autobiografía de valentín villalón benitez
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Autobiografía de Valentín Villalón Benítez, Nacido el 22 de
Noviembre de 1938
Nací en Aldea del Rey, (Ciudad Real) un veintidós de
noviembre de 1938, cuando la republica estaba a punto de
expirar, no obstante setenta y cuatro años después continuo
siendo republicano, agnóstico, anticlerical, libre pensador y de
izquierdas. Nací en la casa donde vivo que entonces era una
casa grande de la calle del Santo número nº 4, en Aldea del Rey,
pueblo de la Mancha a escasos treinta kilómetros de Ciudad
Real, a veinticuatro de Almagro, y veintisiete de Puertollano.
Me bautizó en el comedor de mi casa, el sacerdote católico, por
supuesto, Félix Alañón Navas, sin que yo pudiera hacer nada de
mi parte para impedirlo, me opuse a recibirlo con las pocas
fuerzas que entonces tenía. Debió de ser poco convincente en sus
explicaciones el ya citado sacerdote, que a la vez de sacerdote era
primo hermano de mi abuela Justina, tío en segundo grado de mi
madre, y pariente en tercer grado mío. El sacramento que me
administró, a pesar de ser de los que imprimían carácter, no logró
calar mucho en mis convicciones. No por que el sacramento que
me administró, a petición de mis familiares más directos, no
calara lo suficiente en mis convicciones, por eso voy a ir ahora,
setenta y cuatro años después, a pedirles cuentas por que la
administración de un sacramento de los que imprimen carácter,
diera conmigo tan pobres resultados.
Me hizo la partida de nacimiento en verso, y a eso le tengo que
estar y le estoy agradecido. No todos los bautizados pueden
exhibir, igual que puedo hacerlo yo, una partida de nacimiento
escrita en verso.
Mis primeros recuerdos, son escenas de la casa donde nací, y
donde vivo, que era una casa grande de la calle del Santo, y que
posteriormente heredó mi madre de su tía Elisea Benítez
Acevedo, y que a la vez esta, había heredado de su marido
Aureliano Aceña Vállez, Buen aficionado a la caza, gran
tertuliano, excelente conversador, y excelente poeta festivo. ateo,
anticlerical, y libre pensador, fino humorista, conocido, por sus
ocurrencias, por sus escritos, por sus finas semblanzas y por
haber dejado reflejadas en ellas muchas vidas, que a no ser por
que Aureliano se hubiera acordado de ellos en sus semblanzas,
ochenta y dos años después de la muerte de este, estarían
olvidados. Murió Aureliano Aceña seis años antes de que yo
naciera. No llegué a conocerlo, sin embargo conservo de él un
grato recuerdo que dejo en mi su mejor hagiógrafa, su esposa,
Elisea Benítez Acevedo, tía de mi madre, tía nuestra, y tía
también de cuantos se acercaban o mantenían alguna relación
con la casa, bien fueran sirvientas, vecinos, criados, o cualquier
persona relacionada con la casa.
Ella fue quien me infundio el amor a la lectura, y dentro de la
lectura a la poesía. Murió a los ochenta y ocho años, cuando yo
iba a cumplir dieciocho, Pero ya la semilla estaba echada, de
ella heredé mi afición a la lectura, y de una forma especial a la
poesía que ella a su vez había heredado de su marido.
De la casa donde nací, y donde vivo conservo innumerables
recuerdos; donde predominan por abrumadora mayoría los
recuerdos tristes. A lo largo de mi vida, he sido un gran recolector
de frutos amargos. Antes de cumplir los diez años, ya había
besado a mi padre muerto, al que había visto ir agotándose, tras
una larga y penosa enfermedad. Cuando murió, tenía cuarenta y
cinco años. Antes de cumplir los veinte, ya había sentido llegar la
visita de la Vieja Dama a personas muy cercanas y queridas por
mi. Hay un dicho que habla del aprendizaje de escritor, y que
dice más o menos: Para sentir la necesidad de escribir, hace falta
haber sufrido.
