en relación con las distintas producciones canclinianas, tomando como
clave de lectura el capitalismo. Si hay un fenómeno social, económico y cultural que caracteriza el contexto de
producción del antropólogo en relación con las culturas populares, este fenómeno será
el capitalismo. Desde nuestra perspectiva consideramos que proponer al capitalismo
como clave de lectura y como escenario para pensar lo popular, nos posibilitará advertir
las múltiples dimensiones y estadios que adquiere dicho fenómeno en las distintas
producciones del autor.
En la década de los 80’, en un contexto latinoamericano que se nos presenta como
contrastante a nivel sociocultural y económico, debido a la instauración del sistema
capitalista, la coexistencia de distintas realidades sociales, económicas y culturales, y la
alternancia de gobiernos democráticos y dictatoriales. Y también a nivel científico en lo
que a estudios de Comunicación/Cultura se refiere, con el surgimiento de los
denominados enfoques culturales latinoamericanos –remplazando perspectivas
analíticas cómo el modelo difusionista (década del 60’) y la teoría de la dependencia
(década del 70’) –. Canclini propondrá en su obra Las Culturas Populares en el
Capitalismo (1982), un análisis interdisciplinario de la realidad latinoamericana,
analizando la cultura y sus consecuentes culturas populares, a partir de su determinación
social y de su inserción al sistema económico.
Considerando al capitalismo como un sistema que reorganiza y reestructura los
significados y creencias de las culturas populares, la producción, la circulación y el
consumo de los bienes culturales y simbólicos, tanto en la ciudad como en el campo; el
autor propondrá un análisis focalizado en las diferencias y conflictos que se manifiestan
en el campo social.
Caracterizando a la cultura como “un tipo particular de producción cuyo fin es
comprender, reproducir y transforma la estructura social, y la lucha por la hegemonía”1,
Canclini entendería que toda práctica sociocultural, es simultáneamente simbólica y
material, focalizando su análisis en los procesos de producción, circulación y consumo
de bienes culturales. El antropólogo sostendrá en consecuencia que, “las culturas
1 GARCÍA CANCLINI, N. Las culturas populares en el capitalismo. Nueva imagen. México 1982. Pág. 26.
populares (más que la cultura popular) se configuran por un proceso de apropiación
desigual de los bienes económicos y culturales de una nación o etnia por parte de sus
sectores subalternos, y por la comprensión, reproducción y transformación, real y
simbólica, de las condiciones generales y propias de trabajo y de vida”2.
Podemos considerar que al definir las culturas populares en plural, el autor esta
considerando al objeto de estudio como heterogéneo, como un fenómeno que esta
constituido desde su propio seno en la diversidad, reuniendo en su interior a diferentes
grupos sociales (étnicos, obreros, campesinos, etc.); donde el hecho que los reúne es su
común situación de subalternidad. Canclini optará por la conceptualización de culturas
populares y no tradicionales, ni subalternas, pero sí hablará de posición subalterna. Una
posición contestataria, desigual, de lucha y resistencia desde la cual las clases populares,
producen, consumen, se apropian y resignifican.
Podemos inferir que Canclini considera que las condiciones de oralidad, analfabetismo
y subalternidad, no producirían cultura por si solas; sino que las mismas serían
consideradas como fenómenos comunicativos, económicos y sociales, inherentes a la
estructura de la sociedad y al sistema de producción. De esta forma el autor propone
ubicar las culturas populares en una continua conexión con los conflictos que se suscitan
entre las distintas clase sociales y las diferentes condiciones de explotación en que los
sectores populares producen y consumen ya que el único elemento constante en la
cultura de las clases populares es el trabajo que ellas producen en sus faces de opresión
y liberación.
Al postular que es a partir de lecturas realizadas sobre la obra de Gramsci, por autores
como Alberto Cirese, donde lo popular conquista un lugar científico y político, podemos
inferir que el pensar cancliniano de la década del 80’, propondrá desde un
posicionamiento conceptual y analítico cercano a los postulados gramscianos, el análisis
de las culturas populares en términos de conflicto.
Según nuestra mirada, será en el análisis que visualiza los conflictos socioculturales que
se manifiestan a partir de la inserción de las clases populares al mercado, donde la
perspectiva del antropólogo propondrá uno de los aportes más enriquecedores: el
concepto de desigualdad.
2 GARCÍA CANCLINI, N. IDEM. Pág. 62.
Advertimos que la noción de desigualdad propuesta por Canclini dialogaría con el
concepto de desnivel propuesto por Cirese3, ya que a partir de la sustitución del
concepto de desnivel por el de desigualdad, Canclini encausaría el análisis de los
procesos de intercambio y prestamos simbólicos entre los sectores populares y
hegemónicos desde una postura más flexible. Donde los niveles de ascenso y descenso
por los que transitan los bienes simbólicos –en términos de Cirese–, se tornarían más
permeables, dando como resultado una circulación más dinámica.
