atenea 25
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Número 25 de la Revista ATENEA, publicación dedicada a la Seguridad y Defensa en todo el mundoTRANSCRIPT
www.ateneadigital.es PVP: 7 € (7,10 € en Canarias)
ENERGÍA Y COMBUSTIBLES
El futuro está en las algasFUERZAS ARMADAS
Los desafíos del ejército afgano IBEROAMÉRICA
Bajo el volcán mexicanoSEGURIDAD y DEFENSA
teneaAAÑO IV · Nº 25
Las revueltas árabes y la crisis de Japónanuncian un escenario mundial radicalmente distinto
HOMSEC REFUERZA LA INDUSTRIA NACIONAL DE DEFENSA
Un
geopolítico
Número 25 ·Atenea 3
ESTIMADO LECTOR:
Durante decenios, los corruptos regímenes del norte de África, que ven aho-ra sus satrapías en riesgo de desmoronarse, han sido aceptados, apoyados, y hasta en ocasiones aplaudidos, por el mundo occidental y, en lo que más de cerca nos atañe, por una Europa que encontraba en ellos un bálsamo para algunos riesgos que podían amenazar sus intereses, como el terrorismo yiha-dista, los flujos migratorios incontrolados, o las crisis energéticas. Comprá-bamos su petróleo y les vendíamos nuestros productos. El mantenimiento de tales regímenes daba estabilidad –así lo creíamos- a aquella próxima y prio-ritaria región del otro lado del Mediterráneo y nosotros podíamos continuar disfrutando del bienestar de nuestro primer mundo.
Obrando así, olvidábamos los ideales que han definido históricamente a nuestro continente. Como a nin-guna otra parte del mundo, a los europeos nos gusta presumir de ser defensores de valores como la libertad, la justicia o la defensa de los derechos humanos, y ese debiera haber sido, en buena lógica, el horizonte de nuestra política exterior común. La incoherencia del apoyo prestado a los dictadores árabes ha justificado, una vez más, la denominación de ‘Europa de los mercaderes’, con que tan acertadamente se critica a la UE.
El mantenimiento ‘a cualquier precio’ del estado de bienestar ha permitido que, por décadas, el ciudadano europeo asistiera impasible a una situación humana insostenible a unos pocos kilómetros de sus principales capitales, convirtiéndose en silencioso encubridor de lo que allí ocurría. Pero, además, iniciadas las revueltas, la palabra que mejor definiría la actitud europea en los primeros momentos sería la de parálisis. Las institu-ciones europeas, faltas de auténtico liderazgo, se han mostrado incapaces durante semanas de mostrar una política auténticamente reactiva, ahogadas en un rancio soberanismo nacional, un ‘sálvese quien pueda’ en el que cada país ha trabajado exclusivamente por ‘los suyos’ –ciudadanos e intereses-, sin pensar que, en tan dra-máticas circunstancias, los suyos eran tanto el resto de europeos de otras naciones implicados en las revueltas, como los propios magrebíes protagonistas de las mismas, al fin miembros de la raza humana.
Un vez más, se trata del enfrentamiento de intereses contra valores, de realismo político contra idealis-mo de orden superior. Al menos, aunque sea ya tarde, Europa tiene la obligación moral de, por encima del miedo al precio del petróleo o al éxodo masivo de emigrantes, preocuparse y poner los medios políticos y económicos –aun a pesar de la crisis- para ayudar a que, en los países que han sabido rebelarse popu-larmente contra sus tiranos, crezcan instituciones estables que garanticen la integración democrática de las nuevas generaciones que han alimentado las revueltas.
Está en juego la credibilidad de nuestros cacareados valores y, además, evitaremos el riesgo de encon-trar, en pocos años, al otro lado del mar, un conglomerado de regímenes islamistas radicales que hagan buenos a los anteriores.
C A R T A D E L D I R E C T O R
DIRECTORJorge Ortega
SUBDIRECTORSantiago Pérez DíazSUBDIRECTOR DE PATRIMONIOAntonio ManzanoREDACTOR JEFECecilia Ballesteros
ÁREA INTERNACIONALJesús Argumosa PilaÁREA NACIONALManuel de RamónÁREA TECNOLOGÍA/INNOVACIÓNFernando DavaraDIRECTORA DE ARTE: Isabel BenitoINFOGRAFÍA: Julián de VelascoCONSEJO ASESOR:Jose Luis Cortina, José Antonio García González, Carlos Herrera Ruiz, Alejandro Klecker, Rafael Lorenzo, Fernando Mosquera, Juan Narro, Juan Ortuño, Francisco Parra, Francisco Serrano, Ángel Tafalla, Marcos Urarte, Juan Velarde, Rafael YusteCOLABORADORES:Sonia Alda, Juan Batista, J.M. Blanco Núñez, Alexandre Calvo, Guillem Colom, César Díaz-Carrera, Bernardo Echepare, Carlos Echeverría, Ignacio Fuente, Bernabé Gutiérrez, Juan E. Iranzo, Ángel Lobo, José Javaloyes, Abel Hernández, Ángel Pérez González, Juan A. Pons, Fernando del Pozo, Rocío San Miguel, Ángel Tafalla, Manuel R. TorresCOLABORACIONES CORPORATIVAS:Asociación Española de Militares EscritoresSECRETARÍA DE REDACCIÓN:Rocío de la RubiaVirginia VegaDIRECTORA DE COMUNICACIÓN:Luján Artola [email protected]: Eusebio Vá[email protected]℡ 646 953 192INFORMÁTICA Y PÁGINA WEB:GRUPO DISEÑO · Diseño Tecnológico y Publicitario. www.revistatenea.es
SUSCRIPCIONES:Apartado de Correos nº 3072 fd
EDITA: Empresa i2v, S.L. C/ José Abascal 18, 1º 28003 Madrid ℡ 915 945 255 IMPRIME: Gráficas Monterreina · Área Empresarial Andalucía · Pinto (Madrid)
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OPINIONES EXPRESADAS POR SUS COLABORADORES.
I.S.S.N. 1889-0210Dep. Legal: M-46074-2008
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S U M A R I O
06 HOMSEC Tercera edición del Salón Internacional de Teconolo-gías para la Seguridad y la Defensa
EN PORTADA · REVUELTAS ÁRABES14 Libertad, petróleo, sangre y arena. Por Santiago Pérez Díaz
16 Impacto mundial. Por Jesús Argumosa
22 Norte de África. Por Carlos Echeverría Jesús
27 Las monarquías del Golfo. Por Alberto Pérez Moreno
32 Efectos en España. Por Manuel de Ramón
38 INTERNACIONAL Japón se rompe. Por Malen Ruiz de Elvira
40 IBEROAMÉRICA Bajo el volcán mexicano. Por Ángel Gómez de Ágreda
44 REPORTAJEEl túnel del viento. Por César Pintado
49 EL EJÉRCITO AFGANO Por Rafael Rodrigo Fernández y José Alberto Rodrigo Fernández
54 PERSPECTIVA GLOBALComprendiendo a China. Por S.P. D
56 SANIDADDiagnóstico de la medicina militar. Por Luis Manuel Villalonga Martínez
62 MISIONES DE LAS FAS EN EL EXTERIORLa cooperación militar en Guinea Ecuatorial (y 2).Por Francisco Javier Pérez Sánchez
68 SEGURIDAD PRIVADA Vigilar a los vigilantes. Por Mario Laborie Iglesia
72 INTELIGENCIAEl espionaje bien entendido empieza por los aliados.
74 ENERGÍA El futuro combustible está en las algas. Por Fernando Mosquera
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Atenea · Número 25Abril 2010
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00 Número 25 ·Atenea 5
F I R M A S
80 EL ATENEO DE ATENEA El pasado como aprendizaje
82 HISTORIA Moros al servicio de España
Por José Luis Isabel Sánchez
88 BIOGRAFÍA Juan José Navarro de Viana, el primer Marqués
de la Victoria. Por José María Blanco Núñez
92 MUSEO El Museo de la Guardia Civil
Por María del Mar Robles Rabadán
95 EL OBSERVATORIOPor Julio Garulo
Novedades de material, industria militar, tecnología aplicada y logística:
� Minirrobot que ve a través
de los muros
� Submarinos silenciosos chinos
� Plantas centinelas
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TR
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IO JOSÉ MARÍA BLANCO NÚÑEZ
Capitán de Navío. Historiador y Secretario General de la Comisión Espa-ñola de Historia Militar integrada en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional.
CARLOS ECHEVERRÍA JESÚSDoctor en Ciencias Políticas y Sociología y profesor de Rela-ciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED.
ÁNGEL GÓMEZ DE ÁGREDA Investigador del Instituto Gutiérrez Mellado para la Paz.
JOSÉ LUIS ISABEL SÁNCHEZCoronel de Infantería. Profesor Emérito de la Academia de Infantería, historiador y autor de diversos libros y artículos. Miembro de la Asociación Española de Escritores Militares.
MARIO A. LABORIE IGLESIATeniente coronel de Artillería, diplomado de Estado Mayor y analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos
FERNANDO MOSQUERATeniente General del Ejército del Aire. Piloto de combate, di-plomado de Estado Mayor y en Investigación Operativa, ha sido Director de la Academia General del Aire y Jefe del Programa español del avión de combate europeo Eurofighter.
ALBERTO PÉREZ MORENOCoronel de Infantería, ex Agregado de Defensa en Irak y Pakistán, profesor del Máster en Seguridad y Defensa de la U. Compluten-se de Madrid y miembro del Instituto de Estudios Estratégicos.
CÉSAR PINTADOEspecialista en Comunidades Europeas y UE y subdirector del Observatorio de Fuerzas de la Reserva.
RAFAEL RODRIGO FERNÁNDEZProfesor titular de Historia Contemporánea y de España en la Kensington School.
JOSÉ ALBERTO RODRIGO FERNÁNDEZLicenciado en Ciencias Económicas, auditor de Cuentas y espe-cialista en historia militar.
MARÍA DEL MAR ROBLES RABADÁNTeniente de la Guardia Civil. Servicio de Estudios Históricos del Museo de la Dirección de la Guardia Civil.
MALEN RUIZ DE ELVIRAPeriodista y corresponsal de ciencia en el diario El País.
LUIS MANUEL VILLALONGAGenreal de división del Curpo Militar de Sanidad, profesor de Lo-gística Sanitaria y protección NBQ, diplomado de Estado Mayor de Sanidad en EE UU, fue director de Sanidad del Ejército de Tierra.
O
Cerca de cien expositores y casi 5.000 visitantes du-rante los cuatro días de
duración del Salón han puesto de manifiesto la necesidad y la im-portancia que presentan para las empresas del sector de la seguri-dad y la defensa, la realización en España del Salón Internacional de Tecnologías para la Seguridad y la Defensa, que ha permitido dar a conocer a las empresas las necesi-dades de las fuerzas armadas y de las fuerzas y cuerpos de seguridad y de emergencia, y a éstas las posi-bles soluciones empresariales para resolverlas.
El Grupo ATENEA, organizador del Salón Internacional HOMSEC, especializado en las tecnologías para la seguridad y la defensa en Es-paña, se ha constituido en el punto de encuentro entre las empresas que aportan sus productos y soluciones para la seguridad, y las personas y organismos encargados oficialmen-te de la misma desde los Ministerios de Defensa y del Interior tanto na-cionales como internacionales.
En estos momentos en que se están viviendo grandes convulsio-nes humanas y naturales, en que se cuestionan determinadas tecno-logías, el Salón pone de manifies-
GOBIERNODE ESPAÑA
MINISTERIODE DEFENSA
GOBIERNODE ESPAÑA
MINISTERIODE INTERIOR
AESMIDE
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S A L Ó N I N T E R N A C I O N A L Atenea · Número 256
GRAN ÉXITO DE
EXPOSITORES Y VISITANTES
El 3er Salón Internacional de Tecnologías para la Seguridad y la Defensa HOMSEC, organizado por el Grupo ATENEA, ha reunido duran-
te cuatro días a las principales empresas españolas del sector que han presentado a visitantes de todo el mundo y, en especial a delegaciones iberoameri-canas, sus soluciones tecnológicas para las fuerzas armadas y las fuerzas y cuerpos de seguridad y de emergencia, tanto españolas como internacionales
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to la capacidad empresarial para encontrar soluciones tecnológicas que ayudan a reducir y a controlar los riesgos y a mejorar el bienestar. Asimismo, esas soluciones contri-buyen a que la toma de decisiones de los gobiernos esté basada en los desarrollos tecnológicos más avan-zados para la seguridad y defensa de sus ciudadanos.
La celebración del Salón ha contado con el apoyo de los Mi-nisterios de Defensa y de Interior, cuyas altas Autoridades han con-siderado que “HOMSEC reforzará la proyección de la industria na-cional en el plano internacional”, siendo “una excelente plataforma para las empresas”.
Dentro del amplio programa organizado por el Grupo ATENEA para HOMSEC, el I Congreso Atenea “Seguridad y Defensa en Iberoamé-rica” ha tenido como objetivo des-tacar la importancia que esta zona geopolítica, de fuertes vinculacio-nes con España, presenta en la ac-tualidad, su entorno estratégico, los problemas específicos de la zona (el narcotráfico, como ejemplo de des-estructuración de las sociedades) y las soluciones que, en los diferentes países, se están encontrando a nivel de industria de defensa.
700Número 25 ·Atenea 7
El Secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, que fue recibido por el Presidente del Grupo ATENEA, José
Luis Cortina, el Presidente del Comité Organizador, General de Ejército José Antonio García González y el Director del
Grupo, Joaquín Tamarit, inauguró el Salón acompañado por José María Álvarez del Manzano, Presidente de la Feria
de Madrid. Posteriormente, recorrió el Salón visitando los stands de las principales empresas nacionales del sector de seguridad y defensa, así como los de las asociaciones
empresariales y organismos oficiales que estuvieron presentes en el Salón.
INAUGURACIÓN
A la izquierda, el Director
General de Armamento
y Material, el Almirante
Jefe de Apoyo Logístico
de la Armada, el
Presidente del Grupo
ATENEA y el Presidente
de IFEMA, José María
Álvarez del Manzano,
recorren el Salón.
Abajo, el Secretario
de Estado de Defensa
conversa con los
representantes de la
Policía Nacional.
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S A L Ó N I N T E R N A C I O N A LAtenea · Número 258
CONGRESO
Sus objetivos se centraron en el análisis del sistema de seguridad y defensa en Iberoamérica, la geopo-lítica del narcotráfico y el presente y futuro de la industria de defensa en la región.
En el primer campo, se destacó la existencia de dos modelos po-líticos que, más pronto que tarde, deben converger; la idea de Asia como oportunidad; el ascenso de la región a un protagonismo de primer orden mundial en el próxi-mo futuro, y la consolidación de la unión de América Latina en la Co-
munidad de Estados de América Latina y el Caribe.
El triángulo narcotráfico, orga-nizaciones criminales y pandillas de delincuencia es el gran proble-ma de Iberoamérica y cuestiona la autoridad de algunos estados y cuya solución, a medio plazo, debe encontrarse en la cooperación en-tre estados a nivel regional y mun-dial, con los países consumidores.
En el campo de las industrias de defensa, destacan, en primer nivel, las brasileñas; en segundo, las chilenas y argentinas y, en ter-cero, las colombianas, peruanas y venezolanas. Ya se han iniciado
proyectos industriales multina-cionales para paliar los escasos presupuestos militares y las dife-rencias tecnológicas y para am-pliar mercados, lo que redundará en beneficio de la rentabilidad y viabilidad de las industrias de de-fensa en Iberoamérica.
La excelente acogida y la alta participación, que permitió un animado debate, son la expresión de que se lograron los objetivos previstos y que el Congreso ha contribuido a fomentar el análisis, el estudio y la reflexión sobre la se-guridad y la defensa en la comuni-dad iberoamericana.
Eduardo Serra, ex Ministro de
Defensa, inauguró el Congreso.
Entre los asistentes, la embajadora
de Emiratos Árabes Unidos en
España, Dra. Hissa Al Otaiba.
Tras inaugurar el Salón, el Secre-tario de Estado de Defensa se inte-resó por los productos y soluciones presentados por las empresas y orga-nismos oficiales, entre otros, las dife-rentes propuestas de aviones no tri-pulados y de vehículos de combate de última generación, así como por los materiales y sistemas de detec-ción y de protección NBQR (Nuclear, Biológico, Químico y Radiológico).
En el stand del Centro de Exce-lencia contra Artefactos Explosivos Improvisados (IED) del Ejército de Tierra se detuvo especialmente para transmitir al representante del mismo el pésame por el grave accidente en que fallecieron cinco militares el pasado 24 de febrero. “Tenéis un enorme prestigio fuera y dentro de España. Además, contáis con todo el apoyo del JEMAD y, por supuesto, de la ministra de Defen-sa”, afirmó.
El Secretario de Estado de De-fensa se mostró muy satisfecho del nivel alcanzado por el Grupo ATE-NEA en la organización del Salón, al que ha calificado de “muy versá-til”, tras resaltar la “gran variedad de tecnología expuesta”.
También han visitado el Salón importantes autoridades de los Mi-nisterios de Defensa, Interior y de Comercio Exterior, entre los que destacan el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el Director del Centro Nacional de Inteligencia, el Secreta-rio General de Política de Defensa, los Jefes de Estado Mayor del Ejér-cito, de la Armada y del Ejército del Aire, el Jefe del Cuarto Militar de Su Majestad el Rey, el Jefe de la Unidad Militar de Emergencias, el Director General de Armamento y Material, la Directora General de Protección Civil y Emergencias, el Jefe del Es-
900Número 25 ·Atenea 99
AUTORIDADES Y DELEGACIONESAltas Autoridades de más de
dieciséis países han visitado el
Salón, destacando las de aquellos
con especiales vinculaciones
con España por sus relaciones
económicas, industriales,
políticas y militares.
Las delegaciones de Argelia,
Brasil, Chile, Colombia, Corea
del Sur, Ecuador, Emiratos
Árabes Unidos, Francia, Guinea,
Italia, Jordania, Marruecos,
México, Panamá, Perú, Polonia,
Siria, Tailandia y Turquía, entre
otras, fueron recibidas en el
stand del Grupo ATENEA y,
posteriormente, recorrieron
el Salón interesándose por las
soluciones y productos exhibidos.
El Presidente del Grupo ATENEA con la embajadora de Emiratos Árabes Unidos.
El Jefe del Estado Mayor de la Defensa escucha la explicación de un expositor.
El Director Adjunto Operativo de la Guardia Civl visita el stand de la Benemérita.
El Jefe de Logística del Ministerio de Defensa de Brasil, Almirante de
Escuadra Max Roffé Hirschfeld, en el stand del Grupo ATENEA.
El Jefe del Estado Mayor del Aire conversa con el Director de la Revista ATENEA.
10 Atenea · Número 2510
S A L Ó N I N T E R N A C I O N A L
EXPOSITORESCerca de cien expositores nacionales e internacionales, fabricantes y suministradores de bienes y servicios para las fuerzas armadas y las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como prensa especializada en seguridad y defensa, presentaron sus soluciones y productos. En este momento crítico por la catástrofe de Japón, destacó la presencia del Ministerio de Emergencias de Rusia, así como la de la Unidad Militar de Emergencias y de la Dirección General de Protección civil, organismos clave en cualquier catástrofe natural o humana, y que han de contar con los medios más avanzados que nuestras industrias de seguridad y defensa pueden proporcionar para la adecuada gestión de ese tipo de situaciones.
De izquierda a derecha, de arriba abajo, los
stands del Ministerio de Defensa: Ejército del
Aire; Centro de Excelencia contra Artefactos
Explosivos Improvisados del Ejército de Tierra;
Unidad Militar de Emergencias; Ministerio de
Defensa (Instituto Tecnológico “La Marañosa”,
ISDEFE, INTA, CEHIPAR), y Armada.
1100Número 25 ·Atenea 11
LA 4ª EDICIÓN DE HOMSEC, A FINALES DE 2012El Director del Grupo ATENEA, Joaquín Tamarit, destacó los objetivos que el Grupo pretendía alcanzar con el Salón: primero, el apoyo de la Administración; segundo, la asistencia de una masa crítica de empresas del sector; tercero, atraer visitantes de alta calidad; y cuarto, ofrecer una parte cultural mediante el I Congreso ATENEA de “Seguridad y Defensa en Iberoamérica”. Señaló que todos ellos se
habían logrado, por lo que agradeció a tanto a los organismos ministeriales, como a empresas y visitantes, su confianza en HOMSEC, esperando que se hayan satisfecho también sus objetivos al participar en el mismo. Asimismo, anunció que la siguiente edición del Salón Internacional de Tecnologías para la Seguridad y la Defensa, el 4º Salón HOMSEC, se celebrará a finales del 2012.