Si haber sufrido da opción a sentir la necesidad de escribir, puedo
pensar sin temor equivocarme, que esa opción, bien ganada la
tengo. En infinitas ocasiones he intuido acercarse hasta la cama
donde dormía con mi hija Mari Carmen, desde que esta tenía tres
años la visita de la Vieja Dama.
En infinitas ocasiones y durante diez años consecutivos, las crisis
epilépticas se fueron sucediendo en ella a diario, con la
periodicidad de las agujas del reloj. Una hora antes de amanecer
solía ser la hora de llegada de la primer crisis, que solía repetirse
al amanecer, normalmente antes de que recobrara la consciencia.
El recobrar la conciencia siempre llevaba aparejado el llanto.
Conocía por los informes de los neurólogos que la atendían que a
partir de la sexta o séptima crisis, si seguían repitiéndose,
cualquiera podía ser la última, y cuantas veces llegaron, y
traspasaron las siete, las ocho, las nueve y las diez , mientras
estábamos esperando y temiendo el fatal desenlace.
Estábamos preparados para recibir cualquier amanecer, o durante
la noche, “La Visita de la Vieja dama”. La enfermedad de mi
hija, cambio la vida de mi hija, la mía y la de toda mi familia.
La llegada de su muerte la estuve esperando días y días, meses y
meses, años y años … Y todavía cuarenta y cuatro años después,
nos sigue preocupando a todos la posibilidad de que las crisis
epilépticas vuelvan a aparecer.
He sido maestro de una escuela publica, hecho este del que
guardo el mejor de los recuerdos. He ejercido como maestro,
siempre en la provincia de Ciudad Real. Dos cursos en
Puertollano, tres en Navas de Estena, tres en Argamasilla de
Calatrava, y diecisiete en aldea del Rey, pueblo donde nací y
donde vivo. Aparte de esto he sido propietario de una explotación
ganadera de gallinas, cerdos y ovejas, que he mantenido abierta
hasta el año 2010.
Desde 1962 en que empecé a construirla, hasta el año 2010 en que
decidí cerrarla, ha llovido mucho, han pasado muchas cosas. La
granja pasó de tener trescientos metros cuadrados edificados que
tenía al empezar, a los más de tres mil que tiene ahora, y que
tenía cuando decidí cerrarla. De las mil gallinas con que empecé
la explotación, a los doscientos cincuenta cerdos reproductores,
los dos mil cerdos de cría y cebo y las mil ovejas de leche que
tenía cuando decidí cerrarla ha pasado a tener ahora, media
docena de gallinas, una docena de gatos, y tres perros, pero así es.
La vida sigue y las sombras pasan, dice el poeta, no estamos aquí
para permanecer, hemos venido para irnos, y cuando ya estamos a
punto de apagar la última vela, es cuando con más frecuencia nos
llegan estas reflexiones.
En el año 2009, se había creado en mi pueblo una página Web
donde escribían y hacían comentarios, más bien para confrontar
ideas políticas y administrativas, referidas al Ayuntamiento, que
para expresar los pensamientos literarios de un grupo de amigos.
Un muchacho de los que allí escribían, profesor de secundaria, de
un instituto de Ciudad Real, había oído hablar de los poemas que
yo había publicado en algunas revistas, o en algún programa de
festejos. Puesto en contacto con mi hija Mercedes, le sugirió la
idea de publicar algunos de mis poemas en” La gente Aldeana”,
que era el nombre de la página Web que ellos habían creado. Se
publicó el primer poema, ” Las Nubes “ y tal vez por el
panegírico que de mi y de mis versos hizo el presentador, Julián
Maestre Zapata que entonces firmaba con el seudónimo de “ El
Jardinero de las Nubes”. hubo un montón de halagadores
comentarios.
Quizá también influyera, la ilusión que los organizadores habían
puesto, o bien que muchos de los comentaristas que intervinieron
fuesen amigos o alumnos que habían pasado por mi escuela, y
esto ayudara a que mis versos, fueran tratados mejor de lo que
merecían.