Contemplando como procesos de descenso y ascenso al camino que deben transitan los
mensajes y los productos simbólicos para pasar de un nivel a otro, Cirese estaría
presentando este concepto de desnivel con una connotación jerárquica, que a su vez se
nos presenta como rígida en el sentido de que los límites y/o barreras de ese desnivel
propondrían cierta inercia. Dando como resultado un análisis que concibe los sistemas
de circulación simbólica de forma paralela, como si estos fueran exteriores entre sí.
Por su parte Canclini realiza una lectura distinta sobre lo expuesto por Cirese, utilizando
el término de desigualdad logra brindarle al concepto un dinamismo más adecuado que
presenta una cierta ‘permeabilidad’ y/o ‘flexibilidad’ en sus límites, dando como
resultado, según nuestra perspectiva, un escenario más acorde a lo que sucede entre las
culturas populares y la cultura hegemónica, en relación con los prestamos e
intercambios simbólicos que se dan entre ellas.
Consideramos que a partir de la noción de desigualdad, Canclini despojará a las culturas
populares de cierto grado de autonomía con que el análisis de ciresiano las concebía,
posibilitando de este modo un enfoque intercultural –en relaciones de intercambio y
conflicto–. Enfoque intercultural que advertirá las interacciones, significaciones,
resignificaciones y préstamos existentes a partir de la convivencia y la interacción
simbólica y económica de ambas culturas en un mismo contexto sociocultural.
Hasta el momento podemos advertir que el análisis de las culturas populares en la
década de los 80’, es propuesto por Canclini desde una interacción conflictiva entre los
sectores hegemónicos y subalternos. Donde las desigualdades, diferencias y conflictos
se manifiestan por una apropiación desigual de las clases populares en la producción,
3 CIRESE, A. Ensayo sobre las culturas subalternas. en GARCÍA CANCLINI, N. IDEM. Pág. 70.
circulación y consumo de los bienes materiales y simbólicos. Pero en la década de los
90’ distinta será su perspectiva en torno a lo popular.
Lejos de aquella postura contrahegemónica, de oposición, de lucha y de subalternidad,
con la que Canclini daba cuenta en los 80’ de las culturas populares latinoamericanas,
en la década de los 90’ su análisis se irá transformando en una mirada que describe lo
popular desde una postura ‘pasiva’ o ‘sumisa’.
Desde un análisis que priorizará las interacciones, los cruces e hibridaciones, y las
oblicuidades, Canclini propondrá el estudio de la realidad sociocultural a partir de los
procesos de hibridación. Será en el análisis de su obra Culturas Híbridas. Estrategias
para entrar y salir de la modernidad. ([1991]2001), donde encontraremos los
desplazamientos más notables del antropólogo a la hora de dar cuenta de las culturas
populares.
Describiendo al continente Latinoamericano como un escenario en donde las tradiciones
aún continúan presente, en donde la modernidad no acaba de llegar y ya se habla de
postmodernidad, Canclini intentará dar cuenta de la reestructuración social, simbólica y
cultural, –reconversión cultural, en términos del autor– de la que nuestro continente fue
sujeto en los años 90’.
Intentando superar las ilusorias y maniqueas oposiciones tales como, alto/popular,
urbano/rural y moderno/tradicional, Canclini propondrá un análisis de la realidad
cultural que parte de cruces y hibridaciones, modificando de este modo la manera de
hablar de los conflictos socioculturales, y proponiendo al mismo tiempo, una alternativa
a la hora de analizar la cultura, la identidad, la diferencia, la desigualdad.
El autor entenderá por hibridación a los “procesos socioculturales en los que estructuras
o prácticas discretas, que existían en forma separada, se combinan para generar nuevas
estructuras, objetos y prácticas. A su vez, cabe aclarar que las estructuras llamadas
discretas fueron resultado de hibridaciones, por lo cual no pueden ser consideradas
fuentes puras”4. Recuperando conceptos Brian Stross5, Canclini nos dice que una 4 GARCÍA CANCLINI, N. Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad.
Editorial Paidós. Barcelona. 2001. Pág. 14. 5 STROSS, B. The hybrid metaphor. From Biology to culture. en. GARCÍA CANCLINI, N. IDEM. Pág.
15.
manera de describir este tránsito de lo discreto a lo hibrido, y a nuevas formas discretas,
es bajo la formula de ciclos de hibridación. Formula según la cual, en la historia
pasamos de formas más heterogéneas a otras más homogéneas, y luego a otras
relativamente más heterogéneas, sin que ninguna sea pura o plenamente homogénea.
Con relación a la combinación de prácticas discretas Canclini, advertirá que este
proceso pocas veces se da de forma imprevista como resultado de intercambios
económicos o comunicacionales; será la creatividad individual y colectiva la que le dará
origen a la hibridación con el objetivo de reconvertir un patrimonio para reinsertarlo en
las nuevas condiciones de producción y mercado. Podemos inferir que aquella inserción
de ese patrimonio, advertida por el antropólogo, estaría haciendo referencia al
reservorio de una post/modernidad6 que resignifica las claves de identificación a partir
de la industria cultural y el mercado, tanto en los grupos hegemónicos como así también
en los populares.
