aula mayor mayo 2014 - numero 13

8/12/2019 AULA MAYOR Mayo 2014 - Numero 13

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Recetapara tomar con el desayuno:

1 Buen humor: 60 gotas2 Pacienciamina: 500 gramos

3 Co mprensin forte: 1 kgMzclese con la mayor cantidad

posible de amor.

Tmese durante 365 das.

EEddiittoorriiaall Hemos superado el ao de publicacin conti-nuada. Algo que, a quienes empezamos conesta idea informativa, no nos podamos ima-ginar en el mes de abril de 2013

El boletn que tiene ahora el lector en susmanos, es el ejemplo de superacin que nospropusimos quienes empezamos a formarparte de nuestra singular Redaccin. De loscinco voluntarios iniciales, nos sentimos orgu-

llosos de contarnos entre los quince colabo-radores habituales.

Si este objetivo alcanzado, sin tan siquieraproponerlo, es un buen indicador de voluntady ganas de trabajar, ms importante parece elhaber pasado de las 4 pginas iniciales a las12 que presentamos en este nmero del mesdel presente mes de mayo.

En junio prximo cerramos, pero orgullosos ymuy contentos de la difusin alcanzada. Hasido un vehculo de comunicacin muy parti-cular entre los alumnos de 3 A, que hemos

compartido con los dems compaeros denuestra 13 promocin en o tros Campus.

Ahora queda desear que el Viaje de Fin deCurso a Navarra, se cumpla y se disfrute portodos cuantos han decidido apuntarse; y lomismo a quienes viajen a Asturias con elprograma previsto por la Secretara del Pro-grama Universitario para Mayores. La partici-pacin de todos es importante, y esperamosdar cuenta de ambos eventos para el prximoboletn. Gracias a todos por su apoyo.

AAnnccddoottaassaaggrraarriiaassPPoossiibblleess

por Francisco Navarro Goslvez

Esta vez la ancdota ocurri en un pueblo deSoria, Almazn, donde residamos con objetode realizar un Catastro de Rstica de variospueblos de la comarca.

Nos hospedbamos en un hotel, ANTONIO,(las malas lenguas decan que haba sido

citado en la Gua Micheln), que haca honora su leyenda, pues si bien las habitacionesno eran para tirar cohetes, su gastronomaera sublime.

Aparecamos en el hotel los lunes y nosvo l v a mo s a Madrid los viernes por la tarde.

En el hotel coincidimos varias fuerzas vivasdel pueblo: La juez, la farmacutica, el mdi-co, el director de un colegio, el director deuna Agencia del Banco de Santander y yo.

Durante el da no nos veamos, pues cadauno iba a su trabajo (yo concretamente comadonde me pillaba), pero nos juntbamos to-dos a cenar.

Una noche de jueves y animados ante lallegada inminente de San Viernes , me lancy dije: Os invito a una copa en el pueblo! El

hotel est situado junto a la carretera de Soriay el pueblo de Almazn (por cierto un puebloprecioso), lo est en la cima de un monte.Total, que en dos coches subimos al pueblo.La noche era muy fra (el grajo se haba po-sado ya en los terrones) como casi todas lasnoches de invierno en Soria. Encontramosabierto un Pub (ya era tarde) y nos metimoshelados en l. Despus de brindar por casitodo, me dispuse a pagar. En ese momento eldirector de la Agencia se me acerc y medijo: Hay que ver Paco cmo se nota la gentede posibles. A lo que le contest: No lo sa-

bes t bien. Al da siguiente partimos cadauno a su casa.

Por circunstancias del trabajo tard un par demeses en volver al pueblo y me volv a en-contrar con mis amigos, excepto el director

del Banco. Pregunt por l y me dijeron quelo haban destituido. A lo que les contest: Nome extraa porque conmigo demostr tenerun ojo clnico impresionante.

Aula MayorLibre nac y en libertad me fundo

Ao: II - N 13Mayo 2014

Edicin mensua l

Boletn informativo, literario y cultural. Alumnos 3 A. Curso 2013/2014

Universidad para los Mayores - Universidad Complutense Madrid

Publicacingratuita

Espaa (Spain)


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SSuummaarriiooEditoria l Pg. 1Ancdotas agrarias Pg. 1Opina Pg. 2Viajes de Fin de Curso Pg. 2Continuidad Pg. 2Buzn E-Mail Pg. 2Cerveza en Blanco y Negro Pg. 3

Sucia Pgs. 4 y 5Haciendo Turismo por Pg. 6Nuestra orla particular Pg. 7Buen porte y buenos modales Pg. 8Teatro Pg. 9Cabo Sunion Pg. 10Galera de Arte Pg. 11Un paseo por Toledo Pg. 11Visitamos el INTA-CAB Pg. 11Qu es el plasma? Pg. 12

Alicia Sanz Marisa Caballero Francisco Carmona Francisco Navarro Pedro Miguel Ortega

E-Mail: [email protected]

Diseo, maquetacin, logstica: Aula B-17.Facultad Geografa e Histor ia U. C. Madrid

Nota: Las opiniones emitidas en los artculosson de exclusiva responsabilidad de sus auto-res, y no reflejan necesariamente para nadael pensamiento del boletn Aula Mayor .

OOpp iinn aa Si deseas colaborar con algn texto de estilo,de autor, con sentido literario o artstico, nospuedes escribir al buzn que tenemos paracontactos: [email protected]

Se permite la reproduccin o difusin de AulaMayorpor cua lquier medio.

VViiaajjee ss FF iinn dd ee CCuu rrss ooRedaccin

Ya se han organizado dos viajes.

Uno por parte de la Secretara del ProgramaUniversitario para Mayores de 55 aos, cuyodestino est fijado en el Principado de Astu-rias. Las fechas previstas son las del 15, 16 y17 de mayo; jueves, viernes y sbado, con locual dispondrn del domingo 16 para descan-so de turistas incansables.

Otro por parte de la Comisin Organizadora,en nuestro grupo de 3 A, finalmente por vo-tacin de todos se eligi un viaje al Reino deNavarra. El viaje est previsto para realizarlodurante la primera semana del prximo mesde junio. Es decir, sern siete das de convi-vencia por Navarra.

Desde estas lneas, nuestros mejores deseospara que todos disfruten en ambos proyectos.Esperamos sus comentarios y fotos, para elltimo boletn que editaremos en junio. Serun bonito detalle, mediante el cual grabar enpapel un recuerdo para siempre.

CCoonnttiinnuuii ddaadd Segn nos ha informado directamente enclase, nuestro Delegado Francisco MartnCarmona, recibimos noticia de que es posiblela continuidad informativa por estos mediosglobales- entre los ahora alumnos de 2.