Finalmente, el Director General de Infraestructuras y Material del Ministerio del Interior, Luis Luengo, clausuró el Salón y agradeció al Grupo ATENEA, el “valor que ha demostrado al lanzarse a la aventura de organizar este Salón en los tiempos que corren, y hacerlo además con un exquisito trato y atención tanto a visitantes como a los expositores”. También destacó que, en el mundo actual, “las amenazas
evolucionan casi tan rápido como la tecnología; por eso, encuentros como HOMSEC se hacen imprescindibles para que los estados garanticen a sus ciudadanos la convivencia en paz, en el marco de un mundo mejor”.
tado Mayor Conjunto, los Segundos Jefes de Estado Mayor del Ejército y de la Armada, el Director Adjunto Operativo de la Guardia Civil, el Jefe del Mando de Apoyo Logístico del Ejército, el Almirante Jefe de Apoyo Logístico y el Subdirector General de Comercio Exterior de Material de Defensa y de Doble Uso.
También visitó el Salón el ex ministro de Defensa y actual presi-dente de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Aeronáutica y Espacio, TEDAE, Ju-lián García Vargas, que fue el mo-derador de la tercera ponencia del Congreso ATENEA “Seguridad y Defensa en Iberoamérica”, sobre el presente y futuro de la industria en Iberoamérica.
Asimismo visitaron el Salón los profesores y alumnos del Curso de Altos Estudios Militares para Ibe-roamérica, compuesto por oficiales generales y superiores de países ibe-roamericanos, y del Curso de Alta Gestión Logística, ambos realizados en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN). �
JOSÉ EMILIO ROLDÁNTENIENTE GENERAL, JEFE DE LA UNIDAD MILITAR DE EMERGENCIAS
“NBQR es la granasignatura pendiente de la UME y es necesario crear y potencias sus capacidades”.“Estoy encantado de ver como un proyecto como éste... sigue adelante...con esta participación estamos llevando a cabo la labor didáctica que queremos hacer, ya que no somos una unidad militar normal. Este foro es un medio excepcional para llevar a cabo ese conocimiento”.
JOSÉ MANUEL GARCÍA SIEIROTENIENTE GENERAL DIRECTOR GENERAL DE ARMAMENTO Y MATERIAL
“Todo lo que sea información y propaganda de ese tipo siempre será bueno para el futuro”.El Salón “Me parece una extraordinaria iniciativa... en tiempo de crisis hay que tener la valentía suficiente para impulsar un Salón como éste y las empresas deben demostrar que están preparadas para cuando vengan tiempos mejores. Esto conlleva el éxito”.
JOSÉ SANTIAGOVALDÉS ÁLVAREZJEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA ARMADA DE MÉXICO
“En este Salón hay una gran especialización en temas como Inteligencia, Seguridad y Emergencias”. “Conocemos el Grupo ATENEA y sabemos el importante trabajo que están llevando a cabo. En México tenemos mucho interés en conocer otras tecnologías, ya que actualmente tenemos comprometidas nuestras Fuerzas Armadas en muchas misiones, en las que podemos necesitar este tipo de materiales”.
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Número 25 ·Atenea 13
las cancillerías serán muy distintas a las que se hacían hasta ahora. Las revueltas han comenzado por un deseo de libertad y de mejoras sociales, a los que no es ajena la comparación que se hace con los niveles de vida y derechos políticos de las sociedades occidentales. No obstante, los países árabes hunden sus raíces en la tra-dición de las tribus y en los que la religión es un factor
Las ansias de libertad en las poblaciones de los paí-ses musulmanes del norte de África y del Golfo Pérsico han salido a la superficie y han cubierto
de sangre las arenas de esos territorios que guardan el 70% de los hidrocarburos -petróleo y gas- que existen en el mundo. Cuando el proceso se acabe, las conside-raciones geopolíticas y estratégicas que se hagan en
REVUELTAS
ÁRABES
LIBERTAD PETRÓLEO
SANGRE y ARENA
por Santiago Pérez Díaz
Atenea · Número 2514
E N P O R T A D A
� Egipto es el país más relevante de todos aquellos en los que se ha abierto alguna perspectiva de democratización y es un punto de referencia para los demás. Otras posibilidades son que los militares que has-ta ahora mantienen las riendas de la situa-ción se inclinen por el modelo que ofrece el gobierno turco, moderadamente islamista en apariencia, lo que podría suponer que los Hermanos Musulmanes aumentaran su influencia política en el país.� El tratado de paz de Egipto con Israel ha funcionado perfectamente y ha evitado conflictos bélicos en la zona desde que se firmó en 1979. Cualquier pega que pusie-ran los militares egipcios, por sí mismos o por presiones políticas internas, pondría en alerta extrema a los israelíes, ya muy pen-dientes de Irán.� Turquía es un país emergente en la zona. Su gobierno impulsa un islamismo modera-do, pero que ha influido en que la ‘occiden-
de primer orden en la estructuración de la sociedad. Por esta razón, las revueltas han triunfado rápidamente en Túnez y Egipto -países más evolucionados socialmente- y no ha ocurrido lo mismo en Libia (Gadafi controla muchas de las tribus libias) y otros lugares.
Desde una perspectiva mundial, cabe tener en cuenta los siguientes desarrollos:� Una vez derrocados Ben Ali en Túnez y Mubarak en Egipto, que durante décadas habían dado estabilidad a sus países y a la zona, a costa de convertirse en dictadores corruptos a medida que transcurrían los años, son los países en los que existen ma-yores posibilidades de que se establezca y consolide el juego político democrático.
Número 25 ·Atenea 15
príncipe heredero, Sultán tienen más de 80 años. Existen varios clanes que se reparten el control de los resortes de poder (milita-res, de seguridad, políticos y económicos); ellos son los que dictan en cada caso las re-glas de sucesión. Además, Ryad debe estar atento a la situación en el este del país, don-de los chiíes son mayoría, así como en los demás países limítrofes (particularmente en Bahrein yYemen).� Irán ha entrado en pugna directa con
talización’ haya sufrido un claro retroceso como ha podido comprobar cualquier via-jero que haya estado en el país hace cuatro años y haya vuelto recientemente. Se trata de un país que depende fuertemente del ex-terior para su abastecimiento energético.� La delicada situación en el Golfo Pérsico coincide con el problema de la sucesión real en Arabia Saudí, primer productor mundial de petróleo y de cuya producción y abastecimiento depende el que los precios no se desmanden. La sucesión no está clara por cuanto el rey Abdullah y su sucesor, el
Atenea · Número 2516
REVUEE N P O R T A D A
Arabia Saudí por el control de Bahrein. La población de la pequeña isla es mayorita-riamente chií y la clase gobernante, suní. Teherán tendría nada menos que una base importante en el control de la orilla oc-cidental del Golfo Pérsico y del flujo del petróleo que por él circula si los rebeldes triunfan. Las repercusiones en las demás monarquías serían inmediatas con la ame-naza latente de que Irán estaría en condi-ciones de controlar el flujo del crudo por el estrecho de Ormuz. También cerraría la base militar de Estados Unidos, vital para la presencia de las tropas norteamericanas en Irak, Afganistán y Pakistán. En el plano interno, el gobierno de Ahmadineyad con-trola las manifestaciones de la oposición.�En Siria se han registrado protestas contra el régimen baasista, pero no han alcanzado el punto crítico que alarme a las autorida-des. Irán ha ayudado a Damasco a contro-larlas porque no le conviene un cambio. Los países árabes desean que Siria permanezca en su órbita y no en la de Irán. Tampoco le conviene a Israel que prefiere lo malo cono-cido a lo muy malo por conocer.� En Libia, los países europeos han tardado demasiado en intervenir mediante una ex-clusión aérea, con lo que ha dado tiempo al dictador Gadafi a recuperar buena parte del territorio que había perdido ante los rebel-des. Estados Unidos ha preferido quedarse en un segundo plano en este escenario. Ya tiene bastante protagonismo en el Oriente Medio. Los países occidentales tienen ante sí el dilema de apoyar las revueltas que podrían traer cambios democráticos en el norte de África, y temer las consecuencias -antes expuestas- que puedan traer esos cambios en el Golfo.� Rusia va a sacar gran provecho de la nueva situación en los mercados energéticos, deri-vada del alza de los precios, por la situación en Libia y como consecuencia de la catástro-fe natural en Japón, al ser uno de los primeros exportadores, tanto de petróleo como de gas. Su presencia internacional está en alza. �
Manifes-
tantes a
favor de la
democracia
en la plaza
de Tahrir,
en El Cairo
el 18 d e
febrero
pasado. El
país celebró
ese día la
Marcha de
la Victoria
para festejar
el final de
los 30 años
del régimen
de Hosni
Mubarak.
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Número 25 ·Atenea 17
IMPACTOMUNDIALLa ola de libertad, inesperada e imparable, que se ha extendi-do por el mundo árabe suscita muchos interrogantes e incóg-nitas sin respuesta, pero también abre una etapa de esperanza
LTAS ÁRABES
Atenea · Número 2518
E N P O R T A D A
que no presentan una oposición real al no tener líde-res ni estructuras institucionales, sus aspiraciones de-mocráticas fomentan un sentimiento de panarabismo que actúa como catalizador e impulsor de esta transi-ción hacia regímenes democráticos.
Para sorpresa de muchos, los pueblos árabes no están pidiendo ni gobiernos teocráticos ni el califato promovido por Al Qaeda. Lo que desean es un gobier-no elegido por la ciudadanía, que se alterne en el po-der y que gobierne con equidad, con justicia y con ple-na garantía de las libertades fundamentales, así como que se les proporcione un trabajo para llevar una vida digna.
Sin duda, los actores externos que más han apo-yado las revueltas han sido Estados Unidos y la Unión Europea, no sin ciertos rece-los y con mucho tacto para no ser considerados como culpables de atentar contra el derecho de no injerencia en asuntos internos de un país. También es verdad que, habitualmente, la UE ha ac-tuado no a remolque, pero sí después de Washington.
Estados Unidos, desde los primeros momentos, apoyó las revueltas tanto en Túnez como en Egipto. Sin quitar importancia a su protagonis-mo para que se llevara a cabo
la revolución tunecina con las mínimas víctimas posi-bles, su actuación facilitando el proceso de la revuelta egipcia, a través de contactos directos o por medio de sus relaciones con el estamento militar, permitió que la transición en Egipto, aliado clave de Occidente en Oriente Medio, se efectuara de forma ordenada, evi-tando siempre la muerte de inocentes.
En las revueltas de Bahréin, país donde se encuen-tra Jaffair, base de la V Flota norteamericana, y cuyo rey Hamad Al Jalifa se opone a la influencia del régi-men iraní en la región e importante actor contra el terrorismo, con un 70% de chiíes y un 30% de suníes que gobiernan el país, la intervención de Estados Uni-
La inesperada revuelta de los países árabes, en los inicios de esta segunda década del siglo XXI, ha sorprendido a la mayor parte de la comunidad
internacional. La sorpresa se debe, entre otros facto-res, a que, si bien es cierto que la primera gran revuel-ta árabe contra el Imperio Otomano triunfó en 1916, también es verdad que el sueño del panarabismo nun-ca se materializó, aunque Nasser le diera un fuerte impulso al comienzo de la segunda parte de la pasada centuria, como consecuencia de antiguos recelos y ar-caicos antagonismos entre los viejos pueblos árabes.
Casi un siglo después, la oleada democrática que de-safía al viejo orden despótico de los autócratas árabes se expande más allá de las fronteras de la media luna que forman los 22 países de la Liga Árabe, que se extien-de desde Mauritania en el At-lántico hasta Somalia en el Índico, pasando por todos los Estados del Norte de África y de la región de Oriente Me-dio. De hecho, sólo en 4 de ellos, Emiratos Árabes Uni-dos, Qatar, Sudán y Comores [archipiélago situado en el Índico frente a las costas de Mozambique, al noroeste de Madagascar], aún no se han producido protestas o mani-festaciones.
La fuente de esta primave-ra de la libertad se halla en la juventud -más del 70% de los 350 millones de árabes tienen menos de 30 años- que está permanente conec-tada, a través de las nuevas tecnologías informáticas e Internet, entre ellos y con el mundo exterior. Resulta significativo observar que las causas no han sido reli-giosas, anticolonialistas, antioccidentales o antiisrae-líes Lo que, en realidad, reclama la sociedad es que se la trate con dignidad y se la permita vivir en libertad como se hace en Europa y en América.
Los jóvenes que han liderado este movimiento son estudiantes o desempleados frustrados por la falta de oportunidades y que han visto en las redes sociales una forma de escapar al control de la dictadura. Aun-
La fuente de
esta ‘primavera de la libertad’ está
en la juventud, más de 350 millones tienen
menos de 30 años
por Jesús Argumosa
acción militar y demandar previamente la anuencia plena de la Liga Árabe -que, por cierto, autorizó el día siguiente pedir al Consejo de Seguridad que aproba-ra una resolución sobre la imposición de una zona de exclusión aérea en Libia-, dice muy poco a favor de su pretensión de ser un actor global.
La repercusión de la revuelta árabe en Rusia se puede resumir en tres ámbitos claramente dife-renciados. El primero, muy positivo, se refiere al cam-po de los hidrocarburos en el que se beneficia por el alza de los precios, lo que supone una fuerte inyec-ción para la economía rusa, después de la secuelas de la crisis de 2008 y, además, la inestabilidad de otros productores hace que Moscú se convierta en un abas-tecedor sólido y fiable de crudo, ya sea en el espacio europeo o en el entorno internacional.
El segundo ámbito tiene relación con los posibles
Europa se ha caracterizado
una vez más por su
inacción. En la imagen, a
la izquierda, el presidente
de la Comisión, Durao
Barroso, y a su lado, Van
Rompuy, primer presidente
del Consejo Europeo.
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dos aconsejando al monarca que metiera al ejército en los cuarteles y dialogara con la oposición chií, no ha podido evitar la violencia ni la imposici´´on del estado de emergencia.
Por último, el protagonismo de la guerra civil en Libia lo ha encabezado la Liga Árabe, apadrinando la imposición de una zona de exclusión aérea, al amparo de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Uni-das, aunque la intervención debería contar con una fuerza multinacional en la que tuvieran una especial partici-pación fuerzas de la citada Liga Árabe y de la Unión Africana. En todo caso, si-guiendo las recomendaciones del Con-sejo Nacional Provisional de Transición rebelde que siempre ha expresado su preferencia porque el problema libio lo resuelvan los libios.
La Unión Europea ha sido muy sensi-ble a las revueltas árabes desde el prin-cipio aunque sus reacciones han sido, la mayor parte de las veces, tardías y con altas dosis de ambigüedad. Se han visto posturas distintas entre sus miembros, sobre todo de Italia, Francia o Reino Unido, cada uno con sus propias expe-riencias coloniales. A ello debe unirse la indecisión de la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguri-dad, Catherine Ashton.
En un segundo tiempo, su actuación ha sido más resolutiva y fue la gran impulsora de la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad, el pasado 26 de febrero que impon´ía sanciones a Gadafi: embargo de armas, congelación de activos de la familia del dicta-dor, prohibición de salir de Libia o la petición al Tri-bunal Penal Internacional para que acuse de crímenes contra la humanidad al dictador libio y la resolución 1973 que decretaba el “uso de todos los medios” para proteger a la población civil libia
No obstante, la decisión que se tomó el 11 de mar-zo en la cumbre extraordinaria de los líderes de la UE que debatió la guerra civil libia, de seguir esperando, cualquiera que fuera el precio, antes de proponer una
Atenea · Número 2520
E N P O R T A D A
efectos desestabilizadores que las revoluciones de los pueblos árabes puedan tener tanto sobre su propio te-rritorio, sobre todo en las regiones del Cáucaso Norte y Sur, como sobre algunos países de Asia Central, su extranjero cercano, principalmente Uzbekistán, donde hay muchas diferencias sociales, y cuyo presidente, Is-lam Kárimov, dirige el país con mano de hierro.
Por último, el tercer ámbito está relacionado con la posible intervención militar internacional en Li-bia. Las autoridades rusas están en contra de la terri-ble masacre que está produciendo Gadafi en la región de la Cirenaica y, aunque desde el punto de vista de la geopolítica del poder, no veían con buenos ojos dicha intervención terminaron dando su aprobación en el Consejo de Seguridad.
China sigue con inquietud la evolución de los aconteci-mientos en el mundo árabe y apela a todos los recursos a su disposición para evitar el contagio del movimiento de protesta. Las autoridades de Pekin ya han censurado los medios televisivos jun-to con las redes de Internet, especialmente Facebook y Twitter, han incrementado la presencia policial en la calle y están exigiendo a los medios extranjeros que solici-ten autorización para cubrir cualquier manifestación o hacer entrevistas
Aunque, en principio, China tampoco era partida-ria de una intervención militar en Libia tampoco usó su veto en Naciones Unidas y ha conseguido dos lo-gros importantes con esta revuelta árabe. Por un lado, ha efectuado un movimiento geoestratégico capital al efectuar una operación de rescate de 36.000 de sus ciudadanos del país norteafricano -en el que tiene in-vertidos 12.000 millones de dólares- utilizando barcos y aviones tanto civiles como militares. Cuatro aviones de transporte chinos IL-76, de fabricación rusa, han es-tado efectuando esta operación de rescate.
Por otro lado, lo más impactante por sus repercu-siones de proyección de un poder militar, hasta ahora desconocido, ha sido la entrada en el Mediterráneo de
la fragata lanzamisiles Xuzhou, de 4.000 toneladas, para proteger la evacuaciónde sus nacionales en Li-bia. Supone la puesta de largo de la Armada china como fuerza oceánica y el primer despliegue estratégico-operativo de Pekín en aguas históricamente occiden-tales. El 1 de febrero ya estaba frente a las costas libias. La postura de las otras tres grandes potencias, India, Brasil y Japón ha sido discreta, sin ningún protago-nismo de especial relevancia. Turquía sí ha tenido un particular significado toda vez que su primer ministro, Recep Tayip Erdogan, ha apoyado desde el principio y con firmeza la revuelta árabe. Su mayoría musulmana
-99% de su población- con una constitución laica y un sistema democrático plura-lista, será un modelo a seguir en la medida que continúe evolucionando.
En cuanto a Irán, cuya si-tuación interna es inestable, la revuelta árabe le ha afec-tado de manera desigual. Por un lado, favorablemente, ya que le ha permitido hacer un posicionamiento geoestra-tégico regional importante enviando dos fragatas al Me-diterráneo hacia las costas de Siria, lo que supone un golpe de efecto ante sus riva-
les geopolíticos regionales y, por otro, negativamente, puesto que la revuelta árabe está influyendo continua-mente en la sociedad iraní, originando un peligroso movimiento de protesta y reclamaciones al régimen.
A Israel se le presenta una oportunidad en este mo-mento histórico. Las manifestaciones árabes también quiere acabar con la ocupación palestina. Por ello, Is-rael bajo el amparo de EEUU, debería cambiar su acti-tud, más pronto que tarde, y dar un fuerte impulso al proceso de paz dentro del marco de la solución de dos Estados. En cuanto a Al Qaeda, si algo nos dice la ma-yoría árabe es que odia los atentados y cualquier mé-todo de terror, aunque nunca se debe bajar la guardia hasta que se consoliden los regímenes democráticos.
Como conclusiones más relevantes podemos mani-festar que este alzamiento democrático constituye el acontecimiento mundial más importante y esperan-
A Israel se
le presenta una oportunidad histórica
para impulsar el proceso
de paz
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SEGURIDAD Y DEFENSA
22 Atenea · Número 2522
REVUEE N P O R T A D A
Desde que el pasado otoño se iniciaran movilizaciones populares en algunos pun-
tos del Magreb, surgidas como pro-testas de tipo socioeconómico pero que no tardaron en politizarse y en generar violencia, un proceso im-parable se ha abierto en las tres lati-tudes del mundo árabe -además del Magreb, el Machrek y la Península Arábiga- en lo que, para algunos, tie-ne mucho de efecto dominó. Lo cierto es que, en algo más de tres meses, dos presidentes norteafricanos han dejado sus cargos por dichas presio-nes, Zine El Abidine Ben Alí, en Tú-nez, y Hosni Mubarak. En Egipto, la Libia del coronel Muamar El Gadafi se halla sumida en una sangrienta guerra civil y múltiples incógnitas emergen respecto a Argelia y Ma-rruecos. Lo que para muchos apare-ce como esperanzador en clave de-mocratizadora encierra no obstante no pocos riesgos, definibles en clave nacional y regional.
EL DETONANTE MAGREBÍInsistir en la ubicación geográfica dentro del Magreb de las primeras protestas no es baladí, pues la con-
por Carlos Echeverría Jesús
zador que ha habido desde la caída del Muro de Berlín. Está produciendo importantes mutaciones geopolíti-cas como las recientes reubicaciones geoestratégicas de China e Irán, la constatación de un posible eje Tur-quía-Irán ante un mundo árabe disperso y desconcerta-do o la posibilidad de reaparición del panarabismo con la democracia como elemento catalizador y de ligazón interestatal.