Según nuestra lectura, el concepto de reconversión estaría íntimamente ligado con la
inserción/adaptación a la post/modernidad. Consideramos que bajo la reconversión, se
escondería la necesidad de ser parte del sistema, la herramienta por la cual se estaría
incluido/excluido de los privilegios de la modernidad. Advertimos en la utilización de
dicho concepto una suerte de sumisión, ya que podríamos considerar que la
reconversión, en el Canclini de Culturas Híbridas, vendría a desplazar o bien disminuir
la carga valorativa del concepto de resistencia –en términos de enfrentamiento–,
utilizado por el autor en la década del 80’.
Si bien Canclini conceptualiza que los procesos de hibridación y de reconversión,
interesan tanto a los sectores hegemónicos como a los populares en su afán de
apropiarse de los beneficios de la modernidad; el sentido de lucha –en términos de
enfrentamiento– ya no estaría tan presente en el análisis del antropólogo.
Podemos inferir que en el Canclini de Culturas Híbridas…la post/modernidad, la
globalización y el mercado, han reubicado y disuelto las diferenciaciones entre lo
popular, lo culto y lo masivo para darle lugar a lo híbrido. Será en la propuesta del autor
de Ni culto, Ni popular, Ni masivo, donde encontramos que la perspectiva cancliniana
6 Recordemos que la posmodernidad será entendida por el autor no como una etapa que reemplazará el mundo moderno, sino como una manera problematizar sobre la separación que la modernidad intentó crear entre lo popular, lo culto y lo masivo.
se desplaza hacia los procesos de hibridación y deja de lado tales jerarquizaciones. Lo
popular, según esta perspectiva, será absorbido bajo la idea de hibridación y junto con lo
hegemónico, se convertirán en una forma de actuar en lo masivo. Menos preocupado por el destino de lo popular en tiempos post/modernos, el análisis
cancliniano se desplazará hacia las desigualdades que se pondrían de manifiesto en la
apropiación de los bienes simbólicos, en los distintos cruces e hibridaciones entre lo
popular, lo culto y lo masivo, en la reorganización del espacio público signado por el
mercado y el uso-consumo de bienes culturales, y en poner de manifiesto el lugar que
ocupan las nuevas tecnologías de comunicación en la vida de los actores sociales.
Podemos visualizar que al centrase entre los cruces de dichas categorías, el autor dejaría
de lado las oposiciones entre hegemónicos y subalternos, para darle lugar a través del
concepto de oblicuidad, a las negociaciones, complicidades e interacciones entre ambos
grupos. Desde una mirada más flexible y conciliatoria, el planteo del antropólogo ya no
se focalizará en la resistencia de los sectores subalternos, su mirada se detendrá en las
necesidades y complicidades que surgen a partir de cruces, hibridaciones y
convergencias, entre populares y hegemónicos, una participación híbrida dirá el autor.
Claro que en esta participación híbrida pretendida por el antropólogo, las diferencias y
asimetrías entre los sectores populares y hegemónicos continúan presente. Pero las
distinciones y jerarquizaciones propuestas por la industria cultural y el mercado, serán
leídas por Canclini, bajo el binomio usos y consumo. Desde una mirada más optimista
que aquella planteada en los 80’ en relación con el reordenamiento que el mercado y la
industria cultural propone sobre lo popular, el antropólogo advertirá esta reconversión
de manera no tan dramática, argumentando en consecuencia que “la modernización
disminuye el papel de lo culto y lo popular tradicionales en el conjunto del mercado
simbólico, pero no los suprime. Reubica el arte y el folclor […]. Del lado de lo popular,
hay que preocuparse menos por lo que se extingue que por lo que se transforma”7.
7 GARCÍA CANCLINI, N. IDEM. Pág. 39.
Para Canclini, ésta modernidad8 a destiempo o fragmentada, integrará las prácticas
simbólicas en varios sistema de participación (barriales, rurales, microsociales o
mediáticos). En donde los circuitos de producción, circulación y consumo, y los
procesos de hibridación se pondrán de manifiesto integrando actores sociales
pertenecientes a sectores populares, hegemónicos, locales, urbanos, rurales y
transnacionales. En consecuencia, podríamos inferir que el antropólogo justificaría su
desplazamiento hacia el análisis del uso y consumo de los bienes culturales, mediante el
planteo de que lo popular se constituirá en procesos híbridos y complejos, entre
sistemas simbólicos que interactúan, se mezclan y se hibridan.
Será a partir de los procesos de descolección, conceptualizados por el autor como una
nueva forma de coleccionar en lo masivo, donde la utilización de las nuevas tecnologías
(fotocopiadoras, videocaseteras, videoclips, etc.) generará la imposibilidad de identificar
a determinados bienes simbólicos como cultos o populares. Cuestión por la cual, el
pensar cancliniano priorizará el análisis de los usos y consumos de bienes culturales –en
términos de resignificaciones, jerarquizaciones y distinciones simbólicas– por sobre la
apropiación de los mismos.