A Julián, Esteban Maestre Zapata el Jardinero de las Nubes, que
actuó como presentador, a Internet, a Inocente Sánchez Ciudad
primo en segundo grado mío, y a mi sobrino Pedro Pablo Sánchez
Villalón le debo que mis poemas, y mis escritos hayan viajado
tanto, y hayan llegado tan lejos. Fueron ellos los que han dado
vida a mis anónimos trabajos, con los que mis poemas, pasaron a
Internet y posteriormente, pasaran mis relatos, y más tarde todos
mis escritos.
Mi libro de Poemas, mi libro de relatos, mis novelas, Leñadores,
y Hospiciana, y después mis trabajos sobre el Romancero
Castellano.
En la página Web, “ valentinvillalon.com,” donde
prácticamente, están puestos todos mis escritos, se han ido
poniendo en Internet, a partir de mayo de 2009, y aunque ahora
nos preocupamos menos de ella, alguna vez ponemos algo nuevo,
tratando de que no se la coma el olvido.
Desde aquí es de donde han podido llegar a Google, a Word
Press, a Palibrio, a Amazon, y a otros distribuidores más donde
ya está publicadas, y puestas a la venta, la novela Hospiciana,
novela ambientada en la Guerra Civil Española, cuya protagonista
principal Luisa Rojas, que como nos dice al empezar la novela:
es una niña pobre que había perdido a su padre en un accidente.
Su madre murió siete meses después de enterrar a su marido. Al
no tener su familia medios para poder sacar a las niñas adelante,
optan por llevarlas al hospicio para que allí se hicieran cargo de
ellas, hasta que pudieran valerse por si mismas. Llega al pueblo
el 18 de marzo, cuando después de haber ganado el Frente
Popular las elecciones celebradas el día dieciséis de febrero, los
militares estaban a punto de dar el golpe de estado, que ya
estaban preparando desde el año treinta y uno. Su familia es
republicana y simpatizante del partido socialista, defiende la
republica, pierde la guerra y sufre las consecuencias.
Leñadores es la otra novela publicada que anteriormente hemos
citado. Ambientada en el primer tercio del siglo XIX, esta basada
en hechos reales sucedidos en Aldea del Rey, hace mucho tiempo
y pasados de unos a otros de generación en generación. Aunque
está basada en hechos reales, a los protagonistas de la obra, he
tenido que darles nombres, sus verdaderos nombres, se los ha
tragado el tiempo, se han perdido, estos son fruto de la
marginación del autor, igual que el relato que he logrado construir
con ellos.
De los hechos reales que han servido para elaborar esta novela
solo quedaba la tragedia desnuda, cuando hace más de ciento
cuarenta años se lo oyó contar una tía de mi madre a su abuela, y
con el relato de esta tragedia que oí contar en diversas ocasiones a
esta tía de mi madre y tía nuestra he argumentado esta novela.
Los protagonistas sobre los que se asienta esta obra la forman una
pareja de recién casados. Son pobres, tienen que vivir de sus
manos en un pueblo de tres mil habitantes, donde apenas en seis
casas necesitan trabajadores para labrar sus tierras, los demás
viven de sus manos, del trabajo que con ellas puedan realizar.
Llevan casados un año y saben lo que cuesta tener que vivir así,
ha llovido mucho este año en el que comienza el relato, y con los
días de siega que han echado en su pueblo, y en los pueblos de
alrededor, han juntado un dinero que nunca se hubieran atrevido a
soñar. Por consejo de su madre, de Rufina principal protagonista
de esta historia decide junto a su marido que vaya Cipriano, su
marido a Almagro y compre el mejor burro que encuentre en la
feria. Piensa Rufina dedicarse, a ir por ropa a Almagro para
lavarla en le lavadero de la Higuera, que está en el pueblo donde
viven para llevarla limpia y seca a las casas más acomodadas de
Almagro. El piensa llevar leña de la sierra aldeana, para vender
en las casas donde la necesiten.
Va Cipriano a Almagro, compra su burro, vende leña él y ella
lava ropa, ganan dinero y prestigio, progresan, pero los dioses les
tienen reservada su tragedia, y el llanto, será el único consuelo
que los mantenga unidos.
