atrapados con salida - el comercio (7-11-2015)

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A20. EL COMERCIO SÁBADO 7 DE NOVIEMBRE DEL 2015 REGIONES áNCASH Serenos de Chimbote rescataron a un pingüi- no que se habría esca- pado del vivero forestal y caminaba por la calle. PASCO Intensas lluvias afec- taron más de 40 casas en el distrito de Cons- titución. Varias calles quedaron anegadas. JUNíN Un muerto y 11 heri- dos dejó un acciden- te de tránsito entre un bus interprovincial y un tráiler en La Oroya. LAMBAYEQUE Ordenan la captura de Segundo Azabache, padre de un niño de 3 años que fue captado bebiendo cerveza. LA LIBERTAD Un taxista golpeó en el rostro a su pasajero después de que este le reclamara por desviar- se de la ruta en Trujillo. EL PERÚ HOY CAUSAS Y EFECTOS DE LA VIOLENCIA JUVENIL USI CUARTOS DEL RESCATE. En el Centro Juvenil Alfonso Ugarte, ubicado en el Cercado de Arequipa, viven 110 adolescentes que cometieron algún delito. Sus historias ayudan a entender mejor la delincuencia juvenil. Arequipa. Muki estaba decidido a matar a su padre. Lo iba a ha- cer cuando creciera y tuviera la suficiente fuerza para defender- se. Él es el segundo de tres her- manos y desde niño había visto cómo su papá agarraba a golpes a su madre cuando se emborra- chaba, allá en la provincia de Calca (Cusco), donde vivían desde el 2004. “No pienses ha- cer locuras, hijito, ya tu papá se dará cuenta y cambiará”, decía su madre cada vez que Muki le expresaba el odio que crecía dentro de su corazón. Pero su papá nunca cambió y Muki empezó a alejarse del ho- gar. Primero hizo amistades en las cabinas de Internet y luego, lejos del control paterno, Muki comenzó a desfogarse en los vi- deojuegos en línea. Poco a poco se volvió adicto y empezó a ro- bar para pagar su vicio. Sacaba dinero de la cartera de su madre y hurtaba las gallinas de los veci- nos. Cuando su padre se enteró de lo que estaba haciendo, quiso golpearlo con una soga pero él no se dejó. Muki le metió un pu- ñetazo en el rostro y cumplió, en parte, con la venganza que ha- bía planificado desde niño. No llegó a matarlo pero ese acto violento alejó a Muji de su familia. Lo comenzaron a tratar con indiferencia. No importa- ba que viniera borracho o que no asistiera a clases, la vida de Muki ya no les interesaba. A los 16 años, todo se salió de con- trol: además de robar y consu- mir drogas, Muki empezó a fre- cuentar prostitutas. Un día, al salir del colegio, fue con unos amigos a emborracharse con vodka. Llamaron a unas ami- gas del barrio y esa noche Mu- ki conoció a una adolescente, a quien violó. Ahora Muki se encuentra en el Centro Juvenil Alfonso Ugar- te de Arequipa, donde viven 110 adolescentes en conflicto con la ley de las regiones del sur. Tie- ne 18 años y ya lleva dos años encerrado. Su testimonio fue recopilado por especialistas de la asociación civil Observatorio de Prisiones de Arequipa, como parte de su proyecto Historias de Vida, en el que los jóvenes expresan las circunstancias que los llevaron a delinquir, a fin de que las autoridades encuentren las causas estructurales de la criminalidad juvenil. El 80% de los internos del Alfonso Ugarte provienen de un entorno vio- lento. La mayoría está encerra- da por cometer hurto agravado, pero también hay decenas de casos de violación y homicidio. Buscando un rumbo Aunque nació en el Cusco y cre- ció en Lima, en la barra brava de Universitario de Deportes lo conocían como ‘Norte’ pues, se- gún las noticias, de esa zona del país venía la gente más avezada. Y ‘Norte’ no le tenía miedo a na- da. Con 15 años, en una visita a Arequipa, se fue con 60 hinchas de la ‘U’ a pelear contra más de 100 simpatizantes del Melgar. Repartió golpes a todo el que no tuviera la camiseta crema. Por su fidelidad a la barra, lo empezaron a llevar a otras ciu- dades. En cada viaje, los líderes de las barras le iban enseñando a saquear, a hacer disturbios y a no asustarse cuando acuchi- llara a alguien. En casa, a ‘Nor- te’ no lo extrañaban. “Mi ma- dre trabajaba mucho y no tenía tiempo para mí, mi padrastro estaba pendiente de sus otros hijos. Empecé