De una parte es posible la continuidad de lapublicacin AGORA Senior, si los futuros

alumnos de 3, sean del Campus que sean,se sienten estimulados a seguir en estascuriosas tareas informativas creadas por lospropios alumnos del Programa Universitariopara Mayores de 55 aos.

Por parte de AULA MAYOR, tambin es posi-ble su continuidad. Este boletn no es de pro-piedad nica y exclusiva de sus creadores ocolaboradores que nos han venido ayudandodurante ms de un ao. Con mucho gustocederemos el archivo original, de un modestodocumento en Word, donde hemos venidodesarrollando este boletn que ahora tiene ellector en sus manos.

Hay programas editoriales, gratuitos, paraeditar boletines como el presente, que porsupuesto facilitan la compleja labor editorial.Por nosotros, adelante. Si hay alumnos queas lo desean, y quieren continuar editandoAULA MAYOR, cuentan por anticipado connuestra colaboracin.

P.M.O.

BBuuzznnEE--MM aaiill

Envo boletn N 12 - Abril 2014

Muchas gracias.Besos a todos.Begoa Regueiro Salgado31 de marzo de 2014

Queridos compaeros:

Mi ms sincera felicitacin por vuestros art-culos en el Boletn AULA MAYOR, que mues-tra, una vez ms, vuestra vala en el arte dela escritura y la pintura. Es un placer leerlo yver e l talento que hay en el curso 3 A de laUniversidad para los Mayores.

Un fuerte abrazoAntonio Ruiz-Ruano1 de abril de 2014

Gracias por el envo y por los textos.Precioso Boletn

Paz Arena1 de abril de 2014


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CCeerrvveezzaaeennbbllaannccooyynneeggrroo

ppoorr PP..MM..OOrrtteeggaa

Recientemente se celebr en Madrid, del 23de octubre pasado al 19 de enero de esteao, una interesante exposicin con fotosrealizadas por profesionales asociados acierta agencia norteamericana. Para el cartelanunciador eligieron una foto, segn copiaque les muestro, cuyo impacto -se deca en elforo- era un alegato contra el alcoholismo. Tal

prejuicio me quit el deseo de asistir a esaconvocatoria; pero por otro lado me provocla curiosidad de investigar sobre el autor dedicha foto, poca en que fue realizada, etc.

De entrada, observar a un nio austriaco, enun merendero de los aos 50, alimentndosecon una jarra de cerveza, nada tiene que vercon el alcoholismo. Por aquellos aos, enEspaa, la cerveza era un lujo, una bebidasnob y propia de elitistas. Con el tiempo, su

consumo se fue popularizando, y mis buenospadres como premio algn domingo- meobsequiaban con un botelln de EL GUILA,para dar buena cuenta en la merienda de unbocadillo de mortadela o salchichn. Deberatener yo 10 11 aos; seran los aos sesen-ta.

El autor de dicha foto es Erich Lessing, ysigue viviendo en su Viena natal (1923) Des-pus de una larga carrera artstica, funda en

1996 el Archivo Fotogrfico que lleva sunombre, con galera de fotos, exposiciones, ycopias de distintas pocas. En 2012 pudoinaugurar en Viena la sede oficial para dichafundacin, con ms de 40.000 imgenes enalta resolucin y fotos de reportajes entre losaos 1948 a 1973.

Dicho esto, conviene explicar que la foto delnio austriaco, pues viste a la usanza de supas, estaba en un merendero de los bosquesde Viena (Wienerwald) disfrutando junto a suspadres un buen da de verano, del ao 1954;el fotgrafo nada ms capt en primer planoal chiquillo, y como fondo el ambiente abiertode un merendero. Evidentemente, lo primeroque se me viene a la mente es el poderoeconmico de ese pas centroeuropeo, resul-tando por entonces en Espaa que un nio,de edad similar, no poda permitirse tal lujoporque hambre y necesidades si haba, ymucha.

Sentimientos stos que tienen su contrasteen la siguiente foto que les muestro, del mis-mo autor, el mismo verano de 1954, donde elnio aparece sentado junto a su padre y otrofamiliar; enfrente una mujer que supongosera o tro pariente cercano, y en la mesa sepueden ver cuatro hermosas jarras de cerve-za, adems de todos los alimentos propiossegn su costumbre para celebrar un almuer-zo o merienda. El fondo me recuerda el em-barcadero del lago del Buen Retiro, en Ma-drid. Todo, en suma, es una instantnea sen-cilla, con esa fuerza de las fotos en blanco ynegro, donde nada hace presagiar que los

adultos inducen al nio para que consumacerveza. Para mi viene a significar que, tantoen adultos como en nios de esas edad, lacerveza es un complemento alimenticio im-portante. Mis buenos padres, sin llegar a losconocimientos cientficos de hoy, hicieronbien en obsequiarme, de vez en cuando, conalgn botelln de la marca desaparecida hace aos- de nuestro propio mercado.

La serie de fotos que hizo Erich Lessing, so-

bre el tema de la cerveza, es atractiva y cu-riosa al mismo tiempo; rene antiguos cama-radas, comparte las celebraciones en esospatios cerveceros tan del gusto en pases delcentro de Europa. Y hoy da, independiente-mente de reconocerse a escala mundial losbeneficios de un consumo responsable, seproducen tantas variedades de cervezas, yexisten tan diferentes tipos de la misma, co-mo lo son sus numerosos consumidores.

HHeemmeerrootteeccaa


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SS uu cc iiaa ppoorrJJoossMMeessaa

Siempre sucia. La cocina estaba siempresucia. Por mucho que frotase, la grasa sepegaba a las paredes alicatadas, a los fuegosde la cocina, a la mesa de formica. Pas elpao por ella con rabia. La mesa se tambaleruidosamente y Pepio se volvi a mirarladesde su lugar detrs de la barra.

La mirada que ella le devolvi le hizo enco-gerse de hombros con resignacin. Para qudiscutir?, pareca decir su mirada, ya s tepasar. S, se le pasara, claro que se le pa-sara. Siempre se le pasaba. No era un dra-ma, no, el limpiar una y otra vez la mismamesa, la misma cocina, los mismos baos,qu puerca puede ser la gente, dios mo, encasa ajena, no es un drama barrer el mismosuelo, una y otra vez, pens ella, mientrasvolva a pasar el pao hmedo por esa mesaque, hiciese lo que hiciese, nunca quedara losuficien temente limpia.

Dobl cuidadosamente el pao y lo dej en el

escurridor. Todo estaba listo, la cocina recogi-da, las tapas de media maana preparadas.Llev las primeras fuentes a la pequea vitrinadel mostrador. Estaba retirando una de lasfuentes vacas cuando le vi, sentado al fondode la barra, leyendo el peridico. La mujerapret la fuente entre sus manos, intentandocontrolar la marea de dolor y de deseo querecorri todo su cuerpo, anidando glidamenteen su nuca. Cunto tiempo haca? Cinco,seis meses? La ltima vez fue en verano, lerecordaba perfectamente, la piel muy morena,muy rub io el vello de los brazos. Ahora estaba

ms plido, tena el pelo ms largo y mscano, en dos o tres aos lo tendra completa-mente gris.