Mientras la revuelta árabe favorece la expansión de la democracia propugnada por Occidente en ge-neral, puede perjudicar la estabilidad de Rusia y de China al introducir en sus sociedades estos vientos de libertad y democracia no deseados por sus auto-ridades. Todo ello, en un escenario donde el precio del petróleo seguirá subiendo, mientras no se estabi-licen totalmente los territorios de la media luna ára-
be. Por último, con mucha probabilidad, esta olea-da de libertad democrática puede extenderse desde el mundo árabe al resto del mundo musulmán de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), apar-te de otras partes del planeta como Rusia y China, lo que supone que casi la cuarta parte de la población mundial, 1.500 millones, y algo más de la cuarta par-te de los países del globo, -57 sobre 192-, poseedores de más del 70% de los hidrocarburos planetarios, pueden cambiar su actitud, posición y protagonis-mo ante los riesgos y amenazas que nos depara este primer cuarto del siglo XXI. Dará lugar a un reorde-namiento geopolítico revolucionario. �
NORTE de ÁFRICA
Esta oleada de libertad
democrática puede extenderse del mundo
árabe al resto del orbe
musulmán
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siderada tradicionalmente como la parte más aislada del mundo árabe -en lo geográfico por las arenas del Sáhara y en lo político por su ancla-je en el Mediterráneo y, sobre todo, en Europa- ha sido el escenario del comienzo de de las protestas que, a través de las redes sociales, están sir-viendo de revulsivo por doquier.
En una aproximación puramente cronológica lo cierto es que la prime-ra revuelta producida en el mundo árabe en el marco de las aquí analiza-das -caracterizadas por su intensidad, su violencia y su impacto mediáti-co- es la del Sáhara Occidental en
el otoño de 2010. La concentración de entre 15.000 y 20.000 personas en el campamento de Agdaym Izik, en las afueras de El Aaiún, en lo que empezó siendo una reivindicación de mejoras socioeconómicas, pronto se transformó en una manifestación política tanto por su impacto mediá-
tico como por su desmantelamiento violento por las fuerzas de seguridad marroquíes a principios de noviem-bre. Reivindicaciones socioeconó-micas de inmediato politizadas, co-bertura mediática -particularmente de redes sociales-, represión por las autoridades y entrada en un cierto estancamiento en el que se perma-nece, constituyen características to-das ellas que se repetirán después en procesos desencadenados en otros rincones del mundo árabe.
En Túnez todo empezó con el dra-mático suceso del suicidio a lo bon-zo de un joven en una localidad del centro-sur del país, una chispa que prendió en una población hastiada a la que algunas filtraciones de Wiki-leaks habían dado detalles sórdidos de la harto conocida corrupción de la clase dirigente. Las movilizaciones, espontáneas como lo fue más de 20 años atrás la primera Intifada pales-tina (diciembre de 1987), prendieron en diversas localidades acercándose peligrosamente a la capital, canali-zadas a través de las redes sociales por actores diversos, pero sin un li-derazgo claro, de persona o grupo, como tampoco lo hubo en Agdaym Izik. Es evidente que los regímenes norteafricanos afectados, acostum-brados a controlar férreamente a la oposición, ni se planteaban como hipótesis que revueltas espontáneas y sin liderazgo pudieran extenderse y desplazarles del poder.
Las contradicciones internas de los regímenes han aflorado por do-quier. Capacidad de reprimir siem-
Rebeldes libios tras ser
expulsados de Bin Jawad y
volviendo hacia la ciudad de
Ras Lanuf, en la costa este de
Libia, el 6 de marzo pasado.
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LTAS ÁRABEStico como por su desmantelamiento
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pre la han tenido, pero habilidad para gestionar con eficacia protestas innovadoras, no. La revolución tec-nológica no había sido bien digerida por gobernantes acostumbrados a adoptar medidas de control, contra cadenas como Al Yazira o contra el acceso a Internet de los ciudadanos, pero que no habían prestado la aten-ción que merecen las emergentes redes sociales, y ello a pesar de la experiencia de la revolución verde en Irán en 2009.
Ahora, en Túnez las protestas se han enquistado, la contestación si-gue siendo en buena medida acéfala -y ello a pesar de contar con órganos como el Consejo Nacional de Protección de la Revolución-, la población presiona para que desaparezca todo vestigio del régimen anterior obligando a dimitir al primer ministro Mohamed Ghannouchi a prin-cipios de marzo, y lo preocu-pante es que el país no acaba de echar a andar de nuevo.
Argelia no se ha librado de las revueltas, que fueron vio-lentas en los primeros días de enero, pero sí ha conseguido evitar que adquirieran la en-vergadura de las de sus vecinos orientales. Producidas en para-lelo a las que azotaban Túnez, el régimen de Abdelaziz Bu-teflika tuvo la agilidad de anular el alza de precios de productos básicos y de controlar la situación en térmi-nos políticos y de seguridad. La divi-sión de la oposición -en un principio unida convocando movilizaciones desde el 12 de febrero, pero rápida-mente fragmentada de nuevo-, me-didas aprobadas de carácter social y que tienen que ver con incentivos al empleo juvenil o al acceso a las
hipotecas y, unido a todo ello, la vigi-lancia policial, han evitado hasta la fecha que Argelia vea deteriorarse su seguridad.
Finalmente, en Marruecos las pro-testas se extienden, con su epicentro en la manifestación convocada el 20 de febrero en Rabat y en otras locali-dades donde se combinaron las har-to conocidas críticas al Gobierno -de-jando convenientemente a salvo a la Monarquía- con emergentes críticas a la forma en que la Corona gestiona la vida pública. Objetivo principal de las críticas son personas como Mohamed Mounir El Majidi, res-ponsable de la secretaría privada de
Mohamed VI, o Fouad Alí El Himma, amigo de infancia del monarca y lí-der del Partido Marroquí de la Auten-ticidad (PMA). Las críticas al rey, que en el pasado los islamistas de Justicia y Caridad lanzaban casi en solitario, pueden escucharse y leerse cada vez más, y ello justifica afirmaciones como la del ministro de Comunica-ción y portavoz del Gobierno, Jaled Naciri, cuando el 25 de febrero in-
sistía en la necesidad de acelerar las reformas. Por ahora lo visible es el discurso real del 9 de marzo, plagado de promesas de liberalización polí-tica que, a pesar de las expectativas que se han creado en algunos países europeos, serán difíciles de materia-lizar si es que realmente existe la vo-luntad política de hacerlas.
LA INSEGURIDAD CRECE En Egipto, y desde el 25 de enero, el emblemático escenario de la Plaza Tahrir sirvió de punto de concentra-ción de unas revueltas que obligaron al presidente Mubarak a dejar el po-der a principios de febrero. Aunque
el control ha quedado en ma-nos de unas Fuerzas Armadas que son, y seguirán siendo, la columna vertebral del estado, y que han prometido salva-guardar el proceso liberaliza-dor, los riesgos que éste encie-rra son importantes, reflejados en la sombra que proyectan los poderosos Hermanos Mu-sulmanes o en los sangrientos enfrentamientos entre musul-manes y cristianos coptos del 9 de marzo.
Pero especial inquietud pro-voca en el norte de África el acelerado proceso de deterioro libio, donde las contradiccio-nes del sistema han aflorado
gracias al efecto combinado de las inercias ya bien asentadas de apoyo exterior a las movilizaciones, por un lado, y a las debilidades sufridas por el poder central de Muamar El Gada-fi en la región oriental del país, por otro. Zona de implantación de otras tribus, frente a los Gadarfa asenta-dos en torno a Sirte, y hervidero en las dos últimas décadas del terroris-mo islamista, el triángulo formado
Los países europeos del
Mediterráneo tienen que redefinir las amenazas y sus
relaciones
2500Número 25 ·Atenea 25
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por Bengasi, Darnah y Al Beida ha sido el hogar de un emergente Con-sejo Nacional Provisional de Tran-sición (CNPT), que algunos países occidentales se han precipitado en reconocer como interlocutor políti-co privilegiado. Y ello para tratar de poner fin a la guerra civil en la que habían desembocado las revueltas iniciadas el 17 de febrero. En una comunidad tan contradictoria como la libia, formada por tribus dispersas en un gran territorio, poco poblado, muy armado, rico y fidelizado por Gadafi con una mezcla de fuerza y de concesiones económicas, dichas revueltas sólo podían llevar a la gue-rra civil, difícil de interrumpir ante los múltiples problemas político-di-plomáticos que cualquier esbozo de intervención exterior plantea.
Sirve el ejemplo libio para hacer pedagogía en la región tratada. La situación en Libia ha sido de guerra civil pues las Fuerzas Armadas se han dividido, se ha combatido encarniza-damente en diversas partes del país, y la existencia de zonas controladas por los rebeldes permitió el recono-cimiento de estos por actores interna-cionales, como hizó la Unión Europa el 11 de marzo. No ocurrió nunca tal cosa en la Argelia que en los años 90 se enfrentó al terrorismo yihadista: afortunadamente, allí ni las Fuerzas Armadas se dividieron, ni los terroris-tas pudieron llevar los combates a la intensidad de los actuales, ni se erigie-ron nunca en alternativa de poder, ni liberaron territorio alguno.
EFECTO MULTIPLICADOREl efecto multiplicador que anima la extensión de las revueltas por di-versos países árabes existe y se ex-plica por la combinación de varios elementos: el precedente atractivo
ofrecido por Túnez; la estimulante inacción de potencias foráneas, des-tacando entre estas últimas a las oc-cidentales y, en particular, el papel cómplice de EE UU que ha animado políticamente los levantamientos; la existencia por doquier de motivos para protestar; las debilidades in-ternas de los regímenes (visibles en Túnez, donde las Fuerzas Armadas no reprimieron, o en Egipto don-de el Ejército no aceptó la sucesión dinástica pretendida por Mubarak y acabó tomando el timón); y, para algunos, los vínculos estratégicos de los países afectados. Este último argumento es aventurado, pero bue-no es introducirlo para alimentar la reflexión porque sorprende que ni Siria ni Irán, donde también hay decepción política, económica y so-cial, se hayan visto particularmente afectados, mientras que un amplio abanico de países vinculados en materia de seguridad y de defensa a Occidente sí, desde Túnez hasta Bahréin pasando por Egipto y Ye-men.
En el norte de África, y frente a la tan extendida idea de que las liberta-des avanzan, hemos de destacar que en términos de seguridad y defensa nos encontramos con revueltas que en Túnez y Egipto han dañado seria-mente los sistemas de seguridad, se han vaciado muchas prisiones, se han robado muchas armas y el trabajo de agencias y servicios de seguridad e inteligencia se ha visto interrumpi-do, escenario que los islamistas ra-dicales no van a desaprovechar. Por otro lado, la guerra civil libia debe de ser analizada no sólo por las capaci-dades de los bandos enfrentados, la crisis humana que ha provocado o las dificultades de la comunidad in-ternacional para atajarla, sino tam-
bién por lo que tiene de factor aña-dido de desestabilización regional. El deterioro libio genera flujos difíciles de controlar de población -y no sólo hacia Europa, sino también hacia sus vecinos árabes-, da un inusitado pro-tagonismo a la levantisca Cirenaica, vecina del convulso Egipto y cantera de yihadistas para Afganistán e Irak, destapa las preocupantes conexio-nes entre el Norte de África y el Sahel y el África subsahariana (combatien-tes, armas,..,), y ha permitido a sec-tores religiosos -y no sólo yihadistas salafistas- saldar cuentas con Gadafi. La fetua emitida el 21 de febrero por el clérigo egipcio Yusef Al Qaradaui, presidente de la Unión Internacional de Ulemas, contra Gadafi y los suyos, se une a la dictada por el Consejo de Ulemas libios y dan el tinte religioso a la guerra que muchos insisten en no querer ver.
Quienes siguen regocijándose, afirmando que las revueltas son políticas y no religiosas y que Al Qaeda pierde terreno, deberían pro-curar mirar más allá del horizonte: la legitimación religiosa de algunos combates va en aumento y el pro-tagonismo de los actores religiosos también, desde la emergencia de los Hermanos Musulmanes egipcios y de la En Nahda tunecina hasta la cen-tralidad de Cirenaica en el proceso libio y la capacidad de Gadafi, no la olvidemos, de activar herramientas desestabilizadoras de otrora en esce-narios como el Sáhara y el Sahel. Los países europeos del Mediterráneo, y por extensión la UE y la OTAN, te-nemos que reevaluar las amenazas y redefinir nuestras relaciones en una región en la que actores con sensibilidades distintas se conver-tirán pronto en nuestros nuevos interlocutores. �
2700Número 25 ·Atenea 27
Los cambios que se están pro-duciendo en el Norte de Áfri-ca son preocupantes, espe-
cialmente para los países europeos de la orilla norte del Mediterráneo, pero aún es más inquietante la ten-sión que se vive en el Golfo, por el impacto estratégico y económico que puede tener en una región en la que existe una gran rivalidad geopolítica.
La posición de los seis estados que componen el Consejo de Co-operación del Golfo (CCG), en pri-mera línea de contención de Irán y compartiendo el control de una de las principales vías de suministro energético, unida al hecho de tener un 35% de las reservas mundiales de petróleo y 25% de gas natural, les confiere un protagonismo es-tratégico y económico tal que las miradas de todo el mundo están pendientes de lo que allí ocurre.
Esta súbita aparición en el mun-do árabe de una efervescencia de la población en demanda de cambios, que ha sorprendido a propios y ex-traños, tiene elementos comunes de carácter económico, demográfi-co y tecnológico, pero también tie-ne características propias y objeti-vos distintos en las monarquías del Golfo. Mientras el cambio de régi-men ha sido el objetivo de los le-
REVUELTAS ÁRABES
LAS MONARQUÍAS
DEL GOLFO
El rey de Bahréin,
Hamad bin Isa
al Jalifa (a la
derecha) recibe al
sultán de Omán,
Qaboos bin Said.
en el aeropuerto
International
de Bahréin en
diciembre de 2004.
por Alberto Pérez Moreno
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28 Atenea · Número 2528
E N P O R T A D A
vantamientos populares en cuatro países dominados por presidentes autócratas: Túnez Egipto, Yemen y Libia, las principales reivindicacio-nes en los países del CCG están mo-tivadas por un deseo de apertura y reforma política. En principio, no van dirigidas contra la monarquía como institución, sino contra los gobiernos. El dilema es que estas monarquías controlan los puestos claves y toman todas las decisiones, puesto que la mayoría de los Ejecu-tivos están formados por miembros de las familias reinantes. Por ello, aunque no esté en peligro la institución, tendrán que aco-meter importantes cambios para acallar el descontento creciente de la población. Como avisa el coordinador del Foro de la Sociedad Civil del Golfo, Anwar al-Rasheed: “Es el momento de que las fa-milias gobernantes tomen la iniciativa… y se transformen en monarquías de estilo eu-ropeo”, única forma de que puedan responder a las conti-nuas “demandas de reformas, lucha contra la corrupción y puedan convertirse en esta-dos democráticos como otros países del mundo”.
EL ‘GRAN ORIENTE MEDIO’Los aires de reformas no son nue-vos en el Golfo. Las monarquías absolutistas del CCG vivieron una tímida apertura impulsada por Es-tados Unidos en el periodo com-prendido entre las dos guerras de Irak. La iniciativa Gran Oriente Me-dio, rebautizada más tarde como iniciativa del Gran Oriente Medio y Norte de África, tenía por objeto democratizar la zona fomentando
las reformas políticas, económicas y sociales por medio del diálogo.
Este esfuerzo se convirtió en el objetivo central de la política ex-terior del presidente Bush en su segundo mandato y estaba basado en la creencia de que se podía re-hacer Oriente Medio, aunque no ocultaba el deseo de hacer a los paí-ses del Golfo más compatibles con los intereses estadounidenses. Este impulso, alentado por los neocon-servadores, tenía sus detractores en Washington por el temor que la apertura permitiera a los chiíes
acceder al gobierno –como podrían conseguir en Bahréin- o los islamis-tas se hicieran con mayores cotas de poder, como ha sucedido en Kuwait.
Los monarcas del Golfo empren-dieron algunas reformas: Arabia Saudí celebró elecciones muni-cipales en 2005, Kuwait y Qatar permitieron el voto femenino. No obstante, las monarquías del Golfo siguen siendo instituciones auto-cráticas, relativamente benévolas
y conservadoras, que ejercen un fir-me control sobre cualquier tipo de oposición. Los partidos políticos, salvo excepciones, no existen, la independencia judicial es limitada y el modelo social arcaico. No es de extrañar, por tanto, que se haya in-tensificado el deseo de una mayor apertura en una población en la que predomina la juventud.
LA CLAVE ES LA CASA SAUDArabia Saudí merece especial aten-ción no sólo por ser el país más ex-tenso, el mayor productor de petró-
leo y el que cuenta con más medios de defensa, sino por la trascendencia que tendría para toda la región cualquier cambio, ya que a su condi-ción ser el custodio de los dos lugares santos del islam - la Meca y Medina- une el de ser el principal aliado de EE UU en la zona.
La primera medida que tomó el rey Abdalá tras su hospitalización en EE UU, fue mostrar su prodigalidad anunciando 36.000 millones de dólares destinados a bene-ficios sociales y que se hagan fijos los 90.000 contratos tem-porales de la administración.
Estas medidas -similares a las tomadas en el resto de los emira-tos- no han servido para comprar el descontento que se estaba gestan-do, y sólo son la temerosa respues-ta de unos dirigentes sorprendidos por los acontecimientos. Tampoco solucionan el ansia de reformas po-líticas que reclaman intelectuales, liberales y suníes moderados, que se concretan en la instauración de una monarquía constitucional, la adopción de una Constitución y
Aunque la monarquía como
institución, no esté en peligro, los regímenes
del Golfo tendrán que cambiar
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la separación de poderes. Las ma-nifestaciones del día de la ira en Yeddah y Riad fueron silenciadas con un gran despliegue de las fuer-zas de seguridad. Más importancia revisten las ocurridas a lo largo de varios días en Qarif, Awamiya y Hofuf, en la Provincia Oriental, por el temor a que puedan provo-car una revuelta de la minoría chií, que sólo supone un 10% de la población, pero está concentrada en aquella rica zona petrolera.
La casa Saud ha proba-do que sabe resistir. Así lo demostró frente al pana-rabismo radical de Nasser y los intentos del ayatolá Jomeini de exportar la re-volución iraní. En fechas más recientes, se ha sobre-puesto a los desafíos de los islamistas, y salió razona-blemente indemne des-pués de permitir que fuer-zas extranjeras pisaran el suelo sagrado del islam con motivo de la guerra del Golfo en 1990.
Precisamente la reli-gión, o mejor dicho, la for-ma rigurosa de entenderla, complica el futuro de Ara-bia Saudí. El wahabismo, una corriente ultraconser-vadora de la rama suní, que fue adoptado como religión oficial por el histórico pacto entre la casa Saud y la casa de Ibn Abd Wahab, constituye la piedra angular del Es-tado saudí y da legitimidad religio-sa a los monarcas. Esta simbiosis de poder temporal y religioso permite al wahabismo ejercer un decisivo control social e imponer carácter religioso a la educación y la jus-
ticia. El wahabismo proporciona protección religiosa a la Corona, pero ha cercenado la posibilidad de unas reformas graduales.
La crisis sucesoria es otro de los problemas de Arabia Saudí. Los 87 años del rey Abdalá y su delicada salud, no ofrecen muchas esperan-zas, pero es la única posibilidad de reforma, puesto que los hermanos
más poderosos del monarca no comparten la necesidad de una sociedad más abierta. El teórico sucesor, el príncipe Sultan, actual ministro de Defensa, también tie-ne 86 años y tampoco goza de bue-na salud. Por ello el más probable sucesor es el ministro del Interior, príncipe Nayed, un ultra conserva-dor que se ha opuesto a cualquier
reforma. Más preocupantes son las manifestaciones en Bahréin, por el temor a que los chiíes alcan-cen una mayor cuota de poder y puedan ejercer influencia sobre la minoría chií de la vecina provin-cia oriental saudí, dando nuevas bazas a Irán.
Bahréin, el pequeño archipiéla-go del CCG, que depende económi-
Instalaciones de la base de
la Marina estadounidense
en Bahréin, una de las
más importantes de la
zona del Golfo Pérsico.
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ca y políticamente de Arabia Saudí, tiene la población más compleja y estratificada del Golfo y ha sido escenario de episodios violentos en 2004 y 2005. Los chiíes consti-tuyen un 70% de la población na-tiva y tradicionalmente han estado relegados por la minoría suní en el poder, aunque en las elecciones de 2010 consiguieron 18 escaños en un parlamento de 40.