Ante la denominada reorganización masiva de la cultura advertida por el autor, lo
popular desplaza su lugar. Según la mirada cancliniana el pasaje de lo popular a lo
popular urbano propone el lugar más prospero para dar cuenta de las crecientes
mezclas, fusiones y cruses –hibridaciones en términos del autor– producidas en las
últimas décadas por las migraciones del campo a la cuidad, en donde las
categorizaciones de popular, culto y masivo resultan insuficientes, y en donde lo
tradicional y lo moderno ya no se presentarían como dicotómicos. Y si bien, este
escenario mantendría las mismas condiciones de desigualdad en la apropiación de los
bienes simbólicos la categoría de popular urbano despojaría a lo popular de su sentido
de lucha (en términos de clase).
8 A lo largo de nuestra indagación advertimos que el autor alterna conceptualmente entre los términos de modernidad-post/modernidad. Podemos inferir que este dinamismo en la redacción refiere a la contrastante realidad latinoamericana. Una realidad en la que convive procesos de modernización que aun no terminan de instituirse, tradicionalismos que continúan vigentes, y una pretendida postmodernidad que llega por completo (post/modernidad entendida, no como superación de lo moderno, sino como la problematización de los cruces, mezclas, hibridaciones y complicidades, que la modernidad intento separar).
Ahora bien, sí Canclini advierte que ya no sería posible hablar de opuestos tales como
popular, culto y masivo; sí lo popular es transformado en popular urbano por la
modernidad, el mercado y los medios de comunicación; sí la nueva cuidad moderna ha
reorganizado/disgregado la sociabilidad; sí el concepto de identidad es ahora desplazado
por el término de hibridación, nos cabe una pregunta: ¿Cuáles serían, para el
antropólogo, las nuevas claves para pensar lo popular (en su espesor simbólico) en este
escenario de urbanidad propuesto por la post/modernidad?
Con el crecimiento de las migraciones, la implementación de las nuevas tecnologías de
la comunicación y la industria cultural, Canclini advertiría que se habría perdido la
relación natural de la cultura con los territorios geográficos y sociales, según su
perspectiva ya no se podría asociar lo popular con lo nacional y enfrentar dicha
caracterización con el imperialismo, dado que las actuales relaciones son más complejas
que la simple oposición. El desarrollo cultural replantea las articulaciones entre lo
nacional y lo extranjero, y si bien las clases siguen siendo representadas por la cultura
de cada país, la alteración de los escenarios de producción y consumo cuestiona la
asociación natural de lo popular con lo nacional, dirá el autor.
Tomando como análisis la realidad que se presentaba en la ciudad Aguililla municipio
de Michoacán, la cual limita con EEUU, Canclini advertirá –retomando conceptos de
Roger Rouse9– que ya no sería posible hablar de comunidad10, sino sería más
conveniente pensar en una sola comunidad dispersa en una variedad de lugares; según
nuestro entender una comunidad signada por la hibridación que ya no tendría un
territorio fijo pero sí mantendría el sentido de pertenencia (en términos de identidad) a
ese ‘no/lugar’ que ahora sería casi abstracto.
Si bien Canclini advierte que ya no sería conveniente hablar de comunidad en una forma
maniquea, también visualiza que en ese espacio territorial surgen procesos de
reterritorialización que se ponen de manifiesto con signos de identificación o rituales
que diferencian los nativos del lugar de los turistas o de lo que solo están de paso.
9 ROUSE, R. Mexicano, Chicano, Pocho, La migración mexicana y el espacio social del posmodernismo. en GARCÍA CANCLINI, N. IDEM. Pág. 285. 10 Comunidad: noción empleada tanto para poblaciones campesinas aisladas como para expresar la cohesión abstracta de un Estado nacional compacto, en ambos casos definibles por su relación con un territorio específico. GARCÍA CANCLINI, N. IDEM. Pág. 285.
Consideramos que la frase de Canclini utilizada para acompañar el titulo de esta obra
estrategias para entrar y salir de la modernidad se pone de manifiesto en lo que el
autor quiere exponer de su experiencia en la frontera. Podríamos considerar que el autor
al proponer la posibilidad de entrar y salir, quizás desde una expresión metafórica que
intenta poner de manifiesto el punto de intersección entre lo primitivo y lo moderno,
entre el atraso y el desarrollo, no solo estaría haciendo referencias a las desigualdades
socioculturales, simbólicas y económicas que se ponen de manifiesto con sólo cruzar
una línea fronteriza; sino también advertimos cierto grado de romanticismo de su parte
por aquello que aún subsiste, por aquel pasado que el cambio desplaza y reubica
constantemente.
El análisis de las ventajas o inconvenientes provocados por los procesos
desterritorialización y de reterritorialización no debe reducirse a los movimientos de
códigos culturales, su sentido se construye en conexión con las prácticas sociales y
económicas, y en el aprovechamiento de alianzas con poderes externos, dirá Canclini.