No estaba tomando nada. Pepio, demasiadoocupado en darle chchara a uno de los habi-

tuales del bar, aun no se haba dado cuentade su presencia. Sigui mirndole, los piesclavados en el entarimado del mostrador,como una estatua. Slo un segundo ms, slouno, y l levantara la cabeza. Se acordarade ella? La ltima vez l le haba sonredomientras le deca "Gracias", su voz la habaacariciado descuidadamente, l seguramenteno saba, no conoca el poder de su voz, unavoz como una mano que pasara sus dedoslentamente sobre su espalda.

Todos los das lo vea pasar frente al bar paraentrar en la moderna cafetera del otro lado dela calle, casi siempre acompaado por elmismo hombre, menudo y calvo. Al calvo loconoca, vena por el bar a menudo, tomabasiempre una coca-cola que beba con empa-lago, como un cro. A ella le gustaba mirarle,era un poco como si le viera a l. Le tratabacon deferencia, buscando los vasos menosrallados, eligiendo las croquetas con mejoraspecto, pequeos presentes, insignificantes,seguro, para alguien que tena el placer detenerle a l como amigo. Y siempre, subterr-nea, la esperanza. Quizs al volver al colegiol le comentara a su amigo, que amable lamujer del "Asturias", tiene algo, verdad?, y lle respondera, s, ya me haba fijado en ella.Qu pena que est casada, no? Una verda-dera pena. Y es que ella, mientras cocinabaen el bar, mientras fregaba los suelos de losbaos, mientras barra su casa, mientras re-coga, doblaba y tenda la ropa, recitaba sunombre, un nombre cogido al vuelo de unaconversacin con el calvo, Nacho, Nacho,ests equivocado. No, el calvo no tena razn,Cmo poda alguien tan bello estar equivo-cado?

Nacho, Nacho, Nacho. Ahora mismo, frente al, mientras le miraba con las nauseas retor-ciendo su estomago, el nombre se form si-lenciosamente en sus labios; l, como si lo

hubiese odo, levant la cabeza y la mir. Ellagir inmediatamente la cabeza, como una niapillada en falta, fingiendo que miraba a sumarido, todava enfrascado en la conversacincon el fulano de siempre, un fulano igual atodos los fulanos de todos los das, con losque pareca mantener una complicidad extra-a. Quizs no tan extraa, pens, todos ellostienen algo en comn, su vulgaridad. Y mien-tras escapaba de su mirada, se mordi loslabios, estpida, quin sabe cuando le vol-

vers a ver as, tan de cerca, dentro de unao, quiz? Respir hondo y se volvi denuevo hacia l, con las entraas envenenadaspor el deseo. Estaba leyendo el peridico,tamborileando con los dedos de la mano de-recha sobre la barra la sencilla alianza en elanular-, ofrecindole su coronilla, una mataentrecana de pelo fuerte, el perfil puntiagudode sus orejas, la nariz recta hundida casi en elperidico, con una ligera rojez en el puente.Usa gafas, pens. A ella tambin le pasaba, elpuente metlico le dejaba una marca rojiza enla nariz. Nunca le haba visto con ellas, segu-ramente las usara para leer en clase, en sucasa. Por un momento se lo imagin con sumujer y sus hijos, en lo que, sin dudarlo, debaser una vida perfecta. Ella les haba visto jun-tos, algunas tardes iban a recogerle a la puer-ta del instituto, justo delante del bar. Su mujerera morena, muy atractiva. Y los nios, dosnios preciosos, tan parecidos a su madre.Como envidiaba a la mujer que comparta suvida, como comparaba a esos nios con elrecuerdo doloroso de su nico hijo, tandistante. Quizs con un padre como l lascosas hubieran sido diferentes.

Saba que sera entonces o nunca. Por qu,entonces, su cuerpo se resista a obedecerle?Volvi a mirar a su marido. Deba de haberalgo extrao en su mirada porque el fulanocon el que estaba hablando se qued mirn-dola un instante, y luego dijo algo, sealndo-la con el dedo. Pepio se volvi hacia ella, ysiguiendo su mirada se fij en el recin llega-do. Con un gesto de hasto, Pepio se subi elcinturn de los medio cados pantalones, ehizo amago de ir hacia el hombre. En esemomento, de algn lugar del cuerpo de lamujer surgi una voz con un punto de tan


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aguda desesperacin en su tono que se ex-tra de que todos los clientes no se volviesena mirarla.

- Deja, ya voy yo.

Pepio volvi a encogerse de hombros, sugesto favorito, y continu su conversacin conel paisano, mientras ella caminaba por la tari-ma, consciente de cada paso, de cada latido,de cada gesto de su cuerpo, hasta llegar al

final de la barra, frente a l.

- Buenos das-. Era imposible que l no sediera cuenta de cmo le temblaba la voz, Diosmo, pareca imposib le, pero era cierto, porquel levant la cabeza y le sonri vagamente.

- Buenos das- respondi l, su voz acaricin-dole la espalda; esta vez, el deseo reprimidodurante tanto tiempo se deslizo entre suspiernas, clavando un agudo estilete entre susmuslos. -Un caf slo, por favor. Muy caliente.

- Algo ms? Una tapa?- implor ella. Porfavor, dime qu quieres, qu necesitas, qudeseas de m.

- No, gracias. Es muy temprano todava- son-ri, sembrando una mirada de pequeasarrugas alrededor de sus ojos.

Le cost despegarse de su imagen, volversede nuevo hacia la barra, hacia la cafetera.Busc nerviosamente entre las tazas, hastaencontrar una menos deteriorada que lasdems. Cuando se quiso dar cuenta, ya tenael pocillo humeante en la mano.

l la mir sonriente, y la mujer sinti latir elcorazn con tanta violencia que tuvo que de-tenerse a medio camino, fingiendo buscar algobajo el mostrador, intentando ganar tiempoantes de enfrentarse de nuevo a l, a su son-risa. Tard slo unos segundos en darsecuenta de que la sonrisa no iba dirigida a ella,sino a una jovencita menuda y rubia que aca-baba de entrar en el bar. Ambos intercambia-ron un hola discreto, sin besos de bienvenida,y la muchacha se sent junto a l, los dos muytiesos sobre sus taburetes. Despus de unosinstantes en silencio el hombre dej el peridi-co sobre la barra y la joven se apresur acogerlo, en un movimiento tan rpido que sumano alcanz a rozar el dorso de la de l. El

hombre se puso repentinamente en tensin,mirando a un lado y a otro como un ladrn, yla muchacha sonri, satisfecha. Imposible noreconocer el juego, el deseo burln en sumirada.