El intento de las autoridades de sofocar las manifestaciones por la fuerza sólo sirvió para reforzar a la oposición. La amnistía de presos po-líticos y la promesa de un “diálogo político” con los manifestantes dio una cierta calma. Pero la tensión persiste e, incluso, ha aumentado con una feroz represión, con la exi-gencia de la oposición de destituir al primer ministro, Bin Salman al Califa, que lleva 40 años en el pues-to. Y hasta que eso ocurra, no es fácil que termine la crisis.
El hecho de que Bahréin sea la sede del Cuartel Gene-ral de la V Flota norteameri-cana y tenga la consideración de aliado importante de EE UU añade trascendencia a la posible deriva de la revuelta popular y justifica los esfuer-zos estadounidenses por apo-yar a la monarquía, a la vez que la persuaden a aceptar algunas reformas, aunque el poder ha decretado el estado de emergencia.
En Kuwait también se han producido disturbios, aun-que con menos relevancia que en Bahréin. Inicialmente, gru-pos de apátridas se manifestaron en la ciudad de Jahra, solicitando una nacionalización que les dé de-recho a la educación, asistencia sa-
nitaria y puestos de trabajo. Poste-riores manifestaciones de jóvenes reclaman la destitución del primer ministro Nasser Mohamed al Jaber al Sahab.
La dinastía Al Sabah de Kuwait es la menos autócrata del Golfo. Fue la primera en permitir un Par-lamento, y sigue siendo un aliado importante de EE UU. Los diversos campamentos que conservan en su suelo (Ali Salem, Arifjan, Blue-bring) y las instalaciones en la base naval tienen un papel destacado en el apoyo a las fuerzas en Irak y en su repliegue.
El sultanato de Omán, guardián del estrecho de Ormuz frente a Irán, y el estado independiente más antiguo del mundo árabe, ha sido el último en sumarse a la ola de disturbios. Consi-derado uno de los países más estables de la región, se ha visto sorprendido
por la violencia de las manifestacio-nes reclamando reformas políticas y puestos de trabajo. Sohar, la principal ciudad industrial, Salalah y la capital, Mascate, han sido escenarios de en-
frentamientos durante tres semanas.Las medidas tomadas por el sul-
tán de elevar el salario mínimo, ayudas financieras y la creación de 50.000 nuevos puestos de trabajo, no han sido suficientes para calmar los ánimos. El cambio de ministros tampoco ha satisfecho a una po-blación que ahora pide un mayor poder para el parcialmente electo Consejo Consultivo.
Tradicional y aislado, Omán también puede sufrir una crisis por la sucesión. El sultán Qaboos bin Said, querido y respetado, gobierna desde hace 40 años, pero no tiene hijos y ha mantenido fuera del go-bierno a sus parientes.
EMIRATOS EN CALMAQatar, junto con los EAU, son los únicos países del Golfo que se man-tienen en calma, aunque también
han llegado hasta allí los ai-res de cambio, como prueba que los intelectuales hayan pedido elecciones democráti-cas y reforma del Parlamento de los EAU.
Los siete emiratos están unidos en una Confederación, pero mantienen su propia monarquía y un alto grado de independencia. Liderados tra-dicionalmente por Abu Dha-bi, que es el que tiene mayor riqueza petrolífera, el emir Califa bin Zayed al-Nahyan, ostenta la presidencia de la Confederación.
Francia cuenta, desde 2009, con una base militar en Abu
Dhabi que permite el apoyo logísti-co naval en Mina Zayed y aéreo en Al Dhafra, además de entrenamien-to terrestre en Madinat al-Zayed. Qatar con una extensión similar a
Que Bahréin sea
sede de la V Flota estadounidense añade
trascendencia a las revueltas
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Atenea · Número 2532
REVUELE N P O R T A D A
Murcia, pero con menos del 6% de población, encarna todas las con-tradicciones de Oriente Próximo. Acoge el Cuartel General Avanzado del USCENTCOM en la gran base aérea Al Udeid, en las proximida-des de Doha, pero también es sede de la controvertida cadena de TV Al Yazira. Mantiene estrechas relacio-nes con Irán y Siria, pero tiene con-tactos con Israel. Estas relaciones, unidas a su dimensión e inversio-nes, le han permitido convertirse en un activo mediador, siendo su mayor triunfo el Acuerdo de Doha que puso fin a la guerra en Líbano en 2008.
En resumen, podemos concluir que las rebeliones populares, que ya salpican a las monarquías del Golfo plantean serios interrogan-tes a corto y medio plazo. La ame-naza a la estabilidad y la ruptura del status quo de la región, puede acarrear graves consecuencias eco-nómicas -crisis energética y finan-ciera-, y sobre todo un cambio im-portante en la geopolítica regional por la pérdida de influencia de EE UU, el fortalecimiento de Irán, y el aislamiento de Israel.
La decisión del CCG de facili-tar 20.000 millones de dólares a Bahrein y Omán puede apaciguar las protestas, pero difícilmente fre-nar las ansias de cambio. Tanto si se trata de un efecto dominó, o más bien un efecto mariposa, por los múltiples factores involucrados, juventud, chiísmo, islamismo, la realidad es que la sociedad árabe se ha asoma-do a la modernidad y los monarcas del CCG, ancianos en su mayoría, tendrán que ponerse al frente de las reformas largamente demoradas. Esperemos que no sea demasiado tarde. � FO
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Una joven manifestante antiMubarak
durante una manifestación contra
el régimen egipcio celebrada enfrente
de la embajada de El Cairo
en Madrid el pasado 6 de febrero.
¿Qué puede esperar España de ese fantasma que recorre el mundo árabe y que se llama libertad? La tentación inmediata es pensar que los efectos a corto plazo para nuestro país van a ser negativos ante ese vendaval que ha provocado ya la caída fulminante de dos veteranos dictadores en Túnez y Egipto y ha desembocado en una guerra civil y tribal en Libia
Los que piensan así esgrimen dos argumentos po-derosos. Por un lado, la amenaza latente de un de-sabastecimiento energético o de una subida des-
controlada de los precios de esos productos. Nada más producirse el estallido social en la región y en Bahréin, los especuladores comenzaron a incrementar de forma exponencial el precio del barril de crudo.
La trayectoria seguida por el mercado de productos petrolíferos no parece dejar lugar a dudas. A principios de diciembre de 2010, cuando la situación en el Magreb parecía tranquila, el barril de petróleo tipo Brent se mantenía por debajo de los 95 dólares. Tras la caída de Ben Alí en Túnez el 14 de enero, el precio rondaba ya los 98 dólares, pero fue subiendo paulatinamente a medi-da que arreciaban las protestas contra Hosni Mubarak en la plaza Tahrir de El Cairo. Antes de que terminase el mes de enero, se superó el nivel psicológico de los 100 dólares. La destitución del dictador egipcio el 11 de febrero confirmó la tendencia alcista del crudo, que inmediatamente se disparó con el comienzo de las pro-testas en Libia, seguidas de choques armados pocos días después.
Nuestra dependencia energética supone que una subida prolongada de los precios del petróleo y del gas se traduzca automáticamente en graves pérdidas para la economía. Se calcula que por cada diez dóla-
TAS ÁRABES
por Manuel de Ramón
EFECTOS EN ESPAÑA
Atenea · Número 2534
E N P O R T A D A
res que sube el barril de petróleo, la factura energética española aumenta en 6.000 millones de dólares. Los economistas consideran que los 120 dólares por barril constituyen una frontera muy peligrosa para la recupe-ración de nuestra economía. Es cierto que en 2008 el brent alcanzó su récord de 146 euros el barril, pero en aquellos momentos la economía mundial todavía esta-ba creciendo.
La situación actual es muy diferente. El Gobierno es-pañol espera que el Producto Interior Bruto, PIB, crezca este año el 1,3%, pero con el crudo por las nubes, la llega-da de los brotes verdes se retrasaría todavía más. Y no hay que olvidar que, con crecimientos del PIB inferiores al 2%, en España todavía se seguiría destruyendo empleo, aunque a menor ritmo que en los ejercicios anteriores.
REPUNTE INFLACIONARIOY todo ello, sin olvidarnos de que la subida de produc-tos energéticos va directa al centro neurálgico de las economías familiares y em-presariales porque dispara las tendencias inflacionarias. Durante varios trimestres, el nivel de precios de bienes y servicios se había manteni-do en España al borde de la deflación a consecuencia de la crisis. Esto es, la caída ge-neralizada y sostenida de los precios; un fenómeno que se considera casi más negativo que la propia inflación. Sin embargo, la cesta de la com-pra ha recuperado la línea alcista, en buena parte por culpa de los carburantes. Ahora podríamos entrar en la fase conocida por los eco-nomistas como de estanflación (stagflation en inglés), que es el resultado del estancamiento económico más la inflación.
No hay que olvidar que cuando el gasóleo y la gaso-lina suben, su efecto sobre el sector de los transportes tiende a arrastrar al alza al resto de bienes y servicios que necesitan un vehículo para ser repartidos. Un ejemplo que se viene manejando mucho en los últimos meses: en 2011 llenar el depósito de gasolina cuesta entre 11 y
14 euros más que un año antes. Y quizá lo más preocu-pante es que el repunte inflacionista no sería exclusivo de España, aún con todo lo que implicaría de pérdida de competitividad para nuestras exportaciones. Los exper-tos apuntan a que la inflación subiría en toda Europa, lo que significaría que el Banco Central Europeo podría volver a la política de subidas periódicas de los tipos de interés en la zona euro, enterrando así nuestra recupe-ración económica, incluso antes de nacer, porque con tipos de interés altos es más difícil invertir.
A 110 KILÓMETROS POR HORALos primeros efectos de la inestabilidad en el Norte de África empezaron a hacerse visibles en nuestra vida co-tidiana a primeros de marzo, aunque de una forma que podría ser calificada como anecdótica. Como se sabe, el Gobierno decidió entonces reducir la velocidad a 110
kilómetros por hora en auto-vías para ahorrar unos 1.560 millones de euros anuales, según las explicaciones del Ministerio de Industria. En realidad, la dependencia es-pañola del crudo libio no es demasiado grande. Las com-pras españolas de petróleo en aquel país representaron en 2010 algo menos del 13% del total de nuestra factura. Asi-mismo, adquirimos a Libia el 25% del gas natural que nece-sitamos para la industria y los hogares.
Desde el departamento de Miguel Sebastián se insiste en que el petróleo y el gas libios
son perfectamente sustituibles. También se recuerda que nuestras importaciones de productos energéticos están muy diversificadas y ningún país nos aporta más del 14% ó el 15% de lo que consumimos.
De ser ciertas estas previsiones, la controvertida medi-da del tope en los 110 kilómetros por hora no debería pa-sar de una mera anécdota, pero puede anticipar otro tipo de problemas más graves, sobre todo si los conflictos se extienden a toda la región, especialmente a Argelia, que nos surte de aproximadamente el 30% del gas natural que necesitamos. Además, no se trata sólo de la energía.
El caso de Repsol no es único,
tambien han pagado las consecuencias otras empresas
españolas
Número 25 ·Atenea 35
Si tradicionalmente algunos países del Norte de África han sido el gran proveedor de estas materias para España, en los últimos años se habían convertido también en un importante mercado para nuestras empresas.
En el plano estrictamente empresarial, los efectos secundarios de la revolución árabe para España no se limitan al encarecimiento de la factura del petróleo y del gas, también afectan a las compañías españolas con in-versiones en la región. El caso más llamativo ha sido el de Repsol, que después de casi 40 años de presencia en Libia, tuvo que repatriar a finales de febrero a todos los empleados españoles que tenía en las ex-plotaciones de aquel país y recortar la producción, con la consiguiente disminución de ingresos por el cese de la actividad.
En teoría, estas pérdidas están cubiertas por las llama-das cláusulas de reparación. En la práctica, el pago de es-tas cláusulas dependerá de la decisión de los nuevos go-biernos, una vez se estabilice la situación política y sea cual sea el resultado de las revueltas, tanto si se instalan gobiernos democráticos, que sería lo deseable, como si al viejo dictador le sucede otro dictador.
Y conviene recordar que el caso de Repsol no es el único. También han pagado las consecuencias más em-presas en la región. Otras compañías españolas tienen importantes inversiones en Argelia, Túnez y Egipto. Al-gunas de ellas en el sector energético, como en Argelia. En Túnez y Egipto también hay otras instaladas en el sector de la construcción, las infraestructuras y el turis-mo (Sol Meliá, Iberostar, Barceló). Incluso algunas esta-ban trabajando en la incipiente industria turística libia, basada en el desarrollo de infraestructuras deportivas y hoteleras. Estas empresas, al igual que las petroleras también han repatriado a sus empleados, porque si hay inestabilidad en la zona, los turistas abandonan los des-tinos de vacaciones y los hoteles tienen que cerrar.
En Bahréin, un pequeño país del Golfo donde se es-tán registrando fuertes protestas populares, destacan las
inversiones de empresas españolas como Inditex (Zara), Mapfre y Porcelanosa.
TEMOR A LA INMIGRACIÓN Por otro lado, el temor a una nueva oleada de inmigran-tes ilegales vuelve a encender las alarmas en Europa. Tras el comienzo de las revueltas, los llamados “inmi-grantes ilegales” habían sido fundamentalmente ciu-dadanos libios que huían de la represión de Muamar el Gadafi y de la guerra civil y tribal desatada a finales de febrero y principios de marzo. Estas personas pueden ser consideradas en muchos casos como refugiados po-líticos, pero lo que realmente preocupa a determinados gobiernos europeos, especialmente en el caso de Berlus-coni, es que la desaparición del control que hasta ahora realizaban esos regímenes dictatoriales deje el campo li-bre a las mafias que trafican con personas. Una idea que ha sido calificado de egoísta, pero que podría llegar a ser una realidad.
Libia y Túnez están muy lejos de España, pero en nuestro caso este planteamiento, que también puede
El Gobierno español ha decidido reducir la
velocidad a 110 kilómetros por hora en autovías
para ahorrar unos 1.560 millones de euros anuales,
aunque en realidad, nuestra dependencia del crudo
libio no es demasiado grande respecto a otros países.
FOTO: MLR
Atenea · Número 2536
ser tachado sin duda de miope, aunque realista, estaría justificado por el temor a una desestabilización de la monarquía de Mohamed VI. Más de un observador re-conoce que, a pesar de los problemas y roces que sur-gen casi constantemente con nuestro difícil vecino del sur, en los últimos años ha ayudado a impermeabilizar nuestra frontera y ha dificultado el tráfico clandestino de personas hacia nuestro territorio. Si Italia considera que Túnez y Libia están demasiado cerca de sus costas, hay que recordar que Marruecos está a 16 kilómetros de la Península.
En marzo, el monarca alauí dio un giro a su política interna y presentó solemnemente una profunda reforma constitucional que supone un drástico recorte de sus po-deres semifeudales. Mohamed VI renunciará al derecho a nombrar directamente al primer ministro y anunció “elecciones libres y sinceras”. Hasta ahora, podía designar al jefe del Gobierno sin con-tar con el Parlamento. Frente a los deseos de libertad del pueblo marroquí expresados en las manifestaciones del 20 de febrero, parece que el mo-narca ha sabido reaccionar con rapidez.
Lo deseable para España es que Mohamed VI pro-mueva una transición ha-cia un verdadero régimen democrático, similar a lo que vivimos en España hace casi 35 años. De lo contra-rio, si intenta hacer oídos sordos a las demandas de los súbditos que aspiran a ser ciudadanos, a la larga comenzaría un periodo de inestabilidad que nos devolvería la terrible imagen de las pateras llegando a las playas andaluzas y canarias con cadáveres y personas al borde de la muerte, entre otros muchos problemas.
No sólo el control de la inmigración ilegal depende de la estabilidad política de Marruecos. Actualmente hay unas 500 fábricas españolas instaladas en aquel país, donde los bajos salarios permiten que sus pro-ductos compitan con los que llegan de China. Y por si fuera poco, está el centenar de barcos que faenan en
los caladeros marroquíes gracias al convenio de pesca entre el reino alauí y la Unión Europea. Durante mu-chos años, la pesca ha sido otro quebradero de cabeza frecuente para los gobiernos españoles de cualquier signo político.
MÁS TURISTAS EN ESPAÑANo obstante, al menos a corto plazo, las revueltas ára-bes no han traído sólo malas noticias para la economía española. También ha habido alguna positiva. El sector turístico, el más importante de nuestra economía, se ha visto beneficiado por la inestabilidad callejera en el Magreb. Muchos ingleses y alemanes han cambiado apresuradamente sus reservas en Túnez y Egipto, e in-cluso en otros países como Marruecos, y han decidido recuperar España como su destino tradicional, a pesar
de que nuestros precios no parezcan tan competitivos como los de la orilla sur del Mediterráneo.
Se calcula que desde que comenzaron las revolucio-nes árabes, se han anulado más de 600.000 reservas de paquetes turísticos en la re-gión para dirigirlas hacia nuestro país en los próximos meses. Sólo en enero de este año llegaron a España más de 2,6 millones de turistas. Esta cifra representa un au-mento del 4,7%, algo que no ocurría desde el comienzo de la recesión económica en 2008. Al menos por esta vez, las Canarias han sido las Islas
Afortunadas, ya que en enero recibieron más de 860.000 turistas (un 8,8% más). Los responsables del sector turís-tico del archipiélago confían en que al final de la tempo-rada de invierno habrán llegado otros 300.000 visitantes adicionales. Grecia también se ha beneficiado con la lle-gada de estos turistas inesperados.
Una situación similar a la que ya se vivió en la déca-da de los 90. Entonces, el estallido de la guerra en los Balcanes desvió hacia España a buena parte de los tu-ristas que hasta ese momento habían elegido la antigua Yugoslavia para pasar sus vacaciones. �
E N P O R T A D A
El sector turístico español
se ha visto beneficiado por la inestabilidad
del Magreb
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E N P O R T A D A por Malen Ruiz de Elvira
la distribución de masas, que tam-bién habría alterado la posición del eje de simetría de la Tierra (que no es el eje norte sur, ya que ambos es-tán separados unos 10 metros). Este eje se habría desplazado unos 17 centímetros. Estos cambios pueden considerarse transitorios, porque las condiciones en el planeta Tie-rra, aunque parezca lo contrario desde una visión parcial en cada momento como es la humana, son dinámicas, no existe el reposo y los cambios son continuos.
No es la primera vez que se cal-cula el efecto de un gran terremo-to sobre la Tierra. En el seísmo del año pasado (de 8,9) en Chile y en el de Sumatra de 2004 (de 9,1), los modelos indicaron igualmente un acortamiento muy pequeño del día como consecuencia. Sin embargo, “la velocidad de rotación de la Tie-rra está continuamente cambian-do, no sólo por los terremotos, sino por los efectos, mucho mayores, de los vientos atmosféricos y las corrientes oceánicas”, recuerda Ri-chard Gross, del Jet Propulsion La-boratory de la NASA, especialista en este tema. ”En un año, la duración del día oscila entre valores que se
JAPÓN seR
la distribución de masas, que tbién habría alterado la posicióneje de simetría de la Tierra (que
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LOS EFECTOS DEL TSUNAMI VISTOS DESDE UN SATÉLITE
Vistas de Japón antes y después del tsunami. La imagen superior
de la ciudad de Ishinomaki (170.000 habitantes) se tomó el 8 de agosto pasado y la de abajo el 15 de marzo. Abajo, una vista de
la costa el 5 de septiembre pasado (izquierda) y la contraréplica el 12 de marzo. Todavía es pronto para efectuar una apreciación exacta del alcance material y moral del
terremoto. En la otra página, la localidad de Wakuya (18.000
habitantes).
El terremoto y el tsunami que han asolado la costa noreste de Japón ha causado una ca-
tástrofe de carácter humanitario, una situación muy grave de abas-tecimiento de alimentos (que ne-cesita importar) y de energía, una gravísima situación económica y financiera para aquel país. Ahora se plantea la reconstrucción de las infraestructuras destruidas y re-solver el problema derivado de las centrales nucleares. Los japoneses tienen una larga experiencia en atajar catástrofes naturales, pero el daño registrado ha causado pro-porciones gigantescas.
La energía liberada por el gran terremoto de Japón, de magnitud 9 en la escala de Richter, ha sido tan grande que ha desestabilizado lige-rísimamente el planeta, dando lu-gar a una nueva situación en la que los días son más cortos (aunque no tanto que el fenómeno sea percepti-ble). Los primeros cálculos indican que el seísmo, el quinto en impor-tancia desde 1900, ha afectado a la rotación de la Tierra, haciendo que gire un poco más deprisa, con lo que cada día es 1,8 microsegundos más corto. La razón es el cambio en
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diferencian aproximadamente en un milisegundo, es decir, unas 550 veces más que el cambio producido por el terremoto. También cambia continuamente la posición del eje de masas, alrededor de un metro a lo largo de un año, seis veces más que a consecuencia de este desas-tre”. Gross recuerda que los efectos de los terremotos se calculan con simulaciones avanzadas, ya que no se pueden medir estos parámetros con tanta precisión.