Si lo popular en el Canclini de Culturas Híbridas… pierde su especificidad absorbido
por los procesos de hibridación, en Consumidores y Ciudadanos. Conflictos
multiculturales de la globalización (1995), deberemos buscarlo en los actos de consumo
y en relación con el rol del ciudadano. Desplazando a las culturas populares del centro
de su análisis, el antropólogo retomará el estudio de la realidad cultural en términos de
conflicto. No desde una posición gramsciana como la expuesta en la década de los 80’,
pero sí con una mirada crítica en relación con el rol del ciudadano y el consumo
cultural.
Podemos elucidar que si bien el análisis del consumo cultural es un eje que se mantiene
presente a lo largo de las producciones del antropólogo, consideramos que en
Consumidores y Ciudadanos… (1995), dicho tópico se verá reforzado y profundizado
de manera notable, a tal punto, que la noción de consumo cultural puesta en relación
con el rol del ciudadano será central en dicha obra.
Al definir el consumo cultural como “el conjunto de procesos de apropiación y usos de
productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso y de cambio,
o donde al menos estos últimos se configuran subordinados a la dimensión simbólica”11,
Canclini estaría proponiendo un análisis que intentaría focalizar los conflictos, disputas
y negociaciones que se ponen de manifiesto entre los diferentes ‘grupos’ sociales, en
relación con la apropiación de los bienes culturales.
Si bien reconocemos que las preguntas por el consumo de bienes culturales fueron
adquiriendo notoriedad progresivamente en las producciones del autor, nuestro análisis
advierte una marcada relación entre los conceptos expuestos en Culturas
Híbrida…([1991]2001), y las nociones planteadas en la Revista “Diá-logos de la
Comunicación” Nº 30, El consumo sirve para pensar (1991),. Cuestión que se
materializará en su obra Consumidores y Ciudadanos… (1995). En aquellas premisas,
expuestas por el antropólogo en la década de los 90’,en torno a la pérdida de la
participación pública que se manifestaba en las agrupaciones barriales, los sindicatos,
los movimientos sociales, etc., podríamos encontrar los primeros indicios de este
desplazamiento, hacia el consumo cultural y el rol del ciudadano.
En un contexto de caracterizado por cruces, hibridaciones, resistencias y negociaciones,
Canclini encontrará a partir de la relación entre el consumo cultural y el ejercicio de
ciudadanía, ‘nuevas claves’ para visualizar las distintas construcciones de pertenencia y
diferenciación que se pondrán de manifiesto entre los distintos grupos sociales. En
donde los cambios socioculturales, políticos y económicos surgidos a partir de la
consolidación del sistema capitalista y la consecuente restructuración de los aspectos
públicos y privados, habrían sido las claves del replanteo del lugar y del ejercicio de la
ciudadanía para el autor.
Con afán de superar el mero acto de reconocimiento de los derechos de aquellos sujetos
que nacieron bajo un mismo territorio, la mirada cancliniana propondrá rescatar las
conceptualizaciones en relación con la ciudadanía de los límites estatales. Desde esta
perspectiva, el estudio de la ciudadanía será incluido en el análisis de las prácticas
socioculturales que dan sentido de pertenencia y posibilitan el reconocimiento de las
diferencias entre las distintas clases, etnias y grupos.
11 GARCÍA CANCLINI, N. El consumo cultural: Una propuesta teórica. en SUNKEL, G. Compilador. Consumo cultural en América Latina. Convenio Andrés Bello. Santafé de Bogotá. 1999.
En dicho estado de situación el pensar cancliniano propondrá una mirada multicultural
que intentará advertir en el ejercicio de la ciudadanía, no solo las diferencias por la
reforma del Estado, sino valorizar el desarrollo autónomo de comunidades diversas para
garantizar el igual acceso a los bienes de globalización.
Ahora bien, sí consideramos que el análisis del antropólogo visualizaría que la
globalización, el libre comercio, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías,
habrían transformado las maneras en que los distintos grupos se apropian, consumen y
resignifican los bienes culturales que pone en circulación la industria cultural;
¿deberíamos inferir que sería en la racionalidad del acto de consumo, donde Canclini
visualizaría una salida ante la desigualdad?
Consideramos que si bien la crítica del autor, es incisiva y profunda en torno al accionar
y la reestructuración sociocultural, simbólica y económica que se manifiesta como
consecuencia de la globalización, el antropólogo identificaría en los actos de consumo,
más precisamente en su racionalidad –el consumo sirve para pensar– una alternativa
ante la desigualdad.
Al advertir que en cada acto de consumo se piensa, se elige y se reelabora el sentido
social, Canclini estaría planteando, en la apropiación de los bienes culturales, una nueva
forma de ser ciudadanos. Desde la perspectiva cancliniana dicho suceso trascendería el
mero acto de consumir para transformarse así en una elección, en una reelaboración
simbólica, en una acción de lucha de los grupos sociales por la apropiación de los bienes
culturales.