La mujer, desde el otro lado de la barra, lesmiraba. Slo poda mirar, slo eso. Mirar a lamuchacha, joven y hermosa, con su cinturainverosmil y su sonrisa de mujer que se sabevencedora. Mirarle a l, un hermoso cobarde,intentando disimular lo que era tan evidente.Por primera vez la mujer fue dolorosamenteconsciente de sus pechos cados, de sus ca-bellos mal teidos, de sus labios emborrona-dos con un carmn barato, de que nunca serala otra, de que jams tendra esa oportunidadcon la que haba soado todas las nochesdurante los tres ltimos aos. Se sinti vaca,desnuda. Muerta.

Camin hacia ellos muy despacio, sujetandocon las dos manos la taza, con cuidado de noderramar ni una gota, y cuando lleg frente al le tir el caf encima, deliberadamente,sobre la mano derecha, con su sencilla alian-za. l retir la mano, aullando de dolor, peroella ya se haba vuelto hacia la cocina apre-tando la taza entre sus manos, ajena a lasentrecortadas, sorprendidas disculpas dePepio a sus espaldas. La taza, tena quelavar la taza. Y limpiar la mesa. Siempre tansucia.

Jos MesaLL

LLiibbrroorreeccoommeennddaaddoo

Lo encontr en la Biblioteca de mi barrio,

cuando buscaba bibliografa para el ejerciciofinal de nuestra asignatura Cuestiones Fi-losficas Fundamentales. Su autor HelenoSaa Alcn (Barcelona, 1930) sigue residien-do en Alemania, donde ha ejercido comoescritor y filsofo.

La edicin de Almuzara, impresa en 2007,ocupa casi trescientas pginas, dividida en 16captulos y un eplogo, cada cual ms intere-sante; no en balde viene a descubrir a unlego como yo en esta difcil rama de lasHumanidades, con un lenguaje bien sencillo y

de atractivo dilogo entre el autor y el lector,esa lista de grandes pensadores que casi norecordamos en el comn de los espaoles.

Desde aquellos siglos de aprendizaje, la Es-paa romana, con Sneca, o la musulmana yhebrea, para llegar a la madurez de RamnLlu ll, Juan Luis Vives y Miguel Servet; sinolvidar los telogos, como Bartolom de lasCasas o Gins de Seplveda; teniendo encuenta La Mstica que formaron Juan devila, Santa Teresa o Fray Luis de Len; paracontinuar por la sntesis del Humanismo es-

paol, los ilustrados, la Espaa conservadora,los regeneracionistas, la politizacin y el ca-os, la derecha, vencedores y vencidos, paraconcluir en el exilio.

Desde estas lneas, para terminar, destaco lasiguiente cita del autor:

Entre las muchas cosas que a la Espaade nuestros das le falta, es una filosofaque corresponda no a la que han fabricadoy siguen fabricando otros pueblos, sino asus propias races y tradiciones, que no

sea, pues, una copia de lo que se piensa yescribe ms all de nuestras fronteras,sino un producto de nuestra propia identi-dad humana y espiritual

Jacinto.


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HHaacciieennddoottuurriissmmooppoorrCCaassttiillllaayyLLeenn

por Rosa Mara Valverde

SSoorriiaaSoria es una ciudad fra, bordeada por elemblemtico ro Duero. Su singular empla-

zamiento fsico permite disfrutar de una urberodeada de interesantes restos arqueolgicoscomo Numancia o Tiermes y ensoadoresparajes de belleza natural que contrasta conla piedra de sus monumentos, como la Con-catedral de San Pedro, de estilo romnico enprincipio, pero cuyo conjunto actual est le-vantado en el siglo XVI con portadas y trazasplaterescas, San Juan de Rabanera, con unnotable bside romnico, Santo Domingo y elPalacio de los Condes de Gmara, emblemade la arquitectura civil soriana, el claustro deSan Juan de Duero, la iglesia de San Nicols,sin olvidar su hermosa Catedral en El Burgode Osma. Porque Soria es ciudad y provinciade apreciable riqueza monumental, tranquilay apacible y en donde se puede pasear sinser molestado, contemplando sus edificios, supatrimonio histrico-artstico y sus gentes.

A siete Kilmetros de la ciudad se encuentranlas ruinas de Numancia. Su ubicacin sobreun cerro, evoca sus objetivos defensivos. Sonlos restos de una ciudad celtibrica y los delposterior enclave romano que la historia nosrecuerda como el sacrificio de todo un pueblopor defender con su propia vida el citadoasentamiento.

Ya en la provincia, son muchos los pueblos ylocalidades que destacan por su patrimoniohistrico y artstico. Entre ellos se encuentra

greda, con sus restos de muralla y castillode la Muela, sus iglesias de San Miguel, SanJuan, San Martn, Convento de la Concep-cin, su barrio de la Judera o el museo deSanta Mara de Jess.

En el Burgo de Osma nos encontramos con lanica catedral de la provincia. Destacanadems las murallas, las calles porticadas, laantigua Universidad de Santa Catalina o elHospital de San Agustn.

San Esteban de Gormaz, Calataazor, Ber-langa de Duero o Tiermes con sus ruinas dela ciudad rupestre, son algunas de las locali-

dades que merece la pena visitar por su inte-resante patrimonio.

Medinaceli es otra localidad de especial men-cin. Murallas, piedras, viejas iglesias y unimponente arco romano son parte de las se-as de identidad del paisaje que recibe aquien se acerca a esta localidad soriana.Asentada sobre un promontorio que dominael valle del rio Jaln, esta villa, encrucijada decaminos, se encuentra en el extremo suro-riental de la provincia.

La tradicin seala que Almanzor, herido enla batalla de Calataazor, fue trasladado has-ta Medinaceli. Muri en un pueblo cercanopero algunos historiadores consideran quesus restos, que nunca han sido encontrados,fueron enterrados en la zona comprendida

entre la parte sur del poblado actual y el casti-llo. El Cid tambin estuvo en estas tierrasdonde luch contra los moros. Otro paso suyopor este lugar, el camino del destierro, esnarrado en e l Cantar del Mo Cid . Ya muertoEl Campeador, Medinaceli pas de formadefinitiva a manos de los cristianos en 1123gracias a Alfonso VII. Este rey concedi fue-ros a la ciudad y gracias a la donacin reali-zada por Enrique II a Isabel de la Cerda en elao 1368, quien la recibe en calidad de con-

dado, pasando a convertirse, en tiempos delos Reyes Catlicos, en ciudad ducal.

Entre esta provincia y la de Burgos se en-cuentra el can del Rio Lobos, de escarpa-das paredes verticales abiertas en medio derocas calizas compactas y en el interior del

can se encuentra la ermita de San Barto-lom, uno de los hitos ms importantes de loscaba lleros templarios.