La Tierra es un planeta que guar-da en su interior una enorme canti-dad de energía, fuente de gran parte de los desastres llamados naturales, y no es sorprendente que el terre-moto, además de afectarla en su conjunto, haya tenido más efectos en la zona en que se ha producido. Se calcula que la costa este de la isla de Hoshu, la mayor de Japón, se ha desplazado al menos 2,4 metros hacia el este, y su zona noreste, la más afectada, hasta unos 4 metros. Son los primeros datos a partir de la completa red de receptores GPS de
Los satélites de observación de la Tierra están proporcionando in-formación inmediata de los efectos del terremoto en Japón, lo que per-mite reaccionar con una velocidad y precisión al desastre que hace tan sólo 50 años no se podía ni soñar. En cuanto a los daños en algunas centra-les nucleares de Japón y la emisión a la atmósfera de sustancias radiacti-vas, no está de más recordar que el periodo de semidesintegración de uno de los isótopos del plutonio, el plutonio 239, presente en las barras de combustible de las centrales, es de 24.100 años, y no es el isótopo de mayor duración.
Japón utiliza las centrales nuclea-res porque no cuenta con recursos energéticos propios. Depende del cru-do del Golfo Pérsico e importa otras fuentes de energía como carbón. La oposición a las nucleares toma alien-to, pero difícilmente en el inmediato futuro se podrá prescindir de ellas y tampoco lo harán otros países. �
que dispone el país, muy preparado para afrontar terremotos. Esta de-formación de la isla, sumada a los efectos puntuales sobre la costa del maremoto subsiguiente, hará que tengan que cambiarse los mapas, especialmente las cartas marinas, han señalado fuentes del Servicio Geológico de Japón.
Japón está situado en el llama-do Anillo de Fuego del Pacífico, un área de alta sismicidad. Se encuen-tra justo sobre el límite de la placa tectónica del Pacífico, que se está metiendo debajo de la placa de Nor-teamérica y que en esa latitud se mueve unos 83 milímetros por año hacia el este. Los terremotos son el mecanismo por el que se libera la energía que se va acumulando por estos roces gigantescos.
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40 Atenea · Número 2540
I B E R O A M É R I C A por Ángel Gómez de Ágreda
El México de hoy es más un
ejemplo de la importancia
de los actores no-estatales
y delincuentes transnacionales
que del poderío de los estados na-
cionales y, como en otras partes
del mundo, el narcotráfico juega
hoy un papel muy destacado en la
geopolítica mundial.
El poder del tráfico ilegal de dro-gas al sur del Río Grande no es nue-vo. Sin embargo, una conjunción de factores ha agravado su impor-tancia en los últimos años: la pues-ta en marcha del Plan Colombia, la
BAJO el VOLCÁN
MEXICANO
Según afirma George Friedman, director y fundador de Strategic Forecast, en su libro Los próximos cien años, México es un país destinado a expandirse en todos los sentidos, incluido un posible intento de re-cuperación de Texas y de los territorios arrebatados por Estados Unidos en 1848. Aunque una voz tan autorizada como la de Friedman no puede tomarse a la ligera, no parece ésa la situación hoy en día
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llegada al poder de Felipe Calderón y su guerra contra los cárteles, el incremento de los medios de lucha antidroga en Estados Unidos y el endurecimiento de su política fron-teriza.
Las mercancías fluyen desde los productores hasta los consumido-res de forma natural. Al norte del Río Grande se encuentra el mayor consumidor de drogas del mundo; al sur, los mayores productores. El enorme potencial económico de este tráfico moviliza ejércitos ente-ros de delincuentes a ambos lados
de la frontera. Son esos mismos beneficios los que sustentan a las familias y clanes mafiosos y, en mu-chos casos, a las guerrillas y grupos insurgentes.
Para hacer frente a los problemas que estos grupos habían generado en Colombia y atajar el tráfico de estupefacientes que acababan en las calles de las ciudades de Estados Unidos se puso en marcha, en 1999, el llamado Plan Colombia que ha implicado, entre otras muchas me-didas, la apertura y mantenimiento de diversas bases estadounidenses
en el país. El objetivo es múltiple; por un lado se pretende combatir el narcotráfico y, por otro, apoyar a las fuerzas gubernamentales en su lu-cha contra la guerrilla. El presiden-te de Venezuela, Hugo Chávez, –y algunos otros– atribuyen también al Plan el papel de tener controlado el antiguo patio trasero americano en el que florecen regímenes extra-ños y contrarios a los intereses del poderoso vecino del Norte.
La importante presencia militar americana y de sus servicios de in-teligencia en Colombia y el incre-mento de los medios de vigilancia navales y aéreos (entre los que se cuentan los CASA C-235 y C-295 que tanto México como Estados Unidos han adquirido a España) terminaron por obligar a los narcos a utilizar rutas terrestres a través de la frontera mexicana.
El tránsito afecta tanto a la fron-tera sur de México (en Chiapas, por ejemplo) como a una amplia zona en el norte sobre la que la capital tiene poca capacidad de control. La Iniciativa de Mérida, acuerdo entre los gobiernos mexicano y estadounidense firmado en 2008 y que involucra a un gran número de agencias y servicios de seguridad y justicia por ambas partes, preten-
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Una vez logrado su decomiso, la droga
se incinera. Es habitual que las tropas
participantes oculten sus rostros para
evitar represalias en sus familias.
42 Atenea · Número 2542
I B E R O A M É R I C A
dió incrementar la colaboración y proporcionar los medios necesa-rios para combatir a los narcos y el crimen organizado.
Paradójicamente, el aumento de la presión sobre estos grupos ha su-puesto una mayor especialización y un incremento exponencial de la violencia, tanto entre las distintas familias como contra las autorida-des y fuerzas de seguridad. Asimis-mo, el incremento de los precios y beneficios ha permitido ampliar el negocio de la distribución infectan-do otras zonas del planeta. Hasta Europa, segundo gran consumidor ,y donde España juega –desgracia-damente– un destacado papel, lle-gan las mercancías a través de cen-tros de tránsito en la zona del Golfo de Guinea y África Occidental, en las que también empieza a desarro-llarse el fenómeno de la piratería. La rentabilidad alcanzada permite utilizar aviones fletados por los tra-ficantes para el cruce del Atlántico (lo que se ha dado en llamar “Líneas aéreas cocaína”).
La deficiente colaboración entre las distintas agencias estatales de ambos lados de la frontera, tanto entre ellas como con sus equivalen-tes, ha supuesto, además, el incre-mento de otros tráficos asociados al de estupefacientes. La exportación ilícita de armas desde los Estados Unidos hacia el sur se ha multipli-cado en los últimos años y es uno de los detonantes del aumento de la violencia. El movimiento clan-destino de grandes capitales y su
blanqueo es, si cabe, todavía más importante ya que constituye la recompensa final para los implica-dos. Al igual que sucede en Europa, estos tráficos ilícitos se han asocia-do con las mafias que trafican con personas, ya sea como inmigrantes o para su explotación sexual.
El grado de violencia alcanzado –y del que algunos culpan en parte a la presencia de mafias rusas, ex-tremadamente brutales– ha lleva-do al Gobierno Federal mexicano a implicar a las Fuerzas Armadas en sustitución de, o en colaboración con, la policía en la lucha contra los narcos. De hecho, son unidades aje-nas a las zonas de actuación las que llevan a cabo las operaciones, en desplazamientos ad hoc, para evitar tanto su contaminación como la adopción de represalias por parte de las bandas.
‘PAIS COLCHÓN’Estados Unidos es un país-conti-nente. Protegido por el norte por su vecino Canadá, tiene en México un colchón que le separa del turbulen-to e inestable sur. Esto no ha sido siempre así. La guerra mexicana que culminó en el Tratado de Gua-dalupe Hidalgo supuso la incorpo-ración al territorio de la Unión de casi la mitad del México de la época, que se sumaba a California y Texas también posesiones españolas.
La doctrina continental ameri-cana, elaborada por el presidente John Quincy Adams y su predece-sor James Monroe, demandaba la
anexión de esos territorios mexica-nos para asegurar la supervivencia y la supremacía de recién nacido país. Sin embargo, el flanco suroeste sigue constituyendo una zona muy sensible en la que los norteameri-canos han tenido que intervenir en repetidas ocasiones en el pasado.
De hecho, el detonante final que desencadenó la intervención de Es-tados Unidos en la Primera Guerra Mundial fue la intercepción por parte de los servicios de inteligen-cia británicos de un mensaje en que se invitaba a México a entrar en la guerra del lado alemán, en el caso de que Estados Unidos se uniese a los ingleses a raíz de los ataques de los submarinos alemanes a bar-cos neutrales. A cambio, se ofrecía ayuda para recuperar los territorios perdidos medio siglo antes. La im-plicación de México, que no llegó a producirse, tenía por único propó-sito el desvío de la atención estado-unidense hacia su propia seguridad en lugar de mirar al otro lado del océano.
Durante la Segunda Guerra Mun-dial, en cambio, Alemania hundió varios petroleros mexicanos que transportaban combustible a Esta-dos Unidos. Estas agresiones a bu-ques neutrales supusieron la entra-da de México en la guerra del lado de los Aliados. Curiosamente, el estado de guerra se mantuvo hasta 1951.
En la actualidad, México ha sus-crito el Tratado de Libre Comer-cio de Norteamérica (TLCNA) con EEUU, al que también pertenece Ca-
El enemigo está disperso en múltiplesCÉLULAS INDEPENDIENTES y, en ocasiones,
beligerantes entre ellas
La Armada
mexicana
contribuye
eficazmente a la
lucha contra el
tráfico de drogas.
En la imagen,
preparando la
incineración de un
alijo decomisado.
nadá. El comercio mexicano con sus socios en el tratado supone el 90% de sus exportaciones (de las que al-rededor de un 15% se corresponden a derivados del petróleo) y más de la mitad de sus importaciones.
Sin embargo, tanto en México como en muchos otros países de Iberoamérica, la presencia comer-cial de China se hace cada vez más patente. El número creciente de es-tudiantes de mandarín en México lo atestigua, tanto como la amplia presencia china entre las empresas que gestionan el puerto de Vera-cruz, el más importante del Caribe mexicano.
Lo mismo ocurre con las ventas de armamento ruso a casi todos los países de la región, incluso a aque-llos que, como México o Colombia, mantienen estrechos lazos con los Estados Unidos. Como ya se ha se-ñalado, las mafias y organizaciones delictivas trasnacionales rusas ope-ran también en la frontera Norte
mexicana en colaboración y com-petencia con las locales.
Algunos quieren ver en la situa-ción de la frontera una réplica de la Guerra del Opio que libró Gran Bretaña en China o los intentos de terceras potencias de desestabili-zar a los Estados Unidos creando tensiones en su frontera, similares a las que experimenta China en Corea o Taiwán, o Rusia en el Cáu-caso. Ningún dato apunta, sin em-bargo, en esta dirección. Lo que se está viviendo en los estados norte-ños mexicanos es uno de los ejem-plos más claros de las luchas que predominarán en un futuro próxi-mo. Los actores no gubernamenta-les, los grupos delictivos y mafias transnacionales se están viendo muy reforzados por la utilización de las nuevas tecnologías y los mo-dernos medios de comunicación que les permiten actuar con rela-tiva impunidad desde cualquier lugar del globo.
La delincuencia transnacional –igual que el terrorismo– no es un enemigo al que se pueda derrotar en una sola batalla. El enemigo está disperso en múltiples células independientes y, en ocasiones, be-ligerantes entre ellas. El desmante-lamiento de un clan mafioso nece-sita de actuaciones adicionales para evitar que un nuevo grupo ocupe el espacio que queda vacante.
Las lecciones que debemos ex-traer de la situación mexicana incluyen la necesidad de adaptar los instrumentos de los estados a un tipo de amenaza que, sin ser nuevo, alcanza una importancia tal que puede llevar a países de la importancia de México a bordear el estatus de estado fallido y des-estabilizar una región clave. No se puede descartar, además, que po-tencias interesadas en pescar en río revuelto apoyen a estos grupos para perjudicar los intereses de un competidor. �
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Atenea · Número 2544
Quien circule por la A-92 a su paso por Alcantarilla (Murcia) puede contemplar a menudo el espectá-
culo del lanzamiento de paracaidistas desde los CASA C-212 de la base aérea del mismo nombre. Lo que desde hace cuatro años cho-ca más es otra visión, más propia de una fá-brica que de una instalación militar. Se trata de una construcción gris que crece hacia arriba y se divide en cuatro salidas, semejan-tes a enormes trompetas.
Se trata de un simulador de caída libre, o como se le llama familiarmente en la base,
“el túnel de viento”. En pocas palabras, es una infraestructura que permite simular la caída libre del saltador mediante un flujo de aire. De esa manera, puede ejecutar las ma-niobras y experimentar las sensaciones de forma muy parecida a un lanzamiento real, pero en un entorno controlado.
El túnel de viento propiamente dicho es una cámara cerrada con un flujo de aire ver-tical provocado por la aspiración de cuatro hélices situadas en la parte superior. Cuando uno se mete dentro, lo primero que llama la atención es pisar una malla compuesta por
T E C N O L O G Í A por César Pintado
LA EXPERIENCIA
ALALCANCE DE TODOS
Ya es posible convertirse en un paracaidista ex-perimentado con pocos saltos y ensayar acro-bacias aéreas sin peligro. Por poco dinero,
cualquiera puede ahora usar las insta-laciones donde se instruyen los mejo-res manualistas militares de España
PARACAIDISTA
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En la enseñanza militar antigua el alumno pasaba de la teoría en el aula y el campo al salto real, sin que un instructor le guiase en “la hora de la verdad”.El resultado era que el alumno, pre-sa de la lógica ansiedad, cometía errores que sólo podían corregirse con los sucesivos saltos, pues la in-tervención del instructor era siem-pre posterior a cada uno de ellos, ya en aula o por visionado de vídeos.Huelga decir que, en un momento crítico, las reacciones se miden en segundos y hasta en fracciones en una secuencia imparable. Por ello no era raro que, en los primeros saltos, muchos alumnos se sintiesen bloqueados para tomar la decisión correcta en el momento oportuno
y, sin duda, esa ansiedad le ha cos-tado la vida a más de un neófito; por ello, desde hace años los dispo-sitivos de seguridad crono-baromé-
tricos se encargan de la apertura de los paracaídas de emergencia.
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En la alumnaula yque uhora dEl resusa de errorecon lotervenpre po
VENTAJAS DEL SIMULADOR
122 cables de acero de una tonelada de re-sistencia cada uno. El diámetro de la cáma-ra de vuelo es de 4,26 metros y su altura de 2,8. Esta altura es la de uso normal, estando a la vista de los instructores, aunque pueden usarse los siete metros de altura hasta las hé-lices. Esas dimensiones permiten el uso de cuatro personas en relativo, esto es, interac-cionando. Pueden estar volando hasta nueve o diez, que es el máximo por grupo, pero sin poder hacer ningún trabajo.
Alrededor de esa cámara hay una peque-ña zona de espera, una zona de observación
y una sala de control. Para evitar la succión por diferencia de presión, la zona de espera actúa como exclusa, gracias a su doble puer-ta con sistemas de ajuste de presión. En la sala de control el instructor tiene un espa-cio insonorizado donde puede observar la cámara de vuelo, regular la entrada y salida del personal y operar el sistema, incluyendo la grabación de vídeos o la toma de fotogra-fías. El siguiente anillo es la zona de observa-ción de los ejercicios de la cámara de vuelo a través de unos paneles transparentes. En otra parte de la estructura se dispone de sa-
EXTRAÑA FORMA
El edificio del túnel
del viento (arriba)
parece más una
fábrica que una
instalación militar,
debido a sus cuatro
salidas en forma de
grandes trompetas.
En el resto de las fotos,
vistas interiores de las
instalaciones y el efecto
del viento en el rostro.
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las para diferentes usos, como un aula equi-pada para la formación de los manualistas y un vestuario. Pero es en la base donde se en-cuentra el corazón de la bestia, cuatro turbinas que mueven las hélices, con una potencia de 300 Kw/h cada una, si bien esos 1.200 Kw nunca se usan al 100%. Lo normal es operar a dos tercios de la potencia y, en casos muy
concretos, hasta el 90%. Se genera así una corriente de aire de hasta 250 Km/h, aunque la velocidad habitual es de 170.
VENTAJASNo hay que ser un paracaidista experimenta-do para deducir las economías de escala que proporciona toda esta estructura. El tamaño ideal de un grupo es de cinco o seis personas, que, trabajando una hora en sesiones de dos minutos, vuelan unos diez cada una. Tenien-do en cuenta que el tiempo de caída real desde 11.000 pies es de unos cincuenta segundos, la sesión equivale a una experiencia de vuelo de 11 saltos. Cada salto de esas características con un C-212 de la base lleva 20 minutos en condiciones óptimas, a lo que hay que sumar el plegado del paracaídas. Con todo, para rea-lizar los 10 minutos de caída libre para un gru-po de seis personas se necesitaban siete horas y media frente a una del túnel, a lo que habría que añadir la fatiga por el plegado, esperas, desgaste de material, combustible y la inevi-
table dosis de riesgo. Es uno de los túneles de viento más grandes de Europa. De hecho, sólo pueden compararse con él los túneles de Fort Bragg (EEUU) y de Bedford (Reino Unido); sus principales características son que el túnel es de absorción, no de soplado, y la cámara de vuelo es de pared a pared. Túneles fabri-cados con una tecnología anterior, como el de Bedford, tienen bordillos en sus cámaras de vuelo o tienen forma octogonal (incluso hexagonal). Se producen así pequeñas zonas de turbulencia y flujos irregulares que hacen el vuelo menos cómodo y seguro, ya que el alumno tiende a caerse por los lados.
Dicho todo lo anterior, cabe preguntarse por qué no se construyó antes o por qué no hay uno en cada escuela militar de paracai-dismo. La respuesta es el alto coste y el lar-go proceso hasta disponer del que, hoy por hoy, es uno de los mejores simuladores de paracaidismo del mundo. Antes de 2.002 ya se hizo un estudio para evaluar los inconve-nientes, los distintos tipos de modelos exis-tentes en el mercado y las mejoras que podía aportar. Su construcción se decidió en 2.004 y se prolongó durante año y medio, tiempo en el que hubo que afrontar dificultades ta-les como elegir la ubicación idónea dentro de la base, dados los límites de ruido (70 db en un radio de 100 metros) o la llegada de ciertos componentes desde EE UU.
El simulador se estrenó con el primer curso para instructores en agosto de 2.006, aunque no funcionó a pleno rendimiento hasta el año siguiente. No fue un proyecto nada barato; su coste rondó los 6 millones de euros. Aunque no hay una estadística de cuántos manualistas se han formado en el simulador ni del ahorro que ha supuesto, el balance general, cuatro años después de su entrada en servicio, es más que positivo. La cuestión ahora es amortizarlo.
PROFESIONALES Y CIVILESHoy día los usuarios principales del simulador son la Patrulla Acrobática Paracaidista del Ejér-cito del Aire (PAPEA), el Escuadrón de Zapado-res Paracaidistas del Ejército del Aire (EZAPAC),
T E C N O L O G Í A
EL PRIMER SALTO
En condiciones
óptimas, cada salto
en paracaídas lleva
20 minutos. A la
derecha, simulador
virtual y ejercicios
de entrenamiento
previo.
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la Escuela Militar Paracaidista y los manualistas de operaciones especiales. Sin embargo, hace tiempo que Defensa formó con Indra el con-sorcio CESIPAL (Centro de Simulación de Para-caidismo de Alcantarilla) para explotar el túnel fuera del horario de los entrenamientos.
Aunque es ya rutinaria la presencia de perso-nal militar aliado en la base para la realizar el curso de paracaidismo, el uso del túnel tiene un canal totalmente distinto. Mientras que, en el primer caso, se trata de acuerdos a través de los respectivos ministerios y cuarteles generales, el tiempo de túnel se contrata a través de CESIPAL, tanto si el cliente es militar como institucional o civil.
No obstante, el personal militar extranjero suele hacer la primera gestión en su propio país a través de las agregadurías militares es-pañolas. De hecho, el alquiler es sumamente sencillo y puede realizarse incluso a través de la web (www.cesipal.es), donde el cliente pue-de encontrar una completa información sobre tarifas, ofertas y condiciones. Como botón de
Es importante distinguir las dos partes principales de la estructura: el simulador virtual y el túnel de viento. El primero es básicamente una habitación con 10 puestos monitorizados consistentes en unos arneses suspendidos, iguales a los empleados en los saltos, en los que se simula principalmente la experiencia visual. Cada puesto cuenta con un programa en el que los instructores introducen los parámetros de la simulación:
campo de maniobras, velocidad y dirección del viento, incidencias, condiciones meteorológicas,... Todos esos parámetros generan un entorno de realidad virtual individualizado para cada alumno, que puede ver cómo su campo visual responde a sus acciones. El instructor controla así la experiencia y las reacciones del alumno desde su terminal y puede corregirle sobre la marcha, acompañándole en cada momento de su salto virtual.