a salir y a regresar cuando quería”, dice el adoles- cente. ‘Norte’ debe cumplir una sentencia de 45 meses porque acuchilló a un líder de la barra contraria. Dice que se le pasó la mano porque su víctima había atacado a tres chicos a su cargo. “Él también quería tumbarme y yo nomás me le anticipé, no quería matarlo, me bastaba con desfigurarlo”, cuenta ‘Norte’. Andrea León Alfaro, la psicó- loga del centro juvenil, explica que la mayoría de internos, de- bido al abandono en el que han vivido, no reconocen la autori- dad y no racionalizan los delitos que han cometido. Por esta ra- zón, a través de terapias y con- sejería, trabajan componentes afectivos y morales que les per- mitan reinsertarse socialmente. En sus casi tres años de encie- rro, ‘Norte’ empezó a creer en Dios y se reconcilió con su ma- dre, que lo visita con frecuencia. Le ha prometido que estudiará en la universidad y que, al salir libre, no volverá a la barra. ‘Nor- te’ encontró en la calle la com- pañía que no tenía en casa, pero ahora siente que puede aferrar- se al amor divino para no extra- viar su rumbo otra vez. Atrapados con salida Un proyecto recopila historias de jóvenes internos en el reformatorio de Arequipa para hallar las causas de la violencia y sugerir soluciones. El Observatorio de Prisiones de Arequipa reunió los testi- monios de jóvenes que viven en el reformatorio de la Ciu- dad Blanca. El proyecto for- ma parte del programa Niñez sin Rejas y busca advertir so- bre las causas que generan la delincuencia en los jóvenes. JORGE MALPARTIDA TABUCHI Corresponsal OBSERVATORIO DE PRISIONES AREQUIPA OPORTUNIDAD. El OPA desarrolló talleres y entrevistas en el reclusorio juvenil de Arequipa. HISTORIAS DE VIDA Entre abril y mayo de este año, es- pecialistas del Observatorio de Prisiones de Arequipa (OPA) reco- pilaron las historias de los adoles- centes que se encuentran internos en el Centro Juvenil Alfonso Ugar- te. Según Roberto Cervantes Rive- ra, director del OPA, la información fue recopilada a través de talleres y sesiones de entrevistas donde los jóvenes reflexionaron sobre su pa- sado, presente y futuro. “Queríamos que los jóvenes contaran sus historias de vida para que la sociedad tuviera una lectura más completa de las razones que los han llevado a la situación en que se encuentran ahora. El abandono moral y familiar en el que han esta- do también es responsabilidad de las autoridades y del Estado”, ex- plica Cervantes Rivera. Estos 20 testimonios de ado- lescentes de entre 15 y 18 años serán recopilados por el OPA y el Centro Juvenil Alfonso Ugarte en un libro que se publicará en enero. El texto será repartido a jueces, fis- cales y otros operadores judiciales para que no se vea a la delincuen- cia juvenil como una serie de casos aislados sino como la consecuen- cia de falencias educativas, cultu- rales y socioeconómicas. Según Cervantes, no debe san- cionarse a los menores desde una perspectiva punitiva en la que mientras más años esté encerrado, mejor será su reinserción. “El obje- tivo de los centros juveniles debe ser recuperar al joven a través de medidas socioeducativas para que entienda la dimensión de los actos que ha cometido”, indica. Libro será repartido a jueces y fiscales EN EL ÁMBITO NACIONAL Según el Ministerio de Justicia, en el Perú existen 10 centros juve- niles de reinserción social, ubica- dos en Lima (3), Arequipa, Chicla- yo, Cusco, Huancayo, Piura, Trujillo y Pucallpa. Su población total es de más de 2.300 internos. INICIATIVA INTERNACIONAL El proyecto Historias de Vida forma parte del programa Niñez sin Rejas que se aplica en el Perú, Colombia, Brasil, Ecuador y Guatemala. Para obtener más información puede contactarse al teléfono: 054- 255658. DEL CENTRO Y DEL SUR En el centro juvenil Alfonso Ugarte hay internos de Arequipa, Ica, Aya- cucho, Puno, Cusco, Moquegua y Tacna. Los jóvenes que no han completado sus estudios realizan clases en un Centro de Educación Básica Alternativa. SEPA MÁS PRESOS DEL ABANDONO La mayoría de internos, por el abandono que vivieron, no reconocen la autoridad y no racionalizan sus delitos.