Si os parece interesante todo lo expuesto osinvito a pasear por esta provincia y respirar apleno pulmn mientras se descubren nuevasrutas por esta provincia tan poco conocida.


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NNuueessttrraaoorrllaappaarrttiiccuullaarrPrximos a finalizar esta 13 Promocin en elPrograma para Mayores, de la UniversidadComplutense en Madrid, publicamos unamerecida orla que hacemos desde AULAMAYOR; agradeciendo a nuestros colabora-dores su importante participacin para llegar,con tan inestimable ayuda, a la calidad y can-tidad de boletines publicados. Enhorabuena.

Redaccin

Marisa Caballero Benito

Redaccin Aula Mayor

M del Carmen Cepeda Cerezo

M de l Carmen Hernndez Hdez

M Paz Horcajuelo Torres

M ngeles Llopis Ruiz

Francisco Martn CarmonaRedaccin Aula Mayor

Jos Mesa Domnguez

M Auxiliadora ngelesMora Nogues

Francisco Navarro GoslvezRedaccin Aula Mayor

Pedro M. Ortega MartnezRedaccin Aula Mayor

M ngeles Pastrana Muia

Antonio Ruz-Ruano Jaime

Alicia Sanz SarriRedaccin Aula Mayor

Antonio M. Torres Gil

Rosa M Valverde Madroo

1133PPrroommoocciinnUUnniivveerrssiiddaaddMMaayyoorreessUUnniivveerrssiiddaadd CCoommpp lluutteennsseeMMaaddrriidd22001111--22001144


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BBUUEENNPPOORRTTEE YYBBUUEENNOOSS MMOODDAALLEESSAABBRREENN PPUUEERRTTAASSPPRRIINNCCIIPPAALLEESS

por: M Paz Horcajuelo Torres

Esta maana he tenido que ir a la Vicerrectorade Alumnos a solucionar un tema sobre elMaster que est haciendo mi hija. Tena quesolicitar un impreso de pago fraccionado de lamatrcula, que es carsima, y cada mes ha depagar una cantidad, porque se haba pasadola fecha, entre otras cosas por las d ificultadesque encuentra a la hora de bajarse ella mis-ma el impreso por internet.

Por el camino iba yo pensando en mis cosas,en otros temas que nada tenan que ver conel asunto. Entr en una sala en la que habaunas seis mesas con seis empleados o fun-cionarios con la mirada perdida en la pantallade su ordenador que ni siquiera miraron a lapuerta. Le mostr el papel que llevaba al queestaba ms cerca que me indic a qu com-paeras deba dirigirme.

Me dirig a una de ellas, le mostr de nuevoel papel y balbuc: Vengo a por un impresode pago del master de neurociencia que esthaciendo mi hija; a penas me salan las pala-bras, entre la ronquera por el fro y que norecordaba el nombre del master. La seoritamir el papel. -Pero, esto no est anulado-,me d ijo sin levantar la cabeza y en voz baja. Ya, dije yo y alguna palabra ms que norecuerdo. Tiene que traer una autorizacin

para esto, o venir la propia estudiante-. Esque est trabajando-. Pero hace falta unaautorizacin me respondi sin levantar lacabeza. Hble con mi compaera-, dijo mo-viendo la cabeza hacia la de enfrente.

Me d irig a la o tra funcionaria y volv a decir lomismo. A penas me salan las palabras, comosi no supiera a lo que iba, todo por ir pensan-do en otra cosa. La interfecta cogi el papel lemir y me espet: -Deme su documentacin-.Tuve que revolver las tarjetas que llevo en lacartera, nunca encuentro la que busco, entrela tarjeta del banco, de pasivos, de super-mercados, de Muface, bibliotecas, etc. Algoque pueda identificarla-, dijo ante mi bsque-da desesperada, finalmente apareci el DNI.

Lo cogi y se puso a teclear en el ordenador.Aprovech para sentarme en una silla vacaque haba justo detrs de m, la citica a ve-ces me molesta un poco.

Al momento apareci un joven atildado, detez clara, ojos brillantes y pelo engominado,bajito y delgado, que con una amplia sonrisay un leve acento extranjero les pregunt aambas sobre una matrcula de la que estabaesperando se le reembolsara el importe. Muyamablemente le atendieron las dos funciona-rias o empleadas, dejando el ordenador laque estaba gestionando mi peticin, para

prestar atencin al joven. Le pidi su telfonopara comunicrselo, a lo que el joven respon-di que acaba de llegar a Madrid y no tena.-Entonces, denos su correo electrnico- . So-bre la mesa haba un texto a modo de instan-cia escrito a mano por el muchacho, -Esperoque entiendan mi letra- dijo sin dejar de son-rer, a lo que se le responda tambin consonrisas. Se acerc a la mujer y los dos seagacharon sobre el escrito. Si, se entenda.No contento con esto, el joven de tez, ojos ypelo claro, con su leve acento extranjero y suamplia sonrisa, volvi a plantear otra cues-

tin. Podran indicarme dnde puedo en-marcar mi ttulo del master? Primero respon-di una y despus otra.

Yo miraba al joven, sentada en mi silla, co-mo los tres sonrean, tambin empec a son-rer; su abrigo azul impecable ajustado a sudelgado cuerpo, los zapatos negros relucien-tes, como su pelo. Al ver el esfuerzo queestaba haciendo la empleada, que habadejado a medias la pgina del ordenador dela que iba a sacar mi impreso, para indicarleal joven donde poda enmarcar su ttulo, mispensamientos volaron y pens que tal vez lasdos oficinistas intuan que el muchacho podra

convertirse en poco tiempo en una reconoci-da eminencia, en un catedrtico, o vicerrec-tor o rector, en fin que estaban saboreando laoportunidad de tratar posiblemente a un se-or muy importante y de ah tanta amabilidady servicio. Le p idi que se acercara junto aella a la ventana para indicarle por dndedeba ir para encontrar a alguien que supues-tamente le enmarcara su ttulo, all en laFacultad de Bellas Artes.

Al terminar y mientras se despedan, no pue-de evitar hacer un comentario:

-Qu bien se atiende aqu a los jvenesestudiantes extranjeros! No como a las seo-ras mayores y un poco atontadas como yo!

Los tres se echaron a rer, pero la carcajadams sonora fue la de la primera en atender-me, la que me haba pedido una autoriza-cin. No se preocupe, que ya tengo lo suyo-coment la que deba darme el papelito. Eljoven me mir sin dejar de sonrer, nos dio lasgracias y se march.

El resto de los empleados seguan impasi-bles, la mirada perdida en la pantalla del or-denador, como si estuvieran en otro mundo.