Claro está que si formuláramos una segunda hipótesis podríamos plantear que lo que el
antropólogo estaría proponiendo, más que una salida, sería una crítica que no dejaría
lugar a la lucha, ni a la resignificación proveniente de los diferentes grupos sociales. En
donde la racionalidad del consumo no solo no produciría ningún tipo de reelaboración
simbólica, sino que los consumidores/ciudadanos no serían otra cosa más que
elementos funcionales al sistema.
Si bien en nuestro análisis –en relación con los planteos del autor– podríamos identificar
estas dos hipótesis, consideramos que nuestro primer planteo sería al que más
adherimos. Ya que consideramos que el pensar cancliniano, a lo largo de toda su
producción, le otorgaría al aspecto simbólico un papel primordial a la hora de
conceptualizar sobre la cultura latinoamericana y más específicamente en relación con
las culturas populares.
Continuando con nuestro recorrido sobre la obra Consumidores y… (1995), nos
encontramos ante uno de los tópicos más significativos que el autor propone como
estructura de análisis: del pueblo a la sociedad civil. Si bien consideramos que el
análisis cancliniano intentaría problematizar sobre las proclamas surgidas al interior del
campo científico en relación con el pueblo y la sociedad civil. A modo de primera
hipótesis, nuestro análisis intuiría en los planteos del autor cierta adhesión a dicha
reestructuración, cuestión que motivaría un desplazamiento en el posicionamiento
cancliniano constituido en torno a las nociones del pueblo a la sociedad civil.
Al advertir que lo popular se habría vuelto inaprehensible por la multiplicidad de
puestas en escena con el que el folclor, las industrias culturales y el populismo político
lo representaban, la perspectiva del antropólogo advertiría que bajo la noción de
sociedad civil se legitimizarían las más heterogéneas manifestaciones grupales,
privadas, no gubernamentales e individuales. Estudiar la reestructuración de los
vínculos entre el consumo y el ejercicio de la ciudadanía es un modo de explorar la
salida del laberinto causado por la crisis de lo popular, dirá el autor.
Al reconocer el desplazamiento del ejercicio de la ciudadanía, es decir, del pueblo a la
sociedad civil, Canclini le brindará a dicha sociedad civil no solo la función de
presentarse como la voz contestaría o reguladora del accionar estatal, también le
otorgará el rol de contemplar y albergar las esferas intimas (la familia), sociales
(acciones voluntarias) y comunicacionales (públicas y mediáticas). En relación con lo
expuesto, el propio Canclini postulará que: “la aproximación de la ciudadanía, la
comunicación masiva y el consumo tiene, entre otros fines, reconocer estos nuevos
escenarios de constitución de lo público y mostrar que para vivir en sociedades
democráticas es indispensable aceptar que el mercado de opiniones ciudadanas incluye
tanta variedad y disonancia como el mercado de la ropa y los entretenimientos.
Recordar que los ciudadanos somos también consumidores lleva a encontrar en la
diversificación de los gustos una de las bases estéticas que justifican la concepción
democrática de la ciudadanía”12.
Podríamos inferir del análisis planteado por Canclini, que el desplazamiento del
escenario en donde se pondría en ejercicio la ciudadanía –del pueblo a la sociedad civil
daría cómo resultado una reestructuración identitaria. Fenómenos socioculturales tales
cómo la globalización, el mercado y las nuevas tecnologías de la comunicación, habrían
posibilitado el pasaje de identidades modernas a identidades postmodernas, dirá el
autor.
Mediante las continuas interacciones entre lo local, lo regional y lo global, sumado al
achicamiento del Estado y su deficiencia en lo que a políticas culturales se refiere,
aquellas identidades modernas que se constituían en territorios estables y con límites
poco flexibles, se habrían desplazado hasta convertirse en identidades que se construyen
en un territorio global que poco tendría que ver con la representación pretendida por
parte del Estado. Desde el análisis del antropólogo, estas identidades consideradas como
postmodernas serían transnacionales y multilingüísticas, y su estructura estaría regida
más por lógicas provenientes desde el mercado y los medios de comunicación, que
desde el Estado.
En un análisis contemplado bajo un contexto de hibridación, en el cual la identidad se
estructurará a partir de cruces con tradicionalismos que continúan presentes y bienes
culturales provenientes de distintos lugares, el antropólogo privilegiará el escenario de
la ciudad por sobre el del Estado Nación, como ámbito donde se reestructuran las
identidades post/modernas. Desde una mirada que contemplaría la identidad desde una
forma dinámica, Canclini advertiría que aquellas pretensiones provenientes desde el
Estado, los partidos políticos y los movimientos sociales, de focalizar bajo la expresión
colectiva y los límites del territorio las identidades, se desvanecen.
Causas tales cómo: la carencia de políticas culturales que nucleen la integración social –
albergando al mismo tiempo la diversidad–, el descreimiento en los partidos políticos, la
incapacidad de éstos por renovarse y logra ser promotores de la participación colectiva
de los grupos sociales, y el consumo de bienes culturales –que en su mayoría son
12 GARCÍA CANCLINI, N. Consumidores y Ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización. Editorial Grijalbo. México. 1995. Pág. 29.
producidos y puestos en circulación por empresas multinacionales–, habrían contribuido
a esta transnacionalización de las identidades.