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VUELO VIRTUAL
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muestra, el tiempo mínimo de túnel es de dos minutos y su precio es tan sólo 41 euros; en el simulador virtual es de cinco minutos por tan sólo 18, lo que convierte al simulador en una opción de ocio bastante asequible, eso sí, para mayores de edad.
La base de Alcantarilla cuenta ahora con la perfecta combinación de un microclima que permite varios lanzamientos al día y un simulador de caída libre, lo que la convierte en una de las fábricas de paracaidistas poten-cialmente más prolíficas y rentables.
Sea por la visión comercial de Indra o por-que la necesidad aprieta, ahora esas capacida-des pueden tener un uso dual. Ya son varios los paraclubs que usan el simulador y los mi-litares aliados que han pasado por él constitu-yen un poderoso canal de difusión. Sin ánimo de extrapolar el ejemplo a otros recursos de nuestras FFAA, el uso dual del simulador es un buen antecedente para la gestión cívico-militar de otras instalaciones.
Dada la infrautilización de determinados re-cursos y el riesgo de su degradación, el Ejército del Aire ha proporcionado todo un ejemplo de innovación y pragmatismo al mismo tiempo. �
Atenea · Número 2548
T E C N O L O G Í A
Ahora, con el nuevo simulador, la Escuela Militar de Paracaidismo “Méndez Parada” se ha colocado a la cabeza en su género con un salto de gigante en ahorro de tiempo y de dinero y, lo que es más importante, en seguridad. El uso del túnel de viento permite al alumno progresar en un en-torno totalmente monitorizado, donde la acción del instructor se produce en tiempo real y las correcciones (ya sin agobios) son más asimilables para el alumno. De esa manera puede concentrarse en el aprendizaje de las técnicas y el grado de pericia que se alcanza es muy superior, ya que se pasa de una
escala de segundos (normalmen-te entre 50 y 55 por lanza-miento desde avión) en la caída libre tradicional a una escala de minutos, y hasta de horas, acumuladas en el túnel. No es raro, pues, que en anteriores competiciones paracaidistas, los integrantes de la PAPEA (Patru-lla Acrobática Paracaidista del Ejército del Aire), que cuentan en algunos casos con miles de saltos, fuesen superados por otros equipos cuyos miembros acumulaban apenas cien saltos reales y muchas horas de túnel. Se estima que con una sesión de quince minutos se obtiene un rendimiento de 25 saltos.
25 SALTOS EN 15 MINUTOS
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FUERZAS ARMADAS por Rafael y José Alberto Rodrigo Fernández
Cuando a partir de junio de este año co-mience la retirada de Afganistán de ISAF (International Security Assistance
Force), deberían dejar tras de sí una fuerza mi-litar afgana capaz de asegurar la estabilidad del país. Sin embargo, la historia militar demues-tra que los ejércitos formados por las potencias occidentales allí donde intervienen, una vez éstas se retiran, no son capaces, por sí mismos, de hacer frente a las amenazas a las que deban responder. A corto plazo, el nuevo Ejército Na-cional Afgano (Afgan National Army; ANA) deberá romper esa tendencia, haciendo frente a la amenaza talibán o incluso a los señores de la guerra que, en esas circunstancias, quisieran ampliar su parcela de poder; de momento, las filtraciones que hubo sobre una posible nego-ciación con la guerrilla talibán no parece que haya fructificado. Ciertamente, la base para formar el Ejército es buena, al ser las tropas que lo forman descendientes de aquellos soldados y guerrilleros que plantaron cara a la invasión soviética de 1979.
MANDOS Y TROPALa nueva organización debe, en primer término, superar definitivamente las consecuencias del pe-riodo de desintegración del Ejército afgano sufri-
do entre 1979 y 2001, desde la invasión soviética hasta la caída del régimen de Najibulá. Además, deberá seguir aumentando sus efectivos desde los 94.000 hombres que tenía en mayo de 2010, hasta alcanzar los 171.000 en este 2011 y hasta los 260.000 en 2014.
El Ejército afgano está formado por un conglo-merado de individuos de diversas etnias, pudien-do contarse hasta doce facciones que lucharon contra los talibanes. Además, mientras que las tropas estacionadas en el sur y el este combaten constantemente, las del norte raramente entran en acción. Por ello, el nuevo Ejército deberá servir de equilibrio entre las distintas facciones sin olvi-dar que su principal objetivo es la lucha contra la guerrilla talibán en un terreno extremadamente montañoso y con escasas vías de comunicación.
El Ejército afgano, que heredó la estructura cen-tralizada del modelo soviético, se encuentra en tránsito hacia una organización menos jerarqui-zada, característica de los ejércitos occidentales, aunque sigue falto de estructuras claras y un mar-co jurídico que permita su control interno. Han de acabar con las prácticas habituales de corrupción, como, por ejemplo, la de un comandante de bata-llón que, sorprendido robando material del alma-cén de la brigada y, a pesar de encontrarse más ob-jetos en sus dependencias, no fue llevado ante un
EL EJÉRCITO
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consejo de guerra, manteniéndole en su puesto, o la venta de combustible en el mercado negro.
La etnia pastún junto con la tayika, heredera de la Alianza del Norte del comandante Massoud, son las que mantienen la preponderancia en la oficialidad en el Ejército, siguiendo las proporcio-nes aproximadas que el general Mohammad Kari-mi, jefe del Ejército afgano, comunicó a finales de 2.009 en la reunión del Grupo de Crisis en Kabul. Se compondría de un 44% de pastunes, 25% de tayikos, 10% de hazaras, 8% de uzbecos y el resto de otras etnias.
Por otra parte, la lealtad de la tropa se encuentra más cercana a su comandante local que a un espí-ritu de cuerpo. Sirva de ejemplo la rivalidad que hubo entre Abdul Rahim Wardak, ministro de De-fensa, pastún, y el jefe del Ejército Bismillah Khan, tayiko. En cualquier caso, se están haciendo gran-des esfuerzos en disponer de un cuerpo de oficiales profesional que estructure el nuevo ejército.
De los cuerpos de ejército, el 201º y el 203º se consideran los más operativos, estando los otros en distintas fases de organización y adiestramien-to. Los batallones de operaciones especiales están
equipados y entrenados al estilo estadouniden-se. Un batallón (Kandak), tiene unos efectivos aproximados de 700 hombres. En octubre de 2.010 se contaba con 179 unidades tipo batallón con distintos grados de operatividad, desde los que ya desarrollan acciones de combate -algo más de la mitad-, hasta los que están en fase de forma-ción y equipamiento.
RECLUTAMIENTO Los instructores occidentales asignados a las uni-dades afganas -más de 3.000- se han encontrado con reclutas afganos con poca cultura y prepara-ción para las necesidades occidentales, así como con altos índices de deserciones. El soldado afga-no, debido al alto nivel de analfabetismo, no suele ser capaz de leer las instrucciones de un manual y tampoco conduce los vehículos de acuerdo con los estándares de los ejércitos occidentales.
Esta situación llevó a instruir al recluta desde cero durante un periodo que, de nueve meses, ha sido reducido, por necesidades operativas, a unas ocho semanas, bien en el centro de instruc-ción central de Kabul (Kabul Military Training
Atenea · Número 25
F U E R Z A S A R M A D A S
En la página
anterior, el general
Jamal Uddin, jefe
de la 2ª brigada
del 205º Cuerpo, el
pasado 27 de febrero.
A la izquierda,
entrenamiento
en Camp Zafar
(Herat) y ejercicios
de la artillería del
203º Cuerpo en la
Base Sharana. A la
derecha, el regreso
de una patrulla de
la 4ª Brigada.
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FECHA OPERACIONES
LOS EMPLEOS DE OFICIAL
�Dvahom Baridman teniente segundo� Lomri Baridman teniente� Jag Turan capitán� Jairan comandante�Dagarman teniente coronel�Dagarwal coronel� Brid Jenral general de brigada� Turan Jenral general de división�Dagar Jenral teniente general
ACCIONES MÁS IMPORTANTES
� 2003 JULIO Warrior Sweep
� 2006 OCTUBRE Mountain Fury
� 2007 MARZO Achilles DICIEMBRE (Batalla de Musa Qala)
� 2009 JULIO Panther’s Claw Strike of the Sword
� 2010 FEBRERO Moshtarak
Center; KMTC) o en alguno de los otros cuatro centros regionales. Se está tratando de aumentar el reclutamiento a nivel regional a través de in-centivos económicos y se ha conseguido que las deserciones no superen el 10%. Igualmente, se está llevando a cabo un programa de integración en el Ejército de antiguos insurgentes, con los ob-jetivos de evitar filtraciones y facilitar la recons-trucción nacional.
UNIFORMES E INSIGNIASEl Ejército afgano ha mejorado la calidad de los uniformes –mimetizado para el Ejército, mien-tras que es gris en la policía- y calzado en las últi-mas décadas y, lógicamente, han desaparecido de insignias y divisas las estrellas rojas. Se utilizan los colores nacionales, negro, verde y rojo, sobre la manga de los uniformes y en los vehiculos. Se han adoptado las boinas rojas para los comandos y verde para el resto de unidades, aunque se usen en general sólo en paradas. El sistema de divisas es convencional, con claras diferencias entre los oficiales y los suboficiales y tropa, aunque a veces falte cierta normalización en su uso real.
Desde 2007 empezó a extenderse el uso del fusil estadounidense M-16 en sustitución del AK-47 de origen soviético a pesar de las opiniones en contra, como las de los soldados de la 205º briga-da, que se quejaban a sus instructores occidenta-les que les parecía que su única preocupación era mantener limpio el M-16 para evitar problemas de funcionamiento, mientas que el AK -47 era más fiable, estuviera sucio o no. Además dispo-nen de lanzagranadas M-203 (lanzagranadas de 40 mm acoplable al fusil de asalto), ametrallado-ras ligeras M-249 de 5,56 mm y M-240B de 7,62 mm y fusiles de precisión M-24 de 7,62 mm.
Se han ido sustituyendo los medios blindados soviéticos (BTR-60, BTR-80, BRDM-2, BMP-1 y BMP-2) por vehículos más modernos, como los Humvee -con previsión de llegar a los 4.100-, y los M-113, estimando que de éstos puede haber unas 70 unidades operativas. Respecto de los carros de combate, dada la falta de mantenimiento de los procedentes del anterior régimen (PT-76, T-54/T55 y T-62), actualmente sólo está operativa una brigada con unos 30 T-62. El apoyo artillero se basa en una dotación teórica de 289 piezas, fun-
Atenea · Número 2552
FUERZAS ARMADAS
MANDO Y ADIESTRAMIENTO �Cuartel General (Kabul)�Centro Militar de Entrenamiento
(operativo desde 2002), incluye las academias de oficiales y de cuerpos especiales (Kabul)
UNIDADES OPERATIVASBRIGADA DE OPERACIONES ESPECIALES (Kabul)�3 batallones de operaciones
especiales.
111ª DIVISIÓN: actúa en Kabul y alrededores; creada a partir del 201º Cuerpo en abril de 2009.�Batallón de cuartel general.�2 brigadas de infantería.�Brigada especial para la
seguridad del cuartel general.
201º CUERPO (Kabul)�Batallón de cuartel general�2 brigadas de infantería
(4 batallones de infantería, más un batallón y unidades de apoyo cada una).
�1 brigada mecanizada de reacción rápida (un batallón de infantería, un batallón de infantería mecanizada (M-113 y BMP-1) y un batallón de carros de combate T-62. Es la única brigada que actúa sin apoyo de ISAF.
�1 batallón de operaciones especiales.
203º CUERPO (Gardez):�Batallón de cuartel general.�3 brigadas de infantería (cada
una con cuatro batallones de infantería y un grupo de artillería con 8 piezas D30 de 122 mm y otras unidades de apoyo).
�1 batallón de operaciones especiales.
205º CUERPO (Kandahar)�Batallón de cuartel general.�3 brigadas de infantería (cada
una con cuatro batallones de infantería, un grupo de artillería con 8 piezas D30 de 122 mm y otras unidades de apoyo).�1 batallón de operaciones especiales.
207º CUERPO (Herat)�Batallón de cuartel general�2 brigadas de infantería (cada
una con tres batallones de infantería y unidades de apoyo)
�1 batallón de operaciones especiales.
209º CUERPO (Mazar i Sharif):�Batallón de cuartel general�2 brigadas de infantería (cada
una con tres batallones de infantería y unidades de apoyo)
�1 batallón de operaciones especiales
215º CUERPO (Lashkar Gah)�Batallón de cuartel general�3 brigadas de infantería en
distintas fases de formación y operacionales desde abril 2010
�1 batallón de operaciones especiales
ORGANIZACIÓN DESPLIEGUE
209º CUERPO (Mazar i Sharif):�Batallón de cuartel general�2 brigadas de infantería (cada
una con tres batallones de infantería y unidades de apoyo)
�1 batallón de operaciones especiales
KANDAKCon este nombre se conocen los batallones del Ejército afgano. Están integrados en brigadas que, reunidas y junto con unidades de apoyo, forman Cuerpos que equivalen a las divisiones de los ejércitos occidentales.
las que, sin la intervención de las tropas de la coa-lición, probablemente los afganos habrían perdi-do la cohesión como fuerza de combate
Desde un punto de vista estratégico falta todavía tiempo antes de disponer de un Ejército afgano ope-rativo y que permita la gradual retirada de las tropas del ISAF. Además, parece improbable que puedan reducirse el número de asesores antes de 2014, pues, además de formar al ejército afgano, hay que desa-rrollar otras fuerzas de seguridad propias, como la Guardia Fronteriza y la Policía Nacional (Afgan Na-tional Police; ANP). Ha de continuarse con el plan de rearme y equipamiento, aparte de corregir defi-ciencias estructurales, tales como la logística y la corrupción.
Finalmente, el Ejército afgano, creado sobre múltiples etnias y facciones, correrá el riesgo de desaparecer ante el empuje talibán o de alguna facción interna que desequilibre la balanza estra-tégica, debido a debilidades o enfrentamientos po-líticos, pero sobre todo en caso de sufrir reveses en operaciones de combate. �
damentalmente D-30 de 122 mm, organizados en baterías de ocho piezas, y morteros de 81 mm.
ACCIONES DE COMBATESe han adoptado despliegues móviles en vez de permanecer en posiciones estáticas como ante-riormente, cuando se seguía la obsoleta doctri-na soviética. Esto ha supuesto que las unidades del Ejército afgano se hayan ido incorporando a misiones en las zonas de operaciones, la gran mayoría patrullas. Aún así, según fuentes de la OTAN, en 2009 cayeron en acción 282 soldados afganos frente a 521 de la coalición, llegándose según fuentes del Ministerio de Defensa afgano a 731 militares afganos muertos durante el pe-riodo marzo–diciembre 2010, eso sin contar las bajas durante el mismo periodo de las fuerzas de seguridad, que superaron los 1.000 muertos.
Las operaciones ofensivas a nivel de brigada o batallón se han llevado a cabo con el apoyo de las tropas de ISAF, como ocurrió en la operación Moshtarak (febrero 2010), donde 2.000 efectivos afganos actuaron junto a 10.000 soldados de la coa-lición; a pesar de esa proporción, el porcentaje de bajas afganas fue superior al de ISAF debido a la fal-ta de entrenamiento y mentalización del soldado afgano para llevar a cabo este tipo de operaciones.
En operaciones anteriores, como Khanjar, Panther’s Claw o Achilles, el patrón había sido similar. Tropas afganas desplegadas de forma mi-noritaria, a nivel de brigada, junto con numerosas unidades de ISAF, teniendo como resultado habi-tual que los talibán les tendieran emboscadas, en
Número 25 ·Atenea 53
Clases del
curso AIDO
(Afghan
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Dissemi-
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Operations)
de cuatro
semanas de
duración que
se imparte
en Camp
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Atenea · Número 2554
P E R S P E C T I VA G L O B A L
COMPRENDIENDO A CHINA Los países occidentales asisten, entre el asombro y el desconcierto, al creci-miento económico galo-pante de China y su irrup-ción como gran potencia en el panorama mundial, que puede desembocar en que se convierta en la economía más importante. No en vano en las últimas décadas ha crecido al 10% anual. Según las previsio-nes de la acreditada firma financiera norteamericana Goldman Sachs, en 2025 la economía china alcanzará a la de EEUU y en 2050 será el doble.¿Es posible que realmente mantenga este crecimien-to con el mismo régimen político de partido único sin que se transforme en una de-mocracia de estilo occiden-tal? Un régimen totalitario consigue siempre, si se lo propone, grandes avances en el terreno económico a costa de las libertades públicas y los derechos humanos de los 1.300 millones de chinos.Martin Jacques, experto in-glés en China, ha abordado este problema y ha resaltado que los análisis sobre aquel país parten de puntos de vista, ideas y valores exclu-sivamente occidentales y no se tiene en cuenta los propios de China, plasmados en 4.000 años de historia. Jacques es miembro de Ideas,
un centro de estudios in-ternacionales de la London Economics School, autor del libro Cuando China gobier-ne el mundo, columnista de The Guardian y The New Satesman y cofundador del think tank Demos.La tesis de Jacques, expresa-da en una reciente confe-rencia en el foro londinen-se de TED, “China no es ni será un país con los valores occidentales porque es incierto e ilusorio que una nación que se moderniza adquiera esos valores”. Y razona ese postulado con las siguientes tres ideas fuerza:
China no es una nación-estado en los términos habituales entre nosotros, sino que, a lo largo de la historia, han forjado una civilización-estado, basada en los valores de Confucio con el culto a los antepasa-dos, un concepto diferente de familia. Hace casi 2.000 años el Imperio Romano se fragmentaba, mientras que China emprendía el camino contrario, creando con grandes dificultades la civilización-estado que ha llegado hasta hoy con diversos avatares. Su valor político más importante es el mantenimiento de la unidad de la civilización china que se personifica
en la etnia han. Y esto nos lleva a la segunda idea.
Los chinos tienen un concepto de raza diferente al de otros países. El 90% de los 1.300 millones de habitantes cree firmemente
que todos pertenecen a una misma raza, los han, cuan-do en la realidad esto dista de ser una verdad cientí-fica. El cemento han es el que ha levantado el país y lo ha unido. Esto da una cohesión notable a un país tan habitado, pero ofrece a cambio la debilidad de no ser conscientes de las diferencias culturales.
Debido a lo dicho, el estado en China goza de una legitimación grandísima y disfruta de una autoridad in-mensa entre los ciudadanos. En donde los occidentales
Los famosos soldados de terracota
del 210 A. C. Distrito de Pudong
(Shanghai). Vista de un mercado del
siglo XII del artista Zhang Zeduan que
contrasta con una feria moderna.FO
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por Santiago Pérez Díaz
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Número 25 ·Atenea 55
EN SU JUSTA MEDIDAvemos al estado como un ente necesario, pero extraño, al que hay que controlar y limitar sus poderes, definir-los y regularlos, los chinos ven en él a un miembro más de la familia, o, más aún, al patriarca.
Este fenómeno obedece, entre otras razones, a que el estado chino nunca tuvo en frente a una nobleza poderosa, una iglesia que le hiciera la competencia o a una burguesía mercantil con dinero. Así floreció un estado poderoso que hizo posible construcciones como la Gran Muralla o el Gran Canal que unía Pekín con Shanghai (y que hoy se repite con el titánico proyecto de la Presa de las Tres Gargantas); o el mercado que ya admiraba Adam Smith en el siglo XVIII al que calificaba de
más grande, desarrollado y complejo que los europeos de la época.Cuando en 1997 Hong Kong pasó a depender de Pekín, se pensaba que la fórmula “un solo país, dos sistemas” no podría
funcionar porque acabaría imponiéndose el régimen imperante. Pero no ha sido así. Analizábamos ese proceso con la mentalidad de la nación-estado que habíamos aplicado a la reunificación alemana. Ahora, tras 13 años de funcionamiento, en Hong Kong debemos decir que hay “una civilización con dos sistemas políticos”.Hasta aquí la brillante exposición de Jacques, que a continuación expresa una serie de augurios poco favorables para Occidente por no tener en cuenta esas
premisas del mundo chino. Cabe preguntarse si valores del oeste como la demo-cracia o el respeto a los derechos humanos tienen un carácter universal o sólo van a seguir perteneciendo a nuestro ámbito geográ-
fico. Porque difícilmente podrán florecer en un mundo en el que el estado es omnipotente y la cultura dominante es una meta en sí misma, a menos que encuentren un camino propio y distinto.Pero abandonando el plano de los grandes principios, la economía china se basa en la producción barata a gran escala y su venta en los mercados mundiales. Aunque en el pasado esto ya ha sucedido, no se ha vivido en la enorme escala actual que hace que el mo-delo económico dependa
de las exportaciones y de la energía.Esa gran riqueza generada se está distribuyendo de una manera poco equilibrada entre los habitantes de la costa (unos 400 millones) y los del interior (los 900 mi-llones restantes). Por mucha conciencia de pertenencia cultural a la mayoría han, ¿no se abrirán diferencias, tensiones y rivalidades en-tre ambos estratos, difíciles de resolver en un sistema cerrado de partido único? ¿Y la presencia del estado omnímodo que desempeña un papel relevante en la economía, tanto en la indus-tria como en la agricultura, no entrará en contradicción con la iniciativa privada que ya existe?
