atienda por favor

3
“ATIENDA POR FAVOR” Podría decir que mi infancia fue feliz, nací y crecí en un pueblito coronado por nevadas montañas y surcado por un curvilíneo río que en sus más grandes crecidas proveía amigablemente el sustento de los campos de grano y pasto para el ganado. Mis amigos y yo soñábamos con la cúspide de las montañas como un reto por cumplir y detrás de ellas imaginábamos grandes dragones y librábamos contra ellos épicas batallas, en que salir airoso era la cúspide de nuestras fantasías. Al pasar del tiempo ese arrollo se convirtió, a veces, en compañero de juegos, otras, en cómplice de traviesas escapatorias de la escuela, pero sobre todo, en mudo testigo del descubrimiento del amor de joven, tan lleno de esperanzas e ilusiones. Pero creo que me adelante en mi historia; he de decir que en cierta ocasión llego mi padre del trabajo, había alegría siempre que el llegaba, abría la gigantesca puerta de madera, creo que era así de altísima para poder dar paso a ese gigante que era mi padre, tan fuerte… poderoso diría yo. Ese día era especial, llego con una caja mágica, hablo no se que tantas cosas con mi mama y luego le quito el papel, mis ojos se abrieron tanto que creí que se me iban a salir de la cara, había tantos cables y metales brillantes. Se dispuso a ponerlo en la pared y después de un eterno tiempo que veía quitar y poner tornillos, cables y metales dorados que brillaban ante mí, por fin, lo hizo funcionar. No se por donde los metió, en el paquete no los vi., pero al poner una cosa en mi oído, escuche a unas personas, en especial una, que decía “atienda por favor”. Esa personita era mágica, al paso de los días, “atienda por favor” salía a escondidas de la caja y velozmente le iba a hablar al doctor de personas, al de animales y hasta invitaba a cenar al señor cura, lo que me gustaba mas ya que mi mama me daba mas postre, convirtiéndose así en parte de nuestra casa. una mañana mi mama se había sentido mal, así que mi papa la llevo al doctor de personas, le pidieron a “atienda por favor” que le avisara que iban para allá y de paso que le dijera a una vecina que viniera a cuidarme, eso me molesto, ya que con mis largos cinco años creo que ya podía

Upload: payaso-pepereko

Post on 24-Dec-2015

223 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

Material para payasos ..... un payaso en un velorio

TRANSCRIPT

Page 1: Atienda Por Favor

“ATIENDA POR FAVOR”

Podría decir que mi infancia fue feliz, nací y crecí en un pueblito coronado por nevadas montañas y surcado por un curvilíneo río que en sus más grandes crecidas proveía amigablemente el sustento de los campos de grano y pasto para el ganado.

Mis amigos y yo soñábamos con la cúspide de las montañas como un reto por cumplir y detrás de ellas imaginábamos grandes dragones y librábamos contra ellos épicas batallas, en que salir airoso era la cúspide de nuestras fantasías.

Al pasar del tiempo ese arrollo se convirtió, a veces, en compañero de juegos, otras, en cómplice de traviesas escapatorias de la escuela, pero sobre todo, en mudo testigo del descubrimiento del amor de joven, tan lleno de esperanzas e ilusiones.

Pero creo que me adelante en mi historia; he de decir que en cierta ocasión llego mi padre del trabajo, había alegría siempre que el llegaba, abría la gigantesca puerta de madera, creo que era así de altísima para poder dar paso a ese gigante que era mi padre, tan fuerte… poderoso diría yo.

Ese día era especial, llego con una caja mágica, hablo no se que tantas cosas con mi mama y luego le quito el papel, mis ojos se abrieron tanto que creí que se me iban a salir de la cara, había tantos cables y metales brillantes.

Se dispuso a ponerlo en la pared y después de un eterno tiempo que veía quitar y poner tornillos, cables y metales dorados que brillaban ante mí, por fin, lo hizo funcionar.

No se por donde los metió, en el paquete no los vi., pero al poner una cosa en mi oído, escuche a unas personas, en especial una, que decía “atienda por favor”.