Si bien Canclini dará cuenta en su análisis de una reestructuración identitaria, la
transición entre identidades modernas y postmodernas estará planteada de una manera
dinámica y flexible, es decir, focalizando los cruces e hibridaciones entre ambas.
En relación con el tópico de análisis Canclini sostendrá que, “estudiar cómo se están
produciendo las relaciones de continuidad, ruptura e hibridación entre sistemas locales y
globales, tradicionales y ultramodernos de desarrollo cultural es hoy uno de los mayores
desafíos para repensar la identidad y la ciudadanía. No solo hay coproducción, sino
conflicto por la coexistencia de etnias y nacionalidades en los escenarios laborales y de
consumo, por lo cual siguen siendo útiles las categorías de hegemonía y resistencia.
Pero la complejidad y los matices de estas interacciones requieren también estudiar las
identidades como procesos de negociación, en tanto son híbridas, dúctiles y
multiculturales”13.
Para Canclini, dicha reestructuración identitaria también conlleva un desplazamiento en
la idea de comunidad, transformando la noción de comunidad más como una ilusión o
un deseo, que como una realidad.
Desplazamientos socioculturales y simbólicos como los mencionados anteriormente,
habrían provocado que el sentido de comunidad se constituya a partir de conglomerados
deportivos, generacionales o mediáticos. Un rasgo constitutivo de estas sociedades
atomizadas es que se nuclean más en torno a consumos simbólicos, que en relación a los
procesos productivos, dirá el autor.
En un contexto Latinoamericano donde las identidades se constituyen por cruces e
hibridaciones, el autor encontraría en la expansión de las comunicaciones y los
consumos culturales una salida ante el inminente fatalismo de una comunidad.
Comunidad que se resuelve en las tensiones surgidas a partir de tradicionalismos que
aún persisten y héroes mediáticos provenientes de Hollywood y Mtv, en donde el
pueblo se ha transformado en una sociedad civil que poca influencia tendría en la
producción y la circulación de los bienes simbólicos, y en donde el ejercicio de la
13 GARCÍA CANCLINI, N. IDEM. Pág. 116.
ciudadanía se habría desplazado hacia el consumo cultural y la lucha por la apropiación
de los bienes simbólicos.
Podríamos inferir que rescatando, y por sobre todo, confiando en la racionalidad del
consumo, Canclini advertiría que en la expansión de los medios de comunicación y de
los consumos culturales, se generarían asociaciones de consumidores y luchas sociales
en donde se reconstituirían los vínculos sociales.
Quizás con cierta nostalgia o romanticismo o tal vez de manera metafórica, el autor
apelaría al saber del pueblo o a la racionalidad de la sociedad civil para evitar las
disidencias atomizadas que poco contribuirían a la conformación de una comunidad.
Claro está que la idea de una comunidad pretendida por Canclini, se ubicaría en el seno
de una sociedad civil sustentada por la aceptación de las diferencias, para así construir
junto con el Estado, una multiculturalidad democrática.
Si bien hasta el momento podemos advertir que el análisis cancliniano en relación con la
realidad cultural latinoamericana se estructurará a partir de diferencias y desigualdades,
en Diferentes, Desiguales y Desconectados. Mapas de la interculturalidad (2004), su
análisis sufrirá un desplazamiento. Claro está que el autor no dejará de lado las
diferencias ni las desigualdades, pero estas serán advertidas por el antropólogo en
términos de exclusión/inclusión–conexión/desconexión.
Ante la reformulación del orden social y la reconversión cultural propuesta por la
globalización, el mercado, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías,
Canclini advertirá un cambio en el sentido de lo diferente y lo desigual. Para el autor,
las luchas por la apropiación de los bienes y las jerarquizaciones sociales que se
desprenden de dichas apropiaciones, así como el uso-consumo de los mismos, deberán
ser leídos en términos de inclusión y exclusión. Inclusión o exclusión
(conexión/desconexión) que surge ya no solo en la producción y en la apropiación de
los bienes, sino principalmente en el acceso y la utilización de las nuevas tecnologías.
Consideramos que los medios de comunicación y las nuevas tecnologías han ido
adquiriendo visibilidad en el pensar cancliniano con el correr de los años y de sus
producciones. Podemos inferir que el análisis del antropólogo visualiza que los medios
de comunicación y las nuevas tecnologías no solo habrían reestructurado los bienes
culturales de la post/modernidad a partir de su mayor inserción en el seno de lo social,
también advierte ‘nuevos bienes’ surgidos desde los medios y las tecnologías de la
comunicación. Cuestión a partir de la cual, el pensar cancliniano, problematizará sobre
las diferencias y desigualdades en términos de inclusión/exclusión–
conexión/desconexión.