Después de todo, las reglas del juego en política y economía son una creación de la historia occidental. La aparición de nuevas po-tencias en ciernes supone la llegada de civilizaciones y culturas hasta ahora sin voz, que pueden contribuir a mejorar la situación y no tiene que significar de manera forzosa la desapa-rición de las potencias ya establecidas. Dejemos a un lado las previsiones pesimistas y apostemos por el entendimiento de todas las civilizaciones.
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Varios factores han contri-buido a incrementar el desgaste de este colectivo
a causa de su participación en mi-siones exteriores. Entre ellos, la se-paración del entorno familiar, la di-ficultad de mantener una práctica privada de la medicina, las incomo-didades de la vida cotidiana en las zonas de operaciones y, con cierta frecuencia, el no ser tratados con la debida consideración, en compara-ción con los oficiales de las armas que tenían un empleo y cometido equivalentes.
A estos factores se añade la dis-ponibilidad permanente, con la incertidumbre sobre las fechas de incorporación y la repetición de despliegues, lo que puede suponer estar cuatro meses al año fuera de casa. Las medidas adoptadas para paliar este problema (mayor aten-
S A N I D A D por Luis Manuel Villalonga Martínez
DIAGNÓSTICO DE LA
La Sanidad Militar no goza de buena salud, un estado que, a corto plazo, puede limitar de forma sustancial su potencial. Los síntomas se agravan por el incremen-to de las necesidades operativas y no ha sido posible encontrar remedios acep-tables por el Ministerio de Defensa. Mientras, en décadas anteriores, el problema era la penuria del material sanitario de campaña y no había escasez de personal, ahora la situación se ha invertido. Se cuida el equipamiento sanitario para ope-raciones, pero no se ha resuelto el creciente problema de carencia de médicos
Atención médica en Afganistán: en la página siguiente, estabilizando a un herido; en las
otras imágenes, puesto de socorro integrado en el Role 1 y controles para la telemedicina.
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ción a vicisitudes personales, cam-bios en las fechas de despliegue, establecimiento de listados abier-tos a consultas y modificaciones, anticipación de fechas y apoyos a las familias durante las ausencias, entre otros) habrían sido suficien-tes si los despliegues hubieran sido más espaciados.
En cuanto al ejercicio profesio-nal privado, con las debidas auto-rizaciones, es una opción válida e incluso positiva para el servicio ya que incrementa la experiencia pro-fesional, en especial cuando los co-metidos de su servicio no incluyen la práctica clínica, al permitir estar al día y prestar una mejor asisten-cia médica en los despliegues.
Además, el incentivo económico de estas actividades ayuda a evitar la marcha de ese médico a puestos de trabajo mejor remunerados y
sin las servidumbres que impone la disponibilidad.
INCOMODIDADESOtro aspecto negativo importan-te es la incomodidad de la vida en las distintas misiones, pero no es un factor determinante y suele ser muy bien tolerado, incluso por ofi-ciales médicos de más de 55 años. Hay que tener en cuenta que la ma-yoría de ellos se despliegan en los primeros escalones (apoyo a patru-llas y destacamentos, puestos de so-corro o roles 1), donde la edad media no rebasa los 35.
A pesar de las cuantiosas misio-nes no ha habido incidentes signi-ficativos en cuanto a mando y dis-ciplina. Sin embargo, se han dado situaciones incómodas para los médicos, tanto en las fases previas a los despliegues como después,
tales como retrasos y dificulta-des en la extensión de pasaportes, distribución del equipo personal, transporte hasta las zonas de con-centración o embarque, abono de emolumentos, asignación de ca-marotes o dormitorios, preceden-cia en actos oficiales, preferencias en las fechas de retorno y otras. Algunos de estos problemas, que muchas veces derivaban de la no pertenencia orgánica del oficial médico a la unidad que desplegaba, iban resolviéndose sobre la marcha y podrían disculparse cuando se daban en las primeras fases de una operación o ante operaciones de despliegue urgente.
Otro aspecto a considerar son los riesgos y peligros en las zonas de operaciones, siempre latentes y reales, pero no un factor que haya contribuido de forma significati-
MEDICINA MILITAR
5858 Atenea · Número 25
S A N I D A D
La telemedicina es la “uti-lización de la consulta y de los conocimientos médicos mediante redes de comuni-cación, cuando la distancia es un factor determinan-te” (Organización Mundial de la Salud); es decir, la prestación de servicios sanitarios, a distancia, por medio de las tecnolo-gías de la información y de las comunicaciones. La telemedicina contri-buye a mejorar la calidad asistencial porque fomenta la equidad en la presta-ción de atención sanitaria, favorece el acceso a la asistencia sanitaria a toda la población, en especial, a la de poblaciones aisladas o con carencias de especia-listas, que pueden acceder a las últimas novedades. Se puede realizar en tiempo real o en diferido; en tiem-po real, el paciente o médi-co que solicitan la consulta están en un lugar alejado y el especialista en un hospi-tal (centro de referencia); mediante videoconferencia, a través de comunicaciones de ancho de banda adecua-do, están en contacto visual y acústico, como en una consulta presencial. En di-ferido (store and forward), se envía al especialista la historia clínica del paciente para su diagnóstico; envío que no requiere comunica-ciones de banda ancha, ni coordinación temporal entre el especialista y el pacien-
te, por lo que es apropiada en especialidades médicas que no exigen interacción directa entre especialista y paciente: dermatolo-gía, radiología, patología anatómica, revisiones de pacientes crónicos..., y cuando no se necesita un resultado inmediato.En las Fuerzas Armadas, la telemedicina es clave para hacer frente a la nueva situación a que se enfrenta la asistencia sanitaria a las unidades desplegadas en operaciones: la disminu-ción de efectivos, tanto de las propias fuerzas arma-das como de especialistas médicos, y la variedad de misiones a las que deben responder las unidades.
Desde los primeros hospita-les de campaña (romanos, Reyes Católicos, Países Ba-jos), hasta la primera gue-rra del Golfo (1990-1991) pasando por las dos guerras mundiales y Vietnam, la mayoría de los países occi-dentales, organizados para una guerra a gran escala, mantenían grandes medios sanitarios, con todas las especialidades médicas, in-cluyendo grandes hospitales de campaña desplegables, que rivalizaban e, incluso, superaban a los civiles.
Estos hospitales se han eliminado por ser difíciles de mantener y de mover; por su volumen; por los grandes medios que necesi-
taban y el gran consumo de combustibles, y por la falta de personal especializado.
Asimismo, la disminución del volumen de efectivos de las Fuerzas Armadas y la variedad de misiones actuales (guerra, imposición
y mantenimiento de la paz, ayuda humanitaria), con sus diferentes necesida-des médicas, obliga a una flexibilidad en el despliegue de escalones médicos y de especialistas, teniendo en cuenta que la asistencia sanitaria que requiere el apoyo a la población civil no es la misma que la de las tropas: no es lo mismo aten-der a heridos en combate (heridas traumáticas severas en personas jóvenes) que a personas mayores, muje-res y niños en operaciones de ayuda humanitaria.La solución para resolver esta
situación ha sido reducir el despliegue de estos valio-sos, voluminosos y escasos medios y utilizar instalacio-nes sanitarías más peque-ñas, con menor número de especialistas, combinadas con rápidas evacuaciones de las bajas fuera del teatro de
operaciones, junto con el apoyo mediante telemedi-cina, de todas las especia-lidades médicas desde el territorio nacional, para mantener la calidad de la asistencia sanitaria.
En España, la sanidad mi-litar ha sido pionera en el empleo de la telemedicina para resolver los graves problemas a que se enfren-taba la asistencia sanitaria española para atender a las unidades (y a la población civil) en operaciones y ha impulsado, desde la inaugu-ración del primer enlace
TELEMEDICINA
LA MEJOR CURA PARA LOS NUEVOS CONFLICTOS
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va a la disminución de personal sanitario. Hay pocos casos en que esto haya sido determinante para pedir la baja en el servicio y, por otro lado, es muy frecuente, in-cluso habitual, que la conducta de los médicos sea intachable, ejemplar en muchos casos y, con cierta frecuencia, ha habido ac-tuaciones heroicas, aunque no hayan trascendido a la opinión pública. Salvo excepciones, sus informes, conversaciones y acti-tudes rezuman satisfacción y pro-fesionalidad tras el regreso de las misiones.
Dada la escasez de médicos en las unidades de los ejércitos, se está alistando también para las operaciones y en funciones de mé-dico general (asistencia médica primaria y soporte vital avanzado de combate) a especialistas de los hospitales y centros sanitarios mi-litares, con especialidades médicas sin práctica clínica en medicina de urgencias. Si bien se les proporcio-na una formación práctica (cursos de soporte vital avanzado de com-bate, ejercicio clínico en su propio hospital) es, con frecuencia, motivo de insatisfacción y de preocupación profesional.
Otro factor de aflicción que se ha argumentado ha sido la inte-gración, es decir, que los médicos militares que antes pertenecían a los ejércitos pasaron a integrarse en el denominado cuerpo militar de Sanidad. Es cierto que los médi-cos militares de los denominados primeros escalones (unidades, bu-ques y bases) tendrían que haberse mantenido en la estructura de los ejércitos. Pero, en cambio, no era razonable mantener tres redes de hospitales y centros sanitarios, que,
entre Bosnia-Herzegovina y el Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, en 1996, el empleo de la telemedicina, habiendo conseguido mantener la calidad asistencial a nuestra tropas y desa-rrollar un sistema de
telemedicina de alta calidad, reconocida a nivel mundial, y con un empleo continuo, lo que supone un gran éxito, frente al elevado porcentaje de fracaso de los proyectos de teleme-dicina en el campo civil.
La sanidad militar espa-ñola ha utilizado medidas técnicas y organizativas para conseguir el éxito: rotación de los profe-sionales sanitarios en los centros desplegados en operaciones, donde tienen que emplearlo
para mantener la calidad asistencial, lo que ha aumentado la confianza de los profesionales en el sistema; integración de la telemedicina en la práctica médica diaria, desde la zona de opera-ciones a los hospitales en
España y de estos entre sí; establecimiento de procedimientos claros de empleo y liderazgo de los profesionales en el desarrollo de la misma, que buscan la eficacia del sistema y a la vez fomentan su empleo. Finalmente, la utilización de soluciones tecno-lógicas probadas, con comunicaciones de banda ancha, sobre circuitos dedicados y específicos, con medidas de seguridad para mantener la confi-dencialidad de los datos sanitarios transmitidos.
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Los dos extremos
de la telemedicina:
en campaña y en
el Hospital Militar
Gómez Ulla.
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con frecuencia, duplicaban o tri-plicaban los servicios y que estaba manteniendo la vieja estructura de los tres ministerios militares.
Lo que sí ha tenido influencia ha sido la movilidad, las frecuentes modificaciones de plantillas, y de criterios en su elaboración, que han provocado cambios de destino in-esperados, añadidos a los derivados de los grandes planes y reformas en las estructuras de Defensa y de los ejércitos en estos años.
APOYO EN EL EXTERIOREs difícil calcular el apoyo sani-
tario de una fuerza que desplie-
ga en el exterior. La sociedad,
la Administración, las FAS y
los propios sanitarios milita-
res consideran prioritario pro-
porcionar la mejor asistencia
médica posible a los soldados
españoles en estos casos. Así
está escrito en la doctrina fun-
damental de la Sanidad Militar
española, la Doctrina Sanitaria
Conjunta, cuyo primer prin-
cipio es el de calidad, que se
define como “proporcionar un nivel de asistencia sanitaria lo más aproximado al prestado en situación de paz en nuestra so-ciedad”.
La dispersión de los despliegues, con frecuentes desplazamientos de pequeños contingentes a mu-chos kilómetros de sus bases, en un terreno difícil, sin posibilidad de apoyos locales o aliados, con una meteorología adversa y sujetos a los ataques propios de una guerra irregular –que es el contexto tácti-co de estas operaciones- hacen muy difícil la prestación de un apoyo sa-nitario satisfactorio.
Todo lo anterior se traduce en un
aumento de las necesidades de per-sonal y su especial preparación, de equipo sanitario y de transporte. El material es, en general, excelente, las ambulancias tácticas (todo te-rreno y protegidas) y las instalacio-nes sanitarias desplegables “Role 1, 2 y 3” (puestos de socorro y hospita-les de campaña) son buenas y hay medios aéreos de evacuación de ala móvil y fija, aunque tengan deter-minadas limitaciones. El problema es la carencia de médicos militares, problema que, si no se resolviera a corto plazo, será un factor de pla-neamiento limitativo muy impor-tante ante la incorporación de las FAS a las operaciones.
IMAGINACIÓNNo hay una solución redentora que en un plazo corto y sin incremento del gasto público resuelva la situa-ción. Con cierta frecuencia y desde hace bastantes años, altas instancias del Ministerio de Defensa, de uno u otro signo político, exhortaban a
los mandos de la sanidad militar a hallar “soluciones imaginativas”, cuando muchos estábamos con-vencidos, y así se hacía saber, que o se cambia el mercado –lo que no es fácil- o se juega con sus reglas.
No había recetas mágicas y las que razonablemente podrían ali-viar más la situación por una u otra razón no se aplicaban, y así se ha llegado a un escenario que sería insostenible, si no fuera por el espí-ritu de servicio de un importante núcleo de médicos militares.
Ha habido pocas acciones ope-rativas. En primer lugar, con obje-to de reclutar más efectivos se han promovido charlas informativas en diversos foros universitarios para los estudiantes de medicina, confe-rencias, cursillos…, con la intención de dar a conocer las importantes aportaciones de la sanidad militar en la operaciones de mantenimien-to de la paz y para la sociedad en general. Se ha facilitado el ingreso así como el periodo de formación,
Además de a las tropas destacadas en el exterior, el componente sanitario ha de atender a la
población civil, como medio de lograr la aceptación de la presencia extranjera.
S A N I D A D
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se ha simplificado el acceso a las es-pecialidades médicas, se han mejo-rado los salarios (aunque siguen por debajo de lo que ofrece la sanidad ci-vil y por debajo de muchos oficiales de las armas con perfil equivalente). Otra medida ha sido facilitar el acce-so de médicos procedentes de deter-minados países hispanoamericanos, pero todas estas iniciativas no han dado el resultado esperado.
SALARIOS JUSTOSEl salario es importante y ayudaría a resolver el problema, con fórmulas que se han propuesto sin incremen-to sustancial de gasto para el estado, derivando partidas de la reestruc-turación de la red sanitaria militar y de los convenios docentes y asis-tenciales o de otros elementos de la Defensa menos vitales. La especial preparación y la disponibilidad de-ben quedar reflejadas de forma clara y compensatoria en la nómina. No se puede gestionar la política sala-rial según el criterio de la vocación y el espíritu de sacrificio que tiene o debe tener todo médico militar. Ten-
dría que aprobarse un modelo de ca-rrera profesional atractiva, teniendo presente que se captan médicos, pero se retienen familias.
Hay otras iniciativas propuestas y no aprobadas que podrían ayudar a resolver el problema. Entre ellas, la incorporación de los reservistas voluntarios a los turnos de misio-nes. Se ha estudiado con detalle su posible incorporación: formación previa, acuerdos con los servicios de salud autonómicos empleado-res de este personal, resolución de
problemas administrativos, pero una vez solventados los problemas técnicos y administrativos, no se ha autorizado. Incluso hubo una expe-riencia de empleo favorable, con la incorporación de médicos reservis-tas voluntarios para ayuda a las víc-timas del maremoto de Indonesia
en 2004. Otra opción propuesta ha sido la incorporación de estudiantes de medicina, facilitar los estudios de licenciatura y, a cambio, tener un compromiso de determinada per-manencia en la FAS. Para que esto fuera posible, se tomaron una serie de medidas como un acuerdo con la Facultad de Medicina de la Universi-dad de Alcalá de Henares, pero han pasado dos años y no se han puesto en marcha.
Una opción final sería la exter-nalización de estos apoyos, lo que
de hecho sería la creación de una sanidad militar civil. Pero, con toda seguridad, el coste sería mayor, nin-gún país lo ha hecho y sería como externalizar a los zapadores o a los conductores de vehículos tácticos. La supervivencia de la sanidad mili-tar es vital. �
El COSTE de una ‘sanidad militar civil’ sería mayor, ningun país lo ha hecho.Equivaldría a externalizar a los zapadores
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6262 Atenea · Número 25
R E P O R T A J E por Francisco Javier Pérez Sánchez
Cuando en marzo de 1987 me incorporo como Jefe de la Misión Militar en Guinea
Ecuatorial, están ya lejos las inde-finiciones descritas por el general Laguna Sanquirico en su espléndi-do artículo publicado con anterio-ridad sobre la cooperación militar en ese país.
Firmado el Tratado de Amistad y Cooperación en octubre de 1.980 y definidos los Protocolos de asis-tencia, lo que me encuentro como tareas a realizar es un programa muy determinado con unos pre-supuestos muy estrictos a desarro-llar. Entre la aventura del coman-dante Laguna y nuestra misión a cumplir han sido destacados tres jefes de Misión Militar, que han perfilado y adaptado perfectamen-te los cometidos y objetivos anhe-lados y nuestras expectativas de cooperación.
La estructura de la Misión Mi-litar, que estaba ubicada en la em-bajada, consistía en una segunda Jefatura de un capitán de corbeta, un teniente secretario y una secre-
LA COOPERACIÓN MILITAR EN GUINEA
ECUATORIAL (y 2)
MISIONES DE LAS FAS ESPAÑOLAS EN EL EXTERIOR
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taría. Además se incluía, por orden de la Dirección General de Política de Defensa (DIGENPOL) del Minis-terio de Defensa, el destacamento del Ala 35 (procedente de la base aérea de Getafe, Madrid), compues-to por un comandante jefe y tres tri-pulaciones encargadas del vuelo y mantenimiento de los dos aviones Aviocar T-12, destacados en el ae-ropuerto de Malabo bajo el mando directo del jefe de la Misión.
Es ahora, escribiendo este artícu-lo, cuando me asaltan miles de re-cuerdos sobre los tres años transcu-rridos -mi misión finalizó en marzo de 1990- en aquel lejano y maravi-lloso país, tan amante de España por sus gentes y tan controvertido y receloso por sus dirigentes.
LA COOPERACIÓN MILITAREl Tratado de Amistad y Coope-ración determinaba que periódi-camente, cada cinco años, se es-tablecieran unos Planes Marco de Cooperación, en los que se actuali-zaban los Protocolos de actuación conforme a las necesidades de la República de Guinea Ecuatorial. En el Plan Marco firmado en 1.985 se definían las siguientes áreas: Edu-cativa; Cultural; Comunicación Social; Agricultura; Socio-laboral; Aviación Civil; Seguridad y Orden; Obras Públicas y Defensa.
FRANCISCO JAVIER PÉREZ SÁNCHEZ� General de Brigada de Infantería� Diplomado en Estado Mayor, InteligencIa y Logística� En el empleo de teniente coronel, y entre los años
1.987 y 1.990, fue el jefe de la Misión Militar Espa-ñola en Guinea Ecuatorial
630063Número 25 ·Atenea
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Arriba, el autor en su despacho en la
Embajada. En las otras imágenes, el
embajador Manuel Alabart coloca
las nuevas divisas al personal de la
Misión recientemente ascendido.
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guineanos que, a pesar de sus raíces hispanas, tenían unas costumbres y formas de pensar muy poco coinci-dentes con las nuestras.
Por último, singularmente im-portante por su espectacularidad y duración, prácticamente todo el año, era el subprograma de Forma-ción de la Banda de Música, que se tradujo en numerosas actuaciones públicas en aquellas queridas y le-janas tierras, en las que se interpre-taban aires musicales españoles, civiles y militares.
ASESORAMIENTOEl asesoramiento militar se efec-tuaba a las máximas autoridades del Ejército de la República y a re-querimiento de éstas. Abarcaba casi todos los aspectos de la vida mi-litar: desde la organización de los grandes desfiles conmemorativos del 3 de Agosto -Día de la Libertad-, aspectos y funcionamiento de las unidades militares, hasta incluso la confección de un elaborado Plan de Defensa Nacional. La necesidad de este Plan surgió a raíz de la ocupa-ción militar, por Gabón, del islote de Mbañé, siempre en litigio entre ambos países.