La empleada me entreg el documento di-cindome, -Dgale que tiene que pagar lohoy o maana- Ya, le respond, -Se lo voy apagar yo-.

Me acord del dicho que da ttulo a este es-crito, impreso en una pgina de la Enciclope-dia lvarez que llevaba al cole de nia y amanudo recuerdo. Frente al estudiante atilda-do estaba yo, una seora bajita, con playeras,el pelo recin lavado, medio canoso, peinadocon peine, sin peluquera, ni secador. Nisiquiera llevaba los labios pintados, se me

haban olvidado los pendientes.

Por cierto por qu no le pidieron a l do-cumentacin?


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TTEEAATTRROO LA VIDA ES SUEO, COMEDIA DE PEDROCALDERN DE LA BARCA, SE REPRE-SENT EN EL TEATRO PAVN POR LACOMPAA NACIONAL DE TEATROCLSICO DEL 19 DE MARZO AL 20 DEABRIL DE 2014

por Francisco Martn Carmona

Adaptacin del texto: Juan Mayorga

Direccin de escena: Helena Pimienta

Personas que hablan en ella:

ROSAURA, dama: Marta PovedaCLARN, gracioso: David LorenteSEGISMUNDO, prncipe: Blanca Portillo BASILIO, rey: Joaqun Notario CLOTALDO, viejo : Fernando SansegundoASTOLFO, prncipe: Rafa CastejnESTRELLA, infanta: Pepa PedrocheGUARDAS, SOLDADOS, CRIADOS, CABA-LLEROS: Pedro Almagro, ngel Castilla,Oscar Zafra, Alberto Gmez, AnabelMaurn, Mnica Buiza, Damin Donado,Luis Romero

MSICA: percusin, guitarra barroca, flautade pico, viola de gamba

La vida es sueoes quiz una de las obrasms importantes del teatro espaol, por lomenos del barroco si, es comparable a unHamlet, en e lla se dan todos las situaciones yformas de actuar del ser humano desde tiem-pos inmemoriales, crueldad, ambicin, enga-o, ternura, amor, etc.

La comedia que se repone en el TeatroPavn del 19 de marzo al 20 de abril, tienecomo primera buena noticia la excelente di-reccin de Helena Pimienta, a su vez directo-ra de la Compaa Nacional, fundamentadaen la buena adaptacin que Juan Mayorga hahecho de la comedia de Caldern.

Y que decir de los actores, en donde BlancaPortillo brilla con luz propia bordando un Se-gismundo, lleno de coraje, fuerza, sensibili-dad y ternura en todos los momentos querequiere la trama, esta actriz es todo un por-tento, aun haciendo un rol de hombre al pocotiempo de estar en escena se olvida uno deque es una mujer la que est encima del es-cenario. El punto lgido de su interpretacines el final del segundo acto o jornada, (laobra tiene tres, en esta ocasin se representasin descansos) en donde recita unos de losmonlogos ms famosos de nuestro teatro, elpb lico le brinda una atronadora ovacin porsu emocionada interpretacin.

Marta Poveda, que encarna el papel de Ro-saura, est llena de encanto y aunque al prin-cipio cuesta entenderla un poco, conforme va

continuando la representacin (por lo menosen el da que yo la vi), su papel se va agigan-tando y termina excelentemente.

Entre los dems actores, para mi sobresalen,Joaqun Notario, (Rey Basilio), FernandoSansegundo (Clotaldo) y David Lorente(Clarn), especialmente por su forma de decirel verso, sobre todo los primeros, con unaclaridad y gesto muy de tener en cuenta porlos nuevos actores que quieran dedicarse aeste tipo de teatro, el resto tienen una actua-cin en conjunto notable, cumpliendo en ge-neral su cometido, incluso los soldados da-mas, criados mantienen el buen tono generalde la representacin.

La diccin del verso en general est bastantebien dicho, es un poco dificultoso al principioseguir algunos dilogos, pero segn discurrela representacin la cosa mejora notablemen-te, supongo que con el rodaje que han tenido,ya que la obra se ha representado por todaEspaa, no habr ningn problema en esta

nueva reposicin.

Los movimientos en escena estn muy bienresueltos, sobre todo cuando trasladan aSegismundo desde su calabozo al palacio yde igual manera al final de la obra cuando las

tropas leales al prncipe le liberan de su cau-tiverio.

La escenografa y el atrezzo son sobrios,como corresponde con el espritu de la obra,con un solo escenario para las distintas esce-nas, hay que destacar el excepcional vestua-rio muy acorde con la poca del barroco, delmismo modo destacan los peinados de losactores, pelo largo para ellos y corto paraellas, la iluminacin est resuelta con brillan-tez, dando los distintos matices y creando lasatmsferas que la trama requiere.

Mencin aparte requiere la msica en directoque nos ayuda, introduce y gua en toda lospasajes, ilustrando adecuadamente en todoslos momentos, incluyendo las buenas inter-venciones del actor-cantante ngel Castilla.

En resumen, La vida es sueo es una buenaoportunidad para acercarse a uno de los tex-tos ms importes de nuestro teatro clsicoespaol, y una nueva oportunidad de ver aese fenmeno de actriz que es Blanca Porti-llo. Yo no me la perdera.

Hay una versin del ao 1967 hecha por TVEen blanco y negro, el que tenga curiosidadpor verla puede pinchar en este Link

http://www.youtube.com/watch?v=fcJ987ZtxXk&feature=em-share_video_user

Los comentarios aqu descritos han sido con-feccionados con las notas recogidas despusde asistir a la representacin de la obra delda 4 de octubre de 2012

Madrid, marzo de 2014


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CCAABBOOSSUUNNIIOONNpor Marisa Caballero Benito

Se encontraba en el mirador de proa. Unavoz, en diferentes idiomas, por megafonadaba instrucciones a los pasajeros. El barcocomenzaba a realizar las maniobras deaproximacin a tierra. Atracara en breve.

Carmen no prest demasiada atencin, yahaba realizado varios cruceros, saba lo quedeba hacer. El promontorio del cabo Sunin,vigilante del Egeo en la antigedad y las rui-nas de los templos dedicados a Atenea y aPoseidn, la mantenan inmvil, apoyada enla barandilla.

Un pasajero, involuntariamente roz su cuer-

po. Modific la postura y cambi el ngulo devisin. Se estremeci, un escalofro recorrisu cuerpo. Siempre le ocurra lo mismo, suscinco sentidos se alteraban cuando contem-plaba algo bello. Not sus manos heladas, laslgrimas en los ojos, la armona del sonido delas olas al chocar con la rocas en su ir y venir,el olor a mar, el sabor de la sal en sus labios.El hechizo del templo drico, de belleza yproporciones perfectas, esbelto, elegante,armnico, la magia de las ruinas, que invita-ban a soar, los secretos que guardaban suspiedras, su envolvente halo de misterio. Las

columnas fragmentadas, restos dispersos depiedras. Conducan la nostalgia por senderosque el paso del tiempo no pudo borrar.