Esa personita era mágica, al paso de los días, “atienda por favor” salía a escondidas de la caja y velozmente le iba a hablar al doctor de personas, al de animales y hasta invitaba a cenar al señor cura, lo que me gustaba mas ya que mi mama me daba mas postre, convirtiéndose así en parte de nuestra casa.

una mañana mi mama se había sentido mal, así que mi papa la llevo al doctor de personas, le pidieron a “atienda por favor” que le avisara que iban para allá y de paso que le dijera a una vecina que viniera a cuidarme, eso me molesto, ya que con mis largos cinco años creo que ya podía ser el hombre de la casa, además tenia a “atienda por favor” si quería usar la estufa.

Jugando estaba en el jardín de atrás cuando paso lo que nunca creí, desde mi gran altura caí hasta llegar al suelo y en uno de mis brazos comenzó a salir sangre, me dolió de forma increíble y solo pensé en uno de los mágicos besos de mi mama… pero no estaba, “dios mío y ahora que hare” pensé, (al menos así decían mis papas cuando se sentían mal y al hacerlo mejoraban de animo), de pronto recordé la caja mágica, nunca la había usado y la verdad me daba miedo pero el dolor era tan grande que a final de cuentas me atreví.

Tome una de las grandes sillas del comedor, con todas mis fuerzas la empuje a la caja y descolgué la cosa que se ponían en el oído, le di cuerda y se escucho una dulce voz, tenia que ser “atienda por favor”, le conté mi problema y de la manera mas tierna me consoló.

Desde ese día “atienda por favor” y yo nos volvimos casi inseparables, todas las tardes cuando mis papas me dejaban, le contaba mis grandes aventuras y ella reía y me aconsejaba y me consolaba en las tribulaciones de la complicada vida de un niño de campo.

Una mañana me despertaron mis padres con un fuerte “¡SORPRESA!” y al abrir los ojos vi frente a mi una enorme cosa de fierro pero en su interior, había un hermoso pajarito color de las monedas que me daba mi papa, cantaba bellísimo casi tanto como mi mama, inmediatamente se convirtió en mi mejor amigo y cuando me hice tan grande que tuve que ir a la escuela, me recibía con una hermosa canción (pienso que la componía mientras yo estudiaba, ya que nunca era la misma tonada).

Page 2: Atienda Por Favor

Una tarde en que regrese de la escuela, me tope con una triste noticia, corrí a mi recamara y vi en la cosa de metal a mi pajarito, pero no estaba cantando, estaba acostado con las patitas al cielo y los ojitos cerrados, ya no despertó, quise llorar, gritar y sacar ese dolor tan feo.

Lo tome con mis enormes manos y fui a la cocina, mi mama solo me veía con lagrimas en los ojos, sintiendo mi dolor, me abrazo y se llevo a mi amigo… no lo volví a ver.

Fui a la caja magica y “atienda por favor” adivino mi dolor tan solo al poner la cosa en mi oído, sabiamente me dijo que cuando un amigo muere es para llevar ese amor a otros lugares y compartirlo en otros mundos, que como canarito, simplemente, tenia otros lugares donde cantar, pero duele, le conteste, así es el amor, un poco egoísta pero cuando esa persona que amas, se va, nos deja la oportunidad de recordarle con cariño, tu amigo se dio cuenta que hay mas lugares donde cantar, me repitió.

No volví a tener un ave y al paso del tiempo me volví hombre, me fui del pueblo a la ciudad pero seguí en contacto con mis padres y con “atienda por favor” (de la que ya sabia su origen) y aunque la seguí tratando, jamás nos vimos en persona.

Después de muchos años regrese a mi pueblo y después de saludar a mis padres me decidí a conocer por fin a “atienda por favor”.

Fui a la central de teléfonos y me dijeron que por su edad ya solo trabajaba medio turno, algo triste por no haberla podido ver, me retire de ahí y salí rumbo a la ciudad.

Un par de años después pude volver a mi pueblito y ahora si con toda la intención de conocerla, fui a su trabajo, solo para recibir la noticia que tras una fulminante enfermedad, falleció, casi como autómata me enfile hacia la salida, cuando me intercepto una de las operadoras y me pregunto ¿usted es “mi niño”? (así es como me llamaba “atienda por favor”), si, le respondí, y me dijo, yo estuve con ella antes de morir y me pidió que le dijera una cosa… “hay mas lugares donde cantar”.