En el presente trabajo, tomando al capitalismo como clave de lectura, hemos intentado
poner en diálogo ejes de análisis y presupuestos teóricos a fin de problematizar los
supuestos desplazamientos del autor sostenidos en nuestra hipótesis inicial. Sin
embargo, hacia el final de este recorrido se nos presenta como enriquecedor advertir que
dichos desplazamientos conceptuales también se materializan en los objetos y/o
fenómenos seleccionados por el análisis cancliniano para dar cuenta de la realidad
cultural de nuestro continente.
Proponiendo el análisis de artesanías y fiestas como elementos representativo de las
prácticas y manifestaciones surgidas desde los sectores populares, el análisis
cancliniano de los 80’planteaba – como ya dijimos, desde una posición muy cercana a
los lineamientos gramscianos– los conflictos que se presentaban en la inserción de lo
popular al sistema capitalista y a la globalización. La producción, circulación y
consumo de dichas manifestaciones fueron representadas por el autor, con la intención
de dar cuenta de los conflictos, las luchas, las diferencias y las desigualdades que se
presentaban a nivel cultural, simbólico y material, entre populares y cultos, subalternos
y hegemónicos, entre tradicional y moderno.
En los años 90’, ya con un sistema capitalista fuertemente instaurado e instituido,
Canclini propondrá la superación de jerarquizaciones –maniqueas y narcotizantes, en
palabras del autor– como alto/bajo, culto/popular, moderno/primitivo, para hablar en
términos de cruces, hibridaciones y oblicuidades. Si bien las artesanías y las fiestas
mantienen su espesor en el análisis del autor, dichos fenómenos serán contemplados al
igual que las bellas artes, (aunque conservando una cierta asimetría entre ambas),
sumergidas en el seno de lo masivo. La globalización, la post/modernidad, el mercado
(industria cultural), el uso-consumo de los bienes culturales y los medios de
comunicación, habrían generado la imposibilidad de jerarquizar las fiestas y las
artesanías como representaciones exclusivas de los sectores populares. Si bien en dicha
producción consideramos que las fiestas y las artesanías continúan presentes en el autor,
también advertimos que estas son puestas en relación con las bellas artes, con
videocaseteras, cassettes, video juegos, etc.
Mediante la intersección, mezcla y/o fusión de dichos objetos culturales, Canclini
planteará las hibridaciones que se manifiestan en el escenario post/moderno, un
escenario de reconversión masiva de la cultura.
Distinta suerte correrán las fiestas y artesanías si nos remontamos al Canclini del 2004,
puesto que estas no estarán presentes el análisis del autor. Centralizando su mirada en
relación a los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, el autor propondrá el
análisis de las diferencias y desigualdades, en términos de inclusión/exclusión –
conexión/desconexión. Ya no será la producción, apropiación y consumo de la
artesanías una problemática central en el análisis cancliniano. Su mirada –acorde a los
cambios contextuales y situacionales– se posará en las nuevas formas de
distinción/jerarquización social, es decir, en las nuevas tecnologías de la comunicación,
en el acceso a las mismas y en su utilización.
BIBLIOGRAFÍA.
-AA VV (2000). Cultura popular y cultura de masas. Conceptos, recorridos y
polémicas. Paidos. BsAs.
-CUCHE, D. (2002). La noción de cultura en las ciencias sociales. Nueva Visión.
Buenos Aires.
-GARCÍA CANCLINI, N. (1982). Las culturas populares en el capitalismo. Nueva
Imagen. México.
---------------------------------- (1980). “De qué estamos hablando cuando hablamos de lo
popular”. Seminario de Comunicación y Culturas Populares. Clasco. Bs As.
--------------------------------- (2001). Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y
salir de la modernidad. Paidós. Barcelona.
-------------------------------- (1995). Consumidores y Ciudadanos. Conflictos
multiculturales de la globalización. Grijalbo. México.
---------------------------------- (2004). Diferentes, Desiguales y Desconectados. Mapas
de la interculturalidad. Gedisa. Barcelona.
-GEERTZ, C. (1988). Interpretación de las culturas. Gedisa. Barcelona.
-GRAMNSCI, A. (2001). Cuadernos de la cárcel. Selección de textos (Tomos 1 y 4).
Biblioteca Era. México.
-GRIGON Y PASSERON. (1989, 1991). Lo culto y lo popular. Miserabilismo y
Populismo en sociología y literatura. Las Ediciones de La Piqueta. Madrid.
-LOBO, C. (2005). “Apuntes para pensarla cultura latinoamericana”. Mimeo.
Universidad Nacional San Luis.
-MARTIN BARBERO, J. (1987). De los medios a las mediaciones. G Gili. México.
-POULANTZAS, N. (1979). Estado, poder y socialismo. Siglo Veintiuno Editores.
México.
-SUNKEL, G. Compilador. (1999).Consumo cultural en América Latina. Convenio
Andrés Bello. Santafé de Bogotá.
-WILLIAMS, R. (1980). Marxismo y Literatura. Península. Barcelona.