A su derecha el sol, escondindose en el

horizonte, sumergindose en la profundidaddel mar, cambiando el color de sus aguas,reflejando una lnea dorada, un disco de fue-go que el agua no apagara, rojos, amarillos,grises, azules, y entendi la razn por la quelos griegos erigieron all el Templo a Po-seidn, uniendo dos bellezas, la de la natura-leza, insuperable, y la creada por el hombre.

Record la leyenda del rey Egeo y su consul-ta al Orculo de Delfos. Abrumado por lanecesidad de tener descendencia con suesposa Medea. La respuesta misteriosa de laPitia No abras tu odre hasta que regresesa Atenas. Respuesta que no entendi. Erasimple, no yacer con mujer alguna hasta suregreso, pues de hacerlo quedara preada.Por el contrario Piteo, rey de Trecn lo viomuy claro. Su mayor deseo era que su hijaEtra fuera la madre del heredero de Atenas.Le emborrach, y as consigui que la fecun-dara. De esta unin naci Teseo, el que ven-

ci al Minotauro cretense, ayudado por Ariad-na, a la que luego abandon, o fue ellaquin lo hizo?

A su regreso a Atenas, enardecido por lavictoria, olvid cambiar las velas negras por

las blancas que anunciaran a su padre esta-ba vivo. Este que observaba desde el pro-montorio cercano la llegada de la nave, aldivisar el barco con las velas negras pensque su hijo haba muerto y se arroj al mar,por eso lleva su nombre, Mar Egeo. Tembl,en pocos minutos se hallara en aqul cabo.

Cuantos odres se abren con engao, porpasiones momentneas, urgencias sin com-promiso, que producen consecuencias ines-peradas. Otras veces, por esos fraudes,alguien voluntaria o involuntariamente seencierra en una torre de bronce, para prote-gerse, queriendo ser previsor, intentado en-gaar al destino. Pero un da cualquiera, se

abre la ventana y una imprevista lluvia de orocubre su cuerpo y renace un nuevo Perseo.

Esa paz que la invada momentos antes,desapareci. Record la causa de su viaje, lahuda, su soledad, el abandono, primaverafrente al ocaso, haba sido sustituida, perdila batalla. No quera ser atacada por la cabe-za de la medusa. Inspir profundamente,dejando entrar ese aire nuevo, purificadorhasta el ombligo, lentamente lo fue exhalan-do, aparecieron imgenes de su lejano hogar.No quera hacerlo; aire!, aire!, aspirar, inspi-

rar, una y otra vez, poco a poco fue relajn-dose; no se convertira en piedra, volveracon las velas blancas desplegadas. Habaestado a punto de convertirse en Persfone.


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GGaa llee rraa ddee AArrtt ee

Agradecemos a Conchi Sols el envo de unade sus ltimas composiciones. El cuadro quereproducimos es una manifestacin de color,con un perfil vivo y moderno, donde nosmuestra a otra artista en su atelier. Nuestracompaera sabe conjugar perfectamente losefectos de una luz, que dan profundidad yhermosura a su obra. Nuestra ms cordialenhorabuena, por su progreso en los leos.Las mismas felicitaciones para M Paz Horca-jue lo, Alicia Sanz y Rosa Mari Valverde, quie-nes gustosamente cedieron tambin susobras para tener activa nuestra Galera.

Redaccin.

UUnnppaasseeooppoorrTToolleeddooHace unos meses, un grupo de compaerosde clase, decidimos ir a Toledo, nos interesa-ba visitar la exposicin conmemorativa sobre El Greco . Ahora que lo pienso, celebramosel IV centenario de su muerte, tiene un pocode mala sombra, que alguien celebre esafecha, si levantara la cabeza, quizs no legustara y con lo aficionado que era a los plei-

tos, lo mismo nos demandaba.No estoy muy segura, si tomamos la decisinde visitarla por amor al arte, por amor a lacamaradera o por ambas cosas, pero afor-tunadamente se tom, fuera cual fuese la

idea de cada uno. Comenz el trabajo, unacompaera lo organiz, correos con los pre-cios de itinerarios, horarios, billetes AVE, etc,todo ello para mayores de 55. Eso no lo olvi-damos nunca, las reducciones de precio,totalmente interiorizadas. Recordaris, quehace algunos aos queramos ser mayores,cumplir aos, ahora tambin, no tengo ningu-na duda, adems nos hacen descuento qums podemos desear?, unas cosas se van yotras llegan.

Despus de unos das casi veraniegos, enSemana Santa, estbamos casi convencidosque nuestro paseo por Toledo, meteorolgi-camente hablando sera as, craso error, a las8 de la maana diluviaba en Madrid, graniz.Zeus se ensa, deba estar un poco enfada-do, pero el grupo no se rindi, las manifesta-ciones de alegra y el placer de estar juntos,podan con todo, en el vagn del cochenmero 2, subieron los jvenes otoales,alegres y felices, disfrutando de la amistad,animando al valiente que se atrevi a viajarcon ocho mujeres, fotos, risas, en resumencincuenta aos menos.

Media hora despus, ya en Toledo, nuestrocaminar se convirti en un paseo por lasnubes, que viene una, que viene otra!, peronada nos arredr, llegamos a Santo Tom,cabales en el horario, como somos todosnosotros. guache franaises, Mon dieu,english on left, y en el centro nosotros, inten-tando acordarnos de quienes eran los perso-najes, San Agustn, San Esteban, No meacue rdo de ms!.. A la salida nuevo diluvio, elsuelo cubierto de enormes burbujas.

Nos acompa en esta actividad, la Dra. DGracia Rodrguez. Nos desplazamos hastadicho Centro de Astrobiologa, cerca de To-rrejn de Ardoz, el 28 de abril pasado.

Toda la ruta no la voy a contar, solo dir, quecomo en todos los grupos, alguien se despis-ta, No importa!, los mviles lo solucionan.Las "perdidas" en lugar del Museo de SantaCruz, fueron al Hospital de Tavera. Apare-ciendo en taxi, tronchadas de risa en Zocodo-ver. Alguien se cae, susto para todos, nopasa nada! hay que recuperarse, se hace lolgico, caas y aperitivo. Por fin la visita msesperada al Museo. Algunos, en su momento,realizaron el trabajo de Historia del Arte so-bre el Greco. El deseo de contemplar los

cuadros nunca vistos como San Lucas Pin-tando a la Virgen, La Dormicin, Trptico deMdena, El Sopln, Curacin del Ciego, etc.etc. fue recompensado con creces, expectati-vas cumplidas. Luego la broma, aqu unaVirgencita, all unos Angelitos, y varias cosi-tas ms.