El libro de poemas, está formado por Desperdigados Versos y
poemas Festivos, lleva también incluidos dos composiciones
poéticas que me dedicó Inocente Ciudad Villalón, tío en segundo
grado mío, era primo hermano de mi padre, veinte años más joven
que él y dieciséis mayor que yo. Su madre era hermana de mi
abuelo Carlos, veintitrés años más joven que mi abuelo, causa por
la que los hijos de mi abuelo Carlos, eran veinte años mayores
que los de su hermana, y los nietos de mi abuelo Carlos, somos
veinte años mayores que los nietos de su hermana Emilia.
Con Inocente Ciudad Villalón, aparte del parentesco, y la afición
a la poesía he compartido con él otras aficiones, hemos cazado
muchas veces juntos, hemos montado a caballo juntos muchas
veces, hemos compartido amigos, y sobre todo, hemos
compartido muchas tertulias, en las que normalmente, siempre
defendíamos posturas encontradas
En las tertulias que hemos compartido que han sido muchas,
hemos defendido ideas y posturas diferentes, sin que nuestra
amistad, se haya resentido nunca. El era más conservador, yo
más progresista
.
Mis desperdigados Versos, son poemas que han ido surgiendo de
mi diario quehacer, de mi roce con la vida, son poemas intimistas,
donde voy dejando la crónica de mis sentimientos más profundos.
En Desperdigados están mis más íntimos sentimientos, mi yo al
desnudo, y en los Poemas Festivos, va lo que me rodea, lo que
pasa a mi lado.
Con los poemas que me dedicó Inocente, quiero dejar constancia
de una amistad que duró mucho tiempo, fuimos amigos de toda la
vida, y al mismo tiempo trato de que perduren sus versos junto a
los míos, para que perdure el recuerdo de esta amistad que
mantuvimos hasta su muerte, a pesar de las profundas
discrepancias que a lo largo de nuestras vidas mantuvimos.
El libro Narrativa lo forman catorce relatos cortos, que entre los
catorce tienen 104 páginas y tres relatos más largos, que tienen
154.
Sus protagonistas, no son héroes, no son gente importantes, sus
vidas no han hecho historia, no son gente guapa. Son gente que
como dice Antonio Machado en uno de sus poemas, trabaja, sufre
y yerra,/ y un día como otros muchos,/ dormimos bajo la tierra.
Y por último, “la Guerra, el Honor, el Amor y la Muerte, a través
del Romancero Castellano”, es el libro al que más tiempo he
dedicado. Desde muy joven he sentido una especial atracción por
los romances, Por la forma en que se han conservado, por quienes
los escribieron y los fueron cantando o recitando de pueblo en
pueblo de posada en posada, de castillo en castillo, dejándonos la
Historia de España más bella, más triste,, y mejor contada, de
aquellos turbulentos años.
Con esto no quiero levantar polémica entre los que buscan
conocer la histeria, a través de quienes buscan la verdad de los
hechos, contados por los verdaderos historiadores que narran
los sucesos más importantes que le han ocurrido a los hombres,
desde los albores de la humanidad. Solo trato hacer una llamada a
los que piensen, o puedan llegar a pensar en las vidas anónimas,
en las vidas de los que no tienen historia, y en las vidas de
quiénes en sus composiciones reflejaron estas vidas, verdaderas o
de ficción logrando perpetuarlas a través de su palabra, a través
de su voz, estos olvidados sentimientos que perdidos en la noche
de los tiempos un día nos dejaron.
En este libro trato de recoger el testimonio que nos dejaron los
juglares, y que a través de quienes escucharon de recitar, o cantar
sus versos, los fueron trasmitiendo de unos a otros, de generación
en generación, hasta la llegada de la imprenta. Gentes que desde
sus casas, desde sus pueblos nos dejaron constancia de sus vidas
de sus sufrimientos de sus alegrías, y que a no ser por estos
cronista anónimos hubieran quedado perdidos, y olvidados en la
noche de los tiempos.
Soy una persona mayor consciente de que la muerte no debo
tenerla lejos y aunque la visita de la Vieja Dama la debo tener
cerca, continúo trabajando, continúo escribiendo. Sin dejar por
eso de pensar que en cualquier momento pueda dejar mi obra
inacabada, pero así es la vida, dice Antonio machado en uno de
sus poemas, la vida sigue, y las sombras pasan. Consciente soy de
ello, escribía en uno de mis poemas:
Soy camino que sigue a otro camino,
como a la luz, le siguen las tinieblas,
Soy pie de árbol, que de otro árbol nace.
y como él, clavado en tierra queda.