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El Observatorio de Prisionesde Arequipa reunió los testimoniosde jóvenes que vivenen el reformatorio de la CiudadBlanca. El proyecto formaparte del programa Niñezsin Rejas y busca advertir sobrelas causas que generan ladelincuencia en los jóvenes.

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Page 1: Atrapados con salida  - El Comercio (7-11-2015)

A20. el comercio sábado 7 de noviembre del 2015

Regiones

áncashSerenos de Chimbote rescataron a un pingüi-no que se habría esca-pado del vivero forestal y caminaba por la calle.

pascoIntensas lluvias afec-taron más de 40 casas en el distrito de Cons-titución. Varias calles quedaron anegadas.

junínUn muerto y 11 heri-dos dejó un acciden-te de tránsito entre un bus interprovincial y un tráiler en La Oroya.

lambayequeOrdenan la captura de Segundo Azabache, padre de un niño de 3 años que fue captado bebiendo cerveza.

la libertadUn taxista golpeó en el rostro a su pasajero después de que este le reclamara por desviar-se de la ruta en Trujillo.

el perú hoy

Causas y efeCtos de la violenCia juvenil

USI

Cuartos del resCate. En el Centro Juvenil Alfonso Ugarte, ubicado en el Cercado de Arequipa, viven 110 adolescentes que cometieron algún delito. Sus historias ayudan a entender mejor la delincuencia juvenil.

Arequipa. Muki estaba decidido a matar a su padre. Lo iba a ha-cer cuando creciera y tuviera la suficiente fuerza para defender-se. Él es el segundo de tres her-manos y desde niño había visto cómo su papá agarraba a golpes a su madre cuando se emborra-chaba, allá en la provincia de Calca (Cusco), donde vivían desde el 2004. “No pienses ha-cer locuras, hijito, ya tu papá se dará cuenta y cambiará”, decía su madre cada vez que Muki le expresaba el odio que crecía dentro de su corazón.

Pero su papá nunca cambió y Muki empezó a alejarse del ho-gar. Primero hizo amistades en las cabinas de Internet y luego, lejos del control paterno, Muki comenzó a desfogarse en los vi-deojuegos en línea. Poco a poco se volvió adicto y empezó a ro-bar para pagar su vicio. Sacaba dinero de la cartera de su madre y hurtaba las gallinas de los veci-nos. Cuando su padre se enteró de lo que estaba haciendo, quiso golpearlo con una soga pero él no se dejó. Muki le metió un pu-ñetazo en el rostro y cumplió, en parte, con la venganza que ha-bía planificado desde niño.

No llegó a matarlo pero ese acto violento alejó a Muji de su familia. Lo comenzaron a tratar con indiferencia. No importa-ba que viniera borracho o que

no asistiera a clases, la vida de Muki ya no les interesaba. A los 16 años, todo se salió de con-trol: además de robar y consu-mir drogas, Muki empezó a fre-cuentar prostitutas. Un día, al salir del colegio, fue con unos amigos a emborracharse con vodka. Llamaron a unas ami-gas del barrio y esa noche Mu-ki conoció a una adolescente, a quien violó.

Ahora Muki se encuentra en el Centro Juvenil Alfonso Ugar-te de Arequipa, donde viven 110 adolescentes en conflicto con la ley de las regiones del sur. Tie-ne 18 años y ya lleva dos años encerrado. Su testimonio fue recopilado por especialistas de la asociación civil Observatorio de Prisiones de Arequipa, como parte de su proyecto Historias de Vida, en el que los jóvenes expresan las circunstancias que los llevaron a delinquir, a fin de que las autoridades encuentren las causas estructurales de la criminalidad juvenil. El 80% de los internos del Alfonso Ugarte provienen de un entorno vio-lento. La mayoría está encerra-da por cometer hurto agravado, pero también hay decenas de casos de violación y homicidio.

buscando un rumboAunque nació en el Cusco y cre-ció en Lima, en la barra brava de Universitario de Deportes lo conocían como ‘Norte’ pues, se-gún las noticias, de esa zona del país venía la gente más avezada. Y ‘Norte’ no le tenía miedo a na-da. Con 15 años, en una visita a

Arequipa, se fue con 60 hinchas de la ‘U’ a pelear contra más de 100 simpatizantes del Melgar. Repartió golpes a todo el que no tuviera la camiseta crema.

Por su fidelidad a la barra, lo empezaron a llevar a otras ciu-dades. En cada viaje, los líderes de las barras le iban enseñando a saquear, a hacer disturbios y a no asustarse cuando acuchi-llara a alguien. En casa, a ‘Nor-te’ no lo extrañaban. “Mi ma-dre trabajaba mucho y no tenía tiempo para mí, mi padrastro estaba pendiente de sus otros hijos. Empecé a salir y a regresar cuando quería”, dice el adoles-cente.