Como Jefe de la Misión Militar, era llamado con frecuencia a la Pre-sidencia o al Ministerio de Defensa para diversos asuntos, pero siempre en relación con las tensiones diplo-máticas entre España y Guinea. Pero, en otras ocasiones, hasta en largos períodos de tiempo -que po-dían durar meses- se nos ignoraba deliberadamente.
Como he mencionado al princi-pio, los contactos siempre se produ-cían al más alto nivel: Presidente, Viceministro y Jefe del Estado Ma-yor, a través del Director General
de examen final, se seleccionaba a los becarios correspondientes, más dos o tres suplentes, que se propo-nían al Viceministro de Defensa ecuatoguineano para su aproba-ción. Finalmente, una vez aprobada por éste la lista de candidatos -a ve-ces tras singulares negociaciones-, los becarios viajaban a España para cubrir las plazas vacantes.
El resto del programa incluía diversos cursos de Mando y Planas Mayores; Vigilancia de Costas y Pes-ca; Topografía y Cartografía Militar; cursos de Cabo y Cabo Primero; For-mación de Monitores en Polidepor-tivos; de Banda de Música y Organi-zación de Almacén, y todos aquellos cursos que solicitaba el Ministerio de Defensa, para los que se requería un profesorado cualificado que los desarrollara. El programa también incluía el llamado curso Prácticas de Mando en unidades de las Fuer-zas Armadas españolas, que realiza-ban -de mayo a agosto- mandos del Ejército ecuatoguineano, tras un curso previo de preparación de tres meses de duración.
Quiero recordar y mencionar en estas líneas a todos aquellos profe-sores españoles que pasaron por la Misión Militar para impartir sus co-nocimientos en unas condiciones de climatología tan diferentes a las nuestras, y a unos alumnos ecuato-
El área de Defensa se estructura-ba en los siguientes Programas, que detallo a continuación.
FORMACIÓNEl Programa Formación y Perfec-cionamiento de cuadros de mando, denominado DEF/I a efectos admi-nistrativos era, en mi época, el más importante en cuanto a asignación económica y cometidos a realizar. Dentro de su contenido, el subpro-grama DEF/I.1 de Becas de Forma-ción en los Centros de Enseñanza de las FAS españolas, era el subpro-grama-estrella que más esfuerzos exigía y el de mayor presupuesto económico. Se iniciaba en los me-ses de abril o mayo.
Las Becas de Formación en los Centros Militares españoles ascen-dían a un total de veinticinco, en las categorías de oficiales y suboficiales de los tres Ejércitos. Se trataba de cubrir las bajas que anualmente se producían, bien por la finalización de los estudios, bien voluntariamen-te o por otras causas. Una vez cuan-tificadas, se convocaba una oposi-ción en el Boletín Oficial del Estado de la República, con determinación del número de plazas a cubrir, las condiciones que deberían reunir los opositores y el lugar de celebración del examen -unas veces en la ciudad de Malabo, y otras en Bata-.
El número de opositores era muy elevado, de veinte a veinticinco por plaza convocada. Una vez realizado el examen, se elegía a los mejores clasificados, normalmente el doble de las becas disponibles, y se desa-rrollaba un curso de tres meses de duración en el que se impartían conocimientos de cultura general y organización militar española. Fi-nalizado el curso, y tras una prueba
Para la formación militar en
España había unos veinticinco
candidatos por plaza
650065Número 25 ·Atenea
de Cooperación Militar, estando prohibido los mismos para el resto de oficiales del Ejército ecuatogui-neano, hasta tal punto que cuando algún oficial -sobre todo proce-dente de las academias militares españolas- quería hacernos alguna consulta, debía de hacerlo subrepti-ciamente.
Estos contactos ayudaron a sol-
ventar en numerosas ocasiones y
de buenas maneras diversos inci-
dentes diplomáticos, por lo que
viene a mi mente un fragmento de
un artículo de Carlos Ruiz Miguel
-Catedrático de Derecho Constitu-
cional en la Facultad de Derecho
de la Universidad de Santiago de
Compostela-, publicado por el Real
Instituto Elcano: “Si España decide jugar el papel que le corresponde en la zona, debe orientarse a fortalecer los flancos débiles del país que son funda-mentalmente, el político, el militar, el social y el económico”. Pero, ¿estamos
aún a tiempo?
MATERIAL Y EQUIPOSEl programa dependía de dos facto-res muy importantes: la asignación económica de la Cooperación espa-ñola y la disposición del Ministerio de Defensa español para ceder ma-terial logístico y nunca armamento, excluido por el Tratado de Amistad y Cooperación.
Normalmente, el presupuesto destinado a éste era mínimo por parte de la Cooperación, ya que la mayor parte de lo asignado a Defen-sa lo consumía la formación y es-tancia de becarios en las Academias Militares, y la disposición para ce-der el material disponible por parte del Ministerio de Defensa español era, digámoslo así, nula. Eso sí, las peticiones ecuatoguineanas eran
Arriba y a la izquierda,
actividades en el Centro
Cultural Hispano
Guineano. Abajo, el
‘guachimán’ -watching
man- o vigilante de
las instalaciones
españolas formadas por
barracones prefabricados
denominados ‘caracolas’.
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muchas y de lo más variopinto. Desde material de vestuario, vehí-culos, aviones y helicópteros, hasta víveres y material de oficina, entre otros. En una ocasión, durante la visita de una corbeta española, el mando militar de Bata llegó a pro-poner que el barco se quedara en la ciudad, mientras que la tripulación fuera enviada de vuelta a España en un vuelo regular de Iberia, natural-mente a cargo del Gobierno ecuato-guineano.
Por mi destino en la Dirección de Abastecimiento y Mantenimiento de aquel entonces, tenía conoci-miento de excedentes de material de todo tipo. Así pude conseguir varios envíos de material deportivo y de gimnasia; cocinas Arpa, ya en desuso; tres ambulancias, pronto utilizadas como taxi-país; gran can-tidad de material de vestuario, eso sí en tallas especiales demasiado grandes o pequeñas -lo que motivó alguna que otra anécdota jocosa-; medicinas de uso común, como aspirinas y antibióticos, que pron-to aparecieron en el mercado civil; material de navegación, etc. Todo ello, tras varias visitas, con permiso de DIGENPOL, a las secciones de logística de los estados mayores de los tres Ejércitos, en donde fui aten-dido con diligencia, mucho afecto y cierta comprensión.
El material entregado al Ejército ecuatoguineano no era responsa-bilidad de la Misión Militar. Una vez entregado y firmadas las actas correspondientes, su distribución, empleo y gestión eran competen-cia exclusiva de Guinea Ecuatorial, siendo ésta muy celosa de cualquier injerencia nuestra.
Como ejemplo, no me resisto a contar una anécdota relativa a
66 Atenea · Número 2566
R E P O R T A J E
en todos los aspectos castrenses, del jefe de la Misión Militar. Las listas de embarque, con un máximo de 20 pasajeros, se confeccionaban en la Cancillería de la Embajada, eran firmadas por el Jefe de la Misión Militar y se ejecutaban por el des-tacamento. Se evitaron así muchos problemas.
Los programas de vuelos consis-tían, siempre que los aviones estu-vieran operativos, en cuatro vuelos semanales de Malabo a Bata, pernoc-tando en esta localidad y apoyados por un capitán del Ejército del Aire destacado allí. Además se programó un vuelo cada treinta días a la isla de Annobón, lo que representaba un auténtico reto mensual para nues-tros pilotos militares, dadas las difi-cultades extremas de la pista de ate-rrizaje, que era de tierra, sólo de 750 metros de longitud y no nivelada.
Los vuelos extraordinarios eran aprobados por el embajador y nor-malmente consistían en vuelos de aprovisionamiento a Duala en Ca-merún, y Libreville en Gabón. Es de destacar la magnífica labor y espí-ritu de servicio de todos los jefes, oficiales y suboficiales españoles del Ejército del Aire que estuvieron allí destacados, en unas circuns-tancias climatológicas adversas y de falta de ayudas a la navegación aérea. Recuerdo especialmente un parto muy complicado en Anno-bón (a 670 kilómetros de Malabo), que fue resuelto durante un vuelo nocturno por la tripulación espa-ñola, salvando la vida de la madre ecuatoguineana.
Para finalizar, sólo destacar la magnífica relación y el respeto mutuo que siempre mantuve con el Jefe de las Fuerzas Armadas Reales marroquíes (teniente coro-
las cocinas Arpa. Estas cocinas de campaña iban destinadas al núcleo de Defensa, en calidad de reserva, establecido en Musola (poblado de la isla de Bioko). Por ello, imparti-mos un curso para enseñar el uso y mantenimiento de las mismas. Cuando el curso finalizó, se pro-puso al Viceministro de Defensa ecuatoguineano su entrega con un menú muy sencillo: fabada y filetes empanados. La lista de comensales era aproximadamente de cuarenta personas. Pero antes de la fecha pre-vista, se produjo un incidente di-plomático. Entonces, el mismo día de la entrega, con toda la comida preparada y tras tres horas de larga espera, apareció un alto mando -co-mandante ecuatoguineano-, mani-festando que por “razones técnicas”, no se podía celebrar el acto, pero eso sí, que le preparáramos la comi-da para llevársela. Naturalmente, la comida se mandó al Hospital de Malabo, así por lo menos algunos enfermos comieron bien ese día.
TRANSPORTE AÉREOEl destacamento del Ala 35 de Geta-fe (Madrid), había tenido una cierta independencia de la Misión Mili-tar, hasta que a raíz del desgraciado accidente aéreo de enero de 1987, el Ministerio de Defensa dictó una orden por la que pasaba a depender,
Hubo una magnífica relación con el jefe del
destacamento marroquí
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nel, que había sido alumno de la Academia de Artillería de Segovia y de la Escuela de Estado Mayor española), que despertaba fuertes e intensos recelos en los mandos ecuatoguineanos. Asimismo, tam-bién quiero mencionar de forma es-pecial a los jefes de la Cooperación Militar Francesa -capitanes de In-fantería de Marina destacados des-de el país vecino de Camerún- que mantenían unas estrechas relacio-nes de amistad y cooperación con la Misión Militar Española.
REFLEXIONES FINALES¿Es la República de Guinea Ecua-torial una asignatura pendiente de la política exterior española? ¿He-mos sabido comprender la idiosin-crasia de la población ecuatogui-neana, tan pro española, pero tan diferente de nosotros en estruc-turas sociales y raíces culturales? Sólo la Historia, con el paso del tiempo, contestará a estos interro-gantes, y a todos cuantos podamos formularnos en el futuro, sobre nuestra política exterior española de Cooperación Militar en la Repú-blica de Guinea Ecuatorial. �
La llegada de los
Aviocares españoles
constituía siempre un
motivo de curiosidad
entre los guineanos.
Abajo, el autor,
acompañado por un
oficial francés, con
uniforme blanco, y
otros integrantes de
la Misión española.
BOSNIA HERZEGOVINA: Capítulo I y II 5 y 6MISIÓN EN NAMIBIA 7ALFA-KILO EN KURDISTÁN: Capítulo I y II 8 y 9MINUSTAH EN HAITÍ 10OPERACIONES EN IRAK: EL DESPLIEGUE 11 EL REPLIEGUE 12 LAS BRIGADAS PLUS ULTRA 13SIERRA KILO KOSOVO Capítulo I y II 14 y 15
LA AGRUPACIÓN GALICIA VII EN KOSOVO 16LA LEGIÓN EN OSOJANE (KOSOVO) 17LA III BPAC EN AFGANISTÁN Capítulo I y II 18 y 19LÍBANO: UNIFIL 20 INFANTERÍA DE MARINA 21BOMBARDEOS AÉREOS. OPERACIÓN ALLIED FORCE 22ANGOLA: LOS PRIMEROS OBSERVADORES 23GUINEA ECUATORIAL 24 y 25
CAPÍTULOS PUBLICADOS
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PRÓXIMO NÚMERO: OPERACIÓN ATALANTA
Nº Nº
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EMPRESAS DE MERCENARIOS Y RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS
La información revelada, las constantes denuncias por par-te de los medios de comunica-
ción y otros sectores de la sociedad civil dejan pocas dudas de que esos hechos constituyen crímenes de gue-rra por incumplir los preceptos que
señala el Derecho Internacio-nal Humanitario. La gravedad de los hechos ha sido denun-ciada por Naciones Unidas que ha solicitado una inves-tigación exhaustiva para su esclarecimiento.
Sin embargo, como en nu-merosas ocasiones anteriores, existen pocas posibilidades de que los culpables de esos crímenes sean llevados ante un tribunal competente. El rápido crecimiento de estas empresas y del volumen de su negocio no se ha visto se-
cundado por el desarrollo paralelo de los mecanismos de control nece-sarios por parte del legislativo. La ex-periencia ha demostrado que, en los últimos años, los instrumentos lega-les disponibles, tanto los de carácter internacional como los propios de
los estados, manifiestan deficiencias sustanciales en este campo.
Por tanto, la exigencia de una re-gulación firme sobre estas empresas privadas se ha convertido en una cuestión cada vez más urgente. Se han impulsado varias iniciativas, pro-movidas desde diferentes instancias, para cubrir este vacío legal. Naciones Unidas debería ser, por la legitimidad que representa, el foro adecuado para promocionar medidas que aseguren el respeto a unos mínimos estánda-res de actuación. Pero, dado que la ONU depende de la voluntad de los estados, quizá no disponga, como en otras ocasiones, de oportunidades para llegar a buen puerto. Por ejem-plo, la Comisión de Derechos Hu-manos solicitó en 2005 al Secretario General el nombramiento de un “re-presentante especial para la cuestión de los derechos humanos y las em-presas transnacionales y otras empre-sas de negocio” (Resolución 2005/69) con el mandato de, entre otros asun-tos, identificar y clarificar estándares respeto a los derechos humanos para las empresas y corporaciones trans-nacionales. Algunas compañías pri-
S E G U R I D A D P R I V A D A por Mario Laborie Iglesia
Abajo, miembros de la
desaparecida Blackwater
en los anexos de la
embajada estadounidense
en Bagdad, en diciembre
de 2007. A la derecha, un
helicóptero de Blackwater
sobrevuela la capital
iraquí en enero de 2005.
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VIGILAR A LOS
VIGILANTES
Uno de los aspectos más escan-dalosos de las filtraciones de
WikiLeaks sobre la guerra de Irak y la posterior ocupación estadounidense fueron las pruebas de que miembros de empre-sas de seguridad privadas estuvieron envueltos en muerte de civiles inocentes. Urge una regulación de estas compañías
vadas de seguridad tienen un obvio carácter transnacional y de negocio por lo que están directamente con-cernidas por esta iniciativa.
En 2008, el representante especial, John G. Ruggie, propuso un marco conceptual denominado “Proteger, respetar y remediar” basado en tres pilares: uno, el deber de los estados de proteger a las personas de las vio-laciones de los derechos humanos cometidas por terceros -incluidas esas compañías- mediante políticas, reglamentos y actuaciones proce-sales adecuados; dos, la obligación de esas compañías de respetar los derechos humanos, lo cual significa, fundamentalmente, no vulnerar los derechos de las percosonas; y tres, el acceso de las víctimas a medios de reparación efectivos, tanto judicia-les como extrajudiciales. En estos momentos, el representante espe-
cial está desarrollando los principios rectores para la aplicación del citado marco conceptual que se presenta-rán al Consejo de Derechos Huma-nos en junio de 2011. Las cuestiones más difíciles que deberán ser solven-tadas tienen relación con la jurisdic-ción extraterritorial y el alcance y el cumplimiento de la responsabilidad empresarial a la hora de respetar los derechos humanos.
El segundo objetivo de Naciones Unidas es quizá más ambicioso. Por iniciativa de Cuba y Suráfrica, el Consejo de Derechos Humanos aprobó el 1 de octubre pasado una resolución por la que se crea un Gru-po de Trabajo intergubernamental de composición abierta, encargado de elaborar un instrumento jurídica-mente vinculante para la regulación, el seguimiento y la supervisión de la repercusión de las actividades de las
empresas de seguridad privadas en el respeto de los derechos humanos. El punto fundamental de esta futura Convención sería que, por primera vez, se definirían aquellas funciones que deben ser consideradas inheren-tes a los estados y que, por lo tanto, no deberían privatizarse en ninguna circunstancia.
La resolución, que por primera vez desliga el fenómeno de las empresas privadas de seguridad del mercena-riado tradicional, fue aprobada con los votos en contra del Grupo de Es-tados Occidentales, entre los que se encontraba España. Sin embargo, la mayor oposición proviene de Esta-dos Unidos y Reino Unido, países en donde tienen sus sedes el 70% de las empresas privadas de seguridad del mundo. La postura de Washington y Londres, que en ningún caso constitu-ye una novedad, se argumenta en tres
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S E G U R I D A D P R I V A D A
aspectos fundamentales: primero, la labor de dichas empresas no debe considerarse un asunto relacionado con los derechos humanos; segundo, la manera más eficaz de tratar las pre-ocupaciones creadas por las mismas sería una mejor puesta en práctica de las leyes existentes, incluyendo un código de conducta internacional; y tercero, el proyecto de convención no produciría una solución eficaz para esas cuestiones y distraería recursos, tiempo y atención de otros enfoques más constructivos. Esta fuerte oposi-ción presenta un formidable obstá-culo para el futuro del instrumento jurídico vinculante que acaba de ini-ciar su andadura. Quizá, además, hu-biese sido oportuno que el proyecto de Convención fuese conducido por
otro organismo de la ONU distinto del Consejo de Derechos Humanos, evitando así los recelos que suscita la pertenencia de ciertos países (Cuba, Libia, Arabia Saudí y China, entre otros) a ese organismo.
NUEVO CÓDIGO La última y quizás más prometedora iniciativa, al menos a corto plazo, se presentó el 9 de noviembre de 2010 en Ginebra. Ese día, 58 empresas de seguridad privada se comprome-tieron a cumplir con el Código de Conducta Internacional para Pro-veedores de Servicios de Seguridad Privada (CCI). Esta iniciativa fue im-pulsada por el propio sector privado y ha contado con la participación del gobierno suizo y de otras institucio-
nes independientes, como el Geneva Centre for the Democratic Control of Armed Forces (DCAF). Es importan-te resaltar la participación en todo el proceso de producción de este docu-mento de representantes de los go-biernos de EEUU y Reino Unido.
El CCI tiene dos objetivos funda-mentales: establecer estándares de actuación para estas empresas, tanto en el ámbito de los derechos huma-nos como en el más específico de la gestión de su personal, y creación, en un plazo máximo de 18 meses a con-tar desde la fecha de presentación del CCI, de un mecanismo independien-te que efectúe la supervisión de sus actividades.
En lo que respecta al primero de estos objetivos, el CCI instaura una
serie de principios a favor de que se respeten los derechos humanos. Así, se señalan ciertas obligaciones que incluyen, entre otras, la limitación del uso de la fuerza, los requisitos para la detención de personas y la proscripción expresa de la tortura, la explotación sexual y el tráfico de seres humanos. También, el CCI enumera una serie de compromisos específicos, en relación a la gestión de personal, que las compañías que suscriban el Código se comprometen a formalizar.
La creación de un mecanismo independiente de supervisión de la seguridad privada, con capacidad de imponer sanciones y proporcionar reparaciones por actos abusivos, ha sido una demanda recurrente. Este
segundo objetivo es, sin duda, la prin-cipal novedad que presenta el CCI, ya que instaura un órgano específico para esa función supervisora, aunque su estructura, funciones, localización y financiación están aún por definir.
Es importante resaltar que el código de conducta está, por el mo-mento, dirigido exclusivamente a las empresas que llevan a cabo sólo los siguientes “servicios de seguri-dad”: guardia y protección de perso-nas y objetos, tales como convoyes, infraestructuras e instalaciones, o cualquier otra actividad en que los contratistas privados deban portar armas de fuego para el desarrollo de sus cometidos. Por el momento, no se incluyen funciones tales como el asesoramiento e instrucción de fuerzas policiales o militares, la pro-visión de servicios de seguridad ma-rítima o la participación en tareas relacionadas con detenidos o prisio-neros. En el futuro se desarrollarán normas adicionales.
Aunque está por ver cómo es acogido el CCI por el conjunto del sector dedicado a la exportación de seguridad privada, el hecho de que sea la propia industria quien esté liderando su desarrollo y puesta en marcha abre expectativas favora-bles. Además, en aquellos países en donde el imperio de la ley es débil o inexistente puede ser el único recur-so disponible a la hora de regular las actividades de estas firmas privadas. No obstante, el carácter voluntario del código obliga a que los estados no hagan dejación en ningún caso de las funciones de supervisión y coerción que les corresponden. No hay que olvidar que lo que real-mente se encuentra en cuestión es el monopolio estatal del uso de la violencia. �
No hay que olvidar que lo que realmentese encuentra en cuestión es el monopolio
estatal del USO de la VIOLENCIA