Satisfecho de ser lo que he nacido,
me encuentro clavado aquí en mi tierra.
Y cuando la muerte a mis puertas llame,
Y su manto de escarcha me estremezca.
Pueda decir, mi alma ya se va,
y mi cuerpo se quede aquí en mi tierra.
Tengo cinco obras escritas, y publicadas, la que falta, se va a
poner a la venta en una semana también por la misma
editorial, Palibrio, o Alibris, según el idioma con que lo
pronunciemos. A través se sus librerías y las demás empresas
colaboradoras, va a llegar, a todos los continentes. La sede central
de esta empresa, reside en Bloomington, Indiana, ( Estados
Unidos),
ya están publicadas, “ Poemas, Leñadores, Hospiciana, y
Narrativa”, y La Guerra, El Honor, El Amor, y La Muerte, a
través del Romancero Castellano). Desde el día seis de noviembre
está publicada, Leñadores y en el mes de marzo se han
publicadas, (Narrativa, Hospiciana y Poemas). El 30 de mayo de
2013, se publicó y se puso a la venta en Palibrio, y en todas sus
redes de distribución, La guerra, el Honor, el Amor y la Muerte, a
través del Romancero Castellano.
El 15 de noviembre pasado, terminé de escribir mi sexto libro,
tercera novela,” EL GRITO, Tribulaciones y dudas de Marcelo
Santillana, Canónigo de la Santa Iglesia Catedral.
Tengo también en proyecto escribir dos novelas más, “ Atardecer
en la Casa Grande”, cuya protagonista principal es una mujer que
desde el hospital psiquiátrico donde está ingresada, al atardecer
su mente en sus desvaríos, la lleva a su casa, donde siempre ha
tenido mucha gente, habla con ellos que la están esperando, y
vuelve a sentirse feliz entre los muertos. Reconstruye su vida
entre sus criados y familiares muertos. sin salir del centro donde
está. Vuelve a la senda de su vida como rica heredera que ha sido,
vuelve a su casa a encontrarse con familiares muertos, amigos y
sirvientes buscando su paraíso perdido
“Elías”, es el protagonista principal de la que sería mi quinta
novela y octavo libro si llega a publicarse, también está basada en
un hecho real. Igual que en “Leñadores”, para escribirla solo
tengo el nombre del protagonista y el relato de algunos de los
hechos que protagonizaron en la época que le tocó vivir, solo
tengo el argumento de la tragedia al desnudo. es el capitán de un
grupo de guerrilleros que una vez terminada La Guerra de la
Independencia, tratan de organizar sus vidas, dentro de la idea de
una España mejor, la España que ellos habían soñado mientras
luchaban contra Napoleón. Al volver Fernando VII el Deseado,
se dan cuenta que Fernando VII piensa que España es suya, pide
ayuda a Francia, Napoleón III le manda a un ejercito de cien mil
hombres, conocido en España, por “Los Cien Mil Hijos de San
Luis” que le ayudan a reprimir a los discordantes, y a abolir la
constitución de 1812. Elías Romero que se había distinguido en la
lucha contra los franceses, reúne a sus gentes y lucha contra el
Rey Fernando VII, por quien antes habían estado luchando.
Igual que en mis anteriores novelas, sus protagonistas también
son gente que trabaja sufre y yerra. Me encuentro bien, y aunque
pienso que voy a estar un poco escaso de tiempo en el año 2013,
para terminarlas, lo voy a intentar, y si la “Vieja Dama “, no me
tiene programado para este año, y mis neuronas continúan,
funcionando con normalidad, voy a intentar terminar estos libros.
Me gustaría seguir escribiendo ,aunque ya no me atrevo a hacer
pronósticos, tengo demasiados años, y en cualquier momento
puede llegar lo peor.
Valentín Villalón Benítez. º15 de noviembre de 2013