‘Norte’ debe cumplir una sentencia de 45 meses porque acuchilló a un líder de la barra contraria. Dice que se le pasó la mano porque su víctima había atacado a tres chicos a su cargo. “Él también quería tumbarme y yo nomás me le anticipé, no quería matarlo, me bastaba con desfigurarlo”, cuenta ‘Norte’.

Andrea León Alfaro, la psicó-loga del centro juvenil, explica que la mayoría de internos, de-bido al abandono en el que han vivido, no reconocen la autori-dad y no racionalizan los delitos que han cometido. Por esta ra-zón, a través de terapias y con-sejería, trabajan componentes afectivos y morales que les per-mitan reinsertarse socialmente.

En sus casi tres años de encie-rro, ‘Norte’ empezó a creer en Dios y se reconcilió con su ma-dre, que lo visita con frecuencia. Le ha prometido que estudiará en la universidad y que, al salir libre, no volverá a la barra. ‘Nor-te’ encontró en la calle la com-pañía que no tenía en casa, pero ahora siente que puede aferrar-se al amor divino para no extra-viar su rumbo otra vez.

Atrapados con salidaUn proyecto recopila historias de jóvenes internos en el reformatorio de Arequipa para hallar las causas de la violencia y sugerir soluciones.

El Observatorio de Prisiones de Arequipa reunió los testi-monios de jóvenes que viven en el reformatorio de la Ciu-dad Blanca. El proyecto for-ma parte del programa Niñez sin Rejas y busca advertir so-bre las causas que generan la delincuencia en los jóvenes.

Jorge Malpartida tabuchiCorresponsal

ObSErVATOrIO dE prISIOnES ArEqUIpA

oportunidad. El OpA desarrolló talleres y entrevistas en el reclusorio juvenil de Arequipa.

HistoriAs de vidA

Entre abril y mayo de este año, es-pecialistas del Observatorio de Prisiones de Arequipa (OPA) reco-pilaron las historias de los adoles-centes que se encuentran internos en el Centro Juvenil Alfonso Ugar-te. Según Roberto Cervantes Rive-ra, director del OPA, la información fue recopilada a través de talleres y sesiones de entrevistas donde los jóvenes reflexionaron sobre su pa-sado, presente y futuro.

“Queríamos que los jóvenes contaran sus historias de vida para que la sociedad tuviera una lectura más completa de las razones que los han llevado a la situación en que se encuentran ahora. El abandono moral y familiar en el que han esta-do también es responsabilidad de las autoridades y del Estado”, ex-plica Cervantes Rivera.

Estos 20 testimonios de ado-lescentes de entre 15 y 18 años serán recopilados por el OPA y el Centro Juvenil Alfonso Ugarte en un libro que se publicará en enero. El texto será repartido a jueces, fis-cales y otros operadores judiciales para que no se vea a la delincuen-cia juvenil como una serie de casos aislados sino como la consecuen-cia de falencias educativas, cultu-rales y socioeconómicas.

Según Cervantes, no debe san-cionarse a los menores desde una perspectiva punitiva en la que mientras más años esté encerrado, mejor será su reinserción. “El obje-tivo de los centros juveniles debe ser recuperar al joven a través de medidas socioeducativas para que entienda la dimensión de los actos que ha cometido”, indica.

libro será repartido a jueces y fiscales en el ámbito naCionalSegún el Ministerio de Justicia, en el Perú existen 10 centros juve-niles de reinserción social, ubica-dos en Lima (3), Arequipa, Chicla-yo, Cusco, Huancayo, Piura, Trujillo y Pucallpa. Su población total es de más de 2.300 internos.iniCiativa internaCionalEl proyecto Historias de Vida forma parte del programa Niñez sin Rejas que se aplica en el Perú, Colombia, Brasil, Ecuador y Guatemala. Para obtener más información puede contactarse al teléfono: 054-255658.del Centro y del surEn el centro juvenil Alfonso Ugarte hay internos de Arequipa, Ica, Aya-cucho, Puno, Cusco, Moquegua y Tacna. Los jóvenes que no han completado sus estudios realizan clases en un Centro de Educación Básica Alternativa.

sepA más

Presos del abandonola mayoría de internos,

por el abandono que vivieron, no reconocen

la autoridad y no racionalizan sus delitos.