autobiografia de un lápiz

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 Unidad 6.5: Todo sobre mí y todo sobre ti  Español Tarea de desempeño – Autobiografía de un lápiz Fuente: edCount, LLC 1  Autobiografía de un lápiz Comencé como una semilla bajo tierra. Recuerdo que estaba oscuro y me sentía solo. Cada tantos días me daban un baño y el agua me ayudó a crecer. Un tiempo después, vi la luz del día. A mi alrededor, había grama e insectos que trepaban, ya no me sentía tan solo. Pasaron las estaciones y crecieron ramas que se extendían más y más lejos de mi cuerpo, más y más altas. Después de muchos años, vino un hombre y me midió el tronco. Me marcó con una gran “X” y me cortó. Después de una vuelta a bordo de un camión, me llevaron a una fábrica donde me dividieron en cilindros estrechos y, entonces supe que tenía un millón de hermanos gemelos. Lo próximo que ocurrió fue que me  pusieron borradores y plomo y me empacaron en cajitas. Pasé mis días en las manos de los niños, enseñándoles a escribir. Algunas veces me ponían en sus bocas. ¡Qué asco! Cuando mi punta se ponía bota, me ponían en un sacapuntas que me hacía cosquillas y me dejaba afilado de nuevo. Mientras más envejecía, más corto me ponía. Ahora, tengo una vida tranquila junto a otros amigos cortos y coloridos, en la parte de atrás de la gaveta de materiales de arte. 

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Page 1: Autobiografia de Un Lápiz

 

 

Unidad 6.5: Todo sobre mí y todo sobre ti Español

Tarea de desempeño – Autobiografía de un lápiz

Fuente: edCount, LLC 1

 Autobiografía de un lápiz

Comencé como una semilla bajo tierra. Recuerdo que

estaba oscuro y me sentía solo. Cada tantos días me daban

un baño y el agua me ayudó a crecer. Un tiempo después, vi

la luz del día. A mi alrededor, había grama e insectos que

trepaban, ya no me sentía tan solo. Pasaron las estaciones

y crecieron ramas que se extendían más y más lejos de mi

cuerpo, más y más altas. Después de muchos años, vino un

hombre y me midió el tronco. Me marcó con una gran “X” y

me cortó.

Después de una vuelta a bordo de un camión, me

llevaron a una fábrica donde me dividieron en cilindros

estrechos y, entonces supe que tenía un millón de

hermanos gemelos. Lo próximo que ocurrió fue que me

 pusieron borradores y plomo y me empacaron en cajitas.

Pasé mis días en las manos de los niños, enseñándoles a

escribir. Algunas veces me ponían en sus bocas. ¡Qué asco!

Cuando mi punta se ponía bota, me ponían en un

sacapuntas que me hacía cosquillas y me dejaba afilado de

nuevo. Mientras más envejecía, más corto me ponía. Ahora,

tengo una vida tranquila junto a otros amigos cortos y

coloridos, en la parte de atrás de la gaveta de materiales de

arte. 

Page 2: Autobiografia de Un Lápiz