Llega el momento de la comida, est comple-to el elegido, este es caro, Vale!, donde en-contremos, y naturalmente encontramos, msfotos, ms risas, conversacin interesante,remos y disfrutamos como nios.

Visita a Santo Domingo el Antiguo, luego

algunos a la Catedral, otros a Zocodover,lleg el momento de descansar y tomar el GinTonic.

Regresamos cansados, pero con el sent-miento de haber vivido un gran da, y un de-seo, organizar otra excursin.

Marisa Caballero.

VViissiittaammoosseellIINNTTAA--CCAABBDesde estas lneas, agradecemos a nuestroscompaeros Auxi y F. Carmona el haber or-ganizado esta interesante visita, complemen-to de estudios que hemos cursado en Astro-noma.

Interesante ha sido conocer el estudio denuestros investigadores y cientficos buscan-do vida en ambientes extremos.

Redaccin.


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QQuueesseellppllaassmmaa??por Antonio M. Torres Gil

En la mayora de los libros de Astronoma oAstrofsica o las referencias sobre el Universoen publicaciones especializadas referentes aestos temas, se presta muy poca atencin alplasma, cuando el 99% de la materia conoci-da que constituye el Universo est en estado

de plasma. Y cuando se descubre que elcomportamiento de ste estado, es muy dife-rente a lo que habamos pensado cuandohemos empezado a conocer algunas de suspropiedades.

Ya en su conocida obra Cosmos, Carl Saganplanteaba la posibilidad de realizar viajesespaciales con propulsin nuclear. Actual-mente se trabaja en un nuevo sistema msflexible que permita ir ms rpido a diferenteslugares del Sistema Solar usando un motorde plasma tipo VASIMR. (Variable Specifi-cImpulse Magnetoplasma Rocket)

Estos nuevos planteamientos son mucho msavanzados y podrn permitir que los viajesespaciales sean mucho ms econmicos,rp idos y seguros.

Pero quiz el aspecto ms importante enrelacin con el plasma, al menos en lasprximas dcadas, es el enorme reto a con-seguir energa abundante, segura y barataque se plantea con el Proyecto ITER(el ter-cer proyecto ms caro de la historia despusde la Estacin Espacial Internacional y delProyecto Manhattan).

Pero Qu es el Plasma?

Si inicialmente partimos de un slido carac-terizado porque tiene volumen fijo, tiene for-ma fija, no se comprime, y si sus partculas

estn ordenadas, se denominan crista les.

Si ahora se le incrementa la temperatura alslido, le aumenta la entalpia va perdiendoforma hasta desaparecer la estructura crista-lina, alcanzando el estado lquido.

Los lquidos se caracterizan porque tienenvolumen fijo, no tienen forma fija, son pocoscomprensibles, fluyen a travs de pe-queos agujeros (junto con los gases se de-nominan fluidos). Incrementando an ms latemperatura, se alcanza el estado gaseoso.

Los gases se caracterizan porque ocupantodo el volumen del recipiente, no tienenforma fija, son fcilmente compresibles, sedifunden y tienden a mezclarse con otros

gases.

Al incrementar an ms su temperaturaobtenemos el plasma.

El plasma es un gas ionizado, es decir quelos tomos que lo componen se han separa-do de algunos de sus electrones.

Una vez que el nmero de partculas ioniza-das es suficientemente grande, el comporta-miento dinmico del sistema queda deter-minado por fuerzas electromagnticas (delargo alcance) y no por colisiones binariasentre partculas neutras (como en los gasesreales).

Es decir, se denomina plasma al mediogaseoso que contiene un nmero aprecia-ble de cargas libres, pero que es aproxi-madamente neutro en su conjunto.

La gran cantidad de cargas libres da lugar aaltas conductividades elctricas y a la posibi-lidad de establecer fcilmente corrientes elc-tricas que interactan con campos magnti-cos aplicados y con los propios generadospor tales corrientes.

En general, a temperaturas mayores de10.000C, todas las sustancias conocidasse encuentran en estado de plasma.

Sin embargo, es importante destacar que elestado de plasma no implica necesariamentealtas temperaturas. No podemos entrar aquen estos aspectos pero en funcin de laenerga que tienen asociada podemos clasifi-car los plasmas en plasmas calientes yplasmas fros.

Dnde hay Plasma?

En la atmsfera de los planetas el plasma seencuentra sobre todo en una amplia zonaionizada la Ionsfera.Dando lugar a es-pectaculares auroras con hermosos desplie-gues de luces que se presentan en gran va-riedad de formas y que adornan la alta atms-fera en las regiones cercanas a los polos Ennuestro planeta estas luces, que generalmen-te son de color amarillo verdoso, se ven casitodas las noches claras y su intensidad essuficien te como para poder leer.

En la Magnetsfera tenemos plasma porqueel sol es prcticamente plasma.

Adems de proporcionar luz y calor, el Sollanza cada segundo un milln de toneladasde materia al espacio.

Esta materia se encuentra en forma de plas-ma. Este flujo estable de materia llamadoviento solar viaja a travs del espacio a unavelocidad promedio de 400 km./s con extre-mos desde 300 km./s a 900 km./s.

En el Sol el enorme campo magntico seenrolla por efecto de las diferencias en larotacin de su materia en el ecuador y lejosde l. Alrededor de la Tierra (derecha) sucampo magntico se deforma para adquirir suclsica apariencia alargada por efecto de lainteraccin del campo con el plasma del vien-to solar.Pero la magnetosfera terrestre no es nica enel Sistema Solar y todos los planetas concampo magntico: Mercurio, Jpiter, Saturno,Urano y Neptuno, poseen una magnetosferapropia.

Ganimedes, satlite de Jpiter, tiene un cam-po magntico pero demasiado dbil paraatrapar el plasma del viento solar. Marte tieneuna muy dbil magnetizacin superficial sinmagnetosfera exterior.

Adentrndonos un poco ms encontramos lasnebulosas, esas formidables nubes de polvointerestelar, gas y plasma. El polvo se piensaque procede de la muerte y explosin de laprimera generacin de estrellas, el gas esfundamentalmente hidrogeno que da lugar aun plasma formado por iones H+ y electrones.El tamao de muchas de estas nebulosasexcede a las decenas de aos luz por lo quepresentas grandes variaciones de densidad ytemperatura entre unas zonas y otras.

Adems de esto, el plasma tambin est enel medio interestelar y en el espacio inter-galctico y fundamentalmente en las estre-llas.

Pero Qu aplicaciones industriales tieneactualmente el plasma? Qu es el proyectoITER? Estos y otros destacados aspectospodrn comentarse ms adelante.

Nota de la Redaccin: Rogamos al autor dis-

culpas, pues la falta de espacio no nos hapermitido inclu ir sus notas a pie de texto.

aula mayor mayo 2014 - numero 13

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